Semanario de la Arquidiócesis de San Luis Potosí Año 8
No. 356
Semana del 03 al 09 de enero de 2016
“Vence la indiferencia y conquista la paz”
“V
ence la indiferencia y conquista la paz”. Es el título del Mensaje para la 49ª Jornada Mundial de la Paz, elegido por el Papa Francisco, que se celebró el 1 de enero de 2016. La mal indiferencia de nuestro tiempo La indiferencia de nuestro siglo, se lee en el mensaje, “es a menudo, vinculada a diversas formas de individualismo que producen aislamiento, ignorancia, egoísmo y, esto lleva al desinterés”. Y “el aumento de las informaciones de por sí no es sinónimo de aumento de atención a los problemas, si no es acompañado de una apertura de las conciencias en sentido solidario; para obtener tal objetivo es indispensable la contribución que pueden dar todos los actores sociales”. Tierra de conquista El esfuerzo común demuestra como la paz va conquistada. “No es, un bien que se obtiene sin esfuerzos, sin conversión, sin creatividad y sin dialéctica”. “Se trata de sensibilizar y formar el sentido de responsabilidad respecto a las gravísimas cuestiones que afligen la familia humana, como el fundamentalismo y sus masacres, las persecuciones a causa de la fe y de la pertenencia étnica, las violaciones de la libertad y de los derechos de los pueblos, el abuso y la esclavitud
de las personas, la corrupción y el crimen organizado, las guerras que causan el drama de los refugiados y de los emigrantes forzados”. Actuando de este modo, se logrará tener acceso, también a las oportunidades y posibilidades para combatir estos males, en esta óptica se lee en el mensaje, la maduración de una cultura de la legalidad, de la educación al diálogo y a la cooperación, que en este contexto, son formas fundamentales de reacción constructiva”. No más esclavos El tema para la Jornada Mundial de la Paz 2016 está relacionado al del año pasado, «No más esclavos, sino hermanos», con el cual el Papa Francisco había evidenciado el dramático argumento de la esclavitud moderna. Continuando con la reflexión desarrollada el primero de enero pasado, el mensaje recuerda que “un punto de partida para que todos los hombres de buena voluntad, y en particular aquellos que operan en la instrucción, en la cultura y en los medios de comunicación, actúen cada uno de acuerdo a las propias posibilidades y de acuerdo a las mejores aspiraciones para construir juntos un mundo más consciente y misericordioso, y por tanto más libre y justo”. “La paz, es posible allí donde el derecho de todo ser humano es reconocido y respetado, según la libertad y la justicia”.
El amor es el mayor premio para compartir. La historia de Justino
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l reloj acaba de dar las 10 pm y Justino se despierta para ir a trabajar. Lo espera la Fábrica de Maniquíes, lo esperan el silencio de la noche y el desafío del trabajo en soledad. Y es que este magnífico señor es vigilante nocturno. Le toca trabajar sin ser visto por nadie, sin la remuneración del aplauso ni las gracias después del servicio prestado. Solo los valores más altos de su corazón son testigos de sus buenas acciones. Ellos rigen sus obras como un motor escondido. Justino destella una sabiduría inamovible que la serenidad de su mirada no puede ocultar. Las adversidades de su vida -el sueño, el frío, la soledad- no lo encierran en una amargura infructuosa, por el contrario, dedica sus energías y su tiempo a preparar con esmero e ilusión sorpresas gratas a los trabajadores de la fábrica, aquellos que llegarán a trabajar cuando él ya se haya ido y cuyas sonrisas no podrá disfrutar y solo le quedará imaginar. Es sugerente el contraste entre las obras de Justino y la inmovilidad de los maniquíes, entre el hombre verdadero y el hombre de mentira. Él es una fábrica de amor, la verdad, en una fábrica de hombres falsos, los maniquíes. Pareciera reflejar la maravilla que el amor otorga a la vida humana, alejándola de la cosificación y la pura apariencia. “Todo cuanto quieran que les hagan los hombres, háganselo también ustedes a ellos” (Mt 7, 12), enseñaba el Señor Jesús. Y Justino nos recuerda las diversas posibilidades de hacer vida aquellas palabras en las acciones más cotidianas. Incluso en medio de dificultades y en cosas aparentemente insignificantes se puede sembrar la luz del Señor. Y es que cuando la semilla es verdadera, aunque parezca asfixiada por el anonimato, crece y da mucho fruto. Basta ver esto graficado en la bondad que un humilde trabajador nocturno pudo hacer crecer en los corazones de todo un equipo de trabajo, que en un momento determinado lo esperó hasta tarde para retribuirle todos sus detalles y favores. Siempre podemos realizar el milagro del amor y “el mayor premio es compartirlo” -como dice el slogan de la propaganda de la lotería- porque, como decía San Pablo, “hay que tener presentes las palabras del Señor Jesús, cuando dijo: ‘Mayor felicidad hay en dar que en recibir’ “ (Hch 20, 35). Que en este tiempo de Navidad podamos todos ir haciendo silencio e ir despojándonos poco a poco de nuestras faltas y creciendo en la caridad para poder acercarnos a escuchar en el pesebre la Buena Nueva de Dios, hecho niño en el silencio de la noche y el anonimato de un establo en Belén.
Domingo 03 de enero de 2016
Vencer la indiferencia para conquistar la paz
E
l primer día del año, honramos a la Santísima Virgen María, Madre de Dios y celebramos la Jornada Mundial por la Paz. El Papa Francisco nos ha entregado un mensaje que aquí comentaremos. Puede ser un excelente proyecto de vida para el año que estamos iniciando: que el 2016 nos encuentre a todos comprometidos en realizar la justicia y trabajar por la paz. Ante una situación internacional tan frágil y conflictiva, en donde podemos percibir “una tercera guerra mundial en fases”, no debemos perder la esperanza en la capacidad de los seres humanos para superar el mal, con la gracia de Dios. El gran riesgo es caer en la resignación y en la indiferencia. El Concilio Vaticano II, cuyo 50 aniversario acabamos de celebrar, nos ha dejado claro que la relación que la Iglesia desea establecer con toda la humanidad está marcada por el diálogo, la solidaridad y el acompañamiento. El Jubileo de la Misericordia nos invita a todos los miembros de la Iglesia a orar y trabajar para tener un corazón humilde y compasivo, capaz de anunciar y testimoniar la misericordia. La indiferencia representa una amenaza para la familia humana. Si vencemos la indiferencia podremos conquistar la paz. ¿Cómo podemos definir a una persona indiferente? Es la que cierra el corazón para no considerar a los otros, la que cierra los ojos para no ver lo que sucede a su alrededor o se evade para no ser tocado por los problemas de los demás. La indiferencia se manifiesta como falta de atención ante la realidad que nos rodea. El aumento de las informaciones propias de nuestro tiempo no significa de por sí un aumento de a-tención a los problemas, si no va acompañado por una apertura de las conciencias en sentido solidario. La primera forma de indiferencia en la sociedad humana es la indiferencia ante Dios, de la cual brota también la indiferencia ante el prójimo y ante lo creado. Al vivir en una casa común, no podemos dejar de interrogarnos sobre su estado de salud. La indiferencia res-pecto al ambiente natural crea nuevas pobrezas y situaciones de injusticia. En el plano individual y comunitario, la indiferencia ente el prójimo asume el aspecto de inercia y despreocupación, ante situaciones de injusticia y desequilibrio social. Constituye una grave falta al deber que cada persona tiene de contribuir al bien común. Dios no es indiferente. Está atento y actúa (ver Ex 3, 7-8). Dios, en su Hijo Jesús, ha bajado entre los hombres, se ha encarnado y se ha mostrado solidario con la humanidad en todo, menos en el pecado. Esto es lo que celebramos en este tiempo de Navidad. Jesús nos enseña a ser misericordiosos como el Padre (Lc 6, 36). La misericordia es el corazón de Dios. Debe serlo también de todos los que formamos parte de su familia. Estamos llamados a que el amor, la compasión, la misericordia y la solidaridad sean nuestro verdadero programa de vida. La solidaridad, como virtud moral y actitud social, exige el compromiso de todos los responsables de educar y formar: las familias, los educadores, intelectuales, comunicadores, sacerdotes, misioneros y servidores públicos. ¿Cómo se manifiesta la indiferencia en tu vida personal? ¿Qué gestos concretos estás dispuesto/a a dar a favor de las personas más frágiles de la sociedad?
