Edición 149

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Domingo de Adviento

n las tinieblas se encendió una luz, en el desierto clamó una voz. Se anuncia la buena noticia: ¡El Señor va a llegar! ¡Preparen sus caminos, porque ya se acerca! Adornen su alma como una novia se engalana el día de su boda. ¡Ya llega el mensajero!. Juan Bautista no es la luz, sino el que nos anuncia la luz. Cuando encendemos estas tres velas cada uno de nosotros quiere ser antorcha tuya para que brilles, llama para que calientes. ¡Ven, Señor, a salvarnos, envuélvenos en tu luz, caliéntanos en tu amor!

Año 3

No. 149

Semana del 11 al 17 de diciembre de 2011

La Iglesia de hoy no necesita “cristianos a tiempo parcial”, sino cristianos de una pieza

¡Gracias Juan Pablo II!

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EL MIEDO SE ACTIVA CUANDO SE APAGA LA ESPERANZA

Los problemas de la vida y las crisis recurrentes se encargan de demostrarnos que la esperanza no es simplemente una cosa piadosa ...

13 SUFRIR NO ES SUFICIENTE

Lo dijo Thich Nhat Hanh, el poeta vietnamita y monje zen: «Cada día 40.000 niños mueren de hambre; las superpotencias cuentan ya con 50.000 armas nucleares ...

Fue actriz en Hollywood y ahora es religiosa de clausura comparte su historia de fe En pocas semanas, los católicos de California podrán conocer en vivo el testimonio de la madre Dolores Hart, quien cambió su ascendente carrera como actriz en Hollywood en los ‘60s por ingresar a un convento benedictino de clausura. La madre Dolores ofrecerá la conferencia central en el Encuentro Eucarístico Mariano de California que se celebrará en Paso Robles el 14 y 15 de enero próximo. La religiosa es una galardonada ex actriz que participó en dos conocidas películas de Elvis Presley y aún es miembro votante de la Academia de Artes y Ciencias Cinematográficas, la misma que decide los premios Oscar. “Nos sentimos muy bendecidos de

que venga”, afirmó el organizador de la conferencia, Pat Borba. “Es un milagro tenerla. Pensamos que por ser de clausura nunca iba a suceder. “El tema del evento es “La fe que mueve montañas” y la religiosa ofrecerá dos ponencias tituladas “¿Cómo una ca-rrera en Hollywood me llevó a la fe” y “El oído del corazón:. Cuando el Maestro habla el discípulo va a escuchar” En su juventud, Dolores Hart, fue una conocida actriz de teatro y cine. Actuó en la década de 1960 en los clásicos “Where the Boys Are”, e interpretó Santa Clara en la película “Francisco de Asís” en 1961. También interpretó el papel principal en la película “El Inspector”. Ganó un Premio Theatre World 1959 y una nominación al premio Tony por su papel en la producción de Broadway “El placer de su compañía.” Sigue siendo miembro de la Academia y es actualmente la única monja que vota en los premios Oscar.


DICIEMBRE 11 DE 2011

Alegres en el Señor

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Editorial

Por Pacco Magaña

l tema de la alegría penetra toda la liturgia de la Palabra. Hoy escuchamos el grito del profeta Isaías: “Yo me alegro plenamente en el Señor, se alegra mi espíritu en Dios mi Salvador”. El salmo responsorial es el Magnificat de María, intercalado con el estribillo: “Se alegra mi espíritu en Dios mi Salvador”.

Oración con el Salmo 21

Queridos hermanos y hermanas:

Hoy quiero afrontar un Salmo con fuertes implicaciones cristológicas, que continuamente aparece en los relatos de la pasión de Jesús, con su doble dimensión de humillación y de gloria, de muerte y de vida. Es el Salmo 22, según la tradición judía, 21 según la tradición grecolatina, una oración triste y conmovedora, de una profundidad humana y una riqueza teológica que hacen que sea uno de los Salmos más rezados y estudiados de todo el Salterio. Se trata de una larga composición poética, y nosotros nos detendremos en particular en la primera parte, centrada en el lamento, para profundizar algunas dimensiones significativas de la oración de súplica a Dios.

La segunda lectura comienza con las palabras del apóstol san Pablo: “Hermanos, estén siempre alegres, oren sin cesar, den gracias en toda ocasión”. Tal vez el deseo humano más universal es el de ser felices. Schiller, el poeta alemán ha expresado este deseo universal que Beethoven musicalizó en el famoso himno a la alegría en la novena sinfonía. Dice así el poema: “Alegría, centella divina hija del Elíseo… Todos los hombres se sienten hermanos, buenos y malos, todos persiguen su perfume”.

Este Salmo presenta la figura de un inocente perseguido y circundado por los adversarios que quieren su muerte; y él recurre a Dios en un lamento doloroso que, en la certeza de la fe, se abre misteriosamente a la alabanza. En su oración se alternan la realidad angustiosa del presente y la memoria consoladora del pasado, en una sufrida toma de conciencia de la propia situación desesperada que, sin embargo, no quiere renunciar a la esperanza. Su grito inicial es un llamamiento dirigido a un Dios que parece lejano, que no responde y parece haberlo abandonado:

El Evangelio también es un himno a la alegría. El mismo nombre “Evangelio” significa, como sabemos, alegre noticia, anuncio de alegría. Jesús nos dice: “Ustedes están tristes, pero su tristeza se convertirá en alegría y esa alegría nadie se las podrá quitar” (Jn 16,20-22) Nosotros, los creyentes, tenemos una alegría secreta y grandiosa que consiste en la espera. La alegría evangélica es para todos, sobre todo, dirá María en el hermoso himno del Magnificat, para los humildes hambrientos y sencillos. También anunciamos, como Juan, la futura venida del Señor, y lo hacemos tal vez en el desierto; pero nuestra misión es anunciar su próxima venida con alegría. El desierto tiene una gran importancia; en el desierto Juan vive un encuentro con él mismo y con Dios. Hoy Dios nos invita a tener un encuentro decisivo con él, preparemos el camino.

«Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado? A pesar de mis gritos, mi oración no te alcanza. Dios mío, de día te grito, y no me respondes; de noche, y no me haces caso» (vv. 2-3).

San Pablo desea a los destinatarios de su carta, a los cristianos de Tesalónica, y a nosotros, la alegría, la oración y la acción de gracias. Cada uno de nosotros tenemos una misión en el mundo como la de Juan. La Eucaristía de este tercer domingo de Adviento nos ayudará a ser conscientes de ello y nos dará la alegría que viene del Señor que está por llegar. ¡ALEGRÉMONOS EN EL SEÑOR!

(Primera de tres partes)

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Dios calla, y este silencio lacera el ánimo del orante, que llama incesantemente, pero sin encontrar respuesta. Los días y las noches se su-

La RED no necesariamente apoya la publicidad de nuestros anunciantes.

ceden en una búsqueda incansable de una palabra, de una ayuda que no llega; Dios parece tan distante, olvidadizo, tan ausente. La oración pide escucha y respuesta, solicita un contacto, busca una relación que pueda dar consuelo y salvación. Pero si Dios no responde, el grito de ayuda se pierde en el vacío y la soledad llega a ser insostenible. Sin embargo, el orante de nuestro Salmo tres veces, en su grito, llama al Señor «mi» Dios, en un extremo acto de confianza y de fe. No obstante toda apariencia, el salmista no puede creer que el vínculo con el Señor se haya interrumpido totalmente; y mientras pregunta el por qué de un supuesto abandono incomprensible, afirma que «su» Dios no lo puede abandonar. Como es sabido, el grito inicial del Salmo, «Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado?», es citado por los evangelios de san Mateo y de san Marcos como el grito lanzado por Jesús moribundo en la cruz (cf. Mt 27, 46; Mc 15, 34). Ello expresa toda la desolación del Mesías, Hijo de Dios, que está afrontando el drama de la muerte, una realidad totalmente contrapuesta al Señor de la vida. Abandonado por casi todos los suyos, traicionado y negado por los discípulos, circundado por quien lo insulta, Jesús está bajo el peso aplastante de una misión que debe pasar por la humillación y la aniquilación. Por ello grita al Padre, y su sufrimiento asume las sufridas palabras del Salmo. Pero su grito no es un grito desesperado, como no lo era el grito del salmista, en cuya súplica recorre un camino atormentado, desembocando al final en una perspectiva de alabanza, en la confianza de la victoria divina. Puesto que en la costumbre judía citar el comienzo de un Salmo implicaba una referencia a todo el poema, la oración desgarradora de Jesús, incluso manteniendo su tono de sufrimiento indecible, se abre a la certeza de la gloria. «¿No era necesario que el Mesías padeciera esto y entrara así en su gloria?», dirá el Resucitado a los discípulos de Emaús (Lc 24, 26). En su Pasión, en obediencia al Padre, el Señor Jesús pasa por el abandono y la muerte para alcanzar la vida y donarla a todos los creyentes.


DICIEMBRE 11 DE 2011

DIGNIDAD HUMANA Y ECOLOGÍA Por Pbro. Lic. Juan José Torres Galván

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l proceder el ser humano de las manos de Dios, creado a su imagen y semejanza, posee una dignidad que debe ser respetada y promovida siempre. La vida es un don y al mismo tiempo una tarea. Es tarea de todos los creyentes defender la vida humana en todas sus fases, desde la fecundación hasta la muerte natural. Dado que la globalización promueve y afecta también el terreno de la ética y la moral, es importante asumir la responsabilidad de promover un diálogo abierto desde la fe con la razón y las ciencias. Los obispos latinoamericanos reunidos en Aparecida nos sugieren las siguientes acciones: • Promover cursos, foros y congresos sobre la vida, la familia y cuestiones éticas. • Facilitar la formación de los agentes de pastoral (presbíteros, religiosas y laicos), accediendo a estudios universitarios de moral familiar. • Promover que las universidades católicas organicen programas de bioética accesibles a todos y se posicionen ante los grandes temas de la bioética. • Crear en cada país una comisión episcopal de ética y bioética que garantice fidelidad y respeto al Magisterio de la Iglesia sobre la vida. • Ofrecer a los esposos cristianos programas de paternidad responsable. • Apoyar y acompañar pastoralmente a las mujeres que deciden no abortar y tratar con misericordia a aquellos que ya lo hicieron, para ayudarles a sanar sus heridas. • Asegurar respeto a la objeción de conciencia ante políticas contrarias a la vida. Así como es importante respetar y defender el don de la vida humana es indispensable tomar una actitud de respeto y conservación de la creación, reflejo de la sabiduría y belleza de Dios. En América Latina y el Caribe se están explotando los recursos naturales no renovables de manera irracional. Los discípulos y misioneros de Jesucristo somos responsables de denunciar la industrialización salvaje y sin control de nuestros pueblos. De manera especial debemos estar atentos ante las industrias extractivas que desmantelan la riqueza natural. Es importante que al intervenir sobre los recursos naturales no prevalezcan únicamente los intereses egoístas de grupos económicos. Debemos dejar a la siguiente generación un mundo habitable. Esa es nuestra responsabilidad. La Iglesia agradece a todos los que trabajan por la ecología de nuestro planeta, así como se siente cercana a los campesinos que con tanta dedicación cultivan la tierra. Valora de manera especial a los indígenas por su respeto y amor a la Madre Tierra, gestora de vida y escenario donde percibimos el amor Providente de Dios. El Evangelio de la vida nos lleva a los discípulos de Jesucristo a contemplar la creación, cuidándola como nuestra casa común. Hemos de buscar un modelo alternativo de desarrollo integral, solidario y sustentable. Es necesario que la Iglesia intensifique su presencia pastoral en las comunidades amenazadas por la depredación. Es importante invertir esfuerzos para lograr políticas públicas que garanticen la protección, conservación y restauración de la naturaleza. Asimismo darle seguimiento a la aplicación de las medidas ambientales derivadas de esas políticas. NOTA: Puedes ampliar esta reflexión leyendo los párrafos 464-475 del Documento de Aparecida.

Apreciados lectores y lectoras:

NUESTRA SEÑORA DEL ADVIENTO. Así podemos llamar a la Virgen Santísima en este tiempo. Este título mariano no es conocido. Hasta donde yo sé, no hay capilla ni templo dedicado a María con esta advocación. Pero no deja de ser hermoso. Nuestra Señora del Adviento es Santa María de la Esperanza, de la espera llena de fe y de confianza total en el Dios de las promesas. María es modelo de la espera. El Dios de la Biblia, nuestro Dios, invita a María a entrar en un proyecto totalmente impensable. En el tercer domingo de Adviento, la Iglesia nos invita a contemplar a María, la joven doncella de Nazaret que dice un “SÍ” definitivo y radical a los planes de Dios. En la persona de María se cumple la promesa formulada por el profeta Isaías ocho siglos antes: “La Virgen concebirá en su seno y dará a luz un hijo, que se llamará Dios con nosotros”. En estos días del Adviento, festejamos a la Virgen Santísima como Inmaculada, como Señora de Guadalupe, como Virgen de la Expectación. Es interesante constatar que su presencia maternal nos arropa todo el año. Comenzamos, el primero de enero, celebrándola como la Santa Madre de Dios, y terminamos el año mirándola extasiados, en Belén, con el Niño en su regazo y, días después, como alma de la familia de Nazaret. María nos prepara para la Navidad y nos lleva de la mano hasta el Belén de nuestro corazón para regalarnos a su Hijo. Ella viene a nuestras vidas cansadas y tristes, a nuestras rutinas y desilusiones, ofreciéndonos la oportunidad de encontrar nuevas energías espirituales en este tiempo penitencial del Adviento y en el gozo de la Santa Navidad.

