Hidrografía

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LOS RIOS Y LAS AGUAS CONTINENTALES EN ESPAÑA

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TEMA: LOS RIOS, LOS LAGOS Y LAS AGUAS CONTINENTALES El agua es un elemento fundamental para la vida. Aproximadamente el 3% del agua del planeta es dulce y el resto es agua salada. En el agua hay elementos disueltos como son carbonatos, sulfatos, cloruros, magnesio, sodio, potasio, calcio..... Las aguas denominadas blandas son aquellas pobres en calcio, mientras que se consideran aguas duras aquellas que son ricas en este elemento. El agua es un recurso natural y escaso, indispensable para la vida y para las actividades económicas, no es renovable por la voluntad humana y es irregular en su forma de presentarse en el tiempo y en el espacio. La Hidrología estudia las aguas marinas y continentales y es una parte de la Geografía Física. No puede haber vida sin agua. El origen del agua continental, subterránea y superficial (escorrentía) hay que buscarlo en las precipitaciones y en el ciclo hidrológico. Escorrentía es el agua que corre por la superficie da la tierra, como resultado de un exceso o saturación de la misma en el suelo, debido a la lluvia, nieve o granizo. Este agua termina en los sectores más deprimidos del territorio que atraviesa, dando lugar a ríos, torrentes, arroyos, etc. El relieve y el clima condicionan la escorrentía El ciclo hidrológico es un proceso dinámico que describe el continuo recorrido del agua desde la atmósfera hasta la superficie terrestre y de vuelta de nuevo a la atmósfera. El agua sigue varias etapas: evaporación, transpiración, condensación, precipitación, escorrentía, infiltración, acumulación y circulación. En ellas interviene la fuerza de la gravedad y la energía procedente del sol. En el ciclo hidrológico el agua sufre constantes transformaciones que le hacen pasar del estado líquido al sólido y al gaseoso LAS CUENCAS FLUVIALES La delimitación de las cuencas fluviales en España se debe al relieve que marca la divisoria de aguas. En los ríos españoles podemos destacar las siguientes características: • Disimetría de las vertientes, debido a la disposición de la Meseta Central y a su inclinación. • Escasa importancia del endorreísmo y los lagos. • Irregularidad en las aportaciones de agua por lluvias y nieve.

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FACTORES QUE INFLUYEN EN EL RÉGIMEN FLUVIAL. El régimen de alimentación de un río explica las variaciones de caudal a lo largo del año. Dependiendo de factores físicos como el relieve, el clima, la vegetación y la litología, así como de factores humanos como la construcción de presas o canales. Los regímenes fluviales principalmente son dos: El régimen nival si la alimentación del río depende del deshielo de la nieve en primavera. Es característico de los arroyos y ríos montañosos. El régimen pluvial depende de las lluvias en las zonas por las que pasa el río. La mayoría de los ríos tienen regímenes mixtos (pluvio-nival, nivo- pluvial) Los factores que inciden en el régimen de los ríos son los siguientes: * El clima que condiciona por la cantidad, distribución y cantidad de precipitación así como por la aridez y la evaporación de las aguas. * El relieve y la topografía. La proximidad o lejanía de las montañas al mar puede determinar el caudal y curso de los ríos y condicionar su aprovechamiento. El relieve influye en la longitud de los ríos, en la extensión de su cuenca hidrográfica y en la vertiente en la que va a desembocar el río. La pendiente y la erosión de los ríos es mayor cuanto mayor sea la inclinación del terreno. Las obras hidráulicas se ven favorecidas por la topografía abrupta (el ejemplo más claro lo tenemos en los numerosos embalse y centrales eléctricas en los Arribes del Duero). Las llanuras de inundación de un río serían las riberas o vegas. La sucesión de llanuras de inundación en el tiempo constituye las terrazas. Si el río se encaja en la topografía, favorecido por la litología, puede dar lugar a gargantas, cañones, hoces.... La litología. Es importante el tipo de roca sobre la que discurre el río y el grado de permeabilidad de la misma. Es importante para establecer las diferencias en la densidad del drenaje sobre tierras arcillosas, impermeables, o sobre tierras calizas, permeables, que pueden ocasionar la desaparición del drenaje o circulación superficial del río al filtrarse el agua por la roca y circular por el subsuelo (Ojos del Guadiana). La vegetación. La vegetación, según sea su densidad, puede retener más o menos agua procedente de las precipitaciones. Cuando la vegetación es poco densa, el agua de lluvia golpea directamente el suelo y lo erosiona más, empobreciéndolo. Esto es más frecuente en la zona mediterránea donde las lluvias son más irregulares y torrenciales. La acción humana. Es otro factor importante pues las políticas hidráulicas pueden modificar el cauce de los ríos, realizando embalses e infraestructuras para planes de regadíos o incluso realizando trasvases de una cuenca a otra (trasvase Tajo-Segura por ejemplo).

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ELEMENTOS DE LA RED HIDROGRÁFICA. 1- La caudalosidad. Es el volumen de agua que lleva un río, medida en las estaciones de aforo. Se mide en metros cúbicos por segundo y varía a lo largo del recorrido de los ríos. La caudalosidad es mayor en la desembocadura que en el curso alto, siempre que no haya infiltraciones o la evaporación lo impida. Depende de muchos elementos como el volumen de las precipitaciones, la extensión de la cuenca fluvial y de la importanciqa de los afluentes El caudal varía también según la estación del año, mínima en los periodos de sequía estival y máxima en las épocas de deshielo o de máximas precipitaciones. El caudal de un río puede ser: •

Caudal absoluto: sería la cantidad de agua en metros cúbicos por segundo que un río evacua a lo largo del año. El caudal es proporcional a las precipitaciones que recibe en su cuenca y señala la cantidad de agua de un río en un punto determinado. Aunque la caudalosidad de los ríos españoles es mayor en la desembocadura, desciende mucho hacia el interior. La excepción se produce en los ríos del norte, por la abundancia de precipitaciones, y en los mediterráneos debido a la utilización humana para el regadío.

Caudal relativo: sería la relación entre el caudal medio anual y los kilómetros cuadrados de cuenca. Se mide en litros por segundo y por kilómetro cuadrado de cuenca. Así por ejemplo los ríos cortos de la vertiente cantábrica dan valores más altos, dado que el tamaño de su cuenca es menor (el Nalón tiene un caudal relativo de 27,5 litros/segundo/kilómetro cuadrado, mientras que el Ebro presenta 7,3. litros/segundo/kilómetro cuadrado).

Las variaciones estacionales de caudal se observa a través de una curva de coeficientes de caudal. En la curva aparecen en el eje de ordenadas el caudal mensual y en el eje de abcisas aparecen los meses del año. En los ríos peninsulares se observa una etapa de menor caudal que coincide con los meses estivales, si bien la existencia de presas permite regular el caudal durante todo el año. En los ríos pequeños el caudal depende de las precipitaciones, mientras que en las grandes cuencas entran en juego distintos factores (deshielo, procedencia de las distintas cabeceras, etc.). 2- La irregularidad. Crecidas y estiajes El agua que contiene un río está relacionada con la irregularidad de las precipitaciones. La irregularidad de un río se obtiene dividiendo su caudal medio anual más elevado por el más bajo. Un río regular daría un cociente en torno a 3. En España los ríos menos irregulares son los de la vertiente cantábrica y los gallegos (el Miño en Orense tiene un cociente de 3,29). En el extremo opuesto se encuentran los ríos de la vertiente mediterránea (por ejemplo el Júcar tiene un cociente de 8,26).

