“Héroe Americano”,
abrazó la fe mucho antes de sufrir cáncer
Año 4
Gary Cooper, uno de los íconos de Hollywood más famosos de todos los tiempos, no se convirtió al catolicismo mientras enfrentó el cáncer terminal que le causó la muerte en 1961, sino al menos diez años antes. Cooper se acercó de manera gradual a Dios junto a su familia. Hacia el año 1950, luego de vivir una crisis matrimonial, “empezó a venir con nosotros a Misa más a menudo, no solo en Navidad o Pascua”, y “luego pidió que le bautizaran”. “He gastado cada hora de mi vida, año tras año haciendo casi exactamente aquello que me venía en mente de hacer, y aquello que quería hacer no estaba siempre entre las cosas más correctas. El pasado invierno me dije: ‘Viejo Coop, ¡debes algo a Alguien por todo aquello que tienes! No seré nunca un santo (…) pero lo único que puedo decir es que estoy intentando ser un poco mejor. Quizá lo consiga”, afirmó el actor. Frank James Cooper nació en Helena (Estados Unidos) y se mudó a Los Ángeles para trabajar como dibujante en un periódico. Probó diversos oficios hasta que finalmente se encontró con el éxito de Hollywood. En 1953, durante un tour promocional por Europa, Cooper, quiso conocer al entonces Papa Pío XII para profundizar en su fe. Cuenta María Janis, su hija, que este encuentro marcó intensamente a su padre, quien “tenía una espiritualidad muy profunda alejada de todo ‘ismo’, de cada teoría o ideología, y un sentido religioso que probablemente se desarrolló viviendo en contacto con la naturaleza de Oeste y conociendo y amando la cultura y la espiritualidad de los nativos de América. Nunca fue una persona egoísta o superficial”. María Janis explicó que los que lo visitaban durante la enfermedad quedaban maravillados por la serenidad con que el actor afrontaba su muerte. “Lo que más le ayudó fue su religión. A medida que su enfermedad progresaba, nunca se preguntó ¿por qué a mí?, nunca se lamentó, le ayudaron los sacramentos”, concluyó. Un periódico de la época, The Straits Times publicó unas palabras que Cooper pronunció días antes de morir a uno de sus periodistas: “Sé que aquello que está sucediendo es la voluntad de Dios, no tengo miedo del futuro”.
No. 166
Semana del 15 al 21 de abril de 2012
Somos para un mundo de conocimiento y de verdad, de bien y de amor, de encuentro y libertad La vida es más fuerte que la muerte. El bien es más fuerte que el mal. El amor es más fuerte que el odio. La verdad es más fuerte que la mentira. La oscuridad de los días pasados se disipa cuando Jesús resurge de la tumba y se hace él mismo luz pura de Dios.
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LAS CUATRO ESTACIONES EN EL MATRIMONIO EL VERANO
El verano es la estación de la plenitud del sol; las plantas maduran y se dan los frutos. En esta segunda estación, el verano es la época ...
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DON CARLOS CABRERO HABLA A LA IGLESIA POTOSINA
Uno se exige más, uno se empeña más y para mí la experiencia de ser Obispo, lo único que me ha dejado en claro que, ser obispo ...
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EUGÈNE IONESCO
Los grandes maestros de la vida intelectual recomiendan rechazar la sed de libros: la lectura practicada como un vicio, dicen, más que estimular la creatividad, la apaga...
ABRIL 15 DE 2012
Los misioneros: mensajeros de paz y de perdón Editorial
E
n este segundo Domingo de Pascua o de la “Divina Misericordia”, el Evangelio nos centra en una frase que aparece dos veces y que brota de los labios de Jesús: “La paz esté con ustedes” (Jn 20,19.21). Después del deseo de paz el Señor envía a sus apóstoles: “Cómo el Padre me ha enviado, así también los envío Yo” (Jn 20,21). Después el Señor otorga un gran don: “Reciban el Espíritu Santo. A los que les perdonen los pecados les quedarán perdonados; y a los que no se los perdonen, les quedarán sin perdonar” (Jn 20,22). Estas frases de Jesús resucitado son muy importantes, sobre todo, cuando estamos en MISIÓN PERMANENTE en nuestra Diócesis. El envío de Jesús a sus apóstoles se encuentra dentro de dos hechos: el deseo de paz del Resucitado y el don del Espíritu Santo, cuya primera acción es el perdón de los pecados. De manera que la frase: “así los envío Yo”, presenta para el misionero un mensaje muy importante: Primero; todo misionero debe ser un pregonero de la vida. Un incansable defensor de la vida como fruto de la resurrección. Segundo; debe ser, no solo un anunciador de la paz, sino un constructor de ella. La paz que es fruto de la justicia. El misionero debe llevar en su vida el anuncio profético de una sociedad donde se viva la justicia. Si en nuestra patria hay tanta violencia y miedo, es porque reina una terrible injusticia social, tan solo pensemos en los millones de pobres en nuestra nación mexicana. El misionero es el constructor de una sociedad más justa. Tercero; el misionero es portador del Espíritu Santo, ahí está su fuerza, su valentía y su dedicación. Él tiene mucha prisa por asemejarnos a Dios en el amor. El misionero debe construir la paz y la justicia en el perdón, que es fruto del amor. El texto de Jn 20,22 sobre el don del Espíritu Santo evoca al sacramento de la Reconciliación, por eso el misionero debe ser un testigo de la reconciliación, un hombre y una mujer de conversión, que regenera toda su vida en la Confesión de sus pecados; donde se siente y se vive regenerado por el Señor. Una de las actitudes del discípulo-misionero es la alegría. Estar siempre alegres en el anuncio del Evangelio del Resucitado. El Papa Benedicto XVI escribió: Todas las palabras del Resucitado portan esa alegría, portan la risa de la redención: si vosotros vierais lo que yo he visto y lo que veo, si vosotros lograrais tener una vez una mirada de la totalidad, entonces reiríais (Jn 16,20). En el barroco, era parte de la liturgia el risus paschalis, la risa pascual. La prédica de Pascua debía contener una historia que moviera a la risa, para que la Iglesia retumbara de alegría. Esta puede ser una forma de alegría cristiana algo superficial y exterior. Pero ¿no es algo hermoso y adecuado que la risa se haya transformado en un símbolo litúrgico? ¿Y no nos hace felices, cuando en las iglesias barrocas escuchamos la risa que anuncia la libertad de los redimidos a partir de los juegos de los angelotes y de los ornamentos? (cfr. Miremos al traspasado, Fundación San Juan, Argentina 2007, pp.152-153). De manera que Misioneros en MISIÓN PERMANENTE, seamos portadores de vida plena, paz, justicia, amor, perdón y alegría como fruto de la Resurrección. ¡¡¡POR TU DOLOROSA PASIÓN TEN MISIERICORDIA DE NOSOTROS Y DEL MUNDO ENTERO!!!
Por Pacco Magaña
Orar con el salmo 119 Queridos hermanos y hermanas:
Queridos hermanos y hermanas, estos versículos son de gran importancia también hoy para todos nosotros. En primer lugar para los sacerdotes, llamados a vivir sólo del Señor y de su Palabra, sin otras seguridades, teniéndolo a él como único bien y única fuente de vida verdadera. A esta luz se comprende la libre elección del celibato por el Reino de los cielos que se ha de redescubrir en su belleza y fuerza. Pero estos versículos son importantes también para todos los fieles, pueblo de Dios que pertenece sólo a él, «reino de sacerdotes» para el Señor (cf. 1 P 2, 9; Ap 1, 6; 5, 10), llamados a la radicalidad del Evangelio, testigos de la vida traída por Cristo, nuevo y definitivo «Sumo Sacerdote» que se entregó en sacrificio por la salvación del mundo (cf. Hb 2, 17; 4, 14-16; 5, 5-10; 9, 11ss). El Señor y su Palabra son nuestra «tierra», en la que podemos vivir en la comunión y en la alegría. Por lo tanto, dejemos al Señor que nos ponga en el corazón este amor a su Palabra, y nos done tenerlo siempre a él y su santa voluntad en el centro de nuestra vida. Pidamos que nuestra oración y toda nuestra vida sean iluminadas por la Palabra de Dios, lámpara para nuestros pasos y luz en nuestro camino, como dice el Salmo 119 (cf. v. 105), de modo que nuestro andar sea seguro, en la tierra de los hombres. Y María, que acogió y engendró la Palabra, sea nuestra guía y consuelo, estrella polar que indica la senda de la felicidad. Entonces también nosotros podremos gozar en nuestra oración, como el orante del Salmo 16, de los dones inesperados del Señor y de la inmerecida heredad que nos tocó en suerte: «El Señor es el lote de mi heredad y mi copa... Me ha tocado un lote hermoso, me encanta mi heredad» (Sal 16, 5.6).
La RED no necesariamente apoya la publicidad de nuestros anunciantes.
(Última parte)
ABRIL 15 DE 2012
Por P. Juan José Torres Galván
¿Cómo llega hasta nosotros el conocimiento de Dios?
C
risto encomendó a sus apóstoles el anuncio del Evangelio, para asegurar que la verdad acerca del misterio de Dios y su designio salvador fuera perpetuado en el mundo después de su muerte y resurrección. Los apóstoles pronto agregaron a otros varones que compartieran con ellos las tareas apostólicas. A estos personajes se les conoce como “varones apostólicos”. Los apóstoles y estos colaboradores inmediatos se dieron a la tarea de predicar el Evangelio de Jesús y de ponerlo por escrito. Así surgen los cuatro libros de los Evangelios y la mayor parte del Nuevo Testamento. ¿Qué es la Tradición? Observemos que cuando se habla de Tradición se utiliza la mayúscula para diferenciarla de las “tradiciones” que identificamos como parte de la cultura de un pueblo o de una región. Esta Tradición con mayúscula es algo bien diferente. La Tradición surge de la predicación apostólica, realizada en la comunidad eclesial bajo la asistencia del Espíritu Santo. Esta predicación, enriquecida con la contemplación espiritual de los fieles, que llega a una percepción íntima del misterio de Dios, ha sido conservada a lo largo de los siglos y se expresa de manera especial en la enseñanza de los Obispos. De manera que la Sagrada Escritura y la Tradición se implican mutuamente, constituyen ambas el depósito sagrado que Dios confió a su Iglesia. Proceden de la misma fuente que es Dios. Están íntimamente unidas y tienden al mismo fin. La Sagrada Escritura (en este caso la que conforma el Nuevo testamento) surge de la Tradición y al mismo tiempo la Tradición explica y profundiza la Sagrada Escritura. Es importante destacar que tanto la Sagrada Escritura como la Tradición son expresadas e interpretadas actualmente de manera auténtica por los Obispos, sucesores de los Apóstoles, mediante su Magisterio. ¿Qué es el Magisterio? Aquí no hablamos de los trabajadores de la educación, pertenecientes a un sindicato muy famoso en México. Se llama así al ejercicio de la potestad de enseñar que tiene la Iglesia a nombre de Jesucristo. Esta función compete de manera especialísima a los Obispos, unidos al Papa. Los pastores están al servicio de la Palabra de Dios, guardándola, exponiéndola, difundiéndola y predicándola. El Magisterio de la Iglesia está al servicio de la Palabra de Dios, nunca por encima de ella. Los que ejercen el Magisterio de y en la Iglesia tienen el deber de escuchar la Palabra de Dios con piedad, guardarla con exactitud y exponerla con fidelidad. La Iglesia transmite lo que es lo que cree mediante su doctrina, su vida y su culto. Esto significa que la misión de la Iglesia es ser testigo de Jesucristo Camino, Verdad y Vida, mediante la Liturgia, el anuncio de la Palabra de Dios y el servicio de Caridad, especialmente a favor de los más pobres. De esta manera la Iglesia tiende a la plenitud de la verdad divina. Referencia de lectura: Dei Verbum 7-10
Apreciados lectores y lectoras:
Ha llegado el momento de decirles adiós. Como ustedes saben, el Papa ha aceptado mi renuncia a esta queridísima Arquidiócesis que le presenté en julio del año pasado, al cumplir 75 años, como lo manda la ley de la Iglesia. Ustedes me han acompañado amablemente al leer, semana tras semana, esta columna titulada “HUELLAS DEL PASTOR”. Caminamos juntos durante más de tres años buscando y siguiendo las huellas luminosas de Cristo, nuestro Buen Pastor, su Palabra, su mensaje de luz, de amor, de esperanza, de consuelo, de felicidad…, en fin, todo el proyecto y todos los muchos proyectos que Dios ha imaginado para buscarnos y para decirnos cuánto nos ama, porque somos su propiedad muy especial, porque, sobre todo, somos sus hijos. También seguimos las misteriosas huellas de ustedes y de mí, de todo hombre y mujer, tratando de acompañarnos y ayudarnos en nuestros ideales, nuestros afanes, nuestras debilidades y fortalezas, nuestras alegrías y congojas, nuestros deseos de ser mejores, más fraternos, más solidarios…, en fin, toda la trama humana, dramática y esperanzadora, que tiene su origen en ese lugar interior que se llama corazón.