Nuestra Señora del Adviento, la Virgen de la Esperanza, nos comunica su fortaleza, nos acerca al Espíritu Santo para que llene nuestra vida, nos ayuda a vivir con alegría a pesar de las pruebas y las cruces que encontramos cuando nos decidimos seguir a su Hijo. María la creyente, la del “SÍ” incondicional a Dios, le dio su vida entera al Señor y por eso pasó tiempos y días difíciles de incertidumbre al no entender totalmente los planes de Dios, días de sufrimiento, incomprensión y soledad. Decía el Beato Juan Pablo II que María vivió su propia peregrinación de fe en la noche y en la oscuridad. Ella nos enseña con su ejemplo que para dar vida hay que entregar la vida, todos los días. Ella confió en Dios, y así, el sueño de Dios de salvar al hombre se hizo realidad. María, Virgen de la Esperanza nos dice que Dios sigue soñando, que demos lo mejor de nosotros para ayudarle a realizar su proyecto de amor. María dejó a Dios ser Dios, dejó que Dios saliera a su paso. Cuando Dios le revela el misterio oculto, su reacción es de extrañeza (¿cómo será eso?) y de disponibilidad (“hágase en mí según tu palabra”). Recordemos que la esperanza es estar disponible, ponerse de pie, mantenerse en camino, salir de uno mismo; es fiarse de una promesa. La esperanza implica riesgo: el riesgo que corre el que ama al fiarse de la promesa, el riesgo de romper con el pasado y buscar a Dios. Uno se pregunta: ¿No le estaba pidiendo Dios a María que se metiera en unos riesgos incalculables? ¿Qué iba a ser de su vida? ¿Qué iba a ser de sus proyectos? Nuestra Señora del Adviento nos enseña a esperar en el Señor, a escuchar su Palabra, a escuchar su voz en la realidad de todos los días. Nos enseña a orar para no perder la esperanza, y para no desalentarnos en las dificultades y contratiempos. Ella siempre camina cerca de cada hombre y mujer para que no tenga miedo de decir un “sí” incondicional a Dios. Ella sigue mostrándonos a Jesús, nacido en Belén, muerto y resucitado por la salvación del mundo, que está en cada Misa, dándose como alimento para el camino de la vida. Les dejo con esta hermosa copla: “La Virgen sueña caminos, / está a la espera;/ la Virgen sabe que el niño/ está muy cerca./ Los que soñáis y esperáis/ la Buena Nueva,/ abrid las puertas al niño/ que está muy cerca”.

“Y, hasta que nos volvamos a encontrar, que el Señor los guarde en la palma de su mano”.

+Luis, Arzobispo de S. Luis P.


Nuestra historia

¿En qué consistió la Batalla de Lepanto? Por Pbro. Rubén Pérez Ortiz

(primera parte)

En 1571 la cristiandad era amenazada por los turcos (musulmanes). El Papa San Pío V pidió a todos que rezaran, particularmente el rosario, para obtener la victoria. Una vez conseguida, instituyó la fiesta de Nuestra Señora de la Victoria.

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os musulmanes ya habían arrasado con la cristiandad en el norte de Africa, en el medio oriente y otras regiones. España y Portugal se habían librado después 8 siglos de lucha. La amenaza se cernía una vez más sobre toda Europa. Los turcos se preparaban para dominarla y acabar con el Cristianismo. La situación para los cristianos era desesperada. Italia se encontraba desolada por una hambruna, el arsenal de Venecia estaba devastado por un incendio. Aprovechando esa situación los turcos invadieron a Chipre con un formidable ejército. Los defensores de Chipre fueron sometidos a las más crueles torturas. El Papa San Pío V trató de unificar a los cristianos para defender el continente pero contó con muy poco apoyo. Por fin se ratificó la alianza en mayo del 1571. La responsabilidad de defender el cristianismo cayó principalmente en Felipe II, rey de España, los venecianos y genoveses. Para evitar rencillas, se declaró al Papa como jefe de la liga, Marco Antonio Colonna como general de los galeones y Don Juan de Austria, generalísimo. El ejército contaba con 20,000 buenos soldados, además de marineros. La flota tenía 101 galeones y otros barcos más pequeños. El Papa envió su bendición apostólica y predijo la victoria. Ordenó además que sacaran a cualquier soldado cuyo comportamiento pudiese ofender al Señor. San Pío V, miembro de la Orden de Santo Domingo, y consciente del poder de la devoción al Rosario, pidió a toda la Cristiandad que lo rezara y que hiciera ayuno, suplicándole a la Santísima Virgen su auxilio ante aquel peligro. Poco antes del amanecer del 7 de octubre la Liga Cristiana encontró a la flota turca anclada en el puerto de Lepanto. Al ver los turcos a los cristianos, fortalecieron sus tropas y salieron en

Aún no has llegado a la meta orden de batalla. Los turcos poseían la flota más poderosa del mundo, contaban con 300 galeras, además tenían miles de cristianos esclavos de remeros. Los cristianos estaban en gran desventaja siendo su flota mucho más pequeña. En la bandera de la nave capitana de la escuadra cristiana ondeaban la Santa Cruz y el Santo Rosario. La línea de combate era de 2 kilómetros y medio. A la armada cristiana se le dificultaban los movimientos por las rocas y escollos que destacan de la costa y un viento fuerte que le era contrario. La más numerosa escuadra turca, sin embargo tenía facilidad de movimiento en el ancho golfo y el viento la favorecía grandemente. Mientras tanto, miles de cristianos en todo el mundo dirigían su plegaria a la Santísima Virgen con el rosario en mano, para que ayudara a los cristianos en aquella batalla decisiva. Don Juan mantuvo el centro y tuvo por segundos a Colonna y al general Veneciano, Venieri. Andrés Doria dirigía el ala derecha y Austin Barbarigo la izquierda. Pedro Justiniani, quien comandaba los galeones de Malta, y Pablo Jourdain estaban en cada extremo de la línea. El Marqués de Santa Cruz estaba en reserva con 60 barcos listo para relevar a cualquier parte en peligro. Juan de Córdova con 8 barcos avanzaba para espiar y proveer información y 6 barcos Venecianos formaban la avanzada de la flota.

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odas nuestras acciones nos llevan a lograr un fin. El hombre reflexivo siempre trabaja por alcanzar una meta. Aunque hay muchos que no meditan sus acciones y ni siquiera conocen la razón de sus actos. Pero aún ellos, de manera inconsciente se dejan llevar por algún fin. Hay quienes afirman que cuando logren tener un cierto nivel de vida o tengan una buena estabilidad económica, entonces se van a dedicar a disfrutar de lo obtenido. Es inútil pensar de esa forma; porque una vez que llegan a su meta, comienzan por sentir un dejo de insatisfacción. Ya que siempre, nos quedará un vacío. Ya lo decía Arturo Schopenhauer : “…La vida oscila como un péndulo entre el sufrimiento y el tedio…, entre los deseos y su realización transcurre toda la vida humana. El deseo, por naturaleza, es sufrimiento.” Buscar la satisfacción de una necesidad, es luchar por no tener más necesidades. Pero eso, es una empresa imposible de alcanzar. El hombre siempre va a sentir que algo le falta. Decía el filósofo antes mencionado que el deseo es dolor por no tener aquello que nos falta. Y una vez que obtenemos ese bien, éste acaba por perder su encanto, para después llegar a la saciedad, y vivir con un dejo de insatisfacción. El hombre se agota, al imponerse metas que implican esfuerzo. Pero una vez que las alcanza, se pierde el encanto y por tanto la ilusión. Y vive sufriendo, porque sigue deseando. El hombre sufre, porque vive insatisfecho, hay cosas que no le llenan, pero que tampoco esta dispuesto a perderlas. Y vive con dolor, porque siempre siente que algo le falta. Se nos ha olvidado que en este mundo nada es suficiente para llenar los deseos infinitos que rondan por la mente, porque nos proponemos metas a muy corto plazo, y olvidamos que la meta fundamental está más allá de esta vida. Aquella es la única que satisface, sin dejar vacíos. Y sólo se obtiene, cuando nos encontramos con Dios. La tristeza de este mundo es provocada por la insatisfacción y el dolor de no tener lo que deseamos. Y todo porque olvidamos vivir en la esperanza. Ésta es una actitud, pero sobre todo es la virtud que nos ayuda vivir en la espera de lo que aún no tenemos. Y nos anticipa el gozo que traerá lo que esperamos. Nunca pienses que has llegado a la meta. En esta vida, siempre hay algo más por alcanzar.


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Quien conociera a María, amaría a María

La Virgen María en el derecho canónico

Por P. Kino

Por Pbro. Lic. Héctor Colunga Rodríguez colunga46561@hotmail.com.

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l título del presente artículo lo tomé del grupo argentino cómico – musical, Les Luthiers, pero obviamente yo lo aplicaré en un contexto muy distinto al que ellos lo utilizan, lo relacionaré al conocimiento de la Sma. Virgen María.

La Santísima Virgen María ocupa un lugar especial para nosotros los creyentes, no así para nuestros hermanos separados que no le dan el culto que nosotros le damos. Pero, ¿Qué podemos decir de ella para amarla más? Primeramente es dichosa porque escuchó la palabra de Dios y la puso en práctica, Lc 11,27 – 28. La moral no es concepto, es vida y ella así no lo manifiesta. Cuando dijo que sí a Dios, no se echó para atrás aun en las pruebas que tuvo. Es Humilde, lo manifiesta en toda su vida, pero quiero recalcar de manera especial cuando ella, estando ya encinta, va y ayuda a Isabel, (Lc 1, 39-45) y cuando Isabel la recibe exclama: “¿Quién soy yo para que la madre de mi Señor venga a visitarme?” María no niega lo que es, reconoce que lo que es ella, tiene como su fuente a Dios. María no negó lo que le decía Isabel, no le dijo “ya bájale a tu carro Chabela”, sino que recitó lo que ahora conocemos como “la magnífica”. La humildad en síntesis, no es negar lo que Dios nos ha concedido, sino en reconocerlo a Él como la fuente de lo que somos y tenemos, y como la Santísima virgen María, darnos a los demás. María es la mujer que hace oración, pues sólo en oración se puede dar una respuesta a Dios tan comprometida como ella la dio. Hoy cuando asumimos algún compromiso fuerte estamos con cosas secundarías, olvidándonos de poner en manos de Dios la decisión que tomaremos. Por ejemplo, unos novios están más preocupados por “engordar perros” para la barbacoa que darán el día de su boda, que en acercarse a Dios en oración para que los mantenga unidos hasta la muerte… pero en fin, continuemos. María es obediente a Dios. No entiende muchas cosas, pero obedece, junto con su esposo José las disposiciones de la ley judía, la cual prescribía que debía purificarse, presentar al niño Jesús, en síntesis, cumplir con la ley de Dios. Ella obedece, y en estos acontecimientos recibe profecías que no entiende, pero que guarda en su corazón (Lc 2, 22 – 38). Si nosotros los cristianos fuéramos obedientes a Dios, otro gallo nos cantaría, pero continuemos… Ah caray, ya no continuemos, se me acabó el espacio, bueno, falta tanto que decir de la Santísima Virgen María, pero en el catecismo de la Iglesia católica podremos encontrar mucho de ella, para que al conocerla más, la amemos más y obviamente la imitemos más… Piensa y profundiza la frase “Jesús no se parece a María, sino que es María la que se parece a Jesús”… ¿por qué?

Queridos lectores: El Código de Derecho Canónico hace mención de la devoción a la Virgen María en los siguientes cánones: Al hablar de las obligaciones y derechos de los Institutos religiosos y de sus miembros, el número 663§4 dice: “Tributarán un culto especial, también mediante el rezo del santo Rosario, a la Virgen Madre de Dios, modelo y amparo de toda la vida consagrada”. Sobre el culto a los santos, a las imágenes y a las reliquias, el canon 1186 dice: “Con el fin de promover la santificación del Pueblo de Dios, la Iglesia recomienda a la peculiar y filial veneración de los fieles la Bienaventurada siempre Virgen María Madre de Dios a quien Cristo constituyó Madre de todos los hombres; asimismo promueve el culto verdadero y auténtico de los demás santos con cuyo ejemplo se edifican los fieles y con cuya intención son protegidos”. Este canon está basado en la Constitución sobre la Sagrada Liturgia (Sacrosantum Concilium), en el número 103 que dice: “…la Iglesia venera con amor especial a la bienaventurada Madre de Dios, la Virgen María, unida con lazo indisoluble a la obra salvífica de su Hijo; en ella, la Iglesia admira y ensalza el fruto más espléndido de la redención y la contemplación gozosamente como una purísima imagen de lo que ella misma, toda entera, ansía y espera ser”.

