Edición 209

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Benedicto XVI anunció su renuncia al pontificado

Año 5

No. 209

Semana del 17 al 23 de febrero de 2013

“Para gobernar la sede de Pedro y anunciar el Evangelio, es necesario también el vigor tanto del cuerpo como del espíritu, vigor que, en los últimos meses, ha disminuido en mi de tal forma que he de reconocer mi incapacidad para ejercer bien el ministerio que me fue encomendado” Joseph Aloisius Ratzinger…

Benedicto XVI 19 de abril de 2005 al 28 de febrero de 2013

Les doy las gracias de corazón por todo el amor y el trabajo con que han llevado junto a mí el peso de mi ministerio, y pido perdón por todos mis defectos. Después de haber examinado ante Dios reiteradamente mi conciencia, he llegado a la certeza de que, por la edad avanzada, ya no tengo fuerzas para ejercer adecuadamente el ministerio petrino. Soy muy consciente de que este ministerio, por su naturaleza espiritual, debe ser llevado a cabo no únicamente con obras y palabras, sino también y en no menor grado sufriendo y rezando. Sin embargo, en el mundo de hoy, sujeto a rápidas transformaciones y sacudido por cuestiones de gran relieve para la vida de la fe, para gobernar la barca de san Pedro y anunciar el Evangelio, es necesario también el vigor tanto del cuerpo como del espíritu, vigor que, en los últimos meses, ha disminuido en mí de tal forma que he de reconocer mi incapacidad para ejercer bien el ministerio que me fue encomendado. Por esto, siendo muy consciente de la seriedad de este acto, con plena libertad, declaro que renuncio al ministerio de Obispo de Roma, Sucesor de San Pedro, que me fue confiado por medio de los Cardenales el 19 de abril de 2005, de forma que, desde el 28 de febrero de 2013, a las 20:00 horas, la sede de Roma, la sede de San Pedro, quedará vacante y deberá ser convocado, por medio de quien tiene competencias, el cónclave para la elección del nuevo Sumo Pontífice.
 Queridísimos hermanos, les doy las gracias de corazón por todo el amor y el trabajo con que habían llevado junto a mí el peso de mi ministerio. Ahora, confiamos la Iglesia al cuidado de su Sumo Pastor, Nuestro Señor Jesucristo, y suplicamos a María, su Santa Madre, que asista con su materna bondad a los Padres Cardenales al elegir el nuevo Sumo Pontífice. Por lo que a mi respecta, también en el futuro, quisiera servir de todo corazón a la Santa Iglesia de Dios con una vida dedicada a la plegaria.
 Vaticano, 10 de febrero 2013
 BENEDICTUS PP. XVI

Propósitos para Cuaresma 2013 Lunes I semana de Cuaresma:

Martes I semana de Cuaresma:

Miércoles I semana de Cuaresma:

Cumpliré con mis responsabilidades con alegría y sin quejarme.

Haré un acto de caridad con alguien más sin que nadie se de cuenta.

Hablaré sólo cosas buenas y positivas de los demás.

Jueves I semana de Cuaresma:

Rezaré con toda mi familia antes de comer pidiendo por las familias que no están unidas.

Viernes I semana de Cuaresma:

Sábado I semana de Cuaresma:

II Domingo de Cuaresma:

Haré un sacrificio por amor a Jesús.

Rezaré un misterio del Rosario ofreciéndolo por los que están en pecado mortal.

Visitaré a Jesús durante 15 minutos en el sagrario.


FEBRERO 17 DE 2013

La Cuaresma camino hacia la pascua

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a Pascua es un acontecimiento nuevo cada año. El pasaje de la carta de san Pablo a los cristiano de Roma y también para nosotros, parece un eco a la profesión de fe del pueblo de Israel. Esta profesión no es una lista de “verdades a creer” o de “deberes que hay que cumplir”, sino una historia a recordar y por la que hay que dar gracias: “Mi padre Abraham fue un arameo que bajó a Egipto… el Señor nos sacó de Egipto y nos dio esta tierra”. San Pablo nos habla de una profesión de fe que tiene a Cristo como centro: “si tus labios profesan que Jesús es el Señor y tu corazón cree que Dios lo resucitó de entre los muertos, te salvarás”. San Pablo valora dos cosas: los labios que profesan y el corazón que cree. Nuestro camino hacia la Pascua no es fácil. Tampoco lo fue para el pueblo de Israel, que tuvo que caminar durante cuarenta años por el desierto. Moisés pasó cuarenta días en el monte Sinaí, antes que pudiera recibir la palabra de Dios, en las Tablas Sagradas de la Alianza. Cristo también experimentó la dureza del desierto durante cuarenta días, antes de emprender su misión y fue tentado por el demonio. Nosotros como comunidad eclesial sabemos y vivimos nuestros obstáculos internos y externos en nuestro camino hacia la Pascua definitiva. Los textos que leemos este primer domingo de cuaresma nos dicen cuál debe ser nuestra actitud en esta cuaresma: nuestra oración humilde a Dios para que nos apoye en nuestra debilidad; ésta es la plegaria que hoy le dirigimos a Dios: “avanzar en la inteligencia del misterio de Cristo y vivirlo en plenitud”. Los israelitas recitaban con frecuencia y con gratitud su profesión de fe. Reconocían lo que Dios había hecho por ellos y su acompañamiento en su camino hacia la libertad. Nosotros, los cristianos, como nos dice san Pablo, también profesamos nuestra fe en Dios y nuestra confianza en su providencia. Nuestro credo es “Jesús es el Señor”. No podemos recorrer un camino tan difícil sin tener en cuenta a Dios y sin confiar plenamente en su presencia y caminemos en esta cuaresma, con la certeza de que “todo el que invoca el nombre del Señor se salvará”. Vivimos en una continua lucha entre el bien y el mal. El mal existe dentro y fuera de nosotros. Con la ayuda de Dios y el ejemplo estimulante de Jesús podemos y debemos vencerlo.

Fundado por el Arz. Emérito Don Luis Morales Reyes

La RED no necesariamente apoya la publicidad de nuestros anunciantes.

La oración en la primera comunidad cristiana Por Pacco Magaña

Queridos hermanos y hermanas:

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oy quiero reflexionar sobre el último episodio de la vida de san Pedro na-rrado en los Hechos de los Apóstoles: su encarcelamiento por orden de Herodes Agripa y su liberación por la intervención prodigiosa del ángel del Señor, en la víspera de su proceso en Jerusalén (cf. Hch 12, 1-17). El relato está marcado, una vez más, por la oración de la Iglesia. De hecho, san Lucas escribe: “Mientras Pedro estaba en la cárcel bien custodiado, la Iglesia oraba insistentemente a Dios por él” (Hch 12, 5). Y, después de salir milagrosamente de la cárcel, con ocasión de su visita a la casa de María, la madre de Juan llamado Marcos, se afirma que “había muchos reunidos en oración” (Hch 12, 12). Entre estas dos importantes anotaciones que explican la actitud de la comunidad cristiana frente al peligro y a la persecución, se narra la detención y la liberación de Pedro, que comprende toda la noche. La fuerza de la oración incesante de la Iglesia se eleva a Dios y el Señor escucha y realiza una liberación inimaginable e inesperada, enviando a su ángel. El relato alude a los grandes elementos de la

(Primera parte de tres)

liberación de Israel de la esclavitud de Egipto, la Pascua judía. Como sucedió en aquel acontecimiento fundamental, también aquí realiza la acción principal el ángel del Señor que libera a Pedro. Y las acciones mismas del Apóstol —al que se le pide que se levante de prisa, que se ponga el cinturón y que se envuelva en el manto— reproducen las del pueblo elegido en la noche de la li-beración por intervención de Dios, cuando fue invitado a comer deprisa el cordero con la cintura ceñida, las sandalias en los pies y un bastón en la mano, listo para salir del país (cf. Ex 12, 11). Así Pedro puede exclamar: “Ahora sé realmente que el Señor ha enviado a su ángel para librarme de las manos de Herodes” (Hch 12, 11). Pero el ángel no sólo recuerda al de la liberación de Israel de Egipto, sino también al de la Resurrección de Cristo. De hecho, los Hechos de los Apóstoles narran: “De repente se presentó el ángel del Señor y se iluminó la celda. Tocando a Pedro en el costado, lo despertó” (Hch 12, 7). La luz que llena la celda de la prisión, la acción misma de despertar al Apóstol, remiten a la luz liberadora de la Pascua del Señor que vence las tinieblas de la noche y del mal. Por último, la invitación: “Envuélvete en el manto y sígueme” (Hch 12, 8), hace resonar en el corazón las palabras de la llamada inicial de Jesús (cf. Mc 1, 17), repetida después de la Resurrección junto al lago de Tiberíades, donde el Señor dice dos veces a Pedro: “Sígueme” (Jn 21, 19.22). Es una invitación apremiante al seguimiento: sólo saliendo de sí mismos para ponerse en camino con el Señor y hacer su voluntad, se vive la verdadera libertad.


Concilio Vaticano II

La guerra y la paz Por P. Juan José Torres Galván

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a humanidad no logrará construir un mundo más humano si no volvemos todos con ánimo renovado a una paz verdadera. El mundo entero y el Evangelio se encuentran cuando éste llama “hijos de Dios” a los que trabajan por la paz. La paz es fruto de la justicia, cada vez más perfecta. Por eso, la paz es algo que se construye día a día. La paz brota también como fruto del amor fraterno, que nos lleva más allá de la justicia. El Concilio alaba a quienes defienden sus derechos sin recurrir a la violencia. El camino de la no violencia es una alternativa cristiana y humana ante un mundo con tantas desigualdades e injusticias. Las guerras han acarreado a la humanidad grandes daños materiales y morales. El terrorismo se debe considerar como una nueva forma de guerra. No hay obligación de obedecer órdenes que llevan al exterminio de una raza, nación o etnia. A pesar del estilo dialogante y conciliador del Concilio, se expresa una firme condena de estos actos, calificándolos como “crímenes horrendos”. A los que están obligados a prestar un servicio militar, en países que están en guerra, y rechazan en conciencia participar directamente en acciones bélicas, es importante que las leyes les permitan servir de otra manera a la comunidad. Sin embargo, aún considerando los males que traen las guerras, persiste el derecho de legítima defensa de los pueblos, cuando se han agotado los medios pacíficos. El horror y la maldad de la guerra crece por el incremento de armas científicas que llevan a represa-lias desproporcionadas. El Concilio condena firmemente toda acción bélica que pretenda destruir ciudades enteras o regiones con todos sus habitantes. Esto es considerado como un pecado contra Dios y contra la humanidad. La carrera armamentista de los países no es el camino para asegurar la paz, sino más bien una amenaza que se agrava poco a poco. Es una plaga grave de la humanidad y un gran perjuicio para los pobres, pues los países que entran a esta carrera gastan cantidades exorbitantes, privándose de financiar programas sociales, educativos y de salud en beneficio de los más desprotegidos. Dios nos llama a liberarnos de la esclavitud de la guerra, pues este camino nos lleva únicamente a la destrucción. Es necesario instituir una autoridad universal que garantice la seguridad, la justicia y el respeto de los derechos. La paz debe nacer de la mutua con-fianza entre los pueblos. Para esto es indispensable poner en práctica estos dos medios: poner un tope al armamentismo y promover el desarme mutuo en igualdad de condiciones y con las mismas garantías. Es importante la actitud mental de cada persona, tarea especial de los padres de familia, los educadores y quienes forman opinión pública. Es urgente reeducarnos y sensibilizarnos a favor de la paz, procurando eliminar las enemistades y los odios con pactos pacíficos, firmes y leales entre las personas y entre los pueblos. Referencia de lectura: Gaudium et Spes 77-82

FEBRERO 17 DE 2013

¡No tengan miedo!

