Eduardo Verástegui recibe un pedido especial del Papa Francisco
Año 5
Al término de la audiencia que el Papa Francisco concedió a la Papal Foundation, el conocido actor católico Eduardo Verástegui pudo conocer al Pontífice y en el breve encuentro recibió un pedido especial del Santo Padre. Casi al salir de la Sala Clementina, el Papa Francisco se desmarcó de su séquito, se acercó al actor y le dijo: “¡No te olvides de los jóvenes!”. Verástegui reconoció que hay veces en que se baja la guardia, “son muchas las giras por todo el mundo, y solía ir a las universidades y a los institutos a dar testimonio, y pensaba hacer un alto en el camino para dedicarme más al cine y enfocar más el apostolado en esa dirección. Era una decisión que ya había tomado, pero de repente, escuchar ese llamado del Papa, me ha impactado mucho”. “Por primera vez he podido hablarle al Papa en su lengua materna. ¡Fue algo genial! Hubo una conexión ya de entrada sólida –señaló el actor-. Quería decirle mil cosas, pero el tiempo no lo permitía. Le pedí que rezara por nosotros y por el apostolado de hacer cine dedicado a sanar los corazones”. Verástegui consultó al Santo Padre si podía saltarse el protocolo para darle un abrazo. “Él me dijo: ¡Claro que sí! Lo abracé, me dio dos palmadas en la espalda, y me susurró: ‘¡Rece por mí!’, al tiempo que me dio su bendición. Fue un momento mágico”. La visita a Roma dura cuatro días, y sin duda, para Verástegui, el momento más especial fue el encuentro con Francisco. “Su ejemplo arrastra y el ejemplo habla más que mil palabras. Cada acción es su mensaje, en el que se percibe el legado de desapego de las cosas materiales, el verlas como un fin para ayudar al necesitado, esa sencillez, esa humildad con la que está manejando las cosas… a la gente le toca y le remueve la conciencia, al tiempo que le hace pensar en lo que realmente importa”, indicó. “A veces el mundo te va comiendo, absorbiendo y, de repente, ver un ejemplo tan fresco y tan libre hace apegarse a la voluntad de Dios unido a Cristo en todo momento”, añadió. Verástegui señaló que admira la elección del nombre elegido por el Papa pues “seguir el legado de san Francisco de Asís me parece algo revolucionario hoy en día, dentro una sociedad tan materialista, consumista y superficial”. El actor considera que los jóvenes deben conocer la esencia del cristiano, que “es una lucha hasta la muerte, y que hay que intentar cada día ordenar lo desordenado, limpiar lo que quedó sucio en nuestro corazón, y dejar que Dios sane todas las heridas y la contaminación que tengamos”.
No. 218
Semana del 21 al 27 de abril de 2013
La revolución del Papa Francisco:
La humildad y su cercanía a los fieles El Papa llegado del fin del mundo no sólo se ha metido en el bolsillo a la mayoría de la gente sino que ya está llevando a cabo una pequeña revolución que hace presagiar que el suyo será un pontificado de fuerte aire reformador y purificador”.
Otaku
La palabra japonesa que encabeza este escrito se utiliza para referirse a las personas que llegan a obsesionarse mucho por alguna cosa...
El mundo de los milagros
ABRIL 21 DE 2013
Tiempo de Pascua, tiempo bautismal
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abemos que lo que enfatiza la liturgia en el tiempo de Pascua es la reflexión de la muerte y Resurrección del Señor Jesucristo; pero consideremos que celebrar la Pascua del Señor es celebrar nuestro propio paso de la muerte a la vida. Se trata de un tiempo privilegiado para que meditemos y valoremos nuestra participación en la vida divina que a cada uno se nos ha regalado por medio del Bautismo. Agradezcamos a Dios que nos ha llamado a ser sus hijos, a ser parte de su familia, gracias a la unión íntima con el Señor Jesús que nos fue otorgada en la pila bautismal. Además de pensar en nuestro propio bautismo valoremos también la celebración de este sacramento en nuestras comunidades. A pesar del llamado secularismo, el cual podemos encontrarlo bajo la apariencia de autosuficiencia, egoísmo y renuencia para aceptar los regalos que Dios tiene disponible para todos sin excepción a través de su hijo Jesucristo, encontramos comunidades muy vivas, por la presencia de Cristo Resucitado, con miembros muy activos que quieren compartir la Fe que a su vez ellos han recibido de sus mayores. Así, todo bautismo realizado es un evento eclesial y no un mero acontecimiento familiar. En este sentido pueden ser de interés algunos datos acerca de los bautismos realizados en la Arquidiócesis durante el año 2012: de acuerdo a datos recopilados por la Oficina de Estadística, durante el año pasado se realizaron 31 933 bautismos, un poco más que el año anterior en el que se realizaron 30 328. Considerando que en la arquidiócesis existen 115 parroquias (contando dos rectorías territoriales), podríamos decir que en promedio se realizan 278 bautismos por parroquia, pero desde luego que detrás de esta cifra se esconden grandes distancias, pues en algunas de ellas la cantidad es inferior a 40: Santa Rosa de Lima; Sagrada Fami-lia, centro; San Antonio Abad, Inmaculada Concepción, Salitrera; San Miguel Arcángel, El Tepetate; mientras que en otras, ubicadas en la ciudad metropolitana el número supera a los 1 000 bautismos a lo largo del año. Que la consideración de este tema, tan apropiado al tiempo litúrgico y al año de la fe, nos lleve a reflexiones más profundas y que realmente este sacramento se viva en cada una de nuestras parroquias como una expresión de la fe comunitaria, como un fruto del caminar cristiano que se quiere compartir con los más pequeños, con los que vienen detrás de nosotros. Ojalá en ningúna parte se pueda aplicar el número 41 del Directorio Pastoral de los Sacramentos, que señala algunas desviaciones: “Pedir el Sacramento sólo para salir del paso, de acuerdo a las costumbres establecidas; diferir la celebración sacramental por compromisos familiares o sociales; preferir celebraciones individuales y elitistas. En ocasiones, se buscan parroquias o templos donde sean menores las exigencias de catequesis y de participación”. Pero eso sólo sucede en otras diócesis.
Fundado por el Arz. Emérito Don Luis Morales Reyes
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No tengan miedo de ser cristianos Por Pacco Magaña
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n sus palabras previas al rezo del Regina Coeli, el domingo 7 de abril por la mañana, en la Octava de Pascua, el Papa Francisco exhortó a los fieles con estas palabras:
“No tengan miedo de ser cristianos y de vivir como cristianos; el Espíritu de Cristo Resucitado expulsa el miedo del corazón de los Apóstoles y los impulsa a salir del Cenáculo para llevar el Evangelio. ¡Tengamos también nosotros más coraje para testimoniar la fe en Cristo Resucitado! ¡No debemos tener miedo de ser cristianos y de vivir como cristianos!” “Debemos tener este coraje de ir y anunciar a Cristo Resucitado. Porque Él es nuestra paz. Él ha hecho la paz con su amor, con su perdón, con su sangre, con su misericordia. La Iglesia es enviada por Cristo resucitado a transmitir a los hombres la remisión de los pecados, y así hacer crecer el Reino del amor, sembrar la paz en los corazones, para que se afirme también en las relaciones, en las sociedades, en las instituciones. La verdadera paz, esa paz profunda, viene de hacer la experiencia de la misericordia de Dios”. “El Evangelio de Juan nos refiere que Jesús apareció dos veces a los Apóstoles en-cerrados en el Cenáculo: la primera, la misma tarde la Resurrección, y aquella vez no estaba Tomás, quien dijo: si no veo y no toco, no creo. La segunda vez, ocho días después, estaba también Tomás. Y Jesús de dirigió precisamente a él, lo invitó a mirar las heridas, a tocarlas; y Tomás exclamó: ‘¡Señor mío y Dios mío!’”. “Entonces Jesús dijo: ‘Porque me has visto has creído. ¡Dichosos los que no han visto y han creído!’”. “Otros discípulos, otros hombres y mujeres de Jerusalén que, aun no habiendo encontrado a Jesús resucitado, creyeron por el testimonio de los Apóstoles y de las mujeres. Esta es una palabra muy importante sobre la fe, podemos llamarla la bienaventuranza de la fe. Bienaventurados los que han creído sin haber visto. En todo tiempo y en todo lugar son bienaventurados aquellos que, a través de la Palabra de Dios, proclamada en la Iglesia y testimoniada por los cristianos, creen que Jesucristo es el amor de Dios encarnado, la Misericordia encarnada. ¡Y esto vale para cada uno de nosotros!”. “Recemos juntos a la Virgen María, para que nos ayude, obispo y pueblo, a caminar en la fe y en la caridad. Confiados siempre en la Misericordia del Señor. Él siempre nos espera. Nos ama. Nos ha perdonado con su sangre y nos perdona cada vez que vamos a Él a pedirle perdón. Tengamos confianza en su Misericordia”.
ABRIL 21 DE 2013
Concilio Vaticano II
¡No tengan miedo!
