Cuaderno 07: Carta de San Pablo a los Romanos (I)

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DIÓCESIS DE JAÉN

Introducción a San Pablo 7 . - C A RTA A L O S R O M A N O S ( 1 )

Jaén. Octubre 2008


Lectura Bíblica Romanos 1,8-17

A

nte todo, doy gracias a mi Dios por medio de Jesucristo, por todos vosotros, pues vuestra fe es alabada en todo el mundo. Porque Dios, a quien venero en mi espíritu predicando el Evangelio de su Hijo, me es testigo de cuán incesantemente me acuerdo de vosotros, rogándole siempre en mis oraciones, si es de su voluntad, encuentre por fin algún día ocasión favorable de llegarme hasta vosotros, pues ansío veros, a fin de comunicaros algún don espiritual que os fortalezca, o más bien, para sentir entre vosotros el mutuo consuelo de la común fe: la vuestra y la mía. Pues no quiero que ignoréis, hermanos, las muchas veces que me propuse ir a vosotros - pero hasta el presente me he visto impedido - con la intención de recoger también entre vosotros algún fruto, al igual que entre los demás gentiles. Me debo a los griegos y a los bárbaros; a los sabios y a los ignorantes: de ahí mi ansia por llevaros el Evangelio también a vosotros, habitantes de Roma. Pues no me avergüenzo del Evangelio, que es una fuerza de Dios para la salvación de todo el que cree: del judío primeramente y también del griego. Porque en él se revela la justicia de Dios, de fe en fe, como dice la Escritura: El justo vivirá por la fe.

Pablo envía la carta a una comunidad que ni él ha fundado, ni hasta ahora ha visitado. Por eso no es de admirar que el escrito tenga un carácter distinto al de todas las cartas del Apóstol. Pablo no puede conectar ni con su visita a la comunidad, con los acontecimientos surgidos después de su partida; tampoco puede continuar en esta carta “su historia con la comunidad”. De este modo se plantea en primer lugar la cuestión de por qué motivo escribe. Ciertamente muy en primer plano, se puede aducir enseguida un motivo: Pablo quiere por fin visitar la comunidad (15.22s) siguiendo el deseo que ya desde hace tiempo tenía (1,13). (Willi MARXSEM p.102) 2


La carta a los Romanos La comunidad cristiana en Roma Las comunicaciones de Roma con Palestina eran muy fluidas en el s. I de nuestra era, por lo que la comunidad cristiana de Roma debió formarse bastante pronto a partir de judeo cristianos llegados desde Palestina y quizás sin un fundador bien definido ya que nadie en la antigüedad alude a él. En cualquier caso, sabiendo que Suetonio y los Hechos de los Apóstoles aluden a un decreto de Claudio que expulsaba a los judíos de Roma podemos considerar establecidas históricamente unas cuantas cosas: Que en la época de Claudio (años 41-54 ) había cristianos en Roma. Que, al menos algunos de ellos eran judíos. Que a esos judíos se los consideraba responsables de provocar tumultos. Que hacia el 120 no se sabía muy

Claudio decretó la expulsión de los judíos de Roma El año 49 Claudio expulsó a los judíos de Roma. Suetonio dice: “Iudaeos impulsore Chresto assidue tulmultuantes Roma expulit” o sea “expulsó de Roma a los judíos que provocaban continuos tumultos siendo Chresto el que los provocaba”. Si podemos suponer que Chrestos es otra forma de escribir en latín la palabra griega Christos concluiremos que Suetonio pensaba que Cristo mismo había estado en Roma y había provocado que los judíos tuvieran tumultos. Los hechos de los Apóstoles 18,2 nos cuentan que Pablo habiendo encontrado a un judío llamado Aquila, natural del Ponto,, recientemente llegado de Italia, y a su mujer Priscila, por haber ordenado Claudio que todos los judíos fueran expulsados de Roma, les fue al encuentro. Este encuentro sucedió en Corinto hacia el año 50 o 51. Luego Priscila y aquila se fueron a Éfeso donde lideraron una comunidad doméstica (1 Cor 16,19). La política de Claudio con los judíos fue doble: por un lado los favoreció y ratificó sus privilegios, pero por otra parte siempre los mantuvo a raya y no toleró sus algaradas ni que se propasaran en sus privilegios o quisieran conseguir otros nuevos. En ese contexto se comprende que fueran expulsados de Roma.

