Año 3
No. 130
Salvando las vidas de los otros, sacrificaron las propias
Semana del 31 de julio al 06 de agosto de 2011
¡Denles ustedes de comer!
Los Ulma, con sus seis hijos (además Wiktoria estaba en el séptimo mes de su nuevo embarazo) y ocho judíos de las familias Szall e Goldman que escondían, fueron ajusticiados por los nazis el 24 de marzo de 1944 en Markowa, en la zona sur-oriental de Polonia. Józef e Wiktoria se conocieron en la Compañía Teatral Amateur de Markowa, casándose en julio del 1935. Eran católicos “practicantes”. La tragedia comenzó el 1 de septiembre de 1939, con la invasión de Polonia por parte de los nazis, las sucesivas masacres de polacos y judíos, la destrucción de sinagogas y de lugares de oración. “Para desanimar a los polacos a ayudar a los hebreos, Hans Frank – Gobernador General de los territorios polacos ocupadosemitió en 1941 un reglamento por el cual todo ciudadano acusado o sospechoso de ayudar a los judíos sería ajusticiado”. En la segunda mitad de 1942, la mayoría de los judíos de Markowa fueron exterminados. Probablemente en ese periodo dos familias pidieron a los Ulma que los escondiesen. Eran los Goldman – Gołda y Layka con una niña – y los Szall, un comerciante de ganado con sus cuatro hijos. No se sabe como fue descubierto el escondite. Los documentos recogidos por el movimiento clandestino destacan que probablemente los Szall, buscando un refugio contra la “solución final” contra los judíos, obtuvieron una promesa de ayuda del policía Włodzimierz Leś. Cuando la situación empeoró, buscando un refugio más seguro, se dirigieron a los Ulma. Poco antes del amanecer del 24 marzo de 1944, la policía llegó a casa de los Ulma, realizando una masacre de adultos y niños. La familia Ulma fue declarada en 1995 “Justa entre las Naciones”. El Yad Vashem, el memorial del Holocausto, “premió a más de 6.000 polacos, que representan el grupo nacional más consistente entre los más de 20.000 justos reconocidos hasta ahora”, dijo Szpytma. En agosto de 2003 se introdujo el proceso de beatificación de la familia Ulma en la Diócesis de Przemyśl. Los documentos fueron consignados en el Vaticano
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MI HIJO ES HOMOSEXUAL
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“DENLES USTEDES DE COMER…”
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MAÑANA SI
JULIO 31 DE 2011
¡Denles ustedes de comer!
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Editorial
ualquier anuncio de un producto, cualquier presentación de algo, busca para encauzarlo la bella figura de una joven, de un joven, con una música adecuada que se te hace pegadiza, evitando a toda costa lo que pudiera distorsionar el objetivo del éxito, el triunfo de la ocasión. Así, los ancianos no suelen figurar en los programas de ventas salvo que se trate de productos geriátricos, ni forman parte de ningún protagonismo en una sociedad que parece privilegiar a toda costa lo que deslumbra, lo que seduce, lo que conquista, lo que triunfa aunque haya que construir ídolos de acrílico en el arte, en la cultura, en la política, cuya fecha de caducidad está controlada rigurosamente por quien en la sombra tiene el mando a distancia que maneja los hilos del mundo. Los ancianos, los viejos, los jubilados, los abuelos, los abandonados… no cuentan. Tanto no cuentan que empiezan a molestar cuando su edad o su deterioro físico les hacen sospechosos de un estorbo fatal que se arrincona, se censura o se llega incluso a eliminar. Bajo el eufemismo de una “muerte digna” se pretende excluir a quienes se ha decidido que su vida no debe contar ya, que cuesta demasiado mantenerlos, que no producen nada, que complican los cálculos del egoísmo insolidario. Frente a esta actitud, destaca el aprecio y la defensa por la vida que la Iglesia siempre ha mantenido y mantendrá. La vida en todas sus fases y circunstancias: desde la del no nacido hasta la del anciano o enfermo terminal. La vejez no es un estigma de castigo, sino un momento en donde poder testimoniar el gusto por la vida, esa vida cargada de experiencia. En el Evangelio de este día, Jesús al contemplar la muchedumbre que lo seguía: “sintió lástima y curó a los enfermos”. Hoy, contemplando nuestra sociedad podemos observar muchas personas que, pueden causar lástima en nosotros, precisamente a quienes la Iglesia mira con inmensa alegría y solicitud como son a nuestros venerables y queridos ancianos haciendo hincapié en el imperativo de Jesús: “Denles ustedes de comer”, aplicándolo a las numerosas necesidades que puedan tener las personas de las tercera edad. El Papa Benedicto XVI ha escrito unas líneas en las que nos recuerda la importancia que tienen los abuelos en nuestra vida: «En el pasado, los abuelos desempeñaban un papel importante en la vida y en el crecimiento de la familia. Incluso en edad avanzada, seguían estando presentes entre sus hijos, con sus nietos y, a veces, entre sus bisnietos, dando un testimonio vivo de solicitud, sacrificio y entrega diaria sin reservas. Eran testigos de una historia personal y comunitaria que seguía viviendo en sus recuerdos y en su sabiduría… Ojalá que todos nuestros ancianitos vuelvan a ser una presencia viva en la familia, en la Iglesia y en la sociedad. Por lo que respecta a la familia, los abuelos deben seguir siendo testigos de unidad, de valores basados en la fidelidad a un único amor que suscita la fe y la alegría de vivir». Con inmenso respeto y con mucha alegría hacemos un reconocimiento a los abuelos, a todos aquellos ancianos que siguen sosteniendo en tantos sentidos aquello que permite que la familia siga unida, no pierda sus raíces humanas y cristianas, y representan la sabiduría de quien ha relativizado lo que es secundario y trivial, mientras que no renuncian a lo que de suyo es lo único importante cuando del amor, la vida, la fe, la paz, o la fidelidad se trata.
Por Pacco Magaña
El martirio
Queridos hermanos y hermanas:
¿En qué se funda el martirio? La respuesta es sencilla: en la muerte de Jesús, en su sacrificio supremo de amor, consumado en la cruz a fin de que pudiéramos tener la vida (cf. Jn 10, 10). Cristo es el siervo que sufre, de quien habla el profeta Isaías (cf. Is 52, 1315), que se entregó a sí mismo como rescate por muchos (cf. Mt 20, 28). Él exhorta a sus discípulos, a cada uno de nosotros, a tomar cada día nuestra cruz y a seguirlo por el camino del amor total a Dios Padre y a la humanidad: «El que no toma su cruz y me sigue —nos dice— no es digno de mí. El que encuentre su vida, la perderá; y el que pierda su vida por mí, la encontrará» (Mt 10, 38-39). Es la lógica del grano de trigo que muere para germinar y dar vida (cf. Jn 12, 24). Jesús mismo «es el grano de trigo venido de Dios, el grano de trigo divino, que se deja caer en tierra, que se deja partir, romper en la muerte y, precisamente de esta forma, se abre y puede dar fruto en todo el mundo» (Benedicto XVI, visita a la Iglesia luterana de Roma, 14 de marzo de 2010; L’Osservatore Romano, edición en lengua española, 21 de marzo de 2010, p. 8). El mártir sigue al Señor hasta las últimas consecuencias, aceptando libremente morir por la salvación del mundo, en una prueba suprema de fe y de amor (cf. Lumen Gentium, 42).
Una vez más, ¿de dónde nace la fuerza para afrontar el martirio? De la profunda e íntima unión con Cristo, porque el martirio y la vocación al martirio no son el resultado de un esfuerzo humano, sino la respuesta a una iniciativa y a una llamada de Dios; son un don de su gracia, que nos hace capaces de dar la propia vida por amor a Cristo y a la Iglesia, y así al mundo. Si leemos la vida de los mártires quedamos sorprendidos por la serenidad y la valentía a la hora de afrontar el sufrimiento y la muerte: el poder de Dios se manifiesta plenamente en la debilidad, en la pobreza de quien se encomienda a él y sólo en él pone su esperanza (cf. 2 Co 12, 9). Pero es importante subrayar que la gracia de Dios no suprime o sofoca la libertad de quien afronta el martirio, sino, al contrario, - la enriquece y la exalta: el mártir es una per-
sona sumamente libre, libre respecto del poder, del mundo: una persona libre, que en un único acto definitivo entrega toda su vida a Dios, y en un acto supremo de fe, de esperanza y de caridad se abandona en las manos de su Creador y Redentor; sacrifica su vida para ser asociado de modo total al sacrificio de Cristo en la cruz. En una palabra, el martirio es un gran acto de amor en respuesta al inmenso amor de Dios. Queridos hermanos y hermanas, probablemente nosotros no estamos llamados al martirio, pero ninguno de nosotros queda excluido de la llamada divina a la santidad, a vivir en medida alta la existencia cristiana, y esto conlleva tomar sobre sí la cruz cada día. Todos, sobre todo en nuestro tiempo, en el que parece que prevalecen el egoísmo y el individualismo, debemos asumir como primer y fundamental compromiso crecer día a día en un amor mayor a Dios y a los hermanos para transformar nuestra vida y transformar así también nuestro mundo. Por intercesión de los santos y de los mártires pidamos al Señor que inflame nuestro corazón para ser capaces de amar como él nos ha amado a cada uno de nosotros”
JULIO 31 DE 2011
DIOS EN LA VIDA DE AMERICA LATINA
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a V Conferencia General del Episcopado latinoamericano y del Caribe ha constatado que la religiosidad popular es el alma de los pueblos latinoamericanos y al mismo tiempo un tesoro preciado para la Iglesia en América Latina. Ella es la mejor expresión de un catolicismo popular profundamente inserto en la cultura del pueblo. Hay muchas expresiones de esta riqueza de fe y de cultura en nuestros pueblos latinoamericanos y caribeños. Basta mencionar algunas de ellas: Fiestas patronales, Novenas, Rosarios , Viacrucis, Procesiones y Peregrinaciones, Danzas, Cantos, Devoción a los santos y a los ángeles, Promesas. La piedad popular manifiesta de manera excelente un sentido de la trascendencia, confianza en Dios y al mismo tiempo una verdadera experiencia de amor teologal. El Documento de Aparecida hace una valoración muy positiva de la piedad popular cuando la reconoce como una manera de vivir la fe cristiana, las personas que viven así su fe, se sienten parte de la Iglesia y encuentran en ella una forma de ser misioneros, ella es una confesión de fe en el Dios vivo, que actúa en la historia humana. El pueblo pobre y sencillo de América Latina se identifica fácilmente con Cristo sufriente, de su devoción saca fortaleza para enfrentar la dureza de su propia vida y también descubre la ternura y el amor de Dios en el rostro maternal de la Virgen María. La religiosidad popular es llamada también espiritualidad popular, puesto que ella es una auténtica escuela de espiritualidad cristiana que: “siendo un encuentro personal con el Señor, integra mucho lo corpóreo, lo sensible, lo simbólico, y las necesidades más concretas de las personas. Es una espiritualidad encarnada en la cultura de los sencillos, que, no por eso, es menos espiritual, sino que lo es de otra manera” (DA 263). Ciertamente, la religiosidad popular es un punto de partida para que la fe del pueblo madure y sea fecunda. Reconociendo la acción del Espíritu Santo en el pueblo sencillo es también necesario trabajar para aportarle una mayor densidad evangelizadora. Algunos elementos a tener en cuenta para poder enriquecer esta sublime expresión del actuar del Espíritu en el pueblo de Dios son: suscitar el deseo de imitar el testimonio de la Virgen María y de los santos, cuya memoria recupera con tanta fuerza; promover un mayor contacto con la Biblia, la participación en los Sacramentos, especialmente en la Eucaristía del domingo, para que esta práctica espiritual conduzca a los fieles a crecer en el amor, la santidad y la justicia social. NOTA: Si deseas ampliar esta reflexión puedes leer los párrafos 258-265 del Documento de Aparecida.