Las iglesias orientales católicas Por P. Juan José Torres Galván
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e conoce actualmente con el nombre de Iglesias orientales católicas a las Iglesias orientales que profesan la fe cristiana y reconocen la autoridad del Sumo Pontífice, es decir, que son católicas, pero mantienen su organización y ritos particulares. Las Iglesias orientales católicas tienen su origen en la tradición apostólica y en el testimonio de los Santos Padres. El Concilio Vaticano II establece algunos principios para procurar su conservación y crecimiento en un ambiente armónico con las Iglesias católicas de rito latino (occidental). No estamos hablando de hermanos separados, sino de ritos diversos dentro de la misma confesión de fe. La Iglesia universal está constituida en muchas Iglesias particulares. Ella abraza también diversos ritos que se han conservado a través de los siglos y están recomendados por una vasta experiencia. Así pues, aunque existen diferencias entre las Iglesias oriental y occidental respecto al rito, la liturgia, la disciplina eclesiástica y el patrimonio espiritual, cada una de ellas tiene la misma dignidad, los mismos derechos y acepta plenamente la potestad del Romano Pontífice. Las iglesias orientales están organizadas de modo que tienen un Patriarca (propio para cada tradición: maronita, copto, armenio, sirio, caldeo, etc.), éste tiene potestad de jurisdicción sobre los otros obispos, según el derecho, quedando a salvo el primado del Romano Pontífice. Tienen también los Metropolitanos -obispos que presiden una región formada por varias diócesis- y obispos que presiden un territorio concreto. Los Patriarcas y sus sínodos son la máxima autoridad para los asuntos internos del patriarcado, quedando a salvo el derecho del Romano Pontífice. En los territorios donde conviven los dos ritos (oriental y latino) se debe buscar unidad en la acción, uniendo fuerzas y obras por el bien de la religión y la salvación de los fieles. Los clérigos y laicos deben ser instruidos en los ritos y sus normas. Las Iglesias de Oriente gozan del derecho y deber de regirse según sus propias disciplinas que por antigüedad y costumbres resulten más adecuadas para procurar el bien de los fieles. Los católicos orientales pueden y deben conservar sus ritos litúrgicos y su disciplina, sólo podrán modificarlos si conviene a su propio crecimiento. Los pastores y órdenes religiosas de occidente que trabajan entre los orientales procuren formarse para conocerlos y servirlos con más eficacia apostólica. Los patriarcas orientales de los diversos ritos tienen la misma dignidad, salvo la precedencia de honor le-gítimamente establecida. Sus derechos y privilegios son respetados y deben ser conservados. El Concilio confirma y alaba la disciplina sacramental propia de las Iglesias orientales, según la cual todos los presbíteros pueden conferir válidamente el sa-cramento de la Confirmación. Son válidos los sacramentos que administran los clérigos de rito oriental en beneficio de fieles de rito latino y viceversa. Existe una plena comunión sacramental entre los diversos ritos. Referencia de lectura: Orientalium Ecclesiarum 1-18
Promover la reconciliación y la paz a todos los niveles
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penas un mes después de la elección de un nuevo Papa se ha cumplido medio siglo de otro hecho trascendental en la historia de la iglesia católica: la publicación, el 11 de abril de 1963, de la encíclica Pacem in Terris, promulgada por Juan XXIII y que determinó la doctrina política que, según el Papa, debía posibilitar la instauración de la paz mundial y la superación de los conflictos propios de la guerra fría; una paz que sólo sería posible fundamentada en los principios de la igualdad y la libertad : Pacem in Terris. Tal vez el origen más próximo de aquella primavera de esperanza fue la aterradora convicción, compartida por millones de hombres y mujeres, de que se había entrado en la definitiva fase de autodestrucción. Octubre de 1962: crisis de los misiles en Cuba. El día 22, el presidente Kennedy se dirigía por televisión a sus conciudadanos para mostrarles que la Unión Soviética estaba desplegando misiles en la isla caribeña y que apuntaban hacia Estados Unidos. “He ordenado a las fuerzas armadas que estén listas para cualquier eventualidad”. Nunca como entonces, a lo largo de la guerra fría, fue tan próxima la sensación de estar ante el abismo. El día 28, a las cinco de la tarde y a través de las ondas de Radio Moscú, el presidente Nikita Jruschov leyó una carta dirigida a Kennedy en la que confirmaba su decisión de desmantelar las armas para “acabar cuanto antes con el conflicto que amenaza la causa de la paz”. Dos días después, en una nueva carta a Kennedy, el líder soviético le decía que “la gente ha sentido claramente el calor de las llamas de la guerra termonuclear y es más consciente del peligro que se cierne sobre su cabeza si no ponemos fin a la ca-rrera armamentista”. El Papa se convenció de que su intervención había sido determinante en la resolución del conflicto y de esa convicción surgió su propósito de publicar una encíclica que sintetizase cuál era la doctrina política que posibilitaría la instauración de la paz.
El 11 de abril de 1963, que coincidió con el Jueves Santo y cayó en plena celebración del Concilio Vaticano Segundo, se daba a conocer la Pacem in Terris. La encíclica, más que aspectos teológicos o doctrinales, enraizaba la ética cristiana en el presente y, sobre la base de la fe, interpelaba a los ciudadanos del mundo fueran o no fueran creyentes. Era un texto moderno y comprometido. La argumentación Papal se desplegaba a partir del principio de que la persona, do-tada de derechos y deberes, es el eje de la convivencia. Para poder vivir de manera digna, esa persona debía disponer de unos medios justos e indispensables que son condición necesaria para la existencia del bien común. Son los poderes públicos de cada comunidad política -poderes en los que la ciudadanía debería poder participarlos que deben garantizar aquellos medios y, en consecuencia, la igualdad esencial entre ciudadanos (con independencia del sexo, la raza o la pertenencia a una nacionalidad no dominante dentro de un mismo estado). La encíclica, establecidas las relaciones entre individuo y comunidad -incluyendo la defensa de la separación ilustrada de poderes-, aún daba otro paso: extrapolaba la corre-lación persona/comunidad a las relaciones entre distintas comunidades políticas para acabar postulando la creación de una comunidad mundial en la que los derechos y deberes básicos fueran por todos compartidos y así el ideal de la paz sería una realidad en la tierra. Ese mismo día, del 50 aniversario, el papa Francisco nos recordó que: “Hoy se cumplen los cincuenta años de la encíclica Pacem in Terris, de Juan XXIII, y pidió que este aniversario “sea un incentivo para comprometerse siempre más en promover la reconciliación y la paz a todos los niveles”. + Mons. Jesús Carlos Cabrero Romero Arzobispo de San Luis Potosí
Nuestra historia
Julio II
¿De qué se trata la vida eterna?
Con una visión futurista mandó reedificar la Basílica Constantiniana, donde está sepultado el apóstol san Pedro, erigiendo la actual Basílica Petrina. Fue mecenas y protector de grandes artistas como: Miguel Ángel, Bramante y Rafael Sanzio. Es el Papa 216 de la Iglesia y es llamado también el Papa guerrero al defender la unidad de la Iglesia. Por Pbro. Lic. Rubén Pérez Ortíz
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mponente es la figura del Papa Giuliano dela Rovere, un Papa de su tiempo, quizá más monarca que pastor como fueron los Papas de su época, sin embargo afrontó con valentía los enormes desafíos que se presentaban durante su pontificado. Nació el 5 de diciembre de 1443 cerca de Savona; coronado el 28 de noviembre de 1503; falleció en Roma, en la noche del 20-21 de febrero de 1513. Su padre fue Rafael della Rovere y su madre Teodora Manerota. Siguió a su tío Francisco della Rovere a la Orden Franciscana, y fue educado bajo su tutelaje en Perugia. Con la elevación de su tío al papado el cual tomó el nombre de Sixto IV el 9 de agosto de 1471, comienza la carrera pública de Giuliano. El 15 de diciembre de 1471, fue creado Cardenal Sacerdote de San Pedro en Vincoli. Ocupó las sedes episcopales de Carpentras, Lausanne, Catania, Coutances, Mende, Viviers, Sabina, Bologna, Ostia, Lodève, Savona, Vercelli, y la Sede del Arzobispado de Avignón. En junio de 1474, Giuliano fue enviado a la cabeza de un ejército para restaurar la autoridad papal en Umbría. Más tarde fue enviado como delegado a Francia para regularizar los asuntos de su Arquidiócesis de Aviñón. Después de completar exitosamente su misión volvió a Roma al comienzo de 1482. Después de la muerte de Inocencio VIII el 25 de julio de 1492, Giuliano nuevamente aspiró al papado pero su gran influencia durante el pontificado de Inocencio y su pronunciada simpatía por Francia lo había hecho poco prudente a los cardenales. Era lo suficientemente inteligente para comprender la situación. Es-
taba, sin embargo, poco dispuesto a ver que la tiara fuera al Cardenal Rodrigo Borgia, no porque este último fuese un candidato inmerecido, sino debido a su personal aversión hacia los Borgia. A pesar de los esfuerzos de Giulano, Rodrigo Borgia fue un candidato exitoso, y ascendió al trono papal como Alejandro VI el 11 de agosto de 1492. Temiendo por su seguridad en Roma, Giuliano se retiró hacia su fortificado castillo en Ostia hacia fines de 1492. Y más tarde se autoexilió a Francia. Después de la muerte de Alejandro VI el 18 de agosto de 1503, volvió a Roma el 3 de septiembre para tomar parte de la elección del nuevo Papa. Fue nuevamente un fuerte candidato para el papado, pero su gran ambición no sería todavía realidad. El enfermo y viejo Francisco Piccolomini ascendió al trono papal como Pío III, pero murió el 18 de octubre de 1503. El nuevo cónclave comenzó el 31 de octubre y después de unas pocas horas los cardenales unieron sus votos en Giuliano, quien tomó el nombre de Julio II. Ha sido uno de los cónclaves más cortos en la historia del papado sólo unas horas duró la elección. Julio II fue principalmente un soldado, y la fama que acompaña a su nombre se debe especialmente al restablecimiento de los Estados Pontificios y la liberación de Italia de la sujeción francesa. Con todo ello, no olvida sus deberes como cabeza espiritual de la Iglesia. Emitió una estricta Bula contra la simonía en las elecciones papales y erigió diócesis en las recientemente descubiertas colonias Americanas de Haití (Española), Santo Domingo y Puerto Rico; convocó el Quinto Concilio de Letrán para erradicar de la Iglesia y especialmente de la Curia Romana los abusos, y para frustrar los designios de los cardenales cismáticos que habían convocado su no exitoso concilio primero en Pisa. Julio II ha también ganado una envidiable reputación como patrocinador de artes. Bramante, Rafael y Miguel Ángel dieron al mundo algunas de sus máximas obras maestras a su servicio. Él colocó la piedra basal de la gigantesca Basílica de San Pedro el 18 de abril de 1506. Y concibió la idea de unir el Vaticano con el Belvedere, comprometiendo a Bramante para llevar a cabo el proyecto. Los famosos frescos de Miguel Ángel en la Capilla Sixtina y de Rafael en la Stanze, el palacio de San Dámaso con sus galerías, la Vía Giulia y la Via della Lungara, la colosal estatua de Moisés que embellece el mausoleo de Julio II en la iglesia de San Pedro en Vincoli, y muchos otras magnificas obras dentro y fuera de Roma permanecen como testigos de su gran amor al arte.
