Nuestro Mesías probó en la prensa de aceite, que era obediente, hasta la muerte, y muerte de cruz. LA PRENSA DE OLIVA TIENE UNA ENSEÑANZA MUY IMPORTANTE La prensa consistía en dos piedras redondas que giraban, en la que se ponían las olivas que se iban moliendo las que luego de varias vueltas quedarían totalmente trituradas. La piedra redonda tiene un agujero en medio, donde se colocaba un palo en forma horizontal, y la otra piedra está frente a ella tiene un agujero donde se colocaba un palo en forma vertical, de modo que se hacía girar esa primera piedra mencionada, lo que provocaba que la aceituna se prensara una y otra vez. Cuando se han triturado bien las olivas en el molino, se extrae el aceite que quedó de la primera prensada lo que conocemos como el aceite virgen. Entonces se quitan las olivas trituradas y las colocan en unas canastas que luego se apilan una sobre otra encima de una piedra grande, la que tiene unas guías o ranuras: El aceite desciende por las ranuras de la piedra y llega a una canaleta que en su base cuenta con un vertedero y luego cae en un pozo. Jesús, antes de experimentar su más grande victoria, experimentó su más grande quebranto. “Entonces Jesús les dijo: Mi alma está muy triste, hasta la muerte; quedaos aquí, y velad con migo” Mateo 26: 38. Precisamente, en el monte de los Olivos, en el lugar llamado Getsemaní que significa prensa de aceite, allí mismo, la vida de Jesús, fue exprimida, y traspirando gotas de sangre clamó al Padre diciéndole: “Padre, si quieres, pasa de mi esta copa; pero no se haga mi voluntad sino la tuya.” Lucas 22:42. “Y estando en agonía, se puso a orar con más fervor, y su sudor era como gotas de sangre que caían a tierra.” (Lucas 22:44) Ahora, podemos entender mucho mejor las palabras del profeta: “Mas Él fue molido por nuestras transgresiones, aplastado por nuestras iniquidades. El peso de nuestra paz, cayó sobre Él. Y por sus heridas [de las cuales brotó su sangre] hemos sido sanados.” (Isaías 53:5). Por lo tanto, Yeshúa nuestro Salvador y Mesías ya pasó por el Getsemaní para que tú y yo tengamos esperanza de vida eterna.
Y no se olviden de hacer el bien y de la ayuda mutua, porque de tales sacrificios se agrada Dios. Hebreos 13:16.
26/Abril/2020, 24/17
Compartir para vivir; Vivir para servir; Servir para exaltar.
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Nadie que enciende una luz la cubre con una vasija, ni la pone debajo de la cama, sino que la pone en un candelero para que los que entran vean la luz.
FIESTA DE LAS PRIMICIAS Lucas 8:16
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Cuando Jesús dijo: Mateo 11:28 Venid a mí todos los que estáis trabajados y cargados, y yo os haré descansar.
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Estaba aludiendo esto: Éxodo 33:14 Y él dijo: Mi presencia irá contigo, y te daré descanso.
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MATEO VERSO A VERSO Getsemaní
COMENTARIO PARA GRUPOS PEQUEÑOS Mateo 26:36-56 GETSEMANI Jesús preparó a los discípulos tanto como era humanamente posible para lo que sucedería en las próximas horas. Pero Jesús también debía prepararse a sí mismo, emocional y espiritualmente. Por eso llevó a los discípulos al Monte de los Olivos, en un lugar llamado: “Getsemaní”, que significa: prensa de aceite. Allí pasó Jesús su mayor prueba. (Mateo 26:36-39) Entonces llegó Jesús con ellos a un lugar que se llama Getsemaní, y dijo a sus discípulos: Sentaos aquí, entre tanto que voy allí y oro. Y tomando a Pedro, y a los dos hijos de Zebedeo, comenzó a entristecerse y a angustiarse en gran manera. Entonces Jesús les dijo: Mi alma está muy triste, hasta la muerte; quedaos aquí, y velad conmigo. Yendo un poco adelante, se postró sobre su rostro, orando y diciendo: Padre mío, si es posible, pase de mí esta copa; pero no sea como yo quiero, sino como tú. Jesús estaba consciente sobre lo que debía hacer en las próximas horas, según el plan divino: Él debía entregarse a sí mismo para morir en la cruz, con el fin de salvar a la humanidad. Pero en ese momento aún podía dar un paso atrás. Por eso Jesús estaba en angustia, antes su mayor tentación, y pidió oración a sus discípulos. (Mateo 26:40-41) Vino luego a sus discípulos, y los halló durmiendo, y dijo a Pedro: ¿Así que no habéis podido velar conmigo una hora? Velad y orad, para que no entréis en tentación; el espíritu a la verdad está dispuesto, pero la carne es débil. Jesús volvió a orar… (Mateo 26:42) Otra vez fue, y oró por segunda vez,
diciendo: Padre mío, si no puede pasar de mí esta copa sin que yo la beba, hágase tu voluntad.