Apreciados lectores y lectoras: PERMÍTANME QUE LES HABLE de mi pueblo. Con esto se dan cuenta que no tengo tema para esta semana. Pienso, sin embargo, que también es bueno que les hable de mis raíces. Que les hable de ese rincón, de verdad, rincón de México, donde dejé mis primeras huellas. Ya ven que uno, cuando acumula años, piensa más en su pasado. Cuando yo digo el nombre de mi pueblo, la gente se ríe. Perdónenme, pero mi pueblo se llama CHURUMUCO. Así como suena. No nací ahí. Yo vi la luz del día, un 5 de julio, hace 75 años, en una comunidad rural cuyo nombre era: “La Majada”, que se encontraba a unos cinco kilómetros de Churumuco. Nací en un jacalito que mi papá tenía a la orilla de unas tierras que él rentaba para sembrarlas, en el tiempo de lluvias; el resto del año, él trabajaba como arriero. Terminada la siembra y la cosecha, toda la familia: mis papás, dos hermanas, mi hermano y yo nos regresábamos a vivir al pueblo, en una pequeña, pero bonita, casa que también era un jacal. Esa fue mi casa paterna hasta mis 21 años, cuando me enviaron a Roma. Mi mamá, viuda desde que yo tenía 7 años, se fue a vivir a Tacámbaro, y confió la casita a un sobrino de ella; y ya nunca la recuperamos. Después vino la inundación de mi pueblo y todo se acabó. “Churumuco” es una palabra que procede del verbo purépecha “Churumucuoreni”, y significa: “espulgarse las alas con el pico” . Es un pueblo localizado al sur del estado de Michoacán, casi a orillas del caudaloso “Río Balsas”, a una altura sobre el nivel del mar de 400 metros. Es un pueblo muy caliente y húmedo porque le cae el sol a plomo. Recuerdo con cariño los nombres de los cerros que lo cobijan y lo cuidan como seguros guardianes de su habitantes: Angupas, Guarú cuaro, Mayápito y Calvario. El Viernes Santo se hacía el Viacrucis subiendo hacia el cerro de El Calvario. Esto les habla de la profunda religiosidad popular que vivía la gente de mi pueblo. Ahí aprendí a rezar y a platicar con Dios, educado por mi madre, que era de recia personalidad pero de gran fe. Churumuco fue una aldea prehispánica catequizada por los frailes Agustinos. En el siglo XVII llegaron los españoles con espadas filosas y armaduras que exigieron comida y obediencia. Cuando yo nací, los habitantes de mi pueblo apenas llegaban a los 1,200. Sus casas eran semejantes a las de los pequeños pueblos de la “tierra caliente de Michoacán”, construidas con adobe y teja, sus calles eran polvorientas y mal trazadas. No obstante su desfavorable ubicación y lejanía de la capital del Estado, había razones suficientes para vivir sin las preocupaciones y
prisas de otros pueblos con mayores ventajas. Su gente sencilla se dedicaba al cultivo de la tierra, a la ganadería extensiva y al pequeño comercio. En este pueblo vivió D. José María Morelos hasta 1799. Churumuco fue su primera parroquia. Sus feligreses conocieron sus facciones duras y enérgicas, que no se alteraban en los momentos más difíciles. No abandonaba su indumentaria eclesiástica, pese al calor. La pobreza y marginación de este pueblo y de sus siguientes parroquias, Carácuaro y Nocupétaro, lo empujaron a tomar la dramática decisión de unirse a la insurgencia por la Independencia de México. Antes de ser sacerdote, él había sido un arriero que bajaba desde Morelia y conocía muy bien el sur de Michoacán. Otra razón por la cual les platico de mi pueblo es que muy pronto se cumplirá el medio siglo de su inundación total y definitiva. Sus casas y jacales fueron devorados por las aguas de la presa hidroeléctrica de “Infiernillo” para dar energía eléctrica a la Siderúrgica “Lázaro Cárdenas” y a la ciudad de México. La Comisión Federal de Electricidad reubicó el Nuevo Churumuco a unos cinco kilómetros del Viejo Churumuco, casualmente en el mismo lugar donde yo nací. Se cometieron muchos atropellos e injusticias. Yo fui testigo del momento en que el agua de la presa llegó hasta las calles del pueblo y fue derribando todas las viejas construcciones que en sus muros, llenos de ecos, guardaban antiguas y entrañables historias familiares y comunitarias, voces del pasado, conflictos que lastimaron la vida de muchos, recuerdos de viejos amores, lágrimas, sueños y sufrimientos… y esperanzas de tiempos mejores que nunca legaron ni han llegado… Meses antes, en el viejo templo, dedicado a san Pedro Apóstol, en el que fui bautizado, y aprendí a rezar al lado de mis padres y de mis hermanos, celebré mi Primera Misa Cantada, al regresar de Roma, en septiembre de 1963. Acompañé el dolor y las lágrimas de mis paisanos en su éxodo hacia su nueva morada, reubicada en terrenos cerriles. El párroco de ese tiempo, que era un hombre muy virtuoso, amado por su pueblo, encabezó el destierro, con una muy emotiva procesión con el Santísimo Sacramento que salía de su antiguo sagrario. Era el mismo Jesucristo que caminaba al lado de su pueblo, consolándolo y fortaleciéndolo, enjugando las incontenibles lágrimas de los viejos del pueblo que no podían entender ni mucho menos aceptar esa dramática y cruel realidad. Desde entonces, cada año, el último domingo de julio, Jesús Sacramentado regresa a su vieja mansión. En ese mes se retiran las aguas de la laguna y queda totalmente seco el lugar donde estaba el pueblo. Ahí, todavía se yergue orgullosa la torre del templo parroquial con su fachada. Esa torre es fiel centinela de la fe de ese pueblo heroico y mártir. Ese es mi queridísimo pueblo, que murió en aras del progreso y sigue en el total abandono de los gobernantes. “Y, hasta que nos volvamos a encontrar, que el Señor los guarde en la palma de su mano”. +Luis, Arzobispo de S. Luis P.
Nuestra historia
Semblanza de Mons. Estanislao Alcaraz Figueroa, IX Obispo de San Luis Potosí y VII Arzobispo de Morelia. 34 Sucesor de Don Vasco de Quiroga (1918-2006) (tercera y última parte) Por Pbro. Lic. Rubén Pérez Ortiz
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artió de la Piedad a la ciudad fronteriza de Matamoros en pleno vigor Sacerdotal. Tenía 40 años de edad. Allí se enfrentó apostólicamente a solucionar los problemas que lleva consigo la organización de parroquias y de los movimientos apostólicos de seglares. Como Pastor de la Iglesia Diocesana de Matamoros, tomó parte en varias etapas del Concilio Vaticano II. En 1968 el Papa Paulo VI lo trasladó a la diócesis de San Luis Potosí y lo nombro Administrador Apostólico de Ciudad Valles en “sede vacante”. Se entregó al servicio del pueblo de Dios y fue el alma de la realización del Congreso Nacional Misionero. Construyó el Seminario Mayor y organizó la curia, los Decanatos y la pastoral de conjunto. El 3 de julio de 1972 el Papa Paulo VI lo trasladó a Morelia como VII Arzobispo de esta sede Metropolitana. El 8 de septiembre, fiesta de la Natividad de María, tomó posesión como 33º. Sucesor del Tata Vaso de Quiroga. Volvió a Morelia lleno de experiencia, energía y entusiasmo. Sentía la nobleza y generosidad de la Iglesia Potosina donde había desplegado con amplitud su oficio pastoral y presentía la amplitud y el trabajo arduo que le esperaba en la Arquidiócesis de Morelia. Reestructuró el Cuerpo de Vicarios Foráneos y creó el Consejo Presbiteral. Erigió nuevas parroquias con especial énfasis en las áreas urbanas de Zacapu, Zitácuaro, La Piedad, Salamanca, Valle de Santiago, Maravatío, Cd. Hidalgo, Pátzcuaro, Salvatierra, Acámbaro, Pénjamo, Puruándiro
y Morelia. Aumentó el número de foranías de 17 a 27 y dividió la Arquidiócesis en cuatro zonas pastorales para reorganizar la acción pastoral y la integración de los sacerdotes. Una de sus grandes preocupaciones ha sido siempre el Seminario. A esta institución ha dedicado sus mayores cuidados saneando su economía, dotándolo de un equipo de formadores y maestros, enviando sacerdotes a especializarse en materias eclesiásticas a universidades extranjeras y del país, estando muy cerca de los alumnos de cuarto de teología y diáconos para integrarlos a la Pastoral Diocesana. En 20 años de ejercicio episcopal en Morelia, ordenó más de 160 sacerdotes. Creó el Consejo Arquidiocesano de asuntos económicos, apoyó la creación de la Comisión Social para dar atención solidaria a los sacerdotes enfermos o en penuria. Amplió y acondicionó la Casa San Luis de Morelia para destinarla a Casa de la Cristiandad para sacerdotes y movimientos apostólicos. Puso en práctica la modalidad de los Vicarios Episcopales con sede en Zacapu-Morelia, La Piedad, Salvatierra y Maravatío para una mejor funcionalidad de la pastoral orgánica y una mejor atención de sacerdotes y fieles. Mons. Alcaráz creó tres Santuarios Diocesanos en la Piedad, Salvatierra y Tlalpujahua. Favoreció la creación en Morelia del Seminario Menor de Santa María de Guadalupe para Diócesis necesitadas de sacerdotes como una dimensión misionera de su Iglesia Diocesana, a un año tres meses de su arribo a Morelia como Arzobispo, le toco la creación de la nueva Diócesis de Celaya, para la cual cedió 30 parroquias, tres vicarías y sesenta sacerdotes. El Papa Juan Pablo II aceptó el 20 de enero de 1995 su renuncia al gobierno pastoral de la Arquidiócesis de Morelia, después de 22 años y medio de incansable labor pastoral. Agobiado por varios padecimientos murió el año de 2006 tan egregio Pastor. Vida fecunda, incansable, alegre y de una voz a la cual conocían siempre sus ovejas.
