Edición 201

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Un “buen samaritano” en Nueva York

Año 4

No. 201

Semana del 16 al 22 de diciembre de 2012

Ya no se puede creer por costumbre, sino que hay que creer por convicción

El Adviento nos conduce, en primer lugar, a los grandes creyentes que como Abraham y los Profetas depositaron su confianza en Dios en medio de las adversidades. Luego, nos señala que el camino para suscitar la fe en el pueblo no es la prepotencia y la opulencia, sino la humildad y la austeridad del Bautista.

El Semanario La Red, en comunión con la Iglesia Potosina felicita a monseñor

Carlos Cabrero en su 4º aniversario episcopal ¡Que Dios lo bengida!

3er. Domingo de adviento Sólo la fe que excede todo conocimiento, nos da la clave para descubrir la belleza y el gozo del acontecimiento del “Dios humanado”, como Salvador y Redentor de la muerte y el pecado.

Lawrence DePrimo es un oficial de policía que sin proponérselo ha conmovido a cientos de miles de personas con un gesto de buen samaritano. Una turista le tomó una foto mientras, de rodillas, obsequiaba un par de botas a un indigente descalzo en Times Square durante una fría noche de noviembre. El pasado 14 de noviembre, durante su ronda nocturna DePrimo vio a un hombre mayor sentado en la acera, sin zapatos pese al intenso frío. Conversó algo con él y se retiró. A los pocos minutos regresó con un par de botas nuevas que compró cerca de allí y ayudó al indigente a ponérselas. El joven policía de 25 años no sabía que su gesto había sido registrado por una turista de Arizona llamada Jennifer Foster, quien envió la fotografía que tomó con su teléfono móvil al departamento de Policía de Nueva York. La institución decidió publicar la imagen en su página oficial en Facebook. Según informó el diario New York Times, el joven oficial ingresó al departamento de policía en el año 2010 y vive con sus padres en Long Island. No supo de la foto hasta unas horas después de su publicación. Sobre el encuentro con el hombre al que ayudó, Lawrence DePrimo dijo en una entrevista que ese día “estaba helando y podía ver las ampollas en sus pies. Yo tenía dos pares de medias y aún así tenía frío”. Conversó un rato con él y le preguntó su talla de calzado. El policía fue una tienda de zapatos en donde fue atendido por José Cano, un joven de 28 años, quien dijo sobre el oficial que “nos llamó mucho la atención. Muchos de los neoyorquinos simplemente seguimos caminando cuando vemos a esas personas (indigentes). Especialmente en este barrio”. Cano le ofreció a DePrimo un descuento sobre los 100 dólares del precio original de las botas, para que pudiera comprarlas a 75 dólares. Desde entonces el policía porta consigo el recibo para “recordar que a veces algunos la pasan peor que uno”. El joven oficial comenta que no llegó a saber el nombre del indigente al que prestó ayuda, pero sí estaba seguro de que “fue el caballero más cortés que he conocido”. Su rostro, añadió, se iluminó al ver las botas y las medias que le regaló. DePrimo también le ofreció un café para apaciguar el frío pero “tan pronto como se puso las botas se marchó y yo simplemente volví a mi puesto”.


DICIEMBRE 16 DE 2012

El Señor está cerca

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stén siempre alegres: se los repito, estén alegres”. Es un mensaje optimista del apóstol san Pablo, muy apropiado para este domingo en la cercanía de la Navidad. Este mensaje lo escribe desde la cárcel. ¿Qué debemos hacer nosotros? San Juan Bautista el domingo pasado nos invitaba a preparar el camino del Señor; hoy nos presenta un programa muy exigente. Anuncia la Buena Noticia de que después de él viene otro más importante, que bautizará en fuego y en Espíritu. Pero también muestra las exigencias para preparar esta venida: con actitudes de amor y caridad fraterna y de justicia. Nos exige compartir lo que tenemos y no hacer violencia a nadie. ¿De qué alegría se nos habla? Se trata de una alegría que es fruto del Espíritu; de la alegría que Jesús pedía a su Padre en la última cena con sus discípulos: “Cuánto he deseado celebrar esta Pascua con ustedes”. De la alegría de María en su cántico del Magnificat: “Proclama mi alma… y se alegra mi espíritu en Dios mi Salvador”. Daremos testimonio de nuestra alegría. Uno de los mejores testimonios que debemos dar los cristianos en nuestra familia, en nuestro círculo de amistades y de trabajo es la alegría, la serenidad, la esperanza por la próxima Navidad. La Navidad nos asegura que Dios perdona, que ama, que no nos deja solos en nuestro camino, que es Dios con nosotros. Tenemos que luchar contra el mal que hay en nosotros y contra el mal que está fuera de nosotros; pero sin perder la paz interior y la alegría porque sabemos que estamos en las manos de Dios. Nuestra fe no tiene por qué estar triste y decirle al Señor con la oración de este domingo: “Concédenos llegar a esta Navidad, fiesta de gozo y salvación, y poder celebrarla con alegría desbordante”. Pensemos en el programa del Bautista: cómo compartimos nuestros bienes con los más necesitados, no de palabras sino con hechos. Hay muchas personas que necesitan de nuestra ayuda material, pero hay muchas otras que necesitan nuestra presencia y cercanía, nuestra palabra amiga, la comunicación de nuestra fe. Estamos celebrando el Año de la Fe, el gran regalo que Dios nos dio el día de nuestro bautismo; descubramos ese gran tesoro porque sabemos que el Señor está cerca.

Fundado por el Arz. Emérito Don Luis Morales Reyes

La RED no necesariamente apoya la publicidad de nuestros anunciantes.

Reflexiones desde la Resurrección Queridos hermanos y hermanas:

Por Pacco Magaña (Tercera de tres partes)

Después de este encuentro, los dos discípulos “se volvieron a Jerusalén, donde encontraron reunidos a los Once con sus compañeros, que estaban diciendo: Era verdad, ha resucitado el Señor y se ha aparecido a Simón” (vv. 33-34). En Jerusalén escuchan la noticia de la resurrección de Jesús y, a su vez, cuentan su propia experiencia, inflamada de amor al Resucitado, que les abrió el corazón a una alegría incontenible. Como dice san Pedro, “mediante la resurrección de Jesucristo de entre los muertos, fueron regenerados para una esperanza viva” (cf. 1 P 1, 3). De hecho, renace en ellos el entusiasmo de la fe, el amor a la comunidad, la necesidad de comunicar la buena nueva. El Maestro ha resucitado y con Él toda la vida resurge; testimoniar este acontecimiento se convierte para ellos en una necesidad ineludible. Queridos amigos, que el recuerdo de la resurrección sea para todos nosotros la ocasión propicia para redescubrir con alegría y entusiasmo las fuentes de la fe, la presencia del Resucitado entre nosotros. Se trata de realizar el mismo itinerario que Jesús hizo seguir a los dos discípulos de Emaús, a través del redescubrimiento de la Palabra de Dios y de la Eucaristía, es decir, caminar con el Señor y dejarse abrir los ojos al verdadero sentido de la Escritura y a su presencia al partir el pan. El culmen de este camino, entonces como hoy, es la Comunión eucarística: en la Comunión Jesús nos alimenta con su Cuerpo y su Sangre, para estar presente en nuestra vida, para renovarnos, animados por el poder del Espíritu Santo. En conclusión, la experiencia de los discípulos nos invita a reflexionar sobre el sentido de la Pascua para nosotros. Dejémonos encontrar por Jesús resucitado. Él, vivo y verdadero, siempre está presente en medio de nosotros; camina con nosotros para guiar nuestra vida, para abrirnos los ojos. Confiemos en el Resucitado, que tiene el poder de dar la vida, de hacernos renacer como hijos de Dios, capaces de creer y de amar. La fe en Él transforma nuestra vida: la libra del miedo, le da una firme esperanza, la hace animada por lo que da pleno sentido a la existencia, el amor de Dios.


Concilio Vaticano II

DICIEMBRE 16 DE 2012

¡Esperemos con júbilo al Señor que se acerca! Amables familias potosinas:

Labor del ser humano en el mundo

La Navidad está ya próxima, les invito a que no desaprovechemos este tiempo de gracia que es el Adviento para prepararnos dignamente a vivir el acontecimiento de la Navidad en el seno familiar.

l ser humano se esfuerza constantemente por desarrollarse más y más. Con la ayuda de la ciencia y de la técnica, ha llegado a alcanzar un dominio casi universal sobre la naturaleza y las cosas creadas. A través de todos los esfuerzos aplicados en la comunicación entre naciones, la familia humana se está encaminando a ser una gran comunidad mundial.

Durante el ADVIENTO, se revive la espera gozosa del Mesías en la Encarnación. Hay una preparación para la venida del Señor al final de los tiempos: “Vino, viene y volverá”.

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Es impresionante cómo el Concilio, desde hace medio siglo, ya vislumbraba la actual situación que vive el mundo globalizado. Aún en medio de estas conquistas asombrosas, flotan en el ambiente algunas interrogantes: • ¿Cuál es el sentido y el valor del trabajo humano? • ¿Cómo hay que usar de las riquezas? • ¿Hacia dónde se dirige cada ser humano y toda la humanidad? Todos los esfuerzos del ser humano para mejorar sus condiciones de vida, responden a la voluntad de Dios. El mensaje cristiano no abstrae a la persona de sus obligaciones temporales, más bien le obliga a colaborar en la construcción del mundo y a buscar el bien de sus semejantes. El ser humano, mediante su actividad transforma las cosas y avanza en su propia perfección. Es importante mantener vigente este principio: la persona humana vale por lo que es, no por lo que tiene o por lo que hace. Aprender, desarrollar las propias facultades y avanzar es la principal riqueza de la comunidad humana. La norma orientadora de la actividad humana es que ésta contribuya al bien de la comunidad humana y lo haga avanzar en el cumplimiento de su vocación. En el mundo hay muchos que temen que la religión, vinculada a la actividad humana, se convierta en un obstáculo para la autonomía del hombre, de la sociedad y de la ciencia. La Iglesia en el Concilio afirma que cuando la investigación científica se realiza de acuerdo a la moral, nunca se opondrá a la fe, porque todo tiene su origen en Dios. La historia universal es un largo combate entre el bien y el mal. Lo que puede ser un adelanto para la humanidad se convierte también en una potencial amenaza. El ser humano, con grandes trabajos y con la ayuda de la gracia de Dios, logra obtener la concordia dentro de su ser. El ser humano, redimido por Cristo, recibe, contempla, respeta y ama las cosas creadas por Dios. La ley fundamental de la perfección humana es el mandamiento nuevo del amor. Quien ha conocido, por medio de Jesucristo, que Dios es Amor descubre muchos caminos abiertos para vivir esta vocación humana y cristiana. Para el que descubre de esta manera a Dios, la fraternidad universal no es una utopía. Dios promete un cielo nuevo y una tierra nueva en la que abunde la justicia, cuya felicidad sobrepasa los anhelos del ser humano. Esta esperanza impulsa nuestro empeño por transformar esta tierra. Todo lo que está ordenado al bien de la humanidad, contribuye también de manera excelente al crecimiento del Reino de Dios. Referencia de lectura: Gaudium et Spes 33-39