El Imperio Romano en su máxima extensión

No parece que expulsara a todos los judíos de Roma, ya que eran muchos, probablemente expulsó sólo a los que se consideraban culpables de los tumultos provocados, entre los cuales habría algunos cristianos entre los que se contaban Aquila y Priscila

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bien cuál era el origen de la comunidad. El año 54 murió Claudio y no se sabe que el decreto siguiera vigente. Parece que los judíos pudieron volver a la ciudad sin dificultad. A pesar de todo, las indicaciones de la carta, apuntan a que, aunque había judeocristianos, la comunidad podía considerarse formada fundamentalmente por no judíos. Nada sabemos de cómo estaba organizada esta Iglesia. Pero parece claro que Pedro no había desempeñado en ella todavía su ministerio, o al menos que no tenía relevancia en la comunidad. De hecho parece que la Iglesia de Roma tuvo durante muchos años una estructura presbiteral y en las cartas de Pedro, el autor, real o supuesto, se titula en 5,1 copresbítero de los presbíteros a los que se dirige. Ocasión de la carta San Pablo escribió esta carta para presentarse a los cristianos de Roma, una comunidad no fundada por él, pero a la que desea ver pronto, ya que quería ir allí de paso para España cuando acabara el asunto de la colecta en favor de los cristianos de Jerusalén. La carta toma así carácter de exposición de lo que en algunos lugares Pablo llama "mi evangelio": Dios llama a todos los hombres a la salvación. Se han acabado los privilegios particulares del pueblo judío porque la salvación no llega por la Ley de Moisés, que el hombre no puede cumplir con sus solas fuerzas, sino por la fe en Jesucristo que es un don de Dios que lleva consigo el don del Espíritu Santo. 4

Una respuesta del Cardenal Ratzinger ¿Siguen siendo los judíos el pueblo elegido de Dios? Esta es una cuestión muy controvertida últimamente. Es evidente que el pueblo judío mantiene con Dios una relación muy particular, y que Dios le ayuda de un modo u otro. Seguimos esperando el momento en que también Israel diga sí a Jesucristo. También sabemos que a lo largo de la historia, ese quedarse a las puertas encierra un mensaje de trascendencia capital para el mundo. (ELSEMANAL 695 18-02-01 Pág 19)


convertido de Asia (16,5). Además no parece posible que Pablo tuviera tantos conocidos en Roma donde no había estado antes. Por último hay que decir que es extraño que Pablo haga una aguda advertencia contra los que provocan divisiones (16,17-20) en una comunidad de la que confiesa no conocer

¿Dónde y cuándo se escribió esa carta? Parece que la carta se escribió desde Corinto en el invierno del año 57-58. Pablo estaba a punto de emprender ya su viaje a Jerusalén para llevar la colecta (15,26). Él consideraba que ya había cumplido su misión en Oriente y estaba dispuesto a volcarse hacia Occidente. En 15,24.28 anuncia su propósito de dirigirse a España pasando por Roma. En 16,1 se supone que está cerca de Cencreas que es el puerto de Corinto en el Mar Egeo. Integridad de la carta La carta es ciertamente de san Pablo pero hay dudas en cuanto a la doxología final (16,25-27) que en los manuscritos no siempre viene en el mismo lugar y en algunos casos falta. Además su estilo y vocabulario difieren del resto de la carta En cuanto al capítulo 16 no se niega que sea de Pablo, pero muchos opinan que parece más bien dirigido a Éfeso pues se cita gente de allí, sobre todo a Priscila y Aquila , que tenían allí una comunidad doméstica y se dice de Epéneto que es el primer

Algunos apuntan la solución de que la carta no se dirigía exclusivamente a los romanos, sino que se envió una copia a Éfeso. La carta a los romanos acabaría con el capítulo 15 y en la carta que se envió a Éfeso se habría añadido el capítulo 16. Esto explicaría por qué el final del c. 15 tiene el aspecto de final de la carta . Pero extraña un final tan seco; no es un verdadero final epistolar. La cuestión queda totalmente abierta pues muchos piensan que los argumentos anteriores no son concluyentes y que nada impide que el c. 16 pertenezca a Romanos, El problema judío El problema judío es a uno de los aspectos bajo el cual puede mirarse esta carta. No es el único, ni quizás el principal, pero sí que es uno de los que ocupan más espacio en el desarrollo de la carta. El problema judío, por otra parte, ya se había tratado en la carta a los Gálatas, que es, de alguna manera, el anticipo o borrador de esta gran carta a los Romanos. Hablar del problema judío es peligroso, porque puede parecer que es entrar en la onda del racismo, que por desgracia siempre está de actualidad, sea para atacar o para defender a los judíos actuales. Pero san Pablo, que es judío, como Jesús, María y los doce Apóstoles, se lo plantea desde el punto 5


