Edición 169

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A PROPÓSITO DE LA CRISTIADA

Año 4 Lourdes Várguez García es nieta de uno de los muchos católicos que defendieron su fe entre los años 1917 y 1925 durante la persecución religiosa en México. A la edad de 18 años, su abuelo, Romualdo Várguez Gamboa, vivió una de las etapas más difíciles de la historia de la Iglesia Mexicana en la persecución religiosa. El gobierno prohibió cualquier tipo de manifestación o celebración religiosa, cerró todas las Iglesias y castigó la celebración del culto religioso. Por ser católico, Romualdo fue detenido en tres ocasiones, vio como destrozaban su casa y hasta fue torturado con descargas eléctricas. Romualdo era miembro de Acción Católica Mexicana y junto a sus amigos Hernán C., Iván B. y Jesús G. estuvo detenido, “los amarraban y les dieron toques eléctricos en el cuerpo para que dijeran dónde iban a hacer las reuniones o misas para sorprenderlos infraganti”. “A mi abuelo le tocó ir tres veces a la cárcel, en una de estas redadas que hicieron, e incluso le llegaron a dar en tres ocasiones toques eléctricos... Era para que dieran nombres, para que dijeran cosas, pero ellos no lo hicieron”. Romualdo era catequista y enseñaba en la clandestinidad, ayudaba a los sacerdotes a no ser descubiertos, y los acompañaba a los pueblos para administrar los sacramentos. A los ojos de las autoridades, eran “un grupo de jóvenes, que están con otros jóvenes, que parece que van de excursión, pero en realidad se iban a los pueblos a poder realizar el catecismo, las confesiones, la Misa”. Lourdes, cuenta que un día llegaron a la casa de su abuelo cuando no había nadie celebrando el culto, “aún así, para asustar rompieron todo, hay fotos que dan testimonio de esto, y se llevaron a algunos a la cárcel”. Milagrosamente, una imagen del Sagrado Corazón de Jesús que colgaba de la pared resultó intacta hasta nuestros días. Romualdo sobrevivió a la persecución, se casó con Bertha Sansores, tuvieron diez hijos, siguió siendo misionero. “Para mi papá, el testimonio de su padre fue una fuerza y una manera de animarlo a comprometerse en la fe. En mi historia de fe, hay sangre y martirio, porque mi fe como mexicana es también fruto de estas mujeres y hombres, niños, jóvenes, y sacerdotes como Miguel Agustín Pro –asesinado durante la persecución-”, concluyó.

No. 169

Semana del 06 al 12 de mayo de 2012

Hoy por ellos, mañana por ti

Mayo, mes del Seminario Oración por las madres

Señor: Ayúdanos a pedir por nuestras madres. Ellas siempre están pidiendo por nosotros. Justo es que nosotros alguna vez pidamos por ellas.
Señor, concédenos madres que jamás traicionen la misión tan maravillosa de ser mamás.
Concédenos madres que sepan amar a sus hijos con amor intenso, con amor cristiano. El amor de instinto no basta,
que amen a Dios en sus hijos. La madre tiene que ser capaz de sacrificar por los hijos su cuerpo, su belleza,
olvidarse de todo, menos de que es madre.
Siempre para sus hijos, hasta la muerte.
Ayúdalas a que críen con esmero y delicadeza.
Haz, Señor, que el modelo de nuestras madres sea tu Madre bendita; que la protectora de nuestras madres sea ella, María; que a ella acudan en sus afanes; que a ella imiten en sus acciones. Así necesitamos a nuestras madres: ¡siempre madres!
Lo más sublime de una mujer es ser madre buena.
Señor, haz que así sean ellas. Amén.


MAYO 06 DE 2012

¿QUIÉN, SINO UNA MADRE...?

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Editorial

on una gran alegría y una inmensa fe, los cristianos del mundo entero seguimos celebrando el gran misterio de nuestra fe, la Pascua del Señor Jesús, Señor de nuestra vida y de nuestra historia. La alegría de la pascua debe llevarnos a la alegría más plena, a la paz más perfecta, a la armonía entre nuestra fe y nuestra vida. Como el resucitado debemos ir al encuentro de aquellos que se encierran en sí mismo, de aquellos que presa de la angustia por los problemas de cada jornada se pierden en el miedo que esclaviza y deshumaniza. Debemos recordarles a todos los que están con nosotros y con nosotros caminan hacia la casa del Padre, que la vida, como lo dice el mismo Señor Jesús, tiene su sentido hondo y profundo. El cristiano verdadero sabe que la vida está llena de alegrías y de tristezas, de éxitos y de fracasos, de dolor y enfermedad, es decir, de muerte pero también de la dicha inmensa de la resurrección. Y tanto en las buenas como en las malas, los que hemos descubierto ese sentido cristiano de la vida, sabemos que tanto en las alegrías como en las tristezas, siempre alabaremos al Señor de nuestra historia por su presencia viva entre nosotros. Esa alegría debe expresarse en la fiesta, fiesta porque Dios camina a nuestro lado, fiesta porque él nos ha considerado dignos de ser sus hijos, fiesta porque liberados totalmente, podemos elevar nuestra mente y nuestro espíritu hacia aquel que nos espera en la fiesta más perfecta, la fiesta de la vida nueva. Toda fiesta es gratuidad, es compartir lo poco o mucho que tenemos, es expresión de una hermosa y perfecta gratitud hacia aquellos que nos dan lo mejor de sí mismos. Y ¿Quién sino una madre nos ofrece lo mejor de su tiempo, de su fuerza y de su amor? ¿Quién sino ella, día a día se desgasta hasta el último suspiro por hacernos la vida más placentera y llevadera? ¿Quién sino ella es la que está siempre a nuestro lado ofreciéndonos una sonrisa aunque su corazón esté hecho mil pedazos? ¿Quién sino ella es el reflejo más perfecto del amor de Dios hacia nosotros? Debemos por tanto festejar a nuestras madres, pero no porque lo indica un calendario año tras año, sino porque es un deber que nace de lo más hondo y profundo de nuestro corazón. Porque nada suple su presencia jornada tras jornada, porque en ellas encontramos la más tierna y bella mirada de alegría y de esperanza. Porque en ellas podemos descansar de nuestras más terribles angustias y preocupaciones. Tan grande, hermosa y bella es la figura y la importancia de la madre que hasta Dios quiso tener una. Ofrezcamos por ellas nuestra oración, nuestro trabajo, nuestro dolor y nuestros problemas. Pidamos para ellas no sólo cosas materiales, pidamos para ellas fortaleza, sabiduría, gozo, alegría. Pidamos para ellas ver colmados sus esfuerzos, sus sacrificios y sus esfuerzos con nuestra veneración y nuestro respeto, con un verdadero y real cambio de vida. Y para aquellas que ya se nos adelantaron en el sendero de la vida, pidamos que el Señor del amor y la misericordia las tenga en su regazo, gozando del amor pleno y total que sólo él puede ofrecerles. Felicidades a todas las mamás.

Por Pacco Magaña

Orar con el salmo 109 Queridos hermanos y hermanas:

Melquisedec era el sacerdote rey de Salem que había bendecido a Abrán y había ofrecido pan y vino después de la victoriosa campaña militar librada por el patriarca para salvar a su sobrino Lot de las manos de los enemigos que lo habían capturado (cf. Gn 14). En la figura de Melquisedec convergen poder real y sacerdotal, y ahora el Señor los proclama en una declaración que promete eternidad: el rey celebrado por el Salmo será sacerdote para siempre, mediador de la presencia divina en medio de su pueblo, a través de la bendición que viene de Dios y que en la acción litúrgica se encuentra con la respuesta de bendición del hombre. La Carta a los Hebreos hace referencia explícita a este versículo (cf. 5, 5-6.10; 6, 19-20) y en él centra todo el capítulo 7, elaborando su reflexión sobre el sacerdocio de Cristo. Jesús —así dice la Carta a los Hebreos a la luz del Salmo 110 (109)— es el verdadero y definitivo sacerdote, que lleva a cumplimiento los rasgos del sacerdocio de Melquisedec, haciéndolos perfectos. Melquisedec, como dice la Carta a los Hebreos, no tenía «ni padre, ni madre, ni genealogía» (cf. 7, 3a); por lo tanto, no era sacerdote según las reglas dinásticas del sacerdocio levítico. Así pues, «es sacerdote perpetuamente» (7, 3c), prefiguración de Cristo, sumo sacerdote perfecto «que no ha llegado a serlo en virtud de una legislación carnal, sino en fuerza de una vida imperecedera» (7, 16). En el Señor Jesús, que resucitó y ascendió al cielo, donde está sentado a la derecha del Padre, se realiza la profecía de nuestro Salmo y el sacerdocio de Melquisedec llega a cumplimiento, porque se hace absoluto y eterno, se convierte en una realidad que no conoce ocaso (cf. 7, 24). Y el ofrecimiento del pan y del vino, realizado por Melquisedec en tiempos de Abrahán, encuentra su realización en el gesto eucarístico de Jesús, que en el pan y en el vino se ofrece a sí mismo y,

La RED no necesariamente apoya la publicidad de nuestros anunciantes.

(Tercera de cuatro partes) vencida la muerte, conduce a la vida a todos los creyentes. Sacerdote perpetuamente, «santo, inocente, sin mancha» (7, 26), él, como dice una vez más la Carta a los Hebreos, «puede salvar definitivamente a los que se acercan a Dios por medio de él, pues vive para siempre para interceder a favor de ellos» (7, 25). Después de este oráculo divino del versículo 4, con su juramento solemne, la escena del Salmo cambia y el poeta, dirigiéndose directamente al rey, proclama: «El Señor está a tu derecha» (v. 5a). Si en el versículo 1 quien se sentaba a la derecha de Dios, como signo de sumo prestigio y de honor, era el rey, ahora es el Señor quien se coloca a la derecha del soberano para protegerlo con el escudo en la batalla y salvarlo de todo peligro. El rey está a salvo, Dios es su defensor y juntos combaten y vencen todo mal. Así los versículos finales del Salmo comienzan con la visión del soberano triunfante que, apoyado por el Señor, habiendo recibido de él poder y gloria (cf. v. 2), se opone a los enemigos dispersando a los adversarios y juzgando a las naciones. La escena está dibujada con colores intensos, para significar el dramatismo del combate y la plenitud de la victoria real. El soberano, protegido por el Señor, derriba todo obstáculo y avanza seguro hacia la victoria. Nos dice: sí, en el mundo hay mucho mal, hay una batalla permanente entre el bien y el mal, y parece que el mal es más fuerte. No, más fuerte es el Señor, nuestro verdadero rey y sacerdote Cristo, porque combate con toda la fuerza de Dios y, no obstante todas las cosas que nos hacen dudar sobre el desenlace positivo de la historia, vence Cristo y vence el bien, vence el amor y no el odio. Es aquí donde se inserta la sugestiva imagen con la que se concluye nuestro Salmo, que también es una palabra enigmática: «En su camino beberá del torrente; por eso levantará la cabeza» (v. 7).


Conociendo el ser y el quehacer de un obispo

MAYO 06 DE 2012

Conozcamos a nuestro obispo

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esús instituyó la Iglesia para que la obra de la redención pudiera continuar a lo largo de todos los siglos venideros, hasta la consumación de los tiempos. Si bien Él permanece en su Iglesia y la asiste constantemente a través del Espíritu Santo, ha querido desde el inicio asociar a varios hombres en esta obra de la redención. Cristo llamó a doce hombres. Quiso asociarlos a su misión y así vivió con ellos, comió con ellos, pasó las mismas penalidades, sufrimientos y alegrías que ellos pasaron. Estos doce hombres fueron llamados apóstoles. Cristo, al instituir a los Doce, “formó una especie de Colegio o grupo estable y eligiendo de entre ellos a Pedro lo puso al frente de él” (Lumen Gentium 19). De esta manera, por disposición de Jesucristo San Pedro y los demás apóstoles forman un grupo, grupo que se llama “Colegio Apostólico”. Los sucesores de los apóstoles, de este colegio apostólico son los obispos. San Clemente Romano nos explica brillantemente quienes fueron esos hombres, lo que hicieron y quienes son ahora los continuadores de esta obra: “Para que continuase después de su muerte la misión a ellos confiada, encargaron mediante una especie de testamento a sus colaboradores más inmediatos que terminaran y consolidaran la obra que ellos empezaron. Les encomendaron que cuidarán todo el rebaño en el que el Espíritu Santo les había puesto para ser pastores de la Iglesia de Dios.

La Ordenación Episcopal, plenitud del Sacramento del Orden “Entre los diversos ministerios que existen en la Iglesia, ocupa el primer lugar el ministerio de los obispos que, a través de una sucesión que se remonta hasta el principio, son los transmisores de la semilla apostólica”. “Para realizar estas funciones tan sublimes, los apóstoles se vieron enriquecidos por Cristo con la venida especial del Espíritu Santo que descendió sobre ellos. Ellos mismos comunicaron a sus colaboradores, mediante la imposición de las manos, el don espiritual que se ha transmitido hasta nosotros en la consagración de los obispos”. El Concilio Vaticano II “enseña que por la consagración episcopal se recibe la plenitud del sacramento del Orden. De hecho se le llama, tanto en la liturgia de la Iglesia como en los Santos Padres, “sumo sacerdocio” o “cumbre del ministerio sagrado”. “La consagración episcopal confiere, junto con la función de santificar, también las funciones de enseñar y gobernar...

Nombraron, por tanto, de esta manera a algunos varones y luego dispusieron que, después de su muerte, otros hombres probados les sucedieran en el ministerio”. Por lo tanto podemos decir, junto con el Catecismo de la Iglesia Católica en el número 886 que “cada uno de los obispos es el principio y fundamento visible de unidad en sus Iglesias particulares. Como tales ejercen su gobierno pastoral sobre la porción del Pueblo de Dios que le ha sido confiada, asistidos por los presbíteros (que son los sacerdotes) y los diáconos. Como miembros del colegio episcopal, que es la reunión de todos los obispos, cada uno de ellos participa de la solicitud por todas las Iglesias, solicitud que ejercen primeramente dirigiendo bien su propia Iglesia, como porción de la Iglesia universal. Esta solicitud se extenderá particularmente a los pobres, a los perseguidos por la fe y a los misioneros que trabajan por toda la tierra.”