El tiempo de Adviento se divide en dos partes: LA PRIMERA PARTE que va desde el PRIMER DOMINGO DE ADVIENTO hasta el día 16 de diciembre, con marcado carácter escatológico, mirando a la venida del Señor al final de los tiempos; en las lecturas que escuchamos en la santa Misa, se anuncia la última y definitiva aparición de Cristo al final de los tiempos. En la primera parte del Adviento celebramos que “El Señor está cerca”. Es un llamado a despertar! Las lecturas de la Escritura asignadas a cada día continúan el tema del domingo, llamándonos a despertar de nuestro adormecimiento, a fin de que prestemos atención y oremos. Nos pide que estemos vigilantes ante la venida del Señor en medio de nosotros, aquí y ahora. Escuchamos también, el llamado de Juan Bautista que desafía a cada uno de nosotros para que preparemos el camino del Señor a través del arrepentimiento de nuestros pecados. En este marco de la primera parte del Adviento hemos celebrado La Solemnidad de la Inmaculada Concepción de María, el 8 de diciembre. Celebramos que la Virgen María nació sin pecado original; esta fiesta se celebra en adviento porque como católicos vemos a la Virgen María como un modelo de oración y espera; como potosinos tenemos como Patrona de la ciudad a Nuestra Señora de la Expectación, es decir de la Espera, de la Esperanza. (Lc. 1,25-38) Además, como mexicanos, el pasado 12 de diciembre celebramos la Solemnidad de Nuestra Madre Santísima de Guadalupe, a quien amamos con especial cariño porque “No hizo cosa igual con ninguna otra Nación”, Ella quiso poner su morada entre nosotros. La SEGUNDA PARTE que va desde el día 17 de diciembre hasta el día 24 de diciembre, semana que es llamada “Semana de Nochebuena”, y se orienta a preparar más explícitamente la venida de Jesucristo en la NAVIDAD. En las lecturas correspondientes a la segunda parte nos preparamos para la conmemoración del Nacimiento del Señor. Se anuncia el Reino del Mesías y el Evangelio del domingo relata la historia de Cristo entre nosotros: Cristo que sana, Cristo poderoso, Cristo, el Hijo de Dios, que une al cielo y a la tierra. Se realza “El anuncio de la Encarnación”; en ésta última etapa del Adviento la Sagrada Escritura nos prepara para celebrar el NACIMIENTO del NIÑO JESÚS en el portal de Belén, en el aquí y ahora y al final de los tiempos. Queridos hermanos, les invito a no desistir en el camino de preparación que, como familia potosina, hemos emprendido en este tiempo de preparación a la Navidad. Está en nuestras manos el lograr que no sea una Navidad más, en este año de la fe hemos de vivir ese momento especial de gracia que nos llene de paz, de alegría y de esperanza; sigamos fabricando ese lazo que nos mantendrá fuertes en la fe y unidos como familia. El Señor les bendiga + Mons. Jesús Carlos Cabrero Romero Arzobispo de San Luis Potosí


Nuestra historia

Las catacumbas y el principio del arte cristiano Auténticos tesoros de la Roma subterránea, las catacumbas son un testimonio extraordinario de la espiritualidad de las primeras comunidades cristianas. Falsamente llegaron a considerarse lugares de refugio durante las persecuciones. Hoy entendemos la belleza y la sencillez de una Iglesia naciente que oraba y buscaba lugares privilegiados para dialogar con Dios. Por Pbro. Lic. Rubén Pérez Ortíz

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l cristianismo, no obstante la violencia de los golpes recibidos en su inicio, salió victorioso y logro imponerse a sus adversarios. El imperio romano tuvo que concederle carta de ciudadanía. El helenismo, es decir, la filosofía y el conjunto de cultura pagana que se sentía todavía con fuerza, seguía luchando por todos los medios posibles para opacar la luz de Cristo. Ahora bien, como la mayor preocupación de la Iglesia católica durante este período que nos ocupa fue su propia existencia, y en él se desarrollaron las grandes persecuciones que trataban de destruirla por completo, por esto, aunque accidentalmente, una parte de su vida, sobre todo en Roma, hubo de desarrollarse en las catacumbas. Por otra parte, mientras los cataclismos de los tiempos han hecho desaparecer casi todos los monumentos cristianos de este tiempo que se hallaban a flor de tierra, las catacumbas, por su misma naturaleza, nos han conservado preciosos tesoros de la antigüedad. Ellas nos han salvado los más antiguos modelos del arte cristiano, con todo el simbolismo que en él está sintetizado; ellas nos ponen ante los ojos la vida más íntima de las primitivas cristiandades. El estudio sobre las catacumbas es una parte fundamental de la arqueología cristiana, a la que tanta importancia se da en nuestros días. Esta tiene por objeto el estudio de los monumentos de la antigüedad cristiana en toda su amplitud. Por tanto, incluye todos los restos y monumentos sobre la vida familiar cristiana, el culto y sacramentos. Las catacumbas son un verdadero arsenal de ahí que su estudio sea la base de la arqueología cristiana. La Edad Media, que tantas obras de arte produjo y tanto contribuyó a transmitir los tesoros de la antigüedad, no supo apreciar el valor de las catacumbas, por lo cual permitió que en su mayoría llegaran a destruirse y su memoria casi desapareciera. Por vez primera a mediados del siglo XVI, Onofre Panvinio resucitó la idea de estudiar los monumentos antiguos, y por ello es benemérito de la arqueología cristiana. Pero el verdadero padre del estudio de las catacumbas es Antonio Bossio, de fines del mismo siglo XVI. Junto con Pompeyo Ugonio, comenzó en 1593 sus investigaciones y durante treinta años trabajó incansablemente en ellas con métodos científicos, teniendo presentes todas las indicaciones de los itinerarios, Santos Padres y otras fuentes. El resultado fue la obra monumental de la Roma subterránea, que descubría un mundo nuevo bajo la tierra y abría vastos horizontes a la investigación. También son dignos de tenerse en cuenta los trabajos del P. Chacón, O.P., que fue unos de los que ini-

ciaron el estudio directo de las catacumbas. Desde mediados del siglo XIX se renovó y aun intensifico este estudio, impulsando principalmente primero por el padre Marchi y luego, sobre todo, por el incomparable Juan Bautista de Rossi, creador de la ciencia moderna de la arqueología cristiana. En los cincuenta años que dedicó al ímprobo trabajo de descubrir catacumbas y monumentos cristianos, es tal la copia de materiales que fue descubriendo, que en su descripción ha llenado obras voluminosas y el famoso Bolletino di Archeología. La idea básica de las catacumbas es el ser cementerios cristianos, y de hecho en los siglos I-III apenas fueron otra cosa, y más todavía después del triunfo de Constantino, en que se desarrollaron extraordinariamente. En este sentido, la palabra suplantó en estos lugares a la antigua, también cristiana, que designaba al lugar de entierro de los difuntos, el cementerio o lugar de descanso.

Creer, es crear Por Pbro. Lic. Salvador González Vásquez

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o hay que confundir lo que creemos con lo que sabemos. Hay teólogos expertos en el conocimiento de Dios, pero con una vida ausente del Señor; conocen acerca del misterio divino, pero no se dejan envolver por Él. Hay hombres muy religiosos pero poco creyentes. La fe trasforma a las personas; no solo es parte del acerbo cultural. La fe auténtica hace que los hombres tengan una manera distinta de vivir. Hay que actualizar la fe, o ésta quedará convertida en un conjunto de información, sin trasformación. Sin acción, la fe se reduce a un ritualismo tradicional, y solo forma parte de nuestra cultura. Pero la fe es movimiento; es cambio creativo, trasformación del mundo y del pensar. El Papa Benedicto XVI en la Encíclica sobre la esperanza cristiana dice: “El encuentro con el Dios que nos ha mostrado su rostro en Cristo, y que ha abierto su Corazón, es para nosotros no sólo informativo, sino también performativo”. Necesitamos preguntarnos, si el mensaje evangélico puede llevarnos a sentir la redención, gracias a la esperanza. La fe tiene que ser una decisión, es darle toda nuestra confianza a la persona de Cristo; dejarle actuar en nuestra vida, para que ésta quede trasformada. No es suficiente participar en ceremonias litúrgicas, hay que dejarse trasformar por lo que se celebra. El Evangelio no es un relato histórico, es un mensaje que quiere trasformar al que lo escucha; el Evangelio es performativo, porque es trasmitido y quiere resultados. Hay que dejar que el Evangelio sea eficiente, solo así podremos experimentar la salvación. Si la vida es trasformada gracias a un acto de fe, entonces es posible mejorar el mundo en que vivimos. La fe nos mueve a ejecutar grandes proyectos. Muchas cosas se han logrado gracias a la fe. Ésta es riesgo y abandono, pero es certeza que impulsa a ejecutar grandes proyectos.

Más ¿De dónde proviene esta palabra? En un principio designaba un lugar determinado, a las afueras de Roma, sobre la vía Appia, locus ad catacumbas, donde se construyó la iglesia de San Sebastián. Más aún: como en la Edad Media todos los cementerios primitivos desaparecieron y sólo se conservaba el de San Sebastián, la palabra catacumba vino a emplearse como sinónimo de cementerio cristiano. Por tanto, no es exacta la idea de muchos de que las catacumbas fueron construidas como lugares de refugio de los cristianos en tiempo de persecución. Fueron más bien lugar de sepultura y sitio de reunión de los cristianos para celebrar los aniversarios de los allí sepultados. Por esto algunos departamentos, donde se guardaban los restos de algunos mártires muy venerados o de los Romanos Pontífices, eran prácticamente convertidos en oratorios y sitios de gran devoción. Los cristianos se reunían en el interior de la ciudad en casas particulares y oratorios más o menos disimulados. Sin embargo, con ocasión de las más violentas persecuciones, las catacumbas fueron aprovechadas como lugar de refugio.

El creyente es creativo; quien creé tiene muchas iniciativas y sabrá buscar la manera de crear una vida mejor. El hombre sin fe vive con miedo, y éste paraliza la existencia. La fe pone al creyente en movimiento, porque la certeza de alcanzar aquello que se cree, es un impulso vital. Si hay fe, también hay esperanza. La fe nos da la certeza de que lo esperado puede ser alcanzado. Con esperanza es posible trasformar el mundo, y de este modo, sentir que Dios nos ha salvado.


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Como dijo Dios: ayúdate que yo te ayudaré Por P. Kino

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as de alguno que lea este artículo se preguntará ¿dónde dijo eso Dios? Obviamente, esta frase no existe en la Sagrada Escritura. Sin embargo es similar a aquello que dijo san Agustín “El que te creó sin ti, no te salvará sin ti”. Nuestra salvación exige esfuerzo. Dios ya hizo lo que tenía que hacer, ahora depende de nosotros aceptar la salvación que viene de Dios. Si la aceptamos tenemos que vivir lo que Dios nos pide en su palabra. Nos pide, por ejemplo, en la carta del apóstol Santiago que la fe la manifestemos en obras, sobre todo con los más necesitados. Nos pide cumplir los mandamientos en un espíritu de fe, para no sentirlos como una carga, sino como una alegría de estar cumpliendo la voluntad de Dios. No importa ya la vida pasada si te has acercado al sacramento de la reconciliación con espíritu de arrepentimiento y propósito de enmienda, ahora lo más importante es lo que hagas, que los pecados pasados ya Dios los perdonó. Dios ya te ayudó, ahora te toca a ti. Aunque sabemos que textualmente la frase no aparece en la Sagrada Escritura, sin embargo tiene mucho de cierto, tenemos que pedir a Dios que nos ayude, pero nosotros tenemos que hacer algo de nuestra parte. Quiero pasar el examen sin estudiar, pero creo que prendiéndole veladoras a santa Martha lo lograré; ciertamente no. Quiero encontrar trabajo y me la paso todo el día en el Templo de San José rezando, pero no meto solicitudes, no me levanto temprano a buscarlo etc., pues muy difícilmente obtendré lo que quiero. Quiero salud física, pero le entro a los tacos de pastor, de san Bernardo y de chihuahueño todas las noches, con mi refrescote entripaburros, y sin hacer ejercicio, pues por más que a Dios le pida salud, Él me puede pedir que tenga mejores modales alimenticios. Le pides a Dios una novia buena, que te quiera, que sea digna de ser madre de tus hijos, pero la buscas en lugares no decorosos, y la buscas más pensando en el físico que en el corazón, pues no le eches la culpa a Dios por tu mala decisión. Le pides a Dios cada primer mes del año que no te falte casa, vestido y sustento, pero gastas en cosas superfluas y el buen fin se convirtió en mal fin, pues aunque tienes una pantalla lcd, 47 pulgadas, tercera dimensión, no tienes cincuenta pesos para comprarles a los hijos el libro de catecismo para que hagan su primera comunión, o para la medicina antigripal y prefieres colgarle un collar de limones… no se vale, no está mal tener bienes pero nunca sacrificando el bienestar de la familia. No dejemos a Dios lo que podemos hacer nosotros con las capacidades o recursos que el mismo nos da.