Como ven, los cánones referentes a la Virgen María están tomados del Concilio Vaticano II, así como otros puntos referentes a la vida de la Iglesia. En la Iglesia tenemos varios actos de culto bien definidos: Latría, se refiere a Dios; hiperdulía a la Virgen María y dulía que tributamos a los santos. Debemos honrar a la Santísima Virgen María profesándole una gran veneración, rezando el Santo Rosario, el Ángelus y otras oraciones recomendadas por la Iglesia. Los escapularios, medallas y rosarios que porte uno, no son amuletos para traer buena suerte; son objetos religiosos que llevamos consigo, para que constantemente nos dirijamos a María Santísima para pedir su ayuda y socorro. Al tenerle devoción filial a la Virgen, tenemos que pedirle nos conceda sus virtudes para poder imitarla, como la pureza de corazón, la humildad, el servicio a los demás y el amor a Jesús. La pureza nos asegura un lugar especial en el cielo, nos hace hijos predilectos de Jesús y de María, nos asemeja a los ángeles y sobre todo a Dios. La humildad es la virtud fundamental de la santidad, lo contrario a ésta es el orgullo, que es el origen de todos los vicios. A María se le concedió la gracia de ser la Madre de Dios, porque no albergó en su corazón otros deseos ni sentimientos, sino el de ser la Esclava del Señor. El servicio al prójimo, nos lo demostró la Virgen cuando fue a visitar a su prima Isabel a Ain Karem, que se encuentra a 150 kms. desde Nazareth. Amar a Jesús como lo hizo María, es la mejor forma de ser dichosos y encontrar la paz. Tomémonos de la mano de María, para que ella nos conduzca a su Hijo y que la fiesta de la Virgen María en su advocación de Guadalupe, nos haga más humanos, más hermanos y sobre todo más hijos de Dios. Hasta la próxima


La música Las bandas, las sinfónicas, los conjuntos, los coros y las estudiantinas, constan de elementos humanos, un director, Batuta, atriles, trompetas, clarines, trompas o tubas, flautas, tambores, tamborines, contrabajos, violines, guitarras, saxofón, platillos y otros. Todos tocan al compás de la batuta y con la inteligencia del director, la batuta que cae y se levanta, que cruza de izquierda a derecha, pone a todos con mucho ojo. Sólo las aves no necesitan de todo esto para cantar y sus trinos son muy sonoros. Lástima que no se puedan contratar. Cantan y no cobran.

ÁREA INTELECTUAL

¿Qué es el hombre

para que te acuerdes de él? Por Pbro. José Antonio Martínez Ortiz

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a misma Sagrada Escritura en el Salmo 8 se preguntará: “¿Qué es el hombre para que te acuerdes de él, el ser humano para darle poder?” (8,5). El salmista se interroga sobre la grandeza humana en su fragilidad, el misterio y la contradicción que han impresionado a los pensadores de todos los tiempos. Esta cuestión sobre el hombre no es sólo un problema o un enigma, sino que constituye en términos estrictos un misterio, reflejo del misterio de Dios (GS 22). El gran desafío humano: Dar con el sentido de la vida. El hombre sólo llena su corazón con aquello que es significativo para él, es decir, sólo con aquello que le comunica sentido a su vida. Pero lo más dramático es, que aquello que tiene sentido real ha dejado de ser significativo para el hombre: Dios, la familia, los valores, etc. Es necesario dar con “el sentido”, es decir, acercarme a Dios, al hombre y al mundo tal cual son y sin el afán de encajonarlos en mis esquemas. Dar con el sentido equivale a dar objetivamente con la verdad y dejar que esa verdad informe y forme mi ser como hombre. El ahora Beato Juan Pablo II, en preparación al Gran Jubileo de la Encarnación del año 2000, pronunció una catequesis, donde expuso este principio y fundamento donde debe estar anclada la vida del hombre y su esperanza:

El camino en el que nos encontramos, el de la humanidad hacia el Padre, nos sugiere meditar en la perspectiva escatológica, o sea, en la meta final de la historia humana. Especialmente en nuestro tiempo todo procede con increíble velocidad, tanto por los progresos de la ciencia y de la técnica como por el influjo de los medios de comunicación social. Por eso, surge espontáneamente la pregunta: ¿cuál es el destino y la meta final de la humanidad? A este interrogante da una respuesta específica la palabra de Dios, que nos presenta el designio de salvación que el Padre lleva a cabo en la historia por medio de Cristo y con la obra del Espíritu Santo. Como mujeres y hombres no es sólo algo sino alguien. Somos creaturas salidas de las manos de Dios, no como panteísmo pues no somos Dios, somos creaturas. Tomemos conciencia de que: • Hemos sido creados a imagen de Dios y quien ha plasmado en nosotros los rasgos de su ser. Ahí radica nuestra dignidad de personas. • Somos libres y no hemos de permitir ser sometidos al arbitrio de ideologías enajenantes. • Estamos orientados a alcanzar la plenitud de la vida, es decir, la semejanza con Dios: “sean perfectos como mi Padre celestial es perfecto” (Mt 5,48).

Los humanos con su voz no los pueden imitar, a veces solo con silvos. Los cantos de las aves son otra sonrisa de Dios, para alegrar el universo. Sólo los vagos las matan con resorteras y municiones; porque falta mucha cultura en padres e hijos. A los integrantes de una banda sinfónica, conjuntos, coros, estudiantinas también les cuesta prepararse para actuar, no sólo dinero y tiempo. Por eso sólo los ángeles cantan gratis y las almas devotas también, devotas, no de botas. El canto y la música son una poesía cantada. Una ciudad sin cantos, es como planta sin flores. Alegrémonos porque Dios nos ha dado otra alegría en la música. Loado sea mi Dios.

¡Mira tu cuarto, es un caos!

-Mamá, sólo es “un orden por descifrar”

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n Grecia se le conoció a Xaos (Caos) como la personificación del vacío primordial, y éste, anterior a la creación. El orden no existía en el periodo de Caos, no había sido en el mundo obviamente. Caos engendró la noche (Nix), después el día (Hémera). A nuestra lengua esta palabra llegó más o menos así, la trascripción del griego Xaos –Jaos; al latín Chaos, (la Ch en latín tiene sónico de K o también de C). Caos también es resignificada como abertura o confusión. Pero Don Caos no sólo quedó en lo ya mencionado, pues ha hecho su aparición en las matemáticas; en la física con la teoría del caos, donde se sostiene que la realidad es el desorden y orden, y que todo funciona de este modo, generando así, nuevas estructuras. Se propone a fin de cuentas un ciclo de orden, desorden, orden… ad infinitum. Prigogine, (físico y químico) plantea varios interrogantes, como: a) ¿Por qué en el universo hay orden en vez de caos?; b) ¿Por qué en el universo hay caos en vez de orden?, c) ¿Hay un orden oculto tras el caos aparente?, d) ¿Hay un caos oculto tras el aparente orden? , e) ¿Cómo del orden se pasa al caos? , f) ¿Cómo del caos se pasa al orden? Estas preguntas ya pensadas en otras ciencias nos ayudan a entender su teoría, pero las de mayor relevancia son las dos últimas. Total que el caos ha tenido injerencia hasta en la literatura contemporánea, pues no dudo que haya sido el caos, culpable de inspirar la obra El hombre duplicado de J. Saramago. Donde se abre el telón con lo siguiente. “El caos es un orden por descifrar”. ¡Caray que seríamos sin el caos!


Los libros y sus autores

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Rüdiger Safranski Tusquets, 2004 128 páginas.

¿Cuánta globalización podemos soportar?

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ste ensayo aborda de forma provocativa un fenómeno al que nos guste o no, debemos hacer frente: ¿hasta qué punto puede el individuo dejarse absorber por la globalización? La globalización nos obliga a asistir a una vertiginosa transformación de nuestra forma de pensar y vivir. Cada día somos testigos de alguna nueva amenaza medioambiental o catástrofe bélica; el capitalismo desregulado desplaza dinero, empresas y trabajadores de unos países a otros sin ningún tipo de escrúpulos.

Además, las nuevas tecnologías nos ponen en contacto en tiempo real, con el último rincón del planeta, pero también crean nuevas dependencias y acrecientan la fragilidad del sistema global. Safranski defienden aquí la necesidad de un sujeto autónomo y moralmente responsable de sus actos pero que a menudo se ve superado ante las exigencias de un todo –social, económico y simbólico- que amenaza con devorarlo.

Rüdiger Safranski

Nació en 1945 en Rottwell, Bade-Württenberg (Alemania). Filósofo, ensayista y autor de biografías. Entre 1965 y 1972 estudió filosofía, historia, germanística e historia del arte en Frankfurt del Meno y Berlín. Es miembro de la academia alemana de Lengua y Poesía y de la sección alemana del Pen-Club. Desde 2002 modera, junto al filósofo Peter Sleterdijk “Das Philophische Quarter” Sus ensayos y biografías le han valido numerosos premios y distinciones como el Fiedrich Marker 1995, el Erns Robert Curtius 1998 y el Friedrich Nietzsche 2000. Sus obras: Un maestro de Alemania, Heidegger y su tiempo, Nietzsche, Historia de una amistad Goethe y Schiller. Schopenhauer y los años salvajes de la filosofía.

Iglesia Universal CIUDAD DEL VATICANO.- El Papa Benedicto XVI recordó que este tiempo de preparación para la Navidad, debe ser un periodo de intensa conversión al Señor. “Dejémonos iluminar por un rayo de la luz que proviene de Belén, la luz de aquel que es el más grande y se ha hecho pequeño, el más fuerte y se ha hecho débil”, exhortó. CIUDAD DEL VATICANO.- El Papa Benedicto XVI dirigió un discurso a los participantes del 3° Congreso Mundial de Pastoral para los Estudiantes Internacionales, en el que alentó a los jóvenes a ser puentes de conexión entre las culturas y regresar a sus países de origen para contribuir con su desarrollo. “Hoy más que nunca la apertura recíproca entre las culturas es un terreno privilegiado para el diálogo entre todas las personas comprometidas en la búsqueda de un humanismo auténtico”, afirmó el Papa. WASHINGTON.- Un estudio de la Universidad de Chicago publicado por la revista Forbes mostró que el sacerdocio es el “trabajo” más feliz del mundo, seguido en segundo lugar por la labor de bombero. El estudio mostró que las personas se sienten más satisfechas con labores que no coinciden necesariamente con el éxito económico, pero sí con el servicio y la entrega al prójimo. Los diez trabajos más satisfactorios se completan con fisioterapeutas, escritores, instructores de educación especial, maestros, artistas, psicólogos, agentes financieros e ingenieros de operaciones.

Iglesia en México CIUDAD DE MÉXICO.- Con motivo de la Fiesta de San Juan Diego, el 9 de diciembre, el Cardenal Norberto, Arzobispo de México, ha emitido un decreto que otorga a partir de esa fecha, la indulgencia parcial y plenaria a aquellos fieles que visiten con verdadera devoción la ermita del santo. Esta disposición tiene por finalidad “acrecentar la devoción y la espiritualidad Guadalupana-Sanjuandieguina”. Además explicaron que para ganar la indulgencia se deben cumplir las normas que la Iglesia que son “excluir todo afecto al pecado, haberse confesado, comulgar el Cuerpo de Cristo y orar por las intenciones del Sumo Pontífice”. MÉXICO.- El Cardenal Norberto Rivera, defendió la libertad de expresión de la Iglesia y afirmó que este derecho humano debe ser respetado por el Estado laico. “El Estado Laico no debe ser un Estado persecutor de la Iglesia, ni un Estado ateo (donde se prohíbe), sino aquel que promueve y respeta la libertad de los ciudadanos”. El Cardenal Rivera recordó que “México aprobó los tratados internacionales en donde se expresa la libertad religiosa, y debe asumirse para evitar los roces que durante 20 años ha tenido la Ley de Asociaciones Religiosas y Culto Público, y es claro que la libertad de culto va más allá que la libertad de creencias. Es la libertad que afecta todos los ámbitos de la vida, en la educación y en los medios de comunicación donde aún persisten las restricciones”. SAN LUIS POTOSÍ.- Miles de feligreses se congregaron en el atrio del Santuario-Basílica para recibir las Reliquias del Beato Juan Pablo II. Tras este emotivo encuentro, las reliquias fueron trasladadas a la Iglesia Catedral, lugar en el que fueron expuestas a la veneración de todos los que se congregaron para ver la imagen así como una cápsula que contiene la sangre del Beato. Durante el día, y sin dejar de hacerlo durante las celebraciones Eucarísticas, filas de personas de todas las edades pasaron frente a la urna. Un gran anhelo, que se ha tenido presente por la intercesión de Juan Pablo Segundo es la paz que tanto necesita nuestra Patria. “Bendice a México, no te vayas sin bendecirlo, no nos puedes dejar sin tu santa bendición e intercede por los potosinos” invocación de Don Luis Morales Reyes ante la presencia de las reliquias de Juan Pablo II.


