Edición 214

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Un Papa que cita a Bloy Año 5

No. 214

Son muy pocos los católicos que hoy en día están familiarizados con los escritos del francés converso Léon Bloy. Entre otras cosas, es muy probable que el término “políticamente incorrecto” fuera acuñado en referencia a él. Durante su primera homilía, el Papa Francisco citó a Bloy: “Cuando no se confiesa a Jesucristo, me viene a la memoria la frase de Léon Bloy: ‘Quien no reza al Señor, reza al diablo’. Cuando no se confiesa a Jesucristo, se confiesa la mundanidad del diablo, la mundanidad del demonio”.

Semana del 24 al 30 de marzo de 2013

Bloy era el hijo de un seguidor de Voltaire anti-católico, pero se convirtió al catolicismo en 1868 y decidió vivir una vida de pobreza radical, dependiendo totalmente de la caridad, incluso pidiendo dinero a los luminarios racionalistas que él ferozmente había criticado, por lo que se hizo conocido como “el mendigo ingrato”. Sus numerosos libros están llenos de frases como: • “Los sacerdotes son letrinas. Están ahí para que la humanidad derrame su inmundicia”. • “El peor mal no es el delito cometido, sino no haber obrado el bien que uno podría haber hecho”. • “Cualquier cristiano que no es un héroe es un cerdo”.

El verdadero poder es el servicio

Debido a su “intolerancia”, Bloy fue odiado por los grandes nombres de la época como Emile Zola, Guy de Maupassant, Renan Ernest y Anatole France … Pero su radical catolicismo también inspiró una ola de conversiones en Francia durante el siglo 20 que incluye a personalidades como Georges Rouault, Maxence Van der Meersch, y los filósofos Jacques y Raisa Maritain. Bloy podría haber sonreído cuando el Papa Francisco dijo en su primera homilía: “Cuando caminamos sin la cruz, cuando edificamos sin la cruz y cuando confesamos un Cristo sin cruz, no somos discípulos del Señor: somos mundanos, somos obispos, sacerdotes, cardenales, Papas, pero no discípulos del Señor”.

Propósitos para Semana Santa Lunes Santo:

Martes Santo:

Miércoles Santo:

Jueves Santo:

Viernes Santo:

Sábado Santo:

Escribiré una carta para cada uno de los miembros de mi familia agradeciéndoles su amor.

Haré un sacrificio en la comida por amor a Jesús.

Haré un acto de caridad sin que nadie se de cuenta.

Asistiré a los oficios para agradecer a Jesús que se quedó en la Eucaristía.

Rezaré el Vía Crucis en una Iglesia.

Rezaré un Rosario para acompañar a María en su dolor.

Domingo de Resurreción: ¡ALEGRÍA! Asistiré a misa para celebrar la victoria de Jesús sobre el pecado.


MARZO 24 DE 2013

Una lección para los de casa

E

ste domingo de ramos, sin lugar a dudas, nos hace venir a nuestra mente aquel pasaje en el que el Señor Jesús llega a la entrada de Jerusalén (Lc 19, 35-38). Según el Evangelio lo ha hecho montado en un burro, el cual lo consi-guieron los discípulos porque el Señor lo necesitaba. Algunos llegan a decir que por lo sencillo tal vez valdría compararlo en estos tiempos, con algo austero como uno de esos autos compactos que usa el común de las gentes; otros llegan a voci-ferar de que Jesús se valió de un “último modelo” (pues según el versículo 30, el burro aún no había sido montado por ningún hombre). Si hablamos de comparaciones, y sin hacer publicidad, no usó una Murano o una Grand Cherokee o un Camry una Expedition o una Suburban, o una CV-R, que para su tiempo pudo haber sido un alazán, es decir, un caballo elegante y exótico usado por la nobleza romana. El Señor Jesús simplemente usó un vochito, que pidió prestado, para hacer un pequeño reco-rrido y al que jamás volvió a subirse. En éstas últimas semanas, hemos vivido momentos muy especiales en la Iglesia. Recuerdo ese amanecer del 11 de febrero en el que se daba la noticia en todos los medios de comunicación la renuncia del Papa Benedicto XVI al Pontificado: “Después de haber examinado ante Dios reiteradamente mi conciencia, he llegado a la certeza de que, por la edad avanzada, ya no tengo fuerzas para ejercer adecuadamente el ministerio Petrino”. La escena y sus palabras, hicieron coincidir a creyentes y no creyentes en un calificativo que lo podríamos sintetizar así: “Este acto de humildad heroica y este acto de sinceridad y honestidad tan grande, siempre en él”. Un mes después, la Iglesia celebra la elección de un hombre a quien los cardenales “fueron a buscar hasta el fin del mundo”, para nombrarlo Papa. El elegido fue el Cardenal Jorge Mario Bergoglio, hombre sencillo, austero, de perfil bajo pero enérgica prédica, valiente defensor de la vida desde la concepción hasta la muerte natural, amante de la música, la literatura y como buen argentino, del fútbol. Es el Papa Francisco, quien fue conocido en Argentina por llevar una vida austera: por vivir solo en un departamento sencillo en las mismas instalaciones de la Curia, a un costado de Catedral; estar al cuidado de los sacerdotes enfermos, y quien en Buenos Aires hacia uso de los medios de transporte público, que por cierto, podemos encontrar imágenes, que en término de los cibernautas, se han convertido en “virales” al mostrar la sencillez y la humildad de quien hoy es guía de la Iglesia Universal. Grandes y significativos han sido las muestras de sencillez en los primeros días, posteriores a la elección del Papa Francisco. Cómo no recordar el día del Habemos Papam, en el que su presen-tación al mundo, en el balcón central de la Basílica de San Pedro, se hizo de la manera más austera: pudo vérsele con una sotana blanca y una cruz de plata como único elemento decorativo. Esa misma

Palabras del Papa Francisco en su primer Misa El Papa Francisco presidió la celebración de la Santa Misa por la Iglesia con los cardenales en la Capilla Sixtina.

noche, mostrando la sencillez que lo caracteriza declinó ir en el auto oficial y usó el autobús que con los demás cardenales se dirigió a la “Casa de Santa Marta”. Quien, como todos su compañeros, pagó la cuenta del hospedaje, a pesar de que los encargados no querían recibir el pago, el Papa insistió hasta que lo aceptaron: “Es lo justo” les dijo. Podemos mencionar otros hechos, como el de evitar el uso del vehículo oficial, seguir utilizando los mismos zapatos negros con los que llegó a Roma. Pero sobretodo hacer hincapié en el nuevo “estilo de cercanía” que ha llegado al Vaticano. Sabemos que es muy pronto y que hay que tener más elementos para evitar hacer un juicio superficial, sin embargo, la trayectoria de Jorge Mario Bergoglio, como Cardenal, tiene itinerario de un gran ejercicio pastoral, de una relación muy directa con el pueblo, con los más humildes y sencillos. Sus mismas palabras han mostrado los rasgos de su espiritualidad y de su pensamiento. Recuerdo su encuentro con los periodistas a quienes les ha mencionado el deseo de “una Iglesia pobre para los pobres”, sus mismas palabras que ha pronunciado en la Eucaristía de su Entronización como Papa: “Quisiera pedir, por favor, a todos los que ocupan puestos de responsabilidad en el ámbito económico, político o social, a todos los hombres y mujeres de buena voluntad: seamos “custodios” de la creación, del designio de Dios inscrito en la naturaleza, guardianes del otro, del medio ambiente; no dejemos que los signos de destrucción y de muerte acompañen el camino de este mundo nuestro”. No cabe duda que el Papa Francisco llegó a Roma como llegó Jesús a Jerusalén y no dudo sin desco-nocer los retos y las mismas dificultades que habrá de pasar a pesar de la alegre y bulliciosa bienvenida en la Plaza de San Pedro. Creo que es pertinente mencionar las palabras de un querido y estimado obispo de ésta Provincia Potosina: “Ha terminado la era de un pontificado monárquico, para entrar a un pontificado de comunión y servicio”.

Fundado por el Arz. Emérito Don Luis Morales Reyes

La RED no necesariamente apoya la publicidad de nuestros anunciantes.

En su homilía el Papa Francisco, comentando las lecturas de esta misa invitó a caminar siempre ante la presencia del Señor. Y dijo “Caminar siempre ante la presencia del Señor y a la luz del Señor, tratando de vivir con ese carácter irreprensible que Dios pide a Abraham en su promesa”. Y prosiguió: “Edificar. Edificar la Iglesia, Se habla de piedras: las piedras tienen consistencia; pero las piedras vivas, piedras ungidas por el Espíritu Santo. Edificar la Iglesia, la esposa de Cristo, sobre esa piedra angular que es el mismo Señor, y con otro movimiento de nuestra vida, edificar”. En tercer lugar el Papa dijo: “Nosotros podemos caminar cuanto queramos, podemos edificar tantas cosas, pero si no confesamos a Jesucristo, la cosa no funciona. Nos convertiríamos en una ONG piadosa, pero no en la Iglesia, esposa del Señor. Cuando no se camina, nos detenemos”. El mismo Pedro que ha confesado a Jesucristo, le dice: “Tú eres Cristo, el Hijo del Dios vivo. Yo te sigo, pero no hablemos de Cruz. Esto no cuenta”. “Te sigo con otras posibilidades, pero sin la Cruz”. Cuando caminamos sin la Cruz, cuando edificamos sin la Cruz y cuando confesamos un Cristo sin Cruz, no somos Discípulos del Señor: somos mundanos, somos obispos, sacerdotes, cardenales, papas, pero no discípulos del Señor. Quisiera que todos, luego de estos días de gracia, tengamos el coraje - precisamente el coraje - de caminar en presencia del Señor, con la Cruz del Señor; de edificar la Iglesia sobre la sangre del Señor, que ha sido derramada sobre la Cruz; y de confesar la única gloria, Cristo Crucificado. Y así la Iglesia irá adelante. Deseo que el Espíritu Santo, la oración de la Virgen, nuestra Madre, conceda a todos nosotros esta gracia: caminar, edificar, confesar Jesucristo. Así sea.


Concilio Vaticano II

¿Qué es el ecumenismo?

MARZO 24 DE 2013

¡No tengan miedo!

Por P. Juan José Torres Galván

I

niciamos la lectura del Decreto Unitatis Redintegratio (La restauración de la unidad) que nos presenta la reflexión conciliar respecto al ecumenismo. El Papa Juan XXIII planteó desde un principio el Concilio como “pastoral y ecuménico”. Por ecumenismo o “movimiento ecuménico” se entiende el conjunto de actividades y de iniciativas que se suscitan y se ordenan a favorecer la unidad de los cristianos. El movimiento ecuménico busca la unidad entre los que invocamos al Dios-Trinidad y confesamos a Jesucristo como Señor y Salvador. El Concilio quiere proponer a los católicos los medios, caminos y formas para responder a la vocación de unir a todos los discípulos de Cristo: “Que todos sean uno, para que el mundo crea” (ver Jn 17, 21). El proyecto salvador del Padre, realizado por Cristo, busca la unidad de todo el género humano. El modelo y principio supremo de este misterio es la unidad del Padre, el Hijo y el Espíritu Santo. Es vocación de la Iglesia de Cristo ser signo de esta unidad querida por Dios. Jesucristo instituyó en la Iglesia el sacramento de la Eucaristía que significa y realiza la unidad. El mandamiento nuevo del amor y la promesa del Espíritu Santo, expresan también esta voluntad de unificar a todos los fieles en un solo Pueblo de Dios. Desde el principio de la vida de la Iglesia se efectuaron algunas divisiones. Al pasar el tiempo se presentaron discrepancias mayores que llevaron a la separación de algunas comunidades cristianas de la plena comunión de la Iglesia. Hay que reconocer que en estas divisiones la responsabilidad fue compartida por ambas partes. Quienes creen en Cristo y reciben el Bautismo debidamente, quedan incorporados a Cristo y constituidos en alguna comunión (aunque no sea perfecta) con la Iglesia católica. Deben ser justamente reconocidos como hermanos en el Señor por la Iglesia Católica. El movimiento ecuménico trata de superar las discre-pancias existentes (ya sean doctrinales, disciplinares o de organización estructural) que se interponen a la plena comunión eclesial. La división entre los cristianos impide a la Iglesia ser fiel a su vocación de plenitud y de universalidad. Los católicos y las demás confesiones cristianas compartimos algunos bienes espirituales, como son: la Palabra de Dios escrita, la vida de la gracia, la fe, la esperanza y la caridad y los dones del Espíritu Santo. El Concilio afirma que las Iglesias y comunidades separadas tienen sentido y valor en el misterio de la salvación. Debemos apreciar los valores cristianos que tienen nuestros hermanos separados para edificarnos mutuamente. El Concilio exhorta a los fieles católicos a cooperar en las iniciativas ecuménicas: eliminando palabras, juicios y actos injustos contra los hermanos separados; fomentando el diálogo entre peritos (expertos en teología y Biblia) y colaborando con los hermanos separados en orden al bien común. Aunque en la Iglesia católica subsiste la unidad que Cristo dio a su Iglesia, también los fieles católicos debemos reconocer sinceramente lo que hay que renovar o corregir en ella, pues en ocasiones los miembros de la Iglesia Católica no vivimos coherentemente los medios de la gracia que Dios nos ha regalado en abundancia. Referencia de lectura: Unitatis Redintegratio 1-4

Vivamos en familia esta Semana Santa Querida Iglesia Potosina Les saludo deseando la paz del Señor con todos Ustedes.

