5. En Jesús el Mesías Juan 1 (Jn 1:14) Después, Dios moró en medio de la humanidad en la persona de su Hijo, alrededor de 30 años. La Palabra que era Dios (Juan 1:1) fue hecha carne y habitó entre nosotros (Juan 1:14). El vocablo "moró" en griego literal quiere decir "tabernaculizó" (e.d. acampó). Entonces el templo humano de Cristo, fue el tabernáculo de Dios, su lugar de morada entre la gente. Él fue el "verdadero tabernáculo que levantó el Señor, y no el hombre" (Hebreos 8:2). El lugar en el que mora Dios, es más que una casa de madera y de oro, pues es una casa de carne y hueso, el cuerpo del Señor Jesús (Hebreos 10:5). (Ver también Juan 14:9-10; 2. Corintios 5:19; Colosenses 1:15, 19; 2:8-9). El templo fue una casa donde Dios decidió colocar su nombre (verso 29). El cuerpo de Jesús fue el templo donde Jehová colocó su nombre. "Yo he venido en nombre de mi Padre" (Juan 5:43). El Hijo de Dios obtuvo su nombre por herencia: "Hecho tanto superior a los ángeles, cuanto heredó más excelente nombre que ellos" (Hebreos 1:4). 6. En nosotros con su Espíritu (2 Cor 5:1-5) La fiesta de los Tabernáculos, nos recuerda dos cosas, primero que por medio del Mesías, tenemos descanso, Jesús dijo: Mat 11:28 Venid a mí todos los que estáis trabajados y cargados, y yo os haré descansar. Y la segunda cosa que nos recuerda es que nosotros mientras no regrese el Rey de reyes a tomar posesión de la tierra, nosotros somos su tabernáculo, el lugar de reunión, el templo del Espíritu Santo. Juan 14:23-24 Jesús respondió, y le dijo: Si alguno me ama, guardará mi palabra; y mi Padre lo amará, y vendremos a él, y haremos con él morada (Sukkah). El que no me ama, no guarda mis palabras; y la palabra que oís no es mía, sino del Padre que me envió. 2Co. 5:1 Porque sabemos que si nuestra morada terrestre, este tabernáculo (sukkot), se deshiciere, tenemos de Dios un edificio, una casa no hecha de manos, eterna, en los cielos. 7. En Jerusalén habitará con nosotros en el Milenio (Ap. 20:4) Zac 14:16 Y todos los que sobrevivieren de las naciones que vinieron contra Jerusalén, subirán de año en año para adorar al Rey, a Jehová de los ejércitos, y a celebrar la fiesta de los tabernáculos.Zac 14:17 Y acontecerá que los de las familias de la tierra que no subieren a Jerusalén para adorar al Rey, Jehová de los ejércitos, no vendrá sobre ellos lluvia. El contexto de este pasaje se los dejo de tarea para que lo estudien, es el milenio; durante el milenio, todos celebraremos la fiesta de los Tabernáculos y se nos requerirá ir a Jerusalén cada año. 8. Y en la eternidad, Dios habitará entre nosotros (Ap.21:1-5) “Éstas son sombras de las cosas por venir, pero la realidad pertenece a Cristo” (Col. 2:17) En la carta a los Colosenses Pablo hace el mismo comentario que el de la carta a los Hebreos, el tabernáculo en el desierto, el templo de Salomón, son copias de algo que iba a venir, algo mas grande, perfecto y maravilloso: Jesús. Pero interesantemente, no dice son sombras del pasado, Jesús ya había venido cuando estas cartas fueron escritas, dice que son sombras de lo que ha de venir, en el futuro, porque nuestra esperanza es que un día veremos al Rey cara a cara y el habitará con nosotros.
