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“¿QUIÉN ES ESTE JESÚS?” Artículo tomado de la Revista En Contacto. Texto Bíblico: Lucas 2:11
Samborondón, Diciembre 20 /2015 shalom_alehem45@hotmail.com
¿Qué diferencia hace quién es JESÚS? Vivió hace dos mil años; entonces, ¿Qué importancia tiene hoy? El saber quién es JESÚS puede modelar su carácter, afectar sus creencias y cambiar su estilo de vida. Pero más que eso, determinará su destino eterno. Para saber quién es JESÚS, podemos leer lo que está escrito acerca de Su nacimiento. Setecientos años antes del nacimiento de JESUCRISTO, el profeta Miqueas dijo que de Belén saldría Uno cuyo origen se remontaría hasta la eternidad (Miqueas 5:2). La BIBLIA también enseña que JESÚS nació de una virgen después de haber sido engendrado por el ESPÍRITU SANTO, y que hubo un canto de ángeles para anunciar Su llegada al mundo. Todo esto hace de ÉL alguien muy singular. En Colosenses 1:16 leemos que “por medio de ÉL fueron creadas todas las cosas.” Por tanto, JESÚS no se originó cuando nació, sino que ÉL era preexistente con el Padre en el cielo, y vino a nacer en el mundo que ÉL mismo había creado. Examine su vida. Fue criado en Nazaret, y desde joven trabajó en el mismo oficio de Su padre terrenal. Pero cuando tenía apenas doce años de edad, discutió asuntos teológicos en el templo con los líderes religiosos de Su época (Lucas 2:46-49). Es claro que en ese momento empezó a ocuparse de los asuntos de Su Padre Celestial. Juan el Bautista reconoció a JESÚS como “EL CORDERO DE DIOS que quita el pecado del mundo.” (Juan 1:29), y una voz del cielo confirmó: “Este es mi Hijo amado, en quien tengo complacencia.” Mateo 3:17. Cuando llegó el momento de iniciar Su ministerio, JESÚS, lleno del ESPÍRITU SANTO, comenzó a predicar que el reino de DIOS se había acercado (Mateo 4:17). Enseñó que si un soldado decía que había que llevar carga por él por una milla, debíamos ir dos; y que si alguien nos golpeaba una mejilla, debíamos ofrecer la otra también. La gente nunca había oído tales cosas, jamás habían tenido la experiencia de ser enseñados con esa clase de autoridad. Obviamente, JESÚS no era un maestro corriente. Luego están sus milagros. Por mandato de JESÚS, los ciegos podían ver, los sordos oír y los paralíticos caminar. ÉL curaba todo tipo de enfermedades y echaba demonios. Alimentó a miles con unos pocos panes y un puñado de peces. Caminó sobre el agua, calmó un mar embravecido y resucitó muertos. Sí, era un obrador de milagros, pero esa no fue la razón por la que vino. Es innegable que fue enviado por DIOS, y en realidad, ÉL fue DIOS en carne humana. Las multitudes acudían a ÉL, ansiosas de Su toque, muchos lo amaron y creyeron en ÉL, pero no todos. Algunos fueron indiferentes, y otros, entre ellos los líderes religiosos, lo despreciaron. A pesar de que Su vida fue perfecta, sin pecado, hubo quienes trataron de destruirlo. Hoy en día, son muchas las personas que siguen sin creer en ÉL. Cuando me encuentro con alguien que dice: “Yo no creo todo eso que se dice de JESÚS”, me gusta preguntarle: “¿Qué es lo que usted no cree de ÉL? ¿Con qué no está de acuerdo, o qué puede probar que está equivocado? Lo digo, porque JESÚS nunca dejó de ser DIOS. En todo lo que hacía, ÉL era DIOS y Hombre al mismo tiempo. Una de las mejores maneras de entender quién es alguien, es saber lo que esa persona piensa de sí misma. JESÚS dijo muchas cosas acerca de quién era ÉL. Dijo ser el Hijo de DIOS (Mateo 16:16,17); que ÉL y el Padre eran uno solo (Juan 10:30); y que ÉL había sido enviado por el
Padre. También dijo que había venido, no para ser servido, sino para servir, y que vino para dar su vida en rescate por muchos (Mateo 20:28). JESÚS vino como redentor a favor de la humanidad. Estuvo de acuerdo con sus acusadores cuando lo llamaron “Rey de los Judíos.” Sus afirmaciones de “YO SOY”, que aparecen en el Evangelio de Juan, revelan que JESÚS reclama ser el Buen Pastor que ama las ovejas (Juan 10:11), el Pan de vida que puede saciar el hambre (Juan 6:48), y la Vid Verdadera que permanece en nosotros así como nosotros permanecemos en ÉL (Juan 15:1). JESÚS también dijo ser la Puerta al Cielo (Juan 10:9), y en Juan 14:6 amplía este asunto: “YO SOY el Camino, y la Verdad, y la Vida; nadie viene al Padre, sino por mí.” Esa afirmación ha alejado a muchas personas, que piensan: ¡Qué afirmación tan sectaria y ególatra! ¡Qué intolerancia tan grande es pensar que la única forma de llegar al cielo es a través de