La convivialidad
Queridos hermanos y hermanas, ¡buenos días!
Hoy reflexionaremos sobre una cualidad caracte-rística de la vida familiar que se aprende desde los primeros años de vida: la convivialidad, es decir, la actitud de compartir los bienes de la vida y ser felices de poderlo hacer. ¡Compartir y saber compartir es una virtud preciosa! Su símbolo es la familia reunida alrededor de la mesa doméstica. Compartir los alimentos —y por lo tanto, además de los alimentos, también los afectos, las historias, los acontecimientos— es una experiencia fundamental. Cuando hay una fiesta, un cumpleaños, un aniversario, nos reunimos alrededor de la mesa. En algunas culturas es habitual hacerlo también por el luto, para estar cerca de quien se encuentra en el dolor por la pérdida de un familiar. La convivialidad es un termómetro seguro para medir la salud de las relaciones: si en la familia hay algo que no va bien, o alguna herida escondida, en la mesa se percibe inmediatamente. Una familia que no come casi nunca junta, o en cuya mesa no se habla sino que se ve la televisión, o el smartphone, es una familia “poco familia”. Cuando los hijos en la mesa están pegados al ordenador, al móvil, y no se escuchan entre ellos, esto no es familia, es una pensión. El cristianismo tiene una especial vocación a la convivialidad, todos lo saben. El Señor Jesús enseñaba de buena gana en la mesa, y algunas veces representaba el Reino de Dios como un banquete festivo. Jesús también escogió el lugar para juntarse a comer para entregar a sus discípulos su testamento espiritual —lo hizo durante la cena— concentrado en el gesto memorial de su sacrificio: entrega de su cuerpo y de su sangre como alimento y bebida de salvación, que nutren el amor verdadero y duradero. En esta perspectiva, podemos decir que la familia es “de casa” en la misa, precisamente porque lle-va a la Eucaristía la propia experiencia de convi-vialidad y la abre a la gracia de una convivialidad universal, del amor de Dios por el mundo. Participando en la Eucaristía, la familia es purificada de la tentación de cerrarse en sí misma, fortalecida en el amor y en la fidelidad, y extiende los confines de su fraternidad según el corazón de Cristo. En nuestro tiempo, marcado por tantas cerrazones y tantos muros, la convivialidad, generada por la familia y dilatada desde la Eucaristía, se convierte en una oportunidad crucial. La Eucaristía y las familias que se nutren de ella pueden vencer las ce-rrazones y construir puentes de acogida y caridad. Sí, la Eucaristía de una Iglesia de familias, capac-
es de restituir a la comunidad la levadura dinámica de la convivialidad y la hospitalidad recíproca, ¡es una escuela de inclusión humana que no teme confrontaciones! No existen pequeños, huérfanos, débiles, indefensos, heridos y desilusionados, desesperados y abandonados, que la convivialidad eucarística de las familias no pueda nutrir, dar de comer, proteger y hospedar. La memoria de las virtudes familiares nos ayuda a entender. Nosotros mismos hemos conocido, y aún conocemos, los milagros que pueden suceder cuando una madre se preocupa, atiende y cuida a los hijos de los demás, y no sólo los suyos. ¡Hasta ayer, bastaba una mamá para todos los niños del patio! Y además: sabemos bien la fuerza que adquiere un pueblo cuyos padres están preparados para movilizarse con el fin de proteger a los hijos de todos, porque consideran a los hijos un bien indiviso, que están felices y orgullosos de proteger. Hoy muchos contextos sociales ponen obstáculos a la convivialidad familiar. Es verdad, hoy no es fácil. Debemos encontrar el modo de recuperarla; en la mesa se habla, en la mesa se escucha. Nada de silencio, ese silencio que no es el silencio de las monjas de clausura, es el silencio del egoísmo donde cada uno se dedica a lo suyo, o la televisión o el ordenador. Y no se habla. No, nada de silencio. Hay que recuperar esta convivialidad familiar, adaptándola a los tiempos. La convivialidad parece que se haya convertido en una cosa que se compra y se vende, pero así es otra cosa. Y la nutrición no es siempre el símbolo de un justo compartir de los bienes, capaz de llegar a quien no tiene ni pan ni afectos. En los países ricos se nos induce a gastar en una nutrición excesiva, y luego se nos induce de nuevo para remediar el exceso. Y este “negocio” insensato desvía nuestra atención del hambre verdadera, del cuerpo y del alma. Cuando no hay convivialidad hay egoísmo, cada uno piensa en sí mismo. Miremos el misterio del banquete eucarístico. El Señor entrega su cuerpo y derrama su sangre por todos. De verdad no existe división que pueda resistir a este sacrificio de comunión; sólo la actitud de falsedad, de complicidad con el mal puede excluir de él. Cualquier otra distancia no puede resistir a la potencia indefensa de este pan partido y de este vino derramado, sacramento del único cuerpo del Señor. La alianza viva y vital de las familias cristianas, que precede, sostiene y abraza en el dinamismo de su hospitalidad las fatigas y las alegrías cotidianas, coopera con la gracia de la Eucaristía, que es capaz de crear comunión siempre nueva con su fuerza que incluye y que salva.
Domingo 03 de enero de 2016
La Iglesia y la familia
La familia y la cultura
(Mensaje final del Sínodo, parte 4) Por P. Juan José Torres Galván
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espués de varias semanas fue publicado el Mensaje final de los padres sinodales en español. A partir de este texto haremos una lectura comentada del mismo para ofrecerles a nuestros lectores una síntesis ágil de su contenido. La familia enfrenta en nuestros días una serie de cambios antropológicos y culturales: • Un individualismo exagerado que lleva al individuo a pretender realizarse en un aislamiento total, prescindiendo de sus lazos familiares. • Falta valorar la fidelidad. • En algunas regiones disminuye la incidencia religiosa en la sociedad, se pretende relegar lo religioso a la vida privada y familiar. • En un ambiente descristianizado las personas esperan encontrar su realización en el éxito social y la prosperidad económica. • La relación y el sentido de pertenencia es lo que da identidad a un ser humano. • Los jóvenes (y también algunos adultos) temen compromisos definitivos en sus relaciones afectivas. • Disminuye la natalidad, por diversos factores, especialmente por una mentalidad de control natal y a favor del aborto. • El número de matrimonios disminuye y aumentan las separaciones y los divorcios. • Las expectativas excesivas en el otro, producen en las familias intolerancia y agresividad. • A veces se busca la generación de los hijos, sólo buscando una autoafirmación. A pesar de todos estos cambios se constatan que aún persiste la fuerza de los lazos familiares, estos lazos le dan vida al mundo. Aún se percibe a la familia como un don de Dios. Se mantiene en general un estima alta por el matrimonio y la familia. El hombre y la mujer, no sólo aislados, sino también como pareja son imagen de Dios. Los conflictos amenazan la calidad afectiva y espiritual de la vida familiar. Los cristianos que viven en situaciones de persecución nos dan testimonio de una fidelidad admirable. Resulta evidente que la promoción y la defensa de los derechos humanos necesitan pasar del discurso a la realidad con mayor cuidado. Las políticas económicas impactan a las familias. La lucha por la sobrevivencia afecta la capacidad de las familias más pobres respecto a la atención que deben dar a los hijos, a los enfermos y a sus ancianos. Es necesario apreciar la fuerza de la familia, que reside en su capacidad de amar y de enseñar a amar. (Referencia de lectura: Mensaje final del Sínodo de las familias, 5-10)
¡No tengan miedo!
