Manuel A. Torremocha Jiménez
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TEMA 17. EL BARROCO ESPAÑOL. ARQUITECTURA I. ARQUITECTURA DEL PRIMER PERÍODO. a. Juan Gómez de Mora ( 1586 - 1648 ). PLAZA MAYOR Descripción y análisis: Conserva pocos rasgos del primitivo proyecto realizado por Juan Gómez de Mora, ya que tras el incendio que sufrió en 1790 se encargó su reconstrucción a Juan de Villanueva, perdiendo su primitivo sentido barroco e impregnándose de un neoclasicismo en el que predomina la uniformidad y la sobriedad. Tiene forma rectangular ( 120m x 94m ), con cuatro pisos incluidos los bajos con sus correspondientes zonas porticadas, características de las plazas mayores españolas. Estos pórticos son de pilares adintelados en toda la plaza, excepto en la Casa de la Panadería y la Carnicería que son de arcos de medio punto separados por pilares con columnas adosadas. Sobre los pórticos hay tres pisos de balcones con sus correspondientes barandillas, corridas en los dos primeros e individuales en el tercero y el último. El conjunto de casas de la Plaza Mayor se remata con una cornisa sobra la que se sitúan las buhardillas enlazadas entre sí por una barandilla de hierro. Los materiales utilizados son el ladrillo y la piedra y para la cubierta la pizarra, aunque ésta, en su origen, era de plomo. Juan de Villanueva cerró completamente la plaza, siguiendo la moda imperante en la época en Francia e Inglaterra, y los accesos los situó en las esquinas dándoles forma de grandes arcos de medio punto. En los lados norte y sur destacan del resto de los edificios la Casa de la Panadería y la de la Carnicería, que recuerdan con sus nombres los usos para los que fueron construidas. La “Casa de la Panadería“ es el edificio más antiguo de la Plaza (1590). La planta baja se proyectó como un espacio libre, pues sus soportales estaban abiertos a un patio que comunicaba con la calle Mayor. Su alzado era distinto al del resto de la plaza. Gran parte de éste se destruyó en un incendio en el año 1672, tras el cual fur reconstruida tal y como hoy día la podemos contemplar, con una gran profusión decorativa. Resalta el balcón central desde el cual los reyes de la Casa de Austria presidían los festejos, sobre él se colocó el escudo de Carlos II y sobre la cornisa una corona real con una inscripción. La “Casa de la Carnicería”, situada enfrente, sólo se diferenciaba del resto de las edificaciones por sus dos chapiteles. En 1847 se colocó en el centro de la plaza la estatua de Felipe III ( bajo cuyo reinado se construyó la misma ). Esta obra fue realizada por los escultores Juan de Bolonia y Pietro Tacca en el siglo XVII.
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Comentario: Los terrenos sobre los que se asentaba durante la Edad Media estaban situados extramuros de la Villa, junto a la Puerta de Guadalajara, en la calle Mayor próxima al actual mercado de San Miguel. En este espacio se fue formando un recinto comercial sin ningún orden, instalando sus tiendas comerciantes judíos que tenían su vivienda en la parte superior. A este lugar se le conocía desde tiempos de Juan II con el nombre de Plaza del Arrabal. El nombre de Plaza Mayor se encuentra por primera vez en un documento de 1532. Felipe II, preocupado por el ennoblecimiento de la Capital del Imperio, encarga a su arquitecto Juan de Herrera un proyecto con este fin. En esta época sólo se construyó la Casa de la Panadería. Cuando en 1617 el arquitecto real Juan Gómez de Mora recibió el encargo de trazar la Plaza Mayor de Madrid tuvo que tener en cuenta la existencia de dicha Casa. Tenía un aforo para 50.000 espectadores, en las fiestas o concentraciones las calles se cerraban con empalizadas o tribunas que iban de casa a casa. Los balcones estaban sometidos a una servidumbre, pues tenían que ser cedidos por sus propietarios a los ocasionales espectadores que los ocupaban durante la celebración de espectáculos públicos. Cuando se celebraban fiestas de la Corona, éstos eran distribuidos por riguroso orden de jerarquía. Cuando había corridas de toros se instalaban unos tablados en todos los lados de la plaza, excepto en la Casa de la Panadería donde se colocaban los granaderos de la Guardia Real. En