Boletín de la Adoración Nocturna de Jaén 995

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Adorado sea el Santísimo Sacramento Boletín Núm. 995 Noviembre 2008

Ave María Purísima

H abla nuestro Consiliario

2. SAN PEDRO POVEDA. SACERDOTE DE NUESTRA DIÓCESIS Nacido en Linares. Seminarista en nuestro Seminario Diocesano, Sacerdote en Guadix, donde descubre la situación de pobreza e incultura de “las cuevas”, comparte con ellos, trabaja a favor de ellos, promoción humana y cristiana... vive en medio de ellos. De aquí marcha a Covadonga; en el retiro de aquella Abadía, ante la Eucaristía y a los pies de la Santísima Virgen madura su vocación. Viene a Jaén como Canónigo de la Catedral, profesor del Seminario. En Jaén funda la Institución Teresiana. De aquí marcha a Madrid para poder atender mejor a la Institución. Allí, después de haber celebrado la Santa Misa, es martirizado el 24-VII-1936, por ser sacerdote y no renunciar a ello. Beatificado en Roma 10-X-1993 y Canonizado en Madrid 4-V-2003. He aquí su pensamiento: “Las manifestaciones de vida en todos los órdenes, moral, intelectual y, hasta físico, las apreciamos siempre por la intensidad de la vida Eucarística. Porque es preciso para mantener la vida del espíritu que seamos perseverantes en la recepción del pan de vida, así como para conservar la del cuerpo hay necesidad del alimento cotidiano. En suma, si la obra que realizamos es de apostolado, si el fin es sobrenatural, si la vida que llevamos es del mismo orden, necesitamos de un alimento, de un sustento proporcionado, y este alimento es el cuerpo y la sangre de Cristo”. Y así decía Mons. Carlos Osorio, Arzobispo de Oviedo, con motivo del inicio del Centenario de la llegada de Pedro Poveda a Covadonga: “Dentro de unos momentos Jesucristo se hará realmente presente en el misterio de la Eucaristía... situémonos ante el misterio de la Eucaristía como lo hizo San Pedro Poveda. Ante este misterio, celebrado, contemplado y vivido junto a la Santina, San Pedro Poveda decía: “En fin, siete años de vida intensa en aquel bendito recinto dan mucho de sí, y todo lo que dieron fue en torno al ideal de mi vida, que surgió y cristalizó mirando a la Santina”. El ideal de su vida no se puede separar de lo que fue su ministerio sacerdotal y de lo más propio del mismo: la Eucaristía. Aparece el sacerdote de cuerpo entero, que sabe que los hombres de Dios son inconfundibles, se los distingue por los frutos santos...; la Santísima Virgen es su argumento para todo, en su ser, en su vivir y en su quehacer. En la Eucaristía encuentra la fuerza para vivir un amor apasionado a Jesucristo y también un amor radical a la Iglesia, elementos que se funden y lo llevan a vivir para servir y dar la vida por todos los hombres”. Antonio Aranda Calvo