Renovemos nuestra fe viviendo intensamente el camino cuaresmal que nos conduce a la Pascua

Querida Iglesia Potosina: El miércoles pasado hemos iniciado ya nuestro itinerario cuaresmal que nos conduce a celebrar la fiesta más importante para todos nosotros los católicos: la celebración de la Pascua. Este camino cuaresmal, en el Año de la Fe, ha de estar permeado del sentido vivificador de vivir, de conocer, de estudiar, y celebrar nuestra fe cristiana desde la caridad. “Creer en la caridad suscita caridad «Hemos conocido el amor que Dios nos tiene y hemos creído en Él» (1 Jn 4,16) Se trata de recorrer con gozo un itinerario marcado por la vivencia de caridad, virtud característica de todo cristiano. Una invitación a reconciliarnos con Padre Dios y con los hermanos Nos dice el apóstol san Pablo en su carta a los Efesios: «Esto es lo que les digo y aseguro en el Señor: que no anden ya, como es el caso de los gentiles, en la vaciedad de sus ideas, con la razón a oscuras y alejados de la vida de Dios; por la ignorancia y la dureza de su corazón. Pues perdida toda sensibilidad, se han entregado al libertinaje, y practican sin medida toda clase de impureza. Ustedes, en cambio, no es así como han aprendido a Cristo, si es que lo han oído a él y han sido adoctrinados en Él, conforme a la verdad que hay en Jesús. Despójense del hombre viejo y de su anterior modo de vida, corrompido por sus apetencias seductoras; renuévense en la mente y en el espíritu y revístanse de la nueva condición humana creada a imagen de Dios: justicia y santidad verdaderas. Por lo tanto déjense de mentiras, hable cada uno con verdad a su prójimo, que somos miembros unos de otros. Si se indignan, no lleguen a pecar; que el sol no se ponga sobre su ira. No den ocasión al diablo» (Ef 4, 17-27). Por eso queridos hermanos, aprovechemos este magnífico tiempo que nos propicia la interioridad para recuperar la paz interior, reconciliándonos con Padre Dios y con nuestros hermanos. Como dice san Pablo, no dejemos que caiga la noche sin que vayamos al hermano que hemos ofendido y podamos recibir de él el abrazo de la reconciliación. El Santo Padre nos recuerda que el cristiano es una persona conquistada por el amor de Cristo y mo-vido por este amor -«caritas Christi urget nos» (2 Co 5,14)-, está abierto de modo profundo y concreto al amor al prójimo (cf. ib., 33). Esta actitud nace ante todo de la conciencia de que el Señor nos ama, nos perdona, incluso nos sirve, se in-clina a lavar los pies de los apóstoles y se entrega a sí mismo en la cruz para atraer a la humanidad al amor de Dios. Conversión y fe En la imposición de la ceniza se nos recuerda: «Convertíos y creed en el Evangelio». Como nos dice el Papa: «El Año de la fe es una invitación a una auténtica y renovada conversión al Señor, único Salvador del mundo. Dios, en el misterio de su muerte y resurrección, ha revelado en plenitud el Amor que salva y llama a los hombres a la conversión de vida…» (PF 6). Por lo tanto el cristiano ha de fundamentar su existencia en los Mandamientos de Dios y en el espíritu de las Bienaventuranzas, dejando que la fe ilumine la inteligencia, denuncie el pecado y enseñe a mirar al mundo y al hombre desde Dios.

Por eso es imprescindible celebrar con gozo la Palabra de Dios, confesando y testimoniando nuestra fe. La fe nos mueve a vivir la caridad En su mensaje para la cuaresma de este año, el Santo Padre nos dice que: La fe es conocer la verdad y adherirse a ella (cf. 1Tm 2,4); la caridad es «caminar» en la verdad (cf. Ef 4,15). Con la fe se entra en la amistad con el Señor; con la caridad se vive y se cultiva esta amistad (cf. Jn 15,14s). La fe nos hace acoger el mandamiento del Señor y Maestro; la caridad nos da la dicha de ponerlo en práctica (cf. Jn 13,13-17). En la fe somos engendrados como hijos de Dios (cf. Jn 1,12s); la caridad nos hace perseverar concretamente en este vínculo divino y dar el fruto del Espíritu Santo (cf. Ga 5,22). La fe nos lleva a reconocer los dones que el Dios bueno y generoso nos encomienda; la caridad hace que fructifiquen (cf. Mt 25,14-30). Nos dice también el Santo Padre que <<la mayor obra de caridad es la evangelización, es decir, el «servicio de la Palabra». Ninguna acción es más benéfica y, por tanto, caritativa hacia el prójimo que partir el pan de la Palabra de Dios, hacerle partícipe de la Buena Nueva del Evangelio, introducirlo en la relación con Dios: la evangelización es la promoción más alta e integral de la persona humana. En definitiva, todo parte del amor y tiende al amor. Conocemos el amor gratuito de Dios mediante el anuncio del Evangelio. Si lo acogemos con fe, recibimos el primer contacto -indispensable- con lo divino, capaz de hacernos «enamorar del Amor», para después vivir y crecer en este Amor y comunicarlo con alegría a los demás. Actitudes concretas para vivir la cuaresma Ante todo es importante tener una actitud cohe-rente ante la mirada de Dios. La Cuaresma nos ofrece la oportunidad de un examen sobre nuestras relaciones con Dios, con los demás y con nosotros mismos, y nos invita a la oración, al ejercicio de la limosna y al ayuno. Una fe sin obras es como un árbol sin frutos: estas dos virtudes se necesitan recíprocamente. La cuaresma nos invita precisamente a alimentar la fe a través de una escucha más atenta y prolongada de la Palabra de Dios y la participación en los sa-cramentos y, al mismo tiempo, a crecer en la caridad, en el amor a Dios y al prójimo. Es tiempo de dirigir nuestra mirada a los demás en las distintas situaciones en que se encuentran: cuántos hermanos nuestros pasan hoy hambre y sufren la desesperación de no encontrar un empleo digno y estable; cuántos niños, adolescentes y jóvenes sufren el dolor de no ser protegidos, amados y escuchados; cuántos adultos mayores han sido abandonados a la soledad y el olvido… Hagamos que este itinerario cuaresmal sea diferente, hagamos que, en este año de la fe, la caridad sea nuestro distintivo ante una sociedad que nos demanda paz, seguridad, amor y reconciliación. ¡El Señor les bendiga! + Mons. Jesús Carlos Cabrero Romero Arzobispo de San Luis Potosí


Nuestra historia

San Basilio y el monacato Por Pbro. Lic. Rubén Pérez Ortíz

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an Basilio nació alre-dedor del año 329 en el seno de una familia profundamente cristiana: su abuelo fue mártir; y también han sido reconocidos como santos su abuela paterna, Macrina; su madre, Emelia; su padre, Bailio; su hermana Macrina; y sus hermanos Gregorio, obispo de Nisa, y Pedro, Obispo de Sebaste; tuvo además otro hermano, Naucracio, que se inició en la vida monástica, pero tuvo que abandonarla por falta de salud, se hizo jurista, y murió muy joven. Basilio recibió desde su infancia una educación profundamente bíblica, que le fue impartida por su madre y por su abuela; sin embargo no fue bautizado de niño, sino, a los veintinueve años, cuando había concluido ya su formación humana, primero al lado de su padre en Cesarea y después en las prestigiosas aulas de Constantinopla y de Atenas; aquí se encontró con Gregorio Nacianceno, con quien trabó una amistad inquebrantable. Al retornar a su ciudad natal, le fue ofrecida la cátedra de retórica, pero rechazó la oferta porque ya había decidido hacerse monje. En su conversión a la vida monástica influyeron de un modo decisivo su madre y su hermana Macrina, que, juntamente con otras jóvenes, ya se había retirado a la propiedad familiar de Annisia, en las orillas del río Iris, para conducir allí la vida monástica. Antes de establecerse en la misma propiedad familiar, en la otra orilla del río, Basilio emprendió un largo viaje para informarse personalmente de las diferentes formas de vida monástica de Egipto, Palestina, Siria y Asia Menor. Después de un año de peregrinación por los lugres prototípicos del monacato de entonces, también él abrazó de la vida monástica. Muy pronto afluyeron en torno a él jóvenes discípulos, entre ellos estaba también su gran amigo Gregorio Nacianceno. En el año 364, el nuevo obispo de Cesarea de Capadocia, Eusebio, lo ordenó de presbítero, y lo tomó como su consejero habitual; su presencia en la ciudad fue muy beneficiosa para la defensa de la fe católica contra los arrianos. Al morir el obispo Eusebio (370), Basilio fue elegido para sucederle en la silla episcopal. Después de nueve años de una intensa actividad pastoral, murió en el año 379. San Basilio reflexionó mucho sobre las relaciones fraternas como distintivo de la espiritualidad cristiana en general; el amor a Dios exige el amor al prójimo; y por el amor al prójimo se llega al amor de Dios. San Basilio, con su sensibilidad griega, ve en estas exigencias naturales; el hombre es un animal social, y por tanto no hay nada tan propio en la naturaleza humana como el asociarse, tener necesidad de los demás porque nadie puede bastarse así mismo, y es preciso amar a aquellos con quienes se comparte un mismo ideal humano y evangélico, porque la caridad cristiana no busca el propio interés, sino el de los demás. De estos principios saca san Basilio su ideal monástico, el cual en modo alguno puede ser el de los solitarios; la comunidad se le presenta como la expresión de la comunión eclesial y como puesta en común de los carismas personales recibidos de Dios. Es posible que el anacoreta o solitario tenga alguno o muchos carismas; pero quien vive en comunidad goza no solo de sus propios carismas, sino también de los carismas de los demás. La comunidad fraterna basiliana no es nada más que la expresión connatural de la comunidad cristiana llevada a sus últimas consecuencias; y, llegado a este punto, san Basilio se plateó el problema de las relaciones concretas que habían de existir entre sus monasterios y la comunidad eclesial; y resolvió este problema aproximando sus fraternidades a la ciudad episcopal, dándoles el contenido de la educación de la niñez y juventud, y de la asistencia a los peregrinos y a los enfermos. De este modo, en contraposición al monacato del desierto, tanto anacorético como cenobítico, el monacato basiliano se abría a la gran Comunidad eclesial y al servicio de la misma sociedad.

Hay que convertirnos, pero no en cenizas

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Por Pbro. Lic. Salvador González Vásquez

a naturaleza y el mundo entero son un paraíso que hay que contemplar, pero también trasformar. El mundo esta lleno de materias primas que se nos han dado para habilitarlas y convertirlas en medios que ayuden al hombre a vivir. El pensar del hombre es creativo y busca siempre la mejor manera de aprovechar los recursos naturales. Pero la humanidad, a pesar de ser creativa, también tiene su aspecto destructor. Hay momentos en que el hombre olvida el cuidado de si y de su entorno y lejos de aprovechar, desperdicia lo bueno que le ha sido dado. La naturaleza esta sujeta a cambios y procesos de conversión. El hombre convierte las materias primas en recursos que le puedan beneficiar. La vida humana también esta sujeta a cambio, y por tanto necesita conversión. Sería importante hacernos esta pregunta ¿En qué hemos convertido nuestra vida? Nuestro mundo se ha vuelto desechable, todo se usa y también se desecha; y por desgracia lo mismo hacemos con la vida del hombre, lo usamos y terminamos desechándolo. La vida humana que ha sido hecha por Dios, es desechada por el hombre; lo que hace Dios, el hombre lo deshace a causa del pecado. La humanidad destruida por el mismo hombre, termina convertida en cenizas. Cuando el hombre acaba con su vida la reduce a cenizas. Y éstas no son reciclables. ¿En qué podemos trasformar nuestras cenizas? Si se nos ha arrebatado la vida, ¿Quién la podrá trasformar? La cuaresma inicia con el día llamado: “miércoles de ceniza”. Porque es el tiempo de reconocer en lo qué hemos convertido nuestra vida y la de los demás, es decir, en un puño de cenizas. El hombre es un ser contradictorio, Pascal lo definió como: “La caña pensante”, es frágil y quebradizo como una caña, pero elevado y noble por su espíritu. La humanidad por ser frágil tiende a desmoronarse, y por eso tiene que reconocer que es polvo. Pero el espíritu adquiere consistencia gracias al poder de Dios. Nuestra debilidad solo se fortalece ayudada con la gracia di-vina. Y por eso la cuaresma es tiempo de conversión, es el momento de convertir nuestras cenizas en una vida orientada hacia Dios. Si nada podemos hacer con las cenizas por ser residuo humano, a partir de las mismas, Dios puede recrear a un hombre nuevo, y ayudarnos a vivir de manera diferente. Donde el hombre destruye, Dios reconstruye. Y más allá de la muerte que es obra del hombre, vendrá la vida que será siempre la obra de Dios.


