Textos ganadores Certamen literario 2011

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CERTÁMENES LITERARIOS DE POESÍA Y LITERATURA RÁPIDA TEXTOS PREMIADOS IES ANTONIO MACHADO ALCALÁ DE HENARES 2011


Si mi niña bonita supiera... Si mi niña bonita supiera, lo que la quiero, sería mi dama y yo su caballero. Ella sería mi dama, y yo su caballero, los pájaros trinarían desde el firmamento. Si mi niña bonita supiera, lo que la quiero, sería ella mi dama, y yo su caballero. Celestial y hermosa, una mujer espléndida, como las rosas del campo, y las flores en primavera. Si mi niña bonita supiera, lo que la quiero, sería mi dama, y yo su caballero

Si ella supiera, lo que yo la quiero, nuestros corazones se unirían, y jurarían amor eterno. Si mi niña bonita supiera...

Elizabeth de la Oliva Llamazares 1º ESO E 1º premio categoría A - Poesía


Al atardecer, las hojas de mi parra cobijan mi juego. Todo es color, todo es frescura. El tiempo pasa despacio y se oye la alegría de niños en verano. La tarde llega meciendo las sonrisas. Bajo el balcón, un nido vacío recuerda otro verano. Bolita ya voló más aún hacia el Sur, pero el cielo es el mismo. Agua, risas, juegos, mi abuela riega el patio con esmero. Las golosinas son aclamadas pues todo el mundo goloso es. Desde la ermita un mar blanco de tejados rojos se mece, vive bajo mis pies. Es mi pueblo.

Gloria Illana Fransesch 1º ESO A 2º premio categoría A - Poesía


Corazón viajero

A mis pies, postrados se ven tres mil caminos y sendas, por los que se divide mi alma. Viajo, día y noche, sobre la faz de la tierra; verde, como esos ojos tuyos que tanto deseo encontrar. Tu aroma se ha impregnado en mi pensar, y mis manos frías templan mi ardor de soledad. Tengo llagas en el alma, corazón viajero, ya me cansé y no te espero. Ninguna de mis posesiones me asegura otro latido certero. Solo recuerdo cada uno de los granos de arena, que estos pies un día recorrieron. Aplastados por mi planta lisa de kilómetros de andar. Y encontraré al fin, más caminos y sendas, aún más abruptas, donde se me olvidará tu imagen, encallada en alguna piedra o enganchada en algún abrojo. En algún abrojo, que te lo regalaría, pero no me acuerdo si es de tu antojo.

Mª Constanza Sanz Jorquera 1º ESO B 3º premio categoría A Poesía


Cántico palpitante Naturaleza, ¿por qué me has creado ahora? Ahora, que los hombres se inclinan como perros y las mujeres son satélites de un planeta. Ahora, que nada vale el obligado esfuerzo sin un producto que encaje en la demanda y oferta. Ahora, que el arte real no vale la pena (según los datos de la Bolsa de Nueva York). Ahora, que el corazón no es más que un motor y el amor, una suerte rara de lotería con servicio de atención al consumidor. Ahora, que la amistad se mide en pros y en contras e impera la regla de la dominación. Ahora, que no hay sonrisa sin hipocresía ni alabanzas sin envenenada envidia. Ahora, que sin provecho no hay filantropía y decir mi compañero es decir mi rival. Ahora, que la pobreza es no tener un coche ni una casa de playa en las Baleares (qué importa que el mundo se muera de hambre). Ahora, que la verdad es sólo para cínicos y la buena educación es un valor tísico. Ahora, que la palabra muere de angustia al ser rechazada como una mera flor mustia. Ahora, que la poesía es un jarrón lindo (pobre del que no escriba de algún amor bonito). Ahora, que se ovaciona la ignorancia y va antes la tranquilidad que el progreso (mejor una vida fútil a una de provecho). Ahora, que te evaporas, Naturaleza, de polo a polo se derrumba tu entereza. Ahora, que de tus hijos ya nada esperas. Pero, ¡aguarda!, que ya se siente en el aire. Las ovejas están empezando a encabritarse. Quizá no ahora, ni en la nueva Europa, que sigue esperando a que el sol le seque la ropa. Pero, Madre, ¿y si de redil se equivocan? Mélix Solano Hernández 2º Bachillerato B º premio categoría B - Poesía


