Los Rostros del Beato Juan Pablo II
2do. Año 3
No. 148
Semana del 04 al 10 de diciembre de 2011
L
os profetas mantenían encendida la esperanza de Israel. Nosotros, como un símbolo, encendemos estas dos velas. El viejo tronco está rebrotando se estremece porque Dios se ha sembrado en nuestra carne... Que cada uno de nosotros, Señor, te abra su vida para que brotes, para que florezcas, para que nazcas y mantengas en nuestro corazón encendida la esperanza. ¡Ven pronto, Señor! ¡Ven, Salvador!
Un Santo
para nuestro siglo
E
l Vaticano ofreció hasta finales de noviembre, en la Sala Pablo VI, la muestra titulada “Los Rostros del Beato Juan Pablo II”, obra de la joven artista polaca Anna Gulak. La artista de 30 años de edad dijo que con esta obra desea que el mundo recuerde la humanidad del Gran Beato Wojtyla, al que llamó “un verdadero hombre de Dios”. La obra consiste en ocho pinturas gigantes en blanco y negro, junto a una escultura del extinto Pontífice hecha con un material semejante al bronce. En una entrevista concedida el 3 de noviembre, Gulak dijo que realizar esta obra le ayudó a conocer y profundizar su fe. “La posibilidad de esculpirlo a él fue un día esculpir mi fe de un golpe”, indicó. Gulak también explicó que inspirarse en el Beato Wojtyla le cambió la vida, pues “sus dichos, sus enseñanzas eran también maravillosas lecciones de vida para mí”. “Tuvo una gran influencia en mí, ya que hubo un tiempo en mi vida que creía, pero no tanto como pensaba”, añadió. No es la primera vez que Gulak retrata a un pontífice. En el año 2009 realizó, a petición de la Sede Apostólica, la Medalla Pontificia para el Papa Benedicto XVI. Del Beato Juan Pablo II “aprendí mucho, y también tengo mucho por aprender. No solo de su personalidad, sino también de su amabilidad, su amor, su maravilloso carácter…”. La artista declaró que la personalidad de Wojtyla enamoró su alma, “no solo porque él fue el Papa Polaco. Para mí, eso queda en un plano secundario”, sino porque “era un gran ejemplo del amor de Dios”. “Para mí, él refleja el amor de Dios”, “él era un ejemplo de la presencia de Dios en el mundo de hoy”, concluyó. Durante su pontificado, Juan Pablo II solía recordar que la belleza es un regalo de Dios. “En un sentido muy real puede decirse que la belleza es la vocación a la que el Creador le llama con el don del talento artístico”, y el artista “vive una relación peculiar con la belleza”, afirmaba entonces el ahora beato.
DICIEMBRE 04 DE 2011
Editorial
A
lo largo de más de dos mil años de su historia la Iglesia Católica ha atravesado experiencias de mucho sufrimiento, dolor y persecución. Pero también de inmensa alegría, paz y reflexión. Dios se ha manifestado en ella suscitando hombres y mujeres de una profunda fe expresada en su su vida y obras. Dios nunca nos ha dejado solos, ha puesto a las personas adecuadas en los momentos adecuados. Ha enviado a las personas más idóneas para ayudar a su rebaño con su reflexión, su filosofía o teología, en los momentos más álgidos y difíciles de su caminar hacia la casa del Padre. Expresión de todo esto son los Concilios Ecuménicos y los escritos de muchos teólogos, como Santo Tomás de Aquino, surgidos en el silencio de la oración hecha frente al Señor sacramentado, así como la vida de muchos santos, reconocidos o no, que nos han dejado su testimonio que nos dice que sí se puede ser hoy discípulos y misioneros del Señor de nuestra historia.
Benedicto XVI habla sobre Juan Pablo II Tomado de una entrevista concedida por Benedicto XVI a la Televisión Estatal Polaca Su amistad con el Cardenal Wojtyla “Personalmente le conocí sólo en los dos precónclaves y cónclaves de 1978. Naturalmente había oído hablar del cardenal Wojtyla, al principio sobre todo en el contexto de la correspondencia entre los obispos polacos y alemanes en el ‘65. Los cardenales alemanes me informaron del enorme mérito y la contribución del arzobispo de Cracovia, que era el alma de esta correspondencia realmente histórica. Había oído también hablar a mis amigos universitarios sobre su filosofía y su gran figura como pensador. Pero, como he dicho, el primer encuentro personal tuvo lugar en el cónclave del 78. Desde el comienzo sentí una gran simpatía por él y, gracias a Dios, el cardenal de aquel tiempo me otorgó desde el principio su amistad, inmerecida por mi parte. Estoy agradecido por la confianza que me dio, sin mérito mío alguno. Sobre todo, viéndole rezar, comprendí, no solo vi, que era un hombre de Dios. Esta era la impresión fundamental: un hombre que vive con Dios, más aún en Dios. Además me impresionó la cordialidad, sin prejuicios, con la que se encontró conmigo. En estos encuentros del pre-cónclave de los cardenales tomó la palabra en diversas ocasiones y ahí tuve también la posibilidad de percibir su estatura de pensador. Sin grandes palabras así surgió una amistad, desde el corazón y, nada más producirse su elección, el Papa me llamó en diversas ocasiones a Roma para charlar y al final me nombró Prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe”.
Uno de estos grandes personajes fue Juan Pablo II, el hombre venido de un país lejano, como él mismo lo dijo el día de su elección, aquel dieciséis de octubre de 1978. Un Papa carismático que hizo que el mundo volviera a mirar hacia la Iglesia. Sabio, escritor fecundo, hombre de una profunda espiritualidad, condujo al rebaño a él encomendado, por los senderos tortuosos de finales del milenio pasado, hacia los años nuevos de un milenio que iniciaba con la fe y la esperanza de que sus años y sus días fueran mejores. Tuvo la gracia de la comunicación, no solo por su capacidad para hablar distintos idiomas, sino por la fuerza que imprimía su sola presencia a tal grado de que mucha gente, al menos en nuestra patria, era capaz de soportar los más intensos fríos o calores con tal de verlo o de escucharlo. Renovó la alegría de sabernos miembros de una Iglesia viva, alegre, dinámica, llena de esperanza y de gozo. Tuvo palabras de aliento para los más pobres, los más sencillos, los enfermos, obreros, amas de casa, intelectuales, pero sobre todo, para los jóvenes. Juan Pablo II fue un hombre forjado en el sufrimiento, hombre de lucha y de esfuerzo que supo afrontar con fe las adversidades de su historia que, con el paso de los años, fueron templando su carácter y su vida misma. Hombre de profunda capacidad intelectual, hombre de diálogo con los intelectuales de su tiempo. Hombre de una grandísima capacidad de contemplación producto de un profundo diálogo con el Dios que le llamó a ser el Vicario de su Hijo aquí en la tierra. Podía estar rodeado de numerosas multitudes o de los ruidos más ensordecedores, pero en el silencio de su corazón transmitía una sensación de tranquilidad y paz. Frente al sagrario o ante el Santísimo Sacramento expuesto, su actitud era la de alguien que en la fe encontraba las palabras para hablarle a aquél que en la Eucaristía nos había dejado su promesa de estar con nosotros todos los días hasta el fin del mundo. Hoy le recordamos con inmenso cariño y gratitud. Hoy oramos por él pidiéndole que él ore por nosotros desde el cielo. Le pedimos que interceda ante el Padre por la patria que tanto amó, la patria que le ayudó a entender que su ministerio debía ser eminentemente misionero. Gracias Juan Pablo II porque sabemos que contamos con tu intercesión.
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Los puntos más significativos del Pontificado de Juan Pablo II según Benedicto XVI R: “Yo diría que podemos tener dos puntos de vista: uno ad extra -al mundo- y uno ad intra -a la Iglesia-. Respecto del mundo, me parece que el Santo Padre, con sus discursos, su persona, su presencia, su capacidad de convencer, ha creado una nueva sensibilidad hacia los valores morales, a la importancia de la religión en el mundo. Esto ha hecho que se crease una nueva apertura, una nueva sensibilidad para los problemas de la religión, para la necesidad de la dimensión religiosa del hombre y, sobre todo, ha crecido -de forma inimaginable- la importancia del obispo de Roma. Todos los cristianos han reconocido -no obstante las diferencias y no obstante su no reconocimiento del sucesor de Pedro- que él es el portavoz de la cristiandad. Nadie más que él, a nivel mundial, puede hablar así en nombre de la cristiandad y dar voz y fuerza, en la actualidad del mundo, a la realidad cristiana. Pero también para los no cristianos y para las otras religiones, él fue el portavoz de los grandes valores de la humanidad. También hay que mencionar que consiguió crear un clima de diálogo entre las grandes religiones y un sentido de responsabilidad común que todos tenemos para con el mundo, pero que también las violencias y las religiones son incompatibles y que juntos hemos de buscar el camino para la paz, en una responsabilidad común hacia la humanidad. Traslademos la atención ahora hacia la situación de la Iglesia. Debo decir, ante todo, que supo entusiasmar a la juventud con Cristo. Esto es nuevo si pensamos en la juventud del ‘68 y de los años setenta. Que la juventud se haya entusiasmado por Cristo y por la Iglesia y también por valores difíciles sólo podía conseguirlo una personalidad con aquel carisma; sólo él podía movilizar a la juventud del mundo por la causa de Dios y por el amor de Cristo, de la manera como él lo hizo. En la Iglesia ha creado -pienso- un nuevo amor por la Eucaristía. Ha dado un nuevo sentido a la grandeza de la Misericordia Divina; y también ha profundizado mucho en el amor a la Virgen y nos ha guiado así hacia una interiorización de la fe y, al mismo tiempo, a una mayor eficacia. Es necesario mencionar lo esencial que ha sido también su contribución a los grandes cambios del mundo en el año ‘89, por la caída del socialismo real”.
DICIEMBRE 04 DE 2011
Apreciados lectores y lectoras: JUAN PABLO II NOS VISITA hoy y mañana. Las reliquias del Beato Juan Pablo estarán con nosotros como una prolongación de la persona, del carisma, del ejemplo y de la enseñanza de Juan Pablo II, el santo que todos conocimos. Nosotros, unidos a todos los mexicanos, estamos muy alegres y agradecidos por esta singular visita. La sentimos como un regalo de Dios y un compromiso para seguir los grandes ejemplos y luminosas enseñanzas que nos dejó como legado este gran Papa, a lo largo de sus casi 27 años de pontificado; de octubre de 1978 a abril de 2005. Viven en nuestra mente y corazón, el rostro, la mirada, la sonrisa, la cercanía y el cariño de Juan Pablo II. No se borran sus gestos y actitudes, llenas de amor por las multitudes, por los niños, por los jóvenes, por los pobres del mundo, por todos, sin ninguna distinción. La fe de los mexicanos quedó marcada por sus cinco visitas a nuestro país, por su amor a la “Morenita del Tepeyac”, y a nuestra patria, por sus cariñosos mensajes de aliento y esperanza, de justicia y paz, de reconciliación y unidad que nos dejó. Mucho se ha escrito sobre la rica personalidad de este Papa santo. Recientemente, yo leía esta descripción de su fisonomía espiritual: Era Juan Pablo II una persona reflexiva, que dedicaba tiempo a pensar antes de tomar una decisión. Tenía claridad de ideas, un pensamiento lógico con un alto grado de concentración. Tenía un heroico espíritu de sacrificio, grande aplomo, dominio de sí mismo; se mantenía firme en sus propósitos hasta conseguir sus objetivos. Se centraba en lo esencial para la solución de los problemas, despreocupándose de las apariencias o del efecto que provocaban. Su actividad era intensa y de alto rendimiento, su voluntad era perseverante, ordenada y organizada. Tenía un entrañable acercamiento espiritual y físico hacia todas las personas, particularmente, hacia los débiles, expresando una caridad pastoral exquisita que siempre brindaba auxilio, apoyo y perdón. Tenía una mirada abierta al futuro y siempre avanzaba en esa dirección. Prueba de ello fue su deseo de entrar al tercer milenio y celebrar el Gran Jubileo del Año 2,000, propósito que mantuvo firme, desde el inicio de su pontificado. Su visión del futuro de la Iglesia
siempre fue de gran optimismo, alentado por una sólida esperanza. Como muestra, recuerdo aquella frase que pronunció en 1990, y que repetía con frecuencia: “En la proximidad del tercer milenio de la Redención, Dios está preparando para la Iglesia una gran primavera cristiana, de la que ya se vislumbra su comienzo” (RM 86). ¡Cuánto necesitamos en estos tiempos de esa visión esperanzadora de Juan Pablo II! Sus reliquias están con nosotros: la urna de cristal que contiene la sangre del Beato y una banda blanca bordada con su escudo papal. “La reliquia de la sangre tiene su origen en que, en los últimos días de la enfermedad del Santo Padre, su médico realizó extracciones de sangre para ponerla a disposición del Centro de transfusiones del hospital “Bambino Gesú”, en vista de una eventual transfusión. Sin embargo, ésta no se realizó y la sangre extraída quedó guardada en cuatro pequeños recipientes. La sangre se encuentra en estado líquido, circunstancia que se explica por la presencia de una sustancia anticoagulante, presente en las probetas en el momento de la extracción”. ¿Por qué se veneran las reliquias? La palabra reliquias viene de la palabra restos; las reliquias de los santos son los restos del cuerpo o de una vestimenta de quien fuera “santo”, es decir, alguien que vivió a fondo el mensaje del Evangelio. Las reliquias son acreedoras de un culto que se llama “de veneración”. La Iglesia lo ha hecho a través de los siglos, comenzando con la veneración de las reliquias de los mártires. No se les ofrece el culto de adoración que sólo se tributa a Dios, sólo se les venera. El culto a las reliquias de los santos se llama relativo porque no se venera materialmente la imagen,
la sangre, el trozo de hueso o la prenda de vestir. Se venera, más bien, a la persona del santo a quien pertenecen las reliquias. Al recordar la vida del Beato Juan Pablo II, les invito a volver sobre uno de sus muchos mensajes visionarios que a mí más me ha impactado. Se trata de su Carta Apostólica, “Novo Millenio ineunte”, que nos entregó, el 6 de enero de 2001, al concluir el Gran Jubileo del Año 2000 y al comienzo del nuevo milenio. Es un reto a nuestros desganos, pesimismos y tibiezas evangelizadoras. “¡Caminemos con esperanza!”, nos decía. Y continuaba: “Un nuevo milenio se abre ante la Iglesia como un océano inmenso en el cual hay que aventurarse, contando con la ayuda de Cristo. Hay que agudizar la vista. Hay que tener un gran corazón. Nuestra marcha debe hacerse más rápida al recorrer los senderos del mundo. Debemos desentumecer nuestras piernas para el camino que nos espera”. A mí me parece admirable y estimulante el vigoroso espíritu que alienta este documento de nuestro Beato. Admirable y estimulante por su audacia y visión esperanzadora de futuro. Admirable y estimulante porque brota del corazón siempre joven de un hombre anciano, enfermo y débil que se encuentra en el umbral del fin de su servicio apostólico. ¿Qué fruto va a dejar la visita de sus reliquias? ¿Valoramos sus enseñanzas? ¿Seguimos su ejemplo de amor a Jesucristo y a la Iglesia? “Y, hasta que nos volvamos a encontrar, que el Señor los guarde en la palma de su mano”.