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La verdad escondida acerca del Diezmo Preguntas y respuestas

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Por P. Kino

n estos meses de febrero y marzo, el obispo y el sacerdote nos esmeramos en concientizar a los católicos a que sean gene-rosos en su ayuda, para las necesidades materiales de la Iglesia. ¿Qué es el diezmo? Aunque la palabra diezmo significa “decima parte”, sin embargo al otorgarlo a la Iglesia no es ese diez por ciento. Ya desde el antiguo testamento tenía la costumbre de que la gente aportaba recursos para Dios a través de sus ministros (Gn 14; Gn 28; Nm 28,21). ¿Solo en la Iglesia católica se aporta el diezmo? No. Prácticamente todos los grupos religiosos piden a sus fieles aportaciones para el sostenimiento de su grupo religioso, pues no olvidemos que la Iglesia y estos grupos también necesitan solidez económica para sus actividades de evangelización. ¿Para qué se utiliza? Esto para muchos puede ser un misterio, sin embargo de aquí se aporta para el sostenimiento de los futuros sacerdotes, para subsidiar las labores pastorales de la Iglesia, para dar formación a sacerdotes en México o en el extranjero, para asumir la caridad cristiana a través de las dimensiones (antes secretarías), para ayudar a sacerdotes ancianos o enfermos. ¿Los sacerdotes, religiosas (os) y Obispos también aportan diezmo? Tenemos que hacerlo también en conciencia, pues es una manera de hacernos solidarios con el pueblo. Jesús no era necesario que se presentara al templo, y se presentó. No era necesario que se bautizara y se bautizó; la virgen María no era necesario que se fuera a purificar y fue a cumplir con esa ley… tal vez nosotros los sacerdotes podemos decir que no es necesario porque entregamos nuestra vida, o que de alguna manera nosotros en ocasiones nos beneficiamos del diezmo, sin embargo considero que en conciencia, también tenemos que aportar de lo que los feligreses nos ofrecen. ¿Cuánto hay que dar? En realidad no es el diez por ciento cada mes como piensan algunos despistados. El criterio es el siguiente. Si al trabajar recibes el salario mínimo o menos del mínimo, da lo que puedas. Si ganas hasta cinco salarios mínimos, se te invita a que dones cada año un día de salario. Si recibes más de cinco salarios mínimos, se invita a que dones el uno por ciento de lo que recibes anualmente. Así que no te dejes engañar, pensando que es el diez por ciento cada mes, en realidad es compartir un poquito de lo mucho que te da Dios. ¿Dónde puedo entregar el diezmo? Puedes hacerlo de preferencia en tu parroquia, ya que tu párroco hará llegar al Obispado el setenta por ciento del mismo, reteniendo el treinta por ciento, para beneficiar necesidades materiales, o de caridad dentro de la parroquia, que también es uno de los objetivos del diezmo. Gracias por tu ayuda, y que el niño Jesús, en su advocación del desagravio bendiga tu generosidad.

El verdadero amor y la verdadera amistad Por Pbro. Lic. Héctor Colunga colunga46561@hotmail.com

(Segunda parte)

Muy estimados lectores: Hace ocho días hice reflexiones sobre el verdadero amor, toca el turno a la verdadera amistad. Un día estaba hablando con mi papá sobre la amistad, y él me decía que sí existían los amigos, pero eran muy pocos y se contaban con los dedos de la mano; a mi corta edad se me hizo muy raro el comentario; sin embargo, al pasar el tiempo, me doy cuenta que tiene razón. Amigo le decimos al compañero de trabajo, de la escuela, al vecino, al lavacoches, al que despacha la gasolina, al que nos vende los refrescos o las papas en el estadio, al que está agregado al facebook; consideramos y creemos que todos son nuestros amigos, sin embargo, tomando el comentario de mi padre…amigos son pocos y se pueden contar con los dedos de la mano y yo añadiría, … y sobran dedos. Para Aristóteles, la amistad es fundada en la respuesta afectiva que los amigos le dan conjuntamente a un mismo valor: útil, deleitable u honesto. La verdadera amistad dura cuando está sostenida sobre la virtud. Esta amistad es perfecta, porque habla de un sentido de igualdad, es una comunidad de sentimientos y de vida. Hay personas que dicen que tienen muchos amigos porque su casa está llena cuando es una fiesta, o cuando le pagan en la quincena y se van a tomar la copa y él invita, pero cuando no hay fiestas o no tiene dinero o le va mal, esas personas no aparecen si no son tus verdaderos amigos, ya que éstos los tienes cuando estás enfermo, o tienes una pena o dolor o una grave necesidad. En la Biblia encontramos algunos proverbios que nos ayudan a reflexionar, si los que tenemos por amigos, comparten con nosotros los mismos valores: “Hay amigos que llevan a la ruina, pero hay amigos más afectos que un hermano” (Prov 18, 24). “Un amigo fiel es un escudo poderoso, y el que lo encuentra halla un tesoro” (Eclo 6, 14). La Escritura dice sobre la amistad, que está basada en la relación de amor de Dios con su Pueblo. El amigo puede ser un apoyo firme y un aliado fiel sólo si está en sintonía con Dios que es fiel y que jamás cede en su pacto de amor. Cuando Moisés recibió las tablas de la Ley, estuvo hablando con Dios como se habla a un amigo (Ex, 33,11). Los amigos te escuchan y tratan de darte consejos que te ayudan a superarte, a ser mejor y sobre todo a ser feliz. Así que si tienes una amistad verdadera, nunca la dejes ir. Hasta la próxima semana.


Hagámonos de palabras

Recorrido por los temas tratados en los diferentes Sínodos de los Obispos

(primera parte)

Por Pbro. José Antonio Martínez Ortiz

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l Sínodo de los Obispos es uno de los frutos del Concilio Vaticano II y en su historia podemos advertir que las temáticas abordadas reflejan y profundizan las enseñanzas del Concilio en aspectos claves de la vida y la misión de la Iglesia. El Sínodo de los Obispos se reúne en tres diferentes asambleas: 1) en asamblea general ordinaria, cuando la materia a tratar, por su naturaleza e importancia, en relación al bien de la Iglesia universal, parece requerir la doctrina, la prudencia y el parecer de todo el Episcopado católico; Las Asambleas Generales Ordinarias fueron las siguientes:

El tarifazo es gramaticalmente un aumento

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Por Luis Ricardo Guerrero Romero gromeroluisricardo@gmail.com

s natural que algunos cuerpos o elementos que forman parte de nuestro todo aumenten, y lo es también que disminuyan. Cuanado las situaciones son de forma clara y hasta obvia, el aumento no es motivo de cuestionamiento. Por ejemplo, si alguien come y come sin moderación es natural su aumento, mas no común ni sano; si una mujer opta por un implante de senos, no es natural, pero será obvio el cambio, su aumento. Lo que no es obvio, ni natural, ni común es el tarifazo al combustible y al cobro de trasporte urbano, que más bien deberían llamarlo trasporte de élite. Pero mis líneas son para decir que el sufijo azo, es un aumentativo en nuestra lengua, que sabemos que el aumento ha trascendido las fronteras gramaticales y amenaza (lo consiguió en el combustible) en hacer eficaz (si así los de la urbe lo desean) la palabra aumento, del latín aucto, aunque su sentido original es crecer para favorecer, hoy no se respeta ni al sentido común ni al sentido de la parole; pero hay otro perfil de aumento en el latín que es augeo, auxi, auctum: acrecentar. En este sentido si hay reciprocidad, pues el tarifazo acrecienta la pobreza de los usuarios. Y el sufijo mento, es la variante del sufijo miento, que significa acción o efecto de. La anterior palabra tomada del latín, guarda bastante relación con auge, que es muy común, Vr.g: −el progreso y la paz social está en su auge-. En la química al agregar un soluto no volátil a los solventes, hay una variación en el estado de la materia, como el aumento ebulloscópio y el descenso crioscópico, o sea ebullición y congelación. ¿Por qué este ejemplo? Senci-llamente hay aumentos que causan ebullición. Lástima que de la ebullición, lo único que ve la mayoría es la espuma. Pero juro que hay más que sólo espuma.

Cristopher Javier Carranco Martínez Diagnóstico: labio y paladar hendido y autismo

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ristopher, con apenas 9 años de vida, ya ha vivido la experiencia de una cirugía debido al labio y paladar hendido que padece, debido a su desarrollo físico requiere otra cirugía maxilofacial que necesita ser complementada con el debido y apropiado tratamiento odontopediátrico. Su familia se pone en tus manos para poder ayudar a su pequeño a brindale una mejor calidad de vida, ya que además de ello, a los dos años de vida sufrió de crisis convulsivas y también recibe tratamiento neurológico; el vive en Soledad de Graciano Sánchez, con sus padres y tres hermanos, su papá es ayudante de hojalatería y gana $300.00 a la semana, con ello hace todo lo posible para buscar que no le falte nada a su familia. Cristopher estudia en el Centro de Atención Múltiple “María de Jesús Villanueva de Belloc” en donde también se encuentra su hermana, quienes requieren se les brinde atención especializada por las dificultades que tienen ambos para el aprendizaje.

Aunque su familia cuenta con Seguro Popular, la cirugía y el tratamiento odontopediátrico tiene un valor de $11,410.00 y no tienen el recurso necesario para cubrirlo. Por lo cual su mamá a través de Cáritas pide tu apoyo económico para poder ver en el rostro de su hijo una sonrisa como las de los otros niños y visualizar un mejor futuro para él. Cáritas te invita a dar la mano a esta familia, unámonos como Iglesia y démosle a Cristoper la oportunidad de un desarrollo integral, recordando que en el rostro de este niño descubrimos el rostro sufriente de Cristo, nuestro Padre Dios recompensará con creces tu generosidad. Para mayor información y donaciones comunícate a: Cáritas San Luis Potosí Departamento de trabajo social Teléfonos: 812.23.51 y 812.76.15 Lunes a viernes de 9 a.m. a 2 p.m.


Los libros y sus autores

Apología del libro Carlos Díaz

Madrid, IMDOSOC 2012, 154 paginas. ¿Cuándo se es escritor propiamente hablando? Sólo cuando se escribe una novela. Lo demás son sus más y sus menos. Carlos Díaz no es un novelista, y por eso mismo tampoco un escritor en sentido estricto. Toda su vida la ha pasado en la granja picando granitos de trigo que le han sido suministrados por manos rudas para el engorde bibliográfico y el honor de funcionario burócrata. No ha subido a la roca desde la que lanzarse al vuelo activamente como el águila y así buscar su comida junto a Sísifo y a Prometeo; no ha henchido sus velas como Agamenón, y por eso ha sido arrojado de la fragua de la literatura como el cojo Efesto o rechazado como el ciego Tiresías.

07 Por Mtro. Luis Marino Moreno F.

Su taller es más modesto, golpea sobre el yunque hasta la incandescencia y lleva lejos, muy lejos los dardos de su verbo afiliado allá donde su nido es invisible ya. Carlos Díaz Ha encontrado su vocación en el respeto a las letras. Ve en ellas los números áureos que explican la realidad de las cosas, y en la ausencia de ellas su sombra. Formado lingüísticamente en textos grecolatinos, ha explorado y creado lenguaje siempre a partir de su doble raíz. Tiene vocación de filósofo porque es además filólogo, probablemente su talento más natural. Enseña aún en la Facultad de Filosofía de la Universidad Complutense de Madrid, y seguirá enseñando lo que sepa hasta la lápida. No en vano su texto es lapidario.

CIUDAD DEL VATICANO.- En la Plaza de San Pedro, el pasado domingo, el Papa Benedicto XVI reflexionó sobre el episodio de la pesca milagrosa en el Evangelio, y subrayó que Dios “no mira tanto la calidad de los elegidos, sino su fe, como la de Simón que dice ‘en tu palabra, echaré las redes’”.

 El Santo Padre recordó que Jesús, “mientras la muchedumbre se amontona en la orilla del lago de Genesaret” para escucharle, “Él ve a Simón desanimado por no haber pescado nada durante toda la noche”.

 El texto de hoy hace reflexionar sobre la vocación al sacerdocio y a la vida consagrada. Ella es obra de Dios. El hombre no es autor de su propia vocación, sino respuesta a la propuesta divina; y la debilidad humana no debe causar temor si Dios llama”.

 Es necesario, dijo el Santo Padre, tener confianza en la fuerza de Dios “que actúa precisamente en nuestra pobreza. Es necesario confiar cada vez más en el poder de su misericordia, que transforma y renueva”. CIUDAD DEL VATICANO.- «¡Estamos cerca de usted, Padre Santo, Bendíganos!» Ante el emocionado, histórico e inesperado anuncio de Benedicto XVI, el cardenal Angelo Sodano, decano del Colegio Carde-nalicio, agradeció el luminoso Pontificado, de Joseph Ratzinger, cumplido con tanto amor y con tanta humildad, su misión continuará, siempre estará cerca de nosotros con su testimonio y su oración. Éstas fue-ron las palabras del cardenal Sodano: El 19 de abril de 2005, si bien recuerdo, al final del Cónclave, le pregunté, con voz emocionada yo también “¿Aceptas tu elección canónica como Sumo Pontífice?”, Y usted no tardó, aun con trepidación, en responder, diciendo que aceptaba, confiando en la gracia del Señor y en la maternal intercesión de María, Madre de la Iglesia. Al igual que María, ese día usted dijo su “Sí” y comenzó su luminoso pontificado…

ROMA.- El Director de la Sala de Prensa del Vaticano, Padre Federico Lombardi, informó que el Papa Benedicto XVI se retirará a un monasterio de clausura, tras haber comunicado su renuncia al pontificado que se hará efectiva el 28 de febrero a partir de las 8:00 p.m. (hora de Roma). En conferencia de prensa realizada hoy, el sacerdote jesuita dijo que el anuncio hecho por el Santo Padre “nos tomó a todos por sorpresa” y destacó que la decisión de Benedicto XVI la tomó con plenas facultades mentales. “Esta es una decisión absolutamente personal tomada en consciencia ante Dios”, precisó el portavoz. El vocero del Vaticano recordó asimismo que la renuncia del Papa está prevista en el Código de Derecho Canónico, que establece que para que sea válida es necesario que sea libre y precisa que no tiene que ser aceptada por nadie. MADRID.- La iniciativa CurasOnline ha congregado a cientos de sacerdotes diocesanos y de distintas congregaciones religiosas y movimientos eclesiales, para evangelizar en Internet, a ejemplo de Benedicto XVI.