Esta semana hemos vivido como Iglesia el inicio del Pontificado de nuestro Santo Padre Francisco precisamente en el día que celebramos la fiesta de san José, Patrono de la Iglesia, a quien hemos confiado a su Santidad Francisco para que le custodie, como lo hizo con Jesús y nuestra Santísima Madre. Como sucesor de Pedro, el Papa Francisco, ha recibido del Señor el poder de custodiar a la Iglesia: “Apacienta mis ovejas”. Nos ha dicho: “Nunca olvidemos que el verdadero poder es el servicio, y que también el Papa, para ejercer el poder, debe entrar cada vez más en ese servicio que tiene su culmen luminoso en la cruz”. Así, en este espíritu de humildad y servicio, hemos iniciado este nuevo Pontificado que nos da luces para vivir esta Semana Santa que estamos iniciando. Quiero invitarles a vivirla con un espíritu renovado, aprovechando la oportunidad de estar en familia, recuperemos el sentido de nuestra fe propiciando el espacio necesario de recogimiento y reflexión para mantener a la familia unida en estos días santos en los que vivimos, como cristianos, los acontecimientos más importantes en la historia de nuestra salvación: los misterios de la Pasión, Muerte y Resurrección de nuestro Señor Jesucristo. Sé que para muchos de ustedes, el Triduo Pascual, son los únicos días que tienen de descanso durante el año, por ello les invito a QUE DESCANSEN realmente con su familia, sin dejar de acercarse a su comunidad parroquial a recibir las GRACIAS propias de este tiempo litúrgico. Queridos Hermanos, no tengan miedo de acercase al sacramento de la Penitencia, que es el sacramento de la misericordia de Dios, del abrazo de Padre Dios para el hombre, para liberarlo de la esclavitud del pecado que nos lleva a la muerte y resucitar con Cristo el día de Pascua. El TRIDUO PASCUAL, nos hace revivir el evento central de nuestra Redención, nos reconducen de hecho al núcleo esencial de la fe cristiana: la Pasión, Muerte y Resurrección de Jesucristo. Constituyen el corazón y la vida de todo el año litúrgico que celebramos en la Iglesia. Como Iglesia Arquidiocesana celebramos la Misa Crismal el miércoles santo, en la que el Obispo y sus sacerdotes presbíteros diocesanos renuevan las promesas de la ordenación. Se bendicen también los óleos para la celebración de los Sacramentos: el óleo de los catecúmenos, el óleo de los enfermos y el santo crisma. Es un momento muy importante para la

vida de nuestra Iglesia potosina, que reunida en torno a su Pastor, resalta la propia unidad y la propia fidelidad a Cristo, único Sumo y Eterno Sacerdote. Oren por nosotros para que seamos cada vez más discípulos servidores del Señor en su pueblo. El Jueves Santo, la Iglesia recuerda la Última Cena durante la cual el Señor, instituyó el Sa-cramento de la Eucaristía y el orden Sacerdotal. Recordamos también que en esta noche el Señor Jesús nos dejó el mandamiento nuevo: “Ámense unos a otros como yo los he amado”. Este día por la noche, acompañamos a nuestro Señor Jesucristo, adorándole en el Sacramento de la Eucaristía, por ello en cada templo se prepara un altar especial para depositar el Santísimo Sacramento. Les invito queridas familias a acompañar a Jesús al menos por una hora toda la familia reunida. El Viernes Santo. Es el día que hace memoria de la Pasión, Crucifixión y Muerte de Jesús. Vivimos este día con mayor silencio, recuerden que es un día para reflexionar y reencontrarnos con la necesidad que tenemos de morir al pecado uniéndonos a la pasión y muerte del Señor. Manifestemos nuestra piedad cristiana con: el rezo del Viacrucis por las calles, la Celebración de las 7 palabras al llegar al templo; más tarde, la Celebración de la Pasión del Señor, en la que, después de escuchar el relato de la Pasión de Cristo, rezamos por todas las necesidad de la Iglesia y del mundo, adoramos la Cruz del Señor y nos acercamos a recibir la Eucaristía; por la noche acompañamos a la Santísima Virgen con el rezo del Rosario de pésame y la procesión del silencio en la que, como cristianos, hemos de dar un firme testimonio de nuestra fe. El Sábado Santo está marcado por un profundo silencio. Los templos permanecen ce-rrados. No hay celebraciones por la mañana. Vivimos a la espera de la Vigilia Pascual en al que celebramos llenos de júbilo la Resurrección del Señor. Esta es la fiesta más grande para nosotros por ello les invito a superar todo aquello que les impida participar en la Vigilia Pascual. La celebración del Fuego nuevo; la noche Santa que nos DA LA VIDA. Queridos hermanos, aprovechemos estos días santos que nos ofrece nuestra Madre la Iglesia y no olviden vivirlos en familia. Papás y abuelos, ustedes tienen la hermosa y delicada misión de inducir a las nuevas generaciones a que vivan este Triduo Pascual abiertos a la gracia y la misericordia de Padre Dios. Padre Dios les Bendiga. + Mons. Jesús Carlos Cabrero Romero Arzobispo de San Luis Potosí


Nuestra historia

Hagámonos de palabras

LA PAPISA JUANA

¡Qué talento tan ligero y espontaneo tienes!

¿Es verdadera la leyenda en la cual se afirma que una mujer ocupó la Sede del apóstol Pedro?¿De dónde y cuando surge la leyenda? Por Pbro. Lic. Rubén Pérez Ortíz

Por Luis Ricardo Guerrero Romero gromeroluisricardo@gmail.com

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n la actualidad ningún historiador serio incluye en sus trabajos de investigación lo que con el tiempo se ha comprobado que es una leyenda. Se sabe de antemano que, para dar validez a un trabajo es necesario ir a las fuentes y, con ello, comprobar que efectivamente las afirmaciones tienen un sustento veráz; no es el caso de ésta malograda leyenda. Ya que, si bien es cierto el mundo del papado y, sobre todo el antiguo, encierra siempre múltiples interrogantes sobre todo cuando se habla de los excesos que se cometieron cuando importantes familias de la nobleza europea se apoderaron del papado e influyeron para la definición de hombres no aptos para la dignidad de tan alta encomienda. El primero que parece haber tenido conocimiento de la leyenda fue el cronista dominico Jean de Mailly (Archiv der Gesellschaft fur altere deutsche Geschichte, XII, 17 sq., 469 sq.) de quien otro dominico Etienne de Bourbon (1261), adoptó la historia y la incluyó en su trabajo sobre los Siete dones del Espíritu Santo. En dicho relato, la supuesta papisa se ubica alrededor del año 1100 y aun no se le pone nombre. La narración dice que una mujer muy talentosa, vestida como un hombre llegó a ser notario de la Curia, después cardenal y finalmente Papa; que un día esta persona salió a montar y en esta ocasión dio a luz un hijo; que entonces fue atada a la parte posterior de un caballo, arrastrada alrededor de la ciudad, apedreada por la gente hasta morir y en-terrada en el sitio mismo donde falleció; y que ahí fue puesta una inscripción que decía lo siguiente: “Petre pater patrum papissae prodito partum”. Una versión diferente aparece en la tercera reseña de la crónica de Martín de Trapau (Martinus Polonus), insertada posiblemente por el autor y no por un transcriptor posterior. A través de este muy popular trabajo, la historia llegó a ser mejor conocida en la siguiente forma: Después de León IV (847855) el inglés John de Mainz (Johannes Anglicus, natione Moguntinus) ocupó la silla papal dos años, siete meses y cuatro días. Él era, supuestamente, una mujer. En su juventud fue llevada a Atenas con ropas de hombre por su amante y allí fue tal su avance en el aprendizaje que nadie la igua-laba. Llegó a Roma, donde enseñó ciencias y atrajo así la atención de intelectuales. Gozó del mayor respeto por su conducta y erudición y finalmente fue seleccionada como Papa, pero, quedando embarazada de uno de sus asistentes de confianza, dio a luz un niño durante una procesión desde San Pedro a San Juan de Letrán, en algún lugar entre el Coliseo y San Clemente. Ahí murió casi de inmediato y se dice que fue enterrada en el mismo sitio. En sus procesiones, los Papas siempre evitaban este camino; muchas personas creían que los Papas hacían esto por su animadversión a

V

amos tanteando, vamos pesando. Nadie en su sano juicio puede denostar la brocha de los pintores, ellos hacen poesía en trazos dimensionados, como se aprecia en el cubano Roberto Fabelo, y su pintura “Homenaje a Balthus en el muro del Malecón”, y el parrao Joaquín Sorolla, con su obra “Desnudo de mujer” (1902); ejemplares expositores de talento. Ambos han deleitado con maravilloso y sublime ingenio los sentidos de sus espectadores. esa desgracia. Hoy en día se da cuenta de ello y se llega a la conclusión que no era usada por ser demasiado angosta la calle para todo el cortejo pontificio. Sin embargo “la papisa” como se comprueba no se encuentra en el “Liber Pontificalis” ni entre los retratos de los Papas de San Pablo extramuros en Roma. Valoración crítica: Es importante notar que en el arco de los siglos XI y XIII ningún historiador haya incluido en sus escritos alguna referencia histórica de un hecho tan inusitado en el caso de que fuera verídico. Esta supuesta “papisa” es por completo un invento de la imaginería popular para dar mayor carácter mítico a la figura papal y una forma de mofarse del populacho. En el siglo XV, tras el despertar del criticismo histórico, algunos estudiosos como Aeneas Silvius (Espist., I, 30) y Platina (Vitae Pontificum, No. 106) encontraron que la historia no tenía sustento. Desde el siglo XVI historiadores católicos empezaron a negar la existencia de “la papisa”, ejemplos de ello fueron Onofrio Panvino (Vitae Pontificum, Venecia, 1557), (Vitae Pontificum, Venice, 1557), Aventinus (Annales Boiorum, lib. IV), y Cesare Baronius ( en su famosísima obra: Annales ad a. 879, n. 5) y otros. Valoración protestante. También algunos protestantes, como Blondel (“Joanna Papissa”, 1657) y Leibniz (“Flores sparsae in tumulum papissae” en “Bibliotheca Histo-rica”, Göttingen, 1758, 267 sq.) admitieron que la papisa jamás existió. Sin embargo, numerosos protestantes hicieron uso del mito en sus ataques al papado. Todavía en el siglo XIX, cuando lo insostenible de la leyenda fue reconocido por historiadores serios, algunos protestantes (e.g. Kist, 1843; Suden, 1831; y Andrea, 1886) intentaron, con un espíritu anti-romano, probar la existencia de la papisa. Incluso Hase (“Kirchengesch.”, II, 2nd ed., Leipzig, 1895, 81) no pudo reprimir escribir una nota llena de rencor y carente en absoluto de valor histórico sobre este tema.

Así es, la pintura es un talento, tiene un peso cultural y social. A los talentosos los tendría que evaluar un talentometro o que estudiar la numismática, − ¿incoherencia? De ningún modo, es cuestión de enfoques dicen por allí. Digo que al talentoso lo estudie la ciencia de las monedas y medallones, porque el sentido inicial de la pa-labra en juego es de gran peso, de valor convencional, pues es a partir del juicio general que se otorga valor al dinero, de la misma forma a una persona según su ingenio se le valoriza y sopesa. En el griego existe la α, (alfa) tiene una gran productividad como prefijo, pero no sólo significa privación −como por muchos sabido−, también es α copulativa que proviene de αμα: al mismo tiempo, junto, con, de igual peso atalánta; α copulativa y ταλαντον, (talanton) quiere decir: peso. Así se le nombraba a las monedas en Grecia, aún el latín conserva talentum, para indicar el peso, pero también ingenium; el resultado talanton˃ talentum˃talento. En la Biblia existen numerosos sucesos en donde talento es de notarse: “E Hiram había enviado al rey ciento veinte talentos de oro” 1R 9-14; “por lo cual tuve miedo, y fui y escondí tu talento en la tierra” Mt 25-25; “Y cayó del cielo sobre los hombres un enorme granizo como del peso de un talento” Ap 16-21. Hoy usamos talento para la persona que tiene un peso significativo en relación con los demás, porque su ingenio que es una disposición natural, es más destacado y por ello con más peso. Es una bonita paradoja, el talentoso (el más pesado) no cae, sino que se encumbra.

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¿Primeros enemigos de Francisco? Por P. Kino

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uiero confesar que me dio mucho gusto que el Papa Francisco haya sido un Papa latinoamericano. No me detengo en decir las atribuciones que este nuevo Pontífice tiene, pues para estas alturas ya la mayoría de los lectores las sabe. Quiero hacer referencia de una carta, que el entonces cardenal Bergoglio envió a unas religiosas carmelitas, para hacer oración a fin de que no se aprobara el matrimonio entre personas del mismo sexo en Argentina. Primeramente, ya podemos hablar de algunos que no les satisfizo que él haya llegado a ser Papa, pues querían a alguien “con mayor apertura” en este campo. A estas personas les digo, que la aceptación o no de estos matrimonios, no es cuestión de Papa que este en funciones, es un mandato divino e independientemente quién hubiera llegado a la Sede Papal, no hay posibilidad alguna de aceptar este tipo de matrimonios. Creced, multiplicarse, llenad la tierra y sometedla es el mandato de Dios y la unión entre personas del mismo sexo no tiene cabida en el plan original de Dios. El ahora Papa les dice a esas religiosas que “el padre de la mentira” pretende engañar a los hijos de Dios. Se le percibe en esta carta como un hombre valiente, que no tiene miedo enfrentar incluso a los legisladores que aprueban esta situación contra la Iglesia. Pero también se le percibe como un hombre lleno de Dios, pues en la misma carta pide oración y sacrificio, para que venga el Espíritu Santo en esas situaciones que contradicen la doctrina cristiana del matrimonio. Un gesto con el cual ganó la simpatía de feligreses fue, desde mi percepción, cuando pidió que se orara por él antes de él impartir la bendición. Esta actitud no es nueva en su persona, ya que en la carta que dirige a las religiosas también les pide que recen por él. El Papa Francisco es un hombre muy mariano, su primera visita será a la Basílica de Santa María la Mayor, para encomendar a ella su ministerio Petrino. La carta a la cual me he referido en este artículo termina diciéndoles a las religiosas “que Jesús las bendiga y la Virgen Santa las cuide”. Finalmente, ¿Quiénes serán los primeros enemigos del Papa Francisco ? obviamente los que por no estudiar, ignoran la teología moral de la Iglesia, que creen que la postura de la misma sobre temas controvertidos, como matrimonios del mismo sexo, la eutanasia, el aborto etc., son cuestión del sucesor de Pedro y no de doctrina de la Iglesia… Así que se quedarán esperando al Papa “anticristo” que no es por decepcionar pero lo veo muy verde, ya que la Iglesia cuenta con la asistencia del Espíritu Santo y Él nunca se equivoca.

