Edición 199

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Gabriel, el niño sin pies que jugó fútbol con Messi

Año 4

No. 199

Semana del 2 al 8 de diciembre de 2012

Llega un tiempo de esperanza

Nuevos sacerdotes para la Iglesia Potosina Para que actuemos conforme a lo que nos ha enseñado, y a lo que hemos aprendido de Él: “amar a Dios con todo el ser, con toda el alma, con todo el espíritu, y amar al prójimo. No hay más instrucciones, no hay otros caminos, sólo el amor a Dios y a los hermanos es el que nos traerá la salvación y la liberación.

1er. Domingo de adviento

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MARÍA Y EL ADVIENTO

Llegó el Adviento y se me ocurrió intentar alguna reflexión que me ayudara a usar este tiempo santo en forma provechosa. Pensé en imaginar cómo vería este tiempo María, la Madre del Señor.

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UN TIEMPO DE ESPERANZA

Con este domingo iniciamos el nuevo año litúrgico y un nuevo tiempo en la Iglesia, para nuestro México una nueva etapa en su historia con el inicio de una nueva administración...

El profeta Jeremías anuncia que ya están cerca los días en que Dios cumplirá la promesa hecha a la casa de Israel y a la casa de Judá. Dios enviará a un vástago de David que hará justicia y derecho en la tierra.

Gabriel Muniz tiene once años. Nació sin pies por una malformación congénita pero es un excepcional jugador de fútbol. De visita, conmovió a la sociedad española por haber cumplido su sueño de entrenar con el Barcelona y jugar pelota con Lionel Messi. Para los líderes pro-vida, su historia desafía la ley que permite el aborto eugenésico en el país. Sandra, madre de Gabriel, pensó que su hijo no podría valerse por sí mismo pues ella no contaba con los recursos para darle un tratamiento adecuado. Sin embargo, el asombroso niño logró caminar antes de cumplir un año. Gabriel vive en un humilde hogar de Campos dos Goytacazes, a 170 kilómetros al noreste de Río de Janeiro. Comparte su pequeña habitación con su hermano mayor Mateus, va todos los días a la escuela en bicicleta y pasa su tiempo libre jugando al fútbol junto a sus amigos. Su increíble habilidad para el deporte le valió varias medallas escolares y la posibilidad de participar en julio pasado de una academia organizada por el club español en su país, donde la prensa dio a conocer su conmovedora historia de superación. “Cuando recién comenzó a caminar lo perseguíamos esperando que caiga, y nunca cayó”, recordó su madre en un reportaje para la televisión brasileña. Ante la destreza del niño y su particular empeño, el Barcelona le ofreció costear un viaje a España para entrenar en la escuela del club por una semana y conocer al equipo, incluyendo a Messi. El niño dejó una lección de vida que los famosos jugadores no olvidarán. Tras el encuentro, uno de los más elocuentes fue el jugador brasileño Adriano Correia, quien aseguró que el caso de Gabriel “es una lección de vida, de superación total, porque muchas veces nos quejamos por cosas y lo ves tan feliz, haciendo todo con tanta alegría”. Adriano agradeció a Gabriel “por ser así. Dios quiera que él cumpla todos los deseos que tenga”. El futbolista brasileño aseguró que no imaginaba cómo hacía Gabriel para jugar, “pero hoy viéndolo es una cosa increíble. Me ha tocado mucho y llevaré eso para toda mi vida”. Para la Dra. Gádor Joya, portavoz de la plataforma pro-vida española Derecho a Vivir, el caso de Gabriel invita a reflexionar, pues “cuando hablamos de aborto eugenésico debemos recordar la atrocidad que supone sentenciar a muerte a un ser humano porque no cumpla un determinado nivel de ‘calidad biológica’”. “La historia de Gabriel es un ejemplo más de que el aborto eugenésico, aquél que se practica bajo la premisa inhumana de que quien padece una enfermedad o un defecto físico antes de nacer no merece vivir, es absolutamente inadmisible”.


DICIEMBRE 02 DE 2012

Hay que engrandecer la vida con el don de la esperanza

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ivir no es fácil, porque la vida es un arte. La existencia requiere adiestramiento. El hombre necesita aprender a vivir y también ayudarse a vivir. Para tener una vida plena, se requiere tener sabiduría, y ésta consiste en tomarle sabor a la existencia; saborear, no es acabarse la vida en un instante, es necesario ir saboreando cada momento que vivimos, y para ello se requiere paciencia, pero sobre todo esperanza. Saber vivir implica aprender a esperar. No hay que dejar que nadie nos colme la paciencia, porque cuando ésta se agota, se pierde la paz. Y ésta es fundamental para saber vivir. Un hombre que vive en paz sabe discernir inteligentemente. A los hombres que han perdido la paz, también se les ha nublado el pensamiento, y eso no les permite mirar la vida con claridad; pero la paz y la claridad se obtienen cuando no nos apresuramos a vivir, y vamos aprendiendo a esperar. Vivir con arte, es vivir con esperanza. Hoy estamos iniciando un tiempo propicio para fortalecer la virtud de la ESPERANZA. Hemos dado inicio al tiempo de ADVIENTO, que es la etapa de la espera. El año litúrgico se compone de varios momentos, que son etapas que van entretejiendo la historia de nuestra salvación. Y el tiempo con el que inicia este año es el del ADVIENTO. Son días propicios que pueden ayudar a fortalecer la existencia con actitud de espera. Los cristianos que viven en este mundo, necesitan vivir de esperanza, y si ésta les falta, dejan de ser auténticos cristianos. El Papa Benedicto XVI ha dicho que la salvación, nos viene por la esperanza. “Hemos sido salvados en la esperanza”. Ya desde este mundo se puede saborear la gloria, gracias a la esperanza. El hombre que espera, hace ya presentes las promesas de Dios. Y aunque la vida es sumamente difícil, puede resultar fácil si sabemos poner la mirada en lo que vendrá, y lo que esta por venir es lo mejor. Lo que ha de venir es el mismo Dios arropado en nuestra carne mortal, para que lo sintamos cerca. Tener a Dios es tenerlo todo, y sin Él lo demás pierde el sentido. La esperanza le da significado a la existencia, porque mira hacia adelante esperando la luz de Dios, que aclara nuestra vida. Es tan grandiosa e importante la ESPERANZA, que el hombre no la puede obtener con sus propios medios, porque es una virtud que viene de Dios. La ESPERANZA es un don sobrenatural, y la llaman virtud infusa porque Dios la infunde en todo cristiano que se encuentre dispuesto a recibirla. En un mundo desesperado es necesario pedir la virtud de la ESPERANZA. Que el ADVIENTO que hoy comienza, sea un tiempo propicio para llenarnos de esperanza, porque al tener esa virtud, podemos trasformar al mundo ansioso de Dios, y falto de esperanza. Vivamos el ADVIENTO, dispongámonos a esperar la llegada de Dios a nuestra vida. Esperemos la luz de Cristo, que ilumina las etapas más oscuras de la existencia. Hay que prepararnos para que la llegada de Jesús nos haga cambiar de actitud ante la vida.

Fundado por el Arz. Emérito Don Luis Morales Reyes

La RED no necesariamente apoya la publicidad de nuestros anunciantes.

Reflexiones desde la Resurrección Queridos hermanos y hermanas:

Nuestro encuentro de hoy está impregnado de alegría espiritual. Aunque el cielo esté gris, en el corazón llevamos la alegría de la Pascua, la certeza de la Resurrección de Cristo, que triunfó definitivamente sobre la muerte. Ante todo, renuevo a cada uno de ustedes un cordial deseo pascual: que en todas las casas y en todos los corazones resuene el anuncio gozoso de la Resurrección de Cristo, para que haga renacer la esperanza. En esta catequesis quiero mostrar la transformación que la Pascua de Jesús provocó en sus discípulos. Partimos de la tarde del día de la Resurrección. Los discípulos están encerrados en casa por miedo a los judíos (cf. Jn 20, 19). El miedo oprime el corazón e impide salir al encuentro de los demás, al encuentro de la vida. El Maestro ya no está. El recuerdo de su Pasión alimenta la incertidumbre. Pero Jesús ama a los suyos y está a punto de cumplir la promesa que había hecho durante la última Cena: “No los dejaré huérfanos, volveré a ustedes” (Jn 14, 18) y esto lo dice también a nosotros, incluso en tiempos grises: “No los dejaré huérfanos”. Esta situación de angustia de los discípulos cambia radicalmente con la llegada de Jesús. Entra a pesar de estar las puertas cerradas, está en medio de ellos y les da la paz que tranquiliza: “Paz a ustedes” (Jn 20, 19). Es un saludo común que, sin embargo, ahora adquiere un significado nuevo, porque produce un cambio interior; es el saludo pascual, que hace que los discípulos superen todo miedo. La paz que Jesús trae es el don de la salvación que Él había prometido durante sus discursos de des-

Por Pacco Magaña (Primera de tres partes)

pedida: “La paz les dejo, mi paz les doy; no se la doy como la da el mundo. Que no se turbe su corazón ni se acobarde» (Jn 14, 27). En el día de Resurrección, Él la da en plenitud y esa paz se convierte para la comunidad en fuente de alegría, en certeza de victoria, en seguridad por apoyarse en Dios. También a nosotros nos dice: “No se turbe su corazón ni se acobarde” (Jn 14, 1). Después de este saludo, Jesús muestra a los discípulos las llagas de las manos y del costado (cf. Jn 20, 20), signos de lo que sucedió y que nunca se borrará: su humanidad gloriosa permanece “herida”. Este gesto tiene como finalidad confirmar la nueva realidad de la Resurrección: el Cristo que ahora está entre los suyos es una persona real, el mismo Jesús que tres días antes fue clavado en la cruz. Y así, en la luz deslumbrante de la Pascua, en el encuentro con el Resucitado, los discípulos captan el sentido salvífico de su pasión y muerte. Entonces, de la tristeza y el miedo pasan a la alegría plena. La tristeza y las llagas mismas se convierten en fuente de alegría. La alegría que nace en su corazón deriva de “ver al Señor” (Jn 20, 20). Él les dice de nuevo: “Paz a ustedes” (v. 21). Ya es evidente que no se trata sólo de un saludo. Es un don, el don que el Resucitado quiere hacer a sus amigos, y al mismo tiempo es una consigna: esta paz, adquirida por Cristo con su sangre, es para ellos pero también para todos nosotros, y los discípulos deberán llevarla a todo el mundo. De hecho, añade: “Como el Padre me ha enviado, así también los envío yo” (ib.). Jesús resucitado ha vuelto entre los discípulos para enviarlos. Él ya ha completado su obra en el mundo; ahora les toca a ellos sembrar en los corazones la fe para que el Padre, conocido y amado, reúna a todos sus hijos de la dispersión. Pero Jesús sabe que en los suyos hay aún mucho miedo, siempre. Por eso realiza el gesto de soplar sobre ellos y los regenera en su Espíritu (cf. Jn 20, 22); este gesto es el signo de la nueva creación. Con el don del Espíritu Santo que proviene de Cristo resucitado comienza de hecho un mundo nuevo. Esta novedad de una vida que no muere, se debe difundir por doquier, para que las espinas del pecado dejen lugar a los brotes de la Gracia.


DICIEMBRE 02 DE 2012

Concilio Vaticano II

El actuar de los laicos en la misión de la iglesia

A 50 años, celebramos el Concilio

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ué podemos celebrar a 50 años de ese acontecimiento eclesial? Una mirada global nos permite “hacer memoria” –tan importante para no perder la identidad ni el camino que tenemos por delante de muchos hechos positivos que trajo la celebración del Concilio. Comenzamos señalando una realidad fundamental: el Vaticano II nos situó en un “nuevo paradigma eclesial y teológico”. Y como todo nuevo paradigma trajo la necesidad de moverse, cambiar, situarse de otra manera. Trajo también el miedo, la incapacidad de dejar lo conocido para probar lo distinto y, sin duda, la perplejidad, el asombro, los excesos, la incontrolable pasión de lanzarse a lo nuevo sin medir los riesgos ni asumir las consecuencias. Pero el cambio se dio y las personas que vivieron ese acontecimiento son testigos de que “en su tiempo” la Iglesia tenía otra manera de ser y presentarse ante el mundo.

 El Vaticano II hizo cambiar la mirada eclesial. De una Iglesia preocupada por definirse a sí misma y afirmar su ser y esencia, se pasó a una Iglesia capaz de mirar al mundo y preguntarse por sus desafíos. Una Iglesia capaz de valorar la actividad humana (Gaudium et spes, Iª parte, cap. 3), respetar su autonomía y valorar sus logros. Una Iglesia capaz de dar nombre a las realidades del mundo y comprender que sólo desde ellas podría realizar su tarea evangelizadora. La economía, la política, la educación, lo social, los problemas humanos, entre otras realidades, comenzaron a ser objeto de reflexión mediante diferentes mediaciones sin las cuales el Reino de Dios no podría visibilizarse y concretarse.
 La centralidad de la historia y el considerarla como lugar de revelación divina “en hechos y palabras intrínsecamente conexos entre sí” (Dei Verbum, 2) cambió el horizonte epistemológico de la teología y la pastoral. No se podía seguir apelando solamente a la autoridad como garante de la verdad. Fue necesario aceptar con decisión y coraje una visión encarnada de la revelación necesitada de mediaciones para hablar con sentido de las realidades divinas. Por eso una teología histórica y una pastoral que parte del “ver” la realidad fueron consecuencias lógicas de tal cambio. 
 La consideración de la Iglesia como “misterio” (Lumen gentium, cap. 1) y todo el Pueblo de Dios como primer depositario (Lumen gentium, cap. 2) de este misterio, permitió soñar con un modelo de Iglesia-comunión con diferentes ministerios y carismas, ejercidos todos ellos para edificación de la comunidad. Desde allí se generaron muchos cambios y renovaciones en la vida eclesial. La toma de conciencia del protagonismo y misión evangelizadora del laicado no se hizo esperar. No faltaron verdaderas tareas eclesiales ejercidas con propiedad y responsabilidad por los laicos/as. Se sintió la necesidad de formación, y la teología dejó de ser exclusiva del ministerio ordenado. La dinamización de comunidades eclesiales y una participación activa en la liturgia fueron señales claras de una Iglesia más parecida a la de los orígenes, con más vigor y fuerza que la que se había tenido en los años precedentes.