esta plaza, a diferencia de las europeas donde se concentraba la aristocracia, predominaban las viviendas de clases sociales populares. Con su construcción se inauguró un nuevo tipo de hábitat urbano de Madrid, la casa de pisos superpuestos, que vino a solucionar en parte, el grave problema que con las “Casa a la Malicia” había padecido Madrid. La plaza se inauguró el 15 de mayo de 1620 con las fiestas que celebró la ciudad para la beatificación de San Isidro Labrador. Fue escenario para manifestaciones profanas: torneos, corridas de toros, fuegos artificiales y Autos de fe. En 1631 se produjo un incendio que destruyó gran parte del lado sur. De su reconstrucción se encargó Juan Gómez de Mora. Hubo un segundo incendio en 1672. En 1790, se declaró el tercero y más devastador de los incendios. Juan de Villanueva se encargó esta vez de la reconstrucción y de él data el aire neoclásico que ahora presenta la Plaza: La transformación fue tal que puede decirse que salvo la Casa de la Panadería la Plaza Mayor es obra absolutamente suya. En 1847, se trasladó al centro de la Plaza Mayor la estatua de Felipe III. En la actualidad, se conserva casi intacta en lo esencial y continúa siendo lugar de celebración de fiestas y conmemoraciones.
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CÁRCEL DE CORTE. PALACIO DE SANTA CRUZ Descripción y análisis: Edificio de planta rectangular con doble patio y una escalera central entre ambos. Los dos patios son iguales y simétricos de cuatro por cuatro intercolumnios, con dos pisos de arcos de medio punto y ático adornado con mascarones. Las columnas son de orden toscano. La separación entre la primera y la segunda planta se hace por medio de una imposta y entre el segundo piso y el ático se situó un entablamento del mismo orden ( toscano ) con placas circulares en las enjutas. Las distintas dependencias se articulan alrededor de los patios y entre ambos hay una galería de circulación. La estructura de la fachada es semejante a la del Ayuntamiento: un esquema horizontal que se hace vertical en las torres laterales. En ésta también se combina el ladrillo y la piedra, siendo de piedra la portada con sus tres calles, las guarniciones de las ventanas y esquinas, la línea de impostas y el zócalo; el resto de los paramentos es de ladrillo; hay por lo tanto dos colores, el rojo del ladrillo y el gris del granito. Tiene dos pisos separados por una línea de impostas y está flanqueada por dos torres en sus extremos, rematadas por chapiteles de pizarra. Éstos tienen varios cuerpos: en el primero de ellos hay cuatro buhardas, y en el templecillo de la parte superior huecos ciegos y mayor riqueza de molduras. Se rematan por una esbelta cruz sobre su correspondiente bola. Horizontalmente la fachada se divide en once calles de dimensiones idénticas. Los huecos se ordenan de una forma muy precisa, los balcones son adintelados y sin embargo se puede observar la curva de un arco por encima de los dinteles. Lo más sobresaliente es la zona central de la fachada articulada como un retablo. En ella Gómez de Mora introdujo detalles mucho interés. Las columnas son de orden toscano pareadas en el lienzo central, una de las cuales aparece ligeramente avanzada. En el ático hay pilastras cajeadas que sostienen un frontón triangular y están flanqueadas por aletones. Esta variedad de elementos es también evidente en los entablamentos, el del primer piso aparece con ménsulas, en el piso noble tiene triglifos y además está roto para poder albergar el escudo. El enmarque de cada uno de los huecos es diferente, en la planta inferior la puerta central es mayor y se remata con una cornisa; sobre las laterales hay dos cartelas. Los balcones laterales del piso superior están rematados con un frontón triangular y el central con una pequeña cornisa. Comentario: Este edificio fue hasta 1850 Cárcel de Corte, pero no sólo cumplía las funciones penitenciarias sino también las del Palacio de Justicia como “Sala de Alcaldes de Casa y Corte”. En 1791 un incendio destruyó gran parte del edificio y la reconstrucción fue realizada por Juan de Villanueva que terminó la obra en 1793 (excepto un chapitel).Desde 1901 aquí se ubica el Ministerio de Asuntos Exteriores.