Las heridas en el hogar Por Pbro. Lic. Héctor Colunga colunga46561@hotmail.com

Muy estimados lectores: En los ejercicios espirituales que tuvimos hace poco en Jesús María, el expositor nos dio el siguiente ejemplo: Una vez, una persona vio que atropellaron a un pastor alemán y fue pronto a auxiliarlo; al quererlo ayudar recibió una mordida. Estaba tan desilusionado que le contó a su amigo que el perro lo había mordido y le preguntó por qué, si lo que intentaba era ayudarle, y respondió el amigo; “porque estaba herido”. Si tú vas en tu carro y de repente se te atraviesa alguien, la reacción que tienes es que le recuerdas a su mamá, dices groserías y te enfureces; eso significa que estás herido. Si una persona te saluda y te da los buenos días, tú no contestas y le respondes “¿qué tienen de buenos?”; es que estás herido. Si tu esposa te pide que le des el gasto de la semana y para la colegiatura, tú de mala gana le recriminas que no tienes trabajo y por consiguiente no hay para la despensa; es que estás herido. Si tu esposa te avienta la comida en la cara y te dice que es lo que hay de comer, porque no alcanza para la semana; es que está herida. Si tu hijo siempre se queja de que nada más a él le ordenan que haga las cosas y los mandados y a sus hermanos no; es que está herido. Si tu hija se enojó porque le llamaste la atención de que llega tomada y a altas horas de la noche, no oye razones de que le hace daño juntarse con malas compañías; es que está herida. Si tú le diste en vida al hijo consentido tus bienes inmuebles y de buenas a primera te corre de la que ahora es su casa, y no importándole a dónde te vas a ir; es que está herido. Si pasan los meses y no eres para tomar el teléfono y preguntar cómo están tus padres y velar por ellos un momento; es que estás herido. Si hablas a gritos y malas palabras a tus hijos; es que estás herido. Todas las acciones malas que tú hagas y que afecten la vida comunitaria, es señal de que hay algo en ti que no va; hay que analizar qué tienes, qué traumas o conflictos psicológicos arrastras de años que repercuten en la familia y que por consiguiente, no se vive en armonía ni en paz. Hasta la próxima semana.


Las siete palabras de Jesús en la Cruz

El Año de la Fe,

un tiempo especial de gracia para la conversión de las familias Por Pbro. José Antonio Martínez Ortiz

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l pasado 11 de octubre comenzó el Año de la Fe, un periodo de especial recogimiento que finalizará el 24 de noviembre de 2013, en la solemnidad de Cristo Rey. Este espacio de reflexión que ofrece la Iglesia será, en rigor, providencial para las familias y es que éstas hoy están en medio de muchísimas amenazas: aborto, legislaciones civiles contrarias al matrimonio, divorcio, sobrecarga laboral, movimientos migratorios interiores y exteriores, incremento de la violencia de género, entre tantas. Ante tal panorama es importante que las familias cristianas redescubran cuál es su misión educativa y que, además, asuman un activo compromiso social para la transmisión del Evangelio en un mundo cada vez más secularizado. La sociedad actual, tal como se observa, tiene sed de mo-delos familiares donde –como dijo Pablo VI- padres e hijos “evangelizan y son evangelizados” por su fidelidad al Amor de Cristo. Y el tema de los testimonios no es menor, cuando tanto dolor atraviesa hoy a miles de familias. Esto, muchas veces, impide que haya climas adecuados para la recepción del mensaje liberador y esperanzador del Buen Pastor en esta institución fundamental de la sociedad. Es que como sostuvo alguna vez el cardenal español Antonio Cañizares, “cuando falla la familia se encuentran serias dificultades para transmitir la fe y acogerla”. Por ello, como afirma la Encíclica Gaudium et spes, es vital que las familias cristianas colaboren con la misión redentora de Jesús y conviertan sus hogares “en escuelas del más rico humanismo”. Los padres, fundamentales Para esta tarea son fundamentales los padres. Son ellos los garantes de una fe ardorosa, que es capaz de transformar el lugar donde viven en un pequeño Belén. Familiaris consortio tiene, al respecto, unas hermosas palabras: “En virtud del ministerio de la educación, los padres, mediante el testimonio de su vida, son los primeros mensajeros del Evangelio ante sus hijos. Es más, rezando con los hijos, dedicándose con ellos a la lectura de la Palabra de Dios e introduciéndolos en la intimidad del Cuerpo –eucarístico y eclesial- de Cristo mediante la iniciación cristiana, llegan a ser plenamente padres”. Y es así: el testimonio es clave. La sociedad demanda referentes, y lo hace, en el actual contexto de confusión y relativismo cultural en que se encuentra, a través de intensos gritos ahogados. Busca respuestas. Contención. La capacidad de volver a creer en una comunidad donde el hombre sea amado por sí mismo. Y aquí es donde las familias cristianas pueden hacer una gran contribución por medio de la entrega y la donación generosa de sus miembros. El reconocido filósofo español Julián Marías –ya fallecidodijo una vez: “Una de las principales diferencias entre la verdad y la mentira es que la primera es coherente, mientras que la segunda entra siempre en conflicto consigo misma”. La ecuación es simple: sin coherencia no hay testimonio. Sin éste, no hay fe. Y sin fe, la familia corre serios riesgos de desplomarse. La comunidad anhela testimonios coherentes por parte de las familias cristianas. Y el Año de la Fe, “será un momento de gracia y de compromiso para un plena conversión a Dios, para reforzar nuestra fe en Él y para anunciarlo con gozo al hombre de nuestro tiempo”.

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Por Pbro. Lic. Salvador González Vásquez

a agonía de un hombre es la lucha entre la muerte que se avecina, y la vida que se acaba. Cuando el hombre esta muriendo se resiste a romper el vínculo que le une a los vivos, y sus últimas palabras son sembradas en los demás como un consuelo que le ayuda a sentir que en ellos ha de perpetuarse. Jesús antes de morir, nos dejó como regalo sus últimas palabras. Y como él tiene palabras de vida eterna, éstas se han quedado con nosotros por toda la eternidad. Sus últimas pa-labras son las de un hombre que esta a punto de morir, para ayudar a los hombres a vivir. “PADRE, PERDONALOS PORQUE NO SABEN LO QUE HACEN” (Jn 23,34). Los dones más perfectos vienen de Dios. Y uno de ellos, es el perdón, que significa perfecto-don. Jesús se ha quedado sin la fuerza, pero la fortaleza del corazón es aún mayor, al grado de pedir perdón hasta para sus propios verdugos. Aún en el lugar de tormento, no piensa en si mismo, no pide venganza; su corazón y su pensamiento están dirigidos hacia el Padre, y aún en los momentos de dolor, no deja de amar a sus enemigos. Solo Dios, puede amar al hombre a pesar de su miseria. Jesús es misericordioso, porque ama al hombre, sin importar que su alma esta llena de miserias. De ahí el significado de la palabra misericordia, miserans-miseria y cor-corazón, el corazón en la miseria. La misericordia solo puede ejercerse con los miserables. Cristo no busca que seamos perfectos para poder amarnos. El nos ama para que podamos alcanzar la perfección. Y ésta no se alcanza si no vivimos la experiencia del perdón. Dios no ama al hombre por ser bueno o malo, lo ama porque es suyo y no quiere que se pierda. “EN VERDAD TE DIGO, QUE HOY ESTARÁS CONMIGO EN EL PARAISO” (Luc 23,34). No existen los buenos ladrones, pero hay hombres humildes que a pesar de su maldad, no se ciegan ante la verdad. Se necesita ser humilde para aceptar nuestras miserias y reconocer la grandeza de Dios. “Porque yo reconozco mi maldad, y tengo siempre delante mi delito”. (salm 50,5). El hombre que reconoce la bondad, no obstante que es un pecador, ya esta en el camino de la salvación. Y esto ha sucedió con el ajusticiado que también agonizaba al lado de Jesús. Un paraíso donde no este Cristo se nos convierte en un infierno. Por eso, la promesa de estar en un Paraíso no puede ser plena, sin ella no se encuentra Dios. El ladrón arrepentido fue un hombre canonizado directamente por Jesús: “…hoy estarás conmigo en el paraíso”. “MUJER, AHÍ TIENES A TU HIJO”. “AHÍ TIENES A TU MADRE” (Jn 19m,26-27). Dolor y maternidad van de la mano. No hay una madre que no dé la vida sin estar afectada por el sacrificio. El auténtico amor de madre esta fortalecido por la disposición al sufrimiento, ya que con dolores de parto es como se engendra la vida. Hay que dar vida al hombre nuevo, y María es coparticipe junto con Cristo de esta salvación. Ella es nuestra corredentora. El amor de una madre, es el más parecido al amor divino. Ese amor no pone condiciones, ama al hombre tal cual es. Y gracias a ese amor incondicional, a María también se le puede llamar, la madre de los pecadores. Una mujer que tiene entrañas maternales, tiene la capacidad de amar a toda la humanidad, y María empieza a convertirse en nuestra madre; la que esta dispuesta a sufrirlo todo, con tal de salvar a cada uno de los que se le han encomendado.

“DIOS MIO, DIOS MIO, ¿POR QUÉ ME HAS ABANDONADO?”(Mc 15,34). No hay pena más grande que la soledad, ésta provoca un dolor difícil de soportar. Porque el hombre una vez que se siente abandonado, ya no cuenta con nadie que le ayude a levantarse. El hombre se siente abandonado por Dios, porque la humanidad cuando pecó, rompió el vínculo que le ligaba a Dios. Y como decía san Agustín: “A ti nadie te pierde, sino el que te abandona”. “No es bueno que el hombre esté solo” Así dijo Dios. La soledad es consecuencia del pecado, el hombre peca por egoísmo y éste lo aparta de los demás, pero sobre todo de Dios. Dios no creo la soledad. Ésta es un terrible mal, es carencia. ¿Por qué Cristo se sintió abandonado? Porque Él cargó con nuestros pecados, el experimentó lo más profundo del dolor humano, que es la terrible soledad, sentirse abandonado hasta del mismo Dios. “TENGO SED” (Jn 19,28) El agua es señal de vida, es imposible vivir sin ella. Y la sed es anhelo de vida. La sed de Jesús es deseo de que el hombre viva. Por que su pecado lo aleja cada vez más de la vida con Dios. Ya que una vida sin Dios se vuelve un infierno. “Oh Dios, Tú eres el Dios mío, a Ti te busco ansioso; mi alma tiene sed de Ti, y mi carne sin Ti languidece, como tierra desierta, árida, sin agua” (Salm 62,2). Cristo emplea las palabras de los salmos. Jesús habla en nosotros y por nosotros. Y esa exclamación de sed, es la expresión de un hombre que al apartarse de Dios se encuentra abandonado como en si estuviera en un desierto. Nuestra alma tiene sed de Dios. El tormento de Jesús no es tanto por la falta de agua natural, es por la sequedad en la que vive la humanidad al no buscar la vida sobrenatural. La ausencia de Dios, convierte nuestra vida en un desierto, con carencia de agua. Y sin ésta, la vida se agota. “TODO ESTA CUMPLIDO” (Jn 19,30) Nada tan desagradable como una obra inconclusa. Cuantas promesas que nunca se cum-plieron. Hay muchas esperanzas que fueron fallidas, porque nunca se hicieron realidad. Solo Dios cumple sus promesas. El Señor todo lo concluye y lo lleva a plenitud. El Padre ha tenido un plan para su hijo y lo ha llevado a término. A Cristo se le ha encomendado la tarea de redimir al hombre con su martirio. Jesús llega hasta el extremo, hasta donde no puede llegar ningún hombre. El ha amado como nadie, amar con dolor aún a quienes lo han dañado. “PADRE, EN TUS MANOS ENCOMIENDO MI ESPIRITU” (Lc 23,46) No solo hay que poner la vida en las manos de Dios, también pongamos nuestra muerte, para que Él pueda devolvernos la vida. Porque todo aquello que es tocado por Dios, se transforma en vida. El hombre por soberbia se abandona a sus propias fuerzas. Y la mano del hombre es poder para el bien, pero también para el mal. La humanidad dejada a sus propias manos, se apresura hacia la destrucción. Es mejor encomendar el espíritu y la vida entera, en las manos Dios. La mano de Dios es señal de protección; es símbolo de intervención divina, de presencia y acción. Las palabras de Jesús antes de morir, son un testamento de amor. El nos lo ha dejado todo en herencia, hasta su propia vida. Y sus palabras son pocas, pero suficientes para ayudarnos a vivir. Porque Él ha venido para que tengamos vida y una vida en abundancia.


Los libros y sus autores

Las palabras y los silencios Derechos Humanos, palabra, Persona y democracia

Buenos Aires, editorial San Pablo 2012, 112 páginas Rodolfo Luis Brardinelli Por Mtro. Luis Marino Moreno F.

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a frase de Eduardo Galeano con que se inicia este libro “Los hombres no se hacen en el silencio sino en la palabra… decirla no es privilegio de algunos sino derecho de todos”, encierra, como una clave, todos los elementos que en él se van hilvanando para tratar de mostrar la profunda y fecunda secuencia vital que va desde ese humilde y democrático tesoro que es la palabra a la necesaria y muchas veces dificultada comunicación humana, y de allí a la imprescindible y nunca acabada democracia. El recorrido parte del concepto de Derechos Humanos, de su lento construirse a través de la historia y de su expansión y alcances actuales. Continúa mostrando la existencia del derecho a la palabra, la forma en que los hombres “se hacen” en ella y el vínculo que la convierte casi en una condición de posibilidad para la existencia de la comunicación humana. Sigue luego intentando exponer la actualidad de ese derecho, que no es un privilegio de algunos sino derecho de todos”, al mostrar los viejos y nuevos desafíos que enfrenta en estos días de comunicación concentradas y globalizadas, y la relación entre estos retos y la posibilidad de profundizar la vigencia y los alcances de la democracia. Termina el itinerario exponiendo los pasos que parecen encaminar el derecho a la comunicación hacia su aceptación formal como un derecho amplio y abarcativo debajo del cual podría cobijarse el resto de los derechos relativos a la comunicación y a la información. RODOLFO LUIS BRARDINELLI Sociólogo por la Universidad de Buenos Aires, Profesor Ordinario por la Universidad Nacional de Quilmes. Trabaja en Derechos Humanos, religión, vida penitenciaria. Sus obras: Los Derechos humanos en la DSI (En colaboración)2004, Los presos hablan de los DD HH en la cárcel (En colaboración (2009); Manual de la Doctrina Social de la Iglesia (en colaboración) 2012, Desafíos sociales (En colaboración) 2012.

