de la culpa desierta en el sueĂąo josefa lara
de la culpa desierta en el sueño ¿Por qué nunca vino a verle? Alma Culpable Si mi mano es punta, quiero sentirla Desierto Del límite y la muerte El gris de Valpo
¿Por qué nunca vino a verle? Cuando se despegan las entrañas y las ganas de quedarse en el iris nos desvelan siendo que nunca hemos dormido bien desde aquel entonces. Desconocer parece ser el remedio a la perforación gutural, al destierro del desamor y el no esperarse de noche en el metro para besarse. Intocables. (recordamos a través del ojo muerto, un brote de pájaros que no vemos, quizá yo podría considerar creer en el cementerio, si he muerto tantas veces esperando(te) acá)
Alma Culpable Este desorden que no ordeno, el frío expandiéndose y deshaciéndome, el arrastre sentimental medio-culpable. El desgarro culpable del pecho torcido posándose sobre esta luz que sólo me eclipsa aún más el alma entumecida a puras hojas resecas con dejo a silencio. Mi corazón astillado corona esta hecatombe, asume delirante esta derrota de negación, de silencio bordado con mordisqueos de dedo. La culpa se tiende junto a las camisas y se sujeta a las piernas con perros de ropa.
Desierto A lo lejos las cabezas se rompen y las corbatas se estiran, pienso en lo irrevocable que será dor mir en la mutilación del sueño, pragmatismo azulado. Las camisas se rasgan y las solapas revuelan y se perforan con la arena que nos arde en la piel. ¿Cómo veo en la convulsión de espejismo? Se nos enmudece la sangre, Los huesos ya no silban, No tiemblan las manos nerviosas. Arranquémonos del desierto.
Del límite y la muerte ¿Qué quedaría, entonces, después de la muerte apóstata y vulgar? La obstinación pudorosa y endurecida con cristales de renombre que saben a lágrimas sólo es pretexto para el desvarío, la desatentación y la torcedura ufana de mis pies abandonándote. Qué eres si no perteneces a ningún lado. O quizá es un error dicotómico -y qué no es error si pertenece al paso vacilante del límite- con hastíos y manchas de sangre en tu blusa. (Y si me hubiese negado antes, si hubiese evaluado la carencia y la careta furtiva no fuera el adormecimiento sin cimientos a la verdad)
El gris de valpo El cielo se tornaba grisĂĄceo al segundo trago y el gris descendĂa raudo ante ese suspiro ĂĄspero que deja la muerte nota: la niebla se respira.
de la culpa desierta en el sueĂąo fue editado, impreso y armado durante el aĂąo 2019 entre Rancagua y Santiago de Chile en departamentos, imprentas y habitaciones estrechas.
Josefa Lara (Rancagua, 1999) @distimicx