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REAL MONASTERIO DE LA ENCARNACIÓN Descripción y análisis: El proyecto de este edificio se ha atribuido tradicionalmente al arquitecto Juan Gómez de Mora, pero en la actualidad se cree que las obras fueron realizadas por Fray Alberto de la Madre de Dios. La fachada de este convento tiene gran importancia pues en ella va a quedar codificada definitivamente lo que será la fachada conventual madrileña y, especialmente la carmelitana, que se repetirá con muy ligeras variaciones durante mucho tiempo. Se trata de una fachada de granito ( las paredes del monasterio son de mampostería y ladrillo con ventanas y balcones enrejados ) con forma de rectángulo enmarcado por dos grandes pilastras y rematado por un frontón triangular con un óculo en el centro. Entre la fachada y la calle encontramos un atrio que contribuye a resaltar la importancia de la misma, tiene cuatro pilares de piedra con remate de bolas y una verja. La fachada presenta tres pisos o cuerpos, en el inferior se puede contemplar un triple pórtico de arcos de medio punto que se apoyan en pilares. Por encima de los arcos una línea de imposta nos conduce al segundo cuerpo en cuya parte central hay una hornacina con un relieve de la “Anunciación” en mármol, obra atribuida a Miguel Ángel Leoni. Esta hornacina está coronada por un frontón curvo y a ambos lados hay dos ventanas enmarcadas por molduras. El tercer cuerpo tiene una gran ventana rectangular en el centro y dos escudos reales de mármol a los lados. Sobre el frontón triangular que remata la fachada, hay una cruz y dos bolas de las llamadas escurialenses. La planta de la iglesia es de cruz latina, de reducidas dimensiones y con el coro encima del pórtico. Se trata de una muestra muy valiosa de la arquitectura religiosa del siglo XVIII pues tras un incendio fue reformada por Ventura Rodríguez y en la decoración participaron los pintores y escultores neoclásicos de la época. Comentario: Este convento fue fundado por la reina Doña Margarita de Austria, esposa de Felipe III, para perpetuar el hecho de la expulsión de los moriscos. Se construyó en el lugar que ocupaban las casas de los marqueses de Pozas, en las proximidades del Alcázar y unido a él por una galería adornada con pinturas. El convento, además de morada de las monjas Agustinas Recoletas, debía de servir de refugio a las mujeres de la familia real. Esta iglesia llegó casi a sustituir a la Capilla Real, durante los reinados de Felipe III y Felipe IV, al celebrarse en ella la mayor parte de los funerales y ceremonias religiosas de la corte. Las monjas han habitado este convento de clausura desde 1616 hasta nuestros días, excepto los años que van desde 1842 a 1847, como consecuencia de la desamortización de Mendizábal. Actualmente parte del edificio se destina a Museo y pertenece al Patrimonio Artístico Nacional. Historia del Arte
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CASA DE LA VILLA. AYUNTAMIENTO DE MADRID Descripción y análisis: Edificio de planta rectangular con un gran patio y una espléndida escalera para subir a la primera planta. Al realizar el proyecto hubo de tenerse en cuenta la necesidad de fusionar en un mismo edificio dos funciones distintas: por una parte, debía alojar al Ayuntamiento a Casa de la Villa con sus salas de reuniones, de sesiones, despachos, capilla, etc... y por otra, debía incluir también la Cárcel de la Villa. Esta doble funcionalidad se solucionó creando dos entradas diferentes. Del interior se conserva una pequeña parte, pues se modificó en las reformas de los siglos XIX y XX. El patio de la planta baja se cegó y se habilitó para oficinas, la parte superior se cubrió con una bóveda de cristal y se transformó en lo que se conoce con el nombre de “ Patio de Cristales”. La fachada principal recuerda a la Cárcel de Corte con un esquema horizontal flanqueado por dos torres cuadradas con sus correspondientes chapiteles. Aquí también se combina la piedra ( granito ), el ladrillo y la pizarra. La planta noble tiene un gran balcón corrido en el centro y dos a cada uno de los dos. Todos los balcones tienen guarniciones de piedra y están decorados con frontones triangulares. Horizontalmente la fachada se divide en nueve calles señaladas con pilastras, con nueve vanos en la planta baja y siete en la noble, ya que, las puertas de acceso se agrandan con molduras y escudos que invaden la primera planta y ocupan el lugar del los balcones. El edificio se remata con una cornisa. En las torres se sitúa una tercera planta con balcón que se remata con frontón semicircular y escudos. Los chapiteles tienen cuatro buhardas ( una en cada una de los lados ) en el primer cuerpo y un reloj en el segundo. Se remata con una pirámide y cruz sobre una bola. Comentario: Hasta finales del siglo XVI el Ayuntamiento de Madrid no tuvo un edificio propio donde celebrar sus sesiones. La construcción de la Casa de la Villa formó parte de un proyecto de modernización de la capital durante el reinado de Felipe IV. Gómez de Mora presentó un proyecto que fue aprobado en 1629, aunque las obras comenzaron más tarde y fueron realizadas por otros arquitectos.
