La justicia de Dios contempla tanto el lado de la víctima como el de la persona que causó el accidente. Ambos son considerados. [Nota: para más información sobre esta ley y sus consecuencias, les recomiendo leer el capitulo 19 de Deuteronomio y Números 35:9-29.
COMENTARIO PARA GRUPOS PEQUEÑOS ÉXODO 21:12-34 -LEYES DE RESTITUCIÓN La siguiente sección de leyes trata sobre compensación y restitución por causa de daños. Dios quiere que su pueblo aprenda a asumir responsabilidad por sus actos. Según sea el daño, así será la pena. Aquí se presentan los casos más graves primero, y luego los menores. En nuestra sociedad pensamos que la pena de muerte es cruel, pero quizás es porque asumimos que nuestra justicia es superior a la de Dios, si sus leyes son justas, la pena capital, limpia a la sociedad de aquellas personas que deliberadamente lastimas al punto de quitarle la vida a otra persona, quién además fue creada a imagen de Dios, este mandamiento está registrado desde Génesis: 9:6 “El que derramare sangre de hombre, por el hombre su sangre será derramada; porque a imagen de Dios es hecho el hombre.” Recordemos que la ley de Dios está vigente, pero la aplicación de la ley, sólo puede darse cuando las condiciones son las establecidas por Dios, sólo en una sociedad Teocrática, donde la Biblia es la constitución podríamos aplicar estas leyes, aunque no podemos apedrear al asesino, no significa que asesinar está permitido. a. Daño de muerte Si alguien provoca la muerte de otro, la pena es equivalente: la muerte. (Exodo 21:12) El que hiriere a alguno, haciéndole así morir, él morirá. Podríamos preguntarnos si esto aplica también a las muertes accidentales. La Biblia da la respuesta: (Exodo 21:13) Sólo en caso de que la muerte haya sido accidental, la ley a una provisión para que el homicida pueda refugiarse. Los detalles de esto se encuentran en Deuteronomio 19:4-6.
La excepción es para las muertes accidentales, pero si fue intencional, si fue asesinato, entonces el asesino debe pagar con su muerte, y no podrá refugiarse ni aún en el santuario. (Éxodo 21:14) Pero si alguno se ensoberbeciere contra su prójimo y lo matare con alevosía, de mi altar lo quitarás para que muera. b. Ataque a los padres Dios considera como criminal a alguien que ataca física o verbalmente a sus padres, y le asigna la pena máxima. (Éxodo 21:15,17) El que hiriere a su padre o a su madre, morirá Igualmente el que maldijere a su padre o a su madre, morirá. El verbo que se traduce como “hiere”, en hebreo es: Naká, que también se puede traducir como: golpear, atacar, y aún matar. c. Secuestro Dios también asigna la pena de muerte a los secuestradores y a los traficantes de personas. (Éxodo 21:16) Asimismo el que robare una persona y la vendiere, o si fuere hallada en sus manos, morirá. Este mandamiento prueba que el concepto de esclavitud del colonialismo moderno está prohibido en la ley de Dios, no tenemos permiso de robar o secuestrar personas para nuestro servicio. d. Pago por daños personales Cuando alguien causa una herida a otro (que no sea de muere), éste debe responder pagando una compensación por el tiempo que el otro no pueda trabajar como consecuencia del daño causado. (Éxodo 21:18-19) Además, si algunos riñeren, y uno hiriere a su prójimo con piedra o con el puño, y éste no muriere, pero cayere en cama; si se levantare y anduviere fuera sobre su báculo, entonces será absuelto el que lo hirió; solamente le satisfará por lo que estuvo sin trabajar, y hará que le curen. En el caso de los esclavos (y ya entendiendo a qué tipo de servidumbre nos referimos), el amo no tiene que darle compensación (pero si será castigado si éste muere). Éxodo 21:20-21. Si la herida es a una mujer embarazada, y ella perdiera al bebé, quien determina la pena es el esposo de la mujer, bajo el consejo de los jueces. (Éxodo 21:22)
Es pues claro que el principio de medida por medida, no debía ser aplicado por un ciudadano israelita común en venganza personal, sino que el verso habla sobre justicia impartida por los jueces. Así que, incluso si la ley del talión fuera literal, su aplicación no haría que el mundo se quedara tuerto o ciego, como dijo Gandhi, pues no todo el mundo está supuesto a aplicarlo sino únicamente autoridades competentes. OJO POR OJO La expresión “ojo por ojo, diente por diente” ha sido mal interpretada. No es un concepto de venganza, sino un principio de justicia. Es una norma de compensación y restitución, que determina que la persona que ha causado una pérdida, debe pagar conforme a la medida del daño que provocó. (Éxodo 21:23-25) Mas si hubiere muerte, entonces pagarás vida por vida, ojo por ojo, diente por diente, mano por mano, pie por pie, quemadura por quemadura, herida por herida, golpe por golpe. Si alguien hace daño a otro, éste debe responder a la medida y compensar el daño que causó. En el caso de los esclavos, la compensación se maneja de forma diferente por su posición: (Éxodo 21:26-27) ¿Por qué en Mateo 5:38-48, parece que Jesús anula este mandamiento? Si Jesús hubiera quitado un mandamiento, se hubiera hecho transgresor de la ley, porque está escrito en Deuteronomio 4:2, que está prohibido añadirle o quitarle un punto a la ley, y Él mismo dijo 5 versículos antes que no había venido a abolir la ley. Jesús no dijo “escrito está”, él dijo “oíste que fue dicho”, Algunos fariseos habían interpretado este mandamiento como permiso para vengarse pero Jesús corrige la interpretación del mandamiento (no abroga la ley), y les dice que no se venguen, y que si es necesario restituir caminen la milla extra, den la capa además del manto. Podemos ofrecer evidencia para esta visión de los "Mas yo os digo", una escritural y una proveniente de la tradición judía. Consideraremos el testimonio mismo del conocido "Sermón del monte" para dar evidencia solida sobre esta posición. Jesús/Yeshúa dijo lo siguiente: "Oísteis que fue dicho: Amarás a tu prójimo, y aborrecerás a tu enemigo." (Mateo 5:43). Claramente la primera parte del verso es una cita de Levítico 19:18 donde se nos dice: "amarás a tu prójimo como a ti mismo. Yo El Eterno." Lo que llama la atención es que en ninguna parte de la escritura encontramos la segunda parte, esto es "y aborrecerás a tu enemigo"; lo contrario es cierto: En la Torá/Ley de Dios encontramos alusiones a no odiar a nuestro enemigo: "Si encontrares el buey de tu enemigo o su asno extraviado, vuelve a llevárselo. Si vieres el asno del que te aborrece caído debajo de su carga, ¿le dejarás sin ayuda? Antes bien le ayudarás a levantarlo." (Éxodo 23:4-5).