¿Por qué casarme por la Iglesia? (2ª parte)

Por Pbro. Lic. Héctor Colunga colunga46561@hotmail.com

Muy estimados lectores: A mediados del s. XVI, Lutero declaraba que la unión conyugal derivaba del derecho natural ligado a la creación y no de la Iglesia. Que pudiera vivirse el matrimonio sin estar por ello vinculado a Cristo; que la unión conyugal no debe de suyo estar ligado a la fe. Sin negar que el matrimonio pueda vivirse cristianamente, le excluía la cualidad de sacramento. El Concilio de Trento (1545-1563), afirma que la realidad natural de la unión conyugal adquiere una dignidad nueva por el hecho de la consagración religiosa. Jesucristo da un sentido nuevo a esta unión y la hizo una fuente de gracia y la Iglesia se encarga de dar condiciones canónicas para que se tenga realmente un valor sacramental, por ejemplo el consentimiento, la edad, la capacidad, y que no haya impedimentos. Hay muchos que entienden y valoran el matrimonio como sacramento y por eso se casan por la Iglesia de manera libre y consciente de asumir con responsabilidad todo lo que implica derechos y obligaciones. Este modo de pensar es el que debe imperar en los contrayentes. Existen otros que lo hacen para darle gusto al sacerdote de la colonia o a la familia, o para que admitan a sus hijos al colegio; además tienen duda, no están seguros de lo que van a hacer o de lo que tienen que cumplir. Muchos papás obligan a su hija a casarse porque salió embarazada, o a su hijo para que cumpla con esa obligación e incluso sien-

do menores de edad. Hay quienes se casan solamente por intereses ajenos al matrimonio. Este modo de actuar, no es el correcto y sería mejor no casarse. Si todos los novios comprendieran que el matrimonio es una vocación de servicio basada en el amor mutuo y el respeto, muchos no se casarían. Tal vez muchos opten por vivir en unión libre o por el civil y están en todo su derecho de ejercer su libertad; sin embargo, como ya comenté en el artículo anterior, la elevación del matrimonio a la dignidad de sacramento, hace que los esposos viviendo la moral cristiana, se mueven hacia Dios en el cumplimiento de los demás sacramentos, para que vivan en la gracia y en el ejercicio de las virtudes. Hay personas que valorando el sacramento del matrimonio no pueden casarse aunque quieran, debido a que están en una situación irregular y lo que más desean es comulgar. Hay otros que al no tener ningún impedimento no lo hacen, simplemente porque les da miedo el compromiso que van a adquirir y temen no cumplir con sus deberes y obligaciones y prefieren vivir así, pero sienten el rechazo de los sacerdotes cuando se acercan a la confesión, porque de parte de éstos no ha habido la delicadeza de saber tratarlas y de explicarles por qué no pueden recibir ese sacramento y cuáles son las alternativas para vivir dentro de una conducta cristiana. Espero nos sirvan estas líneas para valorar el sacramento del matrimonio en toda su dimensión.


El valor del tiempo Canónigo José Ma. Ortega Robles

Ecología: uso y cuidado de la tierra

Del señor es la tierra y cuanto la llena (sal 23). Por Pbro. José Antonio Martínez Ortiz

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a naturaleza, obra de la acción creadora de Dios, no es una peligrosa adversaria. Dios, que ha hecho todas las cosas, de cada una de ellas “vio que estaba bien” (Gn 1, 4. 10. 12. 18. 21. 25). En la cumbre de su creación, el Creador colocó al hombre como algo que estaba muy bien (Gn 1,31). Al hombre y la mujer el Señor confía la responsabilidad de toda la creación. La creación es constante objeto de alabanza en la oración del pueblo elegido: “Cuán numerosas tu obras, oh Señor. Todas las has hecho con sabiduría” (Sal 104, 24). La salvación de Dios se concibe como una nueva creación, que restablece la armonía y hace posible el desarrollo de los hombres. El punto central de referencia es el respeto del hombre, acompañado por la actitud de respeto hacia las demás creaturas vivientes. El hombre, pues, no debe olvidar que su capacidad de transformar y, en cierto sentido, de crear el mundo con el propio trabajo… se desarrolla siempre sobre la base de la donación por parte de Dios. El hombre no debe disponer arbitrariamente de la tierra, sometiéndola sin reservas a su voluntad. La naturaleza aparece como un instrumento en las manos del hombre, una realidad que él debe manipular constantemente, especialmente con la tecnología. La tutela del medio ambiente consiste en un desafío para la humanidad: se trata del deber, común y universal, de respetar un bien de todos. La solución del problema ecológico exige que la actividad económica respete mejor el medio ambiente, conciliando la vida económica con la protección ambiental. La actitud que debe caracterizar al hombre ante la creación es esencialmente la de la dignidad y reconocimiento del mundo como obra de Dios. El dominio confiado al hombre por el creador no es un poder absoluto ni se puede hablar de libertad de usar y de abusar (SRS 34). La naturaleza merece respeto en base a cuatro consideraciones: 1. No se pueden alterar impunemente los ecosistemas pues produciría desequilibrios serios. 2. Tener consciencia de que los recursos naturales son finitos, pueden llegar a agotarse. 3. La industrialización produce desechos tóxicos que generan contaminación y pueden causar un daño irreparable al agua, a la tierra, al aire y a las especies animales y vegetales. 4. Si se rompe el equilibrio y la interacción entre quienes componen un hábitat se corre el peligro de degradación y extinción de la vida.

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u hoy tiene sentido si llevas dentro de ti el mañana. Cuando cumplimos años no tenemos un año más, tenemos un año menos de vida. El tiempo no pasa, los que pasamos somos nosotros. El tiempo es el maestro de los desengaños. El tiempo si lo miramos de frente, nos parece un siglo, si lo miramos de espalda, nos parece un día. Nuestra vida es un relámpago. Si miramos atrás nos morimos, si miramos el mañana viviremos. Siempre decimos: si empezáramos a vivir, otra sería nuestra vida, pero lo único malo es no poder empezar a vivir. Vivir en santidad es renunciar a lo ilícito. Vivir en santidad es estrella que conduce a Cristo. Hay que vivir siempre en privado, como vivimos delante de los demás. Debemos vivir ahora como si hoy tuviéramos que morir. A las penas y sufrimientos la única manera de soportarlos es amar la vida. Nuestros ojos todo lo ven, pero no pueden verse a sí mismos, sino es con ayuda de un espejo; en cambio Dios si se ve a sí mismo. Siempre hay que hacer el bien. Dios no ve el valor de nuestra moneda, sino el amor con que lo hacemos.

Hagámonos de palabras ¡Ay Clemencia! ¿Por qué te gusta trabajar de

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abitualmente todos tenemos un porqué y paraqué del quehacer cotidiano y del quehacer laboral el cual efectuamos; los distinguimos a estos por la remuneración. Si un quehacer que se lleva a cabo por convicción y a voluntad es pagado, está dentro de lo laboral y si sólo es una actividad diaria que también conlleva esfuerzo, dedicación y obvio, voluntad, estará en lo cotidiano. Distinguimos sin mayor esfuerzo que el factor dinero cambia las maneras de ver un trabajo, incluso se decía que el hombre era más favorable a trabajar y la mujer a cuidar la casa, pero hoy sabemos que las dos son falacias, ni uno para eso ni la otra para aquello exclusivamente, y que ambas acciones son verdadero y real trabajo, de allí a mencionarlas como un quehacer, el quehacer del ser humano. Pero volvamos a la cuestión que esta división de trabajo se ve tintada por la paga, de modo que al que realiza un quehacer sin ser gratificado económicamente le decimos que trabaja de oquis, de igual manera al estudiante que su quehacer es el buen estudio, al no hacerlo así estudia de oquis. En un caso exagerado podemos decir que el que ama y no es correspondido, esta amando de oquis (aunque no creo del todo esto pues ninguna forma de amar tendría esta connotación).

oquis

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¿De oquis?, qué rara palabra, aunque sabemos que no son las palabras representaciones reales al objeto aludido; ésta como muchas otras, si esta muy perdularia. Tenemos dos posibles razones por las cuales en nuestro vocabulario una que otra vez sale a relucir el curioso oquis. Ya sabido es que para que un trabajo salga bien y no presente insuficiencias, es imprescindible que se haga con calma, con un tiempo moderado y tranquilamente; al trabajar bajo presión o de forma repentina puede suceder que no se den los mejores resultados, es decir que para los resultados óptimos la velocidad no se lleva bien, y si alguien hace un trabajo con celeridad, no le será pagado. Del griego ωχυς, (oquis) veloz, hacer algo velozmente; y del árabe haqq, propina, de balde. Conclusiones de oquis.


Los libros y sus autores

07 Por Mtro. Luis Marino Moreno F.

Yo te adoro y tú me lastimas Los hombres que hieren sistemáticamente a las mujeres Roberto Navarro Arias

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Editorial Pax México, 2008 229 páginas.

n este libro describe Roberto Navarro, los crecientes avances del narcisismo, que en nuestro país adopta nuevas formas, propone técnicas psicológicas eficaces, para que el hombre y la mujer integren su personalidad de manera armoniosa y desarrollen al máximo sus facultades físicas, mentales y espirituales. Sin embargo, las mujeres consentidoras crían hijos egoístas –machistas y narcisistas- que solo buscan su propio placer y los aplausos de todos, a pesar de que ya son mayores de edad. En opinión de Roberto Navarro, los mexicanos, nos enfrentamos ahora, a diferencia de lo que planteaba Fromm, en la segunda mitad del siglo pasado, a ser, en lugar de tener, Al dilema que aparece hoy: Ser, en lugar de aparentar ser. Así, no es lo mismo presumir que producir. Ante nosotros mismos y ante la comunidad internacional, nos conviene dedicarnos a la búsqueda del propio yo, superando el narcisismo y el machismo ancestral, y luchando por eliminar las

mentiras y las falsas apariencias, lo mismo que la improductividad y la violencia familiar y social. El machismo narcisista es una plaga emocional que afecta a muchos hogares mexicanos y a la sociedad en general. Sus causas principales son las mentiras y la violencia; estos dos factores, a su vez, originan más engaños y renovada violencia, un círculo vicioso que nunca parece terminar. Como todos sabemos, las personas que se identifican con su ego narcisista prepotente, abusan de los demás y se comportan de manera falsa, arbitraria y destructiva. Roberto Navarro Arias Maestro en letras, Maestro en Ciencias, Psicoterapeuta corporal y bioenergético, Doctor en Psicología Clínica. Algunos de sus libros: Cuando amo demasiado, Nosotros los curanderos, Si se puede dejar de fumar: Técnicas psicológicas para ayudarte a ti.

CIUDAD DEL VATICANO.- El domingo pasado, el Papa Benedicto XVI afirmó que en medio de la sociedad consumista, san Juan Bautista nos enseña a vivir la Navidad como la fiesta del Hijo de Dios.

 El Santo Padre señaló que “en la sociedad de consumo, en la que se está tentado a buscar la felicidad en la cosas, el Bautista nos enseña a vivir de manera esencial, para que la Navidad sea vivida no solo como una fiesta exterior, sino como la fiesta del Hijo de Dios que ha venido a traer a los hombres la paz, la vida y la verdadera felicidad”. El Papa indicó que durante “el Tiempo de Adviento la liturgia pone en relieve, de manera particular, dos figuras que preparan la venida del Mesías: la Virgen María y Juan Bautista. Hoy san Lucas nos presenta a este último, y lo hace con características diversas de los otros Evangelistas”. ROMA.- La apatía y la pérdida de valores en Occidente centraron el debate anual organizado en Roma por el Instituto americano ACTON sobre religión y libertad. Para el ponente, el profesor Giovanni Patriarca, el abandono de los valores tradicionales, en un mundo cada vez más grande y materialista, está provocando un retroceso cultural. En su opinión la religión puede restaurar los valores sobre los que se construyó la sociedad occidental. “La religión es fundamental porque santifica el matrimonio, la familia y los deberes de los padres. También la responsabilidad civil, que es fundamental para el desarrollo de la democracia”. “Reencontrar la esperanza perdida y reconstruir con entusiasmo un sentimiento de caridad, de respeto, de reconciliación, de perdón. Y buscar soluciones aunque sean difíciles. Pero soluciones positivas y creativas que sean un estímulo para crecer juntos”. CUZCO, PERÚ.- Después de una restauración que duró cuatro años, la Iglesia de San Pedro Apóstol de Andahuaylillas en Cuzco, Perú, hoy luce con todo su esplendor, y será el principal destino del recorrido conocido como: La ruta del barroco andino. La Curia General de los Jesuitas informó que la iglesia a cargo de esta orden y construida en 1610, ahora hace honor al nombre que en su momento se le atribuyó, el de “la Capilla Sixtina de América”. El día de la inauguración se llevó a cabo la obra musical Hanaq Pacha Kusikuynin, una composición polifónica quechua del siglo XVII. Es un canto solemne, coral, emocionante. Lo interpretó un grupo de muchachos cusqueños con el acompañamiento de la orquesta juvenil “Sinfonía por Perú”.