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COLEGIO DE LA CLERECÍA. SALAMANCA Es el colegio de la Compañía de Jesús. S e pudo llevar a cabo gracias al testamento de la reina Margarita, esposa de Felipe III. Las obras se iniciaron en 1617. Es de una sola nave, con planta rectangular, y se cubre con una bóveda de cañón con lunetos y una cúpula sobre el crucero. La capilla mayor está diseñada para que en ella se instale el coro.
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b. Alonso Carbonell PALACIO DEL BUEN RETIRO En 1631 el Conde Duque de olivares confía la construcción para residencia real. La traza, por lo menos en parte, fue realizada por Gómez de mora. Este edificio fue más tarde devorado por un incendio, y actualmente del amplísimo conjunto formado por grandes patios y con torres en los ángulos, sólo se conserva el llamado “Casón” ( Salón de baile ) y que hoy forma parte del Museo del Prado ( colecciones de pintura del siglo XIX ); y el ala norte que correspondía al Salón de Reinos ( actual Museo del Ejército y que pasará en un futuro próximo a recuperar los cuadros que adornaban el salón del trono en la época en la que lo utilizaba Felipe IV, en la primera mitad del siglo XVII, formando parte de la ampliación del Museo del Prado ).
c. Francisco Bautista y Pedro Sánchez. CATEDRAL E INSTITUTO DE SAN ISIDRO Descripción y análisis: Se trata de uno de los templos de mayores dimensiones construidos en Madrid en el siglo XVII. Era la Capilla del Colegio Imperial de los Jesuitas y su construcción comenzó en 1622 por Pedro Sánchez. En 1633 se confiaron las obras al hermano Bautista, que trabajó en ellas desde 1626 a 1661. En la planta se observan influencias de la iglesia de “ Il Gesú” de Roma: como todas las iglesias jesuíticas es de cruz latina con un crucero de brazos muy cortos, una gran nave central, capillas laterales comunicadas entre sí y un pórtico de entrada. El crucero está cubierto con una gran cúpula encamonada. El presbiterio está en alto y la cabecera es plana. En el alzado de la iglesia encontramos grandes arcos de medio punto alternando con vanos adintelados que dan paso a las capillas laterales. Sobre los primeros se sitúan balcones y sobre los segundos dos pisos de ventanas. Esta distribución crea un ritmo muy armónico entre macizos y vanos; éstos están separados entre sí por pilastras de orden gigante coronadas por capiteles decorados con hojas de acanto de corintio, y ovas y dardos del jónico ( a éste capitel se le llama del “ Sexto orden” u “orden del hermano Bautista” ). Por encima del las pilastras un entablamento recorre todo el edificio en cuyo friso encontramos grandes ménsulas pareadas. Se pueden distinguir tres cuerpos, separados entre sí por pilastras: el central y los laterales que se rematan por dos torres cuadradas con dos cuerpos cada una que están unidos entre sí por una balaustrada que hay sobre la cornisa. Las torres tienen pilastras de piedra en las esquinas y el resto de los paños son de ladrillo, las campanas están protegidas por salientes rejas. Historia del Arte
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El templo se cubre con bóveda de cañón con lunetos que iluminan la nave. Muy interesante es la cúpula encamonada sobre el crucero, que es la primera de este tipo que se construyó en Madrid. Esta cúpula tuvo gran repercusión posterior, pues tenía grandes ventajas: era ligera y económica y permitía cubrir grandes espacios sobre muros de escaso espesor. Comentario: Los terrenos que hoy ocupan la Catedral y el Instituto de San Isidro fueron regalados por Dª Leonor Mascarenhas, aya de Felipe II en 1562 a la Compañía de Jesús, donde construyeron una pequeña iglesia. Junto a la misma nació un colegio, inaugurado por Felipe II. Al morir la emperatriz María, hermana de Felipe II, en 1603, dejó grandes dineros a la Compañía de Jesús para construir de nueva planta el Colegio y la Iglesia. Carlos III, tras la expulsión de los jesuitas, dividió el edificio en tres partes: la primera para viviendas ( la conventual ), la segunda para los llamados “ Estudios Reales de San Isidro “ y la tercera, la iglesia, que se transformó en Colegiata tras trasladar a ella los restos de San Isidro. La Colegiata pasó a ser Catedral provisional de Madrid en 1885 al crearse la Diócesis de Madrid-Alcalá. A partir de 1993, dejó de ser Catedral, al inaugurarse la de La Almudena.