Que trabajo cuesta, el ser feliz
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cómo va a ser fácil, lograr aquello a lo que todos aspiran. La felicidad, tiene un alto índice de demanda, ya que todos quieren, vivir en ese estado. Y .¿Quién no anhela ser feliz? Pero lo deseado por todos, tiene un precio muy alto. Y la felicidad, no es algo que se da por hecho, se necesita hacerlo. Ser feliz, es tarea de todos los días. La felicidad no es un producto terminado, a cada quien le toca construirla. Y para edificar, se requiere poner y quitar. Es necesario añadir todo el recurso que tengamos, ya que la felicidad lo es todo. Pero también hay que quitar todo obstáculo que impida realizarla. Se necesita un cambio en el modo ordinario de pensar, hay que romper con lo amargo del pasado. Por desgracia, traemos siempre a la mente, la lista interminable de nuestros enemigos. Nos gusta revivir la escena de la desgracia. No es fácil eliminar los pensamientos amargos, de ser así, nadie tuviera malos pensamientos. Pero sabemos que no es así de sencillo. Y tal parece, que nos agrada probar la hiel amarga, de lo que ya no existe. Un pensar agradable, es laborioso. El pensar positivo es camino a la felicidad, y que trabajo cuesta. Si esto fuera fácil, nadie sería víctima de sus propios pensamientos.
La felicidad cuesta trabajo, porque requiere de pensamiento y voluntad. Se requiere actitud positiva. Y fuerza de voluntad para vivir lo bueno. Para alcanzar felicidad, hace falta sabiduría. Y el hombre sabio, es el que aprende a tomarle sabor a la vida; es el que distingue lo bueno de lo malo, y no lo confunde. Para ser feliz, no hay que apegarse al sentido propio, éste no siempre es conveniente. Todo desprendimiento es doloroso, romper con el modo de pensar y con la forma ordinaria de vivir, cuesta trabajo; pero es un esfuerzo necesario, por conquistar la plenitud de vida. Una felicidad sin Dios, es un bienestar ficticio; hay que buscar al Señor, para lograr lo que tanto anhelamos. Ya lo dice el Evangelio, que el Reino de los cielos, es como aquel que ha encontrado la perla preciosa, y vende todo lo que tiene, con tal de no perder lo más valioso. La felicidad no es negociable. En esta vida muchas cosas se intercambian, menos la felicidad. Nadie renuncia a ser feliz, por la felicidad de otro; todo hay que sacrificar por ella, menos la felicidad misma. Todo lo bueno cuesta sacrificio. La felicidad es lo mejor, y por ella hay que sacrificarlo todo. Por eso afirmamos, que ser feliz cuesta trabajo. Pero vale la pena el esfuerzo.
Publicación
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El “Señor” que no existe en el Padre nuestro y la “Señora” que no existe en el Ave María
A
Por P. Kino
ctualmente como encargado de la catequesis, he recorrido varias parroquias de nuestra Diócesis Potosina. Me he dado cuenta que en algunos lugares al decir el Padre Nuestro añaden la palabra “Señor” que en la oración no existe. El lugar donde lo ubican es el siguiente: …santificado sea tu nombre venga a nosotros tu reino, hágase SEÑOR tu voluntad en la tierra como en el cielo… ¿De dónde salió el Señor? ¿Quién se lo puso? Obviamente no lo sabemos, lo cierto es que quien tengamos la costumbre de añadir esa palabra en nuestro rezo la suprimamos. En el número 2759 del catecismo de la Iglesia católica está escrito del Padre nuestro, y podemos darnos cuenta de la ausencia del “Señor” al que me estoy refiriendo. Igualmente, en el número 2676 del Catecismo, se nos narran las palabras del ave maría. En ocasiones algunos fieles o sacerdotes decimos “… Santa María, madre de Dios, ruega SEÑORA por nosotros… ¿de dónde salió la Señora? Igual que el Padre nuestro, no lo sabemos, y también la tenemos que suprimir de nuestro rezo. Creo que tenemos que esforzarnos por saber bien las oraciones, adaptarnos a los textos que nos propone la Iglesia, unificarnos en el momento de hacer la oración comunitaria, sino cada quien va añadir alguna palabra donde crea que conviene, haciendo de la oración todo un “merequetengue”. Tal vez alguien puede decir que exagero, pero lo he pensado diez mil millones de veces y pienso que no soy para nada exagerado… Bueno queridos lectores, espero que este pequeñísimo artículo haya sido de provecho para algunos, y si otros ya sabían lo que aquí externé, pues como quiera ya lo leyeron. Hasta pronto.
Mi hijo es homosexual Queridos lectores: Con todo respeto voy a tratar este tema que me pidió una persona que vive en carne propia esta situación. Mi hijo es homosexual ¿Cómo aceptar esta realidad? Todavía recuerdo el día que me dijo abiertamente sus tendencias hacia uno de sus mejores compañeros de la escuela. Yo veía que desde muy chicos se juntaban, salían, se reían y compartían como unos auténticos amigos que se querían. Nunca me imaginé que entre ellos había despertado el deseo y el gusto por una persona de su mismo sexo. Lo más curioso, es que se ve tan varonil, no tiene absolutamente ningún aspecto afeminado que deduzca esa preferencia. Ciertamente es muy cuidadoso en su persona, su higiene, su ropa; pero nada, totalmente nada que me indique su atracción por el otro. Cuando mi hijo lleva a su novio a mi casa y están en la sala besándose, no lo soporto. Y si le digo que eso no lo hagan delante de mí o en mi casa, me responden que ellos no tienen por qué esconderse, ya que para ellos es normal y tienen el derecho de expresar lo que sienten. Comienza la discusión y me alegan que viven en un país libre, democrático y laico, que la ley les reconoce sus derechos y los protege de cualquier discriminación. Es más, me anunciaron que se irían a la Ciudad de México para formalizar su relación mediante el matrimonio civil y piensan adoptar un hijo y vivir allá. Y como saben que yo no estoy de acuerdo con esto, se ha roto todo contacto y diálogo con mi hijo, que es parte de mi vida. Yo me siento tan defraudada de mí misma, y me pregunto una y otra vez… “¿En qué fallé?”. Yo respondo lo siguiente: Estoy consciente que la homosexualidad es una situación que se ha dado en nuestro mundo por siglos y en diferentes culturas y que su origen psíquico permanece inexplicado.
Todavía me pregunto, si se nace o se hace. Pero también me queda claro que según la Sagrada Escritura, este acto se representa como una depravación grave. Basta ver Génesis 19, 1-29, donde unos ángeles llegaron a Sodoma y el pueblo quería abusar de ellos. Los ángeles le dijeron a Lot que habían sido enviados para destruir la ciudad, porque eran muchas las quejas en su contra que habían llegado hasta Dios. San Pablo a los Romanos (1,24-27), manifiesta que Dios manda un castigo merecido por su extravío a quienes prefieren a personas de su mismo sexo: “…sus mujeres cambiaron las relaciones sexuales normales por relaciones contra la naturaleza. Igualmente los hombres, abandonando la relación natural con la mujer, se apasionaron unos por otros, practicando torpezas, varones con varones, recibiendo en sí mismos el castigo merecido por su extravío”. También hay otras citas que hablan de lo mismo en 1 Co. 6, 10; 1 Tm 1, 10; y la tradición ha declarado siempre que los actos homosexuales son intrínsecamente desordenados (Catecismo de la Iglesia Católico Nos. 2357-2359). En 1973, la Asociación Americana de Psiquiatría, decidió eliminar la homosexualidad del Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales; y el 17 de mayo de 1990, la Organización Mundial de la Salud, elimina la homosexualidad y la transexualidad de la lista de enfermedades mentales. Un gran número de personas son homosexuales de forma instintiva, no eligen esta condición y sin embargo tienen que ser acogidos con respeto y evitar toda discriminación injusta. Quiero reconocer que es muy difícil vivir esta situación y que ciertamente debemos y tenemos que vivir en la tolerancia y en el respeto de quienes tienen estas preferencias; sin embargo, también de parte de ellos, tiene que haber respeto para los quienes no los aceptan. Si fuera su hijo ¿Usted qué haría? Hasta la próxima.
El hombre y su comunidad Por Pbro. José Antonio Martínez Ortiz.
El trabajo y la siembra C
omo hay que trabajar para ganar, así hay que sembrar para cosechar. El premio del sembrador es una cosecha abundante. Siembra un granito de maíz, nace plantita que casi no promete, pero crece y da una, dos y hasta tres mazorcas o elotes, depende del terreno. San Paulo es muy lógico, dice: “El hombre siembra y riega, pero el que da el fruto, las semillas multiplicadas, sólo las de Dios”. Tal vez al labrador le dio flojera levantarse, pero la venció, arriba y a trabajar; porque sólo el trabajador merece premio. El trabajador de esta tierra es una lección, una vitamina para que trabajemos para el alma, para el Cielo. Una obra buena es una semilla, el premio del esfuerzo, de la buena voluntad, la tierra que preparemos, dará mucho fruto para la vida eterna.
Síntesis: Todo hombre quiere crecer y vivir en el seno de una familia. En la comunidad familiar, es donde mejor se puede sentir amado y valorado. En familia se toma el gusto por la vida, al saber que somos alguien ante los demás y para los demás. En estos tiempos, vivimos el deterioro del vínculo familiar. Hay muy poca estabilidad en los hogares. Esta siendo muy común el divorcio en los matrimonios. Los hijos sufren la impotencia ante los problemas de los padres.
Pero nunca olvidemos que el sembrador es Dios, que nosotros somos sus campesinos, sus labradores.
Señor siembra en nuestros corazones la semilla de la fe, de la esperanza, de la obediencia y del amor, para que demos frutos para la vida eterna.
Una característica muy lamentable de nuestra época es la violencia vivida en las familias. Los niños viven y sufren la violencia familiar. Un problema propio de estos tiempos es el estrés, causado entre otras cosas porque las crisis económicas obligan a trabajar a papá y mamá. Por tanto la familia vive un ritmo demasiado aprisa, que provoca intranquilidad en los padres y ello influye en la estabilidad de la familia. Todo lo anterior termina repercutiendo en la sociedad. La sociedad que es una familia más amplia, es una sociedad violenta. Todo ello ha llevado a vivir a la comunidad en crisis de identidad, por tanto se ha perdido la armonía. “El Ángel del Señor se le apareció en sueños y le dijo: José, hijo de David, no temas tomar contigo a María tu mujer porque lo engendrado en ella es del Espíritu Santo. Dará a luz un hijo, y tú le pondrás por nombre Jesús, porque él salvará a su pueblo de sus pecados”. (Mt 1,19-21). La familia es la primera escuela de la vida, es en familia donde aprendemos a vivir en comunidad. Y donde se puede vivir en la donación y en el compartir unos con otros. En la comunidad familiar cada quien poniendo al servicio de los demás lo que Dios le ha dado.
