Edición 180

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De jugador profesional… al Seminario

Año 4 Chase Michael Hilgenbrinck McDonald nació el 2 de abril de 1982 en Quincy Illinois. Sus padres, Mike (gerente regional de ventas de fertilizantes) y Kim (contadora) educaron a sus hijos en la Fe Católica. Llevaban a sus hijos Michael y a su hermano mayor, Blaise, a la Iglesia cada domingo, donde ambos hijos sirvieron como monaguillos en la parroquia Holy Trinity en Bloomington, Illinois. Chase participó en la Sub-17 del equipo nacional Estados Unidos, antes de pasar a jugar para la Universidad de Clemson, donde fue titular durante tres años, jugando en la misma línea defensiva como el futuro del equipo nacional de EE.UU. Después de graduarse en 2004, Chase fue seleccionado en el draft de la MLS. Claudio Arias, el entrenador de fútbol de Chile en el sur de la cercana Universidad de Wesleyan, le propuso ir a Chile, donde pensaba que podía conseguir un contrato para Chase. Hilgenbrinck firmó con Huachipato de la primera división de Chile, pero fue cedido a divisiones inferiores del Club Naval de Deportes. Con el tiempo se trasladó al Club Ñublense de la segunda división y les ayudó a conseguir el ascenso a primera división de Chile. En total, pasó cuatro temporadas en Chile, con tres clubes diferentes, y creció hasta convertirse en un jugador estrella. Se unió a los Rapids de Colorado a principios de 2008, pero fue dejado en libertad durante la pre-temporada sin hacer una aparición. Dos semanas después, el Revolution de Nueva Inglaterra lo adquirió firmando con él un contrato, el 28 de marzo de ese mismo año. Sin embargo Hilgenbrick jugó su último partido el 13 de julio 2008, en el Gillette Stadium en Foxboro, cuando el Revolution de Nueva Inglaterra jugó frente al club mexicano Santos Laguna en un partido de SuperLiga. Ya un año antes en el verano de 2007, Chace había expresado al director de vocaciones de la Diócesis Católica de Peoria, Illinois, su inquietud, quien le envió un paquete de interrogantes para que las respondiera. Tenía que escribir una autobiografía, de 20 páginas y enviar las respuestas a una serie de preguntas de ensayo. En diciembre, el día después de que regresó a los EE.UU, pasó por toda una experiencia de pruebas. Tomó cinco exámenes escritos en un solo día, y fue evaluado por tres psicólogos diferentes para verificar sus inquietudes.Chase Michael Hilgenbrinck, se retiró del Fútbol profesional el 14 de julio de 2008 y entró al Seminario de Santa María en Emmitsburg, Maryland donde lleva a cabo su formación sacerdotal.

No. 180

Semana del 22 al 28 de julio de 2012

“Subió al monte y llamó a los que quiso; y vinieron junto a Él”

Mc. 3, 13

Necesitamos mayor número de Sacerdotes, multiplica las vocaciones y santifica más y más a nuestros Sacerdotes. Señor danos sacerdotes santos

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EL DINERO, NO GARANTIZA LA SEGURIDAD

Hay quienes luchan por lograr un buen futuro. El horizonte de los visionarios, es el porvenir. Sin embargo, lo que esta por venir, no sabemos si venga. Es cierto, que hay que cuidar el presente pensando en un mejor mañana

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PENSAMIENTOS SOBRE LA MIRADA

Durante mucho tiempo el ojo humano fue un órgano que interesó únicamente a los médicos: para decirlo ya, era un objeto que preocupaba más a la anatomía que a la filosofía o a la teología.


JULIO 22 DE 2012

Descansen un poco

E

Por Pacco Magaña

Editorial

(Primera de tres partes)

l domingo pasado, san Marcos nos narró el pasaje del Evangelio cuando Jesús envió a sus discípulos a predicar su mensaje de salvación que Él les había enseñado. Jesús eligió a Doce, a quienes Él quiso para que estuvieran con Él y para enviarlos a predicar (Mc 3, 14). Ya habían estado con Él dejando las redes atrás, habían oído muchas instrucciones y presenciado muchos milagros. Ahora llega el momento de colaborar activamente, porque el que ha recibido debe compartir y el que ha aprendido tiene la obligación de enseñar.

Reflexiones desde la última cena

Esto mismo hemos estado haciendo en nuestra Diócesis. Nos hemos preparado durante dos años escuchando al Maestro y estudiando los temas que preparó la Vicaría de Pastoral y este año se realizó el envío de misioneros, y ya en todas las parroquias, estos misioneros están llevando a todos los rincones el Evangelio de la vida.

El trasfondo temporal y emocional del convite en el que Jesús se despide de sus amigos es la inminencia de su muerte, que él siente ya cercana. Jesús había comenzado a hablar de su Pasión ya desde hacía tiempo, tratando incluso de implicar cada vez más a sus discípulos en esta perspectiva. El Evangelio según san Marcos relata que desde el comienzo del viaje hacia Jerusalén, en los poblados de la lejana Cesarea de Filipo, Jesús había comenzado a instruirlos: “el Hijo del hombre tiene que padecer mucho, ser reprobado por los ancianos, sumos sacerdotes y escribas, ser ejecutado y resucitar a los tres días” (Mc 8, 31). Además, precisamente en los días en que se preparaba para despedirse de sus discípulos, la vida del pueblo estaba marcada por la cercanía de la Pascua, o sea, del memorial de la liberación de Israel de Egipto. Esta liberación, experimentada en el pasado y esperada de nuevo en el presente y para el futuro, se revivía en las celebraciones familiares de la Pascua. La última Cena se inserta en este contexto, pero con una novedad de fondo. Jesús mira a su pasión, muerte y resurrección, siendo plenamente consciente de ello. Él quiere vivir esta Cena con sus discípulos con un carácter totalmente especial y distinto de los demás convites; es su Cena, en la que dona Algo totalmente nuevo: se dona a sí mismo. De este modo, Jesús celebra su Pascua, anticipa su cruz y su resurrección.

Es bueno que al regresar de su primer envío se tenga un descanso para dialogar las experiencias, a ejemplo del Maestro que al regreso de sus discípulos volvieron a reunirse con Jesús y le contaron todo lo que habían hecho y enseñado. Él les dijo: vengan a un sitio tranquilo a descansar un poco. El trabajo es la ley de la vida y el descanso es consecuencia del trabajo. Los discípulos han trabajado intensamente en su primera incursión apostólica y necesitan descanso para reflexionar sobre lo que han hecho. Los alumnos descansan después de un año de trabajo. El tiempo de vacaciones es para descansar. La vida humana necesita espacios libres para la recuperación física y psíquica; tiempos de reflexión para dar mayor sentido a lo que se realiza, para leer un buen libro, para gozar de los paisajes que la naturaleza nos ofrece, para visitar alguna capilla construida en una montaña y allí pasar un tiempo en silencio como lo hizo el poeta Paul Claudel: entró, en pleno verano, en una iglesia y allí le hizo esta oración a la Virgen María: “Madre de Jesucristo, no vengo para rezar. No tengo nada que ofrecer y nada que pedir. Vengo solamente, oh madre, a mirarte… no quiero decir nada, mirar sólo tu rostro, y dejar cantar al corazón en su propio lenguaje”.

Queridos hermanos y hermanas:

En nuestro camino de reflexión sobre la oración de Jesús, que nos presentan los Evangelios, quiero meditar hoy sobre el momento, especialmente solemne, de su oración en la última Cena.

Esta novedad la pone de relieve la cronología de la última Cena en el Evangelio de san Juan, el cual no la describe como la cena pascual, precisamente porque Jesús quiere inaugurar algo nuevo, celebrar su Pascua, vinculada ciertamente a los acontecimientos del Éxodo. Para san Juan, Jesús murió en la cruz precisamente en el momento en que, en el templo de Jerusalén, se inmolaban los corderos pascuales.

La RED no necesariamente apoya la publicidad de nuestros anunciantes.

¿Cuál es entonces el núcleo de esta Cena? Son los gestos de partir el

pan, de distribuirlo a los suyos y de compartir el cáliz del vino con las palabras que los acompañan y en el contexto de oración en el que se colocan: es la institución de la Eucaristía, es la gran oración de Jesús y de la Iglesia. Pero miremos un poco más de cerca este momento.

Ante todo, las tradiciones neotestamentarias de la institución de la Eucaristía (cf. 1 Co 11, 23-25; Lc 22, 14-20; Mc 14, 22-25; Mt 26, 26-29), al indicar la oración que introduce los gestos y las palabras de Jesús sobre el pan y sobre el vino, usan dos verbos paralelos y complementarios. San Pablo y san Lucas hablan de eucaristía/acción de gracias: “tomando pan, después de pronunciar la acción de gracias, lo partió y se lo dio” (Lc 22, 19). San Marcos y san Mateo, en cambio, ponen de relieve el aspecto de eulogia/bendición: “tomó pan y, pronunciando la bendición, lo partió y se lo dio” (Mc 14, 22). Ambos términos griegos eucaristeín y eulogeín remiten a la berakha judía, es decir, a la gran oración de acción de gracias y de bendición de la tradición de Israel con la que comenzaban los grandes convites. Las dos palabras griegas indican las dos direcciones intrínsecas y complementarias de esta oración. La berakha, en efecto, es ante todo acción de gracias y alabanza que sube a Dios por el don recibido: en la última Cena de Jesús, se trata del pan —elaborado con el trigo que Dios hace germinar y crecer de la tierra— y del vino, elaborado con el fruto madurado en los viñedos. Esta oración de alabanza y de acción de gracias, que se eleva hacia Dios, vuelve como bendición, que baja desde Dios sobre el don y lo enriquece. Al dar gracias, la alabanza a Dios se convierte en bendición, y el don ofrecido a Dios vuelve al hombre bendecido por el Todopoderoso. Las palabras de la institución de la Eucaristía se sitúan en este contexto de oración; en ellas la alabanza y la bendición de la berakha se transforman en bendición y conversión del pan y del vino en el Cuerpo y en la Sangre de Jesús.


JULIO 22 DE 2012

UNA IGLESIA SERVIDORA Por P. Juan José Torres Galván

“Subió a la montaña, fue llamando a los que Él quiso y se fueron con Él. Nombró a doce (a quienes llamó apóstoles) para que estuvieran con Él y para enviarlos a predicar con poder para expulsar demonios” (Mc 3, 13-15) Los ministros ordenados están al servicio de sus hermanos para que todos tiendan ordenadamente y lleguen a la salvación. Jesús edificó su Iglesia enviando a los apóstoles (y a sus sucesores) como pastores, e instituyó a Pedro como principio visible y fundamento perpetuo de la unidad de fe y de comunión. Jesús llamó y eligió a los doce para que estuvieran con Él y para enviarlos a predicar el Reino de Dios, a modo de un “colegio” (grupo de colegas, en igualdad), y puso al frente a Pedro. Esta misión queda confirmada el día de Pentecostés. Jesucristo es el Pastor supremo. De Él, el Papa recibe la potestad plena, suprema y universal para guiar a la Iglesia. La misión a través de los siglos exige la sucesión apostólica. La consagración episcopal confiere la plenitud del sacramento del Orden. Los oficios propios de los obispos son: enseñar, santificar y regir, en comunión con el sucesor de Pedro y con el Colegio episcopal. Los obispos, sucesores de los apóstoles, son los pastores de la grey y ejercen este pastoreo junto con los presbíteros y los diáconos, sus colaboradores. Ellos tienen la misión de promover y defender la unidad en la fe y la disciplina común de la Iglesia. El Papa, unido a los Obispos, conforma el Colegio Apostólico. El Colegio apostólico ejerce la autoridad suprema sobre la Iglesia. La universalidad del Pueblo de Dios manifiesta de manera excelente la unidad de la grey en Cristo Jesús. La unión del colegio episcopal se debe manifestar en la relación de cada Obispo con las Iglesias particulares y con la Iglesia universal. Los obispos, al gobernar su iglesia local y colaborar entre sí y con el sucesor de Pedro, dan testimonio de la unidad querida por Cristo entre sus discípulos. Los obispos tienen la misión de: • Enseñar. Por la misión de predicar el Evangelio como un servicio, una diaconía, un verdadero ministerio, se convierten en testigos de la verdad católica. Ellos son servidores de la Palabra de Dios. Cada obispo respeta el Magisterio infalible del Papa, y ellos, a su vez, en comunión con todo el Colegio apostólico constituyen un Magisterio auténtico en la Iglesia en cuanto a la fe y las costumbres. • Santificar. El Obispo es el administrador de la gracia del supremo sacerdocio. Con su oración, su trabajo, como servidor de la Palabra de Dios y administrando los sacramentos santifica a los fieles y los edifica con su testimonio de vida. • Regir. Los obispos rigen, como Vicarios de Cristo su Iglesia particular. No deben ser considerados como Vicarios del Papa, pues ejercen su potestad en nombre de Cristo. Los presbíteros ejercen su sacerdocio sagrado en el culto eucarístico, representando a Cristo, reúnen a la familia de Dios como una unidad. Santifican y rigen la porción de la grey que les ha sido confiada por el Obispo. Viven la fraternidad con los demás presbíteros manifestándola en la amistad y la ayuda mutua. Han de transparentar en su trato con todos los fieles las actitudes de un verdadero padre, haciendo suyas las virtudes del Buen Pastor. Los diáconos permanentes son ordenados en función del ministerio. Cada Iglesia local ha de valorar la conveniencia de reinstaurar el diaconado permanente para el bien de la comunidad cristiana. Referencia de lectura: Lumen Gentium 18-29