Estas palabras de despedida están impregnadas de gratitud y amor pastoral hacia cada uno de ustedes. Tengan la certeza de que les quiero mucho. Digo esto desde lo hondo de mi corazón de obispo, haciendo mía la frase de una película que dice: “¡Nunca te vayas sin decir te quiero!”. Muchas gracias por todo el bien que me hicieron. Créanme. Yo salí ganando muchísimo al escribirles cada semana. ¡Dios les recompense! Mi gratitud se hace oración permanente al Buen Dios por todos ustedes y por su familia. Sigan leyendo y difundiendo este valioso y hermoso semanario, “LA RED”, para que haga mucho bien. Rueguen por su nuevo Arzobispo D. JESÚS CARLOS CABRERO ROMERO y por esta queridísima Arquidiócesis de San Luis Potosí que comienza una nueva etapa de su maravillosa historia. Rueguen también por mí. Y ahora, por última vez, con el corazón en la mano, les digo: “HASTA QUE NOS VOLVAMOS A ENCONTRAR, QUE EL SEÑOR LES GUARDE EN LA PALMA DE SU MANO”. Abril 9 de 2012. +Luis, Arzobispo emérito de S. Luis P. y Administrador Apostólico.
Nuestra historia
Fray Bartolomé de las Casas (1484-1556)
(primera parte)
Por Pbro. Lic. Salvador González Vásquez.
Fray Bartolomé de Las Casas, que dedicó su vida a la defensa de los pueblos indígenas, es hoy reconocido universalmente como uno de los precursores en la teoría y en la práctica de la defensa de los derechos humanos. Discutido y calumniado por algunos, la posteridad le ha hecho justicia, viendo en él a un insigne evangelizador de los pobres y a un incansable luchador por la justicia. Por Pbro. Lic. Rubén Pérez Ortíz
B
Vuelto a Santo Domingo, estableció contacto con los dominicos. Fray Pedro de Córdoba decidió enviar a Bartolomé, junto con Antonio de Montesinos, a España para denunciar la encomienda y sus abusos. De las Casas y Montesinos pudieron entrevistarse el 23 de diciembre de 1515 con Fernando el Católico, ya muy enfermo. También hablaron con el obispo Rodríguez de Fonseca que no les concedió mayor atención. Mejor suerte tuvieron al dirigirse al cardenal Jiménez de Cisneros y a Adriano de Utrecht, el futuro papa Adriano VI, con los que discutieron algunos remedios, como enviar a Santo Domingo a tres frailes jerónimos en calidad de gobernadores. De las Casas les acompañaría como asesor y por esas mismas fechas fue también nombrado Procurador o protector universal de todos los indios de las Indias. De regreso nuevamente a La Española, en 1517, los jerónimos entraron pronto en conflicto con De las Casas y los dominicos, quienes volvieron a enviar a Bartolomé a España. El 19 de mayo de 1520 obtuvo en La Coruña una capitulación para llevar a cabo un proyecto de colonización pacífica en la costa
A
todos nos gusta tener conversaciones, sobre todo si los temas son de nuestro agrado. La charla va muy bien, mientras no se toque el tema del sufrimiento. Cuando alguien habla de enfermedad o de dolor, pensamos que terminó por amargarnos el momento. La vida es maravillosa, mientras no tengamos que pasar por momentos de crisis. Pero aunque esquivemos el asunto del dolor, no podemos evitar el sufrimiento en nuestra vida. El sabor amargo del conflicto, es un ingrediente en la existencia que nadie quisiera probar.
artolomé de las Casas nació en Sevilla en 1484. Sus padres Don Pedro de las Casas, mercader de profesión, era oriundo de Tarifa (Cádiz) y según se cree de familia conversa, su Madre Isabel de Sosa. Se ha especulado mucho acerca de sus estudios. No consta que acudiera a la Universidad ni que poseyera el título de licenciado cuando se embarcó para las Indias en 1502. Más probable es que estudiara en algún colegio de Sevilla latinidad y humanidades tal como era la costumbre de la época. Acompañando a su padre y a su tío, Bartolomé de las Casas, se embarcó para La Española a principios de 1502, en la flota del nuevo gobernador Nicolás de Ovando. En esa fecha, aunque se ha venido sosteniendo lo contrario, parece que Bartolomé todavía no era clérigo, y sus intereses eran más económicos que religiosos. Actuaba como un colono más: fue minero y encomendero en La Española, además de colaborador en las guerras de Jaragua y del Higüey. Tuvo hacienda e indios en las orillas del río Janique y hasta 1514 siguió siendo estanciero. Entretanto, en 1507, regresó al Viejo Mundo y marchó a Roma, donde recibió las órdenes sacerdotales. Sin embargo, esperó hasta 1510 para cantar su primera misa en Concepción de la Vega. En la primavera de 1512, tras vender su hacienda, se unió a la conquista de Cuba, como capellán de los conquistadores, y recibió una buena encomienda que atendió hasta 1514. Será a mediados de este año cuando De las Casas viva su primera conversión y renuncie a los indios de su repartimiento por razones de conciencia. Estaba convencido de que debía “procurar el remedio de estas gentes divinalmente ordenado”. Se sentía predestinado para esta misión y será ésta la que marque su vida profundamente y haga de su Ministerio una opción decidida y evangélica que asume con heroica entrega.
¿Qué ganamos con sufrir?
Cada día hay que luchar contra la adversidad. El hombre se afana en esquivar el sufrimiento, pero éste es inevitable. Ya lo dice el Papa Benedicto: “Al igual que el obrar, también el sufrimiento forma parte de la existencia humana. Éste deriva, por una parte, de nuestra finitud y por otra, de la gran cantidad de culpas acumuladas a lo largo de la historia, y crece de modo incesante también en el presente”. (Sobre la esperanza cristiana 36)
de Paria, actual Venezuela. A principios de 1521 emprendió el viaje con sus labradores españoles hacia San Juan de Puerto Rico. Su idea era establecer en Paria a esos labradores y propiciar de manera pacífica el acercamiento a los indios que, conservando plenamente su libertad, escucharían la predicación del Evangelio y, sin violencia alguna, como la gente de otros muchos lugares, aceptaría al rey de España como el suyo propio. A finales de 1521, tras fracasar, reemprendió viaje a Santo Domingo. A partir de 1531 comenzó a predicar en Puerto de Plata contra los colonos españoles, los cuales consiguieron que sus superiores lo trasladaran a Santo Domingo. En esta capital, en 1533, consiguió la rendición del cacique Enriquillo, sublevado desde 1519. A finales de 1534, Fray Bartolomé y otros tres dominicos emprendieron un viaje al Perú para trabajar en defensa de los indios y fortalecer también las actividades de su orden. Una serie de dificultades impidió a Las Casas llegar a su destino. En lugar de ello, estuvo en Panamá, Nicaragua y México (1536). De allí pasó a Guatemala, en donde residió poco menos de dos años. En ese lugar escribió otra de sus obras más importantes, la intitulada De único vocationis modo, conocida en español como Del único modo de atraer a todos los pueblos a la verdadera religión. En ese largo tratado la tesis central era que la única forma de promover la conversión de cualquier ser humano no era otra que la vía de la persuasión y jamás valiéndose de las armas o de cualquier otra manera de violencia. Proceder así sería actuación “temeraria, injusta, inicua y tiránica”. En paralelo con lo que escribía, acometió entonces el proyecto de penetración pacífica en la región de Tezulutlán, considerada hasta entonces como tierra de guerra en Guatemala. La entrada en la que se llamaría la Vera Paz, implicaba la prohibición de que ningunos otros españoles podrían pasar a ella en tanto que allí se efectuaba la conversión de los indígenas en términos del único modo de atraer a todos los pueblos a la verdadera religión, por medio de la persuasión.
El sacrificio es inevitable y tarde o temprano nos toparemos con el. Porque la vida es un abanico de posibilidades y no se pueden hacer realidad todos los posibles. Será necesario elegir entre varias opciones. Eso implica renunciar a muchas otras posibilidades y es ahí donde comienza el sacrificio. La existencia nos ofrece un sinnúmero de atractivos y todos nos parecen buenos, pero no podemos quedarnos con todo al mismo tiempo. A causa de nuestra finitud, y porque somos limitados necesitamos decidirnos por algo. Y decidir es sacrificar, hay que elegir una cosa y renunciar a otra. El auténtico sacrificio es aquel que se padece como un medio y no como un fin. Es importante tener claro, qué es aquello que nos es importante, lo que consideramos más valioso. Y por aquello que realmente importa, hay que sacrificar todo lo demás. Se necesita renunciar a muchas cosas para obtener o conservar lo más valioso. El sacrificio provechoso es renunciar a lo efímero y pasajero por aquello que perdura para siempre. Por eso dice el Señor que hay que aborrecerse en esta vida, con tal de conservar la eterna. Necesitamos sacrificar todo lo pasajero, para no perder lo perdurable; sacrificar la vida temporal, con tal de no perder la vida eterna. Nunca debemos tomar el sacrificio como un fin, éste es un medio necesario para alcanzar lo que queremos. El que sufre solo por sufrir, termina en la desesperación. Quien sufre por una causa, no desespera en el dolor. Porque la razón por la que sufre, le da firmeza en la tribulación. Siempre que suframos, no desesperemos. Más bien, consideremos cual es la razón de ese dolor. Hay que aceptar la adversidad, con tal de no perder lo mas amado.
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¿Es obligatorio tener padrino de primera comunión?
Dedicado a mis pequeños seguidores que proximamente harán su primera comunión Por P. Kino
Las cuatro estaciones en el matrimonio
EL VERANO
Por Pbro. Lic. Héctor Colunga Rodríguez colunga46561@hotmail.com.
Queridos lectores: El verano es la estación de la plenitud del sol; las plantas maduran y se dan los frutos. En esta segunda estación, el verano es la época de oro del matrimonio. Desde un principio, se pusieron las reglas del juego, se estructuró un plan de vida; se acoplaron en el “noviciado” matrimonial, donde cada quien reflejó lo que es; ya se quitaron las máscaras del noviazgo, y aunque sigue el enamoramiento, se dieron cuenta en ese momento con quién se casaron. El diálogo debió ser el motor que condujo a los estilos de vida, que al ser distintos se empezaron a complementar y dirigir en una sola dirección. Realmente se identificaron con la persona y con el carácter; no se sabe quién hizo a quien.
A
ntes de escuchar la respuesta, relájese, respire profundo y cuente hasta diez. NO ES OBLIGATORIO TENER PADRINO DE PRIMERA COMUNIÓN. En el número 163 del directorio pastoral de los sacramentos de nuestra diócesis, así lo dice. Pero en caso de que se tengan, que sea el niño que los elija, y ojalá (sin ser obligatorio) fueran los mismos de bautismo o confirmación, que se supone que van acompañando la vida de fe de su ahijado. Este artículo de moral sacramental, se me ocurrió ahora que pasaron los días de la Pascua, cuando muchos niños se acercaron a los sacramentos de iniciación. En lo que se refiere a la primera comunión, percibo, que en ocasiones, algunos padrinos son “adornos” de las celebraciones de primera comunión, pues no comulgan con el ahijado. ¿Qué caso tiene llevar un padrino o madrina solo de adorno? En caso de que fueran solo para dar un toque de distinción y atracción a la celebración, ¿Por qué mejor no ir a una agencia de modelos?, total, solo hacen acto de presencia y se desaparecen, pues si no comulgaron el día que fueron de padrinos, mucho menos en otras ocasiones. Criterios erróneos para elegir padrinos y madrinas de primera comunión: - Es el más buena onda de la familia, sobre todo cuando se le pasan las “cubetas”. - Es un artista y sale en las telenovelas (aunque sea de extra) y eso le da “caché” a la celebración.
- Es que no pudo nadie y es el único que quiso, total, para un ratillo de misa. - Viene del país de la Hamburguesa, y va a pagar la fiesta, viene unos días y ya no regresa hasta dentro de diez años. - Es mi jefe, y así me lo hago compadre y a ver si me da un mejor puesto, o por lo menos un mejor salario. - Es un gran político (sin mencionar partido para no tener problemas), gente de sociedad (sin escribir apellidos para no regarla), artista de televisión (aunque solo salga de extra en novelas patito), obispo (sin decir nombres para que no me caiga pena canónica), sacerdote (sin decir quién porque entre gitanos no nos leemos las manos), etc., y eso le da caché a la celebración. Por eso, querido niño, cuando elijas a tu padrino o madrina de primera comunión, cuida que sea una persona a la que tú le tengas confianza, que se distinga por su vida de fe en la misa de los domingos, que se confiese continuamente y comulgue, que en pocas palabras, sin ser personas perfectas, por lo menos ves que se esfuerza por ser mejor. Y si de plano no encuentras a nadie, recuerda el título de este artículo. Finalmente, si tu deseo es que alguien te acompañe solo para que esa madrina se vea bonita adornando una silla y un reclinatorio, te llevo a mi prima, que aunque no sabe nada de misa, sí a más de uno le sacará la baba.
En esta etapa se da la estabilidad económica, se tiene una casa propia, tal vez pagada con muchos esfuerzos o quizá se deba por un crédito. Hay uno o varios carros; se ahorró, se viajó se comió en la calle; se disfrutó de cualquier diversión. Pero también se puede ver la otra parte de la moneda: se vivió con la suegra porque no se pudo saldar la deuda de la casa; hubo problemas económicos por despidos en el trabajo; no hubo diversiones ni vida en común porque cada quien hizo su vida; con la rutina y el paso de los años, los esposos se volvieron unos auténticos compañeros y el tiempo borró los sellos del amor.
