LA DIÓCESIS CON SU PATRONA
ORACIÓN DEL AÑO JUBILAR MARIANO Santísima Virgen de la Cabeza, acudimos ante ti para bendecir a Dios durante este Año Jubilar diocesano en el Centenario de tu Coronación. EDITA: OBISPADO DE JAÉN VICARÍA de COMUNICACIÓN DIRECTOR: Antonio Garrido de la Torre vicariodecomunicacion@diocesisdejaen.es
COLABORADORES: Pedro Criado - Manuel López Manuel Jesús Casado Ildefonso Rueda José Antonio Sánchez Julio Segurado - Juan Raya Seminario Diocesano de Jaén CORREO ELECTRÓNICO: iglesiaenjaen@diocesisdejaen.es MAQUETACIÓN: José Carlos Ruiz Mariscal FOTOGRAFÍAS Javier Ordóñez Jesús Jiménez SUSCRIPCIONES: Jesús Jiménez. Plaza Santa María, 2 - 23080 Jaén. Teléfono 953.230.036 Fax 953.230.039. Depósito Legal J-121-1990. IMPRESIÓN Gráficas La Paz de Torredonjimeno, s.l.
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Tu eres la Hija predilecta del Padre, la Madre que reina junto al Hijo Resucitado, la Gloria del Espíritu Santo, Santuario de la Santísima Trinidad y Madre de la Iglesia. En este Año de gracia venimos a pedirte que intercedas por nosotros ante Dios. Desde este Santuario, donde te veneramos con el título de Virgen de la Cabeza, unimos nuestras súplicas a las de nuestros padres y antepasados con el ruego de que bendigas a la Ciudad de Andújar, a la Diócesis de Jaén, y a toda la humanidad. Ayúdanos, Madre nuestra, para ser fieles a tu Hijo, testigos de su Evangelio y samaritanos del amor que nos mandó como hermanos, sobre todo, para los más necesitados. Consagramos nuestras vidas de peregrinos, a ti que nos has precedido en el camino de la fe, hasta que salgas un día a nuestro encuentro eterno con Dios. Nuestra Señora de la Cabeza, Ruega por nosotros. Amén.
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SANTÍSIMA VIRGEN DE LA CABEZA, MADRE DE LA IGLESIA DE JAÉN Virgen bendita de la Cabeza: Madre y Patrona de esta porción del pueblo de Dios encomendado a mi cuidado pastoral. También yo he venido a recibirte, como aquel día tu prima Santa Isabel, para darte la bienvenida, cuando vienes de visita a la Catedral: la iglesia madre de todas las iglesias, donde se congregan tus hijos para escuchar la verdad de tu Hijo y recibir la gracia y la fuerza para poderla vivir con fidelidad. Te hemos traído, santísima Madre, porque queremos acoger precisamente en la Catedral la gracia que el santo Padre nos ha concedido en este año jubilar del 50 aniversario de tu proclamación como patrona de la diócesis. Ante ti van a venir a dejarte sus flores con ilusión los niños que crecen entre nosotros y que deseamos crezcan no sólo en estatura, sino también en gracia y sabiduría como junto a ti le pasó a Jesús. Incluso los más crecidos, los adolescentes, que vendrán a celebrar con alegría la Eucaristía en la que encontrarse de nuevo con tu Hijo y su amigo Jesús. Hasta ti vendrán sus catequistas y educadores para recibir el apoyo y el aliento de quien tuvo el reto de educar al mismísimo Hijo de Dios y se hizo su ejemplo. También acudirán los jóvenes que buscan luz para sus pasos, cuando aún es incierto el camino y la ilusión por la que entregar la vida. A tu presencia vendrán muchas de nuestras familias que, bajo tu amparo, quieren seguir construyendo el hogar que soñaron un día. Buscando tu consuelo y el sostén de quien mejor supo aguantar con amor las pruebas, te traerán los enfermos y mayores que serán ungidos para darles también esa fuerza. Ante ti se reunirán los equipos que en Cáritas se esfuerzan por ayudar a los más necesitados que padecen la pobreza, para volver a sentir el apoyo de la que más se alegro de que Dios tuviera esa preferencia. Vendrán a solicitar tu amparo los inmigrantes que se encuentran entre nosotros buscando un porvenir de bienestar y a los que debemos acoger como hermanos nuestros que son. Ten presente también las plegarias que rezaremos por nuestros hermanos, los presos, que están privados de libertad pero no de tu amor maternal. Acudirán también los que en los consejos de pastoral se implican más en el empeño pastoral de esta Iglesia que te tiene por Patrona, para recibir de ti el aliento con el que secundar nuestro proyecto diocesano y seguir en la brecha. Se acercarán a ti los hijos y las hijas que, imitando en la vida religiosa tu entrega, se consagraron totalmente a Cristo para servirlo en los hermanos con más plena entrega. A tus pies se postrarán tantos y tantos devotos que en sus Cofradías te festejan, con la pasión por sentir en sus vidas tu entrañable presencia. Y ¡cómo no! también delante tendrás a tus hijos los sacerdotes, que sirven con su ministerio a esta Iglesia, para volver a experimentar en tu amor materno la mejor recompensa al discípulo que, por permanecer fiel al pie de la Cruz, te recibió en herencia. A todos ellos queremos, Madre, que hagas saltar de alegría al profeta que llevamos dentro: a mí, como Obispo, sucesor de aquellos que, estando rezando contigo, recibieron el Espíritu que los impulsó a proclamar sin miedo que estaba vivo y ya era para siempre Señor el que creían muerto; a los sacerdotes que unidos a mí edifican la Iglesia como fermento de una esperanza que hace añicos los horizontes estrechos; a los catequistas, educadores y padres cristianos que tienen por misión llevar a Cristo y mantener el eco de su Evangelio; y a todos los cristianos que, porque te aman, han de testimoniar frente a todo viento la verdad que hace libres y el amor que consuela y se impone sobre todo lo adverso. Señora nuestra, que todos los que estos días acudamos a ti podamos cantar contigo y con la misma fuerza lo que respondiste a Isabel cuando te felicitó: «Proclama mi alma la grandeza del Señor, se alegra mi espíritu en Dios, mi Salvador, porque ha mirado la humillación de su esclava. Desde ahora me felicitarán todas las generaciones, porque el Poderoso ha hecho obras grandes por mí». Y así, nosotros queremos felicitarte, diciéndote con todo fervor: ¡Santísima Virgen de la Cabeza, ruega por nosotros! ¡Viva la Virgen de la Cabeza! (Palabras de acogida del Sr. Obispo a la imagen de la Santísima Virgen de la Cabeza en el Recinto Ferial de Jaén, en el inicio de la solemne procesión que la trasladó a la Catedral de Jaén el 14 de noviembre). 3 / NÚMERO EXTRAORDINARIO VIRGEN DE LA CABEZA
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ANOTACIONES SOBRE EL ENCUENTRO CON LA VIRGEN DE LA CABEZA CARTA DEL DIRECTOR Antonio Garrido de la Torre El sábado catorce de noviembre, acompañada de miles de devotos, nuestra celestial patrona llegaba desde su santuario de sierra morena a la capital del Santo Reino. La Virgen de la Cabeza era recibida por nuestro Obispo, el clero y las autoridades en el recinto ferial y llegó a la catedral de Jaén en una solemne procesión, entre vivas, aplausos y plegarias. ¡Cuánto quiere nuestro pueblo a esta Virgen morenita y pequeñita! Las entrañables estampas de amor y devoción que la Virgen de la Cabeza ha dejado impresas en nuestra memoria durante los ocho días de su presencia en el primer templo de la diócesis, no dejan de ser más que la prolongación de la misma acogida multitudinaria que se le tributó a nuestra patrona en los pueblos por los que pasó tanto a la ida como a la vuelta de su periplo hasta la catedral de Jaén. En definitiva, el templo catedralicio ha acogido los sentimientos desbordados de devoción hacia la Virgen de la Cabeza, que son momentos de
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devoción que se viven día a día en su santuario de nuestra patrona en Sierra Morena y que llegan a su momento álgido en la romería del último domingo de abril.
