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¿ESTÁS LISTO PARA EL VIAJE? DOMINGOS 11:30 AM
COMENTARIO PARA GRUPOS PEQUEÑOS Génesis 25:1-16 Fue hasta después de encontrar mujer para su hijo Isaac, y así asegurar la descendencia de la simiente prometida, que Abraham pensó en su propia necesidad de compañía. (Gen. 25:1) Abraham volvió a tomar mujer, y su nombre era Cetura. Con ella tuvo seis hijos: (Génesis 25:2) Ella le dio hijos: Zimram, Jocsán, Medán, Madián, Isbac y Súa. Aquí no sólo se mencionan los hijos de Cetura, sino también algunos de sus descendientes: (Génesis 25:3-4) Jocsán fue el padre de Seba y de Dedán. Los hijos de Dedán fueron Asurim, Letusim y Leumim. (4) Los hijos de Madián fueron Efa, Efer, Hanoc, Abida y Elda. Todos estos fueron los hijos de Cetura. Estos descendientes de Abraham se convirtieron luego en tribus que poblaron Arabia.
seguir siendo productivo. (Eclesiastés 11:6) De mañana siembra tu semilla y a la tarde no des reposo a tu mano, porque no sabes si esto o aquello prosperará, o si ambas cosas serán igualmente buenas. HERENCIA EN ORDEN Otra gran lección de vida que encontramos en este capítulo es la sabiduría de dejar los asuntos de la herencia arreglados antes de morir.
A pesar que Abraham tuvo más hijos, él decidió que su único heredero sería Isaac, porque él era el heredero espiritual de la promesa. Sin embargo, también veló por sus otros hijos. (Génesis 25:5-6) Abraham dio a Isaac todo lo que poseía. (6) A los hijos de sus concubinas Abraham les dio regalos, viviendo aún él, y los envió lejos de su hijo Isaac hacia el este, a la tierra del oriente. Los otros hijos no se fueron desprovistos, pues se les dio bienes materiales. Sin embargo, Abraham dejó claro que la herencia espiritual, la promesa divina de la tierra, era para el hijo de la promesa. Lo mismo había sucedido con Ismael. (Génesis 21:10-13) y dijo a Abraham: Echa fuera a esta sierva y a su hijo, porque el hijo de esta sierva no ha de ser heredero juntamente con mi hijo Isaac. (11) Y el asunto angustió a Abraham en gran manera por tratarse de su hijo. (12) Mas Dios dijo a Abraham: No te angusties por el muchacho ni por tu sierva; presta atención a todo lo que Sara te diga, porque por Isaac será llamada tu descendencia. (13) Y también del hijo de la sierva haré una nación, por ser tu descendiente.
AÑADIÓ ABRAHAM El capítulo 25 comienza de una forma curiosa en hebreo, que se pierde en la traducción. Dice: “VaYasaf Abraham…” que literalmente significa: “Y añadió o incrementó, Abraham…” Parece irónico que en el capítulo en que se menciona la muerte de Abraham se hable de que él continuó aumentando, incrementando. Aun cuando una persona muere, su legado sigue a través de su descendencia, y esto es lo que vemos en este capítulo. También nos enseña que aun tarde en la vida uno puede
Tal vez esto “ofenda” a algunos, porque parece injusto. Pero sabemos que Dios es perfectamente justo, y hay una buena razón para lo que Él pide. Podemos tratar de entender la mente de Dios, pero no siempre lo lograremos porque nuestra mente es limitada. Pero sabemos que Dios tiene sus razones… Pablo toca este tema en Romanos. (Romanos 9:6-16) Pero no es que la palabra de Dios haya fallado. Porque no todos los descendientes de Israel son Israel; (7) ni son todos hijos por ser descendientes de Abraham, sino que por Isaac será llamada tu descendencia. (8) Esto es, no son los hijos de la carne los que son hijos de Dios, sino que los hijos de la promesa son considerados como descendientes. (9)
Porque esta es una palabra de promesa: Por este tiempo volveré, y Sara tendrá un hijo. (10) Y no sólo esto, sino que también Rebeca, cuando concibió mellizos de uno, nuestro padre Isaac (11) (porque cuando aún los mellizos no habían nacido, y no habían hecho nada, ni bueno ni malo, para que el propósito de Dios conforme a su elección permaneciera, no por las obras, sino por aquel que llama), (12) se le dijo a ella: El mayor servirá al menor. (13) Tal como está escrito: A Jacob amé, pero a Esaú aborrecí. (14) ¿Qué diremos entonces? ¿Que hay injusticia en Dios? ¡De ningún modo! (15) Porque El dice a Moisés: Tendré misericordia del que yo tenga misericordia, y tendré compasión del que yo tenga compasión. (16) Así que no depende del que quiere ni del que corre, sino de Dios que tiene misericordia. La parte más valiosa de la herencia que Isaac recibió de Abraham no era tanto lo material como el llamado y el pacto. Era una herencia espiritual, y la decisión no era propiamente de Abraham sino de Dios. La Tierra es de Dios, y Él decide a quién se la da. La realidad es que Abraham no los echó de “su propiedad”—porque aún no poseían la tierra. Lo que hizo fue separar a sus hijos porque cada uno de ellos tenían diferentes destinos… A los hijos de Cetura les fue dado bienes, “regalos”, como herencia. Pero no tenía sentido que permanecieran en una tierra donde eran “extranjeros”. A ellos se les estaba dando la libertad de “hacer su vida” donde quisieran. Así lo hicieron. En lugar de ser siervos en tierra ajena fueron amos de su destino en tierras nuevas. Ellos se dirigieron al oriente, donde aún habían muchos lugares deshabitados. Allí fundaron sus propios pueblos y ciudades, mientras que otros se dedicaron a comerciar, llevando una vida nómada. Muchos pueblos de Asia Menor (Turquía), Arabia y el Medio Oriente llevan los nombres de los otros hijos de Abraham. Según el historiador Josefo, Efer invadió Libia, al norte de África, y en su honor le fue puesto el nombre al continente de “África”. En contraste, Isaac debía permanecer en la Tierra de Canaán como extranjero, porque él tenía un llamado, un propósito, un destino en la tierra que aún no poseían. Isaac y sus medio hermanos no debían vivir juntos como “una tribu”, sino cada quien aparte, cumpliendo cada quien su propósito. Isaac tenía un llamado espiritual. Él y su descendencia debían apartarse de las demás naciones para formar un pueblo separado, santo para Dios. Por eso Dios los llevó a vivir como “extranjeros” en Canaán y en Egipto, hasta hacer de ellos una nación.