 El proyecto, iniciado por cinco sacerdotes, comenzó hace algunos años, pero en el Año de la Fe, alentados por la incursión del Papa Benedicto XVI en la red social Twitter, decidieron implementar una “web 3.0”, que comprende diversos recursos, entre ellos un canal en YouTube, una página en Facebook y una cuenta en Twitter. A través de la cuenta en Twitter @CurasOnline “se puede seguir a cientos de sacerdotes de todo el mundo, que comparten diariamente sus homilías, mensajes y palabras de aliento”, mientras que los seguidores en la red social “a su vez lanzan sugerencias y comentarios”.

MÉXICO.- La Pastoral de Migrantes y Movilidad Humana de la Arquidiócesis de México, realizó su tercera visita pastoral a los fieles que migraron para trabajar en los campos de cultivo de Estados Unidos, con el objetivo de llevarles un mensaje de esperanza y solidaridad. “Hablamos con la gente, les llevamos el acompañamiento de la Iglesia de México y cada día celebramos la Misa en español, lo cual fue muy emotivo”, expresó la hermana Barral. “Es una experiencia muy triste por un lado, debido a la difícil si-tuación en la que viven estos hermanos, pero muy gratificante, al ver la emoción en sus rostros cansados y quemados por el sol cuando al final de la jornada se les presentaba la oportunidad de tener un encuentro con su fe”, señaló. MÉXICO.- Tras el anuncio de su renuncia al pontificado, los Obispos de México expresaron al Papa Benedicto XVI su profunda gratitud y su pesar al conocer esta noticia; y exhortaron a todos los fieles a rezar por el Santo Padre. “Después de haber conocido la renuncia de Su Santidad el Papa Benedicto XVI al ministerio petrino, me apresuro a expresar al Santo Padre, en nombre propio, y de todos los obispos miembros de la Conferencia Episcopal Mexicana, nuestra más profunda gratitud por el impagable servicio prestado a la Santa Iglesia en estos intensos años de pontificado dijo el Cardenal Norberto. Estamos afectados y como huérfanos por esta decisión que nos llena de pena, pues nos sentíamos seguros e iluminados por su riquísimo magisterio y por su cercanía paternal. Al mismo tiempo, acogemos la voluntad del Santo Padre con reverencia filial. Estamos seguros de que el Señor bendecirá el costoso paso que él acaba de dar con gracias abundantes para el nuevo Papa y para toda la Iglesia.


¡La primera tentación...!

L

os Evangelios Sinópticos son muy audaces al afirmar que Jesús fue tentado por el diablo. San Lucas, al igual que san Mateo, especifican la tentación en tres “propuestas” hechas por el diablo. San Marcos, por su parte, no especifica la manera como se dio la tentación, únicamente lo da por hecho: Jesús fue tentado por Satanás. Es probable que san Lucas y san Mateo hayan tenido acceso a una copia de la misma fuente para explicar las tentaciones de Jesús, pues las coincidencias son muy cercanas; la diferencia más notoria se encuentra en el orden de la segunda y tercera tentación, pues, mientras que en san Lucas las tentaciones culminan en el alero del Templo, en san Mateo dicha tentación es apenas la segunda, y la última se da en un monte alto. Es imposible saber quien de ellos invirtió el orden. Pero el caso fundamental radica en el hecho de que no existe escrúpulo alguno para afirmar que el hijo de Dios fue tentado por el diablo. El relato de las tentaciones ayuda a entender el misterio de la encarnación, es decir, el hecho de que el Hijo de Dios se haya hecho hombre asumiendo toda nuestra naturaleza humana, al grado de sufrir los embates espirituales del mal. Por otro lado, este relato de las tentaciones debió haber motivado grandemente a los creyentes, miembros de las comunidades de san Lucas, a estar alerta y a entender la vida cristiana como un combate constante. El diablo, como engañador y falso acusador, intenta conducir a Jesús por un camino distinto al de su misión, se afana en desviarlo del camino del Reino de Dios, . Las “armas” de Jesús para combatir y vencer al tentador fueron: el Espíritu Santo, que lo condujo al desierto; y la Sagrada Escritura, que Jesús cita repetidamente para rechazar al diablo. Por otro lado, la tentación parece implicar un asedio oportunista y constante del diablo durante todo el ministerio de Jesús, esto parece ser insinuado por san Lucas cuando dice que el diablo, al ser rechazado por Jesús, “lo dejó hasta el momento oportuno”, es decir, los cuarenta días de tentación, bien podrían considerarse “la primera tentación” de Jesús; pues el diablo buscará una nueva oportunidad para engañarlo. Para esto, Jesús emplea una tercera arma: “la plegaria”, la cual queda insinuada por el contexto del desierto, lugar de escucha y diálogo con Dios. Además, el que la oración haya sido definitivamente el arma de Jesús en toda circunstancia, incluida la tentación, queda ilustrado cuando Jesús le dice a Pedro, ¡Simón, Simón! Mira que Satanás ha solicitado el poder cribaros como trigo; pero yo he rogado por ti, para que tu fe no desfallezca (cf. Lc 22, 31-32).

Por Pbro. Darío Martín Torres Sánchez

“1 Jesús, lleno del Espíritu Santo, regresó de las orillas del Jordán y fue conducido por el Espíritu al desierto, 2 donde fue tentado por el demonio durante cuarenta días. No comió nada durante esos días, y al cabo de ellos tuvo hambre. 3 El demonio le dijo entonces: «Si tú eres Hijo de Dios, manda a esta piedra que se convierta en pan». 4 Pero Jesús le respondió: «Dice la Escritura: “El hombre no vive solamente de pan”». 5 Luego el demonio lo llevó a un lugar más alto, le mostró en un instante todos los reinos de la tierra 6 y le dijo: «Te daré todo este poder y esplendor de estos reinos, porque me han sido entregados, y yo los doy a quien quiero. 7 Si tú te postras delante de mí, todo eso te pertenecerá». 8 Pero Jesús le respondió: «Está escrito: “Adorarás al Señor, tu Dios, y a Él solo rendirás culto”». 9 Después el demonio lo condujo a Jerusalén, lo puso en la parte más alta del Templo y le dijo: «Si tú eres Hijo de Dios, tírate de aquí abajo, 10 porque está escrito: “El dará órdenes a sus ángeles para que ellos te cuiden”. 11 Y también: “Ellos te llevarán en sus manos para que tu pie no tropiece con ninguna piedra”». 12 Pero Jesús le respondió: «Está escrito: “No tentarás al Señor, tu Dios”». 13 Una vez agotadas todas las formas de tentación, el demonio se alejó de Él, hasta el momento oportuno” (Lc 4, 1-13).


Ordenación Sacerdotal del padre Abad Galván “Tú Eres Sacerdote para Siempre” Por LCC Angélica Maldonado Morales

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l pasado 5 de febrero recibió la Ordenación Sacerdotal el padre Abad Galván Ibarra, en la Catedral Metropolitana Potosina, de manos de nuestro pastor, monseñor Jesús Carlos Cabrero Romero. Cabe señalar que esta Ordenación Sacerdotal es la primera que realiza como arzobispo de San Luis Potosí, nuestro pastor, quien estuvo acompañado de los arzobispos eméritos, monseñor Luis Morales Reyes, y monseñor Arturo A. Szymanski Ramírez, ellos y todo el presbiterio ahí presente le impusieron las manos al neosacerdote como símbolo de acogida y pertenencia a la santa Iglesia de Cristo. Los momentos más emotivos y sobre todo significativos e inolvidables fueron cuando sus manos fueron ungidas con el santo crisma, unción que lo hace sacerote para siempre, no sin antes jurar ante Dios y ante los arzobispos, sacerdotes, religiosos, fieles y su familia, fidelidad a la Iglesia, auténtica pureza, transparente y perseverante castidad, obediencia al arzobispo y sus superiores, pobreza de espíritu, humildad y desde luego fundamentar toda su vida en el Evangelio. El padre Abad recibió con evidente júbilo el cáliz y la sagrada Comunión, cómo símbolos especiales de su sacerdocio que le recordarán siempre que podrá consagrar, es decir, convertir el vino en la Sangre de Cristo y el pan en el Cuerpo del Señor El padre Abad lleno de gozo espiritual recibió su atuendo sacerdotal, como es la casulla dorada, el síngulo y la estola por parte del padre Andrés Eduardo Estrada Jasso, quien fue su padrino de Ordenación Sacerdotal, pero previo a ser revestido como sacerdote, se postró rostro en tierra en señal de humildad y obediencia.

El padre Abad después de recibir el sacramento del Orden Sacerdotal concelebró con el Señor Arzobispo, y al término de la solemne concelebración Eucarística todos los fieles se formaron para besarle sus manos recién consagradas. Que Nuestra Madre Santísima de la Expectación, lo proteja siempre. ¡Felicidades padre Abad!

Cantamisa en la Parroquia de Nuestra Señora del Refugio

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Por Pbro. Domingo Tenorio

on la presencia de varios sacerdotes se vivió una fiesta de gran alegría para el Pueblo de Dios, que celebra su fe y su acción de gracias por la bendición de un nuevo sacerdote nacido en esta parroquia de El Refugio, Ciudad Fernández, SLP, y que ahora inicia su ministerio para la Iglesia Potosina.

Las palabras del predicador, el padre José Santana Rivera, fueron de ánimo al impulsarlo, recordando como Dios es el que llama a los que Él quiere y hace de ellos instrumentos para el servicio y como Dios es el autor de toda vocación, así como la de él y que de una manera generosa ha decidido darle esa respuesta también de amor, fe y protección.

En punto de las 12:00 hrs. nos dimos cita para participar de la primer misa del nuevo sacerdote padre Abad Galván Ibarra, quien acompañado de sus familiares y de sus padres que como es costumbre al iniciar la Eucaristìa, lo re-visten y lo bendicen para inicier su Ministerio Sacerdotal.

En esta Eucaristía estuveron presentes además de familiares, amigos y cientos de fieles de Ciudad Fernández, compañeros del Seminario Mayor, el Padre Rector y algunos de los formadores y alumnos del Curso Introductorio.


Joseph Aloisius Ratzinger Benedicto XVI 2005 - 2013

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pesar de sus 23 años de trabajo junto a Juan Pablo II, la vida de Joseph Ratzinger era casi un misterio.

Su tarea como Prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe le había creado la fama de guardián de la ortodoxia frente al peligro del marxismo o las infiltraciones de herejías y errores. En realidad, Joseph Ratzinger es un teólogo de fama internacional, que destacó ya en el Concilio Vaticano II. Y autor de decenas de libros y ensayos de teología. “... Fe y ciencia -es decir-, la relación humana que abre la persona a Dios- no se oponen. Al contrario, la ciencia exige esta complementariedad, exige esta dimensión más alta, de una compresión del hombre en cuanto tal”. En 1977, a los 50 años, superó su timidez para hablar de sí mismo y publicó un libro de recuerdos, gracias al cual sabemos los principales datos de su biografía. Sus antepasados eran agricultores de la baja Baviera. Joseph, el tercero de los hermanos Ratzinger, nació un sábado santo y fue bautizado al día siguiente, domingo de Pascua, con el agua recién bendecida durante la Vigilia. Una coincidencia que se quedó grabada en su alma. En la alegría de Cristo resucitado, fiados en su ayuda permanente, iremos adelante. El Señor nos ayudará y María su Santísima Madre estará de nuestra parte. Con sólo los doce años, animado por el párroco, entró en el seminario, siguiendo los pasos de su hermano mayor. Era 1939: año del inicio de la segunda guerra mundial. Enseguida, el ejército nazi enrola a la fuerza a muchos adolescentes, entre ellos a Joseph. En mayo de 1945 se escapa, pero es identificado como soldado y le encierran en un campo de prisioneros.

Joseph Ratzinger como un asistente de la Fuerza Aérea Alemana en 1943 Un mes después, Joseph puede volver al seminario, y en 1951 es ordenado sacerdote. Dos años después presenta su tesis doctoral, sobre san Agustín. De ahí arranca su devoción al santo de Hipona. También cultivó la devoción a san Benito, patrón del monaquismo y de Europa. Enseña teología en las prestigiosas universidades de Bonn, Munster, Tubinga y Ratisbona. En 1977, Pablo VI le nombra arzobispo de Munich. Estando allí participa en los cónclaves que eligieron a Juan Pablo I y Juan Pablo II.