Nuestra Madre de la Cabeza cambió durante esta semana su trono del cerro del cabezo, entre la jara, los pinos y el romero de sierra morena, por esta hermosa catedral de Jaén. Ella, que tiene su altar entre las peñas de la sierra morena, tiene ahora su pedestal en las piedras que conforman la Iglesia Madre de Jaén. Y ha dejado durante estos días su recoleto camarín del santuario para ser venerada en el esplendor renacentista de nuestra catedral. En el templo catedralicio, esta querida imagen se ha mostrado como lo que es: la Madre de la Iglesia de Jaén, nuestro consuelo y esperanza, el modelo para nuestras vidas, el orgullo de nuestra raza, la Virgen Madre de Dios que Cristo nos la confió desde el árbol de la cruz como Madre nuestra. La Virgen de la Cabeza es para todos nosotros, aliento y estímulo en nuestra peregrinación por el camino de la vida.
LA DIÓCESIS CON SU PATRONA María es la luz que inunda nuestras vidas en momentos en los que las tinieblas del pecado, los problemas, las decepciones o las dificultades turban nuestra existencia. María es el cobijo en el que nos amparamos, la Madre en quien siempre confiamos, la Virgen llena de Gracia divina que nos enseña cómo llegar hasta su hijo Jesucristo. María es la primera cristiana que nos enseña a ser verdaderos discípulos de Cristo. María es la celestial Señora a la que acudimos pidiendo su poderosa intercesión. ¡Cuantos ruegos y plegarias ha escuchado nuestra Madre de la Cabeza en estos días en los que ha estado en la catedral de Jaén! ¡Cuantas necesidades atendidas con amor de Madre! ¡Cuantas plegarias de gratitud por su amparo! Generación tras generación miles y miles de personas se han postrado ante la Señora de la Cabeza para pedir su auxilio, invocar su protección y alabar su grandeza. Somos un eslabón más de esta cadena de generaciones que honran a la Virgen de la Cabeza y la llamamos bienaventurada, como ella misma afirma en su canto del «Magnificat», en el que proclama su alegría en el Señor porque ha mirado la humillación de la sencilla doncella nazarena. Desde la dichosa noche del once de agosto de 1227, en la que el pastor de Colomera Juan Alonso de Rivas encontró la imagen de la Virgen en una peña de Sierra Morena, generaciones y generaciones de cristianos han venerado a la Reina de Sierra Morena. Y esto también supone un compromiso de futuro para todos nosotros. De igual forma que este cariño hacia nuestra querida «Morenita» se ha heredado y vivido en el seno de las familias y se ha transmitido de padres a hijos, también nosotros debemos esforzarnos en que niños y jóvenes participen de este amor a la Madre de Dios, como ha quedado de manifiesto en los actos celebrados para ellos en esa semana inolvidable. La educación de los jóvenes en valores, tan necesaria en nuestra sociedad, la transmisión de la fe cristiana en la familia, la vivencia de los valores del Evangelio en el ámbito familiar, que es la auténtica Iglesia doméstica, debe ser consecuencia ineludible de esta secular devoción mariana. La Virgen María está íntimamente unida a su hijo Jesucristo. Por eso no podemos
desvincularla de Él. De la misma manera que con amor maternal la Santísima Virgen de la Cabeza tiene en sus brazos a su hijo Jesús, así también debemos aprender que no podemos profesar un auténtico amor y culto a la Virgen si no nos unimos al mensaje y a la vida de su hijo Jesús. El cariño a la Madre de Dios nos debe llevar siempre a la adhesión a Jesucristo, su Hijo, con el deseo de imitar su vida. No en vano somos seguidores de Jesucristo, cristianos, miembros de su Iglesia y esto nos conduce a querer y alabar a su Madre bendita. El amor a la Madre de Cristo, a la Virgen de la Cabeza, constituye el distintivo específico de nuestro pueblo de Jaén. Somos la tierra de María Santísima. Somos parte de este pueblo entre olivos que con plegarias, vivas y palmas venera a la Reina de Sierra Morena. Pero amar a la Santísima Virgen de la Cabeza no se puede quedar sólo en un bello ejercicio de piedad, que se puede convertir en un acto de espiritualidad vacío. Ser devoto de la Virgen no puede reducirse a un sentimentalismo puntual y pasajero que hace brotar en nosotros actitudes muy respetables pero poco profundas y menos duraderas. Venerar a la Madre de Dios necesariamente debe suponer un mayor compromiso con los hombres, nuestros hermanos. Un compromiso de trabajar por los valores de la paz, del amor, de la comprensión, que tanta falta hacen en nuestra sociedad. Estas son dos buenas pruebas para verificar la autenticidad de nuestra devoción a la Virgen de la Cabeza: si esa devoción nos une más a Jesucristo y a su Evangelio y si esa devoción nos hace comprometernos en la construcción de una sociedad más fraterna. Sólo así merecerá la pena todo lo que se ha vivido en esta dichosa semana en la que la Virgen de la Cabeza ha permanecido en la catedral de Jaén para conmemorar el cincuentenario de su patronazgo sobre todos nosotros, sobre la Iglesia diocesana de Jaén. Solo así avanzaremos en el auténtico camino, al encuentro de la Madre. Desde esta dimensión de encuentro con nuestra Madre, la patrona de Jaén, la Santísima Virgen de la Cabeza, queremos abordar en este número especial de nuestra revista «Iglesia en Jaén» estos días históricos e inolvidables. 5 / NÚMERO EXTRAORDINARIO VIRGEN DE LA CABEZA
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LA VISITA DE LA VIRGEN DE LA CABEZA A LA CATEDRAL DE JAÉN EN 2004 PARA LA CLAUSURA DEL AÑO DEL ROSARIO Manuel Jesús Casado Mena Las bajadas de la imagen de la Virgen de la Cabeza del Santuario de Sierra Morena a la Ciudad de Andújar, han constituido a lo largo de los siglos un hito que ha marcado un antes y un después en la historia de la Cofradía, así como han reflejado un capítulo especial en la historia de este pueblo, del cual no se puede hablar sin nombrar a la Virgen de la Cabeza. El hecho de no tener un período de tiempo concreto y establecido de llevar a cabo una traslación de la imagen a la ciudad, hace que cada vez que se repita este hecho se envuelva de entusiasmo y fervor, y que el acontecimiento por el cual se da el traslado cobre aún más relevancia entre el pueblo cristiano. Así quedaron atrás, reflejadas en la historia momentos de rogativas, súplicas, aniversarios y coronaciones de esta bendita imagen, cuya fe en la Diócesis de Jaén y fuera de sus límites va en aumento cada año. En este artículo me voy a referir a la última visita de la Virgen de la Cabeza, cuando atravesó los umbrales de la puerta del Perdón del templo catedralicio de la Ciudad de Jaén en el año 2004. En el año 2002 y hasta octubre del 2003, el venerable y querido Santo Padre Juan Pablo II proclamaba el «Año del Rosario», a la vez que regalaba cinco nuevos misterios para esta oración. En nuestra Diócesis, se procedió a celebrar esta clausura de un modo solemne, con la presencia de la Patrona de la Diócesis en la Catedral para la Solemne Misa de Pontifical presidida por el Nuncio de su Santidad.
