SPAN PTS Obediencia

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Obediencia vs. Obstinación

Obediencia es la libertad de ser creativo bajo la protección de las autoridades establecidas por Dios.

Definición La principal palabra hebrea para obedecer es shamá. Es una raíz que significa: “oír con la inteligencia, escuchar, consentir, hacer caso, percibir con el oído, entender”. La palabra griega hupakouo expande el significado de la palabra hebrea para obedecer. Hupo significa: “abajo, un lugar debajo de ” y denota una posición inferior. Akouo significa: “escuchar o entender”. Hupakouo significa “escuchar atentamente, atender o conformarse al mandamiento o a la autoridad”. Una segunda palabra griega para obedecer es peitharcheo, que significa: “ser persuadido por un líder, someterse a una autoridad”. Los discípulos hicieron esta declaración a los líderes religiosos que les estaban presionando para que no predicasen en el nombre de Jesucristo: “. . . Es necesario obedecer a Dios antes que a los hombres” (Hechos 5:29). Una palabra relacionada con obediencia es sumisión. La palabra griega para someterse es hupotasso. Significa: “ponerse bajo autoridad”. Esta es la acción voluntaria de una persona de subordinarse ante otra.

Elecciones de vida o muerte La obediencia no es una cualidad de carácter opcional. La falta de obediencia traerá destrucción personal. “He aquí

yo pongo hoy delante de vosotros la bendición y la maldición: la bendición, si oyereis los mandamientos de Jehová vuestro Dios, que yo os prescribo hoy, y la maldición, si no oyereis los mandamientos de Jehová vuestro Dios, y os apartareis del camino que yo os ordeno hoy, para ir en pos de dioses ajenos que no habéis conocido” (Deuteronomio 11:26–28). “El ojo que escarnece a su padre y menosprecia la enseñanza de la madre, los cuervos de la cañada lo saquen, y lo devoren los hijos del águila” (Proverbios 30:17). “El hombre que reprendido endurece la cerviz, de repente será quebrantado, y no habrá para él medicina” (Proverbios 29:1).

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a obediencia es una relación entre dos “siervos” que han de dar cuentas a Dios. “. . . Y todos, sumisos unos a otros, revestíos de humildad; porque: Dios resiste a los soberbios, y da gracia a los humildes”. —I Pedro 5:5

Ministros de Dios Toda autoridad legítima viene de Dios. Dios es el que pone y quita reyes. (Véase Salmos 75:7.) Por tanto, cuando desobedecemos a una autoridad puesta por Dios, experimentamos el juicio de Dios. “Sométase toda persona a las autoridades superiores; porque no hay autoridad sino de parte de Dios, y las que hay, por Dios han sido establecidas. De modo que quien se opone a la autoridad, a lo establecido por Dios resiste; y los que resisten, acarrean condenación para sí mismos” (Romanos 13:1–2). Tres veces se describe a las autoridades puestas por Dios como “ministros de Dios” (véase

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a alternativa a la obediencia no es libertad, sino tiranía.

“El rebelde no busca sino el mal, y mensajero cruel será enviado contra él”. —Proverbios 17:11

“¿Cómo encontrar el bien? No está a nuestra elección, sino que es un río que fluye desde el Trono Invisible y corre por el camino de la obediencia”. —George Elliot

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Esto significa que ellos cumplen la voluntad de Dios por medio de la autoridad que les ha sido encomendada.

Romanos 13:4–6).

Dos maneras de obedecer

El pato de bosque provee una profunda ilustración de la obediencia. Aunque los huevos se ponen durante un período de once días, todos los patitos salen del huevo al mismo tiempo en respuesta al llamado de la madre. Poco tiempo después, la madre llama a los patitos desde la base del árbol para que brinquen. Aquellos que obedecen encuentran seguridad en charcos de agua cercanos. Aquellos que desobedecen perecen en el nido abandonado.

“La obediencia es el requisito indispensable para una visión más amplia”. —G. Camp134 Obediencia

Tres soldados marinos estaban parados en la cubierta de un portaaviones. De pronto su comandante vio un cohete que se aproximaba rápidamente, él les gritó que se tiraran al suelo; dos de los soldados instintivamente se dejaron caer sobre la cubierta, el tercero volteó para ver lo que sucedía y cuando volteó el cohete le pegó y murió. Esta historia ilustra las dos filosofías de la obediencia. La filosofía griega de la obediencia es entender primero y luego obedecer. El soldado que volteó a ver quería saber primero por qué debía tirarse y luego decidir si hacerlo o no. La segunda mentalidad viene del modelo hebreo de obedecer primero y después entender por qué; este es el método que Dios usó para preparar a Abraham cuando le llamó a salir de su tierra y de su parentela y cuando le pidió que ofreciera a su único hijo. Toda la Palabra de Dios se escribió basada en este mismo modelo, para que el creyente crea y obedezca primero y luego entienda. La mentalidad hebrea de la obediencia presupone una íntima relación entre el que da el mandamiento y el que lo recibe. Jesús recalcó esto cuando dijo: “Mis ovejas oyen mi voz, y yo las conozco, y me siguen” (Juan 10:27). Las ovejas no seguirían a ningún extraño, porque no reconocerían su voz.