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Las crecidas son un aumento anormal del caudal de un río, mientras que un estiaje es una reducción del agua que transporta dicho río. Los ríos levantinos son los más conocidos por sus crecidas (Turía, Júcar, Segura..) cuando tienen lugar fenómenos de gota fría. Los desbordamientos y los efectos catastróficos de las crecidas además están favorecidos por la ausencia de vegetación. También se pueden producir crecidas en los ríos meseteños aunque estas son casi siempre en invierno. En cuanto a los estiajes son acusados en toda la península pero especialmente en la mitad meridional. Los pequeños cursos de agua pueden quedarse totalmente secos. 3- Los materiales de transporte. Los aluviones. Los ríos normalmente tienen mayor fuerza erosiva en su cabecera porque salvan mayores desniveles. En este tramo, en el curso alto, disgregan y arrastran una gran cantidad de materiales que erosionan a su paso. En el curso medio, los ríos transportan los materiales erosionados y en el curso bajo del río, en la desembocadura, el río va perdiendo fuerza y capacidad de transporte, depositando los aluviones y formando deltas o estuarios. LOS REGÍMENES FLUVIALES. La alimentación de agua de un río depende en gran parte de las características de las precipitaciones y del ritmo estacional con el que se distribuyen. El mosaico climático peninsular permite decir que en España existen representaciones de todos los regímenes fluviales. De la combinación de elementos (caudalosidad, irregularidad, estiajes, crecidas...) se deduce el régimen de los ríos peninsulares. Los regímenes fluviales pueden ser simples o complejos. Se dice que un río tiene un régimen simple cuando las características climáticas de su cabecera o de su curso alto determinan un mismo tipo de régimen fluvial a lo largo de toda su trayectoria. Los regímenes complejos es el de los ríos que por la amplitud de su cuenca se ven sometidos a características climáticas distintas en los diversos tramos de su recorrido, debido en gran parte a la distinta procedencia de sus afluentes. Siguiendo la terminología de Masachs Alavedra en 1948 podemos distinguir varios tipos de regímenes fluviales: •

Régimen Nival. Es el régimen que tienen los ríos que nacen en cordilleras por encima de los 2000 / 2500 m. Son ríos de fuertes pendientes y curso rápido y tumultuoso. La época de mayor caudal coincide con el deshielo de las nieves, de mayo a julio, y el estiaje con el periodo invernal que coincide con el máximo de nieve acumulada.. Experimenta una evaporación escasa porque a esas alturas las temperaturas no son muy altas. Son los ríos del Pirineo central en sus cabeceras: Gállego, Cinca y Segre así como algunos de Sierra Nevada.

En los valles pirenaicos situados a menor altitud se da un régimen nival de transición o nivopluvial que afecta a todos aquellos ríos que reciben precipitaciones tanto de nieve como de agua. Son muy parecidos a los anteriores pero las precipitaciones acuosas introducen una variante que se

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traduce en un máximo secundario en otoño, producido por las lluvias equinocciales. Son ríos de caudal abundante y escasa irregularidad. •

Régimen Pluvial. Es el régimen que predomina en los ríos que nacen por debajo de los 1000 m. Su caudal está en relación directa con las precipitaciones que reciben y por lo tanto aumenta con las lluvias de otoño y primavera. Dentro de este régimen hay dos variedades:. o el pluvial mediterráneo con un estiaje muy acusado en el verano . Son ríos muy irregulares. Presentan tres máximos: uno en febrero y marzo, otro a finales de primavera y el tercero que es el mayor en otoño. Las crecidas repentinas y los desbordamientos son frecuentes. Muy típicas del Mediterráneo son las ramblas o rieres . Las ramblas son cursos intermitentes, cuyos cauces arenosos y secos la mayor parte del año, sólo llevan agua algunas horas tras una crecida debida a lluvias torrenciales. o El pluvial subtropical es una agudización del régimen mediterráneo. Registran dos máximos: uno en primavera y otro en otoño separados por largos y profundos estiajes. Son muy irregulares. o El pluvial atlántico presenta unas características completamente distintas. La abundancia de precipitaciones de sus cuencas los convierte en ríos caudalosos y de escasa irregularidad. Estos serían los ríos de la España húmeda del norte y del noroeste.

Régimen mixto: cuando un río circula por zonas de condiciones climáticas heterogéneas su caudal tiene un régimen mixto. Dentro de este tipo se puede distinguir: 1º) un régimen nivo-pluvial que es el de los ríos que se sitúan en los 2000 m. y en los que influyen las aguas del deshielo y en segundo lugar las de las precipitaciones. El máximo de caudal se alcanza al final de la primavera. A estos ríos pertenecen los pirenaicos como el Segre, el Gállego y el Ter o algunos ríos cantábricos como el Sella y el Nalón. 2º) Régimen pluvio-nival es el que poseen los ríos que provienen de vertientes situadas entre 1600 y 1800 m. Alimentan su caudal mayoritariamente con las precipitaciones y en menor medida con el deshielo de primavera. El máximo caudal se registra en abril y en menor medida en otoño, mientras que se aprecia el estiaje en los meses de verano. A este grupo pertenecen ríos que nacen en la Cordillera Cantábrica como el Pisuerga, el Esla, el Cea, o del Sistema Central como el Henares, el Jarama, el Tiétar, el Adaja y el Eresma.

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LAS PARTES DE UN RÍO La cuenca hidrográfica es el territorio que drena un río y sus afluentes, es decir la región de la que proceden las aguas de un río. Cada cuenca está separada de otras por una divisoria de aguas que coincide con la línea de cumbres de los sistemas montañosos en los que nacen los ríos. Una vertiente es la región cuyas aguas vierten a un mismo mar y está formada por varias cuencas hidrográficas Dentro de un río se distinguen varias partes: El lecho es el fondo o superficie sobre la fluye una corriente de agua. El cauce es el espacio delimitado por el máximo nivel del agua. El río casi nunca ocupa su cauce pero puede hacerlo en momentos de máximas crecidas. El nacimiento de un río puede ser de dos tipos: superficial, cuando la escorrentía de las precipitaciones o del deshielo se unen y forman un curso superficial; o por resurgencia cuando el agua infiltrada mana a modo de fuente. El curso de un río se divide en tres partes: • 1º) el curso alto o cabecera en la zona de la cabecera, es la región donde nace el río, dónde la corriente salva un mayor desnivel, el río tiene más velocidad y más fuerza erosiva. Puede dar lugar a cascadas y pozas entre las rocas. •

2ª) el curso medio en el que el río arrastra los materiales arrancados a su paso y desgajados de las rocas que encuentra a su paso. La velocidad del río va descendiendo y al perder fuerza comienza a cumular sedimentos en los lechos de inundación o vegas que son zonas muy fértiles para la agricultura. En el curso medio, el agua comienza a serpentear formando los característicos meandros. El río va recibiendo afluentes por sus dos vertientes. Con el tiempo un río excava en sus depósitos de arenas y limos dando lugar a las llamadas terrazas fluviales.

3º) el curso bajo es la parte final del río, dónde el caudal suele ser mayor y la corriente más lenta. Se depositan los limos más finos y otros aluviones hasta su desembocadura. En terrenos abiertos, cuando el mar impide la acumulación de arenas y limos se forman los estuarios, si por el contrario los sedimentos se acumulan en grandes espesores, el río se abre en numerosos brazos, formando deltas. Cuando el valle bajo de un río es invadido por el mar se forman las rías (Galicia)

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LAS VERTIENTES HIDROGRÁFICAS. •

Ríos de la vertiente cantábrica. Los ríos son cortos y de cuencas muy reducidas puesto que nacen en la Cordillera Cantábrica, muy cercana a la costa (aproximadamente 50 km.) En pocos kilómetros deben salvar un gran desnivel lo que les confiere una gran capacidad erosiva que da lugar a la formación de hoces o gargantas en los materiales calizos que atraviesan ríos como el Cares, el Deva, el Sella y el Besaya. Esta vertiente recibe abundantes precipitaciones casi de un modo uniforme a lo largo del año, por lo que el caudal de estos ríos es constante. Su irregularidad por lo tanto es pequeña y en ellos predomina el régimen pluvial. Los principales ríos cantábricos son: Bidasoa, Nervión, Deva, Pas, Besaya, Nansa, Sella, Nalón, Navia, Narcea y Eo.

Ríos de la vertiente mediterránea. Incluimos en este apartado todos los ríos que desembocan en este mar con excepción del Ebro. Por afectar a una zona con pocas precipitaciones y un fuerte periodo de aridez, son ríos muy irregulares. Su caudal es reducido y llegan a su desembocadura casi secos porque sus aguas han sido aprovechadas para regadíos. Presentan grandes oscilaciones en su caudal. En verano, la prolongada sequía y la aridez provoca que la mayoría de los ríos mediterráneos pierdan su caudal superficial, quedando su cauce seco. Estos ríos de cauce seco reciben el nombre de ramblas o rieras. Por el contrario las fuertes crecidas tienen lugar tras fuertes precipitaciones como consecuencia de la gota fría o de las lluvias torrenciales, es entonces cuando los ríos mediterráneos se desbordan y anegan poblaciones y campos de cultivo. Este problema de crecidas es aún más acusado por la deforestación de la zona. Entre los ríos de la vertiente mediterránea destacamos los siguientes: Ter, Fluviá, Llobregat, Besós, Mijares, Turia, Júcar, Segura, Almanzora, Guadiaro, Guadalhorce, Guadalmedina y Guadalfeo.

Ríos de la vertiente atlántica. Tienen cuencas y caudal mayores que los mediterráneos. Son largos al nacer en el Sistema Ibérico y desembocar en el Atlántico. Discurren por llanuras y su régimen es irregular. Presentan estiajes en verano, mayor cuanto más al sur y un 2º mínimo de caudal en invierno debido a la situación climática anticiclónica de la Meseta durante el invierno. En otoño y primavera experimentan crecidas. Se incluyen todos los ríos de la Meseta, de la Depresión del Guadalquivir y los ríos gallegos.