Cada Obispo tiene, como vicario de Cristo, el oficio pastoral de la Iglesia particular que le ha sido confiada

La consagración episcopal confiere, junto con la función de santificar, también las funciones de enseñar y gobernar...

Ellos mismos comunicaron a sus colaboradores, mediante la imposición de las manos, el don espiritual que se ha transmitido hasta nosotros en la consagración de los obispos En efecto... Por la imposición de las manos y por las palabras de la consagración se confiere la gracia del Espíritu Santo y queda marcado con el carácter sagrado. En consecuencia, los obispos, de manera eminente y visible, hacen las veces del mismo Cristo, Maestro, Pastor y Sacerdote, y actúan en su nombre in cius persona agant” (ibíd). “El Espíritu Santo que han recibido ha hecho de los obispos los verdaderos y auténticos maestros de la fe, pontífices y pastores”. “Uno queda constituido miembro del Colegio episcopal en virtud de la consagración episcopal y por la comunión jerárquica con la Cabeza y con los miembros del Colegio”. El carácter y la naturaleza colegial del orden episcopal se manifiestan, entre otras cosas, en la antigua práctica de la Iglesia que quiere que para la consagración de un nuevo obispo participen varios obispos. Para la ordenación legítima de un obispo se requiere hoy una intervención especial del Obispo de Roma por razón de su cualidad de vínculo supremo visible de la comunión de las Iglesias particulares en la Iglesia una y de garantía de libertad de la misma. Cada Obispo tiene, como vicario de Cristo, el oficio pastoral de la Iglesia particular que le ha sido confiada, pero al mismo tiempo tiene colegialmente con todos sus hermanos en el episcopado la solicitud de todas las Iglesias: “Mas si todo obispo es propio solamente de la porción de grey confiada a sus cuidados, su cualidad de legítimo sucesor de los apóstoles por institución divina, le hace solidariamente responsable de la misión apostólica de la Iglesia”.

De esta manera, por disposición de Jesucristo San Pedro y los demás apóstoles forman un grupo, mismo que se llama “Colegio Apostólico”. Los sucesores de los apóstoles, de este colegio apostólico son los obispos.

Todo lo que se ha dicho explica por qué la Eucaristía celebrada por el obispo tiene una significación especial como expresión de la Iglesia reunida en toro al altar bajo la presidencia de quien representa visiblemente a Cristo.


Nuestra historia

Beato Fray Junípero Serra

(primera parte)

(1713-1784)

Miles y miles de kilómetros pisó en su fecunda vida. Cojeando y valiéndose de un bastón, recorrió la Sierra Gorda y cruza repetidas veces los floridos campos californianos para visitar las misiones y estar con sus hermanos los misioneros. A todos escucha y atiende. Predica, bautiza, confirma, confiesa y aún le queda tiempo, para él el más precioso, en el que se ocupa de los problemas y necesidades de sus queridos indios. Por Pbro. Lic. Rubén Pérez Ortíz

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el matrimonio formado por Antonio Serra y Margarita Ferrer, nació en Petra (Mallorca) España, el 24 de noviembre de 1713 un niño a quien se le impuso en el bautismo el nombre de Miguel José. Vino al mundo en el humilde hogar de una familia sencilla, de modestos labradores. Sus padres eran analfabetos, pero trataron de dar a su hijo una mejor formación, llevándole a la escuela del convento franciscano de San Bernardino. Aquí en su pueblo el muchacho aprendió las primeras letras. El P. Francisco Palou, amigo y biógrafo del P. Serra nos brinda datos fundamentales para comprender la obra de ésta monumental figura en la vida de la Iglesia: A la edad de 15 años empieza a asistir a las clases de filosofía en el convento de San Francisco de Palma y, sintiéndose llamado por la vocación religiosa, al año siguiente viste el hábito franciscano en el convento de Jesús, extramuros de la ciudad. El 15 de septiembre de 1731 emite los votos religiosos, cambiando el nombre de Miguel José por el de Junípero. Cursa con gran brillantez los estudios eclesiásticos, e inmediatamente lo encontramos dictando clases de filosofía en el convento de San Francisco. Su tarea docente en San Francisco duró de 1740 a 1743, año, este último en que pasó a ocupar la cátedra de Teología Escotista en la entonces famosa Universidad Luliana de Palma de Mallorca. Alternaba la docencia y la predicación, campo éste en el que también cosechó abundantes frutos y estima.

En 1749 estuvo predicando la cuaresma en Petra, su pueblo natal, y cuando ya la estaba terminando le llegó la noticia de que le habían sido concedidos todos los permisos necesarios para trasladarse al Colegio de Misioneros de San Fernando, situado en la capital de la Nueva España (México); sólo faltaba contratar el barco, lo que significaba tener que esperar algunos pocos días. Fray Junípero había ocultado siempre a sus padres la vocación misionera que lo animaba, y, terminada aquella cuaresma, se despidió de sus ancianos progenitores sin notificarles su próxima partida hacia América. De momento no quiso disgustarlos, y con el fuerte abrazo, que le desgarraba el corazón, se marchó para no volver a verlos. El 13 de abril de 1749 embarca hacia Málaga, y luego Cádiz. En Cádiz permanecieron los misioneros más tiempo del previsto, esperando el momento de embarcar, y desde allí escribió Fray Junípero una carta dirigida al P. Francisco Serra, que no era familiar suyo aunque tuviera su mismo apellido, residente entonces en el convento franciscano de Petra. El motivo de la carta era consolar y confortar a sus padres, y, como éstos eran analfabetos, se la dirigió al fraile amigo para que éste se la leyera.

Tras una larga y peligrosa travesía de 99 días, llegó a Veracruz en las costas mexicanas. Con otro compañero hizo a pie la caminata de cien leguas, hasta el Colegio de Misioneros de San Fernando en la Capital de México. Durante el trayecto, por causa de la picadura de un insecto, se le formó una llaga en la pierna que le será molesta compañera hasta la muerte. A los seis meses de su llegada lo vemos ya enrolado, como Presidente, en un grupo de voluntarios camino hacia el corazón de la Sierra Gorda, en donde inicia su brillante carrera misionera. Ocho años estuvo en aquellas difíciles tierras, donde tantos otros habían fracasado. Su historial fue muy diferente. Siempre infatigable y emprendedor, aprende la lengua nativa. Enseña a cultivar la tierra. Monta granjas y talleres. Inicia a los indios en los más elementales rudimentos de las ciencias y las artes. Les adiestra igualmente en el comercio. Les instruye particularmente en los principios doctrinales de la fe católica. Los misioneros emulan las iniciativas y logros de Serra. Fue tal la transformación realizada en aquella zona montañosa que, de un erial infructuoso, sus valles se transformaron en fecundo vergel. Y unos indios semisalvajes y ariscos, quedaron convertidos en sociables ciudadanos, instruidos en los diferentes campos de la actividad humana de aquellos tiempos. De la extraordinaria actividad del P. Serra en este rincón serrano, todavía queda en Jalpan, como testigo elocuente, el esbelto y artístico templo churrigueresco levantado bajo su dirección. En plena euforia de sus trabajos en Sierra Gorda, es requerido para ocupar las misiones de San Saba, en Texas, devastadas por los apaches, quienes habían flechado a sus misioneros. Acepta contento, aun siendo consciente de que se expone a sufrir el martirio. Pero Dios le tenía reservado otro campo muy distinto. En efecto, no se llevó a cabo el proyecto para el que habían recurrido a Fray Junípero, y éste, al quedar libre de otras obligaciones, se dedica a dar misiones populares por todo el Territorio de la Nueva España, poniendo de manifiesto, una vez más, sus grandes cualidades pastorales y oratorias. Fruto de su fervorosa predicación fueron sonadas conversiones y multitud de penitentes postrados a sus pies para pedir la reconciliación de sus pecados. Por aquel tiempo se suprimieron los Jesuitas en todos los territorios españoles y, en consecuencia, quedaron abandonadas las misiones de la Baja California. El Gobierno del Virreinato encargó a los franciscanos llenar ese vacío, y de nuevo tenemos al P. Serra, también como Presidente y voluntario, al frente de una expedición de dieciséis religiosos. El 14 de marzo de 1769, embarca hacia Loreto, Baja California, y en cuanto toma posesión de su cargo, elabora planes, distribuye el personal y visita varias misiones.Transcurrido un año en este ministerio, llegan noticias de que los rusos, partiendo de Alaska, pretenden ocupar la costa oeste del norte americano. Para adelantárseles, el Virrey Marqués de Croix encarga al Visitador General D. José de Gálvez que organice una expedición para la conquista de aquellas tierras.

Hay que amarle con todo su pasado, y todo su futuro Por Pbro. Lic. Salvador González Vásquez

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n amor mal orientado, termina siendo un derroche. Es importante preguntar: ¿A quién amamos? También importa saber, si vale la pena el riesgo de darlo todo por el amado. Sino de lo contrario, serán “penas de amor perdidas”. No es bueno entregar todo a una relación que no es eterna. Por eso, el mandamiento principal es amar a Dios con todo el corazón, las fuerzas y el alma entera. Porque él nos ama con amor eterno. Pero en esta vida, no basta el amor de Dios, es también necesario el amor del prójimo. El amor humano, es importante en la existencia. En el amor al hombre se pueden cometer muchos errores. Porque la persona humana esta sujeta a cambios; son distintas las situaciones. Y eso lo lleva a cambiar en su modo de sentir y de pensar. El ser humano tiene un pasado y tendrá un futuro incierto. En cambio Dios, no tiene ni pasado ni futuro, ya que él es un presente eterno; no tiene principio y tampoco envejece; Él permanece para siempre. Pero al amar a alguien que no es Dios, hay que amarlo no solo con su presente, también con su pasado y su porvenir. Esto lo deben considerar los que juran amor para siempre. Cuando alguien se decide a prometer amor, tendrá que estar dispuesto a amar al otro con todo su pasado. Hay que revisar que tan fuerte es el amor como para sufrir las consecuencias de su historia. La promesa de fidelidad, invita a pensarse viviendo con la persona amada, en el futuro. Hay que imaginar su vejez, sus momentos de enfermedad y las etapas de adversidad. Y preguntarse si es posible que perdure ese amor por encima de todas circunstancias. Por tanto, cuando decimos que amamos a alguien, hay que hacerlo con todo su pasado y con todo su futuro. Si no hay esa disposición, entonces no hay amor; y eso será solo un sentimiento, que habrá de extinguirse con el paso del tiempo. Para amar a alguien con sus efectos y sus defectos; con su pasado y con su futuro, se necesita la fuerza divina. Solamente Dios puede llenarnos de amor, porque él es el amor en esencia. Solo amando a Dios -que es perfecto-, podremos amar al ser humano, a pesar de sus imperfecciones. Amar a alguien con lo más lejano de su pasado, y lo más incierto de su futuro, requiere un acto de fe. Hay que confiar en Dios, que no permite que se apague el amor, ni la fuerza para seguir amando por encima de las circunstancias y a pesar de los cambios.


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Vaya a la valla

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Por P. Kino

l próximo día 16 de mayo, Mons. Carlos Cabrero tomará posesión de la Arquidiócesis como tercer Arzobispo. Realizará un recorrido. Saldrá a las 8:45 de la mañana del Obispado. A las 9:00 a.m. en la Catedral hará profesión de fe ante el nuncio apostólico. Saliendo de Catedral, aproximadamente a las 9:30 a.m., les invito a que “vayan a la valla”, para acompañar en su recorrido rumbo al santuario. El recorrido será partiendo de la calle de Morelos (atrás de catedral), hasta el santuario por la avenida Juárez, hasta llegar a la Basílica, donde se cantará la Salve. Finalmente se prevé la misa a las 11:00 a.m. en el auditorio Miguel Barragán, y ahí también se invita para que vayan a la otra valla, del Santuario al Auditorio Miguel Barragán. Por la gran cantidad de personas, muchas no podrán entrar al auditorio, pero se televisará la Eucaristía en vivo por un canal local. Aprovechando este acontecimiento, quiero, ya en pocas palabras, decir lo que significa hacer valla humana. Cuando Jesús entró a Jerusalén, a la gente le dio gusto y lo recibió la muchedumbre haciendo valla, pues alguien importante había llegado (no eran acarreados). Al inicio de un torneo del futbol mexicano, el equipo que acaba de ser campeón, es recibido en el siguiente partido con una valla formada por el equipo al cual se enfrentará, y así se reconoce lo que ha alcanzado (espero pronto una vaya al rebaño sagrado). Podemos hacer una larga lista de cuando se utilizan las vallas humanas, cuando el Papa vino a México, los católicos le hacen valla de bienvenida; cuando un político llega a un lugar, sus seguidores hacen valla de recibimiento, etc. En este día 16 de mayo, llega alguien importante para nosotros los católicos: nuestro nuevo Obispo, aquél que conducirá nuestra Iglesia Potosina por un cierto tiempo, obviamente, con la presencia del Espíritu Santo, que como sucesor de los apóstoles posee. Para muchas personas de San Luis Potosí, el Padre Carlos ha sido un gran amigo en donde ha ejercido su misión, y un gran hermano en el presbiterio. Y Ahora como Obispo, seguramente, con el apoyo de sacerdotes, religios@s, y laicos, continuará santificando, rigiendo y enseñando a esta porción de la Iglesia. No abusemos de lo “buena onda” de Mons. Cabrero, o de que lo conocemos, y le pidamos tantos servicios particulares, al grado que perjudiquemos su salud o sus horarios y por ende lo enfermemos, o influyamos a que llegue tarde a sus compromisos diocesanos. BIENVENIDO MONS. CARLOS…