De la escuela familiar y de la experiencia vivida en casa, se pasa a vivir en una familia más grande que es la comunidad. Es difícil vivir con los demás, pero es imposible vivir sin ellos. Nos necesitamos porque no somos autosuficientes. El hombre existe constitutivamente con los demás, está orientado hacia los otros, vive su vida gracias a los otros. La relación con el otro es como una especie de apertura hacia Dios. El hombre no puede realizarse ni llegar a ser plenamente humano, sin la presencia de otras personas en el mundo. La persona para poder subsistir tanto en lo material como en lo espiritual, necesita coexistir con los demás. Sin diálogo no hay comunidad. Sin respeto a los demás no hay armonía. Sin
…Pero las Horas de tu amor han emigrado Por Luis Ricardo Guerrero Romero gromeroluisricardo@gmail.com
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el griego ´Ωραι, las Horas, que ha sido traducido al latín como Horae; Horae era el nombre de las divinidades de las estaciones del año, siendo hijas del fabuloso Zeus y la noble Temis, sus nombres son: Eunomia, la disciplina; Dice, justicia; Eirene, la paz. ─Tres divinidades, cuatro estaciones, tres por cuatro, 24─. Se les reconoce al igual por el nombre de: Talo, Auxo, Carpo; brotar, crecer, fructificar, respectivamente. Tienen aspecto natural, pero también otro aspecto de estabilidad social, las Horas daban estabilidad al pueblo. Algunos íconos dejan ver tres chicas tomando una plata o flor en sus manos. Las Horas se solían dividir en cuatro: prima hora, al amanecer; hora sexta la que precede al medio día; vespertina, al ocaso del sol; vigilia, a la media noche, (también aplicada al medio día). Las Horas (divinidades) custodiaban el cielo, ─tal vez de allí el famoso ¡ya le llego su hora!─. Cabe señalar que es incorrecto decir ¿Qué horas son?, es más propio ¿Qué hora es?, pues el referente es una sola hora. Se halla: Hora sidérea (tiempo ocurrido desde la última vez en que un punto del cielo llamado Primer Punto de Aries pasó por arriba de nuestro meridiano, pero tomar las hora sidérea los días suelen ser más cortos): Hora solar (la antiquísima que marca el reloj solar); Hora babilónica (la duración de tiempo desde el último amanecer); en fin: la hora legal, civil, hora UTC, antes GMT, itálica, temporaria o histórica, etc. Para saber sobre estas horas, habrá que dedicar varias horas.
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Los libros y sus autores
La tarea de pensar Manuel Cruz Tusquets Editores, 2004, 224 páginas
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omo señala el autor de este ensayo, “pararse de pensar sobre el fundamento de nuestro quehacer (…) solo puede dar lugar a efectos positivos”, aunque solo sea para dejar constancia de nuestra precaria condición como seres humanos en busca de sentido. En la TAREA DE PENSAR, el libro de Manuel Cruz aborda una seria de intuiciones y problemas como los que se enfrentan desde hace años.
En tiempos actuales, la actividad de los filósofos su demorado preguntar por los fundamentos, su obsesión por las precisiones y las puntualizaciones o la constante reflexión sobra la naturaleza de su actividad- puede resultar más intempestiva e inactual que nunca. En constante diálogo con el pasado Manuel Cruz indaga la tarea de pensar, y se pregunta por la función de la historia de la filosofía y ofrece por último, algunas claves para entender la filosofía del presente. La tarea de pensar no es una introducción a la filosofía, ni pretende brindar doctrinas y recetas fáciles: depende del esfuerzo por comprender los signos de un mundo que es hoy “una fuente inagotable de perplejidad” A cerca del autor Manuel Cruz es un filósofo español, catedrático de filosofía contemporánea en la Universidad de Barcelona y director de la revista Barcelona Metrópolis. Actualmente es director de las colecciones “Pensamiento Herder”, entre sus múltiples obras, se puede encontrar Las malas pasadas del pasado, Barcelona Anagrama editada en 2005.
Iglesia Universal CIUDAD DEL VATICANO.- el Papa Benedicto XVI exhortó a los católicos a tener una conciencia sensible a la verdad, a Dios, que permita obrar siempre el bien y evitar el mal allí donde se encuentre, a ejemplo del rey Salomón: “‘Concede, a tu siervo, un corazón dócil para juzgar a tu pueblo, para discernir entre el bien y el mal’. Y el Señor lo escuchó, así Salomón se hizo famoso en todo el mundo por su sabiduría y la rectitud de sus juicios”. el Pontífice resaltó que “cada uno de nosotros tiene una conciencia para ser, en cierto sentido, ‘rey’, es decir, para ejercer la gran dignidad humana de actuar según la recta conciencia, obrando el bien y evitando el mal”. ROMA.- El ministro de relaciones exteriores de la República de Benín, Nassirou Bako-Arifari, presentó en una conferencia de prensa la visita de Benedicto XVI que tendrá lugar del 18 al 20 de noviembre próximo. “Es un honor para toda África”, expresó. A principios de julio, con motivo de los 40 años del establecimiento de las relaciones diplomáticas entre la Santa Sede y Benín, el ministro de exteriores, en una entrevista, había subrayado las buenas relaciones de la Iglesia con el gobierno y su contribución en la construcción de la nación, tema central del encuentro de la delegación beninesa con Mons. Dominique Mamberti, Secretario de la Santa Sede para las relaciones con los Estados. MADRID.- EL Cardenal Antonio Cañizares Llovera, animó a los jóvenes a participar en la próxima Jornada Mundial de la Juventud Madrid 2011 (JMJ) y auguró que encontrarán en Benedicto XVI al “Papa de la esperanza”. Señaló que “jóvenes de todo el mundo, necesitan un gran mensaje de esperanza”, que es “el hecho mismo del encuentro con el Papa”. A menos de un mes de la JMJ, el Cardenal recordó que el Papa anunciará a los jóvenes la gran esperanza que necesitan. “La persona de Jesucristo, para que ellos le sigan sin ningún miedo, ahí donde está el futuro, ahí donde pueden encontrar respuesta a los grandes problemas que ellos tienen”, indicó.
Iglesia en México MÉXICO.- El pasado mes de mayo monseñor Aguiar Retes fue nombrado Presidente del Consejo Episcopal Latinoamericano, con lo cual su capacidad de liderazgo queda nuevamente demostrada no sólo a nivel nacional, sino en el ámbito latinoamericano. Ni duda cabe que para este personaje el diálogo es fundamental; sabe que se puede entablar una comunicación clara y respetuosa, sin importar filiaciones políticas o creencias religiosas. CIUDAD DE MÉXICO.- Se lleva a cabo en el atrio de la Basílica de Guadalupe desde 23 al 31 de julio. Bajo el lema “Leer para crecer, crecer para vivir”, la XIII Feria del Libro Católico que organizan la Comisión de Cultura de la Arquidiócesis de México y la Asociación de Editoriales Católicas Unidas, con el fin de evangelizar y difundir el pensamiento cristiano a través una gran variedad de material. Este evento -que durante 12 años ha contado con una extraordinaria respuesta de sacerdotes, religiosos y laicos-, se lleva a cabo del 23 al 31 de julio en la explana de la Basílica de Guadalupe, y la inauguración estuvo a cargo del rector del santuario, Monseñor Enrique Glennie Graue. SAN LUIS POTOSÍ.- Todo listo para vivir la Jornada Mundial de la Juventud en Madrid del 16 al 21 de agosto. Para esta jornada participarán ciento veintiséis jóvenes de la pastoral juvenil diocesana y que son asesorados por la misma Dimensión de Pastoral Juvenil, cabe mencionar que no es el único grupo de potosinos que se encontraran en dicha jornada, pues hay otros grupos o jóvenes que de manera personal se aventurarán a vivir esta bella experiencia. Felicidades y que se llenen de esperanza en este encuentro de fe.
“Denles ustedes de comer…” (Mt 14,16)
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a multiplicación de los panes es el único relato de milagro que aparece en los cuatro evangelios. No sólo es el único que aparece en todos los evangelios, sino que dos de ellos (San Marcos y San Mateo) tienen además lo que podría llamarse un duplicado de la multiplicación de los panes, lo que es comúnmente distinguido en la edición de la Biblia como la primera y la segunda multiplicación de los panes. Su peculiar presencia en los cuatro evangelios es un testimonio múltiple de gran relevancia, que le da a la multiplicación de los panes un lugar especial entre todos los milagros realizados por Jesús. La frecuencia de este milagro no sólo
habla de su autenticidad, sino, sobre todo, de la gran importancia que tuvo en la formación de la comunidad y, si fue fundamental en la formación de la Iglesia naciente, es porque tiene un relevante significado. Este milagro es clasificado como un milagro de don o de donación. En este tipo de milagros, destaca ante todo la gran compasión de quien ejecuta el milagro, pues comúnmente no existe petición o suplica de parte de nadie para que Jesús lo ejecute, únicamente es su alta sensibilidad frente a la necesidades de los demás lo que lo lleva a realizarlo. De esa manera, en la multiplicación de los panes Jesús decide DAR, decide alimentar, ejer-
ciendo así el Señorío de Dios que da de comer a su pueblo. La estructura verbal del milagro (pronunció la bendición, partió los panes, los dio a sus discípulos) parece tener una directa alusión a la Eucaristía. Justamente este motivo debió haber sido de capital influencia para que nuestro milagro tuviera una amplia difusión, pues el tema eucarístico fue fundamental en la formación de la comunidad. De hecho el Cuarto Evangelio recoge el discurso del pan de vida justo como una continuación de este milagro, delatando
así el vínculo que desde antiguo se creo entre la multiplicación de los panes y la Eucaristía. Por otra parte, algunos consideran que, además de la Eucaristía, el relato de la multiplicación de los panes tiene como trasfondo el Salmo 23, el Salmo que describe a Dios como un pastor providente: “El Señor es mi pastor, nada me puede faltar. Él me hace descansar en verdes praderas, me conduce a las aguas tranquilas y repara mis fuerzas… Tú preparas ante mí una mesa… y mi copa rebosa”. A pesar de no pocas diferencias en los relatos, los tres primeros evangelios mantienen el imperativo de Jesús a discípulos: “denles ustedes de comer”. Destacando así la participación de los discípulos en este milagro de Jesús, quizás el único milagro en el que ellos se ven involucrados. Además, Mateo será más específico que Marcos al señalar que Jesús partió los panes, los dio a sus discípulos “y ellos los distribuyeron entre la multitud.” Esta nota definitivamente involucra a los discípulos en la distribución de los bienes de Jesús. Al ser este relato uno de los más importantes en la formación de la Iglesia naciente, señalar la presencia y participación de los discípulos era algo fundamental para ratificar la continuidad de la obra de Jesús en la actividad misionera de los apóstoles.
pa 6ta. eta la n e l l na Vocacio enil Vocaciona v Equipo u eso J del Proc
Con gran alegría las Secretarias de las diversas Parroquias, Templos, Capillas y Notarías de nuestra querida Arquidióceis, escucharon el mensaje evangélico y vivificante de nuestro Pastor, Mons. Luis Morales Reyes, acompañado del Pbro. Lic. Eduardo Córdova Bautista, de Mons. Sebastián Zárate Guzmán del P. Moisés Morones Valderrama, en una Concelebración Eucarística.