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Reflexiones para las Juntas de Turno - Noviembre “¿DÓNDE ESTÁ, OH MUERTE, TU VICTORIA?” (1Cor 15,55) Con estas palabras apostrofa a la Muerte San Pablo al final del capítulo 15 de su Primera Carta a los Corintios, dedicado a tratar de la Resurrección de Cristo y de la futura resurrección nuestra. Dice así el himno triunfal que emplea como colofón: “Cuando este ser corruptible (nuestro cuerpo) se revista de incorruptibilidad, y este ser mortal se revista de inmortalidad, entonces se cumplirá la palabra que está escrita: La muerte ha sido derrotada en la victoria. ¿Dónde está, oh muerte, tu victoria? ¿Dónde está, oh muerte, tu aguijón? El aguijón de la muerte es el pecado... Pero ¡gracias sean dadas a Dios que nos da la victoria por nuestro Señor Jesucristo!” (1 Cor 15, 54-57). San Pablo alude a un pasaje de Oseas 13, 14 con cuyo texto hace un ingenioso juego de palabras. La frase que el profeta ponía en labios de Yahvé, preguntando a la Muerte dónde tenía su aguijón, para que lo empleara en castigo del pueblo infiel, la usa Pablo ahora para preguntar a la Muerte dónde esconde su aguijón, que ya no funciona. Y es que la mañana del Primer Domingo de Pascua -aunque entonces no había periódicos que lo publicaran con grandes titulares- tuvo el mundo conocimiento de que la Muerte había sido vencida. No es que se hubiera descubierto algún fármaco que curara todas las enfermedades y evitara la muerte. Es que la misma Muerte había sido derrotada y superada. Introducida en el mundo como castigo del pecado, había sido ahora aniquilada por Jesús, que, al destruir el pecado y conceder a sus seguidores la posibilidad de liberarse de Él, les había dado con ello la oportunidad para liberarse de las garras de la muerte, como él acababa de hacer resucitado de entre los muertos. Por ello, “aunque la certeza de morir nos entristece, nos consuela la esperanza de la futura inmortalidad. Porque la vida de los que en Ti creemos, Señor, no termina, se transforma; y al destruirse esta nuestra morada terrenal, adquirimos una mansión eterna en el cielo”. Dios ha cumplido lo que anunció por Isaías: “Consumiré a la Muerte definitivamente” (Is 25, 8). Y así lo vio San Juan en el Apocalipsis: “y el mar devolvió los muertos que guardaba, y la Muerte y el Hades devolvieron los muertos que guardaban y la muerte y el Hades fueron arrojados al lago de fuego” (Ap 20, 13 ss). “Y no habrá ya Muerte, ni llanto, ni gritos, ni fatigas, porque el mundo viejo ha pasado” (Ap 21, 11). Seguirá teniendo la muerte su apariencia tosca para los que vivimos aquí. Y habrá que pasar por ella, porque ése es el precio de nuestro pecado: ser aguijón de la Muerte.


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Pero la fe nos asegura que los muertos en Cristo no están muertos. Él ha vencido a la Muerte para Sí y para nosotros. -¿Dónde está, oh Muerte, tu victoria? ¡Gracias sean dadas al Señor que nos ha dado la victoria sobre ella por Nuestro Señor Jesucristo! Cuestionario: 1. ¿Nos entristece la muerte como a los hombres que no tienen esperanza? 2. ¿Estamos seguros de nuestra victoria definitiva sobre la Muerte si permanecemos unidos a Cristo? 3. ¿Se lo agradecemos debidamente?

IDEARIO ESPIRITUAL DE LA ADORACIÓN NOCTURNA ESPAÑOLA 14. LA EUCARISTÍA Y LA IGLESIA - Cristo en el tabernáculo es el eje del Cuerpo místico. “La presencia de Cristo en el tabernáculo ejerce, por otra parte, la función de centro perenne de su Cuerpo místico. Es cierto que éste se nutre de la comunión sacramental del cuerpo personal de Cristo, pero el Cuerpo místico no se contenta con un encuentro ocasional, sino con una presencia continua y perenne de su cabeza. Dice Pablo VI en la Mysterum Fidei que: “ La Eucaristía es conservada en los templos y oratorios como el centro espiritual de la comunidad religiosa y parroquial, más aún, de la Iglesia universal y de toda la humanidad, puesto que bajo el velo de las sagradas especies contiene a Cristo cabeza invisible de la Iglesia, Redentor del mundo, centro de todos los corazones, por quien son todas las cosas y nosotros por Él”. (1Cor 8, 6). J.A. SAYÉS, La Presencia real de Cristo en la Eucaristía. BAC, Madrid, 1976, pág. 310

“El empeño esencial y, sobre todo, la gracia visible y fuente de la fuerza sobrenatural de la Iglesia como Pueblo de Dios, es el perseverar y el avanzar constantemente en la vida y en la piedad eucarísticas y desarrollarse espiritualmente en el clima de la Eucaristía”. JUAN PABLO II, Redemtor Hominis, núm. 20