“ Año Nuevo 2016 ” Queridas familias potosinas: Les saludo con afecto y cariño. Espero hayan tenido una feliz noche de Fin de Año y primeras horas del Nuevo Año, en Acción de gracias y en unión familiar. 1) ¿Qué es la vida? La vida, el tiempo, nuestra existencia, no es simplemente como la rotación de los astros, del Sol, de la Luna, de la Tierra. No es tampoco como una ruleta o como la rueda de la fortuna para ver si fracasamos o tenemos éxito. No, la vida por un lado está en las manos de Dios y por otro lado depende de nuestra libertad, de nuestra responsabilidad y construir el futuro. Así que, veamos la vida como un Don por parte de Dios y la mejor manera de vivirlo es: Haciéndonos responsables de vivirlo y ayudar a que otros también lo vivan así. Les invito a que tengamos confianza, pongamos nuestra vida en las manos providentes del Señor y por otro lado hagamos firmes propósitos y aprovechar el tiempo de contribuir a la paz. La paz es un don pero también es una tarea en la casa, en la sociedad y en el mundo. 2) Hoy comenzamos un año nuevo más Comenzamos un Nuevo Año acompañados por Dios, que nos sale al encuentro en su Hijo, nacido por obra del Espíritu Santo de la Virgen María en Belén, para ofrecernos un Don más y sumamente importante para vivirlo, libres del pecado y como verdaderos hijos de Dios, en una palabra, vivamos el Nuevo Año como verdaderos administradores de los dones de Dios (Mt. 25, 14-30) 3) No olvidemos esto queridas familias En Jesús Dios nos otorga toda bendición. Así lo hemos experimentado en el Año que acabamos de concluir. Recordemos agradecidos todo lo que hemos recibido de Dios Padre que nos bendice. Y ahora motivados por el “Año Santo de la Misericordia” iniciemos con confianza, contando con su Providencia y ayuda, pues no vamos solos. 4) Revisemos el año que termina y hagamos nuevos propósitos Los hijos de Dios debemos ser hombres y mujeres de palabra. Jesús nos enseñó a decir “Sí” cuando sea sí, y a decir “No” cuando sea no. En esta línea, es preciso al definir nuestros propósitos para el año que comienza, tomárnoslos en serio. Y hacer de ellos un verdadero compromiso y llegar a cumplirlos. Unos más, prefieren definir propósitos que nos ayuden a ser mejores personas. Quisiera compartir con ustedes, queridas familias, una lista de propósitos que pueden ayudarnos a ser sobre todo, mejores cristianos. Se trata de hacer ciertas cosas y dejar de hacer otras. También de asumir ciertas actitudes y dejar de lado otras tantas: 1. Acerquémonos más a Dios. Sin Cristo, nada podemos hacer. Es importante aumentar nuestro tiempo de oración y participar de manera más consciente en los sacramentos y nos ayuden a crecer en Gracia y Bendición, y cada día seamos más cristianos conscientes de la importancia del “hoy” de cada día. 2. Confiemos más en Dios. Muchos se frustran porque Dios no les habla. ¿Quieres escuchar a Dios? Abre tu empolvada Biblia y léela. Te garantizo que si lo haces con la frecuencia debida -es decir, diario- escucharás de Dios las palabras que necesitas. No le exijas ni demandes favores, pídele todo pidiendo siempre que se haga su voluntad, pues Él sabe cuándo, cómo y en qué medida. 3. Dejemos de murmurar y de ver los defectos de los otros: ¡Perdonemos! Hagámonos el propósito de que al sentir la tentación de murmurar, cerrar la boca, ver a nuestro interior y en justicia decidir qué actitud debemos nosotros mismos cambiar, qué debemos dejar de hacer o qué debemos comenzar a hacer. 4. Seamos portadores de ayuda y ayudemos a un cambio. Hagámonos el firme propósito de que cada vez
que algo nos parezca malo, pensemos cómo ayudar para corregirlo o cambiarlo y actuemos en consecuencia. Seamos solícitos para ayudar a todo aquél que lo necesita. Evitemos juzgar y actuar sólo por lo que sentimos o lo que nos parece. ¡Es hora de actuar con reflexión y caridad!. 5. Dejemos de ofendernos por todo y de pelear por todo. Jesús declaró bienaventurados a los mansos, porque heredarán la tierra. Evitar pleitos y riñas. Vivamos en paz con los demás y seremos bienaventurados y heredaremos la tierra que el Señor nos tiene prometida. 6. Recordemos: Somos Co-creadores. Dios nos ha confiado el orden de la creación. Debemos trabajar para hacer del mundo que Dios nos ha regalado, uno mejor. Debemos también trabajar para crecer como personas, en talento y dignidad. No abusemos del agua, la luz, la comida, etc. 7. Seamos limpios de corazón. Comprometámonos a mantener una diversión sana, conversaciones en la línea del respeto y un humor blanco que siempre divierte sin ofender ni contrariar a nadie más. Les invito a no hacer mal uso de palabras que hieren y ofenden. Luchemos porque no haya “fuego inútil”. 8. Demos más tiempo a nuestra familia, escuchémonos y dialoguemos. Hoy se está haciendo más común: necesitamos trabajar mil horas extras para pagar más horas de guardería y más maestros privados y más cursos de que sé yo para que nuestros hijos estén en un lugar seguro para poder trabajar más para tener más dinero para pagar más guarderías, maestros privados y cursos mientras trabajamos más… Este torbellino termina por destruir las familias. ¡Basta ya!. Este año fijemos bien nuestras prioridades: Dios, familia, vida y trabajo. En ese orden. El resto, Dios nos lo dará por añadidura. Esto se logra y alcanza, si promovemos un clima de dialogo, escucha y respeto entre todos los miembros de la familia. 9. Disfrutemos más la Vida que Dios nos da. Es hora de dejar de encontrarle a todo su lado malo. Acepta por el contrario con gozo, todo lo que Dios te da, agradécelo y alaba al Señor por su bondad. Encuentra la mano de Dios en todo lo que tienes. Mira a cuántos más les hace falta. Alaba a Dios por cada mañana, por la frescura del agua que corre en la ducha, por el desayuno que te da energía, por el sol que te calienta. Disfruta al “perder el tiempo” con tus hijos, pues son una de las mayores bendiciones que Dios te ha dado. 10. Seamos familias que se abren a las necesidades de las familias pobres y necesitadas. Las personas que necesitan de la bendición de Dios no precisan de un momento de éxtasis en que Jesús o la Virgen se les manifiesten, necesitan más bien de cariño, de alguien que los escuche, de alguien que los ayude, de alguien que les dé trabajo, de alguien que les dé pan, de alguien que les ayude a sacar adelante a sus familias. Siendo hijos de Dios, hagámonos el propósito este año de ser portadores de las bendiciones de Dios para los demás: con nuestro tiempo, con nuestra ayuda, con nuestras manos, con nuestros labios y con nuestros bienes materiales. ¡Qué mejor bendición que dar, compartir, hacer felices a otros, aunque no los conozcamos. Así tendremos más alegría y paz, al hacer felices a otros!. ¡Feliz Año Nuevo 2016, Queridas Familias! Cuenten con mi cariño, respeto y oración. Se despide, su hermano y amigo, su Obispo,
+ Mons. Jesús Carlos Cabrero Romero
Arzobispo de San Luis Potosí
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Nuestra historia
Los jubileos y años santos en la historia de la Iglesia
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Por Pbro. Lic. Rubén Pérez Ortiz