MÉXICO.- La fiesta de san Juan Diego fue encabezada el pasado 9 de diciembre, por el arzobispo de México, cardenal Norberto Rivera Carrera, en la Antigua Parroquia de Indios en terrenos del Tepeyac, en donde reconoció labor de san Juan Diego como “embajador de la fe”. “Nuestra señora de Guadalupe quiso que el humilde laico tuviera el honor de ser embajador de la fe; Ella quiso que el laico indígena participara preponderantemente en la salvación”, mencionó el cardenal al destacar su papel como laico y su obra comprometida con la Iglesia. El cardenal pidió a los fieles, que eleven sus oraciones por el Congreso de Exhortación Apostólica Postsinonal Ecclesia in América que se realiza en el Vaticano, que busca llevar el mensaje de Santa María de Guadalupe más allá de nuestras fronteras. SAN LUIS POTOSÍ.- El presbiterio potosino, celebrará su tradicional posada en comunión son el señor arzobispo, este próximo 18 de diciembre. La celebración comenzará con la celebración de la Santa Misa en la Iglesia Catedral en la que también se conmemora la solemnidad de Nuestra Señora de la Expectación, patrona de este lugar y a quien se encomiendan las embarazadas, para pedir por su salud y por el hijo que esperan. Más de doscientos sacerdotes se congregarán, quienes después de la Eucaristía se encontrarán en “Casa de la Acción Católica” para convivir y darse los buenos deseos de Navidad. Felicidades a todos los sacerdotes de la Iglesia Potosina. SAN LUIS POTOSÍ.- El señor arzobispo don Jesús Carlos Cabrero, estará celebrando, este próximo 19 de diciembre, su cuarto aniversario episcopal, recordemos que el 8 de octubre de 2008, se daba la noticia desde el Vaticano, en la que el Papa lo nombraba obispo de Zacatecas consagrado el 19 de diciembre de ese mismo año. Para la semana santa de este año, recibimos la noticia de su nombramiento para suceder a don Luis Morales como arzobispo de San Luis Potosí. Felicidades don Carlos por su cuarto aniversario episcopal. Que Dios siga bendiciendo su ministerio.


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Unos soldados le preguntaron... ¿qué debemos hacer? Por Pbro. Darío Martín Torres Sánchez

“La gente le preguntaba: «¿Qué debemos hacer entonces?». Él les respondía: «El que tenga dos túnicas, dé una al que no tiene; y el que tenga qué comer, haga otro tanto». Algunos publicanos vinieron también a hacer bautizar y le preguntaron: «Maestro, ¿qué debemos hacer?». Él les respondió: «No exijan más de lo estipulado». A su vez, unos soldados le preguntaron: «Y nosotros, ¿qué debemos hacer?». Juan les respondió: «No extorsionen a nadie, no hagan falsas denuncias y conténtense con su sueldo». Como el pueblo estaba a la expectativa y todos se preguntaban si Juan no sería el Mesías, él tomó la palabra y les dijo: «Yo los bautizo con agua, pero viene uno que es más poderoso que yo, y yo ni siquiera soy digno de desatar la correa de sus sandalias; Él los bautizará en el Espíritu Santo y en el fuego. Tiene en su mano la horquilla para limpiar su era y recoger el trigo en su granero. Pero consumirá la paja en el fuego inextinguible» Y por medio de muchas otras exhortaciones, anunciaba al pueblo la Buena Noticia” (Lc 3,10-18).

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uan, hijo de Zacarías, porta en sus labios el llamado a preparar el camino del que viene a salvarnos: Jesucristo. Ese ministerio lo realiza anunciando un bautismo de conversión, esta conversión es entendida como un cambio de mentalidad que se logra interiorizando la palabra de Dios. Dicho ministerio de Juan es descrito por san Lucas como un anuncio de la buena noticia del Evangelio. Los que creen en su mensaje le hacen una pregunta práctica: ¿qué debemos hacer? Esta pregunta se repite tres veces en el texto del que hoy nos ocupamos. Se lo pregunta el pueblo en general, los publicanos o recolectores de impuestos y finalmente se lo preguntan los soldados. Esto significa que la conversión o cambio de mentalidad tiene una manifestación en la vida práctica. Juan responde a la primera pregunta, la que le hace la gente, centrando la conversión en la práctica de la caridad, exhortando concretamente a compartir el vestido y el pan con quien no tiene. Este tema de la comunión de bienes es un tema mayor en el tercer Evange-

lio. Toca lo más elemental: el vestir y el comer. Así se manifestará la conversión de Zaqueo cuando Jesús lo visite y ese será el sello de la comunidad de creyentes que destaca el libro de los Hechos de los Apóstoles: el compartir generosamente los bienes. Esa es la manifestación práctica y primera de quien ha creído en el Evangelio. A los que administran o recolectan los impuestos, Juan les pide que manifiesten su conversión o fe en el Evangelio no exigiendo más de lo estipulado, pues esa era una práctica común entre quienes buscaban un provecho propio, a expensas de los contribuyentes. Por último también tiene indicaciones para los soldados. Muy probablemente esto también sea un reflejo de los distintos tipos de personas que integraban la audiencia o la comunidad de san Lucas al momento en que escribía su Evangelio. Así, se muestra que el Evangelio no está reservado para un solo tipo de personas, sino que alcanza a todos, cualquiera que sea su oficio o condición.

Con un fraterno saludo les hacemos saber que el día viernes 7 de diciembre, falleció nuestro hermano Sacerdote

Herculano mascorro castillo a la edad 73 años y 47 de Presbítero. La Misa Exequial se realizó el sábado a las 17:00 hrs. en el Templo Parroquial de la Santísima Trinidad, Presidida por el señor arzobispo don Jesús Carlos Cabrero Elevemos nuestras oraciones por nuestro hermano sacerdote. Descanse en Paz.


Los Neosacerdotes y su primera Misa

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na cantamisa, es el acto donde un sacerdote canta su primera misa y donde consagra por vez primera el pan y el vino en el Cuerpo y la Sangre de Cristo. Ante sus familias y los vecinos que los han visto crecer y convertirse en adultos, cada uno de los nuevos sacerdotes, ordenados a tan solo unos días, han celebrado su primera misa en sus comunidades de origen cada uno de ellos respectivamente.

Entre las recomendaciones que escuchábamos hacia los neosacerdotes, se les hacía la invitación a que siempre sean hombres de oración, que la Eucaristía y sus comunidades sean el centro de sus vidas, que no olviden el espíritu de obediencia, que vivan con mucha alegría su ministerio sacerdotal conservando el buen trato y generosa entrega a las comunidades a ellos confiadas. “Son sacerdotes consagrados al servicio de la Iglesia, sacerdotes para siempre, les toca evangelizar en

cualquier barrio, colonia, área rural, o urbana; sin distinción de raza, religión o posición social, en climas templados, calurosos o fríos, ante comunidades completas o ante comunidades poco entusiasmadas”. Acompañados de un gran número de sacerdotes, de sus compañeros del Seminario, en lugares preparados para este momento especial en sus vidas, los jóvenes sacerdotes consagraron por vez primera el pan y el vino en el cuerpo y la Sangre de Cristo. Oremos por nuestros nuevos sacerdotes.

Jesús Nares Guzmán en Nuestra Señora del Rosario, Colonia Nueva Progreso.

José Ismael Nava Torres en Nuestra Señora del Refugio de Pecadores, Rioverde.

Óscar Govea Rangel en San Nicolás Tolentino, Tierranueva.

Carlos Rafael Pérez Sánchez en San Diego de Alcalá de la comunidad Lequeitio.


El día del Laico La sal de la Tierra

Fiesta en honor a Santa Catarina de Alejandria

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on una asistencia significativa y valiosa se vio engalanada la reunión anual del “Día del laico”. Realizada con fecha del 24 del mes de noviembre, en la colonia la Garita. Dentro de la jurisdicción parroquial consagrada a Nuestra Señora del Buen Consejo, en donde el párroco José Luis Martínez acogió con agrado y gentiliza al arzobispo Carlos Cabreo Romero, al encargado de la pastoral de nuestra arquidiócesis, el vicario de pastoral, presbítero José Manuel López Facundo, y los laicos de distintos grupos y movimientos diocesanos comprometidos a ser “sal de la tierra y luz del mundo”. En el diálogo-compromiso que se efectúo, la Señorita Gabriela Barrón Moreno, de la campaña “Mil rosarios por México”. Dio lectura a la carta descriptica y exhortativa del compromiso, actuar de laico; haciendo mención de que ser laico es una vocación y es una labor apostólica por sobre todo, aún y con el devenir de los estridentes y vacíos cambios sociales, estructurales y religiosos. Barrón Moreno ofreció una explicación portentosa y pormenorizada del gran quehacer que conlleva el ser y hacer del laico: desde las redes sociales, los centros educativos, las áreas laborales, y círculos deportivos; pues en todo ello es imprescindible encarnar “la misión que los laicos tienen”. En el mismo marco don Carlos Cabrero hizo un llamado a considerar la tarea de todo bautizado; llamándolos como: ¡Queridos hermanos laicos!, en numerosas ocasiones. Pidió vivir la experiencia de la fe en “la galaxia increíble suscitada por la acción del Espíritu Santo”. El arzobispo potosino trajo a memoria documentos conciliares para reafirmar y sustentar el papel ineludible del laico en la Iglesia, tal fue el caso del documento Christi fideles laici. Acentuó bajo la misma doctrina conciliar que, el laico está llamado a hacer operante la nueva evangelización límpida, fuerte y profunda. Subrayó la urgencia de rehacer el entramado de la vida del cristiano, y esta revivificación se multiplicará en la medida en qué el laico sea transparencia de Cristo.

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a parroquia de Rioverde, SLP, celebró felizmente su fiesta patronal en honor a santa Catarina de Alejandría, vírgen y mártir. El 25 de noviembre, día de la fiesta patronal, el templo lucía hermoso, cientos de fieles que se congregaron para honrar y saludar a su santa patrona con la concelebración Eucarística presidida por el arzobispo don Jesús Carlos Cabrero Romero. Don Jesús Carlos dió la feliz noticia de que por ser fiesta patronal y por ser la fiesta de Jesucristo Rey del Universo, concede la Indulgencia Plenaria a todos los fieles que participan de la Eucaristía, a las personas que por algún impedimento no pudieron asistir, así como a los enfermos, estas palabras fueron recibidas con un fuerte aplauso de agradecimiento de parte de los fieles.

La fiesta del Beato Miguel Agustín Pro La fiesta del pueblo que testifica su fe Por Luis Ricardo Guerrero Romero

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l arzobispo Carlos Cabrero en compañía del vicario de pastoral de nuestra arquidiócesis el presbítero Manuel López Facundo, acudieron a la invitación de la feligresía de la parroquia Beato Miguel Agustín Pro, el párroco Antonio García Rivera, quien fungiese como anfitrión de dicha festividad concelebró la Eucaristía y ratificó con ellos y con amigos presbíteros invitados la administración del sacramento de la confirmación impuesta a 56 solicitantes de la misma. Dicha fiesta se celebró el día 23 de noviembre del 2012. La formación de los neófitos del sacramento fue conducida y preparada por 10 catequistas, que cumpliendo con los programas propios dieron fe de la disposición de padrinos y ahijados. En la celebración Don Carlos Cabreo, señaló que es de suma importancia conocer la vida de quienes patrocinan nuestras parroquias como fue el caso del mártir y Beato Miguel Agustín Pro. El beato zacatecano,

fue de un espíritu alegre y entregado, sus rasgos de gentiliza y amor hacia los otros se vieron reflejados desde su niñez y el esfuerzo y entrega por sus hermanos desde sus inicios en al Orden Jesuita. El padre Pro, comúnmente llamando, vivía un estado de una íntegra y fiel felicidad interior y exterior, la cual se hacia notar en su caridad hacia los demás. El arzobispo potosino recordó a todos los presentes que la familia es el primer santuario de Dios, donde Él ha dispuesto su eterno amor.






