C ITAS D IVINAS FIESTA DE LOS TABERNÁCULOS FIESTA DE LOS TABERNÁCULOS LEVÍTICO 23:27-34 EL OCTAVO DÍA DE LA FIESTA Para cada cosa hay una estación, y un tiempo para cada suceso bajo el cielo: un tiempo para nacer, y un tiempo para morir, tiempo de plantar, y tiempo de arrancar lo que se planta - Eclesiastés 3:01 -2. El Octavo Día, es una de las fiestas bíblicas más significativas, pero al mismo tiempo menos comprendidas, representa la culminación del plan de Dios: La resurrección y el juicio de los seres humanos que han vivido; la derrota de la muerte; la eliminación de la tristeza y el lloro. Esta es la esperanza que el mundo urgentemente necesita y que se hará realidad con la ejecución del plan de salvación diseñado por Dios para la humanidad, sus Citas Divinas. Octavo día en hebreo se dice: "Sheminí Atzeret" significa literalmente "octavo gran fiesta," "Sheminí" es una palabra hebrea que significa "octavo." Es un adjetivo neutro, que no es ni masculino ni femenino. "Atzeret" es también un vocablo hebreo que significa "asamblea, retención, solemnidad, detención y esperanza," que vienen de la palabra atzar. Entonces no tenemos otro significado que no sea OCTAVO GRAN DÍA SOLEMNE. Fue en este Gran Día que Jesús se puso en pie y declaró: "Si alguno tiene sed, que venga a Mi y beba," porque dice la Escritura que quien lo haga, "de su interior correrán ríos de agua de vida," Juan 7:37-38. EL NÚMERO OCHO EN LA BIBLIA La Biblia está llena de simbolismos que nos dan un indicio de cómo piensa Dios y al padre le gustan los números y los ciclos. Este número se menciona 80 veces en la Biblia. En hebreo es ‘Sh’moneh’ de la raíz ‘Shah’meyn’ significa: “engordar, cubrir de gordura, sobreabundar”. Como participio significa «aquel que es rico en vigor». Como sustantivo indica «fertilidad
sobreabundante», «aceite», etc. Y como numeral es el número sobreabundante. Como el siete fue llamado así por el hecho de que el séptimo día es el de la conclusión o descanso; el ocho, como el octavo día, estaba por encima de este número perfecto, y EL fue el primero de un nuevo período. I g l e s i a B í b l i c a Representa así dos números en uno, el primero y el octavo. En lo que se refiere al primer período, representa la «resurrección», porque el antiguo orden de las cosas terminó, un nuevo número surge entonces para tipificar la vida salida de la muerte.
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El Octavo Día, que sucede al final de la Fiesta de los Tabernáculos se especifica en Levítico 23:33, es la culminación de todas las fiestas santas. Después de describir los siete días de la Fiesta de los Tabernáculos, dice lo siguiente: “Pero a los quince días del mes séptimo, cuando hayáis recogido el fruto de la tierra, haréis fiesta al Eterno por siete días; el primer día será de reposo, y el octavo día será también día de reposo”. El Octavo Día es una fiesta distinta y separada de la Fiesta de los Tabernáculos. Dios le ha dado un significado simbólico al número ocho. ¿Por qué simplemente no volvemos al número uno después de contar los siete días? Porque eso no es lo que Dios está representando; él no está describiendo un ciclo semanal con la Fiesta de los Tabernáculos, sino que a través de ella nos muestra lo que significa verdaderamente llegar al Octavo Día. ¿Qué es lo que significa ese número? Al examinar el resto de la Biblia, encontramos ilustraciones o sombras que nos ayudan a comprender el significado de ese gran día. LA CIRCUNCISIÓN Uno de los pactos más duraderos que Dios hizo fue el pacto de la circuncisión con Abraham (Génesis 17:10-12). Él dijo: “Y de edad de ocho días será circuncidado todo varón entre vosotros”. La circuncisión en el octavo día —a contar del nacimiento— simbolizaba la absoluta sumisión a Dios. Hoy en día sabemos que la circuncisión física no es un requisito esencial para la salvación de las personas (Hechos 15), y también es cierto que la