Una amiga vale más que mil palabras poco a poco, de la semilla muerta y olvidada, nace la esperanza. la luz filtra, entre las verdes y crecidas hojas, haces de miradas de una sonrisa; brilla un día en mis cuartillas tu palabra y día a día luz a luz me das la savia. en tus llantos, del dolor que procesabas derramaste en mis raíces tu cascada y bañaste mi amistad de confianza. en mis llantos, derretiste cada linfa a carcajadas y absorbiste y resecaste las escarchas que se anclaban como lanzas. en tu amor, de tu estrujar me calentabas, y mi tallo creció verde, y nació (rama en la ceniza, como un fénix, ya apagada. y aquí estoy, con mi pincel; sobre tu alma grabándome en las pieles tu fachada, como espejo; que de ti yo fui creada. y mis flores, serán tuyas cuando nazcan. y mis brotes mandaré a tus ventanas; que decoren tu balcón, bajo tus palmas y vea el cosmos las matas que alimentadas y mis frutos comerás al dar el alba; mi piel; contada entre tus fauces, se separa, y cae el jugo en tu garganta y mi dulce néctar será tuyo hasta la helada que en fuera de tus cuidados me matara. ocho años suman ya bajo tu ala, que otros 30 u otros 100 sumen mañana.

Nuire Sobrón Heras 2º Bachillerato I 2º premio categoría B - Poesía


Bella por ti Venecia. Sueño de la mar, tus aguas esculpen canales, de viejos ladrillos entelados en oro de libertad. Tus recovecos enmascarados, donde fluyen góndolas danzarinas y vino para brindar. En la plaza de San Marcos, donde la mujer al león hace recitar. Bella por ti, Venecia, corsé perenne de la antigüedad, tu silencio honra, a la que por tus calles se hace pasear. Tus plazas de cara desnuda, donde los santos, predican en un altar, a orillas del acuoso canto, raíz de fe, en mis brazos reposar. A donde partió su templo, ínsula de la ensoñación, sesgando sus pestañas, oblicuas a la realidad. Yo fui un veneciano que durmió, donde durmió un marajá. Adiós, bella por ti, Venecia quedas, atrapada en mil últimos suspiros, cubierta de tres amaneceres con respuesta. Bella por ti, a Dios, quedas Venecia, enredada en su cobrizo pelo, un día a mi despertar, de nuevo pertenezcas. Alberto Trijueque Pegalajar 1º Bachillerato I 3º premio categoría B Poesía


I Peter subía una noche a su vivienda, lo que era un trabajo fastidioso, porque vivía en el sexto piso, cuando vio un muerto sobre la cama. Horrorizado, no pudo evitar lanzar un grito, que sonó por todo el vecindario, haciendo así que su vecino se despertara. Peter se quedó inmóvil, el muerto era una mujer, una mujer bellísima; rubia, ojos azules, y llevaba un vestido blanco, tan blanco como un vestido de boda. En ese momento, Peter pensó que quedarse quieto ante tal desastre no iba a solucionar nada. Pero, para su desgracia, las piernas no le respondían. En ese instante se oyó un grito desesperado desde el baño de su vivienda. Haciendo un gran esfuerzo consiguió caminar sigilosamente hacia el lugar de donde venía el grito, intentando ignorar el cuerpo que se hallaba sobre su cama. Entró al baño lo más disimuladamente que pudo. Y allí estaba, el hombre con el que tantos sueños terroríficos tuvo, el hombre que le aterrorizaba desde niño. Su padre. Un escalofrío recorrió el cuerpo de Peter, de arriba abajo y solo pudo pensar una cosa antes de caer al suelo desmayándose, “¿Mi padre? El hombre que murió hace diez años, ¿ha regresado?“ En ese instante se desmayó. Peter huía lo más rápido que podía. Pero él le perseguía. No podía hacer nada. Le iba pisando los talones ya. Peter intentaba chillar, pero no podía. Intentaba dejar de huir por una vez en su vida, pero no podía. Intentaba correr más deprisa, pero … Se tropezó. De pronto sintió un frío terriblemente siniestro, un aliento en su cuello … Cuando se giró para ver quién le seguía, solo pudo verle a él. Levantando un enorme cuchillo con intención de clavárselo a Peter entre ojo y ojo. Pero, éste pudo decir algo : - ¡No! No lo hagas papá Entonces se despertó de un salto. Otra vez esas pesadillas, siempre igual. Cuando se dio cuenta que estaba en su cama, como siempre, pero algo fallaba. Se levantó y miró a su alrededor. ¡Su vecino! ¿Qué hacía ahí, en un día así? Intentó calmarse y antes de que pudiera decirle nada a su vecino, este habló tan rápido que a Peter le costó entender lo que decía: Te encontré tirado en el baño. Toda tu casa estaba y está, patas arriba. Supuse que te había dado un ataque o algo por el estilo. Así que te puse sobre la cama. Has dormido durante dos días y parecías tener sueños terribles. A mi mujer y a mi nos tenías muy preocupados. Dos días… Ahora lo recordaba todo, el muerto, su padre… Pero la casa no estaba desordenada cuando llegó. No entendía nada. Prefirió no contarle lo que vio a su vecino, puesto que lo iba a tomar por un borracho o un loco. Y su mujer