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esde sus orígenes, la Iglesia misma nace de la misión de Jesucristo y es redimida y enviada por él. Este envío que Jesús resucitado pronuncia sobre los discípulos, es el que da razón de ser a la Iglesia, es lo que le dio a Pedro el deber de edificar y velar, es lo que hizo que aquellos hombres y mujeres del origen del cristianismo se unieran en comunidad y al mismo tiempo fue lo que los impulsó a expandir la Buena Nueva del Reino. A partir de ese envío la Iglesia ha vivido su identidad y naturaleza a lo largo de la historia, con sus conflictos y errores, como con sus aciertos y éxitos. En la actualidad, vivimos en mundo secularizado en el que día a día se va desplazando más a Dios a quien ya no se ve como un ser importante en la vida del ser humano. Curiosamente, más que nunca, hay un enorme abismo entre la fe y vida cristiana, es por ello que hoy se hace imprescindible que los laicos asuman con responsabilidad su misión como miembros de la Iglesia, la responsabilidad de diseminar la fe y la de no eludir el deber de anunciar a Cristo a todos los hombres. La necesidad de que todos los fieles compartan tal responsabilidad no es sólo cuestión de una eficacia apostólica, sino de un derecho basado en la dignidad bautismal, por la cual, los fieles laicos participan, según el modo que les es propio, en el triple oficio de Jesucristo. Por consiguiente, tienen la importante tarea de trabajar para que el Mensaje Divino de salvación sea conocido y recibido por todos los hombres. Pues, si la misión pertenece a la naturaleza de la Iglesia, todo miembro de la misma es responsable y agente de esa misión, con los matices peculiares de cada ministerio, vocación o carisma. Incumbe pues en este momento profundizar en la vocación específica de los laicos en la Iglesia. La palabra “laico” indica miembro del “pueblo”. En este caso se va aplicar esta palabra a un grupo específico del Pueblo de Dios, que por su estado de vida se les atribuye el nombre de “seculares”, en el sentido de inserción especial en el mundo. El laicado es pues una realidad eclesial, con un fin específico en el campo de la evangelización; es decir, que son los fieles que por el bautismo participan de un modo especial en el profetismo, sacerdocio y realeza de Cristo, y precisamente por ello tienen una función específica y absolutamente necesaria en la misión de la Iglesia. Esta vocación, se ha manifestado desde los inicios de la Iglesia; de hecho, hoy, precisamente cuando el mundo cada vez está más secularizado y en muchos lugares hay un rechazo de instituciones eclesiales o la Iglesia misma ha perdido credibilidad; se ve la labor imprescindible de la vocación laical: El apostolado de los laicos, que surge de su misma vocación cristiana, nunca puede faltar en la Iglesia.

Como ya lo mencione, vivimos en un contexto en el que, la acción del maligno pretende eliminar la vida, destruir las familias, promover los vicios y la degradación, aumentar el dolor y la corrupción, fomentar la violencia; se vive en medio de un sistema de maldad que en muchas ocasiones daña y causa estragos, sufrimientos y muerte. Estas y muchas otras realidades son las que existen en la sociedad a las cuales, en el contexto de un mundo globalizado, hay un gran cambio cultural, social, estructural y religioso. Como lo notamos, el contexto en que se mueve la Iglesia es amplio y complejo; en esta realidad, es donde el mandato misionero sigue estando vigente. El quehacer de la Iglesia no sólo consiste en realizar la misión en lugares lejanos y difíciles de incursionar; sino que hoy debe realizarse en la sociedad y desde nuestro quehacer diario: las universidades e instituciones educativas, en las oficinas y centros de trabajo, en los clubes deportivos, en las redes sociales, en los medios de comunicación; en la búsqueda de la justicia y del bien común. Es precisamente en este contexto y ámbitos donde los laicos desarrollamos nuestra vida, en este mundo vivimos, estudiamos, laboramos, practicamos la fe y es ahí, a donde estamos llamados a vivir la especifica vocación laical; vivir inmersos en las realidades temporales y desde allí realizar la misión que todo bautizado tiene. Pero la tarea no es fácil, nuestros tiempos y las circunstancias actuales exigen un apostolado mucho más intenso y amplio, exige valores, humanismo y solidaridad. Hay muchos ambientes, lugares, esferas de nuestra sociedad potosina, donde no se ha oído hablar de Cristo y donde la Iglesia no alcanza a llegar o hacer escuchar la voz del Evangelio. Todos debemos trabajar unidos con esa identidad misionera, pues esto es lo que le mantendrá viva y hará crecer a la Iglesia y realizará el deseo de Dios de que todos los hombres se salven. Por ello el actuar como laicos tiene que reflejar a hombres y mujeres de la Iglesia en el corazón del mundo, hombres y mujeres del mundo en el corazón de la Iglesia. Como seguidores de Jesucristo son parte indispensable de la Iglesia, ustedes viven en el corazón del mundo y en este año proclamado de la fe; es ahí donde tienen que dar testimonio y poner la semilla para vivir la verdad, practicar la caridad y frecuentar la Eucaristía; para que se fortalezcan en Cristo y lo tengan como centro y fin de toda su vida como signo de justicia, de amor y de paz.

El Señor les bendiga + Mons. Jesús Carlos Cabrero Romero Arzobispo de San Luis Potosí


Nuestra historia

Quinta persecución contra la primitiva Iglesia Y las Actas de los Mártires Por Pbro. Lic. Rubén Pérez Ortíz

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on el reinado de Cómodo termina este largo período de tempestad latente, de amenaza constante y persecuciones aisladas, termina la prosperidad del Imperio romano y se inicia en el desarrollo del cristianismo. En sustancia, permaneció la misma legislación. pero no se urgió como en tiempo de Marco Aurelio. Esto se debió al carácter del emperador, ajeno a toda seriedad en los negocios del Estado y únicamente preocupado por el juego de gladiadores. Esto no obstante, se designa al reinado como la quinta persecución. El mejor trato de los cristianos y hasta cierta positiva tolerancia y favor lo confirman. San Ireneo llega a afirmar que los cristianos podían andar por las calles sin miedo ninguno y viajar por mar a donde quisieran. Un polemista anónimo del Asia Menor pondera que en los últimos trece años no había habido guerra ninguna, y aun los cristianos gozaban de una paz duradera. San Eusebio de Cesaréa se expresaba en términos parecidos. De hecho, Cómodo no manifestó en ningún documento público su posición para los cristianos; mas, por otra parte, nos consta que por este tiempo se habían introducido algunos cristianos en la misma corte, lo cual sugiere la sospecha de que el emperador los favorecía o consentía. En ello pudo influir su concubina Marcia, que algunos suponen simpatizante con el cristianismo. Esto no obstante, como las leyes persistían, hubo martirios esporádicos. Apolonio, miembro del senado romano y de familia nobilísima, fue probablemente víctima de la denuncia de un esclavo suyo. Las actas auténticas se han conservado en una traducción armena. Es preciosa, sobre todo, la defensa ante el tribunal, que puede considerarse como una de las buenas apologías de aquel tiempo. En África se desencadenó una borrasca de persecución al principio del gobierno de Cómodo. Son célebres los seis mártires escilitanos, tres varones y tres mujeres. El nombre les viene de la pequeña Scili, no lejos de Cartago. Las actas de estos mártires son de gran valor. Llevan la fecha 17 de julio de 180. El interrogatorio está calcado sobre el protocolo oficial. El procedimiento oficial descansa en el rescripto de Trajano. En el Asia Menor despertó igualmente la fiera pagana e hizo algunos estragos pocos años después. El procónsul Arrius Antoninus fue, según Tertuliano, el perseguidor. En cierta ocasión se presentaron ante el los habitantes de toda una ciudad. El procónsul condenó

Es necesario el descanso, aunque pocos saben descansar Por Pbro. Lic. Salvador González Vásquez

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o hay que confundir descanso con comodidad. El hombre moderno va en busca de confort, y al buscar comodidad no logra tener un verdadero descanso. No hay que olvidar que el reposo también forma parte de la vida. Por lo tanto es necesario darse un tiempo para el descanso. Hay que dejar de hacer lo ordinario y ocuparse en lo extraordinario. Hay personas que viven solo para trabajar, y olvidan que hay que trabajar para vivir. Quienes solo viven para trabajar, hacen de su labor la razón de su existencia. No se puede negar que el trabajo es necesario y no solo por la ganancia que procura; es indispensable para poner en acción todas las potencialidades. Las personas que solo viven para trabajar hacen de la virtud un vicio. Por eso es necesario preguntarse: ¿Para qué trabajo? Porque no hay que trabajar tan solo porque sí; se trabaja por algo, y sobre todo para alguien. Pero también hay que trabajar para tener un buen descanso. En estos tiempos en que se confunden los rolles, también el tema del descanso se ha vuelto algo confuso. Y esto pasa porque el hombre ha perdido el auténtico sentido de las cosas. El hombre ya no descifra con precisión el significado de lo que le rodea, ni la razón de sus actos.

solamente a algunos, mientras dirigía estas insípidas palabras a los demás que esperaban con ansia la misma muerte : « Miserables, si queréis morir, ¿no tenéis despeñaderos o cuerdas?» II Las actas de los Mártire (1ª. Parte) Hablando de persecuciones y de martirios, se ha hecho frecuentemente mención de actas de mártires, notando diversas características de las mismas, me permito hacer una breve relación de las mismas. 1.- Veneración de los mártires.- El punto de partida para entender la redacción de las actas de los mártires es la gran veneración que los primitivos cristianos sentían por los que morían por Cristo. Esta veneración que por ellos sentían y practicaban aparece en los cultos que daban a sus reliquias, en la reverencia que manifestaban a sus sepulturas y en el modo como celebraban los aniversarios de los mártires y su martirio. Precisamente para realizar mejor esto último se compusieron listas más o menos completas de los aniversarios de los mártires más venerados de los que más tarde se compusieron los martirologios, menologios o sinaxarios. Mas con esto no estaba satisfecha la piedad de los cristianos primitivos. Redactaron también las relaciones de los martirios, las llamadas passiones, con el objeto de leerlas en el aniversario de cada mártir durante los oficios divinos. Ante todo se comprende muy bien el sumo interés que tenían los cristianos por estas Actas. De ello son claras pruebas hechos como el siguiente. La comunidad de Filomela, en Frigia, pide a la Esmirna les mande la hermosa relación del martirio de San Policarpo, y añaden: «Una vez hayáis tomado noticia, enviad la carta a los demás hermanos que viven lejos, para que también ellos alaben al Señor».

Después de preguntarnos el por qué del trabajo, es bueno también hacernos la pregunta sobre el sentido del descanso, y saber con claridad porque es tan necesario. El reposo es tan indispensable, que la misma escritura nos dice que Dios descansó una vez concluida la creación. El descanso consiste en dejar una actividad para ocuparse de otra. No se descansa para no hacer nada, se necesita dejar de hacer para mirar lo que hemos hecho; es necesario suspender actividades, para calificar que tan bueno es lo que estamos haciendo. El descanso es necesario para la meditación porque el trabajo nos absorbe y nos deja absortos; es importante el descanso para no vivir enajenados de la actividad, y descubrir que somos nosotros mismos y no una máquina que fábrica objetos. Un buen descanso consiste en dejar de trabajar para ocuparnos en la contemplación de nuestras obras. El mismo Dios contempló su obra y vio que era buena. Hay que aprovechar bien el descanso; de no ser así, una vez pasado el tiempo del descanso, podremos terminar más fatigados que antes de haber iniciado el reposo.


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¿Se regresa el padrinazgo? Por P. Kino

Los laicos en el Concilio Vaticano II Por Pbro. Lic. Héctor Colunga colunga46561@hotmail.com

Muy estimados lectores: En la experiencia que he tenido como sacerdote, puedo decir que el laico puede clasificarse en cuatro fases, identificadas con la letra “I”:

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l caso: Pablo y Bety tienen un hijo de nombre Bam Bam, y le piden a Vilma y a Pedro que sean padrinos de bautismo, y estos aceptan. Al poco tiempo, Vilma y Pedro tienen una niña de nombre Pebbles y le piden a Pablo y Bety que ahora ellos sean los padrinos de bautismo de su niña, la respuesta que dan Pablo y Bety es que no, pues “se regresa el padrinazgo”… Obviamente esta respuesta no es correcta, es de la edad de piedra, o de gente buena pero que no sé de dónde sacaron este argumento. NO SE REGRESA EL PADRINAZGO, ojalá que hasta se hiciera más fuerte. Claro que pueden ser padrinos de bautismo sin ningún problema. Aprovechando el tema de los padrinos insistiré en algunas cuestiones sobre los padrinos en los sacramentos que nos dice el directorio pastoral de sacramentos de nuestra arquidiócesis: - Quien va a ser bautizado deberá tener un padrino o una madrina, o uno y una. Si son matrimonio, deben estar casados por la Iglesia (67). Nada de que dos padrinos o dos madrinas, o cuatro madrinas y cuatro padrinos… no inventen, y luego de todos no se hace uno. Comenzando que ni los libros de las notarías ni las boletas están pensadas para poner a toda la parentela de padrinos. - Que los padrinos de bautismo sean mayores de dieciséis años y que hayan recibido los sacramentos de iniciación cristiana (bautismo, confirmación y eucaristía), y lleven vida congruente (68). Nada de que la primita menor de edad va a ser la madrina, porque la quieren mucho, pues le ponen una madrina a la niña igual de inmadura (inmadura no es sinónimo de mala). - El padre o la madre no pueden ser padrinos (69). - No es obligatorio tener padrino de primera comunión, pero sí, el niño los tiene que elegir, se le invita a que eliga a los mismos de bautismo o confirmación, pero no es obligatorio, que tal si ya fallecieron o ya no tardan, o simplemente no le agradan al ahijado. - En la confirmación basta un padrino o madrina, que cumpla las condiciones que también se señalan para quien será padrino o madrina de bautismo.