Mañanitas a mi madre Mi tío Silverio, hermano de mi abuelita paterna, era músico igual que ella; compuso a los 9 años de edad, una canción que se llama “primer destello” y cuando tenía 17 años, le compuso a mi bisabuela las siguientes mañanitas: Levántate madrecita y escucha esta canción, del hijo que tanto te ama y espera tu bendición: Bendita sean esas canas tan blancas como el armiño, que yo en cada mañana, besaba cuando era niño. Madrecita, madrecita te he venido yo a cantar, a la luz de la mañana flores te vengo yo a dar. Entre flores y canciones tu nombre veneraré, y al unir dos corazones, uno solo formaré. Canción compuesta por mi tío Silverio Vélez a su mamá en el año de 1915. Ahora yo le compongo a mi mamá este acróstico, para darle gracias por todo lo buena que ha sido conmigo. A MI MADRE: G racias Señor, porque me diste la oportunidad de conocer a mi mamá, te R uego que la cuides en cada momento, que la A livies en su enfermedad y la C olmes de tu paz. I rradia sobre ella A bundantes bendiciones y S íguele dando ese gran corazón para amar y perdonar. M uchas cosas quiero decirte, pero la principal es que te agradezco tu gran A mor y consideración conmigo. Si en algún M omento te he faltado te pido que me perdones. A hora quiero estrecharte en mis brazos y decirte al oído que te quiero. Tu hijo Héctor Colunga Rodríguez


Pedro, primer Papa y Obispo de Roma

…y para no hacer tanto alarde, esta mujer de quien hablo, es linda, mi amiga, gaviota, su nombre es:

Por Pbro. José Antonio Martínez Ortiz

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Mi MADRE

na antigua tradición, basada en los anales de la Iglesia y de la Arqueología romana, nos indica que Pedro muere en Roma, donde fue obispo. Éste es el origen de la preeminencia del obispo de Roma sobre los demás obispos sucesores de los Apóstoles. Tiene fundamento escriturístico en el texto de 1Pe 5,13: La Iglesia que está en la Babilonia, elegida juntamente con vosotros, y Marcos mi hijo, os saludan. La expresión “Babilonia” se refiere a Roma, como notan todos los exegetas: “casi todos los autores antiguos y la mayor parte de los modernos, ven designada en esta expresión a la Iglesia de Roma... El nombre de Babilonia era de uso corriente entre los judíos cristianos para designar la Roma pagana. Así es llamada también en el Apocalipsis (14,8; 16,19; 17,15; 18,2.10), en los libros apócrifos y en la literatura rabínica. La Babilonia del Éufrates, que en tiempo de San Pedro era un montón de ruinas, y la Babilonia de Egipto, pequeña estación militar, han de ser excluidas”. Esto lo reconocen incluso los autores protestantes serios. Por ejemplo, Keneth Scott Laturet, prestigioso historiador, escribe en su libro “Historia de la Iglesia”: “Pedro viajaba, porque sabemos estuvo en Antioquía, y lo que parece una tradición digna de confianza, sabemos que estuvo en Roma y allí murió”. La Enciclopedia Británica da la referencia de todos los obispos de Roma, comenzando por San Pedro y terminando por Juan Pablo II, 264 Obispos en sucesión sin interrupción12. Si ya ha sido actualizada, figurará Benedicto XVI como el número 265. La “New American Encyclopedia” dice en su sección sobre los Papas: “Cuando San Pedro dejó Jerusalén vivió por un tiempo en Antioquía antes de viajar a Roma donde ejerció como Primado”. Muy fuerte es también el testimonio de la tradición que manifiesta la enorme importancia que tuvieron los primeros obispos de Roma sobre la naciente Cristiandad, justamente por ser sucesores de Pedro. Así, por ejemplo, en el año 96, o sea 63 años después de la muerte de Cristo, ante un grave conflicto en la comunidad de Corinto, quien tomó cartas para poner

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omo era previsible, figura ésta entre las palabras más antiguas de nuestras lenguas, de cuya unidad de origen es justamente una prueba evidente. El origen más próximo de esta palabra lo tenemos en el latín matrem (el acusativo de mater-matris), con el mismo significado que tiene para nosotros. Tienen el mismo origen y significado el griego (méter), el sánscrito mátar, el armenio mair, el antiguo irlandés máthir, al antiguo alemán mouter, el inglés mother. La palabra más afín a ésta en morfología y significado es metra (métra) en griego y matrix en latín, que significa matriz, pero que en latín se usa además con el significado de madre y de hembra. Formalmente matrix sería el femenino de mater, que tiene la misma terminación que pater y frater, más bien masculina. Matrona, igual que en latín, es el correlativo de patrón y es igualmente una forma de diminutivo. Por la evolución que han tenido ambas palabras se ve claro que proceden de la relación laboral y de dominio que tenían tanto el paterfamilias como la materfamilias con los esclavos y esclavas que trabajaban en la casa. Para la relación laboral y de dominio, se ha preferido la denominación de “patrona” (derivada de padre), que la de matrona. Y por eso tenemos “patrocinio” y “patrocinar”, pero no “matrocinio” y “matrocinar”.

orden fue el Obispo de Roma, el Papa Clemente, y esto a pesar de que en ese tiempo, todavía vivía el Apóstol Juan en la cercana ciudad griega de Éfeso. Sin embargo, fue una carta de Clemente la que solucionó el problema y aún doscientos años después de este hecho se leía esta carta en esa Iglesia. Esto sólo es explicable por la autoridad del sucesor de Pedro en la primitiva Iglesia. Ireneo, obispo de Lyon, y Padre de la Iglesia de la segunda generación después de los Apóstoles, escribía pocos años después: “Pudiera darles si hubiera habido espacio las listas de obispos de todas las iglesias, mas escojo sólo la línea de la sucesión de los obispos de Roma fundada sobre Pedro y Pablo hasta el duodécimo sucesor hoy”. Según el primer historiador de la Iglesia, Eusebio de Cesarea (año 312), esta sucesión es una señal de que el Evangelio ha sido conservado y transmitido por la Iglesia Católica.

Se perciben claramente como derivados de madre, maternal, materno, maternidad, matriarcado, madrina, matrimonio, comadre, comadreja, comadrona, desmadrarse, enmadrado, madrastra, metrópoli (ciudad madre). Lo son también, aunque no lo parezca a simple vista, matriz y su diminutivo matrícula. En ambos casos se hace referencia a la relación de origen (matriz y matrícula serían, en terminología administrativa, la parte del documento madre, que legitima al documento de él separado). Están igualmente emparentados con madre, materia, madera y madriguera (a tenor de su origen, guarida en que se esconden los animales para “hacer de madres”). El significado de madre lo hemos extendido con valor metafórico al lecho del río, de donde la expresión “salirse de madre”, equivalente a “desbordarse”; y de ahí, en nueva metáfora, se han formado los términos “desmadrarse” y “desmadre”, que se refieren a las conductas que se salen de los cauces previstos. Llamamos también madre a todo aquello que da origen a otra cosa: acequia madre, aguas madres, lengua madre (la que ha dado lugar a otras lenguas, como el latín respecto a las lenguas románicas)… y a las cosas que sirven de apoyo o eje a otras: madre del cabrestante, madre del timón… El adjetivo materno – materna designa aquello que es propio de la madre o procede de ella. Leche materna, en oposición a otras leches; lengua materna, la que le ha enseñado a cada uno su madre (en oposición a lenguas adquiridas de otro origen). Al ser “madre” una palabra tan primitiva y primordial, es inevitable que sea el núcleo de muchas otras palabras. Otro tanto pasa con su significado en el corazón de cada ser humano.


Los libros y sus autores

Por Mtro. Luis Marino Moreno F.

La muerte de Montaigne Jorge Edwards Tusquets 2011, 296 págs.

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n 1588 en vísperas de la turbulenta llegada al tronco francés de Enrique IV de Navarra, cuando sigue fresca en la memoria la noche de san Bartolomé y las guerras entre católicos y protestantes tiñen de sangre Europa, Michel de Montaigne, que es ya un filósofo respetado, conoce en París a una joven admiradora de su obra, Marie de Gournay, Y Montaigne, que tiene por entonces cincuenta y cinco años y está “bien casado”, inicia una misteriosa relación con la exaltada Marie, a la que convierte en “hija de adopción”.

Para reconstruir esa pasión crepuscular, Jorge Edwards rastrea a Montaigne público y privado, explora su relación con las mujeres, su preparación para la muerte, va dibujando al hombre político, diplomático, al pensador sensato y antidogmático, y al sabio pero también travieso autor de los Ensayos. Y mientras aplica la lección vital de Montaigne a su propia realidad, la de la infancia y la actual, Edwards ilumina los aspectos más relevantes, curiosos, a menudo sensuales y, sobre todo, modernos del –ahora ya plenamente- novelesco personaje. Jorge Edwards (Santiago de Chile, 1931) estudió derecho y filosofía en la universidad de Chile y en la de Princeton. Inició la carrera diplomática en 1957, y tuvo, entre otros destinos, París y la Habana, de donde fue expulsado por el régimen de Castro. Tras el golpe de Estado de Pinochet se exilió en España, y en 1978 regresó a su país. Actualmente es embajador de Chile en Francia. Edwards es uno de los escritores más relevantes en lengua española. Entre sus novelas destacan El Peso de la noche, El museo de cera, El Anfitrión, El origen del mundo y el Sueño de la historia, todas ellas publicadas por Tusquets Editores, así como El inútil de la familia y La Casa Dostoiesvski. Memorias, Persona non grata,y su retrato de Neruda en Adiós, Poeta.

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Iglesia Universal CIUDAD DEL VATICANO.- El compromiso de salir al encuentro de las necesidades del prójimo no tiene límites; pero es imprescindible que se realice a la luz del Espíritu Santo, para que no se pierda en puro activismo. Así pues, esas dos realidades, el anuncio de la Palabra de Dios y el deber de la caridad, «deben vivir en la Iglesia», donde ambas tienen su lugar y su «relación necesaria». El Papa cita la narración de san Lucas en los Hechos de los Apóstoles para hablar de la intervención de la Iglesia en favor de las «personas solas y necesitadas de asistencia y ayuda». En la catequesis durante la audiencia general de esta mañana, miércoles 25 de abril, en la plaza de San Pedro, Benedicto XVI ha vuelto a proponer «la exigencia primaria de anunciar la Palabra de Dios según el mandato del Señor». MILÁN.- Una melodía solemne, intensa y conmovedora sostiene un texto profundo, pero fácil de cantar y memorizar, que celebra a la familia y a la Santísima Trinidad. Son las características de “Tu familia te da gracias”, el himno litúrgico oficial del VII Encuentro Mundial de las Familias, escrito y musicado por Claudio Burgio, maestro director de la Capilla Musical de la catedral de Milán. Grabado por el coro Cara Beltà y por la Orquesta de la Academia Música Sacra, dirigidos por el maestro Diego Montrone, el himno marcará los días del evento, a partir del Congreso Teológico Pastoral hasta la Santa Misa del domingo 3 de junio, celebrada por el papa Benedicto XVI, y será cantado, a cuatro voces, por todos los coros que participarán en la “Fiesta de los Testimonios” y la Misa. LOS ÁNGELES.- El Arzobispo de Los Ángeles (Estados Unidos), Mons. José Gómez, señaló que la película Cristiada, la más vista durante la última semana en México, destaca la centralidad de la fe, la libertad religiosa y la familia. Mons. Gómez señaló que los cristeros, que lucharon contra la persecución religiosa del presidente Plutarco Elías Calles, en la década de 1920, “no fueron personas sofisticadas, eran personas normales que entendieron la importancia de su fe en sus vidas como un regalo de Dios y que quisieron mantener ese regalo y pasarlo a la siguiente generación”. “Nuestra historia es siempre una buena forma de saber quiénes somos. Los hombres y mujeres que participaron en ese movimiento son un gran ejemplo para nosotros, y es una gran lección para aprender cuán importante es la libertad religiosa en nuestro tiempo”.

Iglesia en México MÉXICO.- El grupo Frente a la Vida convocó a una multitudinaria marcha en el Distrito Federal de México el pasado sábado 28 de abril, al cumplirse 5 años del primer aborto practicado en esta ciudad, luego de la despenalización de esta práctica que ha cobrado la vida de unos 75 mil bebés no nacidos. La marcha titulada “Pasos por la Vida” buscar convertirse en una multitudinaria manifestación que “en la que se reivindique el derecho a vivir de cada persona desde el momento de la concepción”. La manifestación también tuvo como objetivo exigir “al gobierno protección y apoyo a mujeres embarazadas brindándoles alternativas de vida, así también manifestaron el desacuerdo los participantes por una ley que deja sin protección a los más vulnerables”. CANCÚN.- En Cancún, se realizó del 23 al 27 de abril, el VII Congreso Mundial de la Pastoral del Turismo, organizado conjuntamente por el Pontificio Consejo de la Pastoral para los Migrantes e Itinerantes y la Prelatura de Cancún, con la colaboración de la Conferencia Episcopal Mexicana. Entre los asuntos tratados, se habló sobre los aspectos negativos de la actividad turística, que se deben tener bajo control, como por ejemplo el favorecimiento de peligrosos cambios urbanos o el deterioro del patrimonio cultural, asi como la pérdida de valores. MÉXICO.- Con motivo del 300 Aniversario del Tratado de la Verdadera Devoción a la Santísima Virgen, el 28 y 29 de abril se celebró en la Plaza Mariana el “IV Congreso Internacional Consecratio Mundi”, que fue inaugurado con una Misa oficiada por el Nuncio Apostólico en México, monseñor Christophe Pierre. Durante el evento se analizó profundamente el documento, conocido también como Tratado de la Victoria y Reinado de Cristo Jesús, escrito por San Luis María Grigñion de Monfort, que guía a los cristianos a conocer más el importante papel de la Virgen María en el Plan de Salvación para el Hombre y la Perfecta Consagración a Jesús para convertirse en “Verdaderos servidores e hijos de Dios”.


