Tendencias de Futuro 24

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TENDENCIAS EN POLÍTICAS PÚBLICAS

Sanidad: la clave no es gastar más, sino gastar mejor

TENDENCIAS EN LA ECONOMÍA

TENDENCIAS EN LA EMPRESA

TENDENCIAS EN LA SOCIEDAD

El creciente sector industrial del cambio climático

Pioneros de la inversión en África

Web 2.0 o la transformación de Internet en una red de redes sociales

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A juzgar por la elevadísima participación en las primarias, y por las cifras de las últimas elecciones presidenciales, cabe estimar que, salvo que se presente un candidato independiente que logre alcanzar un resultado similar al de Ross Perot en 1992, el político que alcance la presidencia de Estados Unidos en las elecciones del 4 de noviembre deberá lograr, al menos, 70 millones de votos PAG. 04

Relevo


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I SUMARIO

Su 24

Votantes irracionales

El coste de los delitos económicos

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PÁGINA EDITORIAL

MERCADO DE LAS IDEAS

Una nueva visión sobre el alcohol como droga

LA TENDENCIA

Relevo en la Casa Blanca PAGS. 4 I 7

Contra el petróleo, tecnología –

Si quiere abrir un negocio, váyase a Kirguistán –

Biofuel: ¿desvestir un santo para vestir otro? –

Exportadores europeos: pocos, pero muy eficientes –

Desigualdad, también en el deporte PAGS. 2 I 3

TENDENCIAS EN POLÍTICAS PÚBLICAS

¿Ha acabado Putin con ‘El final de la Historia’ de Fukuyama?

La tecnología -y no la globalización- crea desigualdad

Sanidad: la clave no es gastar más, sino gastar mejor PAGS. 10 I 11

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TENDENCIAS EN LA ECONOMÍA

El auge del proteccionismo en Occidente PAG. 12

El creciente sector industrial del cambio climático PAGS. 14 I 15

PAG. 8

El petróleo redibuja el escenario de poder mundial PAG. 13

EL PRISMA LIBERAL

Burbuja inmobiliaria e intervencionismo estatal PAG. 16

TENDENCIAS EN LA EMPRESA

TENDENCIAS EN LA SOCIEDAD

Los cinco consejeros que hay que evitar

Web 2.0 o la transformación de Internet en una red de redes sociales

PAG. 17

Sucesión en la cúpula: dónde buscar ¿dentro o fuera?

PAGs. 20 I 21

PAG. 18

Pioneros de la inversión en África PAG. 19

TENDENCIAS DE FUTURO I NEWSLETTER DEL THINK TANK INSTITUCIÓN FUTURO

Los hombres compran y las mujeres se van de tiendas

CON VISIÓN

PAGS. 22 I 23

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¿Cómo evaluar los fondos soberanos?


EDITORIAL

I 01

En 2000, cuando George W. Bush ganó sus primeras elecciones, el PIB de Estados Unidos suponía el 18,94 por ciento del PIB mundial en términos reales (es decir, medido en Paridad de Poder de Compra, o PPP, según sus siglas en inglés). En 2008, cuando los estadounidenses decidan quién será el sucesor de Bush, EEUU tan sólo equivaldrá al 15,66 por ciento de la eco-

El divorcio trasatlántico

nomía de todo el mundo. Esas cifras, extraídas de las bases estadísticas FMI, están abiertas al debate, ya que la propia institución ha reconocido que ha exagerado la contribución de China e India a la economía mundial, lo que implica que en realidad la cuota del PIB mundial de EEUU es algo mayor. Pero, en cualquier caso, revelan la creciente pérdida de primacía de Estados Unidos en el concierto internacional. Una situación que está quedando de manifiesto con la nacionalización parcial encubierta de una parte de los grandes bancos estadounidenses ocasionada por la entrada masiva en sus capitales de Gobiernos de Oriente Medio y Asia para así evitar que, lisa y llanamente, la crisis del mercado hipotecario las lleve a la quiebra. De modo que el próximo presidente de EEUU —que, al contrario de lo que parece la opinión generalizada en Europa, es muy posible que no sea un demócrata— asumirá la dirección de una superpotencia que está perdiendo poder relativo frente a Asia. Dado que Europa afronta una situación similar, ésta debería ser una situación óptima para restablecer la unidad trasatlántica de la Guerra Fría. Pero, desafortunadamente, eso parece poco probable. Europa y EEUU se han distanciado y tienen puntos de vista diferentes en prácticamente todo. El divorcio trasatlántico es definitivo. Al menos, cabe esperar que, después de Bush, los dos grandes bloques de Occidente sean capaces de existir sin estridencias y que sigan siendo capaces de ofrecer, cada uno a su manera, una alternativa democrática y de libre mercado al mundo.

Institución Futuro es un think tank (catalizador de ideas y acción) promovido por la sociedad civil, para estudiar el desarrollo económico y social de las regiones españolas, inspirar políticas públicas y sugerir iniciativas a los ciudadanos. La Institución toma a Navarra como región prototipo y propicia la difusión de sus hallazgos a las demás regiones. La misión de este "centro de inteligencia compartida" es investigar y proponer el mejor futuro posible mediante propuestas innovadoras e integrales. El éxito del mañana requiere saber escoger las mejores ideas hoy, y un estímulo emprendedor que consiga hacerlas operativas en el tiempo. Este "laboratorio de ideas" es profesio-

nal, independiente, sin ánimo de lucro, de espíritu liberal y con vocación europea.

Maquetación Página, S.L.

Editor Julio Pomés Director Pablo Pardo Redactora-Jefe Ana Yerro Redacción Rosalyn Armende, Ángel Arrese, Ignacio Ferrero, Alfonso Vara Administración Judith Fernández Diseño Aldrich

Impresión ONA Industria Gráfica, S.A. Depósito legal NA-1383/2003 ISSN 1696-2311 © Institución Futuro Plaza del Palacio de Gorraiz, 4 31620 Gorraiz Navarra (España) T 948 337900 F 948 337904 info@ifuturo.org I www.ifuturo.org

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I MERCADO DE LAS IDEAS

SALUD

ECONOMÍA

Una nueva visión sobre el alcohol como droga

El coste de los delitos económicos

A principios de 2007, un estudio publicado en la revista científica británica The Lancet provocó una considerable controversia, al declarar que el alcohol es una droga mucho más peligrosa que el tabaco, a pesar de lo cual las autoridades sanitarias no le conceden la misma importancia. El informe, de hecho, consideraba al alcohol como un producto más dañino incluso que el éxtasis, el LSD, la marihuana y, por supuesto el tabaco. Sólo drogas verdaderamente duras, como la heroína y la cocaína la superan en peligrosidad, de acuerdo a ese informe. Ahora bien, ¿a qué se debe la tolerancia de las autoridades con respecto al alcohol? Una teoría citada muy a menudo es que el alcohol es una droga tradicional en Occidente, del mismo modo que el hachís, por ejemplo, lo es en el Magreb. Otra es la del economista Philip Cook, de la Universidad de Duke, que en su libro Paying the tab. The costs and benefits of alcohol control (Pagando la

cuenta. Costes y beneficios del control del alcohol) explica que la lucha contra el alcoholismo ha sido lastrada por la percepción de que se trata de una enfermedad, no de una adicción, lo que conllevaría un cierto estigma social -como es el caso del tabaco en EEUU y ciertas drogas, entre ellas la heroína y el hachís. Cook es un liberal, y por tanto no propone un aumento de la fiscalidad del alcohol. Pero sí defiende un cambio en la valoración social de los alcohólicos. I

El perjuicio causado a las empresas por los delitos económicos está creciendo. Ésa es la conclusión del estudio Global Economic Crime Survey (Informe mundial de los delitos económicos) publicado por la consultora PriceWaterhouseCoopers (PWC). Según ese informe, el perjuicio económico medio causado a las empresas de todo el mundo por la corrupción -bien de empleados, de clientes o proveedores o de funcionarios públicos- ha crecido un 43 por ciento en los dos últimos años, pasando de 1,7 a 2,4 millones de dólares (de 1,15 a 1,6 millones de euros, al cambio actual). Según el estudio, realizado por medio de encuestas y entrevistas a directivos de 5.400 compañías en 40 países de todo el mundo (entre los que no está España), el 43 por ciento de las empresas sufren fraudes. I Informe de PWC: http://www.pwc.com/extweb/home.nsf/docid/29CAE5 B1F1D40EE38525736A007123FD

Informe de The Lancet: http://www.thelancet.com/journals/lancet/article/PIIS0140673607604644/abstract Reseña de Paying the Tab: http://us.ft.com/ftgateway/superpage.ft?news_id=fto092120071445184578&page=1

TECNOLOGÍA

Contra el petróleo, tecnología Hace ocho años, cuando el precio del petróleo rozaba los 10 dólares, la mera hipótesis de que el crudo llegara a rozar los 100 dólares habría provocado un temor generalizado a una grave recesión. Sin embargo, en esta década el precio del crudo ha ido subiendo de forma ininterrumpida y, si EEUU corre el riesgo de entrar en recesión, es por la explosión de la burbuja inmobiliaria, no por el petróleo. ¿Cómo es esto posible? Por cuatro factores fundamentales: el menor uso de petróleo por cada unidad del PIB, la mayor flexibilidad de la economía, la creciente habilidad de los bancos centrales a la hora

de responder por medio de la política monetaria a los shocks petroleros y, en último término, la suerte. Ésas son las tesis de tres trabajos publicados en los últimos meses por el Instituto Tecnológico de Massachussets, el think tank Brookings Institution y la Universidad de Duke. En el primer capítulo menor intensidad en el uso del petróleo-, los avances son rotundos: hoy en día es necesaria menos de la mitad de petróleo que en 1970 para producir la misma cantidad de PIB. Es un progreso evidente, sobre todo en la zona del euro. Eso se ha sumado a la mayor flexibilidad de las economías, sobre todo

TENDENCIAS DE FUTURO I NEWSLETTER DEL THINK TANK INSTITUCIÓN FUTURO

Mit24 de los consumidores, que están dispuestos a tolerar pérdidas de poder adquisitivo temporales a cambio de contener las subidas del precio del carburante. Eso se debe, esencialmente, al tercer factor: los bancos centrales han adquirido mucha más experiencia a la hora de gestionar el impacto inflacionario de los shocks del petróleo, lo que a su vez ha llevado a los consumidores a no tener expectativas de inflación tan altas cada vez que van a una gasolinera y ven cómo han subido los precios. Claro que todos estos avances no

podrían haberse dado de no haberse producido este shock del petróleo en un momento caracterizado por una fuerte demanda en la economía mundial y un aumento de la productividad derivado de la aplicación de las nuevas tecnologías. La productividad genera un crecimiento económico no inflacionario, lo que ha permitido contrarrestar en gran parte el aumento del precio del petróleo. Así, curiosamente, resulta que las nuevas tecnologías son el arma más eficaz para combatir los efectos de la subida del precio del petróleo. I

Informe del MIT (publicado por el Nacional Bureau of Economic Research): http://nber15.nber.org/chapters/c0517.pdf Informe de Duke: http://www.duke.edu/~ak63/Oil_AnnaKormilitsina.pdf Informe de Brookings (preparado en Yale): http://nordhaus.econ.yale.edu/Big_Bad_Oil_Shock_Meeting.pdf


MERCADO DE LAS IDEAS

ECONOMÍA

ENERGÍA

Si quiere abrir un negocio, váyase a Kirguistán

Biofuel: ¿desvestir un santo para vestir otro?

Es más difícil abrir un negocio en España que, por ejemplo, en Bangladesh, Moldavia o Kirguistán. Así lo afirma el Banco Mundial en la última edición de su informe Doing Business (Haciendo Negocios), una colosal base de datos en la que analiza el marco regulatorio de la actividad empresarial en todo el mundo. Según el estudio, España ocupa el puesto número 118 de 178 países analizados a la hora de abrir una empresa. Lo peor no es sólo que salgamos mal parados: es que hemos retrocedido diez puestos en apenas un año. Para cerrar una empresa las cosas son mejores, ya que España está en el décimo quinto lugar, aunque también ha retrocedido en relación a 2006. El informe revela que España también ha retrocedido en otras áreas, como la fiscalidad, la política laboral y la protección legal de los inversores. A cambio, ha mejorado la protección legal de los contratos. En total, la suma agregada de todos los factores que rodean a la actividad empresarial deja a España en la posición número 38, la misma que en 2007. I

Los combustibles fósiles -en particular, el petróleo, pero también el carbón y el gas naturalemiten CO2 que acelera el efecto invernadero, hacen al mundo desarrollado dependiente de países inestables o no democráticos y su agotamiento -al menos, en el caso del petróleoaumenta la inflación. Ésa es la lógica que se encuentra tras el boom del biofuel, es decir, de los combustibles hechos a partir de productos agrícolas, como el maíz -en EEUU-, la caña de azúcar -en Brasil- e incluso las pieles de naranja (en Valencia). Sin embargo, el biofuel no es ninguna panacea. Particularmente desde el punto de vista económico. Simon Johnson, el

