COMENTARIO PARA GRUPOS PEQUEÑOS Éxodo 1 Tema de Éxodo: la Redención. El tema general del libro de Éxodo es la Redención. Los israelitas no sólo estaban exiliados físicamente de su Tierra sino también estaban alejados de su propósito de vida. El “proceso de redención” también incluye las lecciones del desierto, abarca todo un proceso que está descrito a lo largo del libro de Éxodo. El libro de Éxodo en hebreo se conoce como: Shemot, que significa: Nombres. Tal como los otros libros de la Torá (es decir, el Pentateuco, los cinco primeros libros de la Biblia), el título de este libro proviene de las primeras palabras que aparecen en el primer capítulo…(Éxodo 1:1) Estos son los nombres de los hijos de Israel… ¿Cuál fue el propósito de ir a Egipto? Dios se le dijo a Jacob: “porque allí te haré una gran nación”. Hasta ese momento, Jacob y sus hijos conformaban una familia, no una nación. El problema con quedarse en Canaán es que los hijos de Jacob se habrían asimilado eventualmente con las pueblos cananeos casándose entre ellos (lo que ya se había hecho evidente con Judá—Gen. 38:1-3). Pero Dios sabía que si los llevaba a Egipto, allí no se asimilarían tan fácilmente, ya que los egipcios miraban de menos a la gente dedicada a criar ganado, empresa que tenían los Hijos de Israel (Génesis 46:31-34). El Señor le advirtió a Abraham sobre el proceso que pasarían sus descendientes antes de recibir la Tierra Prometida como herencia: (Génesis 15:13-14) Entonces Jehová dijo a Abram: Ten por cierto que tu descendencia morará en tierra ajena, y será esclava allí, y será oprimida cuatrocientos años. Mas también a la nación a la cual servirán, juzgaré yo; y después de esto saldrán con gran riqueza. DE FAMILIA A NACIÓN El libro de Éxodo continúa la historia de la familia de Jacob. Todos ellos habían ido a Egipto por una hambruna (Gen. 42:1-5), y luego
se quedaron allí porque José era el gobernador de Egipto. Más importante aún, es el hecho que era el plan de Dios que ellos se quedaran por un tiempo en Egipto—aunque no para siempre. Había un propósito divino para los Hijos de Israel: formar una nación. (Génesis 46:3-4) Al final de Génesis vemos a una familia llegar a Egipto; pero al principio de Éxodo vemos que esta familia llegó a convertirse en una nación: los israelitas. SETENTA DESCENDIENTES El libro de Éxodo comienza haciendo mención de todos los hijos de Jacob por nombre: (Exo. 1:1-5) Los hijos de Jacob eran doce, pero sumando a los hijos de los hijos eran un total de setenta descendientes. También en Génesis se hace mención de todos los hijos de Jacob, al igual que los nietos (Génesis 46:5-27), y al final se señala cuántos eran en total: (Gen. 46:26-27) De ser una familia de 70 hombres (sin contar a mujeres y niños), los israelitas llegaron a convertirse en una nación de más de 600 mil hombres (según el censo que Dios ordenó en el desierto cuando salieron de Egipto—Num. 1:1-3,45-50). El número 70 es significativo, ya que éste es el mismo número de las naciones del mundo—según las fronteras establecidas por Dios (no por el hombre). (Deu. 32:8) Cuando el Altísimo hizo heredar a las naciones, cuando hizo dividir a los hijos de los hombres, estableció los límites de los pueblos según el número de los hijos de Israel. CAMBIO HISTÓRICO Como mencionamos en la introducción, desde que los Hijos de Israel llegaron a Egipto, ellos se establecieron en el área de Gosén, que era una tierra idónea para ganado y cultivo. Los israelitas se mantuvieron separados de los egipcios, no sólo por decisión propia (tal como lo planeó José), sino que también por el rechazo de los egipcios a la gente que cuidaba ovejas (Gen. 46:31-34). Mientras José vivió, a los israelitas les fue bien en la tierra de Egipto; pero cuando él murió, las cosas cambiaron… (Éxodo 1:6-9) ¿A qué rey se refiere? Hay indicios históricos que apuntan a que el rey con quien José trabajó era una dinastía extranjera conocida como los Hicsos. Éstos eran reyes guerreros del Medio Oriente que conquistaron Egipto y la gobernaron durante más de 200 años (17861570 a.C.). Esto explica por qué el rey de Egipto no tuvo objeción que José, siendo extranjero, fuera gobernador de Egipto. También hay datos
históricos que indican que durante la dinastía de los Hicsos la mayoría de las tierras eran posesión del rey (excepto las propiedades religiosas), lo cual coincide con lo descrito en la Biblia sobre el tiempo de José (Génesis 47:13-26). Eventualmente los hicsos fueron derrocados por miembros de una familia real egipcia. Según datos históricos, se sabe que el rey Ahmose fundó el nuevo imperio egipcio; él estableció una nueva dinastía, y llevó a Egipto a su época dorada, pero luego decayó y ya recuperó su gloria, lo cual también coincide con la narrativa de Éxodo. Es muy probable que éste fue el faraón que la Biblia dice que “no conocía a José” (Exo. 1:8-9), o tal vez alguno de sus descendientes. ISRAELITAS ESCLAVIZADOS Ante ese cambio político, era natural que los nuevos regentes egipcios sospecharan de los israelitas, que estaban asentados al norte de Egipto, y eran vistos como extranjeros, y como tales constituían una amenaza como lo fueron los hicsos. Para controlarlos, la nueva dinastía egipcia sometió a los israelitas a esclavitud. (Éxodo 1:10-11) La Biblia no explica exactamente cómo los israelitas cayeron en esclavitud. Sin embargo, en la antigüedad las formas más comunes de caer en esclavitud eran por deuda o por guerra. Tal vez el rey egipcio (faraón) les puso impuestos tan altos que les fue imposible pagarlos, y así tuvieron que pagar con trabajo. O tal vez fueron obligados a trabajar como tributo de guerra. De cualquier forma, sabemos que el nuevo rey egipcio sometió a los israelitas a una esclavitud extrema, cuyo objetivo era acabar con ellos; pero lejos de destruirlos, los israelitas se fortalecieron más. (Éxodo 1:12-14) Un dato interesante de la tradición judía: Algunos comentaristas dicen que los egipcios pusieron a trabajar a los israelitas para “amargar su vida”. Según ellos, los egipcios asignaron a esclavos israelitas a construir “ciudades de miseria”, las cuales eran construidas sobre la arena, y tan pronto como las terminaban eran derribadas para luego ser reconstruidas. Esta era una “labor sin propósito”, cuyo fin era desmoralizar a los esclavos. PLAN DE EXTERMINIO El Faraón no se conformó con explotar y esclavizar a los israelitas. En el fondo lo que él quería era exterminarlos. Dado que el trabajo duro no acabó con ellos, entonces se ingenió otra forma de deshacerse de ellos. (Exo. 1:15-16) Este plan tenía como efecto acabar con la siguiente generación de los Hijos de Israel precisamente desde su inicio. Los varones, que llevaban el nombre del padre, debían morir; y las mujeres que dejaban vivas eventualmente se tendrían que casar con egipcios, y así acabaría la herencia israelita. Ése era el “plan de exterminio” ideado por el faraón en contra de los Hijos de Israel. Pero Dios protegió a su Pueblo tocando el corazón de los agentes del plan de exterminio: las parteras.