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e Jóven es Se llevó de Arcoiris de l 14 a acab Nuestra o en la Parroq l 17 de julio. uia Señora de la Pa de z.
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Por una Misión Permanente Se reúne la Provincia de San Luis Potosí siones y Dimensiones que conforman los trabajos pastorales de la Provincia de San Luis Potosí.
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s ya la tercera reunión que se lleva a cabo en la Provincia de San Luis Potosí. Como sabemos, esta provincia está formada por las Diócesis de Matehuala, Cd. Valles, Zacatecas y San Luis Potosí. Para esta ocasión, la sede fue Jesús María, lugar de encuentro espiritual para muchas personas que buscan un descanso en la contemplación, en la meditación y en la oración en el Señor. El encuentro estuvo integrado por los señores Obispos de la Provincia: Don Lucas Martínez, Obispo de Matehuala; Don Roberto Octavio Balmori, Obispo de Valles, Don Jesús Carlos Cabrero, Obispos de Zacatecas y Don Luis Morales Reyes, Arzobispo de San Luis Potosí. Además cada uno de los encargados de las Comi-
El objetivo de esta reunión fue la de reflexionar sobre los desafíos que tiene esta provincia, en cuanto la situación que está viviendo, para discernir las urgencias de la Provincia y optar por prioridades y sugerir líneas de acción para nuestro caminar. Para ello, es necesario que las Comisiones y las Dimensiones, diseñen una planeación y realicen programas de conjunto desde esta perspectiva de la misión permanente. Para ello, es necesario que todos los que formar esta Provincia: tanto Obispos, sacerdotes, vida consagrada y laicos se conviertan en audaces misioneros ya que, sin ellos, no puede realizarse la Misión Permanente. Ante esto, es necesario, que la Iglesia recupere su identidad de Discípula-Misionera de Cristo, es decir, que promueva y forme Discípulos-misioneros, que respondan a la vocación recibida y comuniquen el gozo del encuentro con Jesucristo. Para que la Misión Permanente no quede en el discurso demagógico, en un idealismo ingenuo, en un proyecto estéril, urge que estemos dispuestos a lanzarnos a iniciarla, no obstante las dificultades que se tengan que enfrentar, siendo esta la conclusión.
UN VIVO REFLEJO
del rostro de Jesús, María y José,
PRIMEROS MIGRANTES
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Por Azucena Madrigal
l pasado viernes 15 de julio del 2011, se celebró en lo que fue la Casa de la Caridad por 5 años (Anexo a la Parroquia San Juan de Guadalupe), una Misa presidida por el Pbro. Rubén Pérez Ortiz, titular Por LCC Angélica Maldonado Morales de la Pastoral Social-Cáritas Diocesana, en la que estuvo presente todo el equipo de colaboradores, y alrededor de 20 migrantes en representación de quienes por 15 años recibieron ininterrumpidamente techo, alimento, cobijo, ropa, calzado, atención médica y espiritual. El Padre Rubén exhortó a los presentes a caminar con la certeza de llegar a una Nueva Tierra; a estar unidos en este Éxodo que con los hermanos migrantes se recorrerá hasta no encontrar “el lugar prometido”. Asimismo agradeció al Pbro. Cenobio Miranda Esparza el haber facilitado las instalaciones e invitó a seguir orando, al tiempo de iniciar a partir de ese momento las acciones para seguir apoyando a los hermanos migrantes en distintos puntos de la ciudad.
JULIO 31 DE 2011
Dos nuevos Diáconos para TEPETATE nuestra Iglesia Potosina Por LCC Angélica Maldonado Morales
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l pasado 17 de julio de 2011, la parroquia de San Miguel Arcángel, del Tepetate, Villa de Arriaga, festejó su primer año de erección como parroquia. Celebró la santa Misa su párroco, el P. Antonino Palomo Juárez, participando en ella todas las comunidades así como el coro Mensajeros de la Paz, de San Miguelito SLP.
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l Diaconado se define como un Ministerio de la Liturgia de la palabra y de la caridad. El Diácono, por tanto, participa según un modo propio de las tres funciones de ENSEÑAR, SANTIFICAR Y GOBERNAR, que corresponde a los miembros de la jerarquía. Proclama e ilustra la Palabra de Dios; administra el Bautismo, la Comunión y los Sacramentales; anima a la comunidad cristiana, principalmente en lo que se refiere al ejercicio de la caridad y a la administración de los bienes”. “El Ministerio de estos clérigos, en sus diferentes aspectos, está impregnado del sentido del SERVICIO que da nombre al Orden Diaconal, que se dirige en primer lugar a Dios y en nombre de Él, a los hermanos; pero la Diaconía es también servicio al Episcopado y al Presbiterado. Así lo señaló el pasado viernes 22 de julio, nuestro Pastor, Mons. Luis Morales Reyes, quien Ordenó a 2 nuevos Diáconos en la Santa Iglesia Catedral Metropolitana Potosina, acompañado de nuestro Arzobispo Emérito, Mons. Arturo Antonio Szymanski Ramírez y de un gran número de Sacerdotes que quisieron acompañar en esta fecha inolvidable al señor Juan Hernández Ortiz, perteneciente a la Parroquia de Ntra. Sra. de Fátima y al señor Alfredo Farías Gómez, de la Parroquia de San José de Reyitos. Al Diácono Juanito lo ayudaron a ponerse la dalmática, --vestidura propia de los Diáconos--, el P. Benjamín Moreno Aguirre y el P. José Robledo Landeros, sus Padrinos; mientras que al Diácono Alfredo, lo ayudó a
revestirse el P. Apolonio Villa Garcés. Ambos Diáconos hicieron sus votos boca abajo ante su esposa, hijos y toda la comunidad ahí reunida, y recibieron el Evangeliario de parte de nuestro pastor, Mons. Luis Morales Reyes, quien además les impuso las manos y finalmente los felicitó. Nuestro pastor agregó en su predicación: “El Orden Diaconal está unido por los vínculos de obediencia y comunión. De este modo, todo el Ministerio Diaconal, constituye una unidad al servicio del plan divino de redención, cuyos distintos ámbitos están fuertemente unidos entre sí: el ministerio de la Palabra conduce al Ministerio del Altar, el cual, a su vez, comporta el ejercicio de la Caridad”. “Los Diáconos que ejercitan una profesión, deben saber dar a todos un ejemplo de HONESTIDAD Y ESPÍRITU DE SERVICIO y tomar pie de las relaciones profesionales y humanas para acercar a las personas a Dios y a la Iglesia. Deberán empeñarse en que sus acciones estén de acuerdo con las normas de la MORAL INDIVIDUAL Y SOCIAL, por lo que no dejarán de consultar al propio Pastor cuando el ejercicio de la profesión sea más un OBSTÁCULO que un MEDIO DE SANTIFICACIÓN”. “El Diácono casado da testimonio de fidelidad a la Iglesia y de su VOCACIÓN DE SERVICIO, pero también compagina la vida familiar. De ahí se sigue que resulta necesario el consentimiento de la mujer para la Ordenación del marido y que es necesario reservar una particular atención pastoral a la familia del Diácono, de manera que pueda vivir con alegría el empeño de marido y de padre, y sostenerlo en su ministerio”.
Templo Parroquial de
Jesús Divino Maestro CONJUNTO ARQUITECTÓNICO DEL INTERIOR A un costado del Altar Mayor se encuentra el acceso a la sacristía, la cual es antecedida por un pequeño nicho con venera que alberga la imagen escultórica del Señor de la Misericordia, sobre el cual se lee la inscripción “VIRGO TVO GLORIA PARTUS” y muy cerca la pequeña pero acogedora Capilla dedicada al Santísimo, cuyo Sagrario nos muestra en relieve a los doce apóstoles.
segunda de dos partes
Los muros del recinto en su parte baja están recubiertos de lambrín de madera. La cubierta del recinto es una losa con nervaduras, la cual en algunos puntos deja entrar la iluminación cenital al recinto. Sobre el acceso, ocupando todo lo ancho del templo se encuentra el coro con tribuna y el acceso a los nichos funerarios de similar distribución a los que hay también en planta baja y en ambos la iluminación es a través de coloridos y atractivos vitrales con temas y símbolos religiosos. El Templo Parroquial alberga la escultura de la Divina Providencia, San Judas Tadeo, María Inmaculada, San Pío de Pietrelcina, Jesús Resucitado, así como la imagen de la Virgen de Guadalupe y la Santísima Virgen del Buen Parto entre otras. Sin olvidarnos de un cuadro de Jesús. Y como toda Iglesia, cuenta con las Estaciones del Viacrucis.
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a Fiesta Patronal de la Parroquia Jesús Divino Maestro se celebra cada 15 de Mayo, precisamente el día en que se festeja el Día del Maestro y su Párroco actual es el Pbro. Juan Carlos Carrera Rodríguez. La fecha de erección de esta hermosa Parroquia data del 13 de febrero de 1993.
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JULIO 31 DE 2011
Mañana sí H
ay quienes viven según la actitud de aquel viejo tendero que colocó en un ángulo de su negocio un letrero que decía: «Hoy no fío, mañana sí». Pero como no quitaba el letrero, tampoco fiaba jamás. El avaro es uno de éstos. A juzgar por lo que dice –y lo dice cada vez que puede-, hay que ahorrar hoy para disfrutar mañana. Lo que nunca dice es qué entiende por mañana (aunque uno ciertamente lo adivine: un futuro lejano y mítico que nunca llegará). Otro de esta misma raza es el perezoso. También él asegura descansar ahora para trabajar después. ¿Cuándo? Nadie lo sabe, ni él, y si alguien se lo pregunta muestra un semblante severo y descompuesto. «Después es después», dice en ese tono tajante con el que suelen darse por terminadas las conversaciones que ya están resultando incómodas. De igual manera obra el indeciso. Más tarde va a hacer esa llamada que tiene que hacer, hoy no; más tarde resolverá ese problema que ya le quita el respiro; más tarde decidirá eso tan urgente que tiene que decidir. Más tarde. Es decir, después, dentro de una hora, mañana, en el futuro.