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Así, el día 11 de enero del año 2004, a las nueve de la mañana, la Virgen de la Cabeza era colocada en carroza para dirigirse a la capital del Santo Reino. En el camino, paseó por los pueblos de Higuera de Arjona y Fuerte del Rey, donde fue recibida por las autoridades locales y el entusiasmo de sus devotos. Sobre las dos de la tarde, el cortejo hizo su entrada en la Ciudad subiendo por el Paseo de la Estación para llegar al corazón de la Diócesis, el Seminario diocesano. Allí sería recibida por la hermandad de Jaén y el presbiterio de la Ciudad.
NUESTROS PUEBLOS Y PARROQUIAS
LA DIÓCESIS CON SU PATRONA Tras bajar a la imagen de la carroza, se entronizó en un maravilloso altar en la capilla mayor del seminario que con gran cariño e ilusión prepararon los seminaristas. La Virgen de la Cabeza estaba en nuestra casa. Después de un acto mariano y un solemne rosario ofrecido a la Virgen, dos seminaristas tuvieron la dicha de bajar la imagen del altar para entregarla al Hermano mayor de la Cofradía Matriz y al Alcalde de Andujar. Iba a comenzar la solemne procesión a
la Santa Iglesia Catedral. En la puerta, el Sr. Nuncio Don Manuel Monteiro de Castro y el entonces Obispo Don Santiago García Aracil recibían a la Virgen de la Cabeza que se dirigió al Altar mayor entre vivas y aclamaciones de sus devotos. A las seis de la tarde dio comienzo el solemne oficio religioso concelebrado por multitud de sacerdotes y al que asistieron miles de fieles que abarrotaron por completo la catedral. A su término, la imagen de la Virgen era de nuevo trasladada a la carroza para emprender el camino de regreso a su Santuario. Dejaba así clausurado un año especial dedicado al culto de la Virgen María en la Iglesia Universal, que en nuestra Diócesis cobraba el nombre de María de la Cabeza. Ésta sería la décima vez que la Virgen bajaba de su Santuario en los últimos 100 años y la primera del siglo XXI recién estrenado. Ahora, inmersos de lleno en el Año Jubilar, hemos vivido con gozo de nuevo estos magnos acontecimientos de la visita de nuestra patrona a la Catedral de Jaén, con la esperanza de que la Virgen María sea siempre el consuelo y aliento que nos ayude a vivir nuestra vida cerca de Dios. 7 / NÚMERO EXTRAORDINARIO VIRGEN DE LA CABEZA
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LA VIRGEN DE LA CABEZA EN LA CATEDRAL DE JÁEN: OCHO DÍAS LLENOS DE VIVENCIAS INOLVIDABLES Antonio Garrido de la Torre Nuestra Iglesia diocesana de Jaén tiene como Patrona a la Santísima Virgen de la Cabeza desde hace cincuenta años. Fue el beato Papa Juan XXIII el que proclamó su patronazgo sobre toda la diócesis del Santo Reino. Y en este año 2009 también se celebra el primer centenario de la coronación canónica de la imagen y el primer centenario de su proclamación como patrona de Andújar. Con esta motivación, la Santa Sede ha concedido a la Diócesis de Jaén la celebración de un Año Jubilar Pontificio, un periodo de gracia otorgado por el Papa Benedicto XVI en nombre de la Iglesia y a petición del Sr. Obispo de Jaén, D. Ramón del Hoyo, como reflejo de los deseos de la comunidad eclesial de Andújar y de toda la diócesis de Jaén. Desde hace unos años se pensaba en la posibilidad de trasladar a la imagen de la patrona de la diócesis a la catedral
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de Jaén para celebrar esta efeméride del cincuentenario de su patronazgo. Poco a poco, esta iniciativa del Sr. Obispo D. Ramón del Hoyo, fue tomando cuerpo y se nombró a una comisión organizadora, presidida por el vicario general de la diócesis D. José Antonio Maroto Expósito. Tras diversas reuniones, se perfilo un amplio programa de actos para los ocho días en los que estaría la imagen de la patrona de la diócesis en la catedral de Jaén. Desde el sábado, 14 de noviembre, al domingo, 22, la Santísima Virgen de la Cabeza ha estado en el primer templo diocesano recibiendo la veneración y el cariño de miles de personas. Esta ha sido una de las características principales de estos ocho días: la afluencia masiva de fieles. Tras la multitudinaria recepción de la Virgen de la Cabeza en el recinto ferial y la posterior procesión por las calles de Jaén el sábado 14 de noviembre, se celebró una solemne eucaristía,
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presidida por nuestro obispo, que continuó con una vigilia eucarística y mariana en la que participaron numerosos fieles precedentes de las secciones adoradoras nocturnas de diversas localidades de la diócesis. En los días siguientes se sucedieron diversas celebraciones en las que participaron distintos grupos y movimientos de la diocesis: los consejos pastorales, las cofradías filiales de la Virgen de la Cabeza de toda la diócesis, los sacerdotes, los enfermos y mayores, los catequistas y educadores cristianos, los religiosos y religiosas, los niños y adolescentes, los grupos de Cáritas, cofradías, familias, inmigrantes y los jóvenes. Una noche también se celebró una vigilia de oración por los presos. Y los niños más pequeños, de primero a cuarto de primaria, tuvieron un sencillo y emotivo acto ante la patrona de la diócesis, con una ofrenda floral. Los jóvenes de las parroquias y movimientos tuvieron su encuentro con la Virgen el viernes. Comenzaron el encuentro en el colegio de los Maristas de Jaén, continuaron con una peregrinación hacia la catedral, donde se celebró una eucaristía ante la Virgen de la Cabeza, y concluiyó con un encuentro festivo en el Seminario diocesano. También el viernes, 20 de noviembre, fueron invitadas todas las parroquias de Jaén para el rezo del rosario por la «nueva evangelización de la sociedad». Muy emotiva fue también la celebración con los enfermos. Según la comisión organizadora del obispado, unos 3.000 fieles acudieron en la tarde del lunes a la celebración eucarística con unción comunitaria de enfermos ante la imagen de la Virgen de la Cabeza. Recibieron el sacramento de la santa unción 400 enfermos e impedidos, 100 de ellos en sillas de ruedas.