Informe del Banco Mundial: http://www.doingbusiness.org/

ECONOMÍA

Exportadores europeos: pocos, pero muy eficientes Europa vive un período de lógico optimismo con respecto a su competitividad. Las empresas de la zona del euro parecen estar capeando razonablemente bien la caída del dólar. Incluso la fortaleza del euro es vista por algunos como una muestra de confianza en la solidez de la Unión Monetaria. Al otro lado del Canal de la Mancha, entretanto, el Reino Unido sigue siendo una de las economías más abiertas del mundo. Sin embargo, esos éxitos no significan que las empresas europeas sean competitivas, sino que unas pocas empresas europeas son extremadamente competitivas. Ésa es la conclusión del informe del Centre for Economic and Policy Research (CEPR), de Londres, titulado The happy few. New facts about the internzionalization of Europan firms (Unos pocos felices. Nuevas realidades sobre la internacionali-

zación de las empresas europeas). El estudio, realizado sobre las exportaciones de siete países, revela que habitualmente el 1% de las empresas que más exportan absorben entre el 32 por ciento y el 77 por ciento de las exportaciones de ese país. En otras palabras: las ventas al exterior están concentradas en un número muy pequeño de compañías. ¿Qué puede hacerse para salir de esa situación? Según el CEPR, la primera decisión debería ser aumentar la competencia de los mercados interiores europeos, con lo que las empresas ganarían en competitividad y, además, se verían forzadas a salir al exterior. I

Informe del CEPR:

I 03

economista jefe del Fondo Monetario Internacional (FMI), pone de manifiesto el peligro de los etanoles en los precios en el último número de la revista Finance & Development, publicada por la propia institución. Según Johnson, el encarecimiento de los alimentos detectado en todo el mundo en los últimos seis meses se debe a la creciente diversión de recursos agrícolas hacia la producción de energía en lugar de hacia la alimentación. Es una dinámica particularmente peligrosa para los países pobres y las personas de rentas más bajas, que son quienes tienen que destinar un porcentaje más alto de su renta a la alimentación. I

Informe de Johnston: http://www.imf.org/external/pubs/ft/survey/so/2007/RES123A.htm

ECONOMÍA

Desigualdad, también en el deporte La “extinción de la clase media” se ha convertido en un tema recurrente en el debate público estadounidense. La primera economía mundial presenta un índice de Gini casi de dimensiones brasileñas, pero ¿se debe eso a la política económica de las últimas tres décadas (Reagan, Bush senior, Clinton y Bush junior) o a la propia dinámica de la economía? Para el profesor Mark J. Perry, de la Universidad de Michigan, la clave es la cada día mayor competencia en el mercado mundial. Para probar que está en lo cierto, Perry cita, medio en broma medio en serio, la Liga Nacional de Fútbol de EEUU: si uno analiza la desigualdad de ingresos entre los miembros de cada equipo, se encontrará con unas diferencias de renta aún mayores que en la economía de EEUU. ¿La clave? “Este esquema de distribución de la renta es tal vez la consecuencia natural que cabe esperar en cualquier entorno extremadamente competitivo en el que el talento es escaso, es valorado y altamente remunerado, sea la Liga Nacional de Fútbol o la economía en general”. I Blog de Perry: http://mjperry.blogspot.com/2007/11/significant-income-inequality-in-nfl.html

http://www.cepr.org/pubs/PolicyInsights/PolicyInsight15.pdf

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I LA TENDENCIA

Relevo en la A juzgar por la elevadísima participación en las primarias, y por las cifras de las últimas elecciones presidenciales, cabe estimar que, salvo que se presente un candidato independiente que logre alcanzar un resultado similar al de Ross Perot en 1992, el político que alcance la presidencia de Estados Unidos en las elecciones del 4 de noviembre deberá lograr, al menos, 70 millones de votos

n ese contexto, hablar de las tendencias en el electorado estadounidense cuando aún continúan las primarias puede parecer un atrevimiento. Máxime si se tiene en cuenta, como recordaba el pasado otoño Kori Shake, en un estudio publicando por el think-tank británico Centre for Eu-

E

ropean Reform, que las elecciones presidenciales estadounidenses no se deciden por el programa, sino por la persona. Es una observación corroborada por los hechos, entre ellos el dato del 46 por ciento de ciudadanos que afirma que en 2004 votó en función de “la capacidad de liderazgo y de visión y las habilidades de los candidatos”, frente al 39 por ciento que eligió al presidente basándose en “las posiciones de éste en los asuntos importantes”. Una enseñanza duramente aprendida por Hillary Clinton, cuyo estilo político —que recuerda al “programa, programa, programa” de Julio Anguita— ha quedado arrasado por el “talante” de Barack Obama. Una vez hechas esas salvedades, sin embargo, sí es posible hablar de una serie de tendencias claras en la política y en la sociedad de EEUU de 2008 claramente visibles por cualquier observador atento. Son unas tendencias que han quedado de manifiesto en las praderas de Iowa y en las montañas de New Hampshire, en las playas de Carolina del Sur, en los bosques nevados de Michigan y en los desiertos de Nevada:

TENDENCIAS DE FUTURO I NEWSLETTER DEL THINK TANK INSTITUCIÓN FUTURO

1. Los estadounidenses quieren cambio. De otro modo, no se explica el triunfo de las llamadas candidaturas insurgentes, de los republicanos Mike Huckabee y John McCain y del demócrata Barack Obama. Los tres han derrotado de forma humillante a los candidatos semioficiales de sus respectivos partidos, los republicanos Rudy Giuliani y Mitt Romney y la demócrata Hillary Clinton. 2. La sociedad está cansada del partidismo de las últimas dos décadas. Así es como Barack Obama ha logrado convertirse en el favorito para lograr la nominación de su partido. Está de moda comparar a Obama con John Fitzgerald Kennedy, pero un símil más adecuado es con Ronald Reagan: un político con un vago ideario (Reagan, conservador; Obama de centroizquierda) que atrae el voto de personas que tradicionalmente apoyaban a sus rivales. En otras palabras: alguien capaz de trascender las fronteras de su respectivo partido. Igual que en los años ochenta se hablaba de


LA TENDENCIA

“los demócratas de Reagan”, en referencia a los sindicalistas que apoyaban a ese presidente, tal vez en los próximos años deba crearse el término “los republicanos de Obama”. Al mismo tiempo, ese agotamiento de la partitocracia demócrata-republicana puede provocar la entrada en liza de un tercer candidato de peso, como el alcalde de Nueva York, Michael Bloomberg, propietario y fundador de la agencia de información financiera del mismo nombre. 3. Estados Unidos se prepara para una transformación de su panorama político. El porcentaje de ciudadanos que afirma que el país “avanza en la dirección equivocada” es el más alto desde las elecciones de 1992, en las que triunfó el entonces candidato ajeno al establishment, Bill Clinton, gracias a la entrada en liza de un tercer candidato, Ross Perot, que logró el 19 por ciento de los votos y destruyó las opciones de reelec-

“El actual presidente ha destruido a conciencia la llamada Gran Tienda, es decir, la coalición forjada por Ronald Reagan en 1980, compuesta por un sector liberal en lo económico y por otro conservador en lo social” “EEUU y la UE son las dos grandes potencias de un Occidente que pierde peso económico y político cada día ante la expansión de China y otros grandes mercados emergentes de Asia y Oriente Medio”

ción del entonces presidente George Bush padre. Así pues, ¿a dónde va Estados Unidos? En la excitación de las primarias, numerosos analistas han declarado que el país está a punto de vivir un realineamiento a favor del Partido Demócrata. En la literatura política estadounidense, un realineamiento es un cambio político que de-

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ja a un partido con la supremacía política. Si tenemos en cuenta la máxima referencia política estadounidense, la publicación Vital Statistics of American Politics, el último cambio de estas caratcerísticas tuvo lugar en 1980, cuando Ronald Reagan conquistó la Casa Blanca y los republicanos recuperaron por primera vez en 36 años el control de una de las dos cámaras del Legislativo. Pero esta vez sería un realineamiento peculiar: ni Obama ni Clinton quieren una vuelta a una socialdemocracia a la antigua usanza y, en política exterior, todos los candidatos están dispuestos a recurrir al unilateralismo si lo consideran necesario para defender los intereses de EEUU. No obstante, realizar, a estas alturas, semejantes pronósticos, es un ejercicio temerario. Pero, de lo que no cabe duda, es de que los votantes estadounidenses están lanzando — con un exquisito civismo— a su elite política un mensaje muy claro demandando más consenso y menos partidismo.

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I LA TENDENCIA

Aunque la prensa española y europea está centrando su atención en Obama, el partido más afectado por ese cambio de paradigma no es el Demócrata, sino el Republicano. De hecho, la presidencia de George W. Bush deja un legado absolutamente catastrófico para sus partidarios. El actual presidente ha destruido a conciencia la llamada Gran Tienda, es decir, la coalición forjada por Ronald Reagan en 1980, compuesta por un sector liberal en lo económico y por otro conservador en lo social. En estos comicios de 2008, ambos sectores no se hablan. El sector conservador social ha terminado girando hacia la órbita de Mike Huckabee, un protestante evangélico que, durante su mandato como gobernador de Arkansas, aumentó los impuestos y expandió el Estado de Bienestar. Por su parte, los liberales económicos —que en EEUU se autodenominan “libertarios”— se han reunido alrededor de Ron Paul, un candidato que propugna un Estado mucho más federal que el actual —de hecho, con un nivel de descentralización casi confederal— y una política liberal en la que, por ejemplo, no existiría el IRPF, y que no descarta lanzar su propia candidatura en otoño. Esa crisis es el comprensible legado de George W. Bush, un presidente que, pese a su retórica altisonante, ha gobernador para su base y con la mirada puesta siempre en el corto plazo. Alentado por su cerebro electoral, Karl Rove, ha utilizado la ideología para apuntalar políticas partidistas destinadas a premiar a su base política y a destruir la de sus rivales. Bajo su presidencia, la Casa Blanca ha expandido el Estado de Bienestar. Ha aumentado las subvenciones agrícolas. Ha utilizado los aranceles aduaneros con fines descaradamente partidistas, como cuando en la primavera de 2002 aumentó las barreras a la importación de acero para preparar el terreno en Estados como Ohio, Pensilvania y Virginia Occidental con vistas a las elecciones legislativas de aquel otoño. Ha in-

crementado las ayudas públicas, en forma de exenciones fiscales, a las empresas de sectores que le eran favorables. Finalmente, ha utilizado la política exterior y su defensa del derecho a la vida como una herramienta para silenciar a sus críticos. Bush ha sido un socialdemócrata experto en el regate corto que se ha presentado a sí mismo como un conservador y un liberal con una visión de la Historia. Ahora, su legado político está a punto de ser barrido. Ése es el precio que pagan quienes gobiernan para unos pocos. Toda esta crisis, sin embargo, no sólo afecta a Estados Unidos. También a Europa. Los últimos ocho años han supuesto una ampliación del océano de desentendimiento que separa a ambos continentes. Y esa separación no puede ser atribuida, en modo alguno, a George W. Bush, sino a la pura marcha de la Historia. En otras palabras: el divorcio trasatlántico está aquí para quedarse. Las diferencias culturales, sociales, económicas y políticas entre EEUU y la UE son demasiado grandes. Desaparecido el elemento unificador de la amenaza soviética, ambos continentes han reanudado su marcha separado, confirmando así la tesis del filósofo británico ex thatcheriano reconvertido en socialista de la antigua escuela John Gray, para quien la ‘comunidad trasatlántica’ “es una aberración histórica”. No obstante, el que EEUU y Europa sigan caminos separados no implica que deban vivir en un desencuentro permanente en el que los políticos de ambos países simplemente deban limitarse a criticar a Washington o a Bruselas para de inmediato

“Los europeos esperarán unos Estados Unidos más flexibles, sumisos y multilaterales. Estados Unidos esperará una Europa más solícita que acepte más responsabilidades y corra con el riesgo de resolver problemas comunes. Ninguna de las dos aspiraciones se cumplirá”

TENDENCIAS DE FUTURO I NEWSLETTER DEL THINK TANK INSTITUCIÓN FUTURO

ganar votos. EEUU y la UE son las dos grandes potencias de un Occidente que pierde peso económico y político cada día ante la expansión de China y otros grandes mercados emergentes de Asia y Oriente Medio. La colaboración entre ambas orillas del Atlántico no es necesaria, sino inevitable. Pero es necesario que la UE y que EEUU se conozcan y respeten mutuamente, algo que, paradójicamente, pocas veces intentan. Ese desconocimiento es mucho más grande de lo que muchos piensan, sobre todo en Europa, que, debido a su fragmentación política y a su proximidad al Norte de África y Oriente Medio, es mucho más dependiente de EEUU que viceversa. Sin embargo, entre los europeos existe la pintoresca idea de que la presidencia de Bush ha sido algo así como un error histórico, olvidando así que también en la era de Clinton hubo enormes tensiones trasatlánticas. Como afirma Shake en el estudio del CER Las elecciones americanas y Europa: la inminente crisis de las altas expectativas, “estamos a punto de experimentar una nueva crisis trasatlántica, en esta ocasión por las altas expectativas insatisfechas. Los europeos esperarán unos Estados Unidos más flexibles, sumisos y multilaterales. Querrán que empiece a resolver los problemas de una forma más confortable para Europa. Estados Unidos espera una Europa más solícita que acepte más responsabilidades y corra con el riesgo de resolver problemas comunes. Ninguna de las dos aspiraciones se cumplirá”. ¿Cómo puede ser Estados Unidos a partir de noviembre? Con la ayuda de Shake, podemos trazar una aproximación bastante aproximada con independencia de quién gane: 1. Irak. EEUU no se va a retirar de ese país. Incluso aunque Obama gane la presidencia, Washington va a mantener una presencia significativa en Irak. Es más: una Administración demócrata probablemente pedirá a los europeos que se involucren más en ese país. Aunque la guerra en ese país ha hecho que los estadounidenses y


LA TENDENCIA

los europeos desconfíen los unos de los otros. Los europeos ven a los estadounidenses como aventureros. Los americanos creen que sus aliados del otro lado del Atlántico les han abandonado. En un mundo marcado por conflictos fuera del continente europeo, Washington está cada día más interesado en colaborar con países asiáticos o de la antigua URSS y menos con sus tradicionales aliados de la OTAN, a los que considera patéticamente débiles e indignos de confianza, y no sólo por Irak, sino también por la timorata actitud que muchos de ellos están mostrando en Afganistán, una guerra que supuestamente cuenta con el respaldo explícito de toda la Alianza Atlántica. 2. Comercio. La liberalización del comercio es una cuestión extremadamente controvertida en EEUU, un país en el que las ayudas a los sectores afectados por la competencia internacional son en general mucho menores que en Europa. De hecho, mientras la UE ha buscado cláusulas para salvaguardar a su sector textil tras la entrada en vigor del Acuerdo Multifibras de la OMC, en EEUU el sector ha atravesado una increíble reconversión debido a la entrada masiva de productos chinos, sin que nadie haya reclamado medidas proteccionistas. Por ello, gane quien gane, no cabe esperar grandes avances en la Ronda de Doha de la OMC. Obama, en principio, es más abierto al libre mercado que Clinton, ya que no depende del apoyo de los sindicatos en la precampaña. Pero, en palabras de Shake, “independientemente del resultado de las elecciones, EEUU será menos activo en la negociación e implementación de tratados de comercio”. Además, aunque el presidente sea republicano, necesitará, para abrir las aduanas al exterior, el aval de un Congreso que va a seguir siendo demócrata.

