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¿ESTÁS LISTO PARA EL VIAJE? DOMINGOS 11:30 AM
COMENTARIO PARA GRUPOS PEQUEÑOS Génesis 30:25-43 - 31:1-55 ESTERILIDAD TEMPORAL Así como las matriarcas que le precedieron, Raquel parecía ser estéril, pero no lo era. Simplemente Dios estaba deteniendo el nacimiento de su hijo con un propósito…él iba a cumplir un propósito especial en los planes de Dios. (Gen. 30:22-24) 11. JOSÉ (heb. Yosef, del verbo Asaf: recolectar, reunir, recibir, quitar) Lit. “Dios añadió” Finalmente Raquel reconoció que Dios era quien le podía abrir su matriz no su esposo ni las mandrágoras. Más adelante veremos que le nacerá otro hijo a Raquel: 12. BENJAMIN (heb. Ben Yamim: hijo de mi diestra). El conflicto entre Lea y Raquel no se quedó entre ellas. GENESIS 31: Salida de Harán En el capítulo anterior vimos que Jacob y Labán habían llegado a un acuerdo en el que ambos podrían salir beneficiados en el negocio de los rebaños. Sin embargo, Labán no estaba contento viendo a su yerno prosperar. Este sentimiento lo trasmitió a sus hijos también. (Gen. 31:1-2) Labán es el tipo de persona que no puede salir perdiendo, ni pensar que alguien prospere al igual o más que él. No había forma de prosperar y a la vez guardar la paz con Labán. Esta forma de pensar fue heredada a sus hijos, quienes veían mal la prosperidad de Jacob. Lo que no veía Labán es que él prosperaba porque Dios estaba con Jacob, era la presencia de Jacob lo que traía beneficio a su vida. Un corazón torcido nos lleva a ver las cosas de forma también torcida. Los hijos de Labán acusaban a Jacob de enriquecerse a costa de Labán, cuando en realidad Labán había prosperado gracias al trabajo de Jacob.
En esas condiciones, Jacob sabía que no podría prosperar si se quedaba allí; por lo tanto, decidió regresar a su tierra natal, aun cuando esto fuera riesgoso, pues no sabía si su hermano Esaú lo había perdonado después de todos estos años.
(Gen. 31:31) Entonces Jacob respondió, y dijo a Labán: Porque tuve miedo, pues dije: "No sea que me quites a tus hijas a la fuerza."
REGRESO A LA TIERRA
Jacob se excusó por salir huyendo con su familia, pero se defendió con respecto a la acusación de haber robado los ídolos, ya que él no sabía que Raquel los había tomado.
Para darle un empujoncito en la dirección correcta, Dios le habló a Jacob. (Gen. 31:3) Entonces el SEÑOR dijo a Jacob: Vuelve a la tierra de tus padres y a tus familiares, y yo estaré contigo.
Para Jacob no era una decisión difícil regresar a su tierra y a su familia. La pregunta era si sus mujeres, hijas de Labán, estarían de acuerdo con marcharse y dejar su tierra y parentela. Por eso, Jacob llamó a sus mujeres y les habló: (Gen. 31:4-13) Dios había estado con Jacob en todo este tiempo. Lo había acompañado, protegido y prosperado. Ahora el Señor le estaba recordando del voto que había hecho. Dios cumplió su promesa…y ahora Jacob debía cumplir su voto. (Gen. 28:20-22) Si Jacob regresaba a la Tierra Prometida, también debían acompañarlo sus mujeres e hijos. ¿Qué respondieron Raquel y Lea ante la propuesta de irse a Canáan? (Gen. 31:14-16) Contando con el apoyo de su familia, Jacob comenzó a hacer preparativos para su salida de Harán. Sin embargo, no se sintió en la libertad de contarle sus planes a su suegro, pues sabía que él se iba a oponer. Se marcharon a escondidas. (Gen. 31:17-18) Lamentablemente, Jacob no había dejado por completo el engaño, y se fue sin despedirse. A ese engaño, se añadió otro que hizo Raquel. (Gen. 31:19-20) Lo que hubiera parecido como un traslado normal de tiendas buscando mejores pastos para los rebaños, resultó ser una fuga más allá de las fronteras en las que ellos acostumbraban andar. (Gen. 31:21) Huyó, pues, con todo lo que tenía; y se levantó, cruzó el río Éufrates y se dirigió hacia la región montañosa de Galaad.
En realidad, no se arrepintió; más tarde se ven las consecuencias. El será objeto de engaño, tanto por parte de Raquel, como de una de las concubinas, y también de sus hijos.
(Gen. 31:32) Creyéndose inocente, hizo una declaración que terminó siendo una maldición— más adelante veremos que Raquel muere de un parto complicado (Gen. 35:16-20). Tenemos que tener tanto cuidado con lo que confesemos. Con la lengua podemos hablar vida o muerte. (Pro, 18:21) Muerte y vida están en poder de la lengua, y los que la aman comerán su fruto. Siendo un hombre engañador, Labán no creyó en la palabra de Jacob; por eso, se dispuso registrar todo lo que llevaban Jacob y su familia, para tomar lo que él creía ser suyo. (Gen. 31:33-35) Aquí vemos una triple falta en Raquel: no sólo el engaño, sino también el robo y la idolatría. En el Medio Oriente la gente solía tener “ídolos domésticos”, que era dioses que cada familia tenía. Los ídolos también simbolizaban la propiedad, ella de alguna manera quiere asegurar la herencia familiar, esto evidencía dónde está puesta su confianza. PACTO DE SEPARACIÓN
PERSECUCIÓN Al darse cuenta que Jacob había huido con su familia más allá de sus tierras, Labán salió a perseguirlos…
Luego de 20 años en Harán, Jacob decidió regresar a la Tierra Prometida. Por la difícil relación que tenía con su suegro Labán, decidió huir a escondidas. Pero el suegro se enteró, y los persiguió. Cuando los alcanzó, Labán le reclamó fuertemente a Jacob y aún lo acusó falsamente, pero él se defendió. Durante todo el tiempo que Jacob había trabajado con Labán, él trabajó duro y actuó con honestidad. (Gen. 31:36-42) Aunque había salido a escondidas, Jacob no se llevó nada que no fuera suyo. Aun así, Labán no quería reconocer que todo lo que Jacob tenía era de él. Se acogió a la idea de que él era el patriarca, y por ende creía que todo le pertenecía.
(Gen. 31:22-23) Labán no se quedó de brazos cruzados. Él los persiguió hasta alcanzarlos, más allá de sus fronteras. Seguramente no iba con buenas intenciones, pero Dios se le apareció a Labán en un sueño y lo frenó de hacerles mal. (Gen. 31:24) ¿Qué hizo Labán cuando finalmente los alcanzó? (Gen. 31:25-30) De nuevo vemos que Jacob busca excusas para su engaño.
(Gen. 31:43) Labán le sugirió a Jacob hacer un pacto. Comienza recordándole que sus esposas son hijas de Labán, y con ellas van sus nietos, y que toda la riqueza que ha acumulado proviene de los rebaños de Labán. Con esto, Labán estaba diciendo que Jacob pertenecía a “su clan”. Labán le propuso hacer un pacto, pero no era un acuerdo entre iguales, sino un pacto entre un señor y su súbdito. En la situación tribal de Canaán, cualquier persona que no