Don Luis y sus visitas pastorales
Aprovechando este espacio que me brinda esta columna, dedicada a historias de hombres y mujeres de fe, que con su vida han dado testimonio de su seguimiento de Cristo, quiero dedicarlo en esta ocasión, a un personaje que estuvo al frente de nuestra arquidiócesis durante trece años. Del hombre que llegó con muchas inquietudes y que cautivó a muchos fieles, no solamente con su forma tan ardua de trabajar sino también, por su sencillez. Me refiero a Don Luis Morales Reyes, quien fuera el segundo Arzobispo de Nuestra Iglesia Potosina. Tuve la oportunidad de acompañarlo en sus dos visitas pastorales, y en cada una de ellas estuvo caracterizada por su acercamiento, tanto a los presbíteros como a todas las personas comprometidas con la Iglesia y un poco de ello quisiera compartir. Don Luis recorrió toda la Iglesia Potosina intensamente, no solo llegaba a las cabeceras parroquiales, sino también, a todas las comunidades que eran parte de una parroquia foránea o las colonias de una parroquia urbana. No solo estaba con los grupos o movimientos cercanos a las parroquias, sino también, de aquellos que trabajan desde otra perspectiva, recuerdo grupos como: los mineros de Salitrera, empresarios de Rioverde, Ejidatarios del Granjenal, campesinos de la Sierra de Bagres, estudiantes del Barrio de Tlaxcala, Profesores de Villa Juárez, el Sector Salud de Tierranueva, Visitó cárceles de Rioverde y Cerritos, el Tutelar para menores, presidentes municipales, recuerdo a unos enfermos que vivían en chozas del Corte Primero, con chavos banda de la San Luis Rey etc. Se transportó en su vehículo personal, en vehículos de sacerdotes; hasta en calandria, solki, una carreta jalada por bueyes, a caballo, tractores, carros descubiertos, o como aquella aventura en los Hernández en donde se trasladó en una gigante trilladora. Entre esos encuentros, recuerdo aquella ocasión de un templo abarrotado de niños en Cd. Fernández, de jóvenes en La Mantequilla, de familias en San Ciro, de asambleístas en Salinas, de adoradores en Arriaga, de la Eucaristía en un lienzo de la Santa Cruz en la General I. Martínez, de esos diez mil laicos comprometidos en cada una de sus parroquias que participaron en las asambleas parroquiales. En fin, qué decir de un Obispo que confesó en Bocas, que oró con diversos grupos, que caminó por caminos polvorientos, por terracería, por la sierra, por banquetas; del Obispo que compartió el techo y la mesa de sus sacerdotes, por todo ello, Gracias Don Luis, que Dios lo bendiga.
Año 4
No. 168
Semana del 29 de abril al 05 de mayo de 2012
“Y, hasta que nos volvamos a encontrar, que el Señor lo guarde en la palma de su mano”
Gracias Don Luis por darnos siempre su palabra de apóstol y padre, gracias por conducir a nuestra Arquidiócesis viviendo siempre al servicio del Evangelio, gracias por el testimonio que lo respalda.
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“NUNCA ME RETIRARÉ”
Creo, que más que pensar en el retiro del trabajo, se tiene que manejar como el cambio de actividad, encontrando sustitutos para roles “perdidos”. Investigadores dicen que la actividad productiva...
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CINCO NOMBRES PARA “DON LUIS”
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TRES MITRAS, TRES DIÓCESIS, UN CORAZÓN DE PASTOR ¡Qué poder decir ante trece años de ministerio episcopal en San Luis Potosí!, en donde se buscó el impulso pastoral de toda la Arquidiócesis. Y no sólo nos ...