YO SOY La Vid Verdadera Por Felipe Bacarreza Rodríguez

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(Jn 15,1-8)

n estos versículos iniciales del capítulo XV del Evangelio de San Juan, Jesús expone la alegoría de la vid. Comienza con esta declaración solemne: “Yo soy la vid verdadera y mi Padre es el viñador”. Todo indica que este era un discurso de Jesús con un tema propio, que se había conservado en la memoria de sus discípulos sin relación con un contexto preciso. En efecto, aparece en el Evangelio de Juan desconectado de lo anterior. En los capítulos precedentes Juan nos transmite los discursos de despedida de Jesús, y el capítulo XIV concluye con estas palabras suyas: “Levantaos. Vamonos de aquí” (Jn 14,31). Se produce un cambio de escena que indica un cambio de tema. En seguida, sin anuncio previo, Jesús comienza el discurso sobre la vid verdadera con las palabras que hemos citado. “Yo soy la vid verdadera”. Es una de esas frases típicas del Evangelio de Juan en que Jesús define su identidad. Por eso nos interesa comprender su significado. En primer lugar, nos llama la atención el adjetivo “verdadera”. ¿Es que hay una vid “falsa”, con la cual Jesús quiere establecer un contraste? No precisamente. El adjetivo “verdadero” se usa en el Evangelio de Juan para cualificar una realidad que ha sido preanunciada en el Antiguo Testamento por medio de una figura y que aquí tiene su realización plena. Ese adjetivo establece una oposición entre anuncio y cumplimiento. Es, entonces, necesario buscar en el Antiguo Testamento un lugar en que aparezca la vid como imagen, pues a ella se refiere Jesús. La afirmación de Jesús quiere decir que aquí ha alcanzado la verdad lo que allá no era más que una sombra. Aquí ha sido revelado lo que allá era un anuncio. El lugar que buscamos lo encontramos en el capítulo V de Isaías.

Aldo Blanco Músico Cantautor Católico. Comentarios: aldo.blanco@hotmail.com

Para ti Señor es mi canto 8 En esta ocasión quiero compartirles este mensaje que me llegó por e-mail. Aunque fue escrito en España, creo que algunas de estas ¨enfermedades ¨ también son recurrentes en nuestro país. Sería muy bueno que durante este tiempo de Pascua, intentáramos en nuestras parroquias y comunidades vacunarnos contra ellas. Evitar las enfermedades litúrgicas Por: Iglesia en Zaragoza, www. revistaecclesia.com Un conocido sacerdote de Zaragoza, que quiere mantener el anonimato, ha redactado para la publicación de la Hoja Diocesana (Iglesia en Zaragoza, núm. 1.621), un interesante artículo sobre las enfermedades litúrgicas más comunes.

mos dar frutos que satisfagan al Padre. Pero esto sólo a condición de permanecer unidos a Cristo. Lo dice él de manera categórica: “El que permanece en mí y yo en él, ése da mucho fruto; porque separados de mí no podéis hacer nada”. La unión con Cristo nos permite poner un tipo de obras que tienen significado ante Dios. Nosotros, los hombres, somos nada y vaciedad ante Dios, como dice el Salmo 8: “¿Qué es el hombre para que te acuerdes de él?”. Pero si, no obstante nuestra insignificancia, queremos que Dios se acuerde de nosotros, si queremos atraer la atención y el amor de Dios sobre nosotros, debemos permanecer en Cristo. Entonces podemos, incluso, dar gloria a Dios: “La gloria de mi Padre está en que deis fruto, y que seáis mis discípulos”.

Allí Isaías refiere la canción de amor de un propietario por su viña; destaca la solicitud con que la cultiva y cuida; pero también su pesar al obtener de ella solamente frutos amargos. Entonces concluye: “Viña del Señor, Dios de los ejércitos, es la Casa de Israel, y los hombres de Judá son su plantío exquisito. Esperaba de ellos justicia, y hay iniquidad; honradez, y hay alaridos” (Is 5,7). La frustración de Dios por la conducta de su pueblo se ve completamente reparada por la fidelidad de Jesús. Todo lo que Dios esperaba de su viña, lo obtiene con plena satisfacción de Jesucristo. Esto es lo que quiere decir Jesús cuando declara: “Yo soy la vid verdadera y mi Padre es el viñador”. Si en la canción de la viña de Isaías, el dueño “esperaba que diese uvas” (Is 5,2), esta esperanza se ve satisfecha en Jesús. En él Dios encuentra frutos abundantes y deliciosos; en él Dios se complace.

Esos frutos que dan gloria a Dios no los podemos dar nosotros sin Cristo, pues separados de él somos como los sarmientos separados de la vid. ¿A qué se refiere Jesús cuando habla de “frutos”? Eso queda claro más adelante cuando dice: “Lo que os mando es que os améis los unos a los otros” (Jn 15,17). Es lo mismo que decir: “Lo que os mando es que vayáis y deis fruto y vuestro fruto permanezca” (cf. Jn 15,16). El único fruto que Dios espera de nosotros es el amor; pero a menudo obtiene sólo uvas amargas, que son nuestro egoísmo. De lo enseñado por Jesús se deduce que el hombre no puede poner un acto de amor verdadero, sin estar unido a Cristo, pues el amor es un acto sobrenatural que nos es dado. La naturaleza humana abandonada a sus fuerzas no es capaz de poner un acto de amor verdadero; abandonado a sus propias fuerzas el hombre no es capaz de negarse a sí mismo para procurar el bien del otro. Acaba siempre en el egoísmo, es decir, procurando su propio bien. Y esto es lo que para Dios no tiene existencia.

Pero, en seguida, Jesús se extiende a nuestra relación con él diciendo: “Yo soy la vid, vosotros los sarmientos”. Enseña así que también nosotros podemos participar de su condición de vid verdadera; que podemos ser parte de la misma vid cuyo viñador es el Padre; y que también nosotros pode-

Esto es lo que dice Jesús: “Sin mí no podéis poner un acto de amor, sin mí no podéis hacer nada, sin mí no sois nada”. Empezamos a existir ante Dios cuando nos injertamos en Cristo y gozamos de su misma vida divina. Y esto acontece por primera vez en nuestro bautismo.

Durante mi ministerio sacerdotal he apreciado, en las diferentes comunidades a las que he servido, diferentes patologías durante las celebraciones litúrgicas que se agudizan en mayor o menor medida dependiendo de las circunstancias, paso a describir sus síntomas: LA AFASIA LITÚRGICA Es la primera de ellas. Es un súbito bloqueo que observamos de las personas que entran por la puerta del templo y que bloquea totalmente los órganos vocales durante los cantos y las respuestas al final de las oraciones e incluso a la hora de contestar “amén” al recibir la comunión. Es un mal que ataca más a los hombres que a las mujeres. Es totalmente virulento en la celebración de las bodas y bautizos, ya que suele paralizar totalmente los mecanismos de la fonación. Suele curarse en seguida, en el momento que se toma un café o una cerveza en el bar de la esquina más cercana a la iglesia. LA DELANTERO-FOBIA Es la segunda enfermedad que aprecio muchas veces en los feligreses. Se produce nada más entrar por la puerta del atrio, los síntomas no tardan en aparecer: temblores en las piernas y un miedo irremediable a ponerse en los primeros bancos de la iglesia. Otra acepción de esta enfermedad es: “humildad litúrgica”, el que padece este mal, suele tener un ataque apenas entra por la puerta. Es un mal muy útil para casos de incendio o evacuación precipitada del local. Sirve también para no sentirse aludidos con los reproches de Jesús en el Evangelio a los fariseos soberbios acusados de ocupar los primeros bancos. LA DOBLE CORRIENTE AURICULAR Esta enfermedad todavía es más grave. Es un mal que se debe a la apertura de ambos conductos auriculares, que permite que el sonido que entra por uno, salga libremente por el opuesto, sin pasar por el cerebro y el corazón. En sus orígenes fue descubierta por un antiguo párroco de Santa Engracia llamado Don Mariano Carilla, que subía al púlpito, sin notar que estaban abiertos los recién inaugurados micrófonos: “Predica, predica, Mariano, que para el caso que te hacen...” Los síntomas de esta enfermedad se vuelven agudos cuando se dan avisos, recomendaciones, o se convoca a algún acto a celebrar. SÍNDROME HOMILÉTICO Es un estado de semi-trance (no producido por el incienso, como algunos creían) que se resuelve, en algún caso, en cabezadas o hasta ronquidos. El paciente tiende a perder contacto con la realidad y a menudo padece una defectuosa percepción del paso del tiempo. Se manifiesta sólo cuando el sacerdote comienza a predicar la homilía. Los estudiosos del tema nos comunican, que incluso hay personas que en ese momento les da por comenzar a rezar el Rosario. En casos agudos se puede caer hasta en la total inconsciencia, que sólo desaparece cuando los demás, se ponen en pie tras la homilía y comienzan a rezar el credo. Espero que este texto nos ayude a participar más activamente en la Misa.


De Fiesta estuvo la Parroquia de Festividad en honor a Nuestra Señora del Buen Consejo Nuestro Señor del Refugio “Jesús nos pide amar incluso a aquellos que nos odian”

Por LCC Angélica Maldonado Morales

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uy importante sería preguntarnos ¿Cómo ha sido mi historia Mariana, qué tanto ha sido mi amor hacia la Santísima Virgen?, ¿Cuántas veces le habré fallado y me he apartado u olvidado de Ella?” “María nos asocia a la obra salvadora de Jesús. Ella es el Sagrario del Espíritu Santo, nuestra intercesora y Madre del Buen Consejo que se preocupa y vela para que nosotros sus hijos no nos perdamos por caminos que no son los que nos conducen a Dios. Nuestra Madre Santísima sigue intercediendo por nosotros como lo hizo en las Bodas de Caná”. Así lo señaló durante la solemne concelebración Eucarística, nuestro querido Pastor Emérito y Administrador Apostólico, Mons. Luis Morales Reyes, quien se dignó presidir la festividad Mariana en honor a Nuestra Señora del Buen Consejo, en la parroquia que lleva este bello y dulce nombre, donde estuvo gratamente acompañado del Párroco de dicho recinto, Pbro. José Luis Guzmán Pérez, quien cuidó el más mínimo detalle para que la fiesta patronal de este hermoso Templo Parroquial fuera todo un éxito, dado que tuvo excelente convocatoria para que los fieles acudieran con profundo fervor, evidente entusiasmo y auténtica devoción a venerar la Virgen-Madre, quien siempre nos recibe con amor nuestras súplicas y oraciones de todo tipo. Indicó nuestro pastor: “María es la Hija predilecta de Dios Padre, imploremos pues su protección, su consejo y con-

suelo, no nos olvidemos de nuestra Madre siempre tan milagrosa y digámosle como en la Salve, “…Bajo tu amparo nos acogemos Santa Madre de Dios, vela por nuestras familias tan acosadas por el mal, tan lastimadas por tantos males y tan desintegradas”. “Es preciso decirle: “Bajo tu amparo nos acogemos Santa Madre de Dios, cuida de mi familia y de todas las familias del mundo entero que debemos consagrarnos a tí y defiéndenos de todos los peligros, ¡Oh Virgen gloriosa y bendita!”.

“En siglos pasados todas las generaciones de madres de familia se consagraban a la Virgen y consagraban a toda su familia a la Madre de Dios; hoy es triste que ya no lo hagamos, porque tal parece que tenemos otros intereses, otros ídolos, otros dioses que nos hemos puesto, nos hemos alejado de Ella y de su hijo Jesucristo”. “Confíate a Ella como un bebé se confía a su mamá; conságrate todos los días a la Virgen pura, desde que despiertas, desde temprana hora, que sea lo primero que hagas, y que nuestra oración sea tan profunda, duradera y comprometida que nos dejemos arropar por su manto y sintamos su protección, intercesión y consejo”. “No olvidemos que María Santísima es Sagrario de la Santísima Trinidad, en ella habita el Padre, el Hijo y Espíritu Santo y así como Cristo llena el Sagrario en la Hostia Santa, así ella es SAGRARIO DEL ESPÍRITU SANTO”. “Ella es la bendita entre todas la mujeres, la que le dio un SÍ definitivo a Dios sin titubear”.

Por LCC Angélica Maldonado Morales

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on mucho fervor, la comunidad parroquial de Nuestra Señora de la Soledad, del municipio de Soledad de Graciano Sánchez, celebró la festividad en honor a Nuestro Señor del Refugio, encabezando las peregrinaciones, entradas de cera con bandas de guerra y el novenario de Misas, el Pbro. Ramón Gómez Ramírez, quien acompañado de sus Vicarios, organizó esta fiesta patronal anual que siempre ha sido muy significativa para la feligresía. Los fieles escucharon atentos las palabras del Padre Ramón, quien les dijo que Jesucristo debe ser lo más importante de nuestra vida. En Él se debe centrar nuestra forma de pensar, de ser y actuar y todo lo que realicemos o hablemos debe ser para su mayor gloria, la Santificación de las almas y desde luego, nos debe llevar a alcanzar nuestra propia santificación”. “Todo lo que hagamos o dejemos de hacer, todos nuestros pensamientos, palabras, obras e incluso omisiones deben ser por amor a Dios, pensando en Aquél que quiso dar su vida por nosotros”. “No podemos hacer oídos sordos a su Palabra insistente que nos llama

a renovarnos interiormente, a reconciliarnos con Él y nuestros hermanos que nos hayan hecho algún daño, porque no se trata de amar a los que ya nos aman, nos aprecian, admiran y respetan, sino a todos aquellos que siempre están hablando mal de nosotros, que quieren nuestra perdición y nuestros fracasos. Debemos amar a aquellos que nos envidian, nos tienen coraje, odio, rencor y pedir por su pronta conversión”. “Pidamos a Jesús por la conversión de los pecadores y que nos ayude a nosotros a ser fieles testigos de su Pasión, Muerte y Resurrección y que nos ayude a vivir esta Pascua santamente, amando y perdonando no a nuestros amigos sino a nuestros enemigos, --enfatizó-- ojalá todos podamos cumplir con esta encomienda que Cristo nos pide en su Evangelio”.