Joseph Ratzinger, al lado de su familia, su hermano Georg, su padre Josef, su hermana María, y su madre María, en esta imagen del 8 de julio de 1951, día de la ordenación como sacerdotes de los Ratzinger

Como sacerdote, Joseph Ratzinger durante un oficio en Ruhpolding, Alemania, en el verano de 1952 El Papa Wojtyla requiere enseguida sus servicios en Roma, y abandona Munich tras sólo cuatro años en la capital bávara. En estos 23 años romanos ha sabido compaginar el trabajo en la curia con conferencias, publicaciones, y ratos de ocio: entre ellos sus paseos por el barrio romano del Borgo, donde se encuentra su restaurante favorito: La ilusión de Ratzinger, era retirarse al final de su vida para dedicarse a estudiar y a escribir. Un deseo que no podrá realizar ya que muchas voces decían que Ratzinger era el favorito para suceder a Juan

Joseph Ratzinger, como profesor de Teología, en su recámara de la Universidad de Freising, en 1959

El Cardenal Ratzinger con madre Teresa


FEBRERO 17 DE 2013

Los Pontífices que han renunciado

Pablo II para convertirse en papa. El 19 de abril de 2005, el cardenal Ratzinger fue elegido como sucesor de Juan Pablo II en el segundo día del cónclave después de cuatro rondas de votaciones. Coincidió con la fiesta de San León IX, el más importante papa alemán de la Edad Media, conocido por instituir el mayor número de reformas durante un pontificado.

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Ratzinger esperaba retirarse pacíficamente y había dicho que “hasta cierto punto, le dije a Dios ‘por favor no me hagas esto’... Evidentemente, esta vez Él no me escuchó”. El pasado 11 de febrero anunció que renunciará a sus funciones el día 28 de éste mismo mes, una decisión que cuenta con pocos antecedentes. Si bien el Sumo Pontífice dimi-sionario más próximo fue Gregorio XII, hace casi 600 años.

De cardenal Joseph Ratzinger, cuando tenía 72 años y era el vicedecano del Colegio de Cardenales

enunció el Papa Benedicto XVI por avanzada edad, confirmó el Vaticano. La renuncia entrará en vigor el 28 de febrero de 2013. El Colegio de Cardenales carece de la facultad de aceptar o rechazar la renuncia de un Pontífice, puesto que el Papa es la máxima autoridad de la Iglesia. El Código de Derecho Canónico Número 332:2 señala que “si el Pontífice Romano renunciase a su oficio, se requiere para la validez que la renuncia sea libre y se manifestase formalmente, pero no que sea aceptada por nadie”. El Papa Benedicto XVI no es el único que ha renunciado al Pontificado. Tras el anuncio de Benedicto XVI de su renuncia al Pontificado, no sería la primera vez que un Papa renuncia ya que el Derecho Canónico supone este tipo de situaciones que en una Iglesia moderna se pueden cambiar fácilmente. Los primeros Papas en renunciar fueron san Clemente, gobernó el Pontificado del año 88 al 97, fue desterrado por el Emperador Nerva y por eso abdicó, a fin de dar libertad a los electores. San Cle-mente fue condenado a trabajar en minas donde continuó su labor pastoral entre los obreros, razón por la que fue condenado a muerte.

El Cardenal Joseph Ratzinger, elegido Papa el 19 de abril de 2005 y accede al Pontificado como Benedicto XVI

San Ponciano gobernó del año 230 al 235, quien fue desterrado por el emperador Maximiliano Tracio a Cerdeña en donde se incorporó al trabajo de minas. Gregorio VI también renunció después de haber luchado contra las costumbres depravadas y se retiró a un monasterio en Cluny, Francia. Renunció Honorio II (11241130), enfermó y se fue a un convento. Está se-pultado en San Juan de Letrán. Renunció san Celestino (1294) y su sucesor Bonifacio VII lo confinó en el castillo de Fumone, donde murió en mayo de 1295. Sólo fue Papa 5 meses.

Renunció Gregorio XII (1406-1409) ante el Concilio de Constanza falleció a los 92 años en Recanati. Desde entonces se designó como “Angelo, Cardenal Obispo”. El viernes 29 de junio de 2012, el Papa Benedicto XVI impuso el Palio a 43 arzobispos, entre ellos a Don Carlos Arzobispo de San Luis Potosí

Joseph Aloisius Ratzinger Benedicto XVI 2005 - 2013

En este caso Benedicto XVI se convierte en el primer Papa que renuncia en los últimos 600 años, para dar paso a un nuevo Pontífice.


Entrega parroquial, en Jesús Resucitado

El desprenderse es un signo de obediencia y humildad

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Por Luis Ricardo Guerrero Romero

n el primer día de febrero en la parroquia de Jesús Resucitado, se celebró la Eucaristía de entrega del templo al padre Carlos Aguilar, quien otrora llevaba la guía y cuidado de la fe los habitantes de Angostura, mas ahora se le ha confiado una nueva tarea, la misión de acrecentar la fe y agigantar la esperanza en el Reino de Dios de los parroquianos de “Jesús Resucitado”; asimismo, se agradeció la encomiable labor pastoral que por cuatro años llevara el párroco Juan Manuel López Facundo (Vicario pastoral), de quien se habló en la homilía –en voz del Vicario General− como un fiel y entregado pá-rroco que pudo hacer vibrar el amor de Cristo en los corazones, que produjo muchos frutos en los feligreses, ya que supo plantar en el amor, con vigor, rigor y conciencia la semilla del mensaje, de la buena noticia de Cristo, constancia de ello se ve reflejada en la participación activa y tenaz de todos los grupos parroquiales. Antonio Torres, Vicario General, recordó también la firmeza y amor del Pbro. Carlos Aguilar durante ocho años en Angostura. Finalmente, como las palabras de Cristo “Gracias Padre porque así te ha parecido bien” sellaron la homilía cargada de agradecimiento, valoración y estima para ambos hermanos en el ministerio, y como clamores sin palabras de las manos de los feligreses, sonaron truenos que agradecían y bendecían la misma oración. Gracias padre Manuel López Facundo, Dios le extienda el amor por su Iglesia. Bienvenido padre Carlos Aguilar, Dios perdure en su fe, que su fe perdure en Dios.

Yo CREO...y vivo mi FE

Subió a los Cielos y está sentado a la derecha de Dios Padre… Por P. Memo Gil

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l misterio de la Ascensión del Señor ilumina la esperanza cristiana, pues a donde llegó Él, nuestra cabeza, tenemos la certeza de que habremos de llegar nosotros que somos su cuerpo. Este misterio de la ascensión está expresado de forma muy sencilla en el artículo sexto del Credo. Y refleja en cierta forma, algo que los discípulos pre-senciaron y que, en lugar de desconcertarlos o confundirlos, los llevó a reco-nocer la soberanía de Cristo al volver junto al Padre. Además de ser una experiencia significativa, que tuvo lugar cuarenta días después de la resurrección, en la que ellos recibieron el encargo de de ir a Evangelizar. Como acontecimiento que se da dentro del periodo pascual, la Ascensión de Cristo no debería de separarse del día de la Resurrección, ya que representa un aspecto de ésa misma realidad. De hecho, esto se ve subrayado porque en los Evangelios, la ascensión tiene lugar el mismo día de la resurrección. Sólo en el libro de los Hechos de los Apóstoles, existe entre la resurrección y la ascensión un período de 40 días. Período que hace referencia directamente al número bíblico sagrado de 40: ya que el pueblo de Israel caminó 40 años por el desierto; el profeta Elías ayunó 40 días y Jesús también. Pero tanto el tiempo como los lugares en la Biblia, son formas espaciotemporales de hablar, no hacen referencia sólo a un tiempo y a un lugar determinado, sino a una forma de ser, a una actitud, con las que se hace frente a las intervenciones salvíficas de Dios. Es por esto que, tal vez, los discípulos, no insistieron tanto en el momento exacto en que tuvo lugar el ascenso de Jesús a los cielos. Sino más bien, en el acontecimiento de la despedida de Jesús, sus instrucciones que recibieron, cómo lo percibieron al alejarse de ellos. Y, sobre todo, el encargo que les quedaba de continuar su obra. En cierta forma, el Señor se “alejaba” pero “permanecía” con ellos. Ya que les tocaba a los discípulos hacerlo presente por la misión que en su nombre deberían realizar. Así lo encontramos expresado al final del Evangelio de Mateo: “Vayan, pues, y hagan que todos los pueblos sean mis discípulos…y enséñenles a cumplir todo lo que yo les he encomendado a ustedes. Yo estoy con ustedes todos los días hasta el fin del mundo” (Mt 28,19-20). Por lo que hemos reflexionado entonces, debe quedarnos muy claro que, el sentido profundo de la ascensión, no es otra cosa sino la esperanza de aquello a donde Jesús promete llevarnos: “Y cuando yo sea elevado sobre la tierra, atraeré a todos hacia mí” (Jn 12,32). De modo que, con Jesús, uno de nosotros ha llegado junto a Dios y está allí para siempre. Pero como en su Hijo, Dios se hizo humanamente cercano a nosotros, pues gracias a ésa filiación divina tenemos la certeza de estar nosotros también un día junto a Dios y en la presencia de Jesús, nuestro hermano. Así es como el ser humano “encuentra sitio en Dios”, gracias a que Jesús esta ahora junto al Padre. Entonces, al profesar en el Credo ésta verdad de nuestra fe, no sólo expresamos un misterio que se desprende de la resurrección del Señor. Más bien, buscamos vivir la tensión que se da entre la “ausencia-presencia” del Resucitado en nuestra vida cristiana. Pues Aquel que se ha sentado a la derecha del Padre, ha inaugurado así su reinado y, por lo mismo, nos toca a nosotros ser testigos del Reino que no tendrá fin.


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FEBRERO 17 DE 2013

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La fuerza de la verdad

e escribió hace poco un estudiante de Ciencias de la Comunicación para preguntarme qué pienso a este respecto: si Jesús se hubiese encarnado en esta etapa de la historia, es decir, si hubiese formado parte de la llamada sociedad global, de la civilización del conocimiento, ¿se conectaría habitualmente a Internet, crearía su página web y chatearía con sus seguidores? ¿Tendría una cuenta en Yahoo! y otra en Hotmail? ¿Subiría fotos suyas al Facebook? ¿Formaría parte de una de las tantas comunidades virtuales que hoy pueblan el ciberespacio?

ausencia y que, en ellas, el sueldo de 50 años de trabajo no es sufi-ciente para poder comprar el último modelo de la IBM. En otras palabras, aunque Jesús se hubiese encarnado en esta etapa de la historia, no es nada seguro que hubiese nacido en Nueva York, Roma o París, sino más bien en un villorrio perdido de quién sabe qué país oculto en nuestros mapas. Jesús no gritó hace 2 000 años y no gritaría hoy. Y si bajara nuevamente a la tierra, estoy casi seguro que viviría en un pueblecito poco interesante a los ojos de los mercados globales para obligar a los poderosos de la tierra a volver la vista hacia donde todos creían que no podía salir nada bueno.

La verdad es que nunca me había hecho yo una pregunta semejante; la imagen de un Jesús jugando con el ratón de una computadora me era literalmente inconcebible. Pero ahora me pedían un esfuerzo de imaginación y una respuesta. Solicité tiempo para pensar en el asunto, me puse a releer algunos pasajes evangélicos y al día siguiente respondí. No, Jesús no utilizaría nada de eso. Acaso solamente el teléfono o el micrófono, pero nada más: en suma, los medios menos masivos y más rudimentarios. ¿Ni siquiera la televisión? Creo que ni siquiera la televisión. Claro, es posible que me equivoque y que esté siendo demasiado injusto con los modernos medios de comunicación. Pero creo tener a mi favor las siguientes razones: si Cristo hubiera querido sobre toda otra cosa prestigio y publicidad para que su palabra llegara a todos los rincones del mundo por entonces conocido, ¿por qué no eligió nacer en la Roma de su tiempo, que era capital del imperio y ombligo del mundo? ¿Por qué no se encarnó en la persona del César o, ya por lo menos, en la de un noble patricio romano? ¿Por qué, en cambio, quiso nacer tan alejado de los centros de poder? Para decirlo ya, ni siquiera nació en Jerusalén, la ciudad santa, sino en Belén, y creció en la aldehuela de Nazaret, un pueblecillo tan modesto que suscitaba desconfianza: entre los mismos judíos del sur de Palestina era moda decir que de allí «no podía salir nada bueno» (Juan 1,46). Incluso hay quien dice que quienes juntaron su nombre al de su pueblo de proveniencia llamándolo «Jesús de Nazaret» fueron sus enemigos para presentarlo como digno de desprecio (Wolfgang Trilling).