También la tarde del miércoles, con el encuentro con niños y adolescentes de quinto y sexto de primaria y primeros cursos de la E.S.O. fue multitudinaria. A la misa, presidida por el Sr. Obispo, acudieron más de 1.500 niños de diversos pueblos de la provincia y de Jaén capital. Los días en los que la Virgen de la Cabeza estuvo en la catedral de Jaén se pudo contemplar una exposición en la recientemente inaugurada sala de exposiciones «Dean Martínez de Mazas», en las galerias altas de la catedral. Esta exposición estaba dividida en varias salas, denominadas con frases de la canción «Morenita y Pequeñita», y expuso objetos, enseres, cuadros, esculturas, carteles, planos, libros, fotografías y patrimonio relacionado con la devoción a la Virgen de la Cabeza a través de los siglos. Todas las mañanas esta exposición fue visitada por grupos de escolares, orientados por el grupo de voluntarios. También se han preparado varias conferencias con motivo de la presencia de la Virgen de la Cabeza en la catedral de Jaén: sobre «la pastoral misionera: retos y propuestas», a cargo del sacerdote y teólogo Francisco Echevarría Serrano; «dimensión mariana de la espiritualidad y misión del ministro ordenado» y «María en la espiritualidad del siglo XXI: aspectos relevantes para la vida consagrada», a cargo del misionero claretiano José Cristo Rey García Paredes; «la romería de la Virgen de la Cabeza a través de la pintura y literatura barroca», por D. José Dominguez Cubero y «la aportación de Cáritas ante la crisis a la luz de la Doctrina Social de la Iglesia» por Dª Ana Tere de Dios.
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LA VIRGEN DE LA CABEZA, BENEDICTO XVI Y LA ROSA DE ORO Rafael Higueras Álamo. Canónigo Magistral de Jaén Comienzo a redactar estas notas justamente al día siguiente del viaje de Benedicto XVI (8-XI09) a Brescia, patria chica de Pablo VI. Allí Benedicto XVI habló del discurso de Pablo VI en la clausura de la tercera etapa del Concilio Vaticano II, el 21 de Noviembre de 1964, cuando el Papa Montini «proclamó a María Santísima Madre de la Iglesia». En aquel momento Pablo VI expresó también su «determinación de enviar… la Rosa de Oro al templo de Fátima… De esta forma confiamos a la protección de la Madre celestial a toda la humanidad, sus dificultades y sus angustias, sus legítimos deseos y sus ardientes esperanzas». La Misa de aquel día quiso el Papa concelebrarla en la Basílica Vaticana acompañado de modo especial por los Obispos de Fátima, Lourdes, Guadalupe…y otros santuarios marianos del mundo. ¡La Rosa de Oro concedida a la imagen de la Virgen de la Cabeza, de Andujar! Pienso que podría escribir más o menos extensamente sobre uno y otro tema: «Virgen de la Cabeza» y «Rosa de Oro». Pero sobre ambos sólo quiero dar una breve nota o comentario. Más bien me quiero detener en el significado mucho más profundo que quiso dar Pablo VI a aquel gesto suyo aquel día 21 de Noviembre de 1964.
La Virgen de la Cabeza Sin duda es conocida la devoción a Ella y que tiene un momento cumbre en la Romería al fin de Abril. Cervantes habla de ella en «Persiles y Segismunda». Los orígenes de la devoción arrancan de 1227, en cuya noche del 11 al 12 de Agosto se sitúa la aparición al pastor de Colomera, Juan Alonso de Rivas. Desde el 27 de Noviembre de 1959, por 10 / NÚMERO EXTRAORDINARIO VIRGEN DE LA CABEZA
concesión del Papa Juan XXIII, la Virgen de la Cabeza es Patrona de la Diócesis de Jaén. En este año de 2009 se celebran, por tanto, los 50 años de este Patronazgo, y a la vez el I Centenario de la Coronación canónica, que fue en 1909. Cualquier romero anónimo puede describir lo que para él significa la romería y la visita a esta Virgen «morenita y pequeñita». Y quienquiera que haya llegado allí en fechas de verano o de invierno, en el silencio y paz de otoño o en el bullir de gentes del mes de Abril tiene sentimientos profundos y experiencias vividas, que se guardan gratamente en el recuerdo y en el corazón. Ciertamente que la devoción a la Virgen de la Cabeza traspasa más allá de Andujar, de Jaén y de Andalucía.
La Rosa de Oro Es una distinción pontificia, creada por León IX, en 1049. Es la máxima distinción que un Papa otorgaba a una mujer (en casi todas las ocasiones, reinas), aunque alguna vez también se entregó a un varón. Más que una rosa es un «rosal» con varias rosas. Y no siempre tiene el mismo formato. La última «Rosa de Oro» concedida, en este caso por Benedicto XVI, ha sido a la imagen de la Virgen de la Cabeza, que de este modo se convierte en la primera imagen de Santa María que recibe la Rosa de Oro en España. Quiero sin embargo detenerme más en el «giro» que dio Pablo VI, en 1964, a esta distinción que, desde esa fecha, ya sólo se concede a imágenes de la Virgen María.
El Vaticano II y los «gestos» de Pablo VI Creo que esta concesión de la Rosa de Oro a la Virgen de la Cabeza debe enfocarse desde una mirada en profundidad a la Historia
LA DIÓCESIS CON SU PATRONA reciente de la Iglesia. En concreto a lo que es, lo que fue y lo que debe seguir siendo el Concilio Vaticano II. Una pregunta para centrar el tema. ¿Hemos «recibido», hemos asimilado todo lo que ese magnífico momento supuso y supone para nuestra Iglesia y para nuestro hoy? Pero responder a ello daría materia para mucha reflexión y para un examen de conciencia que nos lleve a una permanente postura de «conversión» evangélica. Que Pablo VI, el 21 de Noviembre de 1964, hiciera ese «gesto», ese «signo» (otorgar por primera vez la Rosa de Oro a una imagen de la Virgen; y en aquellas fechas) es algo que, leerlo en su verdadera dimensión, nos «cambiaría de mentalidad»: nos convertiría. Pablo VI era audaz y prudente al mismo tiempo. Tímido y a la vez elocuente en sus signos proféticos. Unos días antes, el 13 de Noviembre de 1964, en el aula conciliar se anunció en presencia del Papa: «El Santo Padre ha decidido entregar para las necesidades de los pobres su tiara». ¿Se trataba de un regalo o, más bien, de algo mucho más hondo y simbólico? En este sentido me hacía antes la pregunta: ¿Hemos «recibido» el Vaticano II? ¿O lo hemos ido dejando olvidar? ¿Lo hemos leído
en plenitud y totalidad; o sesgadamente y con intereses encontrados? Dejar la tiara era más que un «regalo»; era un compromiso precisamente en aquellos días en que en el aula conciliar se hablaba de las angustias y dolores de la humanidad, de sus causas y de posibles remedios que estuvieran en manos de la Iglesia. También lo que «hizo» Pablo VI en aquel discurso del 21 de Noviembre de 1964 (hablando de la Virgen y ofreciéndole, por primera vez en la historia, la Rosa de Oro) era elocuencia de muchos quilates, en un «gesto» de significado que trascendía al propio gesto. Hemos dado mucha importancia a la Constitución «Gaudium et Spes» (G.S.) ¡Y ciertamente la tiene! ¡El diálogo de la Iglesia con el mundo! El origen de tal Constitución G.S. estuvo en los «pasillos» del Concilio, no en las Comisiones preparatorias; era como la voz de la Iglesia del tercer mundo. Era, valga la expresión, como una declaración de amor de la Iglesia al mundo. En ese «misterio», que es Pablo VI, es curioso que las palabras (trascritas más arriba, al principio de estas notas) de su discurso del 21 Noviembre 1964, cuando otorga la Rosa de Oro a la Virgen de Fátima lo haga con unas frases que son «reproducción viva» del título de la G.S, como haciendo eco vibrante del contenido de ese diálogo Iglesia- Mundo, como fabricando un cordón apretado con tres hilos distintos: María; la Rosa de Oro; y las angustias y esperanzas de la humanidad. Me parece «una clave esencial» este cordón de tres hilos: La Iglesia y María –la Madre de la Iglesia- no pueden vivir sin mirar y amar a los hermanos, principalmente a los que más sufren, y para ellos deben ser los afanes, el tiempo, los cuidados, el amor y el cariño (el «oro») que la Iglesia pone en manos de la Madre. 11 / NÚMERO EXTRAORDINARIO VIRGEN DE LA CABEZA