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Reyes y Profetas 8. Eliseo confía en el Dios de Elías HISTORIA BÍBLICA: 1 Reyes 19:19-21; 2 Reyes 2:1-15
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VERSÍCULO: -Nivel 1- (Kínder) En el temor del SEÑOR hay confianza segura Proverbios 14:26 a (NBLH) -Nivel 2- (Primaria) En el temor del SEÑOR hay confianza segura, Y a los hijos dará refugio. Proverbios 14:26 (NBLH) Foco: Siempre puedo confiar en Dios.
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Cuando rechazamos la autoridad de Dios, somos arrojados a pensar que nosotros somos nuestra propia autoridad (humanismo), pero en realidad, nos colocamos bajo la autoridad de Satán (adversario), quien continúa atacando a Dios, intentando convencer al hombre, en contra de Su autoridad, cada quién haciendo lo que bien le parece, y preguntándonos lo mismo que nos sacó del huerto ¿Con que Dios ha dicho?... Así que debemos regresar al principio, necesitamos hacer algo más que hablar de la autoridad de la Escritura, debemos vivirla.
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Juan 14:15-16 Si me amáis, guardad mis mandamientos. Y yo rogaré al Padre, y os dará otro Consolador, para que esté con vosotros para siempre.
Luego en el Evangelio de Mateo leemos, 1:22 – 23 dice: Todo esto aconteció para que se cumpliera lo que dijo el Señor por medio del profeta: “Una virgen concebirá y dará a luz un hijo y le pondrás por nombre “Emanuel” que significa: “Dios con nosotros”.
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La palabra Emmanuel es una palabra hebrea que tal y como lo indica el evangelio de Mateo significa Dios con nosotros o con nosotros esta Dios. El nombre Emmanuel es un nombre propio de simbolismo mesiánico, aplicado a Jesús en su nacimiento.
Dios habitando con su pueblo Dios ha llamado a su pueblo a salir fuera de Babilonia, pero el propósito es para habitar entre su pueblo. Dios siempre ha querido habitar entre nosotros, pero nuestro pecado nos separa de Él. "Toda la Escritura es inspirada por Dios, y útil para enseñar, para redargüir, para corregir, para instruir en justicia" (2 Tim 3:16) "Escudriñad las Escrituras, por que a vosotros os parece que en ellas tenéis la vida eterna, y ellas son las que dan testimonio de mi" (Juan 5:39) Entendiendo el Significado de Tiendas/Tabernáculos La palabra hebrea para tabernáculo es sukkah, que significa "tienda, choza, cubierta, pabellón o carpa". La palabra griega para tabernáculo es sk'ene, que significa "tienda, choza o habitación". Una Sukkah es un refugio temporal. 1. Jesús habitó (sukkot/sk’ene) entre nosotros. Juan 1:14 Y el Verbo se hizo carne, y habitó (Sukkah o Skenoma) entre nosotros, y vimos su gloria, gloria como del unigénito del Padre, lleno de gracia y de verdad. 2. Pedro dijo que su cuerpo era un tabernáculo (Sukkah o Skenoma) 2Pe 1:13 Y considero justo, mientras esté en este cuerpo, estimularos recordándoos estas cosas, 2Pe 1:14 sabiendo que mi separación del cuerpo (Skenoma) terrenal es inminente, tal como me lo ha declarado nuestro Señor Jesucristo. 3. El apóstol Pablo nos dijo que nuestros cuerpos eran templos o tabernáculos (Sukkot) terrenales (2 Corintios 5:1-5). Co 5:1 Porque sabemos que si la tienda (Skenoma o Sukkot) terrenal que es nuestra morada, es destruida, tenemos de Dios un edificio, una casa no hecha por manos, eterna en los cielos. 2Co 5:2 Pues, en verdad, en esta morada gemimos, anhelando ser vestidos con nuestra habitación celestial; 2Co 5:3 y una vez vestidos, no seremos hallados desnudos. 2Co 5:4 Porque asimismo, los que estamos en esta tienda, gemimos agobiados, pues no queremos ser desvestidos, sino vestidos, para que lo mortal sea absorbido por la vida. 2Co 5:5 Y el que nos preparó para esto mismo es Dios, quien nos dio el Espíritu como garantía. La expresión Emmanuel aparece específicamente en el libro del profeta Isaías, en el capitulo 7 y verso 14: “Por tanto, el Señor mismo os dará señal: La virgen concebirá y dará a luz un hijo, y le pondrá por nombre Emanuel”.