estaba de viaje de negocios, por lo que le dijo a su vecino lo típico: que ya estaba bien, que no se preocuparan, les dio las gracias, etc. No sabía qué hacer, así que decidió dormirse otra vez. Aún seguía cansado y necesitaba acostarse durante un rato. Volvió a soñar con su padre, pero esta vez, no era un sueño cualquiera, era un recuerdo. Estaban con su madre, cuyo rostro no recordaba, y comiendo. Parecía que Peter había hecho algo malo, pues su padre empezó a pegarle y cuando su madre le quiso defender, su padre la empujó tan fuerte que le golpeó contra una mesa haciéndola morir por una gran pérdida de sangre. El padre le decía a Peter que se iba a llevar a su madre al hospital, pero no volvieron … Al cabo de dos días, se encontraron dos cuerpos en el río de al lado de su pueblo; tenían índices de haber sido ahogados, aunque uno de ellos había sido golpeado antes. Una mujer, preciosa, con pelo rubio, ojos azules y que llevaba un vestido blanco como la nieve, junto con un hombre al que no supieron descifrar su identidad. Sus padres. Se despertó. Aquellos recuerdos… ¿Un vestido blanco? Rubia, ojos azules… ¿Su madre era aquella mujer? Se levantó, se lavó la cara y cuando quiso darse cuenta, por arte de magia, le habían cogido las manos y los pies y ahora se los estaban atando… Pero se los ató, no una persona cualquiera, su padre. En ese momento le dijo algo a Peter: - Sí, era tu querida madre fallecida hace diez años, la que descansaba en tu cama… Digamos que era una lección para ti. Tus vecinos son unos santos, por cierto Peter, me ayudaron a montar todo esto. ¿Recuerdas lo que dijiste aquella noche, querido hijo? Dijiste ‘papá, no sé como mamá puede seguir con alguien como tú, si realmente su corazón pertenece a su amigo, con el que pasa tanto tiempo, mientras tú no estás‘. Pobre Peter, lo siento, te lo mereces. Y en ese instante le apuñaló… Como en sus sueños.

Sara Van der Torre Martínez 2º ESO F 2º premio categoría A – Literatura rápida


II Peter subía una noche a su vivienda, lo que era un trabajo fatigoso, porque vivía en el sexto piso, cuando vio un muerto sobre la cama. No reaccionó hasta que sonó el teléfono, lo miró pero no lo tocó, salió de su habitación lentamente sin hacer ruido, volvió a sonar el teléfono y esta vez si lo cogió, entonces alguien dijo: -¡Hola! Somos de la compañía telefónica de ORANGE, ¿le gustaría aceptar nuestra nueva tarifa? -(Entonces Peter asustado dijo) No, no, no, no... quiero (Y colgó) Mas tarde cuando se tranquilizo entró otra vez en la habitación del muerto, con la escoba le dio la vuelta y le miró la cara para saber quién era el extraño muerto, vestía de una forma extraña. -Es de otro país (se dijo a sí mismo). No se dio cuenta hasta entonces de que la luz del baño estaba encendida y que había alguien, al acercarse oyó algo como un refunfuño y se oía más alto cuanto más se acercaba. Por una rendija que había vio a un señor calvo, con una sudadera a cuadros y pantalones vaqueros (de camuflaje) y lleno de sangre, estaba lavando un cuchillo del tamaño del brazo de Peter, entonces gritó el señor. -¡Maldita sangre, no me la puedo quitar de la camisa! La próxima vez le pego un disparo al siguiente tío, es más limpio y no mancha tanto, entonces Peter llamó a la policía con la esperanza de que llegaran antes de que terminara de limpiarse la camisa. Cuando estaba saliendo se tropezó con un maletín en el que había mucho dinero, no le dio tiempo a salir, antes de que llegara el asesino a cogerle. -Maldito niño, te voy a tirar por la ventana. -No, no, por favor no, no, no lo haga se lo ruego. -¿Por qué no iba a hacerlo? -Porque he llamado a la policía y si me matas no me podrás usar de rehén -Eso es mentira, te lo has inventado -Se lo... ( interrumpiendo, suena) -¡Atención, habla el jefe de policía. Le tenemos rodeado por francotiradores, suelta al chaval. -¿Soltarlo ahora? Vale, pero si se mata no es culpa mía (dice mientras lo saca por la ventana). Antes de continuar hablando quiero: un coche, que nadie me siga y un lanzacohetes. -No podemos darte eso. -¿Por qué no?


-Son órdenes, no podemos darte nada, piénsalo, has matado a un embajador libio. -Pues el chaval morirá (dijo soltándolo). Los francotiradores abrieron fuego matando al asesino, los bomberos extendieron una manta para amortiguar el golpe y debajo colchonetas. El joven sólo se rompió un brazo, el asesino murió y todos felices.... menos el embajador, resulta que lo había matado por el simple hecho de que a un país vecino le caía mal el embajador y le habían mandado matarle.