Cuando la relación parece alcanzar su máxima armonía, la llegada del primer bebé cambia totalmente esa situación. El centro de atención es la criatura; deja de haber noches tranquilas; el niño llora y no se sabe si tiene sueño, hambre o está enfermo. Se llega al trabajo con ojeras porque el llanto del niño no dejaba conciliar el sueño. En ese momento se dan cuenta que el hijo es el mejor regalo que Dios les dio; pero también concluyen que no están preparados para ser padres y que han adquirido una gran responsabilidad. En algunos matrimonios, la ausencia de niños ocasiona una gran crisis que lleva al rompimiento. No solamente la cigüeña visitó la casa por una vez, sino que lo hizo en tres, en cuatro o en cinco ocasiones. Aumentó la familia, los gastos y las responsabilidades. Poco a poco se empiezan a encauzar los niños a la escuela y deben partirse en mil pedazos para estar en todo y no faltar a nada: el trabajo, labores del hogar, las tareas, las juntas, la escuela y así hasta que termine el más pequeño. Algunas parejas piensan que los hijos estarán por siempre con ellos y sin darse cuenta ya crecieron, son unos profesionistas y han emprendido el vuelo. El nido comienza a estar vacío, los hijos se van y así termina el esplendor del verano matrimonial. Hasta la próxima.
El papa,
principal testigo de la verdad Por Pbro. José Antonio Martínez Ortiz
I
niciaré un nuevo segmento de artículos dedicado al Papa, es decir, conoceremos más acerca de persona y de su función como Vicario de Cristo, y esto nos ayudará a tener una idea y visión más completa y real sobre su misión y doctrina. También daremos un breve recorrido sobre los fundamentos bíblicos y teológicos sobre el papel necesario del Papa en la Iglesia. Todo esto con el fin de amar aún más la figura del representante de Cristo aquí en la tierra. Comenzaremos con una breve reflexión sobre uno de los aspectos más importantes de la doctrina de nuestro Papa actual. Muchas cosas se pueden decir del Papa Benedicto XVI, y sobre su misión pastoral tan peculiar, pero algo que me ha llamado siempre la atención, es su incesante búsqueda de la verdad por sobre todas las cosas. Amor y verdad son los dos grandes pilares sobre los cuales descubro que basa toda su misión pastoral y doctrinal. Este Papa, todo un teólogo de la verdad, afirma que la esperanza de este pueblo se finca, más que en nuestras posibilidades humanas, en la verdad divina, manifestada en la verdad de Jesucristo, única verdad capaz de conducir nuestra historia hacia la plenitud de la vida y la salvación. Cuando captamos esta verdad y la aceptamos, nuestro presente y nuestro futuro se aclaran, y somos capaces de ver en nuestra sociedad mexicana los inicios del Reino de Dios, que ya están en construcción en el corazón de muchos hombres y mujeres que aman la verdad y que viven en la justicia, y con sus obras, manifiestan la plenitud del amor. Tenemos que aceptar que nuestra verdad es la vocación a amar, y el
Papa nos recuerda que solo Jesucristo puede liberarnos y purificarnos de nuestras limitaciones humanas para que realicemos el proyecto de vida verdadera que Dios ha preparado para nosotros. Estemos orgullosos y agradecidos por nuestra herencia católica, que muestra el esplendor de la verdad cristiana, y de cómo México es una nación con una historia y una vocación particular, que nos vuelven un país bendecido de múltiples formas por Dios, y que entre las luces y sombras, los gozos y las esperanzas, debe caminar hacia su propia plenitud. Bueno, que este breve artículo sobre el Vicario de Cristo, sea un impulso para que los católicos seamos buscadores y testigos de la verdad, principalmente ante quienes hoy, buscan sembrar un estado de duda e incertidumbre promoviendo actividades e ideologías ilícitas que van en contra de la verdad cristiana. Por esto, con mayor razón debemos ser protagonistas y constructores de una sociedad basada en el amor y la justicia, manifestaciones siempre exigentes e insustituibles de un México que busca vivir en la verdad.
El mundo entero es una patria común
E
l mundo entero es una patria en común, puntualiza de modo singular el humanista Erasmo de Rotterdam en una de las obras del autor, nombrada: Querela Pacis (canto o lamento de la paz). Esta obra aparece en 1517; y desde esa fecha hasta nuestros días, parece no encontrar morada esta sentencia, pues no comprendemos como patria común el mundo, o será que no sabemos que es esto del mundo. En la lengua latina, se observan dos palabras que a pesar de su semejanza no designa el mismo objeto, una de ellas mundus, a- um; limpio, aseado, elegante. Tal como debería ser nuestro mundo, el caso contrario encotra mos la palabra in-mundo, que no designa que niego el mundo, pero si que rechazo el orden, lo puro. Pero esta idea no es la más propia de mundo para el uso común y menos para la religión, pues el mundo es lo que nos aparta de Dios. Vr.g, Satanás le mostró a Jesús los reinos de todo el mundo y luego le dijo: Todo esto te daré si me haces una reverencia y me adoras. (Mat 4, 89) y Lucas 4, 6 amplía, Yo, Satanás, te daré esta autoridad y su gloria, porque
a mí me ha sido dada. Aunque, cabe mencionar que en la biblia el mundo, si es el orden. El kosmos. Sin embargo, en la frase citada por el eximio Erasmo, no tiene esa connotación, sino la de otra palabra latina: mundus, i; el universo, el cielo, el firmamento; los hombres. Pero si existe una unión de sentido entre ambas palabras latinas, pues, el rechazar el mundo es acercarse a la unión con Dios y la unión entre los hombres. En la obra ya referida de Erasmo se ilustra mejor la idea hombre y mundo. El hombre se forma de tres elementos: Naturaleza; que es común a todos los seres vivos y se rige por el principio de armonía. Razón; lo que le hace ser privilegiado dentro de la naturaleza, y le lleva a la vida en sociedad. Gracia o sobrenaturaleza; el don propio del cristiano, que exige el amor al prójimo. Al quebrar estos “elementos”, al rechazarlos, entonces nos alejamos de Dios y del hombre, y somos inmundos (asquerosos, sucios, impureza).
Los santos
L
Canónigo José Ma. Ortega Robles
a iglesia, después de haber recorrido todos los rincones de una persona finada y haber analizado todos los detalles de su vida y que ha sido confiado su santidad por los milagros que hace, en virtud y con el poder que el Divino Maestro dio a San Pedro; tú eres Pedro y lo que hagas será aprobado en el cielo, canoniza y declara santa a una persona que dejó este mundo. Con seriedad, sinceridad, fe, amor y caridad , se canoniza y declara intersesores para que con toda confianza los invoquemos. La iglesia siempre camina con pies de plomo para canonizar. El Papa Juan Pablo ll, con su fe, su personalidad y sentido común atrajo a multitudes. Por eso cuando murió a sus honras fúnebres asistieron políticos, gobernantes de todo el mundo. Todo esto es un estímulo para nuestra fe. Que el Papa Juan Pablo II que tanto amó a México y que mostró un cariño especial por nuestro país y para la Reina de México interceda ante Dios por nosotros.
Los libros y sus autores
Por Mtro. Luis Marino Moreno F.
Safranski Rüdiger Tusquets, 2011, 344 págs.
GOETHER Y SCHILLER Historia de una amistad
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ntre finales del siglo XVIII y comienzos del XIX, Alemania, sometida a un despotismo político casi insoportable, vivió no obstante uno de los periodos culminantes de la historia de las letras y el pensamiento: la eclosión del clasicismo y romanticismo, el momento en que autores como Friedrich Schiller y Johann Wolfgang Goethe llevaron a la cultura europea a su más lograda expresión. Este libro narra, la apasionante historia de la amistad que unió a estos dos gigantes entre 1794 y 1805, año en que Schiller murió prematuramente. Aunque mantuvieron puntos de vista divergentes sobre la función del arte y la literatura o sobre las relaciones entre la naturaleza y la libertad, ambos crearon grandes mitos literarios y elevaron el arte a una categoría humana esencial.
El autor Nació en 1945 en Rottwell, Alemania. Filósofo ensayista y autor de prestigiosas biografías dedicadas a grandes personajes de la cultura alemana, entre 1965 y 1972 estudió filosofía, historia, germanística e historia del arte en Frankfurt del Meno y Berlín. Entre sus obras se encuentran: ¿Cuánta globalización podemos soportar?, Heidegger y su tiempo; Nietzsche. Biografía de su pensamiento. Schiller o la invención del idealismo alemán y Shopenhauer y los años salvajes de la filosofía.
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Iglesia Universal CASTEL GANDOLFO.- El lunes pasado, después del rezo del Regina Caeli, el Papa Benedicto XVI exhortó a recibir con los brazos abiertos la victoria de Dios sobre la muerte, ya que todos estamos llamados al encuentro con Cristo Resucitado. Desde su residencia de verano de Castel Gandolfo a la que llegó el Domingo de Resurrección para pasar un breve periodo de reposo, el Papa Benedicto XVI explicó que así como las mujeres y los discípulos fueron al sepulcro, “todos estamos llamados a encontrarnos con el Señor Resucitado”. “Él se nos muestra en la Palabra, en la fracción del Pan o en medio de la asamblea reunida en su Nombre. Su presencia amorosa nos trae la paz, nos hace vencer el miedo y nos llena de su Espíritu, enviándonos a anunciar con valentía la alegría de su victoria sobre la muerte, el gozo de la salvación”, y “de esto, hemos de ser testigos. ¡Feliz Pascua de Resurrección a todos!”, agregó. VATICANO.- En el saludo de Pascua Urbi et orbi (“a la ciudad y al mundo”) lanzado desde la plaza de San Pedro, el Papa Benedicto XVI señaló que el Señor victorioso y resucitado anima a los cristianos en medio de las dificultades y persecuciones; y además está presente como fuerza de esperanza a través de su Iglesia, cercano a cada situación humana de sufrimiento e injusticia: “Todo cristiano revive la experiencia de María Magdalena. Es un encuentro que cambia la vida: el encuentro con un hombre único, que nos hace sentir toda la bondad y la verdad de Dios, que nos libra del mal, no de un modo superficial, momentáneo, sino que nos libra de él radicalmente, nos cura completamente y nos devuelve nuestra dignidad”. CIUDAD DEL VATICANO.- Durante la Misa de la Cena del Señor celebrada en la Basílica de San Juan de Letrán, el Papa Benedicto XVI recordó que la verdadera libertad sólo se alcanza aceptando el plan de Dios para la humanidad. “Pensamos ser libres y verdaderamente nosotros mismos sólo si seguimos exclusivamente nuestra voluntad. Dios aparece como el antagonista de nuestra libertad. Debemos liberarnos de él, pensamos nosotros; sólo así seremos libres. Esta es la rebelión fundamental que atraviesa la historia, y la mentira de fondo que desnaturaliza la vida. Cuando el hombre se pone contra Dios, se pone contra la propia verdad y, por tanto, no llega a ser libre, sino alienado de sí mismo. Únicamente somos libres si estamos en nuestra verdad, si estamos unidos a Dios”, señaló el Santo Padre.
Iglesia en México SAN LUIS POTOSÍ.- Gran expectativa ha causado la designación de Mons. Jesús Carlos Cabrero Romero como Arzobispo de San Luis Potosí. Conocido por muchos potosinos y sobre todo en el Presbiterio Potosino, la noticia fue acogida con mucha alegría de tal manera que ya se hacen los preparativos para su llegada, ya programada, para el 16 de mayo, fecha ya confirmada por el Sr. Nuncio Mons. Christophe Pierre. Bienvenido Mons. Carlos Cabrero. Tercer Arzobispo de Nuestra Iglesia Potosina. SAN LUIS POTOSÍ.- Se ha comenzado a organizar la bienvenida que se dará al nuevo Arzobispo de San Luis Potosí Don Jesús Carlos Cabrero Romero. Según la última información, el evento se llevará a cabo en el Auditorio “Miguel Barragán”. Han comentado los organizadores que el Sr. Arzobispo comenzará haciendo una visita al Obispado en torno a las nueve de la mañana; continuando hacia Catedral, donde sea recibido por el Cabildo catedralicio y de allí trasladarse hacia el Santuario de Guadalupe, lugar donde se cantará la “Salve” para que posteriormente se encamine hacia el Auditorio, donde tendrá lugar la Eucaristía en la que solemnemente tomará posesión como el tercer Arzobispo de San Luis Potosí.