Pbro. Lic. Salvador González Vásquez.
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i alguien nos preguntara, ¿Qué buscamos en la vida? Seguro que cada uno tendría una respuesta distinta. Pero al analizar cualquier respuesta, descubrimos que todos buscamos la felicidad. Cualquier acción humana va encaminada al encuentro de la felicidad. Aunque todo parece indicar, que en esta vida es muy difícil llegar a esa meta. Tal vez porque muchos no encuentran satisfacción en lo que hacen. Que razón tenía aquel filósofo, cuando definió al hombre como el eterno insatisfecho. Una meta tan fundamental como es la felicidad, no se puede alcanzar sin la ayuda de Dios. Los dones más elevados vienen de lo alto, y son precisamente un don y no una conquista. El hombre se afana inútilmente por ser feliz a su manera, pero con frecuencia le fallan los intentos. Cristo nos promete la felicidad, pero se necesita la fe para poder lograrla. San Juan afirma en el Evangelio, que el que crea en el Hijo del hombre obtendrá la vida eterna. El Papa Benedicto XVI dice que a los hombres no les atrae tanto la vida eterna; porque en modo alguno se quiere la vida eterna, sino la presente. Se piensa que la vida eterna, es vivir como ahora pero por toda una eternidad. Y una vida donde hay más penas que satisfacciones, no se antoja vivirla eternamente. Después dice el Papa Benedicto XVI que la vida eterna es como el momento pleno de satisfacción, en el cual la totalidad nos abraza y nosotros abrazamos la totalidad. Es romper con los límites del tiempo. Sin pensar en pasado, ni en futuro y dejarse desbordar por la alegría. La eternidad comienza cuando empezamos a tomar gusto por la vida; cuando le hayamos el sabor a la existencia. La eternidad es saborear cada instante de nuestro vivir. No hace falta esperar la llegada de la eternidad, ésta se hace presente, en el momento en que volteamos la mirada a Dios. El Señor es el ingrediente esencial para que nuestra vida recobre su sabor y su sentido. Por eso Jesús decía que somos la sal de la tierra para darle el sabor a la existencia. Por desgracia, el hombre ha perdido el gusto por la vida. Y esto sucede porque ha roto su relación con Dios. La vida eterna ilumina todos los aspectos de la vida, y hace de cada instante un momento pleno, es decir eterno. Las diversiones de moda duran solo un instante, y después llega la insatisfacción y el hastío. Eso no es vida eterna, porque no es plenitud de vida. La vida feliz, es gozar de cada momento y volverlo eterno; sin perder de vista, que así como vivamos en este mundo así trascenderemos hasta la eternidad. Y de eso se trata la vida eterna, no es algo inalcanzable, ni un suplicio interminable; es el don que Cristo nos ha traído, y es gozar al máximo cada momento de la existencia, ya desde este instante.
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¿Que dice la Iglesia Católica sobre los extraterrestres? Por P. Kino
Nada.
“Temo el día en que la tecnología superará nuestra interacción humana. El mundo tendrá una generación de idiotas”
Por P. Kino
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instein vivió del año 1879 al 1955. Su profecía se ha cumplido. La tecnología ha superado nuestra interacción humana. Basta echar un vistazo en la misma familia. En una mano el bebé y en la otra el celular. El momento de encuentro en alguna comida o en un café y aparece una vez más el celular o la famosa tableta. Y qué decir en lugares públicos, como por ejemplo plazas, jardines, parques; es cuestión de echar un vistazo y nos daremos cuenta de cómo los medios de comunicación están descomunicando a los asistentes a estos lugares. Pantallas LCD o de plasma, y para los más modernos pantallas con técnica led, televisiones, Ipod, celulares, tabletas son también un buen medio para entretener hasta a los niños, que desde pequeños se hacen expertos en manipular toda esta tecnología de tercera dimensión, blu ray. Se pierde la relación personal padres e hijos; ya no hay diálogo, muchos (no todos) somos generaciones de idiotas que le damos más importancia a la tecnología que a la capacidad de pensar. ¿Dónde quedó el juego del memorama? ¿Quién de los jóvenes quiere ahora jugar ajedrez, dama chinas, damas inglesas?, pero no con persona virtual, sino de carne y hueso y pedazo de pescuezo. El juego de canicas, bote pateado tal vez ya se ha olvidado. No estoy en contra de la tecnología, sino en lo que la inmadurez de muchos seres humanos han hecho de ella. Los niños y jóvenes de hoy, si no se cuidan podrán tener el síndrome de Shakira: “Bruta, ciega, sordomuda, torpe, traste, testaruda”… “ojerosa, flaca, fea, desgreñada, torpe, tonta, lenta, necia, desquiciada”, pues la tecnología mal utilizada nos encierra en el cuarto, nos hace olvidarnos del exterior y del contexto social. Existen seres tan adictos a la tecnología, que si van de visita a una casa se la pasan tres cuartas partes del tiempo en estos inventos. Se ha llegado a tal grado que hasta en la misa les cuesta trabajo apagar el celular, no sea que el Espíritu Santo les hable a través de él. Tal vez si Jesucristo viviera se aprovecharía de estos medios para evangelizar, pues son muy útiles, pero no creo que ellos hubieran sustituido el encuentro con la persona humana. ¿Qué podemos hacer para que la tecnología no nos quite la capacidad de pensar o razonar?... deja se lo pregunto a yahoo respuestas.
Pies cansados II (dedicado a los sanjuaneros) Por Pbro. Lic. Héctor Colunga colunga46561@hotmail.com
Muy estimados lectores: Es viernes, son las tres de la mañana. Ya levántenseeeeee; se oye la voz del guía. Es don Gabriel que nos despierta para que comencemos nuestra jornada. Estamos en Villa de Arriaga, ya avanzamos 60 kilómetros, nos faltan 140. Te preparas, tomas un té de canela, tu lámpara, una botella de agua y a caminar. Después que todos se van, los maleteros guardan todo y se adelantan a la comunidad El Rosario, ahí nos darán canela y luego nos esperan en Ocampo para desayunar. A tu paso por la orilla del pueblo, se dejan oír los ladridos de los perros,que no solo adentro de las casas, sino afuera, manifiestan que estás avanzando. El pueblo se queda atrás; a lo lejos se oye el ruido de los camiones que pasan por la autopista. Sólo se escuchan tus pisadas y el hablar de unos cuantos. De repente…todo es silencio. La luna es hermosa. Tienes contacto con la naturaleza y le das gracias al Creador. Sin darte cuenta, ya estás en la autopista que va de San Luis a Lagos; esa tomaremos. Te quedas solo. Ya los demás se han adelantado. Miras a lo lejos su lámpara que poco a poco se va alejando de ti. Debes caminar a tu paso, sino te quemas, es decir, te cansas más si pretendes ir a un paso que no es el tuyo. Son las seis de la mañana. Hemos llegado al parador La Luz, ahí está la desviación El Rosario. Sólo te están esperando para que descanses un poco, tomes canela caliente y continúes dos horas más hasta Ocampo, ahí será el desayuno.
Como es de esperarse, si no tienes condición eres el último en llegar y más si tienes sobrepeso u obesidad. Debajo del puente de la carretera a Ocampo, es la siguiente parada. Unos están descansando, unos desayunando un rico huevo con chile y frijoles. Se empieza a sentir lo pesado del camino, pero apenas era el comienzo de la jornada. Mientras desayunas o descansas, otros ya emprendieron el camino, y otra vez me dejaron atrás. Y así será hasta el final. Les confieso que ese tramo de Ocampo al Novillo es sumamente pesado. Son tres horas y media. Parece que cargas piedras, por más que quieres no avanzas, el agua se agota, el sol es fuerte y empiezas a sentir cómo te quema las partes del cuerpo que no están protegidas y qué decir de las ampollas que cuando caminas sientes que chapaleas, que tienes agua en la planta del pie y que ya ni la sientes. Es el Novillo, por fin llegué. Te paras en otro puente; ahí nos dieron atún y molletes que no te podías comer por tanto aire que hacía; la lechuga volaba entre la tierra, qué desperdicio y tú con hambre. Continuamos hasta Las Amarillas. Son las tres de la tarde. Estamos cansados pero contentos, y otra vez a comer, esta vez un fideo y frijoles. Nos saben a delicia y esto te enseña a valorar la comida de cada día. Le seguimos hasta Cuarenta, son las siete de la noche. Ya no puedes andar por lo rozado y ampollado, pero las enchiladas te alivianan, y a dormir, porque mañana será otro día, ya hemos avanzado 60 kilómetros más. Continuamos la siguiente semana.
Hagámonos de palabras
“El talento se educa en la calma y el carácter en la tempestad” J. W. Goethe
El Símbolo de los Apóstoles
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Por Pbro. José Antonio Martínez Ortiz
ada domingo proclamamos con gozo el Credo durante la celebración de la Eucaristía. Así lo hemos hecho por muchos siglos. En este tiempo de tanta confusión con iglesias y sectas apareciendo como un mercado religioso, es importante descubrir que lo que los católicos creemos es la FE DE SIEMPRE, es el Credo de la Biblia, además durante este año de la fe, tenemos la obligación de conocer a profundidad las verdades de nuestra fe. Razón por la cual les presentaré una serie de artículos que nos ayudaran a conocer el fundamento histórico, bíblico y magisterial del Credo. El Credo es una recopilación de nuestra fe, es un testimonio vivo de todas las enseñanzas de la Iglesia. Por tradición sabemos que fue compuesto por los apóstoles, aunque ha recibido algunas variaciones para ampliarlo más. El Credo consta de tres partes principales que nos enseñan sobre Dios El Padre, El Hijo y El Espíritu Santo. El Credo vivido es el gran regalo de nuestra fe, creemos venciendo la razón humana todo lo Dios nos ha revelado, creemos verdades que solo pueden ser abarcadas cuando confiamos en El. Confiamos en la Iglesia porque Cristo la fundó y prometió estar con ella hasta el final de los tiempos.