Amables lectores de “La Red” Les saludo deseando de todo corazón que la paz del Señor esté con todos ustedes. Esta semana centraremos nuestra reflexión en la importancia de vivir en familia el día del Señor: el Domingo. Por eso en estos días de vacaciones deben ser días muy especiales para convivir con la familia y nada mejor que invitar al Señor al seno familiar dándole el espacio para que pueda hablarnos, escucharle y celebrarlo en nuestra Pascua semanal o Misa dominical.. El domingo es un día muy especial. Decía el Beato Juan Pablo II en su carta sobre el “Día del Señor”, escrita el año 1998: “Por medio del descanso dominical, las preocupaciones y las tareas diarias pueden encontrar su justa dimensión: las cosas materiales por las cuales nos inquietamos dejan paso a los valores del espíritu; las personas con las que convivimos recuperan, en el encuentro y en el diálogo más sereno, su verdadero rostro”. Hagamos del domingo el día de la familia. Seamos de esas familias que pasan casi todo el domingo con proyectos de descanso comunes. Gracias a Dios hay muchas familias en nuestras parroquias y comunidades, que todavía se reúnen para ir a Misa juntos, donde todos colaboran en la comida familiar, conviven y además se dan el tiempo para jugar e ir de paseo familiar. También hay que recordar que el domingo es el día del Señor. Una verdad profunda que acompaña la vida de todo creyente: venimos de Dios, vamos a Dios. El domingo nos da la oportunidad de agradecer el don de la existencia, el amor de un Dios que nos creó y que nos permite disfrutar de la obra de la creación. El domingo nos hace pensar o reflexionar en la vida que nos espera con la Resurrección. Todo esto se vive de modo especial en la Misa. Pero no sólo en ella. El clima familiar del domingo debería despertar en unos, suscitar y promover en todos como una nostalgia de Dios, al ver sus maravillas desde el amanecer hasta que llegamos a la noche y miramos tras la oscuridad en nuevo día que nos espera. Finalmente por qué no darnos el tiempo para que el domingo además sea realmente, un día de encuentro también con el hermano, de amor, de familia, de solidaridad, de beneficio para cada uno y nuestras familias si aprovechamos y vivimos el domingo. De nosotros depende lograr que sea así, para ello hemos de favorecer tiempos y espacios para que sea realmente un día de descanso y de encuentro. Conclusión Por eso el Domingo no dejemos de mirarlo como un día especial, hagámoslo nuestro día. No podemos hacer del domingo un día más de trabajo, un día perdido en la nada fuera de la familia; sino que debemos sentarnos, de vez en cuando, para reflexionar sobre lo que es realmente importante en nuestras vidas compartiendo y escuchándonos . Entonces descubriremos, entre otras cosas, lo que resulta más urgente para nuestra familia y cada uno de sus miembros y además devolver el sentido del domingo, como un día dedicado a los demás, a nosotros mismos, al Señor Dios de la vida. El Señor les Bendiga +Mons. Jesús Carlos Cabrero Romero Arzobispo de San Luis Potosí


El dinero, no garantiza la seguridad

Nuestra historia

Fray Servando Teresa de Mier (1765-1827) Por Pbro. Lic. Rubén Pérez Ortíz

E

n 193 se encuentra en Londres, gracias a su amistad con los americanos allí refugiados, completó la defensa de Iturrigaray, a cuya obra inicialmente titulada Historia de la revolución de Nueva España, Antiguamente Anáhuac o Verdadero origen y causas de ella… con sus progresos hasta el presente año de 1813, añadió unas amplísimas reflexiones sobre los acontecimientos más recientes. La Historia se publicó en noviembre de 1813 en Londres, y la firmó como “José Guerra”, el apellido de su madre. Su estancia en Londres hasta mayo de 1816 (interrumpida por un corto viaje a París de julio de 1814 a abril de 1815, del que regresó en compañía de Lucas Alamán, le permitió hacer amistad y relacionarse con el resto de enviados de las Juntas insurgentes que se estaban formando en las provincias de América. Su encuentro con el famoso guerrillero Francisco Javier Mina que llegó a Londres en mayo de 1815, lo llevó a incorporarse a la expedición que se estaba preparando en Inglaterra y que zarpó de Liverpool el 15 de mayo de 1816. Llegando con Francisco Javier Mina a Baltimore el día 1 de julio, para dar comienzo a una extraordinaria aventura militar: la preparación y el desarrollo de una División auxiliar del Congreso de México, que desembarcó en Soto la Marina el 21 de abril de 1817, dispuestos a integrarse y participar en la estrategia insurgente. La expedición de Mina, tras una campaña de ocho meses de duración en tierras del Bajío (Michoacán y Guanajuato), acabó en fracaso, y fray Servando, que había permanecido algún tiempo defendiendo el fuerte de Soto la Marina, cayó prisionero del virrey Juan Ruiz de Apodaca a finales de junio de 1817. Conducido a las cárceles de la Inquisición en la Ciudad de México, permaneció en ellas tres años hasta su traslado a San Juan de Ulúa. Fueron los años durante los cuales se celebró un largo proceso, recargado de testimonios, declaraciones y confesiones, en el que se buscaba demostrar la compleja y extensa trama urdida en torno a Mina y a Mier, esperando demostrar la implicación de los gobiernos y políticos más influyentes de Inglaterra y Estados Unidos. Sin llegar a ninguna conclusión, se le mantuvo en la cárcel, donde escribió la Apología y Relación de lo ocurrido en Europa hasta octubre de 1805, posteriormente conocida como Memorias, y la continuación de estas memorias con el título de Manifiesto apologético. El 30 de mayo de 1820, cuando se volvió a proclamar la Constitución de Cádiz, se le trasladó a la cárcel de Corte en México y el mes de julio fue enviado a Veracruz y San Juan de Ulúa, camino de España, porque el virrey había decidido desterrarlo sin cargos a la Península. En San Juan de Ulúa revisó el Manifiesto apologético y, en un ambiente de mayor libertad, redactó Algunas representaciones en su defensa, Carta de despedida a los mexicanos, Cuestión política: ¿Puede ser libre la Nueva España? y, finalmente, Idea de la Constitución. En estos textos se aprecia la evolución de su pensamiento. Aunque conservó su implacable condena a la dominación española de América, causa y razón de todos los males del presente, titubeaba sobre el modo de organización y sobre la adopción o el rechazo de la forma monárquica o republicana, así como sobre el centralismo o el federalismo estatal.

Por Pbro. Lic. Salvador González Vásquez (Seguda parte)

H

ay quienes luchan por lograr un buen futuro. El horizonte de los visionarios, es el porvenir. Sin embargo, lo que esta por venir, no sabemos si venga. Es cierto, que hay que cuidar el presente pensando en un mejor mañana. Pero hay veces, que se piensa tanto en el futuro, que ya no se vive en el hoy. Por cuidar un mañana incierto, descuidamos el ahora concreto. Y cuando menos lo pensamos, la existencia se va apagando y nos deja vacíos. Hay espacios en la vida, que nunca fueron llenados. Ahorrar ahora para gastar después, es asunto de previsores y también de provisores. El dinero ofrece un pequeño margen de seguridad, pero únicamente en el campo material. Hay dinero para atender la salud, pero ésta no se recupera con dinero. Y aunque los bienes dan cierta seguridad, también pueden ser causa de muchas inseguridades.

En febrero de 1821 protagonizó una nueva fuga, al evadirse en La Habana del barco que lo conducía a España, recalando provisionalmente en Filadelfia, donde se reencontró con sus amigos hispanoamericanos. En rechazo al Plan de Iguala expedido por el general Agustín de Iturbide, fray Servando escribió y publicó en Filadelfia Memoria político instructiva, en la que se declaraba partidario de un gobierno republicano, rechazando el Tratado de Córdoba firmado por Iturbide y por el nuevo virrey Juan O’Donojú. Decidió regresar a México en 1822, al ser elegido diputado por Nuevo León al Congreso Constituyente, pero tuvo que sufrir nuevamente prisión en San Juan de Ulúa, de febrero a mayo, apresado por el gobernador de esta plaza, que se mantenía fiel a la soberanía española. Liberado al proclamarse emperador Agustín de Iturbide, tomó posesión de su escaño en el Congreso para enfrentarse al que ahora consideraba un dictador, por lo que nuevamente sufrió persecución y cárcel. El levantamiento del general Santa Anna en Veracruz en favor de la República aglutinó la oposición a Iturbide, en la que participó fray Servando, obligándole a renunciar al Imperio y a embarcar rumbo a Europa. Constituido un nuevo Congreso, se proclamó la República y se aprobó la Constitución de 1824, lo que le obligó a enfrentarse a Ramos Arizpe en la reñida discusión de la forma federal o centralista de Gobierno. El 13 de diciembre de 1823 fray Servando había pronunciado en el Congreso un famoso discurso llamado De las Profecías, en el que se opuso enérgicamente al sistema federalista. Recluido en el Palacio Presidencial, que le había cedido el propio Guadalupe Victoria, primer presidente constitucional, vivió sus últimos años entre la admiración y la crítica de sus conciudadanos. Murió en la Cd. de México el 3 de diciembre de 1827 y fue sepultado en el antiguo convento de Santo Domingo. O’Gorman, biógrafo y comentarista excepcional, dijo de él: “Dotado de fácil palabra, mordaz, erudito, inteligente y deslenguado, siempre supo cautivar la atención de sus oyentes. Escribir fue su ocupación predilecta; pero aventurero inquieto, más de ocasión que por afición, su obra entera se resiente de falta de unidad. No por eso se menosprecie. Su obra es admirable; el estilo es original y vigoroso y toda ella está animada de la apasionada personalidad de su autor”.

Quien ha construido una base económica, puede estar tranquilo. Pero el dinero, también provoca mucha intranquilidad. En cierta ocasión, alguien le ofrecía un objeto muy costoso a un hombre sencillo, pero éste rechazó la oferta; argumentando que después, ya no iba a dormir en paz, por el miedo a ser robado. El dinero ofrece seguridad en lo material, pero no siempre da seguridad mental, ni afectiva. Una buena posición económica, no garantiza un afecto sincero. Cuando hay dinero, no hay una clara valoración de la persona. El dinero no levanta la autoestima, porque en el fondo cada quien conoce su precio. Muchos están conscientes, de que la gente que les rodea, no los valora justamente. Quien se valora por lo que tiene, se aferra a sus posesiones. Hay temor de perder sus propiedades, porque también con éstas, pueden llegar a perder los afectos.