3. Cambio climático. Es una de las áreas más difíciles de prever, porque los demócratas tienen una postura similar a la de Europa, mientras que los candidatos republicanos siguen rechazando Kioto. 4. Políticas comunes en EEUU. Pese a todo lo dicho anteriormente, también existen unas cuantas áreas, sobre todo en política exterior y de defensa, en las que es probable que la actitud de una Administración republicana y demócrata sea similar. “La verdadera historia de estas elecciones americanas es la ausencia de genuinas diferencias políticas entre los candidatos presidenciales, ya que están principalmente de acuerdo sobre las grandes cuestiones. Todos creen que vivimos en un mundo más peligroso que nunca, que los asuntos de seguridad tienen una importancia superlativa, que las armas de destrucción masiva y el terrorismo son las grandes amenazas de EEUU, que el unilateralismo es aceptable y puede ser necesario, que la fuerza militar tiene un papel muy importante en la lucha contra el terrorismo, que EEUU necesita gastar más en defensa y reducir su dependencia del petróleo, y que sus aliados europeos no hacen gran cosa por la seguridad

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global. Estas políticas no difieren sustancialmente de las de George Bush”. 5. Actitud hacia Europa. Además, hay algunos temas que se han pasado de puntillas en el discurso electoral, como son Irán, Palestina y la propia UE. “Todos los candidatos cuestionan que Europa esté haciendo lo suficiente para combatir los problemas comunes”. ¿Cuál es el camino para superar las diferencias? La autora escoge un ejemplo real. “La canciller alemana Angela Merkel ha mostrado un posible camino adelante. Se adentró en el vacío de la relación trasatlántica una vez que los británicos perdieron la confianza en conducirla. Merkel rebajó la temperatura de las disputas y, por una vez, fue más dura con Rusia que con EEUU”. Por ello, Shake no plantea objetivos ambiciosos. “Una mejor cooperación en áreas de baja importancia puede ser suficiente para adelantarse a grandes e inevitablemente infructuosas demandas del otro lado del Atlántico cuando el nuevo presidente tome posesión”. En otras palabras: después de Bush, no cabe esperar grandes cambios. Al menos, mientras el gran cambio que EEUU está viviendo no acabe de llevarse a cabo. I

Crecimiento del PIB de EEUU, tasa media anual en % y evolución de los ingresos por habitante de EEUU en dólares constantes 43.883 41.917 39.934 36.300

37.821 35.750

3,60% 3,10% 2,90% 2,50%

1,90%* 1,60%

0,80%

2001

2002

2003

2004

Crecimiento del PIB de EEUU, tasa media anual en %

2005

2006

2007

Evolución de los ingresos por habitante

* Previsión realizada en septiembre Fuente: FMI

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I TENDENCIAS EN POLÍTICAS PÚBLICAS

¿Ha acabado Putin con ‘El final de la Historia’ de Fukuyama? Este año 2008 está marcado por elecciones en dos de los sistemas presidencialistas más importantes del mundo: EEUU y Rusia. Y, aunque las elecciones que determinen quién será el futuro inquilino de la Casa Blanca están copando el interés de los medios de comunicación, no se debe dejar de lado los comicios de los que saldrá el inquilino del Kremlin “En las recurrentes crisis que se viven en el panorama internacional, Rusia ha vuelto a recuperar la voz y la influencia” “La vinculación entre liberalismo económico y liberalismo político está lejos de funcionar como una correlación lineal”

Porque Rusia es igualmente importante para el futuro de Europa y de España y, lo que es más importante, ese país combina elementos de superpotencia -sobre todo en el terreno militar- con otros de economía emergente, al menos en lo que se refiere a su debilidad institucional, al elevado grado de populismo de su política y a su dependencia económica de la exportación de materias primas. La debilidad institucional está tras la actitud del propio Putin de cara a estos comicios. El presidente ruso está decidido a seguir jugando un papel activo en la política de su país, a pesar de las restricciones legales que imposibilitan un tercer mandato y que, en la práctica, le obligarán a dejar el cargo tras los comicios de marzo. Considerando la autoridad con la que hasta ahora Putin ha llevado las riendas de la política del país, y teniendo en cuenta que los Primeros Ministros que ha nombrado han sido sus marionetas, todo hace pensar que el presidente tiene como objetivo seguir siendo el líder de Rusia, sin violentar la Constitución. El New York Times comentaba al respecto que “la duda que existía no era si Putin continuaría o no en el poder, sino más bien cómo se las ingeniaría para hacerlo guardando las formas”. La popularidad de Putin en Rusia es inmensa -cuenta con el apoyo del 70 por ciento de la población-, y los especialistas creen que con el Presidente como cabeza de lista, su partido Rusia Unida podría lograr una mayoría de dos tercios de la Duma, con lo que su poder sería suficiente incluso para llevar a cabo cambios constitucionales. Además, en esa situación, el partido liderado por Putin podría perpetuarse en el poder, en un sistema que podría recordar bastante, como comentaba The Economist, al que existió durante casi medio siglo en México, con el liderazgo del PRI. De esta manera, el autoritarismo que ha mostrado en tantos aspectos de sus políticas el mandato de Putin quedaría refrendado por las urnas y por las reglas del juego democrático. Pero, además, Putin ha logrado llegar a esa situación en medio de una expansión económica, si bien ésta tiene más que ver con la demanda de energía procedente de la industrialización de China e India que con sus propios aciertos en la gestión de la política económica de Rusia. Esta relación entre autoritarismo y riqueza energética controlada desde el poder, –que viene a cuento al comentar los deseos de Putin de mantenerse al frente de la política rusa–, permite recordar también otros fenómenos si-

TENDENCIAS DE FUTURO I NEWSLETTER DEL THINK TANK INSTITUCIÓN FUTURO

milares al ruso, como los que se están viviendo en algunos países de Latinoamérica, con el régimen venezolano de Chávez como ejemplo paradigmático. Más de fondo, plantea la cuestión –tan real en muchos países árabes, por ejemplo- de que la generación de riqueza, incluso el funcionamiento de una mentalidad de libre mercado –como sucede hoy en China-, sea compatible con sistemas de autoritarismo político más o menos radicales. Como recordaba Anatole Kaletsky en The Times, al hilo de este mismo tema, “la idea de que “los mercados libres crean gente libre” ha podido ser tratada de forma axiomática e idealista en los tiempos de Reagan y Thatcher, pero nunca ha sido nada más que un tropo retórico. La historia ha estado llena de tiranías que han guiado sus economías en líneas generales con ideas económicas de libre mercado. Hay una tendencia natural de la libertad económica a crear centros de poder político competitivo, pero la vinculación entre liberalismo económico y liberalismo político está lejos de funcionar como una correlación lineal”. En otras palabras: el optimismo que acompañó el ensayo de Francis Fukuyama El final de la Historia, en 1989, y que se basaba en que la expansión del libre mercado y de la democracia liberal traerá un periodo de paz perpetua kantiana está siendo derrotado por la vía de los hechos, pero no por Osama bin Laden u otros líderes antiliberales y anticapitalistas, sino por los autoritarismos de nuevo cuño de Rusia o Venezuela. Para decenas de millones de rusos, Putin ha sacado a Rusia del caos que vivió el país durante los primeros años tras el colapso del sistema comunista. No sólo ha generado orden y estabilidad, sino que además para un creciente número de ciudadanos su presidencia ha significado una sensible mejora del bienestar. Por otra parte, en las recurrentes crisis que se viven en el panorama internacional, Rusia ha vuelto a recuperar la voz y la influencia, aunque no siempre en la mejor dirección para Occidente, con quien Moscú ha forzado enfrentamientos frecuentemente con la intención de satisfacer los instintos nacionalistas de una parte de la población. Poco importa, para el ciudadano ruso, que todo esto haya sucedido a costa del mantenimiento de un sistema político poco democrático, asediado por escándalos de corrupción, por crímenes de dudosa naturaleza, y por una limitación de libertades fundamentales, como la de los medios de comunicación. Pero el autoritarismo de Putin y la condescendencia externa de que disfruta tienen que ver en buena medida con las condiciones económicas internacionales, tan condicionadas por las tensiones en los mercados energéticos y de materias primas. Rusia es una potencia mundial en la provisión de gas y petróleo, y su desarrollo económico de los últimos años ha estado cimentado en esos dos sectores. Las privilegiadas relaciones de Rusia con otros regímenes de dudosa reputación -algunos totalitarios, otros tan autoritarios como el ruso- tienen hundidas sus raíces en esa fortaleza energética de la que depende la economía mundial. I


TENDENCIAS EN POLÍTICAS PÚBLICAS

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La tecnología -y no la globalización- crea desigualdad Vivimos en una era marcada por un crecimiento económico y tecnológico sin parangón. Sin embargo, en las sociedades desarrolladas, existe un creciente malestar acerca de lo que muchos ciudadanos perciben como una falta de oportunidades para prosperar económicamente y ascender en el escalafón social. Es un debate que se da en prácticamente todos los países desarrollados y en la mayor parte de los mercados emergentes Un ejemplo de ello es la presencia de noticias relativas a la desigualdad en los medios de comunicación de Estados Unidos y en Europa, dos áreas que están sintiendo la crisis, respectivamente, del Sueño americano y del Estado del Bienestar. En el fondo, ambos modelos pretendían lo mismo —crear una sociedad en la que hubiera igualdad de oportunidades— sólo que por diferentes métodos: en EEUU, dejando a la iniciativa privada la organización de la economía y la sociedad; en Europa, tratando de regular esa iniciativa privada por medio de los poderes públicos. Lo cierto es que hoy nadie se cree las bondades de los dos sistemas. En EEUU existe una amplia literatura que revela que esa economía nunca fue, ni de lejos, tan abierta como se pensaba. En Europa, el modelo social de mercado está ampliamente desacreditado porque ha suministrado una relativa igualdad a cambio de estancamiento económico. Al mismo tiempo, el auge del populismo en América Latina y la proliferación de tensiones sociales -en ocasiones, violentas- en la economía más dinámica del mundo –China- revelan que el debate sobre la desigualdad no es una preocupación exclusiva de los países ricos. Es un fenómeno mundial. En ese contexto, el Fondo Monetario Internacional (FMI) ha llevado a cabo un amplio estudio acerca de la desigualdad de ingresos en el mundo y, sobre todo, de la responsabilidad de la globalización en esa tendencia. El estudio presenta conclusiones simplemente espectaculares, que desafían la sabiduría convencional en este respecto, tanto en el análisis de la situación como en las posibles soluciones en el campo de las políticas públicas. En el terreno práctico -es decir, en lo referente a cómo combatir la creciente desigualdad- éstas son las propuestas del informe: El FMI da una serie de opciones políticas para contener los efectos perversos de la liberalización financiera y de la tecnología: 1. Liberalizar los intercambios comerciales agrícolas, dado que el sector primario es, al menos en los países en vías de desarrollo, el que concentra la mayor parte de la población de rentas bajas. Es una medida que requeriría que el mundo desarrollado —especialmente EEUU y Japón— reformara sus actuales sistemas de protección agrícola.