En las islas Baleares y en las Canarias no hay ríos propiamente dichos. Poseen arroyos o corrientes de agua de escaso caudal.

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MAPAS DE CUENCAS HIDROGRÁFICAS

MAPA DE RÍOS

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LAGOS , HUMEDALES, ZONAS ARREICAS Y PALUSTRES. Las aguas de escorrentía tienden todas ellas a alcanzar el mar siguiendo la pendiente. Sin embargo no toda el agua alcanza el mar. Gran parte se queda a medio camino ya sea por evaporación, por filtración o acumulación en el fondo de alguna depresión o cuenca cerrada. Cuando las aguas divagan o se evaporan sin que se conozca su fin se habla de arreismo, mientras que cuando se acumulan en el fondo de una cuenca se habla de endorreísmo. El endorreísmo es frecuente en las regiones áridas y las aguas acumuladas en los fondos llanos de las depresiones dan lugar a lagos o a sábanas de agua de escasa profundidad, que durante la estación seca desaparecen dejando como huella una costra salina. En España estos lugares reciben distintos nombres como lagunas, charcas, balsas o salinas. Dos causas determinan el endorreísmo: el relieve y el clima. Las precipitaciones escasas y las elevadas temperaturas determinan un grado de aridez que contribuye al endorreísmo que en la España seca ocupa una gran extensión. Sus principales enclaves se localizan en la Meseta meridional, especialmente en la Mancha, en la cuenca alta del Guadiana, en la Depresión del Guadalquivir y en la vertiente S.E. del Sistema Ibérico. A estos cabe añadir otros centros de endorreísmo de menos importancia como son el leonés (entre los valles del Orbigo y el Cea), el palentino con la cuenca de La Nava, el zamorano (entre el Esla y el Valderaduey), el vallisoletano (desde Medina de Rioseco hasta Medina del Campo), el endorreísmo navarro (en la confluencia del río Cidacos con el Aragón) y el endorreísmo levantino (Murcia y Alicante). De entre las numerosas charcas y lagunas de las regiones endorreicas españolas sobresalen: • • •

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La laguna de la Janda (Cádiz) se encuentra en una hondonada de origen tectónico en la margen izquierda del río Barbate.. Actualmente está desecada para el aprovechamiento agrícola. La laguna de Fuentilleja en la región volcánica de Campo de calatrava está localizada sobre el cráter de un volcán extinguido. El lago de Sanabria que es de origen glaciar, en un valle en artesa y con una profundidad de 50 metros. Sus aguas son puras y transparentes aunque la explotación turística y el aprovechamiento hidroeléctrico han provocado una degradación. El entorno de Sanabria fue declarado Parque Natural. La laguna Negra se encuentra en el Sistema Ibérico, a 1800 m. de altura, en la provincia de Soria La laguna de Fuente de Piedra en Málaga. La de Gallocanta en Aragón, enclavada a casi 1000 metros de altura en el Sistema Ibérico, en el extremo sur de la provincia de Zaragoza .Está prácticamente desecada. El lago de Bañolas (Gerona) que tiene un carácter mixto pues se ubica en una depresión formada por una gran falla y está alimentado por aguas subterráneas de origen cárstico

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En España hay 2474 lagos lo que no implica una gran riqueza lacustre puesto que muchos de ellos tienen pequeñas dimensiones y carácter estacional. Los lagos y formaciones lacustres son masas de agua estables que alcanzan cierta profundidad. Se puede definir el lago como una masa de agua dulce o salada, acumulada en los sectores más deprimidos de la corteza terrestre, con comunicación al mar o sin ella por lo que son áreas endorreicas. Pueden ser utilizados por el hombre para diversos fines (turísticos, deportivos, regadío, obtención de energía...) Existe un grupo de lagos que aunque tienen poca importancia por sus dimensiones si la tienen por su belleza paisajística. Se trata de los lagos de origen glaciar que abundan en los Pirineos la mayoría de ellos ocupan pequeñas hondonadas formadas por antiguos circos glaciares rodeados de altas cumbres. El 90% de los lagos pirenaicos son de origen glaciar y alimentan los ríos de montaña. Reciben el nombre de ibones en Aragón o estanys en Cataluña. Son de escasa dimensiones superficiales pero alcanzan mucha profundidad. Raramente aparecen aislados y suelen formar parte de extensas zonas lacustres. También de origen glaciar son algunos lagos que aparecen en el Sistema Central ( Peñalara, Laguna Grande) o en la Cordillera Cantábrica, en el alto valle de Covadonga (Enol y La Ercina). Los lagos glaciares se forman a partir de la excavación de cubetas por el hielo en el circo del glaciar (lagos de circo) o en el valle (lagos de valle), o bien por las obstrucciones causadas por las morrenas en el valle glaciar. Los lagos kársticos tienen su origen en las cubetas creadas por la disolución de calizas o yesos . El mejor ejemplo de este tipo de lagunas son las lagunas de Ruidera, en La Mancha, 15 lagunas se disponen a lo largo de 27 km. de valle, salvando desniveles mediante cascadas. La degradación medioambiental en los últimos años ha provocado el descenso del nivel de las aguas y la degradación de la vegetación natural de la zona (encinares, choperas y carrizales). Los lagos eólicos han sido excavados por la acción del viento sobre materiales blandos (closes del Ampurdán.)

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Los humedales y zonas arreicas En la Mancha existe un sistema de humedales formado por formaciones lacustres, palustres y encharcamientos estacionales. Entre ellos destaca el Parque Nacional de las Tablas de Daimiel (C.Real) El Parque Nacional de la Tablas de Daimiel surge como consecuencia del exceso de agua y saturación del suelo en la confluencia de los ríos Guadiana y Cigüela, lo que permite que se forme una cubierta vegetal de plantas lacustres que atraen a la fauna, fundamentalmente aves acuáticas, que se alimenta de ellas. La existencia de una fauna acuática es la razón principal para la protección del espacio de las Tablas. La presión agrícola, especialmente la de la agricultura de regadío, ha provocado un proceso de desecación que hace peligrar la vida del Parque Nacional de las Tablas de Daimiel. Los lagos arreicos son lagos característicos de las regiones áridas o semiáridas llanas (cuencas sedimentarias interiores y depresiones exteriores a la Meseta.). Las escasas aguas no tienen fuerza para llegar al mar y se acumulan en las zonas llanas hasta que se evaporan. En la provincia de Toledo existen lagunas de pequeñas dimensiones que ocupan depresiones poco profundas cuyo volumen de agua registra fuertes variaciones anuales. Durante el verano aparecen secas debido a la fuerte sequía dejando costras salinas debido a la fuerte evaporación. En la provincia de Ciudad Real se desarrolla un conjunto de formaciones palustres en trono a la localidad de Alcazar de San Juan. En la provincia de Albacete también existen numerosas lagunas arrecias. Igualmente se dan estas formaciones en la Depresión del Ebro.

Formaciones Palustres. Creadas por la acción combinada del mar y de la sedimentación fluvial se componen de lagunas litorales, marismas, albuferas, estuarios y deltas. El delta del Ebro no es una formación lacustre pero sí una zona húmeda de gran interés ecológico. Las lagunas existentes en el delta del Ebro son pequeñas depresiones, algunas ya se han colmatado con sedimentos y se han convertido en turberas (suelo encharcado con material vegetal en descomposición). En el litoral mediterráneo son frecuentes las albuferas pues la disponibilidad de arenas facilita la formación de barreras arenosas o restingas que cierran la depresión. Algunas veces las albuferas comunican con el mar por medio de una bocana. La más importante es la de Valencia y la del mar Menor, explotadas para la agricultura (arroz) y para las salinas (Santa Pola y Torrevieja) de donde se obtiene grandes cantidades de sal facilitada por la salinidad elevada de las aguas unida a la gran evaporación que existe en esta zona. En el golfo de Cádiz se suceden marismas asociadas a la desembocadura del río Guadiana, Tinto-Odiel, Guadalete y Guadalquivir. Las zonas más deprimidas se convierten en esteros (terreno anegado que se inunda con la subida de la marea). En las marismas del Guadalquivir se encuentra el Parque Nacional de Doñana , zona de gran interés ecológico. 12