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DIÁLOGOS CON JESÚS SACRAMENTADO NOVIEMBRE 2008

Jesús, Rey Señor: Tú proclamaste, durante tu predicación evangélica que el Reino de Dios estaba muy cerca, pero éste no se presentaba de forma triunfalista y aparatosa, sino misteriosamente como una semilla depositada por Dios en el corazón de los hombres. Si Tú, Cristo amado, te dejaste aclamar como Rey hacia el fin de tu vida, lo hiciste sin ninguna ambición terrestre, ya que tu realeza no era de este mundo. Así lo dijiste con entera claridad y dulce firmeza al procurador Pilato. Pero eres Rey por derecho de naturaleza y por derecho de conquista. Como Creador del orden cósmico completo, todo está sometido a tu inmenso poder y suma soberanía. Como Redentor has vuelto a conquistar lo que el demonio te había arrebatado. Reconozcamos de hecho y de derecho la realeza de Cristo procurando extenderla sobre la faz de la tierra y haciéndola prevalecer en todos los órdenes de la vida. Me pregunto, Señor, por los fundamentos de tu realeza y me gozo en los dos señalados: Tú eres Creador y Redentor. Y además desde tu Resurrección y Ascensión eres el Señor a quien el Padre ha constituido Dominador universal de todo lo creado. La Liturgia de la solemnidad de “Jesucristo, Rey del Universo” dice así en su hermosísimo Prefacio: “Consagraste sacerdote eterno y Rey del Universo a tu único Hijo nuestro Señor Jesucristo, para que (...) entregara a tu majestad infinita un Reino eterno y universal: el reino de la verdad y de la vida, el reino de la santidad y de la gracia, el reino de la justicia, el amor y la paz”. En este denso párrafo litúrgico y doctrinal, descubrimos, Señor, los rasgos de tu reinado y la exigencia de ajustar nuestra vida cristiana a esas notas esenciales de tu reinado en todos los corazones. Esas siete características de “verdad, vida, santidad, gracia, justicia, amor y paz” constituyen sin duda el programa-marco donde hemos de movernos sin cesar. Gloria, honor y alabanza te sean dadas por siempre a Ti, Cristo Redentor, cuya soberana potestad confesamos en todos los ámbitos. Pasaron a través de los siglos incontables dinastías de reyes, emperadores y faraones, sin que quedara de ellos el más pequeño recuerdo. Se esfumaron en la bruma de los tiempos y se


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borró su memoria. Pero Cristo Rey permanece para siempre como Vencedor absoluto del pecado y de la muerte. El triunfo definitivo de Cristo Rey es el triunfo de cada uno de los redimidos. Señor Sacramentado: Tus adoradores nocturnos alaban constantemente tu eterna soberanía y suplican que tu reinado sea una viva realidad en todo el mundo y en cada corazón cristiano. Que nadie se resista a ser súbdito de Cristo Rey, quien nos garantiza nuestra paz y nuestro gozo en intimidad con Él. Y nos promete sobre todo nuestra eterna bienaventuranza. ¡Gloria a Ti, mi Rey y Señor, por los siglos de los siglos! ANDRÉS MOLINA PRIETO, Pbro.

NOTAS DEL CONSEJO DE REDACCIÓN

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- s nuestro deber rectificar o corregir aquellas notas o noticias que se produzcan y que, por algún motivo, estén involuntariamente equivocadas. Así ocurre con el siguiente apunte: La coincidencia del nombre y del primer apellido nos confundió y dimos al padre de Teresa Moreno Carrascosa, fallecida en el mes de Junio, como Presidente de la Sección de Baeza; cuando en realidad es adorador del Turno de San Bartolomé de Jaén. Lo sentimos.

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uestro querido amigo Francisco Navarrete Montañez, Presidente de la Sección de Villacarrillo, nos envió hace algún tiempo una noticia para que la publicásemos en el Boletín. Se trataba de recordar el día 6 de Octubre en el aniversario del fallecimiento de nuestro recordado amigo y hermano ANTONIO MORA GARVÍN y unirnos en una oración. Como el mismo Francisco Navarrete indica en su nota, por causas ajenas a su voluntad, la enviaron fuera de plazo y el boletín estaba ya en la imprenta. Como el recuerdo de Antonio está siempre actual y el corazón bondadoso de nuestro Señor Jesús está siempre abierto de par en par, sugerimos que esa pretendida oración sea una realidad permanente ahora y por siempre.


