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MUNDO MEDIOS

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EL DETECTOR DE yESOS

todo líder de jóveNes o maestro de escuela coN suficieNtes años de experieNcia ha visto la esceNa eN Que uN adolesceNte llega uN día eNyesado y todos, uNo por uNo, le vaN preguNtaNdo Qué le ocurrió. el yeso grita Que ese joveN ha teNido uN accideNte y está lastimado. eN su vida ha ocurrido algo fuera de lo Normal y es casi uN reflejo mostrar iNterés por lo sucedido.

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POR LUCAS LEYS

DOS HERRAMIENTAS PARA MIRAR MÁS ALLÁ

Es obvio que los yesos son visibles y nos llaman la atención hacia los chicos accidentados, pero no es igual de obvio cuando en vez de un hueso, lo quebrado es un corazón. Ahí la clave es una mirada que discierne detalles menos cutáneos y más viscerales, y yo creo que hay dos herramientas fundamentales para poder discernir estos yesos interiores.

La primera herramienta es la del ojo profesionalmente entrenado. Al haberme criado entre psicólogos siempre pude notar cómo los psicólogos en mi familia podían notar detalles de la personalidad de otros a la distancia. Los psicólogos, psiquiatras y también terapeutas familiares ven síntomas que el ojo no entrenado profesionalmente no ve a simple vista; por eso nos conviene a todos aprender de la mirada profesional. Es obvio que no todos podemos estudiar psicología o consejería pastoral, pero todo líder de jóvenes responsable puede equiparse con herramientas bibliográficas, para aprender de los profesionales acerca de cómo notar una conducta lesiva y peligrosa antes de que el efecto sea devastador. Gracias a Dios en los últimos años con Especialidades Juveniles hemos podido publicar algunos libros que deberían ser manual de lectura de cualquier líder que quiera estar atento a conductas de auto flagelo en sus jóvenes.

La segunda herramienta es un corazón sensible a la voz del Espíritu Santo. Lejos de cualquier misticismo barato, definitivamente creo que el Señor nos da discernimiento espiritual cuando estamos en comunión con él y tratamos de ver a los demás con los ojos del creador. Me ha pasado un sinnúmero de veces que, aparentemente de la nada, Dios me ha mostrado el corazón quebrado de alguien y me ha indicado una palabra de exhortación o consuelo sin que yo supiera del todo lo que estaba ocurriendo.

EL 90% DEL ÉXITO

Jim Kok, un viejo profesor de cuidado pastoral que tuve mientras estudiada en California, escribió un libro para consejeros llamado «El 90 por ciento del éxito del cuidado pastoral está en simplemente aparecer». Este profesor nos decía que el solo hecho de visitar, acercarnos o tomar la iniciativa en mostrar un interés profundo por alguien que estuviera sufriendo algún quiebre emocional, físico o espiritual ya marcaba una gran diferencia aunque no tuviéramos nada sabio ni inteligente para aconsejarles. Estar ahí, escuchar, mirar a los ojos y empatizar ya es un gran remedio para muchos corazones dolidos. El cuidado pastoral es también preventivo. Los chicos que se sienten amados, respetados y tiene un espacio de pertenencia, están mucho mejor preparados para las sensaciones extremas y desordenadas de la adolescencia y las reacciones peligrosas; a emociones que no saben como manipular.

EL AROMA DE LA gRACIA

Los disparadores de conductas auto lesivas son muchísimos, pero una sabida nota en común es la culpa. Los jóvenes que se producen auto lesiones luchan contra el rencor pero, invariablemente, con una fuerte cuota de rencor a si mismos. Por eso hace tanta falta que en nuestros ministerios de jóvenes se pueda percibir el aroma de la gracia. La gracia disipa la culpa y con ella la tendencia a las autolesiones. El perfume del perdón y la esperanza que emanan de la gracia bíblica son sin duda, el mejor antídoto contra todo dolor humano, y ningún líder que quiera detectar yesos interiores y curar almas heridas puede olvidar perfumar su ministerio con ese aroma.

Lucas Leys es el director internacional de Especialidades Juveniles y uno de los oradores y escritores más influyentes entre la juventud hispana hoy. www.lucasleys.com

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