Las aguas subterráneas El agua de las precipitaciones y del deshielo no siempre constituye escorrentía superficial sino que, a menudo, si los terrenos son permeables, se infiltra en el interior de la tierra y discurre subterráneamente con un caudal mas o menos importante. Las aguas subterráneas por lo tanto discurren por el subsuelo, moviéndose los cauces de los ríos, lagunas y humedales. Los acuíferos son embolsamientos de agua subterránea que se forman cuando las aguas de precipitación se infiltran, encuentran un estrato impermeable y se acumulan sobre él. En la península existen más de 400 que se encuentran principalmente en las depresiones terciarias (Duero, Tajo, Guadiana), en las proximidades de los ríos (terrazas fluviales y riberas), en las cabeceras montañosas húmedas de los principales ríos, y en Baleares y en Canarias. En España se calcula que los acuíferos subterráneos contienen 20.000 Hm cúbicos de agua al año de los que se explotan cerca de un 30% para usos agrarios o para demandas urbanas, turísticas e industriales. El tipo de suelo influye en la dinámica del acuífero así en las áreas silíceas tenemos captaciones de escasa profundidad, por el carácter poco permeable de éstos suelos; en cambio en las zonas calizas los acuíferos son muy abundantes y llevan un gran caudal. La actividad humana ha alterado este régimen por la extracción de las aguas subterráneas mediante pozos. Hasta 1985 las aguas subterráneas eran un bien privado. Se calcula que hay 150.000 pozos para la explotación de las aguas subterráneas aunque es posible que haya muchos más que no estén legalizados. En épocas de sequía las aguas subterráneas son de gran necesidad para el abastecimiento. Según el Ministerio de Fomento y de medio Ambiente, de los 442 acuíferos que hay en España, 51 están explotados en exceso, 39 salinizados y la contaminación afecta al 28%. La contaminación se debe al uso de plaguicidas, fertilizantes, vertidos urbanos e industriales. Además de las aguas subterráneas también existen aguas fósiles que se acumularon en épocas geológicas pasadas cuando los climas eran más lluviosos. Esta agua fósiles se pueden agotar como cualquier otro recurso no renovable.

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El aprovechamiento de los recursos hídricos. Existen claras desigualdades respecto a las disponibilidades y demandas de agua entre las distintas Comunidades Autónomas en España, por lo que es necesario establecer una adecuada política hidráulica vinculada a la ordenación territorial y a una apropiada gestión ambiental. El incremento de la demanda de agua en España ha llevado a la realización de infraestructuras encaminadas a: • •

regular los recursos mediante obras hidráulicas (presas, trasvases etc.) que permitan desviar canalizaciones y regular el caudal de los ríos Mejorar la calidad de las aguas mediante depuradoras y potabilizadoras.

El Plan Hidrológico Nacional contiene las bases de la política hidráulica que resumiendo serían las siguientes: •

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Aumento de los recursos disponibles mediante la ejecución de infraestructuras de regulación (embalses), incremento de las extracciones de los acuíferos, uso conjunto de las aguas subterráneas y superficiales, desalación, reutilización de aguas residuales depuradas y conexiones entre las cuencas fluviales. Disminución de la demanda como resultado de medidas de ahorro, limitación de los regadíos, etc. Prevención de inundaciones mediante encauzamientos, medidas urbanísticas y protección civil. Protección del medio ambiente hídrico. Depuración de las aguas residuales urbanas e industriales. Investigación y Desarrollo.

Además del Plan Hidrológico Nacional existen planes hidrológicos de cuenca en los que se determinan las obras necesarias en cada una de las cuencas hidrográficas. Estos planes los elaboran las Confederaciones hidrográficas o los gobiernos de las Comunidades Autónomas y se remiten al Ministerio de medio Ambiente.

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Principales tipos de obras hidráulicas. Los embalses: son agua almacenada artificialmente mediante la construcción de presas. Suelen aprovechar la topografía abrupta del terreno (gargantas, cañones, valles montaña, Arribes...) y su finalidad es doble: abastecimiento de agua y producción de energía hidroeléctrica. Los embalses públicos constituyen el 56% de los existentes. Los embalses privados están orientados básicamente a la producción de energía hidroeléctrica. Presas y embalses La construcción de un pantano supone beneficios indudables. Asegura el suministro de agua durante todo el año en las zonas con lluvias o deshielos estacionales; regulan el flujo del agua impidiendo inundaciones y muchos se aprovechan para generar energía hidroeléctrica. Además se pueden usar para actividades recreativas como nadar, pescar o navegar. Desde el punto de vista ecológico se forman ecosistemas nuevos que pueden ser muy apropiados para la vida de aves acuáticas o peces u otros organismos que necesitan de aguas remansadas para vivir. Así, por ejemplo, la distribución de muchas aves acuáticas ha cambiado en la península ibérica, pues mientras han disminuido los humedales costeros, en los que antes vivían o se detenían en sus migraciones, han aumentado los embalses interiores, y hacia ellos se han desplazado en los últimos decenios. Junto a estas ventajas hay varios inconvenientes que es importante tener en cuenta antes de decidir si una determinada presa se debe construir o no. Hacer la presa es caro. La inundación de grandes áreas obliga a desplazar de sitio pueblos enteros y desaparecen ricas tierras agrícolas y otros ecosistemas valiosos. Desde un punto de vista ecológico, las grandes presas alteran de forma muy importante el río. Las características del agua embalsada son muy distintas de las que corresponderían a las del curso fluvial. Su temperatura, gases disueltos, partículas en suspensión, estratificación, y otros parámetros cambian drásticamente. Además las presas son obstáculos, a veces insalvables, para salmones, truchas y otros seres vivos que deben moverse arriba y abajo del río para completar sus ciclos de vida. También hay que considerar que los embalses tienen un tiempo de utilidad relativamente corto. Se van llenando con los sedimentos que arrastra el río y se calcula que su vida puede estar entre unos 50 a 200 años, antes de que la cuenca se colmate y pierda su capacidad de almacenar agua. Además la presa retiene los sedimentos que en condiciones normales el río arrastraría y las tierras situadas mas abajo de la presa pierden el aporte de nutrientes que esos sedimentos llevaban y se empobrecen. En las zonas cálidas se evapora tanta cantidad de agua que la que queda embalsada se enriquece en sales con lo que baja su utilidad para el riego.

Los Trasvases. Transferencia entre cuencas hidrológicas En la actualidad muchos Planes Hidrológicos de todo el mundo se basan en la construcción de grandes presas y embalses en zonas que tienen agua abundante para hacer su transvase, a través de canales, túneles y grandes tuberías, a zonas secas. Estos planes incluyen descomunales obras de ingeniería y la modificación de muchos kilómetros cuadrados de territorio. En España son muy conocidos los trasvases de agua entre la cuenca del Tajo y la del Segura, cuya agricultura depende, en gran medida, de este agua transportada. El Plan Hidrológico Nacional prevé el aumento de este tipo de trasvases El incremento de la demanda de agua y la irregular distribución de la misma hacen necesaria una conexión hidráulica entre espacios de diferentes cuencas mediante la construcción de trasvases. Los trasvases transfieren agua de las cuencas excedentarias 15


(Norte, Duero, Tajo y Ebro) a las deficitarias (Mediterráneas). Entre los trasvases el más importante es el del Tajo-Segura.

Depuradoras y potabilizadoras La mejora de la calidad de las aguas se hace mediante depuradoras y potabilizadoras. Las primeras sirven para tratar las aguas residuales con el fin de que no contaminen. Las potabilizadoras son plantas para tratar el agua que se va a beber. La Unión Europea obliga a tener sistemas de depuradoras de aguas residuales en todos los núcleos de población mayores de 2000 habitantes de forma que sean tratadas todas las aguas residuales generadas en dicho núcleo. Esto supone una gran inversión que deben pagar las Comunidades Autónomas y los Ayuntamientos. Según el uso que se vaya a dar a las aguas depuradas estas tendrán que estar sometidas a un proceso u otro. No es lo mismo el tratamiento de aguas residuales si estas se van a dedicar al riego de jardines o campos de golf que si se dedican a la agricultura o al consumo humano.