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OTRA VEZ LA BANDERA Y LOS ABANDERADOS Pues sí, queridos adoradores, otra vez sale a la palestra nuestra BANDERA, (con mayúscula). A raíz de la Vigilia Diocesana de las Espigas, celebrada en Úbeda, cada año me doy cuenta lo mal que la portamos. La Bandera es la historia de la Sección, el distintivo de nuestra Obra. Por eso, en estos acontecimientos externos, hay que mimarla y llevarla con el máximo respeto. Yo recuerdo a un gran abanderado, Gaspar Viedma Begara (q.e.p.d.) de la Sección de Baeza; la llevaba siempre sobre el hombro en la procesión de Banderas e inhiesta en la procesión eucarística; sabía lo que llevaba, con su traje, quizás el mejor que tenía, y siempre con su portabandera, y el Presidente Ramón Mola Cruz a su lado, era portada con orgullo, como debe ser, igual que en la procesión del Corpus Christi, en los años que estuvo de Presidente Antonio Calabrús Contreras, iba al lado del abanderado. al sacarla a la luz pública, el abanderado o en su caso el Presidente, que es el que la debe llevar, de no haber abanderado, tiene que ir vestido con su traje, y si es oscuro, mejor, nada de ir con camisa o niquis. Es más, incluso ponerse guantes blancos, como va Rafael Collado Liz, el abanderado de Jaén. En estos tiempos que vivimos, algunos creen que son signos de triunfalismo, vacíos y fuera de nuestra época, y le dan la bandera a otro adorador para llevarla, sienten vergüenza, los que tienen que portarla, ¡ Anda tú, lleva la bandera!... Y eso no es así. La bandera, al ser la historia de la Sección, tiene doble significado: amor y servicio, ¡ Bendita bandera! Que los adoradores tenemos que servir con ferviente amor. “No se enciende una lámpara y se pone debajo del celemín, sino sobre el candelero y alumbren a todos los que están en casa”. También recuerdo, en las Vigilias generales, al salir para comenzar la Vigilia, la llevaba Hermenegildo Terrados (q.e.p.d.), Presidente que fue de la Sección de Jaén y Diocesano. En el silencio de la noche, atravesába-


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mos las naves de la Merced entonando el “Vigia Regis” para esa audiencia privada y de amor que tenemos todos los meses con Jesús Sacramentado. Queridos adoradores, ¿No recordáis cuando tomamos el distintivo, la bandera cubría con sus pliegues al adorador en el momento de hacer el juramento, se besaba para manifestar el amor que siempre le profesamos? La Bandera, es la que se rinde en la hora de la Consagración, y debe el abanderado o el Presidente portarla, desde el Santo hasta que el sacerdote comulga, encerrando así, la grandeza de Dios y la pequeñez sublime del hombre para con Dios. ¡Ah! Y otra cosa, queridos Presidentes y abanderados, vamos a dejarnos de tantas cintas puestas en el mástil; pienso, que se debían quitar, porque en vez de la Bandera de la Adoración Nocturna, parece la bandera de la Tuna, (con todo respeto a los componentes de la Tuna). Nuestra Bandera solo debe llevar el lazo de nuestra Bandera Nacional. Esto no es óbice para que una Sección que celebre su aniversario dé como recuerdo esa cinta, la cual, esa noche debería lucir en el mastil, pero terminada la Vigilia, quitarla y guardarla entre sus enseres de la Sección. El Turno que tiene la Bandera, al terminar la Vigilia, el adorador la saluda al mismo tiempo que un adorador recita: “Marchemos en paz”. Y el abanderado, teniendo en cuenta lo que representa en la Sección, la besa. Así lo hacía Gaspar, el abanderado de Baeza, y la guarda en su estuche para la próxima Vigilia. Tengamos en cuenta, queridos adoradores, que la bandera es la que se rinde al adorador fallecido en el póstumo homenaje, en ese tramo final de su peregrinación terrenal. Y es el lazo de unión de generaciones, que nos van sucediendo. Así pues, portemos nuestra BANDERA con dignidad, y en la próxima Vigilia Diocesana de las Espigas, Centenario de la Sección de Arjonilla sean portadas como Dios manda. L U E S C O a.v.c.e.f.


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APO ST O L A DO

DE LA

PRIMER VIERNES DÍA 7

INTENCIONES DEL PAPA General: Que el ejemplo de los Santos anime a los cristianos a entregarse a Dios y al prójimo, siguiendo a Cristo que vino a servir, no a ser servido. Misionera: Que la Iglesia en Asia descubra los medios más adecuados para anunciar fielmente el Evangelio, en este continente tan rico en cultura y antiguas formas de espiritualidad.

INTENCIÓN DE LA CONFERENCIA EPISCOPAL Que el Espíritu Santo inspire a obispos, presbíteros y diáconos anunciar el don de Dios con lenguaje apropiado a nuestro tiempo.