Rafael Prados 2º ESO F 3º premio categoría A – Literatura rápida


III Peter subía una noche a su vivienda, lo que era un trabajo fatigoso, porque vivía en el sexto piso, cuando vio un muerto sobre la cama. Se acercó lentamente hacia ella con la esperanza de habérselo imaginado, pero mientras más se acercaba, más se convencía de que lo que estaba viendo era más real que él mismo. El muerto estaba tendido en la cama de espaldas hacia él. Peter se quedó boquiabierto, observando el gélido cadáver durante unos instantes. Examinó detalladamente todo lo que se encontraba a su alrededor, intentando hallar algo que le ayudase a entender la situación, nada… Poco después desapareció el miedo. Tenía la sensación de conocer al personaje que estaba tan cómodamente tumbado en su cama, Adelantó unos cuantos pasos, apartó los pies del muerto y se acomodó lentamente junto a él. -¿Sabes? Me gustaría mucho estar en tu lugar, dormir y no despertarme jamás. Poco a poco, Peter se relajaba y olvidándose del cadáver soñaba con estar en su lugar. El muerto seguía de espaldas, con la única diferencia de tener los pies fuera de la cama, Aunque Peter había perdido el miedo, no quería ver el rostro del muerto. Encontraba en él algo bello, algo gélido pero a la vez cálido y relajante. Ese día, Peter durmió en el suelo, pero no por obligación, sino que porque así lo quiso. A la mañana siguiente, madrugó muy temprano para comprar el periódico y decidió que no iría a trabajar y se quedaría en compañía de su nuevo ‘’amigo’’. Después de un buen desayuno, acomodó al muerto, tapándolo con una manta para que no pasase frío. Seguía de espaldas. En la habitación no había ni rastro de sangre, nada que mostrase la causa de la muerte de aquel hombre. Pasaban los días y Peter continuaba la misma rutina de siempre: por la mañana compraba el periódico, desayunada y el resto del día se dedicaba a contarle su vida al muerto. Se había olvidado completamente del trabajo e incluso algunas veces había sido amenazado con un despido, pero a él no le interesaba. Peter vivía por y para el muerto. Meses después era imposible entrar en la vivienda de Peter. El muerto se estaba descomponiendo, lo que provocaba un olor muy desagradable. Ya ni salía a comprar el periódico. Hasta ahora no le había visto el rostro. Unos días después, Peter se despierta por la madrugada, se acerca a la cocina, abre la nevera y se toma un buen vaso de agua fría. Vuelve a la habitación y se acerca a la cama, pero para su sorpresa la cama se encuentra vacía. Horrorizado por la situación, busca desconsoladamente el cadáver por todas partes. Siente que ha perdido una parte suya sin la cual no es él mismo. Después de desordenar toda la casa, vuelve a la habitación desconsolado, acompañada de una botella de vodka en la mano, arrastrando el peso de la tristeza. Se sienta en la cama y al primer sorbo siente un destello que parpadea por debajo de sus piernas. Se agacha lentamente y en su rostro aparece una enorme sonrisa. Deja la botella y con mucho esfuerzo consigue sacar el cadáver. Coge la mano y mira detalladamente


el anillo que tiene en el dedo corazón. La sonrisa desaparece. Después de meses conviviendo junto al muerto, decide ver el rostro que se esconde tras él y su gran sorpresa es encontrarse a él mismo en el cuerpo de aquel muerto. Se aleja rápidamente del cadáver y retoma su botella, esta vez tomando todo lo que contenía. Vuelve para comprobar lo que ya sabe. Al lado del cadáver encuentra un sobre, lo coge lentamente. “Querido Peter: Sé lo duro que fue para ti perderme, sé cuánto sufriste y sé cuánto me quisiste, pero fue más duro para mí verte en ese estado, yacer durante meses en esa cama viendo cómo dejas pasar tu vida para acompañarme. Deseas estar en mi lugar. Te quise mucho y te sigo queriendo aunque no esté. Siempre te acompañaré y siempre te acompaño aunque tú no me veas. Pienso que la mejor manera de hacerte ver lo que yo sentí esos meses era que te pusieras en mi lugar y vieras cómo desperdiciabas tu vida. Vive mientras puedas, y hazlo por mí. Te quiere, tu hermana Liza. A la mañana siguiente, Peter se despierta tendido en su cama. Se acerca y mira el reloj, 09:00 horas. A su izquierda cuelga un traje recién planchado, acompañado por un maletín. Sonríe, besa el anillo y sigue durmiendo.

Knarik Grigoryan 2º Bachillerato I 2º premio categoría B - Literatura Rápida


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