Inmerso en las cosas de Dios: Son del grupo de bautizados que entendiendo su papel de ser parte del Pueblo de Dios, se esfuerzan mediante algún grupo apostólico a conocer su religión y vivir su fe. Son partícipes de la misión salvífica a través de los sacramentos y especialmente la Eucaristía, que los nutre y les ayuda a proyectar su amor a Dios y a los hermanos. Son la sal de la tierra, donde se hace presente y operante la Iglesia, que los hace testigos e instrumentos vivos de la constante y permanente acción de la Iglesia misma y los sacerdotes tenemos mucho apoyo de ellos en las actividades eclesiales. Interesado en las cosas de Dios: Son aquellos bautizados, que sin pertenecer a un grupo apostólico de la Iglesia, se interesan de las cosas de Dios, en cuanto que tratan de cumplir con sus obligaciones y deberes religiosos. Van a misa, rezan, se confiesan, viven la gracia y la fe que los ilumina y orienta en la vida cotidiana, familiar y social, transformando su ambiente difícil y hostil, en un remanso de paz y armonía. Tratan de adecuar su religión en las cosas temporales guiándose por una conciencia cristiana para tener una conducta coherente con su fe. Ignorante en las cosas de Dios: Son aquellos bautizados, que no conocen su fe a profundidad, viven en la me-

(2ª parte)

diocridad de su religión. Les da lo mismo el culto a la “muerte”, al “niño fidencio”, a “Pancho Villa” que venerar a cualquier santo. Ven los sacramentos y la religiosidad popular como ritos mágicos y talismanes misteriosos para alcanzar favores (salud, dinero, poder y amor). Buscan en las lecturas de la mano, las cartas, el café y tarot, las limpias y las barridas, respuestas a todas sus inquietudes del presente y del futuro. No pertenecen a ningún grupo apostólico y aunque se les invita a que participen, argumentan no tener tiempo. Sí tratan de tener los sacramentos, pero no los viven ni los valoran; no quieren ir a pláticas y le dan más importancia a la parte social que a la espiritual. Indiferente en las cosas de Dios: Son aquellos bautizados de nombre, que ni viven, ni les interesan las cosas de Dios; pretenden decir que no son fanáticos; que van a misa y a la iglesia cuando les nace; creen que lo que tienen es porque ellos mismos lo han trabajado y no porque Dios se los ha dado. Entran a la secularización total y plena, es decir en una indiferencia radical de considerar que la religión no es necesaria, sino es más bien un invento de la Iglesia como mecanismo de poder y obviamente no lo consideran como medio de Salvación. Se mofan de la Iglesia y se burlan de los errores de sus integrantes. Cuando les va bien ni se acuerdan de Dios y cuando les va mal le reclaman. Son los tibios de los que habla el Apocalipsis que Dios vomita, “porque no son ni fríos ni calientes” (Ap. 3,16). A todo esto que he dicho ¿con cuál te identificas?


HOMBRE Vida económica

Nuestra opción preferencial por los pobres

El divorcio Canónigo José Ma. Ortega Robles

E

l catecismo de la Iglesia Católica, No. 2382 y ss. insiste en la intención del Creador de querer un matrimonio indisoluble; y hace a un lado la ley de Moisés, que a causa de la dureza de los judíos, había permitido el divorcio. Entre bautizados católicos el matrimonio rato y consumado, hecho y consumado, no puede ser disuelto por ningún poder humano, ni por ninguna causa fuera de la muerte natural. Permaneciendo el vinculo matrimonial, puede ser legítima en ciertos casos la separación, previstas por el derecho canónico, como el adulterio, los malos tratos a la parte inocente, el no cumplir el cónyugue con lo necesario para la asistencia familiar. Pero la separación no autoriza a ninguno de los esposos a contraer nuevas nupcias; de lo contrario cometen adulterio, y Cristo fulmina: los adúlteros no entrarán en el Reino de los Cielos.

Hagámonos de palabras

ley

Una cosa es la y otra tú ley Por Pbro. José Antonio Martínez Ortiz

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l hacerse testigo de la grandeza y de la bondad del Creador, el hombre camina hacia la plenitud de la libertad a la que Dios lo llama. Una buena administración de los dones recibidos, incluidos los dones materiales, es una obra de justicia hacia sí mismo y hacia los demás hombres: lo que se recibe ha de ser bien usado, conservado, multiplicado, como enseña la parábola de los talentos (Cf. Mt 25, 14- 31; Lc 19, 12-27). Los bienes, aún cuando son poseídos legítimamente, conservan siempre un destino universal. Toda forma de acumulación indebida es inmoral, porque contradice el destino universal que Dios Creador asignó a todos los bienes; “porque la raíz de todos los males es el afán de dinero, y algunos, por dejarse llevar de él se extraviaron en la fe” (1Tim 6,10). Las riquezas realizan su función de servicio al hombre cuando son destinadas a producir beneficios para los demás y para la sociedad (Cf. Hermas, Pastor, Liber Tertium). Así, es un deber desarrollar de manera eficiente la actividad de producción de los bienes, tratando de no desperdiciar recursos. Todos tienen el derecho de participar en la vida económica y el deber de contribuir, según sus capacidades, al progreso del propio país y de la entera familia humana. Por eso el objeto de la economía es la formación de la riqueza y su incremento progresivo, en términos no sólo de cantidad, sino

de cualidad, orientado al desarrollo global y solidario del hombre (SRS 28), pues cada uno de los hombres tiene el derecho de iniciativa económica, y podrá usar legítimamente de sus talentos para contribuir a una abundancia provechosa para todos y para recoger los justos frutos de sus esfuerzos (CEC 2429), por otro lado, la empresa, en razón del hombre, debe caracterizarse por la capacidad de servir al bien común mediante la producción de bienes y servicios útiles; creando oportunidades de encuentro, de colaboración, de valoración de las capacidades de todos. El empresario cristiano responsable está llamado por el Señor a transformar el mundo desde las necesidades de su época, desde el pobre, el hambriento y el marginado. Hace girar su actividad en torno a cuatro coordenadas centrales: 1. Las personas de los trabajadores, por lo que se esfuerza en crear fuentes de trabajo, por ofrecer salarios justos, superar la adversidad con el trabajador promoviendo un clima de respeto, colaboración y aceptación. 2. La sociedad, por lo que se empeña en la responsabilidad frente al pueblo, cotizando mejores precios, vendiendo mejores productos, contribuyendo con los impuestos y optando por los intereses de su nación. 3. El medio ambiente, y por ello lucha para evitar la contaminación. 4. La familia, por lo que concede a su pareja y a sus hijos el tiempo, las atenciones, la presencia, el efecto y el interés por su pareja.

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enso es el intentar hablar sobre la ley, pues desde antiquísimo tiempo ha sido un motivo para pasar horas y horas pensado, interpretando y comprendiendo a ésta. Así que pido una disculpa por lo que vaya a omitir, y pongan más atención de lo que no prescindiré. En la literatura por antonomasia es decir la Odisea, se habla de la ley del cuerpo y del alma, también se dice de los que no la siguen, los cíclopes, estos, son los “sin ley que confiando en los eternos dioses, nada plantan con sus manos […] la lluvia de Zeus los hace crecer. No tiene ágora, ni legisladores, ni leyes […] y no se preocupan de los otros”. Aquí ya se entiende que la ley es preciada al preocuparse por los otros pues los “sin ley” no lo hacen pues no son hombres y la ley es propia del hombre. Partiendo de esto, no cabría la pregunta con la que Santo Tomás inicia su tratado de la ley, a saber: la ley ¿es obra de la razón? El teólogo por excelencia menciona en este mismo tratado que “la ley dirige al hombre en sus acciones” y él mismo, en la cuestión segunda menciona las clases de leyes: (que debido al contexto no se pueden tratar aquí) ley eterna, ley natural, ley humana, ley divina y ¿hay una ley del pecado? Como es de presumir muchas de ellas son efecto de la Política de Aristóteles. En la misma línea de la ley Moto Salazar señala que la “la ley se redacta, generalmente, a manera de fórmulas o sentencia breves.” Imposible dejar al margen otro gran aporte de la ley como lo fue Hobbes en su obra Leviatán, en donde para lograr entender la lex naturalis (ley de la naturaleza), habrá que conocer sobre el jus naturale; en grandes rasgos el apartado de la ley en Hobbes se resume (atrevidamente) en que, el hombre tienda a la paz. Pero no es de sorprenderse este atrevimiento, pues la ley desde los israelitas es la “instrucción”, éste es el significado de la palabra Torah, no como ley o reglas a seguir estrictamente, sino como una instrucción para poseer una vida plena. Y bien que esta palabra ley, como ya se notó al hacer mención al Leviatán; viene del latín lex, legis, Ley. Es importante hacer mención que aunque el concepto de ley es uno, se llega a aplicar hasta en casos bastante curiosos como el de la ley seca. En la Física es sensato decir que se encuentran tres leyes principales: la ley de la gravedad, ley de la inercia y segunda ley de la Termodinámica. Una admirable abogada me enseñó otra idea más de la Ley, pues al escuchar en voz de un tercero decir que, la Ley es corrupta y sólo beneficia a unos pocos, ella replicó diciendo que la Ley es buena y virtuosa, lo que no existen son personas que la apliquen con rectitud. (Asoció sin saberlo a santo Tomás, Hobbes, la Torah y hasta los cíclopes). Una ley que por sentido común es aplicable a nuestro comportamiento es aquella trillada locución latina: quod tibi fieri non vis alteri ne feceris, o dicho coloquialmente, no hagas a otros lo que no quieres que te hagan a ti.


Los libros y sus autores

07 Por Mtro. Luis Marino Moreno F.

Señor del Mundo Roberth Hugh Benson

Madrid, Homo Legens, 2006, 336 páginas.

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esde la óptica de David Amaro, Hugo Benson nos presenta otra obra, escrita a principios del siglo XX, pero que es una gran actualidad. Trata del Anticristo. Con talento nos presenta el autor al Señor Felsenburg que fundamentalmente es un pacificador al que encanta establecer alianzas entre civilizaciones, las cuatro que quedan para cuando aparece, y declara la guerra a la Iglesia Católica. Porque el católico no está para adorar al hombre, ni a la razón o la naturaleza, sino sólo a Dios. El crítico inglés Joseph Parece nos advierte que “Señor del mundo merece un lugar junto a un mundo feliz y 1894 entre los clásicos de la distopía de ficción. Asevera David Amaro, que aunque las obras maestras de Huxley y Orwell son

equiparables en valor literario, son claramente inferiores en valor profético. Los dictadores políticos que daban a la novela-pesadilla de Orwell su siniestra potencia ya tuvieron sus días. Sin embargo, subraya Amaro, la novela-pesadilla de Bensón se está haciendo realidad ante nuestros ojos. El relativismo filosófico desgraciadamente está dominando el ahora el pensamiento, así como la paz al precio de la verdad y la justicia o la persecución religiosa en nombre de la tolerancia. Otros aspectos también preocupantes, es la sociedad de la eutanasia y el control mental colectivo, que poco a poco envuelve a la mayoría, existe la vida sin problemas pero carente de sentido, del culto vacío.

CIUDAD DEL VATICANO.- Al presidir la solemnidad de Cristo Rey del Universo, el Papa Benedicto XVI, explicó que Jesús, nos hizo partícipes de su realeza y que ser sus discípulos “significa no dejarse cautivar por la lógica mundana del poder, sino llevar al mundo la luz de la verdad y el amor de Dios”. El Santo Padre explicó que en el último domingo del año litúrgico la Iglesia nos invitó a celebrar al Señor Jesús como Rey del universo, y “nos llama a dirigir la mirada al futuro, hacia la última meta de la historia, que será el reino definitivo y eterno de Cristo”. Recordó el cautiverio de Jesús, cuando “Pilato se queda sorprendido delante de un hombre indefenso, frágil y humillado que es, hablando de un reino de servidores. Le hace una pregunta que le parecería una paradoja: ‘Entonces, ¿tú eres rey?’. ¿Qué clase de rey puede ser un hombre que está en esas condiciones?’”. “Jesús responde de manera afirmativa: ‘Tú lo dices: soy rey. Yo para esto he nacido y para esto he venido al mundo: para dar testimonio de la verdad. Todo el que es de la verdad escucha mi voz’”. CIUDAD DEL VATICANO.- El Papa Benedicto XVI, creó seis nuevo cardenales, en una solemne ceremonia celebrada en la Basílica de San Pedro del Vaticano.

En el consistorio, después del saludo a los fieles, y la proclamación del Evangelio, el Papa enunció una alocución dedicada a los nuevos cardenales de la Iglesia. Leyó la fórmula de creación, y proclamó solemnemente a los nuevos cardenales anunciando su orden presbiterial y diaconal.