circuncisión es un símbolo de compromiso, Abraham físicamente se despojó de su carne para recordar que vivía por fe, antes de Isaac en la carne tuvo a Ismael con Agar la sierva, en la carta a los Gálatas Pablo nos explica que lo opuesto a vivir en la carne es vivir en el espíritu (Gal 5), así que cuando nació Isaac el hijo de la promesa, al octavo día, lo circuncidó, él mismo lo hizo y circuncidó a toda su casa. La palabra en hebreo “circuncisión” significa “quitar el estorbo”, Pablo escribió: “Pues no es judío el que lo es exteriormente, ni es la circuncisión la que se hace exteriormente en la carne; sino que es judío el que lo es en lo interior, y la circuncisión es la del corazón, en espíritu, no en letra; la alabanza del cual no viene de los hombres, sino
de Dios” (Romanos 2:28-29). Pablo está hablando de ser justos, y de someternos completamente a Dios. Esto es lo que representa la circuncisión, no tener nada que nos estorbe para obedecer a Dios. Rom 2:26 -27 “Si, pues, el incircunciso guardare las ordenanzas de la ley, ¿no será tenida su incircuncisión como circuncisión? Y el que físicamente es incircunciso, pero guarda perfectamente la ley, te condenará a ti, que con la letra de la ley y con la circuncisión eres transgresor de la ley.” (Deuteronomio 10:12-21) De acuerdo a lo que hemos estudiado, descubrimos que nuestro Mesías nació en la fiesta de los Tabernáculos, seis meses después de Juan el Bautista, quien nació en la Fiesta de Pascua (Lucas 2), fue colocado en una (Sukah Gén 33:17) Pesebre, (Jn 1:14), es llamado Emanuel (Dios con nosotros) Mt. 2, y con divina precision, es presentado en el Templo en el octavo día para ser circuncidado, de acuerdo a la ley de Dios (Levítico 12:2), justo en el Gran Día de la fiesta. En el octavo día de la fiesta, el tiempo de mayor regocijo, Jesús fue llevado al templo para ser nombrado y circuncidado (Luc. 2:22-24), así que en el día de gran regocijo, el Mesías derramaba su sangre en el templo para sellar el pacto con Abraham. En la ley el día de la presentación, había que llevar un cordero de menos de un año y un pichón o una tórtola, como rescate del primogénito, si la familia era pobre bastaba con dos pichones o dos tórtolas. (Lucas 2:21-24) María y José eran pobres, así que sólo llevaron dos palomas, pero en sus brazos llevaban al cordero de menos de un año, sin mancha, “que quita el pecado del mundo”. Así que Sukot, era un ensayo para la venida del Salvador, era su fiesta de cumpleaños. La fiesta de Sukot, en esta Fiesta es que los sacerdotes daban vueltas al altar del templo repitiendo una y otra vez: “Ana Hashem Hoshia Na” que quiere decir: envíanos tu salvación. Siendo días de gozo y regocijo, ¿no son increíbles las palabras de los ángeles a los pastores, al anunciarles buenas nuevas de gozo? “Pero el ángel les dijo: No temáis; porque he aquí os doy nuevas de gran gozo, que será para todo el pueblo: que os ha nacido hoy, en la ciudad de David, un Salvador, que es CRISTO el Señor. Esto os servirá de señal: Hallaréis al niño envuelto en pañales, acostado en un pesebre.” Lucas 2:10-12 MÁS EJEMPLOS DEL NÚMERO OCHO Otro ejemplo acerca del número ocho lo encontramos en Noé. En su segundo libro, Pedro le escribe a la Iglesia y le advierte sobre los falsos predicadores. Él enfatiza que cada individuo será responsable de su propia salvación, y usa a Noé como ejemplo: “Tampoco perdonó al mundo antiguo, cuando desencadenó las aguas del diluvio sobre el mundo de los malvados, y solamente protegió a Noé, el octavo portavoz del bien.” (2 Pedro 2:5 BLA). Noé fue salvado porque se había sometido a Dios por completo. Él fue el octavo pregonero de justicia desde Adán, y durante 120 años años avisó al mundo del jucio que vendría sobre la tierra. Sólo Noé y otras siete personas (8 en total) fueron salvadas en el arca. En el juicio eterno cada uno de nosotros será juzgado de acuerdo a sus propias obras no a las de alguien más