“En Europa, el modelo social de mercado está ampliamente desacreditado porque ha suministrado una relativa igualdad a cambio de estancamiento económico” “Los pobres están mejor en términos absolutos en esta fase de la globalización, aunque los ingresos de los que ya eran ricos han crecido más deprisa en la mayor parte de los casos”

2. Vincular las prestaciones sanitarias al empleo. En otras palabras: si una persona no tiene trabajo, también perderá parte de su cobertura médica. Así se fomenta, según el Fondo, el trasvase de trabajadores a sectores más dinámicos de la economía. 3. Ampliar el acceso al sistema financiero de los sectores de la población con rentas más bajas. Esas propuestas se deben al análisis del estudio, que revela que, contrariamente a lo que se cree, no es la globalización, sino la tecnología, lo que crea desigualdad: 1. La desigualdad crece en las economías más dinámicas. “La desigualdad ha crecido en los países asiáticos en vías de desarrollo, los países emergentes de Europa, América Latina, las Nuevas Economías Industrializadas de Asia (los llamados tigres) y el mundo desarrollado. Por el contrario, ha caído en África Subsahariana y en la Comunidad de Estados Independientes (es decir, la mayor parte de la antigua Unión Soviética”). 2. Más desigualdad no implica más pobreza. Antes al contrario. “A pesar del aumento de la desigualdad detectado, los ingresos han crecido en todos los segmentos de la población, incluyendo a los más pobres. Como consecuencia, los pobres están mejor en términos absolutos en esta fase de la globalización, aunque los ingresos de los que ya eran ricos han crecido más deprisa en la mayor parte de los casos”. 3. Los avances tecnológicos han sido el principal factor de aumento de la desigualdad. 4. Contrariamente a lo que se cree, la liberalización comercial no crea desigualdad. Tanto los países desarrollados como los que están en vías de desarrollo se ven beneficiados por la apertura del comercio internacional. 5. Sin embargo, la inversión extranjera directa sí crea desigualdad, ya que aumenta la demanda de mano de obra cualificada, que normalmente corresponde a los niveles de renta más altos. 6. La liberalización financiera también crea desigualdad, ya que “los grupos con mayores ingresos están en mejor situación para beneficiarse de las nuevas oportunidades para acceder al crédito”. I

World Economic Outlook: http://www.imf.org/external/pubs/ft/weo/2007/02/index.htm

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I TENDENCIAS EN POLÍTICAS PÚBLICAS

Sanidad: la clave no es gastar más, sino gastar mejor La sanidad es uno de los asuntos que más están copando el debate público en los últimos meses. En EEUU, la creación de un sistema de salud universal es uno de los ejes de la campaña electoral presidencial Y en ese mismo país, la decisión de George W. Bush de no llevar a cabo la ampliación del programa SCHIP -que provee asistencia sanitaria pública a los menores de edad de familias de rentas bajasha provocado uno de los mayores enfrentamientos políticos del pasado otoño. Al mismo tiempo, la lucha contra el Sida en las economías en vías de desarrollo es un tema recurrente en los medios de comunicación. Y, si la ralentización de la economía se confirma en la UE en general y en España en particular, no cabe duda de que será sólo cuestión de tiempo la reapertura de las discusiones acerca de la sostenibilidad de la sanidad pública y la inclusión en ella de nuevos métodos de gestión, entre ellos el copago, que ya está siendo aplicado en economías de nuestro entorno, como Bélgica. Sin embargo, ese debate ha puesto de manifiesto algo preocupante: el problema, tanto en los países desarrollados como, incluso, en el mundo en vías de desarrollo, no está tanto en cuánto se gasta sino en cómo se gasta. Una serie de estudios recientes ponen de manifiesto que la atención médica frecuentemente se desvía a favor de grupos de presión, como los ancianos, o enfermedades más conocidas, como el Sida, en detrimento de sectores o de dolencias que tienen menos impacto mediático. El primer elemento a la hora de debatir el modelo sanitario es de índole sentimental. Como señalaba recientemente en The Wall Street Journal Mike Franc, del think tank liberal Heritage Foundation, “el problema inherente a este asunto es que es casi imposible contrarrestar el argumento emocional con el frío dato presupuestario”. Los detractores de la ampliación del programa, como el ex jefe del equipo

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“La pregunta es si el Gobierno debe recaudar más impuestos para financiar a la clase media o debe disminuir la presión fiscal y centrar el gasto sanitario en los más necesitados”

de asesores de George W. Bush, el profesor de Harvard Greg Mankiw, afirman que una buena parte del nuevo dinero del programa —que procedería de un impuesto indirecto adicional sobre el tabaco— se destinaría a financiar a familias que sí pueden permitirse un seguro. Según esa tesis, lo que está en juego es la creación de un sistema federal de sanidad pública en EEUU, algo a lo que se oponen, a pesar de que EEUU tiene una esperanza de vida media inferior a la mayor parte de los países industrializados (por ejemplo, un estadounidense puede esperar vivir en promedio dos años menos que un español, de acuerdo a los datos incluidos en el World Factbook, de la CIA). La pregunta es si el Gobierno debe recaudar más impuestos para financiar a la clase media o debe disminuir la presión fiscal y centrar el gasto sanitario en los más necesitados. Para los detractores de la ampliación, la respuesta es obvia: se trata de maximizar el número de niños con asistencia sanitaria, no el número de niños acogidos a programas de sanidad pública. Con la ampliación del programa SCHIP, se incentiva a las familias para darse de baja de sus seguros privados y sustituirlos por un programa de salud pública financiado con el dinero de los contribuyentes, lo que no parece deseable ni eficiente: de los 5,8 millones de niños beneficiados por el programa, cerca de 2 millones tendrían un seguro privado de no existir SCHIP. Eso supone el 34,8 por ciento del total. Y, si como pretendía la oposición demócrata, el programa hubiera sido ampliado, esa proporción aumentaría hasta el 45 por ciento. Claro que no hay que olvidar que en los últimos dos años el número de menores no asegurados en EEUU ha crecido en un millón, con lo que también cabe argüir que la expansión del SCHIP podría haber sido, en último término, beneficiosa, a pesar de su obvia ineficiencia. Ésa era la tesis de medios como The Washington Post y The New York Times. Para Bush y sus asesores, una fórmula más eficiente y equitativa es la combinación de mayores deducciones fiscales para la contratación de seguros privados – bautizada como Standard Deduction for Health Insurance – y una mínima reforma del programa SCHIP, centrado en los niños más desfavorecidos. Pero, curiosamente, un liberal de la talla de Richard Posner ha postulado públicamente una seguridad social gratuita para todos los menores de 18 años: “Prestar atención a salud de los niños reducirá sus problemas de salud y el gasto sanitario a largo plazo. Pero comparativamente los Gobiernos gastan mucho en los más mayores que en los más jóvenes, posiblemente porque estos últimos no votan”. Muy relacionado con este hecho está el reciente hallazgo del think tank RAND Corporation, el Seat-


TENDENCIAS EN POLÍTICAS PÚBLICAS

tle Children’s Hospital Research Institute y la Facultad de Medicina de la Universidad de Washington sobre la calidad de los servicios sanitarios recibidos por los menores: a la hora de recibir una asistencia oportuna en el momento idóneo, a los niños de EEUU les va mucho peor que a los adultos: no reciben ni el cuidado preventivo ni los chequeos recomendados necesarios para prevenir el riesgo de obesidad o del asma. “Hasta ahora, la mayoría de las personas creían que la calidad de la asistencia sanitaria no era un problema de los niños – afirma Elizabeth A. McGlynn, doctora y asóciate director de Rand Health -. Este nuevo estudio demuestra que eso es falso y necesitamos alcanzar el cuidado apropiado para los hijos”. Los datos muestran que la calidad de la sanidad varía con el tipo de problema: los niños reciben el 68 por ciento de los cuidados recomendados para prevenir problemas médicos agudos, el 53 por ciento de los cuidados recomendados para detectar enfermedades crónicas y el 41 por ciento de las medidas preventivas recomendadas. En línea con estos datos, sólo el 38 por ciento de los niños son sometidos a escáner, el 47 por ciento a diagnósticos y el 45 por ciento a seguimientos continuos. Especialmente preocupante es la necesidad de mejorar el trabajo en el diagnóstico de problemas crónicos como la diabetes o la hipertensión, que se han disparado en los últimos años, en parte como consecuencia de la epidemia de obesidad que afecta a los niños de EEUU en particular y a los de todos los países desarrollados en general. Resulta alarmante comprobar que, en los chequeos rutinarios, sólo un 31 por ciento de los niños entre 3 y 6 años fueron pesados y medidos. Sólo el 15 por ciento de los adolescentes que visitó a un doctor fue medido y pesado. Mientras, un tercio de los niños americanos son obesos o tienen riesgo de padecer obesidad. Todo esto parece demostrar que no es suficiente con favorecer el acceso de todos los niños a un sistema de seguridad social, sino de garantizar que los cuidados y medidas necesarias son realmente dispensadas. Un salto cuantitativo y cualitativo en esta dinámica se da si se analiza la situación de la sanidad en el Tercer Mundo, caracterizada por unos programas de salud pública precarios y por la especial incidencia de enfermedades epidémicas o pandémicas como la malaria o el sida. En los últimos años los programas de prevención y vacunación de este tipo de enfermedades concretas –programas sanitarios verticales- han absorbido buena parte de los escasos recursos públicos y privados destinados. Una consecuencia negativa de esta tendencia ha sido la reducción de los fondos dirigidos a desarrollar los sistemas de salud de los países pobres, centrados en la prevención y paliación de cualquier tipo de enfermedad, es decir, los llamados progra-

“Comparativamente los Gobiernos gastan mucho en los más mayores que en los más jóvenes, posiblemente porque estos últimos no votan”

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mas sanitarios horizontales. La preocupación es hasta qué punto es contraproducente que una especial insistencia en los programas verticales provoque ausencia de fondos para programas que son igual o más importantes que aquellos. Un ejemplo: el Sida consume más de un quinta parte de la ayuda sanitaria de todo el mundo pero sólo supone la vigésima parte de los enfermos en los países con más bajos ingresos, y causa menos muertes que otras enfermedades como los abortos naturales y partos en los que los niños nacen muertos, la mortalidad infantil o la diabetes. Una segunda preocupación es hasta qué punto los programas verticales financiados con fondos procedentes de donaciones –cada cual con sus diferentes criterios y condiciones para la evaluación– originan una auténtica montaña de trámites burocráticos y provocan la huída de expertos médicos de los precarios sistemas de salud generales hacia los programas verticales (es decir, de atención a dolencias específicas), que están mejor retribuidos. Paradójicamente, el resultado de esta dinámica es que la bienintencionada expansión de la ayuda al desarrollo para tratar enfermedades concretas impide el desarrollo de sistemas sanitarios en el mundo en vías de ddesarrollo. Claro que los partidarios de los programas verticales replican explicando que ellos no ven ningún problema en esta asignación de recursos, porque gracias a la lucha contra enfermedades específicas se han conseguido fondos que de ninguna otra forma se habrían obtenido, lo que proporciona el impulso necesario para que las redes de salud pública se desarrollen. De hecho, muy pocos especialistas en salud pública apuestan por reducir los fondos destinados a los programas de lucha contra el Sida, e insisten en conciliarlos con la protección y fortalecimiento de los sistemas de salud pública del mundo desarrollado y que eviten la muerte anual de unos 10 millones de niños por enfermedades que son fácilmente evitables. Eso, a su vez, plantea a otra cuestión: si los fondos de ayuda al desarrollo que van para enfermedades específicas se destinan al funcionamiento de los sistemas de salud pública generales, ¿qué criterio se fijará para destinar esos fondos? Ésa es una cuestión central en toda la lucha contra la pobreza —y no sólo en el sector de la salud— porque dirigir fondos en sistemas ineficientes podría ser menos productivo que gasta el dinero en los programas verticales. I

Blog de Greg Mankiw: http://gregmankiw.blogspot.com/ Blog de Robert Posner y Gary Becker: http://www.becker-posner-blog.com/ Informe de RAND sobre las diferencias en la atención sanitaria en los diferentes grupos sociales de EEUU: http://www.seattlechildrens.org/home/about_childrens/press_releases/2007/10/002853.asp

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I TENDENCIAS EN LA ECONOMÍA

El auge del proteccionismo en Occidente Tal vez la globalización haya ganado irremisiblemente la partida. Pero lo cierto es que, políticamente, lo que está en auge es el proteccionismo, tanto en los países que no han avanzado en las reformas como en las economías desarrolladas “El 55 por ciento de los estadounidenses quiere mantener las barreras proteccionistas para proteger sus economías, incluso aunque estas medidas supongan un menor crecimiento económico”

Ésa es la conclusión de un estudio llevado a cabo por el think tank de Bruselas European Centre for International Political Economy (ECIPE). ¿EL PAÍS MÁS CERRADO A LA GLOBALIZACIÓN DEL MUNDO DESARROLLADO? ESTADOS UNIDOS.

Puede sonar extraño para muchos, pero así lo revela un estudio del German Marshall Fund, que muestra que el 55 por ciento de los estadounidenses quiere mantener las barreras proteccionistas para proteger sus economías, incluso aunque estas medidas supongan un menor crecimiento económico, mientras que el 59 por ciento cree que el libre comercio genera paro. Como comparación, los porcentajes caen al 31 por ciento y al 58 por ciento, respectivamente, cuando se plantean esas cuestiones a los franceses, si bien estos últimos son los que más desconfían acerca de los efectos beneficiosos del libre comercio para los consumidores, los países en vías de desarrollo, la prosperidad mundial y la democracia. De hecho, un estudio de Financial Times y la consultora Harris revela que apenas un 5 por ciento de los franceses considera que el euro haya tenido un impacto positivo en la economía de su país. Es un porcentaje muy alto, pero el mismo informe revela que dos tercios de los italianos y españoles –y más de la mitad de los alemanes– creen que la moneda única ha sido negativa para sus economías.

“Ese pesimismo estadounidense se refleja en los sondeos que muestran que una mayoría de los ciudadanos de ese país creen que sus hijos vivirán peor que ellos” 80% 73,0

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Jóvenes que quieren trabajos que les ofrezcan oportunidades de desarrollo

Jóvenes que quieren trabajos que les ofrezcan oportunidades para tomar la iniciativa

Francia

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EEUU

TENDENCIAS DE FUTURO I NEWSLETTER DEL THINK TANK INSTITUCIÓN FUTURO

Jóvenes que quieren trabajos interesantes

Canadá

Resulta difícil saber hasta qué punto un país es verdaderamente proteccionista, dado que ése es un concepto que depende en buena medida de las circunstancias políticas del momento. Por ejemplo, cuando se realizan comparaciones trasatlánticas, hay que tener en cuenta que en Europa existe una organización supranacional -la Unión Europea- que frena los instintos proteccionistas de los países miembros. Pero, ¿quién puede frenar al gobierno de los EEUU? Según informaba el Wall Street Journal a principio del mes de octubre, 6 de cada 10 republicanos están de acuerdo con la afirmación de que el libre comercio es perjudicial para la economía americana y abogaría por un candidato republicano que favoreciera las limitaciones a las importaciones extranjeras. Los tres grandes candidatos demócratas a la Casa Blanca—Hillary Clinton, John Edwards y Barack Obama—han mostrado una enorme tendencia al proteccionismo, aunque está por ver—al menos en el caso de Clinton y de Obama—si esa actitud es genuina o si se trata simplemente de una estrategia electoral.