II. ARQUITECTURA DEL SEGUNDO PERIODO. a. Pedro de Ribera ( + 1742 ). HOSPICIO DE SAN FERNANDO. MUSEO MUNICIPAL DE MADRID Descripción y análisis: Se trata de un edificio de ladrillo visto con gran desarrollo horizontal y cuya atención se centra en la portada de piedra - el foco decorativo más importante del conjunto -, que potencia el eje vertical del edificio, escondido entre las enormes alas laterales. La Portada ha sido el prototipo del llamado estilo churrigueresco. En ella se resumía la simbología del edificio, mostrando de forma didáctica las funciones que albergaba y las instituciones que la promovían. La decoración es profusa y destacan: la guarnición de sillares en rejas y balcones, dispuestos simétricamente; el eje central, la portada propiamente dicha, en la cual aparecen ciertos motivos nuevos, que son creaciones propias del barroco. Entre ellos destacan: el cortinaje que enmarca toda la fachada y que la dota de ese singular carácter escenográfico; los estípites o columnas con fuste de forma de pirámide invertida y capitel vegetal muy desarrollado, junto a la puerta; las guirnaldas vegetales que abren el arco de ingreso al edificio y lo relacionan con el cuerpo siguiente; los óculos circulares recubiertos de marco vegetal, que poseen un ritmo interno: dos en el cuerpo bajo de menor tamaño y decoración más profusa; dos en el segundo, dispuestos lateralmente, con pequeñas orlas Historia del Arte
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florales, y uno en el cuerpo superior, con el frontón de coronamiento; el nicho avenerado, que ocupa el centro del segundo cuerpo con la imagen de San Fernando; los entablamentos y frontones, que poseen un carácter más decorativo que sustentante: el del primer cuerpo se vuelve más convexo, y el final, al que integra la fachada en el edificio, se quiebra y adopta una estructura mixtilínea. No sólo destaca esta fachada por su carácter decorativo, sino también por su carácter “atípico” dentro de la arquitectura: la decoración se va aligerando a medida que asciende en altura y el desarrollo del conjunto es más estrecho y más vertical para compensar la excesiva horizontalidad del hospicio. Sólo hay un elemento que unifica las decoraciones, los escudos sobre las ventanas y sobre el arco de ingreso, aunque en éste último caso la decoración no permite contemplarlo con toda nitidez. Lo más novedoso es concentrar la atención del espectador en un solo punto: la fachada, su portalón central, de la misma manera que el teatro barroco coloca como punto principal de referencia el escenario. No hay que olvidar que el arte barroco español se relaciona con un período de crisis política y que la arquitectura, como la escenografía, pretende distraer al pueblo del triste espectáculo de la pérdida de la hegemonía española del mundo. Comentario: Madrid había visto crecer su población de un modo alarmante, durante el siglo XVII los mendigos abundaban en sus calles. Con la finalidad de acoger a tantos necesitados, surgieron diferentes asociaciones donde el carácter benéfico estaba asociado a lo religioso. El Hospicio encargado a Pedro Ribera, llegó a ser de los más queridos por el pueblo de Madrid debido no sólo a su función de cobijo de los menos pudientes sino al estilo en que estaba realizado, siguiendo la línea de los palacios de los grandes señores. Fue sin duda por esta razón que el pueblo de Madrid salvó el edificio de su destrucción, presionando al Ayuntamiento el año 1924, para que paralizase las obras de derribo que estaba sufriendo. Pudieron ser salvadas la capilla y las instalaciones actuales del Museo Municipal y Biblioteca.