Lo que más importa, es tener un sano equilibrio de las cosas. La armonía de la vida es lo más difícil de alcanzar, vivir en equilibrio es un arte. Y el que sabe vivir, es verdaderamente un artista.

Muchas cosas son importantes, pero ninguna es absoluta. El único absoluto es Dios, y todo lo demás es relativo. Es decir, todo esta en relación a algo y está hecho para alguien. Por eso, hay que buscar siempre el equilibrio, éste es el estado óptimo de una vida feliz.


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Hace más ruido un árbol que cae que un bosque que crece Por P. Kino

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o hace mucho tiempo leí esta frase que algunos la atribuyen al Cardenal hondureño Oscar Andrés Rodríguez. La quise utilizar para referirme a algunos (no todos) “canijos” reporteros de los medios de comunicación que solo esperan el tropiezo de una figura social, sea o no eclesiástica para llenar de cizaña el corazón de muchos que los leen o escuchan. Si un Obispo es suspendido por una conducta inapropiada, “agárrense” todos los Obispos, pues por uno la llevan todos. Si un sacerdote deja el ministerio por irse con una mujer, “híjole”, comienzan a cuestionar la vida del celibato que la iglesia latina pide. Si se da la pederasta en un sacerdote despistado; en un maestro poco profesional, “órale” la agarran contra el gremio; Si un buen político comete un error “sopas don cuco”, le tiran todos los adversarios… y en todas estas noticias los “dueños” de la información nos dicen lo que debemos pensar o cuestionar. Ya basta. Tenemos que ser críticos de la información. Leer noticias, estar informados, pero no olvidarnos que los mismos reporteros (como seres humanos que son), también tienen errores, ideas, tendencias que en sus notas quedan plasmadas.

¿Por qué no ponen noticias de Obispos que son trabajadores y caritativos? ¿Por qué no ponen noticias de políticos que “se la parten” (la espalda), recorriendo comunidades ayudando a gente necesitada, no pensando en “el hueso” sino en la vocación de servicio a los demás? ¿Por qué no ponen noticias de doctores que son héroes en el trato con sus pacientes y que están llenos de amor a su vocación de salud? etc. Pero eso sí, cuando alguno de ellos (o de otra profesión), cae, los Medios de Comunicación se ensañan en “tirarles”, pues la noticia amarillista es la que más vende. Y como estoy seguro que esto seguirá, pues solo les invito a los lectores que al leer cualquier noticia amarillista, seamos críticos, es decir, no nos “traguemos” todo a la primera y pensemos que detrás de una noticia puede haber intereses personales, económicos, sociales etc. Finalmente, alguien podrá decir que si al leer La Red también tenemos que ser críticos de los artículos; pienso que sí, pero recuerden que crítico no es criticón; para ser crítico se requiere de un mínimo de conocimiento de lo que se está hablando. Por ejemplo, un servidor no va a ser crítico de la formación de los astronautas, porque aunque a veces ando en la luna, sin embargo no tengo nada de conocimientos de esa formación. ¿Pero, por qué se le llama “noticia amarillista”?, como se me ha agotado el espacio de escritura, te dejo de tarea, si tienes posibilidad, que teclees en el buscador de internet “The yellow kid”, ahí estará la respuesta.

La función del párroco en nuestros días 1a. parte

Por Pbro. Lic. Héctor Colunga Rodríguez colunga46561@hotmail.com.

Queridos lectores: Este artículo quiere responder a los comentarios de algunas personas, en razón del funcionamiento del párroco y con gusto lo expongo. Lo primero que debe tener en cuenta el que ha sido elegido párroco, es que siendo un hombre de fe, es pastor propio de una porción el pueblo de Dios denominada parroquia, y ejerce la cura pastoral que le encomienda el obispo para poner en práctica las funciones de enseñar, santificar y regir, con la cooperación de otros presbíteros o diáconos (c. 519). El nombramiento puede ser por tiempo indefinido o determinado (c.520). En caso de lo segundo, que no sea menor de 6 años (Normas Complementarias de la CEM p. 8). Hablando de tiempo indefinido, sería interesante preguntarnos cuánto tiempo es el justo para que el señor cura realice una buena actividad parroquial. Ha habido casos en los que apenas se está acoplando y lo cambian, no conoció la parroquia ni se involucró en ella. Y los que duran mucho, se anquilosan, se pierde el sentido de la novedad, se empieza a estancar la parroquia y a vivir en la monotonía. Respondiendo a la pregunta, no menos de cinco ni más de diez años. También sería bueno, que a juicio del obispo y no de los fieles, el párroco que no funcione o no cumpla con sus obligaciones administrativas, pastorales y canónicas, sea trasladado a otro lugar, pero ya no como párroco. Para que alguien pueda ser designado párroco válidamente debe de haber recibido el orden del presbiterado (c.521 §1). Es decir, el oficio que lleva consigo la cura de almas, requiere el orden sacerdotal (c.150). Sin embargo, por la escasez de sacerdotes, la parroquia se puede encomendar a un diácono o a otra persona que no tiene el carácter sacerdotal, pero no en calidad de párroco sino de administradores, siempre y cuando se la designe un sacerdote con las potestades propias del párroco (c.517). El párroco debe de destacar por su sana doctrina, probidad moral y celo por las almas (c.521 §2). Para probar la idoneidad de su oficio, debería hacerse un examen que abarque los aspectos jurídicos, pastorales, morales, teológicos y psicológicos (c.521 §3). Si hay necesidad de sacerdotes, un párroco puede atender a dos parroquias cercanas (c.526 §1). También es de suma importancia la asistencia a los cursos de actualización. Tiene que haber mucha coordinación entre el párroco y los fieles que le ayuden; si va a realizar un cambio importante en la parroquia, sería necesario oír todas las voces; hay quienes llegan a una comunidad parroquial y sin más ni más quitan imágenes, tradiciones, construcciones, y todo lo que no le costó. El párroco es un servidor y tiene que ver por el bien de la parroquia que se le asignó. Los que son párrocos, nunca olviden que están en función de un servicio y los fieles pidan siempre por ellos y colaboren para el bien de la Iglesia. Hasta la próxima


No sucumban ante las súcubos

La oración Por Pbro. José Antonio Martínez Ortiz

U

n hecho de la vida de hoy:

«Esta oración es infalible, José: ¡No falla! Pero tendrás que hacer todo lo que dice ahí el papel. Es una oración fuerte. Debes rezarla tres veces de rodillas, a la hora exacta en que sale el sol, durante tres días. Debes encender una veladora en la iglesia más próxima, mandar imprimir cien hojas y colocarlas en los templos y en las casas, lo más pronto posible». José respondió: «¡Caramba, que trabajo!». Y ¿por qué se pide que durante tantas horas y tantos días? «¿Será que el Señor me exige eso?». Carlos respondió: «si quieres ver sana a tu mujer, entonces debes estar dispuesto a hacer algún sacrificio. Tratar con Dios no es cosa fácil». Un hecho de la vida del tiempo de la Biblia: Los Gálatas sólo pensaban en observar un sinnúmero de prácticas parecidas a las que Carlos recomendaba a José. Creían que eran necesarias tales cosas para poder tratar con Dios. San Pablo no era de esa opinión y responde sin más: «¡Oh insensatos Gálatas!» (Gal 3,1). «En otro tiempo, cuando no conocían a Dios, servían a los que en realidad no son dioses. Más, ahora que han conocido a Dios, o mejor, que él los ha conocido ¿cómo se vuelven a esos elementos sin fuerza ni valor, a los cuales quieren volver a servir de nuevo? Andan observando los días, los meses, las estaciones, los años. Me hacen temer el que haya sido en vano todo mi afán por ustedes» (Gal 4,8-11). Mucha gente piensa que la oración fuerte es necesaria para forzar Dios a dar las cosas que se le piden. Vive preocupada por eso y hasta gasta dinero y energía. Antiguamente era un problema y aún lo sigue siendo hoy. Veamos esto detenidamente y contestemos a las preguntas: a) Carlos y los Gálatas pensaban de un modo. San Pablo pensaba de otro. José quedó dudoso. ¿Hacia que parte inclinarse? ¿Da valor a la oración “fuerte”? ¿Por qué si, por qué no? b) Carlos dice: “Tratar con Dios no es cosa fácil”. Pensaba que se debían multiplicar las oraciones para poder hablar con Dios. La fuerza de la oración no residiría en el que reza, sino en las palabras que él dice y en las cosas que hace. ¿Acaso la manera de Carlos para tratar con Dios era un modo bueno? ¿Por qué no? c) San Pablo piensa que los Gálatas deberían sentirse más libres y más a la disposición de Dios (Gal 5,1) ¿Será que Carlos, al dar aquel consejo a José, se sentía completamente libre a la disposición de Dios? ¿Y tú? d) José quedó dudoso. La mujer estaba en cama y no tenía dinero para comprar los medicamentos. ¿Qué habrías hecho tú en su caso?

Sobre el origen de sucumbir y otros apareces

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ecuerdo con un poco de memoria, con una poca evocación y un poco de reminiscencia, que ante las adversidades que uno como simple mortal puede sufrir, el consejo de los padres era: ¡no sucumbas ante la tentación!, ¡no sucumbas ante la adversidad! En realidad no es sencillo no sucumbir, porque no es fácil pasar de largo ante una figura divinamente diabólica, voluptuosa y desbordantemente lasciva. Digo lo anterior porque la palabra sucumbir, guarda relación con lo que fueran las súcubos, pero también relación con los íncubos. Los íncubos, son genios del jolgorio y costumbres romanas, de ellos, –los íncubos− se decía que por las noches al estar dormidas las mujeres de algún poblado las poseían, y a los hombres les causaban pesadillas. Íncubos, del latín in, dentro; cubo, estar echado o tendido; estos íncubos nos dan la referencia también de algún duende, pues al terminar una pesadilla en la víctima, dejaban un sombrero de forma cónica, y quien lo encontrara podría descubrir algún tesoro. Pero las súcubos, ¡ah! ellas son distintas. De las súcubos se dice que, eran personificaciones de diablas, que al ser atraídas por la virilidad del varón, en la etapa del sueño de la víctima tomaban el semen para poder crear héroes según los griegos, o que nacieran más demonios, según la época del medievo, o hasta se les adjudicó que

el hombre alcanzará la polución. Aunque las súcubos también podían estar de modo físico con su víctima y extraer su sangre, chupar su “alma”, el basar (la sangre, según la cultura hebrea), y tomando en cuenta la concordancia de que en latín succo-onis, es chupador o chupadora, estas diablas son el prototipo de los vampiros. Las hermosas súcubos han estado en la mitología griega, como sucede on Θετιs (Tetis), que en forma de súcubo al metamorfosearse, (pues era una de las nereidas), obtiene a Peleo y su fuerza viril (el semen). San Agustín, en De Civitatae Dei, cap. XV, nos habla de este fenómeno al exponer la vida de los primeros hombres −bíblicamente dicho−. Entonces no es tan fácil no sucumbir ante la tentación, pues la misma palabra sucumbir, es sinónimo de la crápula. Si, así como lo lee, sucumbir, del latín succumbo, caer de bajo de, ceder ante una acción o destino, quedar abatido. Abatido y entregado ante las garras de alguna súcubo, que al igual que los íncubos, su nombre deviene del prefijo: sub, abajo de y cubo, estar tirado, acostado, en cama; quedar debajo de una persona o diabla, ceder ante la acción de una súcubo. Por extensión y malamente a las prostitutas se les ha dicho súcubos, ya que se sucumbe ante el servicio que venden. El eximio Voltaire, en su libro De promotione, en el cual habla de las diablas o súcubos, finaliza diciendo “Nunca hubo imperio tan universal como el del diablo; pero sin embargo, lo destronó la razón.”