¿A QUÉ SE DEBEN ESTAS ACTITUDES?

Una posible explicación es la cultura política de cada país. Un ejemplo: EEUU, una nación tradicionalmente optimista, está atravesando por un periodo de marcado pesimismo. Tal vez eso explique su tendencia a olvidarse del libre comercio a favor de actitud es más defensivas, lo que recuerda a Europa, un continente tradicionalmente mucho más pesimista respecto al futuro que EEUU. Ese pesimismo estadounidense se refleja en los sondeos que muestran que una mayoría de los ciudadanos de ese país creen que sus hijos vivirán peor que ellos. Es un esquema mental que no se daba desde principios de los 90, cuando Bill Clinton derrotó a George Bush ‘padre’ en la carrera por la Casa Blanca. Sin embargo, y pese a ese pesimismo americano y a la relativa apertura europea—plasmada en, por ejemplo, la elección de Sarkozy como presidente de Francia y la consistente política a favor del libre mercado que el Reino Unido lleva manteniendo desde 1979—, para encontrar genuino espíritu empresarial hay que cruzar el Atlántico. Así lo demuestra un reciente estudio sobre cultura empresarial realizado por el Premio Nobel de Economía Edmund Phelps, de la Universidad de Columbia, que pone de manifiesto que los jóvenes estadounidenses—y, en menor medida, canadienses— tienen un espíritu emprendedor superior en al menos un 50 por ciento a los de sus pares de Francia o Italia. I


TENDENCIAS EN LA ECONOMÍA

El petróleo redibuja el escenario de poder mundial El siglo XXI está empezando con un renovado debate sobre la energía. El petróleo marca máximos históricos y parece condenado a quedarse en el entorno de los 100 dólares por barril. Es una situación que abre un nuevo escenario geopolítico mundial con el surgimiento de otra dicotomía: quiénes tienen petróleo y quienes no. El precio de esta fuente de energía está alterando el reparto de poder la economía mundial profundamente. 1. Cerco a las potencias emergentes. Al mismo tiempo que el poder de la economía mundial se desplaza del norte al sur, las nuevas potencias industriales de Asia—China e India—se encuentran, súbitamente, con su futuro hipotecado por las economías medianas de Oriente Medio, África y Latinoamérica que tienen el grifo del petróleo. “La perspectiva de precios del petróleo de tres dígitos ha redibujado el mapa político del mundo, desafiando algunas de las viejas nociones del poder. Las naciones ricas en petróleo disfrutan de oportunidades históricas, mientras que los grandes importadores, incluyendo a China e India, donde vive un tercio de la población mundial, se enfrentan a crecientes costes económicos y sociales”, indica Mark Landler en The New York Times. Son precisamente estas dos naciones las que más tienen que perder en este nuevo juego. “La demanda mundial ha subido más de un 60 por ciento en el mundo desde principios de los 80, con China e India liderando el abanico de naciones que se precipitaban a la modernidad”, asegura David Von Drerle en Time. Pese a que estas dos naciones empezaban a contar en la escena mundial, ahora están hipotecadas”. Al mismo tiempo, algunos productores de petróleo— como Abu Dhabi, Rusia, Qatar y Libia—están usando los recursos obtenidos del petróleo para crear gigantescos fondos de inversión estatales—los llamados fondos soberanos—con los que invertir en los países desarrollados, lo que refuerza el poder de esas economías, dado que las lleva mucho más allá de la energía y las introduce en el sector financiero. 2. Alianzas de interés. En esta situación, cada uno busca su salida. “Gestionar este nuevo orden se está convirtiendo en el problema central de la política mundial. Los países que necesitan petróleo se pelean para asegurarse este suministro escaso, y están dispuestos a pactar con cualquier gobierno, independientemente de los sinsabores que ello conlleve”, expone

“Algunos productores de petróleo están usando los recursos obtenidos del petróleo para crear gigantescos fondos de inversión estatales—los llamados fondos soberanos—con los que invertir en los países desarrollados, lo que refuerza el poder de esas economías” “Las inversiones de petroleras chinas se ven favorecidas porque esas las empresas de ese país no están sujetas a legislación acerca de cuestiones laborales, medioambientales o de inversión en países no democráticos”

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Landler. ¿Ejemplos de esa situación? Los acuerdos de las empresas petroleras estatales chinas con países no democráticos—Angola—, con tendencia a la proliferación nuclear— Irán—y acusados de genocidio—Sudán—para extraer crudo en sus territorios. Unos acuerdos favorecidos por el hecho de que las compañías chinas no están sujetas a legislación en su paíse acerca de cuestiones laborales, medioambientales o de inversión en países no democráticos. Esas inversiones se deben a consideraciones económicas, sino políticas, debido a lo que Vijay V. Vaitheeswaran ha calificado en la revista Foreign Policy como “obsesión” de China ante el hecho de que los principales yacimientos de crudo en el mundo están en oriente Medio, en países aliados de EEUU. 3. Rusia vuelve a ser una gran potencia. “Quizá ningún otro país ha renacido tanto con la riqueza de su petróleo como Rusia”, asegura Landler. Rusia es uno de los mayores productores mundiales, y su PIB creció el 8 por ciento en el segundo semestre de 2007, según las previsiones del FMI, justo por detrás de China e India. Eso eprmite a Moscú reforzar su poder político y militar y, además, le da otra arma: el petróleo, como corrobora R J. Robinson West en el artículo “El poder del petróleo”, publicado en Newsweek. 4. El petróleo es malo para la democracia. Los países ricos en petróleo no parecen estar aprovechando su oportunidad. “Pese a que el petróleo ha engrasado las ruedas del capitalismo global, ha entorpecido la democracia. Los gobiernos con grandes ingresos petrolíferos necesitan menos consentimiento de sus gobernados para mantenerse en el poder. Pueden premiar a sus amigos y comprar la oposición. Desincentiva la libre empresa a favor de los grupos estatales”, opina Robinson West. Un excelente ejemplo de ello es Venezuela. Para Moisés Naim, director de la revista Foreign Policy, “Hugo Chávez ha regado de favores a sus amigos y aliados, y lo ha podido hacer gracias al petróleo”. I

El poder del petróleo en la economía mundial: http://www.nytimes.com/2007/11/07/business/07oilwealth.html?_r=1&oref=slogin Samuelson analiza el petróleo: http://www.newsweek.com/id/70370/output/print La ‘dictadura competitiva bolivariana’ de Hugo Chávez: http://www.foreignpolicy.com/users/login.php?story_id=3332&URL=http://www.forei gnpolicy.com/story/cms.php?story_id=3332 Fondos soberanos: http://search.ft.com/ftArticle?queryText=+sovereign+funds+m artin+wolf&aje=true&id=071016000587&ct=0&nclick_check=1 El mercado del petróleo a nivel mundial: http://www.foreignpolicy.com/users/login.php?story_id=3989&URL=http://www.forei gnpolicy.com/story/cms.php?story_id=3989

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I TENDENCIAS EN LA ECONOMÍA

El creciente sector industrial del cambio climático Puede sonar paradójico, pero el efecto invernadero está empezando a dar lugar a un pujante sector de actividad. De hecho, se trata de un fenómeno del máximo interés, toda vez que es un sector que abarca la industria y los servicios, en el que la participación del sector público —tanto a nivel internacional como estatal y local— juega un papel central, al igual que las organizaciones ciudadanas y otros grupos de la sociedad civil

mente intervenidas, no hay que olvidar que, según han explicado Elias Blawie, Alison Freeman-Gleason y Todd Glass, copresidentes del bufete de abogados estadounidense Heller Erhman, en un artículo en Business Week, la lucha contra el cambio climático atrajo el año pasado en EEUU inversiones por 2.900 millones de dólares (2.040 millones de euros) en capital-riesgo. En realidad, es posible que el cambio climático provoque una nueva revolución industrial. Ésa es la tesis de los británicos Rebecca Willis, Molly Webb y

“El 44 por ciento de las emisiones de gases de efecto invernadero de Londres poceden de viviendas”

Así, grandes empresas asociadas habitualmente al Partido Republicano en Estados Unidos, como WalMart (la mayor cadena de grandes superficies del mundo) están empezando a exigir a sus proveedores que les presenten información acerca de su ‘huella de carbono’ (en otras palabras, acerca de sus emisiones de CO2 y otros gases de efecto invernadero). Al mismo tiempo, el Banco Mundial está fomentando la creación de un mercado de permisos de emisiones entre los países signatarios del Tratado de Kyoto. Y una serie de ciudades estadounidenses están imponiendo, por su cuenta, controles a la emisión de gases que alteran el clima de la atmósfera. Todo ello para contrarrestar lo que el informe sobre La economía del cambio climático realizado en 2006 por el ex economista jefe del Banco Mundial y profesor de la London School of Economics, Nicholas Stern, calificaba como “el mayor fracaso del mercado que nunca hemos visto”. Pero ahora está surgiendo un nuevo mercado para solucionar ese “fracaso”. Y, aunque por el momento muchas iniciativas en este sector están frecuenteTENDENCIAS DE FUTURO I NEWSLETTER DEL THINK TANK INSTITUCIÓN FUTURO

James Wilson, en “The Disruptors”, un informe realizado conjuntamente por el organismo público británico NESTA (National Endowment for Science, Technology and the Arts) y el think tank próximo a la Tercera Vía de Tony Blair Demos. Para los autores del informe, “los debates sobre los parques eólicos, derechos de emisión de CO2 y coches híbridos a menudo esconden asuntos mucho más importantes: necesitamos desarrollar formas completamente diferentes de construir, viajar, comprar e incluso comer”. En resumen, las políticas basadas en la penalización del consumo de combustibles fósiles y los incentivos a las energías limpias son claramente insuficientes. Willis, Webb y Wilson señalan una serie de iniciativas públicas y privadas estructuradas en torno a ocho ideas que están marcando pasos innovadores en la creación de este nuevo mercado del calentamiento global: 1. Descubrir nuevas tecnologías y redescubrir otras viejas caídas en desuso. El caso del municipio de Barnsley (South Yorkshire) es paradig-


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mático. A través de la instalación de calderas de biomasa en edificios municipales, el Ayuntamiento ha logrado un ahorro considerable en su factura eléctrica con algo tan simple como usar para calefacción los restos de las podas de los parques municipales. El sistema se ha extendido con éxito a algunos edificios de vecinos. 2. Implicar al consumidor. Los gobiernos han hecho muy poco para incentivar el cambio de los hábitos energéticos de los ciudadanos. Eso se debe, según el informe, a que “vender el cambio de comportamientos, especialmente en términos de austeridad o reducción del consumo (…) está cargado de dificultades políticas. Vender tecnología es mucho más fácil”. Curiosamente, una empresa privada se ha atrevido con ello. Se llama DIY Kyoto (lo que en inglés significa “Hágalo usted mismo Kyoto”), que ha diseñado un aparato sencillo—aunque, a un precio de 150 libras esterlinas, o 215 euros, aún dista de ser barato—llamado Wattson, que mide la energía que se utiliza en una vivienda. “No es innovador ni reduce las emisiones en sí mismo, pero ayuda a personas y organizaciones a hacer las cosas de un modo diferente”, sentencia “The Disruptors”. 3. Dar importancia al usuario. En el mundo de la ecoeficiencia no todo son aparatos. También hay servicios como GREENhomes de Londres, que hace auditorías energéticas a los hogares de la capital británica, que generan, según esa propia empresa, el 44 por ciento de los gases de efecto invernadero de la ciudad. GREENhomes también propone a sus clientes opciones para reducir el gasto energético. Frente a los grandes esquemas promovidos por los Gobiernos, estas iniciativas del sector privado “están abriendo el camino desde un sistema centralizado y distante de los usuarios de la energía a otro localizado y que implica a la gente”. 4. Una nueva regulación. Éste es un problema serio, porque los mercados energéticos, casi por definición, han estado fuertemente regulados, y la apertura iniciada en los últimos años todavía es muy parcial. Eso puede limitar la capacidad de innovación de forma dramática, como refleja el fracaso de la iniciativa de Dynamic Demand, una empresa sin ánimo de lucro que ha creado una máquina que se enchufa a cada electrodoméstico y mide la cantidad de energía que éste usa en la red nacional. Cuando hay picos de demanda, el aparato desconecta automáticamente el electrodoméstico para evitar sobrecargas. Sin embargo, este sistema, que ocupa una caja de cerillas y podría costar menos de 5 libras, ha encontrado trabas administrativas para su venta. “La forma en que el mercado de energía está regulado y funciona impide a los

“La capacidad de innovación se ve limitada de forma dramática porque los mercados energéticos, casi por definición, han estado fuertemente regulados, y la apertura iniciada enlos últimos años todavía es muy parcial”

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nuevas compañías ofrecer un servicio rentable”, explica el informe. 5. Modelos de negocio creativos. En muchos casos, la emergencia de una idea innovadora surge fuera de los cauces establecidos, del contacto entre personas con perspectivas diferentes. Es el caso de SolarStructure, que nació de un café entre dos empleados de Hewlett-Packard y dos ingenieros del Imperial College, que tuvieron la idea de fabricar placas solares y engarzarlas en una estructura de persiana veneciana que aísla los rascacielos al tiempo que se produce energía. ¿QUÉ CONCLUSIONES SE PUEDEN EXTRAER DE TODOS ESTOS CASOS?