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OR AC IÓN - NOVI EMBR E

OR AC IÓN

Los santos nos animan a la entrega a Dios y al prójimo Los santos de ayer y, especialmente, los de hoy y mañana, Señor: Santos de ayer, grandiosa Vía Láctea que iluminan nuestra caminar y nos animan a seguirte, al igual que la Estrella de Oriente guió a los Magos a descubrir en un Niño al Salvador del mundo. Santos canonizados, y santos de a pie, inmensa galaxia en la que podemos descubrir seres queridos, educadores en la ciencia y en la fe, amigos que se acercaron a nosotros en la dificultad y nos alentaron a no desfallecer en el camino. Santos de hoy, coherentes con el Evangelio, que, en ambientes difíciles, te siguen sin mirar atrás, sencilla y anónimamente la mayoría, encumbrados otros, sirviéndote a Ti en el servicio desinteresado al prójimo. Concédenos, Señor Jesús, servir de ejemplo a los santos del mañana, que también ellos nos contemplen en esa gran galaxia como estrellas que les ayudaron a encontrarse contigo. Patrocinio Prendergast

O RE M O S PO R NU E S TR O S HE R MA NO S D I F U NT O S “Yo soy la resurrección y la vida: El que cree en mí, aunque haya muerto vivirá, y el que está vivo y cree en mí, no morirá para siempre” (Jn. 11,25-26). En este mes por las almas de Sebastián Cuadros Martínez, Adorador Veterano Constante de la Sección de Beas; y Carmina Sánchez Cobo de Guzmán, Adoradora del Turno de San Pedro Pascual de la Sección de Jaén. A estos y a cuantos hermanos en la Adoración Nocturna nos han precedido en la señal de la fe, dales Señor, el descanso eterno. Y brille para ellos la luz perpetua. Descansen en paz Amén.


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VIGILIAS EN EL MES DE NOVIEMBRE 2008 EN LOS TURNOS DE LA SECCIÓN DE JAÉN San Bartolomé

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953 236 463

Inmaculada y San Pedro Pascual S. Miguel Cristo Rey San Eufrasio San Féliz de Valois San Juan de la Cruz Santa Cruz Nuestra Sra. de Belén y San Roque

8 6 15 13 29 14 24 21

953 231 108 953 222 987 953 257 115 (De 7 de la tarde 953 233 608 a 12 de la noche) 953 251 761 953 225 002 953 270 204 953 256 806

(10,30 noche)

E L AÑ O LI TU R G I C O 2 008 C AL E ND AR I O D E L M E S DE NO V I E M BR E C ic lo A Día 2

XXXI Semana de Tiempo Ordinario

Esquema II

Día 9

XXXII Semana de Tiempo Ordinario

Esquema III

Día 16

XXXIII Semana de Tiempo Ordinario

Esquema IV

Día 23

CRISTO REY

Esquema I

C ic lo B Día 30

C OMIE N ZA E L TIE M PO D E A DV IE N TO I Semana de Adviento

Esquema I

TODO LO RELACIONADO CON EL BOLETÍN, DEBE DIRIGIRSE AL COORDINADOR ERNESTO AGUILAR AZAÑÓN C/.Hermanos Espejo Tortosa, 19. 23006 - JAÉN. Telf.: 953 251 970 - Fax: 953 242 444. LAS NOTICIAS Y COLABORACIONES PARA QUE SEAN PUBLICADAS DEBERÁN OBRAR EN PODER DE LA REDACCIÓN DEL BOLETÍN, ANTES DE LOS DÍAS 10 DE CADA MES Y NO PODRÁN EXCEDER DE UN FOLIO A MÁQUINA Y A UN ESPACIO.