El hombre, para Jesús, tiene un deber ineludible con respecto a la Verdad, y es el de buscarla. La Verdad no necesita imponerse o gritar para ser más verdadera, como tampoco necesita que un agente publicitario la maquille para hacerla esplendorosa.

Cuando Satanás le ofrece todos los reinos de la tierra, Jesús los rechaza (Mateo 4, 1ss) con gesto soberano, y cuando la multitud quiere proclamarlo rey, él se les escabulle (Juan 6,15). Como hombre rico y poderoso le hubiera sido todo más fácil, pero renunció al poder y optó por la discreción. Muchas veces daba a los ciegos y paralíticos que había curado la orden de no contar a nadie quién había sido el causante de que ahora vieran y caminaran (Lucas 9, 20). No, las campañas publicitarias no eran precisamente lo suyo. «A Pedro, que había dado una respuesta justa y confesado al Mesías –escribe un monje oriental del que desconocemos el nombre-, Jesús le recomienda no revelar a otros este misterio. Cada hombre debe descubrir por sí mismo el misterio de Jesús» (Jesús. Sencillas miradas al Salvador).

En aquellos tiempos lejanos el medio de comunicación más veloz era el caballo. Pues bien, Jesús jamás se subió a uno, o por lo menos no nos dice ningún evangelista que lo hubiera hecho. En cambio, el domingo que precedió al viernes de pasión quiso entrar a la ciudad santa montado en un burrito (cfr. Mateo 21, 2; Marcos 11,4; Lucas 19,30; Juan 12,14). Del burro dice Michel Tournier que era «el caballo de los pobres», y si Jesús usó uno para entrar victorioso en Jerusalén no era únicamente para que así se cumplieran las Escrituras, sino porque era pobre de solemnidad. Para conectarse a Internet por lo menos son necesarias tres cosas: una computadora, un módem y una línea telefónica. Ahora bien, no hay que olvidar que incluso hoy en miles de poblaciones a lo largo y ancho del planeta el teléfono brilla por su

Jesús no intentó ir a Roma –tampoco a Grecia- para hacerse oír, ni tampoco escribió nada. Pero casi todos sus discípulos viajaron y escribieron. La utilización de los medios, en todo caso, les toca a ellos. Quiero que se me entienda bien: no es que Jesús desprecie el potencial de los mass media; es que si el hombre no es capaz de ver a Dios en los hechos y en las palabras de un Pobre, tampoco será capaz de verlo en los programas de la radio, en los shows de la televisión o en un sitio cualquiera de la web. Acceder a la verdad requiere esfuerzo, dedicación y un corazón atento: por lo menos eso es lo que se infiere leyendo en los evangelios las palabras y los hechos de Jesús. Por tal motivo me parece impro-bable que pueda aprehendérsela con sólo encender la computadora o limitándonos a oprimir un botón de nuestro control remoto. Tal fue lo que respondí a aquel estudiante. Y si mis palabras le dieron la impresión de que la Verdad es otra cosa (una cosa que requiere ascesis y humildad), mejor que mejor: es, justamente, lo que pretendía.


Verdades universales contenidas en las diecinueve tragedias de Eurípides

(Tercera parte)

Por Mtro. José Ricardo García López

ION Siempre es odioso valer más que otros. (p.242) Compartir la dicha con los que amamos es lo más bello. Y, si nos sobreviene el infortunio ¡Cuán grato es ver a nuestro lado los ojos del amigo que nos consuelan con su dulce luz! (p.244) Tome yo como amigo a un hombre de baja estofa, con tal que sea honesto, y no un malvado, por sabio e ilustre que sea. (p.245) Llenamos todos luego las copas de agua y de vino de Biblos. (p.250) ¿Compasión? ¡Yo la guardo para mí y para mi madre: si ausente está su cuerpo de mi vista; no está ausente su nombre de mi alma! (p.252) ¿Qué tiene eso? ¡Muchas doncellas lo hacen! (p.254) No digo que te engendrara él. Te da a él solamente. ¿No puede acaso darse a un hijo a otro para que un día sea su heredero? (p.256)

Dicen que el no salir del hogar es la dote de una mujer casada. Si va fuera, provoca el vituperio, es mal vista. Nunca busqué tal vanidad. Recluida en mi hogar, nunca salía, y nunca admití mujeres de charla y ostentación. Me bastaba mi inteligencia para regular mi conducta. Pura, por no influida. Lengua callada, rostro apacible: eso hallaba mi esposo al tornar al hogar. Supe muy bien cuándo ceder debía y cuándo con halagos, alcanzar algo de él. (p.274) Dicen por ahí que basta una noche compartida en el lecho para que una mujer pierda toda aversión hacia el varón que la posee... ¡Yo no: despreciable, repulsiva es para mí la mujer que, olvidando su amor de antaño, se entrega a un amor nuevo! ¿No vemos a la yegua que, si fue separada del compañero de coyunda, ya no quiere tirar el carro? ¡Bestia es, sin palabra, sin sentido y de naturaleza muy baja al compararla con la nuestra! ¿Qué hacer: entonces? (p.275) ¡No, lo que pasó es que viste a mi hijo ataviado con galas extrañas a las de tu país, todo resplandeciente de oro, y se te fue el alma en ansias de placer! (p.279)

Tardía puede ser la justicia de los dioses, pero al fin se realiza. (p.257)

Vivías al viento de la fortuna. Mujer que traiciona a su marido sufra la muerte. (p.279)

LAS TROYANAS

¡Vano y loco es el hombre que se deleita en la dicha creyendo que es segura! ¡Son las vicisitudes de la suerte como un hombre frenético, dominado de delirante exaltación: ya salta para un lado, ya salta para el otro, y nunca puede el hombre tenerse por seguro de que la suerte es firme! (p.282)

¡Infeliz de mí! ¡Para servir a una tumba le di yo la vida! (p.268) Ese hombre sin decoro ni nobleza... ¡Hombre que vulnera continuamente la justicia...! ¡Sin ley, sin norma, que resuelve entre vosotros todos los pensa-mientos ciertos! ¡Falaz y doble, que en todo con perfidia pervierte a todos y llega a hacer que reine el odio donde la amistad reinaba...! (p.269) ¡En honor tuyo también oh Hecate: es la antorcha que flamea cuando se casa una virgen: el rito lo exige así! (p.269) Morir por lo fútil es propio de cobardes. (p.270) Los grandes de la tierra, los sabios de este mundo, en nada superan a la miseria y nada que somos los de abajo. (p.270) Malo como eres, malamente te han de dar sepultura, en la noche tenebrosa, no en el claro día. (p.271) Mis hijas, las doncellas que yo fui criando con esmero para que fueran gala y gozo de esposos dignos, fueron a dar a manos muy ajenas. (p.272) ¡De los que veis dichosos nunca digáis que son felices antes de que hayan muerto! (p.272) Veo que los dioses alzan de la nada a unos que nada eran, y abaten a aquellos que parecían valer. (p.274) Muerte es la nada: vida, la esperanza. (p.274) Quien no tiene conciencia de los males, ¿puede acaso sufrir? Pero quien fue feliz, quien tuvo alturas, y viene abajo, a la ignominia, hace un cotejo de su hoy y de su ayer y sufre doblemente. (p.274)

No hay labrador que pueda ganarse el pan, por mucho que los dioses tenga siempre en la boca, si no se da él mismo al trabajo. (p.320) Necio es el hombre que un hogar invade y con mujer ajena se entrelaza, si está pensando que le será fiel. Si con ella más tarde se casa, ha de tener en cuenta que la misma fidelidad que le guardó al marido ha de guardarle a él. Miserable eras tú, pues lo ignorabas. (p.333) ¡Pobre hombre, si se casa con mujer de alta alcurnia: el marido es nada; todo lo es la mujer! Pero la riqueza es bien muy pasajero; por brevísimo tiempo la tenemos. Lo que vale es una índole que dura: no la riqueza. Esa alma grande a todo mal resiste perpe-tuamente y lo vence. Pero el caudal, y más cuando es injusto, y el poder del malvado, juntamente, vuela de casa y luce un tiempo breve. (p.333) Una mujer se doblega siempre al marido. Si tiene ella juicio. Con quien piense lo contrario no quiero ahora discutir. (p.335) ¡Una mujer que, al partir el esposo, ya está ataviando y acicalando su hermosura, no es mujer honesta! ¿Para qué hermosea su faz y su persona, si no tiene en la mente malos fines? Y quien atiende al oro y a la alcurnia para casarse, es loco. ¡Nada hay tan bello como un hogar modesto que atesora una esposa leal! (p.336) De quien es pobre, nadie quiere ser amigo. (p.337) HELENA

Aunque yo creo que los muertos no se preocupan de ricos funerales: es pura vanagloria de los que quedan vivos. (p.283)

Una doncella engendró. Eido, que, desde niñita, fue gala y orgullo de su madre. (p.347)

IFIGENIA EN TAURIS

Qué celebrará más mi limpia vida que no las culpas y males que me asignan... (p.351)

¡Que infamia es abismar al amigo en la desgracia para salvarse uno! (p.299) Cuando la ruina parece ser total, la muda el destino. (p.301) No hay un hombre que en la desgracia piense lo mismo que cuando es feliz. (p.301) ¡El que vale para salvar una casa es el varón, la mujer nada es! (p.305)

Pero es forzoso hacer frente a los duros vaivenes de la vida, con dócil servidumbre. (p.351)

Un marido repugnante hace más repugnante la vida a la mujer. (p.351) ¡Cuándo un varón rueda del alto solio, sufre mayor dolor que el que siempre ha vivido en los vaivenes de la fortuna! (p.353) Nada tiene tan dura urgencia como la necesidad. (p.354) De dos, no uno sólo tiene que ser feliz. (p.357)

La noche es de ladrones, de la verdad, la luz del día. (p.305)

¡Desdichado es el siervo que no venera las felices horas de sus amos y no se aflige en sus infortunios! (p.358)

ELECTRA

¡Sea lo que sea! Intentar lo imposible es propio de insensatos. (p.359)

Eurípides es maravilloso maestro de la situación dramática y de los enlaces y desenlaces. (p. 315 Introducción a esta tragedia) Cuando del trabajo rendido llega a su hogar el hombre, hermoso es que tenga todo ya bien dispuesto en su morada.

¿Hay acaso otra gloria que sea más bella, para quien nace de un tronco de nobleza, que emular en virtudes a sus padres? (p.361) Quien hiere la justicia jamás es feliz. En la justicia está la esperanza de la salvación. (p.362)


Fe y politica Comunicado de la Conferencia del Episcopado Mexicano con ocasión de la renuncia del Papa Benedicto XVI

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n este día, memoria de Nuestra Señora de Lourdes y Jornada Mundial del Enfermo, durante el consistorio realizado en Roma para definir tres canonizaciones, S. S. Benedicto XVI anunció que, después de haber examinado reiteradamente ante Dios su conciencia, ha llegado a la certeza de que, por lo avanzado de su edad, ya no tiene fuerza para ejercer adecuadamente el ministerio petrino, por lo que ha decidido renunciar libremente al ministerio de Obispo de Roma, de forma que desde el 28 de febrero próximo a las 20:00 hrs, la Sede de san Pedro quedará vacante y deberá convocarse el cónclave para la elección del nuevo Sumo Pontífice.
 La Conferencia del Episcopado Mexicano agradece a Dios, rico en misericordia, el luminoso pontificado de S. S. Benedicto XVI, y expresa su profunda gratitud al Santo Padre por su fidelidad y su generosa entrega al servicio de la Iglesia universal, y por el amor y solicitud hacia el pueblo mexicano, particularmente manifestado en su inolvidable visita pastoral a nuestra nación.
 La misma Conferencia invita a los católicos mexicanos y a todos los

hombres y mujeres de buena voluntad a unirnos en oración, para que el Señor recompense al Papa Benedicto XVI su servicio, y para que conceda a su Iglesia un nuevo Sumo Pontífice según su corazón.
 El hecho de que la renuncia del Santo Padre se produzca en el Año de la Fe, nos confirma en la certeza de que es Jesús, que ha fundado su Iglesia, quien la guía; que –como ha dicho el Papa Benedicto XVI- estamos en las manos de Dios, y que esas son las mejores manos.
 Encomendamos a Santa María de Guadalupe al Santo Padre, a la Iglesia universal, a la Iglesia que peregrina en México, y la elección del nuevo Vicario de Cristo.