Ni milagros, ni obras maravillosas... sólo signos

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a anatomía del Cuarto Evangelio parece muy sencilla. Los estudiosos suelen dividirla en dos partes: el libro de los signos y el libro de la gloria. El libro de los signos abarca los primeros doce capítulos, mientras que el libro de la gloria abarca el resto, es decir, los capítulos 13-21. El título dado a la primera parte (libro de los signos), se le otorga por el nombre especial da San Juan a las obras de Jesús, las cuales, a diferencia de los sinópticos, no son llamadas obras de poder o milagros, mucho menos actos maravillosos, sino que son llamados simple y sencillamente: signos o señales, apuntando de esa manera a una realidad más profunda, que requiere análisis y reflexión. Al mismo tiempo, como signos, expresan de manera simple realidades superiores, fundamentalmente dan a conocer a Jesús. Junto al nombre de signos, también aparece el nombre llano de “obras”, es decir, lo que Jesús realiza son obras y/o señales. Esto naturalmente evoca el actuar de Dios, en la antigua historia de la salvación, donde también actuó con obras y señales. Muchas veces las traducciones traducirán como “señal milagrosa” cuando San Juan escribió sencillamente “signo”. Quienes estudian más de cerca el Cuarto Evangelio cuentan siete signos realizados por Jesús en este escrito: el agua convertida en vino en las bodas de Caná, la curación del hijo del funcionario real, la curación del lisiado junto a la piscina de Betesda, la multiplicación de los panes, la caminata sobre las aguas, la curación del ciego de nacimiento y la resucitación de Lázaro. Para corroborar esta manera de hablar de San Juan, podemos ver 2,1-11 y 4,4654. Esta primera parte del Evangelio tiene una estructura muy sencilla: abre con un solemne y profundo himno que sirve de prólogo; sigue

después el testimonio de Juan (nunca llamado bautista en este evangelio) y una sucesión de días (una semana según algunos) en la que Jesús se revela paulatinamente a sus discípulos hasta las bodas de Caná. A partir del capítulo tres, con la conversación con Nicodemo se descubre un rasgo propio del Cuarto Evangelio: extensos diálogos y prolongadas explicaciones de algún tema. Un tema dominante en el libro de los signos, sobre todo en los capítulos 5 al 10, es el tema del reemplazo, el cual consiste en mostrar que todas las instituciones del Antiguo Testamento son ahora reemplazadas por la persona del Hijo único de Dios. Esto da como resultado una actividad de Jesús centrada en torno a las grandes fiestas del ciclo festivo de Israel, cuyos elementos litúrgicos sirven para “definir” quién es Jesús: como el caso de la luz, el pan, etc. Incluso, dicho tema del reemplazo, parece estar presente desde el mismo prólogo y en todos los sucesos u obras iniciales.

Ser testigos de la luz “En aquel tiempo los judíos enviaron sacerdotes y levitas a preguntarle a Juan: ¿Tú quién eres? El confesó sin reservas: Yo no soy el Mesías” (Sn Juan 1).

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o cuenta un sacerdote albanés: “En el campo de concentración no estaba permitido ningún signo cristiano. Sin embargo, durante la noche los presos nos intercambiábamos páginas del Evangelio que habíamos ocultado en el día bajo la camisa. Cada uno procuraba memorizar su contenido. Pero convenía que otro hermano también las tuviera ante sus ojos. Con este mínimo alimento espiritual pudimos dar testimonio en aquellos crueles años de cautiverio”. San Juan hace un paréntesis en el poema inicial de su Evangelio para presentarnos al Bautista: “Surgió un hombre, enviado por Dios que venía como testigo de la luz”. Y uno de los mejores geógrafos de Palestina, G. A. Smith describe así el lugar donde predica el Bautista: “Allí el río Jordán se abaja entre peñascos cadavéricos y oxidadas rocas. Aquel lugar que no tiene par en el mundo más que un valle parece la trinchera de alguna guerra de titanes”. ¿Y el profeta? Papini (escritor italiano. Inicialmente escéptico, posteriormente pasó a ser un fervoroso católico) lo describe como “un hombre solo, sin casa, ni tienda, ni criados. Alto, adusto, huesudo, quemado por el sol, envuelto en una piel de camello. Sin embargo, este hombre magnético significa para sus discípulos la última esperanza de un pueblo devorado por la desesperanza”. Cuando aparece el Precursor, muchos judíos pensaban que ya el Señor los había olvidado: “Ahora no vemos prodigios a nuestro favor. Ya no hay profetas entre nosotros”, repetían con el salmista. Sin embargo, al poco tiempo, un grupo considerable de creyentes se agolpa alrededor de este predicador que exige conversión y penitencia. A los jefes de Jerusalén les preocupa la presencia del Bautista: ¿Será éste el Mesías? Y si lo es, ¿qué consecuencias trae su aparición para el establecimiento religioso manejado por ellos? Por esto envían mensajeros a preguntarle: ¿Tú quién eres? Juan, ignorando la popularidad que ha conseguido, apela con serenidad a su conciencia: “Yo no soy el Mesías. Soy apenas la voz que clama en el desierto”. En otras palabras: “Yo soy el mensajero de Cristo. Soy el testigo de la luz”. A los bautizados de hoy se nos confía una tarea semejante a la de Juan. De entrada, evitaremos cierto protagonismo originado en nuestros estudios teológicos o conocimientos, en las estructuras religiosas, las leyes y los ritos. Todo ello es simple consecuencia de la adhesión a Jesucristo. Con nuestro testimonio hemos de revelar que ya está presente el Salvador. Recordando a aquel sacerdote albanés que pasó muchos años en cautiverio, admira ver esas hermosas Biblias con que adornamos el hogar, sin que su mensaje nos haya transformado. Entristece analizar nuestras conversaciones ordinarias, donde la persona de Jesús nunca aparece. O examinar nuestras costumbres, que con frecuencia no expresan que somos discípulos de Jesús. San Pablo les presentaba a sus amigos de Tesalónica un sólido programa para ser testigos del Señor: “Cultiven a todas horas la alegría. Manténganse en relación directa con Dios y sean agradecidos. No dejen apagar en su interior las buenas intenciones. Anuncien con entusiasmo a Jesucristo. Guárdense de toda maldad. Y el Dios de la paz estará con ustedes para siempre”.


“Emparejen los caminos escabrosos de tantos males que han hecho” Fiesta Patronal en el Santuario del Desierto Por LCC Angélica Maldonado

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on mucho fervor se vivió la fiesta patronal en el Santuario del Desierto el pasado domingo 4 de diciembre del 2011, donde el Rector de dicho Santuario, Pbro. Jorge Aguilar Martínez, acompañado de cientos de fieles Guadalupanos, recibieron con un espíritu lleno de júbilo a Mons. Luis Morales Reyes, quien les emitió un mensaje eminentemente Mariano, para que siguieran unidos al amor de Nuestra Señora de Guadalupe, Santa Patrona del recinto, pero además les dirigió un mensaje de Adviento para que preparen los caminos del Señor con un corazón contrito. “Somos propiedad del Señor porque él nos ama, porque le pertenecemos como propiedad muy especial y hoy que es un día muy bello, día de sol, que nos llega esa luz del Tepeyac que se derrama sobre nuestras vidas y nuestros corazones nos sentimos arropados por nuestra Madre Santísima que sabe todas nuestras congojas y nos dice: “Es poco lo que aflige hija mía, no estoy yo aquí que soy tu Madre”. “Démosle gracias a nuestro Padre Dios que nos permite llegar a esta peregrinación no por mérito nuestro o propio, -desde luegosino porque tiene paciencia con nosotros, porque él espera paciente nuestra conversión, espera que nos convirtamos, su paciencia es un regalo que nos da porque nos espera a ver cuándo cambiamos de vida. A ver si en esta Navidad si cambiamos de vida”. “Si lo dejamos entrar a nuestro

corazón Dios nos consuela, nos acompaña en nuestras soledades y nos fortalece, pero nos pide que lo dejemos entrar en nuestro corazón. Él nos quiere dar un consuelo que nadie nos puede dar”. “Emparejen los caminos escabrosos de tantos males que han hecho y conviértanse al Señor, déjenlo entrar a su corazón para que pueda darles su protección, consuelo y fortaleza, pues quiere bendecirnos, pero si no le abrimos nuestro corazón no podremos vivir en su gracia y lo que predominará serán las revanchas, los pleitos, rivalidades, envidias, discordias, faltas de respeto, incomprensiones, y todo tipo de males que no nos dejan ser felices, y sólo nos

¡Felicitamos a todas las parroquias y comunidades que tienen la advocación de Santa María de Guadalupe! dejan un profundo vacío en el corazón”. “Ustedes como peregrinos mírense con amor fraterno, ayúdense unos a otros, cédanse el paso, apóyense en su peregrinar, sepan pedir perdón y ofrecerlo, quiéranse, vivan unidos en el amor de Cristo y de Santa María de Guadalupe”. “Que Santa María de Guadalupe salve nuestra Patria y conserve nuestra fe íntegra, intachable, sin mancha ni pecado, para que acabemos con la inseguridad, con la violencia y todo tipo de rivalidades; que nos conceda la paz a nuestro país y nos ayude a querernos como hermanos”. “La Virgen de Guadalupe es patrona de los obreros, que sea Ella quien nos ilumine en nuestro caminar”.

1. Basílica Santuario de Nuestra Señora de Guadalupe 2. San José Obrero y Santa María de Guadalupe 3. San Juan de Guadalupe 4. San Pablo (Col. Valle Dorado), y Santa María de Guadalupe 5. Capilla de Nuestra Señora de Guadalupe (Acción Católica). 6. Santuario del Desierto de N. S. de Guadalupe 7. Atotonilco; Nuestra Señora de Guadalupe y Santuario del Niño de la Salud 8. Bocas, 9. Corte Primero 10. Estanzuela 12. Villa de Arriaga


Gran recibimiento de las Reliquias del Beato Juan Pablo II Por LCC Angélica Maldonado Morales

“J

uan Pablo II, México te necesita, te ama, te recuerda, éstas multitudes te lo manifiestan, porque llevan en su corazón tu mensaje Evangélico de amor a Dios y del amor que le debemos a nuestros hermanos, para que cesen las injusticias, las desigualdades sociales, rivalidades e ingratitudes y predomine tu mensaje de amor, esperanza y de fe”. “Estas multitudes se encomiendan a tu intercesión, donde hay tantos enfermos del alma y del cuerpo, presos injustamente, desvalidos, afligidos que claman justicia, que solicitan tu consuelo y ayuda y quieren vivir tu mensaje de esperanza, de fe viva hecha testimonio; suplicamos con un corazón sincero y con ardiente amor tu intercesión desde el cielo”. “Juan Pablo II bendice a México y gracias por visitar nuestro Estado de San Luis Potosí, gracias por visitar nuestra querida Arquidiócesis. Gracias por encender, fortalecer y avivar nuestra fe en esta noche en que te recibimos jubilosos con un corazón entregado al Dueño de nuestra vida y a tí que practicaste su palabra transformando al mundo, acabando con odios y uniendo voluntades de amor”. Con estas palabras Mons. Luis Morales Reyes recibió el pasado domingo 4 de diciembre, las Reliquias del Beato Juan Pablo II, ante el recibimiento que se les dio, donde innumerables fieles le dieron la acogida y veneraron las reliquias del Beato Juan Pablo II.

Bendice a México, no te vayas sin bendecirlo, no nos puedes dejar sin tu santa bendición e intercede por los potosinos


DICIEMBRE 11 DE 2011

Multitudes veneraron las Reliquias del Papa Amigo

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ultitudinaria expresión de fe se rindió a las Reliquias del Beato Juan Pablo II en el segundo día de su estancia por tierra potosina, pues el pasado lunes 5 de diciembre, la arquitectónica Iglesia Catedral pareció minúscula para reiterarle al “Papa Amigo de México”, el profundo cariño, admiración y respeto que se supo ganar en vida por miles de fieles católicos y no católicos e incluso ateos, destruyendo rotundamente las barreras de odio con su gran calidad humana y su gran y predominante potencial para amar que siempre lo caracterizó. La solemne concelebración Eucarística fue presidida por el Arzobispo de San Luis Potosí, Monseñor Luis Morales Reyes, quien en su homilía hizo una amplia lista de las virtudes, cualidades y carismas de quien mereció ser “Santo Súbito” (santo inmediatamente), afirmando: “Ojalá su ejemplo de vida digna que llevó nos impulse a ser honestos con nosotros

mismos y con los demás, a buscar la paz ejerciendo la justicia, la igualdad, la democracia y suprimiendo todo tipo de corrupciones que no permiten que San Luis Potosí y México salgan adelante, tomando en cuenta primordialmente a los pobres entre los pobres, como lo predicó siempre y fue el sentir de nuestro Santo contemporáneo de quien tenemos mucho que aprender no sólo como líder espiritual sino como un hombre con un gran sentido humano”. “El rostro, la mirada, la sonrisa, la cercanía y el cariño de Juan Pablo II viven en nuestra mente y corazón. No se borran sus gestos y actitudes, llenas de amor por las multitudes, por los niños, por los jóvenes, por los pobres del mundo, por todos sin ninguna distinción”. “La fe de los mexicanos quedó marcada por sus cinco visitas a nuestro México, por su amor a la “Morenita del Tepeyac”, y a nuestra patria, por su mensaje de aliento y esperanza, de justicia y paz, de reconciliación y unidad”.

Por LCC Angélica Maldonado Morales

“Seamos todos como Juan Pablo II, quien fue una persona reflexiva, que dedicaba tiempo a pensar antes de tomar una decisión. Tenía claridad de ideas, un pensamiento lógico con un alto grado de concentración. Tenía un heroico espíritu de sacrificio, grande aplomo, dominio de sí mismo; se mantenía firme en sus propósitos hasta conseguir sus objetivos. Se centraba en lo esencial para la solución de los problemas, despreocupándose de las apariencias o del efecto que provocaban. Su actividad era intensa y de alto rendimiento, su voluntad era perseverante, ordenada y organizada. Tenía una entrañable acercamiento espiritual y físico hacia todas las personas, particularmente hacia los débiles, expresando una caridad pastoral exquisita que siempre brindada auxilio, apoyo y perdón”, manifestó Don Luis.