Los usos del agua. En los últimos años ha habido en España un gran incremento en el consumo de agua que es paralelo al desarrollo socioeconómico del país, al crecimiento de las ciudades, al incremento de las zonas turísticas, a la expansión de segundas residencias, al consumo de agua en parque y jardines y al importante crecimiento del consumo doméstico A estos usos habría que añadir otros como la refrigeración de centrales térmicas, la disolución de vertidos, la acuicultura, etc.. Los principales usos del agua son: • • • •

el regadío agrario, cada vez de mayor extensión y orientado a una agricultura de gran rentabilidad y destinada a la exportación fundamentalmente de productos hortofrutícolas. La actividad industrial demanda mucha energía eléctrica. España posee uno de los mayores parques hidroeléctricos del Mundo. Las ciudades demandan aproximadamente el 14% del agua consumida en España. Se trata de un consumo doméstico pero también para el riego de jardines, campos deportivos.... Uso ambiental y recreativo. Los lagos lagunas y embalses constituyen un recurso paisajístico y turístico pero de ser explotados de forma abusiva y desordenada puede tener consecuencias muy perjudiciales

Como consecuencia del escaso caudal de los ríos y de los vertidos con reducida depuración la calidad de nuestros cursos fluviales es preocupante. Algunos ríos han dejado de ser un cauce natural para convertirse en cloacas a cielo abierto. Los ecosistemas ligados al medio hídrico están sufriendo alteraciones importantes con una degradación general del medio ambiente

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Reducción del gasto innecesario Se estima que del 50% al 70% del agua que se extrae se desperdicia, por evaporación, fugas y otros motivos. Según algunos expertos se podría reducir estas pérdidas hasta cifras de alrededor del 15%. Uno de los motivos por los que se desperdicia tanta agua es porque su precio se mantiene artificialmente bajo. Cuando la consumimos pagamos sólo una parte, a veces muy pequeña, de lo que cuesta su extracción y preparación para el consumo. De esta forma no se estimula el ahorro y el uso restringido. El agua se considera un bien público, con un gran componente político, y los gastos que ocasiona se cargan a la masa global de impuestos pagados entre todos los ciudadanos. El sistema de riego que se use tiene especial influencia en el ahorro de agua, ya que casi el 80% de la consumida se emplea para riego. Sistemas muy usados como el transporte del agua por gravedad a través de surcos hechos en la tierra para dejar que encharque los campos, son especialmente derrochadores de agua. El riego por aspersión o el recubrir los canales de transporte del agua con cemento o plástico, o el nivelar bien los campos para que se encharquen homogéneamente, etc., ahorran agua en proporción apreciable. Las más modernas tecnologías de riego gota a gota que, en algunas ocasiones, están incluso controladas por ordenador para mantener el adecuado nivel de humedad, reducen el desperdicio de agua hasta los límites de alrededor del 15% que hemos comentado como óptimos. En algunas zonas se utiliza el agua residual urbana, después de tratada, para riego. Tiene la ventaja de que además de ahorrar consumo, devuelve nutrientes orgánicos que abonan los campos cultivados.

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Ciclo del agua El agua permanece en constante movimiento. El vapor de agua de la atmósfera se condensa y cae sobre continentes y océanos en forma de lluvia o nieve. El agua que cae en los continent es va descendiendo de las montañas en ríos, o se infiltra en el terreno acumulándose en forma de aguas subterráneas. Gran parte de las aguas continent ales acaban en los océanos, o son evaporadas o transpiradas por las plantas volviendo de nuevo de nuevo a la atmósfera. También de los mares y océanos está evaporándose agua constantemente. La energía del sol mantiene este ciclo en funcionamiento continuo.

Los ríos nacen en manantiales en los que surgen a la superficie aguas subterráneas o en lugares en los que se funden los glaciares. A partir de su nacimiento siguen la pendient e del terreno hasta llegar al mar. Un río con sus afluentes drena una zona que se conoce como cuenca hidrográfica. La separación entre cuencas es la divisoria de aguas. Desde su nacimient o en una zona montañosa y alta hasta su desembocadura en el mar el río suele ir disminuyendo su pendiente. El perfil longitudinal muestra muy bien el transcurrir del río hasta que llega al mar. Normalmente la pendiente es fuerte en el primer tramo del río, cuando viaja por las montañas (tramo alto), y se hace muy pequeña, casi horizontal, cuando se acerca a la desembocadura (tramo bajo). La desembocadura marca el nivel de base del río.

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LOS ACUÍFEROS Los acuíferos o capas freáticas son los estratos de terrenos porosos que se encuentran llenos de agua, de tal forma que permiten extraer cantidades grandes de agua, de una forma que es rentable económicamente. Normalmente los acuíferos se van recargando de forma natural con la precipitación que se infiltra en el suelo y en las rocas. En el ciclo geológico normal el agua suele entrar al acuífero en las llamadas zonas de recarga, atraviesa muy lentamente el manto freático y acaba saliendo por las zonas de descarga, formando manantiales y fuentes que devuelven el agua a la superficie. El ritmo de renovación del agua subterránea es muy lento. Puede fluir, por ejemplo, entre 1 y 100 m al año. Por esto, al extraer el agua subterránea en pozos se origina una zona sin agua, en forma de cono, alrededor del punto de extracción. Cualquier contaminante que se descargue por encima de este lugar es llevado por el cono directamente a la zona del pozo y puede afectar de forma muy importante a la calidad del agua extraída. Por otra parte cuando a un acuífero le quitamos, en un período largo de tiempo, más agua que la que se recarga, va disminuyendo el nivel freático y estamos haciendo un uso no sostenible de este recurso. Con el paso del tiempo el acuífero se irá vaciando, provocando diversos problemas.

Salinización de acuíferos por sobreexplotación

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MATERIALES DE APOYO Plan Hidrológico Nacional EL Plan Hidrológico Nacional fue aprobado por el Parlamento en 2005, modificando el Plan del 2001, y sustituyendo el trasvase del Ebro por el proyecto AGUA. El principal proyecto del Plan del 2001 era el trasvase del Ebro, un proyecto para transferir agua desde la cuenca del Ebro a Castellón, Valencia, Alicante, Murcia, Almería y Barcelona. EL PROYECTO AGUA del Plan actual prevé suministrar 600 hm3, de los que 300 hm3 se destinan a regadío. Pero para que los agricultores compren agua desalada es necesario un control estricto de los acuíferos por las autoridades de cuenca, de forma que se elimine la sobreexplotación de acuíferos. Sin embargo, la alternativa de la administración es subvencionar el precio del agua desalada hasta el nivel del coste de bombeo, ya que el control de la sobreexplotación de acuíferos es un desafío que supera ampliamente la capacidad de las autoridades de cuenca.

Polémica El PHN de 2001, como el de 1993, fue muy polémico en España. Sus detractores afirmaban que las alternativas de gestión de demanda podrían ser más baratas que el trasvase. Los defensores del trasvase del Ebro acusaron de insolidarios a los que se oponían al trasvase del Ebro, puesto que la alternativa basada sólo en desalación podía no ser viable desde el punto de vista económico. Tambíen eran elevados los costes energéticos y las emisiones de CO2 de la alternativa de desaladoras, aunque éstas estaban contempladas de todas maneras en el antiguo PHN, pero sólo de forma complementaria al trasvase. Las medidas de gestión de demanda en el regadío, como mercados de agua, subir los precios del agua, o prohibir la sobreexplotación de acuíferos son muy difíciles de implementar desde el punto de vista técnico, político e institucional. El requisito indispensable de cualquier solución de oferta (desalación o trasvase) o de demanda (limitar extracciones, subir precios, mercados) es resolver previamente el desgobierno de los recursos subterráneos en el levante y sureste peninsular, lo que supone un gran desafío para la administración hidraúlica como muestra el caso de las Tablas de Daimiel. Los esfuerzos de los anteriores presidente y comisario de aguas del Guadiana para cerrar pozos ilegales fueron desautorizados, lo que supone mandar una señal equivocada a los cientos de miles de responsables de perforaciones ilegales. El Plan Especial del Alto Guadiana en elaboración prevee unas inversiones de 5.500 millones de euros para solucionar la sobreexplotación de 220 hm3, lo que no parece muy razonable. Si el Plan se amplia a los 500 hm3 de sobreexplotación en el Júcar, Segura y Sur, quizá sería necesario invertir otros 12.000 millones de euros adicionales. Además, la presión urbanística está contribuyendo a la degradación de los recursos hídricos y los ecosistemas acuáticos. El objetivo de protección de los recursos hídricos y los ecosistemas es clave, dada la importancia de las actividades turísticas actuales y potenciales en el sureste peninsular. Las medidas a tomar deben examinarse con cuidada para no perjudicar a la agricultura del sureste, que es la más dinámica del país, y evitar su destrucción y abandono. Hay un problema de disponibilidad de mano de obra, que se palía con mano de obra inmigrante. El abandono de tierras favorece la desertización de la zona, y también hay que tener en cuenta la enorme presión y especulación urbanística.

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La solución del problema de escasez y degradación de los recursos hídricos en el sureste, requiere la cooperación de los agricultores para conseguir la acción colectiva en la protección de los recursos hídricos. Una carga excesiva sobre los agricultores supondrá el fracaso de cualquier medida.