la persona de JESUCRISTO! Sin embargo, este hombre llamado JESÚS es exactamente quien dijo ser. ÉL es el Buen Pastor. ÉL es el Pan de vida. ÉL es el Camino, la Verdad y la Vida misma. Eso significa, que para poder tener vida eterna, debemos recibir a JESUCRISTO como nuestro Salvador personal. Ahora bien, si usted cree todas las otras cosas que JESÚS dijo, pero determina que ÉL no puede ser el único camino al cielo, lo que está diciendo es que JESÚS dijo verdades a medias o mentiras. O una cosa o la otra: o JESÚS es quien dijo ser, o no lo es. Por eso, usted no puede decir: “JESÚS fue un buen hombre, un maestro maravilloso, un gran predicador, un gran sanador, un gran filósofo, un gran altruista, PERO… si su creencia en la autenticidad de CRISTO tiene salvedades, usted lo hace mentiroso. Cuando consideramos todo lo que ÉL dijo acerca de sí mismo, o es falso e impostor, o es exactamente quien dijo ser: el Hijo eterno del DIOS viviente, el Salvador del mundo, y Aquel que algún día juzgará a cada uno de nosotros. Para saber quién es JESÚS realmente, tenemos que ocuparnos de Su muerte. De acuerdo con los relatos bíblicos, no se trató de una muerte común. Su crucifixión fue planeada por los líderes religiosos, los mismos hombres que habían exagerado los requerimientos de la Ley Mosaica y obligada al pueblo a obedecerla en sus más íntimos y pesados detalles. Estos mismos hombres estaban celosos, porque veían amenazada su posición de autoridad por la popularidad que tenía JESÚS en las multitudes. Además de imponer la Ley estos hombres eran tan impíos que estuvieron dispuestos a desechar uno de los preceptos más fundamentales de la Escritura: “No matarás” (Éxodo 20:23). Estaban resueltos y decididos a matar a este hombre llamado JESÚS. Se sentían tan amenazados por ÉL, que estaban totalmente cerrados a la verdad de quién ÉL era. La muerte de JESÚS fue maquinada por quienes lo odiaban, y fue ejecutada por soldados romanos, un grupo que no tenía ni idea de lo que estaban haciendo. Crucificaron al DIOS viviente en medio de dos ladrones de humanidad, el ser inmaculado nacido de una virgen, que comenzó Su ministerio en el poder del ESPÍRITU SANTO. ÉL nunca hizo mal a nadie. Nunca se rebeló contra el gobierno. Nunca violó la ley. Fue una muerte que no merecía y por consiguiente, pareció ser un plan cruel y una tragedia. Pero, ¿Recuerda lo que dijo JESÚS? Dijo que había venido para hacer la Voluntad de Su Padre, y para dar Su vida en rescate por muchos. ¿Por qué razón estaba muriendo? Porque, juntamente con el SEÑOR JESUCRISTO y el ESPÍRITU SANTO, DIOS el PADRE había dispuesto su muerte desde antes del comienzo del mundo, sabiendo que el hombre pecaría contra ÉL y que estaría perdido y sería importante para salvarse a sí mismo. En la cruz, no se trataba simplemente de un hombre que estaba muriendo; era una escena impresionante y eterna, en la que DIOS el PADRE puso sobre Su HIJO la deuda de pecado de toda la humanidad, pasada, presente y futura. Y luego DIOS dio rienda suelta toda la fuerza de Su ira para castigar a JESÚS, en vez de hacerlo con usted y conmigo.
Hay un aspecto más que investigar, si realmente queremos saber quién es el hombre JESUCRISTO, para lo cual tenemos que ir más allá de Su muerte. Eso no podemos hacerlo con nadie más, por supuesto, pero por ser JESÚS el HIJO de DIOS y el DIOS viviente, ÉL hizo exactamente lo que había prometido: Resucitó de los muertos. Incluso Sus discípulos fueron sorprendidos, aunque ÉL se los había anunciado antes de que sucediera. Con Su resurrección, JESÚS demostró que hay vida después de la muerte para ÉL, y para todos los que creen en ÉL (Juan 11:25,26). Su Resurrección prueba también que todo lo que ÉL dijo es verdad. JESÚS dijo que ÉL va a regresar. ¿Podemos creerlo? Sí, porque la BIBLIA lo dice, y también porque todas las demás promesas hechas por JESÚS que habrían de cumplirse durante Su vida, sucedieron exactamente cómo ÉL había dicho. Sabiendo, entonces, la verdad sobre quién es JESÚS, usted enfrenta una decisión: ¿Va a creer en el testimonio de las Escrituras y le recibirá? ¿O le dará la espalda a la Verdad, para enfrentarse a una eternidad de condenación? La próxima vez que usted vea un pesebre, recuerde quién está allí: Su Vida, Su Muerte, Sus palabras sobre Sí mismo, y Su Resurrección. JESÚS no es simplemente un bebé; ÉL es el HIJO de DIOS, sentado a la diestra del PADRE, con todo el poder soberano del universo, y con la oferta de Vida Eterna para TODO el que cree en ÉL. Amén.