Lo que acomuna a aquel tendero de mi pueblo con el avaro, el perezoso y el indeciso es su tendencia a la postergación, al aplazamiento, a dejar para mañana. El hoy no tiene para ellos ninguna importancia, pues éste es siempre efímero y provisional, algo así como la antesala de lo que vendrá después, si es que por alguna razón inexplicable viene. A Dios, sin embargo, le gusta el presente, le gusta el hoy. De lo contrario no lo habría creado ni nos hubiera hecho vivir en él. Porque, hay que
recocerlo, Él, en su sabiduría infinita, pudo ciertamente haber diseñado nuestras vidas como la de esos condes dráculas que sólo salen de su ataúd en determinados días (mejor dicho, en determinadas noches) según un calendario personal hecho a su medida: «Hoy, fulano de tal, no te toca vivir, mañana sí». En cambio, quiso que le pidiéramos el pan de cada día, no el de mañana, porque –según la interpretación de una niña de catecismo, muy inteligente- se nos haría duro y no nos lo podríamos comer. Suplicar,
ORACIÓN PARA VIVIR EL DÍA DE HOY «Señor, dame una buena digestión y, naturalmente, algo para digerir. Dame la salud del cuerpo y el buen humor necesario para mantenerla. Dame un alma que no conozca el aburrimiento, los lamentos, los suspiros, y haz que no me irrite con esa cosa tan molesta que es mi yo. Concédeme el sentido del ridículo y haz que entienda las bromas para que mi vida tenga un poco de alegría y así la pueda compartir a los demás. Amén». SANTO TOMÁS MORO (1478-1535)
pues: «Danos el pan de cada día», significa pedir también: «Danos la fuerza para vivir el día de hoy, danos la alegría que nace de tener pan y líbranos de la angustia de no tenerlo, o de tener sólo el de mañana». En efecto, sería absurdo que tuviéramos el pan del futuro y que en el presente viviéramos como mendigos (como le sucede al avaro). Por eso decir «danos hoy» quiere decir también «danos el hoy». Los que rezan el padre nuestro aceptan (o debieran aceptar) profundamente el momento presente. En la Sagrada Escritura, en el libro de Nehemías (8,10), hay un indicio de cómo quiere Dios que vivamos el día de hoy; nos lo dice a través del sacerdote Esdras, que se encuentra arengando al pueblo en una situación muy especial: «Porque este día está consagrado a nuestro Señor, no estéis tristes, ni lloréis: la alegría de Yahvé es vuestra fortaleza». No estéis tristes, no lloréis. Si estas palabras me las dijera mi compadre, habría mucha razón para tomarlas a la ligera, o incluso para despreciarlas. Después de todo, mi compadre ¿qué sabe?
¿Por qué no he de llorar, si la vida no me ha tratado nada bien? ¿Por qué no he de estar triste, si todo lo que emprendo me sale mal? «A mí nunca me han querido, ni en la escuela. Nunca, en ninguna parte, me han amado», dice sollozando el personaje de un cuento de Fedor Dostoievski (18211881) ¡Pero, hijo mío, tú no eres la excepción! Lo mismo podría decir el 99,9% de la humanidad. Lo mismo podría decir también yo. Pero, ¿y qué? No estéis tristes, no lloréis. Se trata nada menos que de una orden de Dios: es Él quien nos lo manda a través de un libro en el que yo sé que está contenida la Palabra eterna. También Jesús dijo una vez a una viuda pobre: «No llores» (Lucas 7, 13), y, como las anteriores, también éstas son palabras de Dios dirigidas a mí, por lo que es preciso obedecerlas. Comentando este pasaje del evangelio de Lucas, el padre Luigi Giussani (1922- 2005) escribió una vez: «¡Mujer, no llores! Qué inimaginable es que Dios –Dios, Aquel que hace el mundo en este momento- al mirar y escuchar al hombre pueda decir: ¡Hombre, no llores! ¡Tú, no llores! No llores, ¡porque yo no hice tu vida para la muerte, sino para la vida! ¡Por ello te traje al mundo y te rodeo de gente! Hombre, mujer, niño, tú, ustedes, no lloren. ¡No lloren! Existe una mirada que los penetra hasta los tuétanos y un corazón que los ama hasta la profundidad última de su destino, ¡un corazón y una mirada que nadie puede desviar!». Por lo menos hoy no, hoy no estéis tristes ni lloréis. Como el tendero, habría que poner en una parte especial de nuestra vida (acaso en nuestro mismo corazón) un cartel que dijera: «Hoy no estaré triste, mañana sí». Y, como él, tampoco moverlo nunca de su lugar.
Mas vale decir: “no sé”, que ponerse en ridículo diciendo desatinos (segunda parte)
El origen de la costumbre de brindar
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espués de todo es muy posible, que el verbo castellano brindar se derive del latino propinare y éste del griego propinein que significa beber antes que otro. Y no es mucha corrupción para que de la voz propino se haya formado el verbo brindo. Admitido ya por doctos poliglotos. En lo que respecta a la cosa significada, no puede negarse que es antiquísima; pues Suetonio (ca.69ca.126), en La vida de Tiberio, habla de la costumbre de brindar; no solo como admitida en su tiempo entre los romanos y practicada mucho antes por los griegos y dice: “Desde el principio los griegos tenían la costumbre de celebrar reuniones solemnes, a las que llamaban Filotesias, en ellas bebían en copas de oro y plata llenas de vino y antes de gustarlas ofrecían dones conforme al uso”. En Ateneo (ss-I–II d.C.) se lee: “Cuando Alejandro en casa de Medio Thesalo hubo cenado, invitó a todos los veinte comensales a que al mismo tiempo tomaran sus copas” (lib.10. cap. II.). Por la Sagrada Escritura, aún en tiempos muy anteriores, se encuentran los brindis a los que se conoce también como propinaciones; pues el verbo propino, aplicado al vino, se halla cuatro veces en la Vulgata; dos en Jeremías, una en Isaías, y otra en Amós. Es verdad, que en Isaías, más propiamente significa regar, que brindar; pero en Jeremías, y Amós, tiene común significado: de que se colige la mucha antigüedad de la práctica de brindar, mas no su origen. Ni creo, que en historias sagradas, ni profanas, se halle un testimonio que pueda hacer constar dicho origen. En defecto de pruebas fehacientes, se admiten conjeturas; yo me aventuro a opinar, que los brindis tuvieron su primer origen en las libaciones de vino, que al principio se ofrecían al verdadero Dios, y después también a los dioses falsos. Estas libaciones se hacían derramando el vino sobre la víctima, como que se ofrecía y convidaba con él a la Deidad. Pero
había en ellas una considerable diferencia. Calmet, exponiendo aquello del capítulo 28 de los Números: “Y derramareis la cuarta parte de un hin de vino por cada cordero en el santuario del Señor”, dice, que en los Sacrificios, que por sí hacían los sacerdotes, todo el vino preparado se vertía sobre la víctima; pero en los sacrificios, que se hacían por los particulares, solo parte del vino se derramaba en obsequio de la Divinidad, cediendo la otra a los sacerdotes. Y aún el sacrificio, o libación de Melquisedec, que se refiere en el capitulo 14 del Génesis, hizo aquel sacerdote Rey distribución de la materia de la oblación entre la Divinidad y los soldados de Abraham, aunque eran seglares: Melquisedec ofreció primeramente, en oblación a Dios, quemando parte del pan y derramando parte del vino, en acción de gracias por la victoria de Abraham. Luego, lo que sobró del pan y del vino, lo distribuyó entre los soldados de Abraham para que participando de la libación, lo comieran. Esta era, pues, la costumbre en el sacrificio, en tiempo de paz. Esta misma costumbre se trasmitió a los gentiles en las oblaciones que hacían a sus falsos dioses, y de aquí viene aquella significación del verbo
Por Lic. Ricardo García
libare que se halla en algunos autores profanos, uno de ellos es un tal Passeracio que dice: “Esto es, ofrecer parte a los dioses”; lo cual se confirma perfectamente con el modo antiguo de brindar, que era como consta del pasaje de Suetonio en la obra ya citada, habiendo bebido parte del licor contenido en el vaso, entregar este a otro para que bebiese la parte restante. Es también conforme a la significación más propia, o específica del verbo propino, ya propuesta arriba: “Degusto y bebo antes la copa y luego la entrego a los otros”. Después este modo de brindar se cambió en el de provocar uno a otro a beber, bebiendo aquel primero y posteriormente incitando a cada uno a que lo haga, pero cada uno en su vaso. Este cambio se hizo por higiene. Lo que actualmente se estila al brindar, parece el acto más impertinente, y ridículo del mundo. ¿Qué querrá decir brindo por la salud de ustedes? ¿En caso que el licor, que bebe Pedro, sea en sí mismo saludable, el beberlo Pedro puede influir en algo para la salud de Juan? Ni vale decir, que Pedro provoca a Juan para que beba, cuya acción puede conducir a salud. Ciertamente no es
ese el sentido de las palabras, pues también se brinda, y muy frecuentemente, por la salud de los ausentes a quienes no se provoca a beber, ni ellos saben entonces, que se hace tal acción en su obsequio. Como quiera que esta formula ridícula y abusiva, parezca moderna, tiene a su favor una grande antigüedad, pues San Ambrosio (340-397) en el capítulo 17 de Elia & Jejunio, habla de este abuso, como ya muy común en su tiempo y lo reprehendía y execraba, por ser ocasión de que se bebiera en exceso: “Bebamos por la salud de los emperadores; el que no beba sea reo por su falta de devoción... bebamos por la salud del ejército, por la fuerza de los comicios, por la salud de los hijos... ¡O estupidez humana que juzga sacrificio a la embriaguez! A los brindis se les señala una antigüedad superior a doce siglos. No obstante, Plauto, que existió doscientos años antes de Cristo, dice en la Comedia intitulada Persa, Acto 5, Ecena I. Se ve, que ya en su tiempo se hacían los brindis con imprecaciones de salud: “Por el bien mío, por el bien tuyo, por el bien de mi amiga. Y en la comedia Stychus: “Te ofrezco la décima parte de mi copa, bebe placenteramente de ella y brinda por el bien de ustedes, el nuestro, el tuyo propio, el mío y el de nuestra estancia”. Fray Benito Gerónimo Feijoo, para apoyar sus conjeturas, continúa en su escrito, exponiendo argumentos muy interesantes que aquí no comentamos por falta de espacio. Siendo Feijoo un hombre tan sabio, bien pudo proponer, como una verdad absoluta cualquiera de esos argumentos, pero no lo hizo por honestidad intelectual. Ejemplo que deberíamos tener como norma quienes nos dedicamos a escribir, sobre todo acontecimientos históricos a los que muchas veces, algunos les ponen patitas y manitas, según su conveniencia o intereses personales.