Las reliquias de Juan Pablo II, la ampolleta de sangre colocada sobre el pecho de la imagen de cera así como su vestimenta, venerados por los fieles congregados en catedral


La Cúpula de la Basílica de San Pedro

H

Por Pbro. Efraín Moreno Aguirre

ablar de la Basílica de San Pedro es muy apasionante, sin embargo, resulta un verdadero reto debido a la densidad de información que surge al adentrarse en este recinto sacro; por lo mismo, trataré de ofrecer a los lectores de LA RED una serie de sencillos artículos a partir de este número. La Basílica de San Pedro no es la sede oficial del Papa, ni es la primera entre las principales basílicas de Roma, pues este honor lo ostenta la catedral de Roma, es decir, la Basílica de San Juan de Letrán. Sin embargo, es la principal Iglesia pontificia, al celebrarse en ella la mayoría de las ceremonias papales, debido a su tamaño, a su proximidad a la residencia papal y a su ubicación dentro de la Ciudad del Vaticano. La Basílica de San Pedro es uno de los edificios más grandes del mundo. Tiene 218 m de largo y 136 m de altura hasta la cúpula; presenta una superficie total de 23 000 m². No hay otro templo en el mundo que le iguale en extensión. En el sitio de la actual Basílica han sido construidas iglesias desde el siglo IV. La primera Basílica sobre la tumba de Pedro la construyó el emperador Constantino en el año 323 y permaneció dos siglos. La construcción de la Basílica actual duró 170 años. La empezó el Papa Nicolás V en 1454 y la terminó y consagró el Papa Urbano VIII el 18 de noviembre de 1626, que es también el aniversario de la consagración de la Basílica antigua. Trabajaron en ella los más famosos artistas como Bramante, Rafael, Miguel Ángel y Bernini. Su hermosura y majestad son impresionantes. Durante su construcción se sucedieron 20 Papas. La tradición y las evidencias históricas y científicas sostienen que la tumba de San Pedro está directamente debajo del altar mayor de la Basílica; a causa de esto, muchos papas han sido enterrados en San Pedro desde la época paleocristiana. La inscripción que se ve como un cinto en la base de la cúpula reza: “Tu eres Pedro, y sobre esta roca edificaré mi Iglesia, y te daré las llaves del cielo”. Las letras miden 2 metros de altura.

onso Por Alf

Aranda

López

El Defensor

“E La cúpula se encuentra justo sobre el altar mayor y la tumba del Apóstol Pedro; diseñada por Michelángelo y terminada 24 años después de su muerte por Fontana y Della Porta. El edificio está conectado con el palacio del Vaticano por un corredor a lo largo del pasillo al lado de la Scala Regia, junto a la fachada de la Plaza de San Pedro, y dos corredores que lo conectan con la sacristía. El interior de la basílica aloja 45 altares y 11 capillas que guardan obras de arte muy valiosas, entre ellas algunas de la antigua basílica, como la estatua de bronce de San Pedro, atribuída a Arnolfo di Cambio. De cara a “La Confesión” (como se llama donde está enterrado San Pedro) están, junto a las cuatro bases de la cúpula, colosales estatuas de San Longinus, Santa Helena, Santa Verónica, y San Andrés. Desde la galería sobre la estatua de Santa Helena, se muestran al público varias veces al año las grandes reliquias. La más importante es un gran fragmento de la Verdadera Cruz. Encima de los mencionados santos hay cuatro gigantescos mosaicos de Cavaliere d`Arpino, uno de cada evangelista. Sobre los evangelistas, dando la vuelta por toda la base de la cúpula, esta la inscripción latina en letras de 2 metros: “TÚ ERES PEDRO, Y SOBRE ESTA ROCA EDIFICARÉ MI IGLESIA, Y TE DARÉ LAS LLAVES DEL CIELO”.

l Defensor” ( The Lincoln Lawyer. 2011 ) es una de las sorpresas fílmicas más gratas que hemos tenido en este año 2011. Cuando varias superproducciones, han decepcionado considerablemente, esta cinta entra al rescate. Y es que, a decir verdad, “El Defensor” es un filme de lo más intenso, efectivo, intrigante y excelente. Un claro ejemplo de cómo deben realizarse los thrillers en el cine: emocionantes y buenos catalizadores de suspenso en momentos clave, sin que falten los llamados “twists” o dicho de otra manera, los giros de tuerca. “El Defensor” es apenas el segundo largometraje del director Brad Furman- el primero fue “The Take”, del año 2007 – y es protagonizado por un reparto de óptima calidad: Matthew McConaughey, Ryan Phillippe, Marisa Tomei, William H. Macy, Josh Lucas, Michael Peña y Laurence Mason. “El Defensor” está basada en la éxitosa novela The Lincoln Lawyer, escrita por el célebre autor norteamericano Michael Connelly y publicada en el año 2005. La historia gira en torno al abogado Mick Haller, un tipo hábil y persuasivo que tiene como característica profesional defender a criminales de poca monta. Pero el caso de su vida está a punto de llegar: Mick Haller es contratado para defender a Louis Roulet, un joven playboy millonario acusado de asesinato. Para Mick, podría traerle beneficios económicos importantes, pero también consecuencias inesperadas. Esta cinta va mucho más allá de ser una historia más sobre abogados y sus problemas en tribunales. Es a mi parecer, una de las mejores películas sobre abogados en conflictos importantes a la par de filmes como El Veredicto, Sin Salida o Tiempo Para Matar, donde por cierto, Matthew McConaughey aparece también, junto a Kevin Spacey y Samuel L. Jackson. El director construye un sólido y nutrido escenario en donde los personajes y situaciones van cambiando constantemente hasta llegar a un clímax sorpresivo y hasta cardiaco. Furman explora con soltura y prestancia, los dilemas morales en los que se ve envuelto el personaje central, planteando preguntas base : ¿ Cómo defender ante un tribunal a criminales que han cometido actos terribles, tomándo en cuenta los sistemas judiciales tan corruptibles que existen actualmente a nivel mundial? “El Defensor”, amplia recomendación.

Hasta la próxima. Espero sus comentarios, aplausos o rechiflas En: ponchoaranda@hotmail.com En Facebook: Poncho Aranda L.


DICIEMBRE 11 DE 2011

Sufrir no es suficiente L

o dijo Thich Nhat Hanh, el poeta vietnamita y monje zen: «Cada día 40.000 niños mueren de hambre; las superpotencias cuentan ya con 50.000 armas nucleares, suficientes para destruir nuestro planeta varias veces. Sin embargo, el amanecer es hermoso y la rosa que floreció esta mañana es un milagro».

nicación social; ellas abruman las conciencias, sin que con frecuencia pueda verse una solución humana adecuada. Sin embargo, esta situación no debería impedirnos hablar de alegría, esperar la alegría». Como si dijera: es cierto que vivir no es nada fácil; y, sin embargo, es necesario alegrarse. La alegría no es un lujo o un pecado, sino un don y una tarea.

¿Cómo atrevernos a reír cuando la desgracia nos golpea y el dolor nos aplasta? ¿Cómo gozar de la belleza del mundo cuando se cosechan tantas lágrimas en nuestros campos? Y, no obstante eso, el amanecer es hermoso y el crepúsculo lo será también, con toda seguridad. Sigue diciendo el monje: «Sufrir no es suficiente; debemos entrar en contacto con las maravillas de la vida que se encuentran en nosotros mismos, en lo que nos rodea, en todas partes, en cualquier momento». Hace dos mil años la pobreza existía, como existían la esclavitud, la hipocresía, el crimen organizado, la extorsión y el robo. Pero un ángel se apareció a una jovencita de Nazaret y le dijo: «¡Alégrate!» (Lucas 1,28). No le pidió hacer un balance, ni una especie de corte de caja espiritual, ni un elenco –lo más completo posible- de «los dolores del mundo», sino que únicamente le pidió que se alegrara. Tampoco le dijo: «En el futuro sufrirás mucho a causa de este sí que acabas de pronunciar. Una espada te atravesará el alma. ¡Si supieras qué de cosas te esperan! Tus vecinas te negarán la palabra; tus padres, avergonzados, ni siquiera saldrán de casa para no verse en el deber de dar penosas explicaciones. Incluso José, tu prometido, al no saber qué pensar de tu virtud, pensará abandonarte en secreto». El ángel sabía lo que esperaba a la Virgen: los cuchicheos inevitables, los falsos rumores, las frases calumniosas dichas en voz baja, y sabía también que la tristeza quita el gozo de vivir y apaga la luz de la mirada, pero en el momento de hablar con María ni siquiera piensa en ello. No, sufrir no es suficiente.

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La alegría, para el cristiano, es un deber y una obligación. «¿Cómo puede el hombre continuar viviendo sin alegría? «¡Alégrate, llena de gracia, porque el Señor está contigo!». El monje budista nos pide que nos alegremos por «el cielo azul, la luz del sol y los ojos de los niños». Los cristianos nos alegramos porque lo que aquella vez se le dijo a Nuestra Señora, nos es dicho también a nosotros: «Alégrate: Dios está contigo, cerca de ti: vives en su pupila, bajo su mirada, a la sombra de sus alas». Nos lo pide a nosotros, que vivimos en un mundo que no es precisamente el paraíso y donde necesariamente habremos de sufrir infinidad de pruebas. «¡Alégrate!». Pero, ¿es justa esta alegría? Manuel Scorza (1928-1983), el novelista peruano, dice que no: «Mientras exista alguien que sufra/ la rosa no podrá ser bella./ Mientras exista alguien que mire el pan con hambre/ el trigo no podrá dormir./ Mientras llueva so-

bre el pecho de un solo mendigo, mi corazón no sonreirá./ Poetas, matad la tristeza./ No hagáis versos al arco iris./ Hay asuntos más importantes/ que llorar por ciertos amores perdidos». Cinco años antes de que el monje budista escribiera lo que ya leímos, el Papa Pablo VI –en 1975- publicó una encíclica en la que invitaba a los cristianos a pedir a Dios el don de la alegría: «En muchas regiones y a veces muy cerca de nosotros – escribió el Pontífice en aquella ocasión-, el cúmulo de sufrimientos físicos y morales se hace oprimente: ¡tantos hambrientos, tantas víctimas de combates estériles, tantos desplazados! Estas miserias quizá no son más graves que las del pasado, pero toman una dimensión planetaria; son mejor conocidas al ser difundidas por los medios de comu-

Hans Urs von Baltasar (1905-1988), el teólogo suizo, fue todavía más allá y dijo que la alegría, para el cristiano, es un deber y una obligación. «¿Cómo puede el hombre continuar viviendo sin alegría? –escribió-. Por eso, la alegría es impuesta a los cristianos como una responsabilidad. Ellos, dice Pablo, deben brillar cual astros en la oscuridad del mundo (Filipenses 2,15); deben ser hombres positivos, de modo que los negadores, los criticones, los maestros de la sospecha encuentren una resistencia, una oposición contra la que su crítica se haga pedazos. En medio de la angustia de nuestro tiempo, los cristianos somos llamados a vivir la alegría y a comunicarla. Alegría a pesar de la angustia, alegría incluso en medio de la angustia. Alegría pascual dentro de la Pasión de la humanidad. No una alegría forzada, construida por nosotros, sino una alegría venida de Dios». La mejor prueba de la verdad del cristianismo no es filosófica, sino existencial, y se llama contento de vivir. Nada convence más de la verdad del cristianismo que un rostro sonriente, que una existencia que salta de alegría. Esto lo reconoció el mismo Friedrich Nietzsche (18441900), maestro indudable de la sospecha, cuando dijo de los cristianos en Así hablaba Zaratustra: «Sería preciso que me cantaran mejores canciones para que aprendiera a creer en su Salvador. ¡Sería preciso que sus discípulos tuvieran un aire más de redimidos!». A menos que el ángel sea un ingenuo, debemos también nosotros alegrarnos. Porque sufrir no es nunca suficiente.


La virginidad hoy: ¿un anacronismo?