+Luis, Arzobispo de S. Luis P.
DOS RASGOS GENIALES DE JUAN PABLO II Por Pbro. Juan José Torres Galván
C
uando el Papa Juan Pablo II realizó su segunda visita a México, en el año 1990, tuve la oportunidad de participar en la Concelebración Eucarística que él presidió en la ciudad de Zacatecas. Recuerdo que en esta ocasión el encuentro del Papa estaba dedicado especialmente a los campesinos, obreros, mineros y migrantes. Se concentró una gran multitud de personas, más de dos millones de fieles, para escuchar el mensaje del Papa y participar en la Eucaristía. La organización fue muy buena y se distribuyó a la gente en unas colinas en la cercanía del cerro de la Bufa. En el momento en que el Papa dio su mensaje a los trabajadores, saliéndose del guión escrito con anterioridad, él expresó su alegría por estar con los pobres, recordando que es el lugar donde Jesús quiere a la Iglesia, compartiendo el caminar y la cercanía con los pobres. Citó con exactitud la hermosa frase del Papa Juan XXIII, la Iglesia debe ser la “Iglesia de los pobres”. Al inicio de la Eucaristía, cuando el Papa hizo su aparición ante la multitud, se escucharon con entusiasmo los gritos que decían: “Juan Pablo segundo, te quiere todo el mundo” y aquel otro clamor: “Se ve, se siente, Juan Pablo está presente”. El griterío subía de volumen al grado tal que impedía continuar con los ritos iniciales de la Eucaristía. Con paciencia y alegría, pero también con firmeza el Papa hizo un gesto con sus dos manos, pidiendo que callara aquel clamor y añadió con espontaneidad: “No es lo más importante que el Papa esté presente, lo realmente importante es que Jesucristo está presente en nuestra Eucaristía. Y Jesús se hace igualmente presente cuando un humilde sacerdote celebra la Santa Misa allá, en un lugar apartado, en lo alto de una sierra, acompañado de pocas personas”. De esta manera tan suave y convincente logró que las personas entraran en un clima celebrativo y atento a los misterios de la Eucaristía. Resalto estos dos signos de la presencia pastoral del Papa entre nosotros porque son dos grandes rutas que él nos planteó en su Magisterio: la solidaridad cristiana con el pueblo que sufre y el gran amor a Jesús-Eucaristía. En estos días en que México renueva su gran amor y devoción por la figura del Papa misionero, con ocasión de la visita de sus reliquias a nuestras Iglesias diocesanas, es importante que cultivemos estas actitudes en nuestra vivencia de fe. No hay mejor devoción que aquella que nos lleva a imitar las virtudes de aquellos que nos han precedido en el seguimiento de Jesús.
Nuestra historia
Juan Pablo II
Un Papa histórico y de cifras récord Por Pbro. Rubén Pérez Ortiz
I
ndudablemente los estudiosos de la historia de la Iglesia tendrán mucho que escribir e investigar ante el monumental papado de Juan Pablo II. Ludwing Von Pastor es el más importante biógrafo de los papas ya que abarca desde el papado de Aviñon hasta una obra póstuma de 1933, periodo del cual publica más de 40 tomos, todos ellos de más de 500 páginas. Toda una aportación a la historiografía universal. Si viviera este importante historiador, pienso que muy probablemente le dedicaría varios tomos a este importante papa, figura clave de este siglo. Un pontificado largo, de cifras en todos los aspectos: viajes, canonizaciones, beatificaciones, discursos, etc. De los 264 papas que han existido, el Pontificado más largo fue el de San Pedro que, según los Anales de la Historia, dirigió el colegio apostólico entre 34 y 37 años, seguido del beato Pío IX (1846-1878), con 31 años y siete meses de pontificado y Juan Pablo II, con 26 años. El polaco Karol Wojtyla, cardenal de Cracovia, fue elegido Papa el 16 de octubre de 1978. Tenía 58 años, tomó el nombre de Juan Pablo II en honor de su antecesor Juan Pablo I y se convirtió en el Pontífice más joven del siglo y el primero no italiano desde el holandés Adriano VI (1552). Entre los “récords” acumulados por Juan Pablo II figuran sus 104 viajes internacionales fuera de Italia (a 129 países, algunos en varias ocasiones), más de 200 visitas a diócesis italianas, y más de 300 a parroquias romanas -de las que el Papa es obispo- e instituciones varias de la capital italiana. En sus 104 viajes por el planeta ha recorrido casi 1.200.000 kilómetros, lo que supone 29 veces la vuelta al mundo y más de tres veces la distancia entre la Tierra y la Luna. Ha publicado 14 encíclicas, nombrado a cerca de 3.000 de los 4.000 obispos que hay en todo el mundo; ha dado a la Iglesia Católica 1.330 beatos y 482 santos, con lo que Juan Pablo II ha proclamado la mitad de los santos y beatos con que cuenta la Iglesia Católica. Por países, su Polonia natal ha sido la más visitada, en nueve ocasiones, y le siguen Francia, con siete; España, México y EEUU, con cinco visitas, y Portugal y Brasil, con cuatro.
Ha sido varias veces “primero”: el primer papa eslavo (Sixto V lo era sólo de origen), el primero procedente de un país comunista, el primero que ha recitado en público en un teatro, el primero que ha trabajado en una fábrica, el primero, desde los tiempos apostólicos, que pisó una sinagoga y que ha entrado en una iglesia protestante. En 1993 fue el emperador de Japón, Akihito, el que visitó a Juan Pablo II, en la primera entrevista de la historia entre un soberano nipón y un Papa. El 19 de noviembre de 1996, el presidente cubano, Fidel Castro, visitó al Papa, lo que supuso el primer paso en la normalización de las actividades religiosas en la isla. Esta visita fue respondida por Juan Pablo II en enero de 1998, un hecho sin precedentes en la historia del Pontificado. Ya en el siglo XXI, el Papa recibió a una delegación oficial de la Iglesia Ortodoxa Griega, por primera vez desde el cisma entre Oriente y Occidente, en 1054. Fue candidato al Premio Nobel de la Paz en varias ocasiones y fue el primer Papa que entró en un templo luterano (Roma 1983); habló en una asamblea islámica (Marruecos 1985); visitó una sinagoga judía (Roma 1986) y una mezquita (Damasco 2001), y el 12 de marzo de 2000 entonó un “mea culpa” por los pecados de los hijos de la Iglesia. El 20 de marzo de 2000 viajó a Tierra Santa, donde Celebró la Santa Misa en la Plaza del Pesebre y pidió perdón en el Muro de las Lamentaciones y en el Museo del Holocausto por los errores cometidos por los cristianos que persiguieron a los judíos. Dos días antes de morir, en su última aparición pública, pronunció el discurso más elocuente de su vida, según mi punto de vista: Cuando golpeando el atril ante la imposibilidad de hablar, ya que salió a bendecir y saludar a los jóvenes que se habían congregado ante su agonía, nos dijo: “fidelidad y entrega total hasta el final”. ¡Qué históricos momentos presenciamos!, Fuimos testigos de un papa histórico por su carisma, por su carácter mediático, por sus cifras récord, pero sobre todo, por su santidad de vida. Un papa que murió en su viña, en el surco del trabajo, dándonos un testimonio de heroísmo hasta el final.
Un puente para llegar a Dios
E
l hombre no puede alcanzar a Dios por él mismo. No es suficiente el esfuerzo humano. Y el Señor, que conoce nuestra debilidad, ha creado un puente, para que al caminar por el, se acorte la distancia entre Dios y los hombres. Dios llega al hombre a través del mismo hombre. Por eso nuestro Padre ha decidido que el hijo de Dios, también se haga hijo del hombre. Y en Cristo tenemos a un Dios perfectamente humano. Cristo estuvo en la tierra haciendo el bien. Pero al volver al Padre, nos ha dejado ese puente, que es Pedro; la piedra sobre la cual Dios nos sostiene. El Papa es el SUMO PONTÍFICE, es decir ese puente máximo. Y Juan Pablo II durante varios años y hasta su muerte, fue ese puente para llegar a Dios. El Beato Juan Pablo II, fue el puente entre Dios y el hombre. Para que por su medio, Dios les hablara a los hombres, y éstos sintieran su presencia divina. No cabe duda que él fue un hombre elegido por el Señor. A Juan Pablo II, Dios le encomendó la misión, de hacer eco de la palabra eterna, para ofrecerla a los hombres de su época. Y él cumplió fielmente su tarea; vivió para manifestar a un Cristo humano. Con su trato, su sonrisa y calidez humana, ayudó a los cercanos y alejados a percibir a un Dios, identificado con el hombre. Dios actuaba en él, y por su medio se derribaron los muros de la división, y se acortaron las distancias entre los hombres. Es bueno venerar a la persona de Juan Pablo II, y que nuestro afecto llegue hasta el cielo. Pero siempre hay que dar gracias a Dios por los carismas con los que enriquece a su Iglesia. Tengamos siempre nuestra gratitud a Dios porque mueve a algunos hombres como a Juan Pablo II, para ser puentes por cuyo medio, muchos lleguen conocer la vida en Cristo. Nunca olvidemos que la vida de Juan Pablo II, es una señal que nos remite a Dios. Su amor a Dios, nos debe de contagiar en el amor hacia el Señor y hacia nuestros semejantes.
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Chiquiti bum bombito, chiquiti bum bombito, Juan Pablo segundo, ¡ay qué bonito!
Por P. Kino
L
as llegadas de las reliquias de Juan Pablo II a México han hecho recordar su presencia física entre nosotros hace algunos años. Existen feligreses que lo aman tanto, que llegan al extremo de vestir de Juan Pablo II a los que se van a bautizar o confirmar, situación que ciertamente no es lo más correcto, ya que, imagínese, querido lector, si a los que se acercan a los sacramentos los vamos a vestir del santo o beato al que le tengamos devoción, las ceremonias religiosas parecerían “fiestas” de disfraces o carnavales religiosos. En fin cada quien, solo espero que alguien no se vaya a casar vestido de Juan Pablo II. Cambiando de tema 180 grados, abordaré en este pequeño artículo la Encíclica Veritatis Splendor. - Escrita por Juan Pablo II, fechada en Roma el 6 de agosto de 1993. - Aunque está dirigida especialmente a los Obispos, yo te invito a que la leas. - Trata de algunas cuestiones fundamentales de la enseñanza moral de la Iglesia. - En la introducción se señala el objetivo de la encíclica: “Reflexionar sobre el conjunto de la enseñanza moral de la Iglesia, con el fin preciso de recordar algunas verdades fundamentales de la doctrina católica, que en el contexto actual corren el riesgo de ser deformadas o negadas”. - El capítulo I, gira en base a la respuesta que se le da al joven rico cuando éste pregunta sobre qué ha de hacer para alcanzar la vida eterna, y se estrecha la relación entre vida eterna y cumplimiento de los mandamientos, y luego invita a aquel joven a un camino de perfección que supere la interpretación legalista, y adhiriéndose a la persona de Jesús. No es fácil, pero para Dios todo es posible. - El capítulo II, se titula No os conforméis a la mentalidad de este mundo, (Rm12, 2). Hace reflexiones sobre la libertad, ley natural, conciencia. Se afirma que no hay moral sin libertad, y esta se debe apegar a la verdad. El poder de decidir entre el bien y el mal, pertenece solo a Dios. Libertad y la ley de Dios, se deben compenetrar entre sí. El número 54 nos da la relación que hay entre libertad del hombre y ley de Dios, la cual tiene su base en el corazón de la persona, o sea, en su conciencia moral. Un tema más de este capítulo II, es el de la opción fundamental, la cual es la elección de la fe, de la obediencia de la fe. No deja escapar la oportunidad de decir algo sobre la distinción entre el pecado mortal y venial (70). - El capítulo III titulado Para no desvir-
La canasta afortunada Por Pbro. Lic. Héctor Colunga Rodríguez colunga46561@hotmail.com.
tuar la cruz de Cristo. Se nos dice que en el crucificado la Iglesia encuentra la respuesta al interrogante que atormenta hoy a tantos hombres. Se menciona que el conocimiento de Cristo se ha de hacer vida. La fe se tiene que hacer testimonio. El martirio es el gran testimonio de la santidad de la Iglesia. Se agudiza cada vez más la necesidad de una radical renovación personal y social capaz de asegurar justicia, solidaridad, honestidad y transparencia. La evangelización, comporta también el anuncio y la propuesta moral. Compete a teólogos moralistas, en conexión con la teología bíblica y dogmática, subrayar en la reflexión científica «el aspecto dinámico que ayuda a resaltar la respuesta que el hombre debe dar a la llamada divina en el proceso de su crecimiento en el amor, en el seno de una comunidad salvífica». Los Obispos deben estar al pendiente que la enseñanza moral sea transmitida fielmente. - La conclusión es un ofrecimiento a la
Queridos lectores:
y dije: “es un buen regalo”.