l término «jubileo» tiene dos raíces, una hebrea y otra latina. La palabra hebrea que aparece en la Sagrada Escritura es yobel, que hace referencia al cuerno del cordero utilizado como instrumento sonoro que servía para anunciar un año excepcional dedicado a Dios. Ese año se denominaba yobel, es decir, jubileo, pues se iniciaba con el sonido del yobel o cuerno. Pero existe también una palabra latina, iubilum (derivada del verbo iubilare), que refería los gritos de alegría de los pastores y que terminó por significar alegría, gozo o alabanza. Cuando san Jerónimo tradujo la Biblia del hebreo al latín entre los años 391 y 406, tradujo el término hebreo yobel por el término latino iubilaeus, con lo que quedó incorporado el matiz de alegría al significado original que tenía la palabra en el antiguo Israel, como año excepcional de remisión. (Cfr. Levítico 25, 10). Como se señaló antes, el jubileo cristiano tiene su origen en el jubileo hebreo. En la Iglesia católica, el Año jubilar o Año santo es un tiempo en que se concede gracias espirituales singulares (indulgencias) a los fieles que cumplen determinadas condiciones, a imitación del año jubilar de los israelitas mencionado en el Antiguo Testamento. En la Iglesia Católica, el jubileo es una celebración que de ordinario tiene lugar cada 25 años y en la que se concede la indulgencia plenaria. El jubileo católico puede ser ordinario o extraordinario. El Año Santo ordinario, o año jubilar, es el celebrado en los intervalos preestablecidos mientras que el extraordinario, o jubileo, es el proclamado como celebración de un hecho destacado. Los jubileos ordinarios son aquellos que se celebran a intervalos regulares. El primer jubileo celebrado en el marco del cristianismo fue anunciado por Bonifacio VIII, al declarar el año 1300 como «Año Santo» y «año de perdón de los pecados»: la celebración del jubileo concedía la indulgencia plenaria a cuantos acudiesen a Roma para visitar los grandes santuarios de san Pedro y san Pablo, lo que motivó una movilización de fieles sin antecedentes por su número. La tradición de celebración de jubileos ordinarios se acentuó en los siglos siguientes, y se celebraron jubileos cada cincuenta años primero, y cada veinticinco años después. La ceremonia que se observa en Roma para abrir el jubileo ordinario o Año Santo incluye un conjunto de ritos. El papa se dirige a la basílica de San Pedro para abrir la llamada Puerta Santa, cerrada a cal y canto. Esta puerta solamente se abre para la ceremonia de apertura del jubileo y por este motivo. El sumo pontífice toma un martillo (el mismo que utilizó Pío XI en 1933) y da tres golpes diciendo una fórmula que se inicia con las palabras: Aperite mihi portas justitiae, ingressus in eas confitebor Domino («Abridme las puertas de la justicia; entrando por ellas confesaré al
Señor»). El simbolismo -abatir la puerta con el esfuerzo- significa la dificultad del camino cristiano pero, al mismo tiempo, subraya que una vez traspuesto el ingreso se encuentra la grandeza extraordinaria del amor y misericordia de Dios. Se derriba la mampostería que cierra la puerta y después el papa se arrodilla delante de la puerta, mientras los penitenciarios de San Pedro la lavan con agua bendita. Luego, tomando la cruz, se empieza con el Te Deum y entra a la iglesia con el clero. Posteriormente tres cardenales legados que ha enviado el Papa a las otras tres puertas santas las abren con la misma ce-remonia. Estas tres puertas están en la iglesia de San Juan de Letrán, la iglesia de San Pablo y la iglesia de Santa María la Mayor. Todo esto se hace en vísperas de Navidad. Al siguiente día por la mañana el papa imparte la bendición al pueblo en forma de jubileo. Expirado el Año Santo se vuelve a cerrar la puerta en la víspera de Navidad y el papa bendice las piedras y la argamasa, pone la primera piedra y doce cajetillas de monedas o medallas de plata y oro, lo cual se ejecuta con la misma ce-remonia en las otras tres puertas santas. Los jubileos extraordinarios son aquellos que no se celebran a intervalos regulares, sino que se realizan para conmemorar circunstancias especiales. Los primeros jubileos extraordinarios se ce-lebraron en 1390 y 1423. Entre los jubileos extraordinarios caben mencionar los «Años Santos de la Redención», que se celebran como forma de conmemorar especialmente el sacrificio redentor de Jesús de Nazaret. El primero se celebró en 1933 por el papa Pío XI. El último de ellos fue convocado y posteriormente celebrado por Juan Pablo II en 1983, al cumplirse el 1950 aniversario de la Redención. El papa Francisco anunció el viernes 13 de marzo en la Basílica de San Pedro la celebración de un jubileo de la Misericordia, un año santo extraordinario. Ese jubileo comenzó con la apertura de la Puerta Santa en la Basílica de San Pedro durante la Solemnidad de la Inmaculada Concepción el 8 de diciembre y concluirá el 20 de noviembre de 2016 con la solemnidad de Cristo Rey. El anuncio del Papa Francisco se dio de forma inesperada durante la Jornada penitencial 24 horas para el Señor de ce-lebración mundial. Francisco abrirá el año santo sobre el tema: «Dios rico en misericordia» (Efesos 2,4). La bula por la que se convoca el año jubilar, la Misericordiae Vultus, fue publicada el 11 de abril de 2015. En esta se confirman las fechas y se añade que el siguiente domingo a la apertura del año de la misericordia se abrirá la Puerta Santa en la Catedral de Roma, siguiéndole a esta la apertura de las restantes puertas santas de Roma además de establecer que en cada catedral durante este año se abra una puerta similar de la misericordia.
Se nos da la libertad y es lo primero que destruimos
H
P. Chava
ay momentos que al querer ser libres, acabamos por esclavizarnos más. Si el hombre usara bien de su libertad, se podría haber ahorrado muchas fatigas y bastantes conflictos. Cuantos sufrimientos y condenas a causa del mal uso de la libertad; las personas anhelan vivir con libertad, pero no saben ser libres. La libertad, es uno de esos dones costosos, pero sumamente frágiles. Alguien dijo, que lo más valioso que tenemos es muy frágil, y siempre en riesgo de perderse. Los dones más elevados, necesitan cuidado; y uno de esos dones tan preciados, es precisamente la libertad. No hay auténtica libertad, si antes no hay un discernimiento, es decir, no hay libertad sin pensamiento. El hombre que reclama el que lo dejen hacer lo que quiera, en realidad no sabe lo que esta pidiendo; porque ni siquiera sabe bien, qué es lo que quiere hacer. Y como decía Freud, hay cantidad de impulsos inconscientes que nos empujan a actuar, sin saber qué es lo que nos esta moviendo. Y entonces, no se está actuando con plena libertad; sino sabemos porqué hacemos lo que hacemos, entonces no estamos actuando con libertad. La más grande esclavitud es la ignorancia. Por eso el hombre que se quiere liberar de todo, y hacer lo que le viene en gana, esta más cautivo que ningún otro. Si el hombre no sabe ser libre y reclama ese derecho, cuando consigue su libertad es con lo primero que acaba. El que no sabe cómo ser libre, termina siendo esclavo de todo. El hombre moderno busca a como de lugar emanciparse de Dios; pensando como lo hacia Sartre, éste, argumentaba que si hay Dios no hay hombres libres y si hay hombres libres, entonces no existe Dios. Se piensa, que creer en Dios es perder libertad. Pero se olvidan, que el único que puede garantizarnos una auténtica libertad, es precisamente Dios. El único que sabe de lo que estamos hechos, y para que estamos en este mundo, es precisamente Dios. El nos conoce hasta el fondo de nuestro ser; mucho mejor que lo que nos conocemos a nosotros mismos. Y si no servimos a Dios, acabamos por ser unos serviles, es decir, terminamos por servir a quien sea. Ya lo dijo el dicho: “El que no conoce a Dios, dondequiera se anda hincando”.