de vista de la fidelidad de Dios en el plan de la salvación. No estamos ante un problema étnico o racial o religioso-social sino ante un problema religioso-teológico: ¿Es fiel Dios a sus compromisos?. Todos están necesitados de la salvación En efecto, Pablo deja claro que los gentiles (los no judíos) han pecado y son dignos de castigo ya que no han hecho caso a la voz de su conciencia que es voz de Dios. Pero también deja claro que los judíos también están necesitados de salvación ya que no cumplen, ni pueden cumplir la Ley de Moisés, que expone con claridad lo que en la conciencia se oye más confusamente por causa del pecado, que nubla los ojos del ser humano ante el brillo de la verdad que aparece en la naturaleza de las cosas. (Con razón Juan Pablo II en su encíclica Veritatis Splendor, encabeza el punto sobre la relación entre la Ley natural y la libertad con la cita de Rom 2,15: "Como quienes muestran tener la realidad de esa ley escrita en su corazón") La función de la Ley en la historia de la salvación Con toda crudeza, pues, el problema puede plantearse así: ¿Ha sido Dios fiel a la Alianza con el pueblo de Israel?. La pregunta nace del contexto general de la carta ya que en ella Pablo deja bien claro que la salvación no llega ni puede llegar por la Ley de Moisés, entre otras cosas porque, como hemos dicho, nadie es capaz de cumplir la Ley de Moisés. La Ley se convierte así 6

no en una ayuda salvadora, sino en un instrumento de acusación y juicio contra el judío. Así pues, tanto para judíos como para no judíos la Ley, natural o de Moisés, es el criado que nos lleva como niños pequeños a la escuela de Cristo. Sin Cristo no podemos nada en orden a nuestra salvación. Esto para un judío era desconcertante porque para él la Ley era el don salvador de Dios y su cumplimiento la garantía de la ayuda divina. Además, ¿cómo es que la salvación llega a los gentiles? y ¿cómo es que los judíos no han entrado en masa en la Iglesia?. ¿Para qué sirve entonces la Ley de Moisés?. ¿Qué hay que hacer para agradar a Dios? ¿Se le puede agradar sin cumplir su voluntad expresada en la Ley? ¿Qué papel tiene ahora el pueblo de Israel en la historia de la salvación?. Más preguntas ¡Cuantas preguntas! Y además preguntas siempre actuales porque plantean las preguntas radicales de nuestra vida. ¿Cómo agradar a Dios? ¿Podemos fiarnos de la Sagrada Escritura? ¿Qué significa Cristo en el plan de salvación de Dios? ¿Hay siquiera un plan de salvación coherente?. El papel del pueblo judío Por otra parte, queda claro que la existencia del pueblo judío es siempre un interrogante y una llamada de Dios a los cristianos. Quien quiera ver una profundización sobre estos temas, que lea alguno de los libros del cardenal Lustiger, el arzobispo de París, que es un judío


convertido al cristianismo y que se ha planteado seriamente qué papel tienen los judíos en el plan de salvación de Dios. Resumen de la carta Un buen resumen de la carta lo da el mismo Pablo al principio cuando expone las ideas que va a tratar en su escrito: No me avergüenzo del Evangelio, porque es fuerza de Dios para que se salve todo el que cree, tanto para el judío en primer lugar, como también para el griego. Porque en él se manifiesta la justicia de Dios partiendo de la fe para llegar a la fe, como esta escrito: El justo vivirá por la fe. (Rom 1,16-17¿ Por consiguiente va a demostrar que Dios es fiel ya que cumple sus promesas con creces y a lo largo de la historia distribuye los papeles de las personas y los pueblos en el plan de salvación como Él cree conveniente con libertad soberana.

Plan de la carta 1,1-17 Saludo y propósito

1,18-11,36 Parte teórica: Justificación por la fe en Jesucristo: - 1, 18-3, 20 todos necesitados de gracia judíos y gentiles - 3, 21-4, 25 Modo de la justificación: por la fe en Jesucristo . - 5,1-8,39 Frutos de la justificación: salvación, liberación del pecado, filiación divina . - 9, I-1 1, 36 Participación de los judíos en la justificación. 12, 1-15,13 Parte moral: expone las exigencias morales de la justificación: humildad, sumisión, caridad, ser hijos de la luz . 15, 14-16, 27 Conclusión: planes, recomendaciones, saludos. En el tema siguiente haremos una rápida lectura de la carta parte por parte.

Frontal del sepulcro de un cristiano romano con las imágenes de Pedro y Pablo

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Para la Oración La lectura de la carta a los romanos nos lleva a dar gracias a Dios por su plan de salvación a favor nuestro y por habernos permitido conocerlo. Lo hacemos con las palabras de la doxología final de esta misma carta. Las palabras en cursiva están retocadas para adaptar este texto a nuestra oración

Jaén Octubre 2008

A

Aquel que puede consolidarnos conforme al Evangelio predicado por Pablo y por la proclamación de Jesucristo: revelación de un Misterio mantenido en secreto durante siglos eternos, pero manifestado al presente, por la Escrituras que lo predicen, por disposición del Dios eterno, dado a conocer a todos los gentiles para obediencia de la fe, a Dios, el único sabio, por Jesucristo, ¡a él la gloria por los siglos de los siglos! Amén.


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