Bendición de la nueva e en la Casa d

La Iglesia potosina, ayudado por un sinnúmero de bienhechores, vive la caridad con cientos de hermanos migrantes que pasan por San Luis Potosí, todos ellos tocan las puertas de la casa de la Caridad con la esperanza de ser atendidos

Con la ayuda de instituciones, tanto gubernamentales como particulares, continúa adelante la construcción de las instalaciones para recibir a los migrantes, la mayoría de ellos venidos de países centroamericanos.

El Padre Rubén Pérez Ortiz, Director de la Casa de la Caridad, fue el encargado de dar la bienvenida a los bienhechores, así como a todos los migrantes que este día se dieron cita en este lugar.

Don Luis Morales, se acercó muy paternalmente a cada uno de los migrantes que en este día pasaron por la ciudad y llegaron a la Casa de la Caridad, bromeando y animándolos les mostró su cercanía y su amistad.

Entre niños, jóvenes y adultos el exilio de todos ellos invita a todos nosotros vivir la caridad y particularmente, como Iglesia, abrir las puertas para ampararlos en este difícil peregrinar, gracias a todos los que apoyan esta obra de caridad.

También uno de los motivos de la bendición de esta segunda etapa de la Casa de la Caridad, fue tener un encuentro con Don Luis Morales, pues también fue un buen pretexto para ofrecerle un desayuno, para agradecerle su apoyo a esta benemérita obra.


MAYO 06 DE 2012

etapa de construcción del Migrante Por.Josué Gómez

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l jueves 26 de abril del año en curso, en La Casa del Migrante, tanto colaboradores de la Dimensión de Pastoral Social y migrantes, formaron una gran valla humana, con el objetivo de recibir a distintas autoridades de gobierno y particulares que han apoyado la obra de construcción de esta casa, misma que ya está en funcionamiento, con una capacidad temporalmente limitada.

A nombre de la Dimensión de la Pastoral Social, uno de los jóvenes dirigió unas palabras a Don Luis Morales agradeciéndole su entusiasmo por promover la edificación de un lugar digno para los migrantes.

El Padre Rubén Pérez Ortiz, Director de la Casa de la Caridad, fue el encargado de dar la bienvenida a los bienhechores, autoridades, y miembros del Patronato Pro-construcción. El Padre Rubén, mencionó que está en ciernes la segunda y última etapa de construcción, para dar los acabados de la casa, tales como la cocina, dormitorios, el área comunitaria y la explanada. Don Luis Morales Reyes dirigió emotivas palabras de agradecimiento a los biehechores, colaboradores y a todos los migrantes que se encontraban presentes, al igual que a el padre Director de CÁRITAS, Pbro. Rubén Pérez. Agradeció muy emotivamente todo el apoyo incondicional que le han brindado tan generosas personas para esta obra humanitaria.

Miembros del Patronato pro-construcción también manifestaron unas palabras de agradecimiento al Arzobispo Emérito Don Luis Morales.

Al Final del convivio, todos los presentes posaron para la foto del recuerdo, de aquellos que pasaron este día con la esperanza de alcanzar su propósito, así como de quien promovió este espacio de caridad para con ellos: tanto el P. Rubén Pérez como Don Luis.

Miembros del Patronato pro-construcción también manifestaron unas palabras de agradecimiento por el apoyo recibido, al Arzobispo Emérito Don Luis Morales.


Bendición de una Nueva Casa de Cáritas

en la parroquia de Nuestra Señora del Refugio Por. Cáritas San Luis

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l jueves 26 de abril del año en curso el Sr. Cura Miguel López Cadena bendijo e inauguró la Casa de Cáritas en la Parroquia de Nuestra Sra. Del Refugio, en El Refugio, Cd. Fernández, SLP, con una solemne Eucaristía celebrada en el templo parroquial, la cual fue concelebrada por los PP. José Luis Mora Sanjuanero, Vicario Parroquial y el Pbro. Lic. Rubén Pérez Ortíz, Titular de Pastoral Social y Cáritas Diocesanas. se dió gracias a Dios y se oró por todos los benefactores. Se procedió a la Bendición de la nueva casa la cual consta de: un dispensario médico, un basar de ropa y un espacio para reunir las 50 despensas que mensualmente se entregan a las personas más necesitadas. En medio de un ambiente muy festivo y de mucha fraternidad, se bendijo y se realizó el corte del listón. Enhorabuena al trabajo fiel, perseverante y comprometido de nuestros laicos, Dios al final de sus vidas les haga merecedores por sus buenas obras del banquete de su Señor: “Porque tuve hambre y me diste de comer, tuve sed y me diste de beber, estuve enfermo y me visitaste, desnudo y me vestiste..” Mt 25, 33. Mesa Directiva: Presidenta Sra. Estela Torres Rodríguez Secretaria: Sra. Ericka Isabel Gallegos Martínez Tesorera: Sra. Virginia Martínez Santillán

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CRISTIADA

a CRISTIADA narra la época de la persecución a la Iglesia católica entre los años 1926 y 1929, a cargo del presidente Plutarco Elías calles. La película es dirigida por el estadounidense Dean Wright. Y entre los actores reconocidos que aparecen en la cinta están: Andy Garcia, Rubén Blades, Peter O’toole, Santiago Cabrera, Eva Longoría, Catalina Sandino Moreno, Eduardo Verástegui, Karime Lozano, Oscar Isaac y muchos más. La casa productora es Dos Corazones Films, misma que anteriormente sacó en dibujos animados y en 3D, EL GRAN MILAGRO. La película llega en un momento fuerte para México, ya que recientemente se tuvo la visita del Papa Benedicto XVI, y también fue aceptada la reforma al artículo 24 de la Constitución política mexicana, donde concede libertad de culto. Recordando que no se tenía propiamente dicho y también recordar que hasta hace algunos años los sacerdotes no podían andar por la calle con camisa clerical y mucho menos con sotana, ya que eran acreedores de una multa. LO BUENO. La película tiene un buen guión que lleva a conocer como se fueron dando los acontecimientos de la llamada guerra cristera. Y no se puede decir nada negativo con respecto al vestuario, la fotografía y escenarios, son de la mejor calidad. Claro está que todo esto fue posible ya que hasta el 2011 Cristiada era la película mexicana en la que más dinero se había invertido para la producción. Se menciona que fueron 110 millones invertidos en el proyecto. Simplemente podemos decir que en cuestión técnica superó las expectativas. Lo bueno que también puedo rescatar, es que la película presenta la vida virtuosa de los grandes hombres que tomaron las armas para defender su fe. Podemos ver algunos rasgos de la vida de los beatos Anacleto González Flores y el niño José Luis Sánchez del Río y que gracias a la entrega de este último y la entrega del padre Jorge Reyes Vega que es interpretado por el chileno Santiago Cabrera, al final el general Enrique Gorostieta pide la confesión después de que solamente participaba de la guerra por pura conveniencia personal. LO RARO. La película no goza de muchos efectos especiales, muy a pesar de haber sido dirigida por el muchas veces nominado a premios y ganador de un Oscar en el 2004 por efectos especiales y visuales Dean Wright. Al no gozar de tantos efectos le hace ver más realismo. Aunque por ahí en algunas partes se vea la mano Holywoodense en escenas donde hay disparos, como en la que el Cristero Victoriano Ramírez, interpretado por el guatemalteco Oscar Isaac, se gana el apodo del 14 por matar a estos mismos él sólo. Pero estos tintes de acción le hacen también entretenida y a la vez ilustrativa sobre aquel acontecimiento. Lo raro es que también muchas personas esperan ver particularmente de forma detallada la vida de muchos cristeros que ahora son santos y otros beatos, pero la película no se basa totalmente en ellos. Por ahí se ve algo de la forma como torturaron a los dos beatos interpretados por Verástegui y Kuri pero son los únicos que salen. LO MALO. En la actualidad se pide tolerancia para muchos aspectos que van en contra de la moral cristiana, pero cuando se trata hablar de religión y de derechos humanos se le calla la boca a los consagrados. En México todavía se tienen leyes que prohíben a la Iglesia tener concesiones de radio o de televisión y eso demuestra que vivimos sometidos a algunas partes de esas leyes que se promulgaron en contra de la fe católica. Lo malo será que mucha gente vea esta película y no levante la voz contra los que son opresores y odian a Dios y a la Iglesia. No veamos esta película solamente para entretenernos, sino para hacer conciencia y exigir libertad de religión. Podemos decir con toda seguridad que lo que gozamos ahora con respecto a la religión se debe a los miles de cristeros que dieron su vida por amor a la Virgen María y a Cristo Rey. ¡Viva Cristo Rey!


ABRIL 22 DE 2012

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Los apellidos Y

o fui uno de los que también creyó en la cigüeña. De hecho, la primera crisis intelectual de mi vida tuvo lugar gracias a esta ave misteriosa. Me decía a mí mismo: «Bien, la cigüeña es un pájaro flaco, grande y fuerte; pero, ¿cómo es que pudo hacer el nudo de los pañales?». Esta pregunta, la primera tal vez de todas mis preguntas, fue respondida con un golpe de imaginación. Me imaginé a Dios (un señor de largas barbas blancas) haciendo cuidadosamente un paquete y colocándolo después en el largo pico de su mensajera. Pero no todo acababa allí, pues aún quedaban otros muchos enigmas por resolver. Por ejemplo: en caso de que el animal se equivocara de techo o de dirección, ¿qué hubiera sido de mí? ¿Habría tenido otros padres de los que de hecho tenía? La cosa era alarmante, porque ¿cómo es que decían mis parientes que me parecía a mi madre si podía ser igualmente el hijo de la vecina? No, la cosa no era tan sencilla, y se necesitaba ser muy cándido para aceptar sin problemas tales explicaciones. Mi nariz, según decían mis tías cada vez que podían, era la misma nariz de mi padre; ahora bien, ¿cómo es que mi nariz era precisamente así y no más ganchuda o más recta, de modo que el vecino de dos casas más allá, en caso de un error en la entrega, hubiera podido aceptarla sin rechistar y sin hacerse demasiados cuestionamientos? ¿Existían, pues, niños que no eran hijos de sus padres, y padres que no lo eran de sus hijos? Y todavía: ¿uno no era nunca más que un recogido? ¡Un verdadero problema que sólo se resolvió cuando supe la verdad de todo! Entonces descarté la explicación de la cigüeña y lancé un suspiro de alivio. Porque lo problemático no era saber que, al igual que los animales, también nosotros habíamos ido creciendo en el vientre de nuestras madres; eso se entendía bastante bien, sobre todo si habíamos tenido en casa perros o gatos. Lo verdaderamente problemático era lo otro, lo de ser hijos de la casualidad. ¡Bienaventurados los niños, porque para ellos es mucho más clara la verdad que la mentira! Parecerá cosa de risa, pero en más de una ocasión me he escuchado a mí mismo dándole a Dios las más

sinceras gracias por no habernos hecho (en este caso sería mejor decir ensamblado) en una especie de fábrica celestial de bebés que, por muy celestial que fuera, no podría ser muy diferente a aquel pavoroso Centro de Acondicionamiento que tan bien describió Aldous Huxley en Un mundo feliz. ¡Qué bueno que Dios no nos armó en una fábrica como ésa, ni nos lanzó al azar del vuelo de un pajarraco! ¡Qué fortuna que nos quiso carne de otra carne y vida de otra vida! ¡Qué bueno que el color de los ojos, la textura de la piel, el tamaño de las manos e incluso las dimensiones de nuestro mentón nos hayan sido dados a través de otros, esos otros que no son solamente nuestros padres, sino también nuestros abuelos y bisabuelos y toda esa larga serie de hombres y mujeres que designamos con el altisonante nombre de antepasados! De esta forma nos ligamos a un tiempo que de tan remoto no creíamos nuestro y que de alguna manera nos hace probar, aunque sea en migajas, eso que sólo pertenece a Dios y que se llama eternidad. ¡Quién hubiera dicho que para que yo existiera fue necesario que un 27 de julio de 1813, a las cuatro y media de la tarde, dos jóvenes vestidos de una manera que hoy nos parecería extraña se encontraran bajo la sombra de un flamboyán en la plaza de su pueblo! Si ellos no se hubieran conocido, muy diferente del que es habría sido mi destino. Desde la perspectiva de lo sobrenatural, de Dios, yo era una de las consecuencias posibles de aquel encuentro lejano. ¿Cómo es que se conocieron? No lo sé, pero aquel acontecimiento me concierne directamente, aunque haya tenido lugar hace más de siglo y medio. Tengo una deuda muy grande con esos dos seres a quienes no conocí y que no he podido ver ni siquiera en viejas fotografías carcomidas por el tiempo o los ratones. Son los muertos de mi vida. Agregarle a nuestro nombre dos apellidos es, si no me equivoco, reconocer la deuda que tenemos con ellos y decir: «Sin estos seres, mi misterio personal no podrá ser nunca descifrado. Yo no me debo completamente a mí mismo, sino que soy deudor de unos encuentros que me precedieron y de los que no tuve noticia. No soy pues hijo de mi sola libertad, sino también

de muchas libertades que me antecedieron en el mundo y que ahora ya no están». Los portugueses, por un acto de reverencia hacia la mujer, utilizan primero el apellido materno y sólo después el paterno. Pero el orden de los factores ni en matemáticas ni aquí altera el producto. De los hombres y mujeres que pueblan una cierta zona de México dijo una vez Juan Rulfo (1917-1986) a Luis Harss en el transcurso de una entrevista: «Casi todos han emigrado. Los que se han quedado atrás lo han hecho para no dejar a sus muertos. Los antepasados son algo que nos liga al lugar, al pueblo. Ellos no quieren abandonar a sus muertos. A veces, cuando se van, cargan con ellos. Llevan sus muertos a cuestas. Y hasta cuando los abandonan, de alguna manera siguen acarreándolos».

¿Por qué el hombre antiguo no usó apellidos?