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- Colaboraciones Un enjambre de pájaros, metido en jaula de metal, guardó un cabrero, y a cuidarlos voló desde el otero la pareja de padres, aflijidos. Si aquí, dijo el pastor, vienen unidos, sus hijos a cuidar , con tanto esmero, ver como cuidan a sus padres, quiero, los hijos por amor agradecidos. Abre la puerta el pastor, del duro alambre cierra a los padres y los hijos suelta, mas como en vano se esperó su vuelta, mató a los padres el dolor y el hambre. Anónimo

“EL PUENTE”

Un anhelo ferviente hay en mi pecho que solo tu conoces, oh Señor, el anhelo de ser toda mi vida, un puente entre las almas y tu amor. Un puente, que partiendo de mi nada, llegue a la orilla de la eternidad, un puente, al que todos pisar puedan en busca de tu amor y tu amistad. No importa que el dolor de mil pisadas marquen en él huellas ensangrentadas, yo solo quiero ser puente divino y que seas Tú, final de este camino. Señor, haz que este puente no se rompa, mientras puede servir a mis hermanos, y cuando nadie ya lo necesite... destrúyelo a tu antojo entre tus manos. T. P. O.


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“La Esperanza del Cielo” No existen palabras para expresar, ni de lejos, lo que será nuestra vida en el Cielo que Dios ha prometido a sus hijos. Sabemos que “estaremos con Cristo y veremos a Dios (Jn 3,2); promesa y misterio admirables en los que consiste esencialmente nuestra esperanza. Si la imaginación no puede llegar allí, el corazón llega instintiva y profundamente (S.C. para la doctrina de la fe). El Señor nos habló de muchas maneras de la incomparable felicidad de quienes en este mundo amen con obras a Dios. La eterna bienaventuranza es una de las verdades que con más insistencia predicó nuestro Señor: “La voluntad de mi Padre, que me ha enviado declara-, es que yo no pierda a ninguno de los que me ha dado, sino que los resucite a todos en el último día. Por tanto, la voluntad de mi Padre... es que todo aquel que ve al Hijo, y cree en Él, tenga vida eterna, y yo le resucitaré en el último día” (Jn 3,40). “Oh, Padre -dirá en la Última Cena-, yo deseo ardientemente que aquellos que Tú me has dado estén conmigo allí donde yo estoy, para que contemplen mi gloria, que Tú me has dado, porque Tú me amaste antes de la creación del mundo” (Jn 17, 24). La bienaventuranza eterna es comparada a un banquete que Dios prepara para todos los hombres, en el que quedarán saciadas todas las ansias de felicidad que lleva en el corazón el ser humano. Los Apóstoles nos hablan frecuentemente de esa felicidad que esperamos. San Pablo enseña que ahora vemos a Dios “como en un espejo y bajo imágenes oscuras”; pero entonces le veremos cara a cara”, y que “la alegría y la felicidad allí con indescriptibles”. La felicidad de la vida eterna consistirá ente todo en la visión directa e inmediata de Dios. Esta visión no es sólo un perfectísimo conocimiento intelectual, sino también comunión de vida con Dios, Uno y Trino. Ver a Dios es encontrarse con Él, ser felices en Él. De la contemplación amorosa de las Tres divinas Personas se seguirá en nosotros un gozo ilimitado. Todas las exigencias de felicidad y de amor de nuestro pobre corazón quedarán colmadas, sin término y sin fin. Dice San Josemaría Escrivá: “Vamos a pensar lo que será el Cielo. “Ni ojo vio, ni oido oyó, ni pasó a hombre por pensamiento cuáles cosas tiene Dios preparadas para lo que le aman”. ¿Os imagináis qué será llegar allí, y encontrarnos con Dios, y ver aquella hermosura, aquel amor que se vuelca en nuestros corazones, que sacia sin saciar? Yo me pregunto muchas veces al día: ¿ Qué será cuando toda la belleza, toda la bondad, toda la maravilla infinita de Dios se vuelque en este pobre vaso de barro que soy yo, que somos todos nosotros? Y entonces me explico bien aquello del Apóstol: “Ni ojo vio, ni oído oyó...” Vale la pena, hijos míos, vale la pena”. Allí nos espera también la Santísima Virgen. R. Q. M. Adorador de la Sección de Torredelcampo.