Aprendiendo de Tomás
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ace tiempo tuve la oportunidad de asistir, en Roma, a una exposición de la obra pictórica de Caravaggio. Y de entre todos los cuadros, verdaderamente geniales, recuerdo uno que me llamó mucho la atención: la profesión de fe del apóstol Tomás ante Cristo resucitado. Nuestro Señor, vuelto a la vida después del Viernes Santo, se aparece en el Cenáculo a sus discípulos, con los signos evidentes de la crucifixión en sus manos y en sus pies. Y en esta pintura, Jesús resucitado muestra a Tomás su costado abierto por la lanza del soldado, invitándolo a meter su mano en el pecho traspasado. El apóstol, totalmente fuera de sí, acerca su dedo y su mirada confundida para contemplar de cerca las señales de la pasión de su Maestro y comprobar, de esta manera, la veracidad de su resurrección. Los creyentes recordamos siempre al apóstol Santo Tomás por su famosa duda acerca de Jesús resucitado y su admirable profesión de fe cuando vio a Cristo glorioso. Dice San Juan (Jn. 20, 24) “En la primera aparición de Jesús resucitado a sus apóstoles no estaba con ellos Tomás. Los discípulos le decían: “Hemos visto al Señor”. El les contestó: “si no veo en sus manos los agujeros de los clavos, y si no meto mis dedos en los agujeros sus clavos, y no meto mi mano en la herida de su constado, no creeré”. Ocho días después estaban los discípulos reunidos y Tomás con ellos. Se presento Jesús y dijo a Tomás: “Acerca tu dedo: aquí tienes mis manos. Trae tu mano y métela en la herida de mi costado, y no seas incrédulo sino creyente”. Tomás le contestó: “Señor mío y Dios mío”. Jesús le dijo: “Has
creído porque me has visto. Dichosos los que creen sin ver”.
Aldo Blanco Músico Cantautor Católico. Comentarios: aldo.blanco@hotmail.com
Los cantos del siervo (Primera parte)
Parece que Tomás era pesimista por naturaleza. No le cabía la menor duda de que amaba a Jesús y se sentía muy apesadumbrado por su pasión y muerte. Quizás porque quería sufrir a solas la inmensa pena que experimentaba por la muerte de su amigo, se había retirado por un poco de tiempo del grupo. De manera que cuando Jesús se apareció la primera vez, Tomás no estaba con los demás apóstoles. Y cuando los otros le contaron que el Señor había resucitado, aquella noticia le pareció demasiado hermosa para que fuera cierta. Tomás cometió un error al apartarse del grupo. Nadie está peor informado que el que está ausente. Separarse del grupo de los creyentes es exponerse a graves fallas y dudas de fe. Pero él tenía una gran cualidad: se negaba a creer sin más ni más, sin estar convencido, y a decir que sí creía, lo que en realidad no creía. El no apagaba las dudas diciendo que no quería tratar de ese tema. No, nunca iba a recitar el credo un loro. No era de esos que repiten maquinalmente lo que jamás han pensado y en lo que no creen. Quería estar seguro de su fe. Y Tomás tenía otra virtud: que cuando se convencía de sus creencias las seguía hasta el final, con todas sus consecuencias. Por eso hizo es bellísima profesión de fe “Señor mío y Dios mío”, y por eso se fue después a propagar el evangelio, hasta morir martirizado por proclamar su fe en Jesucristo resucitado. Preciosas dudas de Tomás que obtuvieron de Jesús aquella bella noticia: “Dichosos serán los que crean sin ver”.
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n el libro del profeta Isaías se encuentran los cuatro cantos del Siervo, escritos unos 700 años antes de Cristo. En ellos se describe de una manera muy clara, al Siervo de Dios, el cual llevará a cabo el plan de salvación que Dios Padre tenía pensado desde la eternidad. Transcribo sólo algunos pasajes de estos cantos del Siervo, para que cada uno de nosotros hagamos una meditación personal, que nos sirva para profundizar en la Pasión, Muerte y Resurrección de nuestro Señor Jesucristo.
Tercer canto del Siervo. (Is. 50, 4-7) El Señor me ha dado una lengua avezada que sabe decir al cansado palabras de aliento. Muy temprano despierta mi oído para escuchar como los discípulos. El Señor Yahvé me ha abierto el oído, y no me resistí, ni me hice para atrás ofrecí mi espalda a los golpes mi cara a los que mesaban mi barba. Y no hurté mi rostro a insultos y salivazos. Pero el Señor Yahvé me ayuda por eso no sentía los insultos; y ofrecí mi cara como el pedernal, sabiendo que no quedaría defraudado.
Don Jesús Carlos Cabrero Romero habla a la Iglesia Potosina
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no se exige más, uno se empeña más y para mí, la experiencia de ser Obispo, lo único que me ha dejado en claro que, ser Obispo sin ser santo, no embona, y entonces acepto la oportunidad que Dios me da, porque es una oportunidad de Santidad y por lo tanto: implica entrega, generosidad, silencio, sacrificio, esfuerzo, abnegación; pero también la alegría de convivir, de estar en paz, la ilusión y el proyecto de que se puede hacer muchas cosas mejores y bonitas, ese es mi corazón y pensamiento. Yo voy a aportar unidad, no quiero aportar desacuerdos con un protagonismo malsano, sino unidad, y lo hago desde mi pobreza, con el carisma que Dios me ha dado de ser Obispo, y aportaré eso y especialmente me dirigiré a los pobres, a los relegados, no descarto a los demás; pero los pobres, los que no tienen voz, ellos van a ser mi preocupación y voy con mucho cariño, porque es una nueva oportunidad y no tengo otro criterio más que eso, para eso hay que hacer esfuerzo, hay que hacerlo porque es la exigencia de lo mismo. Además, me toca estar al tanto de la Provincia, miro al norte, está Don Lucas, obispo de Matehuala; miro al poniente, está don Roberto Balmori, obispo de Valles, y miro al oeste, espero al que viene a Zacatecas. Entonces formaré con ellos un equipo, porque como Provincia si tenemos que responderle a la gente, porque estamos a su servicio.
La Provincia no debe reducirse a juntas protocolarias, sino que deben buscarse encuentros de respuesta para alcanzar la integración como Diócesis de unos con otros y responderle a la gente, responderle a los padres. El desencanto es lo que afecta mucho a los sacerdotes cuando uno se maneja con doblez, no quisiera cooperar a eso, sino quisiera ofrecerles lo mejor. Y para la gente, que sienta la garantía que llega alguien que los ama. El ejemplo de los Obispos, vuelvo a insistir: a Don Ezequiel Perea, porque es entrañable para mí y todos los que han seguido, y ahora la noticia de nombrarme Arzobispo de San Luis Potosí, me obliga a mirar el hecho de que haya sido en Semana Santa. Como que me augura que es un ministerio donde tiene que ver pasión y muerte… la resurrección se la dejamos al Señor. Eso soy y eso quiero ser, y ayúdame a ser, se los pido a ustedes, que me integren a los demás, para que las cosas sean mejores, voy a hacer eso y a eso me comprometo. La circunstancia me va ir indicando el camino y trataré de ser fiel a ese camino que con ustedes voy a discernir. A todos ustedes los considero luz, ungüento, fortaleza, ánimo, inteligencia y a mi me toca hacer lo propio: decisión, entrega, trabajo. Esto es lo que he ido adquiriendo; no surgió esto por generación espontánea, sino por las responsabilidades que me han venido dando en la Diócesis, primero de San Luis, luego Zacatecas y nuevamente San Luis.
Don Carlos Cabrero habla a la Iglesia Potosina, después de darse a conocer la noticia de su nombramiento como tercer Arzopispo de San Luis Potosí Amigos, doy las gracias por la vida, particularmente por la experiencia del Seminario. El Seminario me forjó, me formó, yo era un poco indolente e inquieto, con travesuras, no malvadas, pero a fin al cabo travesuras, pero bueno, llegó el tiempo que Dios llama y hasta aquí, y ese soy y así me quiero presentar a ustedes para que vean al que va y ya lo conocen, ya lo saben: no va la quinta maravilla del mundo, va éste que les mencioné antes, pero que va con mucha ilusión, con muchas ganas, y muchos deseos de que San Luis Potosí surja con fortaleza y ánimo: el San Luis que sueño. Lo veré cuando Dios nos llame a la plenitud, y eso quiero. Veo un San Luis en donde se dé comunión con todos: los líderes sociales, las autoridades gubernamentales, etc. Que se unan a la causa y alcancemos un San Luis distinto, diferente, unido… muchas gracias y eso es lo que quiero ofrecerles.
Una delegación de Sacerdotes potosinos visitaron a Don Carlos en la casa episcopal de Zacatecas para conocer la fecha y la organización para el día de su recepción como Arzobispo de San Luis Potosí
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os Jóvenes de la Parroquia de San Juan Bautista, en Cerritos, nos comparten su alegría y entusiasmo al participar durante la Visita del Papa Benedicto XVI a nuestro país. Aquí un grupo de entusiastas jóvenes al terminar la Eucaristía en el Parque Bicentenario de Silao, Guanajuato, en la que participaron cientos de miles de personas. Gracias por compartir a través de la Red al reafirmar su fe y dar testimonio de ella.
Don Luis Morales dirige los Ejercicios Espirituales “Somos propiedad de la Trinidad Santa de Dios”
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el lunes 26 al viernes 30 de marzo en la Santa Iglesia Catedral Metropolitana Potosina se llevaron a cabo los Ejercicios Espirituales Cuaresmales impartidos por nuestro señor Arzobispo, Mons. Luis Morales Reyes, quien el primer día habló de Dios Padre, el segundo, de Dios Hijo y el tercero de Dios Espíritu Santo, con el objetivo principal de enamorarnos más de la Trinidad Santa de Dios en este año que el Santo Padre Benedicto XVI ha convocado a celebrar el “Año de la Fe”, por lo que también retomó citas Bíblicas importantes sobre nuestro Credo, llamado también “Símbolo de los Apóstoles”, en el cual se resume toda nuestra FE católica.
Por LCC Angélica Maldonado Morales
En estos Ejercicios Cuaresmales, Don Luis Morales, quien estuvo acompañado del Pbro. Lic. Darío Martín Torres Sánchez habló también sobre lo importante que es vivir intensamente este año, meditando cada día en cada una de las Tres Divinas Personas que integran la Divina Providencia o la Santísima Trinidad, pues es preciso conocerlas más íntimamente si verdaderamente queremos crecer como fieles creyentes en Cristo. Las tres Divinas Personas por quienes tenemos dones, carismas y gracias diferentes para nuestra vida de santificación, sin olvidarnos, desde luego, de María Santísima, la “Nueva Eva”, “La Mujer creyente por excelencia”, la “Hija de Dios Padre”, la “Madre de Dios Hijo” y “Esposa de Dios Espíritu Santo”.
“CREO EN DIOS PADRE, CREO EN JESUCRISTO, HIJO ÚNICO DE DIOS Y CREO EN EL ESPÍRITU SANTO” fue la inmensa riqueza doctrinal y espiritual que nos ofreció nuestro Pastor, para que nuestra vida tuviera más frutos abundantes de fe auténtica, redescubriendo la belleza y alegría de creer.
Solemnidad de la Resurrección del Señor en la S.I. Catedral Metropolitana Potosina
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l pasado 8 de abril del 2012 en la Catedral Metropolitana Potosina, nuestro Administrador Apostólico y segundo Arzobispo Emérito de San Luis Potosí, Mons. Luis Morales Reyes, presidió la solemne Concelebración Eucarística con motivo de la Resurrección del Señor, donde con un espíritu jubiloso, Canónigos que integran el H. Cabildo Catedralicio, Religiosas, Seminaristas y fieles en general festejaron a Cristo Resucitado en quien tienen puesta toda su esperanza, su fe y su amor. Se tornó un domingo lleno de contento, gozo, esperanza y regocijo espiritual, pues se celebró el día más importante para la Iglesia Católica y para todos los creyentes en Cristo: la GLORIOSA RESURRECCIÓN DE NUESTRO SALVADOR, de NUESTRO DIOS Y SEÑOR. Cientos de fieles sin duda acudieron a Confesarse
Por LCC Angélica Maldonado Morales
a conciencia y con humildad, arrepentidos sinceramente de todos sus pecados, para poder recibir el DON DE LA INDULGENCIA PLENARIA. Fue Mons. Antonio Torres Herrera, quien impartió la bendición Papal en este bendito Domingo de Resurrección, pidiendo elevar nuestras oraciones por las intenciones del Santo Padre, Benedicto XVI. La Santa Iglesia Catedral, que data su construcción de finales XVII y principios del XVIII, y que luce un bello y armonioso estilo barroco de modalidad salomónica fue el marco de esta magna celebración especial en que Cristo venció a la muerte, al pecado y a la maldad. El encargado de dirigir la homilía en esta ocasión fue el señor Canónigo Honorario, Pbro. Dr. Gilberto Amaya Martínez, Responsable de la Dimensión de Pastoral de la Salud y Vicario Episcopal para la Vida Consagrada, quien dijo: “Hoy hacemos la exclamación gozosa y esperanzadora: “Jesús ha resucitado. Ha resucitado verdaderamente el Señor, Resucitó, Cristo es nuestra esperanza, somos testigos de esa gloriosa Resurrección de nuestro Salvador”.
ABRIL 15 DE 2012
Pascua para ayer, para hoy y para siempre Celebración de Jesús Resucitado Por Ricardo Guerrero Romero
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l Vicario de Pastoral Manuel López Facundo en fraternidad presbiteral, concelebró la fiesta patronal de Jesús Resucitado en la colonia Juan Sarabia. Acompañado de los padres José de Jesús lópez y Rubén Omar. La eucaristía fue precedida por Don Luis Morales, obispo, quien invitó a la asamblea a perfumarse del Espíritu Santo, perfumarse de la resurrección de Cristo; él, señaló lo anterior debido a que, gracias al esfuerzo de nuestro Vicario de Pastoral, catequistas y familiares, 255 católicos complementaron su iniciación cristiana cerrando ésta etapa formativa con siete sellos celestiales: sabiduría, fortaleza, templanza, prudencia, consejo, ciencia y temor de Dios. Este es otro modo de alegrarnos de esta verdad cristiana, resucitada, que nos ofrece claridad en la fe.