Cosas y Casos de la vida
Los secretos jamás revelados de la rosca de reyes
Por: P. Kino
“N
o te hagas rosca”, esta frase se la decimos a alguien que no quiere acceder a alguna petición nuestra. También lo decimos cuando alguien no puede o no quiere compromisos serios. El día de la epifanía o manifestación de los magos, es costumbre compartir un pan, llamado “rosca de reyes”. Pero ¿qué significa la rosca? Primeramente un poco de formación. El día de la epifanía, nos recuerda que Jesús nace para todos. La palabra “epifanía” proviene del griego y significa manifestarse. Cristo no se quiso encerrar, quiso nacer para todos y dar la salvación de todos. Aunque en la Biblia no se dicen los colores de piel de los magos o astrólogos, sin embargo, los colores que la tradición les otorga, amarillo, blanco y negro, representan las razas de la tierra, aunque ahorita ya estamos todos pintos. La Biblia tampoco dice que sean tres, esta cantidad se le atribuye en base a los regalos que le otorgaron a Jesús. Tres regalos, son el cielo la luna y el mar…. ejem, ejem, perdón, oro, incienso y mirra. Estos tres presentes son signos de que Jesús: 1) Es rey, y el oro, es un signo que lo representa como tal. 2) Es Dios, siendo el incienso el elemento que servía para ofrecer la oración y sacrificio a Dios. 3) Es Hombre, y la mirra, que nos indica que como hombre moriría. La mirra es una especie de resina que servía para embalsamar a los muertos. Al que le sale el “moníto” de la rosca, (que en realidad no es un mero “monito”, sino que representa a Jesús) tiene o tienen que “ponerse guapos” con alguna cena o tamales el día de la calendaría, es decir el 2 de febrero. Esta tradición es en base al texto bíblico de la matanza de los inocentes. La rosca al ser redonda (por lo menos en teoría), simboliza a Dios, sin principio ni fin. Dios envía a su hijo Jesús para salvarnos. Al esconderse el llamado “monito” en dicho pan, es para representar el esconder al niño Jesús de Herodes, que lo quiere matar. Quien lo descubre en la cena, tendrá que sufrir las consecuencias de haber “delatado” el escondite de Jesús, siendo el “castigo”, que se “moche” con unos tamalitos el día dos de febrero, día de la calendaría, o fiesta de la presentación del niño Jesús. Así que al que le toque el “monito” no se haga rosca y ya vaya juntando para la tamaliza. ¿Y el anillo, y el dedal? La tradición de la rosca nos viene de España, y se le ponía una haba en lugar de un “monito”. El anillo y dedal en lo personal no lo encuentro muy religioso. Tal vez se le ocurrió a alguna soltera que le urgía casarse y comenzó a decir que el que los encontrara le esperaba matrimonio, y para no errarle, la soltera se compra una rosca para ella sola (o solo). Pero ese es misterio jamás revelado de la rosca de reyes, el por qué el dedal y el anillo…
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Momento Teológico
Construir, Cultivar, Conquistar
El mandato misionero Trascender la realidad en los cuatro evangelios P. Francisco Javier Espinoza Ayala
T
“…Olvidando lo que dejé atrás, me lanzo hacia adelante”. (Fil 3,13)
“Y esto es lo que realmente salva: el trascender los límites del ser humano, algo para lo cual está ya predispuesto desde la creación, como esperanza y posibilidad, por su semejanza con Dios”. (Papa Benedicto XVI, Jesús de N. I, p.12)
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odos los evangelistas, al narrar el encuentro del Resucitado con los Apóstoles, concluyen con el mandato misio-nal: “Me ha sido dado todo poder en el cielo y en la tierra. Vayan, pues y hagan discípulos a todas las gentes. Sepan que yo estoy con ustedes todos los días hasta el fin del mundo” (Mt 28,18-20; Cfr. Mc 16,15-18; Lc 24,46-49; Jn 20,21-23). Este envío es envío en el Espíritu, como aparece claramente en el Evangelio de san Juan: Cristo envía a los suyos al mundo, al igual que el Padre le ha enviado a él y por esto les da el Espíritu. A su vez, Lucas relaciona estrictamente el testimonio que los Apóstoles deberán dar de Cristo con la acción del Espíritu, que les hará capaces de llevar a cabo el mandato recibido. Las diversas formas del mandato misionero tienen puntos comunes y también acentuaciones características. Dos elementos, se hallan, sin embargo, en todas las versiones. Ante todo, la dimensión universal de la tarea confiada a los Apóstoles: “A todas las gentes” (Mt 28,19); “Por todo el mundo… a toda la creación” (Mc 16,15); “A todas las naciones” (Hch 1,8). En segundo lugar, la certeza dada por el Señor de que en esa tarea ellos no estarán solos, sino que recibirán la fuerza y los medios para desarrollar su misión. En esto está la presencia y el poder del Espíritu, y la asistencia de Jesús: “Ellos salieron a predicar por todas partes, colaborando el Señor con ellos” (Mc 16,20). En cuanto a las diferencias de acentuación en el mandato, Marcos presenta la misión como proclamación o kerygma: “Proclaman la Buena Nueva” (Mc 16,15). Objetivo del evangelista es guiar a sus lectores a repetir la confesión de Pedro: “Tú eres el Cristo” (Mc 8,29) y proclamar como el centurión romano delante de Jesús muerto en la cruz: “Verdaderamente este hombre era hijo de Dios” (Mc 15,39). En Mateo el acento misional está puesto en la fundación de la Iglesia y en su enseñanza. En él, pues, este mandato pone de relieve que la proclamación del Evangelio debe ser completada por una específica catequesis de orden eclesial y sacramental. En Lucas, la misión se presenta como testimonio, cuyo objetivo ante todo es la Resurrección. El misionero es invitado a creer en la fuerza transformadora del Evangelio y a anunciar lo que tan bien describe Lucas, a saber, la conversión al amor y a la misericordia de Dios, la experiencia de una liberación total hasta la raíz de todo mal, el pecado. Juan es el único que habla explícitamente de “mandato” relacionando directamente la misión que Jesús confía a sus discípulos con la que él mismo ha recibido del Padre: “Como el Padre me ha enviado, así los envío yo” (Jn 20,21). Jesús dice, dirigiéndose al Padre: “Como tú me has enviado al mundo, yo también los he enviado al mundo” (Jn 17,18). Todo el sentido misionero de Juan está expresado en la “oración sacerdotal”: “Esta es la vida eterna: que te conozcan a Ti, único Dios verdadero y al que Tú has enviado Jesucristo” (Jn 17,3). Fin último de la misión es hacer partícipes de la comunión que existe entre el Padre y el Hijo: los discípulos deben vivir la unidad entre sí, permaneciendo en el Padre y en el Hijo, para que el mundo conozca y crea. Es éste, un significativo texto misionero que nos hace entender que se es misionero ante todo por lo que se es, en cuanto Iglesia que vive profundamente la unidad en el amor, antes de serlo por lo que se dice o se hace. Por tanto, los cuatro Evangelios, en la unidad fundamental de la misma misión, testimonian un cierto pluralismo que refleja experiencias y situaciones diversas de las primeras comunidades cristianas; este pluralismo es también fruto del empuje dinámico del mismo Espíritu; invita a estar atentos a los diversos carismas misioneros y a las distintas condiciones ambientales y humanas. Sin embargo, todos los evangelistas subrayan que la misión de los discípulos es colaboración con la de Cristo: “Sabed que yo estoy con ustedes todos los días hasta el fin del mundo” (Mt 28,20). La misión, por consiguiente, no se basa en las capacidades humanas, sino en el poder del Resucitado.
Por: Padre Memo Gil
Toda nuestra vida está marcada por un continuo trascender. Pues, una vez que crecemos y nos desarrollamos físicamente, estamos trascendiendo en cuanto a nuestra apariencia y se refleja el desarrollo armónico de nuestro cuerpo. De la misma manera, nuestra inteligencia se va desarrollando y trascendemos en la adquisición de conocimientos. Además, trascendemos nuestra individualidad al abrirnos al contacto y relación con los demás. Lo-grando así trascender a otros espacios de conocimiento y socialización, que irán dando pauta a la definición de nuestra personalidad. Para alcanzar nuestro lugar en el mundo y determinar la actitud con la que debemos enfrentar la vida. En relación con Dios, estamos llamados a trascender espiritualmente en el conocimiento de Él y, sobre todo, en nuestra manera de relacionarnos con Él, como el origen, el fundamento y la meta de nuestra existencia. Esto puede ser así, gracias a la posibilidad que Dios mismo imprimió en nuestros corazones, al crearnos a su imagen y semejanza. Entonces, la trascendencia es una realidad en nuestra vida, toda vez, que el Trascendente por naturaleza, ha dispuesto que nuestra inteligencia y voluntad sean capaces de ir más allá de lo meramente inmediato y superficial. Tenemos la capacidad de profundizar nuestro ser y nuestra vida, de analizar y descubrir el sentido de nuestra vida, y de alcanzar y superar todo lo que nuestro cuerpo y nuestro espíritu vayan asimilando. Porque de no ser así, estaríamos sujetos simplemente a lo más inmediato y superficial. A interpretar ciertas experiencias y situaciones, como insuperables y determinadas a someternos, incluso a su arbitrariedad e inconsistencia. Y esto, originaría sin duda, en nosotros, sentimientos de frustración e impotencia que, al no permitirnos avanzar, pueden llevarnos a un conformismo limitador de nuestra capacidad
de ser personas, sin dejar espacio a nuestra libertad creadora. Debemos entonces, estar atentos a no traicionar nuestra esencia. Fuimos hechos para trascenderlo todo, por más complejo que parezca, pues el espíritu humano tiene la capacidad de ayudarnos a sobreponernos a las limitaciones de nuestra humanidad. Aunque las circunstancias y la realidad nos desmoralicen, y al parecer no haya solución según como percibimos todo lo que vamos enfrentando. Hay que tomar una cierta distancia ante los acontecimientos, no para evadirlos, sino para ver con más claridad qué posibilidades hay de superarlos. Y si nos damos el tiempo para hacer acopio de fuerzas, destrezas y mucha audacia. Descubriremos que la realidad no nos es tan adversa, como nos parecía. Más bien, es un mero obstáculo superable, si logremos trascender lo más negativo y oscuro que debamos enfrentar. Para así, adentrarnos en una experiencia positiva, donde se nos ha exigido crecer, madurar, y lo más importante, ser libres de enfrentar nuestro destino. Siempre habrá, por lo tanto, realidades que desafíen nuestra capacidad e integridad humanas, asumámoslas con valentía y ente-reza. Sabiendo que contamos con los medios para lograr sobreponernos a su influencia y a su intento por tocar nuestra vulnerabilidad. Claro que pueden dejar, estas realidades y sus circunstancias, marcas muy profundas en nosotros. Teniendo claro de qué estamos hechos y que, además, contamos con el Dios que nos ha dado su semejanza, será muy duro el combate pero no se nos llevará a la degradación de nuestra esencia y dignidad. Trascenderemos y descubriremos cómo somos el resultado de las relaciones de familiaridad con un Dios personal, con el que interactuamos abandonándonos a su voluntad.