Ellos son el arzobispo de Bogotá Rubén Salazar; el prefecto de la Casa Pontificia y Arcipreste de la Basílica de San Pablo de Extramuros en Roma, James Harvey; el arzobispo mayor de Trivandrum (SiroMalankar) en India, Baselios Thottunkal;
el arzobispo de Abuja (Nigeria), John Onaiyekan; el arzobispo de Manila (Filipinas), Luis Antonio Tagle; y el Patriarca de antioquía de los Maronitas, Béchara Raï. WASHINGTON D. C.- La Conferencia de Obispos Católicos de Estados Unidos (USCCB) ha decidido destinar casi 5 millones de dólares para financiar 160 proyectos solidarios en América Latina y el Caribe. El Subcomité de la USCCB sobre la Iglesia en América Latina informa de que durante la última reunión celebrada en Baltimore se aprobó que 2,3 millones de dólares sean destinados a 160 proyectos pastorales en la región y 2,6 millones a las obras de reconstrucción de una escuela y una iglesia en Haití. “El apoyo a proyectos pastorales forma parte de la solidaridad con nuestros hermanos y hermanas en América Latina”, indicó el presidente del Subcomité y arzobispo de Los Ángeles, Mons. José Gómez.

Robert Hugh Benson Nació el 18 de noviembre de 1871 en Wellington College, hijo de Edward White Benson. El más joven de seis hermanos. En 1885, consiguió una beca para estudiar en Eton; cuando llegó al colegio en septiembre su hermano Arthur era profesor de ahí. Una vez que fue diácono y sacerdote protestante anglicano, en Egipto 1896, le empezaron a invadir dudas sobre la Iglesia Anglicana. Se dio cuenta que poco contaba esa Iglesia en el Mundo. En 1903 septiembre fue recibido por la Iglesia Católica por el padre Reginal Buckler, dominico. Murió en 1914, es decir, a los 42 años, al estar en la plenitud y madurez de su vida.

GUADALAJARA.- La ciudad de Guadalajara fue sede del Congreso Internacional “Cuestiones Fundamentales de Derecho Natural”, que se llevó a cabo del 26 al 28 de noviembre en el Auditorio de la Universidad Autónoma de Guadalajara. El evento, fue organizado por la Fundación Vida y Valores, por el Consejo de Estudios Hispánicos Felipe II y por la Universidad Autónoma de Guadalajara. El programa de tres días incluirá ponencias como “El derecho natural y sus problemas”, “La libertad y el derecho natural”, “La ética y el derecho natural”; “Los derechos humanos y el derecho natural”, “La teología y el derecho natural”, “La familia y el derecho natural”; “La propiedad y el contrato”, “El delito, la pena y el derecho natural”, “La constitución y el derecho natural”; entre otros, dictados por expertos de México, España, Francia, Italia, Chile y Argentina. MÉXICO.- La Dimensión Nacional de Pastoral Catequética (Dinpac), realizó el 2º Encuentro Nacional de Catequistas que se llevó a cabo del 27 al 30 de noviembre en Cuernavaca, estado de Morelos y que tiene como lema “Discípulos misioneros, constructores de la paz”. El objetivo del evento fue “animar al catequista, discípulo misionero de Jesucristo, para que participando en la misión continental permanente y en la renovación de las estructuras eclesiales, sea protagonista en la construcción de la paz”. En la inauguración del encuentro estará el arzobispo primado de México, Cardenal Norberto Rivera y el nuncio apostólico, monseñor Christophe Pierre, quien llevará un saludo del Papa Benedicto XVI a los participantes. SAN LUIS POTOSÍ.- Hoy 2 de diciembre, la Iglesia Potosina celebra con gozo el 50 aniversario de la ordenación sacerdotal de don Luis Morales Reyes, arzobispo emérito de San Luis Potosí. Con la ordenación de cuatro sacerdotes, cuya ordenación de los mismos, concedió don Carlos Cabrero al arzpbispo emérito y una celebración especial por sus cincuenta años de sacerdocio, con la presencia del señor nuncio Christopher Pierre y obispos invitados, los fieles potosinos celebraron su aniversario sacerdotal. Don Luis Morales, quien estuvo al frente de nuestra arquidiócesis, del año 1998, hasta este 2012, en el que fue relevado por don Carlos Cabrero tras su renuncia por edad canónica, ha querido celebrar sobriamente dando gracias a Dios por este largo tiempo de su vida sacerdotal. ¡Felicidades Don Luis!


El hombre de dos reinos Por Ignacio Algara Cossío

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El toro de San Lucas

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l otoño es el tiempo ideal para meditar sobre los temas humanos. Tenemos ante nosotros el espectáculo anual de las hojas que caen de los árboles. Desde siempre se ha visto en él una imagen del destino humano. Una generación viene, una generación se va... 

¿Pero, es de verdad éste nuestro destino final? ¿Más mísero que el de los árboles? El árbol, después del deshoje, en primavera vuelve a florecer; el hombre en cambio, una vez que ha caído en tierra, ya no ve al luz. Al menos, no la luz de este mundo. La Iglesia acoge la ocasión de estos momentos fuertes, de paso, de un año al otro, de una estación a otra, para invitarnos a detenernos un instante, a observar nuestro rumbo, a plantearnos las preguntas que cuentan: «¿Quiénes somos? ¿De dónde venimos? Y sobre todo, ¿a dónde vamos?». Con el primer domingo de Adviento comienza un nuevo año litúrgico. El Evangelio que nos acompañará en el curso de este año, ciclo C, es el de Lucas. San Lucas, autor del tercer Evangelio, en el que se habla más singularmente de la descendencia sacerdotal del Señor y de su persona. Por eso se le simboliza en el toro, víctima principal que ofrece el sacerdote. Lucas también es autor de los Hechos de los Apóstoles, en el que se narran los orígenes de la vida de la Iglesia hasta la primera prisión de Pablo en Roma. Posiblemente escribió entre la década de los 70 y 80. Probablemente en los dos años que san Pablo estuvo preso Cesarea (Hechos 20, 21). 
Se destaca como Evangelista y como historiador. 

Lucas recibió la fe alrededor del año 40. Habrá conocido a Pablo en Antioquía. Ninguno de los dos conocieron a Jesús durante su vida en la tierra. Sin embargo Lucas supo escribir cuidadosamente guiado por el Espíritu Santo, lo que escuchó de los testigos oculares. Es el único que narra la infancia de Jesús y el que trata mas sobre La Virgen María. Quizás porque ella misma le instruyó en Efeso.

Lucas escribe para el mundo gentil. Resalta el aspecto universal de la redención. La predicación a todas las naciones, comenzando por Jerusalén (Cf Lc. 24, 46-47). El está conciente de los peligros de la legalidad judía, las herejías y la frivolidad pagana. Su Evangelio muestra una atención especial hacia los pobres, los pecadores arrepentidos y hacia la oración. Lucas nace de padres paganos en Antioquia y es el único escritor del Nuevo Testamento que no es israelita. Es de cultura griega y dirigió su mensaje a gentiles cristianos. Estaba muy bien educado en la literatura y era médico. San Lucas fue discípulo fiel de san Pablo quién lo describe como “Lucas, el médico querido” (Col 4,14). Desde su prisión de Roma Pablo dice a su discípulo Timoteo: «Lucas sólo queda conmigo». San Juan Crisóstomo le llamó: «Incansable en el trabajo, ansioso de saber y sufrir, Lucas no acertaba a separarse de Pablo». San Lucas, en su Evangelio, demuestra una gran estimación por la mujer. Todas las mujeres que allí aparecen son amables y Jesús siempre les demuestra gran aprecio y verdadera comprensión. Es “el Evangelio de los pobres”, porque allí aparece Jesús prefiriendo siempre a los pequeños, a los enfermos, a los pobres y a los pecadores arrepentidos. Es un Jesús que corre al encuentro de aquellos para quienes la vida es más dura y angustiosa. Otro nombre que le han dado a su escrito es el “Evangelio de los pecadores”, porque presenta siempre a Jesús infinitamente comprensivo con los que han sido víctimas de las pasiones humanas. San Lucas quiere insistir en que el amor de Dios no tiene límites ni rechaza a quien desea arrepentirse y cambiar de vida. Su Evangelio es el que narra los hechos de la infancia de Jesús, y en él se han inspirado los más famosos pintores para representar en imágenes tan amables escenas.

sí se llamó en español una película inglesa, disponible aún en videotecas, que en 1966 ganó seis Oscares, entre ellos, el de mejor película y el de mejor actor. La traducción literal sería “Un hombre para todas las épocas”, y el título sería igual de útil para bosquejar la vida real de un personaje católico sorprendente, y para dejarnos a nosotros varias lecciones actuales sobre lo que significa la capacidad, la integridad, la valentía y la fe en Dios. Él encarnó y unió esos dos mundos: su actividad de servicio público, y su fe católica. Estuvo de manera muy activa en el mundo, pero no fue mundano. Se trata de Tomás Moro, un hombre de estatura moral y habilidades humanas muy destacadas, que lo llevaron a ser el Canciller de Inglaterra bajo el reinado de Enrique VIII. Moro fue un destacado abogado, que empezó ejerciendo su profesión en Londres y fue ascendiendo en reconocimiento público por la manera capaz y justa como llevaba sus casos, llamando la atención del Rey, quien le confió una serie de embajadas, negociaciones y tareas de estado, y finalmente, el cargo de mayor confianza y poder: la cancillería. La propia cercanía con el Rey, el peso de sus consejos y la manera habilidosa en que resolvía los asuntos de estado lo volvieron el hombre de más poder enseguida del Rey. Pero los tiempos eran difíciles - como siempre- y la época presagiaba grandes choques y rupturas, entre reinos, y entre las creencias religiosas. Inglaterra no era la excepción, y en aquel momento, 1530, era aún católica, pero se estaban gestando las condiciones para que el Rey se enfrentara con el Papa, y separara a todo el país del catolicismo, formando la Iglesia Anglicana, constituyendo al monarca como la cabeza principal de esta nueva iglesia y haciendo que los recursos, limosnas y donativos que antes iban a parar a Roma, se quedaran ahora en Inglaterra, cerca de la corona. Los motivos aparentes e inmediatos fueron otros, y arrastraron a Moro a un dilema moral como católico, que lo enfrentó con el Rey y que acabó costándole la vida. Murió como un mártir, por su fe, decapitado en la Torre de Londres, y la Iglesia Católica lo canonizó muchos años después. Hoy le llamamos santo Tomás Moro. El motivo inicial del dilema se planteó cuando Enrique VIII quiso divorciarse de su esposa Catalina de Aragón, porque no había podido tener un hijo con ella y por lo mismo, no había heredero al trono, y este era, según él, un asunto de estado, pues ponía en riesgo la estabilidad y continuidad del reino. Como la Iglesia Católica no aceptaba el divorcio, Enrique VIII empezó a plantear la idea de romper con Roma, si contaba con el apoyo de los obispos y sacerdotes ingleses, situación que logró conseguir, ya que presionó e intimidó con la fuerza del poder del soberano. Con algunos no pudo, y entre ellos estaba Moro. El no aceptaba el divorcio del Rey, por su fidelidad a la fe católica. Moro fue además un pensador y escritor impresionante y un hombre de intensa vida espiritual. Su libro más conocido es Utopía que ha sido traducido a muchos idiomas y ha influenciado el pensamiento de lo que es posible hacer en política y economía. Aparte de la Utopía, Moro escribió muchas otras destacadas obras en su “tiempo libre” entre la intensa actividad profesional, pública y de familia. Por otro lado, en sus biografías se destaca también la vida interior y de oración que llevaba Moro. Para nosotros, la estatura de este personaje parecería que no nos puede dejar una lección personal, estamos demasiado lejos de su tamaño. Sin embargo, la paradoja es que sí hay una conexión, y que sí podemos aplicar sus lecciones: somos, como él, “hombres de dos reinos”, estamos aquí, como polvo de estrellas, con nuestras raíces terrenales, ganándonos la vida, y somos de “allá”, de la Casa del Padre, invitados y atraídos a esa vida eterna. Él creyó que esa dualidad era viable, y se esforzó, destacando y siendo un protagonista de su época. También podemos integrar esa doble dimensión, y esforzarnos dentro de nuestras capacidades humanas “naturales” y aceptar “vivir aquí, desde ahora, la vida sobrenatural” con el apoyo necesario de “allá arriba”.


Santa Gertrudis, la magna

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uestra parroquia de Villa Juárez se ha engalanado estos días gracias a la festividad de nuestra patrona santa Gertrudis. Esta festividad ha alentado la fe de tantos feligreses y peregrinos que con gran alegría nos hemos reunido para seguir conociendo de su vida y del gran misticismo que la caracterizó. Este ambiente festivo lleno de felicidad y esperanza comenzó desde el 6 de noviembre, con la bajada de la imagen de santa Gertrudis, la Grande. Santa Gertrudis nació un 6 de enero de 1256, En Eisleben, Alemania. Fue una mujer que desde temprana edad, a los 5 años, fue internada en un convento benedictino. Fue una mujer que dedicó su vida al estudio de la filosofía y a la literatura; Murió en el año 1302. Santa Gertrudis ha sido durante 223 años la patrona de nuestro querido municipio de Villa Juárez.