Fe y política
Panorama de la organización política de nuestro país (segunda y última parte)
Por Ettore Gotti Tedeschi
Por Pbro. Valentín Carbajal Méndez semyvale@hotmail.com
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l poder Ejecutivo se confía al Presidente de la República. Él es elegido cada seis años por voto directo de los ciudadanos mexicanos. Es quien se encarga de dirigir al gobierno, basándose en las leyes que aprueba el poder Legislativo. El Presidente nombra como sus colaboradores más cercanos (que forman el gabinete), a los Secretarios de Estado. Hay 18 Secretarías de Estado, y tres Procuradurías. Los Secretarios de Estado se encargan de administrar los programas de salud, turismo, ecología, educación, comercio, energía, la procuración de justicia, la autonomía de la nación, el cobro de los impuestos y las relaciones con otros países, entre otros. Algunos nombramientos los aprueba el senado, como los de los procuradores, los embajadores y los oficiales del ejército. El poder Judicial está encargado de vigilar que se cumplan la Constitución y sus leyes y que todos los mexicanos tengan acceso a la justicia, sin distinción de raza, edad, sexo, nivel económico o religión. También tiene a su cargo la protección de las garantías individuales y sociales de los mexicanos. Otra de sus funciones es equilibrar las acciones del poder Legislativo y del Ejecutivo. Este poder está formado por la Suprema Corte de Justicia, el Tribunal Electoral, los Tribunales Colegiados, los Tribunales Unitarios de Circuito, los Juzgados de Distrito y el Consejo de la Judicatura Federal. De acuerdo con la Constitución Mexicana, el gobierno de México, además de dividirse en tres poderes, debe cumplir tres características principales: Ser democrático, Representativo y Federal (artículo 40° constitucional). Democrático, porque todos los miembros de la sociedad mexicana podemos participar en la elección y ser elegidos libremente y sin presiones de ningún tipo, a los que serán nuestros gobernantes. Ellos, a su vez, tienen la obligación de gobernar de acuerdo con nuestros intereses y además informarnos acerca de sus acciones. En esta forma de gobierno la autoridad la tiene el pueblo y se basa en la idea de que en nuestro país debe haber libertad, igualdad, respeto a la ley, progreso para la población, respeto a las garantías individuales, sucesión periódica de los gobernantes y existencia de partidos políticos, entre otros principios.
Los hijos, el motor de la recuperación económica bservando la población de los países occidentales —en particular, los países que se podrían definir “maduros”, como los Estados Unidos y los que forman la Europa de los 20— se nota que el porcentaje de población con una edad por encima de sesenta años sigue creciendo sensiblemente. Hoy las personas comprendidas en esa franja de edad representan cerca de un cuarto del total. En los países emergentes, en cambio, no llegan a un décimo. Y ya se nota que los costes de esta tendencia en realidad no son sostenibles.
Representativo, porque la autoridad no la podemos ejercer todos los que habitamos en México. Por esa razón, elegimos a algunas personas como los diputados, los senadores y demás funcionarios gubernamentales para que nos representen y ejerzan la autoridad en beneficio del pueblo, que fue quien los eligió. Federal, porque está formado por 31 estados libres (o entidades federativas) con su propio gobierno, sus propias leyes, un territorio definido y su propia población. También forma parte de la República el Distrito Federal, donde se encuentra la sede del gobierno federal. Unidos, los estados y el Distrito Federal forman una federación de estados que se rigen por las leyes que integran la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos. Por eso, cuando hablamos del Estado, nos referimos a la organización Federal que rige a toda la República. En cambio, cuando se habla del estado de San Luis Potosí, sólo se menciona a esa entidad federativa, que junto con las demás forman la federación de estados que componen nuestro territorio. El gobierno de cada estado es autónomo o independiente. La población de cada estado elige al gobernador (para un periodo de 6 años) y a sus diputados locales (para un periodo de 3 años). También tiene su propia constitución, que contiene leyes que responden a sus necesidades específicas, pero las leyes de los estados en ningún caso pueden contra ponerse a la Constitución Federal de todo el país. Además, cada estado tiene su capital y está dividido en municipios gobernados por el Ayuntamiento. Ahí, el responsable es el presidente municipal y las personas que forman el cabildo (elegidos para un periodo de 3 años), a quienes también elige el pueblo.
El envejecimiento de la población puede considerarse, de hecho, el verdadero origen de la crisis económica actual. Pero en el próximo decenio sus efectos corren el riesgo de no ser ya soportables, porque el porcentaje cada vez mayor de personas que sale de la fase productiva se transformará en un coste fijo imposible de absorber y de sostener por parte de quienes producen. Además, cada vez menos personas entran en el ciclo productivo y, cuando logran entrar, lo hacen muy lentamente. Sin considerar los cambios del concepto de ocupación generalizado hasta hace poco tiempo. Los costes de una población cada vez más anciana no podrán, por lo tanto, ser sostenidos por los jóvenes, los cuales, además de ser cada vez menos, podrían también preguntarse por qué deberían hacerlo, sobre todo si son inmigrantes. Otro fenómeno, menos observado, relativo al envejecimiento de la población está en el cambio de la estructura del consumo. Sintetizando un poco cruelmente, se podría afirmar que se compran menos coches, pero más medicinas. Está cambiando, y cambiará cada vez más, también el ciclo de producción del ahorro, en disminución y destinado a desplomarse: primero porque ha debido sostener el consumo; y segundo, a causa de la drástica reducción de los ingresos. Frente a esta realidad, es indispensable tener la valentía de afrontar el tema de los nacimientos y del envejecimiento de la población. Descuidarlo es perjudicial, y por esto ya es improrrogable la planeación de estrategias para sostener concretamente a las familias en su vocación natural a tener hijos. Sólo así se podrá poner en marcha una verdadera recuperación económica. Una familia de hoy con dos salarios gana menos de lo que ganaba hace treinta años la misma familia con un sólo salario. Y esta es la consecuencia del crecimiento de los impuestos sobre el producto interno bruto, que se han duplicado en el mismo período precisamente para absorber las consecuencias del envejecimiento debido a la caída de los nacimientos. Los gobernantes de los países “maduros” deben invertir en la familia y en los hijos para generar un rápido crecimiento económico, gracias a la activación de factores como el aumento de la demanda, el ahorro y las inversiones. Así las personas ancianas serían más aceptadas, y no sólo soportadas, como a veces sucede hoy. En el fondo, la naturaleza misma enseña que si el hombre y la mujer no engendran hijos es difícil que alguien cuide de ellos cuando envejezcan. El Estado puede intentarlo, pero con costes altísimos.
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La vida es gratis U
n argumento que esgrimen muchos de los que están resentidos con la vida, o decepcionados de ella, al discutir con sus padres es: “yo no te pedí la vida”. A esto recurren cuando los padres les quieren hacer ver que ellos les dieron la vida. Es absurda esta manera de pensar y de expresar; es cierto que ellos no pidieron nacer, porque no estaban aquí, y la nada no tiene voluntad, por no tener existencia. Por otro lado, aún en gestación, ellos no pudieron pedir venir o no aquí, puesto que eran demasiado pequeños en el vientre materno y además no hablaban, o bien, la madre no entiende el lenguaje del bebé en su vientre; aunque es una maravilla que sí logren entender ese mismo lenguaje cuando llevan en sus brazos a sus bebés. Y, curioso, cuando somos pequeños, estamos muy agradecidos por estar en este mundo al que evidentemente no pedimos venir; nos va bien, no trabajamos, no producimos, pero sí que comemos, dormimos y vestimos; somos protegidos, nada nos falta; tenemos el calor de un hogar y de una heroína que no permite que nada ni nadie nos haga daño. En ese momento no se nos ocurre que no pedimos venir a este mundo; sencillamente lo disfrutamos y lo agradecemos. Y lo vivimos plácidamente. Lo mismo ocurre cuando estamos creciendo; nos gusta alimentarnos, sentir calor, cariño, aprobación; nos gusta aprender cosas nuevas a cada instante y a cada día; luego vamos a la escuela y, al interactuar con los demás niños, sabemos que el mundo es más grande, que hay mil cosas por conocer, descubrir y aprender; el mundo es fabuloso.
¿Por qué cuando alguien dice que no pidió estar aquí no piensa también que tampoco pidió leche, pan, calor, vestido, escuela y amigos, padre, madre y hasta hermanos?
Quien dice tales cosas en el fondo solo es malagradecido, o bien, como se decía al principio, está profundamente resentido consigo mismo, con los demás, con el mundo y con Dios. Tal vez deberían reflexionar al menos un poco, así podrían darse cuenta que, como decía el viejo Facundo en una de sus canciones: “lo mejor de la vida es gratis”. Así podrían valorar la vida con más justicia. Es que nadie de nosotros pidió vivir; la vida tampoco viene de nuestros padres, Dios la da. Él nos crea. El mundo tampoco pidió venir a la existencia. Dios lo hizo porque quiso, pero más que eso, él creó el universo porque es bueno. Nuestros padres contribuyeron a la obra creadora del Dios que bendijo al ser humano al crearlo y decirle: crezcan y multiplíquense. Quien da algo, cualquier cosa, lo hace porque es bueno. Si uno, por ejemplo, da limosna o socorre con un poco de pan a un pobre, lo hace porque
es bueno; es cierto que el pobre pide pan, pero es cierto que el que es bueno no da solamente porque se le pide; algo en su corazón le dice que la obra creadora de Dios necesita de su colaboración. El haber recibido algo sin merecerlo y sin pedirlo es motivo de agradecimiento; no de rechazo, no de reproche; no se puede entender como alguien recibiendo amor prefiera estar en la esquina del rencor de la inconformidad. Si uno pide algo, corre el riesgo de que lo que pide le sea negado, entonces se siente frustrado, lastimado, hecho a un lado; si pide algo y recibe lo que pide, venga de donde venga, entonces está más que agradecido, y entonces piensa que en el mundo hay gente buena; nunca se hará rebelde contra quien le hace algún bien; ¿cómo es posible entonces que alguien, que recibe sin pedir, pueda rebelarse, enojarse y despreciar aquello que gratuitamente recibió? Lo que es gratis es para agradecer; ambas palabras tienen la misma raíz: gracia. El que da sin que se le pida, refleja en su propia persona la imagen de Dios de la cual fue hecho; es generoso, como el creador, es bueno. Esto es a lo que llamamos misericordia: que aun sin merecer, recibimos. Necesitamos ahuyentar la rebeldía hacia el bien que nos hacen. Recordemos que lo mismo que el Buen Dios nos hizo sin merecerlo, el Hijo de Dios nos rescató y nos dio la vida eterna, y tampoco la pedimos. Dejémonos de resentimientos, pidamos al Jesús el don del agradecimiento, porque con nada podemos pagar ningún bien recibido (y la vida es el primero) y rechazar el bien o el rechazar la vida, lo mismo la terrena que la futura, es rechazar al generoso Dios que nos la dio gratuitamente.
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Palabra de Dios
No quiero compromisos de ningún tipo
Denles ustedes de comer Evangelio según San Mateo 14, 13-21 El aquel tiempo, al enterarse Jesús de la muerte de Juan el Bautista, subió a una barca y se dirigió a un lugar apartado y solitario. Al saberlo la gente, lo siguió por tierra desde los pueblos. Cuando Jesús desembarcó, vio aquella muchedumbre, se compadeció de ella y curó a los enfermos. Como ya se hacía tarde, se acercaron sus discípulos a decirle: “Estamos en despoblado y empieza a oscurecer. Despide a la gente para que vayan a los caseríos y compren algo de comer”. Pero Jesús les replicó: “No hace falta que vayan. Denles ustedes de comer”. Ellos le contestaron: “No tenemos aquí más que cinco panes y dos pescados”. Él les dijo: “Tráiganmelos”.