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Por Luis Ricardo Guerrero Romero gromeroluisricardo@gmail.com
bservando el consejo de Octavio Paz, en su poema Las palabras, decapité a la calma, la hice mi alma, me quedó la /c/, la gire 180° a la derecha y me senté, e impasible como Kefrén (IV faraón egipcio), meditaba sobre la voz de una sirena. Pero también medité sobre los emigrantes o los que son repatriados; como la palabra calma, que según los lingüistas alemanes es uno de los casos denominado: Rückwanderer (repatriado). Es decir, una palabra que luego de un viaje por otras fronteras retorna a su origen. En el latín sólo encontramos sedatio, como sinónimo de calma y sedo, que significa calmar, apagar las llamas; ambas son empleadas para aminorar un ímpetu en lo físico. De ahí nos llega la palabra sedante, como el alcohol y demás barbitúricos o narcóticos. El alcohol es el más asequible de estos y al ser ingerido, arde y/o quema internamente. La palabra calma en su origen griego fue: καυμα (kauma, quema), que al pasar por otras territorios indoeuropeas regresó a su patria como: καλμα, o sea: calma. El latín conservó la acepción legítima relacionada con las llamas, el fuego y calor. De hecho calor, preserva su lexema griego cal. Cuando sentimos demasiado calor –para algunos− representa: problema al hablar, cansancio al caminar, juicios torpes, reflejos lentos y apnea respiratoria, semejantes síntomas causan los sedantes en el consumidor. Existe, entonces una estrecha dependencia de sentido entre calma y sedo. Si decimos, el fuego sedo, se entiende que éste se calmó. Más ilustrativo son las innumerables esculturas que expresan la calma del hombre, situándolo en su sede, sentándolo en la calma. El profeta Jeremías 30, 24; concuerda conmigo al decir: “No se calmará el ardor, la cólera de Yahvé, hasta que haya hecho y cumplido los pensamientos de su corazón”. Solamente fiarnos en la calma nos queda para alcanzar la paz.
Y debido a que en este tiempo de Pascua estamos proclamando el Credo de los Apóstoles, me parece muy conveniente comenzar por el mismo.Las principales verdades en las cuales cree la Iglesia Católica están contenidas en este credo. El Credo de los Apóstoles, conocido también como Símbolo de los Apóstoles, es considerado el resumen fiel de la fe de los apóstoles. Es el antiguo símbolo bautismal de la Iglesia Católica Romana. Su gran autoridad proviene del hecho de que es el símbolo que guarda la Iglesia Católica romana, la que fue sede del apóstol Pedro, uno de los apóstoles, y a la cual él llevó a la doctrina común. Veamos lo que nos dice el Catecismo de la Iglesia Católica acerca de esto: 192.-A lo largo de los siglos, en respuesta a las necesidades de diferentes épocas, han sido numerosas las profesiones o símbolos de la fe: los símbolos de las diferentes Iglesias apostólicas y antiguas (cf. DS 1-64), el símbolo Quicumque, llamado de san Atanasio (cf. DS 75-76), las profesiones de fe de ciertos Concilios (Toledo: DS 525-541; Letrán: DS 800-802; Lyon: DS 851-861; Trento: DS 1862-1870) o de ciertos Papas, como la fides Damasi (cf. DS 71-72) o el Credo del Pueblo de Dios de Pablo VI (1968). 193. Ninguno de los símbolos de las diferentes etapas de la vida de la Iglesia puede ser considerado como superado e inútil. Nos ayudan a captar y profundizar hoy la fe de siempre a través de los diversos resúmenes que de ella se han hecho. Entre todos los símbolos de la fe, dos ocupan un lugar muy particular en la vida de la Iglesia: 194. El Símbolo de los Apóstoles, llamado así porque es considerado con justicia como el resumen fiel de la fe de los apóstoles. Es el antiguo símbolo bautismal de la Iglesia de Roma. Su gran autoridad le viene de este hecho: “Es el símbolo que guarda la Iglesia romana, la que fue sede de Pedro, el primero de los apóstoles, y a la cual él llevó la doctrina común” (san Ambrosio, symb. 7).
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Un año más del Papa emérito
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na vela más en el pastel de cumpleaños de Benedicto XVI y por primera vez como Papa emérito. Celebra sus 86 años en Castel Gandolfo, en la intimidad. Hace ocho años, el 16 abril de 2005, el cardenal Joseph Ratinzger cumplió 78 años dos días antes de comenzará el cónclave en el que fue elegido Papa.
ca y, por la tarde, con los obispos del país en el San-tuario nacional de la Inmaculada Concepción.
Durante su pontificado, ha celebrado siete cumpleaños con conciertos, bailes tradicionales y siempre trabajando. De hecho, en 2006, en su primer año como Papa, su cumpleaños coincidió con el domingo de Resurrección donde pidió por la paz en África, Iraq, Israel y Palestina.
Pero no podía faltar la tarta. En el año 2010 la Papal Foundation le regaló este dulce a Benedicto XVI donde podía leerse en inglés ‘Feliz cumpleaños, Santo Padre’. En los saludos personales también recibió las felicitaciones. “Dios le bendiga, gracias y feliz cumpleaños”.
En 2007, Benedicto XVI cumplió 80 años a ritmo de música clásica. La Orquesta Sinfónica Alemana de Stuttgart le regaló un concierto en el Aula Pablo VI.
Antes de viajar a Reino Unido en septiembre de 2011, la Iglesia británica creó una página en Facebook y también un correo electrónico donde poder enviar mensajes de felicitación al Papa por su 84 cumpleaños.
“Al final de este estupendo concierto que la Orquesta Sinfónica de la Radio-Televisión de Stuttgart nos ha regalado elevando nuestro ánimo, deseo sobre todo saludaros a todos muy cordialmente”. Un año más tarde, en 2008, hizo las maletas para viajar a Estados Unidos. Se reunió por la mañana con el presidente George Bush en la Casa Blan-
En 2009, Benedicto XVI pudo tener un cumpleaños más familiar. Acompañado de su hermano Georg, disfrutaron de la música en el Palacio apostólico de Castel Gandolfo.
Su última celebración como Papa fue en 2012 y lo hizo con un toque alemán. Acompañado por su hermano Georg, disfrutaron de bailes populares de su Baviera natal. Los pequeños bailarines felicitaron al Papa personalmente. Junto a esta de-legación de Baviera, Benedicto XVI festejó sus 85 años, su último cumpleaños como Papa.
Primer Congreso Nacional de Valores, Familia y Sociedad Será el 26 y 27 de abril en la Acción Católica
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Con este mensaje, se llevará a cabo el Primer Congreso Nacional de Valores, Familia y Sociedad, el 26 de abril de las 8:30 a las 18:00 horas y el 27 de abril de las 9:00 a las 20:30 horas, en el auditorio “Ignacio Montes de Oca” de la Acción Católica, ubicada en Madero 405, zona centro.
Los entrevistados informaron que los conferencistas que vendrán a impartir temas relevantes sobre
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l Papa Francisco expresó al arzobispo de Boston (Estados Unidos), cardenal Sean O’Malley, su tristeza por el atentado que ayer mató a tres personas –entre ellos un niño de ocho años-, e hirió a otras 140 durante la maratón de Boston (Massachusetts), e invocó la paz y el consuelo de Dios para las víctimas y familiares. “Profundamente entristecido por la noticia de la pérdida de vidas y las graves heridas causadas por el acto de violencia perpetrado ayer por la tarde en Boston, Su Santidad el Papa Francisco le asegura su afecto y cercanía en la oración”, señala el telegrama enviado por el secretario de Estado, cardenal Tarcisio Bertone. En el telegrama se indica que “tras esta tragedia insensata, Su Santidad invoca la paz de Dios para los muertos, su consuelo para los que sufren y su fortaleza para todos los que participan en las tareas de emergencia y socorro”.
rge que reconstruyamos familias renovadas en la fe y en el amor a Dios para que estén unidas, para que vivan en paz, y predomine el diálogo, la armonía familiar y no el odio, ni divisiones y envidias, entre los miembros de una misma fami-lia. No podemos permitir que se destruya la célula más importante de la sociedad.
Así lo informaron ayer en la mañana en rueda de prensa los Coordinadores de la Dimensión de Pastoral Familiar de la Arquidiócesis de San Luis, Ing. Jesús Carlos Cepeda y su señora esposa, Lupita Rodríguez, así como el gerente regional de Editorial Trillas, Ismael Mireles.
Francisco expresa su dolor y reza por víctimas de atentado en Boston
valores, familia y sociedad son: Lic. Ángel de Luna; Dr. Rodolfo Luthe, Ale Velasco, Ing. Jorge Oriza, Dra. Elvia Marveya Villalobos, Dra. Lorudes Münch, Lic. David Friedman. Para mayores informes e inscripciones: Editorial Trillas, Carranza no. 757. Teléfonos: (01-444) 814-86-36 y 814-12-02, así como en la Dimensión de Pastoral Familiar, ubicada en Galeana no. 325. Centro. Tel. 812-05-64.
“En este momento de luto el Santo Padre reza para que todos los bostonianos estén unidos en la decisión de no ser vencidos por el mal, sino de combatir el mal con el bien aunando sus esfuerzos para construir una sociedad cada vez más justa, libre y segura para las generaciones futuras”, finaliza el texto.
41 años como sacerdotes
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1972
l pasado doce de abril, don Carlos Cabrero, arzobispo de San Luis Potosí, celebró sus 41 años como sacerdote junto con sus compañeros los presbíteros Pedro Sánchez, Juan Castillo, Ernesto Huerta, y Moisés Morones. Festejados y amigos se die-ron cita en el domicilio particular de don Carlos, en el que presidió la Eucaristía y se llevó a cabo una pequeña convivencia. Este grupo recibió el sacramento de la Ordenación Sacerdotal en San Luis Potosí, el 12 de abril de 1972, en la Catedral Potosina. A lo largo de estos años, don Carlos fue vicario parroquial en la parroquia de San José, matehuala, SLP, y promotor vocacional diocesano. Dos años después fue enviado a Roma en donde en 1997, obtuvo la licenciatura en Teología Espiritual en la Pontifica Universidad Greoriana. Fue formador en el Seminario Dio-cesano, Profersor de Telogía Espiritual, Prefecto de Disciplina, Director Espiritual, Vicerrector y Ecónomo General.