1. Los Gobiernos deben posibilitar el desarrollo de las nuevas inicitivas 2. Las autoridades deben encontrar nuevas fórmulas de diálogo con los emprendedores 3. Es necesario crear espacios para la experimentación 4. Hay que reformar los sistemas de incentivos a la innovación 5. Es necesario liberalizar el mercado de la energía. I

The Disruptors: http://www.demos.co.uk/publications/thedisrupters The Economics of Climate Change: http://www.cambridge.org/us/catalogue/catalogue.asp?isbn=0521700809

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I EL PRISMA LIBERAL IGNACIO FERRERO MUÑOZ

Profesor de Ética de la Actividad Económica de la Universidad de Navarra

Burbuja inmobiliaria

e intervencionismo estatal El mercado financiero está convulso. Una parte de los grandes bancos internacionales se ha visto gravemente afectada por los problemas de los mercados de renta fija de EEUU, que a su vez se deben al estallido de la burbuja inmobiliaria. Y el problema ha llegado a la política. Hank Paulson, el secretario del Tesoro de EEUU, ha pasado de afirmar que había que dejar al mercado que aprovechara la ocasión para limpiar el terreno de prestatarios y prestamistas imprudentes, a acabar, finalmente, incurriendo en una propuesta en virtud de la cual el mercado de las subprime se dividiría en varias categorías en virtud de la solvencia de sus partícipes. Por un lado estarían quienes no pueden pagar las hipotecas a los actuales tipos; por otro, los que sí pueden; y, finalmente, los que están en una posición intermedia, es decir, que podrán pagar, pero con dificultades. Paulson ofrece medidas para cada grupo, que van desde la refinanciación, con ayuda estatal, de las hipotecas, hasta la congelación de los tipos de interés durante cinco años. En esta política late una amenaza intervencionista que debería preocupar a los que estamos convencidos de las bondades de la economía liberal, es decir, de dejar al mercado que él mismo solucione sus problemas (entendiendo por el mercado el conjunto de agentes económicos libres y responsables que buscan maximizar el interés propio y ajeno, en la medida en que el ajeno guarda estrecha relación con el propio). Aunque esta crisis entraña riesgos importantes, aceptar sin rechistar estas medidas puede abrir la puerta a la

intervención arbitraria en un terreno donde la confianza es clave. La incertidumbre de los mercados se dispararía si sobrevolara sobre ellos la amenaza de que el gobierno cambie las reglas del juego según las circunstancias. Por eso es mucho más interesante la propuesta del Partido Demócrata para cambiar las leyes que regulan las quiebras, e incluir algunos tipos de hipotecas entre las responsabilidades que un juez puede considerar. Esta medida sí incide en el núcleo de la cuestión, ya que no busca paliar los efectos negativos, sino retrotraerse a las causas y localizar responsabilidades que permitan actuar mejor en el futuro. Las preguntas que deben ser planteadas son: 1) ¿Cómo hay que valorar la responsabilidad de los bancos a la hora de firmar unas hipotecas que, cuanto menos, muestran cierta ligereza de juicio?; y 2) ¿Qué grado de responsabilidad tienen estos bancos al provocar situaciones con daños colaterales de tal magnitud que modifican las políticas monetarias de los principales bancos centrales del mundo y que afectan hasta el bolsillo de los consumidores? La liberalización de los mercados ha multiplicado las oportunidades de negocio y contribuido a una expansión de la riqueza sin precedentes en la Historia de la Humanidad, pero precisamente la novedad de esa dinámica exige sopesar los riesgos asociados al posible beneficio antes de proceder a la operación. Nadie duda que el principal objetivo de la empresa es el beneficio, como ya expuso Milton Friedman en 1970 en su famoso artículo sobre la responsabilidad social de la em-

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presa. Pero el punto central de Friedman es que, cuando se habla de responsabilidad social de la empresa, debemos referirnos a la responsabilidad de los dueños de la empresa, es decir, de los accionistas, y no de los directivos, cuya misión es hacer que la empresa funcione, y lo haga del mejor modo posible, o sea, generando los mayores beneficios posibles. El adjetivo posible implica —y Friedman lo tenía muy claro—, que las actividades de la empresa deben desarrollarse dentro de la legalidad y de la moralidad. Por eso, la aportación de la empresa al bien común o al mejor desarrollo de la sociedad es responsabilidad de los propietarios, ya que ellos deciden qué hacer con su dinero, mientras que la responsabilidad de los medios empleados para generar ese dinero —la actividad específica de la empresa— es responsabilidad de directivos y trabajadores. Por ello, los directivos de los bancos deben responsabilizarse de la decisión de entrar en el mercado de las subprime y de las consecuencias negativas que ello ha generado. Es propio del directivo ser prudente y, en el sector bancario, esta prudencia pasa por garantizar la solvencia de la entidad, es decir, su liquidez, y no atender a este requerimiento es atentar a la profesionalidad y en algunos casos a su moralidad. Las hipotecas subprime son un caso claro de imprudencia con importantes consecuencias frente a las que hay obligación de depurar responsabilidades. Por eso, y sin que sirva de precedente, estoy de acuerdo con la propuesta de los demócratas. I


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Los cinco consejeros que hay que evitar Cada vez que estalla una crisis económica, los consejos de administración quedan en el punto de mira. El mejor ejemplo ha sido la turbulencia de los mercados de de renta fija del periodo junio-noviembre, que acabó cobrándose la cabeza de Stan O’Neal, presidente y consejero delegado del banco de inversión Merrill Lynch, y Chuck Prince, de Citigroup, el mayor banco del mundo “La gestión y rendimiento de los consejos sigue siendo una bella arte antes que una ciencia propensa a las generalizaciones” “Un consejo es, ante todo, un sistema social, dependiente de la posición y relaciones de sus miembros, que tienen una influencia decisiva en el grupo”

En ambos casos, los consejeros reaccionaron con rapidez a la crisis, al pedir la cabeza de los máximos responsables de ambas entidades. Lo cual no deja de ser notable, sobre todo en el caso de Merrill Lynch, porque todos los miembros del consejo de ese banco habían sido nombrados a propuesta de O’Neal. En otras palabras: ese consejo de administración dio una verdadera muestra de independencia. Tal vez ésa sea la razón de que, en la actual crisis, no hayamos visto hasta la fecha escándalos de la talla de los de Enron, Tyco o WorldCom. Esos escándalos contribuyeron de modo decisivo a la extensión universal de los códigos de buen gobierno corporativo, lo que tal vez esté en la raíz de la rápida reacción de los consejos en esta nueva crisis. Se han impuesto los consejeros independientes, los sueldos de los altos cargos se difunden públicamente y existen comités que auditan el trabajo de los órganos de gobierno. No obstante, esas mejoras no garantizan que un consejo sea efectivo. En último término, la gestión y rendimiento de los consejos sigue siendo una bella arte antes que una ciencia propensa a las generalizaciones. “Estos cambios estructurales, aunque visibles, no han llegado al corazón del trabajo del consejo: tomar las decisiones que conforman, para bien o para mal, el futuro de la compañía. (…) A diferencia de las capas más externas del buen gobierno corporativo, el funcionamiento interno de los consejos ha escapado al control de los inversores o reguladores”, explica el estudio de la Escuela de Negocios Wharton, de la Universidad de Philadelphia, en el trabajo “Cómo toman sus decisiones los consejos bien gestionados”. La misma opinión expresa Jeffrey A. Sonnenfeld, decano asociado en la Yale School of Management en un extracto de su trabajo “Qué es lo que hace grandes a los grandes consejos” publicado por Business Week: “Ningún rendimiento de grupo es evaluado con menos rigor que el de los consejos, pese a que ningún grupo aprende y avanza sin interacción. Para realizar una valoración completa del consejo, el comité de gobierno debe calibrar el grado de entendimiento y desarrollo de la estrategia y

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la calidad de las discusiones del consejo”. Es este último, según Sonnenfeld, el aspecto más importante: “La disposición para cuestionar las presuposiciones y creencias de los otros es quizá la característica más importante de los grandes consejos, que trasluce lazos lo suficientemente fuertes como para mantenerse pese a los puntos de vista encontrados”. Todo ello se debe a que un consejo es, ante todo, un sistema social, dependiente de la posición y relaciones de sus miembros, que tienen una influencia decisiva en el grupo. Jack Welch, antiguo consejero de GE y gurú del management entiende que son muchas veces las personas individuales las que estropean el funcionamiento de la maquinaria corporativa, según explica en uno de los artículos de su sección semanal en Business Week. “Los consejos frecuentemente toleran el rendimiento anómalo de uno o dos de sus miembros. Es una lacra que resulta demasiado trabajoso o políticamente incorrecto erradicar. Y esa es la razón por la que muchos consejos tanto en el sector público como en el privado no hacen la contribución que deberían”. Para Carol Arrowsmith, de la consultora Deloitte, la influencia de los consejeros en las empresas está creciendo, lo que aconseja evitar los cinco tipos de comportamiento “perfectamente legales, pero perfectamente destructivos”: 1. El consejero inoperante. No hace nada porque está demasiado ocupado con su propia compañía, no tiene nada que perder o ganar en aquella a la que aconsejan o simplemente trata de mantenerse al margen para no meterse en problemas. 2. El consejero “bandera blanca”. Es el que evita a toda costa meterse en una guerra. “Carecen de la característica clave de cualquier buen consejero, el coraje”, dice Welch. 3. El consejero “cabalista”. Amante de las intrigas palaciegas, persigue objetivos de su propia agenda en lugar de luchar por el bien de la compañía. “El resultado es la creación de un consejo secreto dentro del consejo”, asegura Welch. 4. El consejero “metomentodo”. “En lugar de reunirse con el talento de alto potencial y debatir sobre la dinámica del negocio, el ‘metomentodo’ se queda enfangado en los detalles operativos”, resume Welch. 5. El consejero “pontifical”. Es el que no puede dejar de oír su propia voz, especialmente cuando se trata de acontecimientos mundiales, tendencias sociales u otras áreas en las que se cree expertos con lo que, según Welch, “distrae al resto del consejo del verdadero negocio”. I Nº024 I 2008


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Sucesión en la cúpula: dónde buscar ¿dentro o fuera? La reciente crisis de Wall Street ha puesto de manifiesto una sorprendente realidad: los grandes bancos estadounidenses no tienen sustitutos para sus líderes y, cuando éstos dimiten, deben buscarlos fuera. El presidente y consejero delegado de Merrill Lynch, Stanley O’Neal, ha sido sustituido por John Thain, que dirigía la Bolsa de Nueva York (NYSE-Euronext); y Charles Prince ha sido reemplazado al frente de Citigroup por Vikram Pandit, un reciente fichaje del banco. Estos acontecimientos ponen de manifiesto que: 1. La realidad sigue siendo tozuda. “Sólo la mitad de los consejos de compañías públicas y privadas tienen planes de sucesión de sus consejeros delegados , según un estudio del Center for Board Leadership y Mercer Delta Consulting”. Éste es el caso incluso de compañías globales, gigantes que tienen miles de empleados e invierten millones de dólares cada año en conseguir y captar talentos”, expone Carol Hymowitz en un artículo de The Wall Street Journal. Sin embargo, según el informe anual de gobierno corporativo de la National Association of Corporate Directors (NACD), la sucesión es tras la planificación estratégica la principal preocupación de los consejos. 2. Una cuestión de tiempo. “La planificación de la sucesión no es un acontecimiento, es un proceso que es mejor gestionar en tres, cinco o incluso diez años, porque supone construir toda una secuencia de talento. Sin embargo, muchos consejeros delegados están inmersos en salvar el siguiente trimestre y relegan el difícil trabajo de preparar a los futuros líderes”, indica Joseph Bower, profesor de Harvard y autor del libro The CEO within: why inside-outsiders are the key to succession planning. 3. ¿Cómo empezar? El mencionado informe de la NACD proporciona algunas pistas útiles para el consejo. “Lo primero es desarrollar una perspectiva compartida del futuro entorno de negocio y los retos estratégicos de la compañía a los que el próximo consejero tendrá que hacer frente. El siguiente paso es definir las capacidades de liderazgo que el futuro consejero necesita para afrontarlos, así como otras cualidades y habilidades específicas imprescindibles en la compañía. Con estos criterios, el consejo tendrá más claro cómo evaluar y seleccionar los candidatos”, expone.