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BENEDICTO XVI ENVÍA UN MENSAJE A LA DIÓCESIS DE JAÉN CON MOTIVO DE LA ENTREGA DE LA ROSA DE ORO A LA VIRGEN DE LA CABEZA La Nunciatura Apostólica en España envió al Sr. Obispo de Jaén, Monseñor Ramón del Hoyo López, un mensaje firmado por el Secretario de Estado de la Santa Sede, Cardenal Tarsicio Bertone, en el que el Papa Benedicto XVI saluda cordialmente a la Diócesis de Jaén. Con motivo de la entrega de la Rosa de Oro a la imagen de la Patrona de la Diócesis, la Santísima Virgen de la Cabeza, Su Santidad Benedicto XVI saluda al Sr. Obispo de Jaén, al clero, a las comunidades religiosas y a los fieles jienenses que «honran con fervor a sus celestial patrona». En este mensaje, Benedicto XVI exhorta a la Diócesis de Jaén a «acrecentar la devoción mariana en el seno de las comunidades eclesiales y de las familias, acompañada de una profunda fe en Cristo, una coherencia de vida acorde con el Evangelio y un arraigado amor a la Iglesia». Este mensaje fue leído por el Vicario general de la diócesis, D. José Antonio Maroto Expósito, al concluir la celebración eucarística de despedida de la imagen de la Santísima Virgen de la Cabeza que se celebró en la Catedral de Jaén el domingo, 22 de noviembre, solemnidad de Jesucristo, Rey del universo. Esta Eucaristía fue presidida por el Sr.
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Obispo de Jaén, Monseñor Ramón del Hoyo y concelebrada por el Sr. Arzobispo emérito castrense D. José Manuel Estepa Llaurens, natural de Andújar. Al comienzo de la liturgia eucarística de la Santa Misa, el Sr. Obispo de Jaén colocó junto a la imagen de la Virgen de la Cabeza la condecoración pontificia de la Rosa de Oro, que había concedido Su Santidad Benedicto XVI a la imagen de la patrona de la diócesis. Esta Eucaristía estuvo concelebrada por unos sesenta sacerdotes y volvió a llenar por completo las naves de la Catedral de Jaén. Fueron unas tres mil personas las que accedieron al templo catedralicio y pudieron seguir la celebración eucarística gracias al servicio de pantallas gigantes que durante esta semana cubrió las celebraciones que se realizaron en la Catedral. Todos lo años, coincidiendo con la solemnidad de Cristo Rey, la diócesis de Jaén ha celebrado el encuentro diocesano de cofradías y hermandades. Este encuentro se ha mantenido en esta edición con la novedad de la presencia de la imagen de la Virgen de la Cabeza. Por este motivo, la mayoría de los fieles que se dieron cita en esta celebración de la Misa eran representantes de las casi cuatrocientas cofradías de la diócesis de Jaén. La eucaristía concluyó con la
LA DIÓCESIS CON SU PATRONA solemne bendición apostólica otorgada por el Papa Benedicto XVI para esta celebración. El Nuncio de Su Santidad en España, Monseñor Renzo Fratini, se une al mensaje del Papa Benedicto XVI y desea que las fervorosas celebraciones en honor de la Santísima Virgen de la Cabeza que han tenido lugar en la Santa Iglesia Catedral de Jaén con motivo del cincuentenario de la proclamación de su Patronazgo sobre la Diócesis de Jaén, consigan abundantes frutos espirituales. Las cofradías de pasión y gloria de la diócesis, incluidas las cofradías filiales de la Virgen de la Cabeza, la real e ilustre cofradía matriz de Andújar, la comunidad de padres trinitarios del Santuario, encabezada por su provincial, D. Antonio Jiménez, miembros del cabildo catedralicio y del clero diocesano, el Vicario General, el Sr. Obispo D. Ramón del Hoyo y las autoridades civiles y militares participaron en una solemne procesión desde la Catedral hasta la calle Virgen de la Cabeza, donde la imagen de la Virgen fue instalada en una carroza y comenzó su viaje hasta su Santuario de Sierra Morena. La comitiva procesional discurrió por este itinerario: Plaza de Santa María, Campanas, Bernabé Soriano, Plaza de la Constitución, Virgen de la Capilla, Avenida de Madrid y Virgen de la Cabeza. La imagen de la patrona de la diócesis pasó por las localidades de Fuerte del Rey, Lahiguera, Arjona, Arjonilla, Marmolejo, antes de llegar a la Parroquia de Santa María de Andújar. El día siguiente, la imagen partió desde Andújar para llegar a su Santuario de Sierra Morena. De esta forma concluyó una semana caracterizada por la afluencia masiva y multitudinaria de fieles en la Catedral de Jaén para venerar a la Patrona de la Diócesis, la Santísima Virgen de la Cabeza. 13 / NÚMERO EXTRAORDINARIO VIRGEN DE LA CABEZA
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LA SANTÍSIMA VIRGEN DE LA CABEZA VISITÓ A SUS HIJOS DEL CENTRO PENITENCIARIO DE JAÉN Delegación de Pastoral Penitenciaria El día 14 de noviembre, en la tarde, vivimos unos momentos especiales en la cárcel: se esperaba la llegada de la Virgen de la Cabeza, patrona de la Diócesis. En el patio estaban el director del Centro, el delegado de Pastoral Penitenciaria, un nutrido grupo de internos y voluntarios. Mientras llegaba el momento, los internos leyeron un saludo y unas peticiones que tenían preparadas, cantamos el himno de la Morenita y unimos nuestras manos, para luego rezar un Ave María desde lo más profundo del corazón. Allí se respiraba un ambiente de fraternidad, alegría, impaciencia y emoción; se compartían cigarrillos, agua, charla e incluso fandanguillos que cantó Miguel Ángel con maestría. Llegó el momento esperado. La carroza ya estaba fuera, anduvo el camino que separa la
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barrera de acceso y el portón de vehículos, acompañada por los cánticos que le ofrecieron a la Patrona de la Diócesis un grupo de jóvenes, pero las dimensiones del transporte no permitieron su recepción en el patio. El director y los funcionarios reaccionaron con rapidez y posibilitaron que los internos pudieran salir a verla y cumplir así con sus anhelos. El delegado de Pastoral Penitenciaria dijo unas palabras de saludo a la Virgen y el director del Centro agradeció a la Cofradía el esfuerzo que hicieron para detenerse en la cárcel a pesar del retraso. A continuación el Superior de los Padres Trinitarios recordó a los internos que María los ama y que en Ella pueden encontrar alegría y esperanza. También dijo unas palabras el Hermano Mayor de la Cofradía Matriz y le regaló su medalla a Javi que es iliturgitano en un gesto lleno de emoción. La visita fue breve e intensa y no hubo tiempo para más, sólo para los para los «vivas» de despedida de estos hombres y mujeres que lloraban de emoción. Pasaron unos minutos en los que los internos repitieron sus peticiones y recibieron el aliento de las personas que allí estaban; voluntarios y funcionarios. Después, aún con la visión de Nuestra Madre en sus retinas, regresaron tras los muros. Seguro que este recuerdo quedará grabado en su alma como el gran día en que la Virgen fue a llevarles amor, fortaleza y esperanza.