Nuestra parroquia se vio galardonada con la presencia de nuestro pastor don Carlos Cabrero Romero, en el primer día de nuestro novenario. Gracias y dones fueron recibidos por algunos niños y adolescentes, en los sacramentos de la Eucaristía y de la Confirmación, junto a sus papás y padrinos, mismos que fueron alentados a seguir cultivando su vida cristiana, sobre todo, en el año de la fe. El día esperado por muchos, se vio venir, y este 16 de noviembre, nuestro vicario episcopal don Carlos Ochoa, presidió la solemne Eucaristía. Fue una fiesta llena de entusiasmo y una inmensa alegría. Ahora esperamos la subida de la santa imagen. Y con un corazón agradecido y como fieles cristianos, hoy y siemre rezamos: santa Gertrudis, ruega por nosotros.

La Iglesia Diocesana instituyó nuevos ministros extraordinarios de la comunión Nuestra Iglesia potosina se engrandece y fortifica con la vida activa en la fe del pueblo, con la participación litúrgica de los que imitan a Cristo, de los ministros extraordinarios que sirven a la Iglesia Potosina, nuestra spiritus mater. El sábado 18 de noviembre en la Santa Iglesia Catedral, amparada bajo el patrocinio de Nuestra Señora de la Expectación, celebramos como comunidad cristiana la institución de nuevos ministros extraordinarios de la Eucaristía. Celebración en la que el arzobispo, don Carlos Cabrero Romero, agradeció y bendijo este ministerio de todos los presentes postulados para dicho servicio apostólico. En el loado acto litúrgico estuvieron presentes algunos de los párrocos de donde son originarios los nuevos ministros extraordinarios de la Eucaristía. De suma importancia es acentuar que no sólo fueron ministros extraordinarios de la Eucaristía, de la Iglesia “local” sino también de la foránea, comunidades de distintos puntos de nuestra Diócesis recibieron el llamado a ser testigos de Cristo por medio del servicio apostólico del ministro extraordinario de la eucaristía. El nombrado ministro extraordinario de la Eucaristía, es también conocido como ministro extraordinario de la comunión, y su labor vital se encuentra contemplada y estipulada en el Canon no. 230, tercero párrafo del Derecho Canónico. El ministro extraordinario no es un evento suscitado de la nada, no. Éste lleva una rigurosa y ferviente preparación.

La Dimensión de Educación y Cultura, integra nuevo equipo de trabajo

Misa de Acción de Gracias por el 95 aniversario de la Cruz Roja

En la primera reunión con los directores de las Instituciones Educativas Católicas, y a través de los votos emitidos por los mismos, se eligió el equipo de trabajo de la Dimensión de Educación y Cultura, bajo la asesoría de su responsable, el padre Lic. Salvador González Vásquez, quedando de la siguiente manera: Equipo operativo de la Pastoral educativa: Coordinador: Prof. Victor Martínez (subdirector del Instituto Andes) Secretaria: Ing. Norma Moreno (Directora de la UNID) Equipo de Asesores: Dr. Fernándo Ávila (Rector Universidad Marista) Dra. en educación, Nancy Gómez Díaz (UNID) Lic. Antonio Rubín de Celis (Director Gral. de los Colegios del Real).

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uestro pastor, monseñor Jesús Carlos Cabrero Romero, presidió la solemne concelebración Eucarística con motivo del 95 Aniversario de la Fundación de la Cruz Roja Mexicana en San Luis Potosí.

La Misa de Acción de Gracias se llevó a cabo en la S. I. Catedral Metropolitana Potosina, donde don Carlos felicitó al Delegado Estatal, a voluntarias(os), doctores, enfermeras y demás personal que labora en esta altruista institución que siempre estará al servicio de la sociedad potosina. ¡Felicidades a todo el personal de la Cruz Roja por este aniversario y enhorabuena con esta importante labor de curar y socorrer al enfermo!


Fiesta en honor a

san Diego de Alcalá Por Luz Elena González

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a comunidad de San Diego, Mpio. de Rioverde, SLP, celebró este 13 de noviembre su fiesta patronal en honor a san Diego de Alcalá. En punto de las 12:00 hrs. repicaron las campanas para recibir a los fieles que se congregaron en el templo para participar de la sagrada Eucaristía Concelebrada y presidida por el señor canónigo José Robledo Landeros, quien después de saludar a los sacerdotes y a los feligreses, recordó como hace varios años siendo vicario de la parroquia Dulce Nombre de Jesús, estuvo encargado de este templo al cual le guarda un gran cariño. En su homilía el padre Robledo habló de san Diego, nacido en el seno de una familia modesta de Sevilla, de padres católicos. Desde muy pequeño se consagró al Señor llegando a vestir el hábito franciscano, en donde su misión fue la de atender a los pobres y enfermos, a los cuales siempre

Tercer aniversario de la parroquia Nuestra Señora del Rosario, Puerta del Cielo l domingo 18 de noviembre a las 12:00 hrs., el arzobispo visitó la Parroquia de Nuestra Señora del Rosario, Puerta del Cielo, en Prados de San Vicente II sección. Celebró con la comunidad parroquial el tercer aniversario de su fundación. Saludó a los feligreses, celebró la santa misa y dio un mensaje de fe y de amor. Felicitó al párroco por poner al servicio de la comunidad sus dones y animó a la parroquia a seguir de la mano de Cristo y en comunión con su sacerdote. Al final de la misa saludó a muchos fieles y quiso estar en una larga sesión de fotos. Finalmente abrió la Puerta del Cielo y pasó bajo ella, luego todos los fieles pasaron a los pies de María por esa pequeña puerta. ¡Gracias don Carlos por visitarnos y animar nuestra fe!

les obsequiaba un pan, así como a cualquier persona que necesitara su ayuda. También el padre Robledo recordó a la comunidad que estamos viviendo un año santo, el Año de la Fe, que la manifestemos diariamente en nuestro vivir, recitando y meditando el Credo, nuestra profesión de Fe. Durante la novena a san Diego, un grupo de jovencitos recibieron el Sacramento de la Confirmación, así como el día de la fiesta varios niños y niñas recibieron por primera vez el Cuerpo de Cristo. Como es tradición en esta parroquia, se tuvieron diariamente entradas de cera de las comunidades que la conforman, danza, música y pólvora. Acompañaron al señor cura Genaro Ruíz Castellanos, algunos sacerdotes del Decanato, así como sacerdotes amigos que participaron en esta Concelebración y después compartieron alegremente los alimentos.


DICIEMBRE 02 DE 2012

Dedicación del Altar en la Parroquia de Nuestra Señora de Fátima Por LCC Angélica Maldonado Morales

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a Parroquia de Nuestra Señora de Fátima lució a su máxima capacidad el pasado viernes 9 de noviembre del 2012, durante la solemne concelebración Eucarística en la que se dedicó el Altar de este bello recinto ubicado en la colonia Jardines del Estadio. Fue nuestro pastor, monseñor Jesús Carlos Cabrero Romero, quien presidió la solemne concelebración Eucarística acompañado del párroco, el padre Benjamín Moreno Aguirre y de otros sacerdotes que con evidente devoción y júbilo presenciaron este rito tan importante que nos recuerda que Cristo es Víctima, Sacerdote y Altar.

El Altar fue ungido, incensado, revestido, iluminado y adornado. Pero además nuestro Pastor, explicó lo que representa este importante y solemne rito, acto que dijo: “nos debe llevar a ser dignos testigos del amor de Cristo, no sólo de palabra sino también de obra, porque cualquiera puede decirse creyente en Cristo o Católico, ¡pero no basta eso!, lo importante es demostrárselo siendo auténticos fieles discípulos y misioneros de Jesucristo! “Es urgente comprometernos seriamente con Cristo para no fallarle más”. enfatizó don Carlos Cabrero. “Ojalá nos esforcemos por demostrarle nuestro amor a Dios con actitudes y aptitudes positivas, con trabajo y obras concretas que hablen por sí solas,

aunque nos cueste enormes sacrificios, desvelos, esfuerzo sobrehumano, cansancio e incluso nos cueste soportar la crítica ofensiva y envidia de los demás que no nos dejan vivir en paz. Esto siempre pasará con los grandes apóstoles de la Iglesia pues recordemos cómo fueron atacados san Pedro y san Pablo, pilares de la Iglesia Católica, que de todo eran criticados, ofendidos, juzgados injustamente y finalmente martirizados. “El Evangelizar nos debe dejar plena satisfacción de que le servimos a Cristo nuestro Señor y no debemos olvidar que Dios nunca dejará sin premio a quien dé su vida por Él y por su Iglesia, eso nos debe quedar muy en claro”.

XXV años de Nuestra Señora de la Paz Asístenos, transfórmanos

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a son 25 años de servicio a la Iglesia, de servicio a los colonos de la progreso, y entre cantos, porras, peregrinaciones, verbenas tradicionales, cohetes y ofrendas, los parroquianos de Nuestra Señora de la Paz, se dieron cita el día domingo 18 de noviembre para agradecer a Dios este caminar y formación parroquial que ha dejado frutos visibles como los presbíteros originarios de la colonia progreso, la construcción y mantenimiento del templo; pero capitalmente la fe, la fe de los fieles que han escuchado la voz de Nuestra Señora de la Paz. La celebración fue guiada por el arzobispo potosino Carlos Cabrero Romero, y concelebrada por el

párroco Antonio y presbíteros invitados. En la etapa de la homilía el arzobispo señaló la importancia de que, hoy más que otros tiempos, la gente grita, clama por la paz. Por una paz exterior que se mantenga al margen de los conflictos que se dan de manera natural en la conformación de la sociedad, pero que no por ello deben parecernos normales, por la paz de sentirnos bien con nosotros mismos y con los demás. Por la paz que no usa la guerra como instrumento o medio pacificador. Apuntó también que, la gente hoy vive “psicosis” debido a querer saber el “fin del mundo”, que es un hecho que nos despoja de la paz,

Por Luis Ricardo Guerrero Romero

y sólo la paz que nos trae Cristo por medio de su madre, en la advocación de Nuestra Señora de la Paz, será capaz de subsanar la oquedad de esta paz que clama en corazón del creyente católico. Finalmente redondeó su invitación al hacer mención de la importancia de ser cristianos activos y cristianos con mucha fe, llevando la paz de Dios a cada hogar, en cada actividad que realicemos, en cada palabra al prójimo. Ser portadores de la paz, es ser portadores de alegría, que esta alegría del caminar durante 25 años de comunidad, no sea una alegría fútil, sino eterna, siendo altavoces del Evangelio que anuncia la paz.


El A, B, C de la Biblia

La escritura en las lenguas sagradas Por David Campos

Yo CREO...y vivo mi FE

Dios Creador “¡Cuántas son tus obras, Señor! Todas las hiciste con sabiduría…” (Sal 104, 24) Por P. Memo Gil

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l momento de plasmar la Palabra de Dios por escrito ha requerido, además del pronunciamiento divino -pues este hecho es básico, ya que si la palabra no fuera la de Dios, la escritura de ésta no sería ni sagrada, ni divina, ni santa, ni nada dentro de estas categorías-, de que ésta sea reflexionada e interpretada por el pueblo y hacerla parte de toda su historia -sabiendo que la abarca toda: pasado, presente y futuro-; y para hacerse accesible al hombre en su entendimiento necesita adecuarse a sus modos y recursos, es decir, la Palabra ha sido escrita en la lengua del pueblo al que Dios ha hablado, sin hacer un reducto a la Escritura en hebreo y griego como la «lengua de Dios» -pues aunque es una figura bella al considerarla así, descubrimos que el Señor no se limita a hablar así, sino que habla al corazón de todo hombre, y a cada uno, en sus categorías de entendimiento, le toca cifrar el mensaje en su contexto, esto es, en su lengua y expresiones propias-. La Palabra Divina ha sido consignada por escrito en la formas del tiempo de su redacción: en hebreo, arameo y griego. La mayor parte del Antiguo Testamento está escrito en hebreo, el resto de su totalidad se encuentra en griego -algunos libros, estos son: Judit, Tobías, 1–2 de Macabeos, Eclesiástico, Sabiduría y Baruc; además de algunos fragmentos de Ester y Daniel- y en arameo -con algunos fragmentos en Génesis, Jeremías, Esdras y Daniel-. Una característica interesante a señalar sobre la lengua hebrea es que ésta tiene su origen en las lenguas semíticas del medio oriente antiguo, y su modo de ser escrita es de derecha a izquierda, en sentido contrario de cómo nosotros escribimos, por una razón muy sencilla: en siglos anteriores a nuestra era, los accesorios para la escritura no eran como los actuales, pluma y papel, sino piedra y, posteriormente, tablillas de barro- mientras que en otras culturas contemporáneas ya habían adelantado sus recursos con el uso de cueros curtidos de animales y plantas maceradas-, y con la ayuda de cuñas y punzones rústicos harían sus grafías golpeando hacia la izquierda para trazar sus líneas con formas, en su mayoría, cuadradas o lineales debido a la dificultad de manipular sus herramientas para estilizar sus trazos.

hora vamos a reflexionar sobre la última parte del primer artículo del Credo y que se refiere a la acción creadora de Dios. Pues al decir: Creo en Dios, Padre todopoderoso, creador del cielo y de la tierra. Estamos expresando nuestro reconocimiento a Aquel que ha dado origen a todo el universo; ya que el mundo no puede ser un producto de la casualidad. Es Dios, la causa del mundo. Los cristianos podemos ver la huella de Dios en la obra de la creación. Esto queda fundamentado en la primera afirmación solemne que hace la Biblia: “Al principio creó Dios el cielo y la tierra” (Gn 1,1). Comprendemos lo magnífico de la obra de la creación, cuando descubrimos que la única razón que ha tenido Dios para crear son su amor y su bondad; pues así es como Él nos manifiesta su gloria y nos la comunica al poner la creación al servicio de los seres humanos. Además, debemos tener claro que Dios todo lo ha creado, no como producto de una necesidad, sino por un acto libre de su voluntad. Esto nos lleva a constatar que el orden y la bondad que encontramos en el mundo sólo pueden ser obra de la sabiduría de Dios, lo que nos afirma la Biblia cuando habla de cómo llevó a cabo Dios la obra de la creación, y que después de cada una de las jornadas en las que Dios va plasmando su huella en este mundo portentoso, se nos dice repetidamente: “Y vio Dios que era bueno… ” (Gn 1,4.10.12.18.21.31). Para los cristianos, es muy importante la fe en Dios creador; pues aceptar esta verdad nos da la posibilidad de contemplar al universo y al mismo ser humano, de una manera muy distinta, a que si pensáramos todo como fruto de una casualidad absurda. De ahí que el sentido del mundo, del universo y del propio ser humano solo se entiende desde Dios. Descubrimos entonces, que la creación es querida por Dios como un don dirigido al ser humano, como una herencia que le es destinada y confiada. Una vez realizada la creación, Dios no abandona su creatura a sí misma; Dios mantiene y conduce su creación desde su Divina Providencia, hay ciertas disposiciones por las que Dios conduce la obra de su creación hacia la perfección.