Maestros del trabajo Canónigo José Ma. Ortega Robles

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as abejas, las hormigas coloraditas, en tiempo propicio trabajan todo el día. Las abejas recorren largas distancias en busca de flores para posarse en ellas y extraer el néctar que luego será para todos rica miel. Las hormigas rojas y los animalitos, recorren por tierra grandes distancias para encontrar su alimento. Pero estos animalitos en la tierra encuentran su alimento para todo el año. Qué dura la vida de los insectos. Pero muchos animalitos nos enseñan a cumplir la misión que Dios da a todos los seres vivientes. Ganarás el pan con el sudor de tu frente. ¿Será posible que mejor los insectos nos enseñen a ser responsables para cumplir la misión que Dios les a dado? Cuántos matrimonios hay en los que el esposo no quiere trabajar; de esto el tribunal de la penitencia es testigo mudo. Esos esposos energúmenos, holgazanes, están atenidos a la bondad de sus suegros, al trabajo de su sufrida esposa que generosamente trabaja para sostener su hogar. San Paulo sentencia; el que no trabaje que no coma. Los holgazanes, los flojos sin motivo, comerán aire en esta vida; y en el infierno, comerán lumbre. El trabajo cansa un rato, pero en Dios habrá descanso eternamente. El trabajo es trabajoso, pero siempre tendrá su recompensa.


Los libros y sus autores Por Mtro. Luis Marino Moreno F.

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La moda negra Duelo, melancolía y depresión

Darian Leader, México, Edit Sexto Piso 2011

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i las pérdidas y las separaciones no son asimiladas de manera adecuada, sus efectos pueden perdurar toda la vida y provocar en los individuos un sopor eterno, un infierno psíquico disociado del entorno que le rodea. Es la tesis que la psicoanalista británica Darian Leader expone en la moda negra. Explora a fondo las dos categorías que considera fundamentales: el duelo y la melancolía y muestra con claridad cómo los matices que diferencian a una de la otra son esenciales para comprender cada caso particular.

El autor considera que la principal función del arte es la de ser un vehículo y permite al dolor ocasionada por las pérdidas un puente entre los objetos y el lenguaje que los nombra y en esa medida es la vía suprema para elaborar uno de los elementos más constitutivos de la existencia, la pérdida. El arte permite acceder a lo irrepresentable y reconciliarnos con el dolor producido por lo que nos rebasa. Su libro es una radiografía punzante de un mundo de autómatas aportillados, empeñados en mecanizar las profundidades de lo que separa al hombre del resto de las especies del planeta.

La creación de un concepto derivado de la práctica médica, la depresión, parece ser la piedra angular de un negocio rentable anclado en la frenética carrera del ser humano hacia el progreso económico y la adoración fanática de la tecnología. La industria farmacéutica moderna, a través de la venta de antidepresivos modifica y normativiza el componente de los pacientes: suprime los síntomas sin cambiar la condición de su estado normal y crea dependencia de los tratamientos.

Leader, Darian. Es psicoanalista y miembro fundador del Centro para la investigación de Análisis Freudiano en Londres. Académico en el Centro de Psicoanálisis de la Universidad de Middlesex. Ha participado en numerosos documentales y conferencias sobre la relación arte y psicoanálisis. Entre sus obras podemos leer: ¿Por qué las mujeres escriben más cartas de las que envían? Promesas que hacen los amantes cuando todo se acaba y Notas al pie de Freud.

ROMA.- El Papa Benedicto XVI recomendó a los fieles la lectura, profundización y puesta en práctica de los documentos del Concilio Vaticano II, con la ayuda de sacerdotes y catequistas, para redescubrir “la belleza de ser Iglesia, de vivir el gran ‘nosotros’ que Jesús ha formado entorno a sí, para evangelizar el mundo”. Al recordar el Evangelio, Benedicto XVI señaló que “Jesús toma la iniciativa de enviar los doce Apóstoles en misión”, y que “en efecto la palabra ‘apóstoles’ significa justamente ‘enviados, mandados’”. “Su vocación se realizará plenamente luego de la resurrección de Cristo, con el don del Espíritu Santo en Pentecostés. Sin embargo, es muy importante que desde el principio Jesús quiera hacer partícipes a los Doce en su acción: es una especie de ‘aprendizaje’ con vistas a la gran responsabilidad que les espera”. CASTEL GANDOLFO.- El pasado domingo, el Papa Benedicto XV, , dijo que “toda la historia tiene como centro a Cristo, que garantiza también novedad y renovación en toda época”. Señaló que “en Jesús, Dios ha dicho y dado todo, pero puesto que Él es un tesoro inagotable, el Espíritu Santo jamás termina de revelar y de actualizar su misterio. Por tanto, la obra de Cristo y de la Iglesia no retrocede, sino que siempre avanza”. Benedicto XVI también remarcó la importancia de la enseñanza de San Buenaventura de Bagnoregio, Doctor de la Iglesia cuya fiesta se celebra el 15 de julio, quien en teología apuntó a la centralidad de Jesucristo en la vida de la Iglesia. ROMA.- El pontificio Consejo Justicia y Paz publicó, en ésta semana, el tema para el siguiente año sobre la Paz que celebraremos el próximo 1 de enero: “Bienaventurados los que buscan la paz”. El comunicado destaca que el Mensaje anual del Papa, en el complejo contexto actual desea animar a todos para que se sientan responsables respecto de la construcción de la paz. El mensaje abrazará, por tanto, la plenitud y multiplicidad del concepto de paz, a partir del ser humano: la paz interior y la paz exterior, para luego poner en evidencia la emergencia antropológica, la naturaleza e incidencia del nihilismo y, al mismo tiempo, los derechos fundamentales, en primer lugar la libertad de conciencia, la libertad de expresión y la libertad religiosa.

MÉXICO.- La Comisión para la Pastoral de la Comunicación dio la bienvenida a más de 40 comunicadores católicos de toda la República Mexicana al II Encuentro Nacional de Periódicos Católicos que lleva por tema “La Prensa Católica Como instrumento de la Nueva Evangelización en la Misión Continental Permanente”. En el 2011, los comunicadores católicos de México sentaron las bases de la identidad de la prensa católica, analizaron sobre los retos, desafíos, expectativas, estrategias y estructuras; así también, trataron sobre el papel y perfil del reportero católico al servicio de las propias Diócesis. Con estas mismas inquietudes de ser instrumentos del Espíritu de Dios en la Iglesia, de anunciar y comunicar a Jesucristo, de ser una voz para formar e informar al pueblo como discípulos misioneros constructores de la paz y defensores de la vida ante los retos y desafíos que día con día muestra el mundo de hoy. MÉXICO.- Ante la reiterada información caótica difundida por los diferentes medios de comunicación surge la necesidad de promover un periodismo de paz, fue una de las reflexiones del II Encuentro Nacional de Periódicos Católicos realizado en México del 10 al 13 de julio. La periodista Cristina Ávila Zesatti, editora general de Corresponsal de Paz en México, reflexionó durante el encuentro de periodistas católicos sobre la urgencia de orientar las informaciones desde una perspectiva diferente a la de los grandes medios que en la actualidad presentan una fragmentación de la realidad, donde el odio y la tragedia parecieran ser las constantes que definen al mundo”. MÉXICO.- El P. Antonio Camacho Muñoz, Secretario Ejecutivo de la Comisión Episcopal para la Pastoral de la Comunicación de la Conferencia Episcopal (CEPCOM), señaló que la prensa católica debe ser una voz constructora de la paz y defensora de la vida. “Somos un instrumento del Espíritu de Dios en la Iglesia, y debemos ser una voz para formar e informar al pueblo como discípulos misioneros constructores de la paz y defensores de la vida ante los retos y desafíos que cada día nos muestra el mundo de hoy”, indicó.


No tenían tiempo ni para comer… “L

Por Pbro. Darío Martín Torres Sánchez

os Apóstoles se reunieron con Jesús y le contaron todo lo que habían hecho y enseñado. El les dijo: «Vengan ustedes solos a un lugar desierto, para descansar un poco». Porque era tanta la gente que iba y venía, que no tenían tiempo ni para comer. Entonces se fueron solos en la barca a un lugar desierto. Al verlos partir, muchos los reconocieron, y de todas las ciudades acudieron por tierra a aquel lugar y llegaron antes que ellos. Al desembarcar, Jesús vio una gran muchedumbre y se compadeció de ella, porque eran como ovejas sin pastor, y se puso a enseñarles muchas cosas.”

El regreso de los discípulos enviados no pasó desapercibido a San Marcos. Emotivo momento captado por el escritor sagrado, dejando entrever el entusiasmo de los apóstoles por contarle a Jesús lo que habían hecho y enseñado; indirectamente se capta su emoción por manifestar la experiencia de la misión que los había marcado con el sello de pastores como Jesús. Su misión consistió en obras y palabras, pues no sólo anuncian verbalmente, sino que también ejecutan las obras del Reino. Por otro lado, no son meros hacedores o taumaturgos, sino que instruyen con la palabra. Las obras sin las palabras puede ocasionar fanatismos o malentendidos. La palabra, además, confronta a quienes los escuchan; a través de ella se plantea un proyecto de vida feliz. Ateniéndonos a los datos previos, sus obras debieron haber beneficiado ante todo a los enfermos, mientras que sus palabras fueron un llamado a la conversión. La cálida y sensible recepción que da Jesús a sus apóstoles cuando regresan de la misión, procurando llevarlos a un lugar privado para que tengan descanso después de sus fatigas apostólicas, destaca en este breve relato. Esto refleja el interés de Jesús por la dimensión humana de sus discípulos, al hacerlos descansar un poco. Es el Jesús que restaura a sus discípulos cuando, debido a su entrega apostólica, están necesitados de descanso.

No les quedaba tiempo ni para comer. Esta, junto con la anterior, es una de las notas mas singulares del relato. Es una descripción, muy elemental pero contiene toda una carga expresiva para describir la situación. Dicha frase apunta, sobre todo, a la numerosa multitud que los asediaba, a la mucha gente que necesitaba sus palabras y sus obras, se refiere a los muchos que iban y venían buscando algo más en su vida rutinaria, algo que sólo encontraban en las palabras de Jesús y en la de quienes Él había enviado. Por otro lado, esa descripción también permite ver la total dedicación de los apóstoles a la misión que Jesús les encomendó. Por último, describe también un rasgo ideal para todo misionero, es decir, una entrega sin reservas que los lleva a dedicarse por completo a la obra apostólica sin reservas, olvidándose incluso de lo que pudiera parecer elemental para sí mismos.

Cuando Jesús y sus discípulos desembarcan, intentando llegar a un lugar solitario, al ver a la gran muchedumbre no les queda más que renunciar a lo que Jesús mismo había considerado oportuno y, en lugar de procurarse descanso, Jesús acoge amorosamente a la multitud dedicándole su tiempo y, ante todo, su enseñanza. Se detiene con la multitud para saciar su profunda hambre interior con el pan de su Palabra.

La palabra, además, confronta a quienes los escuchan; a través de ella se plantea un proyecto de vida feliz.


Apertura del c urso de liturg ia en la Escuela de Teología

sejo presbiteral Elecciones para con en acción católica

étodo bilings en m e d er ll ta ors u C alupe Basílica de Guad

Retiro presbiteral en Capilla de Gu

adalupe

Visita Misionera de los Presidentes Latinoamericanos Por LCC Angélica Maldonado Morales

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l pasado 19 de junio el Movimiento Familiar Cristiano recibió con mucho agrado en la Casa de Acción Católica a los Presidentes Latinoamericanos del Movimiento, Luis Carlos y Martha Consuelo Pinilla quienes a su vez eran acompañados por Jesús y Vicky Flores ex presidentes nacionales del MFC y ahora responsables de la Zona norte de Latinoamérica, así como de los actuales presidentes nacionales Ricardo y Lucy Araujo Castro. Con el objetivo de visitar a los países Latinoamericanos donde hay Movimiento Familiar Cristiano y capturar sus impresiones, sus vivencias y su testimonio, así como también intercambiar estrategias para llegar a más familias.