La motivación para obedecer Hay dos palabras fundamentales para la obediencia en

Deuteronomio 11:1: amar y guardar. “Amarás, pues, a Jehová tu Dios, y guardarás sus ordenanzas, sus estatutos, sus decretos y sus mandamientos, todos los días”. La verdadera obediencia se basa en el amor. Por eso dijo el Señor: “Si me amáis, guardad mis mandamientos” (Juan 14:15). Cuando amamos al Señor verdaderamente, sus “. . .mandamientos no son gravosos” (I Juan 5:3). Guardar los mandamientos de Dios es ponerlos delante de nuestros ojos con la intención de obedecerlos. En Deuteronomio 11:1, la palabra hebrea traducida guardar es shamar, que significa: “vigilar, observar, preservar”. Dios mandó a su pueblo que escribieran los mandamientos de Dios y los tuvieran siempre delante de sus ojos para no olvidarlos. Les instruyó que los escribieran aun en los dinteles de las puertas de sus casas para que pudieran verlos cuando entraban y salían. La palabra guardar se utiliza en Juan 14:21: “El que tiene mis mandamientos, y los guarda, ése es el que me ama; y el que me ama, será amado por mi Padre, y yo le amaré, y me manifestaré a él”. La palabra griega para guardar es tereo, que significa: “mantener los ojos sobre algo para protegerlo de pérdida o daño”. La mejor manera de guardar los mandamientos de Dios se describe en estas instrucciones de Deuteronomio 11:18: “Por tanto, pondréis estas mis palabras en vuestro corazón y en vuestra alma, y las ataréis como señal en vuestra mano, y serán por frontales entre vuestros ojos”. Un tercer concepto básico para la obediencia se encuentra en Deuteronomio 11:13 “La bendición, si oyereis los mandamientos de Jehová vuestro Dios, que yo os prescribo hoy”. La palabra traducida oír es shamá, la misma palabra que se traduce obedecer en Deuteronomio 11:27.


Cómo se relaciona la obediencia con la sabiduría

proceso se rebelan contra la autoridad establecida por Dios, sólo para encontrarse bajo nuevas restricciones más estrictas.

Cuando Dios le dijo a Salomón que pidiera lo que quisiera, Salomón le pidió un corazón entendido. “Da, pues, a tu siervo corazón entendido para juzgar a tu pueblo, y para discernir entre lo bueno y lo malo; porque ¿quién podrá gobernar este tu pueblo tan grande?” (I Reyes 3:9). La palabra hebrea para entendimiento en este versículo es shamá, la misma palabra usada para obedecer y para escuchar. Dios se agradó de la petición de Salomón y le dijo: “Porque has demandado esto, y no pediste para ti muchos días, ni pediste para ti riquezas, ni pediste la vida de tus enemigos, sino que demandaste para ti inteligencia [bin] para oir juicio, he aquí lo he hecho conforme a tus palabras; he aquí que te he dado corazón sabio y entendido [bin], tanto que no ha habido antes de ti otro como tú, ni después de ti se levantará otro como tú” (I Reyes 3:11–12). El corazón entendido que Dios le dió a Salomón no sólo fue un corazón oyente (shamá), sino que era un corazón bin. Un corazón bin implica un gran rango de habilidades, incluyendo la habilidad de separar mentalmente, de discernir y distinguir, de ser inteligente, de ser prudente, de enseñar y de hacer entender.

Definiendo jurisdicciones para la obediencia

Cómo la obediencia evita la tiranía y la esclavitud A veces aquellos que están en autoridad abusan de ella y deberán ser reprendidos por los que están en autoridad sobre ellos. En otras ocasiones aquellos que están bajo autoridad buscan liberarse de todas las restricciones y en el

Cuando hay órdenes conflictivas de parte de dos autoridades diferentes, o cuando una autoridad nos manda hacer algo que sabemos que es inmoral y erróneo, nosotros tenemos la responsabilidad de discernir si tal persona está actuando dentro de la jurisdicción apropiada o no. Hay cuatro áreas de jurisdicción. 1. La jurisdicción de los padres Dios les ha dado a los padres la jurisdicción para criar a sus hijos de manera que lo reverencien a él y hagan lo correcto. A los hijos se les manda que honren y obedezcan a sus padres en todas las áreas de la vida (véase Efesios 6:1–2). Sin embargo, si los padres mandan a los hijos que hagan algo que es contrario a la Ley de Dios o contrario a las leyes de su país, estarán actuando fuera de la jurisdicción establecida por Dios. 2. La jurisdicción gubernamental Dios instituyó el gobierno para llevar a cabo su voluntad en los asuntos de justicia. Las autoridades deberán honrar a los que hacen el bien y castigar a los que hacen el mal (véase Romanos 13:3–4). Ya que el poder de las autoridades civiles proviene de Dios, ellos serán juzgados si violan las leyes de Dios. Por tanto, los ciudadanos deben hacer apelaciones sabias para protestar leyes que son injustas o imprudentes. 3. La jurisdicción eclesiástica Los jefes de familia deben someterse voluntariamente a la autoridad sabia de los ancianos de la iglesia. Los ancianos no deberán salirse de su área de

