El guardián entre el centeno J. D. Salinger
Institut Escola Jacint Verdaguer àmbit lingüístic Sant Sadurní d’Anoia, 2017
Proyecto
texto original y tres variaciones
Si la nariz de Cleopatra hubiera sido mĂĄs corta, toda la faz de la Tierra habrĂa cambiado. Pascal
El guardiรกn entre el centeno J. D. Salinger
texto original (Pรกrrafo inicial)
Si de verdad les interesa lo que voy a contarles, lo primero que querrán saber es dónde nací, como fue todo ese rollo de mi infancia, qué hacían mis padres antes de tenerme a mí, y demás puñetas estilo David Copperfield, pero no tengo ganas de contarles nada de eso. Primero porque es una lata, y, segundo, porque a mis padres les daría un ataque si yo me pusiera a hablarles de su vida privada. Para esas cosas son muy especiales, sobre todo mi padre. Son buena gente, no digo que no, pero a quisquillosos no hay quien los gane. Además, no crean que voy a contarles mi autobiografía con pelos y señales. Solo voy a hablarles de una cosa de locos que me pasó durante las Navidades pasadas, antes de que me quedará tan débil que tuvieron que mandarme aquí a reposar un poco. A D. B. tampoco le he contado más, y eso que es mi hermano. Vive en Hollywood. Como no está muy lejos de este antro, suele venir a verme casi todos los fines de semana. Él será quien me lleve a casa cuando salga de aquí, quizá el mes próximo. (…)
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variación I Autoræs Manar Lahrach — Chaimae El Hamri El Arras Raquel Jurado Martínez — Ariadna Roig — Roger Rius
Si de verdad les interesa lo que voy a contarles, lo primero que querrán saber es dónde nací, como fue todo ese rollo de mi infancia, qué hacían mis padres antes de tenerme a mí, y demás puñetas estilo Diario de Greg, pero no tengo ganas de contarles nada de eso. Primero porque es una lata, y, segundo, porque a mis padres les daría un ataque si yo me pusiera a hablarles de su vida privada. Para esas cosas son muy especiales, sobre todo mi padre. Son buena gente, no digo que no, pero a quisquillosos no hay quien los gane. Además, no crean que voy a contarles mi autobiografía con pelos y señales. Solo voy a hablarles de una cosa de locos que me pasó durante las vacaciones de verano pasadas, antes de que me quedará tan débil que tuvieron que mandarme aquí a reposar un poco. A David
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tampoco le he contado más, y eso que es mi hermano. Vive en Boston. Como no está muy lejos de este antro, suele venir a verme casi todos los fines de semana. Él será quien me lleve a casa cuando salga de aquí, quizá el mes próximo. [ml] [Continúa en la página 15]
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variación II Autoræs Ciprian Catarino Vacarean — Marina Padilla Solis Claudia Segura — Aroa Aguilera
Si de verdad les interesa lo que voy a contarles, lo primero que querrían saber es donde nací, como fue todo ese rollo de mi infancia, que hacían mis padres antes de tenerme a mí, y demás puñetas estilo David Copperfield, pero no tengo ganas de contarles nada de eso. Primero porque es una lata, y, segundo, porque a mis padres les daría un ataque si yo me pusiera a hablarles de su vida privada. Para esas cosas son muy especiales, sobre todo mi padre. Son buena gente, no digo que no, pero a quisquillosos no hay quien los gane. Además, no crean que voy a contarles mi autobiografía con pelos y señales. Solo voy a hablarles de una cosa de locos que me pasó durante el Halloween pasado, antes de que me quedará tan débil que tuvieron que mandarme aquí a reposar un poco.