OBJETIVOS DEL PLAN HIDROLÓGICO NACIONAL (PHN). En los artículos 38.1, de la Ley de Aguas, y 70, del R.D. 927/1.988, se fijan los objetivos generales de la Planificación Hidrológica en "conseguir la mejor satisfacción de las demandas de agua y equilibrar y armonizar el desarrollo regional y sectorial, incrementando las disponibilidades del recurso, protegiendo su calidad, economizando su empleo y racionalizando sus usos en armonía con el medio ambiente y los demás recursos naturales". De acuerdo con esto, los principales objetivos que se han marcado para el Plan Hidrológico Nacional son: • •

• • •

• • •

Conseguir la mejor satisfacción de las demandas de agua en cantidad, calidad y garantía de suministro con el menor coste posible. Equilibrar y armonizar el desarrollo regional y sectorial mediante la mejor distribución posible de todos los recursos hídricos disponibles, evitando estrangulamientos en el desarrollo de cualquier actividad, actual o futura, por limitaciones derivadas de la insuficiencia del recurso en cantidad o calidad. Racionalizar el uso actual o futuro, teniendo en cuenta que los excedentes que existan o que puedan conseguirse no tienen que emplearse necesariamente en la misma zona donde se originen, como se deduce de la condición de recurso natural básico del agua, del dominio público estatal sobre las aguas continentales renovables y de los objetivos generales de su planificación. Racionalizar la explotación y gestión de los sistemas hidráulicos. Promover el ahorro de agua mediante mejoras en las infraestructuras existentes, en la gestión del recurso y mediante una política que incentive el ahorro y penalice el despilfarro. Incrementar los recursos disponibles mediante nuevas obras de regulación, nuevas captaciones de aguas subterráneas, plantas de recarga artificial de acuíferos, reutilización de aguas residuales depuradas y mediante esquemas de uso conjunto de aguas superficiales y subterráneas y, en su caso, la desalación para demandas de alta calidad. Todo ello realizado de forma que quede plenamente garantizada la viabilidad técnica, económica, social y medioambiental de las actuaciones. Establecer los métodos y líneas de actuación precisos para proteger y recuperar la calidad de las aguas en ríos, lagunas, embalses y acuíferos, así como la protección contra su contaminación. Establecer criterios para la realización de estudios y la determinación de actuaciones y obras para prevenir daños causados por situaciones hidrológicas existentes. Proteger y ordenar el Dominio Público Hidráulico en sus aspectos relacionados con sequías, erosión y desertificación, fijación de caudales mínimos y protección y recuperación de cauces, riberas, márgenes y zonas húmedas. En una adecuada ordenación, son perfectamente compatibles con el mantenimiento de su funcionalidad y valor ambiental. Rentabilizar las inversiones ya realizadas o que se realicen en el futuro del Dominio Público Hidráulico. Es decir, tratar a las inversiones públicas en proyectos hidráulicos -si se exceptúan las requeridas para abastecimiento urbano- con igual criterio que cualquier otra inversión productiva, teniendo en cuenta la escasez del recurso y la necesidad del estudio de alternativas para seleccionar inversiones y jerarquizar actuaciones.

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Progresar hacia la autosuficiencia financiera en la gestión hidráulica, favoreciendo una mayor participación y control de la gestión y mejorando la coordinación administrativa entre los diferentes organismos con competencia sobre el agua y la gestión. Ajustar la política hidráulica a los objetivos de desarrollo socioeconómico y a los planteamientos de la ordenación territorial.

ACTUACIONES DEL PLAN HIDROLÓGICO NACIONAL . •

Para llevar a cabo los objetivos planteados anteriormente el PHN 2000/08 contempla unas inversiones globales públicas y privadas de 3,020 billones de pesetas. De esta cifra la mayor partida se destinarán a financiar las inversiones en mejora y modernización de regadíos, para una mejor gestión y ahorro de los recursos hídricos y para renovar parte de las infraestructuras de riego. Así las actuaciones más importantes que contempla en PHN 2000/08 son: Regulación de cuencas fluviales. Representa la segunda partida más importante del PHN, con un 16,61% del total y una inversión de 501.718 millones de pesetas. Con ello se pretende desarrollar un conjunto de obras hidráulicas dirigidas en su mayor parte a adaptar el recurso hídrico a las necesidades de sus distintos usos, intentando solucionar situaciones de carencia, tanto en cuencas excedentarias como en deficitarias. Estas actuaciones también pretenden contribuir a que se eviten los efectos adversos de las avenidas de ríos y cauces; a producir energías renovables, aprovechando dicha regulación, así como a aportar espacios de interés social. Modernización de regadíos. Supone la partida más importante con 958.594 millones de pesetas. Su objetivo principal es financiar las inversiones en mejora y modernización de regadíos, para una mejor gestión y ahorro de los recursos hídricos y para renovar parte de las envejecidas infraestructuras de riego. Para ello se ha elaborado el Plan Nacional de Regadíos (2000/08) que se detalla más adelante. Abastecimientos urbanos. Con esta actuación se pretende paliar problemas como la carencia puntual de oferta de agua en algunas ciudades costeras, que cuentan con una alta demanda de consumo durante la temporada turística. Para ello se realizará una inversión total de 408.645 millones de pesetas (13,53% del global). Saneamiento y depuración de aguas residuales. Representa el 14,74% del global de la inversión con 427.996 millones de pesetas. Se pretende incrementar los proyectos ya existentes para el saneamiento y depuración de núcleos urbanos y potenciar la reutilización de las aguas para el riego. Acondicionamiento de cauces y prevención de avenidas. Con una inversión de 227.559 millones de pesetas (7,54% del global), se pretende reducir los impactos derivados de una falta de prevención, ante los fenómenos naturales más adversos, y la mejora de los cauces, especialmente en las zonas urbanas. Programa de control y mejora de la calidad de las aguas superficiales y subterráneas. Para ello se destinarán 208.497 millones de pesetas (6,9% del presupuesto global).

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Modelado fluvial Los ríos se caracterizan por poseer un cauce más o menos fijo y un caudal permanente. Esto último es posible gracias a la aportación procedente de aguas subterráneas. Sin embargo, algunos ríos proceden de la fusión de masas de hielo estables, como es el caso de la fotografía, en que el río Cinca recibe el agua del deshielo del glaciar de Monte Perdido, situado sobre el valle de Pineta (Huesca). El relieve del fondo es el Cilindro de Marboré. En el tramo alto del curso fluvial predomina la erosión sobre otras acciones como consecuencia de la elevada pendiente, gracias a la cual el río posee una gran energía y, en consecuencia, capacidad erosiva. Son frecuentes las formaciones como cascadas y rápidos (cascadas del Cinca, Huesca).

La presencia de saltos de agua es un carácter común tanto en el tramo de cabecera como en los arroyos de montaña, donde el relieve sea escarpado, como el caso del arroyo del Aguilón, un afluente del río Lozoya en el valle del Paular (Madrid).

Esta cascada la forma el río Borosa, un afluente del Guadalquivir en su tramo superior, dentro de la sierra de Cazorla (Jaén), otro relieve abrupto.

La presencia de rocas resistentes estratificadas y su disposición pueden formar una sucesión de saltos y cascadas como graderíos o escalones (gradas de Soaso en el valle de Ordesa, Huesca).

Donde la capacidad erosiva del río es elevada, éste se encaja en su cauce (erosión lineal) profundizándolo y tallando gargantas y desfiladeros a través de las masas rocosas (río Pitarque cerca de Montoro, Teruel).

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La elevación tectónica del territorio o el descenso en el nivel de base fluvial son los factores que pueden rejuvenecer el río y dotarle de mayor capacidad erosiva haciendo que se encaje profundamente si encuentra rocas resistentes. Así, el río Guadalevín traza el profundo Tajo de Ronda (Málaga) a través de conglomerados torrenciales de edad miocena. En relieves jóvenes, abruptos, y donde la litología es apropiada pueden aparecer profundos cañones, como el de Gistaín, en el pirineo oscense, excavado en calizas.

Aunque el río es poco aparente, el desfiladero de Los Gaitanes en la serranía de Málaga, cortado en bancos de calizas verticales, supera los 100 metros de profundidad.

Durante el estiaje, el lecho rocoso en el tramo alto revela las huellas de la erosión que producen los acarreos del río en forma de profundos surcos y canales (gubiazos en el lecho rocoso del río Pitarque, Teruel).

Aunque una de las formaciones más características son los pilancones o marmitas de gigante, que no hay que confundir con los pilones o gnammas que la alteración química produce lejos de los cauces fluviales. Aquí se han desarrollado sobre granito en el arroyo Torcón (Toledo). Cuando quedan en seco se pueden ver en el fondo de los pilancones las masas de clastos que, con su continuo girar bajo un remolino [ → ver esquema], horadan el lecho fluvial. El pequeño círculo negro entre ambos pilancones es una tapa de objetivo fotográfico que mide 62 mm de diámetro (nacimiento del río Pitarque, Teruel). Aún los arroyos de apariencia poco espectacular son capaces de excavar pilancones de gran tamaño, como este del arroyo del Aguilón en el valle del Paular (Madrid).