 Por los Obispos de México 
+José Francisco, Cardenal Robles Ortega
 Arzobispo de Guadalajara
 Presidente de la CEM
 +Eugenio Lira Rugarcía
 Obispo Auxiliar de Puebla
 Secretario General de la CEM

El Futuro de Dios Giovanni Maria Vian (L’Osservatore Romano)

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s un acontecimiento sin precedentes, y consecuen-temente ha dado enseguida la vuelta al mundo: se trata de la renuncia de Benedicto XVI al papado. Como el propio Pontífice ha anunciado con sencilla solemnidad a un grupo de cardenales, desde la tarde del 28 de febrero la sede episcopal de Roma estará vacante e inmediatamente después se convocará el cónclave para elegir al sucesor del apóstol Pedro. Así se especifica en el breve texto que el Papa ha redactado directamente en latín y que ha leído en consistorio. La decisión del Pontífice se tomó hace muchos meses, tras el viaje a México y Cuba, y con una reserva que nadie pudo romper, después de “haber examinado ante Dios reiteradamente” la propia conciencia (conscientia mea iterum atque iterum coram Deo explorata), a causa de la avanzada edad. Benedicto XVI ha explicado, con la claridad propia de él, que ya no tiene fuerzas “para ejercer adecuadamente” la enorme tarea que se pide a quien es elegido “para gobernar la barca de Pedro y anunciar el Evangelio”. Por esto, y sólo por esto, el Romano Pontífice, “muy cons-ciente de la seriedad de este acto, con plena libertad” (bene conscius ponderis huius actus plena libertate) renuncia al ministerio de obispo de Roma que le fue encomendado el 19 de abril de 2005. Y las palabras que Benedicto XVI ha elegido indican de modo transparente el respeto de las condiciones previstas por el derecho canónico para la dimisión de un encargo sin igual en el mundo dado su peso real y la importancia espiritual. Es de sobra sabido que el cardenal Ratzinger no buscó de modo alguno la elección al pontificado, una de las más rápidas de la historia, y que la aceptó con la sencillez propia de quien verdaderamente confía su vida a Dios. Por ello Benedicto XVI nunca se ha sentido solo, en una relación auténtica y cotidiana con quien amorosamente gobierna la vida de cada ser humano y en la realidad de la comunión de los santos, sostenido por el amor y por el trabajo (amore et labore) de los colaboradores, y apoyado por la oración y por la simpatía de muchísimas personas, creyentes y no creyentes. En esta luz hay que leer también la renuncia al pontificado, libre y sobre todo confiada en la providencia de Dios. Benedicto XVI sabe bien que el servicio papal, “por su naturaleza espiritual”, debe ser llevado a cabo también “sufriendo y rezando”, pero subraya que “en el mundo de hoy, sujeto a rápidas transformaciones y sacudido por cuestiones de gran relieve para la vida de la fe”, para un Papa “es necesario también el vigor tanto del cuerpo como del espíritu”, vigor que en él naturalmente va disminuyendo. En las palabras dirigidas a los cardenales, primero sorprendidos y después conmovidos, y con su decisión sin pre-cedentes históricos comparables, Benedicto XVI demuestra una lucidez y una humildad que es ante todo, como explicó una vez, adhesión a la realidad, a la tierra (humus). Así, al no sentirse ya capaz de “ejercer bien” el ministerio que se le ha encomendado, ha anunciado su renuncia. Con una decisión humana y espiritualmente ejemplar, en la madurez plena de un pontificado que, desde su inicio y durante casi ocho años, día tras día, no ha dejado de sorprender y dejará una huella profunda en la historia. Esa historia que el Papa lee con confianza en el signo del futuro de Dios.


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Adoración (con algo de poesía) “Este día, al atardecer, les dice: Pasemos a la otra orilla. Despiden a la gente y le llevan en la barca, como estaba; e iban otras barcas con él. En esto, se levantó una fuerte borrasca y las olas irrumpían en la barca, de suerte que ya se anegaba la barca. Él estaba en popa, durmiendo sobre un cabezal. Le despiertan y le dicen: Maestro, ¿no te importa que perezcamos? Él, habiéndose despertado, increpó al viento y dijo al mar: ¡Calla, enmudece! El viento se calmó y sobrevino una gran bonanza. Y les dijo: ¿Por qué estáis con tanto miedo? ¿Cómo no tenéis fe? Ellos se llenaron de gran temor y se decían unos a otros: Pues ¿quién es éste que hasta el viento y el mar le obedecen?” (Mc 4, 35 – 41). Imagino cuando el Dios Todopoderoso creó el universo, sobre todo esos inmensos mares; con sus enormes olas, que alcanzan cuando se llenan de furia, alturas formidables. A propósito de creación, quiero compartir a los que leen estas líneas, un fragmento de la bella composición poética de un antiguo autor español llamado José María Gabriel y Galán (1870 – 1905), que con gran belleza expresa el poder creador del Altísimo: I Estaba amaneciendo: en los espacios del mundo sideral ya se borraban las últimas estrellas que aún brillaban como débiles chispas de topacios. Nada alteraba el general reposo del mundo en la extensión de sombras llena ni turbaba un acento rumoroso el solemne silencio religioso de la noche serena... Iba a salir el sol: el horizonte de luz amarillenta se teñía, y de rumores se llenaba el monte y el valle se poblaba de armonía: Iba a salir el sol, lo presentía la gran Naturaleza, que en el sereno despertar del día, espléndida, sublime en su grandeza, y henchida de vigor se estremecía. El soberano toque misterioso de la mano de Dios la despertaba, y a su sereno despertar grandioso, con vigor portentoso, la vida universal se reanimaba. De su jugo vital iban a henchirse los gérmenes hundidos en la sombra; al beso de la luz iban a abrirse los cálices plegados de las flores que al valle dan alfombra y a las brisas suavísimos olores; y las errantes brisas olorosas, las frondas rumorosas, las aguas transparentes de los ríos, los lagos y las fuentes, los cerros de la sierra: ¡Todo cuanto en la tierra produce, con acentos diferentes, trino, ruido, voz, eco o lamento, al sentir ya cercana la luz del astro, que preside el día, preludiaba con su gárrula armonía el himno enunciador de la mañana! II Y el sol salió: sus vivos resplandores se esparcieron en franjas ambarinas; y explosiones de luz y de colores, de acentos y rumores, palpitaron por valles y colinas. Y para el gran concierto que a la aurora dedicaba la gran Naturaleza: el bosque dio su voz, honda y sonora, su aroma dieron las gentiles flores,

la alondra dio cantares, el rocío del valle dio colores, el aura dio rumores, soñoliento gemir los anchos mares, vapores las cañadas, la flauta del pastor dulces tonadas, y el Oriente bellísimos celajes, y el éter vibraciones irisadas. Y aquella voz magnífica, una y varia, (que en sus senos encierra con toda la armonía de los cielos los rumores que vibran en la tierra) al cantar de la aurora sonriente su himno de amor, magnífico y ardiente, parece que decía: ¡Gloria al Dios cuya voz omnipotente del caos hizo el día!... III Impío, ven conmigo; y tú, cristiano, ven conmigo también, dadme la mano y entremos juntos en la pobre ermita solitaria, pacífica, bendita... Ante el ara inclinado ved allí al sacerdote... ya es llegado el sublime momento... ¡elevad un instante el pensamiento! El dueño de esa gran Naturaleza que admirabais conmigo hace un instante, el soberano Dios de la grandeza, el Dios del infinito poderío ¡es Aquel que levanta el sacerdote en su trémula mano! ¡De rodillas ante Él! ¡Témele, impío! ¡De rodillas! ¡Adórale, cristiano! Yo también me arrodillo reverente, y hundo en el polvo, ante mi Dios, la frente. Oh qué hermosas expresiones, y cuanto ciertas me parecen hoy, al mirar a un Jesús Poderoso enfrentando al mar, a las olas, y reclamando a sus acompañantes su falta de fe, su falta de confianza; si estaban con él en esa pequeña barca, si lo habían visto hacer otros prodigios, ¿por qué estaban asustados?, tal vez aún no estaban seguros que Jesús es el Hijo de Dios hecho hombre. Afortunadamente nosotros hoy estamos convencidos de quién es Jesús; es cierto que la fe es como andar en una barca con Jesús, y estar confiados en su poder, en su amor y en sus promesas. Quien nos ha creado nos conoce, nos ama y ha venido a nuestro encuentro y ha decidido salvarnos de cualquier tempestad y llevarnos a la vida.

Un solo Señor, una sola fe Por Lic. Rafael Gómez

(Segunda parte)

N

arra el Evangelio de san Lucas (9, 5253) que: “Jesús envió mensajeros delante de sí, que fueron y entraron en un pueblo de samaritanos para prepararle posada, pero no le recibieron porque tenía intenciones de ir a Jerusalén”. Y es que, según dice el Evangelio de san Juan (4, 20-24), “los samaritanos y los judíos no se trataban (Jn 4, 9)”, y todo porque los primeros aseguraban que en donde había que adorar a Dios era en “su monte” y los segundos que había que adorarlo en Jerusalén. Cada quien, defendiendo su origen y su parentela, contendía celosamente por estar en el lugar en donde aseguraba que se debía adorar a Dios, pero ambos se olvidaban de adorar a Dios en espíritu y en verdad. Por eso, cuando los sama-ritanos se dieron cuenta que Jesús tenía intenciones de ir a Jerusalén, su celo por el monte santo, los llevó a impedirle su paso por aquella tierra. Jesús, en su diálogo con la samaritana, evitó caer en la discusión de si Él era o no, más que “el padre Jacob”. En ese diálogo buscó con ella un encuentro personal y terminó anunciándole: “créeme mujer, que llega la hora en que, ni en este monte, ni en Jerusalén, se adorará al Padre… y los adoradores verdaderos adorarán al Padre en espíritu y en verdad”. La consecuencia del encuentro con Jesús, fue que la samaritana se olvidara del tema del lugar y se entendiera a sí misma como hija del mismo Dios y Padre de todos y la consecuencia de su convicción fue que corrió al encuentro de los samaritanos, les anunció a Jesucristo y éstos fueron al encuentro de Jesús (Jn 4, 28-30). Cuando Jesús oró por todos nosotros y le dijo a su Padre: “…Padre Santo, cuídalos con el poder de tu nombre, el nombre que me has dado, para que sean uno como tú y yo somos uno” (Jn. 17, 11), primero nos habló de su Padre y luego nos puso en intimidad con Él; es decir: primero nos habló de Él y luego nos puso a hablar con Él. El diálogo íntimo con el Padre es el que da lugar al diálogo íntimo entre los hermanos. Porque la Iglesia tiene su fundamento en el Señor Jesucristo, Verbo de Dios hecho carne, Palabra de Dios entre nosotros, logramos en tal Palabra un impulso de comunicación, comunión y unidad entre sus discípulos: “para que seamos una sola cosa y el mundo crea (Jn 17, 21)”; para que vivamos el diálogo de la caridad que hace crecer el de la verdad, y aceptemos, en verdad, la Palabra de unidad que nuestro Salvador muestra a todos”.


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Palabra de Dios “Nadie es profeta en su tierra” Del santo Evangelio según san Lucas 4, 1-13 En aquel tiempo, Jesús, lleno del Espíritu Santo, regresó del Jordán y conducido por el mismo Espíritu, se internó en el desierto, donde permaneció durante cuarenta días y fue tentado por el demonio. No comió nada en aquellos días, y cuando se completaron, sintió hambre. Entonces el diablo le dijo: “Si eres el hijo de Dios, dile a esta piedra que se convierta en pan”. Jesús le contestó: “Está escrito: No sólo de pan vive el hombre”. Después lo llevó el diablo a un monte elevado y en un instante le hizo ver todos los reinos de la tierra y le dijo: “A mí me ha sido entregado todo el poder y la gloria de estos reinos, y yo los doy a quien quiero. Todo esto será tuyo, si te arrodillas y me adoras”. Jesús le respondió: “Está escrito: Adorarás al Señor, tu Dios, y a él sólo servirás”. Entonces lo llevó a Jerusalén: lo puso en la parte más alta del templo y le dijo: “Si eres el Hijo de Dios, arrójate desde aquí, porque esta escrito: Los ángeles del Señor tienen órdenes de cuidarte y de sostenerte en sus manos, para que tus pies no tropiecen con las piedras”. Pero Jesús le respondió: “También está escrito: No tentarás al Señor tu Dios”. Concluidas las tentaciones, el diablo se retiro de él, hasta que llegara la hora. Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.