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“Orad Incesantemente” (1 Tes. 5,17) Hace un tiempo tomaba estas notas, que aún no han perdido su actualidad. Responden a la convicción de que, si algo hay urgente y necesario en la vida, es la oración. Por eso, en mi interior nace la petición evangélica: ¡ Señor, enséñame a orar! Es verdad que no son pocas las dificultades, que obstaculizan nuestra vida interior. Los determinantes en los distintos sectores de la vida se llaman tecnicismo, pragmatismo y hedonismo. Valorar todo exclusivamente a la luz de la eficacia material desvirtúa toda actividad contemplativa e impide la capacidad de encuentro personal. El pragmatismo general, en el que sólo vale lo que es útil, determina la misma práctica religiosa, que convierte a Dios en objeto de consumo, obstaculiza la acción del Espíritu y no permite descubrir el plan de Dios, porque todo el interés de la oración se ha centrado en lo material, traduciendo esta actitud utilitarista en indiferencia y hasta en idolatría. Otra plaga de la mentalidad moderna es el hedonismo, que hace imposible el encuentro con Dios y nos lleva a la rutina y a la ruptura con la fe. Igualmente dificultan la vida espiritual la falta de conciencia comunitaria y la concepción de Dios y el sentido del mundo, que a unos le hace tomar posturas ritualistas y desencarnadas y a otros comportamiento temporalistas, sin ninguna referencia a Dios. En la misma línea hay que poner nuestros estados anímicos, que afloran al exterior y retratan nuestra superficialidad con frases como: “no se me ocurre nada en la oración, no sé qué decir... no siento nada... me aburro y distraigo... Dios no me escucha, pues rezo y todo sigue igual... es que la oración es inútil...”. Intenta, pues, llevar a la oración la problemática de tu vida, familiarízate con el Evangelio y no olvides que Jesús sigue diciéndonos como a los hijos del Zebedeo: “no sabéis lo que pedís”. (Mt. 20)... Pero no hay que desalentarse. Más que luchar contra las dificultades, debemos cultivar una serie de actitudes, que despierten nuestro gusto por lo espiritual: El silencio interior es el clima adecuado para que resuene en nosotros la Palabra de Dios: el ruido exterior se puede evitar, pero el interior es el que más nos estorba. Las piedras que más molestan, no son las que hay en el camino, sino las que se han metido dentro del zapato. Tenemos miedo a ese silencio interior, a quedarnos solos con nosotros mismos. Hay que hacerse sencillos para captar las ondas divinas, pues Dios ha escondido estas cosas a los sabios y se las ha revelado a los pequeños. Los calculadores y autosuficientes se sienten poco amados por Dios. Recordad la parábola del fariseo y publicano. Santa Teresa nos dice que la oración es tratar de amistad con aquel que sabemos que nos ama (Vida 8,5). La cultura consumista, con sus criterios de utilidad, contabilidad y rentabilidad, ha entrado también en lo espiritual, y que difícil es descubrir así la gratuidad de lo divino y desarrollar la capacidad de admirar, de saber alabar, de dar gracias, y contemplar, porque creemos que eso es malgastar el tiempo.


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Hacerse la pregunta: ¿ De qué sirve la oración? Es como preguntarse para qué sirve una zona verde en la ciudad, cuando sería más rentable construir viviendas. Olvidamos que ese espacio es el pulmón, por donde respira la ciudad. Las coordenadas o claves que deben orientarnos hoy, podemos sintetizarlas en “personalidad, comunitariedad, secularidad y radicalidad en los evangelios”. Nada de cristianos standard, cada uno quiere ser él mismo, sin renunciar al valor de lo relacional, sabiendo estar en el mundo con el deseo de vivir a tope sin bajar el listón de las exigencias, con las miras puestas en el Maestro, que puede ser líder, jefe, teórico y muchas más cosas, pero sobre todo, es Maestro con su vida. Recordemos finalmente algunas formas sencillas de oración: Lectura bíblica orante, con su confrontación y escenificación de nuestra vida con la de Jesús. Oración comunitaria, partiendo de la Palabra de Dios, de un Salmo, de un canto, o de un tema, de un acontecimiento de la vida, de personas de nuestra historia... Si lo que contemplamos en la oración hay que llevarlo a la acción, no caigamos en la tentación del activismo, porque lo importante no es hacer cosas, sino lo que Dios quiere, no nos hagamos mesías o indispensables en todo, porque lo evangélico es servir; ni nos dejemos dominar por las prisas ni impaciencias, porque nuestro Dios ESPERA siempre y su corazón late al ritmo de su eterna MISERICORDIA. En efecto, si queremos ir más rápidos que Dios, podemos quemarnos y quemar a otros para siempre. La calle nos muestra cada día el mismo rostro: prisas, insolidaridad, dolor... tantas situaciones, que reclaman nuestra respuesta cristiana. Pero tenemos el peligro de acostumbrarnos a esas realidades, de verlas como normales, sin hacer ningún tipo de referencia al Evangelio, cayendo en el cansancio y rutina. Y así pedimos a Dios por los pobres, en lugar de descubrirlos con nuestra mirada evangélica y pedimos a Dios por los que sufren y apenas nos preocupan los que estan tirados en la calle; pedimos a Dios que cambien las cosas, pero nosotros no hacemos nada por cambiar. No hemos hecho a Jesús y su Reino el valor absoluto de nuestra vida y el motor de nuestra actividad. No hemos descubierto aún que ya no soy yo, sino Cristo quien vive, quien ora, quien pide, quien ama en mí. Ni intentamos hacer un stop para mirar el rostro de Jesús, porque a las personas se las mira a la cara, y el rostro de Dios es Jesús. Para Foucault contemplar es mirar el rostro de Dios, Cristo, amándole. Termino con Santa Teresa: Nada te turbe / Nada te espante. / Todo pasa, / Dios no se muda. / La paciencia todo lo alcanza; / quien a Dios tiene / nada la falta. / SÓLO DIOS BASTA. Miguel Funes Gálvez. Capellán y Párroco de San Miguel. Jaén.