¡Señor! Danos para las cosas inútiles miradas sin visión, y ojos llenos de claridad para todas tus Verdades. Kierkegaard
El Moisés de Miguel Ángel Por P. Efraín Moreno Aguirre
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l Moisés es una escultura de mármol, obra de Miguel Ángel Buonarroti (1513-1515), centrada en la figura bíblica de Moisés. Originariamente concebida para la tumba del papa Julio II en la Basílica de San Pedro, el Moisés y la tumba se colocaron finalmente en la iglesia menor de San Pietro in Vincoli, en la zona del Esquilino, tras la muerte del papa. La familia della Rovere, de la que el papa procedía, fueron los mecenas de esta iglesia, y el mismo papa había sido cardenal titular antes de su nombramiento como representante del Vaticano. La estatua se representa con cuernos en su cabeza. Se cree que esta característica procede de un error en la traducción por parte de San Jerónimo del capítulo del Éxodo 34,29-35. En este texto, Moisés se caracteriza por tener “un rostro del que emanaban rayos de luz”, lo que San Jerónimo en la Vulgata tradujo por “su rostro era cornudo”. Cuando Miguel Ángel esculpió el Moisés el error de traducción había sido advertido, y los artistas de la época había sustituido, en la representación de Moisés, los cuernos por dos rayos de luz. No obstante Miguel Ángel prefirió mantener la iconografía anterior.
UN GIGANTE JUAN PABLO II
E El líder de Israel, Moisés, se presenta sentado, con las Tablas de la Ley debajo del brazo, mientras que con la otra mano acaricia los rizos de su barba. La imaginación puede situar esta representación de Moisés en el pasaje de éxtasis tras recibir los Mandamientos en el Monte Sinaí, mientras que, en el valle al pie del monte, el pueblo de Israel se entrega una vez más a la idolatría. La relevancia de los detalles del cuerpo y de los pliegues de los ropajes, que provocan cierta tensión, se puede apreciar estudiando minuciosamente la escultura: la forma de los músculos, la hinchazón de las venas, las grandes piernas. Tal y como afirma un escritor, si este titán se levantara, el mundo se rompería en pedazos. Está tenso, viendo como su pueblo ha caído en la idolatría. Tiene cuatro elementos neoplatónicos, la tierra, representada en la pierna con los pliegues de la ropa a modo de cueva. El aire cuando respira, se percibe en las aletas de su nariz, que se expanden. El agua representada en sus barbas a modo de cascada. El fuego representado con esos “cuernos”. La sangre fluye de manera contenida, parece que está a apunto de estallar y empezar a gritar, frunce el ceño, todo esto se puede captar a través de su gesto y su mirada, podemos ver su pensamiento, es un trabajo psicológico muy estudiado. Miguel Ángel pensaba que el Moisés era su creación más realista. La leyenda cuenta que, al acabarlo, el artista golpeó la rodilla derecha de la estatua y le dijo “¿porque no me hablas?”, sintiendo que la única cosa que faltaba por extraer del mármol era la propia vida. En la rodilla se puede encontrar la marca de Miguel Ángel al golpear a su Moisés.
l 14 de marzo, el director de la Sala de Prensa del Vaticano, Padre Federico Lombardi, presentó la primera película 3D sobre el Beato Papa Juan Pablo II, basada en la ceremonia de beatificación celebrada el 1 de mayo de 2011. Es la primera vez que una gran ceremonia en la Plaza de San Pedro, el cine en 3D va trás esos miles y miles de personas, sobre todo jóvenes de todo el mundo quienes han llegado a Roma por Juan Pablo II y su beatificación… hay una gran participación, acompañada por música de Mozart a cargo de Bob Dylan. La película fue dirigida por Italo Moscati, tiene una duración de 22 minutos y fue desarrollada por la RAI en colaboración con el Centro Televisivo del Vaticano (CTV). La presentación tuvo lugar en la sede de Radio Televisión Italiana (RAI). Durante el evento, según informó Radio Vaticana, el Padre Lombardi señaló que el objetivo de CTV “no era solo el de estar presentes para la comunicación religiosa y vaticana en la frontera de las tecnologías más avanzadas, sino también el de reflexionar y experimentar estas tecnologías – como el 3D-, permiten expresarse, comunicarse, combinarse con el mensaje que queremos dar”. Por su parte, el director Moscati, explicó que debió innovar de manera especial para la película una nueva forma de hacer 3D, “tuve que buscar la dimensión es- piritual y religiosa del Papa a través de la evocación de su vida”. “Gigante” salió en onda en la televisión italiana la noche del 1 de abril, con el objetivo de coincidir con el séptimo aniversario de la muerte del Beato Juan Pablo, el 2 de abril.
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ABRIL 15 DE 2012
Eugène Ionesco L
os grandes maestros de la vida intelectual recomiendan rechazar la sed de libros: la lectura practicada como un vicio, dicen, más que estimular la creatividad, la apaga. «Leed poco –aconseja Jean Guitton en El trabajo intelectual-; es necesario leer inteligentemente, no apasionadamente. Hay que ir a los libros como una dueña de casa va al mercado una vez que ya ha dispuesto el menú del día». «No compres más libros que los que puedas leer», suplicaba a su vez Séneca a su amigo Lucilio en una de sus cartas. Por lo que a mí toca, reconozco tener en mi casa más libros de los que aconsejaría una sana meditación acerca de la brevedad de la vida. Pero si por un azar del destino un extraño demiurgo –como el que hablaba a Descartes en sus noches de insomnio- me ordenara deshacerme de ellos, le rogaría que me permitiera quedarme con diez; sólo con diez. Y tres de ellos serían, ciertamente, los diarios de Eugène Ionesco (1912-1994). ¿Por qué éstos precisamente? Por la sinceridad que destilan sus páginas, por las preguntas que el dramaturgo no dejó nunca de hacerse, por la inquietud que los originó. Dios, la muerte, el tiempo y la angustia: he aquí casi los únicos temas abordados en estos diarios que se podrían leer perfectamente en una capilla a la hora de la meditación. Es más, casi me atrevería a afirmar que si alguien se diera a la tarea de recoger los pensamientos que en ellos se habla de Dios y del amor divino, ése acabaría componiendo un libro no muy diferente del que podría haber escrito un santo: «No sé rezar, todavía no aprendí a rezar; ¡a mi edad! Qué pude hacer tanto tiempo... Pero no, no hay nadie allí, sólo el Cristo... Dios inaccesible. Pero, en Jesús, accesible. Es por eso que él, el Innombrable, se hizo Jesús, se puso un nombre: Jesús». «Trillados o no, todos los caminos pueden terminar por llevarnos a él. Y, sobre todo, me pregunto: ¿Lo amo verdaderamente? No lo sé. Sé sobre todo una cosa: Él me es indispensable. ¿Eso es amor?».
«Sólo un amor loco –escribe en el primer volumen de su Diario (Journal in miettes)-, sin objeto, puede resistir a la luz cegadora de la interrogación, y este amor loco se transforma, se acrecienta, se convierte en una euforia sin razón, parece abrazar el universo».
tanto que hemos nacido. Sólo la gracia puede dar el sentimiento o la certidumbre de que el mundo es verdadero, sustancial. Sólo la realidad metafísica puede dar la plenitud, un contenido a la realidad cotidiana que, de otra manera, me parece vacía, suspendida en la nada».
Una vez le preguntó un periodista: -Señor Ionesco, ¿cómo le gustaría morir? Respondió: -Resignado, sereno, confiado: con una loca esperanza. «Yo hubiera querido ser algo distinto, hubiera querido no hacer literatura… No me hubiera gustado ser oficial, como quería mi padre. Hubiera querido vivir una vida de santo. Hubiera debido vivir en un ambiente monacal, una vida religiosa. Cuando pienso en la edad que tengo, me digo que he perdido el tiempo», confesó a Guido Ferrari en el transcurso de una entrevista, poco antes de morir.
«Hemos olvidado lo que debía ser la contemplación –escribe en El hombre cuestionado, otra de sus obras más personales-. No sabemos ya ver, no sabemos ya detenernos en la agitación general y mirar, inmóviles por un instante, la agitación misma. No sabemos mirar los mismos barrotes de nuestra cárcel, ni la tierra, no tenemos el ocio necesario, y es sin embargo mirando en torno de nosotros, en nosotros, es sin embargo mirando así como podríamos ver aparecer algo. Es mirando con una atención intensa como podríamos encontrar de nuevo la frescura del asombro, un asombro de niño que volvería al mundo tan joven, tan virgen como el primer día de la creación. Habrá que aprender de nuevo la admiración».
«-¿Qué lees? –le preguntó Fernando Arrabal en el hospital parisino en el que pocos días más tarde agonizaría. »-Acabo de terminar El misterio de la fe de Jean Guitton –respondió Ionesco. »-Un agnóstico como tú ya sólo lee libros religiosos. »-¡No tan agnóstico!» –intervino enérgica Rodica, su mujer, que de las inquietudes del corazón del esposo seguramente algo sabía.
Pocos hombres atisbaron como Ionesco –entre tanta turbulencia interior- lo que podría llamarse «la locura del amor divino».
Y más adelante, en el mismo libro: «Desde siempre, espero la gracia. Qué larga paciencia. O qué corta, más bien, porque no hace
Hay cientos de frases como las apenas citadas que el llamado padre del teatro del absurdo dejó escritas para siempre en las páginas de esos libros inolvidables. Termino con otra de ellas:
«No deberíamos tener más que un solo pensamiento, una sola meta: la felicidad del prójimo; deberíamos tirarnos los unos a los pies de los otros».
Pasar haciendo el bien
Es indispensable que las leyes sean pocas y claras, sin embargo las han multiplicado, oscurecido y embrollado Por Mtro. José Ricardo García López
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odas las sociedades de la tierra necesitan regirse por normas para que haya paz y concordia en las relaciones de los hombres que forman dicha sociedad, pero cuando son numerosas esas leyes es muy difícil conocerlas y más aún aplicarlas. Esto sale a colación porque en la actualidad encontramos leyes de todo tipo, de todos sabores y colores, encontramos leyes para los hombres y leyes para las mujeres, leyes para los jóvenes y leyes para los viejos, leyes para los niños y leyes para las niñas, leyes para las etnias y leyes para la sociedad mestiza. Al paso que vamos en unos días más tendremos leyes para los de piel blanca y leyes para los de piel morena, leyes para los altos y leyes para los chaparros, leyes para los de ojos grandes y leyes para los de ojos pequeños, leyes para los que tienen pelo y leyes para los que no lo tienen. Da la impresión de que los señores diputados las confeccionan para justificar su paso por el Congreso y su nada modesto sueldo. Tal vez más que leyes se necesite una buena educación y retomar los valores que hemos ido dejando de lado. Como prueba de lo que aquí digo pondré dos ejemplos de la mala educación que en la actualidad algunos padres de familia dan a sus hijos: en una ocasión estaba yo en la fila de una de las cajas de la tienda del ISSSTE para pagar mi mercancía, delante de mi, estaba un matrimonio con su pequeño hijo de unos 6 años aproximadamente, la esposa estaba acomodando en bolsas la mercancía que estaba ya registrada por la cajera, cuando quedaban pocas mercancías en el carrito para poner en el mostrador de la caja, el papá que era quien conducía el carrito lo empujó para que saliera del límite de la caja, una vez fuera, el niño sustrajo de la parrilla de la parte baja del carrito una bolsa de 5 kilos de jabón que la cajera no alcanzó a ver y por lo tanto nunca registró, la señora tomó las bolsas de la mercancía y empujó con ellas al niño y así salieron a la calle con su bolsa de jabón mal habida. Otro ejemplo semejante es el de un niño que estaba con sus padres y su abuela en una estación de autobuses, la abuela, tal vez por la edad y el cansancio dormitaba en el asiento con su bolsa de mano por un lado, el pequeño silenciosamente y con todo cuidado, sustrajo de esa bolsa un billete y luego lo mostró a su padre quien le preguntó de dónde lo había obtenido, el niño señaló la bolsa de la abuela y el padre rió a carcajadas silenciosas para no despertar a la que dormía, el niño le dijo a su padre que compraría un juguete en una de las tiendas de la estación, lo que efectuó en el acto, pasados cinco minutos llegó el autobús que ellos esperaban, precipitadamente se levantaron de sus asientos, la abuela atolondrada por la modorres hizo lo propio y abandonaron la estación. Me pregunto, ¿esos niños, cuando sean mayores tomarán conciencia de que el robo es un delito, cuando ellos han aprendido de sus padres, en la práctica, que es algo que produce risa y satisfacción? Es muy posible que este tipo de casos se haya presentado ya en la época de Juan Luis Vives (1492-1540) y por eso le parecía absurda tanta ley, aquí tratamos de extractar su pensamiento a este respecto: Sabemos que ley, es una especie de regla a la que debemos adecuar nuestra manera de proceder y en general todas nuestras acciones, por esto mismo es aconsejable que las leyes sean claras, fáciles y pocas para que sepamos todos y cada uno cómo
hemos de conducirnos. De lo contrario si son rebuscadas las ignoraremos, y si además son un excesivo número de ellas no podemos retenerlas en la memoria. Pero a todos aquellos a quienes se les encargó de su creación e interpretación, para que no se diga que la creación e interpretación de las leyes es una cosa de muy poco trabajo e importancia, y que no cualquiera puede llevarla a cabo, procuran enturbiarlas para que no resulte fácil a todos penetrar su sentido y además para que sea indispensable acudir a ellos como si fueran un oráculo indiscutible e inevitable. ¿Por qué se empeñaron en enredar aquello que propuesto en palabras llanas, sería obvio a cualquier entendimiento? Así resultó que las cosas que eran fáciles y claras, con la interferencia de pedantescas interpretacioncillas, se volvieron turbias como el agua removida, en la que se echó barro o polvo, y lo que era recto, a puros golpes de glosas, escolios, comentarios, aclaraciones, explicaciones y complementos, llegó a ser todo torceduras y vericuetos. Es absolutamente indispensable que las leyes sean pocas, porque aunque sean muchas, no por eso el delito es inevitable, y es más fácil que se escape de las caídas aquél que camina entre redes y lazos, a que se enrede el que trata de interpretar un montón de leyes. Tantas llegan a ser las disposiciones sobre un mismo asunto que constituyen más bien una trampa, que una garantía de orden y concierto para la sociedad. Hasta aquí el pensamiento de Vives. Ojalá nuestros legisladores se persuadieran de que una multitud de leyes sobre un mismo asunto provoca más confusión en la sociedad a la que se pretende normar.