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A Raúl tampoco le he contado más, y eso que es mi hermano. Vive en Barcelona. Como no está muy lejos de este antro, suele venir a verme casi todos los fines de semana. Él será quien me lleve a casa cuando salga de aquí, quizá el mes próximo. [ccv] [Continúa en la página 16 o 23]
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variación III Autor Aaron González
Si de verdad les interesa lo que voy a contarles, lo primero que querrán saber es dónde nací, como fue todo ese rollo de mi infancia, qué hacían mis padres antes de tenerme a mí, y demás puñetas estilo Chuck Norris, pero no tengo ganas de contarles nada de eso. Primero porque es una lata, y, segundo, porque a mis padres les daría un ataque si yo me pusiera a hablarles de su vida privada. Para esas cosas son muy especiales, sobre todo mi padre. Son buena gente, no digo que no, pero a quisquillosos no hay quien los gane. Además, no crean que voy a contarles mi autobiografía con pelos y señales. Solo voy a hablarles de una cosa de locos que me pasó durante las fiestas del año pasado, antes de que me quedará tan débil que tuvieron que mandarme aquí a reposar un poco. A Manuel tampoco le he contado más, y eso que es mi hermano. Vive
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en Valladolid. Como no está muy lejos de este antro, suele venir a verme casi todos los fines de semana. Él será quien me lleve a casa cuando salga de aquí, quizá el mes próximo. Después de todo lo que tuve que pasar para entrar en esa discoteca durante las fiestas, y al final solo conseguí una borrachera de miedo, una resaca aun mayor y un ojo morado. Lo que paso fue lo siguiente: Era un atardecer precioso (y yo no tenia pareja), y un grupo de chicas me invitaron a una fiesta en la casa de la hija del alcalde. (Ya os adelanto que no pasó nada. Solo unos tortazos de varias chicas y algo más.) Pero la fiesta no empezaba hasta las once y solo eran… ¡Las seis y media! ¡Qué haría hasta entonces! Lo que hice fue llamar a mi mejor amigo, pero daba la “casualidad” que se encontraba fatal ese día. Le dije que iría a la fiesta de la maniquí, que así es como yo llamaba a la hija del alcalde, Graciela. Más bien Desgraciela. Tenía una nariz que parecía sacada del poema de Quevedo. Era lo Más, con M mayúscula. Una nariz superlativa. De lo Más feo que había visto en lo que llevaba de vida, y no exagero. Era como si la nariz de un tucán y la de un pelícano se fusionasen y apareciese…eso. Y lo de la maniquí viene de que siempre que la veía estaba en pose de tetera con el brazo en jarra. [Continúa en la página 26]
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Todo esto fue a causa de que me emborraché demasiado, y al final acabé con un coma etílico, Sino fuera porque Daniela me invitó a esa fiesta playera tan conocida… Ahora no estaría aquí, en una habitación tan blanca. [mlb] [Continúa en la página 17 o 25]
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A ver cómo lo podría explicar, tuve un problema con un amigo, y sí, justamente el día de Halloween. Y mira que soy el típico que no se mete en peleas ni sale mucho de casa… Después nos enfadamos, y al enfadarme le di un empujón, no muy fuerte, pero por mala suerte se dio con la cabeza en el bordillo y se la abrió. Espero que se haya recuperado… la verdad es que era uno de mis mejores amigos… Y ahora mismo, después de mucho tiempo, solo me falta un mes para irme de aquí. En este centro de menores no se está tan bien como podríais pensar… Aquí no sabes cuando un niño puede acercarse a ti y partirte la cara el momento más impensable y sin motivo. Ya que la mayoría de aquí son los típicos que hacen cosas que no se deberían hacer, o otros que no tienen familia. Yo podía haber salido antes, pero mis padres jamás creyeron que fue un empujón y por mala suerte pasó lo que pasó, si me hubieran creído no me hubieran dejado aquí tantos años. [mp] [Continúa en la página 18]
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Me arrepentí tanto de haber ido a esa fiesta tan destrozante que no sé que debo hacer ahora para poder continuar mi vida igual que antes. Necesito que alguien me eche una mano, que me ayude en esto o no sé… Pero creo que mi vida desde que fui a esa fiesta no es igual. Quien esté leyendo mi diario, quiero que sepa que emborracharse no puede salir tan bien como nos esperamos y que no se debe jugar con nuestra propia vida. Espero que David, cuando le cuente todo esto que ha pasado, me entienda y sepa que soy joven y no sabía lo que hacía en ese instante. Es una historia muy larga… [ch eh]
[Continúa en la página 19]
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A parte, no conté del todo bien mi versión, es decir, que no solo fue un empujón, sino que además le di un puñetazo en la barriga y un navajazo. Me intenté autoconvencer de que aquello no era cierto, pero desgraciadamente si lo era. Durante los días antes de que llegara Halloween, estuve muy enganchado a una serie llamada The Walking Dead y de allí algunas de mis pesadillas con zombis. Todo lo que pasó sucedió porque mi amigo se reía de mis pesadillas nada agradables, y obviamente lo único que pretendía era defenderme pero no salió como lo planeaba, sino que me sentí tan atacado que reaccioné sin poder controlarme. [Continúa en la página 20]