2013 De 1995 a 1996 fue Ecónomo y Vicerrector del Pontificio Coloegio Mexicano en Roma. Estuvo a cargo de la Parroquia de San Miguel Arcángel, para después ser párroco en la parroquia de Nuestra Señora de Guadalupe, además de ser canonigo de la Catedral Potosina y coordinador de la Formacion Permanente del Clero, profesor en el Seminario, Director Espiritual de la Adoración Nocturna Diocesana, miembro del Colegio de Consultores y miembro el Consejo de Asuntos Econónicos de la Arquiciócesis. El 19 de diciembre de 2008 fue consagrado XVI Obispo de Zacatecas, y el tres de abril de 2012, fue nombrado Arzobispo de San Luis Potosí por Benedicto XVI. Agradecemos mucho a estos sacerdotes por su invaluable servicio a la Iglesia Potosina, ¡muchas felicidades y que Dios siga llenando su ministerio de abundantes bendiciones!
ABRIL 21 DE 2013
Banderazo de salida al camión de más de 3 toneladas de ayuda ¡Gracias San Luis por su solidaridad! Por LCC Angélica Maldonado Morales
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l pasado sábado 13 de abril del 2013 en punto de las 9:30 a.m., nuestro Pastor, monseñor Jesús Carlos Cabrero Romero dio gustoso el banderazo oficial de salida a un camión cargado de víveres no perecederos, medicamentos, ropa, botiquines, sueros, agua embotellada, entre otros muchos otros objetos de gran utilidad para nuestros hermanos de la Huasteca Potosina, (de manera especial los de Ciudad Valles, Lagunillas y Santa Catarina), que sufrieron y aún siguen padeciendo las consecuencias y graves secuelas de los incendios forestales. Don Carlos Cabrero dio el Banderazo acompañado del padre Rubén Pérez Ortiz, titular de la Pastoral Social-Cáritas de la Arquidiócesis Potosina, así como de algunos voluntarios de Cáritas que se unieron con un espíritu solidario para enviar la ayuda a nuestros hermanos que hoy sufren la desgracia, el sufrimiento y dolor por estos siniestros, lamentable-
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mente, muchas veces ocasionados por la mano del hombre. Bajo el lema: “Ayudemos a los de Ciudad Valles” se invitó tanto a fieles católicos como a ciudadanos en general a unirse en torno a nuestros hermanos Vallenses, dado que se requirió de unidad y solidaridad, puesto que hubo familias que lo perdieron todo. Los Centros de Acopio de la Arquidiócesis que reunieron las más de 3 toneladas de ayuda, durante la Semana Santa y la primera de Pascua son: Catedral Potosina, Basílica-Santuario Parroquia de Nuestra Señora de Guadalupe, Parroquia del Divino Maestro, Santuario del Señor de Burgos del Saucito, Parroquia de Tequis, Parroquia de Soledad y en los dos domicilios de Cáritas: Álvaro Obregón No. 626, zona centro y en Pascual M. Hernández 260, en el Jardín Colón, que es donde está ubicado el bazar y dispensario de Cáritas.
Nuestro pastor después de agradecer el apoyo de los potosinos, dijo que esta es la primera etapa pero “no estamos cerrados a una segunda etapa de ayuda, pues la Arquidiócesis potosina está dispuesta a seguir ayudando y a demostrar la caridad de sus fieles, lo cual se acordará en una segunda reunión que se tendrá con los obispos de la Provincia, constituída por Cd. Valles, Zacatecas, Matehuala y desde luego, San Luis”.
Cristo te necesita en el que sufre
on Juan Gámez Moreno tiene 60 años, sufre de cáncer de colon y en unos días será sometido a cirugía, vive en Pozas de Santa Ana, Municipio de Guadalcazar. Vive con su esposa y cuatro hijos, de los cuales tres se encuentran enfermos. Su esposa la señora Crisófora Hernández, enfermó de cáncer de mama y fue sometida a cirugía recientemente. Sus hijos Daniel de 23 años y San Juana de 21 están enfermos de los riñones y tienen que ser hemodia-lizados dos días por semana. Su hijo Alexis de 14 años tiene cáncer en el estómago desde hace siete años. Por su enfermedad don Juan no tiene un trabajo estable, trabaja en el campo y en ocasiones ayuda a sus vecinos a levantar la cosecha, hecho que es
difícil para él pues no puede hacer mucho esfuerzo pues tiene una colostomía. Su familia es atendida en el seguro popular aunque éste no cubre en la totalidad los gastos que las enfermedades que sufren él y su familia ocasionan. Tiene dos hijas casadas que no pueden apoyarlo económicamente y la más pequeña depende de él. Don Juan necesita aproximadamente $4,500.00 mensuales sólo para medicamentos. Dios nuestro Padre ha bendecido a don Juan con un bienhechor que le apoya mensualmente. Aún así necesita más recursos para enfrentar su situación. La Iglesia y el mundo necesitan gente generosa que vea en su hermano necesitado y que sufre el rostro de Cristo, ¡Él, Dios del Amor, te necesita en esta familia, tiéndele tu mano!
Para mayores informes y donaciones comunícate a: Cáritas San Luis Potosí Departamento de Trabajo Social. Álvaro Obregón 626, Centro Tels.: 8 12 23 51 y 8 12 76 15
Yo CREO...y vivo mi FE
Otaku
Creo en la Santa Iglesia Católica…
Por Javier Algara
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a palabra japonesa que encabeza este escrito se utiliza para referirse a las personas que llegan a obsesionarse mucho por alguna cosa. La cosa no pasaría de ser una simple curiosidad lingüística, ni probablemente me hubiera yo enterado de la existencia de ese vocablo, si no fuera porque, por un lado, descubrí que existe un sinnúmero de páginas web al respecto, y por otra, porque hay un documental sumamente interesante que describe un fenómeno novedoso que, aunque se ha detectado especialmente en Japón, debería preocuparnos: el número de otakus ha alcanzado niveles peligrosos. Mas no es únicamente su número lo que ha alarmado a la sociedad japonesa, sino las causas y los efectos de ese incremento. Una parte del problema es que hay demasiados ciudadanos de ese país que viven obsesionados. El primer objeto de los otakus parece ser que fueron los manga, los libros de caricaturas orientales, que han resultado ser altamente adictivos y cuyos contenidos no son siempre propios de los niños o adolescentes. Los otakus de esta clase vive casi exlusivamente para comprar, leer y coleccionar el mayor número de ejemplares posibles de los manga. Llegan a vestirse como los personajes de su obsesión. ¡Personas vestidas de caricatura! El hobby de coleccionar cosas no es nuevo en el mundo. Lo que sí es nuevo y peligroso es que los otakus se obsesionan por ello de tal modo que cortan sus vínculos sociales o están dispuestos a cualquier cosa con tal de obtener los objetos de su obsesión. Posteriormente, el término se aplicó también a otro tipo de personas obsesivas: coleccionistas de juguetes, de videos; armadores de aviones a escala; coleccionistas de pornografía, etc. Mas el problema principal, que es lo que está alarmando a los japoneses es que, con frecuencia, ser otaku está asociado a la incapacidad de mantener relaciones sociales normales y fecundas con el resto de la sociedad y a ignorar tranquilamente las normas sociales y éticas de la convivencia humana. Cada otaku es un mundo en sí mismo; el resto de la comunidad humana solo es tolerable si puede ser utilizado para satisfacer una necesidad. Preguntándose por las raíces del fenómeno, algunos sociólogos han respondido con algo que ya los pontífices recientes han venido denunciando desde hace tiempo opportune et inopportune: la vida sin sentido, el relativismo connexo con una imagen deformada del valor de la persona, centro del universo; la carencia del sentido de lo sobrenatural y de lo sagrado. Cuando las bombas atómicas de agosto del 1945 en Hiroshima y Nagasaki derrumbaron la imagen divina del emperador, punto
Por P. Memo Gil
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de referencia social y moral para la sociedad japonesa de entonces, muchos ciudadanos de aquel país perdieron el rumbo y la única certeza que les quedó fue la de su propia existencia y de sus necesidades. El asombroso adelanto técnico y económico de Japón en la actualdad, por otra parte, satisface sobradamente las necesidades primarias, pero la necesidad de trascendencia no encuentra otro camino que el de la propia deificación. O de la de los artistas, deportistas y otras personas parecidas. Incluso se ha creado una industria nueva en aquel país: la de crear ídolos, cantantes que actúan en centros comerciales y reúnen en torno a sí a cientos de otakus enloquecidos que no tienen otra salida a su necesidad de trascenderse. Lamentablemente, el fenómeno de los otaku nos está alcanzando. No tenemos en México tantos jóvenes dependiendo de los héroes y heroínas de los manga como en Japón, pero sí tenemos ya a bastantes chicos endiosados con los goleadores del momento, o en los cantantes de moda, incapaces de concentrarse y de mostrar interés en lo que no tenga relación con ellos. Para ellos no existe otro motivador que no sea su propio hobby y nada ni nadie merece respeto si no tiene relación con él. Y el fenómeno muestra en nuestra sociedad más visos de crecer que de disminuir. Las raíces de nuestra versión autóctona de los otaku están en la incapacidad patente de nuestra sociedad de dar a los jóvenes una educación hacia la trascendencia, hacia lo sagrado, definitivo e infinito. La Iglesia tiene todos los elementos para poder ser un agente de cambio en este sector. Lo único que nos hace falta es darnos cuenta de que sí existe el problema y estar convencidos de que la razón de nuestra esperanza también puede serlo de los demás. La llamada urgente de Benedicto XVI y de Juan Pablo II a la nueva evangelización en eso consiste, y el Papa Francisco lo ha reiterado en estos días. Hay que anunciar a Cristo, razón de nuestra esperanza. La vida cristiana vivida de acuerdo al Evangelio es el mejor medio de hacer a los otakus caer en la cuenta de que hay una manera mejor de alcanzar la trascendencia.