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LA VIRGEN DE LA CABEZA CON LOS CATEQUISTAS Y EDUCADORES
María Gómez Torres Delegada Episcopal para la Enseñanza Nos convocaba la Madre de Jesús la tarde del día 16 de noviembre de 2009, en la Catedral de Jaén. Y allí estaba Ella, en su advocación de la Cabeza, presidiendo el altar mayor. El profesorado y catequistas de la Diócesis de Jaén acudió a los actos programados. Se puede decir que estaban todos. La Catedral se hacía pequeña. Cada uno de los allí presentes unía su voz, su palabra, su oración, en una manifestación espléndida de petición, de alabanza, de súplica a Dios por mediación de la Madre, la Santísima Virgen de la Cabeza. Se oraba, se rezaba ante la Virgen, se desgranaban, una a una, las Avemarías del Rosario. El profesorado de Educación Infantil, el de Primaria y el de Educación Secundaria, de la capital y de los pueblos. Los catequistas de todas las parroquias, de toda la Diócesis, reclamaban su título y su espacio, todos
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deseaban ver, más cerca aún, a la Morenita. Seguramente Ella sonreiría desde lo más alto y miraría a su Hijo, para volver a decirle, como le dijo a los sirvientes de las bodas de Caná «No tienen vino».La plegaría ha sido escuchada, con esta convicción vivimos. Las palabras del Sr. Obispo agradeciendo la presencia de cuantos allí estaban, mostrando a la Madre de Jesús como el modelo del catequista, como el paradigma del educador, constituyeron el punto de unión de los feligreses con su pastor. ¿Qué mejor catequista, qué mejor educadora que la Madre del Hijo de Dios? Comenzaba la celebración de la Eucaristía, centro y culmen de la vida cristiana. La Acción de Gracias al Padre lanzaba a los presentes a continuar mostrando la Palabra en la acción catequética, a proseguir la difícil, pero imprescindible tarea educadora y evangelizadora en las aulas.
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UNA CRÓNICA ESPECIAL DE LA CELEBRACIÓN CON LOS ENFERMOS Manuel Galiano Delegado Episcopal de Pastoral de la Salud Yo, Manuel, delegado episcopal para la pastoral de la salud, vi una muchedumbre inmensa que nadie se atrevía a contar de los cuatro puntos cardinales de la diócesis de Jaén y oí una voz interior. Estos: ¿de dónde son? ¿A qué vienen? El pastor de esta grey decía en voz alta «éstos son los que están viviendo la gran tribulación. Han lavado y sentido en sus carnes el dolor, el sufrimiento. Han sido tocados por la enfermedad y el desamparo y han encontrado refugio, consuelo y protección en la Señora que preside». Se abrió paso entre esta gran muchedumbre el cortejo de los ministros ordenados. Dos de ellos portaban el ánfora del «óleo santo de los enfermos» con el que se ungirían a unos cientos; otro mostraba en alto las «Escrituras santas». Tras la larga comitiva, el «pontífice». Llegados al «sancta santorum» comenzó la sesión. La muchedumbre estaba expectante. Se abrió el «libro santo». El pueblo entero se puso en pié. El «pontífice» dio la «bendición» y todos a una respondieron: ¡aleluya! (repitiéndose lo que leemos en el libro de Nehemías: «Hoy es un
día inolvidable…, no estéis tristes…, el gozo del Señor es nuestra fortaleza…» Yo les decía: «el Señor, soportó nuestros sufrimientos y aguantó nuestros dolores. Pasó haciendo el bien y curó a los enfermos. Mandó imponer las manos sobre los enfermos». Mientras, dándole cumplimiento a estas palabras, los ministros ordenados junto con el pontífice, imponían las manos sobre los que iban a ser ungidos. Seguidamente los sellaron en la frente y en las palmas de las manos. Mientras, la muchedumbre cantaba entusiasmada: «de ti, madero santo, nos viene la redención…¡oh cruz, tú nos salvarás!» Prepararon la mesa para el sacrificio. El pontífice, incensó éste y a la Señora y un acólito a los ministros y al pueblo. Mientras, la muchedumbre se disponía a responder ante las insistentes preguntas. Tenemos levantado hacia el Señor nuestro corazón. Es justo y necesario. El suave murmullo dio paso a un profundo silencio: era el Señor de la vida, Médico divino del alma y del cuerpo, el que se hacía presente en «el sacramento». Al Dios Padre que todo lo puede, todos, todos a una musitaban diciendo: «hágase tu voluntad…no nos dejes caer en tentación…» (que gran sentido tenía en estas circunstancias).
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LA DIÓCESIS CON SU PATRONA Al oír que pasaba el Señor y que se acercaba para que lo pudiéramos recibir como alimento para el camino, se intuía la petición que tantas veces hemos leído en el evangelio: «¡ten piedad de mí!; ¡Señor! que pueda ver; si quieres puedes curarme». Mientras esto ocurría, la muchedumbre cantaba «dueño de mi vida». Los enfermos «ungidos» que se contaron por cientos, recitaban, presa de la fe, de la emoción y del sentimiento que les embargaba: «¡Virgen bendita!... tú eres la experta en sufrimiento, enséñame a soportar mis dolores y flaquezas». La reliquia que nuestra catedral guarda como su gran tesoro y que tuvo un lugar preferente desde que comenzó la sesión, «el santo rostro», el rostro de Cristo sufriente, era puesto en manos del pontífice para que nos bendijera. Y todo esto en torno a otra visión, motivo de tan magno encuentro. Rodeé la vista y contemplé una mujer, vestida de sol y coronada canónicamente hace un siglo, bajo un dosel que
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representaba el cielo, con candelería de plata, cirios encendidos y rodeada por doquier de rosas blancas. El pontífice, profundamente emocionado, como quién viera visiones, con una voz que le salía del alma, por tres veces gritó: «¡viva la Virgen de la Cabeza!», a lo que la muchedumbre enfervorizada por tal arenga con más fuerza y aplausos respondió unánime: ¡viva! ¡viva! ¡viva! Era la Madre, la Madre de Dios y Madre nuestra, María, la Virgen, bajo la advocación de «la Cabeza». Con el canto de la «Salve» que la gran muchedumbre sabía desde pequeños, concluíamos diciendo: «ruega por nosotros Santa Madre de Dios». Como si de un nuevo Pentecostés se tratara, se decían unos a otros: «¿cómo es que todos lo entendemos?» Porque entre nosotros hay: de la sierra y la campiña; de las ciudades y de los pueblos; de las residencias, de las asociaciones, de las parroquias. Había sido una efusión del Espíritu. El que tenga oídos para oír, que oiga.