En el curso medio el río pierde pendiente y capacidad abandonando parte de su carga más gruesa y formando una llanura aluvial o de inundación. En la primera parte de este tramo abundan las gravas muy gruesas que el río sólo es capaz de remover en las grandes crecidas por lo que se acumulan formando barras entre las que corre el agua, a veces formando varios canales activos en forma de canales trenzados o de canales anastomosados (río Ara en Huesca).

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En otra zona del mismo río Ara se aprecia el tamaño de los aluviones entre los que discurre el río.

Este aluvión muy grueso ocupa el valle del río Jarama tras su unión con el Lozoya, cerca de la localidad de Patones de Abajo (Madrid). Se pueden apreciar, en diferentes planos, los diversos canales activos del río.

El río abandona sus acarreos (aluviones) si carece de la energía necesaria para su transporte, bien al decrecer la pendiente o subir el nivel de base, entre otras causas. Pero igualmente puede ocurrir lo contrario: ganar capacidad erosiva y encajarse en la llanura aluvial, labrando un nuevo valle que, a su vez, será de nuevo relleno y quizá también erosionado. De esta manera, los restos de materiales que formaban llanuras aluviales anteriores van quedando dispuestos en forma escalonada en las márgenes del valle actual, son las llamadas terrazas aluviales.

è

¿Cómo

se

forman

las

terrazas?

En la foto superior de la izquierda se ven terrazas del río Jarama poco antes de recibir las aguas del Lozoya en el norte de la Comunidad de Madrid (el relieve más elevado no es una terraza). La foto inferior de la izquierda muestra los restos de un nivel de terraza desaparecida, también del Jarama, a la altura de Velilla de San Antonio. Obsérvese su situación topográficamente por encima del nivel actual del canal activo, visible detrás y señalado por la presencia del bosque de ribera. Más allá se ve la superficie roturada de la actual llanura de inundación. La otra forma característica de los canales fluviales son las sinuosidades llamadas meandros. Aparecen en la segunda mitad del tramo medio y en el tramo bajo del río, siendo muy variable su forma y desarrollo. Este lo traza el río Manzanares frente a Rivas-Vaciamadrid, poco antes de su unión con el Jarama. El agua corre de derecha a izquierda de la foto. En la curva del meandro el agua tiende a desplazarse hacia el exterior del mismo, donde será mayor su efecto erosivo y la orilla aparece escarpada (zona oscura del fondo a la derecha), mientras que en la orilla interna del meandro el agua pierde velocidad y el río deposita una barra semilunar o point bar. Ese efecto erosivo en el exterior de la curva ha obligado a realizar la protección de la misma mediante depósitos de bloques que el río no puede remover (en primer término). Este esquema representa lo indicado arriba acerca de la acción del agua en el meandro. En él, el perfil del canal es asimétrico, más profundo en la orilla cóncava exterior, donde el agua erosiona. La superficie del agua se inclina levemente como consecuencia del desplazamiento de la misma hacia el exterior del meandro. Como consecuencia de las acciones descritas, el meandro tiende a ampliarse, a hacerse más ancho, y a desplazarse aguas abajo del valle.

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Además de desviarse hacia afuera del meandro, el agua describe un torbellino helicoidal que incrementa su acción erosiva sobre esa orilla.

Los meandros descritos anteriormente pueden desplazarse por la llanura de inundación del río, pero en otras ocasiones la erosión ha sobreimpuesto su trazado sobre rocas duras en las que se ha encajado el río formando los meandros encajados (embalse de Burgomillodo ocupando el valle del río Duratón, Segovia). El mismo caso muestra el encajamiento del río Malvellido, en las Hurdes (Cáceres), que describe meandros encajados en esquistos y pizarras.

La concentración de la acción erosiva en determinados puntos a lo largo del meandro puede conducir al estrangulamiento [ → ver esquema] del mismo, como ocurrirá en un futuro en este meandro del río Alagón, cerca de Riomalo de Abajo (Cáceres). Cuando un meandro de estrangula, el agua toma el camino más corto abandonando el antiguo curso a lo largo de la curva que quedará como un meandro abandonado. Si éste permanece conteniendo agua formará un lago en herradura. En la foto campos de labor ocupan un meandro abandonado en torno a la localidad de La Cabrera (Guadalajara). El río discurre al fondo, transversalmente al plano de la foto. Entre el embalse de El Atazar y el Pontón de la Oliva, el río Lozoya traza estos meandros encajados. En primer término vemos un meandro activo y, en segundo plano, un meandro abandonado ocupando la mitad izquierda de la foto.

El puente romano de Talamanca del Jarama ha quedado en seco al desplazarse el canal activo del río en su llanura de inundación, aunque el puente ha resistido el paso de siglos y crecidas. La variación en la situación de los canales fluviales activos o el depósito de una avenida, entre otras causas, pueden fosilizar un canal dejando una estructura reconocible en la serie sedimentaria como un paleocauce o paleocanal. Esta foto muestra un paleocauce torrencial en el seno del abanico aluvial de Cobatillas (Teruel). La dinámica fluvial normal también puede ser causa de riesgos para bienes y personas. Se dice que todo río, tarde o temprano, ocupará su llanura de inundación. Las avenidas de mayor magnitud son menos frecuentes, pero no por ello deja de existir la posibilidad de que se produzca. La riada del río Jarama de 1947 provocó la caída de uno de los pilares del puente de San Martín de la Vega. Hoy el río pasa más allá de este puente, pues su canal es divagante en la llanura de inundación.

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A pocos cientos de metros del puente anterior se encuentra el actual, muy transitado, que muestra otro aspecto de la dinámica del río Jarama. Éste se ha encajado en su llanura de inundación más de metro y medio, poniendo al descubierto parte de la cimentación de los pilares que sustentan el puente.

Formación de terrazas aluviales Después de un prolongado período de evolución, el río primero ha labrado su cauce sobre la roca de sustrato y luego ha rellenado el valle formando la llanura aluvial. En una fase temprana habría dominado la erosión vertical y encajamiento del canal, para luego ir ganando importancia la erosión areolar en los interfluvios que habrá rebajado el relieve hasta formar el amplio valle en artesa.

El río puede ganar capacidad erosiva y encajarse en su propia llanura aluvial como consecuencia de variaciones en el nivel de base o en el clima. Al hacerlo, puede llegar o no a atravesar todo el espesor de los depósitos aluviales.

De nuevo el río pasa por las mismas fases en su evolución y amplía el valle al ganar importancia la erosión en sus márgenes. La superficie de la anterior llanura aluvial queda adosada a las márgenes del valle en forma de escalón o resalte topográfico que constituye la denominada terraza aluvial.

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De nuevo pasa por otra etapa de colmatación o relleno del valle formando una nueva llanura aluvial que, si se repite el ciclo y el río se encaja, dará origen a otro nivel de terrazas más moderno. Obsérvese que esta nueva llanura aluvial (y por tanto las terrazas que pueda formar) se encuentran a un nivel topográficamente inferior respecto a las terrazas más antiguas. Las terrazas dibujadas aquí, donde el río no ha eliminado por completo el depósito aluvial anterior, se llaman encajadas. Sin embargo, puede ocurrir que el río atraviese totalmente el aluvión llegando a encajarse en el sustrato rocoso, formando las terrazas escalonadas y solapadas.

Usos del agua •CONSUMO

DOMÉSTICO. Comprende el consumo de agua en nuestra alimentación, en la limpieza de nuestras viviendas, en el lavado de ropa, la higiene y el aseo personal...

•CONSUMO

PÚBLICO. En la limpieza de las calles de ciudades y pueblos, en las fuentes públicas, ornamentación, riego de parques y jardines, otros usos de interés comunitario, etc..

•USO

EN AGRICULTURA Y GANADERÍA. En agricultura, para el riego de los campos. En ganadería, como parte de la alimentación de los animales y en la limpieza de los establos y otras instalaciones dedicadas a la cría de ganado.

•EL

AGUA EN LA INDUSTRIA. En las fábricas, en el proceso de fabricación de productos, en los talleres, en la construcción…

•EL

AGUA, FUENTE DE ENERGÍA. Aprovechamos el agua para producir energía eléctrica (en centrales hidroeléctricas situadas en los embalses de agua). En algunos lugares se aprovecha la fuerza de la corriente de agua de los ríos para mover máquinas (molinos de agua, aserraderos…)

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•EL

AGUA, VÍA DE COMUNICACIÓN. Desde muy antiguo, el hombre aprendió a construir embarcaciones que le permitieron navegar por las aguas de mares, ríos y lagos. En nuestro tiempo, utilizamos enormes barcos para transportar las cargas más pesadas que no pueden ser transportadas por otros medios.