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Por Lic. Javier Algara

odavía cuando yo estaba en secundaria, hace algunas décadas, se nos hablaba de la virginidad como algo que valía la pena conservar. San Luis Gonzaga y santa María Goretti eran los modelos a seguir. Tenía entonces la virginidad cierto peso específico entre los valores socioculturales y religiosos. No hay lugar, sin embargo, en el vocabulario del siglo XXI, para conceptos como virginidad y castidad cuando todo mundo parece estar de acuerdo en que el impulso sexual se hizo para disfrutarlo a contentillo, a cualquier edad y con quien sea, del mismo modo que uno disfruta una buena comida para saciar el hambre. No hacerlo –dogmatizan los gurúes de la sexología a través de las TIC- no sólo amenaza tu salud, sino que te convierte en un paria susceptible de sospecha social. La Sagrada Escritura, no obstante, y la Iglesia con ella, está empeñada en seguir defendiendo y promoviendo la virginidad. ¿Por qué? Bueno -se lanzan algunos apologistas espontáneos al ruedo-, es que la virginidad previene contra los embarazos no deseados y sus complicaciones. La virginidad tiene, así vista, una función social. Otros, con orientación psicologista, toman partido por la Biblia por considerar su posición congruente con los datos científicos que muestran que la promiscuidad es signo de inmadurez e incapacidad de autorregulación. Mas no se puede entender la virginidad cabalmente sin entender la naturaleza y finalidad de la sexualidad. Y para ello qué mejor que la misma Biblia. “Hagamos al hombre a nuestra imagen y semejanza”, dice el texto de Génesis. Dios nos crea con una vocación al amor; amor esponsal, de donación y abandono total en el otro. Para poder expresar esa dimensión en el tiempo y el espacio Dios nos hizo varón y mujer. La imagen preferida de Dios para describir su amor por el género humano es la del amor de un esposo por su esposa (frecuentemente, la del amor de un esposo fiel hacia la esposa infiel). Los textos proféticos abundan en esa imagen. San Pablo la aplica luego al amor de Cristo hacia la Iglesia. Su lecho nupcial es la Cruz. En ella celebra sus bodas el Cordero. Ella es la medida del amor esponsal del Señor por su esposa. No hay verdadero amor entre hombre y mujer si no hay la disposición a la entrega mutua total, no compartida con otros, ni buscada solamente para satisfacer una necesidad fisiológica, ni menos para probar si el otro es “el bueno”. La virginidad tiene sentido cuando se atesora para manifestar al amado un amor indiviso; cuando el amor se entiende como donación y abandono total en el amado, lo cual no puede suceder sino en el matrimonio. Los solteros posponen la satisfacción de su impulso sexual para poder donarse plenamente al cónyuge, como Cristo lo hace por la Iglesia. Obviamente, esa donación incluye la apertura a una nueva vida. ¿Y los consagrados? Su virginidad perpetua es, por una parte, un testimonio concreto de su donación indivisa al Señor; abandono de la esposa en el Esposo. Actualiza desde ya, por otra parte, la realidad que nos espera en el Cielo. “Cuando resuciten de entre los muertos ni ellos tomarán mujer, ni ellas marido”, dice Jesús. Ellos responden así a la vocación a vivir como Cristo, el Señor, virgen, quien no vino a engendrar vida para este mundo sino para el otro. La virginidad así vivida es también un signo poderoso de esperanza cristiana. Pero, todo esto ¿lo saben los adolescentes y jóvenes católicos? ¿No valdría la pena evaluar la efectividad de los procesos de formación cristiana en torno a la virginidad?

La codicia y las dádivas significan corrupción

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l leer La Balanza de Astrea de Fray Benito Jerónimo Feijoo me vino a la mente el hecho de que hace ya varios años, un conocido mío y yo fuimos nombrados funcionarios del gobierno. Pasados apenas unos días de dicho nombramiento, observé que con frecuencia, al terminar la jornada de trabajo, él tomaba algunos objetos y se los llevaba para su casa, yo, con mucha pena, le hice saber que aquello no estaba bien, a esto me contestó que a mi no me importaba ni me afectaba esa conducta y que además eran insignificancias ya que eran apenas unos cuantos clips y hojas de papel bond para las tareas de sus hijos. Pasado un año, él logró ascender a un puesto importante en donde era el encargado de una oficina, y como era hombre inteligente se fue haciendo poco a poco de casas y terrenos cuyos dueños no aparecían por ningún lado desde hacía ya varios años. A tal grado llegó su afán de apoderarse de lo ajeno que de ser, como decían los antiguos, ladrón de cosas rateras se convirtió en un ladrón de grandes capitales. Tal era su frenesí por lo ajeno que cuando terminó su gestión, después de seis años, el día que abandonó su oficina, en una camioneta cargó con cuanto pudo y como ya no cabía más, ordenó que cuando menos echaran la cubierta de cristal del escritorio de la que había sido su secretaria. A los pocos días de dejar el cargo este pobre hombre perdió la vida en un accidente automovilístico, el día de hoy el nuevo marido de su viuda,

sus yernos y nueras disfrutan de sus latrocinios. En este artículo trato de adaptar en forma general los conceptos sobre el vicio de la codicia ya que Fray Benito se refiere a la codicia de algunos jueces al impartir la justicia, pero como acabamos de ver en el primer párrafo, es un vicio que puede anidar en cualquiera de nosotros si desde el primer impulso no le permitimos entrar en nuestro corazón. He aquí la glosa de la parte relativa de la carta de Fray Benito. Se trata de una carta que envía un padre a su hijo a quien el rey nombró juez. Son una serie de consejos que da el padre a su hijo para que no sucumba ante varios vicios y principalmente en la codicia. …Se que tienes grandes virtudes para ese ministerio y sin embargo, nada sosiega mis temores. Eres desinteresado. Virtud que debe tener un ministro. Pero ¿durante toda tu vida seguirás teniendo tal

Por Ricardo García López Primera de dos partes

desinterés? El desinterés es como la hermosura, prenda de la juventud y rara vez nos acompaña hasta la vejez. No se si se encuentren hombres que hayan conservado hasta los setenta años el desprecio de las riquezas y del oro. El alma se marchita juntamente con el cuerpo, y son arrugas del alma los encogimientos de la codicia. En los ministros es mayor el riesgo de caer en el vicio de la codicia porque es más frecuente para ellos la tentación. Isabel de Inglaterra decía que sus ministros se parecían a los vestidos, que al principio son estrechos, y con el tiempo se van ensanchando. Esto mismo se puede decir en general de los que desempeñan cargos públicos. ¿Cuántos hay que al principio se sienten incómodos al admitir como regalo una manzana, pero pasados algunos años se quisieran tragar todos los árboles del mundo que las producen?

El alma se marchita juntamente con el cuerpo, y son arrugas del alma los encogimientos de la codicia.


DICIEMBRE 11 DE 2011

La crítica es propia de cualquier sociedad democrática

El miedo se activa cuando se apaga la esperanza

Por Pbro. Valentín Carbajal Méndez

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na crítica es la reacción o la opinión personal o analizada ante un tema. Etimológicamente la palabra crítica está relacionada con la palabra criterio. La reacción de los diputados sobre la editorial “Vergüenza Legislativa”, publicada el pasado 30 de octubre en el semanario de la Arquidiócesis Primada de México “Desde la Fe”, sólo demostró su intolerancia hacia las críticas a su trabajo. Permítanme recordar que no existe ninguna legislación que le prohíba al clero católico juzgar sobre el desempeño de cualquier funcionario público. No hay ninguna ley que nos prohíba como Iglesia criticar la labor, ya sea de la Cámara de Diputados o de Senadores, o de la Presidencia. Una crítica es propia de cualquier sociedad democrática y aquél que no la acepte es un fascista. Después de la publicación del semanario, los grupos parlamentarios del PRI, PRD, PVEM y PT exigieron en San Lázaro la intervención de la Secretaría de Gobernación para sancionar al Arzobispado de México por su editorial publicada el 30 de octubre. Según los legisladores, el texto viola la Ley de Asociaciones Religiosas y Culto Público. El artículo califica al Poder Legislativo como una institución desprestigiada y critica su falta de resultados así como el ausentismo de los diputados. “Debido a la falta de resultados y a la mediocridad de sus integrantes, siempre preocupados por sus mezquindades partidistas, siempre lejanos de la altura de miras para comprometerse con el desarrollo que el país necesita”, denuncia dicho artículo, y yo no sé ustedes, pero yo considero que sólo son lamentables verdades, los invito a leer dicha editorial para que formen su opinión en la pagina de la Arquidiócesis de México www.desdelafe.mx , en el buscador pongan “vergüenza legislativa” y se darán cuenta de que en lugar de que se rasgaran las vestiduras los grupos parlamentarios que se sintieron aludidos, lo mejor que pudieron haber hecho era haber aceptado humildemente las críticas hechas a su trabajo y corregir sus errores. Que lástima que la tribuna del Congreso de la Unión se utilice para atacar a la Iglesia Católica. “No hace más que comprobar lo que dijimos en la editorial. Es muy lamentable que la más alta tribuna del país se use para censurar, denostar y ellos sí insultar”, enfatizó el Padre Hugo Valdemar vocero de la arquidiócesis Primada.

Por Pbro. José Juan Sánchez Jácome (Xalapa Ver.)

os problemas de la vida y las crisis recurrentes se encargan de demostrarnos que la esperanza no es simplemente una cosa piadosa o un asunto estrictamente relacionado con el culto, sino que es una virtud que todos necesitamos para huir del pesimismo, de la desesperación y de una vida fácil, así como para estar luchando por un futuro mejor y por la superación de nuestros problemas.

En sintonía con la opinión de Valdemar, el Consejo de Analistas Católicos aseguró que durante el debate los diputados lanzaron argumentos paupérrimos, sin solidez intelectual así como ofensas contra la fe de millones de mexicanos. “El debate desafortunado sobre el Estado laico sólo confirmó lo que sabíamos en el Editorial: la burla de la que echan mano los defensores del laicismo, con sus discursos contrarios absolutamente a la fe de los mexicanos. “Eso es motivo de una doble vergüenza legislativa, esa es la crisis de representatividad, ese es laicismo pagano beligerante, cuyos sacerdotes se encuentran en la Cámara de Diputados”, sentenció el Consejo en un artículo publicado en el portal del Sistema Informativo de la Arquidiócesis de México. Son tiempos críticos. En otros países donde se han movido los indignados, se ha criticado a las instituciones estatales y sociales: la monarquía, el parlamento, la presidencia, las iglesias. El dedo de la sociedad civil señala a todos los funcionarios y líderes públicos que no han sabido servir y se han servido del puesto o encargo, sea político o eclesiástico, crisis de la que no escapa el Congreso mexicano. Los que quisieran arrancar a Dios y a su Iglesia de cualquier tema socio político, ignoran o, mejor dicho, hacen mofa de la historia fundacional de México, aún antes de la independencia: Que en nuestra identidad hubo hombres y mujeres ejemplares que profesaron una fe y que esa misma fe fue el motor que impulsó sus vidas para transformar la realidad; el catolicismo consolidó una cultura que formó positivamente nuestro país sosteniendo aspectos esenciales que moldearon a la humanidad. La Iglesia, les guste o no, ha sido calificada por la sociedad como una de las instituciones con mayor credibilidad y sustento moral y los diputados están en el fondo, desacreditados y despreciados por este mismo pueblo que dicen guiar y defender.

En un mundo tan competitivo y tan complejo, la esperanza funciona como un resorte que nos impulsa hacia la perseverancia. Sin embargo, la esperanza se ha convertido en una virtud escasa entre la vida de la gente. Los creyentes tratamos de cultivarla y de no prescindir de ella, pero las crisis por las que pasamos en la sociedad y los inmensos desafíos provocan que también se cimbre nuestra esperanza. De hecho, se podría decir que el miedo se activa cuando se apaga la esperanza. Hay muchos factores que explican la desesperanza que experimenta nuestra sociedad. Ya desde la Biblia, el pueblo de Dios pasó por la amarga experiencia de ser guiado por malos dirigentes que provocaron pobreza e injusticias. Ante el sufrimiento y el desconsuelo, los profetas intentan devolver el ánimo y la esperanza a un pueblo golpeado y traicionado por sus dirigentes. En nuestro contexto social la desesperanza del pueblo está relacionada con varios factores. Se relaciona con el desencanto hacia las autoridades que no han logrado crear mejores condiciones de vida; privilegiando los intereses de sus respectivos partidos políticos han dejado al margen las angustias y necesidades del pueblo que cuestiona los bajos resultados en la administración pública por el aumento de la pobreza, el desempleo galopante, la corrupción, la falta de oportunidades de formación y desarrollo para los jóvenes y el crecimiento de la violencia. También la desesperanza está relacionada con el fracaso de muchas utopías o ideologías, tanto de derecha como de izquierda. La liberación y el paraíso que prometía el socialismo no han llegado y más bien ha generado nuevas esclavitudes. El capitalismo y sus versiones modernas tampoco han provocado el paraíso, sino que han ensanchado de manera escandalosa la brecha entre ricos y pobres, favoreciendo una estructura que provoca injusticias y vacía de espiritualidad a las personas. La ciencia y la tecnología tampoco han traído el bienestar y el progreso para todos. Los filósofos posmodernos señalaron las consecuencias de la confianza excesiva en el poder de la razón. La razón nos había prometido la libertad, el progreso y el bienestar. En cambio hemos recibido sus frutos amargos como las guerras mundiales, el progreso regresivo de la tecnología contra el ser humano (como la amenaza nuclear), injusticias, pobreza y crisis económicas. A pesar del panorama desalentador que estamos enfrentando conviene señalar la necesidad de estar afianzados en la esperanza. La esperanza es como el ave fénix que se resiste a morir y renace de sus propias cenizas. Hay muchas razones para soñar en un mundo mejor y en la superación de nuestros problemas. De hecho, todos los días están sucediendo cosas buenas que no se dan a conocer por la tendencia de algunos medios de comunicación de anunciar lo más espectacular, lo que más vende, lo que genera escándalo y lo que atrapa la curiosidad. Precisamente la Iglesia nos propone un tiempo para fortalecer la virtud de la esperanza. Hay que fomentar esta virtud para estar convencidos que Dios lucha a nuestro lado para lograr la superación de todos los problemas. En este tiempo tratamos de tener una mirada más abierta y propositiva para descubrir que, en medio de esta historia marcada por las injusticias y el pecado, Dios sigue construyendo una historia de salvación. Hay que mirar el mundo con realismo para descubrir los faros de luz que iluminan la vida de los hombres. Para un cristiano la esperanza más auténtica es aquella que espera contra toda esperanza, aún cuando todos los signos sean adversos e indiquen un rumbo contrario. En un mundo que se mueve entre el pesimismo, la vida fácil y la desesperación, la comunidad cristiana tiene la responsabilidad de ser testigo de una esperanza que va más allá de los cálculos humanos. En este tiempo de Adviento los cristianos acudimos a las Iglesias y buscamos a Dios, pero no para recibir talleres en los que se nos capacite para adornar la casa con motivos navideños o para poner el árbol de Navidad. El Adviento no se detiene en cosas triviales sino en los mismos fundamentos de nuestra existencia. Queremos en este tiempo afianzar nuestra total confianza en el Señor para levantar la esperanza de un pueblo que no ha sido dignamente servido por sus gobernantes.