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CÁRITAS CON LA VIRGEN DE LA CABEZA Juan Raya Marín También los equipos de Cáritas hemos pedido a la Virgen de la Cabeza por nuestras tareas. Asistieron compañeros de muchos equipos parroquiales e interparroquiales de todos los arciprestazgos de la Diócesis. La tarde empezó con una reflexión, en la que Ana Tere de Dios, nos recordó el momento por el que pasan nuestros equipos de atención primaria. Partiendo de algunos datos estadísticos, puso de manifiesto como «la crisis» ha aumentado el numero de familias atendidas, también ha cambiado el perfil de las personas atendidas. Desde la luz que nos dan algunos textos bíblicos y algunas citas de la Doctrina Social de la Iglesia, iluminó la respuesta que debemos dar y animó a todos a mejorar nuestra formación para hacer mejor la tarea que nos encomienda la comunidad cristiana. El segundo momento fue el rezo del Rosario. Cada misterio fue preparado y rezado por los distintos equipos de la acción de Cáritas (Mujeres y empleo, mayores, Sin Techo, atención primaria y servicios generales) pidieron la intercesión de la Virgen por las tareas y la personas (las que atienden y las que son atendidas). Terminamos con la Eucaristía, presidida por nuestro paisano D. Antonio Ceballos, obispo de Cádiz. En la homilía exhortó a todos a no perder de vista los principios que animan nuestra tares: la oración, la gratuidad, la opción preferencial por los pobres, la comunión, el trabajo en equipo, el propósito evangelizador,... animó a todos a perseverar en la tarea, hoy más necesaria que nunca, sin olvidar que debemos ser el rostro amoroso de Dios para los
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necesitados. Un encuentro gozoso que nos anima en la misión que la Iglesia nos encomienda. ¡Virgen de la Cabeza, ruega por nosotros!
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EL SR. OBISPO DE CÁDIZ Y EL SR. ARZOBISPO DE GRANADA PRESIDIERON LAS EUCARISTÍAS DEL TRIDUO A LA VIRGEN DE LA CABEZA Monseñor Antonio Ceballos Atienza, Obispo de la diócesis de Cádiz-Ceuta, presidió la solemne eucaristía con la que comenzaba el triduo de la Santísima Virgen de la Cabeza en la Catedral de Jaén el jueves, 19 de noviembre. D. Antonio, natural de la localidad jienense de Alcalá la Real, es muy querido en la Diócesis de Jaén, en la que desarrolló diversas responsabilidades como párroco, formador del seminario y delegado del clero. En la Eucaristía que presidió el Obispo de Cádiz participaron numerosos voluntarios de los equipos parroquiales de Cáritas, juntamente con los miembros de las Cáritas interparroquiales y diocesana. Previamente tuvo lugar en la sacristía de la Catedral de Jaén una conferencia impartida por Dª. Ana Teresa de Dios sobre la aportación de Cáritas ante la crisis, a la luz de la Doctrina Social de la Iglesia. Asimismo, el Sr. Arzobispo de Granada, D.
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Javier Martínez Fernández, presidió la Santa Misa el sábado, 21 de noviembre, en el tercer día de triduo a nuestra patrona. Esta celebración eucarística estuvo precedida de un rosario por las familias. Tras la Eucaristía, a las once de la noche, comenzó una oración comunitaria y turnos de oración ante la Santísima Virgen de la Cabeza, que se prolongó hasta las cuatro de la madrugada. La Eucaristía presidida por Monseñor Martínez estuvo dedicada a las familias, movimientos familiares y miembros de la pastoral familiar de las parroquias y de la diócesis. La Eucaristía del segundo día de triduo a la Patrona de la Diócesis, el viernes 20, estuvo presidida por el Deán de la Catedral, D. Francisco Juan Martínez Rojas, y estuvo dedicada a las numerosas cofradías filiales de la Virgen de la Cabeza de fuera de la diócesis de Jaén.
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LA CADENA COPE-JAÉN RETRANSMITIÓ EN DIRECTO UNA PROGRAMACIÓN ESPECIAL DURANTE LA SEMANA DE LA VIRGEN DE LA CABEZA EN LA CATEDRAL Ángel López La cadena COPE en Jaén preparó una programación especial con motivo de la estancia en la Catedral de Jaén de la imagen de la patrona de la Diócesis, la Virgen de la Cabeza. Desde el lunes 16 de noviembre hasta el domingo 22 se emitieron programas especiales desde la Santa Iglesia Catedral de Jaén para llevar a todos los rincones de la diócesis de Jaén el amplio programa de actividades que ha programado para la ocasión el Obispado de Jaén. Para ello, el programa «La Mañana en Jaén», se emitió en directo desde la sacristía de la Catedral desde las 12:10 horas y hasta las 13:30 horas, y a través del cual pudieron seguir toda la programación prevista para cada una de las jornadas con sus principales protagonistas. En esta programación especial intervinieron el delegado episcopal de medios de comunicación, Antonio Garrido de la Torre, junto con los colaboradores de esta delegación Manuel Jesús Casado Mena y Alfonso Rueda Jándula. El Sr. Obispo de Jaén, Monseñor
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Ramón del Hoyo, intervino en varias ocasiones en esta programación especial. De esta manera diversos grupos eclesiales de la diócesis de Jaén, los consejos pastorales de la diócesis, las cofradías filiales de la Virgen de la Cabeza, los sacerdotes, los enfermos y mayores, los catequistas y educadores cristianos, los religiosos y religiosas, los niños y adolescentes, los grupos de Cáritas, cofradías, familias, inmigrantes y los jóvenes, se convirtieron en protagonistas de nuestro magazine local. Esta programación especial se pudo seguir en directo en el 1.143 de O.M, y en el 103.3 de la F.M. y también se puede descargar en la web www.cope.es/ jaen. Por otro lado, en el programa «La Tarde», la Cadena COPE emitió en directo en el 1.143 de la O.M. desde las 19’20 horas la Eucaristía que cada tarde tuvo lugar en la Santa Iglesia Catedral. El director de la Cadena COPE en Jaén, David Santos, destaco que «es imprescindible que esta conmemoración tan importante para la Diócesis de Jaén llegue a todos y
LA DIÓCESIS CON SU PATRONA cada uno de los rincones de esta provincia para hacer participes de la misma a todos los cristianos». Además de estas retransmisiones en directo, los programas semanales que la Vicaría de Comunicación realiza en la Cadena COPEJaén, «El Espejo», los viernes a las 15’10 y «Gloria», los domingos a las 9’45, se dedicaron monográficamente a este acontecimiento de la visita de la Virgen de la Cabeza a la Catedral de Jaén con motivo del cincuentenario de su proclamación como
patrona de la diócesis de Jaén.