Juan Nepomuceno Neumann 5 de enero
El santo de hoy
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uan Nepomuceno Neumann nació en 1811 en Prachatitz, entonces parte del Imperio Austro-Húngaro, hoy población checa. Juan fue el tercero de una familia de seis hijos. Durante los estudios de filosofía, realizados con los cistercienses, su afición eran las ciencias naturales tanto que pensó en estudiar medicina, pero, motivado por su madre, ingresó al seminario. En el año 1831, mientras estudiaba teología en el seminario de Budweis se interesó vivamente por las misiones y decidió dedicarse a la evangelización en América. Habiéndole llegado la hora de la ordenación sacerdotal, su obispo la defirió por tiempo indefinido. En esas circunstancias decidió partir para Estados Unidos, invitado por el obispo de Filadelfia. Desde Budweis escribió a sus padres: Mi inalterable resolución, hace ya tres años acariciada y ahora próxima a cumplirse, de ir en auxilio de las almas abandonadas, me persuade de que es Dios el que me exige este sacrificio... Yo os ruego, queridos padres, que llevéis con paciencia esta cruz que Dios ha puesto sobre vuestros hombros y los míos. Llegó a Nueva York en 1836, siendo ordenado sacerdote ese mismo año en la catedral de San Patricio. Inmediatamente se le destinó a la región de las cataratas del Niágara. Movido por un deseo de mayor entrega a Dios e impresionado por la eficacia del apostolado rea-lizado por los misioneros redentoristas, quienes intentaban establecerse en aquellas tierras, pidió ser admitido en la
congregación. Como redentorista ejerció el ministerio sagrado en Baltimore. Fue nombrado sucesivamente vicario del provincial, consejero, y finalmente superior de comunidad, en Filadelfia. Estando esta ciudad, fue nombrado obispo de Filadelfia. En su labor pastoral, ideó un plan llamado sistema de escuelas parroquiales para dotar a cada parroquia con una escuela católica; en sus ocho años de episcopado se abrieron setenta escuelas.
07 Por Luis Marino Moreno
La infancia materialista. Crecer en la cultura consumista David Buckingham Editorial Morata
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iñas y niños crecen en un mundo cada vez más mercantilizado, pero, ¿debemos considerarlos como víctimas de un marketing manipulador o como participantes competentes en la cultura del consumo? La infancia materialista se cuestiona gran parte del saber popular sobre los efectos de la publicidad y el marketing; refuta la idea de las niñas y niños como consumidores incompetentes y vulnerables, aunque de igual manera rechaza la imagen del consumo como expresión del poder y la autonomía de la infancia. Pretende, en cambio, discutir los términos en los que suele enmarcarse y entenderse la cuestión social del consumo en la infancia y, con ello, cuestionar cómo se experimentan la acción y la identidad humanas en nuestros días. David Buckingham propone una idea del consumo infantil inmerso en las redes más generales de las relaciones sociales, y sostiene que, en las sociedades actuales, el consumo es tanto un terreno de limitación y control como de elección y creatividad. Estudiar el consumo supone fijarse no solo en la publicidad y el marketing, sino también en otras muchas formas de influir en el entorno de niños y niñas, en sus experiencias sociales y culturales, las fuerzas comerciales y las relaciones mercantiles. Tiene que ver con los juguetes y la ropa o la comida, pero también con muchos otros aspectos como los media, el ocio, la sexualidad y la educación. En último término, es obligado referirse a objetos y mercancías, así como a los significados y placeres sociales; de ahí que se hable de cultura consumista y no solo de consumo. Con su perspicaz y hábil análisis, David Buckingham reformula de un modo muy satisfactorio cómo podemos comprender los debates públicos acerca de la infancia y el mundo comercial y forjar así nuevas respuestas a los cambios en curso de la vida económica, educativa y social. Esta obra es una lectura esencial para el profesorado, madres, padres y, en general, para todos los profesionales re-lacionados con avid niñas y niños; para Buc-kingquienes traten de ham es Catedrátientender la infanco de Educación cia, la política y en el Instituto de los medios de coEducación de la municación en las Universidad de sociedades capLondres italistas contemporáneas.
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Para leer bien, y escribir mejor
Iglesia Universal CIUDAD DEL VATICANO.- El Papa Francisco sigue reflexionando sobre el Año Jubilar durante las catequesis de la audiencia general. En el resumen de la catequesis que el Santo Padre hace en español, ha explicado que “el Año Santo de la Misericordia ha comenzado en toda la Iglesia y se celebra en cada diócesis, como un signo visible del amor misericordioso del Padre y de la comunión universal”. De este modo, ha recordado que la Iglesia, que es “una”, vive la comunión con Dios mismo. “Este misterio de comunión hace crecer y madurar en nuestro corazón el amor de Dios, que se manifiesta en la misericordia y el perdón”, ha añadido. CIUDAD DEL VATICANO.- “¡El trabajo es un derecho para todos!” Fueron palabras del Papa Francisco al recibir en audiencia en el Aula Pablo VI, a dos mil participantes del Proyecto Policoro, llegados a Roma en ocasión de su vigésimo año de actividad. Un Proyecto dedicado a la desocupación juvenil de jóvenes del sur de Italia, promovido por Conferencia Episcopal Italiana. Recordando que el Proyecto nace como fruto del Congreso Eclesial de Palermo, el Papa destacó la importancia de una “iniciativa de promoción juvenil, de desarrollo local a dimensión nacional” con “gestos concretos”, “signos visibles del empeño de estos 20 años”. ROMA.- Hoy en día hay más de 30 conflictos armados abiertos. Han dejado y dejan una cifra incalculable de vidas humanas por el camino y han provocado más de 60 millones de refugiados, el mismo número que tras la II Guerra Mundial. Ante el sufrimiento de estos millones de personas, el Papa Francisco pide superar la indiferencia. Este es el núcleo central de su mensaje con motivo de la 49 Jornada Mundial de la Paz que se presentó en el Vaticano. Se titula “Vence la indiferencia y conquista la paz” ROMA.- El Papa ya tiene película biográfica. ‘Llámenme Francisco’ cuenta la vida del pontífice argentino desde su nacimiento en Buenos Aires hasta el día en que es nom-brado Papa. Dos actores argentinos, Rodrigo de la Serna y Sergio Hernández, se meten en la piel de Jorge Bergoglio en sus diferentes edades en una película dirigida por el ita-liano Daniele Luchetti, quien asegura haberse enamorado de esta historia el día que un conocido de Bergoglio le definió como “un hombre preocupado”. Por eso la película se centra sobre todo en su personalidad. ROMA.