Los tabernáculos donde Dios ha habitado entre nosotros: 1.
Eden Génesis 2 a) El Jardín del Edén estaba ubicado en la sección este del Edén. (Gen 2:8) y aparentemente la entrada también estaba en el este (Gen 3: 24) La entrada del santuario también estaba hacia el este (Éxodo 27: 13-16) En un sentido la puerta del Edén funcionó más como una salida que como una entrada mientras que la puerta del santuario fue una entrada, un regreso desde el oriente. b) La narrativa del Edén menciona al oro y otras piedras preciosas (Gen 2:12) Los muebles del tabernáculo estaban cubiertos con oro y una de las vestimenta del sacerdote estaba decorada con piedras preciosas (Ex. 25:7, 13, 18, 23-24) Algunos encuentran un elemento común compartido en el Edén y en el Santuario, es el “onix” (Gen 2:12 – Ex. 28: 9-12) c) Los Querubínes. La primera vez que se lo menciona es en Gen. 3:24. Figuras de querubines fueron usadas para decorar las cortinas interiores del tabernáculo (Ex. 26: 1, 31) y también se colocaron dos querubines sobre el arca del pacto (Ex. 25: 17-22) Ellos estaban allí, así como en el Edén, como siervos de Dios. d) Génesis 3:8 describe al Señor como paseando o caminando (hitallek) por el Edén. El mismo verbo se usa en Levítico 26:12 y en Deuteronomio 23:14 para describir la presencia divina en el santuario. 2. Betel (Beytel) (Gn. 28:12-21) El deseo de Dios es revelarse al hombre y tener comunión con él. Él desea habitar con el hombre. Dios es el Dios de Betel, el Dios de Su casa, porque Betel significa casa de Dios. Dios tiene en la tierra una morada en la cual habita y se revela a aquellos que se acercan a Él. ¿Cómo es eso posible? Si Dios es un Dios santo, ¿cómo puede habitar con los hijos pecadores de hombres? En realidad, esto no sucede como en el curso ordinario de las cosas. Dios no puede tolerar el pecado y es imposible que un pecador se acerque a Su presencia. Después de su pecado, Adán y Eva fueron expulsados de la presencia de Dios. ¿Cómo podían sus descendientes, que llevaban la imagen de sus padres pecadores, aventurarse a acercársele? El hombre sólo puede acercarse a Dios sobre una base justa que satisface las exigencias santas de Dios y cubre las necesidades del hombre como pecador. Esta base la establece la muerte de un sustituto, un cordero inocente para el sacrificio que ocupa el lugar del pecador culpable. Sobre esta base, Abel se acercó a Dios y Él le respetó. Dios le mostró a Jacob a través de un sueño estas palabras que Jesús dijo en los días de su ministerio. Gén 28:12-13 Y soñó: y he aquí una escalera que estaba apoyada en tierra, y su extremo tocaba en el cielo; y he aquí
ángeles de Dios que subían y descendían por ella. Y he aquí, Jehová estaba en lo alto de ella, el cual dijo: Yo soy Jehová, el Dios de Abraham tu padre, y el Dios de Isaac; la tierra en que estás acostado te la daré a ti y a tu descendencia... Gén 28:16-17 Y despertó Jacob de su sueño, y dijo: Ciertamente Jehová está en este lugar, y yo no lo sabía. Y tuvo miedo, y dijo: ¡Cuán terrible es este lugar! No es otra cosa que casa de Dios, y puerta del cielo. Se dio a conocer a Jacob como el Dios de Betel, el Dios de la casa de Dios. Dios quería bendecir a Jacob y habitar con él... ¡y permitió que Jacob habitara también con Él! No obstante, Jacob no entendió al principio casi nada. La presencia de Dios le asustó y abandonó el lugar donde Dios habitaba. Se