07 CIUDAD DEL VATICANO.- El Papa Francisco detuvo el jeep en el que recorría la Plaza de San Pedro para descender del vehículo y saludar con mucho afecto a un hombre con discapacidad que recibió el cariñoso gesto con mucha alegría. Las imáganes ya han dado la vuelta al mundo. En medio de un mar de banderas de todo el mundo, más de cien delegaciones oficiales, autoridades de diversos países y una multitud que abarrotó la Plaza de San Pedro, el Santo Padre presidió la Eucaristía con la que oficialmente comenzó su Pontificado en el día de la solemnidad de san José. Puede ver el video en http://www.youtube.com/watch?v=SUKMMQUF7fU ROMA.- El Presidente de la Conferencia Nacional de Obispos de Brasil, Cardenal Raymundo Damasceno Assis, confirmó que el Papa Francisco viajará a Brasil en julio para participar de la Jornada Mundial de la Juventud (JMJ) Río 2013. Las declaraciones del también arzobispo de Aparecida están en consonancia con lo afirmado días antes por el Arzobispo de Río que indicó que el obispo Emérito de Roma, Benedicto XVI, había dicho que él o su sucesor estarían presentes en el gran evento eclesial. El Cardenal Damasceno, desde Roma en donde participó del Cónclave, dijo que “tuve la oportunidad de hablar con Bergoglio (el Papa Francisco) y me dijo que sí va a Brasil”. ROMA.- En una entrevista para el Semanario, el cardenal don Juan Sandoval Íñiguez, arzobispo emérito de Guadalajara hace un recuento de su participación en el Cónclave y habla de Su Santidad el Papa Francisco. El Papa Francisco, dirán que tiene 76 años, pero en estos momentos está muy bien de salud, es un hombre virtuoso, muy de oración, es un hombre muy sencillo, humilde, ca-ritativo, pobre y con esa bondad y esa piedad tiene también algo que es muy valioso para la Iglesia, la disciplina de los Jesuitas; es un hombre de carácter disciplinado, que podrá también poner orden en la Iglesia. BUENOS AIRES.- En una sorpresiva comunicación telefónica con los jóvenes reunidos en vigilia esta madrugada en la Plaza de Mayo, en Buenos Aires (Argentina), a pocas horas de la Misa de inauguración de se pontificado, el Papa Francisco les pidió que se cuiden los unos a los otros.

 En su llamada, alrededor de la las 3:30 a.m. hora local, el Santo Padre les pidió “un favor: cuidémonos los unos a los otros. Cuídense entre ustedes, no se hagan daño. Cuiden la vida, cuiden la familia, cuiden la naturaleza, cuiden a los niños, cuiden a los viejos”.

 El Papa también les exhortó a “que no haya odio, que no haya peleas. Dejen de lado la envidia, no le ‘saquen el cuero’ a nadie, dialoguen”. “Que entre ustedes, este deseo de cuidarse vaya creciendo en el corazón”, pidió. LOS ÁNGELES.- El arzobispo de Los Ángeles (Estados Unidos), monseñor José Gómez, afirmó que es una hermosa señal que el nuevo Papa Francisco “sea el primer Papa de las Américas” y agradeció a Dios que se haya elegido a un Santo Padre que vive con sencillez y deseo de santidad. “Damos gracias a Dios por ha-bernos dado un Papa que es un hombre humilde que vive en sencillez y con deseo de santidad. Nuestro nuevo Papa es un defensor de los pobres, un maestro fuerte y un líder comprometido con la renovación de la Iglesia y la nueva evangelización de nuestro mundo”. “Es una hermosa señal que nuestro nuevo Papa sea el primer Papa de las Américas, del Nuevo Mundo. La elección del Papa Francisco es una invitación a todos para que nos esforcemos por la santidad y trabajemos para que nuestros países y nuestros continentes sean un ‘nuevo mundo de fe’”, añadió. SAN LUIS POTOSÍ.- Don Jesús, Carlos, arzobispo de San Luis Potosí, celebró la Eucaristía éste domingo pasado, con la intención de agradecer a Dios por el regalo que nos ha hecho en la persona del Papa Francisco al elegirlo como sucesor de Pedro: “Como Pastor de esta Iglesia, me alegra ser portavoz de la felicidad y gratitud de los fieles y sacerdotes por el gran regalo que Dios nos ha hecho en la persona del Papa Francisco, un hombre de gran experiencia pastoral que a todos ha cautivado por su sencillez y franqueza, signos claros de una profunda espiritualidad fundada en Cristo y amorosamente encomendada a la Santísima Virgen María”.


¡Padre, en tus manos encomiendo mi espíritu! Por Pbro. Darío Martín Torres Sánchez

El drama de la pasión de Jesús fue lo que más ocupó a los escritores del Nuevo Testamento. Lo notamos en el amplio espacio que los evangelios dedican a este importante evento, el cual sucedió en pocas horas, lo cual hace contraste con lo sintético de los eventos del ministerio de Jesús, que duraron, posiblemente, varios meses o años. En el ciclo anterior vimos la Pasión de Jesús a través del lente de san Marcos, el cual nos impacta al mostrarnos la crudeza del sufrimiento, destacando la experiencia de abandono y de soledad total de Jesús; de los discípulos se dice: ¡todos huyeron!, sumando a esto la traición de uno y la negación de otro; dicha soledad llega a su clímax en su grito final en la cruz: ¡Dios mío, Dios mío! ¿Por qué me has abandonado?

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ste año san Lucas nos hace ver aspectos nuevos en la Pasión de Cristo. Entre ellos, uno de los más notorios, es la compañía del Padre Celestial en medio del dolor, la cercanía del Padre a pesar del abandono de los demás. Hay vínculos que no se rompen aún en medio del dolor y de la muerte, son los vínculos que lo unen al Padre. Así, san Lucas nos relata la confortante presencia de Dios Padre, que consuela a su Hijo en la oración en el huerto en la forma de un ángel. Presencia manifestada también en la mujeres que lloran al verlo camino al calvario, presencia en la consideración de uno de los malhechores, presencia cierta en las palabras confiadas de Jesús al momento de expirar ¡Padre, en tus manos encomiendo mi espíritu! presencia en quienes se golpean el pecho ante su muerte. Eventos todos exclusivos de este Evangelio, mostrando que el Padre jamás se aleja, que sostiene a su hijo en el dolor.

En su camino a Jerusalén Jesús dejó claro que la oración siempre tiene respuesta, de hecho así abrió este evangelio, con las palabras de Gabriel a Zacarías “tu petición ha sido escuchada” (1,13). Por tanto, la oración del Hijo amado en Getsemaní no podía quedar sin respuesta, el misterioso conforto del ángel así lo confirma. Su consolación parece ser la “consecuencia” de dos elementos claros: por un lado, Jesús siempre estuvo ocupado en las cosas de su Padre; por otro, aseguró que la oración nunca queda sin respuesta. Por otra parte, para san Lucas es fundamental reconocer la inocencia de Jesús. Así, además del juicio judío ante el Sumo Sacerdote y el juicio romano ante Pilato, sólo él reporta una comparecencia también ante Herodes. Elemento que acentúa la inocencia de Jesús, pues nadie encuentra culpa en Él. Así queda evidenciado en la segunda comparecencia ante Pila-

to: su inocencia es reiterada y se hace obvia la incapacidad de los hombres para juzgarlo. El vestido espléndido que le impone Herodes, irónicamente hace reflejar su realeza (desde su nacimiento se anunció su identidad real cuando el ángel Gabriel predijo que se sentaría en el trono de David; y fue recibido como rey, sólo en este Evangelio, a su llegada a Jerusalén), mientras que, los que intentan juzgarlo, ninguno es rey. La reconciliación de dos enemigos en el proceso del juicio a Jesús, Herodes y Pilato, ma-nifiesta que no hay situación adversa que impida que Jesús sigua ejerciendo su ministerio de reconciliación, así como ejerció el de curación al sanar la oreja del siervo del Sumo Sa-cerdote durante su arresto; igualmente, desde la cruz pide perdón para sus ejecutores y asegura el Paraíso a uno de los malhechores, rasgos todos de Jesús lleno de misericordia y de su muerte salvadora.

“Tu petición ha sido escuchada”


La Arquidiócesis de San Luis dio gracias a Dios por el Don del nuevo Pontificado

Nuevo dispensario de Cáritas

Por LCC Angélica Maldonado Morales

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su máxima capacidad lució nuestra hermosa Catedral Metropolitana Potosina el pasado domingo 17 de marzo del 2013, con motivo de la Misa de acción de gracias por el Don del nuevo Pontificado, de S.S. Francisco, la cual fue presidida por nuestro pastor monseñor Jesús Carlos Cabrero Romero, y en la que se dieron cita cientos de fieles que se unieron en oración de gratitud a Dios por concedernos un nuevo pastor de la Iglesia Universal, que ocupa el número 266, a la vez que se pidió para que el Señor lo fortalezca e ilumine como digno Sucesor de san Pedro.

Y para recordar nuestras raíces, marcaron este gran momento cargado de profundo júbilo espiritual, los tradicionales danzantes que hicieron una oblación al Señor con sus danzas y su incienso, agradeciendo a Padre Dios todos los ahí reunidos, de todo corazón, con profunda devoción y respeto, aunque con desbordante alegría, el Don de un nuevo Papa, porque ya no estamos en la orfandad, porque ya no estamos más huérfanos, sino acogidos por un guía, un pastor que sin duda con todas sus cualidades, dones, virtudes y carismas atraerá a muchos hacia Cristo.

Sacerdotes y fieles encabezados por nuestro pastor, presenciaron jubilosos esta magna y solemne concelebración Eucarística en la que se proyectó en macropantallas, el primer mensaje que emitiera S.S. Francisco a todos los fieles del mundo, en el que nos dio su primera bendición y oró por el mundo entero y el Papa emérito Benedicto XVI.

En su homilía, don Carlos Cabrero exhortó a todos practicar verdaderamente el Evangelio, a renovar nuestra fe para una nueva reconstrucción en la Iglesia, siendo PIEDRAS VIVAS, dejando ejemplo de amor, de fe, de esperanza, de caridad bien vivida, y haciendo a un lado todo tipo de pecado, de odios, divisiones, rencores, envidias, malos entendidos, corrupciones, engaños, falsedades, porque tal pareciera que en lugar de tener un corazón de carne lo tuviéramos de piedra, afirmó nuestro apreciado arzobispo

Antes de iniciar la Misa de acción de gracias de las 12 del día, se escuchó el repique de campanas, la pirotécnia y se dejaron caer desde lo alto del interior de la cúpula octagonal de la arquitectónica e imponente Catedral, globos con los colores del Vaticano.

“Es preciso renovar nuestro corazón con la presencia de un nuevo Pontífice y ser mejores seres humanos y mejores cristianos, practicando el Evangelio del amor, del perdón y de la paz, preocupémonos cada día por ser gratos a los ojos de Dios”.

En la primera semana de marzo de 2013, Con la presencia del señor cura, padre Miguel Ángel Carvajal y padre Rubén Pérez Ortíz de la Pastoral Social-Cáritas y el presidente muncicipal de Villa de Reyes, señor José Piedad Galicia, se bendijo e inauguro el Dispensario Médico de la Parroquia San Rafael Guizar, obispo. Como un espacio de ayuda y servicio a la comunidad.

Siete domingos en honor a San José Como Cada año, en el marco de los festejos en honor al san José, en el Santuario de San José y del Señor de los Trabajos, a partir del 5 de febrero de 2013, se celebraron los siete domingos en honor a Nuestro Señor San José. Durante estos domigos se ganó el Don de la Indulgencia Plenaria, previa confesión y comunión Sacramental, entre los sacerdotes celebrantes, estuvieron monseñor Arturo A. Szymanski Rmz y monseñor Roberto Balmori Cinta, obispo de la Diócesis de Ciudad Valles.

Ejercicios espirituales en María Auxiliadora Como en la mayoría de las parroquias de la Arquidiócesis de San Luis Potosí, en la parroquia de María Auxiliadora, acompañados por su párroco, el padre José de Jesús Cruz Rodríguez, en la colonia Tercera Chica, se llevaron a cabo una serie de ejercicios espirituales a fin de vivir plenamente la Pascua del Señor.


El arzobispo Carlos Cabrero, visitó la parroquia de Nuestro Padre Jesús

En esta fiesta patronal, don Carlos institituyó ministros extraordinarios de la Eucaristía Por Luis Ricardo Guerrero Romero

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orresponder a la invitación del párroco Leoncio Rivera; instituir ministros extraordinarios de la Eucarístía y la bendición del la capilla de oración (sagrario); fueron los tres motivos que llevaron al arzobispo don Carlos Cabrero a visitar la parroquia de Nuestro Padre Jesús, en la colonia las Piedras. Durante la homilía mencionó el arzobispo que agradecía el celo pastoral de párroco y que agradecía de corazón la entrega de la Iglesia Potosina ante la llegada del nuevo Papa. Recordó que la mirada del Padre es de amor, y su entrega es total y que así como el padre del pasaje del hijo prodigo acude al hijo que ha regresado, también nuestro Padre Dios asiste a nuestro corazón para darnos vida nueva. Luego de su homilía, se presentaron a las dos personas que fueron instituidas ministros extraordinarios de la Eucaristía, quienes respondieron al llamado de servicio a la comunidad y de llevar el sacramento de la Eucaristía a los enfermos o a aquellos a los que por alguna circunstancia no pueden asistir al templo, pero siguen siendo parte de nuestra Iglesia.

