COMENTARIO PARA GRUPOS PEQUEÑOS ÉXODO 3-4:17 Si Dios escogió a Moisés para liberar a los israelitas de la esclavitud en Egipto, ¿por qué permitió que se fuera al exilio en Madián? Algunas claves las encontramos en el primer versículo del capítulo tres: (Éxodo 3:1) Moisés ya tenía el conocimiento del mundo egipcio, los contactos en el palacio real y experiencia en liderazgo, pero para guiar al pueblo a través del desierto necesitaba aprender algo más: A ser pastor. Es probable que Moisés llegó a creer que terminaría sus días en Madián, en el lugar donde encontró esposa y tuvo hijos. Pero Madián no era el destino final de Moisés; más bien, esos cuarenta años en fueron una etapa de entrenamiento en la cual Moisés aprendió a ser pastor. La experiencia de cuidar ovejas en el desierto le ayudó también a convertirse en el pastor del pueblo de Israel en su camino a través del desierto hacia la Tierra Prometida (Salmo 77:20; Isaías 63:11-14). MADIAN Los madianitas era un pueblo nómada que habitaba en el desierto entre lo que hoy es el sur de Jordania y el noroeste de Arabia. Este pueblo fue formado por Madián, uno de los hijos que Abraham tuvo con Cetura, luego de la muerte de Sara (Gen. 25:16). La Biblia dice que Jetro, el suegro de Moisés, era el sacerdote de Madián (Exo. 3:1). No se menciona cuál era exactamente “su fe o religión”, pero es probable que él creyera en el Dios de Abraham (por ser descendiente del patriarca). EN EL MONTE HOREB En este capítulo vemos el primer encuentro registrado entre Moisés y Dios. El lugar de este encuentro fue el Monte Horeb (Exo. 3:1), también conocido como “Monte Sinaí” (y en ese mismo lugar se llevará a cabo también el primer encuentro entre Dios y todo el Pueblo Israel, poco tiempo después; Éxodo 19-20). (Éxodo 3:2) El Señor usó un evento sobrenatural para llamar la atención de Moisés, despertando su curiosidad… (Éxodo 3:3) La frase “iré yo ahora”, es traducida del verbo en hebreo: Sur, que también significa: “hacerse a un lado”. Moisés
tuvo que salirse de su camino para ver lo que estaba pasando. ¿Qué hace uno cuando algo fuera de lo normal sucede? Tal vez algunos lo ignoran y siguen su camino. Otros se detienen y se preguntan ¿qué es eso? ¿Por qué, para qué? Cuando uno busca, halla; cuando uno pregunta, encuentra la respuesta. Moisés preguntó, y encontró la revelación de Dios. (Éxodo 3:4) Dios llamó a Moisés por nombre, haciéndole saber que el Señor lo conoce. Más adelante, Dios también se va a presentar por nombre. Pero antes de identificarse, el Señor le da una instrucción: (Éxodo 3:5) Moisés ya había pasado muchas veces por ese lugar, y en términos normales ése era un sitio común y corriente. Lo que era especial no era el lugar en sí, sino fue la Presencia de Dios quien santificó el lugar. ¿Por qué Dios le pidió a Moisés que se quitara su calzado? El propósito tiene el calzado es para proteger los pies del contacto con la tierra, polvo, lodo, piedras, etc. En el encuentro, Dios le pidió a Moisés que se quitara esta protección porque quería que tuviera los pies en la tierra, en todos los sentidos. Los zapatos representan el “caminar propio”, y en esta ocasión Dios le pidió a Moisés, en cierta forma, que dejara atrás sus propios planes para asumir el rol que Dios estaba por encargarle. [Nota: Alguien que también recibió la instrucción de quitarse el calzado en presencia del Señor fue Josué, justo antes de comenzar la conquista de la Tierra Prometida—Josué 5:15]. REVELACIÓN DIVINA Habiéndose quitado su calzado, Moisés ya estaba preparado