Les voy a contar una peculiar historia. No sé si alguien le dio al Papa Juan Pablo II un regalo personal, pero quiero decirles que yo sí.
A quienes les decía que le iba a regalar al Papa una canastita, tal vez de insignificante valor, se burlaban de mí. Me comentaban que el Papa había recibido de diversas personalidades regalos de buen material y calidad, que cómo se me ocurría darle una simple canasta.
Un sábado temprano antes de mi partida a Roma, fui a Santa María del Río y en el mercado compré unas docenas de canastas pequeñas de múltiples colores, y a precios muy accesibles, porque quería llevarme varios recuerdos para regalar a las personas que iba a conocer. Conforme fui conociendo amigos, les iba dando una canastita; se asombraban del arte de esas miniaturas, y poco a poco la bolsa se estaba quedando vacía. Yo tenía muchos deseos de saludar al Papa Juan Pablo II, pero no había tenido la oportunidad. Y cuando Don Arturo A. Szymanski, era Arzobispo de esta Arquidiócesis, se me dio la ocasión anhelada y sin afán de presumir, visité el Vaticano y saludé al Papa en cuatro ocasiones; de esas, tres entré con Don Arturo y la última por mi cuenta. En la primera, quería darle al Papa algún regalo, sea cual fuere; no podía presentarme ante él con las manos vacías. ¡Y que me acuerdo de las canastas! Solamente me quedaba una,
Llegó la hora; me citaron muy temprano para estar antes de la misa que estaba programada para las 7 de la mañana. Fue impresionante entrar a la capilla y ver al Papa de rodillas haciendo oración. El ambiente era de absoluto silencio, el recinto invitaba a la reflexión y al encuentro personal con Dios. Al final de la misa, nos pasaron a una biblioteca y ahí el Papa iba saludando a cada uno de los invitados. Cuando tocó mi turno, Él me dio un rosario, me dio la bendición y yo en ese momento saqué mi canasta, se la di y le dije: “é un cestino” (es una canasta); la toma en sus manos, la mira con atención, sonríe y me dice: “México”. Si yo hubiese sido esa canasta, me hubiera sentido orgullosa de estar en las manos del Papa y a diferencia de las demás, obvio era la afortunada. Además, atrás de ella hay sacrificio, arte, color, cansancio y esfuerzo de todos aquellos artesanos que con sus hábiles manos se ganan el pan con el sudor de su frente, haciendo esas maravillas. No sé cuál fue el destino de esa canasta, si estuvo en el estudio o en la recámara del Papa. Lo que sí es verdad, es que ese regalo, lo hizo sonreír. El estar cerca de él, y tener esa experiencia, me impresionó y me llenó de su paz interior. Gracias Juan Pablo II por todo el cariño que le tuviste a México y por aceptar mi humilde canasta. Hasta la próxima.
Las reliquias de JUAN PABLO II en San Luis Potosí Por LCC Angélica Maldonado Morales
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l mensaje esencial de estas reliquias es ante todo motivarnos a seguir primeramente los ejemplos de vida heróica de S.S. Juan Pablo II, es el Santo que todos conocimos, quien nos dejó claros y vivos ejemplos de fe testimonial, ejemplos y mensajes de vida que él nos dio; en segundo lugar, recordar sus enseñanzas para vivir, que no sólo fueron a nivel Iglesia Universal, sino también enseñanzas para México, porque nos dejó mensajes muy estimulantes y especiales para nuestro país que visitó cinco veces, pues él siempre se sintió mexicano. Afirmó Don Luis Morales “Hay un equipo de seguridad que viene acompañando las reliquias a nivel nacional y a nivel diócesis se invitó a laicos comprometidos voluntarios; en la Arquidiócesis de San Luis serán 250 jóvenes y algunas personas adultas estarán ayudando, a guardar el orden, la seguridad y el respeto a las reliquias y a la misma gente para que no haya atropellamientos. También ayudarán las autoridades municipales y estatales e incluso habrá paramédicos y ambulancias”. “Es muy difícil calcular el número de personas que asistan porque la fe en estos casos tiende a desbordarse, no podemos dar una cifra, la estadística es difícil darla, porque depende de varios factores, pero pienso que habrá multitudes que quieran acercarse a recibir este mensaje de consuelo, aliento, esperanza, fe, en estos tiempos difíciles que vivimos”. “El amor a Juan Pablo II desbordaba en vida e igualmente puede darse a la llegada por vez primera de sus reliquias a San Luis, pero la seguridad de agentes municipales y estatales será muy valiosa y estará presente para que no se dañe la urna donde vienen sus reliquias”. “Necesitamos urgentemente fortalecer nuestra fe y nuestra esperanza y con su visita nos va ayudar, no solo en lo exterior, porque es algo muy profundo, que toca el corazón, y México necesita ese toque del corazón en cuanto a valores espirituales y humanos que nos ayuden a dar fortaleza, consuelo y buen ánimo”.
HABLAN SACERDOTES DE LA ARQUIDIÓCESIS Mons. Antonio Torres Herrera, Vicario General de la Arquidiócesis de San Luis Potosí, Pbro. Darío Martín Torres Sánchez, Canciller; Pbro. José de Jesús Cruz Rodríguez y Pbro. José de Jesús López Castillo informaron sobre el recorrido de las Reliquias del Beato Juan Pablo II y manifestaron que es un hecho religioso trascendente que marcará la vida de los católicos potosinos, porque sin duda alguna el objetivo es que se robustesca la fe, se alimenten del mensaje del Papa multifacético y más carismático de todos los tiempos que convirtió a muchos no creyentes, y qué mejor que vengan ahora, es un momento oportuno, --dijeron los clérigos-sobre todo en estos tiempos de pérdida de valores, de adversidades y momentos difíciles, pero a pesar de todo y ante todo se busca que a través de sus reliquias llegue el mensaje de Cristo todos los fieles. A las 17:00 horas del domingo 4 de diciembre entran a Rioverde las Reliquias, provenientes de Ciudad Valles, estarán una hora ahí, después entran a Soledad de Graciano Sánchez, donde también estarán una hora. Se recibirán en la Basílica-Santuario de Nuestra Señora de Guadalupe a las 21:00 horas, irán en procesión hasta la Catedral Metropolitana Potosina a las 22:00 horas, donde habrá Misa y vigilia de oración. Ahí permanecerán toda la noche. Al día siguiente la primera Misa será a las 5:00 de la mañana, la segunda a las 9:00 donde presidirá el Arzobispo Emérito de San Luis Potosí, Mons. Arturo Antonio Szymanski Ramírez acompañado del Cabildo Catedralicio y a las 12:00 hrs. será la solemne concelebración Eucarística con todos los Sacerdotes de la Arquidiócesis Potosina, presidiendo nuestro Pastor, Mons. Luis Morales Reyes. Hasta las 16:00 horas estarán en Catedral para salir rumbo a Salinas donde estarán una hora y finalmente se entregarán a la Diócesis de Zacatecas. Indicaron que casi 24 horas estarán aquí las reliquias del Santo Padre, e hicieron un llamado para que el pueblo las visite atendiendo al mensaje que nos dejara el Papa Viajero que tanto amó a México.
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a historia de la palabra Papa, es muy basta, como basta es la religión cristiana-católica. Existen diversas explicaciones sobre el significado de este título.
Papa es estructuralmente un acrónimo, es decir: ákros y onoma, extremidad y nombre, respectivamente; Palabra compuesta por las iniciales de otras, y una de las explicaciones de dicho acrónimo es con base en las palabras latinas: Petri Apostoli Potestatem Accipiens, “El que recibe la Potestad del Apóstol Pedro”. El Papa Gregorio XI estableció que así se le nombrará al sucesor de San Pedro y por ende al obispo de Roma. A raíz del Cisma de 1338 a 1409 que sifrió la Iglesia cando se eligieron dos papas, uno en Roma y otro en Avignon, y posteriormente incluso el de pisa, el Papa Urbno II, varios años después designa a todos los primeros pontífices de la religión católica con las iníciales de: Pedro (piedra de la Iglesia Católica) Apóstol (enviado) Pontífice (puente entre el hombre y Dios) Augusto (venerable, consagrado) Otra explicación sobre el orígen del título que se le atribuye al Jefe de la Iglesia Católica, es la alianza de 2 palabras por sus primeras Sílabas (Pater et pastor), es decir, padre y pastor. Sin duda aun que son validas por su función o significado cada una de las explicaciones ya escritas, la que es valorada mejor fue la encontrada en las excavaciones arqueológicas bajo el altar mayor de la Basílica de San Pedro, en Roma, la cual databa del siglo I, y donde estaban las inscripciones: Petrus. Pedro Apóstol, o sea, Petri Apóstoli Potestarem Accipiens.
Los libros y sus autores
Por Luis Marino Moreno F
07 Juan Pablo ll BAC, 2005, 112 páginas
El taller del orfebre E
l taller del orfebre se publicó por primera vez en1960, en la revista Znak, bajo el pseudónimo de Andrzej Jawien Es la historia -el drama interior – de tres jóvenes parejas de esposos, Teresa y Andrés, Ana y Esteban, Mónica y Cristóbalque experimentan el esplendor y también, la oscura noche, a veces lacerante, del amor humano. Nos llega este mensaje a través de una colección situada en un espacio y un tiempo en los que la realidad cotidiana se conjuga admirablemente con el símbolo, del que son portadores los personajes, entre los cuales destaca el viejo y sabio orfebre, figura central que invade totalmente la vida de los protagonistas.
El cristal del escaparate de su tienda es un extraño espejo en el que se refleja el futuro de la pareja humana hasta la frontera misma del misterio, y su balanza no pesa el metal sino toda la existencia del hombre y su destino. Juan Pablo ll (Wadowice, Cracovia18 de marzo 1920 – Roma abril 2 de 2005) Sacerdote polaco, En 1958 fue nombrado auxiliar del arzobispo de Cracovia, a quien sucedió en 1964. Mientras ocupaba el puesto, fue elegido Papa en octubre de 1978. Ya en esa época era líder visible que a menudo asumía posiciones críticas contra el comunismo y los funcionarios del gobierno polaco. Durante el vaticano ll destacó por sus intervenciones sobre el esquema eclesiástico y el texto sobre la Iglesia en el mundo contemporáneo. Fue el primer pontífice no italiano en más de cuatro siglos. Desde sus primeras encíclicas, Redemptoris hominis (1979), y Dives in misericordia (1980), exaltó el papel de la Iglesia como maestra de los hombres y destacó la necesidad de una fe robusta, arraigada en el patrimonio teológico tradicional, y de una sólida moral, sin mengua de una apertura cristiana al mundo del siglo XX. El 13 de mayo de 1981 sufrió un grave atentado en la Plaza de San Pedro del Vaticano y otro más al siguiente año también el 13 de mayo en Fátima, durante su viaje a Portugal. El día primero de mayo del 2001, Benedicto XVl anunció su beatificación.
Iglesia Universal ROMA.- El Papa Benedicto XVI ha dado una catequesis sobre la protección “de la creación” y “la sabia ecología” a estudiantes de las escuelas italianas el pasado 28 de noviembre, guiados por la Fundación Hermana Naturaleza, según han informado los organizadores del encuentro. El Pontífice se ha reunido con los estudiantes con ocasión del aniversario de la proclamación de San Francisco de Asís como Patrón de los protectores de la Ecología. Los estudiantes estuvieron acompañados por el presidente de la Fundación, el cardenal Oscar Rodríguez Madariaga, su director, Roberto Leoni y el obispo de Asís, monseñor Domenico Sorrentino. CIUDAD DEL VATICANO.- El Papa Benedicto XVI recordó el “lento calvario” que vivió el Beato Juan Pablo II durante sus últimos años de vida y aseguró que el Pontífice hizo de su enfermedad una “concreta participación en el Camino de Cristo hasta el Calvario”. “Esta visión del dolor y del sufrimiento iluminado por la muerte y resurrección de Cristo fue testimoniada por el lento calvario, que marcó los últimos años de la vida del Beato Juan Pablo II, al que se pueden aplicar las palabras de San Pablo: “Completo en mi carne lo que falta a los padecimientos de Cristo, en favor de su cuerpo que es la Iglesia, (Col 1,24). La fe firme y segura impregnó su debilidad física, haciendo de su enfermedad, vivida por amor de Dios, de la Iglesia y del mundo, una concreta participación en el Camino de Cristo hasta el Calvario”, indicó. ROMA.- El Embajador de México ante la Santa Sede, Héctor Federico Ling Altamirano, espera que el Papa Benedicto XVI confirme su esperada visita a México durante la Misa que presidirá el 12 diciembre en la Basílica de San Pedro con ocasión de la solemnidad de Nuestra Señora de Guadalupe y por el bicentenario de la independencia de varios países latinoamericanos. El diplomático afirmó que esta visita a México “significaría un triunfo espectacular del amor principalmente, y un triunfo de la voluntad de hacer las cosas de manera inteligente y racional”.