(Hech. 10, 38)
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Por Lic. Rafael Gómez
uienes recibimos la visita de nuestro querido Papa Benedicto XVI, con los ojos de la fe y con todo nuestro ser dispuesto para nutrirla, nos quedamos con la esencia de su mensaje cuyo destino es la paz y el amor de Dios. No buscamos primero entenderlo, sino buscamos primero creer para luego entenderlo. Por eso, hicimos de lado las especulaciones por las que se juzga, desde el exterior, el interior de las personas y no advertimos en su presencia intenciones distintas a las de solo proclamar el amor de Dios que, por Jesucristo hecho hombre, nos nutrió también con su presencia humana. El mensaje que recibimos fue a partir de una presencia solidaria que nos invita a todos al amor; amor que se convierte en diálogo; diálogo de hechos profundos entre unos y otros que toca la vida de los otros, pero solo para darles vida. Cuando los seres humanos nos encontramos a partir de una presencia solidaria y de un diálogo amoroso, somos también capaces de encontrar en la profesión que nos da el sustento, el punto de encuentro solidario. Todos estamos invitados a vivir y madurar los vínculos ricos y profundos del espíritu que descansa en el amor de Dios y que es el que anima las relaciones interpersonales. Hace falta llevar a nuestra dedicación diaria, y por la que llevamos el sustento a nuestra familia, el dinamismo de la naturaleza de Dios que nos hace a todos sus hijos y nos convierte a todos en hermanos. Hay ejemplos de vida, entre nosotros, de profesionistas que siembran el Evangelio, con frecuencia entre espinas, y que no nos pasan desapercibidos. Todos quedamos, por ejemplo, invitados a tocar y a ser tocados por la fecundidad de la vida del pediatra de mis nietos, el Dr. Raúl Ochoa Zavala, que enriquece la vida de muchos. Su dedicación es como el Samaritano que viene de lejos, que se inserta en la vida del otro, que lo levanta y, finalmente, se ocupa de su curación. Porque su vida es una entrega amorosa que sabe descubrir, en la carita de dolor de cada niño, el rostro del Cristo doliente y enfermo que sufre hasta por su indefensión. El doctor observa con toda paciencia al enfermito y cura las angustias de sus padres. Es así como él arroja la semilla que da, luego, frutos de eternidad. Otro ejemplo que toca la vida de muchos es la maestra de mi nieto de siete años, Mariana Gómez Gárate, que descubre, en cada cabecita, no solo un intelecto que debe alimentar de conocimientos, sino el ser de Cristo que opta por los pequeños que se hacen cargo de animar la sociedad; la maestra sabe que entre sus manos tiene almas que son el alma de la vida familiar y, a horas de la noche, mientras sacrifica su descanso, les envía correos con información útil para su bien y que son el testimonio de una vida que se desgasta no solo para la información de ellos sino por su formación; ella recuerda, las palabras de Jesús: “si quieres ganar la Vida, busca al que es el único Bien…(Mt. 19, 16-21)” y es que ella se concibe, no solo como una maestra de lo académico, sino “como una maestra de bien”. La visita y el mensaje de nuestro Papa a los laicos es “a hacer presente y fecundo el Evangelio en la sociedad de hoy, sin que nos sintamos tratados como quienes apenas contamos en la Iglesia, sino con la ilusión de trabajar en ella según la propia vocación y dedicación”. Nos invita “a seguir abriendo los tesoros del Evangelio, a mirar al Señor Jesús, sabiendo que ha resucitado, que se hizo hombre con los hombres, para que El sea más conocido y conducir hacia El a todos”. Nuestro querido Papa nos visitó en un tiempo de reflexión para orar junto a nosotros y junto al sepulcro, ya vacío, de Jesús y, en este encuentro y desde esta escena, mirar juntos al resucitado que, por cada uno de nosotros, primero pasó por la cruz, se desvivió por nosotros hasta que murió y resucitó para cambiar por vida nuestro destino: “desde el amedrentamiento y sometimiento a las fuerzas del mal en el que estábamos, a la exaltación de la gloria para que, en Jesús, todos proclamemos la gloria de Dios, que es la vida del hombre”.
Fe y política
Toros sí, bebés no Por Javier Algara
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n estos días se debate en la Asamblea Legislativa del Distrito Federal un proyecto de ley para prohibir las corridas de toros en la capital mexicana. Algunos diputados, respaldados por ciudadanos comprometidos con la defensa de los derechos de los animales, y enojados por el sufrimiento que se inflige a los toros durante las corridas, presentaron esa iniciativa que, según parece, tiene visos de ser aprobada por la mayoría legislativa. Los animales, dicen sus defensores, tienen derecho a llevar una vida digna, libre de sufrimientos innecesarios. Algunos aficionados a la “fiesta brava” alegan que muchas familias dependen de ella para su sostenimiento; su supresión dejaría a miles de personas sin trabajo. Es injustificable, reviran los diputados promotores de la ley, que esas familias deban depender económicamente de una actividad que viola los derechos de los animales. Que se busquen, dicen, una chamba respetuosa de los derechos ajenos. Otros abogados de la tauromaquia han argumentado que las corridas forman parte del acervo cultural mexicano y que consecuentemente constituyen un valor intangible que lejos de ser criminalizado debería ser fomentado y promovido. ¿Cómo es posible, responden airados los legisladores defensores de los animales, considerar como cultura algo que es intrínsecamente injusto frente a los derechos de terceros? Los toros tienen derechos inalienables que no pueden ser violados bajo un disfraz pseudo cultural. La injusticia nunca puede transformarse en cultura. Nada de lo que digan los amantes de las corridas parece haber hecho mella en la decisión de los legisladores en pro de los derechos de las bestias. La misma Asamblea Legislativa del Distrito Federal, en 2007, aprobó una ley que legaliza el aborto hasta la semana número doce del embarazo. Gracias a esa decisión legislativa de los diputados capitalinos, a partir de entonces, y hasta el año 2011, se habían registrado en el Distrito Federal unos 54,000 abortos. La razón que se adujo como justificante para aprobar el aborto fue que hasta la semana doce de gestación el ser que vive en el vientre materno no es un ser humano. Por lo tanto, ese ser, el feto, tampoco tiene derechos, porque los derechos son de las personas y en ese momento, para los promotores del aborto, el feto no es aún persona. Ni siquiera tiene, por lo mismo, el derecho de vivir. Los defensores del aborto, evidentemente, no se tomaron la molestia de explicar qué es el feto. Tampoco se molestaron en informarse científicamente de la realidad biológica maravillosa que acontece en el seno materno durante el embarazo y que no se explicaría si ese ser no fuera perfectamente humano. Si no es un ser humano, una persona, ¿qué es? Nunca lo explican los diputados. Pero por lo visto, para ellos, es algo inferior a un toro. Una res de lidia tiene más valor que un bebé en el vientre materno. ¿A dónde hemos llegado? ¿Es la nuestra una sociedad que acepta como válido y justo que los parlamentarios del D.F. vean como necesidad urgente e impostergable defender los derechos de una bestia para que no sufra en la plaza de toros mientras niega los derechos del la persona humana no nacida? Por lo visto sí. Para ellos, el asunto es hoy tan urgente como lo fue en su momento dar a los padres el derecho de matar a sus hijos, porque éstos no tienen ni siquiera el derecho del que gozan los toros bravos. Vamos, si eso no es ceguera moral ¿qué es? Entre los actuales candidatos a suceder este año a las actuales legislaturas estatales hay algunos que presentan los mismos síntomas alarmantes de infantilismo moral, que están dispuestos a seguir defendiendo los derechos de las bestias y negando los de los bebés no nacidos. Los católicos debemos poner atención, cuestionar seriamente, a los candidatos. No podemos votar por los candidatos que presenten esos signos de falta de juicio moral, aunque sean simpáticos y hablen bonito.
La vida es más fuerte que la muerte Tomado de la homilía de la Vigilia Pascual pronunciada por el Papa Benedicto XVI
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ascua es la fiesta de la nueva creación. Jesús ha resucitado y no morirá de nuevo. Ha descerrajado la puerta hacia una nueva vida que ya no conoce ni la enfermedad ni la muerte. Ha asumido al hombre en Dios mismo. «Ni la carne ni la sangre pueden heredar el reino de Dios», dice Pablo en la Primera Carta a los Corintios (15,50). El escritor eclesiástico Tertuliano, en el siglo III, tuvo la audacia de escribir refiriéndose a la resurrección de Cristo y a nuestra resurrección: «Carne y sangre, tengan confianza, gracias a Cristo han adquirido un lugar en el cielo y en el reino de Dios» (CCL II, 994). Se ha abierto una nueva dimensión para el hombre. La creación se ha hecho más grande y más espaciosa. La Pascua es el día de una nueva creación, pero precisamente por ello la Iglesia comienza la liturgia con la antigua creación, para que aprendamos a comprender la nueva. Así, en la Vigilia de Pascua, al principio de la Liturgia de la Palabra, se lee el relato de la creación del mundo. En el contexto de la liturgia de este día, hay dos aspectos particularmente importantes. En primer lugar, que se presenta a la creación como una totalidad, de la cual forma parte la dimensión del tiempo. Los siete días son una imagen de un conjunto que se desarrolla en el tiempo. Están ordenados con vistas al séptimo día, el día de la libertad de todas las criaturas para con Dios y de las unas para con las otras. Por tanto, la creación está orientada a la comunión entre Dios y la criatura; existe para que haya un espacio de respuesta a la gran gloria de Dios, un encuentro de amor y libertad. En segundo lugar, que en la Vigilia Pascual, la Iglesia comienza escuchando ante todo la primera frase de la historia de la creación: «Dijo Dios: “Que exista la luz”» (Gn 1,3). Como una señal, el relato de la creación inicia con la creación de la luz. El sol y la luna son creados sólo en el cuarto día. La narración de la creación los llama fuentes de luz, que Dios ha puesto en el firmamento del cielo. Con ello, los priva premeditadamente del carácter divino, que las grandes religiones les habían atribuido. No, ellos no son dioses en modo alguno. Son cuerpos luminosos, creados por el Dios único. Pero están precedidos por la luz, por la cual la gloria de Dios se refleja en la naturaleza de las criaturas. ¿Qué quiere decir con esto el relato de la creación? La luz hace posible la vida. Hace posible el encuentro. Hace posible la comunicación. Hace posible el conocimiento, el acceso a la realidad, a la verdad. Y, haciendo posible el conocimiento, hace posible la libertad y el progreso. El mal se esconde. Por tanto, la luz es también una expresión del bien, que es luminosidad y
crea luminosidad. Es el día en el que podemos actuar. El que Dios haya creado la luz significa: Dios creó el mundo como un espacio de conocimiento y de verdad, espacio para el encuentro y la libertad, espacio del bien y del amor. La materia prima del mundo es buena, el ser es bueno en sí mismo. Y el mal no proviene del ser, que es creado por Dios, sino que existe en virtud de la negación. Es el «no». En Pascua, en la mañana del primer día de la semana, Dios vuelve a decir: «Que exista la luz». Antes había venido la noche del Monte de los Olivos, el eclipse solar de la pasión y muerte de Jesús, la noche del sepulcro. Pero ahora vuelve a ser el primer día, comienza la creación totalmente nueva. «Que exista la luz», dice Dios, «y existió la luz». Jesús resucita del sepulcro. La vida es más fuerte que la muerte. El bien es más fuerte que el mal. El amor es más fuerte que el odio. La verdad es más fuerte que la mentira. La oscuridad de los días pasados se disipa cuando Jesús resurge de la tumba y se hace él mismo luz pura de Dios. Pero esto no se refiere solamente a él, ni se refiere únicamente a la oscuridad de aquellos días. Con la resurrección de Jesús, la luz misma vuelve a ser creada. Él nos lleva a todos tras él a la vida nueva de la resurrección, y vence toda forma de oscuridad. Él es el nuevo día de Dios, que vale para todos nosotros. Queridos amigos, quisiera por último añadir todavía una anotación sobre la luz y la iluminación. En la Vigilia Pascual, la noche de la nueva creación, la Iglesia presenta el misterio de la luz con un símbolo del todo particular y muy humilde: el cirio pascual. Esta es una luz que vive en virtud del sacrificio. La luz de la vela ilumina consumiéndose a sí misma. Da luz dándose a sí misma. Así, representa de manera maravillosa el misterio pascual de Cristo que se entrega a sí mismo, y de este modo da mucha luz. Otro aspecto sobre el cual podemos reflexionar es que la luz de la vela es fuego. El fuego es una fuerza que forja el mundo, un poder que transforma. Y el fuego da calor. También en esto se hace nuevamente visible el misterio de Cristo. Cristo, la luz, es fuego, es llama que destruye el mal, transformando así al mundo y a nosotros mismos. Como reza una palabra de Jesús que nos ha llegado a través de Orígenes, «quien está cerca de mí, está cerca del fuego». Y este fuego es al mismo tiempo calor, no una luz fría, sino una luz en la que salen a nuestro encuentro el calor y la bondad de Dios. Roguemos al Señor en esta hora que nos haga experimentar la alegría de su luz, y pidámosle que nosotros mismos seamos portadores de su luz, con el fin de que, a través de la Iglesia, el esplendor del rostro de Cristo entre en el mundo (cf. Lumen gentium, 1). Amén.