Ejercicios Espirituales con nuestro pastor No nos expongamos a la tentación del pecado

Por LCC Angélica Maldonado

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o debemos exponernos a peligros y tentaciones graves, porque recorde-mos lo que dice el sabio refrán popular: “Tanto va el cántaro al agua hasta que cae al pozo”. “Jesús nos enseña que no debemos exponernos a peligros y tentaciones, porque Él no reparte milagros a los que lo andan desafiando, y sólo se sale victorioso por un milagro del Señor”. Así lo señaló nuestro pastor, monseñor Jesús Carlos Cabrero, durante su primer día de ejercicios espirituales, que dieron inicio en la S.I. Catedral el pasado lunes 11 de marzo del 2013, donde dijo claramente: “No hay que comprometernos a más de lo que podemos; no debemos hacer obras que vayan más allá de nuestras capacidades sólo para dejar sorprendidos a los demás. No hay que tentar a Dios tampoco en ese aspecto; no debemos hacer cosas más allá de nuestra capacidad o de nuestras fuerzas”. “Recordemos que el diablo lleva a Jesús a la montaña más alta, mostrándole todos los reinos, sin embargo Jesús superó todo tipo de tentaciones; ahora

vemos tristemente cómo muchos se han perdido por la avaricia, por querer cambiar a Dios por el materialismo y la corrupción, yo no sé cómo pueden vivir así. “Nosotros somos imperfectos y podemos ser tentados, no somos Dios, somos humanos y podemos caer en las trampas que nos pone Satanás. Nuestro caminar en la vida es una continua lucha, por eso se nos ofrece la Cuaresma, un tiempo para retomar el cambio, nos lleva a seguir a Jesús aunque estemos en crisis, pues éstas se tornan precisamente una oportunidad para acercarnos al Señor. “Veamos la crisis no desde el punto negativo, sino desde el punto de vista de la fe, porque las crisis nos ayudan muchas veces a ser mejores, de ahí que la Cuaresma empiece con la Ceniza, porque del polvo que somos, Jesús nos invita a resurgir de la muerte del pecado a la vida nueva. Es una ocasión para transformarme y ser el hombre o la mujer que Dios quiere que sea. “Cuando hablamos de crisis gene-ralmente lo aplicamos en el aspecto

económico, pero en el aspecto espiritual, personal, familiar, laboral, es cuando más nos debemos preocupar por alcanzar la santidad en nuestra vida, desde luego, de la mano de Dios, claro está que si queremos luchar solos no podremos nunca. “Las crisis siempre serán buenas, positivas, porque nos ayudarán a estar cerca de Dios, a tener interacción íntima con Él a través de nuestra oración constante, perseverante y de nuestra fe firme puesta en el Señor y en María Santísima nuestra Madre. “Centremos nuestros objetivos en alcanzar a ser la imagen viva de buenos creyentes en el ámbito familiar, a ser buen ejemplo en el trabajo, a imitar a los Mártires, pues ellos son ejemplos de vida, todos ellos terminaron perdonando a quienes los torturaban, pero claro que la clave está en la fe.

No se olviden de invocar a María nuestra Madre en las tentaciones, pues la Santísima Virgen nos ayudará a rechazar todo tipo de pecado. Centremos pues nuestros corazones en el Señor”. Concluyó don Carlos.

Temas muy actuales, como las tentaciones que nos acechan y debemos superar; las crisis emocionales y espirituales que vivimos, y el profundo amor que Dios nos tiene para sanar nuestras heridas, fueron sólo algunos de los puntos que abordó nuestro pastor, monseñor Jesús Carlos Cabrero Romero, en su primer día de ejercicios espirituales impartidos en la S.I. Catedral.


MARZO 24 DE 2013

Escudo y lema del Papa Francisco:

“Amándolo lo eligió”

Tu eres Pedro

Radio Vaticana

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l Director de la sala de prensa de la Santa Sede, Padre Federico Lombardi, explicó en conferencia de prensa que el escudo del Papa Francisco es esencialmente el mismo de cuando era arzobispo y que su lema es Miserando atque eligendo, que puede traducirse como “Lo miró con misericordia y lo eligió” o “Amándolo lo eligió”. En los trazos esenciales el Papa Francisco ha decidido conservar el mismo emblema que mantuvo desde su consagración episcopal, particularmente caracterizado por la sencillez. El escudo azul aparece coronado por los símbolos de la dignidad pontificia iguales a aquellos elegidos por su predecesor Benedicto XVI: la mitra colocada al centro y en alto con las llaves entrecruzadas, una representada con el color del oro y la otra con el de la plata, unidas (en la parte baja de la imagen) por un lazo rojo. En alto, aparece el emblema de la Compañía de Jesús (jesuitas) a la que pertenece: un sol radiante con, al centro y letras rojas, la inscripción IHS, el monograma de Cristo. Sobre la letra H se apoya la cruz, en punta, con los tres clavos en negro colocados a la base. En la parte inferior se ve la estrella y la flor de nardo. La estrella, siguiendo la antigua tradición heráldica, simboliza a la Santísima Virgen María, Madre de Cristo y de la Iglesia; mientras la flor de nardo evoca la figura de san José, el patrono de la Iglesia universal cuya fiesta se celebra este 19 de marzo, día de la inauguración del pontificado. En la tradición iconográfica hispánica san José aparece representado con un ramo de flor de nardo en la mano. Al colocar en su escudo estas imágenes, el Papa ha querido expresar su propia y particular devoción hacia la Virgen Santísima y san José.

a mañana del martes 19 de marzo, fiesta de san José, a las 9:30 a.m. tiempo de Roma, tuvo lugar la Misa del Inicio del Ministerio Petrino del Obispo de Roma. El Papa es, como sucesor de Pedro, el obispo de Roma, y la Iglesia de Roma, preside a las demás en la caridad. Fue una celebración cargada de símbolos que re-cuerdan el vínculo del Papa con San Pedro, como sucesor suyo, empezando por el lugar donde se lleva a cabo: la Plaza, donde según la tradición fue martirizado Pedro”. El Papa salió de la Casa Santa Marta, alrededor de las 8:50 a.m. y dio una vuelta en jeep entre la multitud de la Plaza, saludando a las personas en las distintas zonas. El Papa, una vez entrado en la basílica se dirigió a la Confesión -la tumba de San Pedro, bajo el altar central- mientras las trombas de plata tocaban, y sonaban el Tu es Petrus. El Papa veneró la tumba de san Pedro, junto con los Patriarcas y Arzobispos Mayores de las Iglesias orientales católicas. Cerca de la tumba se encontraban el anillo del pescador, el palio, y el evangeliario. Después, el Santo Padre subió desde la confesión hasta el piso de la Basílica en donde tuvo inicio la procesión. Se cantaron las Laudes Regiae -El Rey es Cristo-, con algunas invocaciones tomadas del documento Lumen Gentium sobre la Iglesia – (Concilio Vaticano II). Se invocaron entonces a los santos, entre los que hay que notar, en particular después de los Apóstoles a los Santos Pontífices romanos, hasta el más reciente: San Pío X. “Se pronunció el nombre sólo de los Papas santos, no de los beatos”. La procesión hizo su ingreso en la explanada de san Pedro. “Concelebraron con Francisco - los cardenales presentes en Roma ,a los que hay que añadir los patriarcas y arzobispos mayores orientales presentes (6), el Secretario del Colegio Cardenalicio y dos padres generales religiosos: el de los Franciscanos Menores, padre, José Rodríguez Carballo que es el presidente de la Unión de los Generales - y el de los jesuitas, Padre Adolfo Nicolás Pachón, que es el vicepresidente. Antes del inicio de la Misa tuvieron lugar los ritos específicos del inicio del ministerio petrino: La imposición del palio -puesto sobre los hombros, hecho de lana de corderos y ovejas, recuerda al

Buen Pastor que lleva sobre sus hombros a la oveja perdida: el del Papa tiene cruces rojas del Papa, mientras los de los metropolitanos tienen cruces negras. Es el mismo utilizado por Benedicto XVI. Su imposición estuvo a cargo del cardenal Protodiácono -Jean-Louis Tauran- y después de la imposición el cardenal protopresbítero (Godfried Daneels), hizo una oración. La entrega del “Anillo del pescador” -Pedro es el apóstol pescador: “pescador de hombres”- la hizo el Cardenal Decano, el Primero del Orden de los Obispos, es decir el cardenal Angelo Sodano. “El anillo lleva la efigie de san Pedro con las llaves. Su autor es Enrico Manfrini. El anillo estaba en posesión del arzobispo Pasquale Macchi, que fue secretario de Pablo VI y después pasó a Monseñor Ettore Malnati, que se lo ofreció al cardenal Giovanni Battista Re. Está hecho de plata dorada”. El rito de la “obediencia” lo cumplieron seis cardenales, dos por cada orden, entre los primeros de los presentes. Hay que recordar que todos los Cardenales electores han declarado ya obediencia al Papa en la Capilla Sixtina al final del Cónclave, y se han encontrado con Francisco en el Vaticano en la audiencia en la Sala Clementina. Cabe destacar que durante la “toma de posesión de la Catedral de Roma - San Juan de Letrán -, que corresponde al Papa como obispo de Roma, está previsto que la obediencia la presten los representantes de los diferentes componentes del pueblo de Dios”.


Yo CREO...y vivo mi FE

Creo en el Espíritu Santo… Por P. Memo Gil

C Una experiencia irrepetible Estimados amigos lectores de LA RED: En estos momentos estoy llegando a casa… son las 11:40 p.m., está a punto de terminar el día.

alegría, dijo: “Annuntio vobis gaudium magnum. ¡Habemus Papam! Eminentissimum ac reverendissimum dominum, y en latín indicó el nombre de Jorge Mario Bergoglio.

Con el corazón cargado de júbilo y esperanza, les escribo estas líneas para compartirles la experiencia memorable y única que acabo de vivir.

Por un momento todos nos quedamos atónitos, la plaza enmudeció, nadie pudo imaginar tal sorpresa y muy pronto comenzamos a gritar: ¡Francisco!, ¡Francisco!, ¡Francisco!, y pareciera que en la medida que gritábamos su nombre entendiéramos que algo totalmente nuevo estaba comenzando. Se trataba del inicio de un pontificado que muy seguramente estará inspirado por la humildad, la sencillez y la pobreza del santo de Asís…rasgos que vimos inmediatamente reproducidos en la figura del nuevo papa que nos saludaba apenas mo-viendo su mano, como si con ella nos hiciera una suave caricia.

Hoy he sido un testigo más, junto a miles de fieles, de un momento histórico y decisivo en la vida de la Iglesia. Nunca antes había experimentado con tanta fuerza la universalidad y la vitalidad del pueblo de Dios. La gran columnata de Bernini que circula la plaza de san Pedro parecía abrazarnos a quienes en la fe allí esperábamos la elección del Papa. Yo también, como muchos, he quedado fascinado por la bella imagen del ave que pasó largo tiempo en lo alto de la chimenea de la capilla Sixtina, justo por donde habría de aparecer la fumarola blanca…estoy seguro de que el Espíritu Santo tiene diversas maneras de expresarse y ésta fue sensacional. A las 7:06 p.m., tras unos segundos en los que no se entendía bien si la fumarola era blanca o negra, las campanas de la basílica lanzadas al viento dieron la señal inequívoca: la Iglesia católica tenía un nuevo Papa. La plaza estalló en aplausos. Lloramos, cantamos, gritamos… La Guardia Suiza y la Gendarmería del Vaticano, junto con un cuerpo de la Marina de Italia, hicieron su ingreso marcial y festivo en la plaza y se formaron en la explanada delante de la fachada de la Basílica, mientras la banda entonaba el himno pontificio. De pronto dejó de llover. Hacia las 8:00 p.m. la plaza se volvió silenciosa esperando el gran anuncio. El cardenal francés Jean-Louis Tauran, cardenal protodiácono, salió al balcón central de la basílica de san Pedro y con una voz no muy fuerte, porque está enfermo, pero con gran

El nuevo pontífice quiso iniciar su breve discurso rindiendo un homenaje al Papa emérito, y lo hizo con la oración. El momento más estremecedor fue cuando el nuevo Papa, en un gesto de gran humildad, nos dijo: “Y ahora quiero darles la bendición. Pero, antes les pido un favor: antes que el obispo bendiga al pueblo, les pido a ustedes recen al Señor para que me bendiga…Hagamos en silencio esta oración de ustedes por mí”. Entonces lo vimos inclinarse profundamente y todos quedamos sumergidos en un impactante silencio de oración. No podré olvidar tan fácilmente aquella escena: miles de personas, la mayoría jóvenes, rezando con gran fervor por el Papa. La presencia de Dios fue tan palpable… El cardenal de Guadalajara, antes de irse al Cónclave, nos dijo en misa a los sacerdotes del colegio mexicano: “Elegir al nuevo Papa no será una tarea fácil; pero difícilmente nos equivocaremos, porque el Espíritu Santo estará con nosotros”. Y así fue. Con gran afecto: P. Efraín Moreno Aguirre Roma, It., 13 de marzo de 2013