Iglesia en México San Luis Potosí.- La Iglesia Potosina recibe hoy las reliquias del Beato Juan Pablo II. Estas serán recibidas en la parroquias de Santa Catarina de Alejandría en Rioverde, posteriormente se trasladarán a San Luis Potosí en donde el Atrio del Santuario de Guadalupe será el escenario para su recepción oficial por parte del Sr. Arzobispo Don Luis Morales Reyes, quien acompañado de la feligresía peregrinarán hacia Catedral, lugar donde permanecerán desde las 21:00 hrs. de hoy domingo 4 hasta las 16:00 hrs. del lunes 5. La celebración solemne, presidida por el Sr. Arzobispo u concelebrada por el presbiterio potosino será a las 12:00 del día 5 en la Iglesia Catedral. CIUDAD DE MÉXICO.- El semanario católico Desde la Fe llamó a los mexicanos a reflexionar sobre la importancia del año electoral 2012 y a denunciar la corrupción que impide que las entidades públicas estén al servicio del ciudadano. “Ante el importante año electoral del 2012, es tiempo de hacer una profunda reflexión como ciudadanos para mejorar nuestras instituciones ciudadanas. Es tiempo de exigir a los políticos elegidos cumplir con sus promesas y con sus responsabilidades. Es tiempo de denunciar las corruptelas que se siguen dando”, afirmó en su editorial citado el 20 de noviembre por el Servicio Informativo de la Arquidiócesis de México. PUEBLA.- Por cuarta ocasión, los artesanos mexicanos se hacen presentes en la celebración de la Navidad en El Vaticano, en esta ocasión el estado de Puebla participa en la realización de un “Nacimiento” monumental que se exhibirá en la Ciudad Eterna. El “Nacimiento” del Vaticano es conocido como uno de los más grandes del mundo. México se ha hecho presente en Roma con este regalo: Jalisco (2007), Estado de México (2009), Guanajuato (2010) y Puebla (2011).
JUAN PABLO II Homilía para el adviento
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igilad...,
velad” (Mc 13, 35. 37). Esta insistente llamada a la vigilancia y esta invitación urgente a estar preparados para acoger al Señor que viene, son característicos del tiempo litúrgico de Adviento... El Adviento es tiempo de espera y preparación interior para el encuentro con el Señor. Por tanto, dispongamos nuestro espíritu para emprender con alegría y decisión esta peregrinación espiritual que nos llevará a la celebración de la santa Navidad… Pero, ¿para qué “viene Dios” o, como dice a menudo la Biblia, “nos visita”? Dios viene para salvar a sus hijos, para hacer que entren en la comunión de su amor... El compromiso del Adviento consiste en abrir las puertas del alma al gran misterio de la Encarnación, acogiendo en la vida al Hijo de Dios que viene al mundo… esforzaos para que se abran de par en par las puertas de los corazones, y Cristo pueda entrar en la existencia de todos ... No os desaniméis ante las dificultades inevitables. Dios os sostiene con su gracia y hará que vuestras iniciativas den fruto…
“¡Ojalá rasgaras el cielo y bajaras!” (Is 63, 19). Esta intensa invocación del profeta Isaías expresa de modo eficaz cuáles deben ser los sentimientos de nuestra espera del Señor que está a punto de venir. ¡Sí! El Señor ya vino a nosotros hace dos mil años, y nos preparamos para celebrar, en la próxima Navidad, el gran acontecimiento de la Encarnación. Cristo cambió radicalmente el curso de la historia. Al final, volverá en su gloria, y nosotros lo esperamos, esforzándonos por vivir nuestra existencia como un adviento de esperanza confiada… Que Dios nos asista con su gracia, para que iniciemos con impulso y buena voluntad el itinerario del Adviento, saliendo al encuentro de Cristo, nuestro Redentor, con las buenas obras. María, Hija de Sión, elegida por Dios para ser Madre del Redentor, nos guíe y acompañe; haga fecunda y llena de alegría nuestra preparación para la Navidad y para el gran acontecimiento del jubileo. ¡Alabado sea Jesucristo! (cf. Juan Pablo II, Homilía del 28 de noviembre de 1999).
De la Carta a los Artistas escrita por el Papa Juan Pablo II Por Aldo Blanco Músico cantautor y evangelizador católico potosino
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ste mensaje es para todos aquellos que hemos decidido servirle a nuestro Señor Jesús en la Iglesia Católica por medio de la música y el canto. Así dice la Carta a los artistas escrita por nuestro amado beato Juan Pablo II:
¨ Quien percibe en sí mismo esta especie de destino divino que es la vocación artística- poeta, escritor, pintor, escultor, arquitecto, músico, actor, etc. – advierte al mismo tiempo la obligación de no malgastar ese talento, sino de desarrollarlo para ponerlo al servicio del prójimo y de toda la humanidad. La meditación que hago de manera personal sobre lo escrito anteriormente es que esta vocación artística, estos talentos que Dios mismo ha regalado por su inmensa misericordia a aquellos que Él así ha querido, no es para un lucimiento personal y egoísta sino para ponerlo al servicio del prójimo, empezando por el servicio a la Iglesia y a los fieles y de ahí hacerlos trascender a toda la humanidad. Algunos de los talentos que Dios Padre nos ha regalado, es la música y el canto; pero esos talentos hay que descubrirlos, pulirlos y ponerlos a trabajar para que por ese medio, muchos puedan experimentar el amor infinito de Dios Padre.
El papa Juan Pablo II tenía una vocación artística que lo acompañó toda la vida y siempre alentó a aquellos que tenían algún talento artístico para que lo desarrollaran, lo pusieran al servicio de toda la humanidad y percibieran por medio de las bellas artes que todo lo inspira un mismo espíritu, el Espíritu de Dios. Esta bella carta, legado de nuestro amado papa Juan Pablo II, nos debe animar a aquellos que le servimos en cualquier actividad artística, a valorar los talentos que se nos han confiado aunque este servicio se dé en la más humilde y remota parroquia. Dios los bendiga.
Misa de Envío de Jóvenes y Adultos que apoyarán en la logística de las Reliquias del Beato Juan Pablo II ¡ Seamos portadores del Evangelio como Juan Pablo II !
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Por LCC Angélica Maldonado
l pasado domingo 27 de noviembre del 2011, se celebró la Misa de Envío de los más de 250 jóvenes y adultos que apoyarán en la logística que se trendrá durante la visita de las Reliquias del Beato Juan Pablo II por tierra potosina. Los jóvenes realizaron una peregrinación con una bella imagen del Beato Juan Pablo II, desde las 11:00 de la mañana por toda la calle de Zaragoza, hasta llegar a la Catedral Metropolitana Potosina en punto de las 12:00 del día donde fue la Concelebración Eucarística, presidida por nuestro Pastor, Mons. Luis Morales Reyes, quien los recibió gustoso, bendijo las insignias y los felicitó por querer participar de forma incondicional y desinteresada en custodiar y preservar el orden que se tenga que seguir para que todos los fieles puedan venerar las Reliquias del Papa más polifacético de todos los tiempos. Les impartió la bendición y los alentó a trabajar por el Evangelio, comprometiéndose a seguir los pasos del
anta uia de S s, q o r r a P s Reye isitó la os, se v on Luis Morale uestos a g r la s s disp antele ons. D vencito te de m a de M n jó it e s da. is e m v d a a v la ten píritu le Nue con in s , e E v ío o a R t l n n e u e el Sa María d mó a más de erza qu r u f fi n la o n c co quien ar su fe reafirm
La Iglesia Potosina, sigue invitando a vivir la caridad con los Migrantes que pasan por nuestra ciudad y que son atendidos en la Casa de la Caridad, ubicada en Juan Alvárez, esquina con las Vías México-Laredo.
Papa Juan Pablo II, el hombre carismático que ha cambiado el mundo y trasformado hasta los corazones más empedernidos en el pecado. Don Luis instó a los jóvenes a ser portadores de la luz del Evangelio y a buscar la paz y el amor en todos los ambientes donde se desenvuelven, sobre todo en este tiempo litúrgico de Adviento que estamos celebrando, en el que se nos hace un llamado a orar, a permanecer en oración, a ser perseverantes en la fe de Cristo y a ser portadores de Esperanza, ante tiempos tan difíciles, complejos, adversos, pero con viva y abundante fe, esperanza y caridad, que nunca se debe apagar de nuestros corazones. El encargado de dirigir el grupo de estos jóvenes y adultos es el misionero de tiempo completo, Claudio Araujo, quien exhortó a los participantes a prepararse espiritualmente para la llegada de las reliquias del Sumo Potífice de contagiante espiritualidad que unió corazones y derrumbó fronteras de odio.
Villa Juárez de fiesta
Por Luz Elena González
Entrada de cera
Entrada de cera
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e fiesta se vistió la comunidad parroquial de Villa Juárez, SLP, para venerar a su Santa Patrona “Santa Gertrudis” la Magna, y en punto de las 12 horas repicaron las campanas llamando a los fieles para participar en la Sagrada Eucaristía que fue presidida por el Sr. Arzobispo Don Luis Morales Reyes y Sacerdotes que acompañaron al Sr. Cura Carlos Flores Reséndiz. En la homilía el Sr. Arzobispo nos invitó a vivir en amor, amor a Dios sobre todas las cosas, amor a nuestro prójimo, y amor a nuestra comunidad, también a hacer oración, por la paz en las familias, en la comunidad, en la Diócesis y en el mundo entero. Dio una hermosa semblanza de Santa Gertrudis, quien fue un modelo de amor a Dios. El nombre de Gertrudis es de origen alemán y significa fiel defensora, y que a imagen de ella nosotros también seamos fieles defensores de Cristo, que no nos apartemos de su santo amor. En la novena en honor a Sta. Gertrudis, se tuvieron entradas de cera en donde participaron las comunidades, así como los grupos y movimientos parroquiales, quienes llevaron su ofrenda de carros alegóricos, música y danzas. También durante la novena 62 niños recibieron por primera vez el Cuerpo de Cristo y 172 reafirmaron su fe con el Sacramento de la Confirmación. Por la tarde para terminar la fiesta se tuvo la tradicional peregrinación y todos participaron de la Eucaristía y después disfrutar de un hermoso castillo de pólvora.
Primeras comuniones
Solemne dedicación del altar en Granjenal
Don Luis Morales Reyes, quien hizo esta solemne Dedicación del Altar, nos invitó a reconciliarnos con Dios
El Altar siempre ha sido parte fundamental en la Historia de la Salvación
El Altar representa a Jesús mismo quien se hizo por nosotros, altar y cordero del sacrificio
central de la Santa Misa. De ahí la tradición de que los obispos, sacerdotes y diáconos veneren el altar besándolo. Toda iglesia ha de tener un solo altar, fijo y dedicado que “significará en la asamblea de los fieles al único Cristo y a la única Eucaristía de la Iglesia” y “representa a Jesucristo, la Piedra Viva.
dio nuestro Pastor, el Sr. Arzobispo Don Luis Morales Reyes, quien hizo esta solemne Dedicación del Altar y además nos invitó a reconciliarnos con Dios y con nuestros hermanos para poder llevar nuestra ofrenda al Altar.
Por Luz Elena González
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on esta hermosa Celebración de Dedicación del Altar, los católicos nos damos cuenta que la Iglesia es rica en expresiones, en tradición, en espiritualidad, para que nuestra fe verdaderamente sea fuerte y firme en Cristo. La comunidad parroquial de Granjenal, vivió una de las Celebraciones Euarísticas más hermosas que nos pueda ofrecer la Liturgia, como lo es la Dedicación del Altar en la Parroquia del Señor de la Expiración. El altar representa a Jesús mismo quien se hizo por nosotros sacerdote, altar y cordero del sacrificio. Por esta razón, el altar (no el crucifijo, ni el sagrario, ni el Santo Patrono de la comunidad) es el punto
“El Altar siempre ha sido parte fundamental en la Historia de la Salvación: Noé, calmadas las aguas del diluvio, construyó un altar y ofreció un sacrificio; Abraham, levantó un altar, porque, en aras de la voluntad divina, no le negó a su hijo amado; Moisés, erigió un altar y lo roció con la sangre del cordero, como signo profético que anunciaba el ara de la cruz; Cristo, subió al árbol de la Cruz y se ofreció al Padre, como oblación pura”. Esta hermosa catequesis nos
Concelebraron en esta Eucaristía presidida por el Sr. Arzobispo Don Luis Morales Reyes, el Párroco Domingo Tenorio Ortega, Pbro. Juan Flores Díaz, Liturgo de Catedral, Pbro. Tomás Cruz Perales, Pbro. Pedro Sánchez Solís, Pbro. Mariano Zamarripa, Pbro. Rafael Hernández Díaz. Felicidades a la Comunidad Parroquial de El Granjenal por tan bello acontecimiento.