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La paz surge en ti Por Pbro. Margarito de la Torre

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a paz no viene de fuera, surge del interior de la persona; no es que nazca de ti, porque viene de Dios. En cuanto que se manifiesta en las personas, en los ambientes, se podría decir que viene de fuera, pero de aquí no necesariamente se sigue que tú tengas paz. La paz es fruto del Espíritu Santo, pero estos frutos exigen de la colaboración humana. El Magisterio de la Iglesia que dice que la paz es “como el fruto de aquel orden que el Creador quiso establecer en la sociedad humana […]. La paz es también fruto del amor” (Gozo y Esperanza, de Vaticano II número 78). En la creación hay un orden establecido por Dios, pero quebrantado a causa del pecado. El Padre Hermenegildo Zanuso en su libro Cuéntame un ejemplo dice que la eternidad es como un gran banquete en donde todo tiene grandes dimensiones: cucharas, ollas, cazuelas, etc.; y la diferencia entre el infierno y el cielo consiste en que mientras en el primero todos quieren comer por sí mismos, sin ponerse de acuerdo, no pueden, todo lo tiran, jalando cada quien de un extremo una gran cuchara. En el cielo en cambio se ponen de acuerdo para, entre varios, tomar esa gran cuchara y darle de comer al otro y de este modo todos comen. Si Dios estableció el orden, ¿cómo es que hay desorden? Debemos insistir que en Dios no hay desorden. Si éste se manifiesta en el hombre y en el mundo, es porque el desorden se ha introducido al interior del hombre y cuando esto sucede se extiende a su exterior. El ser humano proyecta hacia fuera lo que hay en su interior. En algún lugar encontré este ejemplo: Juan tenía su parcela junto a la de Pedro. Un día que fue a trabajar no encontró su azadón, y como Pedro andaba en su milpa le preguntó si no lo había tomado, a lo que éste respondió que no, y siguió trabajando. Juan pensó, pero si ayer aquí lo dejé, seguro Pedro me lo robó; la misma forma de caminar es de ladrón. Y como no pudo trabajar se regresó a su casa, y allí encontró su azadón. Al día siguiente le pidió perdón a Pedro, a quien observó atentamente y concluyó para sus adentros: “es el mejor de mis vecinos”. Si en una persona no hay orden tampoco habrá paz, y si esto le falta en su interior también le faltará en sus relaciones con los demás y en su relación con la creación. Si un miembro de una familia es desordenado, su desorden repercutirá en el resto de la familia, en la comunidad y en la sociedad en su conjunto. La pérdida de la paz surge del egoísmo, de la mentira, de la búsqueda de poder y del deseo de estar por encima del otro, de suplantarlo; todo esto es desorden; y el desorden se opone al amor. Una persona tendrá armonía interior en la medida en que tenga amor; pero como he dicho en alguna otra ocasión, ¿puede alguno dar lo que no tiene? ¿Y si no ha recibido amor cómo puede darlo? La unidad de sus moléculas da consistencia a los cuerpos, estos son fuertes como lo es la cohesión de sus partes. El hombre tendrá armonía en sí mismo y con los demás en la medida en que tenga amor: esto es lo que une desde el interior y con Dios y, como Dios está en todo y en todos, con los demás.

La vida y sus etapas L

as etapas de la vida casi todas son breves. Uno es concebido y pasa de ser cigoto a ser embrión, a feto. Después nace. Y el ser bebé es muy veloz; pronto se aprende a controlar movimientos, a enfocar, a gatear. Luego balbuceamos, y finalmente caminamos y hablamos. Aprendemos pronto a valernos por nosotros mismos un mínimo. Luego de la infancia viene la edad de la niñez, breve, vertiginosa; y la etapa escolar, donde ocurren enormes cambios vitales. Llega la pre pubertad, la pubertad, la adolescencia, la juventud. Y parece todo detenerse aquí. Llega la madurez, la etapa del final, la vejez, y uno empieza a decrecer. Se hace compacto nuevamente, viene uno de regreso a la niñez, a la infancia, a ser un necesitado otra vez, hasta que entrega el cuerpo y el alma en manos del que crea, del que da la vida.

Digo que en la juventud se parece detener el tiempo, sin embargo sigue corriendo veloz, la vida es un instante. La juventud es la etapa más larga. Es duradera si se sabe cuidar y mantener. Casi todas las etapas de la vida son de paso, menos esta. Esta tiene estaciones. Y es muy larga. Leemos, por ejemplo biografías de personas famosas por esto o aquello; los artistas, los de la farándula, los científicos, políticos o guerrilleros, reyes, santos. Y, en general, nos refieren un poco de la infancia o de los antepasados; nos hablan un tanto de los últimos años o momentos de la vida de este o aquel. Pero el resto se centra en la obra, en la vida verdadera de aquel hombre o mujer. Y esto, ¿por qué? Pienso que es porque al fin de cuentas, lo que importa de cualquier persona, es aquello que realizó, aquello por lo que es célebre. Uno no es célebre en la infancia; ni en la niñez, quizá ni en la edad decreciente. Lo que uno hace durante su juventud es lo que puede dejar un legado al futuro. Por eso digo que la juventud es larga y a la vez tiene estaciones. La juventud es el tiempo de la realización personal; es la etapa maravillosa en que podemos decidir a donde queremos llegar, qué queremos ser, en qué cosa podemos destacar; en esta etapa se tienen grandes sueños, pero no sólo eso, sino también la capacidad de realizarlos, según las posibilidades al alcance. Uno puede ser campeón de cualquier deporte, especialista en cualquier profesión; puede ser sólo un buen muchacho, un buen marido o una buena esposa. Puede ser gigante. O puede ser enano. Tan grande o pequeño como se quiera y como las circunstancias lo permitan. Pienso que por eso dura mucho la juventud. Sería incorrecto encuadrar esta etapa juvenil en los años que preceden a la edad adulta, hasta antes de la mayoría de edad, puesto que en cada cultura hay diferentes parámetros para definirla. Lo

que se alcanza con el tiempo es el crecimiento, pero lo que se logra con las obras es la madurez. Juventud tiene menos que ver con la edad que con la vida. Uno puede vivir veinte o treinta años y dejar al mundo, o por lo menos a la familia y amigos, algo con que se le recuerde, pero puede vivir cien años sin fructificar. La juventud es la etapa en que uno realiza lo mejor o lo peor de su vida. Y uno tiene que escoger entre una larga o breve vida exitosa o bien, una vida deprimentemente, fracasada y mediocre. “Los años pasan, sí, la vida no”, enseña Silvio Rodríguez en una de sus canciones; esto puede significar que los años no importan, lo que importa es lo que hacemos en ellos. Dios es sabio y quizá por eso quiso dejar la verdadera juventud en un lugar especial. Jesús, por ejemplo, es célebre porque su obra maravillosa la realizó en la plenitud de los tiempos y en la plenitud de su edad (hablando en términos muy humanos); a los treinta y tantos es cuando decidió ofrecer la vida por la salvación de muchos. No lo hizo en la infancia, no esperó a ser un anciano para llevar a plenitud su obra.

La juventud es el un momento. La vida puede ser eterna. Ser joven o viejo es indiferente; ser de alma joven o ser de alma de anciano puede depender de los ojos con que miramos la vida, las personas, las cosas, a nosotros y a Dios. Quien sea joven, en cuanto a edad, procure sacarle el máximo provecho; verá como esta juventud se prolonga también en los años viejos. Quien tenga muchos años y vive feliz y satisfecho con lo que hizo atrás, enhorabuena, seguramente tiene alma joven y deseos de seguir viviendo: tendrá vida eterna, pues ha sido fiel en lo poco (los años). La vida eterna me temo que tiene que ver con cuanto amor tenemos a la vida, con cuanto la procuramos, la cuidamos. No imagino en la vida eterna a alguno que todos los días, desde el amanecer hasta la noche, suspiran por extinguirse de una vez; alguien con amargura en esta vida, ¿para qué quiere la eterna?


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Palabra de Dios

Sin ti, es como respirar sin aire Por Carlos Rafael Pérez Sánchez, Teología IV Escríbenos: ecos_seminarioslp@hotmail.com Se nuestro amigo en Facebook: Seminario Guadalupano Josefino

Jesús, viendo a su madre y junto a ella al discípulo a quien amaba, dijo a su madre: “Mujer, ahí tienes a tu hijo”. Luego dijo al discípulo “Ahí tienes a tu madre”. Y desde aquella hora el discípulo la acogió en su casa (Jn 19, 26-27).

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uando me piden hablar de mi vocación acompañado de María, pienso qué tema mariano podría compartirles, y qué mejor que hablar desde el encuentro personal y desde lo que del corazón se va llenando uno mismo. Recordaba la experiencia vivida en la ciudad de México asumiendo los muchos retos y circunstancias en las que se desarrolla esta experiencia.

Al paso de los años, no podía faltar mi participación en los carros alegóricos del día de la fiesta patronal representando a San Juan Diego, y en el viacrucis viviente a San Juan, el apóstol amado del Señor, hoy sé que no era sólo coincidencia estar cerca de María, sino que ya estaba atraído por su persona y su cercanía. En el Seminario, mi primer servicio fue coordinar el rezo del Rosario y vaya que no me costó nada, aunque debo confesar que me ponía nervioso el coordinar a compañeros que también venían de una experiencia profundamente mariana. No hace mucho tiempo experimenté con mucha fuerza la presencia de María, en momentos de crisis muy fuertes. Todo comenzó en la ciudad de Guatemala en unos ejercicios ignacianos, una de la temática para esos días fue recordar la presencia de María en la vida del Señor, desde antes de su nacimiento hasta su última aparición en los Evangelios al momento de la cruz. Es ella quien acompañó toda la vida del Señor y sigue acompañando a sus hijos herederos de su Hijo. En la capilla del lugar de los ejercicios, tenían la imagen de la Virgen de Guadalupe y al estar lejos de nuestro suelo, eso da mucho consuelo y fortaleza, en especial, esa imagen me unía a mi pueblo, a mis compañeros, amigos y a mi Seminario, todos los días me sentaba cerca de ese cuadro hasta que una tarde terminada la Misa me dice una de las religiosas que participaba de ese retiro: “Chavillo, veo que eres muy mariano, nunca dejes ese amor, pues es nuestra madre y nos lleva a Jesús, búscala y no te alejes de ella, te concederá aquello que más

Evangelio según San Juan 1, 6-8. 19-28 Hubo un hombre enviado por Dios, que se llamaba Juan. Éste vino como testigo, para dar testimonio de la luz, para que todos creyeran por medio de él. Él no era la luz, sino testigo de la luz. Éste es el testimonio que dio Juan el Bautista, cuando los judíos enviaron desde Jerusalén a unos sacerdotes y levitas para preguntarle: “¿Quién eres tú?” Él reconoció y no negó quién era. Él afirmó: “Yo no soy el Mesías”. De nuevo le preguntaron: “¿Quién eres, pues? ¿Eres Elías?”

Reconozco que aunque mi vocación está muy unida a querer configurarme con Jesucristo Buen Pastor y Esposo de su Iglesia, descubro que mi historia vocacional no puede ser comprendida sino es desde la experiencia de amor de la Madre del Señor. Desde muy niño, se me grababan las distintas tradiciones, costumbres y fiestas de mi pueblo, en especial, las de sentido religioso como: la Navidad, Semana Santa, la Asunción de María, la Inmaculada Concepción, el Viernes de Dolores, y en especial el 12 de diciembre. ¿Qué puede hacer un niño en esas fiestas, más que disfrutar de los juegos, de la comida y de los juguetes? ¿Qué puede aprender? Desde lo inculcado por mis dos abuelas de quienes admiro su profundo amor mariano, se iba gestando en mí una admiración y cercanía para con la Santísima Virgen, de ellas aprendí a rezar el Santo Rosario, a peregrinar a los distintos santuarios nacionales, y de mi madre, aprendí a invocarla a diario por las noches antes de dormir, en especial, en medio de los problemas y las enfermedades.