El equipo Coordinador Diocesano, Equipos Institucionales, Secretarios de Sector y el sacerdote asistente, Pbro. Pedro Sánchez Solís, expresaron su gran alegría y oportunidad de conocerlos y saber que en otros países existen familias con necesidades y problemas similares a los nuestros. Después de una reunión de estadísticas e información del cómo se desarrolla la diócesis, los hermanos visitantes tuvieron la oportunidad de recorrer nuestro centro histórico y tener una cercana convivencia agradable y de mucha motivación para los matrimonios responsables de los sectores parroquiales. Arturo y Minerva Castro presidentes diocesanos del MFC a nombre de todos sus miembros, agradecen a Ricardo y Lucy por la oportunidad de vivir esta experiencia.


Sexta Etapa del Proceso Vocacional

Más de 250 jóvenes se reunieron en el Seminario Mayor para vivir la sexta etapa del Proceso Juvenil Vocacional. Participaron de las parroquias donde se realiza este proceso, como son: Tierra Nueva, Villa de Ramos, Zaragoza, El Capulín, Puente del Carmen, Santa María del Río, Proceso Urbano y Venado, de la Diócesis de Matehuala. También contamos con la presencia de algunas religiosas que acompañan a los jóvenes durante todo el año, así como con algunos seminaristas y laicos comprometidos que también apoyan este trabajo pastoral con los jóvenes.


JULIO 22 DE 2012

Pre seminario menor 2012 D

el 9 al 14 de julio se ha llevado a cabo el PRE-SEMINARIO 2012 para aspirantes al seminario menor. 26 jóvenes entusiastas vivieron esta experiencia en medio de la jornada a lo largo de una semana. El Pbro. Lic. Miguel Cardozo, el Pbro. Rolando Maldonado y el Pbro. Noé Estrada hicieron la apertura con la celebracion Eucarística. El jueves sacerdotal tuvimos la visita del Pbro. Jorge Aurelio quien motivó a los jóvenes a responder con generosidad al llamado del Señor. Con un corazón desbordante de alegría concluimos esta experiencia, donde muchos se animaron a vivir la etapa del Seminario Menor. ¡GRACIAS SEÑOR POR SEGUIR LLAMANDO OPERARIOS!


Primera visita de nuestro Pastor a la Casa de la Pastoral Familiar Por LCC Angélica Maldonado Morales

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os tiempos actuales que atraviesa la familia son muy desafiantes para todos nosotros, pero nunca debemos olvidar que hoy, la familia es importante para la iglesia y para la sociedad, porque como decía el Beato Juan Pablo II, “La familia es la comunidad íntima de vida y de amor querida por Dios mismo”, así que la familia tiene como origen al mismo Dios y su mismo corazón y tiene por lo tanto un proyecto humano-divino para cada uno de nosotros. Humano porque es a través de las personas como se va a ir realizando y divino porque es Dios quien va trazando ese proyecto”. Así lo señaló nuestro Pastor, Mons. Jesús Carlos Cabrero Romero, en su primera visita a la Casa de la Pastoral Familiar, ubicada en la calle de Galeana, en el centro de nuestra capital potosina, donde fue recibido con gran regocijo por parte de todos los grupos apostólicos de matrimonios y movimientos que forman parte de la Dimensión de la Pastoral Familiar. Nuestro nuevo Pastor, acompañado del Canónigo Honorario, Pedro Sánchez Solís, bendijo la Capilla de la Casa de la Pastoral Familiar y bendijo a todas los matrimonios ahí reunidos que escucharon con atención su emotivo discurso centrado en la familia, así como el de los Coordinadores de la Pastoral Familiar, Sra. Lupita Rodríguez de Cepeda y de su esposo, el Ing. J. Carlos Cepeda Blanco, quienes exaltaron lo importante que es rescatar a la familia y sus valores humanos y cristianos, sobre todo en estos tiempos en que es preciso trabajar arduamente por ella, y más aún ante la pérdida vertiginosa de valores, ante mentalidades laxas, secularizadas y antidolientes que hacen que se pierda el amor hacia nuestra familia. Mons. Cabrero indicó: “Yo le tengo mucho aprecio y cariño a la familia, creo en la familia y la amo y espero ahora servirla. Me dedicaré a exaltar, valorar, estimular y promover los rumbos de la familia para afrontar estos momentos nada fáciles ni para la familia, ni mucho menos para el individuo como ente personal”. “La familia es importante porque es el más perfecto reflejo del amor de Dios por el hombre, y en el seno familiar es donde la persona descubre de manera co-natural el amor de Dios, por eso la familia es un espacio privilegiado para proclamar el primer Kerigma del Dios vivo, del Dios amor, hermano, cercano, del Dios que no deja solo a los suyos a través del amor del padre y de la madre y a través del amor de los hijos hacia los padres”.

“Y no lo olviden, la Familia es la mejor escuela de la familia cristiana”.

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El sorprendente hombre araña

l Sorprendente Hombre Araña” es un filme que refresca en buena medida, los orígenes del arácnido superhéroe, creado por Stan Lee y Steve Ditko en el año de 1962 para la renombrada compañía editorial Marvel Comics. Es una cinta ágil con asombrosas secuencias de acción y en donde el factor humano juega un papel fundamental en la vida de los personajes centrales. De esta manera, vemos a un Peter Parker repleto de dudas en cuanto a su pasado y su personalidad introvertida, pero con un halo de esperanza de llegar a ser un personaje heroico, de ser un chico con futuro brillante y sin poner a sus seres queridos en peligro. En cuanto a su identidad araña, nunca antes habíamos visto a un Spidey tan desenvuelto. Se ve mejor que en ocasiones anteriores, en forma y espectacularidad columpiándose con sus telarañas por los enormes rascacielos de Nueva York y enfrentándose a una nueva amenaza: el Lagarto. “El Sorprendente Hombre Araña” es una cinta que no decepciona y muy al contrario, se puede vivir y disfrutar plenamente, gracias a la revitalización de tan clásico y querido personaje que este próximo mes de agosto cumplirá la edad de 50 años. El pastel de arañitas ya está más que listo y con este filme se puede festejar a un superhéroe que causa sensación y que permanece como uno de los héroes más aclamados y reconocidos de la cultura popular. Para ser un seguidor de Spidey no hay edad o fecha de caducidad para seguir gozando de sus variadas historietas o bien, de sus películas. Este reinicio del sorprendente Hombre Araña, es dirigido por el cineasta Marc Webb y protagonizado por Andrew Garfield, Emma Stone, Rhys Ifans, Denis Leary, Irrfan Khan, Martin Sheen, Sally Field y Chris Zylka. Por ser un nuevo comienzo en la historia de Spider- Man, somos testigos de su infancia, de la relación afectiva con sus padres y sus tíos Ben y May Parker, de su primer amor Gwen Stacy y de su inminente transformación como el Hombre Araña, gracias a la mordida de una araña radioactiva. Así también, nos presentan al Dr. Curt Connors, quien al buscar la fórmula de un suero milagroso que ayude a sus pacientes en la regeneración de tejidos, se convierte en el temible Lagarto. En ocasiones anteriores, hemos escuchado al Tío Ben Parker decir que “un gran poder, conlleva una enorme responsabilidad”. Esa misma responsabilidad la tenía necesariamente el director Marc Webb para poder llevar a óptimos niveles una nueva cinta sobre el Araña. En su primer cinta de acción y aventura – su anterior trabajo fue la excelente “500 Días Con Ella” -, Webb logra realizar un estupendo trabajo, poniendo en orden de importancia un argumento en donde los personajes tienen un atinado desarrollo introspectivo para así conocerlos más y simpatizar con ellos. Si bien las secuencias de acción que presenta Webb son de primer nivel y en formato tridimensional, el director también ofrece el bonus de conocer el corazón noble y los sentimientos de Peter Parker aunado a su relevante decisión de convertirse en un superhéroe citadino, no por venganza, sino por temple y convicción. “El Sorprendente Hombre Araña”, una telaraña fílmica sólida, consistente y fiel al espíritu de nuestro amigo y vecino amistoso Spidey. A esperar su siguiente aventura en cine. Hasta la próxima. Sigan enviando sus comentarios, aplausos o rechiflas: ponchoaranda@hotmail.com En Facebook: Poncho Aranda L


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JULIO 22 DE 2012

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Pensamientos sobre la mirada

urante mucho tiempo el ojo humano fue un órgano que interesó únicamente a los médicos: para decirlo ya, era un objeto que preocupaba más a la anatomía que a la filosofía o a la teología. Pero hoy las cosas han cambiado y la mirada se ha convertido –como diría Camus- en un problema filosófico verdaderamente serio. ¡Cuántas cosas se han escrito últimamente acerca de la mirada! Cuando alguien me mira, busca reducirme a cosa, trata de esclavizarme, de someterme a él; «entonces el hechizo cesa, el otro se convierte en un medio entre los medios, y se vuelve objeto para el otro», escribió Jean Paul Sartre (1905-1980) en El ser y la nada. Mirar, para él, era sinónimo de cosificar, objetivar y reducir. Que esto es verdad en algunas ocasiones, ni quién lo dude. De lo que hay que lamentarse es que el filósofo francés sólo haya sido capaz de ver una de las posibilidades del ojo: la más perversa. Que existe una especie de lascivia óptica, de gula visual, Jesús ya lo sabía, y por eso enseñó a sus discípulos a oponerse a ella, diciéndoles: «Habéis oído que se dijo: No cometerás adulterio. Pero yo os digo: Todo el que mira a una mujer deseándola, ya cometió adulterio en su corazón». (Mateo 5,27). La mirada humana no es nunca inofensiva: engrandece o reduce, reconoce o desprecia. «Es triste pensar que a menudo vemos la vida como la ve el demonio, con una lucidez atroz –escribió Julien Green en su Diario (anotación del 10 de febrero de 1959)-. El demonio ve con claridad, pero ve sin amor. Ve sólo una parte de la verdad, la más fea. Cuanto hay de radiante o de santo, él no lo ve, o lo oculta, o lo odia. Nos hace ver a aquel hombre y nos dice: “¡Míralo! Mira cómo se atraganta cuando come. ¿No parece una bestia? Es de una glotonería atroz, se cree bueno, pero está lleno de pensamientos impuros. Para hacer una prueba, escucha cómo habla de los escándalos más recientes. Es hipócrita y egoísta”. Y quizá todo eso sea verdad, pero hay otras

cosas además de éstas que nos negamos a ver, que veríamos si estuviéramos más atentos». Cuando en el otro no vemos más que un cuerpo o sólo unos miembros excitantes, cuando ocultamos su valor sagrado para no ver en él más que su miseria, lo estamos viendo como lo ve el demonio. La mirada demoníaca reduce, empobrece y achica: ve sólo una parte de la verdad, la más fea. En una de sus cartas, don Juan Valera (1824-1905), el famoso escritor español, cuenta sabrosamente la siguiente leyenda. Una vez, los diablos fabricaron un espejo que ocultaba lo hermoso y mostraba lo feo; es más, que hasta transformaba en feo lo que era hermoso. Decididos a mostrarle a Dios dicho espejo para que viera lo mal que le había salido el mundo, lo cargaron entre todos y subieron al cielo. «Pero mientras más suben escribe –escribe don Juan-, más pesa el espejo, y aunque ellos hacen esfuerzos extraordinarios por sostenerle, se les escapa, al cabo, de entre las uñas, y cae con tal violencia sobre la tierra, que se convierte en polvo. Y, desde entonces, cuando un átomo de este polvo cae en los ojos de cualquier persona, le da la lastimosa facultad de verlo todo feo». Es curioso, pero la unanimidad a este respecto no deja lugar a dudas: el ver lo feo, lo deforme y lo defectuoso es siempre lo propio del de-

monio, mientras que ver lo hermoso y lo bueno es lo peculiar de la mirada de Dios. «¡Y vio Dios que era bello!»: tal es la expresión jubilosa que el Señor repite incansablemente durante los seis días de la creación. Dios sabe ver lo bueno, ve siempre lo bueno. Y en este sentido es que hay que decir que el hombre de Dios –el hombre de fe- es aquel que ha aprendido de Él a ver lo bueno y lo hermoso de todo lo que lo rodea. Así nos lo asegura Anselm Grün en uno de sus libros: «La fe es una forma muy precisa de ver la realidad. El término alemán fe (Glauben) se remonta a la raíz del antiguo alto alemán liob que significa bueno. Tener fe significa, entonces: ver bien, ver lo bueno… A primera vista, la fe no parece tener relación con Dios. Se trata mucho