DICIEMBRE 04 DE 2011
Fiesta Patronal en la Parroquia del
Beato Miguel Agustín Pro “Cumpliendo con nuestros deberes de cada día somos Mártires de nuestro tiempo” Por LCC Angélica Maldonado Morales
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on gran alegría la Comunidad Parroquial del Beato Miguel Agustín Pro del fraccionamiento Industrias, celebró su fiesta patronal en la que contaron con la visita del señor Arzobispo, Mons. Luis Morales Reyes, quien el pasado miércoles 23 de noviembre presidió la solemne Concelebración Eucarística, acompañado del Párroco, Pbro. Antonio García Rivera y de otros Sacerdotes invitados que pertenecen al Decanato de Nuestra Señora de la Expectación.
en el sufrimiento, no tienen límites para entregarse por amor. Recuerden que el Mártir muere amando y perdonando a sus verdugos, ama y no queda resentido con sus enemigos que lo llevan al Martirio y sigue las huellas de Cristo”.
Nuestro Pastor, felicitó por su trabajo Sacerdotal al Párroco, Pbro. Antonio García Rivera porque a pesar de sus limitaciones de salud, ha hecho un gran esfuerzo por trabajar arduamente y con gran entrega junto con su feligresía.
“Un Mártir soporta por amor a Dios todas las adversidades, sufrimientos, contrariedades, penas, dolores, angustias, la enfermad, pasa todo tipo de pruebas y afrentas con buen ánimo, pero todo por AMOR A DIOS”.
En su homilía nuestro Pastor, exhortó a los fieles a imitar las virtudes y cualidades del Beato Mártir orgullosamente mexicano, quien fuera Sacerdote Jesuita y quien optó por derramar su sangre por amor a Cristo Rey, pues a sus 20 años se apasionó por Él. Afirmó: “Los jóvenes deben aprender de su ejemplo dejando la frivolidad de tantas cosas vanas, pues ¿Quién puede ser más importante que el mismo Cristo? Todo el mundo nos falla, pero Cristo nunca nos fallará”.
“Nadie puede rehuir de las adversidades, porque todos las tenemos, pero podemos ser Mártires también nosotros, cumpliendo con nuestras responsabilidades de cada día”.
“Les haré el retrato hablado de un Mártir: Es aquél que con su sangre prueba su fidelidad comprometida a Cristo. Es un hombre frágil, débil, pero robustecido porque deja entrar a Dios en su corazón. Su generosidad en el sufrimiento no tiene límites, no le tiene miedo al sacrificio. Los mártires siempre son audaces, valientes y generosos
“Miguel Agustín Pro, nació el 13 de enero de 1891 y entregó su alma al Creador a través de su martirio el 23 de noviembre de 1927, murió a los 36 años de edad, como un hombre íntegro, generoso al servicio de sus hermanos a quienes ayudó en gran medida, escondiéndose para impartirles los Sacramentos en tiempos de la Guerra Cristera.
“Los mártires nos enseñan cómo ser fuertes para no caer en las tentaciones, nos dan un ejemplo de cómo resistirlas. El corazón sangra y sufre cuando se enfrenta a tentaciones pero finalmente si ama a Cristo, las vence”.
“Seamos alegres, generosos, fuertes en la fe para seguir las huellas de Cristo en sus sufrimientos. Con fe, amor, generosidad, responsabilidad y alegría enfrentemos los SUFRIMIENTOS INNEVITABLES que todos tenemos, así lo hizo el Padre Pro”.
Se celebró el Día del Laico ¡No dejen que la desunión destruya su trabajo apostólico”
Por LCC Angélica Maldonado Morales
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os Laicos Comprometidos que prestan sus servicios religiosos de forma perseverante en nuestra Arquidiócesis Potosina, fueron felicitados por Mons. Luis Morales Reyes, quien el pasado sábado 26 de noviembre visitó la Parroquia de Nuestra Señora del Buen Consejo en la Garita de Jalisco, donde presidió la solemne Concelebración Eucarística con motivo del “Día del Laico”, acompañado del Pbro. José Luis Guzmán Pérez, Párroco de dicho recinto y responsable de la Dimensión Pastoral de Laicos; de nuestro Vicario Episcopal de Pastoral, Pbro. José Manuel López Facundo y de otros Sacerdotes invitados que felicitaron a los Laicos en su día. Nuestro Pastor agradeció a los Laicos todo su esfuerzo, generosidad y entrega a la Iglesia fundada por Cristo, a quien nos preparamos para recibir en este Adviento, tiempo de amor y esperanza, en el que debe predominar la COMUNIÓN Y UNIDAD ENTRE TODOS.
En su homilía dijo: “Desde que nacimos tenemos una cita con Jesús y ahora que esperamos su nacimiento seamos fuertes en la esperanza vigilante que nos invita a no cerrarnos en nuestros pesimismos y rutina. Preparemos los caminos del Señor que nos invita a PEDIR PERDÓN por nuestros pesimismos, por nuestras insensibilidades ante las injusticias, por nuestras rivalidades y envidias, por no tener esa esperanza compartida, confiada, como María lo proclama: “¡Cúmplase en mí según tu palabra!”. “Que la Virgen del Adviento y de la Esperanza nos guíe y nos abandone totalmente en Dios para que nuestros PROGRAMAS, PROYECTOS, METAS, TAREAS, OBJETIVOS, TALENTOS, CARISMAS Y GRANDES PROPÓSITOS LAICALES, se hagan una realidad perseverante en la Fe de Cristo, sin divisionismos, sin envidias, rivalidades o egoísmos que no nos permiten trabajar en un mismo objetivo: ENGRANDECER EL REINO DE DIOS Y PROCLAMAR SU EVANGELIO A TODA CREATURA. Después de la Santa Misa, el P. José Luis Guzmán Pérez dio la Bienvenida al Consejo de Laicos y el señor Rafael Espinoza Hernández informó sobre todas las actividades realizadas por los laicos durante todo el año. El Vicario Episcopal de Pastoral afirmó: “Nos estamos preparando según la Etapa de la formación del Plan Dicoesano de Pastoral, para ir a la Misión, que se traduce en la ACCIÓN DE LA IGLESIA, y si ustedes como laicos nos exigen a los Sacerdotes con su testimonio de fe en estos tiempos complejos que atravesamos, entonces econtraremos la sana alegría, el gozo y la esperanza de hacer una misión permanente y unida entre fieles y sacerdotes en pro de nuestra Iglesia Potosina, pero ésto sin descuidar la formación que también debe ser permanente.
La tumba de Juan Pablo II en el Vaticano
Por Pbro. Efraín Moreno Aguirre
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eatus Ioannes Paulus II” es la inscripción que lleva la lápida que sella la tumba donde reposa el beato Juan Pablo II, en la Capilla de San Sebastián, dentro de la Basílica de San Pedro. Entre La Pietá de Miguel Ángel y la capilla del Santísimo, la capilla de San Sebastián en pocos días, ha pasado de desconocida a una de las más visitadas, no era una de las “grandes”, pero, tras siglos de oscuridad, se reivindica y, desde que alberga bajo su altar la tumba de Karol Wojtyla, actúa como un imán sobre la gente. Tanto que ya se le llama la “capilla de Juan Pablo II”. Cada día, desde las siete de la mañana, decenas de fieles entran apresurados en la plaza de San Pedro. Tras pasar las consabidas medidas de seguridad, casi todos se dirigen a la carrera hacia la segunda capilla situada en la parte derecha dentro de la basílica vaticana. La gente se postra de rodillas, reza, llora, suplica a Juan Pablo II su intercesión. Todos, antes o después, se acercan al altar y tocan la
lápida. Algunos incluso dejan cartas de agradecimiento y peticiones en unas bandejas colocadas sobre una mesita al final de la capilla. Encima de la tumba del papa beato hay un gran cuadro de San Sebastián, el santo que da nombre a la capilla. La escena de su martirio es una versión en mosaico, realizada en 1631. La guardia de honor del nuevo inquilino de la capilla la forman dos reinas y dos Papas. Las reinas son Matilde de Canosa (1046-1115) y Cristina de Suecia (1626-1689). Los Papas, en sus grandes estatuas de bronce, Pío XI y Pío XII. Este último, el Papa al que Wojtyla admiraba y que lo nombró auxiliar de Cracovia en 1958. Tanto Pío XI como Pío XII parecen observar alucinados el súbito interés que suscita su capilla, haciéndole un guiño de complicidad a su nuevo compañero, el santo súbito. Sobre el altar del nuevo beato son celebradas muchas misas. Hay infinidad de solicitudes para celebrar allí. Cardenales, obispos y sacerdotes se apuntan a una lista en la sacristía, que ya está llena para varios meses. Y llegan peticiones de todo el mundo. Un flujo de fieles que demuestra, otra vez, que Juan Pablo II fue un hombre excepcional,y que seguirá inspirando gracias a su santidad.
onso Por Alf
Aranda
López
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a fé, además de conocerla, hay que vivirla “…Estas fueron palabras de un ser humano, pleno de alegría, bondad, buenos sentimientos, optimismo, humildad, nobleza y luchador incansable de las causas justas. Un hombre que siempre mantuvo una misión particular: no perder nunca la esperanza. Una misión que, a decir verdad, en tiempos de constante convulsión política- social - económica, parecería algo imposible y que Karol la cumplió perfectamente hasta el final de sus días. En efecto, el nombre de tan célebre personaje es Karol Wojtyła, mejor conocido como el Papa Juan Pablo II. El Papa viajero, el Amigo, un Santo en la Tierra. Juan Pablo II, un personaje que permanece vivo para millones de personas creyentes y no creyentes alrededor del mundo. Aclamado como uno de los líderes con más influencia y poder de convocatoria del siglo XX. Intelectual, sabio y especialista en transmitir mensajes alentadores que curan el alma y el espíritu. Era Juan Pablo II, un singular hombre que siempre regalaba una franca sonrisa y animaba el corazón. La vida tan apasionante y rica en episodios históricos de nuestro querido y recordado Juan Pablo II, tenía que ser llevada a la pantalla en una cinta biográfica que le hiciera suficiente justicia a tan importante portavoz de los derechos humanos. “Karol” es una película que además de proyectar esa imagen tan positiva y humanitaria de Karol Wojtyła, es una de las mejores biopics – películas biográficas - que se han realizado de un personaje real en años recientes. “Karol “ es dirigida por el cineasta italiano Giacomo Battiato y protagonizada por un excelso Piotr Adamczyk en el rol central, acompañado de Raoul Bova, Kenneth Welsh, Hristo Shopov,, Malgorzata Bela, Violante Placido y Matt Craven. Dividiéndola en dos partes – “Karol: El Hombre que se convirtió en Papa”( 2005) y “Karol: El Papa, el Hombre” ( 2006) ,- el director Giacomo Battiato presenta un filme de impecable diseño de producción y musicalizado por el genial Ennio Morricone. Battiato describe con empeño la juventud de Karol, su pasión por el teatro , su amor por la vida y libertad, su elección como el primer Papa polaco a sus 58 años de edad , su lucha contra el comunismo en Europa, su filosofía, el atentado que sufre en la Plaza de San Pedro, sus viajes como Papa peregrino, entre otros pasajes de su vida. “ Karol”, una cinta que rinde merecido homenaje a Juan Pablo II. Un Papa como él, es inolvidable. Con respeto y admiración, esta columna es para tí, Karol Wojtyła. Se te extraña...y mucho. Hasta la próxima. Espero sus comentarios, aplausos o rechiflas En: ponchoaranda@hotmail.com En Facebook: Poncho Aranda L.