•DEPORTE,

OCIO Y AGUA. En los ríos, en el mar, en las piscinas y lagos, en la montaña… practicamos un gran número de deportes: vela, submarinismo, winsurf, natación, esquí acuático, waterpolo, piragüismo, ráfting, esquí, patinaje sobre hielo, jockey… Además pasamos parte de nuestro tiempo libre disfrutando del agua en las piscinas, en la playa, en los parques acuáticos … o, simplemente, contemplando y sintiendo la belleza del agua en los ríos, las cascadas, los arroyos, las olas del mar, las montañas nevadas…

¿Dónde hay agua? Las aguas son una parte muy importante del paisaje. Hay agua en las nubes. Hay agua, en forma de nieve o de hielo, en las cumbres de las montañas. Hay agua en el mar, en los lagos, en los ríos y arroyos. Hay aguas subterráneas. También el agua forma parte de todos los seres vivos. Hay agua salada y agua dulce (sin sales disueltas). Son aguas saladas las aguas marinas y las de algunos grandísimos lagos del planeta. El resto del agua que está en los ríos, lagos, embalses, en forma de nieve... son aguas dulces, sin sales disueltas. Hay agua en....

LOS MARES Los mares y océanos están formados por la gran masa de agua que cubre la superficie de la Tierra situada entre los continentes. Los mares son las zonas más próximas a la tierra firme; el resto de la superficie terrestre cubierta por las aguas forma los océanos. Mares y océanos cubren aproximadamente las tres cuartas partes de la superficie de la Tierra. 29


LOS RÍOS Los ríos son corrientes continuas de agua dulce. Surgen de las zonas elevadas (montañas), lagos, manantiales .... Tras recorrer valles y llanuras y pasar junto a pueblos o ciudades, entregan sus aguas a otro río o al mar. Los ríos que desembocan en el mar se llaman ríos principales y aquellos que desembocan en otro río se llaman afluentes. Llamamos curso de un río al recorrido o trayectoria que sigue desde su nacimiento hasta su desembocadura El curso de un río presenta tres zonas bien diferenciadas:

Curso alto

Es la parte del curso más próxima al lugar de nacimiento o formación del río. Suele ser un terreno montañoso con pendientes muy pronunciadas. En esta zona suelen existir cascadas y cataratas. La velocidad del agua es elevada y produce una gran acción de destrucción (erosión) del terreno.

Curso medio Cuando el río desciende de las zonas elevadas comienza el llamado curso medio. La pendiente del terreno disminuye; el río ve aumentado su caudal al recibir los primeros afluentes y el agua disminuye su velocidad. En esta zona las aguas del río transportan gran parte de los materiales arrancados a la montaña en el curso alto (acción de transporte). Cuando la pendiente disminuye, el río se ve obligado a describir sinuosos recorridos para poder avanzar: son los meandros.

Curso bajo Es la última parte del curso del río. Comprende la parte mas próxima a la desembocadura. La velocidad de las aguas es muy lenta. El cauce (parte del terreno ocupado por las aguas del río) se ensancha y el caudal es máximo. El descenso de velocidad hace que los materiales que las aguas transportan se acumulen (acción de sedimentación) en la desembocadura, llegando a crear grandes extensiones de tierra firme (deltas).

LAGOS Y LAGUNAS 30


Los lagos son grandes acumulaciones de agua en zonas deprimidas del terreno. En las zonas hundidas del terreno, se acumulan las aguas procedentes del entorno, incluso de ríos que desembocan en estas zonas. Hay lagos tan extensos que llegan a tener varias ciudades diferentes en sus orillas. Las lagunas son lagos de pequeña extensión.

AGUAS SUBTERRÁNEAS Parte del agua procedente de las lluvias se filtra en el terreno formando grandes depósitos. Parte de esta agua discurre bajo tierra formando auténticos ríos subterráneos. Estas aguas subterráneas pueden volver a salir a la superficie de modo natural a través de fuentes y manantiales. Otras veces los hombres excavan pozos o realizan perforaciones para extraer el agua almacenada en las profundidades de la tierra (acuíferos).

EMBALSES Los embalses son retenciones artificiales de los cursos naturales de los ríos que se logran mediante la construcción de un gran muro o presa. De esta forma conseguimos almacenar gran cantidad de agua que después será utilizada para diversos fines: abastecimiento de pueblos y ciudades, producción de energía eléctrica, riego de cultivos... Además, los embalses, llamados a veces pantanos, ayudan a regular el caudal de los ríos, disminuyendo el riesgo de inundaciones cuando se producen lluvias abundantes.

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PODEMOS

ENCONTRAR

AGUA

EN....

EL MAR

LAS NUBES

Tres cuartas partes de la superficie de la Tierra están ocupadas por el agua

El agua de los mares, ríos, lagos.... se evapora y forma las nubes.

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HIELOS Y NIEVE En los polos de nuestro planeta y en las montañas más altas, encontramos agua en forma de nieve o hielo.

LOS

RÍOS

Los ríos, en su curso alto, hacen una continua labor de destrucción (erosión) de la superficie terrestre

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En el curso medio, los ríos ven aumentado su caudal y la velocidad de la corriente disminuye al recorrer zonas de llanura.

Desembocadura de un río en el mar

En ocasiones los ríos trazan amplias curvas llamadas meandros.

Desembocadura del río Ebro. Podemos apreciar el amplio delta que forma.

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LAGOS Y LAGUNAS En las zonas hundidas se forman lagos y lagunas que acumulan agua procedente de arroyos y manantiales

MANANTIALES, FUENTES Y AGUAS SUBTERRÁNEAS

Las aguas subterráneas afloran en algunos lugares como manantiales. En algunos de ellos construimos fuentes.

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EMBALSES

Mediante la construcción de presas retenemos el agua de los ríos para su uso posterior.

ALGUNAS PREGUNTAS SOBRE EL AGUA ¿Cuánta agua potable hay en la Tierra? Se calcula que en la Tierra hay unos 1.400 millones de km. cúbicos de agua. Solamente el 3% de ese agua es agua dulce, es decir 42 millones de Km. cúbicos. De todo el agua dulce, el 80% está formando los polos y zonas heladas de la Tierra; el 19% es agua subterránea y el 0,7% está formando parte de la atmósfera. El agua dulce disponible en ríos y lagos es el 0,3% del total. Es una cantidad escasa para toda la humanidad, por lo que es necesario conservarla y evitar su contaminación, si queremos que la vida continúe sobre este maravilloso planeta.

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¿Qué tratamientos recibe el agua en la planta potabilizadora? Para que el agua que captamos en embalses, pozos, lagos, etc. sea adecuada para el consumo humano, es necesario tratarla convenientemente para hacerla potable. Este proceso se denomina potabilización y se realiza en las plantas potabilizadoras. Existen diferentes métodos y tecnologías de potabilización, aunque todos ellos constan, mas o menos, de las siguientes etapas: 1.PRECLORACIÓN Y FLOCULACIÓN. Después de un filtrado inicial para retirar los fragmentos sólidos de gran tamaño, se añade cloro (para eliminar los microorganismos del agua) y otros productos químicos para favorecer que las partículas sólidas precipiten formando copos (flóculos). 2.DECANTACIÓN. En esta fase se eliminan los flóculos y otras partículas presentes en el agua. 3.FILTRACIÓN. Se hace pasar el agua por sucesivos filtros para eliminar la arena y otras partículas que aún pudieran quedar, eliminando a la vez la turbidez del agua. 4.CLORACIÓN Y ENVÍO A LA RED. Para eliminar los microorganismos más resistentes y para la desinfección de las tuberías de la red de distribución. 37


Las aguas residuales Llamamos aguas residuales a las aguas que resultan después de haber sido utilizadas en nuestros domicilios, en las fábricas, en actividades ganaderas, etc. Las aguas residuales aparecen sucias y contaminadas: llevan grasas, detergentes, materia orgánica, residuos de la industria y de los ganados, herbicidas y plaguicidas… y en ocasiones algunas sustancias muy tóxicas. Estas aguas residuales, antes de volver a la naturaleza, deben ser depuradas. Para ello se conducen a las plantas o estaciones depuradoras, donde se realiza el tratamiento mas adecuado para devolver el agua a la naturaleza en las mejores condiciones posibles. Todavía existen muchos pueblos y ciudades de nuestro país que vierten sus aguas residuales directamente a los ríos, sin depurarlas. Esta conducta ha provocado que la mayoría de los seres vivos que vivían en esos ríos hayan desaparecido.

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El agua en nuestro país es un bien escaso y estamos obligados a utilizarla racionalmente. La mayor parte del agua consumida se dedica a la agricultura, 79,5%, para regar unas 3.500.000 Ha. El resto, un 20%, lo usamos en nuestras industrias y en nuestros hogares.

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