ontinuando con éstas reflexiones sobre el símbolo de nuestra fe: el Credo, vamos ahora a abordar el artículo octavo de nuestra profesión de fe. Como sabemos, el Credo es trinitario. Proclama la existencia de un único Dios verdadero, en el cual hay tres personas distintitas: Padre, Hijo y Espíritu Santo. El Espíritu Santo, que en la Santísima Trinidad está presente en la relación entre el Padre y el Hijo, es amor personificado. Y es bajo la acción del Espíritu Santo, que la Iglesia celebra y vive la fe, además de realizar su tarea misionera en el mundo. Por eso, “Nadie puede decir: ¡Jesús es Señor! Si no está movido por el Espíritu Santo” (1Cor 13,2). Entonces el conocimiento pleno de la fe, sólo es posible en nosotros, gracias a la asistencia del Espíritu Santo. Para entrar en contacto con Cristo, es necesario primeramente haber sido atraído por el Espíritu Santo. Él es quien nos precede y despierta en nosotros la fe. “Dios ha enviado a nuestros corazones, el Espíritu de su Hijo, que clama ¡Abba! Es decir, ¡Padre!” (Gal 4,6). Por eso, mediante el Bautismo, primer sacramento de la fe, la Vida, que tiene su fuente en el Padre y se nos ofrece por el Hijo, se nos comunica íntima y personalmente por el Espíritu Santo en la Iglesia. Siendo en ella, la Iglesia, donde constatamos claramente la acción y presencia del Espíritu que se mani-fiesta de forma visible en la liturgia, en el testimonio y en la solícita caridad con la que deben ser tratados todos sus miembros. Siendo así, que Creer en el Espíritu Santo significa profesar que el Espíritu Santo es una de las personas de la Trinidad, y que por eso le corresponde la misma naturaleza del Padre y del Hijo. Y con ellos recibe una misma adoración y gloria, ya que actúa con el Padre y el Hijo para realizar plenamente la salvación. Por eso lo encontramos presente en los comienzos, pues claramente está presente desde la obra de la creación, cuando se dice en el Génesis que: “…el Espíritu de Dios aleteaba sobre las aguas” (Gn 1,1). Pero, en los “últimos tiempos” inaugurados con la Encarnación redentora del Hijo, es cuando el Espíritu Santo se revela y nos es dado. Por eso, debemos reconocerlo y acogerlo como una persona de ésa comunidad relacional que es Dios, Uno en esencia y Trino en personas. Ya que muy comúnmente, el Espíritu Santo, pasa a ser un verdadero desconocido. Recordemos aquel pasaje cuando Pablo llega a la ciudad de Éfeso y encuentra a algunos discípulos que se han adherido a la fe cristiana y les preguntó: “¿Han recibido el Espíritu Santo al recibir la fe? Ellos respon-dieron: ni siquiera hemos oído que exista un Espíritu Santo” (Hch 19,2). Aunque parezca increíble, después de veinte siglos de cristianismo, si el gran Apóstol volviera a hacer la misma pregunta a una gran muchedumbre de cristianos, obtendría muy seguramente una respuesta muy parecida a la tan desconcertante que le dieron en aquella comunidad de Éfeso. Y es que, por desgracia, ante la falta de familiaridad quizás que la mayoría tiene con ésta tercera persona de la Santísima Trinidad, viene a ser muy poco lo que saben de Él la inmensa mayoría de los cristianos actuales. y así muy común que las personas identifiquen muy fácilmente al Hijo, que se encarnó y se hizo uno de nosotros, y del que encontramos siempre diferentes representaciones. Así también, como con el Padre, no tanto tal vez por la imagen que tengamos de Él, sino más bien por la manera cómo lo invocamos comúnmente en el Padre nuestro. Ya tendremos la oportunidad en éste espacio de tratar de conocer mejor al Santo Espíritu de Dios, para llegar a entender porque debemos creer firmemente en Él, de acuerdo a como lo expresamos en el Credo.


MARZO 24 DE 2013

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Despacho de bebidas S

olía decir Chesterton que no había en la li-teratura universal palabras más bellas que éstas: despacho de bebidas. Pero como cada vez que lo decía se burlaban de él, el polemista inglés tuvo que explicarse. En una taberna, dijo, el rico habla con el pobre, el viejo con el joven, el ingeniero con el médico y todos discuten acerca del bien común, o de lo que cada uno cree, piensa o considera que debiera ser el bien común. Al conversar entre ellos se contradicen, se explayan, se alteran, pero cada uno concibe planes, traza proyectos y murmura sugerencias. La taberna es el lugar donde los hombres se tratan como iguales. Y porque la igualdad es una bella cosa, también lo es la palabra que la simboliza. ¿Puede haber algo más democrático que una taberna? «Por eso –concluye Chesterton- la decadencia de las tabernas no es sino la manifestación de la decadencia general de las democracias». En tiempos de nuestro escritor una taberna no era un lugar al que se iba solamente a beber, es decir, a embriagarse, sino adonde se iba, ante todo, a discutir: era un espacio público como el ágora de los griegos o el mercado de los medievales. En estos espacios «abiertos» (léase democráticos), el ciudadano se enteraba prácticamente de todo y contribuía a crear eso que tan pomposamente llamamos hoy «opinión pública». ¿No dijo Jürgen Habermas, muchos años después de Chesterton, que la opinión pública había nacido, de hecho, en los cafés? ¿Y qué diferencia hay, al menos en Europa, entre un despacho de bebidas y un café? «El café –dice George Steiner, pensando en los cafés europeos de principios de siglo y no en los americanos de hoy, en los que te llevan la cuenta mucho antes de que des el primer sorbo- es un lugar para la cita y la conspiración, para el debate intelectual y para el cotilleo, para el flâneur (o sea vagabundo, vago) y para el poeta o el metafísico con su cua-derno. Está abierto a todos». En síntesis, lo que Chesterton quiso decir era que, puesto que la gente ya no solía reunirse (por falta de tiempo o por lo que fuera) a charlar amigablemente con sus conciudadanos, la democracia se hallaba en un estado de salud realmente grave; y el tiempo demostró que tenía mucha más razón de los que se reían al escucharlo, pues una de las características de nuestra época es la desaparición de los espacios democráticos (de las tabernas, diría genéricamente Chesterton): la gente se encuentra poco entre sí y discute aún menos acerca de los problemas de la comunidad. La plaza es un lugar que atraviesa de prisa, y el café una sala semioscura en la que prefiere hablar en voz baja, si no es que estarse en silencio hojeando revistas ilustradas. En otras palabras: si hoy la democracia está en peligro es porque antes lo ha estado la conversación. Los cafés y las tabernas han cedido su lugar de honor a los antros, donde se hace de todo, menos conversar, y las consecuencias de esto han sido desastrosas… Pero prosigamos con nuestro discurso. De entre las múltiples causas de esta muerte de la socialidad de que se quejaba Chesterton habría que destacar por

Si no nos importan los otros, tampoco podrá importarnos nada lo que le pase al mundo y mucho menos a la democracia. lo menos dos. Una de ellas es la arquitectura. Los espacios posmodernos han sido construidos para caminarlos de prisa y sin detenerse. Los modernos centros comerciales -según observó agudamente Zygmunt Bauman- son moles arquitectónicas en las que está prohibido mirarse, amistarse, conversar o simplemente saludarse. «Los inmensos centros de compra –dice citando al noruego Nils Christie- brindan algunas oportunidades para los encuentros, pero son demasiados grandes para encontrarse con las viejas amistades; demasiado ajetreados y atestados, nunca permiten las pláticas prolongadas». Este hecho –que no haya lugares que congreguen a la gente para la ociosa conversación- ha resultado sumamente funesto no sólo para el carácter de los individuos (que se les ha corroído, como constata con amargura Richard Sennett en uno de sus libros), sino también para la democracia, porque ésta, para funcionar como se debe, necesita gente informada y participativa; gente, en una palabra, que se preocupe de algo más que de pasarse la vida contemplándose el ombligo.

El segundo factor lo constituyen los modernos medios de comunicación. Según constató desde hace mucho tiempo Edgar Morin, el gran pensador francés, los mass media privilegian historias en las que los héroes son hombres y mujeres sin compromisos políticos o religiosos y a los que parece no preocuparles nada, salvo su propia felicidad. Escribió así en El espíritu del tiempo: «Los deberes públicos, el Estado, la Patria, la Religión, el Partido aparecen raramente en el cine occidental, o bien lo hacen como fatalidades exteriores o como problemas que pueden ser solucionados por el amor; la película es el encuentro de un hombre y una mujer solos». ¿Se había notado esto? En tales historias –y las vemos en todos los canales- el entorno no existe, la sociedad ha sido escamoteada para no dejar en el escenario más que un par de enamorados a los que no les importaría mucho que el universo volase en pedazos. Educados por tales maestros y moviéndonos en tales espacios ya no resulta extraño que en las elecciones presidenciales de 1996, en los Estados Unidos, sólo el 49% de la población que estaba en grado de votar lo hiciera, y que en octubre de 2003, en San Luis Potosí (lugar desde el que escribo), este porcentaje hubiera descendido hasta alcanzar la vergonzosa cota del 30%. Chesterton tenía razón: si no nos importan los otros, tampoco podrá importarnos nada lo que le pase al mundo y mucho menos a la democracia. Puesto que el hombre ya no se junta a charlar amigablemente con sus semejantes, algo muy grave está a punto de suceder. Se quiera o no, el egoísmo privado acaba siempre convirtiéndose en catástrofe pública.


Verdades universales Esquilo (Cuarta parte)

Por Mtro. José Ricardo García López

AGAMENON El porvenir no será reconocido hasta que salga a luz y se presente. (p.252) Tu gozo entonces sobrepujará todos tus anhelos. (p.253) El desastre aparece como hijo de audaces empresas, que no debieron acometerse, como lo hacen los que respiran un orgullo insoportable, a partir del día en que su casa desborda opulencia. Lo mejor es la medianía. Yo anhelo una fortuna sin peli-gros, suficiente para quien tiene en su ánimo la prudencia. No hay fortín que salve a quién anda embriagado con su riqueza. (p.257) Una gloria excesivamente grande es peligrosa. (p.259)

Anécdotas del hombre que ahora es el Papa Francisco Por Tomás Rivas

Es propio de las mujeres, cuando gobiernan, aplaudir lo que primero se les presenta como real. La mujer es crédula para lo que desea y se adelanta mucho a la realidad de los hechos. Lo que ha proclamado su voz como verdad, muy pronto se desvanece. (p.259 y 260) Ha visto cómo su botín se le escapaba de las manos y ha arrastrado juntamente a la ruina a la casa de sus padres y a toda su patria. (p.261) Todo lo que se prolonga demasiado, lleva consigo alguna desgracia, junto con los éxitos parciales. (p.262) En las mansiones donde reina la justicia, ahí la prosperidad no engendra sino frutos buenos. (p.269) ¡Tantos hombres hay que, amantes de las apariencias se propasan de lo justo! (p.270) Hay pocos hombres dispuestos a rendir homenajes sin envidia a los éxitos de un amigo. Cuando la ponzoña del rencor ha entrado en su corazón, el que la lleva en sí sufre doblemente; siente el peso de sus propias desdichas y se duele de la ajena felicidad. (p.272) El más grande don del cielo es la prudencia. No se ha de estimar feliz sino aquel a quien la vida se le acaba en una dulce prosperidad. (p.275) Una salud excesiva e inquieta no es buena: es señal de la enfermedad que se avecina y se apresta a derribar al hombre. (p.278) Hube de oírme llamar vagabunda, como si fuera una charlatana de falsos augurios, como una mendiga que va de puerta en puerta muerta de hambre. (p.288) Los mortales jamás se sacian de éxitos. Nadie renuncia a ellos ni levanta un dedo para decirles, apartándolos de su morada: “¡No entréis aquí!” (p.290) Fingirse lleno de sincera amistad es el medio más apto para coger en la red a un enemigo que odiamos. Así se le imposibilita el huir de la trampa que la desdicha le tiende de-lante. (p.292) Me espanta ese lenguaje de recia osadía en tu boca. (p.293)

V

iaja en transporte público, no acepta invitaciones a cenas y recuerda las enseñanzas de su padre.

El 21 de febrero de 2001, Guillermo pasó a buscar a Jorge Bergoglio por la casa para sacerdotes en la que había dormido, en Roma. Era la mañana en que Juan Pablo II iba a consagrarlo cardenal y debían ir hasta la Santa Sede. “¿En qué vamos?”, preguntó Guillermo. “¿Cómo en qué vamos?, ¡Caminando!”. Vestido de colorado, Bergoglio adelantó el pasó y frenó a los pocos metros. Era temprano y todavía había tiempo para tomar un ristretto (café) de pie (en roma sentarse a la mesa, es más caro) en alguna cafetería. “Quedate tranquilo que en Roma puedes caminar con un plátano en la cabeza y nadie te va a decir nada”, soltó entre risas. “Cuando llegamos, entramos por un costado y los guardias no entendían nada. La mayoría de los cardenales iban con grandes comitivas. El había llevado dos o tres personas de su familia y a mí”, recuerda Guillermo Marcó, su vocero durante una década y actual responsable para la Pastoral Universitaria del arzobispado de Buenos Aires. Aquel día, rumbo a su encuentro con Juan Pablo II, Bergoglio rememoró las palabras de su padre. “Cuando vayas subiendo, saluda a todos. Son los mismos que vas a encontrar cuando vayas bajando”. Con ese espíritu transitó su camino Jorge Mario Bergoglio, el sacerdote jesuita nacido el 17 de diciembre de 1936 en el barrio porteño de Flores. Antes de convertirse en cardenal, fue técnico químico, sacerdote, profesor de literatura, provincial, presidente de la Conferencia Episcopal Argentina y arzobispo de Buenos Aires. El 19 de abril de 2005, día en que fue elegido Joseph Ratzinger como el nuevo Papa, el argentino quedó segundo. En el tercero de los cuatro escrutinios, recibió 40 votos. Sin embargo, más allá de su peso en las más altas esferas de la Iglesia y de una estrecha relación con el poder, que nunca lo incomodó, Bergoglio, hijo de un trabajador ferroviario y una ama de casa, elige pasar sus días de la manera más austera posible y con un perfil bajísimo. Bergoglio vive en un cuarto de la Curia, del que sale muy poco. Salvo en contadas excepciones, en las que cena o almuerza en pequeños comedores populares, come solo y jamás acepta una invitación para ir a un restaurante. Mientras está en la Argentina, pasa sus días entre audiencias y reuniones. Responde metódicamente todos los llamados y, más allá de su fuerte carácter, trata de ser claro y suave en el diálogo. Pese a su cargada agenda, siempre se hace tiempo para sus otras pasiones. San Lorenzo, la música clásica y literatura. Borges y Marechal, sus favoritos. Es raro que salga de Buenos Aires. Cuando debe viajar a Roma por cuestiones religiosas lo hace siempre en clase turista y no son pocos los que lo han visto atravesar la ciudad en transporte público o un vehículo de segunda mano para visitar barrios y villas alejadas. El perfil bajo es una marca registrada en Bergoglio, el jesuita de Flores que se convirtió en el primer papa latinoamericano de la historia.