- Aunque durante siglos no fueron nada buenas las relaciones entre católicos y judíos, durante esta rueda de prensa en el Vaticano, representantes de las dos religiones mostraron el enorme progreso que se ha hecho después del Concilio Vaticano II. Están en Roma para estudiar juntos un texto de la Comisión vaticana para las relaciones religiosas con los judíos. Se titula “Los dones y la llamada de Dios son irrevocables”. Aunque ante la prensa hablaron de muchas más cuestiones. El texto recuerda que su Alianza con Dios es válida, y por eso la Iglesia no intenta convertirlos. Ahora la clave es concretar cómo colaborar para resolver juntos problemas de nuestro tiempo. LOS ÁNGELES.- Luego del éxito de su película Little Boy, el actor y productor mexicano Eduardo Verástegui anunció que está desarrollando una nueva película, esta vez centrada en la tragedia ocurrida en Belén hace dos mil años, cuando Herodes ordenó ejecutar a todos los niños menores de dos años y así asesinar a Jesús, pero todo principalmente visto desde la perspectiva de la Virgen María. “Estamos preparando también la película ‘La matanza de los inocentes´. Es la historia de la Virgen María, pero un capítulo de su historia nada más. Es la historia del hombre más perverso del mundo, el Rey Herodes, queriendo matar a un bebé llamado Jesús”, indicó al programa Todo para la Mujer. El Paso TX.- La diócesis de El Paso ubicada en Texas (Estados Unidos) anunció que se está preparando para participar activamente en la Misa que el Papa Francisco celebrará en la ciudad fronteriza de Ciudad Juárez en México. Según el programa oficial, difundido el domingo por el Vaticano, la Misa será el 17 de febrero en el Estadio Benito Juárez en esa ciudad. Mons. Mark J. Seitz, Obispo de El Paso, afirmó que “actualmente estoy dialogando con nuestras autoridades cívicas sobre la celebración de la Misa en la frontera por el Papa Francisco en la que los fieles estarán en ambos lados de la frontera”. Se espera que esta Eucaristía en la frontera de México con Estados Unidos congregue a cientos de miles de peregrinos de ambos países y que sea un hito en el viaje del Papa Francisco. DENVER.- Eduardo y María de Jesús Carlo son un matrimonio mexicano que reside en Estados Unidos y que han lanzado una propuesta de catequesis familiar basada en su experiencia formativa y académica; y en su experiencia adquirida en el pasado Encuentro Mundial de las Familias (EMF) que se realizó en Filadelfia. Su propuesta catequética está basada en un diplomado impartido por la Pontifica Universidad de la Ciudad de México, un curso a distancia del Movimiento Apostólico “Castos por Amor”, una maestría en Teología Pastoral por el Instituto San Agustín (a culminar en mayo del 2016) y la experiencia en el “Homeschooling” (escuela en casa) que impartieron a sus cinco hijos.
Dibuja en la tierra un rostro de Cristo de 24,000 metros cuadrados por el Jubileo ¿S
e acuerdan de Darío Gambarin? Es el granjero italiano que hace retratos en la tierra con la ayuda de su tractor. Decidió dedicar su última obra de arte al inminente Jubileo de la Misericordia: un rostro de Cristo de 24,000 metros cuadrados trazado en la tierra. Para hacerlo ha aprovechado el momento en el que la tierra necesita ser removida tras la cosecha. Primero memorizó el dibujo y después se lanzó al campo a trabajar. Tardó en hacerlo dos días enteros.
La realizó a mediados de octubre y la siembra y el temporal lo han hecho desaparecer. Sus obras son así: perecederas, aunque por eso mucho más valiosas. Su especialidad son los retratos y ya hizo en el pasado, el del Papa Francisco y Nelson Mandela. El del Jubileo de la Misericordia es el más reciente pero no el último. Habrá que esperar a la próxima cosecha para ver cuál es su próxima obra.
El Papa Francisco aprecia el acuerdo de París sobre clima
VIAJE APOSTÓLICO DE SU SANTIDAD FRANCISCO A MÉXICO PROGRAMA
12-17 DE FEBRERO 2016
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l Papa Francisco reafirma la confianza en la capacidad del ser humano para vencer el mal con el bien. Lo hace en su Mensaje para la Jornada Mundial de la Paz (que se celebra el 1 enero de 2016), titulado Vence la indiferencia y conquista la paz. En relación a los 165 países que han llegado a un acuerdo en la cumbre de París. El calentamiento deberá ser controlado bajo los dos grados. La evolución de los resultados se realizará cada cinco años. El acuerdo es un resultado histórico, pero el corte de las emisiones es voluntario. Por eso, no es la indiferencia el centro del mensaje del Papa, sino la esperanza en la capacidad del ser humano de no ceder a la resignación y a la indiferencia y, en este sentido, consideró positivamente este encuentro sobre el clima. Cabe recordar que el Papa, en el Ángelus del domingo 13 de diciembre, calificó como “histórico” el acuerdo alcanzado en París y auspició “que se garantice una particular atención a las poblaciones más vulnerables”. En esa ocasión, Francisco exhortó “a toda la comunidad internacional a proseguir con solicitud el camino emprendido en el signo de una solidaridad que se haga cada vez más concreta”. En Pontífice invitó nuevamente a la conversión y a emprender la vía de la solidaridad y de la sobriedad. Asimismo, indicó las múltiples formas de solidaridad presentes en la sociedad en favor de las víctimas de los conflictos armados, de los pobres y los migrantes y del cuidado del medio ambiente. Entretanto confirmó que existe una amenaza para la paz “por la indiferencia globalizada”, que también es una indiferencia “respecto al ambiente natural, favoreciendo la deforestación, la contaminación y las catástrofes naturales”. El Papa aseguró que la paz se conquista. Esto significa además luchar contra la degradación ambiental que “desarraiga comunidades enteras de su ambiente de vida, forzándolas a la precariedad y a la inseguridad, crea nuevas pobrezas”. En su esperanzador mensaje denuncia las “nuevas situaciones de injusticia, de consecuencias a menudo nefastas en términos de seguridad y de paz social”, que están también detrás de la indiferencia global ante el daño ambiental. Por ello, se preguntó: “¿Cuántas guerras ha habido y cuántas se combatirán aún a causa de la falta de recursos o para satisfacer a la insaciable demanda de recursos naturales?”. El Papa concluyó con un llamamiento para que cada uno, en el espíritu del Jubileo de la Misericordia, adopte un compromiso concreto para ayudar a mejorar la realidad en la que vive, de su familia, del barrio o del entorno de trabajo, el medio ambiente. En este contexto, la conferencia de París sobre el cambio climático puso de acuerdo a 195 países reunidos en esa ciudad, cuando el sábado pasado aprobaron un documento final que se espera podrá entrar en vigor a comienzos de 2016. Un hito de este encuentro ha sido que el acuerdo llama en causa a las naciones desarrolladas y en desarrollo. La comunidad internacional se compromete a gestionar la transición hacia una economía baja en carbono. El principio es lograr que el aumento de las temperaturas se mantenga por debajo de los dos grados centígrados y limitar el aumento de las temperaturas a 1,5 grados en comparación con la era pre-industrial.