DICIEMBRE 04 DE 2011
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El rostro del otro no sólo nos recuerda la existencia de un mandamiento que dice: «No matarás» (Éxodo 20, 13), sino también la urgencia de cumplir con este otro que exige: «Amarás a tu prójimo como a ti mismo» (Levítico 19, 18; Mateo 22, 39).
omo soy poco dado a leer los libros de moda, pensé que no leería el por entonces último libro del Papa Juan Pablo II (¡Levantaos! ¡Vamos!) sino hasta que los medios hubieran dejado de hablar de él. Esta resistencia, este rechazo tan arraigado en mí se debe a un natural mecanismo de defensa, pues de obedecer siempre a las recomendaciones de la temporada, a las urgencias del día, apenas tendría tiempo para leer otras cosas (hasta ahora no he leído –y lo digo con orgullo- el famoso Código da Vinci. Cuando todos hayan callado respeto a este libro polémico, entonces ya veré). Si no me equivoco, creo que fue Horacio, el poeta latino, quien dijo que antes de emprender la lectura de una obra había que dejarla reposar por lo menos cincuenta años para que el tiempo juzgara si valía la pena tomarse el trabajo o no, pero en los tiempos que corren ya sería algo si por lo menos la dejáramos un mes. Pues bien, en el caso del libro del Papa las cosas no fueron exactamente así, ya que lo leí el mismo día en que lo compré, y casi de un tirón. Me fascinó el tono personal con que estaba escrito, ese tono que tanto echábamos de menos, por ejemplo, en sus encíclicas. Aquella tarde estaba yo libre de compromisos, así que leí y leí, hasta que en la página 69 me encontré con un párrafo que me hizo detener la marcha; en él, el Papa revelaba el secreto del éxito que siempre tuvo en su relación con las personas. ¿En que consistía? Helo aquí: «Cuando encuentro una persona, ya rezo por ella. Y eso facilita la relación... Tengo como principio acoger a cada uno como una persona que el Señor me envía y, al mismo tiempo, me confía». Para el Papa, todo aquel que llega a nuestra vida es un enviado. Un enviado de Dios, es decir, un ángel. Es Él quien nos lo manda, quien lo pone a nuestro lado y lo confía a nuestra caridad. Los caminos del mundo son demasiado numerosos -¡es tan ancho este mundo!- como para que el encuentro con esta persona concreta pueda deberse a la sola y fría casualidad. Quien llega a nuestra vida no lo hace por su propia cuenta, sino enviado por Alguien para que lo tomemos a nuestro cargo y lo pongamos en lugar seguro. Desde el momento en que llega, somos responsables de que encuentre lo que el que lo envió quiso exacta y puntualmente que encontrara. ¡Y pobres de nosotros
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Ahora bien, cuando en el encuentro con un ser lo que prevalece es la falta de amor, la desatención o incluso la indiferencia, cometemos un acto de doble traición, pues traicionamos al enviado y a Aquel que nos lo envió, haciendo con ello quedar mal al Señor.
si éste no halla más que hombres y mujeres apurados, indiferentes, hostiles, perversos o incluso majaderos! Cuando alguien aparece frente a mí, la desnudez de su rostro me dice: «Protégeme». ¡El rostro del hombre! Nadie ha meditado tanto y tan bellamente sobre él como el filósofo judío Emmanuel Lévinas (1906-1995), quien dijo así en uno de sus libros: «El rostro del otro me intima al amor, o por lo menos me prohíbe la indiferencia con respecto a él». «El rostro del otro me afecta, no en indicativo, sino en imperativo. A su intimación sólo puedo responder: Aquí estoy. Me convierto en su obligado. La proximidad del prójimo es mi responsabilidad para con él; acercarse es ser guardián del hermano; ser guardián del hermano es ser su rehén». ¡Ser su rehén! ¡Qué expresión más dura, y sin embargo no parece haber otra que exprese mejor ese ponerse a las órdenes que tiene lugar en todo encuentro cuando nuestra cortesía es verdadera!
Durante mucho tiempo, la siguiente oración para rezar por la calle de Michel Quoist (1921-1997) fue una de mis favoritas, y la transcribo ahora por una especie de deuda que tengo para con ella, pues de no haberla leído nunca acaso hoy sería yo uno de los hombres más solos del planeta: Un hombre me ha pisado. Yo lo miro con rabia. Él, con resentimiento. Pero luego he pensado que no fue para odiarnos para lo que Tú has hecho que él y yo nos cruzáramos. Sus ojos han llamado a la puerta de mi alma. Le abriré sonriendo. Y sonrío. Y sonríe. Y con este apretón de manos me nace un nuevo amigo. ¡Ah, cuánto te agradezco este encuentro, Señor! «Tengo como principio acoger a cada uno como una persona que el Señor me envía y, al mismo tiempo, me confía». Esto vale incluso para el que nos pisa distraídamente mientras camina sin vernos por alguna calle de la vida. Quién sabe si Dios, a través de un pisotón, quiera ver nacer una amistad.
Los invitamos a la presentación del libro El amor, la muerte y el tiempo, de Juan Jesús Priego, 8 de diciembre 2011 20:00 hrs. Auditorio Montes de Oca, Casa de Acción Católica La presentación del libro será hecha por Jaime Septién y Juan Jesús Priego Después de la presentación, habrá vino de honor.
El hombre que vino de Polonia Por Víctor Manuel Torres Armenta
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Su vida como Pontífice
ay personajes en la historia de la humanidad que dejan una huella indeleble en la tierra por sus inventos, por su inteligencia, por sus descubrimientos, por su lucha en la sociedad o por su carisma. Karol Wojtyla (Juan Pablo II) es uno de ellos. La idea es hacer una breve semblanza de este carismático Papa que ahora es Beato por su alto sentido de humanismo y ecumenismo en un mundo contemporáneo.
Si pudiésemos tratar de resumir el pontificado de Juan Pablo II sin duda que tomaríamos dos características preponderantes, sin tomar en cuenta muchas otras: su humanismo y su ecumenismo. Para referirnos a la primera, tuvo la gran visión de salir de la Ciudad Eterna y llegar hasta los lugares más lejanos del planeta presentándose como un Papa muy humano sin descuidar recibir a miles de peregrinos en sus audiencias públicas y privadas. Hubo miles de personas que tuvimos la oportunidad de ver cara a cara a este personaje de piel rosada y cabello plateado, de esos que captan la atención de uno, como si tuviera un halo. Su segunda característica fue su gran sentido ecuménico; se reunió con los líderes religiosos de todas las religiones, musulmanes, tibetanos, ortodoxos, judíos, etc. Abrió el diálogo con todas las gentes de diversas culturas y corrientes de pensamiento. Nunca hubo un Papa tan cercano a la gente como Juan Pablo II.
La tierra que lo vio nacer Hace pocos meses tuve la oportunidad de visitar el pueblo natal de Juan Pablo II, Wadowice, Polonia, un pueblo milenario cuya historia se pierde en la bruma del tiempo donde nació Karol Wojtyla, en un pequeño poblado rodeado de montañas mineras, el 18 de mayo de 1920. Una casa modesta que tenía el número siete de la calle Koscielna era el hogar de Karol Wojtyla y de Emilia Kaczorowska, padres de Karol Wojtyla. Con un anuncio enorme de 20 metros de ancho por cinco metros de alto con el nombre de “Wadowice” pintado en amarillo y blanco, los colores del Vaticano, se da la bienvenida al viajero que ha decidido internarse en las montañas verdes de Polonia hasta llegar a este pueblo mágico no solo por ser pintoresco, sino también por ser ahora un lugar casi sagrado para quien haya tenido la oportunidad de encontrarse con Juan Pablo II en vida. Roma y Wadowice serán ahora una mancuerna inseparable para quien quiera seguir las huellas más de cerca de este enigmático Papa. Quien haya conocido en persona a Juan Pablo II sentirá cierta inquietud por estar en este lugar; quien haya tenido frente a frente a Juan Pablo II en vida llevará ese desasosiego interno que no cesará hasta llegar a este sitio.
Un niño triste y un joven filosofo Karol Wojtyla tuvo el infortunio a los 10 años de edad de ver morir a su madre; era un niño triste que se conmovía con los cuadros bellos y las sinfonías. Pronto se volvió el ambiente más hostil. Polonia se vio envuelta en la guerra y muere su padre. Karol Wojtyla, el futuro Juan Pablo II quedó solo en el mundo a los 19 años ya que su único hermano Edmond había muerto también 10 años antes. A pesar de tantos desencantos y en el marco triste que distingue al eslavo, era un muchacho de signos normales que jugaba futbol, y como todo montañés practicaba el esquí y en el verano el canotaje. Muy joven ya era un hombrecito; su maestra Elena guarda una hoja con sus notas y dice: “Era mi mejor alumno en griego y Latín. Quería ser filósofo”. Filósofo es lo que su madre quería que fuera su hijo que concibió a los 40 años de edad. En 1938 (a los 18 años de edad) Wojtyla recibió el encargo en la escuela de hacer un discurso en honor del cardenal Adam Stefan, Arzobispo de Cracovia, quien visitaba el plantel. El cardenal se sorprendió ante tanta sapiencia y habló con el preceptor religioso para ver la posibilidad de enviarlo a Roma para hacerse sacerdote. “Perdón, su eminencia –respondió Wojtyla- pero yo voy a estudiar filosofía”. A la manera de los predestinados, no se sabe el momento en que cambió de rumbo, se hizo sacerdote y luego llegó al trono de San Pedro.
Su llegada al vaticano El Cardenal Stefan Wyszynsky, primado de Polonia relata una experiencia al día siguiente del ascenso al trono de San Pedro: “Cuatro mil polacos llenaban la enorme basílica de San
Pedro en Roma, habían llegado de todos los rincones de Polonia. Echaréis de menos, le dije a Su Santidad, los verdes valles de Polonia y las canciones de Wadowice. Sabemos cuánto amáis nuestro bello país. Os enviaremos regularmente a montañeses para que os canten las canciones de la tierra. Y él volvió los ojos a mí, agradecido, en una mirada lejana, nostálgica, con las pupilas bañadas en lágrimas”… Wojtyla conquistó a los romanos que esperaban su presencia en la plaza de San Pedro con una frase sencilla: “Yo vengo de un país muy lejano… Yo trato de hablar vuestra lengua, nuestra lengua italiana: Si me equivoco vosotros me corregiréis…” Wojtyla, proveniente de un país comunista fue el primer extranjero en tener las llaves de San Pedro en los últimos 450 años y conquistó Roma como no logró antes hacerlo ni César ni Atila.
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La acción política del Beato Juan Pablo II Por Pbro. Valentín Carbajal Méndez
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n una ocasión se le preguntó a Juan Pablo II acerca de con quién se reunía para tomar decisiones, a lo que él respondió: “Me arrodillo”. Un coloquio entre cuatro personas: el Papa, el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo. Hijo de la Polonia ocupada por los nazis y después por los comunistas, Juan Pablo II conoció la situación compleja entre fe y política. Debido a su atribulada historia, Polonia siempre tuvo sus fronteras demarcadas más por la fe católica que por la extensión territorial. Esa fe aseguró la unidad de la nación y evitó que fuese absorbida por los regímenes extranjeros que la dominaron. Elegido papa a los 58 años, en pleno vigor, Wojtila no dudó en apoyar a los movimientos favorables a la erradicación del comunismo. Se volvió, sin ningún tipo de escrúpulo, el patrón del sindicato Solidaridad y de su líder, Lech Walesa, apoyándolos explícitamente. Su primera visita a México fue clave, el México del 1979 era gobernado por masones y la Constitución era profundamente anticlerical, contradictoriamente en el segundo país con más católicos en el mundo. Más que anticomunista, la postura del Papa era antiautoritaria. Al visitar Brasil por primera vez, en 1980, rechazó las honras de la dictadura militar, recibió a Lula y a otros dirigentes sindicales incentivadores de huelgas y bendijo al profesor Dalmo Dalari, de la comisión de Justicia y Paz de la arquidiócesis de São Paulo, que había sido torturado la víspera de la llegada del pontífice. Nunca Juan Pablo II se dejó manipular por la Casa Blanca, con la que siempre mantuvo relaciones apenas diplomáticas. Por más fuertes que hayan sido las presiones, Juan Pablo II nunca cortó relaciones diplomáticas con el Iraq de Saddam Hussein, la Libia de Gadafi y la Cuba de Fidel, sabía que eso era ya un puente para ayudar a estos pueblos. Al visitar la isla de Cuba, en 1998, no dudó en alabar sus avances sociales, especialmente en salud y en educación. Hizo duras críticas al neoliberalismo y al actual modelo de globalización. Hace más de veinte años la Teología de la Liberación incluía en su agenda temas como la deuda externa, el capitalismo, los derechos de los pobres. Por eso era vista con reservas por sectores del Vaticano. Hoy cualquier pronunciamiento del Papa que aborde la cuestión social trata críticamente los mismos temas. Y nadie lo acusa de dejarse influir por la Teología de la Liberación. Juan Pablo II nunca rechazó mediar en conflictos internacionales, como en la disputa por el canal de Beagle entre Chile y Argentina; en la guerra entre
judíos y palestinos (recibió a Arafat varias veces y abogaba por la internacionalización de Jerusalén); condenó las masacres ocurridas en África. El Papa de la paz, Wojtila se sacudió los muros del Vaticano y salió por el mundo adelante en incansable peregrinación en pro de los valores evangélicos, de la justicia social, de la familia y de la globalización de la solidaridad. En un mundo que exalta como valor la competitividad, la palabra del sucesor de Pedro es, al menos, incómoda para el sistema que se basa en la apropiación privada de la riqueza, y alentó la esperanza de millones de seres humanos excluidos de los derechos humanos. El teatro era la segunda pasión del joven Karol Wojtyla, incluso en la Polonia ocupada por los nazis, y demostró su talento en el escenario. Antes de que le invadiera la enfermedad de Parkinson, tenía una voz preciosa. Pronunciaba sus frases de una forma que el gran actor británico John Gielgud calificó de “perfecta”. Tenía el extraordinario talento de dirigirse a una muchedumbre de un millón de personas y lograr que cada uno tuviera la sensación de que se dirigía individualmente a él. Utilizaba las imágenes además de las palabras (por ejemplo, aquella foto de él con un sombrero de charro y un niño en los brazos), y su calidez personal traspasaba la televisión. El defensor de los derechos humanos en la Unión Soviética Andréi Sájarov dijo: “Es un hombre que irradia luz”. Bill Clinton, nada malo como actor político tampoco, cuenta en sus memorias que el Papa “me dio una lección de política” con una soberbia entrada teatral en una catedral estadounidense, rodeado de monjas “que gritaban como adolescentes en un concierto de rock”. “Meneé la cabeza”, escribe Clinton, “y comenté: “Me horrorizaría tener que presentarme a unas elecciones contra él”. No obstante, su principal legado no se encuentra quizá en el Primer Mundo (el del capitalismo democrático), en el que vivió y criticó, ni en el segundo (el del comunismo), que destruyó, sino en el Tercer Mundo, Juan Pablo II habló siempre en nombre de la mitad de la humanidad que vive con menos de dos dólares al día.