4. Dos errores comunes. “Los consejos muchas veces se ven obligados a mirar fuera cuando los consejeros delegados no cultivan a los sucesores o cuando ‘ purgan’ a los subordinados con más talento en lugar de preparar“La tendencia los para sucederles“, explica Hymowitz. desde 1970 a Además, “los consejeros que quieran identifi2000 muestra car a los más idóneos entre sus filas no debeun lento pero rían rodearse de ejecutivos que teman critisólido increcarlos u ofrecer diferentes perspectivas”. mento del nú5. Mirar primero dentro. La mayoría de los aumero de comtores aconsejan la sucesión interna como pañías que primera opción, pese a que la práctica paremiran de ce ser la contraria. “La tendencia desde 1970 puertas afuea 2000 muestra un lento pero sólido increra cuando el mento del número de compañías que miran consejero dede puertas afuera cuando el consejero delegalegado se do se marcha”, asegura el Michael Useem en marcha” el artículo CEO succession: has grooming talent on the inside gone by de wayside, que in“Muchos concluye aportaciones de numerosos docentes de sejeros delela Escuela de Negocios Wharton, de la Unigados están versidad de Pennsylvania. “Si se sale fuera, inmersos en existe una enorme curva de aprendizaje salvar el sihasta que se llega a entender la estrategia guiente triy cultura de una compañía”, asegura la promestre y relefesora de gestión Katherin Klein, también de gan el difícil Wharton. trabajo de 6. Continuidad o ruptura. Pero los profesores preparar a los Elizabeth E. Bailey y John R. Kimberly, del futuros lídemismo centro universitario, creen que ese res” principio no es aplicable en el crisis graves, como las de Merrill Lynch y Citigroup. “Cuando hay un gran fracaso de gestión, no se desea promocionar a la persona que se ha preparado, aunque se haya hecho un fantástico trabajo de sucesión. Se prefiere a alguien con nuevos puntos de vista”, opina Kimberly. 7. La tercera vía. Bower propone un camino intermedio: “Preparar para el puesto a ‘externos de dentro’. Estos líderes pueden ver su papel desde la óptica de alguien que acaba de comprar la compañía, sin el estorbo del bagaje emocional y cognitivo que conlleva una larga permanencia en la compañía. Pero también pueden desplegar el conocimiento que han adquirido acerca del personal, proveedores, clientes y futura orientación de la empresa”. I Carol Hymowitz: 'Too many companies lack succession plans, wasting time, talent'. The Wall Street Journal, http://online.wsj.com/article/SB119603502237903423.html Bowler, Jospeh L.: The CEO Within: Why Inside Outsiders Are the Key to Succession Planning (Harvard Business School Text Books) Informe de Wharton: http://knowledge.wharton.upenn.edu/article.cfm;jsessionid=9a307edb9ab65566f5a2?a rticleid=1845&CFID=51252648&CFTOKEN=35518858&jsessionid=9a307edb9ab655 66f5a2

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Pioneros de la inversión en África Un grupo creciente de emprendedores está optando por uno de los mercados más arriesgados a la vez que prometedores: África subsahariana “Es la iniciativa privada, y no la ayuda al desarrollo, lo que combate la pobreza” “No hay manuales para este tipo de inversión. Las buenas oportunidades deben intuirse y crearse desde la nada”

Este continente está sumido en la pobreza y enfermedad, asolado por conflictos bélicos y la corrupción, pero es también el segundo en crecimiento, con una previsión de aumento del PIB para 2008 del 6,75 por ciento en el África subsahariana, frente al 7,2 por ciento de Asia, 3,2 por ciento en Europa y 1,9 por ciento en EEUU, según el FMI. La revista Bussines Week, en un reportaje titulado “¿Puede la codicia salvar África?”, expone esta nueva tendencia. “Ésta es la frontera final del mundo inversor, tan subdesarrollada y empobrecida que hace parecer otros mercados emergentes complicados como Colombia o Vietnam maravillas de modernidad. Los aeropuertos cierran y abren arbitrariamente, las carreteras están cortadas y sin asfaltar, la gasolina y el gasoil son escasos y los fallos en el transporte, frecuentes. Las precauciones médicas son aún más prohibitivas”. La inversión en África tiene una serie de características peculiares, entre las que están: 1. Es la iniciativa privada, y no la ayuda al desarrollo, lo que combate la pobreza. Business Week explica que, pese a los 625.000 millones de dólares de ayuda internacional recibidos desde 1960, el PIB per capita de África apenas se ha movido y, en el Índice de Desarrollo Humano de la ONU (que computa una serie de elementos que van desde la renta per capita hasta la esperanza de vida media o el acceso a la educación), 34 de las naciones africanas están entre las 40 peores del mundo. Pero el comercio está cambiando eso: “Gracias al boom de las materias primas de los últimos años las economías del África subsahariana, tras décadas de estancamiento, están creciendo por encima del 6 por ciento, más del doble de EEUU”. 2. Para apostar por África, un inversor debe ser muy osado, entre otras cosas porque “no hay manuales para este tipo de inversión. Las buenas oportunidades deben intuirse y crearse desde la nada”. 3. Quien quiera invertir en África, debe tener un perfil de empresario global. Es el caso de los hermanos Masoud y Said Alikhani, de origen iraní y nacidos en el Reino Uni-

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do, que construyen un complejo de producción de biodiésel en Mozambique o Genevieve Sangudi, nacido en Tanzania y educado en la Universidad de Columbia, en Nueva York, que supervisa las inversiones de Emerging Capital Partners, el mayor fondo de capitalriesgo (private equity) de EEUU en África. Lo mismo puede decirse de uno de los empresarios más prominentes de la región, Francois Woo, cuya familia de origen cantonés se afincó en Mauricio, donde posee una enorme empresa textil. 4. África es muy diversa. Si se toma el ranking sobre los mejores países para hacer negocios elaborado por la revista Time y basado en el ranking de competitividad del World Economic Forum, se constata que Mauricio, por ejemplo, está en el puesto número 60 en el ranking, mientras que Angola ni siquiera aparece. 5. Sin embargo, toda África tiene algo en común: las masivas inversiones chinas de los últimos años. Eso ha quedado de manifiesto con la reciente adquisición por parte del banco chino ICBC del 20 por ciento del banco sudafricano Standard Bank, en lo que hasta la fecha es la mayor adquisición de una empresa africana por otra extranjera. Los inversores chinos no tienen en cuenta criterios medioambientales, laborales o de respeto a los derechos humanos, lo que hace que “muchos países africanos consideren las inversiones chinas como una oportunidad y agradezcan la política de Beijing de “sólo negocios”, que implica no interferir en los asuntos domésticos” de los países, como señala la profesora de American University de Washington Deborah Brautingam en un reciente artículo publicado por el Consejo de Relaciones Exteriores de EEUU, el think tank de política internacional más prestigioso de ese país. 6. Una tendencia con visos de permanencia. Incluso los mercados bursátiles se están poniendo de moda y los departamentos de análisis de bancos de la talla de UBS han comenzado a seguir las oportunidades de inversión en África. Y, al menos por el momento, las estadísticas avalan la promesa de ese continente”. según el estudio anual de la Agencia de la ONU para el Comercio y el Desarrollo (UNCTAD) sobre los flujos de inversión correspondiente a 2007. I

Informe del Consejo de Relaciones Exteriores sobre los vínculos económicos entre China y África: http://www.cfr.org/publication/12622/is_chinese_investment_good_for_africa.html

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Web 2.0 o la transformación de Internet en una red de redes sociales En los últimos meses, las redes sociales se han convertido en uno de los temas más frecuentes en los medios de comunicación de masas. Ese interés se debe a varios factores “La Web 2.0 no es más que la Web de la gente, que es lo que en última instancia siempre debió haber sido”

Uno, el económico. En 2006, Rupert Murdoch compró por 580 millones de dólares MySpace. En otoño de 2007, Microsoft adquirió el 1,6% de Facebook por 240 millones de dólares, lo que supone valorar esa empresa en 15.000 millones, es decir, un 12% más que lo que vale General Motors. El que una empresa como Facebook, que carece de modelo de negocio y está dirigida por una persona —Mark Zuckerberg— que cumplió 23 años en mayo, valga más que el segundo mayor fabricante mundial de automóviles, da una idea del boom de este tipo de redes. Pero las redes sociales también han generado noticias menos optimistas. Algunas, en particular MySpace, han sido lugar de refugio de corruptores de menores, sectas, acosadores de todo tipo, extremistas y personas con tendencias suicidas. Sin embargo, las redes sociales online son un proceso imparable de virtualización de la vida cotidiana de las personas, en el que el mundo virtual y el mundo real se superponen cada vez más hasta desdibujar las fronteras entre uno y otro. Este fenómeno, calificado como Web 2.0 o Web Social, se caracteriza especialmente por facilitar a los usuarios la generación de su propio contenido y cooperar con otras personas con las que comparten intereses mutuos. Como afirma José Luis Orihuela, experto en cibermedios de la Facultad de Comunicación de la Universidad de Navarra y autor del blog eCuaderno, “la Web 2.0 no es más que la Web de la gente, que es lo que en última instancia siempre debió haber sido. Un espacio para la gene-

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ración de conocimientos compartidos, para el trabajo cooperativo a distancia y para la publicación a escala universal de todo tipo de contenidos (textos, imágenes, sonidos y vídeos)”. En definitiva, Internet está permitiendo que las personas puedan satisfacer su necesidad básica de comunicarse entre sí y cooperar, gracias al desarrollo de nuevas herramientas –o software social– como Blogger, Wikipedia, Flikr, Orkut, MySpace, Facebook o YouTube, ¿Cuáles son las razones del éxito de estas aplicaciones? Los expertos señalan una fundamental: estos sistemas han simplificado la tarea comunicativa a los usuarios. En las redes sociales, la gente esencialmente hace tres cosas: 1. Pone en común conocimientos (por ejemplo, en los blogs, o en YouTube, la página web que permite colgar vídeos online y que fue comprada por Google por 1.650 millones de dólares en 2006) 2. Encuentra y forma comunidades, como es el caso de las dos redes más famosas: Facebook y MySpace 3. Realiza tareas conjuntamente, como es el caso de la famosa enciclopedia online Wikipedia y sus derivaciones, como Wikimedia y Citizendium. Estas tres posibilidades no se daban en la denominada Web 1.0, donde apenas existían aplicaciones o herramientas que ofrecieran a los usuarios espacios abiertos de acceso, escritura y producción de contenidos de valor añadido en forma gratuita, y en la que el modelo de negocio se basaba en la estricta publicación de contenidos cerrados, no abiertos a la participación del público. Asimismo, y tal y como ha señalado Tim O’Reilly, principal promotor de la idea de la Web 2.0, este nuevo entorno tecnológico se caracteriza por siete principios: 1. La World Wide Web como plataforma; 2. El fortalecimiento de la inteligencia colectiva; 3. La gestión de las bases de datos como competencia básica y fundamento del modelo de negocio; 4. El fin del ciclo de las actualizaciones de versiones de software y el nacimiento del software abierto y gratuito; 5. Los modelos de progresión ligera junto a la búsqueda de la simplicidad; 6. El software no limitado a un solo dispositivo (importa el contenido, no el soporte); 7. Las experiencias enriquecedoras de los usuarios (todos tienen algo interesante que contar). El ejemplo más básico —y más consolidado— de redes sociales son los blogs. Su éxito se basa en la facilidad de creación, edición, indexación y visibilidad en los buscadores. Claro que no es menos cierto que,


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si bien estas herramientas colaboran en la formación de comunidades, su calidad es mejorable: un sistema de publicación simple y eficiente no garantiza por sí solo unos contenidos de los que fiarse, por no citar los evidentes problemas relacionados con la salvaguarda de los derechos de propiedad intelectual. Quizá el fenómeno por el que la Web 2.0 vaya a pasar a la Historia de la Comunicación es la creación de redes sociales, de espacios virtuales en los que los usuarios comparten libremente todo tipo de contenidos en torno a unos mutuos intereses que abarcan desde ser forofos de una misma serie de televisión, el interés por las primarias o sencillamente comentar la última fiesta de clase. Facebook , MySpace o, por citar un producto español, Tuenti, son las herramientas principales de entrada a estas redes sociales. Todas ellas se basan en la Teoría de los seis grados, que sostiene que cualquiera en la Tierra puede estar conectado con cualquier otra persona del planeta a través de no más de cuatro intermediarios. Según esta teoría, cada persona conoce de media a unas 100 personas. Si cada uno de esos conocidos se relaciona a su vez con otras 100 personas, cualquier individuo podría conocer a 10.000 personas más pidiendo a un amigo que pase el mensaje a sus propios amigos. Y así sucesivamente, de tal forma que en un sexto nivel de comunicación y relación seríamos capaces de llegar a mil millones de personas. Con en estas teorías se comenzaron a desarrollar algunas aplicaciones como la pionera Classmates.com a mediados de los 90, si bien es a partir de 2002 cuando se popularizan webs específicos de círculos de amistades como Friendster, Tribe.net, MySpace y, más recientemente, Facebook. Mientras, Smallworld, que requiere una invitación de un determinado número de miembros para poder sumarse a ella, supone una excepción a esta regla. El procedimiento en todas estas redes es muy similar: un número inicial de participantes envían mensajes a sus conocidos invitándoles a formar parte de la comunidad. Éstos repiten el proceso. Los intereses sobre los que se generan estas comunidades son muy diversos, y abarcan desde el hecho de haber compartido pupitre hasta trabajar en un mismo sector empresarial. En este último grupo, LinkedIn es el caso más específico de red social profesional. De todos ellos, mención especial hay que hacer a Facebook que, para Michael Hirschorn, de la revista estadounidense The Atlantic Monthly, es el caso más cercano a la vieja promesa de los medios sociales, de ese conjunto de herramientas que permite a los individuos crear sus propias páginas, rellenarlas de fotos, vídeos y otras aplicaciones o widgets e interactuar con conocidos y amigos. Hasta ahora, sostiene Hirschorn, webs como MySpace o LinkedIn tenían dos problemas:

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ASCENSO IMPARABLE Evolución de las visitas a dos redes sociales (MySpace y Facebook) y a dos medios de comunicacion tradicionales (CNN y The New York Times)

Fuente: Alexa Internet

“Quizá el fenómeno por el que la Web 2.0 vaya a pasar a la Historia de la Comunicación es la creación de redes sociales”

1. Un exceso de voces pseudónimas insustanciales que se ofrecen como amigas en muchos casos ocultando intereses de marketing (o incluso delictivos), como es el caso de MySpace; 2. Un criterio demasiado estricto de entrada —por ejemplo, LinkedIn, que se centra exclusivamente en lo profesional—, que por tanto reduce el número de contactos que se pueden realizar en ella y dificulta evitar la repetición de contenidos Facebook evita los excesos del anonimato de MySpace, donde prima el desconocimiento entre unos y otros, ya que en este sitio web cada usuario suele conocer personalmente al resto de los miembros de su red. De hecho, la experiencia demuestra que la mayoría de usuarios de Facebook no sienten ningún pudor en exponer sus actividades y comprenden que una verdadera comunidad se basa en el principio de que para conseguir información es preciso darla. Así, las redes sociales pueden estar empezando a permitir a sus usuarios proyectar su propia identidad en la red. Quedan, evidentemente, riesgos de privacidad, puesto que las empresas propietarias de estas redes tienen acceso a una inmensa cantidad de información sobre sus usuarios, y también el gran problema de cómo controlar el acceso a estas redes de los menores, que pueden ser susceptibles de diversos tipos de agresiones y acosos online. No obstante estas reservas, las redes sociales de nueva generación planean un nuevo espacio en el que cada usuario se controla voluntariamente, porque decide hasta dónde llegar, qué información dar, cuál reservar y con quién compartirla. I