Llamado a la conversión

La Cuaresma es el tiempo litúrgico en el que los cristianos se preparan a celebrar el misterio pascual, mediante una verdadera conversión interior, el recuerdo o celebración del bautismo y la participación en la penitencia. La Iglesia invita a los fieles a que tomen conciencia de las exigencias propias de la fe para seguir a Cristo, tales como la escucha y meditación de la Palabra de Dios, la oración personal y comunitaria, y otros medios ascéticos, tradicionales, como la abstinencia, el ayuno y la limosna (SC 109-110). Es la primera vez que interviene el diablo en la vida de Jesús y lo hace abiertamente. Pone a prueba a Nuestro Señor. Jesús se lo permitió para darnos ejemplo y enseñarnos a vencer las tentaciones que sufrimos a lo largo de la vida. El demonio utiliza la mentira y el engaño para apartarnos de Dios y de nuestra felicidad (ver Jn 8,44) y se aprovecha de las necesidades y debilidades del ser humano para inducir a obrar el mal (1Pe 5,8-9). El error del hombre en la actualidad es difundir que el demonio no existe. El contenido de este mensaje se puede sintetizar en las grandes raíces de las tentaciones y del pecado: por el hambre se puede permitir todo, por el poder se legitiman los intereses humanos y los medios que se usen, y por la avaricia se cae en las ambiciones del mundo La cuaresma es un tiempo de gracia para una renovación interior de nuestra vida en la fe y en la gracia. Es un itinerario de fe. La Palabra de Dios nos hace ver la absoluta necesidad que tenemos de la fe viva y comprometida, una fe auténtica, para que este tiempo sea un itinerario cristiano. La cuaresma la podemos hacer por costumbre o por tradición. Solamente será de provecho en la medida en que nos identifiquemos con Cristo mediante una sincera conversión, en la muerte al pecado y a todos sus vicios colaterales, para entrar con él victoriosos, en el triduo santo y en la gloria de la Pascua. Es reconocimiento de nuestra imperfección humana. Es un tiempo para mirar hacia dentro, y reflexionar sobre la condición débil y pecadora y que el mal anida en el corazón del hombre. La autosuficiencia y la indiferencia impiden llegar a una conversión. Asumir la actitud de fe y humildad lleva a un verdadero arrepentimiento y cambio de vida (Jn 3, 5-6) Es crecimiento en el Espíritu Santo. Jesús actúa en el desierto impulsado por el Espíritu. Es el Espíritu Santo que nos hace discernir entre la prueba, necesaria para el crecimiento del hombre interior en orden a una virtud (Rom 5, 3-5),y la tentación que conduce al pecado y a la muerte. La obediencia al Espíritu Santo es fundamental para renovar la fe y el seguimiento de Jesucristo. En el marco del Año de la Fe, cree y suscita la caridad. Pbro. Pedro S.S.

La abuelita católica Hugo Silva Padrón, 4° Teología Escríbenos: ecos_seminarioslp@hotmail.com Sé nuestro amigo en Facebook: Seminario Guadalupano Josefino

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n cierta ocasión, siendo apenas un adolescente, recuerdo que mi abuelita, una viejecita de esas de fe firme y de visitar diariamente el templo, me invitó a que la acompañara a su visita habitual. Para mí no era muy común visitar esos lugares, pero ese día no tenia nada más que hacer y decidí acompañarla, “pobre viejita no se valla a sentir mal”. Entramos al templo, y como todo, la curiosidad siempre nos gana; en vez de llegar haciendo oración llega uno viendo lo que en el templo se encuentra. De pronto vi a un hombre colgando de unos palos todo ensangrentado, manos y pies clavados, el pecho agujerado, sienes traspasadas, su rostro cubierto de sangre; era un hombre que por lo que se veía lo habían golpeado demasiado, quizá hizo mucho mal, pensé, o tuvo un accidente. De pronto sentí la inquietud de saber porque estaba ahí, me acerque y le dije: “oye tú, Señor, ¿Por qué estas ahí y sangrando tanto? ¿Quién te pego? ¿Te portaste mal?”. Dirigió una mirada tierna hacia mí, luego guardó un momento de silencio y me dijo: “ve a la calle, observa lo que pasa y luego regresas por la respuesta”. Me di la vuelta y salí un tanto confundido y cuestionándome por qué me habría pedido esto. Después de un tiempo regresé y me preguntó el Señor aquel: ¿Qué has visto?

Mira buen amigo - le contesté - vi a hombres muriendo de hambre, a otros que se destruyen entre ellos a fuerza de balas, una gran confusión entre los jóvenes, viejos abandonados, hombres que vagan por el mundo sin sentido, templos solos, sacerdotes entusiastas, alegres y entregados a su ministerio y otros ya cansados, niños que buscan refugio en el alcohol y las drogas, ricos cada vez más ricos y pobres que mueren en su pobreza, encontré gente sedienta de amor, pero también hombres y mujeres que quieren ser fieles a tu Palabra, entre otra muchas cosas. Me dice con voz dulce y tranquila: “por todos ellos estoy yo aquí, porque los amo y quise dar la vida por ellos”. Y me dijo: “¿querrás tu ayudarme a seguir transmitiendo este amor?”. Sentí correr una lágrima y le dije: “Aquí estoy, Señor”. Y desde ese día mi vida cambió, porque el Señor se fijo en mí… Ahora entiendo que estás ahí con amor infinito por los que te necesitan y por los que te buscan, que te quedas en la Eucaristía por puro amor y que debemos poner nuestros ojos en el crucificado, para po-der seguirte en la renuncia desde el sa-crificio y desde ahí darle sentido a nuestra vida… Gracias abuela por enseñarme el camino de Dios.


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Una ofrenda desde la fe

...Lo de Dios a Dios

San Pío X Por David Grimaldo

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n este itinerario de los Papas a partir de León XIII, veamos ahora a san Pío X (1903-1914), el Papa de la restauración católica y las reformas.

El diezmo en la actualidad de la Iglesia Por Pbro. Armando Oliva Varela

E

l diezmo no debe ser práctica filantrópica, sino un gesto religioso. El diezmo debe brotar de un corazón misericordioso que quiere llevar un poco de consuelo al que está pasando una necesidad, o desea contribuir con sus medios en una empresa de especial interés humano y sobrenatural. Como cristianos debemos agregarle a lo anterior que nuestras ofrendas debieran llevarnos a manifestar nuestra gratitud por el sacrificio de Cristo, don de Dios a la humanidad (Jn 3,16), al mismo tiempo que nos deben manifestar como personas que hemos asimilado los valores del Reino. El diezmo apunta en su finalidad hacia cuatro elementos como si fueran los cuatro puntos cardinales: Hacia Dios, hacia el prójimo, hacia la creación y hacia nosotros mismos. • Hacia Dios el diezmo nos mueve a reconocer su soberano dominio y los beneficios que vienen de su mano. Dios es el propietario del mundo y en particular de lo que me ha concedido. • Hacia el prójimo nos mueve a la generosidad, a la práctica de la caridad y, en muchos casos, a la vivencia de la justicia. Tiene una dimensión salvífica (Mt 25,31-46). Es una muestra de generosidad que nos hace crecer por dentro, educa en el amor y contribuye a la verdadera unión entre los miembros de la comunidad. Dios no quiere que haya indigentes ni desgraciados. • Hacia la creación nos lleva a manifestarnos libres ante las cosas materiales, como lugartenientes de Dios en la creación. No se trata de una condenación maniquea de los bienes materiales sino la invitación para caminar sin apegos y sin caer en la esclavitud del materialismo. Para lo superfluo, el desapego efectivo de los bienes es obligatorio, ya que lo superfluo pertenece a los pobres en virtud del destino fundamental de los bienes a todos los hombres. • Hacia nosotros mismos nos mueve a percibir los valores trascendentes y nuestras expectativas de salvación, lo mismo que nos permite ver al hermano necesitado. Nos permite experimentarnos administradores y alejarnos del insaciable pecado de la codicia. Me reconozco con un derecho de uso y usufructo de los bienes, derivado y subordinado al dominio de Dios. EL DEBER DE AYUDAR A LA IGLESIA El canon 222 enuncia todo el arco de necesidades de la Iglesia en cuya solución deben ayudar los fieles. Es bueno recordar que este deber se aplica tanto a los laicos como a los clérigos, ya que habla de los fieles en general. - § 1 “Los fieles tienen el deber de ayudar a la Iglesia en sus necesidades, de modo que disponga de lo necesario para el culto divino, las obras apostólicas y de caridad y el conveniente sustento de los ministros”. Este párrafo 1º se refiere fundamentalmente a prestaciones económicas; pero puede y debe incluir también prestaciones personales. - § 2 “Tiene también el deber de promover la justicia social, así como, recordando el precepto del Señor, ayudar a los pobres con sus propios bienes”. Este párrafo 2º sería el más adecuado en el contexto de nuestra reflexión: Urge el compromiso del cristiano con la justicia social y el auxilio de los pobres.

En el cónclave que siguió a la muerte de León XIII, el primer “Papa social” de la historia, los cardenales se orientaron a elegir al cardenal italiano José Sarto por ser hombre más pastoral y espiritual, padre y pastor. Optaron por un Papa de mayor vida interior después de tantos años de acción política. El neo electo asumió el nombre de Pío X en continuidad moral y espiritual con su antecesor Pío IX. De familia humilde y campesina, nació en la aldea de Riese (Italia), y fue obispo de Mantua y Patriarca de Venecia. Hombre bueno y de mucho equilibrio, Pío X entendió la situación irreversible en la que se había colocado el papado después de la ocupación italiana de Roma, y desarrollo una política de mayor comprensión y re-conciliación. Fue firme en el rechazo del socialismo y del modernismo. No podía aceptar que, en nombre de la libertad y de un pensamiento que todo lo relativizaba, también la doctrina de la Iglesia y la moral cristiana tuviesen que acomodarse y abaratarse. San Pío X no dio ninguna encíclica social, sin embargo, fue muy directo y concreto en promover acciones de caridad social. Preocupado por la progresiva descristianización de la sociedad, encomendaba a los laicos más compromiso en el campo de lo temporal, pero siempre bajo la vigilancia de la jerarquía, como si se tratara de una simple prolongación de la acción del clero. San Pío X, preocupado por los nuevos tiempos, sus declaraciones y acciones las dirigió a reformar el clero y defender la ortodoxia doctrinal. Para ello formuló un lema programático: Instaurare omnia in Christo (Instaurar todo en Cristo). En sus discursos pedía a los políticos acción y docilidad a la jerarquía, y solicitaba unidad con el Sumo Pontífice a todos, incluido los laicos. Para san Pío X el fundamento del pensamiento y la acción social de la Iglesia es Cristo. Por tanto, Cristo tenía que ser, también, el criterio moral de toda relación social, de las cuestiones relacionadas con el derecho de propiedad, con el dominio de las pasiones y el trabajo por la justicia. Cristo es aquel que ofrece armas para batir el egoísmo, es quien nos lleva a la paz, quien nos impulsa hacía la caridad y promueve a todos los necesitados. Notorias fueron sus iniciativas en el tiempo de su patriarcado veneciano, como El pan de san Antonio, La liga agraria, Los bancos populares, La caja obrera y El secretariado del pueblo.

Condenó tajantemente el modernismo con el decreto Lamentabili sine exitu (Son lamentables…) (1907) y, el mismo año, con la encíclica Pascendi dominici gregis (Apacentando…). En el 1910, con el Motu proprio Sacrorum antistitum, san Pío X prescribió obligatoriamente el famoso “juramento antimodernista” para todos los sacerdotes y maestros de teología. Esta acción eclesial fue la más criticada de su pontificado. Hay un punto que merece ser considerado de este santo Varón: el profundo sentido de la responsabilidad pastoral por lo cual, este hombre de oración fue igualmente hombre de acción firme e inflexible, dispuesto incluso a la impopularidad cuando se trataba de defender los intereses de la Iglesia y de su doctrina. Una constante en el pensamiento social de san Pío X, fue el uso continuo de un lenguaje que no inspirase en el pueblo aversión por las clases sociales superiores en lo económico. Así mismo se preocupó por promover la acción moralizadora de las clases obreras. Más que pedir el cambio social de la situación inmoral de explotación en la que se encontraban, san Pío X se preocupaba de que el cristiano participara directamente en la política, pero siempre bajo la autoridad eclesial y en su estricta obediencia. Por la mañana del día 20 de agosto de 1914, mientras se empezaban a escuchar los vientos de la primera guerra mundial, Pío X entregó el alma al Señor.


FEBRERO 17 DE 2013

para colorear


CÁLIZ COPONES CUSTODIAS CANDELEROS FLOREROS IMÁGENES EN BULTO RELICARIOS CRISMERAS LAVABOS SAGRARIOS VINAJERAS RECLINATORIOS INCIENSARIOS ALCANCÍAS MANTELES ORNAMENTOS

Salvador González Guzmán

Francisco Villa No. 221 Col. 21 de Marzo C.P. 78437 San Luis Potosí, S.L.P.

Tel. (444) 822 41 17 (444) 822 66 71 Cel. (48) 29 34 82

ACCIÓN CATÓLICA INVITA A LAS REFLEXIONES CUARESMALES DOMINGO 24 de febrero del 2013. Año de la fe Lugar: Auditorio Montes de Oca de 10:00 a 14:00 hrs. Casa de la Acción Católica Entrada por: Madero 415 y por Independencia 1000

Av. Constituyentes Poniente # 49 local 3 Col. El Pocito, Querétaro, Qro. (Paseo Constituyentes, carretera libre a Celaya) Tel. (01 442) 216 99 23 y 196 80 94

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