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Jesús, unión del hombre con Dios Por Pbro. Margarito de la Torre
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uando escuchamos o leemos sobre Jesús de Nazaret, es obvio que pensamos en Jesucristo. Pero, ¿por qué Jesús de Nazaret y no más bien Jesús de Belén? Aquí fue donde nació Jesús. Hablamos de Jesús de Nazaret porque fue allí donde él creció. Quiero pensar en Jesús, el nazareno. Pienso en Jesús recién llegado con sus padres, procedentes de Egipto; seguramente nadie se explicaba la ausencia misteriosa de María y José; en aquellas circunstancias debieron ser el centro de atención de todo el pueblo y de manera especial el niño Jesús; para san Joaquín y santa Ana, en cambio, debió haber sido motivo de gozo, esperanza y expectación; de alegría para los amigos y familiares de María y José. Seguramente muy pronto Jesús comenzó a conocer a otros niños, a jugar con ellos, y pronto tendría sus amigos. Un Niño ordinario, totalmente ordinario; nadie, o mejor dicho, casi nadie notaba algo diferente en él. ¿Hubo algún momento en el que sus padres le dijeron que él era el Hijo de Dios y no de san José? ¿Lo descubrió él mismo, sin que nadie se lo dijera? Surgen muchas preguntas difíciles de responder, y que son parte del misterio de Dios; podemos conocer a Dios, pero no todo lo de Dios. Hay otras cosas, en cambio, que aunque ya conocemos, necesitamos meditar. Jesús es el Hijo de Dios y de María Santísima. Jesús es la Palabra del Padre que se hace hombre para manifestarnos a Dios, para nuestra salvación. Jesús es el centro de las miradas humanas y divina, la unión del hombre y Dios. En Jesús el hombre se encuentra consigo y con Dios; él esclarece el sentido de nuestra vida; en él se descubre el velo que nos impedía ver y contemplar a Dios. Esto forma parte del misterio de la Encarnación del Verbo; misterio, no en el sentido de incognoscible, sino inabarcable, pero en el que nos podemos adentrar, de manera semejante a lo que sucede con los marineros o con los buzos cuando se adentran en las profundidades, en la inmensidad del océano Dios, inaccesible en sí mismo, se hace accesible en Jesucristo. Pero, ¿cómo conocer a Jesús? San Pablo dedicó su vida para dar a conocer a Jesucristo a quienes no tenían la mínima noticia de él ni de la revelación, que se había dado ya a conocer al pueblo judío. Cuando se despide de los presbíteros de Éfeso, sabiendo que no estará más con ellos les dice: “Ahora los encomiendo a Dios y a la Palabra de su gracia” (Hch 20,32). Enzo Bianchi, Superior de la comunidad ecuménica de Bosé, en el norte de Italia, al dirigirse a Obispos, Presbíteros y Laicos, hace una hermosa reflexión sobre esta cita bíblica. Dice, entre otras cosas, que san Pablo no encomienda la Palabra a los Presbíteros, como Ministros que son, sino los Ministros a la Palabra. Y es que antes de que ellos puedan llevar la Palabra, necesitan ser impulsados por Ella, antes de formar con la Palabra, deben dejarse formar, más aún, transformar por la Palabra. Por la transformación que la Palabra provoca en el creyente, no solo se da el conocimiento de Jesús y de sí mismo, sino que el mismo Jesús se va haciendo, se va manifestando en la vida de la persona. Necesitamos, consecuentemente, ser asiduos en la lectura y meditación de la Palabra, dejar que el mismo Dios nos abra los oídos (cf. Is 50,4), orar con la Palabra, contemplar con la Palabra. Jesús crecía en estatura, en el conocimiento de Dios y en sabiduría. Si él, siendo Hijo de Dios, en cuanto hombre aprendió, fue progresando, ¿por qué nosotros no? Es decir, no nos desesperemos queriendo dar saltos, debemos caminar, paso a paso, pero sin desfallecer, siendo perseverantes, debemos progresar. Jesús, para muchos de su tiempo, y para muchos hombres de hoy, sólo fue o es un hombre; no supieron y no saben descubrir a Dios en la humanidad de Jesús. Y no lo reconocieron quienes creían saber; sí, los sencillos, los pobres de espíritu. Que en el diario acontecer de la vida sepamos descubrir la presencia de Jesús en lo ordinario de la vida, en nuestros hermanos, en sus palabras y sobre todo en los sacramentos. Que Jesús se manifieste en tu vida y reine en tu corazón.
Meditaciones sobre la resurrección
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as obras del Señor son impresionantes. Él se encarga de hacerlas y las obras por sí mismas se muestran inmensas. Algunas veces, o en algunas de estas obras, hasta los ángeles las anuncian. Pensemos, por ejemplo, en el nacimiento de Sansón, el de Juan, y el del mismo Jesús: fueron anunciadas por ángeles. La noche en que Jesús nació, los ángeles fueron hasta los pastores para comunicarles el feliz nacimiento del Hijo de Dios en Belén; cuando fue bautizado Jesús desciende el Espíritu Santo en forma de paloma y la voz del Padre se escucha magnifica: “este es mi hijo muy amado, en el que tengo mis complacencias”; en la Transfiguración, el Padre se deja escuchar otra vez con casi idénticas palabras: “este es mi hijo muy amado, escúchenlo”; los magos del lejano oriente viajan siguiendo una estrella maravillosa que los guía hasta Belén y vieron al pequeño Dios recién nacido entre los hombres; más atrás, recordemos los prodigios del Señor en Egipto, cuando decidió liberar al pueblo hebreo de la esclavitud, lo hizo con mano poderosa, con brazo extendido, como lo anuncian los salmos, sobre todo el portento extraordinario de abrir el mar rojo en dos partes para que su pueblo pasara a la libertad. Recordemos la creación del universo, que a la voz poderosa del Señor surge impresionante. Tantas obras hechas con maestría, sabiduría y belleza. Y, me pregunto, ¿por qué la resurrección es tan silenciosa? ¿Por qué no se nota como otras obras, siendo ésta la más grandiosa de todas sus obras? Recordemos el acontecimiento: llega María Magdalena al sepulcro y lo encuentra vacío; nadie vio la resurrección, como tampoco nadie vio el nacimiento del Hijo de Dios, los magos lo encuentran en pañales, lo mismo que los pastores; a Jesús también lo ven resucitado los apóstoles, lo mismo María Magdalena, pero ¿quién lo vio nacer, quién lo vio resucitar? Por lo menos el nacimiento del Salvador queda en el silencio después de ser contemplado el pequeño Dios por los pastores. Pero ¡la resurrección es tan silenciosa en sí misma! ¿Por qué no la anunciaron los ángeles, cantando: “Gloria a Dios en la alturas?”. Es cierto que Jesús había anunciado la resurrección unas cuantas veces a sus discípulos, pero, y ¿por qué tanto silencio y misterio? Jesús les había dicho a sus apóstoles que no dijeran nada de lo que habían visto y oído en la Transfiguración, hasta que él hubiera resucitado de entre los muertos; pero aun con esto la resurrección sigue siendo algo silencioso. Jesús resucitó. Él se levantó en la madrugada del domingo. Tal vez fue como despertar de un largo sueño. Tal vez estiró los brazos y lanzó un “gracias
Padre” tal vez en ese momento recordó el mediodía del viernes anterior cuando gritó desde la cruz: “Padre mío, ¿por qué me has abandonado?” y enseguida: “Gracias, Padre, porque así te ha parecido bien”. Tal vez mientras charlaba con el Padre él doblaba las vestiduras que cubrieron su cuerpo en ese prestado sepulcro y deseaba ver a los suyos, a sus apóstoles, a sus discípulos, a aquellos que el Padre le había dado y eran suyos, más que suyos, porque estaban ahora asegurados para la edificación de la Iglesia y para la vida eterna. Esa noche iría a verlos, a mostrarles sus llagas y a decirles que todo está consumado, que queda solamente una tarea: anunciar la victoria.
Considero que esto se debe a que la resurrección tiene que ver con la obra más grande del Creador del universo: la vida eterna prometida a los que llegan a creer en Jesucristo. Y esto no se anunciará con ángeles, sino con lenguas humanas, con personas que fueron testigos de las palabras y las obras de Jesucristo. La resurrección es la hora del evangelio. En el pasado, Jesús les había dicho a muchos discípulos, después de haber realizado algún milagro: “no se lo cuenten a nadie”, “aún no ha llegado mi hora”, pero, después de la resurrección, las cosas cambiaron: ahora es preciso anunciarlo a toda creatura, es preciso decir al mundo entero que Jesús ha resucitado. Es la hora de la Iglesia. La resurrección es silenciosa porque se anunciará con gran estrépito a partir de ya. Los silencios terminaron, ahora ya no está contraindicado decir todo lo que los ojos vieron y los oídos escucharon, ahora el mundo calla para escuchar la Verdad que los discípulos declaran con la lengua, con las obras y con la sangre. Ahora no hay más silencio, solo evangelio. Nuestra Iglesia potosina vive un momento misionero; es hora de predicar abiertamente que Jesús está vivo; es hora de llenar al mundo entero de la alegría de la salvación que nos trae consigo Jesucristo resucitado. La misión no es otra cosa que decir a los demás, con palabras y con obras que estamos felices. La misión es romper el silencio, cualquier silencio. Y gritar que el Amor ha vuelto.
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Palabra de Dios
“La paz esté con ustedes” Evangelio según San Juan 20, 19-31 Al anochecer del día de la resurrección, estando cerradas las puertas de la casa donde se hallaban los discípulos, por miedo a los judíos, se presentó Jesús en medio de ellos y les dijo: “La paz esté con ustedes”. Dicho esto, les mostró las manos y el costado. Cuando los discípulos vieron al Señor, se llenaron de alegría. De nuevo les dijo Jesús: “La paz esté con ustedes. Como el Padre me ha enviado, así también los envío yo”. Después de decir esto, sopló sobre ellos y les dijo: “Reciban el Espíritu Santo. A los que les perdonen los pecados, les quedarán perdonados; y a los que no se los perdonen, les quedarán sin perdonar”.
La barca del consumismo Carlos Alberto Pérez Arellano, Teología II Escribe tus comentarios a: ecos_seminarioslp@hotmail.com Sé nuestro amigo en facebook: Seminario Guadalupano Josefino
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odo tiene su momento, y cada cosa su tiempo bajo el cielo: su tiempo de nacer, y su tiempo de morir; su tiempo de plantar, y su tiempo de arrancar lo plantado (Qo 3, 1-2). Trascurridos los siglos podríamos agregar un nuevo para los ya célebres: hay un tiempo de consumir y un tiempo de producir lo que se consume, un tiempo de usar las mercancías y otro de crearlas. Sin lugar a dudas, puedo decir que existe un término con el cual dé nombre al tiempo que vivimos y me refiero a “la era del consumo”. Pero surge aquí una cuestión ¿Qué tan consciente soy de este fenómeno, por el que atraviesa nuestra época? Algunas personas se echarían las manos a la cabeza ante una situación donde se viesen envueltos en tal caso y buscarían aconsejar a su prójimo en la abstención y el abandono de la sociedad consumista. Leo Huberman nos explica haciendo alusión a la Edad Media, en la cual poco se usaba el dinero para las compras cotidianas, pues casi no se compraba nada. Tal vez algo de sal o hierro. Las demás cosas, casi todos los alimentos y ropas que eran necesarios para el pueblo, provenían del mismo feudo. En la antigua sociedad feudal, el dinero tenía muy poco lugar en la vida económica. Se trataba de una economía de consumo, en la cual cada villa o aldea se autoabastecía casi totalmente. Si alguien le pregunta, cuánto le ha costado su camisa nueva, “seguramente, usted respondería, me costó tanto…”, pues sólo habrá una posibilidad entre cien de que su respuesta no sea en términos de pesos y centavos. No obstante, esa misma pregunta, hecha en el primer período de la Edad Media, muy probablemente sólo obtendría esta respuesta: “La he hecho yo mismo”. Porque el siervo y su familia producían sus propios víveres, y elaboraban con sus manos todos los muebles y utensilios que necesitaban. Ahora bien, cursamos un tiempo de innumerables avances, y que invitan al hombre a deleitarse de sus beneficios, dígase en el área de la medicina o la educación, por desgracia, no todos tienen acceso a ellos en toda su riqueza.
