Antes los mandamientos estaban escritos en tablas de piedra (Exo. 24:12), pero el Espíritu Santo sella la Palabra de Dios es nuestros corazones.
(Ezequiel 11:19-20) Y les daré un corazón, y un espíritu nuevo pondré dentro de ellos; y quitaré el corazón de piedra de en medio de su carne, y les daré un corazón de carne, (20) para que anden en mis ordenanzas, y guarden mis decretos y los cumplan, y me sean por pueblo, y yo sea a ellos por Dios.
(Ezequiel 36:26-27) Os daré corazón nuevo, y pondré espíritu nuevo dentro de vosotros; y quitaré de vuestra carne el corazón de piedra, y os daré un corazón de carne. (27) Y pondré dentro de vosotros mi Espíritu, y haré que andéis en mis estatutos, y guardéis mis preceptos, y los pongáis por obra.
De esta forma, nos es más fácil obedecerla. La obediencia no es forzada de afuera, sino viene de adentro para fuera.
(Salmo 40:8) El hacer tu voluntad, Dios mío, me ha agradado, y tu ley está en medio de mi corazón.
(Salmo 37:31) La ley de su Dios está en su corazón; por tan