ontinuamos desarrollando nuestras reflexiones acerca de los artículos que componen el Credo y que son doce. En ésta ocasión nos toca abordar el artículo noveno del Credo en donde expresamos que creemos en la Iglesia Católica… Pero, hablar de la Iglesia, como hablar de Dios Padre, de su Hijo Jesucristo y del Espíritu Santo, son temas tan amplios, tan extensos y no intentamos tratarlos así aquí. Ya que el plan de éste trabajo es ofrecer algo breve, una catequesis que sea suficiente para dar a conocer lo mejor posible, y de manera muy accesible, todos los artículos del Credo. Sobre todo, para ayudar a entender lo fundamental de nuestra Profesión de Fe, que no son un puño de ideas sin soporte, sino que tienen como base de sustentación en primer lugar la predicación del Evangelio y, en segundo lugar, el magisterio de la Iglesia, que es la enseñanza fiel de nuestros pastores. El concepto Iglesia tiene algunos antecedentes en el Antiguo Testamento, porque fue prefigurada desde el origen del mundo y preparada admirablemente por Dios en la historia del Pueblo de Israel. La Iglesia es la Asamblea de los fieles y en el Antiguo Testamento ya se usaba el término asamblea. Veamos lo que dice el libro primero de Reyes en el capítulo 8 versículo 22, que relata el momento solemne de la consagración del grandioso Templo de Jerusalén, construido por el rey Salomón a Yahveh Dios: “Salomón se colocó ante el altar del Señor a la vista de toda la ASAMBLEA de Israel y, levantando sus manos al cielo, oró…”. Recordemos además, que el origen del pueblo de Israel fue el patriarca Abraham, a quien Yahveh le promete: “Yo haré de ti un GRAN PUEBLO, te ben-deciré y haré famoso tu nombre, que será una bendición” (Gn 12,2). Y ese gran pueblo que sería “como el número de las estrellas y las arenas del mar” fue creciendo a partir de Isaac, el hijo que Dios concedió a Abraham de su esposa Sara. Ese pueblo numeroso fue esclavizado por los egipcios y gemía bajo el peso de largas y agotadoras faenas. Suplicó a Dios y Dios se comunicó con ellos a través de Moisés: “¡He visto la opresión de MI PUEBLO en Egipto, he oído el clamor que le arrancan sus opresores y conozco sus angustias!”(Ex 3,7). MI PUEBLO, una manera de llamar a aquel conglomerado humano escogido por Yahveh y que figuraba al PUEBLO DE DIOS, la futura Iglesia, formada por los bautizados y no ya por una raza o nación. Pero eso no es todo, el Antiguo Testamento nos narra que al tercer mes de la salida de la esclavitud de Egipto, los israelitas plantaron sus tiendas frente al Monte Sinaí y el Señor llamó a Moisés y le dijo: “Ya han visto lo que he hecho con los egipcios, y cómo A USTEDES los he llevado sobre alas de águila y LOS HE TRAÍDO A MÍ. Ahora bien, si me obedecen fielmente y guardan mi alianza, USTEDES SERÁN EL PUEBLO DE MI PROPIEDAD entre todos los pueblos, porque toda la tierra es mía; serán para mí UN REINO DE SACERDOTES, UNA NACIÓN SANTA. Esto es lo que dirás a los hijos de Israel” (Ex 19,4-6). Desde entonces hasta hoy, estas palabras resuenan como un eco, aunque lejano, sonoro y determinante a través de la voz del apóstol Pedro: “USTEDES en cambio, son descendencia elegida, REINO DE SA-CERDOTES y NACIÓN SANTA, PUEBLO adquirido en posesión para anunciar las grandezas del que los llamó de la oscuridad a su luz admirable” (1Pe 2,9). Este lenguaje, aunque distante en el tiempo, está vivo entre nosotros los católicos. Ya que por el sacramento del Bautismo pa-samos a formar parte de ese PUEBLO ADQUIRIDO que hoy es la Iglesia.
Fe y política
¿Qué es una asociación religiosa?
Por Salvador Jorge Alonso Medellin Lara
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a Iglesia siempre ha sido una parte fundamental en la historia de nuestro País y dentro del mismo núcleo de la sociedad mexicana, pero ¿cómo ve el Estado a la Iglesia? A partir de la reforma publicada el 28 de enero de 1992 al artículo 130 constitucional segundo párrafo, fracción A) nos dice: “…las iglesias y las agrupaciones religiosas tendrán personalidad jurídica como asociaciones religiosas una vez que obtengan su correspondiente registro. La ley regulará dichas asociaciones y determinará las condiciones y requisitos para el registro constitutivo de las mismas.” Ahora bien la palabra asociación es una persona moral en el cual dos o más personas conjuntan sus esfuerzos para llevar a cabo el cumplimiento de un fin determinado que puede ser: deportivo, altruista, cultural, etc. En el caso de una asociación religiosa el fin es el culto público, es decir la observancia, práctica, propagación, o instrucción de una doctrina religiosa o de un cuerpo de creencias religiosas. LEY DE ASOCIACIONES RELIGIOSAS EN SU ARTICULO 9o.- “Las asociaciones religiosas tendrán derecho en los términos de esta ley y su reglamento, a: III. Realizar actos de culto público religioso, así como propagar su doctrina, siempre que no se contravengan las normas y previsiones de éste y demás ordenamientos aplicables; IV. Celebrar todo tipo de actos jurídicos para el cumplimiento de su objeto siendo lícitos y siempre que no persigan fines de lucro; V. Participar por sí o asociadas con personas físicas o morales en la constitución, administración, sostenimiento y funcionamiento de instituciones de asistencia privada, planteles educativos e instituciones de salud, siempre que no persigan fines de lucro y sujetándose además de a la presente, a las leyes que regulan esas materias”. En conclusión una asociación religiosa toma el carácter de persona moral o jurídica –(es un conjunto de personas físicas, individuales en forma de una institución para cumplir con un fin social que por separado sería imposible su realización), según el ya mencionado artículo 130º constitucional, el registro de las asociaciones religiosas tiene como fin otorgarles, un lugar y reconocimiento, frente al Estado, con la facultad para actuar como sujetos de derecho, esto es, capacidad para adquirir y poseer bienes para poder realizar su fin determinado, para contraer obligaciones y ejercitar acciones de derecho- actos jurídicos y obtener también la facultad y obligación de auto reglamentarse este lo vemos reflejado en los estatutos de las asociaciones en los cuales dan información de cómo es su sistema de administración, su denominación, la designación de autoridades, los representantes legales, y la más importante el fin de las asociación, en este caso religiosa. Lo anterior se establece con el objetivo de las Iglesias y Agrupaciones Religiosas, de darles personalidad jurídica para hacer frente a terceros y al mismo estado como una persona moral, asi mismo tener un orden en cuanto a su cantidad, fin, número de seguidores que tengan cada una de ellas, así como de los actos de culto público que pretendan realizar.
Mensaje de los obispos de México con motivo de su XCV asamblea plenaria A los fieles de las comunidades cristianas y a todos los hombres y mujeres de buena voluntad
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Yo soy el Alfa y la Omega, el Principio y el Fin (Ap 21,6)
on grande gozo pascual, celebrando la Vida que el Padre celestial nos ha otorgado en su Hijo Jesucristo muerto y resucitado, los obispos de México nos encontramos reunidos en nuestra XCV Asamblea Plenaria, en torno a Aquel que “ha sido levantado en lo alto, para atraer a todos hacia sí” (cf. Jn 12,32). Tenemos la firme convicción de que es el Espíritu del amor el que nos guía a la unidad como Iglesia, en la edificación del Reino de Dios y de una sociedad mejor, en nuestro caminar hacia la Pascua Eterna. Damos gracias al Señor de la vida y de la historia que nos permite nuevos inicios: el inicio del tiempo litúrgico de la Pascua, porque proclamar y celebrar a Jesús resucitado nos fortalece para seguir siendo testigos de la Vida, en medio de tantos signos de muerte que atentan contra la dignidad de hombres y mujeres en el mundo y en nuestra Patria; agradecemos al Sumo y Eterno Sacerdote que, después del luminoso ministerio del Papa Benedicto XVI, nos conceda una nueva etapa en la historia de la Iglesia con el pontificado del Santo Padre Francisco; agradecemos también a nuestro Dios providente que nos permite iniciar los trabajos pastorales de nuestra Conferencia Episcopal Mexicana, en el trienio 2012- 2015. En el contexto de la celebración del Año Fe, tenemos la oportunidad de “redescubrir el camino de la fe”, para proclamarla y testimoniarla con nuevo vigor. Como nos ha pedido el Papa Francisco, queremos salir e ir hacia las periferias no sólo geográficas sino también hacia las periferias existenciales del pecado, del dolor, de la injusticia, de la ignorancia...” Somos conscientes de que es ésta una tarea urgente, que si bien hemos venido realizando, debemos fortalecer con el impulso de la misión evangelizadora. Con los criterios de continuidad y renovación pretendemos seguir avanzando en el cumplimiento de la misión que Cristo nos ha encomendado al servicio de todas las personas: anunciar el Evangelio, razón de ser y de existir de la Iglesia. Los nuevos inicios son esperanzadores, máxime cuando echamos las redes en nombre de quien es el Principio y el Fin, el Alfa y la Omega. Buscando dar respuesta a los grandes desafíos del mundo actual, como son entre ellos, la secularización, la indiferencia, la participación de las nuevas generaciones en la sociedad y la promoción humana, así como los anhelos de verdad, de paz y de justicia de nuestros hermanos y hermanas de México, especialmente de los más pobres, en esta Asamblea Plenaria, formulamos nuestro objetivo general para los próximos tres años, los temas que abordaremos y los proyectos pastorales de las ocho comisiones episcopales. Nos proponemos, “fortalecer nuestra identidad como Iglesia, a la luz de la Palabra de Dios, de los Santos Padres y del Magisterio, para dinamizar la Misión Continental Permanente en el espíritu de la Nueva Evangelización, partiendo de la conversión personal y pastoral, y como discípulos misioneros, contribuir a la transformación de la realidad de México promoviendo la cultura cristiana”. Conscientes de que esto solo puede ser logrado con la ayuda de Dios y la unidad entre todos, encomendamos nuestros proyectos pastorales a la intercesión de la Madre del Verdadero Dios por quien se vive, y del santo obispo Rafael Guízar y Valencia, patrono de los obispos de México, que entregó su vida para testimoniar la Vida que no acaba. Por los Obispos de México. + José Francisco, cardenal Robles Ortega Arzobispo de Guadalajara Presidente de la CEM + Eugenio Lira Rugarcía Obispo Auxiliar de Puebla Secretario General de la CEM
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Vengan a descansar
os apóstoles se reunieron con Jesús y le contaron todo lo que habían hecho y lo que habían enseñado. El, entonces, les dice: “Venid también vosotros aparte, a un lugar solitario, para descansar un poco”. Pues los que iban y venían eran muchos, y no les quedaba tiempo ni para comer. (Mc 6, 29-31).