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bediencia es afirmar la verdad de que Dios nos da dirección y provisión por medio de aquellos que él ha puesto sobre nuestras vidas.

“Por causa del Señor someteos a toda institución humana, ya sea al rey, como a superior, ya a los gobernadores, como por él enviados para castigo de las malhechores y alabanza de los que hacen bien”. —I Pedro 2:13–14

“La obediencia a la voluntad de Dios es el secreto del discernimiento y del conocimiento espiritual. No es la disposición de conocer, sino la disposición de hacer la voluntad de Dios lo que nos trae —Eric Liddell seguridad”.

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jurisdicción al ordenar a las esposas o a los hijos desechar los deseos e instrucciones del padre de familia, siempre y cuando su instrucción no viole la Palabra de Dios (véase Gálatas 4:1–2).

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bediencia a un mandamiento que viola la conciencia es desobediencia. “Respondiendo Pedro y los apóstoles, dijeron: Es necesario obedecer a Dios antes que a los hombres”. —Hechos 5:29

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uando el Señor enseñó a sus discípulos a orar, les dio los principios para una apelación sabia. 1. Proteger la reputación de la autoridad “Santificado sea tu nombre”. (v.g. “Quiero dar un buen reporte de usted y de su trabajo.”) 2. Promover el programa de la autoridad “Venga tu reino”. (v.g. “Quiero ayudarle a alcanzar las metas que usted tiene.”) 3. Honrar su posición de autoridad “Hagase tu voluntad”. (v.g. “Quiero que otros respeten su autoridad así como yo.”)

“La obediencia es el fruto de la fe; la paciencia es la flor del fruto”. —Christina Rossetti

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4. La jurisdicción vocacional Los empleados deben obedecer a sus patrones, sirviéndoles con entusiasmo. Si el jefe requiere alguna acción que viola las convicciones bíblicas del empleado, éste deberá hacer una apelación sabia, y si la apelación es rechazada el empleado debe considerar una renuncia (véanse Hechos 5:29 y Colosenses 3:22–23).

Evaluación personal

¿Que tan obediente eres?

1. ¿Obedeces sin importar lo que se te pide? La obediencia se basa en lo que Dios dice que es verdadero y correcto no es obediencia a ciegas, ni renunciar a las responsabilidades personales. 2. ¿Exiges razones cuando tu petición es denegada? La obediencia es aceptar un “no” como una respuesta final no haciendo preguntas que retan a la autoridad, ni apelando de inmediato, ni discutiendo largamente, sino sólo pidiendo información vital. 3. ¿Obedeces inmediatamente cuando te dan instrucciones? Obediencia es acatar inmediatamente una orden sin esperar ni objetar, y sin excusas como: “Déjame acabar esto primero”. 4. ¿Sonríes cuando se te dice que hagas algo? Obediencia es responder gustosamente a las peticiones sin fruncir el ceño, sin murmurar, sin gemir, ni poner los ojos en blanco.

5. ¿Das razones por las cuales no puedes realizar un trabajo? La obediencia es buscar métodos o maneras para vencer todo obstáculo sin pensamientos negativos, sin dejar de ser creativos, sin decir: “No puedo”. 6. ¿Tienen que recordarte hacer tareas pequeñas? La obediencia es realizar tanto tareas sencillas como obras grandes sin excusas, sin frustración, sin reaccionar, sin justificarse. 7. ¿Tienes que volver a hacer trabajos que habías hecho incorrectamente? Obediencia es seguir todas las instrucciones la primera vez sin adivinar, sin suponer, sin olvidar, y sin caprichos y necedad. 8. ¿Has pensado que algún trabajo es “tonto“? Obedecer es hacer el trabajo y entender después no mofarse, no quejarse, no hacer preguntas cínicas. 9. ¿Recurres a uno de tus padres cuando el otro te ha dicho que no? Obediencia es no poner en conflicto a una autoridad con otra sin engaños, sin ocultar información importante, sin repetir la petición. 10. Mientras haces tus quehaceres, ¿haces planes para actividades recreativas? Obediencia es dedicar todas tus energías a tu labor sin esfuerzos desganados, sin reservar energías, sin estar fantaseando.


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