Y aún oró una tercera vez… (Mateo 26:43-44) Vino otra vez y los halló durmiendo, porque los ojos de ellos estaban cargados de sueño. Y dejándolos, se fue de nuevo, y oró por tercera vez, diciendo las mismas palabras.
Jesús libró la lucha más intensa contra la tentación de no morir—porque la realidad es que no lo merecía. Pero él se sometió a la obediencia de la voluntad del Padre ¡hasta la muerte! (Hebreos 5:7-9) Y Cristo, en los días de su carne, ofreciendo ruegos y súplicas con gran clamor y lágrimas al que le podía librar de la muerte, fue oído a causa de su temor reverente. Y aunque era Hijo, por lo que padeció aprendió la obediencia; y habiendo sido perfeccionado, vino a ser autor de eterna salvación para todos los que le obedecen. Jesús sabía que con su muerte se abriría la oportunidad para salvar al mundo…y al final de la lucha interna se decidió a la obediencia máxima. En ese momento, Jesús ya estaba listo para enfrentar lo que venía… (Mateo 26:45-46) Entonces vino a sus discípulos y les dijo: Dormid ya, y descansad. He aquí ha llegado la hora, y el Hijo del Hombre es entregado en manos de pecadores. Levantaos, vamos; ved, se acerca el que me entrega. JUDAS LO ENTREGA Mateo describe en detalle el momento en que Judas llega acompañado con los guardas del Templo a aprender a Jesús. (Mateo 26:47-50) Mientras todavía hablaba, vino Judas, uno de los doce, y con él mucha gente con espadas y palos, de parte de los principales sacerdotes y de los ancianos del pueblo. Y el que le entregaba les había dado señal, diciendo: Al que yo besare, ése es; prendedle. Y en seguida se acercó a Jesús y dijo: ¡Salve, Maestro! Y le besó. Y Jesús le dijo: Amigo, ¿a qué vienes? Entonces se acercaron y echaron mano a Jesús, y le prendieron. ¿Cómo pudo traicionar Judas a Jesús habiendo estado con
el por tanto tiempo? El pecado endurece el corazón, Judas comenzó sustrayendo de la bolsa de las ofrendas, cuando pecamos voluntariamente, nuestro corazón se endurece, y llega el momento en que ya no sentimos ningún temor de Dios, Judas entregó a su Maestro por monedas, porque ya se había entregado al robo, esclavo de su carne, nada le impidió entregar sangre inocente. Mateo narra que uno de los discípulos saltó en defensa de Jesús (por el evangelio de Juan sabemos que fue Pedro—Juan 18:10-11). (Mateo 26:51-54) Pero uno de los que estaban con Jesús, extendiendo la mano, sacó su espada, e hiriendo a un siervo del sumo sacerdote, le quitó la oreja. Entonces Jesús le dijo: Vuelve tu espada a su lugar; porque todos los que tomen espada, a espada perecerán. ¿Acaso piensas que no puedo ahora orar a mi Padre, y que él no me daría más de doce legiones de ángeles? ¿Pero cómo entonces se cumplirían las Escrituras, de que es necesario que así se haga? Jesús les recriminó a los guardas por qué llegaban a prenderlo a escondidas. (Mateo 26:55) En aquella hora dijo Jesús a la gente: ¿Como contra un ladrón habéis salido con espadas y con palos para prenderme? Cada día me sentaba con vosotros enseñando en el templo, y no me prendisteis. Al final, Jesús mismo responde a su pregunta, pues sabía que todo esto debía suceder para que se cumpliera la profecía. (Mateo 26:56) Mas todo esto sucede, para que se cumplan las Escrituras de los profetas. Entonces todos los discípulos, dejándole, huyeron. En ese momento, se cumplió también la advertencia que Jesús hizo a todos sus discípulos, diciéndoles que todos se iban a escandalizar de él (Mat. 26:31). Efectivamente así sucedió; dado que no velaron con él para prepararse, cuando llegó el momento los discípulos no pudieron soportarlo y huyeron. En ese momento, Jesús se quedó solo… A diferencia del primer Adán en el huerto de Edén, que decidió hacer su voluntad, el segundo Adán Yeshúa nuestro Mesías, decidió en otro huerto Getsemaní hacer la voluntad del Padre y su obediencia produjo aceite. En la parábola de las 10 vírgenes en el capítulo anterior de Mateo (25) Jesús en sus últimas enseñanzas, declaró que el Reino estaba formado por personas prudentes que lo esperan con la lámpara (la Palabra de Dios) llena de aceite (deseo de obedecer).