También enseñó Jesús a sus discípulos acerca del descanso de esta manera: “aprendan de mí que soy manso y humilde de corazón, y encontrarán descanso, porque mi yugo es suave y mi carga ligera”. El Señor hizo el cielo y la tierra, seis días trabajó, y descansó uno, el séptimo. Y eso mismo dejó a los hijos de Israel como mandato: “acuérdate de santificar el sábado”. Y efectivamente, el sábado no lo trabajaba el pueblo de Israel, de tal manera que ese día era de descanso, pero descanso dedicado al Señor.
Los discípulos hicieron las obras del Reino, aquello que les había mandado Jesús. Expulsaron demonios, curaron enfermos, anunciaron el Reino de los Cielos. Dieron testimonio con palabras y obras del poder de Jesucristo. Y regresaron cansados. Gozosos y cansados. La tarea de anunciar el reino de los cielos es desgastante. Involucra a la persona con todo su potencial, lo mismo que la fe, recordemos como dice el primer mandamiento: escucha Israel, el Señor nuestro Dios es solamente uno; amarás al Señor con todo tu corazón, con toda tu alma, con toda tu mente y con todas tus fuerzas. Pues bien, el trabajo por el Reino de Dios involucra en el que es enviado todas estas capacidades orientadas a la voluntad del Padre; no es solo amar a Dios con todo nuestro ser, es actualizar el amor de Dios con todos los dones que el buen Dios ha puesto en nosotros. Anunciar el evangelio del Reino significa poner todo el corazón, el alma, la mente y las fuerzas a disposición del Todopoderoso. Y los apóstoles llegaron cansados, vencidos, agotados; Jesús comprende el cansancio humano y hace a los apóstoles una invitación al descanso. Y los invita a descansar de verdad, porque sabe que el cuerpo necesita relajarse, que se necesita dormir para restaurar la mente y el cuerpo, para restablecer las fuerzas; pero también para revisar las obras, la conducta, el caminar. Y para regresar más fuertes y alegres para llenar de amor el mundo. Y Jesús los invita a descansar; y aparte; lejos de las multitudes; con Él. ¿Puede haber algún lugar mejor para descansar que la compañía del Señor? Con el Señor encontramos verdadero descanso, pero sobre todo, encontramos la paz. Cuantas veces trastocamos el sentido de las vacaciones, lo que debería ser un descanso viene a ser a la postre una carga insoportable para el cuerpo, la mente, el alma, las fuerzas. Hay quienes dedican las vacaciones para viajar, para la borrachera, la desvelada. Y con esto, en lugar de recuperar energías para asumir luego las responsabilidades de cada día, se entrega un cuerpo y una mente más cansados al trabajo cuando uno regresa. Lo que debió ser un tiempo de recupe-ración se convierte en un nuevo y gran cansancio. Es que no se acepta frecuentemente la invitación de Jesucristo al descanso con Él. Quizá esto se deba en parte a que no nos desgastamos en el servicio de Dios; se es ajeno al Señor tanto en el trabajo como en el descanso, por eso el tra-
Y los apóstoles fueron invitados a relajarse con su maestro, el dueño del descanso, el autor del trabajo pero también del reposo. Así es, descanso merece y necesita quien ha trabajado, pero muchísimo más quien ha trabajado por el Reino de Dios; quien está dedicado el servicio de Cristo, necesita el descanso con Él.
bajo cansa y el tiempo libre cansa mucho más. Convertimos el trabajo y el descanso en lo que realmente no son. Si nos cansamos con Cristo seguramente descansaremos con Cristo. Tal vez no nos hemos cansado con Cristo, y por eso sea que de la misma manera no descansamos con Él. Hace poco tiempo estuvimos celebrando la Semana Santa y la Pascua; en esos días muchísimas personas salieron de sus entornos para viajar y relajarse, o bien, para cansarse más con los viajes y las playas, los destinos turísticos de cualquier lugar. Y se supone que los creyentes debimos estar reunidos celebrando los misterios que nos dan la vida. Pero no ocurrió así en todas partes. Hubo quienes no recordaron, no tuvieron presente u olvidaron que los días de la Semana Santa no son realmente vacaciones, sino días de recogimiento, de guardar, de meditar en la salvación, en los pecados y en la redención. Estamos estresados porque lo que debería ser descanso se convierte en nosotros en jaleo, en ajetreo, en agotamiento. Lejos de Jesús el cansancio nos mata, nos agobia, nos enferma. El descanso con Cristo es vida, es verdadero descanso. Un momento con Jesucristo significa un cielo cercano, un paraíso. Con Jesús la oración es descanso. Recorde-mos aquella ocasión, antes de dar la vida por nosotros, en que después de cenar con sus apóstoles, Jesús se retiró a orar; y la indicación que dio a sus discípulos: “velen y oren para no caer en tentación”. Aun en los momentos más dramáticos de su vida terrena, Jesús encontraba descanso en la Presencia del Padre. Y eso enseñaba también a sus apóstoles, diciéndoles: cuando hagas oración entra en tu cuarto, cierra la puerta y ora ante tu Padre, que ve lo secreto, y tu Padre, que ve lo secreto, te recompensará.
Si comprendiéramos más profundamente lo que se refiere al descanso, dejaríamos las prácticas comunes de cansar más el cuerpo cuando debiéramos darle serenidad. Tomamos un descanso para retomar fuerzas y regresar al caos que es la vida diaria; tenemos tantas cosas que solucionar cada día; debemos retornar a las labores cotidianas, a la resolución de conflictos, a rehacer lo que ha quedado suspendido, a dar perfección a las pequeñas y grandes cosas que dejamos de atender cuando estábamos cansados. El mundo que dejamos al retirarnos a descansar es el mismo al que regresamos ya recuperados. Y si nuestro mundo y nuestro trabajo es ocuparnos de las cosas del Padre, entonces hay que encontrarnos con el Padre para entrar en su descanso, Él nos dará la compensación que necesitamos para recuperar todas las fuerzas para que podamos continuar en su servicio. No podemos estar trabajando en el proyecto del Reino de Dios y en el descanso entregarnos a la tentación; cuando uno convierte el descanso en jerga regresa a su labor cansado, ajado, cargando un yugo pesado. El trabajo con Cristo va unido al descanso con Cristo. Cuando estemos demasiado cansados y agobiados por nuestras actividades de la vida, de la productividad, del estudio, o de cualquier naturaleza, recordemos que Jesús nos invita constantemente a reposar con Él, a encontrar la paz, y nos invita no solo a hacerlo, sino a compartir tiempo con Él. Seguro que si descansamos con Él, estaremos en una especie de paraíso y retornaremos con el corazón, el alma, la mente y las fuerzas a cualquier actividad que realicemos; y daremos testimonio de aquel en quien encontramos alegría, de aquel a quien servimos de aquel que es nuestro descanso y nuestra paz.
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Palabra de Dios Yo soy el buen pastor Del santo Evangelio según san Juan 10, 27-30 En aquel tiempo, Jesús dijo a los judíos: “Mis ovejas escuchan mi voz; yo las conozco y ellas me siguen. Yo les doy la vida eterna y no perecerán jamás; nadie las arrebatará de mi mano. Me las ha dado mi Padre, y Él es superior a todos, y nadie puede arrebatarlas de la mano del Padre. El Padre y yo somos uno”. Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.
Dar la vida El cuarto domingo IV de Pascua la Iglesia celebra la fiesta de El Buen Pastor. Esta imagen en la Biblia expresa la solicitud, la preocupación amorosa que tiene Dios por el hombre. La parábola del Buen Pastor es una imagen que emplea el propio Jesucristo para referirse así mismo; la Pascua ha sido el momento en que Cristo ha demostrado ser el Buen Pastor que da la vida por sus ovejas. En el Antiguo Testamento, Dios mismo es representado como pastor de su pueblo: “El Señor es mi pastor, nada me falta” (Sal 23,1; Sal 95,7). “Él es nuestro Dios y nosotros el pueblo de su pasto” (Sal 95,7). El Mesías también es descrito con la imagen del pastor: “Como pastor pastorea su rebaño; recoge en brazos los corderitos, en el seno los lleva y trata con cuidado a las paridas” (Is 40,11). “Esto dice el Señor Dios. Yo mismo iré a buscar a mis ovejas y las visitaré” (Ez 34), Juan en el capítulo 10 nos describe la cercanía y la bondad infinita de Dios a su pueblo que ha constituido a Cristo el verdadero pastor. Es una parábola donde descubrimos las cualidades para llamarse Buen Pastor: entra por la puerta, oyen su voz, llama por su nombre, camina delante de ella, y da la vida, y luego en el ver. En el capítulo 11 nos relata la relación de intimidad y de amor para delatar a los falsos pastores que engañan, dañan y arrebatan a las ovejas. El pensamiento de Juan nos manifiesta el origen del pastoreo de Cristo. El verbo conocer indica una compenetración vital con la persona, que implica un conocimiento es decir, un amor profundo y una comunicación profunda que da lugar a una comunión plena. El conocimiento del Señor no es superficial, frio o generalizado. Conocer más que un concepto, un saber, es una experiencia existencial y personal. Es tener intimidad con Él, es amarlo. Nadie nos conoce mejor, nadie nos ama tanto como Jesús. Dejarse amar por Él. Y el verdadero conocimiento crece cuando es libre y recíproco. Este domingo se celebra la “Jornada Mundial por las Vocaciones”. Es una ocasión para orar por las vocaciones. «Dios llama. Vocación es propiamente llamado de Dios. Y Dios continúa llamando. Así que sí hay vocaciones. El problema no está en el amor de Dios que es fiel y perseverante. Está de parte nuestra, los seres humanos que nos mostramos ignorantes y por ello reticentes al llamado de Dios. No existe crisis de vocaciones. Si de crisis se debe hablar hay que llamarla claramente crisis de respuesta a la vocación. El Evangelio que escuchamos en este ciclo C nos dice, referente a lo que hace el Buen Pastor, en concreto: 1.- Escuchar a Dios. La primera cualidad del discípulo es escuchar la voz y a seguirle. Es escuchar con el corazón y llevarlo a la práctica lo escuchado. Seguir a Jesucristo es querer identificarse con Él, asemejarse a Él. Cuantas voces de todo tipo nos llaman y producen un caos en la vida. La voz de Jesús es suave, es diferente, es generosa. Escuchar es creer, es obedecer, es amar. 2.- Ser pastores. La misión de ser buenos pastores es mostrar la solicitud amorosa que Dios tiene a los hombres prestándoles el servicio que necesitan, llevando adelante el mensaje de Jesús y cumplir con amor la misión de guiar y de conducir. 3.- Dar la vida. El objetivo más excelente es servir con amor a una comunidad. El autentico pastor anhela y da la vida. Dar la vida significa dar nuestro tiempo, nuestras energías, nuestro entusiasmo en la causa de Cristo que llama a todas sus ovejas. Es gastar la vida por amor. ¡Este Domingo especialmente, pero también todos los días, re-cemos intensamente a Dios para que envíe más obreros a su mies Mt 9,38. Pbro. Pedro S.S.
