Entusiasmo vs. Apatía
Entusiasmo es la energía de Dios en mi espíritu, expresándose a través de mi mente, voluntad y emociones.
Definición La palabra entusiasmo se deriva de dos palabras griegas: en, que significa: “en, dentro” y theos, que significa: “Dios”. Ser entusiasta es ser impulsado e inspirado por Dios. Un homólogo bíblico para esta palabra es “ferviente”, de la voz griega zeo, que significa “hervir de calor, estar caliente”. Se usa metafóricamente para describir el ánimo de una persona que parece hervir con amor genuino por Dios y otros. Otro termino bíblico para entusiasmo es celo, que viene de la palabra griega zelos que significa: “excitación de la mente, ardor, fervor de espíritu”. Zelos es ardor al perseguir, abrazar o defender a algo o alguien. Otro aspecto del entusiasmo lo expresa la palabra hebrea kjará, traducida fervor; significa: “estar caliente, furioso; quemar; arder; encenderse”. Una expresión bíblica que comunica entusiasmo es “saltar de gozo” de la palabra griega skirtáo.
Mandamientos de ser entusiastas A cada creyente se le ordena ser entusiasta en los asuntos básicos de la vida cristiana. “El amor sea sin fingimiento. Aborreced lo malo, seguid lo bueno. Amaos los unos a los otros con amor fraternal; en cuanto a honra, prefiriéndoos los unos a los otros.
En lo que requiere diligencia, no perezosos; fervientes en espíritu, sirviendo al Señor” (Romanos 12:9–11). La Escritura identifica áreas específicas en las que debemos ser entusiastas y luego nos instruye cómo hacerlo. “Bueno es mostrar celo en lo bueno siempre, y no solamente cuando estoy presente con vosotros” (Gálatas 4:18).
¿En qué debemos ser entusiastas? • Ser entusiastas acerca de Dios. Pablo era “celoso de Dios” aún antes de su conversión. (Véase Hechos 22:3.) Sin embargo, él tenía “celos no conforme a ciencia”. Era celoso de las tradiciones religiosas de sus padres. (Véase Gálatas 1:14.) Sin embargo, cuando llegó a ser creyente transfirió ese celo al avance del Reino de los cielos. El Diccionario Americano de la Lengua Inglesa de Webster (1828) define entusiasmo como una “. . . pasión violenta o excitación de la mente, en la conquista de un objetivo, que inspira una seguridad de tener éxito. [Es] . . . el mismo ardor de la imaginación corregida por la razón y la experiencia, [que] llega a ser una noble pasión . . . [y] un celo ardiente . . . Forma ideas sublimes y despierta un ardiente deseo de alcanzar grandes cosas. . . Tal es el entusiasmo de un patriota, de un héroe y de un cristiano”.
L
a flama de una vela es como el entusiasmo en nuestras almas; se consume a sí misma. La flama de una lámpara de aceite es como el entusiasmo en nuestros espíritus: constante cuando está llena. “. . . Sed llenos del Espíritu,” y “La palabra de Cristo more en abundancia en vosotros . . . en toda sabiduría . . .“ —Efesios 5:18 y Colosenses 3:16
P
ara mantener el entusiasmo, se requiere una relación continua con la Palabra y con el Espíritu de Dios. “No apaguéis al Espíritu”. —I Tesalonicenses 5:19
Entusiasmo
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