LA PÁGINA WEB DIOCESANA REALIZÓ UN SEGUIMIENTO DE TODAS LAS CELEBRACIONES DE LA VIRGEN DE LA CABEZA La semana en la que la Virgen de la Cabeza permaneció en la Catedral de Jaén supuso un trabajo especial e intenso para la Vicaría de Comunicación, sus trabajadores y colaboradores. Desde esta Vicaría de Comunicación se colaboró en la programación especial en directo de la Cadena COPE-Jaén, tanto por las mañanas como por las tardes, se redactaron diversas notas de prensa, se realizó un programa especial de «Encuentros» en el Canal 23 de televisión de Jaén, y se atendió a los medios de comunicación interesados en dar cobertura a esta visita de la Virgen de la Cabeza. También la página web diocesana hizo un seguimiento especial de las celebraciones que tuvieron lugar en la Catedral de Jaén. A través de www.diocesisdejaen.es los internautas pudieron acceder a las informaciones, las fotografías, los videos, los textos y las presentaciones en pps de las conferencias que se impartieron. De esta forma, muchas personas pudieron conocer todo lo que aconteció en esta semana histórica para la Diócesis del Santo Reino. Como prueba del masivo seguimiento por la web de la semana de la Virgen de la Cabeza en la Catedral de Jaén, el número de visitantes de la web diocesana tuvo momentos en los que registro más de cuarenta visitas simultáneas. 25 / NÚMERO EXTRAORDINARIO VIRGEN DE LA CABEZA
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EL SR. OBISPO DE JAÉN EXPLICA A LOS NIÑOS LA DEVOCIÓN A LA SANTÍSIMA VIRGEN DE LA CABEZA Durante los días de presencia de la Virgen de la Cabeza en la catedral de Jaén han sido alrededor de 8.000 los escolares procedentes de diversos colegios e Institutos de Enseñanza Secundaria de Jaén capital y de la provincia que han visitado el primer templo diocesano, dentro del programa de actos que ha organizado el obispado de Jaén con motivo del cincuentenario de la declaración de la Virgen de la Cabeza como declaración como patrona de la diócesis. Durante las mañanas de esta semana, el propio Obispo de la Diócesis, D. Ramón del Hoyo López estuvo impartiendo a los escolares que visitaban la catedral unas catequesis sobre la importancia de la presencia de la Virgen María en la vida de los cristianos. Monseñor del Hoyo recibía y hacía de guía a los grupos de niños y jóvenes de diversos centros educativos de la provincia y les explicaba el origen y la difusión de la devoción a la patrona de la diócesis, para concluir el acto con una oración a la Virgen de la Cabeza. También les expuso su propio testimonio de cariño a la Virgen, cuando él era niño. Los grupos de escolares, tras esta catequesis con el Obispo, visitaron la exposición con diversas piezas sobre la devoción secular a la Virgen de la Cabeza que se organizó en las galerías altas de la catedral, en la sala «Deán Martínez de Mazas». D. Ramón del Hoyo comentó que «quiero estar muy cerca de ellos porque hacen mucho esfuerzo para venir hasta aquí y bien merece que estemos muy pendientes de ellos. Ellos vienen a conocer la catedral, vienen a conocer la exposición, pero sobre todo quiero que conozcan quien es su patrona, la Virgen de la Cabeza».
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Santísima Virgen de la Cabeza, ampara a los consejos pastorales, las cofradías, los sacerdotes, los enfermos y mayores, los catequistas y educadores cristianos, los religiosos y religiosas, los niños y adolescentes, los grupos de Cáritas, los matrimonios y familias, los inmigrantes, los privados de libertad, los jóvenes y a toda tu Iglesia Diocesana de Jaén que te venera como Patrona y Reina.
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PLEGARIA DEL SR. OBISPO A LA PATRONA DE LA DIÓCESIS DE JAÉN Santísima Virgen de la Cabeza: Sabemos que vienes a nosotros para obtener ante tu Hijo toda clase de gracias y favores para los fieles diocesanos en este año jubilar; para enseñarnos a ser fieles a tu Hijo y testigos de su Evangelio; para abrir nuestros corazones a la confianza en Dios y vivir la alegría de ser cristianos; para que seamos los samaritanos del amor en la sociedad que vivimos; para crecer en solidaridad y amor al necesitado en la presente crisis económica y estar junto a los que sufren, que son muchos hermanos nuestros. Por nuestra parte venimos para mirarte de cerca, porque te queremos de verdad; para contemplar tu limpísimo rostro de Madre y a que nos enseñes a vivir como verdaderos creyentes; para acercarnos, con tu ayuda e intercesión, a tu Hijo Jesucristo y alcanzar la Indulgencia Jubilar mediante la Confesión sacramental, comunión eucarística y oración por
las intenciones de Su Santidad el Papa Benedicto XVI. Estamos de fiesta en el centenario de tu coronación y bodas de oro de tu Patronazgo sobre esta Iglesia de Jaén. Sabemos desde niños que siempre que te invocamos nos llenas de paz y gozo interior, la historia de la fe en cada uno de nosotros se ha ido haciendo y creciendo bajo tu amparo. Siempre te hemos encontrado junto a nosotros y nunca, contigo, estamos solos porque te preocupas de acercarnos a tu Hijo Jesucristo, fuente de nueva vida (…). Desde niños nos enseñaros este programa, este camino del Evangelio y vimos a nuestros padres, abuelos, sacerdotes, catequistas, maestros, cómo trataban de vivir y sembrar la semilla del amor, del que brota esa nueva sociedad, la ciudad nueva. Ellos nos enseñaron a mirarte, Virgen María, como Madre, al frente y por delante de este nuevo pueblo. Estabas al pie de la cruz del Calvario de la que brotó la Iglesia y en sus primeros pasos desde Pentecostés hasta hoy. Son incontables los cristianos de estas tierras que, desde San Eufrasio, han hecho del Evangelio de Jesucristo camino sus vidas y encontraron en su devoción a María un apoyo seguro. ¡Cuantos corazones tan han invocado como Madre! ¡Cuantos seguimos aclamándote como auxilio de los cristianos! ¡Santísima Virgen de la Cabeza! Tu que has sido el alma de la Iglesia en todo tiempo, ayúdanos también hoy a sostenernos en la fe y vivir la fascinante aventura de ser cristianos en medio de la sociedad que nos ha tocado vivir, sin miedos ni complejos, para ser constructores de bien y de paz. ¡Santísima Virgen de la Cabeza! Llena nuestro interior de esperanza; que seas nuestra luz y fuerza en nuestra vida de peregrinos del amor. Ayúdanos a ser sembradores de la buena semilla del Evangelio de tu Hijo. Sabes bien que nos hemos propuesto como objetivo pastoral de este curso «potenciar nuestra identidad de testigos en la sociedad de Jaén» y necesitamos tu ayuda. Escucha Madre nuestras súplicas. Preséntalas a tu Hijo, camino verdad y vida por la nueva humanidad. ¡Santísima Virgen de la Cabeza, ruega por nosotros! Extracto de la homilía del Sr. Obispo de Jaén, D. Ramón del Hoyo López, en la Santa Iglesia Catedral de Jaén el 14 de noviembre con motivo del recibimiento de la imagen de la Santísima Virgen de la Cabeza. 31 / NÚMERO EXTRAORDINARIO VIRGEN DE LA CABEZA