de Egipto, de casa de servidumbre.
COMENTARIO PARA GRUPOS PEQUEÑOS ÉXODO 20:1-17
Dios se presentó por Su Nombre ante los israelitas; luego estableció la base de la relación que tendrá con ellos: Jehová será su Dios. También les recuerda el hecho que Él es su Redentor, quien los libró de la esclavitud. Israel fue comprado con precio de sangre (del Cordero de la Pascua) y redimidos para ser sus siervos (1 Ped. 1:18-19; Rom. 6:17-18).
LOS DIEZ MANDAMIENTOS
CONDICIONES DEL COMPROMISO
En el capítulo anterior (Exo. 19) vimos que los israelitas aceptaron la propuesta de Dios: "Yo seré tu Dios, y ustedes serán mi pueblo". Y entendimos que esta propuesta, este pacto, representa un pacto matrimonial, porque así es anunciado el Nuevo Pacto en Jeremías 31:31-33 y Hebreos 8. Tres días después, el Señor se presentó ante todo el pueblo, rodeado de una nube oscura, truenos, relámpagos, sonido de trompeta y un terremoto. En este capítulo leeremos lo que Dios les habló en esa ocasión.
En el estudio del capítulo 19 comentamos que la invitación que Dios les hizo a los israelitas en el Monte Sinaí podía compararse a un compromiso matrimonial. El Señor les preguntó: “¿Aceptan ser míos?”; y el pueblo respondió que sí. El pueblo se comprometió diciendo: “Todo lo que Jehová ha dicho, haremos” (Exo. 19:8).
PALABRAS DE DIOS (heb. Asaret Dibrot) El capítulo 20 comienza con lo que se conoce hoy como “los 10 Mandamientos”; sin embargo, éste no es el nombre que usa la Biblia para referirse a estas palabras pronunciadas por la boca de Dios ante todo el pueblo en el Monte Sinaí. En Deuteronomio las describe simplemente como “las palabras” (heb. HaDibrot): (Deut. 9:10) y me dio Jehová las dos tablas de piedra escritas con el dedo de Dios; y en ellas estaba escrito según todas las palabras que os habló Jehová en el monte de en medio del fuego, el día de la asamblea. Palabra en hebreo se dice “Davar”, palabras se dice “Devarim” que es el nombre del quinto libro de la Biblia que conocemos como Deuteronomio, en hebreo se llama “Devarim” o “Palabras”. Lo que se traduce en la Biblia como “los diez mandamientos”, en hebreo es: Aseret HaDevarim, que literalmente significa: “las diez (Aseret) palabras (HaDevarim)”. (Deut. 10:4) Y escribió en las tablas conforme a la primera escritura, los diez mandamientos (Aseret HaDevarim) ... PRIMERA PALABRA La primera “palabra” o enunciado que Dios pronunció fue Su Nombre. Él se presentó ante todo el pueblo de Israel: (Éxodo 20:1-2) Y habló Dios todas estas palabras, diciendo: Yo soy Jehová tu Dios, (Anoky Yahweh) que te saqué de la tierra
Ahora lo que toca es definir las condiciones del compromiso (es decir, las responsabilidades y los derechos—similar a un contrato nupcial). En el caso de la ceremonia en el Monte Sinaí, las condiciones están delineadas en la Ley de Dios (en hebreo: Torá); y las 10 Palabras (o “Mandamientos”) representan el resumen de toda la ley de Dios. Las 10 Palabras (“Mandamientos”) puede dividirse en dos grupos: Jesús hizo referencia a estas dos partes de la Ley cuando le preguntaron cuál consideraba él como el mandamiento principal: (Marcos 12:28-31) Jesús resumió la ley de la misma manera que está delineada en los diez mandamientos: a. Amarás a Dios sobre todas las cosas; b. Amarás al prójimo como a ti mismo. En el orden del Reino de Dios, “Amar a Dios” y “amar al prójimo” son dos caras de la misma moneda. Así lo explica Juan en su epístola: (1 Juan 4:20-21) El apóstol Pablo también hace referencia al amor al prójimo como parte de la Ley de Dios: (Romanos 13:8-10) LAS DIEZ PALABRAS Veamos ahora con detalle cuáles son las 10 Palabras (Mandamientos) que el Señor le dio a los israelitas, como parte del Pacto entre Dios y Su Pueblo:
a. RELACIÓN CON DIOS Los primeros mandamientos hablan sobre nuestra relación personal con Dios: I. Reconocer que Jehová es mi Dios (Éxodo 20:2) Esto básicamente es una declaración de fe, no puedes cumplir con la siguiente parte del compromiso, si no crees que Dios es uno, que es el Gran Yo soy, y el autor de Hebreo lo expresa de esta manera: Hebreos 10:6 “Y sin fe es imposible agradar a Dios; porque es necesario que el que se acerca a Dios crea que El existe, y que es remunerador de los que le buscan.” Si Jehová/Yahweh no es tu Dios, ya estás condenado, tienes que creer que el Es tu libertador, no te liberaste tu mismo, Él es quien salva. Isaías 43:11-12 “ II. No tener otros dioses, ni hacer ídolos (Éxodo 20:3-6) Esta expectativa de “exclusividad” que Dios espera de su pueblo, se puede comparar con la fidelidad que una persona espera de su pareja con quien se va a casar. En una ceremonia nupcial es necesario hacer un voto de fidelidad y esto es básicamente lo que Dios espera de su pueblo, no tendrás amantes, no amarás a otro, sólo a mi, porque soy celoso y te quiero exclusivamente para mi. El Nuevo Testamento confirma que este mandamiento sigue vigente: Mateo 4:10; Lucas 4:8; Apocalipsis 14:7-9; Hechos 15:20; 1 Corintios 6:9-10; Gálatas 5:19-20; Efesios 5:5 III. No tomar el Nombre de Dios en vano (Éxodo 20:7) Nombre en hebreo se dice “Shem”, y significa literalmente “fama, propósito o autoridad”, no usar el nombre de Dios de forma vacía, implica no socavar su autoridad, vivir bajo el código de honor que representa el carácter de Dios, no haciendo promesas y rompiéndolas o haciendo cosas en su nombre que haga que otros blasfemen su nombre, su fama. En Levítico explica a qué se refiere este mandamiento: (Levítico 19:12) Y no juraréis en mi nombre con mentira, ni profanarás el nombre de tu Dios: Yo Jehová. La gente tiende a usar el nombre de Dios para sus juramentos, con el fin de que la gente les crea. Pero esto no es correcto ni necesario, como explica Santiago 5:12 “Mas por sobre todas las cosas, mis hermanos; no juréis, ni por el cielo, ni por la tierra, ni por ningún otro juramento; sino que vuestro sí sea sí, y vuestro no, sea no; para que no caigáis en condenación.” El nuevo Testamento confirma que este mandamiento sigue vigente: Mateo 5:33-37; 1 Timoteo 6:1; Santiago 2:7 IV. Guardar el día de reposo (heb. Shabat) (Éxodo 20:8-11) Este mandamiento es un recordatorio porque ya lo había enseñado a los israelitas (en el contexto del Maná) y desde el principio de la creación, cuando Dios apartó el día sábado como día de reposo, para ser santificado (Gen. 2:1-3). Estas diez palabras o diez mandamientos siguen vigentes, la pregunta es cuándo hemos de celebrar el día de reposo, como dice