Porque vivió siempre entre sus muertos. Pero el hombre moderno empezó a moverse tanto que, al no poder cargar físicamente con ellos, los empezó a cargar espiritualmente en los apellidos, y desde entonces los carga. El hombre es el único ser que lleva a sus muertos adondequiera que va.


Contrato de abasto de maíz Por Mtro. José Ricardo García López

En la ciudad de San Luis Potosí, en cuatro de noviembre de mil ochocientos nueve años. Ante mi el escribano y testigos; los regidores honorarios del Ilustre Ayuntamiento de esta capital, don Pedro de Ymás, Síndico Procurador general de este común y don Antonio Manuel López, vecinos de ella (a quienes doy fe conozco) dijeron: que a consecuencia de haberse verificado el día doce de octubre último la junta que en su sala capitular dispuso el expresado Ilustre Cuerpo por su acuerdo de tres del mismo mes se celebrase de los vecinos de distinción y caudal con el objeto de que en consideración a que la existencia de maíz que hay en el pósito, no es suficiente para redimir al público de los daños, males y perjuicios que le prepara la esterilidad del presente año, manifestaren su patriotismo con el gracioso y voluntario préstamo de la cantidad de reales que a cada uno le fuere posible hacer para el acopio de aquella semilla. Ofreció el Administrador Jubilado de Correos Y Alcalde Ordinario de primera elección de esta referida ciudad don José Pablo de la Serna, contribuir para tan laudable fin, con quince mil pesos, bajo la nominada calidad de préstamo y precaria condición de caucionarlos con la hipoteca de los fondos del pósito, y habiéndose comisionado a los otorgantes para la colectación de las cantidades ofrecidas por los demás individuos que componen la relatada junta, su inversión en la indicada semilla, devolución a los interesados, y celebración del instrumento pretendido; por el relacionado don José Pablo de la Serna, han deliberado realizar éste, y al efecto me han hecho presentación de un testimonio comprehensivo del citado acuerdo, cuyo tenor a la letra es el siguiente:

Lic. Ignacio Rico Martínez todos@uniondepadres.com Unión Nacional de Padres de Familia Comité Estatal de San Luis Potosí

P

E

l arrendamiento del antiguo Derecho Romano es una figura jurídica que subsiste en el actual derecho occidental, aunque ha tomado diversas formas; así como ya hemos visto tenemos, el arrendamiento de ejidos, de plazas de gallos, de ganado y otros más que han pasado a ser contratos de concesión y de aparcería. En realidad al contrato de concesión se adecua un buen número de contratos practicados en el pasado, por mencionar sólo algunos: el abasto de carne al público por un particular; la atención médica a la población, mediante una iguala que pagaba el ayuntamiento; el aseo público, la conducta de valores; construcción de obras hidráulicas; abasto de granos y semillas en las alhóndigas. Todos estos contratos se celebraban después de que, la autoridad del pueblo públicamente los ofrecía al mejor postor, anunciándose por los medios que se tenían al alcance, como lo eran los pregones y la fijación de rotulones (tenían la misma función que los anuncios que actualmente se imprimen en grandes telas o lonas) en los lugares acostumbrados para ese fin, y que la población conocía sobradamente. Cuando los interesados en estos negocios habían hecho sus posturas respectivas, se celebraba el remate en la plaza principal bajo los arcos de las Casas Reales o lo que actualmente es el Palacio Municipal, dada la plegaria de las doce, es decir, al terminar las campanadas para el rezo del ángelus. De esta suerte la población se percataba, no sólo de que se ofrecían las concesiones a la venta (mediante los pregones y los rotulones), sino también, con el remate, se enteraban de quién o quiénes eran los responsables de esos servicios. A manera de ejemplo analizamos el contrato de abasto de maíz que aparece consignado por el escribano real Antonio María Suárez, en el protocolo de 1809, el día 4 de noviembre de la foja 318 vuelta a la 323.

Los Cristeros or estas fechas se está exhibiendo en cartelera en todo México la película La Cristiada que habla sobre una parte de la historia de México en la que los Gobiernos Masónicos emanados de la Revolución Mexicana persiguieron con saña y maldad a la Iglesia y a todos los católicos de México. Venustiano Carranza, Álvaro Obregón, Plutarco Elías Calles “El Jefe Máximo de la Revolución Mexicana”, Emilio Portes Gil, Pascual Ortiz Rubio y hasta Lázaro Cárdenas protagonizaron la mayor persecución religiosa que haya tenido lugar en América Latina.

Aquí el testimonio. En esta parte el escribano inserta una copia del acta que se levantó en la junta celebrada por el Cabildo, el día doce de octubre de 1809 y prosigue con el contrato de depósito irregular sin intereses y con garantía de los fondos presentes y futuros del pósito, y al plazo que se necesitara para vender el maíz que se iba a adquirir con los quince mil pesos. Continúa el escribano de la manera siguiente: En cuya consecución, los susonominados Don Pedro de Ymás y Don Antonio Manuel López, poniendo en efecto esta escritura, en la mejor y más bastante forma que por derecho haya lugar, otorgan que han recibido del precitado Don José Pablo de la Serna la cantidad de quince mil pesos en reales de plata común y cuño mexicano, contados a su contento, de la que se dan por recibidos y entregados a toda su satisfacción, sobre que renuncian las leyes del no entrego y su prueba con las de la non numerata pecunia y demás sus concordantes, obligándose a devolverlos en la misma especie luego que se expenda el maíz que con ellos ha de comprarse para el surtimiento de este público, y en uso de las facultades con que los ha autorizado el Muy Ilustre Ayuntamiento, hipotecan para su seguridad, especial y expresamente, los fondos del pósito de esta mencionada ciudad presentes y futuros con todas las solemnidades, cláusulas, requisitos y condiciones congruentes y necesarios a la firmeza y estabilidad del contrato que queda relatado y para que la solución de la deuda tenga cumplimiento a su debido tiempo, los someten a la jurisdicción de los jueces de Su Majestad que de este asunto puedan y deban conocer, con expresa renunciación de cuantas leyes favorezcan al ramo enunciado, y la general del derecho en forma. En cuyo testimonio así lo otorgaron y firmaron siendo testigos don Juan José Domínguez, don José Ignacio Pérez y don Ildefonso Garcés de esta vecindad. Doy fe. Antonio Manuel López (rúbrica) Pedro Ymás (rúbrica) Ante mi Antonio María Suárez. (rúbrica)

El contrato que hemos transcrito nos da cuenta de la forma en que el Ayuntamiento de San Luis Potosí, procuraba abastecer de alimentos a la población, en este caso concreto, de maíz, que era, como sigue siendo en la actualidad, un alimento básico en la dieta alimenticia mexicana y sobre todo para las clases desposeídas. Con la lectura de este contrato nos enteramos de que desde muy antiguo ya existían potosinos generosos como es el caso de DON JOSÉ PABLO DE LA SERNA.

Gobiernos masónicos que antepusieron sus propios intereses a los intereses de sus gobernados e inclusive a los intereses de la Patria otorgando concesiones a los Estados Unidos por reconocimiento a sus gobiernos y ayudas de armas para combatir a sus propios adversarios y a su pueblo. Hace unos días, el candidato de Nueva Alianza Gabriel Quadri comentaba frente a un foro de empresarios que todos los héroes que tenemos son héroes violentos, todos nuestros próceres son gente –sobre todo los revolucionarios- que se asesinaron entre sí por el simple hecho de buscar el poder, pleitos intestinos que sumieron a México en un profundo atraso del cual aún no hemos podido salir. ¿Y saben qué? queridos lectores… tiene razón. Es por eso que hoy, les sugiero unos nombres como para considerarlos como héroes nacionales ya que ellos sí lucharon por la libertad de cada uno de nosotros. Anacleto González Flores, Luis Magaña, Toribio Romo, Cristóbal Magallanes, Julio Álvarez, Sabas Reyes, José Sánchez Del Rio, etc… estos pueden ser, sin duda, nuestros nuevos próceres… Tocando el tema al que nos invita a la reflexión esta película de la Cristiada, podemos también llegar a admirar a la gente humilde del pueblo en su mayoría campesinos, indígenas que se levantaron en armas para defender su derecho a la libertad frente a un gobierno sordo e incapaz de entender el sentido profundo de la religiosidad de sus gobernados. Una guerra justa, ya que ante la ignomiosa cerrazón de los gobiernos antes mencionados, no le dejaron al pueblo otra salida que defender sus derechos por la vía de las armas. Es el único levantamiento armado a lo largo de la historia reciente de México que ha sido financiado por el mismo pueblo. Invito a todos nuestros amables lectores sean creyentes o no, que vayan a ver la película, ya que nos puede ilustrar sobre la HISTORIA DE MÉXICO QUE TE QUISIERON OCULTAR. Acordémonos que el pueblo que no conoce su historia está condenado a repetir los mismos errores. Esta película como bien lo indica su productor, no busca reabrir las viejas heridas, sino busca que entendamos la historia para reconciliarnos a todos en la lucha por los derechos humanos más fundamentales que es el derecho a la vida, la libertad religiosa, libertad de expresión, etc., estos nuevos próceres murieron por defenderlos. Hagámoslos propios y no les fallemos.


Fe y política Para que exista la Democracia, se necesita paz, desarrollo, participación y solidaridad (Mensaje de los Obispo con motivo del Proceso electoral) Segunda parte

La Paz La paz no es simplemente ausencia de guerra, ni siquiera un equilibrio entre fuerzas adversarias, sino que se funda en una correcta concepción de la persona humana y requiere la edificación de un orden según la justicia y la caridad. La paz es fruto de la justicia (Is 32,17) y se construye día a día. Las diferencias económicas, sociales y culturales demasiado grandes entre los pueblos provocan tensiones y discordias y ponen la paz en peligro. Combatir la miseria y luchar contra la injusticia es promover, a la par que el mayor bienestar, el progreso humano y espiritual de todos, y por consiguiente, el bien común de la humanidad. El Desarrollo Cada hombre está llamado a promover su propio progreso. El desarrollo integral podría parecer imposible en regiones donde la preocupación por la subsistencia cotidiana acapara toda la existencia de familias incapaces de conseguir un trabajo que les prepare para un porvenir menos miserable. Y, sin embargo, es precisamente a estos hombres y mujeres a quienes hay que convencer que realicen ellos mismos su propio desarrollo y que adquieran progresivamente los medios para ello. Que cada uno se persuada profundamente: está en juego la vida de los pueblos pobres, la paz civil de los países en vía de desarrollo y la paz del mundo. Hoy muchos hombres, quizá la gran mayoría, no disponen de medios que les permitan entrar de manera efectiva y humanamente digna en un sistema de empresa, donde el trabajo ocupa una posición realmente central. No tienen la posibilidad de adquirir los conocimientos básicos que les ayuden a expresar su creatividad y desarrollar sus capacidades. Ellos, aunque no son explotados propiamente, son marginados ampliamente, y el desarrollo económico se realiza, por así decirlo, por encima de su alcance, limitando incluso los espacios ya reducidos de sus antiguas economías de subsistencia. Parece, pues, que el mayor problema está en conseguir un acceso equitativo al mercado internacional, fundado no sobre el principio unilateral de la explotación de los recursos naturales, sino sobre la valoración de los recursos humanos. La cooperación al desarrollo de todo el hombre y de cada hombre es un deber de todos para con todos. Desarrollo que además de implicar los aspectos

económicos y sociales, debe comprender también la identidad cultural y la apertura a lo trascendente de los pueblos. La Participación El deber inmediato de actuar en favor de un orden justo en la sociedad es más bien propio de los fieles laicos. Como ciudadanos del Estado, están llamados a participar en primera persona en la vida pública. Por tanto, no pueden eximirse de la multiforme y variada acción económica, social, legislativa, administrativa y cultural, destinada a promover orgánica e institucionalmente el bien común. La misión de los fieles laicos es, por tanto, configurar rectamente la vida social, respetando su legítima autonomía y cooperando con los otros ciudadanos según las respectivas competencias y bajo su propia responsabilidad. Los partidos políticos tienen la tarea de favorecer una amplia participación y el acceso de todos a las responsabilidades públicas. Los partidos están llamados a interpretar las aspiraciones de la sociedad civil orientándolas al bien común, ofreciendo a los ciudadanos la posibilidad efectiva de concurrir a la formación de las opciones políticas. La Solidaridad La cumbre insuperable de la solidaridad es la vida de Jesús de Nazaret, el Hombre nuevo, solidario con la humanidad hasta la “muerte de cruz” (Flp 2,8) es el Dios con nosotros, que se hace cargo de las enfermedades de su pueblo, camina con él, lo salva y lo constituye un solo pueblo. De manera que nos enseña, que el prójimo no es solamente un ser humano más para nosotros, sino que se convierte en la imagen viva de Dios Padre. Por tanto, debe ser amado, aunque sea enemigo, y por él se debe estar dispuesto al sacrificio, incluso extremo: “dar la vida por los hermanos” (Jn 15,13). La solidaridad no es un sentimiento superficial por los males de tantas personas, cercanas o lejanas. Al contrario, es la determinación firme y perseverante de empeñarse por el bien común; es decir, por el bien de todos y cada uno, para que todos seamos responsables de todos. La solidaridad es, en primer lugar, que todos se sientan responsables de todos; por tanto, no se la puede dejar solamente en manos del Estado.