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Todo empezó cuando Daniela, como he dicho antes, me invitó a una fiesta playera en la que supuestamente iba a conocer mucha gente nueva e iba a pasar un buen rato. —Te irá bien para relajarte y desestresarte un poco. No va a pasar nada, solo es una fiesta—, me dijo. Así que decidí ir sin decirle nada a mi familia, tan solo les dije que iba a salir con unos amigos, y ahora me arrepiento mucho de no haberles dicho la verdad. Cuando llegué a la fiesta, acompañado de Daniela y dos amigos más, ya era de noche. Había mucha gente, tanta que casi no se podía andar. La música estaba muy alta y lo único que podía ver eran caras desconocidas riéndose a carcajadas, bailando o bebiendo. Estaba decidido a no probar nada de alcohol, y a no volver demasiado tarde a casa. Pero entonces fue cuando la cosa se empezó a complicar. Conocimos a Toni, un chico muy majo y divertido con el que enseguida ganamos confianza. Él nos contaba anécdotas y todo iba bien hasta que se le ocurrió pedir unos chupitos para todos. Como he dicho antes, yo no quería beber nada de alcohol, pero en ese momento, al ver que todos a mi alrededor bebían, no quería ser diferente ni llamar la atención, quería ser como uno más. Así que bebí… [rj] [Continúa en la página 21]
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Mi problema es que sufro esquizofrenia. Desde pequeño escucho voces, la mayoría de veces estas voces me dicen que haga cosas malas. Y allí estaba yo la noche de Halloween, escuchando como mi mejor amigo se reía de mí, entonces hubo un momento que se me giró el mundo y empecé a escuchar una voz que primero susurraba y cada vez se volvía más fuerte y directa. —Se esta riendo de ti, haz algo, reacciona, ¡PÉGALE! En ese momento, a mi no me dio por pensar que era mi mejor amigo. Entonces hice caso de la voz y le pegué. Después me di cuenta de lo que había ocurrido pero en ese momento nadie se creía lo de las voces y mis padres estuvieron de acuerdo con la policía a la hora de encerrarme en ese centro. Cada vez queda menos para salir de aquí y la verdad es que no sé qué haré cuando salga, seguramente mi mejor amigo ya no querrá hablar conmigo y a mis padres no les quiero dirigir la palabra… Tal vez le preguntaré a mi hermano si puedo pasar un tiempo con él, supongo que no habrá ningún inconveniente. Me gustaría poder formar mi familia, encontrar un trabajo, como la gente normal pero no va a ser posible, nadie querría estar con un chico que le ha hecho eso a su amigo y ha estado en un centro muchos años… Tal vez mi aquí mi vida cambie. Quien sabe… [cs] FIN
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Creo que era la primera vez que bebía alcohol, sin contar todas esas bromas que me hacía mi padre con la cerveza cuando era pequeño… Al dar el primer sorbo, supe que eso no acabaría bien, ya que sentí un ardor en mi interior, y eso, curiosamente, me gustó. Así que decidí seguir experimentando con todos los distintos tipos de alcohol que encontraba. La verdad es que no había muchos diferentes. Bebía y bebía y bebía, no podía parar, no tenía control sobre mí. Ya estaba muy borracho cuando de repente Daniela se acercó y me llevo a un sofá para que pudiera relajarme y descansar (al menos eso es lo que ella me dijo) Recuerdo que no podía hablar bien, aunque en mi mente lo tuviera todo muy claro. Quería irme a casa, pero por lo que parecía ella no lo entendía o quizá no lo quiso entender. La verdad es que no recuerdo nada de lo que pasó después, solo sé que no me levante hasta hace un par de días. Pero la gran sorpresa ha sido cuando hoy por la mañana ha venido Daniela a visitarme al hospital. Hacia muchos meses que no la veía, exactamente desde el día de la fiesta. Lo primero que he hecho ha sido agradecerle todo lo que hizo por mi ese día, ya que podría haber muerto si no hubiera sido por ella. Pero no pude gesticular ni una sola palabra al verla, quedé estupefacto. Daniela estaba embarazada. Le pregunté de cuánto tiempo estaba, si sabía el sexo del futuro bebé, quién era el padre, si había pensado que
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nombre la pondría y todas esas cosas que, por educación, preguntas para parecer que estas mínimamente interesado. Ella dudo un momento, pero enseguida se sentó y me dijo que estaba de cinco meses y que el bebe… era mío. En ese momento, juro que desee volver a caer en coma. Debí prestarle más atención cuando ella decía que quería un hijo… No bromeaba. [ar] FIN