DICIEMBRE 16 DE 2012

Cambios en la Iglesia Potosina E El miércoles 14 de noviembre, en la Parroquia de San Francisco, en la Cabecera municipal de Villa de Reyes, se recibió al nuevo párroco, padre Juan de Dios Alfredo Ramírez.

El viernes 16, en la Parroquia de San Marcos Evangelista, en la comunidad de San Marcos del Municipio de Mexquitic de Carmona, recibieron a su nuevo párroco, padre Gabriel Rodríguez Montante. El martes 20, la parroquia de San Juan Bautista en Cerritos, SLP, recibió a su nuevo párroco, el padre Margarito de la Torre Torres. El jueves 29, la comunidad de Nuestra Señora de Lourdes, en el Ejido Simón Díaz, recibió a su nuevo Párroco, el padre Mariano Zamarripa Díaz.

En todas estas fechas en el mes de noviembre, desde temprana hora se dieron cita los fieles en cada uno de los lugares ya citados, para darle la más cordial de las bienvenidas; con aplausos y porras lo acompañaron hacia el templo, en donde ya los esperaban otro grupo de feligreses y sacerdotes para participar la Sagrada Eucaristía en la que formalmente se les daría posesión de sus respectivas parroquias. El padre José Manuel López Facundo, vicario de pastoral, en representación del señor arzobispo, le dio posesión de la parroquia al padre Gabriel, al padre Margarito, al padre Mariano y monseñor Antonio Torres, vicario general, al padre Juan de Dios. En cada uno de los momentos se lee el nombramiento y posteriormente hacen su profesión de fe cada uno de los designados en sus nuevas comunidades a ellos confiadas.

¡Oremos por nuestros sacerdotes y por sus nuevas comunidades a ellos confiadas!

Parroquia de San Marcos

Parroquia de San Juan Bautista en Cerritos

Santuario de Nuestra Señora de Lourdes


El A, B, C de la Biblia

Yo CREO...y vivo mi FE

Las alianzas en la Escritura, la Antigua y Nueva Alianzas (o Testamentos) Por David Campos

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ara nosotros, es común, si no estamos muy familiarizados con la lectura de la Biblia, confundir términos al entenderlos en nuestros criterios de uso frecuente, por ejemplo, cuando utilizamos la palabra «Testamento» para referirnos a la Sagrada Escritura, nos enredamos un poquito al pensar la Biblia en un sentido reducido de ésta, solamente como una especie de “herencia”; sin embargo, este nombre se les ha sido designado a los dos grandes libros que comprenden la Biblia al ser parte de una antigua tradición latina, en la usanza de los primeros siglos, donde Testamentum, en latín, significa «Alianza», en nuestro idioma; entonces podemos hablar de los libros de la Antigua y la Nueva Alianza, y no nada más de un libro “heredado” a nuestra fe. Hay en el Antiguo Testamento una referencia a varias alianzas hechas entre Dios y la humanidad, cabe comentar que son muchas las alianzas debido a la imperfección de éstas, no por una limitante en Dios, sino a la disposición del hombre, pero acorde a la voluntad divina de ir preparando la humanidad al gran evento de la Encarnación de su Hijo Jesucristo (cf. Gálatas 4,4-5; Hebreos 1,1-3). De las alianzas en el Antiguo Testamento podemos recordar las más representativas para la historia del Pueblo de Israel: 1) Con Adán y Eva: aunque en modo expreso no se habla de “alianza”, si hay un indicio de ésta cuando en el capítulo 3 del Génesis se entabla el diálogo entre Eva y la serpiente sobre la indicación del Señor Dios de que excepto del árbol del conocimiento del bien y del mal, podían comer de todo fruto del jardín del Edén. Tras caer Adán y Eva en la tentación de probar sus frutos, a la vuelta del Señor Dios, por la tarde, al jardín, los descubre en su falta y les reprende de haber desobedecido su orden — tal mandato hace ya referencia a un “trato” entre el hombre y Dios: tú estas en el Edén mientras no trasgredas un límite; es una forma de entender la alianza — (cf. Génesis, 3). Además, cuando el Señor Dios creó al hombre y a la mujer les dio un mandato junto a toda su creación: “crezcan y multiplíquense, y pueblen la tierra” (Génesis 1,28); tal mandato se repite en Génesis 8,15-17; 9,1.7, tras el Diluvio Universal y como preámbulo a la alianza con el hombre en la persona de Noé, es así como podemos poner al mismo nivel de alianza a nuestros primeros padres, con los que mencionaremos a continuación. 2) Con Noé: Al paso del tiempo y tras los avatares de la historia, la tierra se fue poblando del género humano, pero se desviaron de lo indicado por Dios, con lo que consiguieron encender su ira, y ello desbordó en un diluvio, pero, tras éste, Dios realizó una alianza con Noé y sus hijos bajo un signo dado por el Señor a la humanidad, el «arcoíris» (cf. Génesis 9,8-17), siendo éste la prenda de la unión entre el espacio celeste, lugar del trono de Dios, y con la tierra, donde mora el hombre. Para trabajo personal les invito comparar, en el mismo Génesis: 1,28 con 8,15-17 y 9,1.7; y también 1,27-28 con 9,6-7; estos pasajes nos ayudan a ver los relatos de la creación con el momento en que Dios hace una alianza con los que sobreviven al diluvio como afines, y la repetición que se hace de este mandato divino —de multiplicarse y dominar la tierra— podemos entenderlo como una insistencia intencional del autor sagrado.

Jesús es hijo único y Señor nuestro

Por P. Memo Gil

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os encontramos en el artículo segundo del Credo, que iniciábamos la semana pasada, y vamos a fijarnos en la manera como lo elabora el Credo Niceno-Constantinopolitano (o sea el Credo largo que comúnmente recitamos más). Y nos dice textualmente: Creo en un solo Señor Jesucristo, Hijo único de Dios… Creer en un solo Señor Jesucristo, es creer en un solo Dios. Ya hemos reflexionado anteriormente, como Señor se traduce del hebreo Yahveh al griego Kirios o sea, Señor, y es el nombre más habitual para designar a Dios por el pueblo de Israel. Por lo tanto, creemos en Jesucristo, que es Señor, o sea Dios. Y también creemos que es Hijo único de Dios, o Unigénito, como lo dice el propio Jesús: “Porque Dios amó de tal manera al mundo, que le entregó a su Hijo Unigénito” (Jn 3,16). Jesús es el Hijo Unigénito de Dios en un sentido único y perfecto. Así lo vemos en el momento del Bautismo y de la Transfiguración, cuando la voz del Padre señala a Jesús como su “Hijo predilecto”. Además, al presentarse a sí mismo como el Hijo que “conoce al Padre” (Mt 11,27), Jesús afirma su relación única y eterna con Dios su Padre. Afirmar que Jesús es el Hijo único de Dios y además Señor y Dios nuestro, nos ayuda a entender toda la fuerza y el sentido de la Resurrección. Ya que como Señor, Jesús revela su soberanía divina sobre la vida y la historia. En Él converge el destino de este mundo y la salvación universal. Únicamente desde su dimensión de ser el Señor de nuestras vidas, vemos elevada nuestra dignidad de hijos de Dios y toda nuestra existencia toma su verdadero sentido. De ahí que reconozcamos que no tenemos aquí morada permanente, ya que el propio Jesús con su resurrección nos señala un destino de vida eterna que nos espera. Y

a donde llegó nuestra cabeza, tenemos la esperanza de llegar también nosotros que somos su cuerpo, y esto se debe a la comunión de vida que por los sacramentos mantenemos con Cristo, nuestro Dios y Señor. Pues el Hijo único por excelencia, nos da la posibilidad de acceder al Padre, por la vida que Él libremente entrega y tiene el poder de volverla a tomar. Y dejar demostrado así, que una verdadera libertad, como la que corresponde al Hijo Unigénito del Padre, es la que nos lleva a trascender este mundo, nuestra humanidad y condición de pecadores. Por esto, cuando afirmamos que Jesús es el Señor, estamos siendo conscientes de nuestra condición de seguidores de Jesucristo que no nos permite doblar la rodilla ante ningún otro poder. Teniendo todo esto en cuenta, captamos cómo el Reino de Dios se hace realidad por este Señorío de Jesús. Es evidente que cuando Jesús inaugura el Reino de Dios y lo presenta cercano, es porque quien lo reconozca como Señor debe dar otro sentido a su vida y lograr que este mundo sea mejor. Pues reconocemos a un solo Señor en quien se fundamenta nuestra fe y nos lleva a vivirla como expresión de su Señorío en nuestra vida. Debemos continuamente tratar de responder así con nuestras actitudes a la pregunta directa que Jesús también hoy nos hace: “Y ustedes ¿quién dicen que soy yo?” (Mt 16,15). Y que los demás tengan claro, de éste modo, que el Señor al que servimos y tratamos de agradar, es el mismo Hijo único de Dios, por quien toda nuestra vida y existencia se ve iluminada y capaz de acceder en el misterio del Padre que nos ha hecho hijos en su propio Hijo.


DICIEMBRE 16 DE 2012

Amores perros

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n las ciudades del primer mundo (donde, por supuesto, también hay pobres) se ha inventado una nueva manera de pedir limosna. Si todo cambia, se mueve, evoluciona, ¿por qué no iban a cambiar también los modos de suscitar la compasión ajena? Los mendigos de la era del marketing –ya del neuromarketing, que es lo nuevo- han caído en la cuenta, tras una larga y dolorosa experiencia, que sus llagas no provocan ya los sentimientos que provocaban en otros tiempos; que sus cuerpos maltrechos, por muchos que se parezcan al de Job en el momento de su mayor desgracia, se han vuelto inútiles para hacer que los transeúntes se lleven una mano al bolsillo y saquen de él una moneda para depositarla después en sus ruidosos botes de estaño. Además, los transeúntes han visto tantas calamidades en la televisión, que contemplar una más en la calle ya no los angustia y mucho menos los espanta. Se han insensibilizado ante el dolor. «¿Qué hacer, entonces? Si nosotros ya no causamos lástima, si un ser humano ya no causa lástima, ¿qué otra criatura sí podría causarla?», imagino que se preguntaron los pordioseros una y otra vez. Y no tardaron mucho en encontrar la respuesta. ¡He aquí lo que hoy sí causa compasión y mueve a caridad: un perro! Difícilmente un habitante del primer mundo (y parece que ya tampoco del tercero) pasa de largo sin contemplar con ternura a un ejemplar canino. «¿Qué sucedería si sobre un tapete ponemos un perro, y al lado de éste un bote de aluminio?». El experimento dio, como verá el lector, excelentes resultados.