Web 2.0: la comunidad es el mensaje, Perspectivas del Mundo de la Comunicación, N. 35, pdf ): http://webdeblogs.wordpress.com/bibliografia/ Artículo de The Atlantic Monthly sobre Facebook: http://www.theatlantic.com/doc/200710/facebook Nº024 I 2008


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Los hombres compran y las mujeres se van de tiendas Que hombres y mujeres se comportan de manera diferente cuando se van de compras es algo obvio, particularmente en la época de las compras navideñas y, sobre todo de las rebajas. Así que los investigadores de la escuela de negocios Wharton, de la Universidad de Pennsylvania, Jay H. Baker Retail Initiative han llevado a cabo, en colaboración con la consultora canadiense, Verde Group, un estudio comparando los diferentes modos de comprar de hombres y mujeres “Las mujeres tienden a ver la compra no sólo como la adquisición de un producto sino, hasta cierto punto, como la compra de un servicio, lo que implica que el vendedor debe darles un asesoramiento relativamente personalizado”

Su concusión es que, mientras los hombres compran, las mujeres se van de tiendas. Una división que puede parecer anecdótica, pero que implica un diferente enfoque psicológico de la acción de comprar con más que considerables repercusiones para las empresas Discernir entre los diferentes tipos de clientes es fundamental para las empresas, porque, en último término, la noción de “valor del cliente” o customer equity es un hecho diferenciador para comprender por qué algunos negocios tienen éxito mientras que otros fracasan. Ésa es la tesis de los profesores Julián Villanueva y Dominique M. Hanssens, del IESE, en su artículo “¿Cuánto vale su cliente?” Para Villanueva y Hanssens, si se mide el valor presente y futuro de los clientes, es posible entender mejor los resultados del gasto en marketing de una empresa y, en definitiva, el propio valor de la compañía. Dicho de manera fácil: una empresa vale lo que valen sus clientes. Pero eso implica que la empresa debe conocer a sus clientes. Debe saber quiénes generan ingresos

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por sus compras y quiénes aportan nuevos clientes mediante el boca–oreja. Debe conseguir la fidelidad de los compradores. Y debe centrarse en qué áreas puede ser cada cliente explotado—es decir, qué otros servicios se le pueden prestar de modo que aumenten sus compras o su fidelidad a la empresa—. Y, para esa estrategia, el análisis sociológico llevado a cabo por los expertos de Wharton y de Verde Group, y titulado Men Buy, Women Shop, es clave. Porque el informe demuestra que las mujeres son más proclives a relacionarse con los vendedores y hacen de la compra toda una experiencia emocional, mientras que los hombres responden en mayor grado a los elementos prácticos y útiles, como la facilidad para encontrar aparcamiento cercano, si el producto deseado está disponible o el tiempo de espera en la cola de las cajas. Es decir, las mujeres piensan en la compra como en algo interpersonal y los hombres como algo mucho más instrumental, algo que debe hacerse rápido porque tienen otras cosas de las que ocuparse. Como consecuencia de las diferente expectativas ante el hecho de ir a comprar, parece lógico que el 53% de las mujeres declaren experimentar problemas al “ir de tiendas”, mientras que en entre los hombres ese porcentaje cae al 48 por ciento. A partir de los 40 años, las diferencias entre ambos sexos aumentan. Esas diferencias quedan de manifiesto en la práctica. Así, cuando se analiza cuáles son los principales problemas de ambos sexos al ir a comprar, se obtienen resultados divergentes: 1. Para las mujeres, el principal problema (29 por ciento de las respuestas) es no contar con la ayuda necesaria mientras hacen las compras. De hecho, en torno al 6 por ciento de las compradoras abandonarían una tienda si perciben que no se les ha ayudado lo suficiente. 2. Para los hombres, la dificultad en encontrar aparcamiento es el primer problema (29 por ciento). Y la razón principal para no volver a una tienda es que no disponga de suficientes productos en almacén (5 por ciento). Respecto al comportamiento de los dependientes, los hombres confían en que les ayuden a encontrar lo más rápidamente posible el producto deseado y en agilizar las colas para pagar. Para las mujeres, su fidelidad con un establecimiento está ligada al conocimiento que tienen los dependientes de su propio muestrario y su habilidad para ofrecer los productos que mejor encajen con cada una de ellas. Las mujeres valoran que a los vendedores que les hacen sentir que la empresa tiene un activo interés en ellas más allá de ‘colocarles’ un bien. En este sentido, ven la compra no sólo como la adquisición de un producto sino, hasta cierto punto, como la compra de un servicio, lo que implica que el vendedor


TENDENCIAS EN LA SOCIEDAD

“Los hombres confían en que les ayuden a encontrar lo más rápidamente posible el producto deseado y en agilizar las colas para pagar”

debe darles un asesoramiento relativamente personalizado. Quizá quién mejor ha resumido los dos comportamientos ha sido Delia Passi, fundadora de WomenCertified, una consultora que colaboró en el estudio: “Las mujeres son recolectoras y los hombres, cazadores. Las mujeres entran en un centro comercial y escanean las estanterías. Los hombres buscan un objetivo, una presa aislada”. Las mujeres se centran en la experiencia – lo demuestra el hecho de que ellas suelen ir de compras acompañadas por otras mujeres-, mientras que los hombres cumplen su misión. Para Paula Cortney, presidente de Verde Group, estos datos demuestran que hay diferencias tenues pero muy importantes entre el comportamiento de mujeres y hombres. Así, cuando se les pregunta acerca de qué les pone realmente furiosos en un establecimiento, “las mujeres mencionan el que los dependientes actúen como si tú estuvieras entrometiéndote en su tiempo o en sus conversaciones; los hombres, todo aquello que demuestre pereza por parte del personal, como no comprobar que existan realmente productos adicionales en el almacén o que no te acompañen hasta el lugar donde está el artículo buscado”. Es decir, para las mujeres la compra es algo más personal, por lo que exigen que el vendedor se implique, mientras que para los hombres el grado de implicación no es tan importante como conseguir el producto y salir corriendo. Todos estos hallazgos deberían ser utilizados por los vendedores para mejorar sus servicios de atención al cliente y segmentalizarlos. O, en palabras de Courtney: “Si tratamos a los hombres y a las mujeres de manera diferente, vamos a tener éxito”. Para ello, Robert Price, director de marketing de CVS Caremark y miembro del consejo de Jay H. Baker Retail Initiative, propone varias recetas a los ven-

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dedores que quieran mejorar su habilidad (y, de paso, su caja): 1. Hacer todo lo posible para no irritar al cliente, evitando mercancías fuera de stock o no ofreciendo suficiente información a los compradores, sean estos hombres o mujeres. 2. Respecto a estas últimas, hay que recordar que gastan 4 billones de dólares (algo más de 2,7 millones de euros al cambio actual) al año en compras y representan el 83 por ciento del consumo familiar en los Estados Unidos, según WomenCertified. Y, para captar a ese segmento, basta con cuidar la comunicación: los vendedores necesitan entender qué tipo de producto es el que está buscando la cliente, y en función de éste, aplicar el estilo de comunicación más apropiado. Los vendedores deben estar entrenados para reconocer y reaccionar ante las pistas que dan las clientes. No es lo mismo una cliente que está buscando un cosmético que la que está buscando un medicamento de primeros auxilios. Sin embargo, la realidad muestra que el tipo de dependiente que uno suele encontrarse en las tiendas es poco profesional: es un tipo de trabajo muy volátil, cuyas habilidades suelen reducirse a reponer las estanterías y esperar a que llamen para ayudar a algún cliente. 3. Las empresas deben cuidar mucho el tipo de productos que ofrecer. Un ejemplo: algunos gestores pueden estar tentados a ofrecen una amplia gama de productos, cuando ciertas investigaciones demuestran que la mujer que tiene que tomar decisiones prefiere estanterías con un número más reducido de opciones. I

Knowledge Wharton: Men Buy, Women Shop’: The Sexes Have Different Priorities When Walking Down the Aisles: http://knowledge.wharton.upenn.edu/article.cfm?articleid=1848&CFID=42514081&CFT OKEN=29508599&jsessionid=a830629a1cd02a396663 IESE Insight. Julián Villanueva y Dominique M. Hanssens, ¿Cuánto vale su cliente?: http://insight.iese.edu/es/doc.asp?id=00690&ar=12

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I CON VISIÓN PABLO PARDO

¿Cómo evaluar los fondos soberanos?

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os ondos soberanos se han convertido en uno de los ejes del sistema financiero internacional. Han salvado a una serie de entidades seriamente dañadas por la crisis del último año, pero muchas de sus operaciones han provocado controversia por su carácter público y su secretismo. Sobre todo, en los últimos seis meses, en los que se han convertido en los grandes protagonistas de las finanzas internacionales gracias a que han salvado a los grandes bancos estadounidenses de tener graves problemas de liquidez. Estos fondos son en realidad los 'brazos inversores' de una serie de grandes países en vías de desarrollo — el llamado 'segundo mundo', compuesto por mercados emergentes que ya empiezan a ocupar un lugar significativamente grande en la economía internacional—. Estas entidades se han hecho con participaciones minoritarias, pero relevantes, en gigantes industriales de la talla del líder aeroespacial europeo EADS, el fabricante de productos de electrónica de consumo japonés Sony, el banco británico Barclays o el grupo industrial alemán Siemens. Pero, desde que estalló la crisis de las subprime en EEUU, estos fondos han salvado de serios problemas de liquidez a bancos de la talla de Citigroup y Merrill Lynch, y han entrado en, entre otros, el líder del capital-riesgo, Blackstone. Sólo en 2007, estos fondos han invertido cerca de 50.000 millones de euros en Occidente. Han sido unas inversiones controvertidas. Por un lado, es evidente que han evitado que la crisis del crédito que vive el mundo desarrollado desde julio de 2007 se haya convertido en un colapso financiero en toda regla. Esto ha sido particularmente beneficioso en Estados Unidos, donde existe una sana renuencia a que los bancos sean salvados usando dinero público. Pero no lo es menos que estos fondos son

opacos, y están controlados por países que frecuentemente no son democráticos. Finalmente, sus operaciones tienen un elemento de paradoja, ya que, en último término, suponen una nacionalización parcial, pero encubierta, de ciertas entidades, que pasan a depender, al menos en parte, de fondos públicos. ¿Qué hacer? Lo primero debería ser analizar, uno por uno, estos fondos soberanos. Porque no es menos cierto que países desarrollados —como EEUU o Noruega— también tienen sus propios fondos soberanos, bien en la forma de fondos de pensiones o de entidades que gestionan los ingresos procedentes de la venta del petróleo o de otras materias primas. Eso es lo que han hecho Una Galani y Simon Dixon, del confidencial británico Breakingviews, que han creado un ranking de riesgo de los 20 mayores fondos soberanos del mundo. Su análisis les ha llevado a una conclusión sorprendente: ocho de esos veinte fondos “están a la par en cuanto a riesgo de muchos respetados fondos de capital-riesgo y hedge funds, que también suelen tomar paquetes de control en empresas y a menudo están lejos de ser transparentes”. Claro que, si los fondos soberanos quieren evitar que haya una reacción proteccionista en su contra “tienen la solución en sus manos: pueden reducir su nivel [de riesgo] simplemente aumentando su transparencia”.

Galani y Dixon han usado tres criterios para definir el riesgo de los fondos soberanos: 1) Transparencia. Es decir: ¿quién gestiona el fondo, y cuáles son sus inversiones? 2) Control estratégico. ¿Qué tipo de empresas intentan controlar los fondos? ¿Son empresas estratégicas —como, por ejemplo, energéticas—, semiestratégicas —bancos— o de otro tipo?

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3) Amenaza política. ¿Cuál es la actitud hacia Occidente de los Gobiernos que controlan esos fondos? Según ese análisis, éstos son los fondos con más riesgo: 1) CIC (China). Activos: 130.000 millones de euros. Es un fondo que ha tomado participaciones significativas en empresas financieras de la talla de Blackstone y Morgan Stanley, totalmente opaco y controlado por un Gobierno dictarorial y que es un competidor estratégico de Occidente” 2) QIA (Qatar). Activos: 40.000 millones de euros Ha tomado el control del 20% de la Bolsa de Londres, y es extremadamente secretistas, aunque está bajo el control de un Gobierno que, aunque es una autocracia, es un aliado de Occidente en una región de alto riesgo político y enorme importancia estratégica. 3) FONDENSA (Venezuela). Activos: 11.000 millones de euros Hasta ahora, sólo ha invertido en Venezuela. Pero ese factor se ve compensado con creces por su total falta de transparencia “y por la hostilidad política [hacia Occidente] del presidente socialista Hugo Chávez”. 4) ADIA (Abu Dhabi/Emiratos Árabes Unidos). Activos: 500.000 millones de euros Su total falta de transparencia y su presencia en el capital de bancos como Citigroup le sitúan entre los que tienen más riesgo, aunque en su favor juega la alianza política del líder de Abu Dhabi—y presidente del fondo—, el jeque Jalifa, con EEUU. I Análisis de Breakingviews: http://www.breakingviews.com/2008/01/04/S overeign%20wealth%20fund%20index.as px?sg=breakingstories Las operaciones de los fondos soberanos: http://www.elmundo.es/papel/2007/12/16/mer cados/2287836.html




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