b. Los Churriguera. PLAZA MAYOR DE SALAMANCA Se debe a Alberto Churriguera que se inspiró en la Plaza Mayor de Madrid. Fue creada con la intención de que sirviera de marco a la celebración de diferentes espectáculos. Es una plaza cuadrada, porticada y con tres pisos rematados por una balaustrada corrida y con obeliscos como remates. Su decoración es muy rica, volviendo a la tradición plateresca española. Su importancia urbanística también es notable, ya que sirvió de enlace entre la ciudad vieja y los barrios periféricos, pues sus arcos se abren a las calles principales de la ciudad. La obra de Churriguera se circunscribe a las trazas generales y al denominado Pabellón Real ( lado este ). La fachada del Ayuntamiento que domina su perspectiva no es obra suya sino de Andrés García de Quiñones. Hay que resaltar la acertada síntesis entre las decoraciones de influencia rococó Historia del Arte
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con las de tradición castellana. Las ventanas están provistas de molduras de perfil prismático con orejeras, mientras que los balcones poseen placas recortadas por encima de los dinteles en los dos primeros pisos y grandes ménsulas abultadas en el superior. Los espacios entre vanos se cubren con decoraciones de hojarasca, temas florales, doseles, medallones... de origen plateresco.
c. Fernando de Casas y Novoa. FACHADA DEL OBRADOIRO. CATEDRAL DE SANTIAGO DE COMPOSTELA Con esta fachada el barroco gallego llegó a su cenit. En 1670 se levantó la torre de las campanas y en 1738 Casa y Novoa completó la construcción con su gemela y la espadaña central. Esta fachada, que se superpone a la antigua fachada románica, se edificó para proteger el Pórtico de la Gloria y dotar de luz directa a las galerías y naves del interior del templo románico. Para conseguir la transparencia, Casa y Novoa colocó un tímpano de vidrio sobre la puerta principal y abrió una serie de grandes ventanales en el papel central. Esta parte del Obradoiro es conocida como El Espejo, porque al atardecer el sol poniente la ilumina y crea reflejos espejantes. La fachada está construida con un granito sobrio que la confiere cierta austeridad monocroma. La ornamentación es abundante pero de reducidas dimensiones y está subordinada al predominio de la geometría, semeja el trabajo de los orfebres en sus tallas. El Obradoiro adquiere su complejo significado cuando luces y sombras dibujan su majestuosa fachada. Bajo esta rica ornamentación subyace, sin embargo, un equilibrio de masas, con un orden y una racionalidad casi renacentistas. La composición a base de prismas superpuestos evita subrayar la gran altura de las torres y genera, en cambio, un efecto de grandiosidad. El resultado es una magnífica escenografía barroca, con masas ordenadas y solemnes aligeradas por una brillante ornamentación. La amplia plaza situada ante la catedral permite la contemplación de esta apoteosis barroca.
d. Alonso Cano. FACHADA DE LA CATEDRAL DE GRANADA Su nota más característica es que priva a las pilastras del capitel y crea una decoración vegetal a base de follaje carnoso de grandes obras de hojas que se impondrán después en toda Castilla y Andalucía Oriental. Decora también la fachada con tableros superpuestos y líneas curvilíneas de gran efecto luminoso.
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Πáγινα 18 δε 18