Vemos cómo Dios se sigue haciendo presente en su creación gracias a ésa Divina Providencia, porque influye tanto en los grandes acontecimientos de la historia como en los pequeños acontecimientos de nuestra vida personal, sin que por ello quede recortada nuestra libertad y seamos únicamente marionetas de sus planes eternos. Él nos asiste y acompaña porque sin Él no tendría sentido nuestra existencia, ya que “en Él vivimos, nos movemos y existimos” (Hch 17,28). Continuamente Dios nos manifiesta su presencia en las situaciones difíciles, en los acontecimientos dolorosos y en las casualidades aparentemente sin sentido; es así como Dios va escribiendo derecho con renglones torcidos de nuestra vida. Todo lo que nos quita y lo que nos regala, aquello en lo que nos fortalece y en lo que nos prueba. Todo esto son designios y señales de su voluntad.

Entonces, el Dios creador de todo lo visible y lo invisible es también para nosotros en parte visible y en parte invisible. Gracias a la obra de la creación tenemos acceso a ésa parte visible de Dios, pero desde ésa parte que nos habla de su gloria, podemos acceder a lo trascendente de Dios.

Pues si lo que vemos en el universo nos maravilla, seguramente lo que nos queda invisible y reservado a su misterio providente, superará lo que nuestra imaginación pueda captar.


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DICIEMBRE 02 DE 2012

S

i me dijeran que este hombre que hoy parece sonreír a la luz de los cirios es el mismo que ayer por la noche aullaba de dolor en una de las orillas de su cama, sencillamente no lo creería. ¿Es en realidad el mismo? Todos dirían que trata de otro. Le decía su mujer, aunque mirándome a mí: -Suéltalo, no se irá. Se quedará aquí, contigo. Ni él ni yo te dejaremos solo. ¿Verdad que no lo dejaremos solo?

Monólogo en el funeral

Mientras tanto, las manos del moribundo arañaban con desesperación una manga de mi camisa, y yo movía la cabeza como diciendo a mi vez: «Claro que no, claro que no te dejaremos solo». Pero ya no grita; hoy, más bien, parece sonreír. Dice Blanche en Un tranvía llamado Deseo, la pieza teatral de Tennessee Williams (1911-1983), el dramaturgo norteamericano: «Los funerales son hermosos comparados con los muertos. Son silenciosos, pero las muertes no siempre lo son. A veces su respiración es ronca, a veces tartajosa, a veces le gritan a uno: “¡No me dejen ir!”. Hasta los viejos dicen: “¡No me dejen ir!”. ¡Como si uno pudiera detenerlos!». ¡Ah! ¿No es enigmática la sonrisa de los muertos? ¿Por qué sonríen? O, en todo caso, ¿a quién? Todas las tensiones acumuladas a lo largo de una vida, todos los desencantos sufridos a través de los años parecen esfumarse para devolver los rostros a un estado casi virginal, a un reino donde no hay arrugas, ni espasmos, ni terror. Ya no hay tensión en los rostros de los muertos, sino la lisura que nace de la aceptación, de la renuncia. Ya no luchan: se han rendido. Y a la rendición ha seguido la paz. Pero más interesante que esta sonrisa, de la que preferiría no hablar por el momento, es el grito que la precedió. Era un grito animal, salvaje: diría que cargado de una infinita tristeza. La esposa se me quedaba viendo como preguntándome: «¿Es normal que grite de este modo?». Pero no esperaba la respuesta, sino que se limitaba a decir, dirigiéndose al enfermo: «¿Es que no tienes fe, querido?». En realidad no preguntaba: exigía; trataba a toda costa de imponer silencio. Ahora bien, exigir a su esposo que se callara, ¿no era pedir demasiado a un ser que se despedía? Mientras observo el chisporrotear de las velas, me viene a la memoria una escena de Diálogos de carmelitas (la pieza teatral de Georges Bernanos, el escritor francés) en la que una religiosa agonizante trastorna el claustro con sus gemidos y a la que las otras monjas de la casa creen necesario hacer callar. Que una religiosa gritara de esa manera les parecía irreverente («¿Es que no tienes fe?»). Sin embargo, por lo que se sabe, no pocos santos han muerto entre estertores nada edificantes. Santa Bernardita Soubirous, con todo y su santidad, decía desde su cama a cuantos se le acercaban: «Tengo miedo». ¿Miedo a qué? No pensemos en nada más: miedo a morir, simplemente; después de todo, los vivos no estamos nada entrenados en el difícil arte de entregar el alma. El mismo Bernanos, en otro de sus libros (La alegría) hace decir lo siguiente a uno de los personajes: «-Yo vi morir a un santo, yo, que estoy ante usted, y no es como se piensa, no es de la manera como

se pinta en los libros. Aquí es preciso ser firme: ellos también sienten cómo se rompe la armadura del alma». En toda muerte hay algo que se rompe, y toda ruptura es vivida siempre con dolor.

taba al calor del universo; era por la entropía, por la pérdida, por la desaparición: el mundo, en adelante, estaría un poco más frío. La entropía de la muerte: con cada uno que se va disminuyen las dimensiones de la llama.

Me pregunto si el grito de este hombre –el de anoche, el que yo mismo pude oír- no sería una especie de lamento por todo lo que con él acababa, por su mundo personal que se extinguía. Nunca, en la larga vida de la humanidad, hubo una historia como la suya, y nunca más la habrá. Vivencias, rostros, sonidos, canciones, sentimientos, nostalgias: todo lo que había amado bajaba acompañándolo a la tumba y él gritaba de tristeza.

«Cada vez que un ser humano se vuelve hacia la pared y exhala su último suspiro –dice, con razón, Friedhelm Moser en su Pequeña filosofía para no filósofos- un mundo se sumerge en la nada, un infinito desaparece para siempre». Cuatro hombres corpulentos que de seguro no piensan en nada, jóvenes y debidamente uniformados, entran a la sala para llevarse el ataúd. Y yo, entretanto, sigo el cortejo y continúo pensando que no es por nosotros mismos por lo que gritamos en el momento de morirnos, sino únicamente por los otros. Es por ellos, por los que llevamos dentro, para defenderlos del naufragio que se avecina.

«Querría que no fuese enterrado conmigo nada de lo que me aportaron tantos combates, caídas y errores, esperanzas y reencuentros fraternales». Así empiezan las memorias de Roger Garaudy (1913-2012), el famoso pensador francés. Se trata, en realidad, de la misma nostalgia, del mismo horror. No, no era por falta de fe por lo que el hombre gritaba, sino por ese mundo singular que se extinguía con él; por los rostros que se llevaba consigo y que no quería ver perdidos para siempre; por las canciones que nunca nadie volverá a cantar como él; por las palabras que él guardaba en su corazón y que caerán en el olvido para siempre. Era por su llama que se apagaba, una llama que algo apor-

Y casi me inclinaría a pensar que entre más grande haya sido el corazón, que entre más haya amado, más estridente será el grito. («Y Jesús, dando un fuerte grito, expiró»: Mateo 27,50): tan estridente como el de un niño que acaba de nacer. «Sí –me digo; el ritmo del cortejo se hace cada vez más veloz: los enterradores, por lo que se ve, están ansiosos por despachar el asunto-, al morir es necesario gritar, como cuando se nace. Porque morir es nacer. El grito del moribundo es el grito de un niño que nace a la eternidad.


A quienes emprenden por primera vez el ejercicio de una profesión Por Mtro. José Ricardo García López

Q

uienes hemos tenido la fortuna de ser profesores, y al paso de los años nos enteramos de que nuestros antiguos alumnos han llegado a ocupar destacados cargos en el gobierno, la política, la sociedad o la religión, nos sentimos orgullosos de haber sido sus guías porque pensamos que aquél personaje lleva algo, aunque sea muy diminuto, de nosotros mismos, aunque también hay que admitir que llegan a nosotros, con frecuencia y por desgracia, noticias de algunos que han sido nuestros alumnos que ocupan cargos importantes pero que se sirven de ellos para obrar la maldad enriqueciéndose en forma desmedida por medio de la mentira y del engaño y utilizar su influencia para colocar en puestos directivos a personas de su amistad, parentesco o comadrazgo, cargos de gran responsabilidad para los que se requiere una formación profesional muy especializada y que los favorecidos por nuestros antiguos alumnos no tienen ni la menor idea de la función que deben desarrollar, por lo que esta situación se convierte en un fraude a todos los ciudadanos que pagamos impuestos porque con éstos se pagan los sueldos de esas inútiles personas. Hace algunos días me he enterado que una persona que fue mi discípulo, ocupa un cargo importante en una oficina que controla los terrenos y predios dedicados a la agricultura y ganadería, está por demás decir que este ex discípulo mío, cuando estudiaba, pertenecía a una clase social popular o humilde, y ahora es ya un potentado que posee casas y terrenos en los fraccionamientos más lujosos, automóviles último modelo, viste de casimir inglés, bebe vinos importados, frecuenta los clubes para millonarios y aparece en las revistas sociales al lado de los inversionistas más destacados, y a las altas autoridades civiles, militares y hasta religiosas. Una de las formas por las que se ha sabido abrir paso en la vida es ofreciendo, principalmente, a las personas humildes de las que él formó parte, lotes de terreno para fincar su casa y para cultivar pero que para ello deben entregarle determinada cantidad de dinero, lo más común es que los ilusionados campesinos, con la esperanza de obtener tal ofrecimiento, entreguen la cantidad solicitada y que nunca llegue a hacerse realidad lo ofrecido. Pero este es sólo un ejemplo de los muchos que pudiéramos poner. Todo es producto de la corrupción galopante que padecemos.

Lo más terrible es que estas personas, las más de las veces son producto de los ejemplos de corrupción que recibieron de algunos de sus profesores irresponsables que en la cátedra hacen gala y exponen con orgullo, ante sus alumnos, sus triquiñuelas. A este respecto el humanista y filósofo español Juan Luis Vives (1492 -1540) en uno de sus bellísimos escritos (Vives Juan Luis Obras Completas) dice lo siguiente:

ejemplos, los incitaron a que emulen las virtudes de los hombres de bien, la posteridad que tendrá sus raíces en ustedes, se anime y exhorte también a imitarlos a ustedes. Este futuro glorioso que todos queremos para ustedes lo hemos pulsado en muchos de ustedes porque en esta juventud se han experimentado acontecimientos dignos que son como un ensayo del

A ustedes que empiezan a poner los

futuro, porque es muestra de las virtudes

pies en la carrera anchurosa de la

que deben de brillar en un buen

práctica de una profesión, son dignos de

profesional, principalmente de ese

felicitación pero también de exhortación

anhelo de justicia y que en caso

para que recorran con paso firme el

necesario se convertirá en una búsqueda

espacio de su vida profesional y mientras

de justicia incorrupta e insobornable y

ustedes recorren esa gesta hermosísima,

si las circunstancias lo exigen, severa e

afirmen y asienten las plantas de sus

inflexible. Con esta conducta,

pies en las mismas pisadas de aquellos

conseguirán no que las leyes y derechos

que han sido un ejemplo en la vida de

se subordinen a los hombres, sino que

nuestra profesión. Es prudente recordar

los hombres obedezcan y sirvan a las

ahora que tienen ustedes la obligación

leyes y a la equidad, esto, dará la

ineludible de conservar y enriquecer lo

máxima libertad a nuestra sociedad.

que recibieron con el mismo ahínco y entusiasmo de quienes lo recibieron, es decir, con diligencia, con trabajo, con modestia, con magnanimidad, con magnificencia, con constancia y fidelidad, a fin de que así como sus padres y maestros y aquellos otros de quienes ustedes recibieron buenos

Ojalá los jóvenes que egresan de las Universidades para desempeñar en la sociedad sus profesiones, tomen los buenos ejemplos de los maestros dignos y honestos y no la de aquellos que no merecen por ningún motivo el título de maestros.