Llenas de significado las reliquias de Juan Pablo II Por Pbro. Lic. Valentín Ruiz Flores
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on la rapidez con que se suceden los acontecimientos nos vamos acostumbrando a mirarlos con superficialidad sin descubrir la profundidad que algunos encierran. Por ello en un primer momento quiero subrayar algunos matices que he observado en la presencia de las RELIQUIAS del Beato Juan Pablo II en nuestro País, y en un segundo momento ofreceré la lectura que yo hago del acontecimiento mismo. Los Obispos de México, a través de su Secretario General, Mons. Víctor René Rodríguez Gómez, hicieron llegar al pueblo mexicano el siguiente comunicado: “Estamos muy agradecidos con Dios nuestro Padre, por darnos está inmensa alegría de TENER ENTRE NOSOTROS las Reliquias del ‘Peregrino de la Paz, Juan Pablo II”, quien por CINCO VECES vino a visitarnos”. Las reliquias arribaron el 17 de agosto y formalmente iniciaron su peregrinaje por el país el 25 del mismo mes siendo recibidas en la Basílica de nuestra Señora de Guadalupe. Las reliquias son: UNA CÁPSULA que contiene sangre de Juan Pablo II que se le extrajo, estando enfermo y que no se utilizó debido a su fallecimiento, LA SOTANA, LA COTA, UN SOLIDEO Y UN CÍNGULO, todos ellos, sobrepuestos a una figura de cera hecha por artesanos de Guanajuato. El rostro se hizo con una copia del molde que se diseñó, tomado directamente de la cara del Beato. La figura fue colocada en una urna hecha por especialistas de Guadalajara según información de la CEM. Hasta el día de hoy ha recorrido más de la mitad de los 25,500 kilómetros de su itinerario que incluirá 91 Diócesis de México. Las reliquias son del Papa Amigo que vivió en serio el Mensaje Evangélico, del que se jugó la vida de manera heroica por el Señor Jesús a quien él tan digna y eficientemente representó en el mundo entero. La sangre contenida en una cápsula así nos lo recuerda. El SOLIDEO (Latín: Solum = Solamente; Deus = Dios: Solamente para Dios) nos habla de un hombre que se supo elegido como pertenencia de Dios y destinado por Él para una causa, que como las de Dios, le representaron tremendas y cruciales exigencias, pero que fructificaron de manera tan sorprendente que el mundo ya no fue el mismo después de su muerte. El calificativo que propios y extraños le dieron fue: JUAN PABLO II, MAGNO (Magnus, significa: Grande). Ese calificativo nadie se lo discute. El secreto de su éxito todo mundo lo supo. Lo supimos porque él mismo nos lo dio a conocer con el lema de su pontificado, inscrito en su sello pontificio: “TOTUS TUUS”= Todo tuyo. El CÍNGULO con que se ciñó sus vestiduras, significa que él gozosamente se echó a cuestas una labor martirial. Fue testigo viviente del amor, y denunció atropellos y tuvo injerencias en situaciones que nadie se atrevía a defender. Se impuso soportar intensos y prolongados encuentros supermultitudinarios a campo abierto, en catedrales, plazas y estadios, y sufrió criminales atentados contra su persona. Sus oportunos oficios consiguieron la caída del muro de Berlín, que dividía Alemania. El recuso a todos los medios de comunicación, incluyendo el Internet y su fecundidad teológica y pastoral fueron los signos de un Evangelizador incansable. Que la presencia de sus reliquias sean un tiempo de gracia para revitalizar nuestra fe y nuestra esperanza en Cristo. Y para con aquellos que no comulgan con nuestra fe, que sea la oportunidad de unirnos en torno a los grandes valores: La PAZ que tiene como camino la Justicia, La Dignidad Humana, La Familia, El Diálogo y La Unidad que proclamó con su palabra y con su vida el Beato Juan Pablo II.
Peregrinos de esperanza
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Juan Pablo II, un hombre de Dios F Por Pbro. Margarito de la Torre
ui testigo en varias ocasiones cómo Juan Pablo II provocaba el júbilo de las multitudes en la Plaza de San Pedro, de manera particular en los jóvenes. ¿Qué tenía su persona que se convertía en imán de la juventud? La respuesta es muy sencilla: era un hombre de Dios, y los hombres de Dios atraen al hombre, porque son hombres para la humanidad. Algunos dicen que Juan Pablo II fue un actor y se valió del arte para atraer a las multitudes. Fue un actor que a través del teatro difundió la fe católica en los sótanos de Polonia ocupada por los Nazis; pero de eso a que él “actuara” o fingiera, no. No necesitaba de artificios para atraer a la gente; la gente por sí misma lo buscaba, aunque en realidad no era a él, sino a Dios, a quien él llevaba. La fuerza de Juan Pablo II no era simplemente psíquica sino espiritual y por lo tanto, divina. Escribe Valentina Alazraki en su libro, Juan Pablo II y la Virgen de Guadalupe, que periodistas de Hollywood lo estudiaron para descubrir sus secretos de atracción de masas, y ¿sabe usted qué encontraron? Nada. No se preocupaba por las cámaras de televisión en absoluto; todo en él era natural, espontáneo. Tan espontáneo que los guardias de seguridad pasaron apuros en muchas ocasiones; rompía con los programas establecidos en sus giras; con frecuencia se detenía con un niño, un anciano, un enfermo; hacía lo impensable. Y también con él hicieron lo impensable. En este libro que acabo de mencionar dice Valentina que hecho el anuncio que visitaría México, Jacobo Zabludovzki, la llamó y le dijo que le hiciera una entrevista al nuevo Papa. Cito textualmente a Valentina: “_ Alazraki, ponte a trabajar ¡ya! Y entrevista al Papa, por favor. _ Licenciado, ¡los Papas no dan entrevistas!... _ Luego me cuentas como resolviste tu problema. Y colgó. ¡Faltaba sólo una semana para la visita del Papa a México!” ¿Cómo conseguir una entrevista exclusiva con el Papa? Pero si no la conseguía seguramente perdería su trabajo en televisa. Se enteró del día y la hora en que el Papa saldría hacia la Plaza de San Pedro, por el rumbo del Aula
Pablo VI, donde se dan las audiencias generales, y lo esperó escondida, ella y su camarógrafo, detrás de unos arbustos, con un sombrero de charro en la mano; tan pronto apareció el Papa ella le puso el sombrero en su mano y le “arrancó” la primera entrevista al Papa.
Platicaba el Cardenal Francisco Xavier Nguyén Vantuán, que una vez caminaban por la plaza de San Pedro dos sacerdotes franceses recién ordenados, y de pronto se toparon con un vago que les preguntó a dónde iban; ellos le dijeron que a ver al Papa; tenían audiencia privada con él por estar recién ordenados. Aquél vago les pidió que lo saludaran y ellos le preguntaron de parte de quién le daban ese saludo, a lo que el vago respondió: “díganle que lo manda saludar un sacerdote renegado”. Ellos fueron y cumplieron el encargo, pero el Papa les dijo: búsquenlo y tráiganmelo. ¿Pero dónde iban a encontrar aquel hombre? Roma es muy grande. Después de algunos días lo localizaron y le dijeron que el Papa quería verlo. Se tuvo que afeitar y bañarse. Después de muchas dificultades pudieron llevarlo al Papa y en cuanto lo vio se arrodilló y le dijo: confiésame, tienes la facultad. Tuve la dicha de saludar al Papa en tres ocasiones; y cuando hablo de esto me han preguntado qué sentí al estrechar su mano. No he sabido qué responder. Mi respuesta sería que un gran hombre es… un hombre. El hombre no es grande por sí mismo y por lo tanto no hay nada externo que lo distinga de los demás en cuanto humano; si es grande es por Dios; lo que lo hace diferente es la grandeza interior. A Jesús algunos lo tienen por un simple hombre; incluso muchos de su tiempo no supieron descubrir la divinidad que se ocultaba detrás de la humanidad. A Dios se le encuentra, de ordinario, por los caminos ordinarios.
ebo reconocer que siempre tuve la ilusión de ver al Papa Juan Pablo II en persona; que tuve deseos de verlo de cerca, saludarlo, escucharlo muy cerca. No tuve oportunidad, pero él tenía la magia maravillosa de hacerse sentir presente, muy cerca, y así lo sentí yo en mi vida cuando, en mayo de 1990, él vino a México y tuvo un encuentro con los jóvenes. Lo vi de cerca, tan cerca como el televisor lo podía permitir, y Juan Pablo estaba ahí, abrazando en un momento a todo México, lo mismo en San Juan de los Lagos esa ocasión, que en cada hogar de México. Y cómo olvidar esas palabras que me marcaron: “peregrinos de esperanza”. Y él nos daba razones para vivir en verdadera esperanza. Suscitaba en todos esa energía juvenil que traía consigo a pesar de ser según él, “un poco más viejo”. Y, si eso podía decirlo él, un hombre mayor, ¡con cuánta mayor razón nos hacía sentir a nosotros vivos y verdaderamente jóvenes al escucharle! El Papa Juan Pablo II siempre tuvo espíritu joven, una vitalidad que nos hacía levantarnos de nuestras amarguras, echar abajo nuestras frustraciones y desilusiones, para darle paso a Jesucristo en nuestras vidas, a Jesucristo, el Señor de la esperanza, el motivo de nuestras esperanzas. Debo decir también que mi infancia estuvo marcada por su primera visita a este país, que mi juventud, mi vocación y formación también estuvieron acompañadas por su presencia en el mundo, que muchos fuimos ordenados durante su pontificado, y por eso yo me siento comprometido a dar razón de esa esperanza que él insistió para los jóvenes. Le debemos, por lo menos así lo siento yo, al beato Juan Pablo II, algunas respuestas, ahora desde nuestro sacerdocio y nuestra madurez: ¿Qué hemos hecho? ¿Hemos dado al mundo motivos para esperar? ¿Hemos propiciado que en nuestra generación muchos más jóvenes se sientan impulsados por estas enseñanzas? ¿Hemos animado a otros contemporáneos nuestros a salir de la herida de la desesperanza? ¿Hemos luchado contra el aguijón de la desilusión que se ha clavado en tantas personas de cualquier edad? ¿Hemos intentado cambiar el rostro dolorido y sufriente del mundo en que vivimos? ¿Hemos intentado ahuyentar la sombra del tedio, del vacío y del desencanto para dar paso a la ilusión y a la promesa del futuro? ¿Nos hemos preguntado, como Juan Pablo, cómo es posible que muchos jóvenes compañeros y amigos nuestros estén cansados y aburridos de la vida antes de empezar a vivirla? Y nos preguntamos ahora ¿cómo entender que nuestros jóvenes estén ya de vuelta sin haber llegado todavía a ninguna parte? “Nosotros esperábamos –decía el Papa entonces- Esperábamos tantas cosas, pero todo sigue igual”, y ¿nosotros estamos dispuestos a que las cosas sigan igual o peor? Quizá ya no soy tan joven como en aquel tiempo, pero aún me repito aquellas palabras, que aletean en mi alma y en mis oídos cada vez que recuerdo al Papa peregrino, y me digo: soy peregrino de esperanza, aunque ya no soy tan joven. O bien, me siento joven, como el Papa en aquel tiempo y creo decididamente que sigo siendo peregrino de esperanza. Y entonces me digo: ¿podré dar esperanza el resto de mis días, de mi ministerio? ¿Podré animar a los que viven en esas sombras de que hablaba el Papa en San Juan de los lagos? Y me respondo: él era joven, se sentía joven, vivía joven; la juventud es un estado del alma; sí, la juventud o la vejez tienen que ver los años que contamos pero, sobre todo, las edades humanas tienen más que ver con las ilusiones que tengamos, con la verdadera libertad de los hijos de Dios, con el esfuerzo que podamos imprimir en aquello que anhelamos. Entonces la juventud puede ser eterna. Ser joven significa tener vida, tenerla en abundancia; y eso es lo que nos vino a traer Jesucristo, y Juan Pablo nos lo vino a enseñar y a recordar de muchísimas maneras. Me comprometo entonces a ser aquello que Juan Pablo II pudo despertar en mi alma hace poco más de 21 años, y si bien, no soy el joven que era, impediré a mi alma envejecer. Y quiero dedicar mi sacerdocio, mi vocación a dar razones para vivir, para creer, para amar, para servir y para esperar. Me declaro peregrino de esperanza. Y me declaro joven, con la juventud del Papa Wojtyla, con la juventud de Cristo, con la juventud del mundo. Puedo decir, como este Papa a quien admiro: Sí, queridos jóvenes, muchachos y muchachas que leen estas palabras, “me siento amigo de ustedes, porque Cristo es amigo de ustedes. Me siento su amigo… me siento su amigo, un poco más viejo”.
