Serie Especial
CITAS DIVINAS INICIO 26 DE MARZO 11:30 AM
COMENTARIO PARA GRUPOS PEQUEÑOS PANES SIN LEVADURA La Fiesta de los Panes sin levadura, conocida en hebreo como Hag Ha-Matzah, es parte de las primeras tres fiestas dentro del Calendario que Dios le dio a Su pueblo, y se celebra durante la estación primaveral, que comienza con el mes de Abib (Aviv/Nisán). Esta Fiesta comenzó el mismo día en el que se celebró la primera Pascua; es decir el 14 del mes de Abib, y desde entonces, fue establecido que duraría por siete días más, hasta el 21 del mismo mes (Éx. 12:14-20; Lev. 23:6-8). "Siete días comeréis panes sin levadura; así el primer día haréis que no haya levadura en vuestras casas; porque cualquiera que comiere leudado desde el primer día hasta el séptimo, será cortado de Israel. El primer día habrá santa convocación, y asimismo en el séptimo día tendréis santa convocación; ninguna obra se hará en ellos, excepto solamente que preparéis lo que cada cual haya de comer. Y guardaréis la fiesta de los panes sin levadura, porque en este mismo día saqué vuestras huestes de Egipto; por tanto, guardaréis este mandamiento en vuestras generaciones por costumbre perpetua. En el mes primero (Abib) comeréis los panes sin levadura, desde el día catorce del mes por la tarde hasta el veintiuno del mes por la tarde. Por siete días no se hallará levadura en vuestras casas; porque cualquiera que comiere leudado, así el extranjero como natural del país, será cortado de la congregación de Israel. Ninguna cosa leudada comeréis; en todas vuestras habitaciones comeréis panes sin levadura" (Éx. 12:14-20). Durante siete días, no podía haber ninguna cosa leudada en las casas de los israelitas ni podían consumir ningún tipo de pan con levadura, so pena de ser expulsados de la congregación o comunidad de fe. Así que, veamos ahora qué significados y principios podemos extraer de la celebración de esta Fiesta para nuestro crecimiento
en nuestra fe, amor y obediencia a Dios.
con la misma enseñanza que encontramos en el Antiguo Testamento (Éx. 12:15, 19).
LA PURIFICACIÓN
El Antiguo Testamento subraya la importancia que nuestra casa esté limpia de toda levadura o cosa leudada; así también, el Nuevo Testamento subraya la importancia y necesidad que nuestro corazón y mente, nuestro ser interior, esté libre de toda contaminación de pecado, malicia y maldad; por lo tanto, debemos purificarnos y limpiar nuestro corazón de todo lo malo.
Como dije arriba, esta Fiesta es una de las tres Fiestas de purificación, las otras dos son la Fiesta de las Trompetas (Yom Teruah) y la del Perdón (Yom Kippur); y a través de ellas, Dios da un mensaje claro (repetido tres veces), que Él desea que Su pueblo se mantenga puro, libre de toda contaminación. La levadura, la mayoría de las veces, tiene una connotación negativa, como un elemento o factor contaminante; y se le relaciona con el pecado, la malicia y la maldad, que influye, desde el ser interior, a toda persona. Ese fue precisamente el mensaje que nuestro Señor subrayó, cuando enseñó sobre lo que contamina al hombre (Mt. 15:11; Mr. 7:15-23, 1Cor. 5:8): "Nada hay fuera del hombre que entre en él, que le pueda contaminar; pero lo que sale de él, eso es lo que contamina al hombre... Pero decía, que lo que del hombre sale, eso contamina al hombre. Porque de dentro, del corazón de los hombres, salen los malos pensamientos, los adulterios, las fornicaciones, los homicidios, los hurtos, las avaricias, las maldades, el engaño, la lascivia, la envidia, la maledicencia, la soberbia, la insensatez. Todas estas maldades de dentro salen, y contaminan al hombre". Y siguiendo esa misma interpretación del significado del símbolo de la levadura, Jesús advirtió a sus discípulos a cuidarse de diferentes clases de levaduras, que nosotros igualmente hacemos bien en evitarlas: 1. La levadura de los fariseos (pensamientos y conductas religiosas, hipócritas). 2. La levadura de los escribas y saduceos (pensamientos incrédulos y declaraciones eminentemente racionales y legalistas, que anulan, suprimen o cuestionan las obras sobrenaturales de Dios). 3. La levadura de Herodes (pensamientos y conductas hipócritas, que nos conducen a "asesinar" a nuestro hermano; pasiones desenfrenadas, y mezclar lo santo con lo inmundo, mezclar filosofía del mundo, tradiciones del mundo con las cosas espirituales, Herodes era un falso converso que vivía en la carne). El apóstol Pablo también nos enseña sobre otro tipo de levadura, que también contamina nuestro ser interior, como lo es la inmoralidad sexual (lascivia, lujuria, fornicación, adulterio, etc.); y subraya que los panes sin levadura tienen que ver más con un corazón puro, sincero y verdadero (1Cor. 5:1-13); y por lo tanto, debemos cortar de la congregación a aquellos que llamándose "cristianos o hermanos" viven vidas contaminadas, que a su vez pueden contaminar la vida de otros dentro de la misma congregación. Esto último está en perfecta concordancia
LA SANTIFICACIÓN Otro significado que encontramos en la celebración de la Fiesta de los Panes sin levadura, es el deseo de Dios que Su pueblo sea santo, al igual que Él es santo. El significado de la palabra "santo" (heb. kadósh 6918/kodésh 6944) en el Antiguo Testamento, es apartado, dedicado, consagrado. Y eso es lo que Dios trata de decirle a Su pueblo, que Él quiere que se distingan de los demás pueblos y naciones (Éx. 19:5-6). Durante la celebración de la primera Pascua, Dios dijo a través de Su siervo Moisés, que la sangre en los postes y dinteles sería por señal, para que su ángel no hiriera sus casas; pero los panes sin levaduras también serían señal para que no fueran "cortados" de Su pueblo. Ambas acciones, tenían como propósito dejar claro en la mente de los israelitas, que Dios los estaba santificando, apartando de entre los egipcios y las demás naciones presentes en Egipto, para no herirlos ni juzgarlos juntamente con ellos (Éx. 12:22-23; 12:43-49). Ese es el mismo mensaje que ahora, en el Nuevo Pacto, a través de la sangre de Jesucristo, nuestro Señor, tenemos en la Iglesia y que nos fue entregado a través de los apóstoles: "Por tanto, ceñid los lomos de vuestro entendimiento, sed sobrios, y esperad por completo en la gracia que se os traerá cuando Jesucristo sea manifestado; como hijos obedientes, no os conforméis a los deseos (levadura) que antes teníais estando en vuestra ignorancia; sino, como aquel os llamó es santo, sed también vosotros santos en toda vuestra manera de vivir; porque escrito está: Sed santos porque yo soy santo" (1Pe. 1:13-2:3). Así como Israel cuando salió de Egipto, ahora nosotros somos llamados, escogidos, para ser parte del pueblo de Dios, una nación santa, cuya principal misión es traer mayor gloria y alabanza a nuestro Dios, el único Dios verdadero (1Pe. 2:9-10; Ef. 1:3-14). Todo rastro de levadura debe ser purgado de nuestros hogares, y ningún producto fermentado de ningún tipo puede ser consumido durante este tiempo (Ex 12:15). Hablando espiritualmente, la levadura representa la decadencia, las influencias podridas, la amargura, la acidez, la falta de perdón, etc. «Examíname, oh Dios, y conoce mi corazón; Pruébame y conoce