Fe y política

Nobel de la Paz

desmiente vínculos de Papa Francisco con dictadura argentina

“El verdadero poder es el servicio”

El Papa en Misa inaugural de su pontificado

E

n su homilía por la Misa de inauguración de su pontificado, celebrada el martes 19 de marzo, en la Plaza de San Pedro ante cientos de miles de fieles, el Papa Francisco aseguró que “el verdadero poder es el servicio”. Ante los cerca de 200 mil fieles reunidos en la Plaza de San Pedro, el Santo Padre señaló que “ciertamente, Jesucristo ha dado un poder a Pedro, pero ¿de qué poder se trata? A las tres preguntas de Jesús a Pedro sobre el amor, sigue la triple invitación: Apacienta mis corderos, apacienta mis ovejas”.

A

nte las recientes acusaciones lanzadas contra el Papa Francisco, el defensor de los derechos humanos en Argentina y Premio Nobel de la Paz en 1980, Adolfo Pérez Esquivel, aseguró que el nuevo Pontífice no tiene “ningún vínculo que lo relacione con la dictadura que sufrió Argentina entre 1976 y 1983”. Pérez Esquivel es conocido por su simpatía por la izquierda latinoamericana, su defensa de la teología marxista de la liberación (TML), y el régimen cubano de Fidel y Raúl Castro.

“Nunca olvidemos que el verdadero poder es el servicio, y que también el Papa, para ejercer el poder, debe entrar cada vez más en ese servicio que tiene su culmen luminoso en la cruz”. El Papa, dijo el Santo Padre, “debe poner sus ojos en el servicio humilde, concreto, rico de fe, de San José y, como él, abrir los brazos para custodiar a todo el Pueblo de Dios y acoger con afecto y ternura a toda la humanidad, especialmente los más pobres, los más débiles, los más pequeños”. Los más pequeños y débiles, indicó, son los que “Mateo describe en el juicio final sobre la caridad: al hambriento, al sediento, al forastero, al desnudo, al enfermo, al encarcelado. Sólo el que sirve con amor sabe custodiar”.

En el pasado criticó al ahora obispo emérito de Roma Benedicto XVI, y pidió que este, en su visita a Cuba “aprenda y que sepa escuchar, que no venga con prejuicios. Que venga con el corazón y con la mente abierta”.

Reflexionando sobre la Solemnidad de san José, que se celebró ese día, el Papa Francisco recordó al hoy obispo emérito de Roma Benedicto XVI, señalando que “es también el onomástico de mi venerado Predecesor: le estamos cercanos con la oración, llena de afecto y gratitud”.

“Este Papa fue inquisidor de la Teología de la Li-beración, pero el Papa se tiene que convertir, los cubanos le tienen que ayudar a que se convierta”, dijo.

El Papa reflexionó sobre el Evangelio de Mateo, en el que se relató que “José hizo lo que el ángel del Señor le había mandado, y recibió a su mujer”.

A pesar de esto, en declaraciones a BBC Mundo, Pérez Esquivel aseguró que “hubo obispos que fueron cómplices de la dictadura, pero (el cardenal) Bergoglio no”. El defensor de los derechos humanos señaló que al Papa Francisco, antes Cardenal Jorge Bergoglio, arzobispo de Buenos Aires (Argentina), “se le cuestiona porque se dice que no hizo lo necesario para sacar de la prisión a dos sacerdotes, siendo él el superior de la congregación de los Jesuitas. Pero yo sé personalmente que muchos obispos pedían a la junta militar la liberación de prisioneros y sa-cerdotes y no se les concedía”. “No hay ningún vínculo que lo relacione con la dictadura”, aseguró el ganador del Nobel de la Paz.

“En estas palabras se encierra ya la misión que Dios confía a José, la de ser custodio. Custodio ¿de quién? De María y Jesús; pero es una custodia que se alarga luego a la Iglesia”. El Santo Padre señaló que José ejerce esta custodia “con discreción, con humildad, en silencio, pero con una presencia constante y una fidelidad y total, aun cuando no comprende”. José, indicó el Papa, “desde su matrimonio con María hasta el episodio de Jesús en el Templo de Jerusalén a los doce años, acompaña en todo momento con esmero y amor”. “¿Cómo vive José su vocación como custodio de María, de Jesús, de la Iglesia? Con la atención constante a Dios, abierto a sus signos, disponible a su proyecto, y no tanto al propio”. El Santo Padre subrayó que José es custodio “porque sabe escuchar a Dios, se deja guiar por su voluntad, y precisamente por eso es más sensible aún a las personas que se le han con-

fiado, sabe cómo leer con realismo los aconte-cimientos, está atento a lo que le rodea, y sabe tomar las decisiones más sensatas”. “En él, queridos amigos, vemos cómo se responde a la llamada de Dios, con disponibilidad, con prontitud; pero vemos también cuál es el centro de la vocación cristiana: Cristo. Guardemos a Cristo en nuestra vida, para guardar a los demás, salvaguardar la creación”. En el fondo, señaló el Papa, “todo está confiado a la custodia del hombre, y es una responsabilidad que nos afecta a todos. Sed custodios de los dones de Dios”. “Cuando el hombre falla en esta responsabilidad, cuando no nos preocupamos por la creación y por los hermanos, entonces gana terreno la destrucción y el corazón se queda árido. Por desgracia, en todas las épocas de la historia existen ‘Herodes’ que traman planes de muerte, destruyen y desfiguran el rostro del hombre y de la mujer”. El Santo Padre pidió “a todos los que ocupan puestos de responsabilidad en el ámbito económico, político o social, a todos los hombres y mujeres de buena voluntad: seamos ‘custodios’ de la creación, del designio de Dios inscrito en la naturaleza, guardianes del otro, del medio ambiente”. “No dejemos que los signos de destrucción y de muerte acompañen el camino de este mundo nuestro”. Pero, para custodiar, advirtió, “también tenemos que cuidar de nosotros mismos”. “Recordemos que el odio, la envidia, la soberbia ensucian la vida”. “Custodiar quiere decir entonces vigilar sobre nuestros sentimientos, nuestro corazón, porque ahí es de donde salen las intenciones buenas y malas: las que construyen y las que destruyen. No debemos tener miedo de la bondad, más aún, ni siquiera de la ternura”, aseguró. El Santo Padre indicó que “en los Evangelios, san José aparece como un hombre fuerte y valiente, trabajador, pero en su alma se percibe una gran ternura, que no es la virtud de los débiles, sino más bien todo lo contrario: denota fortaleza de ánimo y capacidad de atención, de compasión, de verdadera apertura al otro, de amor. No debemos tener miedo de la bondad, de la ternura”. “He aquí un servicio que el obispo de Roma está llamado a desempeñar, pero al que todos estamos llamados, para hacer brillar la estrella de la esperanza: protejamos con amor lo que Dios nos ha dado”. Al concluir su homilía, el Papa Francisco imploró “la intercesión de la Virgen María, de San José, de los Apóstoles san Pedro y san Pablo, de san Francisco, para que el Espíritu Santo acompañe mi ministerio, y a todos ustedes les pido: Oren por mí. Amén”.


16 solamente un discípulo de aquel. El Señor escoge a los discípulos, que en su mayoría son pescadores de Galilea, para ser sus apóstoles. El actuar de Dios solamente lo comprende Él, es ahí donde entra en juego aquello que llamamos la Providencia. Y los habitantes de Nazaret estaban totalmente sorprendidos, cierto, pero porque no podían interpretar el actuar divino. Y los habitantes de Nazaret creían conocer a Jesús, por saber quiénes eran supuestamente sus padres, por conocer a sus innumerables parientes. Eso no es conocer a alguien.

Profeta sin tierra

Salió de allí y vino a su patria, y sus discípulos le siguen. Cuando llegó el sábado se puso a enseñar en la sinagoga. La multitud, al oírle, quedaba maravillada, y decía: “¿De dónde le viene esto? y ¿qué sabiduría es esta que le ha sido dada? ¿Y esos milagros hechos por sus manos? ¿No es éste el carpintero, el hijo de María y hermano de Santiago, José, Judas y Simón? ¿Y no están sus hermanas aquí entre nosotros?”. Y se escandalizaban a causa de Él. Jesús les dijo: “Un profeta sólo en su patria, entre sus parientes y en su casa carece de prestigio”. Y no podía hacer allí ningún milagro, a excepción de unos pocos enfermos a quienes curó imponiéndoles las manos. Y se maravilló de su falta de fe. Y recorría los pueblos del contorno enseñando”. (Mc 6, 1-6)

J

esús va a su tierra, se pone a enseñar su doctrina en la sinagoga de Nazaret, pero encuentra incredulidad.

Dice san Marcos que los nazarenos estaban maravi-llados de sus enseñanzas, es decir, se daban cuenta de que ante ellos estaba un verdadero profeta, un hombre de Dios, si no el Mesías esperado, por lo menos sí un hombre que llevaba consigo el poder de lo alto. Pero al mismo tiempo se preguntaban con asombro de dónde le venía todo eso. Entonces estaban estupefactos, porque no se lo explicaban, no sabían que Jesús hubiera ido a estudiar a ningún lugar las cosas que enseñaba; ¿cómo podría saber tanto un hombre de Nazaret? ¿A cuál escuela habría asistido? ¿Quién fue su maestro? No se le solía ver con fariseos, no se le veía con escribas, mucho menos con sacerdotes. El punto es que en medio de ellos estaba uno a quien conocían, pero no podían discernir bien quien era Él. Sabían que era el hijo del carpintero, el señor de las mesas, las sillas, las ventanas; el artesano del pueblo, pero eso no le podría dar calidad de profeta, muncho menos calificarlo para tal ministerio. ¿Cómo podía alguien tan insignificante ser ahora constituido públicamente en profeta? ¿Cómo explicarse que el poder del Altísimo estuviera presente en este hombre de Nazaret? ¿Y por qué precisamente en el hijo del carpintero? ¿No era mejor el hijo del médico, o del fariseo que enseñaba los sábados en la sinagoga? ¿O algún otro muchacho que se hubiera preparado para estos efectos en alguna escuela, y tu-viera títulos que lo acreditaran para la tan noble labor

de anunciar la palabra de Dios a los hijos de Israel? ¿Qué no había más familias nobles en Nazaret? Por otro lado no podían ignorar la sabiduría y la autoridad de sus palabras frente a las enseñanzas tradicionales de los fariseos con respecto a la ley de Dios que se explicaban semana con semana en la sinagoga. Muchísimo menos podían pasar inadvertidas las señales milagrosas que Jesús hacía cada día, los enfermos que eran sanados, los muertos que resucitaban a la voz imperiosa de Jesús; aquí había un misterio, y mientras así fueran las cosas los habitantes de Nazaret no aceptarían a Jesús. Nunca dice san Marcos que la gente se pusiera a pensar en que precisamente el poder de Dios radicase en lo que la gente menos pudiera imaginarse; no tiene el acierto de san Lucas para expresar que el Señor destrona a los poderosos y enaltece a los humildes; que lo que escapa a toda explicación lógica manifiesta indudablemente el poder de Dios. Efectivamente, si algo escapa a la humana razón, si algo es realmente sorprendente y se sale totalmente del control normal del pensamiento, es entonces cuando se puede percibir la mano de Dios; el día que Dios sea totalmente comprendido por los hombres, estos se habrán convertido en dioses. El Señor actúa así, no le preocupa si se le comprende o no; su actuar siempre es sorprendente; por ejemplo, para liberar a su pueblo escogió a Moisés, un egipcio, hijo de hebreos amenazado de muerte desde su nacimiento; escoge a Eliseo, discípulo de Elías para continuar la labor profética. Y Eliseo es

Conocían mucho menos de lo que se podía co-nocer. No recordaban tampoco que ese es el actuar de Dios desde siempre. Por ejemplo, se les había olvidado que uno de los reyes y profetas más cotizados de Israel, a saber, el famosísimo rey David, salió no de ninguna casa real, ni de las familias nobles de Israel, sino del campo donde pastan las ovejas; sí, ese rey David tan recordado, tan glorioso, tan amigo de Yavé, no era de una familia noble, ni tenía tampoco doctorados, ni carrera militar y llegó a ser un esplendoroso rey y gran guerrero de Israel. Eso se les había olvidado, de lo contrario hubieran hecho a un lado los prejuicios de la raza, del origen humilde, del creer saber quién era este paisano de Nazaret, y lo hubieran aceptado como su Mesías, como el esperado Pastor de Israel el hijo de David. Jesús prefería anunciar el evangelio en otros poblados, ya que entre los suyos, quizá no fue ciertamente rechazado, pero sí se supo incomprendido; al fin de cuentas no fue aceptado ni como Maestro, ni como profeta, ni como el Mesías. Y Él acudía a otras ciudades, tenía poco tempo para anunciar el evangelio en otros lugares, pues su hora se acercaba. Ahora andaría en Cafarnaúm, en Betania, en Gerasa, en Genesaret, en Cesarea de Filipo; estaría en las afueras, en el Tiberíades, cerca del Jordán, en diversos montes, valles y lagos. Pero no en Nazaret, porque nadie es profeta en su tierra; ni siquiera el Hijo de Dios. Para los judíos no habría más profeta que el Bautista. Jesús sería profeta para todos menos para los suyos. Y creían conocerlo, pero no era así; si lo conocieran de verdad, sabrían que el Mesías saldría de Belén, el mismo pueblo de David; que nacería de una virgen; que sería rechazado por los suyos (y eso estaba sucediendo justamente ahora) y que sería convertido en el Cordero de Dios que quita los pecados. Pero sus ojos estaban ciegos, y sus oídos estaban sordos; por eso no podían escuchar el mensaje del evangelio por más que lo intentaran. Así nos pasa a veces a algunos de nosotros, estamos tan habituados a escuchar acerca de Jesús, nos sentimos de Él tan casi cercanos, lo tenemos tan cotidiano, que parece no sorprendernos en absoluto ni su palabra, ni sus obras, ni su presencia, ni su poder; es tan parte de nuestra vida, que parecemos olvidar su altura y su origen. Así nos pasa, algunos aun estudiando acerca de Jesús, se convierten en algo así como los nazarenos, que a causa de co-nocerlo tanto, le restan importancia, si es uno de los nuestros, todo está bajo control. Hermanos, que Jesús siempre sea novedad pues el día que deje de sernos novedoso tal vez comen-cemos a perder la fe, y sin fe no hay salvación. Recordemos que efectivamente, Jesús es ajeno a nosotros, porque viene de mucho más lejos que de Nazaret, pero que también nos es propio, pues se ha querido este Dios acercar y tomar nuestra débil condición. Dejemos que Jesús nos siga sorprendiendo con sus enseñanzas, que nos seduzca con sus obras y que nos salve con su poder.