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VIGILIA EN LAS SECCIONES DE LA DIÓCESIS EN EL MES DE NOVIEMBRE DE 2008 ANDÚJAR: Ane: Primer Turno: Lunes, 10 Segundo Turno: Miércoles, 12. Anfe: Jueves, 13. ARJONA: Ane: Tercer Sábado, 15. Anfe: Tercer Jueves, 20. ARJONILLA: Segundo Viernes, 14. BAEZA: Turno San Pablo: Primer Viernes, 7. Turno S.I. Catedral: Último Sábado, 29. Tarsicios: Tercer sábado, 15. BAILEN: Último jueves, 27. BAÑOS DE LA ENCINA: Último sábado, 29. BEAS DE SEGURA: Último sábado, 29. Tarsicios: Primer Domingo, 2. BEDMAR: Tercer Jueves, 20. CARCHELEJO: Tercer Viernes, 21. HUELMA: Ane: Último Sábado, 29. Anfe: Último Viernes, 28. Tarsicios: Último Viernes, 28. IBROS: Último Viernes, 28. JAMILENA: Último Sábado, 29. JÓDAR: Tercer Sábado, 15. Tarsicios: Cuarto Sábado, 22.

LA CAROLINA: Último Sábado, 29. LINARES: Primer Viernes, 7. MANCHA REAL: Ane: Último Jueves, 27. Anfe: Último Jueves, 27. MARMOLEJO: Último viernes, 28. MARTOS: Último sábado, 29. MENGÍBAR: Tercer viernes, 21. NOALEJO: Ane: Último Viernes, 28. Anfe: Último Viernes, 28. ORCERA: Tercer Sábado, 15. PORCUNA: Primer Viernes, 7. SABIOTE: Tercer Sábado, 15. Tarsicios: Segundo Sábado, 8. TORREDELCAMPO: Tercer Sábado, 15. TORREPEROGIL: Último Sábado, 29. Jóvenes: Segundo Sábado, 8. ÚBEDA: Primer Turno: Segundo Viernes, 14 Segundo Turno: Primer Viernes, 7. Tercer Turno: Tercer Viernes, 21. Cuarto Turno: (Juvenil) Cuarto Viernes, 28. Quinto Turno: (Jubilados) Primer Sábado, 1. Sexto Turno: Último Sábado, 29. Anfe: Cuarto Jueves, 27. VILLACARRILLO Ane: Tercer Sábado, 15. Anfe: Último Viernes, 28.

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A d o ra d o s e a e l S a nt í s im o S a c r am e nt o

A v e M a rí a P u r í s i ma

ADORACIÓN NOCTURNA ESPAÑOLA Consejo Diocesano C/. Maestro Bartolomé, 7. 23007 - JAÉN / TELÉFONO: 953 260 425

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BOLETÍN EUCARÍSTICO MENSUAL II ÉPOCA - Año 82 - Número 995 - Noviembre 2008 Distribución gratuita Depósito legal: J-27-1969 Con título de Propiedad Industrial Marca nº 666.922 Imprime: GRÁFICAS JAÉN. Ejido de la Alcantarilla, 27. 23002 - JAÉN

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