Iglesia e imitación de Cristo Jaime Bautista Hernández Arnulfo Velázquez Ruíz Francisco Montantes Ruíz Francisco Javier Hernández Benito Alumnos del Curso Introductorio Potosino.
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A
l hacer mención de la Iglesia hay que identificarla primeramente como misterio, ya que dio principio por Jesús con la predicación de la Buena Nueva. Es decir, el Reino de Dios prometido muchos siglos antes de las Sagradas Escrituras: porque el tiempo está cumplido, y se acercó el reino de Dios (cfr. Mc 1, 15), pues la creó, y la salva a partir de su Pasión, al momento de brotar sangre y agua de su costado. Al hablar de Iglesia constituimos un solo ser, ya que Cristo es Cabeza y nosotros su cuerpo. Está adhesión la formamos mediante la gracia de ser hijos de Dios, es decir, la obtenemos a partir del sacramento del bautismo, y de ahí nosotros somos otro Cristo en la tierra. Por tanto, vivimos en Cristo y somos Cristo, y por esto, estamos llamados a padecer, ser crucificados, vivir, resucitar, compartir, todo en Él: • Padecer: Es sufrir y ofrecer en el nombre de Cristo y por Cristo, todas las adversidades que en la vida se presenten. • Ser crucificados: La cruz es elegida por Dios como instrumento de salvación. Al tratar de imitar la vida de Jesús, el buscar respuesta y el autoconocimiento de nosotros mismos, es decir, reconocer nuestra debilidad humana que puede caer en pecado. • Vivir: “Yo soy el camino, la verdad y la vida” (Jn 14, 6). Ésta expresión de Jesús nos invita a caminar con Él, e imitar su ejemplo de vida, con el testimonio y entrega a los demás. • Resucitar: Es un gesto de Cristo que se entrega como regalo, y Él al vencer la muerte, nos hace participes del compartir su vida, es decir, nos da vida en plenitud. • Compartir: “Vete a tu casa con los tuyos y cuéntales todo lo que el Señor ha hecho contigo” (Mc 5, 19). Ante la expresión de Jesús, después que nos hace participes de su vida, debe ser para nosotros difícil quedarnos callados, y en su Palabra nos enseña a que debemos compartir todo lo que ha hecho por nosotros, y lo que hace cada día. Al formar un sólo Cristo, es decir su Iglesia, estamos llamados a imitar su vida, expresándola desde un Cristo que muere, pero que a la vez resucita. Como Iglesia, la mejor tarea es reconocer en todo que somos realmente otro Cristo, partiendo de esto habrá que velar por el necesitado y desprotegido, por su dignidad, de ahí, ir construyendo una mejor sociedad, velando por el bien común, por la justicia social, porque todos somos uno solo en Cristo.
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ABRIL 21 DE 2013
El culto tenebroso a la “santa muerte”
E
l Presidente del Pontificio Consejo para la Cultura del Vaticano, Cardenal Gianfranco Ravasi, consideró que la Iglesia y la sociedad deben poner un freno a la difusión de la llamada “santa muerte” por tratarse de “un culto tenebroso, infernal y de negación”. Los seguidores de la “santa muerte”, una secta difundida en México y otros países de América latina, rinden culto a una calavera adornada según el gusto personal de los seguidores. Narcotraficantes, delincuentes, ex-convictos y secuestradores, suelen acercarse a esta controvertida imagen para encomendarle el éxito de sus delitos. El pasado año integrantes de la secta asesinaron en Sonora (México), a dos niños de 6 y 7 años, y una mujer de 55. Ambos murieron degollados como ritual de sacrificio dedicado a la “santa muerte”. En una entrevista concedida el 12 de abril, el Cardenal Ra-vasi advirtió que “también el crimen y la negatividad tienen capacidad de ‘ritualizarse’ y crear un modo de agregación como el de la religión”. El Cardenal explicó que “la grandeza de la cultura y de las religiones verdaderas es justamente celebrar la vida, y esto es exactamente lo contrario”. “Se trata de un fenómeno que necesita de todos para ponerle freno y eso incluye las familias, las iglesias, y la sociedad en toda su totalidad”, agregó. Rendir culto a la muerte “es la celebración de la devastación, y por tanto, en este sentido, si quieren vivir realmente como sienten instintivamente, porque en su carne está la vitalidad, deben abandonar de todas las maneras este culto tenebroso, infernal y de negación”, precisó. El Cardenal Ravasi visitará en mayo Monterrey, Puebla y México DF, con motivo del encuentro de diálogo fe-cultura que organiza su dicasterio bajo la iniciativa del Atrio de los Gentiles. Será el primer Atrio de los Gentiles que se celebra fuera de Europa. En esta ocasión, se invitará a creyentes y no creyentes a dialogar sobre “Transcendencia y Laicidad en México”.
...Lo de Dios a Dios
Beato Juan XXIII: el Papa Bueno de «los signos de los tiempos» (1959-1963) Por David Grimaldo
E
n el cónclave que siguió a la muerte del Papa Pío XII, los cardenales, sorpresivamente, eligieron a un Papa de 77 años de edad, el cardenal Giovanni Roncalli, hasta entonces Patriarca de Venecia. Este tomó el nombre de Juan XXIII cance-lando, así, la figura insólita del antipapa del mismo nombre. Venía de la tierra de Sotto il Monte (Italia) y era hijo de campesinos. De carácter humilde, alegre, sencillo, paciente y amable con la gente, buscaba siempre el contacto inmediato y familiar. Se convirtió en aquel Papa Bueno que se dio a querer por todo el mundo. Más allá de todo pronóstico, su corto pontificado dio una vuelta a la historia de la Iglesia, por la inspiración de convocar al Concilio Vaticano II y por sus extraordinarias encíclicas sociales: Mater et Magistra (Madre y Maestra) de 1961 y Pacem in Terris (Paz en la Tierra) de 1963. Encíclicas que influyeron mucho en la Constitución Dogmática Gaudium et Spes (El Gozo y la Esperanza) del Concilio Vaticano II. Gracias a este breve pontificado de transición se inició la nueva era del aggiornamento (palabra italiana que en español significa “puesta al día”, “actualización”) por parte de la Iglesia. En su encíclica programática Ad Petri Cathedram (Desde la Catedra de Pedro) de 1959, quiso señalar al mundo su voluntad de alcanzar y servir, en su pontificado, tres grandes bienes: la verdad, la paz y la unidad. • La Verdad inmanente y eterna, anunciada y buscada no obstante la obra de falsificación llevada a cabo por los medios de comunicación, • La Unidad social y eclesial realizable en el amor y la justicia; • La Paz, don de Dios a construir sobre el fundamento de la verdad y de la unidad entre todos los hombres y entre todas las religiones. Nos dice el Papa en el número 163 de la Pacem in Terris: “Por tanto, entre la tareas más graves de los hombres de espíritu generoso hay que incluir, sobre todo, la de establecer un nuevo sistema de relaciones en la sociedad humana, bajo el magisterio y la égida de la verdad, la justicia, la caridad y la libertad: primero, entre los individuos; en segundo lugar, entre los ciudadanos y sus respectivos Estados; tercero, entre los Estados entre sí, y, finalmente, entre los individuos, familias, entidades intermedias y Estados particulares, de un lado, y de otro, la comunidad mundial. Tarea sin duda gloriosa, porque con ella podrá consolidarse la paz verdadera según el orden establecido por Dios”. En el número 165 continua diciendo el Papa: “Porque la paz no puede darse en la sociedad humana si primero no se da en el interior de cada hombre, es decir, si primero no guarda cada uno en sí mismo el orden que Dios ha establecido. A este propósito pregunta san Agustín: ¿Quiere tu alma ser capaz de vencer las pasiones? Que se someta al que está arriba y vencerá al que está abajo; y se hará la paz en ti; una paz verdadera, cierta, ordenada. ¿Cuál es el orden de esta paz? Dios manda sobre el alma; el alma sobre la carne; no hay orden mejor”. Los tiempos que vivió Juan XXIII abren a nuevos horizontes. Europa ya se recuperaba de la devastación de la guerra y se percibían las primeras tímidas señales de deshielo de las relaciones entre los dos bloques ideológicos, americano y soviético. En este clima es en el que el Papa bueno lee, con profunda esperanza, los “signos de los tiempos”. La próxima semana, mis cinco lectores, hablaremos sobre la doctrina social y política de este grande Papa. Por lo pronto oremos por la paz en estos tiempos de vientos y amenazas de guerra mundial. Hagamos nuestro el cantico de san Francisco: “¡Señor, hazme un instrumento de tu Paz! Saludamos y bendecimos a todos los pacíficos porque en su vida brilla la dignidad de los Hijos de Dios.
ABRIL 21 DE 2013
Cuenta cuántas ovejitas hay en el dibujo
El Señor es mi pastor
¡Viva el Papa Francisco! nada me faltará...
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