La mirada humana no es nunca inofensiva: engrandece o reduce, reconoce o desprecia.

más de ver lo bueno en el hombre, de observar lo bueno en el mundo y de mirar con buena mirada lo que se nos ofrece. Tener fe significa observar las cosas conscientemente con buen ojo, descubrir lo bueno en todo. Ahora bien, si Dios es la razón primitiva de lo bueno, entonces sólo puedo ver lo bueno si creo que Dios está en todo». Desde esta perspectiva, tener fe no es únicamente recitar un credo, decir largas plegarias o participar con otros en las celebraciones litúrgicas, sino que es también y sobre todo aprender el arte de saber mirar amorosamente la realidad. Mediante nuestra mirada nos asemejamos al diablo o a Dios. Al diablo si sólo vemos lo negro y negativo; a Dios si sabemos captar lo bueno que esconde cada ser, cada acontecimiento y cada situación, porque entonces estaremos viendo todo como Él lo ve. Hay quienes viven siempre quejándose, y sienten un gusto casi enfermizo cuando logran dar por fin con el pelo en la sopa: esos nunca podrán ver como Jesús, que supo ver en una mujer de mal vivir, en una prostituta, la santa que dormía en su interior. «¡Y vio Dios que era bello!». La plena armonía con Dios sólo tendrá lugar cuando podamos exclamar algo semejante, cuando también a nosotros todo nos parezca hermoso y bueno. Como a Él.


La casa de las bóvedas en San Luis Potosí L Por Mtro. Ricardo

os potosinos de antaño conocemos por la casa de las bóvedas, la que se ubica en la esquina de las actuales calles de Francisco I. Madero y Bolívar y se le nombra así, porque precisamente conserva las bóvedas originales de cuando fue una hacienda de beneficiar los metales en bruto que se traían de las minas de Cerro de San Pedro. Para llevar a cabo el procedimiento era necesario contar con agua suficiente, por esta razón se construyó, la finca, cerca de la corriente de agua que estaba al poniente de esta construcción y que, con el paso de los años se ha convertido en la calle de Reforma que circundaba totalmente la ciudad y que durante muchos años se conoció como la calle de la corriente. Esta finca conserva también los bellos contrafuertes de piedra que están por la calle de Madero antes de llegar a la de Reforma. A esta construcción se refiere el contrato del que solamente vamos a transcribir una parte. Para la fecha en que se elaboró este documento la finca ya estaba en ruinas debido a que ya no prestaba utilidad a la minería por estar ésta ya en decadencia. Para una debida interpretación del contrato, debemos tener en cuenta que la vara es una medida de longitud, española antigua, que equivalía a 3 pies, que es también una medida de longitud de origen natural, es decir basada en el pie humano, utilizada por las civilizaciones antiguas equivalente a 27.9 centímetros; la calle de La Maltos es lo que ahora conocemos como calle de Venustiano Carranza, desde la Plaza de Fundadores hasta la calle de La Corriente, es decir, la actual Reforma; cuando dice La Zanja, se refiere a la zanja o la corriente de agua, es decir, también a la actual calle de Reforma; Nuestro Amo es Cristo en la Eucaristía y era el nombre de una asociación, hermandad o cofradía de personas no pertenecientes al clero pero sí con fines religiosos y de ayuda social.

He aquí el documento: En la ciudad de San Luis Potosí en catorce de junio de mil ochocientos once años: Ante mi Don José María Ontañon Alcalde Ordinario más antiguo de ella por el Rey Nuestro Señor (Dios lo guarde) y testigos instrumentales que al fin se nominarán, a más de los de asistencia con quienes actúo por falta de Escribano en los términos que el derecho dispone, compareció doña María Venancia Sánchez de esta vecindad Viuda, Albacea, y tenedora de los bienes que quedaron por fallecimiento de don Manuel Silvestre del Conde, y dijo que en la mejor vía y forma, que por derecho haya lugar, otorga que vende y da en venta real y enajenación perpetua, por juro de heredad, para siempre a don José María Cubillos de esta misma vecindad, para sí, sus herederos y sucesores y quien de ellos tenga título voz y caución es a saber: una Hacienda de beneficio de metales, absolutamente deteriorada, situada a la vuelta de la calle que llaman de Maltos, cuyo frente al poniente se compone de cuarenta y tres varas y su fondo al oriente de sesenta y dos, a la cual hacienda es anexo un callejón que estando en continuación del mismo casco franquea salida para la citada calle, y es compuesta de veinte y tres varas de largo y cinco y media de ancho, la cual hacienda linda por el oriente con el costado de una casa del comprador, por el poniente con los graseros o escombros de su antigua fundición, por el sur con las espaldas de una casa perteneciente a la cofradía de Nuestro Amo situada en la expresada calle de Maltos y por el norte con una huerta también propia del comprador; y así mismo se comprende en esta venta los enunciados graseros y el terreno en que se hallan situados fuera del casco de la hacienda, y se compone de ciento veinte varas de frente al poniente desde donde terminan las paredes de las casas de Nuestro Amo y de sesenta y dos de fondo que hay desde la zanja hasta las tapias o frente de la hacienda que es el lindero de dicho sitio; por el poniente, la zanja, por el sur la casa de Josefa Blanco y por el norte la de Andrés Herrera según se deduce de los títulos de adquisición de que le hace entrega para su resguardo en diez fojas útiles, y declara no tenerla vendida, enajenada ni empeñada, y que está libre de gravamen real, general, especial, perpetuo, temporal, tácito ni expreso, y como tal la vende al enunciado don José María Cubillos en cantidad de doscientos veinte pesos, siendo de cuenta del comprador satisfacer los costos de esta escritura, y de la otorgante el real derecho de alcabala, de cuya cantidad, por ser ya en su poder, se da por contenta y entregada a toda su satisfacción, declarando así mismo que la indicada cantidad es el justo valor y precio de la hacienda y demás anexos, que no vale más ni halló quien tanto le diere por ella, y caso de que más valga o valer pueda, de la demasía o exceso en poca o mucha suma, sea la que fuere, hace a favor del comprador gracia y donación pura, mera, perfecta e irrevocable que el derecho llama ínter vivos. Y desde hoy en adelante para siempre se desapodera, quita, desiste y aparta, y a sus herederos y sucesores del dominio, acción, propiedad, título, voz y recurso que a la citada hacienda tenía, y todo lo cede, renuncia y traspasa en el comprador y quien sus derechos represente, para que como suya propia la goce, cambie o enajene a su voluntad como le parezca, y le da poder en su fecho para que de autoridad propia o judicialmente tome y aprehenda la real tenencia y posesión, constituyéndose, en el ínterin, por su inquilina, tenedora y precaria poseedora, para dársela cuando la pida. Y se obliga la otorgante, en tal conformidad, que de cualquier pleito, debate o diferencia que sobre ella le sea movido, al comprador, lo sacará a paz y salvo, tomando la voz y defensa de su cuenta hasta dejarlo en quieta y pacífica posesión, y, si así no lo ejecutare por no poder o no querer hacerlo, le devolverá la misma cantidad que ha recibido con más las costas, salarios, atrasos, perjuicios y menoscabos que en su cobro se erogaren. Se someten al fuero y jurisdicción de los jueces de su Majestad que de sus causas puedan conocer para que a su cumplimiento le compelan y apremien por todo rigor de derecho y vía ejecutiva como por sentencia pasada en autoridad de cosa juzgada. Renuncia su domicilio y vecindad. Y siendo presente don José María Cubillos, habiendo oído el contenido de esta escritura, dijo la acepta según su tenor y forma. En cuyo testimonio así lo otorgaron y firmó el aceptante y no la otorgante porque expresó no saber, lo hizo a su ruego uno de los testigos que lo fueron instrumentales a más de los de asistencia, con quienes actúo como dicho es, don José Antonio Vázquez, don José María Sousa, y don Tomás Cartas de esta vecindad. Doy fe= entre renglones= su José María Ontañón (rúbrica) A ruego de la otorgante y como testigo: José María Sousa (rúbrica) José María Cubillas (rúbrica) De asistencia: José Ygnacio Pérez (rúbrica)

Hasta aquí nuestro documento. Ojalá los dueños de esa finca y el INAH procuren conservar la estructura y fachada de esa finca porque es un testimonio fehaciente de nuestro pasado.


Fe y política

Tiempo Postelectoral www.siame.mx

E

l proceso electoral no termina el día de las elecciones. Una vez que se hace el recuento de los votos y se indica el resultado de los mismos, la ley tiene previsto un tiempo de aclaraciones o impugnaciones por parte de los contendientes, que finalmente deberán ser resueltas y juzgadas por el Tribunal Federal Electoral (Trife). A nadie debe extrañar que alguno de los institutos políticos o candidatos exprese sus inconformidades, siempre y cuando se haga en estricto apego a las leyes que nos rigen, observando los tiempos y las formas. Los partidos y los candidatos a todos los puestos de elección popular deben saber aceptar la decisión de los ciudadanos expresada en las urnas y, en caso de irregularidades, deben también aceptar la participación de las instituciones que hemos creado para dar certidumbre a nuestra vida democrática. Han pasado ya tres semanas desde el día de las elecciones. Tenemos un claro ganador en las urnas, pero hay también una serie de inconformidades de distintas magnitudes que vale la pena considerar en orden a mejorar nuestra democracia. Debemos aprender a escuchar la voz de los ciudadanos y, al mismo tiempo, la voz de las instituciones. Cuando se respetan ambas realidades de la vida democrática, no debe haber temores de parte de nadie: los ciudadanos marcan un rumbo al país, las instituciones garantizan y consolidan la legalidad de los hechos, más aún, son las instancias creadas para tal fin las que deben revisar el proceso y corregir lo que sea necesario, de acuerdo a lo que marcan las leyes. Nadie puede ignorar, ante las irregularidades cometidas, que nuestra democracia no tiene todavía la calidad y la solidez que todos quisiéramos. Quien tome oficialmente la responsabilidad de gobierno, una vez recibida la constancia de Presidente Electo, debe evitar un inoportuno triunfalismo que sólo puede provocar una mayor división en nuestra inconforme sociedad; debe buscar con entereza una actitud de humildad y de apertura, y expresar respeto hacia todas las fuerzas políticas y sociales del país. Los tiempos de México son tiempos de pluralismo y de participación ciudadana; son tiempos de rendición de cuentas y de transparencia en la administración pública. No se puede regresar al autoritarismo y opacidad de otras épocas; no es éste el mandato ciudadano manifestado en la pluralidad y diversificación del voto. La mayor preocupación del nuevo gobierno ha de ser consolidar lo que hemos avanzado en materia de estabilidad económica y seguridad social. Ha de mejorar el combate al crimen organizado y encontrar nuevos esquemas de desarrollo, sobre todo, para una más justa distribución de la riqueza. Urgentemente ha de buscar elevar la calidad educativa, cada vez más rezagada, y erradicar la corrupción en todos los niveles. Y es que, cuando un gobierno pone delante el interés y compromiso con todos los ciudadanos, superando el clientelismo y partidismo político, se gana el respeto de todos.