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Palabra de Dios “Bendito el rey que viene en el nombre en el nombre del Señor” Del santo Evangelio según san Lucas 19, 28-40

En aquel tiempo, Jesús, acompañado de sus discípulos, iba camino de Jerusalén, y al acercarse a Betfagé y a Betania, junto al monte llamado de los Olivos, envió a dos de sus discípulos, diciéndoles: “Vayan al caserío que está frente a ustedes. Al entrar, encontrarán atado un burrito que nadie ha montado todavía. Desátenlo y tráiganlo aquí. Si alguien les pregunta por qué lo desatan, díganle: ‘El Señor lo necesita’”. Fueron y encontraron todo como el Señor les había dicho. Mientras desataban el burro, los dueños les preguntaron: “¿Por qué lo desamarran?” Ellos contestaron: “El Señor lo necesita”. Se llevaron, pues, el burro, le echaron encima los mantos e hicieron que Jesús montará en él. Conforme iba avanzando, la gente tapizaba el camino con sus mantos, y cuando ya estaba cerca la bajada del monte de los Olivos, la multitud de discípulos, entusiasmados, se pusieron a alabar a Dios a gritos por todos los prodigios que habían visto diciendo: “¡Bendito el rey que viene en el nombre del Señor! ¡Paz en el cielo y gloria en las alturas!” Algunos fariseos que iban entre la gente, le dijeron: “Maestro reprende a tus discípulos”. Él les replicó: “Les aseguro que si ellos se callan, gritarán las piedras”. Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.

El domingo no era viernes Cuando la Iglesia celebra la entrada triunfal del Señor Jesús a Jerusalén, cuando lo que estamos acostumbrados a contemplar son las palmas iluminadas por el sol dominical, cuando escuchamos gritos de alegría y vemos rostros de felicidad porque el que entra a la ciudad es el Hijo de David, porque si ellos no gritan, gritaran las piedras… La Iglesia nos sugiere meditar el relato lacerante y conmovedor de la Pasión del Señor; Relato que por mucho que lo leamos y escuchemos, no deja de ser un fuerte llamado a nuestro corazón de hombres, no deja de cuestionar nuestra actitud ante la vida y ante el seguimiento fiel y sincero del crucificado. El relato de la pasión nos deja ver con toda claridad las actitudes de aquellos que contemplan o están cercanos al acontecimiento sangriento, al espectáculo desgarrador, a la condena injusta del Maestro de Nazareth; actitudes que tal vez retraten nuestros sentimientos ante el hecho: quien ve y calla, quien intenta detener aquello pero no puede, quien valientemente camina y acompaña, quien con sus fuerzas suaviza el dolor, quien cumple ciegamente ordenes, quien no se atreve a ver el fruto de su traición, quien por miedo a que le pase lo mismo se esconde o escabulle entre la curiosa multitud… Desconcertante espectáculo, desconcertante final de algo que parecía bueno, desconcertantes actitudes de los seguidores y amigos del condenado; desconcertante domingo que nos adelanta al viernes, pero también a la Pascua, a la vida Nueva. Ante el desconcierto, debemos preguntarnos ¿Cuál es nuestra actitud ante el Cristo crucificado de nuestros días, Como enfrentamos el sufrimiento y el mal que aqueja a nuestro mundo? Pbro. José de Jesús Cruz Rodríguez

Viviendo el ciclo César Rodríguez González, 2° Filosofía Escríbenos: ecos_seminarioslp@hotmail.com Sé nuestro amigo en Facebook: Seminario Guadalupano Josefino

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a parroquia es una determinada comunidad de fieles constituida de modo estable en la Iglesia particular, cuya cura pastoral, bajo la autoridad de un obispo diocesano, se encomienda a un párroco, como su propio pastor”, el Catecismo de la Iglesia Católica en su número 2179 da una clara definición de lo que es la parroquia. Es así que con este concepto me gustaría partir para hablar de la estrecha vinculación que existe entre la parroquia y la vocación. Y nos pondremos a pensar ¿Qué tiene que ver la parroquia con la vocación? Llegué a la conclusión que estos dos términos son un ciclo que tiene los siguientes pasos: La parroquia como fuente de vocaciones. Es decir, dentro de las parroquias existen grandes movimientos y asociaciones de diferentes tipos como son: monaguillos, grupos juveniles, grupos de lectivo divina, grupos para familias, grupos de adoración a la euca-ristía, grupos que ayudan en favor de la caridad y centros vocacionales, entre muchos más. Y es de esta manera que estos grupos caminan por un mismo objetivo, el dar a conocer el camino que Jesús hizo para llegar al Padre, y es en donde cada uno de los miembros siente el llamado que Jesucristo hace, en cualquier vocación. En lo personal, cada llamado a los seminaristas hacia la vocación sacerdotal surge en la parroquia, en uno de esos movimientos o simplemente en el ambiente parroquial, y así, cada uno de nosotros, movidos por nuestra fe e insertos por el bautismo, somos una sola comunidad de fieles creyentes que compartimos el llamado de Jesucristo. El siguiente paso del ciclo es la parroquia como momento o lugar de discernimiento vocacional. Es decir, la comunidad de fieles es el centro de la vocación, y es aquí donde se pone en práctica lo que se va aprendiendo dentro de la formación o las experiencias que se van viviendo. Por ejemplo, dentro de la vocación sacerdotal existen diferentes momentos que sirven de encuentro con el pueblo santo de Dios, y es aquí donde aprendemos de la gente y también ponemos en práctica los nuevos conocimientos, para que de esta manera, tengamos una formación íntegra para irnos preparando, conociendo y meditando sobre nuestro caminar vocacional. El último paso es la parroquia como finalidad de la vocación, lugar donde cualquier vocación tendrá su campo de realización después de acabar la formación. Por ejemplo, un sacerdote va a una parroquia, y es allí donde se van a poner al servicio todos los conocimientos que se tuvieron y es donde empieza una formación. ¿Qué quiero decir con esto?, Como ya lo mencionaba, cuando se termina la formación del Seminario y se recibe el Orden Sagrado del presbiterado, en donde se va trabajar en una parroquia la mayoría de las veces, y vuelve a comenzar este ciclo porque a cada sacerdote le corresponde promover las vocaciones dentro de la parroquia. Y sólo este es un ejemplo dentro de cada vocación especifica, el testimonio es parte fundamental para fomentar las vocaciones al servicio de Dios ya sea vocación sacerdotal, matrimonial, vida religiosa y soltería. Si nos damos cuenta, este es un ciclo que cada uno de los fieles vivimos en la parroquia, y es importante recordar que es el lugar privilegiado de todo creyente donde se reúne con más hermanos movidos por la fe, con las ganas de conocer a Jesucristo y cumplir su mandato: “Vayan por todo el mundo y proclamen la Buena Nueva a toda la creación” (Mc 16,15).


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Una ofrenda desde la fe Diezmo, “Reconocimiento vivo a Dios”

El diezmo es el reconocimiento vivo que hacemos a Padre Dios por el don de la vida y los bienes que nos permite poseer con su ayuda y bendición. Al compartir nuestros bienes confesamos nuestra fe y además reconocemos que Padre Dios en su Hijo Jesucristo nos ha dado todo su amor, vida, perdón y salvación. Ante todo tenemos la seguridad que Padre Dios no se deja ganar en generosidad y sabe recompensar cada ofrenda que damos con entera gratitud, generosidad, li-bertad y fe. Debemos saber, queridos hermanos, que el diezmo es para nuestra Iglesia particular, está destinado en primer lugar a la evangelización, tarea primordial de la Iglesia, así como al cuidado de los hermanos sacerdotes, una parte a los seminaristas que se preparan para el sacerdocio; a la formación permanente de los sacerdotes que son enviados a cursar alguna licenciatura en Roma, sabiendo que la formación es básica para afrontar los retos actuales del mundo en que vivimos; a las obras de caridad que nuestra Iglesia realiza en bien de los más pobres y para apoyar y sostener a las parroquias más pobres de nuestra Arquidiócesis. Es por eso que acudo a ustedes para pedir su ayuda seguro de que Padre Dios les bendecirá tanto a ustedes como a su familia, sus obras y sus proyectos. En las cartas de san Pablo cuando se dirige a la comunidad de los corintios les invita a demostrar la autenticidad de su caridad y les dice que imiten a los filipenses que dan de su extrema pobreza (Cor 8,2;1-9). El que siembra generosamente, generosamente cosecha… que cada uno dé según su conciencia, no de mala gana, ni como obligado, porque Dios ama al que da con alegría” (2Cor 9,7) y Dios no se deja ganar en generosidad (2Cor 9,10-11). Nuestra ofrenda del diezmo debe llevarnos a manifestar nuestra gratitud por el sacrificio de Cristo, don de Dios a la humanidad (Jn 3,16). Les bendigo y agradezco desde ahora su gran generosidad. +Jesús Carlos Cabrero Romero Arzobispo de San Luis Potosí

Orando con Jesús en Getsemaní ¿QUIERES VIVIRLO? ÉL te espera el jueves santo a las 7 p.m. en la S.I. Catedral

MARZO 24 DE 2013

Pío XI:

...Lo de Dios a Dios

El Papa de las «revoluciones sociales» (1922-1939) (2 parte) Por David Grimaldo

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a encíclica de mayor trascendencia por la cual Pío XI pasará a la historia –y que enriqueció la Doctrina Social de la Iglesia- fue, sin lugar a dudas, la Quadragesimo anno (A los cuarenta años), del 15 de mayo de 1931. Nació como respuesta a la grave crisis económica mundial del año 1929 y con la finalidad de celebrar los cuarenta años de la encíclica Rerum novarum. En Quadragesimo anno Pío XI intenta esbozar un proyecto doctrinal en materia económico-social denunciando, valientemente, la estricta dictadura económica imperante del capitalismo liberal. Mientras la Rerum novarum trató de la condición de los obreros, la Quadragesimo anno trató de la urgencia de restauración del entero orden social. Para Pío XI eran los grandes valores del cristianismo los que podían humanizar la sociedad, moralizar la economía y restaurar el orden social. Después de haber evocado largamente los beneficios sociales debidos a la Rerum novarum, Pío XI critica los errores del capita-lismo y del socialismo. Indica a la “caridad social” como el principio ético rector de un nuevo orden, sin confundirla con las prácticas caritativas. Se trata de un espíritu inédito y de una espiritualidad fundada no sólo sobre el Evangelio, sino también sobre el humanismo. Completando la “Magna Carta” del orden social que fue la Rerum Novarum, como principios importantes de la encíclica Quadragesimo anno, quedan los siguientes: • La autoridad de la Iglesia en materia social y económica, es decir, el derecho de la Iglesia a juzgar el orden económico y social, en el respeto de la competencia propia de las ciencias. • La antropología personal, trascendente y social. De aquí se deduce que el socialismo religioso es un término contradictorio, y que el capitalismo liberal y cristianismo son irreconciliables por exaltar, el primero, la libre competencia como ordenadora de la vida económica y el exclusivo interés individual como su motor. • La obligación del Estado de defender la dignidad de la persona y el bien común antes que todo. El estado debe privilegiar siempre en sus acciones a los socialmente más débiles, a los “miserables” y a los obreros. • El principio de subsidiaridad: corresponde al Estado vigilar y subsidiar la iniciativa privada, personal o gremial y no substituirla ni absorberla. • Son la justicia y la caridad social los principios directivos que deben animar la economía y el nuevo orden social.

• El derecho natural de asociación. Los hombres son libres para adoptar la forma de asociación que prefieran, con tal que tengan en cuenta la justicia social y el bien común. • La propiedad privada. Debe tener una función social. El uso social de la propiedad no es solamente un deber personal que incumba al propietario a título de solidaridad humana, sino que es, ante todo, el destino de la propiedad en cuanto tal. • Trabajo y capital. Se considera la situación crítica de los trabajadores. En el pensamiento social de Pío XI “trabajo y capital” son las dos causas de la producción de los bienes económicos y deben relacionarse armónicamente. Trabajadores y empresarios deben unir sus esfuerzos para que un país salga de la indigencia. Trabajador, empresario, capital y recursos naturales son los factores del progreso económico que generan plusvalía. • El salario familiar. Este será el criterio justo de la remuneración del trabajo. Se deberá tomar en cuenta la satisfacción de todas las necesidades familiares del obrero. El Papa pide disciplinar la demanda salarial y el instrumento de la huelga para que no sean causas de males mayores como, por ejemplo, el cierre o la quiebra misma de la empresa.

No cabe duda de que la época de Pío XI fue muy compleja, dramática y caótica, sin embargo, iluminado por la fe, auxiliado por la amplitud de sus conocimientos y facilitado por su fuerte personalidad y clarividencia sobre los fenómenos, logró llevar adelante y con éxito su obra de Pastor y Maestro de la Iglesia Católica. Pío XI falleció el 10 de febrero de 1939.


MARZO 24 DE 2013

Domingo de Ramos ¡Qué alegría! ahí está Jesús después de un largo camino, triunfante y lleno de gozo. Viene a llenar nuestros corazones con su esplendorosa luz.


El Santuario de Nuestra Señora de Lourdes Invita el 28 de marzo A todas las personas enfermos mayores de 60 años y a sus familiares 11:00 hrs. Oración por los Enfermos 12:00 hrs. Eucaristía y unción de Enfermos La cita es en Brasil #101, ejido Simón Díaz San Luis Potosí S.L.P.

Av. Constituyentes Poniente # 49 local 3 Col. El Pocito, Querétaro, Qro. (Paseo Constituyentes, carretera libre a Celaya) Tel. (01 442) 216 99 23 y 196 80 94

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