Esto pude verlo en Florencia un 24 de diciembre por la noche, cuando todos entonaban cánticos de amor y paz, y juro que digo la verdad: dos perros sin la compañía de nadie, sin ninguna presencia humana, dos perros solamente, uno junto al otro, tenían el bote más lleno de billetes y monedas que una colombiana que miraba al infinito mientras en sus brazos acunaba a un niño. ¡Qué verdaderas resultan ser todavía hoy las palabras con las que un día del siglo IV san Juan Crisóstomo arengó a sus fieles en la catedral de Constantinopla!: «Supongamos que no hubiera castigo, que no nos espera el Reino de los Cielos; por lo menos deberíamos respetar a los de nuestra propia raza y género, conmovernos ante el que padece como nosotros. Y lo cierto es que criamos perros, y muchos hasta asnos salvajes y osos y otras fieras diversas. Al hombre, empero, lo dejamos que se muera de hambre. Nos merece más estima el animal extraño que el de nuestra misma especie». Varios meses después, siempre en Italia, en el transcurso de un agrio debate, un famoso conductor de programas televisivos habló así a sus perplejos contrincantes: «En efecto, claro está, señores, pero es que esas personas son muy nobles». ¿Se refería a un colectivo humano, a un cierto grupo racial o a los habitantes de un determinado rincón del planeta? Nada de eso: el orador se refería a los perros. En la edición de un periódico romano del 3 de mayo del 2002 apareció la siguiente noticia, que transcribo literalmente: «Me mato: sin mi perro no puedo seguir viviendo. No encontró alivio al dolor

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por la muerte de su perro, el único compañero de una vida de soledad y desesperación. Un romano de 38 años de edad, separado de su esposa, ha decidido quitarse la vida arrojándose desde un viaducto de 20 metros de altura en las inmediaciones de Tivoli, a pocos kilómetros de a capital. A los carabinieri, que llegaron poco después, dijo el joven, agonizante: Sin mi perro no podía seguir viviendo». Sin comentarios. Que los perros son nobles criaturas, ni quién lo discuta; que en los campos de exterminio de la Alemania nazi fueron los únicos en reconocer mediante el meneo de su rabo la humanidad de los prisioneros (según cuenta Primo Levi en Si esto es un hombre) es algo que nos hace apreciarlos e incluso quererlos, pero de ahí a que ocupen en nuestro corazón un lugar que sólo otro ser humano debe ocupar hay una océano de distancia. Si yo hubiera visto la película mexicana Amores perros en mi patria, quizá no la hubiera comprendido como la entendí viéndola en Italia, país donde los perros son tratados con una delicadeza que supera con mucho a la que en ocasiones se emplea en el trato con las personas. La joven y bella modelo que pierde la pierna (y el consiguiente futuro profesional) a causa de una perra, me pareció aquí perfectamente comprensible, como me pareció explicable que sólo al final, cuando sus numerosos perros se le habían muerto, el profesor universitario convertido en francotirador se hubiera atrevido a buscar a la hija que no veía desde hacía muchísimo tiempo: claro, un «amor perro» estaba supliendo un amor humano. Escribió Michel de Mointaigne (1533-1592) en uno de sus Ensayos: «Plutarco, a propósito de que aquellos que se aficionan a los perros, dice que la parte amorosa que hay en nosotros, a falta de un objeto válido, prefiere, para no quedarse insatisfecha, fabricarse uno falso y frívolo». En sí mismo, el amor a un animal no tiene nada de malo (¡todo lo contrario!). El mal comienza, sin embargo, cuando, como dijo Plutarco, como repitió Montaigne, nuestra capacidad de amar se agota en un objeto que no es otro ser humano.

La pregunta no es innecesaria y tampoco creo que sea estúpida: hoy en día, ¿cuántos perros estarán supliendo en algunos hogares la presencia de un hijo? Al menos en Italia, la tasa de natalidad decrece, pero las casas se llenan de perros; a un hijo, en el caso de que lo haya, se le puede gritar: a un perro, en cambio, nunca vi que nadie le gritara. El perro es el animal sagrado del hombre solo de Occidente. (¡Y pensar que hasta hace poco nos burlábamos de las vacas de la India!). El problema con los amores perros es que, si nos descuidamos, pueden acabar destruyendo la nostalgia del otro, haciendo de nosotros seres afectivamente conformistas. Y, por supuesto, solitarios.


El derecho romano en la vida cotidiana Venta de subasta, Los candidatos y el álbum Por Mtro. José Ricardo García López

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uando algunos pueblos se declaraban enemigos de Roma, se les calificaba como hostes (por eso es que actualmente decimos: actitudes hostiles, actividades hostiles, así expresamos aquellas actitudes que sólo las llevan a cabo los enemigos); a dichos pueblos se les dominaba por la fuerza y cuando ya se declaraban pueblos vencidos, eran entregados a saco a la soldadesca que irrumpía en: casas, templos, edificios públicos, negocios y hasta en los entierros funerarios. Una vez que las tropas se saciaban de robar, el general les preguntaba si ya estaban satisfechos con lo que se habían adueñado, si la respuesta era afirmativa, ordenaba que subieran, los objetos que los soldados no se habían podido o querido llevar, a unas carretas o embarcaciones que, o estaban en el campamento o las mandaban desde Roma. Una vez llegadas las carretas a la capital del imperio, o al puerto de Ostia, descargaban los utensilios y los remitían al foro romano donde los tendían en el piso, y encima de todas aquellas cosas clavaban una lanza (o hasta que para los romanos era el símbolo de la propiedad porque según ellos, era la continuación de la mano, ya que de ella nos servimos para apropiarnos de cualquier objeto), por consiguiente aquellas cosas eran del pueblo romano y si algún ciudadano tenía interés en adquirir alguna o algunas de esas cosas pagaba por ellas un precio módico que iba a parar al tesoro público. Era a lo que los romanos llamaron venditio sub hasta (o sea, la venta bajo el hasta). Por esta razón en la actualidad cuando los comerciantes venden sus mercancías a precios más bajos que los demás comerciantes, decimos que están en subasta. El que los astronautas o los alpinistas claven una lanza en la luna o en el Everest es una reminiscencia de este hecho jurídico y simboliza que se han apropiado, cuando menos, de la satisfacción de haber vencido las dificultades que ese hecho implica. La definición que dan algunos estudiosos del Derecho Romano respecto de la venditio sub hasta es la siguiente: una venta pública del botín obtenido por

la república como consecuencia de la guerra. La venta se realizaba “bajo la lanza”. Los candidatos Una vez que Roma fue creciendo y extendiéndose a las otras seis colinas, fue necesario que el rey delegara funciones en otras personas a las que se dio el nombre de magistrados a quienes se elegía por medio del voto de los ciudadanos en los comicios o asambleas del pueblo, y tanto estos cargos como las leyes surgían por ese sufragio. Para que los ciudadanos estuvieran enterados de quiénes de entre sus vecinos estaban propuestos para ocupar un cargo público, la autoridad determinó que aquél que estuviera propuesto portara una vestidura completamente blanca, sin añadir adornos o prendas de color. Una de las formas de nombrar el color blanco en latín es candidus de donde al que vestía de blanco se le llamó candidatus (candidato, que si lo traducimos literalmente diríamos el blanqueado), como si dijéramos: el que anda vestido de blanco. De candidus también se deriva la palabra castizo, o sea, aquel que es

limpio y no está mezclado. Por esta razón es que con frecuencia escuchamos decir que una persona tiene una manera de hablar muy castiza, con lo que queremos decir que en su lenguaje no se mezclan palabras de otros idiomas ajenos a la lengua en que se suele expresar. Por ello podemos decir que alguien habla un castellano, italiano, alemán, francés, etc. castizo; esto nada tiene que ver con Castilla o con Cádiz porque hay quienes afirman que la calidad de castizo solo puede decirse del castellano, pero no es así. El álbum Una vez que el rey hubo creado las magistraturas, cada magistrado: el cuestor, censor, pretor, ediles curules; tenía la obligación de informar al pueblo por medio de edictos la forma en que iba a administrar su cargo, así el cuestor informaba cómo iba a distribuir el tesoro público, (construir puentes, acueductos, edificios públicos, templos, cloacas); el censor informaba la forma y tiempo en que iba a levantar el censo; el pretor el lugar hora y días en que iba a impartir la justicia y la creación de nuevas leyes y los demás requisitos para atender los asuntos que se le fueran a encomendar. Todo esto, ya lo dijimos, los magistrados lo hacían saber al pueblo por medio de los edictos que eran las disposiciones que acabamos de mencionar, escritas con letras negras sobre una tabla blanca. Otra de las formas de nombrar el color blanco en latín es albus – a – um por lo que a aquella tabla se le conoció como el album. Como si dijéramos: el blanco.


Dos aciertos, dos omisiones

El adviento

www.siame.mx

Juan del Río Martín (arzobispo castrense de España)

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l Lic. Enrique Peña Nieto inició con el pie derecho su gestión como Presidente de la República. El discurso en el Palacio Nacional incluyó trece propuestas concretas para ayudar a sacar al país del atolladero en el que nos hemos mantenido durante décadas –a causa de la mezquindad de algunos miembros de la clase política–, lo que se refleja en la discordia en la que viven muchos mexicanos, el egoísmo de los grupos de poder que no quieren ver minados sus intereses y en la apatía generalizada de una población que soporta pasivamente el abuso de autoridad, la corrupción, la impunidad y la violencia en la que estamos atrapados. Las propuestas del Presidente abarcan las principales aspiraciones y preocupaciones de un país que no ha sabido cómo salir adelante y que tampoco ha encontrado los liderazgos necesarios para impulsar cambios y reformas que podrían llevar a nuestra patria a alcanzar el desarrollo, la justicia y la paz. Sin embargo, todavía no salíamos de la grata sorpresa del discurso presidencial, cuando en Chapultepec se firmaba el pacto político “Por México”, signado por el Presidente de la República y las tres principales fuerzas políticas del país, abarcando en su contenido 95 propuestas incluyentes que miran a construir el andamiaje político, jurídico y social para que México salga, de una vez por todas, de la mediocridad, la mezquindad y la apatía. Extraña, sin embargo, que casi nada o muy poco, se hayan tocado dos problemas que, por las consecuencias que conllevan, se ubican en la base de la injusticia social y de otros muchos males. Nos referimos a la indolencia gubernamental hacia los problemas del campo mexicano y nuestros campesinos, la mayor parte de ellos sumidos en la miseria, aliviados apenas por programas más electoreros que impulsores de un verdadero desarrollo, como Procampo. De igual forma, destaca también la ausencia de una reforma a fondo del sistema judicial, una de las instituciones más deficientes y corruptas del país. Esta omisión no es menor cuando

en el Año de la Fe

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uchos son los frentes a los que se enfrenta la Iglesia en el siglo XXI. El relativismo y secularismo dominante ha hecho mella en el seno de nuestras comunidades. Estamos asistiendo a una apostasía silenciosa de la fe, a un cansancio en la vida cristiana, a un desaliento paralizante en las nuevas generaciones motivado no sólo por la crisis económica, sino sobre todo por la carencia de fundamentos. En medio de todo este panorama los católicos no debemos vivir como hombres sin esperanza, porque el impulso a seguir esperando, frente a tantas dificultades, nos preserva del egoísmo y nos capacita para seguir aferradoramente tres grandes verdades que vertebran el acto de fe: “Dios es omnipotente, Dios me ama inmensamente, Dios es fiel a las promesas”. Ante esta realidad, no me siento ni solo, ni inútil, ni abandonado, sino implicado en un destino de salvación que nunca se apaga. No deberíamos olvidar, que cuando desaparece la esperanza del alma, se eclipsa el propio hombre.

vemos los resultados del estudio del Proyecto Mundial de Justicia, que mide a los Estados en su capacidad de impartir justicia, que coloca a México en el vergonzoso lugar 91 (de 97 países evaluados), concluyendo que la corrupción en nuestro país es un problema serio en todas las ramas del gobierno. El estudio abunda y remata cuando afirma que: “El sistema de justicia criminal está en el lugar número 91, principalmente por debilidades en los sistemas de investigación y adjudicación, discriminación rampante contra grupos vulnerables, corrupción entre jueces y procuradurías, y violación de los derechos de debido proceso jurídico a los acusados”. Aunado a este devastador estudio, está la encuesta nacional sobre el sistema de justicia penal en México, que da cuenta, de manera meticulosa, del desastroso estado en que se encuentra la procuración de justicia en nuestro país, toda vez que el porcentaje de mexicanos que dicen tener mucha confianza en la justicia es apenas un 6 por ciento, sólo por arriba de lo más desprestigiado en el país, que es la clase política, que apenas alcanza un 3 por ciento de credibilidad. Definitivamente no será posible combatir la corrupción y la impunidad que están en la base de la pobreza, la violencia y la descomposición social, sin reformar a fondo el sistema judicial mexicano. No se trata de atacar y demoler al Poder Judicial, sino de transformarlo, depurarlo y dignificar el ejercicio de la justicia sin la cual no hay Estado.