Mi amigo Benedicto XVI (Giorgio Napolitano, Presidente de Italia) Mario Ponzi

B

enedicto XVI lo acoge y lo saluda con el calor que se debe a un antiguo y querido amigo. El maestro Daniel Barenboim lo indica como «el arquitecto» del acontecimiento vivido el miércoles 11 de julio, al atardecer, en una velada histórica en Castelgandolfo. Él, el presidente de la República italiana Giorgio Napolitano, se manifiesta complacido por haber logrado que se conocieran más de cerca dos hombres que difunden el mismo mensaje de no violencia y de paz. Uno, el Papa, con su palabra que resuena en todos los rincones de la tierra. El otro, el maestro Barenboim, recorriendo esos mismos caminos al ritmo de una sinfonía de paz interpretada por jóvenes artistas israelíes, palestinos, sirios, libaneses, egipcios, estadounidenses, alemanes, españoles y argentinos. Con su innata cordialidad, con su excepcional disponibilidad al diálogo, que nunca ha faltado tanto ante los grandes temas de la vida como ante los pequeños, el presidente ha aceptado de buen grado hablar de ello con «L’Osservatore Romano». Primero el cardenal Ravasi y luego el maestro Barenboim han revelado un pequeño secreto: que usted fue el inspirador y el arquitecto de una velada que ha ido más allá de su valor artístico y cultural, ya excepcional. ¿Nos quiere explicar por qué quiso con tanto empeño este momento? Desde hace muchos años conozco y mantengo una relación de admiración y amistad profunda con el maestro Barenboim. También conozco bien su orquesta de jóvenes. Más aún, me alegró mucho donar el premio Dan David, que me habían concedido el 15 de mayo de 2011 en Tel Aviv (una bolsa de un millón de dólares) a esta orquesta para ayudarla a consolidar y desarrollar su actividad en el mundo. He visto imágenes maravillosas de sus conciertos en el mundo. Me ha impresionado el concierto que tuvieron en Ramallah: es increíble cómo estos muchachos logran hermanar a tantos jóvenes diversos, cómo la música da lo que por desgracia aún hoy los gobiernos y la política no logran dar, es decir, un sentido de paz, de participación, de compartir valores comunes que hablan de solidaridad, de espiritualidad. Valores que realmente podrían facilitar la solución de un añoso y dramático problema como el de la relación entre israelíes y palestinos. Por eso, el Papa debía conocer esta realidad. ¿Cuándo maduró la idea de promover este encuentro? Hace algún tiempo tuve ocasión de hablarle personalmente de esta orquesta de jóvenes, del mensaje que difunden

por el mundo. El Papa mostró inmediatamente que comprendía su importancia y quiso saber algo más. Y luego está el gran regalo. El regalo que él ha hecho a estos jóvenes acogiéndolos en su casa. También para el maestro Barenboim ha sido un gran regalo. Han quedado profundamente impresionados por su gran sensibilidad. ¿De dónde nace su manifiesta sintonía con el Papa Ratzinger? Han transcurrido seis años desde el inicio de mi mandato. En mayo comenzó el último de los siete previstos. No dudo en confesar que uno de los componentes más hermosos que han caracterizado mi experiencia ha sido precisamente la relación con Benedicto XVI. Hemos descubierto juntos una gran afinidad, hemos vivido un sentimiento de grande y recíproco respeto. Pero hay algo más, algo que ha tocado nuestras cuerdas humanas. Y yo le estoy muy agradecido por esto. Hoy, por ejemplo, hemos pasado juntos un momento caracterizado precisamente por una grande y sencilla humanidad. Hemos paseado juntos, hemos hablado como personas que mantienen una relación de franca amistad, con todo el aprecio que yo siento por él y por su altísimo ministerio, por su altísima misión. En cierta manera, nos sentimos cercanos también porque estamos llamados a gobernar realidades complejas. El Papa, naturalmente, además de ser un jefe de Estado, es también y sobre todo guía de la Iglesia universal. Yo me encuentro en el vértice de las instituciones de la República italiana en un momento realmente muy difícil. Es necesario lograr que en cualquier contexto prevalezcan fuertes motivaciones de serenidad, de paz, de moderación. Y precisamente yo siento mucho esta misión mía de moderación. ¿Y qué decir de la análoga misión de moderación del Pontífice? Además, los une también precisamente el ideal de paz. Yo creo, por cierto, que los continuos llamamientos del Papa en favor de la paz son acogidos y compartidos por muchísima gente en todo el mundo. Naturalmente, las exhortaciones a la paz, sobre todo en zonas como Oriente Medio, chocan contra cierta costra de conflictos y contrastes. Como sucede siempre cuando pasan decenios y decenios sin lograr encontrar una solución, hay algo que luego se transforma en una costra muy dura de romper. Cada uno de nosotros hace lo que puede y el Papa puede hacer mucho con su inspiración, con la constancia de su acción. Esto es, al menos, lo que yo deseo.


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El hombre busca la felicidad

E

Por Pbro. Margarito de la Torre

l ser humano tiene una tendencia natural a la felicidad, pero no es fácil alcanzarla; no siempre se sigue el camino indicado, ya sea porque no se conoce o por falta de voluntad. No basta la razón o el conocimiento, se requiere el ejercicio del espíritu a fin de cultivar las virtudes que lo lleven a la realización de su vida, no según su opinión o sus deseos, sino según la voluntad de Dios, pues en Él está el proyecto original que hará posible la realización plena del hombre; consecuentemente, se requiere también el ejercicio del discernimiento para descubrir la voluntad de Dios. El hombre es capaz de amar pero él mismo se limita esa capacidad, en primer lugar por el egoísmo; y cuando por fin se decidió a amar completamente y cree que de este modo encontrará una felicidad total en el amor humano, descubre que no es posible, porque no se puede llevar el amor a plenitud desde un plano solamente humano, se requiere de la acción de Dios, y como Dios respeta la libertad, que Él mismo ha dado al hombre, es necesario entonces que éste se abra a la gracia divina. Tomemos como ejemplo la pareja humana, prototipo del nivel antropológico. Cuanto más se ama se quiere amar más, hasta el punto de desear la posesión del otro, pero como esto no es posible, surge la frustración. ¿Entonces no se puede amar sin límites? Claro que sí, pasando del nivel puramente humano al encuentro del amor humano con el divino. Hablemos del pasaje de Emaús. Desde que Jesús se une al caminar de aquellos discípulos en ellos comenzaron a “arder” sus corazones, mas no lo reconocieron sino hasta la fracción del pan. En ese momento él desapareció y seguramente ellos desearon retenerlo; sin embargo, era necesario desaparecer para quedarse, no sólo con ellos, también con nosotros, en la eucaristía. Por otra parte, la Sagrada Comunión puede hacer posible que seamos uno entre nosotros y con Dios, algo que no es posible desde un nivel puramente humano.

Entre las cosas que limitan la felicidad en la pareja humana está el hecho de que se desarrollan mucho “los elotes”. Los psicólogos dicen que es una falta de seguridad en sí mismo, pero desde el campo espiritual yo creo que eso nos habla de una limitación en capacidad de amar. El otro día una persona me platicaba que había cosas muy simples que a su pareja no le gustaban y eran ocasión de conflicto. Mi respuesta fue que, si eran muy simples no sería difícil renunciar a ellas; pero que en realidad, para que el matrimonio “funcione”, no sólo había que renunciar a cosas, también a sí mismo o a sí misma, a fin de ser para el otro. Eso, a mi entender, es amor. Una persona es feliz en la vida en la medida en que es capaz de amar, y el amor, entre otras cosas, es renuncia. Amor es libertad. En algún lugar, hace mucho tiempo, leí una frase que decía: “Si amas algo déjalo libre; si regresa es tuyo; si no, nunca lo fue”. ¿Pero cómo puede uno negarse, renunciar a lo que tiene y a lo que es? Hay muchas formas de cambiar el aspecto de tu casa; puedes pintarla; pero si quieres que tenga no sólo un color sino otra forma, habrá que quitar algo para rehacerlo. Para un cambio más profundo habrá que quitar estructuras y poner otras; y mientras tanto te quedarás sin casa. En el caso del ser humano no es exactamente así, pero el ejemplo nos ayuda. En el hombre, cuando se quitan unas estructuras es porque van surgiendo otras. Debe ser un trabajo que lleva tiempo y mucho esfuerzo, sobre todo al principio; después, cada vez más, el trabajo lo hace Dios, pero nunca sin tu libertad y tu voluntad. Así que si quieres ser feliz habrá que cambiar tu casa, teniendo en cuenta que el único arquitecto e ingeniero que puede hacerlo es Dios, no sin tu colaboración.

Pescadores de hombres Andando junto al mar de Galilea, vio a Simón y a Andrés su hermano, que echaban la red en el mar; porque eran pescadores. Y les dijo Jesús: síganme, y haré de ustedes pescadores de hombres. Y dejando luego sus redes, le siguieron. Pasando de allí un poco más adelante, vio a Santiago hijo de Zebedeo, y a Juan su hermano, también ellos en la barca, que remendaban las redes. Y luego los llamó; y dejando a su padre Zebedeo en la barca con los jornaleros, le siguieron (Mc 1m 16-20).

¿C

ómo comenzar la Misión de construir el Reino de los Cielos? ¿Con qué palabras? ¿Con qué recursos? ¿Qué hacer para lograr que las multitudes de Israel voltearan el rostro y vieran las maravillas de Dios? ¿Cómo mostrarles el camino? Quizá en el tiempo del desierto Jesús tuvo tiempo para pensar en esto. Seguramente en los días del hambre tuvo antojo de un pescado asado y recordaría sin duda las orillas del mar de Galilea, cuando de niño paseaba con María y con José, sus padres de esta tierra. Aquellos días en que jugara en la playa mientras la mamá preparaba los pescados y él miraba a los pescadores a lo lejos con sus pesados afanes de conseguir el pan de cada día: los peces que venderían en los mercados de los pueblos; los miraba de regreso más tarde, separando los peces malos, de los peces buenos, y también separar los grandes de los pequeños; veía a los pescadores remendando las redes al final de la jornada, para ocuparlas al día siguiente de nueva cuenta. Y mientras veía estas cosas, pensaba en que los hombres también son parecidos a los peces; que viajan en el mar del mundo, siguiendo esta o esta otra corriente; que son atrapados por distintos pescadores; le venían a la mente los fariseos, los sacerdotes, los esenios, los publicanos, los zelotas, los levitas, los escribas, los saduceos y otros. Recordaba a los hijos de Israel llenando las sinagogas cada sábado: ellos eran pescados por los fariseos, los rabinos del pueblo, los sabios de la religión, los sabios de la ley. Por otro lado, los romanos escogían, pescaban a algunos judíos para ponerlos a su servicio, ellos estarían al frente del pueblo de Israel en asuntos de administración; serían odiados por el pueblo en general, puesto que era mal visto que un judío se pusiera al servicio de una nación extranjera, terminaría por corromperse y adorar dioses paganos; por eso eran llamados publicanos: los de los servicios públicos; ser publicano significaba ser seudo pagano, no había que juntarse con ellos, para no contaminarse. Seguramente los zelotas también hacían labor propagandística para acercar a ellos a los israelitas más aguerridos y organizarlos para que en un futuro, ellos fueran los libertadores del pueblo, los redentores, los héroes nacionales; únicamente había que esperar al Mesías que estaba cerca, él les diría la manera de lograr la independencia; algunos de ellos seguramente firmarían la primera constitución del nuevo Israel. Otros se dejaban pescar por los profetas, un pequeño resto de Israel estaba seguro que el camino era escuchar a los maestros acreditados por el mismísimo Dios ante el