para recibir la revelación de Dios. (Éxodo 3:6) Al presentarse como el Dios de los patriarcas: Abraham, Isaac y Jacob, el Señor estaba trayendo a memoria el pacto Dios había hecho con ellos: que a su descendencia daría la Tierra Prometida (Génesis 12:7; 13:15; 17:8; 26:4; 28:4; 28:13-14; 35:12). Ya era el tiempo para cumplir la promesa, pero el pueblo no estaba libre, sino que estaban atrapados en la esclavitud en Egipto. OYÓ EL CLAMOR En ese momento, el pueblo estaba agobiado por la esclavitud, y comenzaron a clamar a Dios para ser liberados. (Éxodo 3:7) Cuando uno clama a Dios, Él siempre responde. Sin embargo, Él no siempre responde cómo y cuándo queremos. ¿Qué estaban pidiendo los israelitas? En realidad ellos no estaban pidiendo salir de Egipto; más bien, lo único que pedían es que su carga fuera
alivianada. Por supuesto, Dios escuchó el clamor de Su Pueblo, pero su respuesta iba más allá de lo que ellos habían pedido. El Señor no sólo librarlos de “las cargas pesadas”, sino que quería sacarlos de Egipto y llevarlos a una mejor vida. (Éxodo 3:8) Los israelitas no pertenecían a Egipto, sino que estaban destinados para la Tierra Prometida. Pero Dios permitió que Su pueblo cayera en esclavitud para que desearan salir de Egipto; de lo contrario, tal vez se hubieran quedado allí muy cómodos. (Éxodo 3:9) Habiéndole expresado su intención de redimir al pueblo Israel, Dios le reveló a Moisés la estrategia para lograrlo, y el rol que él jugaría: (Éxodo 3:10) Ningún otro israelita hubiera tenido acceso al rey. Y después de cuarenta años de cuidar ovejas, Moisés ya estaba preparado para guiar al pueblo de Dios. Pregunta #1: ¿QUIÉN SOY YO? (Exo. 3:11-12) Humanamente, Moisés tenía razón al pensar que era imposible llegar a dar órdenes al faraón. Pero esta misión no era un asunto “humano” sino divino, y eso fue lo que el Señor le aclaró: (Éxodo 3:12) Moisés estaba viendo las cosas desde un punto de vista humano, y por eso vio sus limitaciones; pero Dios le hizo cambiar de perspectiva. Moisés hizo la pregunta equivocada, diciendo: “¿Quién soy yo?” La pregunta correcta debía ser: “¿Quién es Dios?”, a lo cual encontrará como respuesta: Dios es Todopoderoso y no hay nada imposible para Él. Aunque las cosas parecieran imposibles, Moisés iba a tener éxito en esta misión porque el Señor estaría con él. Por otro lado, Moisés estaba preocupado que el pueblo no lo recibiera como libertador, (Hechos 7:35) Pregunta #2: ¿QUÉ LES DIRÉ A LOS HIJOS DE ISRAEL? (Ex. 3:13-22) Moisés también tenía una pregunta que él calculaba que surgiría entre los Hijos de Israel: (Éxodo 3:13) Moisés pone esta pregunta en la boca de los israelitas, pero tal vez también él tenía la duda. Dios no comenzó dándole un nombre sino una frase: (Éxodo 3:14) En hebreo lee: “Ehiye asher Ehiye”, que está escrito en futuro, y dice literalmente: “Yo seré el que seré”. También podría traducirse en presente: “Yo soy el que soy” “El que existe”. Esta frase resume todo lo que Dios es y será. En el siguiente versículo, esta frase se resume en un Nombre: Yahweh. (Éxodo 3:15) Yahweh es el Nombre del Dios de Israel. Nadie más usa ese nombre. Los judíos no lo pronuncian por respeto, para no profanar Su Nombre (Exo. 20:7); en su lugar dicen: Adonai o el Eterno, y siguiendo esta tradición (que no es mandamiento sino eso “tradición”) en algunas de nuestras Biblias aparece traducido como “El Señor” en mayúsculas. Pero fue con su nombre Yahweh que el Creador hizo Pacto con los Patriarcas. PASOS DE LA MISIÓN a. Reunión con los ancianos de Israel