La Liturgia es “la escuela” donde el cristiano crece en su fe. La vivencia de los tiempos litúrgicos nos introduce en el misterio del Cristo total. Cada uno de los ciclos resalta aspectos y virtudes esenciales de la vida cristiana. Ahora comenzamos el primero de ellos que es el Adviento, que comprende las cuatro semanas que anteceden a la Navidad. Su finalidad es avivar la virtud teologal de la esperanza en nuestros corazones, siendo el motor que nos induce a situarnos en la centralidad de Dios. Pero, ¿de qué Dios estamos hablando? De Aquel que se ha revelado en el nacimiento del Emmanuel (Dios con nosotros). En efecto, dice Benedicto XVI en su reciente libro La infancia de Jesús, Barcelona 2012: “se sabe muy bien quién es Jesús y de dónde viene: es uno más entre nosotros. Es uno como nosotros…su origen es al mismo tiempo notorio y desconocido: es aparentemente fácil dar una explicación y, sin embargo, con ella no se aclara de manera exhaustiva…”. Sólo la fe que excede todo conocimiento, nos da la clave para descubrir la belleza y el gozo del acontecimiento del “Dios humanado”, como Salvador y Redentor de la muerte y el pecado. Pero la fe sin esperanza no basta para llevarnos a Cristo, porque fácilmente podemos desesperar en el combate contra el mal. Para vivir en esperanza es necesario el amor. Estos son los tres ejes de la existencia cristiana que debemos recuperar con fuerza en este Año de la Fe para abrir unos nuevos tiempos de renovación personal y eclesial. Porque lo que está en juego hoy no es la aparición de nuevas herejías, sino los fundamentos mismos del ser cristiano. Ya no se puede creer por costumbre, sino que hay que creer por convicción. La misión de la nueva evangelización no es sólo anunciar una Buena Noticia a las gentes que la ignoran, sino a muchedumbres que dicen que ya es antigua y que les molesta el propio anuncio del Evangelio que hace la Iglesia. La pregunta es: ¿cómo persuadimos a un pueblo que ya no cree? Volviendo a las fuentes genuinas de la espiritualidad litúrgica que emana de la celebración del Misterio Pascual. Así, los elementos esenciales del Adviento nos conducen, en primer lugar, a los grandes creyentes que como Abraham y los Profetas depositaron su confianza en Dios en medio de las adversidades. Luego, nos señala como el camino para suscitar la fe en el pueblo no es la prepotencia y la opulencia, sino la humildad y la austeridad del Bautista. Por último, lo que más se admira y provoca la adhesión a Jesucristo, no es un cristianismo facilón y mediocre, sino la alegría del testimonio de fe de los santos y de aquella que es “la Santa de los santos” María, la Madre del Mesías, ¡El Señor! Haciendo nuestro este trípode espiritual del Adviento, podemos seguir afirmando aún hoy: “Ésta es la fuerza victoriosa que ha vencido al mundo: nuestra fe”. (1Jn 5,4).


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De palabras no aptas para sordos Les decía en su instrucción: “Escuchen. Una vez salió un sembrador a sembrar. Y sucedió que, al sembrar, una parte cayó a lo largo del camino; vinieron las aves y se la comieron. Otra parte cayó en terreno pedregoso, donde no tenía mucha tierra, y brotó en seguida por no tener hondura de tierra; pero cuando salió el sol se agostó y, por no tener raíz, se secó. Otra parte cayó entre abrojos; crecieron los abrojos y la ahogaron, y no dio fruto. Otras partes cayeron en tierra buena y, creciendo y desarrollándose, dieron fruto; unas produjeron treinta, otras sesenta, otras cien.» Y decía: “Quien tenga oídos para oír, que oiga” (8Mc 4, 2b-9).

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esús habla en parábolas. En lenguaje alegórico. Estilo atractivo. Las enseñanzas de Jesús son interesantes desde la belleza de la expresión hasta el significado enigmático de cada una de ellas. Detrás de las palabras de Jesús hay no solo una traducción, sino un mensaje salvífico. No solamente podemos encontrar una explicación a cada una de sus enseñanzas sino además algo que involucra definitivamente al oyente con la persona del Hijo de Dios hecho hombre. Hoy escuchamos a Jesús al inicio de sus enseñanzas en parábolas. Según lo que Él mismo dice, hay que entender esta parábola del sembrador, puesto que de lo contrario no se podrán comprender las siguientes.

Les habla de un sembrador. De un hombre que siembra semillas, no dice qué semillas. Les dice que las semillas caen en diferentes tipos de suelo, y cada suelo es responsable del destino final de las semillas: fruto o desecho. Un sembrador poco usual. Alguien que deposita semillas, no importa donde caigan estas: en el borde del camino, o bien, en terreno pedregoso, o entre espinos o en tierra buena. A la simple lectura puede parecer que se trata de un agricultor algo torpe. ¿Cómo puede un buen sembrador arrojar semillas donde con toda seguridad serán desechadas? ¿Puede un buen sembrador arrojar semillas a lo largo del camino, en donde ven-

drán con toda seguridad los pájaros hambrientos a comerlos? ¿Puede un buen sembrador depositar semillas valiosas en un terreno pedregoso, donde faltará sol y la semilla se perderá? ¿Puede un sembrador echar semillas en un terreno donde crecen los espinos y las semillas, y al brotar serán ahogadas por estos? De ninguna manera. Un buen sembrador depositaría la semilla en un terreno previamente preparado, aflojada su tierra, fertilizada quizás, puesto que solo de esta manera podría la semilla brotar, por supuesto, bajo la previa evaluación de que el tiempo es oportuno para que lleguen las lluvias y hagan brotar los tallos, las espigas y finalmente los granos. Esto resulta lógico. Un sembrador como éste de que habla Jesús podría parecerse a un aguador que deposita agua en odres agujereados o en tinajas cuarteadas, o a un panadero que fabrica pan en un horno sin fuego, o a un coleccionista de perlas que confunde estas con canicas de piedra o a un joyero que confunde el oro con el oropel, o a un pescador que arroja al mar una red sin remendar, donde los peces escaparán con facilidad. Cualquiera que escuchase esta parábola de Jesús con atención científica podría concluir que efectivamente lo que se decía de Jesús era cierto: que estaba desvariando, que haber salido de Nazaret le había afectado sus facultades; ¿cómo podía Él predicar públicamente de parte del Dios de Israel con tanta falta de lógica? Pero alguien más agudo podría interpretar estas palabras prestando más atención para irse más a profundidad en esas enigmáticas parábolas. Aquí daremos otro punto menos para los escribas, los fariseos y los sacerdotes, pues, si en verdad eran eruditos de la Palabra de Dios, de la Sagrada Escritura, de la Ley y los Profetas, quizá debieron pensar que efectivamente este era el estilo del Dios de Israel; debieron recordar las enseñanzas en el libro de Daniel, o las de otros profetas, que también hablaron con un lenguaje alegórico. Isaías, que ense-

ñaba acerca de un siervo doliente (cf. Is 52), de una mecha que humea, de una caña resquebrajada (cf. 42, 1-4), de una oveja ante el esquilador (cf. Is 52), de una virgen que dará a luz (Is 7, 14). Si ellos de veras conocían las Escrituras deberían conocer el estilo de los profetas que en muchas ocasiones era también alegórico; lenguaje que habría de entenderse no a la letra sino con un ejercicio interpretativo y comparativo en lugares comunes de la Escritura que presuntamente ellos conocían y de la que eran oficialmente maestros reconocidos y autorizados. Cuando Jesús dice: el que tenga oídos para oír que oiga, puede estar diciendo: el que quiere seguirme que me siga para que entienda y se salve. Se trata seguramente de un reto de Jesús a cada oyente. Efectivamente, el que tenga oídos que oiga puede significar también: el que quiera escuchar que siga conmigo; pues solamente el que sigue a Jesús podrá entender el contenido total de su enseñanza. Los discípulos más cercanos son los que sí quisieron escuchar. Es que no se refiere Jesús a los oídos como simples sentidos naturales, sino a la intención de querer conocer el fondo, el verdadero mensaje de salvación implícito en las parábolas. Estas quieren suscitar curiosidad, ampliar los sentidos del alma. Tal vez Jesús quiso siempre que sus seguidores le preguntasen qué quería decir con esas comparaciones que Él hacía acerca del Reino de los Cielos, pero no lo hicieron: he ahí la sordera. Afortunadamente los más cercanos, los apóstoles son los que sí se preguntan por el significado oculto de las parábolas de Jesús. Y ya a solas le preguntaban qué quiso en realidad decir con ellas. Y según la misma enseñanza ulterior Jesús explica que hay por lo menos cuatro maneras de creer o de tener fe. Cuatro estilos, cuatro disposiciones del alma con respecto a la palabra. Pero esa es otra historia que será contada en otra ocasión.


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Palabra de Dios ¿Qué tenemos que hacer nosotros? Evangelio según san Lucas 3, 10-18 En aquel tiempo, la gente le preguntaba a Juan el Bautista: “¿Qué debemos hacer?” El contestó: “Quien tenga dos túnicas, que de una al que no tiene ninguna, y quien tenga comida, que haga los mismo”. También acudían a él los publicanos para que los bautizara, y le preguntaban: “Maestro, ¿qué tenemos que hacer nosotros?” Él les decía: “No cobren más de lo establecido”. Unos soldados le preguntaron: “Y nosotros, ¿qué tenemos que hacer?” Él les dijo: “No extorsionen a nadie, ni denuncien a nadie falsamente, sino conténtense con su salario.” Como el pueblo estaba en expectación y todos pensaban que quizá Juan era el Mesías, Juan los sacó de dudas, diciéndoles: “Es cierto que yo bautizo con agua, pero ya viene otro más poderoso que yo, a quien no merezco desatarle las correas de sus sandalias. Él los bautizará con el Espíritu Santo y con fuego. Él tiene el bieldo en la mano para separar el trigo de la paja; guardará el trigo en su granero y quemará la paja en un fuego que no se extingue”. Con estas y otras muchas exhortaciones anunciaba al pueblo la buena nueva. Palabra del Señor. Gloria a ti Señor Jesús.

“¿Qué debemos hacer?” El contexto de este tercer domingo de adviento está envuelto en un clima de expectante alegría porque algo inminente e inaudito ocurrirá. En efecto, El profeta Sofonías dice “regocíjate, hija de Sión” Y san Pablo ¡estad siempre alegres en el Señor!. Dios va a intervenir en la historia para realizar su proyecto de vida y de salvación. No es una alegría vana o superficial. La verdadera alegría es amar y esperar a Jesús. Este domingo el personaje central de la liturgia es Juan Bautista. El domingo anterior nos acercamos a un esbozo del precursor, pero ahora reflexionamos sobre su misión. De forma simple describe su misión: “Yo soy la voz que grita en el desierto”. No busca el protagonismo, sino que su grandeza consiste en estar en función de Cristo. No se reserva nada para sí mismo, sino que su misión es preparar los caminos del Señor. El adviento nos permite tomar conciencia que vivimos en una sociedad del consumismo y se necesita un cambio radical para salir de esta crisis de la violencia, del temor y de la inseguridad. Los cristianos, como Juan Bautista, estamos llamados a ser colaboradores del Jesús que está presente en la historia y es el verdadero Mesías. Juan nos propone entrar en una dinámica nueva que nos permita transformar esta situación de injustica y de pobreza. La parte central es la urgencia de la ética para poder transformar las costumbres y los vicios que padecemos. Se acercan y le preguntan ¿qué tenemos que hacer? La conversión es un cambio de conducta más que un cambio de ideas; es la transformación de una situación vieja en una situación nueva. Convertirse es actuar de manera evangélica. Juan propone estas exigencias: 1.- Creer en el proyecto de Jesús. Jesucristo, fuente de felicidad plena e inenarrable. Porque solamente Jesucristo derrama dentro de nosotros el Espíritu Santo, el cual nos introduce ya en esperanza dentro de la alegría del Cielo. 2.- Generosidad. El creyente expresa su fe en la generosidad que lo alienta a compartir sus dones con los que no tienen. 3.- Austeridad. Es una actitud de pobreza interior que renuncia a cualquier extorsión o envidia. Es construir un tejido social más humano y digno de hijos de Dios Adviento, tiempo de crecer en la fe y en el amor. Por P. Pedro S.S.