María y el Adviento

Un tiempo de Esperanza

L

C

Por Javier Algara

legó el Adviento y se me ocurrió intentar alguna reflexión que me ayudara a usar este tiempo santo en forma provechosa. Pensé en imaginar cómo vería este tiempo María, la Madre del Señor. Empecé por imaginar qué pasaría por la mente de María al ver a su Hijo subir al cielo durante la Ascención. Estoy seguro que su corazón de madre se sentía orgullosa y feliz ante el triunfo de Jesús. Su mente maternal se debe haber llenado de los recuerdos de los momentos que unían su vida con la de Él. Antes que nada, claro, recordaría probablemente las palabras del arcángel cuando la visitó en Nazareth para informarle que sería madre del Mesías, quien, eventualmente, sería llamado Emanuel e Hijo del Altísimo. En ese instante se estaban cumpliendo esas palabras a cabalidad. Evidentemente ningún mortal común podía subir al cielo en la forma como veía que lo hacía su Hijo si no tuviera una relación muy especial con el Adonai. Ya cincuenta días antes su Hijo había hecho algo que definitivamente estaba fuera del alcance de los seres humanos comunes y corrientes, algo que requería de una intervención especial del Todopoderoso, del Fuerte de Jacob: había salido de la tumba donde había estado sepultado durante tres días. El rememorar la tumba vacía de su Hijo y la escena casi mágica del ascenso de su Hijo que se desarrollaba ante sus ojos en aquella colina la llevaron necesariamente a recordar aquella escena que había tenido que presenciar semanas antes en la cima de otra colina, más cerca de las murallas de la ciudad, la que llamaban Gólgota en hebreo. ¡Cuánto dolor había traspasado su alma entonces, viendo al Hijo clavado en la cruz como un vil ladrón, objeto de las burlas de los sacerdotes y de la chusma! En aquellos instantes había revivido en su mente la impresión que solían causarle desde pequeña, en la sinagoga de Nazareth durante el shabat, las lecturas de Isaías, profetizando que el Siervo de Dios terminaría convertido en gusano, desfigurado, como cordero llevado al matadero sin proferir lamento o queja alguna. Aquella espada de dolor que le atravesó el corazón a los pies de la cruz, la que, por otra parte, ya le había sido anunciada años antes, no dejó de lastimarla

intensa-mente a pesar de estar ella segura que Él resucitaría. Recordaría, estoy seguro, la escena de Abraham en el monte Moria, y el acqedah de Isaac. El dolor humano es el dolor humano, y de nada sirve tratar de ignorarlo, pero sí adquiere una dimensión distinta cuando se acepta sobre el telón de fondo de su poder redentor y de la esperanza de resurrección. Ella ya había aprendido a ver ese dolor y otros pesares humanos con una luz distinta desde que se percató, en el templo de Jerusalén, que su Hijo, adolescente apenas en aquel entonces, tenía unas prioridades muy peculiares. Guardar esas cosas en su corazón, y platicarlas luego quizás con el Hijo ya adulto en el silencio de Nazareth, indudablemente que la prepararon para lo que venía. Incluso la prepararon para saber que, si ella se lo pedía, el Hijo de sus entrañas podía convertir el agua en vino y hacer otras cosas igual de maravillosas en favor de la humanidad, como esa de hacer que el pan se convirtiera en su cuerpo para dar vida eterna a los hombres. Unas nubes cubrieron la forma ascendente de su Hijo y eso la volvió a la realidad que tenía enfrente. Se dio cuenta que los recuerdos que acababa de tener eran más que meros recuerdos. Las vivencias se habían actualizado; eran una continuación real de la experiencia que desde niña había tenido de la cercanía del Señor y que le garantizaban que eso que estaba viendo tendría su culminación cuando Él retornara, como lo había prometido. Los Apóstoles aún estaban como embobados mirando al cielo. Distinguió entre ellos a Juan y se acordó que Jesús, desde la cruz, le había encomendado su cuidado. Ahora comenzaba su nueva misión: acompañar a los discípulos, mantener viva su esperanza, fortalecida por la experiencia de su vida al lado de Jesús, experiencia que se actualzaba cada vez que la recordaba. En ese momento comenzaba el tiempo de la espera de que el reino de Dios, en el que los hombres de todos los lugares y tiempos habrán de encontrar su perfeccionamiento total en Cristo, impulsados por el Espíritu Santo, se instalaría definitivamente. Jesús, su Hijo, volverá algún día, en forma triunfante. De eso ella está segura, porque siempre ha creído en la palabra de Dios, quien precisamente por que ella creyó se encarnó en su seno.

on este domingo iniciamos el nuevo año litúrgico y un nuevo tiempo en la Iglesia, para nuestro México una nueva etapa en su historia con el inicio de una nueva administración pública federal.

Adviento es una palabra que viene del latín, y significa algo así como algo o alguien que viene o llega. De modo que iniciamos un tiempo de espera, porque alguien importante va a venir. Y no es otro que Nuestro Señor Jesucristo, que vendrá de nuevo a nosotros como un recién nacido el día de Navidad. Como hizo el pueblo de Israel durante tantos siglos, que estuvo a la espera del Mesías, nosotros ahora imitamos a ese pueblo para preparar nuestro espíritu y así esperar la alegría que nos llegará con su nacimiento. Es la promesa de Dios que se cumple, como lo anuncia el Profeta Jeremías. Tal vez, no con éste mismo sentido, nosotros los mexicanos también nos adentramos en una nueva experiencia, en la que los estímulos esperanzadores no son precisamente muy significativos. Comienza una nueva administración pública en medio de una sociedad con fuertes discrepancias, en ámbitos políticos y sociales. Es el inicio de un gobierno que enfrentará, no solo el reto de la inseguridad, la pobreza, la falta de empleo, la corrupción en las instituciones sino también, el de consolidarse constitucionalmente y ganarse la credibilidad, no solo de aquellos que emitieron su voto a su favor, sino también de aquellos que lo hicieron por una opción diametralmente opuesta. El profeta Jeremías anuncia que ya están cerca los días en que Dios cumplirá la promesa hecha a la casa de Israel y a la casa de Judá. Dios enviará a un vástago de David que hará justicia y derecho en la tierra. Será llamado “Señor-nuestra-justicia”. Y Jesús habla de signos en el sol, la luna y las estrellas, tiempo en que los hombres quedarán sin aliento. Y todos estos signos serán la manifestación previa a la venida del Hijo del hombre, como suele denominarse a sí mismo Jesús. Y añade, que cuando empiece a suceder todo esto que levantemos la cabeza, no tengamos temor, se acerca nuestra liberación. Liberación de todos nuestros pecados, de todas nuestras angustias, de todos nuestros dolores. Pero Jesús también dice que tengamos cuidado, porque estos días se nos puede embotar la mente con los vicios, con la bebida, con la preocupación por el dinero, tal como le está sucediendo a la sociedad actual. Vienen también los días para nuestra Patria, en los que queremos ver cumplidas las promesas hechas con anterioridad; vienen los días en los que quisiéramos se terminaran los miedos, las inseguridades, la muerte y el dolor; vienen los días en los que deseáramos todos tener un trabajo digno recompensado, no por los ridículos salarios mínimos sino por lo que sea suficiente para comer, vestir y vivir dignamente. Aún con las discrepancias que pudieran darse en torno al gobierno del nuevo Presidente, creo que hay esperanza, y está puesta no en quienes encabezan las instituciones, sino en las mismas instituciones que están puestas y han sido creadas para alcanzar nuestra plena libertad. ¿Y cómo podemos vivir este tiempo de espera? La segunda lectura, de la primera carta del apóstol Pablo a los Tesalonicenses, viene a respondernos cuando el apóstol nos dice que procedamos, es decir, que actuemos conforme a lo que nos ha enseñado, a lo que hemos aprendido de él. Que sigamos las instrucciones, dice, que nos ha dado en nombre del Señor Jesús. La instrucción fundamental la menciona en las primeras líneas del fragmento de carta que escuchamos: que el Señor nos colme y nos haga rebosar de amor mutuo y de amor con todos. Pues es el amor nuestra máxima ley, nuestro máximo mandamiento, como lo dijo una vez Jesús, el primer mandamiento es amar a Dios con todo el ser, con toda el alma, con todo el espíritu, y el segundo es amar al prójimo. No hay más instrucciones, no hay otros caminos, sólo el amor a Dios y a los hermanos es el que nos traerá la salvación y la liberación. Deseamos que el nuevo Presidente y su equipo de trabajo, realmente haga suya ésta máxima, que todo lo que haga sea por amor a nuestro México, que sea por amor a su misma gente.


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La familia de Jesús y la familia humana Llegan su madre y sus hermanos, y quedándose fuera, le envían a llamar. Estaba mucha gente sentada a su alrededor. Le dicen: “¡Oye!, tu madre, tus hermanos y tus hermanas están fuera y te buscan”. Él les responde: “¿Quién es mi madre y mis hermanos?” Y mirando en torno a los que estaban sentados en corro, a su alrededor, dice: “Estos son mi madre y mis hermanos. Quien cumpla la voluntad de Dios, ése es mi hermano, mi hermana y mi madre” (Mc 3, 31 -35).

A

quí continúa la reflexión de la semana pasada, en que Jesús fue acusado de estar poseído por un espíritu inmundo. Ahora se presentan su madre y sus hermanos para llevárselo a casa, pues piensan que ha perdido la razón. Meditemos en estas cosas. Si lo que la gente decía de Jesús ya daba a la familia datos de que él estaba fuera de sí, ahora con estas palabras de Jesús, quedaba ratificada esta cuestión. Ellos mismos lo habían escuchado, Jesús desconocía a su familia, hacía menos los lazos de la sangre, elemento primordial del parentesco en el ambiente judío. Pero no era así. Ahora Jesús enseñaba en qué consiste la familia, pero no bajo los lazos de la sangre, porque esos lazos solamente unen en las cosas de este mundo. La familia, en el pensamiento de Jesucristo es algo más amplio. Se trata de lazos más fuertes, Él predicaba un Reino de Dios, una familia santa, si todos somos hijos de Dios, en este Reino de los Cielos, entonces los vínculos de la sangre no son los que unen; Él enseña que hay otros vínculos más grandes y fuertes: los de orden espiritual. En diversas ocasiones Jesús hablará sobre la familia en este nuevo orden: Recordemos las enseñanzas de la caridad con el ejemplo del buen samaritano, y con esto dejaba claro quién es el prójimo, el hermano; recordemos también aquella ocasión en que al preguntarle por las cosas del fin del mundo, les enseña a unirse a Él: porque me vieron sediento, hambriento, desnudo, enfermo, preso o forastero y me asistieron (otro bello ejemplo de que Dios quiere que nos veamos como hermanos); otra ocasión en que Él manifiesta su opción por una familia en el orden espiritual es cuando les enseña a los discípulos a orar con el padrenuestro; Jesús enseña también esta condición de hermandad en un largo discurso

acerca de la ley, en donde entre otras cosas dice: “si al llegar al altar recuerdas que tu hermano tiene algo contra ti, deja tu ofrenda junto al altar, reconcíliate con tu hermano y regresa luego a presentar tu ofrenda” (Mt 5, 23s); y aquella enseñanza tan bella de: ámense unos a otros como yo los he amado. Jesús no desconoce los vínculos de la sangre, pero da más valor a los lazos del espíritu y a niveles de verdadero heroísmo. Aquí cualquiera podrá pensar que Jesús rechazaba a su familia de sangre aun podrá deshacerse la cabeza pensando que a su propia madre Él rechazaba con esa actitud, y el malintencionado juzgará también que María tuvo más hijos, puesto que ahí dice: tu madre y tus hermanos te buscan. Lo cierto es que el en ambiente judío, se llaman hermanos a todo un clan, o bien, todos los miembros y descendientes de alguna de las doce tribus se llaman entre sí hermanos, o bien, el mero hecho de ser hijos de Israel ya los hace hermanos. Recordemos, por ejemplo la historia de Tobías, que busca con quien casarse y llama hermana a su propia mujer. Ella no era su hermana por los lazos de la sangre sino por la nacionalidad; las sangres se confabularán para la sucesiva generación, ellos tendrán hijos que llevarán sus sangres y harán una familia en que los nacidos de ellos serán llamados entre sí hermanos, pero ellos, los contrayentes, no lo son; el parentesco es de otra naturaleza: Tobías se levantó del lecho y le dijo: «Levántate, hermana, y oremos y pidamos a nuestro Señor que se apiade de nosotros y nos salve.» Ella se levantó y empezaron a suplicar y a pedir el poder quedar a salvo. Yo no tomo a esta mi hermana con deseo impuro, mas con recta intención. Ten piedad de mí y de ella y podamos llegar juntos a nuestra ancianidad. Y

dijeron a coro: «Amén, amén.» Y se acostaron para pasar la noche (cf. Tb 8,4-9). Este texto efectivamente viene a dejar en claro la mentalidad judía con respecto a la familia. Entonces, cuando a Jesús le vienen a buscar su madre y sus hermanos, no significa definitivamente que esos hermanos sean hijos de María. Son emparentados, familia, pero no significa que sean hermanos consanguíneos. Hoy día aun tenemos la expresión: primo hermano, y eso no significa que tengamos la misma madre. Algo así ocurre también con la familia de Jesús. Lo importante en este texto tal vez no sea el detenernos en la concepción de la familia en el ambiente judío, ni en si Jesús rechaza o no a sus familiares, según se podría interpretar con justa razón quizá, sino en la familia en la mente de Dios, es decir, una sociedad en que cada uno se sabe con el resto, hijo de Dios. Ser parte de la familia de Jesús significa tener al mismo Padre, al verdadero Padre de todas las familias de la tierra: el Padre de Jesús.

Esto es cierto. Jesús siempre quiso enseñar que el padre de todos es Dios. Y ahora entendemos más el propósito de ese Reino de los Cielos: el Padre quiere que todos los seres humanos se amen, que vivamos como verdaderos hermanos. Habitamos este mismo mundo, estas mismas sociedades, estos mismos barrios, entornos, ambientes, ¿por qué no podemos vernos como hermanos? Ese es el deseo de nuestro Padre del cielo. Que el año de la fe, en el que declaramos que creemos en Dios que es padre, nos abra los mejores sentimientos de amor; que nos sintamos familia que nos sintamos verdaderamente hijos de Dios. Que cada día tengamos más amor a nuestros semejantes, que nuestro corazón sepa entrelazar los diferentes vínculos y que nos unamos en oración, pero también en colaboración para ser esa familia que el Padre desea ardientemente: Hijos de Dios e hijos de María, vivamos como hermanos; hijos de la Iglesia, seamos hermanos, seamos familia santa.