pueblo, como el Bautista, que les hablaba claro acerca de que el día del Señor estaba cerca, les hablaba de cosas de fe. Cosas que tenían que ver con el corazón del pueblo, con la vida misma. Y así quizá Jesús pensara en distintas maneras de pescar, de llamar, de atraer a los hombres; la imagen del hombre que trabaja en la pesca le pareció a Jesús algo atractivo desde pequeño; y al llegar a la edad adulta, cuando era el momento de iniciar el proyecto del reino de los cielos, decidió él mismo ser pescador. Pero su pesca sería diferente; él no incluiría solamente a algún sector del pueblo judío, todos serían llamados a fundar el nuevo pueblo de Dios, los partidarios del Reino de los Cielos, no importaría su condición social o sus intereses políticos o religiosos. Lo mismo llamaría a su seguimiento a los obreros que a los patrones; unos para que estuvieran con él y otros para que lo escucharan como verdaderos discípulos que se dejan conducir. Y aun algunos no llamados por él serían bienvenidos; él estaba dispuesto a favorecer también a cualquiera que lo necesitara o le pidiera algo; en la mente de Jesús estaban contemplados aun los paganos que quisieran abrazar la fe en el único Dios verdadero. Los hombres son difíciles de pescar para cosas de fe, así que necesitaba personas decididas y con esperanza; los pescadores lo son; ellos lanzan las redes al mar, y esperan pacientemente a que los peces se atoren en las redes; luego jalan esas enormes redes y si han pescado algo se llenan de alegría, y si no ocurre así las lanzan de nuevo; son capaces de pasar noches enteras en medio del mar hasta conseguir lo que necesitan. Sí, era necesario valerse de hombres rudos, pacientes, tozudos y obstinados. Era necesario también que fueran hombres de fe, hombres que esperaran a su modo al Mesías. Y, caminando por la orilla de ese mar Galileo, vio a los primeros y sin más les invitó a su seguimiento; ellos dejaron las redes y fueron con él desde ese momento, confiados en su palabra; después de todo, seguirían siendo pescadores; de salario no sabían, sabían de redes, sabían de peces. Pero este hombre les pareció sincero, les pareció digno de confianza; vieron en él las esperanzas colmadas; ¿a qué esperar peces en alta mar cuando el Reino de los Cielos estaba llegando? Y seguramente con enorme abundancia. Y ellos eran los primeros ciudadanos de este reino. Considero que Jesús tomó esta decisión de invitar a los primeros discípulos mientras caminaba para enseñarles que hay que caminar. Hacer camino. Lanzar otro tipo de redes, hacer camino y lanzar las redes nuevamente. Seguirían siendo pescadores:


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Palabra de Dios Vengan conmigo a un lugar solitario Evangelio según San Marcos 6, 30-34 En aquel tiempo, los apóstoles volvieron a reunirse con Jesús y le contaron todo lo que habían hecho y enseñado. Entonces Él les dijo: “Vengan conmigo a un lugar solitario, para que descansen un poco”. Porque eran tantos los que iban y venían, que no les dejaban tiempo ni para comer. Jesús y sus apóstoles se dirigieron en una barca hacia un lugar apartado y tranquilo. La gente los vio irse y los reconoció; entonces de todos los poblados fueron corriendo por tierra a aquel sitio y se les adelantaron. Cuando Jesús desembarcó, vio una numerosa multitud que lo estaba esperando y se compadeció de ellos, porque andaban como ovejas sin pastor, y se puso a enseñarles muchas cosas. Palabra del Señor. Gloria a ti Señor Jesús.

SE COMPADECIÓ DE ELLOS Siempre se nos ha dicho, que es muy importante el trabajo activo, pero también es importante el descanso y la oración; de tal manera que nuestra vida no solo sea activismo, ni una pasiva espera. El Evangelio de hoy nos presenta al Señor Jesús invitando a sus apóstoles, después del trabajo al merecido descanso, a dialogar con tranquilidad y en paz, a profundizar las experiencias vividas. Pero la gente no los deja, hay la necesidad y el hambre de escuchar a Jesús, la multitud se acera a ellos porque quieren escuchar su voz, se olvidan del hambre del pan por la gran necesidad de la palabra que da vida. Hermosamente dice el Evangelio que el Señor Jesús se “compadeció de ellos porque andaban como ovejas sin pastor…”, realidad que al Señor Jesús le cuestiona hasta lo profundo de su corazón; porque comparecerse no es tener lástima, tampoco es asombro de la carencia, compadecerse nos enseña, el Señor Jesús, es sufrir junto con el otro, hacer mías sus alegrías, sus tristezas, sus angustias y necesidades. Nuestro Dios es un Dios compasivo que ha cargado con nuestras necesidades y nos invita a saber hacer lo mismo; que en nuestra vida sepamos practicar la compasión al estilo de Dios, que sin importarle el tiempo, el cansancio o el hambre con toda paciencia y con amor se puso a enseñar a la multitud. Que nuestra compasión sea un movimiento sincero de nuestro corazón al estilo de Dios, y sepamos transformar las necesidades urgentes de los que nos rodea. Por P. José de Jesús Cruz Rodríguez

Mensaje del Papa sobre las vocaciones Alfonso Reyna Rodríguez, Teología II Escribe tus comentarios a: ecos_seminarioslp@hotmail.com Sé nuestro amigo en facebook: Seminario Guadalupano Josefinoz

“A

l ver a las gentes, se compadecía de ellas, porque estaban extenuadas y abandonadas, como ovejas que no tienen pastor”, y dijo: “La mies es abundante, pero los trabajadores son pocos; rogad, pues, al Señor de la mies que mande trabajadores a su mies” (Mt 9, 36-38). Con motivo de la XLVIII Jornada Mundial de oración por las Vocaciones, el Papa Benedicto XVI nos hace ver la importancia de la promoción vocacional para la Iglesia local, e invita a tener un especial cuidado iluminados por el Evangelio, para así poder tomar una referencia de cómo Jesús antes de llamar a sus discípulos ora por ellos, luego los educa con amor y esmero. Algunos puntos importantes que dan luz en la promoción vocacional, sin duda serán las actitudes tomadas del Maestro, puesto que Jesús desde el principio hasta el final de su ministerio terreno enseña cómo las cosas se hacen siempre en comunión con el Padre. En efecto, el Papa expone esos puntos en su mensaje para la Jornada sobre las vocaciones, veamos qué dice:

“El modo en el que Jesús llamó a sus más estrechos colaboradores para anunciar el Reino de Dios ha de ser objeto particular de nuestra atención

(cf. Lc 10,9). En primer lugar, aparece claramente que el primer acto ha sido la oración por ellos: antes de llamarlos, Jesús pasó la noche a solas, en oración y en la escucha de la voluntad del Padre (cf. Lc 6, 12), en una elevación interior por encima de las cosas ordinarias”. “La vocación de los discípulos nace precisamente en el coloquio íntimo de Jesús con el Padre. Las vocaciones al ministerio sacerdotal y a la vida consagrada son primordialmente fruto de un constante contacto con el Dios vivo y de una insistente oración que se eleva al ‘Señor de la mies’.” “La propuesta que Jesús hace a quienes dice ‘¡Sígueme!’ es ardua y exultante: los invita a entrar en su amistad, a escuchar de cerca su Palabra y a vivir con Él; les enseña la entrega total a Dios y a la difusión de su Reino según la ley del Evangelio: ‘Si el grano de trigo no cae en tierra y muere, queda infecundo; pero si muere, da mucho fruto’ (Jn 12,24)”. “También hoy, el seguimiento de Cristo es arduo; significa aprender a tener la mirada de Jesús, a conocerlo íntimamente, a escucharlo en la Palabra y a encontrarlo en los sacramentos; quiere decir aprender a conformar la propia voluntad con la suya. Se trata de una verdadera y propia escuela de formación para cuantos se preparan para el ministerio sacerdotal y para la vida consagrada, bajo la guía de las autoridades eclesiásticas competentes”. “Con esto podemos entender, que la vida sacerdotal o consagrada no es fruto de la casualidad, sino de la comunión del Hijo con el Padre, por eso la expresión de Marcos “subió al monte y llamó a los que él quiso” (Mc 3,13), va a referir más que un simple querer; será más bien a los que nacen del coloquio con el Padre”. Esas son por tanto, las características expuestas para entender que la vocación es sagrada, porque es Jesús el que llama, y a los que llama les da el mandato de ser signo del amor, para así llamar a otros.


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JULIO 22 DE 2012

… Lo de Dios a

Dios Por David Grimaldo

ALGO MÁS SOBRE LA DOCTRINA SOCIAL DE LA IGLESIA

E

stimados lectores, hoy vamos a avanzar un poco más en lo que es la Doctrina Social de la Iglesia (en adelante abreviaremos: DSI). Recordarán que decíamos, la semana pasada, que la diversidad de expresiones que se le da a la DSI nos pide inevitablemente precisar los términos. Atenderlos cada uno por separado. La atención al significado de las palabras y su contenido nos ayudará a ampliar, un poco más, nuestra comprensión de lo que estamos tratando. De manera que vayamos paso por paso y veamos lo que entendemos por “doctrina”, por “social” y por “de la Iglesia”.

Social. Esta palabra se deriva de un vocablo latino “socius”, que significa: “Socio”, “compañero”, “asociado”. Se distinguen dos grandes áreas de lo social: lo referente a las relaciones sociales individuales, particulares, privadas, de carácter informal (amistad, noviazgo, etc.) y la relativa a las relaciones formales, institucionalizadas, públicas, derivadas en mayor o menor grado de la vida organizada de la sociedad. La DSI no abarca lo social en el sentido particular y privado, eso es competencia de la moral privada, sino solo en el sentido de las relaciones sociales formales o institucionalizadas.

Doctrina. Esta palabra significa: “Enseñanza”, “instrucción”. Ustedes saben que existen una gran cantidad de doctrinas de carácter religioso, político, científico y filosófico. En nuestro caso la doctrina es de contenido religioso. Es religiosa porque Jesucristo, el Maestro de los maestros, con sus Palabras y con sus obras, que fueron trasmitidas por medio de la Sagrada Escritura y la Tradición de la Iglesia, constituyen una verdadera doctrina. Ser doctrina, implica un conjunto bien organizado de enseñanzas, que está formado en su pensamiento social, como dice el Beato Juan Pablo II en el documento Sollicitudo rei sociales (Preocupación por las cosas sociales), “por principios de reflexión, criterios de juicio y directrices de acción” (n. 8). Estos últimos términos más adelante los volveremos a tratar.

De la Iglesia. Significa que esta doctrina es propia de la Iglesia católica como Institución organizada. Que el Papa y los Obispos, en su ejercicio pastoral, con la ayuda del Espíritu Santo, de los teólogos y de las ciencias sociales la van enriqueciendo. De manera que, en base a esta exposición de términos, podemos dar una definición más completa de la DSI, quedaría así: “El conjunto orgánico de principios de reflexión, criterios de juicio y directrices de acción, sobre las relaciones sociales formales derivadas de la vida social humana institucionalizadas, enseñado, a la luz del Evangelio y en el ejercicio de su función pastoral, por el Magisterio de la Iglesia católica, con la asistencia del Espíritu Santo, la cooperación de los teólogos y de los especialistas en ciencias sociales.

Con la reserva de que más adelante iremos aclarando lo anterior, por hoy, retomemos los elementos más esenciales de tal definición: • Naturaleza. Doctrina o conjunto organizado de principios, criterios y directrices. • Origen. Resultado de la reflexión de la Iglesia sobre las realidades sociales cambiantes a la luz de la Revelación y la Tradición. • Objeto. Lo social, entendido como relaciones sociales institucionalizadas, visto a la luz del Evangelio. • Fin. Es pastoral. Orientar el pensamiento y la actuación social de los católicos en el campo social. • Sujeto. La Iglesia católica en su conjunto, por medio del Magisterio.

Hay una pregunta que nos hacemos cuando tratamos la DSI: ¿Por qué la Iglesia puede hablar de temas sociales? Esta pregunta, mis tres lectores, la responderemos la próxima semana. Por lo pronto, …¡LO DE DIOS A DIOS! Y lo del Cesar…


Vacaciona con Jesús. No hay mejor amigo que Él

sopa de letras


El semanario La Red agradece a todos nuestros lectores, así como a todos nuestros promotores, por su apoyo en la distribución de este medio de comunión. La Red existe gracias a ustedes, por ello estamos inmensamente agradecidos porque ayudan a que nuestro mensaje llegue a todos los rincones de la Arquidiócesis.

¡Muchas gracias!


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