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Volvamos a centrarnos en el tema, unos días antes de Halloween, empecé a tener unas visiones un tanto raras. Estas me mostraban lo que iba a pasar en un futuro muy próximo. Primero, fue en sueños y luego fueron aumentando a medida que pasaban los días. Eso no me permitía que descansara del todo bien, así que cada día me encontraba más y más débil y con muchas ganas de dormir en cualquier rincón que me encontrase. Aún así, supe sobrellevarlo yo solo porque no fui capaz de contarle a nadie lo que me estaba sucediendo en aquel momento. Aún estando débil. Mis amigos me animaron a salir ese viernes por la noche por la fiesta de Halloween. Me disfracé de Saw junto a mis otros tres amigos, Juan, Gabriel y Manuel. Decidimos ir a la fiesta que se celebraba no muy lejos de mi casa. Cuando llegamos todo iba a bien, pero unos mareos inexplicables no me dejaron continuar con la fiesta. Digo inexplicables ya que no había tomado nada para sentirme así. Les dije a mis amigos que iba a salir fuera a tomar aire fresco, mientras tanto ellos se quedaron dentro. Estuve unos largos 5 minutos allí solo, intentando que ese mareo dejara de ser molesto. De pronto, empecé a escuchar cosas un tanto extrañas, me sentía como intimidado. Decidí mirar por entre los
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árboles de aquel pequeño bosque que se situaba justo en frente de mi y vi a una niña sentada en uno de los troncos que estaban tirados por el suelo. No sé porqué se me hacía familiar. Sentía la necesidad de acercarme a ella, pero a medida que lo hacía, aquella niña iba alejándose y desapareciendo entre los árboles y yo la seguía e iba quedándome más y más débil. Me desmayé y caí al suelo y ya no recuerdo nada más. Solo recuerdo que desperté en esta habitación del hospital. A día de hoy, ya no tengo más visiones y sigo sin saber quien era aquella niña que llamó tanto mi atención. [aa] FIN
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…tan fría y tan vacía. Odio estar aquí. Me priva todos mis deseos de salir a jugar con los amigos. Este hospital parece muerto, a cada hora entra la enfermera y me dice “¿Cómo estás?” yo siempre le respondo “aburrido”. Entonces ella se va de la habitación. No entra nunca nadie más que ella, me trae la comida y la cena, pero nada más. Por la noche se escuchan voces en los pasillos. Me despiertan y me dejan toda la noche sin dormir. Entonces intento dormir por la mañana pero la enfermera no me deja. Por suerte cuando viene mi hermano hace que me olvide de todo eso, jugamos a cartas, y aunque siempre me gane, consigue hacerme reír y que me olvide de todo esto. El lunes de la semana pasada vino mi hermano. Lo encontré muy extraño. Le pregunté porqué estaba aquí, y me dijo que yo ya estaba bien y que volvíamos a casa. Me puse muy contento y empecé a recoger mis cosas. Ahora vivo con mi hermano, voy al colegio y juego con mis amigos, pero ya no pienso volver a beber alcohol nunca más. [rr] FIN
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Después de la mágica recuperación de Sander, mi amigo, fuimos a dar una vuelta, literal, por el pueblo, y lo único interesante que vimos fue a una oveja con el pelo multicolor. No nos drogamos. Lo digo totalmente en serio. Era de cabeza a rabo de los colores del arco iris, y cuando terminamos de dar la vuelta solo eran las ocho. Quedaban tres horas aun y en la feria no cabía ni la cabeza de un alfiler. Estaba abarrotada. Así que volvimos a casa de Sander, que acababa de conseguir una Playstation apenas usada y con un par de juegos, y nos pusimos a jugar una… dos… tres… incluso cuatro horas, y cuando nos dimos cuenta… ¡Ya llegábamos tarde a la fiesta de la maniquí! Salimos coriendo y tardamos en llegar de una punta a otra del pueblo quince minutos. Íbamos tan rápido que hasta la oveja de antes se le saltó parte de la lana. Pero todo fue en vano. No nos dejaron entrar por llegar una hora y cuarto tarde. ¡Tchh, como si fuera taaaan tarde! Decidimos que como las discotecas recién abrirían, cogeríamos buen sitio. Pero aquí llega la tragedia: como llegamos bastante pronto, eramos los décimonovenos, mas o menos, pero cuando nos tocó entrar nos dijeron que “fuera” pero yo no me conformaba con un NO. Se me ocurrieron varias cosas que decir y hacer como: “Es que dentro está un amigo…” o “Mira, si no me dejas entrar, mi amigo explotará con una bomba que lleva puesta”,
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o también pensé en partirle las piernas con las barras de metal que sostenían ese terciopelo rojo, o puede que desplumar a Sander para que nos dejase entrar, pero lo que decidí fue lo de partirle las piernas. Al hacerlo no se las partí sino que solo le deje en el suelo sufriendo, y entonces entramos. Lo primero que hicimos fue celebrarlo con muchas copas, lo siguiente fue intentar ligar, pero como dije antes, solo conseguimos bofetones. Lo malo fue lo que paso a continuación. Llegaron varios guardias para detenernos por lo del matón, y nuestra reacción de borrachos fue liarnos a hostias con ellos. Mala opción porque a la que empezamos, lo primero fue que le dieron una patada en las costillas a Sander y a mi un puñetazo en la cara, y para devolvérmela, un barrazo de metal en una pierna que a mi si se me partió por siete partes diferentes. Y así es como acabé gracias a una fiesta, una discoteca, una fea y unos guardias, en el hospital. [ag]
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