Más aún, existen otros de los cuales grandes masas participan de ellos, es decir, se ven necesitados, sin importar que no se requiera netamente de ellos. De ellos se han ocupado con verdadera pasión los especialistas en “marketing”, que intentan adentrarse hasta los últimos repliegues del comportamiento de los consumidores, los psicólogos que sondean las motivaciones, los sociólogos, atentos a los estilos de vida, los economistas preocupados por el lugar de consumo en la producción de riqueza, que lleva de trasfondo el capitalismo, -el cual explicaré de esta manera-, cuando el pastor vendía la lana de sus ovejas por dinero, a fin de comprar pan para comer, no usaba éste a modo de capital. Sin embargo, cuando el comerciante compraba la lana, con la esperanza de volver a venderla a un precio más elevado, utilizaba su dinero como capital. Por lo tanto, cuando el dinero se destina a una transacción que rinde una utilidad, se transforma en capital. Es la diferencia que existe entre el vender para poder comprar y consumir (pre-capitalista) y comprar para vender y obtener una ganancia (capitalismo). Con ello caemos en la cuenta de la barca en que navegamos, de aquí que el hombre del siglo XXI debe proponer algo apasionante, es decir, que los ciudadanos sean los protagonistas de sus propias vidas, y no esclavos de voluntades ajenas, en todo aquello que les afecta, también en su consumo. Porque, en esto del consumo, una cosa es ser soberano, como pretenden optimistas corrientes neoliberales, otra ser vasallo de productos que ejercen una férrea dictadura, como denunciaban sectores contrarios, y otra muy diferente ser ciudadana y ciudadano, artífice de la propia vida junto con los que son iguales en dignidad. Así concluiría diciendo que debemos “consumir”, pero valores que permitan el reconocimiento del otro como persona, de conocer la verdad y de aceptarla, con la finalidad de poder vivir en unión común, en donde resalte y florezca la dignidad de la persona humana. Ya lo dijo Sócrates, “Qué feliz sería el campesino, si supiera que es feliz”.
Tomás, uno de los Doce, a quien llamaban el Gemelo, no estaba con ellos cuando vino Jesús, y los otros discípulos le decían: “Hemos visto al Señor”. Pero él les contestó: “Si no veo en sus manos la señal de los clavos y si no meto mi dedo en los agujeros de los clavos y no meto mi mano en su costado, no creeré”. Ocho días después, estaban reunidos los discípulos a puerta cerrada y Tomás estaba con ellos. Jesús se presentó de nuevo en medio de ellos y les dijo: “La paz esté con ustedes”. Luego le dijo a Tomás: “Aquí están mis manos; acerca tu dedo. Trae acá tu mano, métela en mi costado y no sigas dudando, sino cree”. Tomás le respondió: “¡Señor mío y Dios mío!” Jesús añadió: “Tú crees porque me has visto; dichosos los que creen sin haber visto”. Otros muchos signos hizo Jesús en presencia de sus discípulos, pero no están escritos en este libro. Se escribieron éstos para que ustedes crean que Jesús es el Mesías, el Hijo de Dios, y para que, creyendo, tengan vida en su nombre. Palabra del Señor Gloria a ti Señor Jesús
Domingo de la Divina Misericordia La invocación “Verdaderamente ha resucitado el Señor, Aleluya” ilumina la Octava de Pascua y da un sentido profundo a la cincuentena pascual. La solemnidad de la pascua proclama la noticia que nos llena de júbilo y de gozo. Cristo Vive y ha resucitado. En efecto, La Resurrección es la verdad fundamental de la fe y da plenitud a la misión de Jesús de restaurar el reino de Dios que es vida, gracia, salvación. La Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos, por indicación del Beato Juan Pablo II, estableció el 23 de mayo del 2000, la fiesta de la Divina Misericordia para el segundo domingo de Pascua. La Fiesta de la Divina Misericordia tiene como fin principal manifestar que Dios es misericordioso y nos ama a todos. El mensaje de este domingo consiste en descubrir el poder transformante de la fe pascual en Cristo resucitado. Es siempre actual la necesidad de formar discípulos y misioneros que tengan una fe firme e inquebrantable para superar la incredulidad y las adversidades de la vida. Los creyentes se encuentran de frente a un mundo complejo en el que la verdad está en crisis y parece que nos envuelve una cultura secularista del miedo y de la duda El episodio de Tomás, es significativo. Es uno de los discípulos, pero no estaba allí cuando apareció el Señor. No creía al testimonio de los condiscípulos. “Quería ver”, “Quería tocar”, quería tener pruebas evidentes de que efectivamente era Cristo. Pero luego escuchará “No seas incrédulo, sino creyente”. De este modo, Tomás tiene la gracia de pasar de la duda a la fe pascual La fe es abandono en un Dios que pide sólo confianza absoluta La pascua es una experiencia, un encuentro con Cristo resucitado que nos revela una estilo nuevo de vivir que se distingue por: 1.- .El don de la paz. El fruto de ese encuentro con Cristo es la paz que comprende la gran reconciliación que abarca al mundo entero, que sólo ha sido posible por sus padecimientos y su muerte. 2.- El don del Espíritu. El regalo pascual de Cristo es el Espíritu Santo. Jesús les comunica el Espíritu Santo, para suscitar y reafirmar en ellos la fe en su resurrección y promete guiar a sus discípulos y a la Iglesia por el don del Espíritu Santo: 3.- El don de la alegría. Solo cuando Jesús ocupa el centro de nuestra vida se convierte en fuente de vida, de alegría y de felicidad. Cuando falta Cristo es carecer de todo. Vivir con Jesús es fuente de alegría pascual. Por P. Pedro S.S.
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“Fijando la mirada en el hermano”
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on esta invitación de ver por el prójimo que acompañó la difusión de nuestra Campaña de la Caridad 2012, compartimos con ustedes la pena de una familia que acudió a Cáritas Diocesana para solicitar nuestra ayuda y por supuesto de la de ustedes lectores de La Red, quienes han hecho posible que otros casos que aquí les hemos presentado, reciban parte del apoyo que requieren, haciendo patente a los que ponen su confianza en nosotros, que Dios nunca los deja solos en necesidades tan apremiantes. Janeth Jaqueline Salazar Meza de nueve años de edad, quien vive en San Luis Potosí, padece de Insuficiencia Renal Crónica, con las correspondientes complicaciones. Ella recibe diálisis todos los días cada 4 horas. El problema mayor consiste en que para poder realizarle éstas, se requieren las bolsas para diálisis peritoneal que tienen un costo de alrededor de $ 200.00 pesos cada una; asimismo el medicamento Eritropoyetina de $ 4,500.00 y que se aplica a esta chiquita 2 días a la semana. Expresa el papá de Janeth que frecuentemente por falta de recursos no les es posible adquirirlo, siendo la consecuencia el que ella empeore en su delicada situación de salud. A esto hay que sumarle también que para el trasplante de riñón -que es el procedimiento que seguiría- se necesitan aproximadamente 27 estudios tanto para el posible donante como para el receptor (Janeth), lo cual se traduce a costos considerablemente altos y fuera de la posibilidad para la familia de cubrir, dado que los papás no cuentan con un trabajo fijo, así como tampoco con el apoyo económico de nadie. En lo que al Seguro Popular se refiere, cabe señalar que no cubre las diálisis, el medicamento, ni procedimientos de trasplantes. Es por ello que acudimos a ustedes estimados amigos para que pudiéramos colaborar de alguna manera con esta familia que realmente se encuentra en una necesidad enorme de solidaridad. “Mi ayuda impulsa acciones para la construcción de una sociedad más justa y fraterna” Más información: Lic. Guadalupe Díaz Trabajo Social Tels. 812 23 51 / 812 76 15
ABRIL 15 DE 2012
“Nunca dejaré de amar a mi grey católica potosina” ¡Misión cumplida!: Mons. Morales Reyes Por LCC Angélica Maldonado Morales
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onseñor Luis Morales Reyes Arzobispo Emérito de San Luis Potosí y nombrado Administrador Apostólico, quien al momento de dar la noticia del nuevo Arzobispo, estuvo acompañado del Canciller y Secretario del Arzobispado, Presbítero, Licenciado Darío Martín Torres Sánchez dijo: “Me da gran contento el saber que un obispo potosino, que conoce perfectamente la Arquidiócesis y sepa cómo pastorearla, se convierta en mi sucesor. Yo me voy contento y sé que dejo la Diócesis en buenas manos”. Mons. Morales Reyes, quien cumple el 4 de mayo del 2012 y durante los cuales le ha tocado entregar 3 Diócesis, Tacámbaro, Torreón y ahora San Luis, afirmó: “En estos momentos tengo sentimientos de profunda gratitud por todo lo que recibí, siento satisfacción y firme esperanza, pues estoy seguro de que esta Arquidiócesis seguirá adelante siendo dinámica, viva, trabajadora, misionera, fraterna y solidaria”. “Tengo sentimientos muy profundos de agradecimiento con Dios, sobre todo, por permitirme vivir incontables logros alcanzados para la grey católica potosina durante 13 años de servicio episcopal, y casi 36 de obispo y por las innumerables satisfacciones que tuve al servirle, sobre todo en mis Visitas Pastorales que hice por doble ocasión a todas las Parroquias de la Arquidiócesis, pues siempre amé y nunca dejaré de amar a la grey a la que he servido después de monseñor Arturo Antonio Szymanski Ramírez”. “Es regocijante el que un potosino venga a servir a su tierra, como fue el caso de obispo Ezequiel Perea Sánchez, sin embargo no puedo negar que hay cierto dolor en mi alma porque sin duda extrañaré mi trabajo que tanto amé y ejercí conviviendo con los fieles laicos, sacerdotes, seminaristas y religiosas, a quienes seguiré sirviendo con mucho gusto, pero ya como arzobispo emérito”. “Pido humildemente perdón a todos en general si algún día les fallé, ya sea con pecados de obra, palabra u omisión o con alguna actitud no grata, y dejo abundantes bendiciones para todos aquellos que me brindaron un apoyo incondicional, pues sólo me llevo gratos recuerdos de respeto, amabilidad y servicio que me concedieron con muy buena disposición para ejercer mis labores episcopales, agradeciendo al gran equipo de sacerdotes que me apoyó siempre, dado que fue solícito, eficaz, eficiente y mostrando en todo momento absoluta diligencia en sus responsabilidades”. “De manera especial agradezco a los medios de comunicación que me siguieron fielmente las huellas en mi caminar pastoral, porque ustedes evangelizaron conmigo; gracias a ustedes se propagó la Palabra de Dios porque se convirtie-
Mons. Luis Morales Reyes, arzobispo emérito de San Luis Potosí y administrador apostólico, pidió perdón, dio gracias y dijo que seguirá amando y sirviendo a su querida Arquidiócesis con su nuevo nombramiento.
ron en mis portavoces; reconozco que el trabajo evangelizador no fue solo mío, sino también de todos los medios, espero me sigan viendo como amigo”. “Ahora será el turno de mi sucesor para retomar el Nuevo Plan Diocesano de Pastoral que tendrá vigencia hasta el 2015, para que la Iglesia siga su proceso de trabajo en la misión permanente, pero él decidirá de qué forma continuará trabajando en los planes salvíficos de Dios en las 113 parroquias que le dejo”. “Me voy, pero no me voy, seguiré sirviendo a Dios y al pueblo como arzobispo emérito, como forma de agradecimiento por todo el amor y apoyo que recibí desde mi llegada a tierra potosina. Yo no puedo autoevaluarme ni autocalificarme porque sería pretencioso, lo único que puedo decir humildemente es que recibí un San Luis fervoroso y amoroso y así se lo dejo a mi sucesor, pues los potosinos siempre quisieron a su pastor demostrándomelo con hechos tanto en las Visitas Pastorales como fuera de ellas ”.
ABRIL 15 DE 2012
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Jesús nos dice hoy “LA PAZ ESTÉ CON USTEDES” “Jesús, dales tu PAZ” A cada familia perseguida por defender tu Evangelio, A cada sacerdote, diácono, misionero condenado por llevar tu PALABRA y anunciarte, A cada niño que se ve obligado a emigrar. Oración de la Paz Señor, hazme un instrumento de tu paz; donde haya odio, ponga amor; donde hay ofensa, perdón; donde hay duda, fe; donde hay desesperanza, esperanza; donde hay tinieblas, luz; donde hay tristeza, alegría. Oh Divino Maestro, que no busque yo tanto. Ser consolado como consolar. Ser comprendido como comprender. Ser amado como amar. Porque dando se recibe. Perdonando se es perdonado. Y muriendo a sí mismo se nace a la vida eterna. an Francisco de Asís
Bienvenido Monseñor
Carlos Cabrero Romero Toma de posesión 16 de mayo, 11:00 horas en el Auditorio Miguel Barragán ¿Le duelen mucho las rodillas?
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