1° PLAGA: Sangre (Exo. 7:14-25) Dado que el Faraón no creyó ante la señal de la vara, el Señor comenzó a mandar las plagas, una a una. La primera tocó el río Nilo, que era la fuente de vida de todo Egipto.
COMENTARIO PARA GRUPOS PEQUEÑOS ÉXODO 7 Plaga de Sangre Las siete trompetas son una respuesta a las oraciones del pueblo de Dios que se vieron antes en Apocalipsis 8:3. Las trompetas son advertencias a la humanidad; las tres últimas (los ayes) son peores que las primeras cuatro. Las primeras cuatro trompetas afectan al mundo (tierra, mar y ríos, luz); las tres últimas afectan la vida espiritual del hombre (langostas, caballos). Sólo afectan la tercera parte de la tierra, a diferencia de las copas más adelante que afectan a toda la tierra, y a diferencia de los sellos que afectan la cuarta parte de la tierra. Estos eventos en Apocalipsis pueden ser comparados a las plagas de Egipto. Estas plagas fueron dadas también en respuesta a las oraciones del pueblo de Dios y porque Faraón no quería dejar ir al pueblo de Dios para adorarlo (Ex. 9:13). De la misma forma, las trompetas pueden ser vistas como advertencias para quienes persiguen al pueblo de Dios, para que los dejen ir y lo adoren a Dios. El pueblo de Dios sufre mucha tribulación y persecución cerca del final de los tiempos, y esta es la advertencia, si siguen presionando al pueblo de Dios entonces plagas peores afectarán a la humanidad (Ex. 9:14). La narración del Éxodo es un hilo conductor que atraviesa el libro de Apocalipsis. El único lugar donde no hubo granizo fue en Gosén, donde la plaga no los dañó (Ex. 9:26). Las trompetas no dañan al pueblo de Dios que está sellado (7:2, 9:4). De la misma forma la Pascua, en donde el ángel destructor vio la sangre y pasó por encima del pueblo de Dios y no mató el primogénito. La acusación contra el hombre después de la sexta trompeta se da en Ap. 9:20: no se arrepintieron de haber adorado demonios e ídolos, y no dejaron sus pecados: homicidios, hechicerías, fornicación y hurtos. Los hombres amaron más las tinieblas que la luz (Juan 3:19, Rom. 1:21).
(Éxodo 7:14-15) Algunos comentaristas dicen que el Faraón iba todas los días muy temprano al río Nilo para hacer sus necesidades biológicas (para ir al baño). Esto lo hacía a escondidas porque los egipcios consideraban que el rey era un dios, y como tal no tenía necesidades como todo mortal. Moisés fue enviado a presentarse delante del Faraón en ese momento de vulnerabilidad. El mensaje para el Faraón era el siguiente: (Éxodo 7:16-18) Esta primera plaga tocó una de las principales deidades de Egipto: Hapi, el dios del Nilo, vinculado a la fertilidad. PROFECÍA DE EZEQUIEL Una profecía muy interesante de Ezequiel habla en contra del Faraón, y se refiere a él como el “gran dragón” (en hebreo: Tannim). (Ezequiel 29:3) Habla, y di: Así ha dicho Jehová el Señor: He aquí yo estoy contra ti, Faraón rey de Egipto, el gran dragón que yace en medio de sus ríos, el cual dijo: Mío es el Nilo, pues yo lo hice. Esta profecía es sobre los últimos tiempos, cuando Dios castigará a Egipto por lo que hizo a Israel. EL AGUA SE CONVIERTE EN SANGRE Regresando a la historia…vemos que la primera plaga tocó el río Nilo, lo más sagrado en Egipto. Pero la plaga no sólo tocó el río sino toda fuente de agua… (Éxodo 7:19-21) Para los israelitas fue muy significativo ver el río Nilo teñido en sangre, porque muchos años atrás el río se bañó de sangre hebrea cuando el Faraón mandó a matar a los bebés varones de los israelitas (Exo. 1:22). Esta plaga atacó directamente al dios egipcio Hapi, el dios del Nilo, a quien probablemente clamaron por agua fresca, pero sólo Dios pudo volverla nuevamente en agua dulce. Después de 7 días el agua se limpió, esto es interesante, porque hay un proceso de purificación relacionado con la sangre, que también dura 7 días en la Biblia. (Levítico 15:19-33)
La vida está en la sangre, pero sólo cuando corre dentro de un cuerpo vivo, fuera de el representa muerte. Yahweh/Jehová es el único Dios verdadero, y el va a mostrar su poder sobre la Creación, empezando con el agua. A pesar del milagro, el Faraón no se impresionó porque sus magos hicieron un truco similar. Por lo tanto, el rey endureció su corazón. (Éxodo 7:22-23) Y los hechiceros de Egipto hicieron lo mismo con sus encantamientos; y el corazón de Faraón se endureció, y no los escuchó; como Jehová lo había dicho. Y Faraón se volvió y fue a su casa, y no dio atención tampoco a esto. LAS SEÑALES DEL FIN Tradicionalmente el libro de Apocalipsis no se interpreta literalmente, se asume, que todo el libro es simbólico, y por lo tanto cada quien interpreta lo que significan los sellos, las trompetas y las copas de ira como bien les parece. Pero si creemos que literalmente en Éxodo Dios convirtió agua en sangre, envío plaga tras plaga para mostrar su poder a los egipcios, ¿por qué no creemos que puede hacer esto globalmente? y mostrar a toda la humanidad que el es Yahweh, y que no hay otro Dios fuera de el, quizás algunos se arrepientan, quizás algunos digan “verdaderamente este es el Dios vivo”. Isaías 46:9-10 Acordaos de las cosas anteriores ya pasadas, porque yo soy Dios, y no hay otro; yo soy Dios, y no hay ninguno como yo, que declaro el fin desde el principio y desde la antigüedad lo que no ha sido hecho. Yo digo: ``Mi propósito será establecido, y todo lo que quiero realizaré. Apocalipsis nos presenta la ira de Dios y del Cordero sobre aquellos que no tienen Su sello (Éxodo 13:9, Ap 7:4, Dt 6) o Su nombre (Ap 14.12): sobre sus frentes, en las siete plagas que se encuentran en los siete Sellos, las siete Trompetas y las siete Copas. En dos ocasiones en el texto apocalíptico se nos muestra la obstinación de los hombres, enemigos de Dios, que endurecieron su corazón igual que lo fue Faraón, así vive hoy la mayoría de la humanidad. En Ap. 9:20 ...Y los otros hombres que no fueron muertos con estas plagas, ni así se arrepintieron de las obras de sus manos, ni dejaron de adorar a los demonios, y a las imágenes de oro, de plata, de bronce, de piedra y de madera, las cuales no pueden ver, ni oír, ni andar. En Ap. 16:8 ...El cuarto ángel derramó su copa sobre el sol, al cual fue dado quemar a los hombres con fuego. Y los hombres se quemaron con el gran calor, y blasfemaron el nombre de Dios, que tiene poder sobre estas plagas, y no se arrepintieron para darle gloria.