“Yo soy la voz que grita en el desierto: ‘Enderecen el camino del Señor’

Él les respondió: “No lo soy”. “¿Eres el profeta?” Respondió: “No”. Le dijeron: “Entonces dinos quién eres, para poder llevar una respuesta a los que nos enviaron. ¿Qué dices de ti mismo?” Juan les contestó: “Yo soy la voz que grita en el desierto: ‘Enderecen el camino del Señor’, como anunció el profeta Isaías”.

necesita tu corazón, ella te ama”. Tal vez estas palabras preparaban lo que posteriormente vendría, un confrontar mi historia personal, enfrentar ideologías muy diversas al plan de Dios, asumir la valentía por querer conseguir lo que desde niño había soñado. Viví en México seis meses. Cada semana, cruzaba toda la ciudad para ir a Misa de 7:00 p.m. en la Villa y aprovechaba para recibir la Reconciliación. Recuerdo las palabras de nuestro señor Arzobispo en su homilía con motivo de la peregrinación anual de nuestra Arquidiócesis el año pasado: “Estamos en la casa donde se han tenido muchas conversiones, muchos milagros, muchas lágrimas, muchas peticiones…” tenía toda la razón, para mí, ese fue el lugar de mi conversión, sí, también un seminarista requiere de conversión para asumir maduramente lo que el Señor nos quiere regalar. Implicó oración, sacrificio, incomodidades, retos y una actitud de escucha, de humildad, de silencio orante; ahora me tocaba escuchar de manera misteriosa y cálida: “Hagan lo que Él les manda” (Jn 2, 5), y de manera más personal ¿No estoy yo aquí que soy tu madre? La misma mujer a quien el Señor confió a cada uno de nosotros y en quien nos dejó en el cruce de sus brazos. Qué les puedo contar, las experiencias sobrepasan las palabras y sólo brotan las mismas que María pronuncia ante Isabel: ¡Mi alma glorifica al Señor y mi espíritu se goza en Dios mi salvador! (Lc 1, 46-47). Dios puso a prueba a María en el Calvario “Para ver lo que ella llevaba en el corazón”, y en el corazón de María encontró, intacto, y hasta el más fuerte que nunca “sí, aquí está la esclava del Señor” (Lc 1, 38) del día de la Anunciación . Que también hoy pueda acompañarnos en nuestros diversos caminos, diversas circunstancias de la vida y escuchar de manera personal su “Aquí estoy”. ¡Te invitamos a que nos veas este viernes 16 de diciembre en el programa de televisión “Las Noches con De Lallera” canal 13, será un programa dedicado al Seminario!

Los enviados, que pertenecían a la secta de los fariseos, le preguntaron: “Entonces ¿por qué bautizas, si no eres el Masías, ni Elías, ni el profeta?” Juan les respondió: “Yo bautizo con agua, pero en medio de ustedes hay uno, al que ustedes no conocen, alguien que viene detrás de mí, a quien yo no soy digno de desatarle las correas de sus sandalias”. Esto sucedió en Betania, en la otra orilla del Jordán, donde Juan bautizaba. Palabra del Señor Gloria a ti Señor Jesús

Qué dices de tí mismo La humanidad a lo lago de su historia ha efrentado grandes y severas crisis, se ha hablado de la famosa y preocupante crisis financiera; se ha hablado y se ha insistido en la crisis de los valores; se nos ha puesto al tanto de la difícil y complicada crisis moral; se nos ha advertido sobre la crisis ideológica, sobre la crisis de liderazgo, y de que no tenemos modelos a seguir; pero una de las crisis más fuertes que hoy nos toca vivir, es la crisis de identidad. Hoy se pone en tela de juicio todo, con mucha facilidad negociamos nuestro ser, negociamos nuestra autoridad, y no queremos asumir con responsabilidad nuestra misión en este mundo. Porque el jefe quiere ser amigo de sus subalternos; el papá quiere ser amigo de sus hijos; se ha perdido la linea bien trazada entre el superior y el inferior, entre quien sabe y debe mandar, y quien tiene el privilegio de obedecer. En nuestro camino hacia la navidad, nuevamente la presencia extraordinaria del bautista ilumina esta realidad. Le preguntan por su ser, abre la pregunta ¿quién eres tú? Y le dan opciones: Eres el Mesías, eres el profeta, eres Elías, a las que con toda claridad Juan el Bautista responde: “No lo soy”; ¿entonces quién eres? “Soy la voz que clama en el desierto”. Una hermosa lección de identidad y de mision; porque quien sabe quien es, sabe lo que tiene que hacer en este mundo; el Bautista ilumina perfectamente nuestra necesidad que tenemos que dar una respuesta urgente, y con toda sinceridad responder a la pregunta ¿quién soy? No tengamos miedo a la respuesta, con la misma valentía del Bautista, enfrentemos nuestra clara y hermosa mision, no renunciemos lo que somos, no dejemos duda a lo que estamos llamados, abramos más bien, la vida y el corazón y seamos la voz que grita en el desierto, seamos los que preparan el camino para Dios, seamos los hombres y las mujeres que este mundo necesita. Por Pbro. José de Jesús Cruz Rodríguez


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DICIEMBRE 11 DE 2011

Campaña permanente de sensibilización VIH-SIDA

CÁRITAS SAN LUIS POTOSÍ

Pinacoteca urbana La fe guadalupana por las calles Por Ricardo Guerrero

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ectores, seamos optimistas y veamos en nuestras colonias una muestra de fe, un lugar de juntas juveniles, y no un pretexto para rayar o pedir coperacha.

Nuestras calles, sobre todo los suburbios de nuestro San Luis, se ven iluminados e ilustrados por obras de arte, muy al sentir de cada uno de los pintores que decidió plasmar en un muro la fe de todo México, es decir: a la Virgen de Guadalupe. Estas muestras de fe, son rasguños de arte, son figuras sin la técnica precisa, pero con la fe suficiente, son el murmullo de que Dios existe aun en las colonias más conflictivas. No es necesario narrar todo lo que suscita en el mexicano y en el potosino, el ver y encomendarse a la Guadalupe, pues es por todos los guadalupanos un sentimiento experimentado. Se espera el doce de diciembre para recordar que nuestra Madre de Guadalupe nos resguarda como nación; se anhela este día, para renovar la fe y también para la convivencia humana −que tanto hoy nos hace falta−. Esta experesión tiene incidencia en empresas, comercios, hospitales, etcétera. La mayoría de las pinturas que se pueden ubicar en algunas colonias, son expresión de los chavos banda, que bajan la guardia y se santiguan al pasar por enfrente de la Morenita de Tepeyac, con la única intención de honrarla y respetarla; encima de esa pintura nada se puede rayar jamás. Sobre ese muro como lienzo, duro y tosco, insignificante para algunos, hoy emula al mismo ayate, “San Juan Diegista”, duro y tosco que para algunos resulta ahora insignificante, y para muchos, un verdadero milagro celestial. Pues la idea de Dios palpita en cada pared, donde la Guadalupana nos avisa que es madre del verdadero Dios por quien se vive.

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a Conferencia del Episcopado Mexicano a partir del año 2004, realizó un trabajo a favor de las personas con VIH y SIDA. Con la Campaña ESPERANZA DE VIHDA, en nuestro país surgió la iniciativa de conformar una RED de Organizaciones Basadas en la fe (OBF) , con la finalidad de buscar la sinergia, desde una perspectiva de fe, frente al VIH y Sida. Así es como tuvieron lugar -por iniciativa de la Comisión Episcopal de la Pastoral Social-Cáritas Mexicana- 4 Foros Nacionales de Organizaciones basadas en la fe trabajando con los temas de VIH y Sida en los Estados de Puebla, Guadalajara, San Luis Potosí y Michoacán. La Campaña de Sensibilización del VIH y Sida pretende fomentar actitudes, espacios y lugares seguros, acogedores, hospitalarios y reconciliadores hacia los portadores del VIH, y enfermos de SIDA y sus familias, colaborando en la disminución de la discriminación y exclusión. Completamos nuestra labor respecto a esta problemática social, al colaborar con CENSIDA de SLP, a este Centro Nacional para la Prevensión y el Control del VIH-SIDA, se les presentó el proyecto y la postura de la Iglesia Católica ante esta situación, siendo muy positiva la res-

puesta. A raíz de ello obtuvimos el registro para formar parte del “Comité Estatal de Prevención y Control del VIH/SIDA”, con el que cotidianamente nos reunimos para plantear nuestro proyecto y sumar esfuerzos respecto al tema. Otro importante alianza es la de la Fundación AIDS HEALTHCARE, la proveedora más grande del mundo, de servicios integrales de VIH-SIDA, que en el año del 2010 visitó a Cáritas Diocesana, y organizó un “Taller para la aplicación de pruebas rápidas de detección del VIH”. Posteriormente convocamos a otras asociaciones de San Luís Potosí a participar en esta actividad, quedando ya permanente un equipo capacitado para la realización de estas pruebas. El día 23 de noviembre del presente año se aplicaron éstas pruebas en una de las universidades de nuestro estado, en coordinación con otras organizaciones de gobierno y civiles, con apoyo y recursos de la Fundación AIDS HEALTHCARE. Asimismo participamos cada año el 1º de diciembre en el Día Mundial del VIH-Sida en comunión con las Organizaciones del Comité de Prevención y otras instituciones que trabajan con estos temas en nuestro Estado. Ahí es donde damos a conocer a la ciudadanía nuestro proyecto como Iglesia y difundimos la aplicación de las pruebas.


DICIEMBRE 11 DE 2011

Encuentra las letras que faltan leyendo el Salmo

1. Tu hermano te pide que le ayudes a ordenar su recámara para poder salir a jugar ¿qué haces? a) Le ayudo sólo por diez minutos porque me queda poco tiempo para jugar. b) No le ayudo para que aprenda a tener sus cosas ordenadas. c) Le ayudo porque juntos acabaremos más rápido y podrá salir a jugar conmigo.

Tabla de valores

1 a) 2 puntos b) 0 puntos c) 4 puntos

2. En la misión de la Iglesia les toca regalar juguetes a los niños de comunidades pobres, ¿qué haces? a) Prefiero no regalar juguetes porque les costaron mucho dinero a mis papás y no se me hace justo regalarlos. b) Busco un juguete que me guste, y les pido permiso a mis papás para regalarlo. c) Escojo varios juguetes que ya no uso.

2 a) 0 puntos b) 4 puntos c) 2 puntos

3 a) 4 puntos b)2 puntos c) 0 puntos

4 a) 0 puntos b)2 puntos c) 4 puntos

3. En el salón de clases hay un niño que siempre batalla con las divisiones, ya sonó el timbre del recreo y él no puede salir porque no ha terminado. a) Le pido permiso a la maestra para ayudarle y que así termine más rápido y no se quede sin recreo. b) Escribo en un papel las respuestas, y antes de salir, se las dejo en su escritorio sin que me vea la maestra. c)Salgo corriendo al patio para que no me ganen la pelota del fútbol.

4. Llegó la navidad, y tu maestra te da una bolsa de dulces para que la compartas con tus compañeros del salón ¿qué haces? a) Como son mis dulces favoritos, mejor los guardo en mi mochila y me los voy comiendo yo solo. b) Los reparto entre mis mejores amigos, porque ellos siempre me apoyan en las buenas y en las malas. c) Le doy un dulce a cada compañero de mi salón, incluso a los que no me caen bien.

De 0 a 4 puntos: REGALOS CHAFAS… Haz el esfuerzo por ser más servicial con los demás y preocúpate por sus necesidades. Puede ser algo difícil al principio pero si todos los días haces el propósito de ayudar a los demás y compartir algo tuyo verás que lograrás ser muy generoso. De 6 a 12 puntos: REGALOS MÁS Ó MENOS Para ser muy generoso es importate dar lo mejor de ti mismo a los demás, y no nada más lo que te sobre. Ser generoso es desprenderte de algo que te gusta. De 14 a 16 puntos: SUPER REGALOS ¡Felicidades! Haces las cosas buscando ayudar a los demás y sabes compartir tus talentos aunque a veces signifique un sacrificio para ti, sigue adelante y lograrás ser muy feliz, tener muchos amigos y llegar al Cielo.


La Dimension de Pastoral Vocacional invita: A todos los grupos de monaguillos al Encuentro Diocesano de Monaguillos, este 28 de diciembre en las instalaciones del Seminario Mayor, de 10:00 a.m. a 16:00 p.m. Nota: Llevar túnica para la Eucaristía y $10.00 de cooperación por persona. Mayores Informes: (444) 811 86 85, E-Mail: vocacionalslp@hotmail.com, Facebook: Pbro Noé Estrada

Las Discípulas de Jesús te invitamos a nuestra pastorela musical y concierto navideño el día 16 de diciembre de 2011 de 16:30 a 19:30 hrs. En la plaza fundadores. ¡Te esperamos!

CÁLIZ COPONES CUSTODIAS CANDELEROS FLOREROS IMÁGENES EN BULTO RELICARIOS CRISMERAS LAVABOS SAGRARIOS VINAJERAS RECLINATORIOS INCIENSARIOS ALCANCÍAS MANTELES ORNAMENTOS

Salvador González Guzmán

Francisco Villa No. 221 Col. 21 de Marzo C.P. 78437 San Luis Potosí, S.L.P.

¿Le duelen mucho las rodillas?

Tel. (444) 822 41 17 (444) 822 66 71 Cel. (48) 29 34 82

¿Le han dicho que el único tratamiento es la cirugía?

El padecimiento en donde se desgasta el cartílago se llama artrosis Homeopatia y productos naturales

Aquí tenemos la solución a su problema hasta desaparecer esos dolores y regenerar (volver a formar) el cartílago. Con un tratamiento natural, además de curar osteoporosis, artritis y otros problemas de huesos y músculos.

Plaza El Pocito Av. Constituyentes Pte. 49 local 3(carr. Libre a Celaya) Querétaro, Qro. Tels. (01 442) 216 99 23 y 196 80 94

Sucursal: Plaza Galerias Constituyentes Ote. No. 34 local 18-B Mercurio, Querétaro, Qro. Tel (01 442) 213 69 60


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