dispuso a hacer un largo viaje, alejándose de la casa de Dios. Durante muchos años vivió alejado de Betel, pero al final Dios intervino y le trajo de vuelta otra vez. No fue cosa fácil, ya que supuso muchas experiencias dolorosas. Finalmente, esta disciplina sirvió para el bien de Jacob, que le llevó de vuelta a la presencia de Dios. Esta visión tiene un profundo significado profético, porque nuestro Señor ya se refirió a ella en Juan 1. Cuando Natanael le reconoció como el Hijo de Dios omnipresente y omnisciente, el legítimo Rey de Israel, Él le contó que vería cosas mayores que éstas. Estas glorias tenían que ver con el pueblo de Israel. Pero había cosas todavía más excelentes. Jesús le prometió: «Desde ahora veréis el cielo abierto y a los ángeles de Dios subiendo y bajando sobre el Hijo del hombre» –Juan 1:48-51. Cuando el Hijo del Hombre venga en Su gloria, vendrán entonces todos los santos ángeles con Él –Mat. 25:31–. Él será el objeto visible de su ministerio. Ascenderán para llevar a cabo sus órdenes y descenderán sobre Él para recibir nuevas, ya que entonces se dará públicamente al Hijo del Hombre toda la autoridad –véase Dan. 7:13,14; Juan 5:27; Apoc. 1:13; 14:14. 3. Tabernáculo en el desierto (Ex. 26) El Señor declaró claramente su propósito en Éxodo 25:8: "Y harán un santuario para mi, y habitaré en medio de ellos". Dios deseaba morar con su pueblo, esta escena ocurrió después de haber sido liberado el pueblo hebreo de la esclavitud de Egipto. Esta esclavitud duro 400 años. El significado actual de este evento es que Dios nos libera de la esclavitud del pecado, estuvimos morando en Egipto (Pecado) pero ahora el nos ha liberado de esta opresión, Dios desea morar con nosotros, quiere poner un orden en nuestras vidas al igual que lo hizo con los Israelitas. La presencia de Dios es el mayor deleite que el hombre puede experimentar, así como lo vivieron nuestros antepasados en Edén, Dios siempre ha querido que vivamos en comunión con El tal como lo cita David: "Me mostrarás la senda de la vida; En tu presencia hay plenitud de gozo; Delicias a tu diestra para siempre" (Salmo 16:11) Así la presencia de Dios moraría en medio del pueblo hebreo en su peregrinaje a la tierra prometida. 4. Templo de Jerusalén (1 Re 6) El Templo de Salomón fue construido de manera similar al Tabernáculo y contuvo los mismos artículos e inmobiliario, pero poseía una estructura permanente en vez de una movible, por lo cual sobrepasó notablemente al Tabernáculo en gloria y esplendor. Mientras Israel estuvo en su peregrinación, fue necesario que ellos tuvieran una estructura que pudieran transportar fácilmente de un lado para otro. En Éxodo 29:43-45 se registra la promesa de Dios de morar con los israelitas en el Tabernáculo. Salomón hizo una declaración similar que concierne al Templo: "Yo he edificado casa por morada para ti, sitio en que tu habites para siempre" (1. Reyes 8:13). Los hombres debían orar hacia el Templo. "Oye, pues la oración de tu siervo, y de tu pueblo Israel; cuando oren en este lugar" (1. Reyes 8:30). Esto ilustra que si deseamos encontrarnos con Dios, debemos orar hacia donde Él mora en el presente, y sólo podemos conseguir la audiencia con Dios, cuando lo buscamos en y por su Hijo Jesucristo. "Nadie viene al Padre, sino por mí" (Juan 14:6). En "la faz de Jesucristo" es que contemplamos la gloria de Dios (2. Corintios 4:6).