Mayo, mes del seminario Don Luis Morales Reyes

ME GUSTA MUCHO LA FRASE: “El Seminario es el corazón de la Diócesis” del Concilio Vaticano II. En el Decreto sobre la formación sacerdotal la frase completa dice: “Todos los sacerdotes consideren el Seminario como el corazón de la diócesis y préstenle con gusto su personal colaboración” (OT 5). Todos sabemos que el corazón comunica vida al organismo pero también recibe vida de él; es el órgano central de la circulación de la sangre. La palabra corazón es sinónimo de espíritu o, mejor, de alma, voluntad, amor, centro de algo, implica toda la vida íntima tanto espiritual como sensible. “El Seminario es el corazón de la Diócesis”. Recuerdo esta hermosa frase porque el 1º. de Mayo, fiesta de San José Obrero, es el día de nuestro Seminario Guadalupano-Josefino; es más, el mes de mayo es, en esta Arquidiócesis, MES DEL SEMINARIO. Este corazón comunica vida a toda la comunidad diocesana, su fecundidad sacerdotal no se ha agotado. De nuestro Seminario, a lo largo de sus 155 años de historia, han egresado cientos de sacerdotes, muchos de ellos santos e ilustres que ha enriquecido la vida eclesial y social: don José María Guillén, don Primo Feliciano Castro, don José María Guajardo, don Jesús de la Mora, Mons. Joaquín Antonio Peñalosa, Mons. Rafael Montejano Aguiñaga, Mons. Guillermo Dip Ramé, Mons. David Palomo Solís, por mencionar sólo algunos. Además, ha dado a la Iglesia siete Obispos, si no me equivoco. Nuestro querido Seminario sigue siendo una esperanza sacerdotal. He experimentado gran alegría al realizar la Visita Pastoral al Seminario y tuve la oportunidad de reunirme con el Equipo Formador, con un buen número de alumnos en dialogo personal, y, en reunión comunitaria, con los alumnos de las Facultades de Filosofía y Teología, por separado. Tanto los formadores como los alumnos me presentaron sus inquietudes, preocupaciones y anhelos. En los sacerdotes pude ver la entrega generosa a esta

tarea que es ardua y compleja pero hermosa y gratificante; en los alumnos percibí mucha riqueza humana, transparencia, madurez y una vocación sólida abierta a la necesaria disciplina que forja los futuros sacerdotes, bajo la guía del Espíritu Santo; sacerdotes que hoy necesita el mundo, la iglesia y nuestra Arquidiócesis, sacerdotes, según el corazón de Dios, que “sean capaces de transparentar en su persona el modo de vida y estilo pastoral del mismo Jesucristo” (Objetivo general del Proyecto Formativo del Seminario, 2004). Sentí más viva la urgencia de la Iglesia para que el Seminario sea una escuela del Evangelio donde se viva el seguimiento de Cristo como los Apóstoles, donde se eduque para el servicio de Dios y de los hombres, donde los alumnos se configuren con Cristo, Buen Pastor, para un mejor servicio sacerdotal en la Iglesia, donde el futuro sacerdote dé la respuesta del don total de su vida, para siempre. El Seminario es, además, una comunidad educativa en camino, donde se busca el trato íntimo y prolongado con Jesús; es una experiencia original de la vida de la Iglesia donde cada uno colabora, según su propio don, al crecimiento de todos; es una comunidad que forma fieles discípulos y audaces misioneros; es, en fin, una comunidad educativa, toda ella intensamente dedicada a la formación, humana, espiritual, intelectual y pastoral. Queridos lectores y lectoras: el corazón da vida pero también recibe vida de todo el organismo. El Año Sacerdotal es también año del Seminario, año de comunicarle mucha vida, año de oración para que el Señor nos conceda abundantes vocaciones en medio de un mundo que valora sólo el éxito humano, social, recreativo, profesional y económico como las máximas opciones y proyectos de vida para los jóvenes. Acompáñenos también con su ayuda material. La mayoría de nuestros seminaristas provienen de familias pobres. Yo recuerdo agradecido que me formé, gracias a la generosidad de muchas personas que no conocí pero por las que pido a Dios frecuentemente. ¡Gracias por su amor al Seminario! Ruego al Señor que les recompense, en abundancia.


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Por Pbro. Margarito de la Torre

El Buen Pastor y otros pastores Segunda parte

A

quienes solicitan el bautismo para sus hijos y no están casados le hablo también que Dios se vale siempre de mediaciones: Dios se ha valido de ustedes para darle la vida a su hijo, pero quiere también valerse de ustedes para prodigar su amor de Padre, porque ustedes son medios, más no dadores de la vida; ¿pero si ustedes no están en comunión con Dios y con la Iglesia, cómo pueden alimentarse del amor de Dios? Estoy seguro que ustedes quieren lo mejor para su hijo, y lo mejor es que sea un hombre o una mujer de Dios; ustedes no sólo deben hablarle de Dios a su hijo sino trasmitirle la experiencia de Dios. ¿Y quién puede dar lo que no tiene? ¿Cómo podrían trasmitir el amor de Dios a sus hijos si ustedes no gozan del amor de Dios? Y no es que él les niegue su amor, son ustedes quienes teniéndolo a la mano, no lo aceptan, no lo reciben. El ser humano aprende por imitación; hace lo que ve que hacen, y los primeros modelos de vida son sus papás; así que la vida de sus hijos depende en gran manera del modelo de vida que ustedes le ofrecen; esto lo toman sobre todo cuando ellos son pequeños; a menor edad, mayor influencia en sus vidas; son como una esponja que todo lo absorbe; después aprenderán a distinguir: esto sí, esto no; pero la formación básica ha sido dada; la formación o deformación prácticamente están hechas. También les digo a quienes están sin casar, que no tenemos la vida comprada; no sabemos en qué momento nos pueda llamar Dios; por eso debemos estar siempre bien con él, viviendo en gracia. Les digo también: cuando bautizan a su hijo hay fiesta en el cielo, pero de la que ustedes no participan; cuando haga su Primera Comunión será un banquete celestial, el mejor, más delicioso y sustancioso que pudiéramos imaginar, pero en el que ustedes no pueden participar. Para entrar a ese banquete hay que llevar el traje de boda, porque si alguno quisiera participar indignamente sería arrojado a las tinieblas (Cfr. Mt 22, 11-13). La mayoría de las parejas que viven en unión libre son jóvenes. Es bueno tener en consideración las actitudes de la mayoría de los jóvenes de hoy: Los jóvenes de hoy no quieren tomar decisiones trascendentes, parece que tienen miedo a compromisos duraderos; y lo peor de todo es que sólo quieren pasar el tiempo, sin advertir que el tiempo pasará sobre ellos y cuando quieran hacer algo bueno ya no les alcanzará el tiempo. Ha de ser parecido a lo que pasaría con un bebé que, en el vientre materno tuviera la opción de nacer o permanecer allí, sin que nada le cueste, recibiéndolo todo de gratis, pero pasado algún tiempo muriera en el vientre materno, y probablemente junto con su madre. O como la cría de algún ave que decidiera permanecer en su nido, sin atreverse a volar, esperando que sus padres le provean de alimento siempre. Hay jóvenes que son incapaces de vivir por sí mismos, sin el sustento que sus padres les dan; pero también los hay que a muy temprana edad salen de casa para vivir en otro lugar, y al no estar preparados son víctimas de los vicios, del mundo, y terminan por echar a perder sus vidas. Ante esto, hay una gran responsabilidad por la formación; pero, otra vez: ¿alguien puede dar lo que no tiene? ¿Dónde hay una universidad para padres y esposos? Creo que sí la hay, en el seno de la Iglesia, pero no siempre la buscamos, y los medios no siempre estamos disponibles o a la altura de las circunstancias, de las necesidades actuales. Hace poco hablábamos, en un retiro para catequistas, sobre la necesidad de actualizar los métodos de la enseñanza, de la formación en la fe. Dábamos un ejemplo: hace algunas décadas había grandes librerías y discotecas; cuando surgió la computadora y el internet, revolucionaron los medios; y aquellas librerías y discotecas que no se adaptaron al nuevo mercado que ofrecían los medios electrónicos, quebraron. Creo que en este sentido se dio el mensaje de Juan Pablo II, cuando nos hablaba de la nueva evangelización, “nueva en su ardor, nueva en sus métodos”. También decíamos, en la preparación de los misioneros (muy pocos por cierto, alrededor de diez) que nosotros somos los primeros en enamorarnos de Cristo, en creer en sus palabras; porque si no estamos convencidos, ¿cómo vamos a convencer? Aquí surge otra cosa necesaria, a mi parecer: la sabiduría; y el saber, según tengo entendido, tiene la misma raíz latina que sabor o al menos en otra lengua así parece: sapere, sapore. No hablo de erudición, de montón de conocimientos; hablo, en pocas palabras, de llenarnos de Dios. La sabiduría divina es darle sabor a la vida, es gozo en el Señor. “Haz la prueba y verás que bueno es el Señor”. Todo esto implica esfuerzo, trabajo y a veces sacrificio, pero también muchas recompensas. Termino con una frase que leí, no me acuerdo dónde ni cuándo, pero que son de esas que marcan en la vida, porque te sacuden: “es preferible desgastarse, que oxidarse”. Alabado sea Jesucristo.

L

a palabra “Pastor” se empleaba en el Antiguo Oriente con frecuencia a los reyes. En el Antiguo Testamento Dios le encomienda a David la tarea de pastorear a su pueblo Israel (2Sam 5,2) y los príncipes del pueblo se comparan con frecuencia con pastores. Ezequiel contrapone los dirigentes de Israel -que se apacientan a sí mismos en lugar de apacentar a sus ovejas- con el Señor, como modelo de pastor: “Como sigue el pastor el rastro de su rebaño cuando las ovejas se le dispersan, así seguiré yo el rastro de mis ovejas y las libraré sacándolas de todos los lugares por donde se desperdigaron un día de oscuridad y nubarrones” (Ez 34,1-10.12). San Juan, en su evangelio, presenta a Jesús como «Buen “Pastor”, o por dar una traducción más adecuada, como «modelo de pastor». El pastor modelo es el que da su vida por las ovejas. Quien no ama a las ovejas hasta ese extremo no es buen pastor. El pastor aparece en el evangelio de hoy por oposición al asalariado que apacienta a las ovejas por dinero; el asalariado cuando viene el peligro (lobo) abandona a las ovejas a su suerte. La relación de Jesús pastor con las ovejas o discípulos, o creyentes, es una relación personal y recíproca de conocimiento profundo e íntimo (conozco a las mías y ellas me conocen a mí). Conocer a Jesús significa experimentar su amor e identificarse con su persona y actividad. Jesús buen pastor, demuestra que es el verdadero pastor porque entrega su vida por las ovejas. Jesús se entrega a sí mismo y así se recobra, porque al darse él mismo hace suyo el dinamismo de amor del Padre y de esta manera realiza su condición de Hijo, adquiriendo la plenitud del propio ser. Jesús se da a sí mismo por amor, no lo hace con la esperanza de recobrar la vida como premio a ese sacrificio (mérito), sino con la certeza de poderla tomar de nuevo, por la fuerza del amor mismo. Donde hay amor ilimitado hay vida ilimitada, eterna. Dar la vida significa creer hasta el fin en la verdad y el poder del amor. Jesús afirma su absoluta libertad en su entrega. Nadie puede quitarle la vida, él la da por propia iniciativa. Indica así

que, aunque sean las circunstancias históricas las que van a llevarlo a la muerte, eso puede suceder porque él ha hecho su opción de llegar hasta el fin. Esto es un obispo. Un hombre de gobierno, una especie de rey; él tiene un báculo, símbolo de su autoridad en diferentes aspectos: en la enseñanza, en la administración de los bienes sobrenaturales, en la atención de los fieles, hasta los más alejados. Esto es un obispo. Un pastor, es decir, un hombre que conduce y camina con el rebaño, que va al frente, que cuida hasta del más débil; conduce las ovejas hacia fuentes tranquilas: las fuentes de la gracia, que son los sacramentos, la vida espiritual. Esto es un obispo, un sumo sacerdote, que no tiene un interés más grande en la vida que el de ser fiel imitador de Jesucristo, que da la vida por sus ovejas; el obispo da la vida cuando se acerca a los fieles, cuando escucha, por sí o por las personas a quienes autoriza para escuchar y hablar en su nombre; cuando él celebra la Eucaristía es presencia apostólica, es presencia de Cristo: “el que los recibe a ustedes, me recibe a mí, y quien me recibe a mí, recibe a quien me ha enviado”. Felicidades Don Luis Morales en este aniversario, gracias por ser nuestro pastor en estos caminos del Potosí; gracias por ser buen pastor, por darnos su vida estos años.


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Palabra de Dios

El cáliz de la vocación Óscar Daniel Grimaldo V., Filosofía II Escribe tus comentarios a: ecos_seminarioslp@hotmail.com Sé nuestro amigo en facebook: Seminario Guadalupano Josefino

Puesto de rodillas oraba, diciendo: Padre, si quieres, aparta de mí este cáliz; pero no se haga mi voluntad, sino la tuya. Entonces se le apareció un ángel venido del cielo, que lo confortaba. Sumido en agonía, insistía más en oración. Su sudor se hizo como gotas espesas de sangre que caían en tierra. (Lc 22, 41-44)

L

a opción por la vocación sacerdotal podría ser algo parecido al miedo que Jesucristo sintió en esa noche en el Getsemaní; claro está que no en su totalidad, pero si nos puede servir como referencia para comprender cómo aceptar la voluntad del Padre.

En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: “Yo soy la verdadera vid y mi Padre es el viñador. Al sarmiento que no da fruto en mí, él lo arranca y al que da fruto lo poda para que dé más fruto.

Si permanecen en mí y mis palabras permanecen en ustedes, pidan lo que quieran y se les concederá. La gloria de mi Padre consiste en que den mucho fruto y se manifiesten así como discípulos míos”.

Palabra del Señor Gloria a ti Señor Jesús

Si tú sientes el llamado que Dios te está haciendo, no tengas miedo de enfrentarlo sino al contrario, tómalo con alegría, con el apoyo de tu Iglesia que tanto te necesita

Es por eso, que esta escena antes de su martirio nos permite reflexionar sobre el sentido del miedo en el hombre y tomarlo como ejemplo para saber enfrentarlo, pues el miedo a lo desconocido se esfuma conociéndolo y enfrentándolo, como el mismo Jesús nos enseñó, con la fortaleza que da la oración. Pues Jesús al sentir miedo extremo oró a su Padre, y él, al escuchar su oración no lo abandonó, sino que lo confortó enviándole al ángel que lo consoló; así Dios en tí no te deja solo cuando le hablas, sino también te envía su ángel

Evangelio según San Juan 15, 1-8

Ustedes ya están purificados por las palabras que les he dicho. Permanezcan en mí y yo en ustedes. Como el sarmiento no puede dar fruto por sí mismo, si no permanece en la vid, así tampoco ustedes, si no permanecen en mí. Yo soy la vid, ustedes los sarmientos; el que permanece en mí y yo en él, ése da fruto abundante, porque sin mí nada pueden hacer. Al que no permanece en mí se le echa fuera, como al sarmiento, y se seca; luego lo recogen, lo arrojan al fuego arde.