Por: Pbro. Jorge Aurelio Ramírez Torres Dir. Espiritual de Teología
M
i nombre es Nicolás Arriaga, tengo 28 años, soy profesionista. Mi pregunta sería la siguiente: Realmente como cristianos y miembros de la Iglesia ¿Qué podemos hacer en un mundo donde por ejemplo, cada vez se está imponiendo más el individualismo, el sexo desenfrenado, el materialismo ante todo, y el rechazo de cualquier forma de compromiso? En caso de un servidor, por lo pronto no quiero compromisos de ningún tipo, háblese de noviazgo, o posteriormente matrimonio… aunque en algunas ocasiones participo en actividades de la Iglesia y demás, es muy fácil preferir faltar, y dejar a un lado este apoyo a los demás y pensar mejor únicamente en uno mismo… buscar la ropa más cara, las marcas más prestigiadas, salir a los lugares más “de moda”, y poder recurrir a los placeres físicos como sexo, alcohol, y demás. ¿Dónde queda por ejemplo en este caso el Cristianismo?, y aunado a esto ¿Cómo darle valor a este punto realmente? Cuando todos en tu sociedad te ven mal, o te motivan a que participes en las actividades de la “sociedad”. Esto sin duda alguna produce un choque muy tremendo que desemboca muchas veces en depresión, falta de saber, qué es lo que realmente importa en este mundo… ¿no cree?
N
icolás, en el servicio que, desde hace 20 años prestó como sacerdote, percibo que los jóvenes y la mayoría de las personas estamos sumergidos en un sistema social en el que la religión es el consumismo, en el cual tú tienes derecho a existir en la medida que produzcas, compres o vendas. De no ser así , entonces eres tratado como un verdadero objeto desechable. Los dioses de esta religión son el dinero, el poder y el placer, sus ministros son las grandes empresas transnacionales y sus catedrales son los centros comerciales y los espacios de “diversión”, sus profetas son los medios de difusión que, a base de lavarnos el coco, nos crean necesidades falsas. Estamos padeciendo los efectos de una guerra provocada por la dictadura económica mundial que funciona por la sobreproducción y el sobreconsumo. Todo esto ha provocado que caigamos en el vacío existencial y la falta de rumbo y entonces en las relaciones humanas se impone la ley de la selva, donde el hombre es un verdadero lobo para el hombre. Como efecto de lo anterior tenemos toda una generación entrampada en un pavoroso miedo al compromiso y en un afán de querer “comprar” todo aquello que pueda llenar ese vacío y hacer sentir que se cubre la propia desnudez y fragilidad. Todos queremos ser estrellas que necesitan reflectores para brillar, maniquies que requieren de marcas y etique-
tas para salir del anonimato. Hoy las marcas y las etiquetas hacen al hombre y, entre menos persona sea uno, más marcas y etiquetas requiere. Me alegra que tú, como joven cristiano, te detengas a cuestionarte y busques alguna respuesta. Junto a la realidad arriba descrita, hoy también encontramos muchas opciones de servicio y ayuda a la comunidad, creo que como sociedad hemos ido buscando respuestas a la cuestión ecológica, a la situación de personas con capacidades diferentes, o de los derechos humanos, tú, como profesionista, puedes aportar mucho, ojalá, en unión con otros jóvenes, puedas apoyar personas y grupos vulnerables. Al respecto, en la Sagrada Escritura encontramos este texto: “Les recomiendo que sirvan a Dios en verdad y hagan lo que es agradable en su presencia. Manden a sus hijos que practiquen la justicia y la limosna; que se acuerden de Dios y bendigan su nombre en todo tiempo, en verdad y con todas sus fuerzas” Tobías 14,8 Respecto a comprometerse en la vida, resultan muy inspiradoras las palabras de Jesús: “Ámense los unos a los otros como yo los he amado. Nadie tiene amor más grande que quien da la vida por sus amigos” Jn 15,12-13. Si tienes dudas o comentarios sobre el tema escribe a: jorgeaurelioslp@hotmail.com
Luego mandó que la gente se sentara sobre el pasto. Tomó los cinco panes y los dos pescados, y mirando al cielo, pronunció una bendición, partió los panes y se los dio a los discípulos para que los distribuyeran a la gente. Todos comieron hasta saciarse, y con los pedazos que habían sobrado se llenaron doce canastos. Los que comieron eran unos cinco mil hombres, sin contar a las mujeres y a los niños. Palabra del Señor Gloria a ti Señor Jesús
Comieron todos El Señor nos ofrece hoy la invitación a no emplear nuestra energía en buscar cosas que no son capaces de llenar nuestra vida; y la acción del Señor Jesús que multiplica el pan para todos, nos indica que en Él lo tenemos todo. El Señor Jesús se presenta como el compañero del camino en la vida del hombre, hacia el Reino definitivo de Dios. Y ofrece pan a los necesitados, incluso Él mismo se hace pan para el peregrino. El Señor Jesús actúa con amor, cura a los enfermos, da pan a los hambrientos… y aun así los que lo rodea no logran comprenderlo todavía. El signo de partir el pan, que hace Jesús, es como lo hacía el padre en la familia Judía y lo comparte con la gente; esta familia de Jesús es “el que escucha mi Palabra y la pone en práctica”. Es el Señor Jesús quien multiplica el pan y son sus discípulos quienes los distribuyen, así la invitación queda clara: Él nos da el pan, Él lo multiplica, Él sacia nuestra hambre, pero también es necesario nuestra colaboración, nuestra ayuda, para que el pan llegue a todos. Ojalá no renunciemos a esta hermosa tarea y dejemos a muchos esperando el pan de la vida. Somos nosotros quienes tenemos que proclamar que el pan y la salvación es para todo hombre sin distinción alguna; también somos nosotros los invitados a colaborar para que la salvación llegue a todos los pueblos, porque la fe tiene que ser misionera. Por Pbro. José de Jesús Cruz Rodríguez
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PRE-SEMINARIOS 2011
C
“Síganme, y os haré pescadores de hombres” (Mt 4,19)
on mucho éxito, gozo y esperanza se llevó a cabo el Pre-Seminario para los alumnos que terminaron tercero de secundaria. Dicha experiencia se realizó en las instalaciones del Seminario Menor del 11 al 16 de julio del presente, se esperaba que los participantes arribaran al lugar a partir de las 10:30 a.m.; sin embargo, su curiosidad fue mayor que no se hizo esperar más su llegada y desde las 9:00 a.m. hicieron presencia. Pudimos darnos cuenta que Dios sigue llamando a quien Él quiere, prueba de ello se ve reflejado al recibir a los adolescentes de diferentes parroquias, que desde su historia personal concreta nunca perdieron sus ideales e ilusiones que los hizo llegar a este Pre-Seminario, acontecimiento que quizás jamás se volverá a repetir en sus vidas, pues es una experiencia única y el protagonista es el mismo adolescente. Una vez más resuena la voz de Cristo que les invita y les dice: “Venid conmigo, y os haré pescadores de hombres.” La respuesta sin duda alguna de estos chicos será personal y libremente. El objetivo de este Pre-Seminario es claro, se le invita al adolescente a vivir una experiencia de encuentro, oración y convivencia fraterna que propicie un clima favorable para el discernimiento vocacional tratando de descubrir los signos vocacionales, conocer la vida de formación y actividades del Seminario de manera que cada uno pueda optar por el seguimiento de Cristo y así se prepare para comenzar la primera etapa de formación en el Seminario Menor. Todo comenzó con la Eucaristía de apertura, la cual presidio el Pbro. Rolando Maldonado Salas (Vicerrector del Seminario Menor), acompañado
es otro medio para que el chavo se dé cuenta que está inmerso en un mismo mundo en el cual Dios sigue llamando y esperando a que el hombre le responda. Son muchos los talentos que estos muchachos darán a la Iglesia, poseen cualidades que prometen esperanza y paz, pero es necesario orar para que cada día su entrega sea más generosa y perseveren en su vocación.
de otros sacerdotes, entre ellos: el Promotor Vocacional el Pbro. Noé Francisco Estrada Hernández, el Rector del Seminario Mayor el Pbro. Erasmo Valero Sánchez, el Director Espiritual del Seminario Menor el Pbro. Ignacio Ortega; en la que se encomienda todo el trabajo de esta experiencia y se les exhorta a los participantes a no tener miedo y dejarse moldear por el alfarero que es Cristo. Durante la semana, se vivieron actividades que les permitieron descubrir poco a poco su llamado, se les brindaron herramientas para poder integrarse con los demás y darse cuenta que son muchos los llamados y que su vocación es diferente. Una actividad concreta que les ayudó a darse cuenta de ello fue la dinámica titulada “5 Pistas para tu vida” la cual hace que el adolescente descubra que la integración, deporte, estudio, convivencia y oración son indispensables en la vida de un seminarista y posteriormente en la vida diaria de un sacerdote. La oración fue otro momento clave en la búsqueda de los muchachos, pues es ahí donde Dios habla pero es necesario que el que escucha no se resista a la voz de Dios. El Pre-Seminario da esta oportunidad de encuentro entre el Maestro y el discípulo, mismo que al conocerlo se llenará de gozo y lo llevará a otros para que le conozcan. Pues haber encontrado a Cristo es lo mejor que os ha pasado. Los muchachos tuvieron oportunidad de escuchar otras experiencias, testimonios vocacionales de sacerdotes que al igual que ellos un día sintieron el llamado de Cristo y le siguieron; lo dejaron todo, pues la promesa de Cristo llenó su corazón. El itinerario de este acontecimiento no es aburrido, el participante tiene oportunidad de afianzar sus conocimientos en clase, aprender a convivir a través del deporte, conocer más sobre la vocación observando algún video que tenga mensaje para su discernimiento. El escuchar a otros,
La presencia del Sr. Arzobispo entre los muchachos, siempre es un aliciente en su búsqueda, pues es figura paternal que aconseja, motiva, consuela, exhorta. Don Luis en su visita dentro de la Eucaristía les invitaba a los adolescentes a valorar su vida, esa vida que se tiene no por mérito propio sino por amor y voluntad de Dios. Les decía: “Dios te pensó, soñó, amó y por ello hay que ser agradecidos con él. Tú eres un joven con fuerza y tenacidad, haz tuyas las palabras del Beato Juan Pablo II, no tengas miedo de responder al Señor y seguirlo; no acalles su llamado.” Sin duda alguna que su invitación resonó en el corazón de cada uno de estos muchachos, pues es Cristo quien sigue invitando. Estas y muchas cosas más vivieron estos jóvenes inquietos. Agradecemos a todo el equipo de apoyo que hizo posible la realización de tan grata experiencia. Concluyó este Pre-Seminario con una solemne Eucaristía presidida por el Promotor vocacional Diocesano, quien con mucha alegría agradeció la presencia y valentía de estos jóvenes, posteriormente entregó a cada participante su respectivo reconocimiento. “Rogad pues al dueño de la mies, que siga enviando más trabajadores a sus campos”
JULIO 31 DE 2011
¿Le duelen mucho las rodillas?
¿Le han dicho que el único tratamiento es la cirugía?
El padecimiento en donde se desgasta el cartílago se llama artrósis Homeopatia y productos naturales
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