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Palabra de Dios

Estén alerta Evangelio según san Lucas 21, 25-28, 34-36 En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: “Habrá señales prodigiosas en el sol, en la luna y en las estrellas. En la tierra, las naciones se llenarán de angustia y miedo por el estruendo de las olas del mar; la gente se morirá de terror y angustiosa espera por las cosas que vendrán sobre el mundo, pues hasta las estrellas se bambolearán. Entonces verán venir al Hijo del hombre en una nube, con gran poder y majestad. Cuando estas cosas comiencen a suceder, pongan atención y levanten la cabeza, porque se acerca la hora de su liberación. Estén alerta, para los vicios, la embriaguez y las preocupaciones de esta vida no entorpezcan su mente y aquel día los sorprenda desprevenidos; porque caerá de repente como una trampa sobre todos los habitantes de la tierra. Valen, pues, y hagan oración continuamente, para que puedan escapar de todo lo que ha de suceder y comparecer seguros ante el Hijo del hombre”. Palabra del Señor. Gloria a ti Señor Jesús.

Necesitamos esperanza Las situaciones adversas que vivimos en los tiempos presentes, los diferentes ataques a nuestra vida espiritual y nuestra pereza en superar nuestras caídas, nos hacen pensar en lo necesario y urgente que es renovar nuestra esperanza en Jesucristo, en su Reino; el Reino de Dios está entre nosotros, es necesario descubrirle y vivir en conformidad con lo que su naturaleza exige: un Reino que no es de este mundo. Por eso, lo que es de este mundo tiene que desaparecer, tiene que desmoronarse, como dice el Evangelio de hoy para dejarle paz al Reino de Dios. No hay vida sin muerte, lo que a veces parece una catástrofe, encima del nacimiento de una vida nueva, más fuerte y vigorosa. El Evangelio de hoy nos anuncia una catástrofe al advertirnos que nos expongamos a vivir la nueva vida en Jesús. Por que el Adviento que hoy iniciamos es el tiempo propicio de la Esperanza; es la vida renovada para que todos nosotros los seguidores de Jesús seamos portadores de Esperanza; seamos promotores del mundo nuevo, del Reino y Jesucristo nos propone, porque hoy más que nunca necesitamos esperanza. Por Pbro. José de Jesús Cruz Rodríguez

El Congreso Teológico Pastoral en el Seminario Guadalupano y Josefino de San Luis Potosí

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Máximo Alejo Ramírez Rosales, 2° Filosofía Escríbenos: ecos_seminarioslp@hotmail.com Sé nuestro amigo en Facebook: Seminario Guadalupano Josefino

n el contexto del año de la fe, se llevó a cabo en el Seminario Mayor Guadalupano Josefino el Primer Congreso Teológico Pastoral con el tema: “La Iglesia Potosina a la luz del Concilio Vaticano II”, los días 22 y 23 de noviembre. Contando con la presencia de obispos, sacerdotes, seminaristas, religiosas y laicos de nuestra Arquidiócesis. Las dos temáticas que se manejaron durante el congreso fueron: “El Concilio y el Seminario Potosino”, donde se reflexionó acerca de la vida del Seminario Diocesano antes y después del Vaticano II y las tareas pendientes del Concilio en cuanto a la formación de los Presbíteros, reflexiones que se vieron iluminadas por el testimonio de monseñor Antonio Torres Herrera, padre Carlos Ochoa y por el padre Tomás Ramírez. El segundo día de actividades giró en torno a: “El Concilio y la Iglesia Potosina”, que se inició con la celebración de la Eucaristía presidida por nuestro señor arzobispo Jesús Carlos Cabrero quien concedió la indulgencia plenaria a los participantes en el congreso, invitándonos a ser verdaderos confesores de la fe en el mundo actual. Se contó con la presencia del Lic. Jaime Septién Crespo, que habló sobre la necesidad de actualizar el espíritu del Vaticano II. Entre nosotros estuvo don Arturo Antonio Szymanski, arzobispo emérito, que participó como Padre Conciliar en el Vaticano II, él nos compartió la experiencia que vivió en el Concilio invitándonos a redescubrir la importancia que tienen los documentos conciliares para la vida de la Iglesia, motivándonos a leerlos si queremos ser una Iglesia puesta al día. Se realizó de igual manera un panel sobre las Constituciones Conciliares, que estuvo a cargo del P. Benjamín Moreno, del P. Erasmo Valero y la Hna. Socorro Pérez misionera de la caridad de María Inmaculada. Por la tarde se tuvieron dos conferencias sobre la asimilación del Concilio en la Iglesia Latinoamericana y Potosina, que fueron compartidas por el P. Margarito Sánchez y el P. Roberto Dávalos. Se realizaron mesas redondas a cargo del P. Ramón Gómez sobre diferentes temas que abordan los documentos conciliares por ejemplo: tareas en la Liturgia, la Parroquia como casa y escuela de comunión, retos de la formación sacerdotal, entre otros. Para la conclusión del congreso se reflexionó sobre el rumbo de la Iglesia Potosina a la luz del Vaticano II, a cargo de P. Juan Carlos Carrera. En este mismo evento se montó una exposición de Iconografía Bizantina, en homenaje póstumo al P. Alfonso Castro Gallardo pastor y artista de nuestra Arquidiócesis. El espíritu del Concilio está más vivo que nunca. Y el mundo más necesitado de verlo integrado en la sociedad. Es la tarea que nos anima. Y el celo que debería recorrer las venas de nuestra Iglesia, porque la fe cristiana es la verdad de un Dios que se ha revelado en la historia y está deseoso de comunicar con el ser humano de tú a tú. El cristianismo es el acontecimiento del amor, es acoger a la persona de Jesús.


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...Lo de Dios a Dios

La santidad política Necesitamos tu ayuda

“L

a mayor enfermedad que padecemos hoy en día no es la lepra ni la tuberculosis sino más bien el sentirse no querido, no cuidado y abandonado por todos. El mayor mal es la falta de amor y caridad, la terrible indiferencia hacia nuestro vecino que vive al lado de la calle, asaltado por la explotación, corrupción, pobreza y enfermedad.” Madre Teresa, M.C

Conozcamos el caso de uno de nuestros usuarios más pequeños, pero sobre todo valiente; Axel Daniel Salinas García de 1 año de edad, tiene un diagnóstico de Síndrome de Intestino Corto esto es que a los 3 meses de nacido Axel empezó con fuertes y graves problemas de estreñimiento hasta llegar al extremo de ya no poder obrar, ya se le realizaron 3 cirugías debido al mismo problema y actualmente una bolsas de Ileostomía y cada cambio es doloroso para el pequeño. Lo que sigue en este procedimiento es conectar su intestino grueso para poder ver si el tratamiento que le han estado ingiriendo ha funcionado pero para ello las condiciones de salud del menor deben de ser intactas y favorables para poder realizarlo Su joven madre de solo 17 años de edad y su abuela la Sra. Hilaria Trejo son las que por doquier buscan los recursos necesarios para tratar de completar lo de la dieta especial que ingiere el menor, las bolsas de Ileostomía necesarias. Pedimos a que ustedes lectores no se infecten con el virus de la falta de amor y caridad o enfermen de la terrible indiferencia a esta situación tan vulnerable que unidos sabemos que podemos ayudar a que Axel y su familia puedan hacer llevadera su recuperación sin tantas limitaciones en ésta. Para más información Lic. Guadalupe Díaz Trabajadora Social de Cáritas Tel. 812.23.51, 812.76.15 y 128.82.48

Por David Grimaldo

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n esta ocasión quisiera compartir con ustedes una muy grata experiencia, aunque nos salgamos un poco del orden que llevamos en la exposición de la Doctrina Social de la Iglesia. Tal acontecimiento dio pie a escribir las siguientes líneas. El pasado 23 de noviembre el señor arzobispo emérito don Arturo Antonio Szymanski Ramírez, ofreció una conferencia en el aula magna de nuestro Seminario Guadalupano Josefino con motivo del Congreso Teológico-Pastoral Arquidiocesano. Tal evento tuvo como lema: La Iglesia potosina a la luz del Concilio Vaticano II. Don Arturo es de los pocos Padres Conciliares que viven actualmente. Él estuvo presente en el Concilio Vaticano II que se celebró de 1962 a 1965. Era entonces de los obispos más jóvenes. Con motivo de los 50 años de la apertura del Concilio fue invitado por el santo padre Benedicto XVI a dicha celebración el mes pasado en la ciudad de Roma. Es para nosotros un enorme privilegio que tengamos aquí en nuestra tierra a un Padre Conciliar. El Seminario lo invitó a exponer sus vivencias conciliares en dicho Congreso, el tema lo tituló: Yo viví el Concilio Vaticano II. Memorias de un Padre Concilar. La riqueza de las vivencias en el Concilio que nos compartió es exquisita, deslumbrante y llena de fe. Observé como su amor por el Concilio le brotaba por todo su ser. La alegría que reflejaba en la exposición, el chascarrillo espontáneo, la pasión por compartir no solo por las anécdotas sino por el contenido hacía visible tal amor. Una de las ideas y conceptos teológico-espirituales que más nos recalcó como fruto del Concilio es la llamada universal a la Santidad. Varías veces repitió está idea a los que estábamos allí presentes. La santidad es el hilo conductor de los Documentos Conciliares. Las cuatro constituciones así lo reflejan: La Sacrosactum concilium, sobre la Sagrada Liturgia, la Dei verbum, sobre la Palabra de Dios, la Lumen gentium, sobre la Iglesia y la Gaudium et spes, sobre la Iglesia en el mundo actual; piden la Santidad de vida para cumplir fielmente la misión del Redentor. Es en el capítulo V de la Lumen gentium donde encontramos esta idea teológico-pastoral. El título que leemos es: Universal vocación a la santidad en la Iglesia. Allí se nos dice: “Todos en la Iglesia, ya pertenezcan a la jerarquía, ya pertenezcan a la grey, son llamados a la santidad, según aquello del Apóstol: ‘Porque esta es la voluntad de Dios, vuestra santificación’ (1 Tes 4,3; Ef 1,4). Esta santidad de la Iglesia se manifiesta incesantemente y se debe manifestar en los frutos de gracia que el Espíritu Santo produce en los fieles: se expresa de múltiples modos en todos aquellos que, con edificación de los demás, se acercan en su propio estado de vida a la cumbre de la caridad; pero aparece de modo particular en la práctica de los que común-

mente llamamos consejos evangélicos” (n. 39). Como vemos todos estamos llamados a ser santos, efectivamente, todos los bautizados. La santidad se ve reflejada en la vivencia de la caridad, en cualquier estado de vida en que uno se encuentre, soltero, casado, consagrado, etc., nadie debe sentirse excluido de dicha llamada y vivencia. Ahora bien, dicha santidad debe hacerse visible, palpable en la “Polis”, esta palabra griega significa “ciudad”. De ahí también se deriva “política”. La política es todo lo que tiene que ver con el orden y el bien común de la ciudad, de los ciudadanos. El católico vive en la “ciudad” y ahí debe vivir su vida santa. Si estimados fieles, la santidad debe vivirse primero en nosotros, luego en nuestra familia y en la sociedad. Por eso titulé este artículo “La santidad política”, porque la santidad debe manifestarse en la lucha por el bien común de la ciudad. Reforzando doctrinalmente lo expuesto, nos dice la Constitución Gaudium et spes: “El cristiano que descuida sus obligaciones temporales falta a sus obligaciones con el prójimo y con Dios mismo y pone en peligro su salvación eterna. A ejemplo de Cristo, que llevó la vida de un artesano, alégrense los cristianos de poder ejercitar todas sus actividades terrenas haciendo una síntesis vital del esfuerzo humano en lo profesional, científico y técnico, con los más altos valores religiosos, bajo cuya elevada ordenación todo se coordina para gloria de Dios” (n. 43). En este año de la fe, nos decía don Arturo, es muy importante leer los documentos conciliares. Dedicar cada día una hora para leerlos en lugar de ver alguna telenovela. Agradecemos desde esta columna a don Arturo por compartirnos el espíritu del Concilio y recordarnos que la Santidad es la Vida Trinitaria en nosotros, alma y corazón del Concilio.


DICIEMBRE 02 DE 2012

¡Chiste!

Primer acto: Unos pollitos entrando en un cine Segundo acto: Unos pollitos entrando en el mismo cine Tercer acto: Otros pollitos entrando en el mismo cine ¿Cómo se llamó la obra? R= Cinepollis Jajajajaja


La Arquidiócesis de San Luis Potosí se solidariza en el regocijo y agradecimiento a Dios de Monseñor Luis Morales Reyes, Arzobispo Emérito, por haberle concedido celebrar sus 50 años de haber sido consagrado como sacerdote en el servicio de Dios. 2 dic 1962 – 2012

¡Felicidades

PREVIA CITA

Doña Coleta Vega, acaecida el día 21 de noviembre

Don Luis!

Av. Constituyentes Poniente # 49 local 3 (Paseo Constituyentes, carretera libre a Celaya)

El Semanario La Red, se une a la pena que embarga al padre Juan Martínez Vega, Párroco de Villa de Pozos, por el lamentable fallecimiento de su mamá

Reciba nuestras más sentidas condolencias Descanse en Paz Noviembre 2012

Col. El Pocito, Querétaro, Qro. Tel. (01 442) 216 99 23 y 196 80 94


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