Con esto, no quiero decir que la vocación al sacerdocio sea una agonía, en absoluto, pero lo que sí pretendo es hacer una pequeña analogía del mismo; pues al escuchar el llamado que Dios hace en una primera instancia se sufre, da miedo y en muchas ocasiones desafortunadamente se opta por no cumplirla y abandonarla; pero después, se descubre y se enfrenta, se goza y se disfruta, así como le pasó a Jesús en su calvario, primero sufrió y murió, pero después resucitó y la alegría se desbordó. “No hay resurrección sin cruz, ni cruz sin resurrección”.

No olvides que el mismo Jesucristo sintió miedo al saber la voluntad de su Padre, incluso estuvo tentado a abandonarla, “aparta de mí este cáliz” y tú bien podrías decir “aparta de mí esta vocación, pues tengo miedo a lo que vendrá” pero Cristo la asumió como propia, después de orar con su Padre. Tú podrías caer en el error de decir, ¡qué fácil fue para Jesús enfrentar el miedo, pues es Dios!, y es cierto para él no hay imposibles, pues es Dios, pero tal vez se te está olvidando que además de ser verdadero Dios, es verdadero hombre, y como tal, Él experimento el miedo como cualquiera de nosotros, y a pesar de ese miedo quiso aceptar “el cáliz de la voluntad” y en tí podría ser, el aceptar “el cáliz de la vocación”.

“Yo soy la verdadera vid y mi Padre es el viñador”

La vid y los sarmientos

para que te conforte y oriente en tu decisión, y ¿cuál será ese ángel?, pues bien, ese mensajero de Dios puede ser: desde un miembro de tu familia, algún sacerdote o seminarista que conozcas y le tengas confianza o incluso los integrantes de la pastoral vocacional, que te ayudarán a discernir. Todos estos ángeles Dios los manda para que no te sientas desolado, sólo es decisión tuya de levantarte, enfrentar el miedo y dejarte ayudar. En fin, si tú sientes que Dios te llama, ¡NO TENGAS MIEDO! No trates de evadir lo que Él espera de ti, mejor conoce la vocación a la cual te sientes invitado y enfréntalo, pues entre más lo rechazas, más te haces esclavo e infeliz de esa duda que te embarga en tu ser, y Dios quiere de ti, no la esclavitud ni tu desdicha sino tu felicidad. Y ésta la obtendrás si reconoces sin miedo: ¡TU VERDADERA VOCACIÓN! Gracias a mis amigos que me han apoyado en esta vocación, a la gente que gratamente he conocido en mis pastorales que me han ofrecido desde su sencillez su gran riqueza y finalmente pero no menos importante, a mi familia, en especial a mis padres y hermanos que me han acompañado en esta aventura en mi formación sacerdotal.

Siguiendo el método pedagógico del Señor Jesús, que nos habla en parábolas, es decir nos pone ejemplos de la vida diaria: el Buen Pastor, la levadura, la cizaña, el grano de mostaza…así nos explica de manera clara y directa el mensaje del rey, el mensaje de la salvación. Este domingo nos ofrece la sugestiva parábola de la vid y los sarmientos, para enseñarnos que Él es la vid. En él está la fuente de la vida plena, de Él recibimos la sabia que fortalece nuestros débiles cuerpos, nuestra vacilante fé, nuestro ánimo en su seguimiento. Tarea de todos nosotros es permanecer unidos a Él, porque sin Él no podemos dar el fruto que se espera de cada uno de nosotros. También es importante dejarnos cuidar por Él, dice que es necesario podar para crecer y dar fruto; la poda siempre es dolorosa, de momento difícil de entender, pero verdaderamente necesaria por que si no la dejamos actuar, quedaremos arruinados. Es imposible ser buenos cristianos, audaces misioneros si no estamos unidos a Él. Ser cristiano exige vivir unido a Cristo; una unión de amistad cercana, sería muy triste practicar actos de fé sin estar verdaderamente unidos a Él y con Él. Estamos llamados pues, a permanecer en la vida, a permancer con la vida y dar frutos de vida. Por P. José de Jesús Cruz Rodríguez


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MAYO 06 DE 2012

Familia Educadora de la Fe, realizó su Primer Encuentro Nacional de Adultos (ENA) Por LCC Angélica Maldonado Morales

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on el objetivo de reflexionar a la luz del Amor de Dios el Kerigma para ser los Discípulos y Misioneros que el Señor quiere que seamos en esta etapa de la vida, el movimiento FEF (Familia Educadora de la Fe) llevó a cabo el sábado 21 y domingo 22 de abril, en las instalaciones de la Casa de Acción Católica, su Primer Encuentro Nacional de Adultos (ENA), e invitaron a Mons. Luis Morales Reyes a presidir la Celebración Eucarística, quien estuvo acompañado del Pbro. Francisco Salazar Valdéz y del Pbro. David Quintanar Flores, Asesor Eclesial del Área de Adultos a nivel nacional. Se impartieron temas de gran trascendencia: “El pecado y sus consecuencias”, “La Misericordia de Dios”, “Seamos Discípulos y Misioneros”, “Lectio Divina como respuesta ante el pecado y la Misericordia de Dios en mi Apostolado”, y concluyó con la Santa Misa. En su homilía, Don Luis Morales, nos exhortó a FORTALECER LA IDENTIDAD Y MISIÓN DE LA FAMILIA, ante un mundo devastado y tentado por la pérdida de valores, por la inseguridad, el crimen, la pobreza, los miedos, duelos, adversidades, injusticias, corrupción y nuestra falta de amor y compromiso como auténticos cristianos. “Una familia debe fortalecer su identidad y misión para poder servir en la verdad y en la esperanza; debe ser comunicadora de verdad y comunicadora de esperanza en un México que vive tantas desesperanzas, tantas frustraciones”. “Queridos integrantes de la Familia Educadora en la Fe, tienen ustedes y tenemos todos los creyentes en Cristo una gran responsabilidad y una tarea hermosísima, como es el de potenciar la familia. Claro está que se necesita ser más agresivos, más audaces, más valientes, para poder penetrar en los otros ambientes familiares, populares, rurales, para que esas familias del campo, de las colonias y del ambiente de las ciudades, sean portadoras de verdad, esperanza y amor, anunciando a Jesucristo”. “La familia tiene que saborear los grandes contenidos de nuestra fe, que debe ser FE MISIONERA, COHERENTE, ALEGRE, ENTUSIASTA”. “La Familia debe ser portadora de Fe, Esperanza, Amor, de la belleza y alegría de creer, de redescubrir las grandes verdades que nos ofrece el Catecismo de la Iglesia Católica, para que toque la vida social y los criterios de este mundo que cada vez están más alejados de Dios”. Finalmente los exhortó a rezar con profunda devoción el Credo, pero como plegaria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo y no como una simple recitación, sino sintiendo de corazón lo que le decimos que creemos.

El cinismo vs. el pudor: vulgaridad Ing. Humberto Aguilera Aldana.

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l cinismo es una manifestación de la degradación del individuo. Es una manifestación de la pobreza moral y ética del individuo. Es una característica de aquel que ha perdido toda idea de dignidad y autoestima. Es una característica de aquel que no se respeta a sí mismo ni a los demás. Es una característica de aquel que no tiene valores y que no le importan los valores de los demás. Al cínico no le importan las reglas o leyes de la sociedad, no las acepta ni las obedece, el cínico hace lo que se le pegue la gana aún atropellando material o moralmente a alguien. Es una persona profundamente egoísta, con una muy pobre educación y formación, con gran prepotencia y sin ninguna sensibilidad. En contraste con el cinismo, encontramos el pudor: este un don de Dios a través del cual el hombre da un gran valor a la intimidad de su ser y de su cuerpo. Es un don que te mueve a proteger la delicadeza de tu ser, de tu cuerpo, de tu propia intimidad, poniéndola a cubierto de los extraños. Es un don que te hace valorar tu cuerpo, que no es sino el exterior de tu espíritu, de tu alma. Que te hace consciente de la dualidad de que como persona estás integrada de materia y espíritu, y de que tu cuerpo es el estuche hermoso que contiene tu alma.

los hombres la vivan. Se le califica como una aberración, como algo contrario a lo que “tu cuerpo te pide”, se le califica como un convencionalismo social que hay que erradicar. No se piensa que la dignidad y valor de la persona incluya también el cuerpo, al que igualmente debes valorar y no permitir que sea usado egoístamente por ti o por otro sólo como un mero “satisfactor”. No olvides que el cuerpo es un templo del Espíritu Santo. La vulgaridad es la manifestación de cuan pobre puede ser un individuo, con muy poca sensibilidad, con muy poca autoestima, con poca educación, falto de urbanidad, con muy escaso respeto de si mismo y de los demás.

El pudor es un gran forjador de la personalidad del individuo, ya que es un importante factor del comportamiento humano al establecer límites convenientes tanto éticos como morales para dicho comportamiento. El pudor es un reflejo de la sensibilidad de la persona, en cuanto a sí misma y en cuanto con los demás. Te da responsabilidad, te distingue, te hace valer ante los demás, es lo que te hace ser una dama o un caballero, ya que proyecta la escala de valores en los que fundamentas tu comportamiento.

La vulgaridad en el expresarse, especialmente a gritos y con palabras altisonantes en el seno de la misma familia y en otras circunstancias, es signo de pobreza cultural, de ignorancia, de flojera mental, de indolencia, de relajamiento. Es un signo de la pobreza de la Educación y Formación en nuestro medio. Ya se ha limitado el vocabulario tan rico del español a unas cuantas palabras y modismos. La gente común y aún la medianamente ilustrada, ya no entiende muchas palabras que son las apropiadas para expresarse correctamente, e inclusive critican y se mofan de quien las usa. Ejemplo clarísimo de pobreza en nuestra comunicación y de la debilidad de carácter y alto grado de manipulación es la nefasta influencia de un “conductor de televisión”, que ha llevado a la masa mexicana a utilizar el uso del único nombre con que se reconocen entre ellos: “buey”. Es verdaderamente triste ver como se repite ese pobre vocablo constantemente en las conversaciones especialmente de los jóvenes, y no tan jóvenes de todas las condiciones sociales.

El pudor no es solamente valorar y cuidar tu propia intimidad y la de los demás; el pudor te guía en tu hablar, en tu actuar, en tu reaccionar, en tu discreción, en tu reír, en tus posturas, en tu mirar, en tu vestir, etc. Te ayuda a rechazar todo aquello que denigre tu cuerpo y tu persona. El pudor pone en juego las virtudes humanas y cristianas, atrae los ojos limpios, dignifica y ennoblece a la persona, purifica el ambiente, te aleja de la frivolidad, facilita la comunicación personal y permite la armonía entre las expresiones de tu cuerpo y las expresiones de tu espíritu.

La vulgaridad nos despoja, nos aparta del interés y aspiración que debemos tener de crecer como personas. La vulgaridad en el hablar, es un signo de relajamiento, de poca autodisciplina, de gran descortesía, de poca delicadeza, de muy poco respeto hacia los demás, y desde luego hacia ti mismo. Da pie a faltas graves de respeto, se trata igual a la esposa, a los hijos, a los amigos, etc., rebajando la condición de las personas. A todos los niveles de escolaridad la comunicación es con palabras altisonantes, en hombres y mujeres. El cine, se ha convertido en un medio tristemente promotor del mal hablar.

Cuando una persona exhibe indecorosamente su cuerpo o cae en la vulgaridad en su forma de expresarse y actuar, está perdiendo su pudor, cayendo en el cinismo, está en peligro de caer en la espiral del debilitamiento moral, está deteriorando el valor y dignidad de su persona y a su vez le quita valor a su cuerpo, a su actuar y pensar. El hablar del pudor, de inmediato se piensa en la virtud de la castidad. Una de las virtudes más apreciadas por Dios, por ser un baluarte en contra de las pasiones de la carne que tanto dañan y envilecen al hombre al verse sometido a ellas.

Ya se empieza a reaccionar positivamente para eliminar del uso común las “palabrotas”, un ejemplo nos los da la Ciudad de South Pasadena, California, en la que por iniciativa de un joven de 14 años, McKay Hatch, estudiante de secundaria, el Consejo Municipal inició a partir de marzo de 2008, una campaña para erradicar las palabras altisonantes y devolver a la comunicación su riqueza original, así como el uso adecuado de las palabras y de un vocabulario más extenso y adecuado. La vulgaridad echa abajo los paradigmas o valores en los que está cimentada la sociedad, animaliza al hombre, lo insensibiliza, se trata de pasar por encima de las buenas costumbres, la urbanidad, el respeto, el orden y el recato.

La castidad es la virtud que más se critica en la actualidad, no se concibe que las mujeres y


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sopa de letras Busca las palabras

Vid verdad padre labrador ramas fruto

Corta limpios palabra permanecer separado nada

Arrojan fuego glorificado discípulos

“Yo soy la vid, vosotros los pámpanos; el que permanence en mi, y yo en él, éste lleva mucho fruto, porque separados de mí nada podéis hacer. Juan 15:5


CÁLIZ COPONES CUSTODIAS CANDELEROS FLOREROS IMÁGENES EN BULTO RELICARIOS CRISMERAS LAVABOS SAGRARIOS VINAJERAS RECLINATORIOS INCIENSARIOS ALCANCÍAS MANTELES ORNAMENTOS

Salvador González Guzmán

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