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El legado de Juan Pablo II y la Vocación Sacerdotal Por Jorge Luis Dávila Piña, 1° Filosofía Escríbenos: ecos_seminarioslp@hotmail.com Se nuestro amigo en Facebook: Seminario Guadalupano Josefino
“No sois vosotros los que me habéis elegido, soy yo quien os he elegido” (Jn 15,16)
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odos hemos oído hablar de vocación, pero no todos hemos tenido el interés por profundizar en todo lo que encierra este término. Ciertamente la vocación es todo un misterio, puesto que dentro de esta palabra hay algo que nosotros no alcanzamos a conocer en plenitud, un misterio del que son partícipes Dios y el hombre. La palabra “vocación” viene del latín: vocare que significa llamada. Es el llamado que Dios hace, a quien Él elige. La vocación implica tres elementos: El llamado, la respuesta y la misión. Primero, para que exista la vocación se necesita de alguien quien llame, en este caso será Dios. Es Dios quien llama a quien Él elige por iniciativa suya. En segundo lugar, es el hombre quien responde a esa llamada, si la respuesta es afirmativa, Dios envía a una misión. Existen distintas vocaciones de las cuales Dios nos hace partícipes: La vocación a la existencia (Dios nos llama a la vida), la vocación cristiana (A ser hijos de Dios por medio del sacramento del Bautismo), la vocación a ser imitadores de Cristo (Santidad), la vocación a la soltería, la vocación al matrimonio, la vocación a la vida religiosa y la vocación sacerdotal. Ahora que sabemos lo que significa la palabra vocación, me voy a centrar en la vocación sacerdotal, partiendo de un ejemplo de vida. Es sin duda, la persona que con más personas se ha encontrado de una manera muy especial en sus viajes, es el Beato Juan Pablo II. Y quisiera resaltar algunos aspectos de él: La vocación de Karol Wojtyla (Juan Pablo II) surgió y maduró cuando trabajaba como obrero durante la guerra y la ocupación nazi, al ver cómo miles de hombres eran llevados a campos de concentración para ser exterminados. Ahora entiendo por qué durante su pontificado se mostró siempre en contra de la guerra, pues la había experimentado en carne propia, y sabía el dolor y la destrucción que
Palabra de Dios “Preparen el camino del Señor, enderecen sus senderos” la guerra traía consigo. Juan Pablo II fue un hombre valiente, sabio y audaz que supo poner paz en medio de la guerra, supo ser libertador en medio de los que vivían esclavizados, supo ser la voz de los que ya no la tenían por la opresión; y finalmente supo ser un verdadero misionero que desde el inicio hasta el fin de su pontificado dio a conocer a todos, sin importar culturas. Juan Pablo II sigue siendo en muerte como lo fue en vida, el modelo de todo sacerdote católico y debe ser también modelo de todos los que ahora aspiran a participar del sacerdocio Eterno de Cristo. Pero no sólo Juan Pablo II es modelo para los sacerdotes o las personas consagradas, sino lo es para toda persona que quiera en su vida encarnar el espíritu de este gran hombre que hizo tanto por los hombres y por la Iglesia, de hecho ese es el legado que nos dejó antes de partir a la casa del Padre, que no es otra cosa sino imitar todas sus innumerables obras a favor de nuestros hermanos. Que el Beato Juan Pablo II sea pues el modelo de toda vida cristiana y ese modelo de todos los que optan por la vocación sacerdotal.
¡Beato Juan Pablo II, ruega a Dios por nosotros!
Evangelio según San Marcos 1, 1-8 Éste es el principio del Evangelio de Jesucristo, Hijo de Dios. En el libro del profeta Isaías está escrito: He aquí que yo envío a mi mensajero delante de ti, a preparar tu camino. Voz del que clama en el desierto: “Preparen el camino del Señor, enderecen sus senderos”. En cumplimiento de esto, apareció en el desierto, Juan el Bautista predicando un bautismo de conversión, para el perdón de los pecados. A él acudían de toda la comarca de Judea y muchos habitantes de Jerusalén; reconocían sus pecados y él los bautizaba en el Jordán. Juan usaba un vestido de pelo de camello, ceñido con un cinturón de cuero y se alimentaba de saltamontes y miel silvestre. Proclamaba: “Ya viene detrás de mí uno que es más poderoso que yo, uno ante quien no merezco ni siquiera inclinarse para desatarle la correa de sus sandalias. Yo los he bautizado a ustedes con agua, pero él los bautizará con el Espíritu Santo”. Palabra del Señor Gloria a ti Señor Jesús
Preparen el camino del Señor En este segundo domingo de Adviento, la Palabra de Dios nos ofrece un mensaje sugestivo; que más bien pudiera ser una orden necesaria en el camino; nos presenta también una figura extraordinaria que viene a animar nuestra esperanza. El mensaje: “Preparen el camino del Señor, enderecen sus senderos …” una clara invitación a quitar lo que estorba a la presencia de Dios; una fuerte llamada a la conversión, al cambio verdadero. Estamos muy a tiempo de revisar con toda sinceridad nuestro corazón y con valentía limpiarlo de lo que impida la llegada del Señor a nuestras vidas: quitemos el miedo, el rencor, el conformismo, la pereza… hagamos recto del sendero. Juan el Bautista es el personaje extraordinario, que en el Adviento nos ayuda a esperar; su presencia es imponente; es el hombre venido del desierto; es la voz que clama en el desierto; viste con austeridad, vive con sencillez y tiene claridad en su mensaje, y en su misión; sabe que tiene que preparar el camino al Señor ; entiende que el que viene detrás de él, es más poderoso, es el que bautizará con el Espíritu y con fuego. Muchas cosas que admirarle al bautista; muchas cosas que imitarle para nuestra vida espiritual: la claridad de su identidad, no olvidemos quienes somos y qué nos toca hacer; la firmeza de su mensaje: Cristo el Señor, es el centro y el sentido de su vida; una hermosa libertad interior que lo hace ser el hombre que vive sin poses; lo hace un seguidor auténtico y original del Maestro. Por Pbro. José de Jesús Cruz Rodríguez
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Un santo para nuestro siglo Por Lic Fil Rafael Gómez
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n día que era sábado, Jesús caminaba entre los sembradíos, y sus discípulos, al pasar, comenzaron a arrancar espigas de trigo. Los fariseos le decían: Mira: ¿por qué hacen en día de reposo algo que no está permitido hacer? Pero Él les dijo: ¿Nunca han leído ustedes que David, en una ocasión en que él y sus acompañantes tuvieron necesidad y sintieron hambre… entró en la Casa de Dios y comió los panes a Él consagrados, que solamente a los sacerdotes se les permitía comer?... y les dijo: El sábado se instituyó para el hombre y no el hombre para el sábado. De suerte que el Hijo del hombre también es SEÑOR del sábado”. (Mc 2, 23-28). Jesús cambió el centro de gravedad y quitó de él a todas las exigencias que ponen a la persona en cautiverio y la subordinan a tantas cosas que le vienen de fuera y, luego de liberarla mediante la redención que alcanza a todos los hombres y a todo el hombre, puso en dicho centro a la “persona” misma. La Trinidad, “personas por excelencia”, se unieron en una gran experiencia de Amor Trinitario, origen y meta de la persona humana, y pusieron al ser humano en el centro del mundo de las personas y a su alrededor tanto al mundo de los animales como al de las cosas. Los panes y el sábado, día de reposo, consagrados a Dios, están, por esa misma razón, destinados por Él para alimentar y para encontrarse “con su criatura por excelencia: la persona humana”. La vida y el pontificado de Juan Pablo II se desgastaron para entender, explicar y edificar el sentido y el valor de la persona. En el año 1953 presentó en la Universidad Católica de Lublin su tesis filosófica: Valoración de la posibilidad de fundar una ética católica sobre la base del sistema ético de Max Scheler. A partir de dicha tesis, luego en su libro: Amor y Responsabilidad y después en los innumerables escritos durante su largo pontificado, es notable su convicción innovadora por la persona y por situarla, como Jesús, en el centro de gravedad de la naturaleza que nos rodea, para que, “en ningún caso, la persona humana se convierta
Juan Pablo II, el santo para nuestro siglo, descubrió en cada ser humano, la participación de la vida misma de Dios
en instrumento para fines y proyectos de carácter económico, social o político y ajenos a su propio desarrollo, ya que, en su interioridad, va mas allá del universo y es la única criatura que Dios ha amado por sí misma”.(C.Vat. II, G.et S.,24) Juan Pablo II, el santo para nuestro siglo, descubrió en cada ser humano, la participación de la vida misma de Dios, su vocación sobrenatural que manifiesta la grandeza y el valor de su vida humana y siguió, luego de descubrir sus huellas, a Jesús que agotó su sangre y su vida por la vida del hombre y para resucitar a cada ser humano y “convertirlo en persona” y nos invitó a seguir al mismo Jesús que nos llevó al amor real, que solo se da entre iguales, con las Personas de la Trinidad que entraron “en comunión consigo mismas y con la persona humana”. Juan Pablo II, un santo para nuestro siglo, desgastó su vida para anunciar y dar a conocer al Señor de la Vida, “que, aunque era de naturaleza divina, no retuvo el ser igual a Dios, sino que hizo a un lado lo que le era propio y, tomando naturaleza de siervo, nació como hombre y se humilló a sí mismo obedeciendo hasta la muerte y muerte de cruz. Por lo cual Dios le exaltó y le otorgó el Nombre que está sobre todo nombre. Para que al nombre de Jesús toda rodilla se doble en los cielos, en la tierra y en los abismos, y toda lengua confiese que Cristo Jesús es SEÑOR para gloria de Dios Padre”. (Filip 2, 6-11)
DICIEMBRE 04 DE 2011
Carta de Juan Pablo II a los niños, con motivo de la Navidad Queridos niños! La Navidad es la fiesta de un Niño, de un recién nacido. ¡Por esto es su fiesta! Ustedes la esperan con impaciencia y la preparan con alegría, contando los días y casi las horas que faltan para la Nochebuena de Belén. Parece que los estoy viendo: preparando en casa, en la parroquia, en cada rincón del mundo el nacimiento, reconstruyendo el clima y el ambiente en que nació el Salvador. ¡Es cierto! En el período navideño el establo con el pesebre ocupa un lugar central en la Iglesia. Y todos se apresuran a acercarse en peregrinación espiritual, como los pastores la noche del nacimiento de Jesús. Más tarde los Magos vendrán desde el lejano Oriente, siguiendo la estrella, hasta el lugar donde estaba el Redentor del universo. También ustedes, en los días de Navidad, visitan los nacimientos y se paran a mirar al Niño puesto entre pajas. Se fijan en su Madre y en San José, el custodio del Redentor. Contemplando la Sagrada Familia, piensan en su familia, en la que han venido al mundo. Piensan en su madre, que les dio a luz, y en su padre. Ellos se preocupan de mantener la familia y de su educación. En efecto, la misión de los padres no consiste solo en tener hijos, sino también en educarlos desde su nacimiento. Queridos niños, les escribo acordándome de cuando, hace muchos años, yo era un niño como ustedes. Entonces yo vivía también la atmósfera serena de la Navidad, y al ver brillar la estrella de Belén corría al nacimiento con mis amigos para recordar lo que sucedió en Palestina hace 2000 años. Los niños manifestábamos nuestra alegría ante todo, con cantos.
SOPA DE LETRAS
JUAN MENSAJERO EVANGELIO BAUTIZO SENDEROS CAMINO ISAÍAS DETRÁS SANDALIAS DESIERTO
¡Queridos amigos! En lo sucedido al Niño de Belén pueden reconocer la suerte de los niños de todo el mundo. Si es cierto que un niño es la alegría no solo de sus padres, sino también de la Iglesia y de toda la sociedad, es cierto igualmente que en nuestros días muchos niños, por desgracia, sufren o son amenazados en varias partes del mundo: padecen hambre y miseria, mueren a causa de las enfermedades y de la desnutrición, perecen víctimas de la guerra, son abandonados por sus padres y condenados a vivir sin hogar, privados del calor de una familia propia, soportan muchas formas de violencia y de abuso por parte de los adultos. ¿Cómo es posible permanecer indiferente ante al sufrimiento de tantos niños, sobre todo cuando es causado de algún modo por los adultos? Jesús da la Verdad ¡Qué importante es el niño para Jesús! Se podría afirmar desde luego que el Evangelio está profundamente impregnado de la verdad sobre el niño. Incluso podría ser leído en su conjunto como el « Evangelio del niño ». En efecto, ¿qué quiere decir: « Si no cambian y se hacen como los niños, no entrarán en el Reino de los Cielos »? ¿Acaso no pone Jesús al niño como modelo incluso para los adultos? En el niño hay algo que nunca puede faltar a quien quiere entrar en el Reino de los Cielos. ¡Dios los ama, queridos muchachos! Quiero decirles esto con ocasión de estas fiestas navideñas que son particularmente suyas. Les deseo unas fiestas gozosas y serenas; espero que en ellas vivan una experiencia más intensa del amor de vuestros padres, de los hermanos y hermanas, y de los demás miembros de vuestra familia. Que este amor se extienda después a toda su comunidad, mejor aún, a todo el mundo, gracias a ustedes, queridos muchachos y niños. Así el amor llegará a quienes más lo necesitan, en especial a los que sufren y a los abandonados. ¿Qué alegría es mayor que el amor? ¿Qué alegría es más grande que la que tú, Jesús, pones en el corazón de los hombres, y particularmente de los niños, en Navidad? ¡Levanta tu mano, divino Niño, y bendice a estos pequeños amigos tuyos, bendice a los niños de toda la tierra! Juan Pablo II Vaticano, 13 de diciembre de 1994.
“Arte Sacro”
CATEDRAL METROPOLITANA DE SAN LUIS POTOSÍ
¡Gloria a Dios en las alturas, y en la tierra paz, buena voluntad para con los hombres!.
...Arrepentíos, porque el Reino de los Cielos se ha acercado... ... Voz que clama en el desierto: Preparad el camino del Señor, enderezad sus sendas. Mateo 3:2 y 3:3 de Daniel 2:44 e Isaías 40:3.
La Catedral de San Luis Potosí, como cada año abre sus puertas del Bazar Navideño donde ofrecemos: Nacimientos. Ángeles Figuras Música navideña y mucho más.
A partir del jueves 8 de diciembre. Morelos 620, en las oficinas de Catedral. ¿Le duelen mucho las rodillas?
¿Le han dicho que el único tratamiento es la cirugía?
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