Cuando la Iglesia celebra, celebra al amor, en amor Ramiro Hernández Herrera Escríbenos: ecos_seminarioslp@hotmail.com Sé nuestro amigo en Facebook: Seminario Guadalupano Josefino

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uando la Iglesia celebra, no sólo hace un despliegue de ritos y esfuerzos humanos que parecen sin sentido y que muchos podrían considerarlo desligado de los tiempos actuales. Cuando la Iglesia celebra, tampoco lo hace como anclada en un brillante pasado lleno de pompa, amplios ropajes y fastuosas decoraciones. Cuando la Iglesia celebra no lo hace con olor a nostalgia por el pasado, ni por la necesidad de perpetuarse como una institución inamovible que no se ha dado cuenta de que el hombre y sus valores, así como sus intereses, han cambiado. Cuando la Iglesia celebra, lo hace con la firme convicción de que sabe quien es y está llamada a ser, es decir de dónde ha venido, la “costilla” de donde ha procedido y su lugar en el mundo y en la historia del hombre con que fue proyectada desde antiguo. Celebrar es para la Iglesia la afirmación de que su propio ser ha sido destinado para hacer probar a los hombres ya desde aquí y ahora (hic et nunc), así como a la creación entera, las delicias del Amor; es decir, las delicias de la Gloria de Dios. Celebrar para la Iglesia, es despertar la memoria adormecida de los hombres y de la creación entera y recordarles aquello que están llamados a ser en virtud de su origen creatural, en virtud de ser creación de las manos de Dios. El hombre ha perdido esta noción, sin embargo, la creación toda tiende a esta connotación litúrgica: la de alabar a Dios, cantar las maravillas de su poder y admirarse de la genialidad de la hermosura del ser divino que ha impregnado de su Santo Espíritu todo lo que existe, pues todo fue hecho bueno (Cfr. G 1, 1-24). Celebrar es para la Iglesia la razón más clara de lo que está llamada a vivir, pues toda acción pastoral desligada de la celebración litúrgica sería sólo promoción humana, mera articulación de despliegues humanos en búsqueda de reconocimiento, simple beneficencia, irrisión, una burla. La celebración del misterio del Dios humanado que viene a nuestro encuentro no segrega a los hombre, ni mucho menos a la creación, puesto que la glorificación de Dios es el acontecimiento decisivo que anhelante se espera con dolores de parto, hasta que el banquete definitivo se manifieste y cada cual tome el asiento reservado. La celebración litúrgica de los misterios es el reconocimiento de la belleza divina que está llamada a ser develada y exaltada, pues el culto es expresión del Misterio escondido desde la creación del mundo, el lugar desde donde todo se ordena, se encuentra a sí mismo y recobra su sentido (Cfr. 2Co 3, 18). En la celebración del Misterio, reconocemos que un día seremos transformados en imagen de Cristo, desde donde brotó la esposa que espera con ansia las bodas eternas. Por ello, la Iglesia celebra en comunión con el cosmos, porque el culto es una promesa de vida, signo de comunión y unidad, cumplimiento de los designios y anticipo del perdón que Dios concede a los hombres, prenda de la inmortalidad y seguro del puesto en la mesa que reservado está desde antiguo para celebrar el banquete del Amor eterno. Cuando la Iglesia celebra, celebra al Amor, celebra el amor.


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Fascinar desde… EL GRUPO JUVENIL Proceso de revitalización. Pastoral Juvenil Potosina DIPAJ Juan Julián Bueno Godoy omni-propano@hotmail.com

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a fascinación en Cristo comprende una formación integral. Civilización del Amor, tarea y esperanza, explica que se desarrolla en 5 dimensiones diferentes y que debe abarcar a todo el joven, ayudándolo a integrar su persona en una unidad que facilite la realización de su proyecto de vida. Estas 5 dimensiones se presentan como: Relación del joven consigo mismo. Es la búsqueda constante de una respuesta, existencial, a la pregunta “¿quién soy yo?”. Es el esfuerzo de hacerse cargo libre y responsablemente de sí mismo para ser capaz de entregarse por los demás. Aquí, se cae en cuenta de las aptitudes y cualidades, de sentimientos e intereses en relación a los demás; se comienza un proceso de conversión y de descubrimiento de su dignidad personal. Relación con el grupo. Corresponde a la dimensión social y al proceso para ser capaz de integrarse en una comunidad donde vivir. Esta relación ayuda a crecer ejercitando la autocrítica como medio de superación personal y a colaborar en el crecimiento de los demás. Construye relaciones de amistad y fraternidad, que valoran la experiencia comunitaria como una constante en la vida. El joven renuncia a los intereses personales para asumir los de la comunidad. Relación con la sociedad. Esta dimensión formará al joven para ser capaz de proyectarse en su comunidad. El grupo es el punto de partida para abrirse a relaciones más amplias y complejas que se dan más allá del mismo; descubriendo las organizaciones sociales como espacios posibles de compromiso trasformador. Implica ir desde una conciencia ingenua, hacia una conciencia crítica de la problemática social, para luchar por estructuras más humanas y la construcción de la Civilización del Amor. Relación con Dios Liberador. Es la progresiva experiencia de la fe y de la presencia de Dios actuando en la vida, experiencia de la vocación de ser hijo y hermano, del descubrimiento de Jesús y la opción por seguirlo, del discernimiento de la acción del Espíritu en los signos de los tiempos de la historia personal, grupal, eclesial y social y del compromiso radical de vivir los valores del Evangelio. Esta dimensión está presente y es la base de las otras cuatro, la persona de Jesús y su propuesta liberadora son el centro del proceso formativo de la Pastoral Juvenil. Relación con la Iglesia. Proceso de inserción del joven en la Iglesia. Se requiere descubrir que la fe no se vive en solitario, que en la pequeña comunidad es donde Cristo acontece y se hace posible el Reino que anuncia. Dentro del proceso se asumen contradicciones y conflictos que se dan al interior de los diferentes niveles de la comunidad eclesial. La meta es que el joven descubra su lugar en la Iglesia y desarrollar conciencia, sentido de pertenencia y responsabilidad al reconocerse como miembro activo del pueblo de Dios, con una misión y vocación propia.

...Lo de Dios a Dios

La III Conferencia General del Episcopado Latinoamericano Por David Grimaldo

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os obispos de América Latina y del Caribe se reunieron en 1979 en la ciudad de Puebla, aquí en México, para estudiar la manera de evangelizar a los hombres y mujeres de nuestra Iglesia Latinoamericana. Esta tercera conferencia de nuestros obispos tuvo como lema: El presente y el futuro de la evangelización en América Latina. Con motivo de esta conferencia vino el Papa Juan Pablo II por primera vez a nuestra Patria. Dicha visita impactó tanto al Santo Padre y a los mexicanos que su persona y su mensaje se quedó entre nosotros. Al Papa le gustó mucho el lema de la conferencia que más tarde convocó a toda la Iglesia a una Nueva Evangelización, nueva en su ardor, en sus métodos y en su expresión. Esta Nueva Evangelización fue asumida en la IV Conferencia del Episcopado Latinoamericano. El libro que brotó de este encuentro se le llama comúnmente Documento de Puebla (DP). Los obispos se echaron a cuestas dos opciones para vivir la evangelización en cada Diócesis: La opción preferencial por los pobres y la opción por los jóvenes. En la cuarta parte del documento que se titula: Iglesia misionera al servicio de la evangelización en América Latina, en el número 1132 se lee: “Los pobres y los jóvenes, constituyen, pues, la riqueza y la esperanza de la Iglesia en América Latina y su evangelización es, por tanto, prioritaria”. De manera que respondiendo a la atención a los pobres, bajo las directrices de su Doctrina Social, los obispos en Puebla dan una visión más orgánica de la Doctrina Social. Insisten en su fundamento religioso, pues es parte integrante del seguimiento de Jesucristo (n. 476). El centro de su preocupación es la dignidad del hombre (n. 473) con vistas a su promoción y liberación (n. 475), partiendo de la visión cristiana del hombre y de la humanidad (539). Este aporte se concreta en un conjunto de orientaciones doctrinales y criterios de acción (n. 472) que, por la naturaleza de la acción social y política a la que se dirige, tiene que tener elementos permanentes y variables (n. 472). De ahí la constante profundización de aquello que no cambia y la actualización de aquello que es mudable (n. 1227). Lo que debe ser iluminado con la Doctrina es el quehacer social y político de los cristianos, clarificando los compromisos políticos (n. 525), ayudando a discernir las ideologías (n. 538), analizando sistemas y situaciones (n. 511). No puede faltar en la educación católica (n. 1033) ni en la catequesis (n. 1008). Veamos dos números de este documento que nos orientan en el ejercicio de la caridad iluminados por la Doctrina Social de la Iglesia. “El laico encuentra en la enseñanza social de la Iglesia los criterios adecuados, a la luz de la visión cristiana

del hombre. Por su parte, la jerarquía le otorgará su solidaridad, favoreciendo su formación y su vida espiritual y estimulando en su creatividad para que busque opciones cada vez más conformes con el bien común y las necesidades de los más débiles. Los pastores, por el contrario, puesto que deben preocuparse por la unidad, se despojarán de toda ideología político-partidista que pueda condicionar sus criterios y actitudes. Tendrán, así, libertad para evangelizar lo político con Cristo, desde un Evangelio sin partidismo ni ideologizaciones. El Evangelio de Cristo no habría tenido tanto impacto en la historia, si Él no lo hubiese proclamado como un mensaje religioso. Los Evangelios muestran claramente cómo para Jesús era una tentación lo que alterara su misión de servidor de Yahvé. No acepta la posición de quienes mezclan las cosas de Dios con actitudes meramente políticas” (nn. 525-526). Es importante que los pastores se despojen de toda ideología político-partidista, para poder ejercer con mayor libertad su misión profética, además por ser instrumentos de unidad en medio del Pueblo de Dios. Ninguna ideología partidista puede hacer callar su espíritu de denuncia cuando así se requiera. Porque boca ocupada, boca perdida. Lo de Dios a Dios y lo del César al César. Este ejercicio de la misión no fue fácil, hubo numerosos obstáculos y problemas. Este tema lo veremos la próxima semana. ¡Que empiecen con mucha alegría y colaciones las posaditas! ¡ Eeeen nombre del cieeelo, hoooy pido posaaada….!


DICIEMBRE 16 DE 2012

Significado del Adviento:

Al celebrar la Iglesia el Adviento, te invita a meditar en la venida del Señor. Amiguitos, los invito a que cada domingo ilumines la velita de la corona. La primer vela de la Corona de Adviento, color morada, signo de vigilancia y deseos de conversión. La segunda vela morada de la Corona de Adviento, como signo del proceso de conversión que estamos viviendo. Encendemos como signo de espera gozosa, La tercer vela, color rosa, de la Corona de Adviento. con el firme propósito de aceptar a Jesús en los corazones, las familias y las comunidades. Encendemos la cuarta vela color morada, de la Corona de Adviento.


Fechas para iniciar el curso para catequistas de Catequesis Especial 2013 Todos los cursos se realizarán en el Salón de Actos de la Acción Católica (Madero esquina con independencia) de 10:00 a 14:00 hrs. Llevar lonche y cuota de recuperación por sesión $ 70.ºº (Incluye material de fotocopiado)

LA PASTORAL de VOCACIONAL DEL SEMINARIO te invita al

Encuentro Diocesano de Monaguillos Este 28 de diciembre de las 10:00 a.m. a 3:30 p.m. en el Seminario Mayor de San Luis Potosí. Llevar Túnica de Servicio Cooperación $10.00 (diez pesos) por persona Los grupos deben de ir acompañados por el coordinador o una persona adulta designada por el Párroco. Más informes en la oficina de Pastoral Vocacional. Tel. 01(444) 811.86.85

Av. Constituyentes Poniente # 49 local 3 (Paseo Constituyentes, carretera libre a Celaya)

PREVIA CITA

Col. El Pocito, Querétaro, Qro. Tel. (01 442) 216 99 23 y 196 80 94


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