Viernes 12 de febrero de 2016 12:30 Salida en avión del Aeropuerto de Roma/ Fiumicino a la Ciudad de México 19:30 Llegada al Aeropuerto Internacional “Benito Juárez” de la Ciudad de México Sábado 13 de febrero de 2016 09:30 CEREMONIA DE BIENVENIDA en Palacio Nacional VISITA DE CORTESÍA AL PRESIDENTE DE LA REPÚBLICA 10:15 ENCUENTRO con AUTORIDADES, SOCIEDAD CIVIL y CUERPO DIPLOMÁTICO 11:30 ENCUENTRO con OBISPOS de MÉXICO en Catedral 17:00 SANTA MISA en la Basílica de Guadalupe Domingo 14 de febrero de 2016 09:20 Traslado en helicóptero a Ecatepec 10:30 SANTA MISA en el área del Centro de Estudios de Ecatepec 12:50 Traslado en helicóptero a la Ciudad de México 13:10 Llegada a la Ciudad de México 16:30 VISITA AL HOSPITAL PEDIÁTRICO “Federico Gómez” 18:00 ENCUENTRO CON EL MUNDO DE LA CULTURA en el Auditorio Nacional Lunes 15 de febrero de 2016 07:30 Salida en avión a Tuxtla Gutiérrez 09:15 Traslado en helicóptero a San Cristóbal de las Casas 10:15 SANTA MISA con las comunidades indígenas en el Centro Deportivo Municipal 13:00 Comida con representantes de indígenas 15:00 Visita a la Catedral de San Cristóbal de las Casas 15:35 Traslado en helicóptero a Tuxtla Gutiérrez 16:15 ENCUENTRO con las FAMILIAS en el Estadio “Víctor Manuel Reyna” en Tuxtla Gutiérrez 18:10 Salida en avión a la Ciudad de México 20:00 Llegada al aeropuerto de la Ciudad de México Martes 16 de febrero de 2016 07:50 Salida en avión a Morelia 10:00 SANTA MISA con Sacerdotes, religiosas, religiosos, consagrados y seminaristas 15:15 Visita a la Catedral 16:30 ENCUENTRO CON JÓVENES en el estadio “José María Morelos y Pavón” 18:55 Salida en avión a la Ciudad de México 20:00 Llegada a la Ciudad de México Miércoles 17 de febrero de 2016 08:35 Salida en avión a Ciudad Juárez 10:00 Llegada al aeropuerto internacional “Abraham González” de Ciudad Juárez 10:30 VISITA al Centro Penitenciario (CeReSo n.3) 12:00 ENCUENTRO con el MUNDO del TRABAJO en el Colegio de Bachilleres del Estado de Chihuahua 16:00 SANTA MISA en el área de la feria de Ciudad Juárez 19:00 CEREMONIA DE DESPEDIDA en el aeropuerto internacional de Ciudad Juárez 19:15 Salida en avión a Roma/Ciampino Jueves 18 de febrero de 2016 14:45 Llegada al aeropuerto de Roma/ Ciampino
Para recordar el 2015 o r e n e e d 9 1 l 12 a E
sco te you (Papa Franci Francis, we love e en el op a “P id y ed !” sp pa de la on durante ar ch “¡Viva el Santo Pa cu es se e qu s frases ila. amamos)” eran la aeropuerto de Man los filipinos lida acogida” de cá la , te en id es pr r sted tuvo ño “u se e r qu ce de visita para la ta es ra “Yo le quiero agra pa ón ci o al mandatario de la organiza s”, dijo Francisc ia ac y por el esfuerzo gr s ha uc M ata del avión. s extras (...) e hasta la escalin dr que trabajar hora Pa sé o nt Sa el n ó co o canonizó al P. Jo filipino que camin i Lanka, Francisc dos Sr ga en re e, ng aj co vi s su le fie de a mil En la primera etap Sri Lanka, ante alrededor de 600 . o de Green de Colombo las advirtió contra Vaz, el primer sant en el Galle Face ,y as ili las fam e se encontró con dr Pa enaza. o nt am s Sa la el e , En Filipinas ideológica” qu ón ci za ni lo co a “la nuev
l Papa Francisco ha querido dar relevancia al Año de la Vida Consagrada que comenzó el 30 de noviembre, del año pasado, y terminará el 2 febrero de 2016, enviando una carta a todos los consagrados. En la carta, el Santo Padre desea que “se despierte el mundo”, dado que la característica principal de la vida consagrada es la profecía. La carta enumera los objetivos que tiene su celebración y se inspira en la Exhortación “Vida Consagrada” que San Juan Pablo II publicó en 1996. Para Francisco existen sobre todo tres objetivos en la realización de la propia vocación. Entre ellos, “mirar el pasado con gratitud”, “vivir el presente con pasión” y “abrazar el futuro con esperanza, sin desanimarse por
L honor sino una responsabilidad: “No es algo accesorio o decorativo como una condecoración, sino un perno, un punto de apoyo y de movimiento que es esencial para la vida de la comunidad”.
tantas dificultades que se encuentran en la vida consagrada a partir de la crisis vocacional”.
18 de junio
14 de febrero de 2015 La ceremonia de nombramiento de nuevos cardenales estuvo marcada al comienzo por la llegada de Benedicto XVI. El Papa emérito se sentó junto al resto de cardenales, y tal y como sucedió hace un año, el Papa Francisco se detuvo en la procesión para saludarle. A continuación, el futuro cardenal Dominique Mamberti, saludó a Francisco en nombre de todos los nuevos cardenales presentes. Faltaba uno, el colombiano José de Jesús Pimiento Rodríguez, de 95 años, arzobispo emérito de Manizales: “Ha pedido recibir la birreta en Colombia, no pudiendo venir por la avanzada edad”. Por su parte, Francisco se dirigió a todo el colegio cardenalicio para recordar que su cargo no es un
30 de noviembre de 2014 al 02 de febrero de 2016
a encíclica de Papa Bergoglio dedicada a la defensa de la Creación fue publicada el 18 de junio. El título, que normalmente corresponde a las primeras palabras del texto latino, esta en italiano, y retoma la expresión «Alabado seas» del Cántico de las Criaturas de San Francisco de Asís. El tema de la defensa de la Creación es un tema muy importante para Papa Francisco. Dos expresiones se encuentran frecuentemente en sus discursos.
La primera la escuchó decir a un anciano campesino, hace muchos años: «Dios perdona siempre, las ofensas, los abusos, Dios siempre perdona. Los hombres perdonan a veces. ¡La tierra no perdona nunca!», por lo que «hay que custodiar a la hermana tierra, la madre tierra, para que no responda con la destrucción». La segunda expresión es: «La tierra no es una herencia que recibimos de nuestros padres, sino un préstamo que nos hacen nuestros hijos, para que nosotros la defendamos y la saquemos adelante para devolvérsela a ellos. La tierra es generosa, no hace faltar nada a los que la defienden. La tierra, que es madre para todos, pide respeto y no violencia o, peor, arrogancia de dueños. Debemos devolverla a nuestros hijos mejorada, custodiada, porque fue un préstamo que nos hicieron».
05 al 13 de julio
04 de julio
El ser y quehacer del laico, fue el tema a profundizar durante la reunión de laicos de la diócesis el 4 de julio. Donde más de 200 laicos se congregaron para compartir sobre la “vocación del laico en el mundo y en la Iglesia”. En un ambiente de fraternidad y armonía se reflexionó sobre lo que el Papa Juan Pablo II nos decía, “los laicos estamos llamados a vivir nuestra misión, y ser sal de la tierra y luz del mundo” (Mt 5, 13-14).
, a Francisco visitó Bolivia, el 8 de julio El Papa Francisco en Bolivia. El Pap res. pob los de y e r del medio ambient donde instó al mundo a cuidar mejo entro con el Papa. El Papa Francisco encu r ado Ecu en s Sacerdotes y religioso de iosas y seminaristas en el Santuario se reunió con el clero, religiosos, relig su lado de Quinche, el Santo Padre dejó Nuestra Señora de la Presentación del No es. raíc sus dar olvi el que los alentó a no discurso oficial e improvisó uno, en icio recordarles que la vocación es un serv y l” ritua espi er caer en el “Alzheim . uita grat era man que se ejerce siempre de ado Norte, en Asunción, ó Paraguay. El barrio pobre de Bañ visit co ncis Fra Papa en obras de solidaridad. donde llamó a vivir una fe concreta
Año de la Misericordia 01 de agosto
Domingo 03 de enero de 2016
08 de agosto
S
, que se tornó en un marco de e realizó superando las expectativas de los organizadores, la caminata pacífica Travesti e Intersexual (LGBTTI). legalidad y de respeto a la Comunidad Lésbico, Gay, Bisexual, Transexual, ia con sus respectivas firmas. presenc La manifestación que congregó a más de 10 mil personas que respaldan su y participaron más de 45 (CCC) no Ciudada ador Dicha caminata fue organizada por el Consejo Coordin lado de la Arquidiócesis Discipu y ado Apostol de s Juvenile Grupos Asociaciones Civiles, así como más de 270 de oración no sólo de la Iglesia Potosina, que de ellos sumaron 7 mil personas; así como cientos de grupos de un hombre y de una mujer”, nací Católica, sino de otras creencias religiosas, que a una voz gritaron: “Yo respeto al matrimonio”, no te es bia, homofo es cantando la frase: “Amigo de la Comunidad LGBTTI, no ”. derecho nuestro mos discriminamos, pero nosotros también defende
donde para principiantes l curso fue diseñado ia de la tor his mo terias co se les impartieron ma ler de tal , no pia de ler rales, tal l. ca música, conjuntos co dirección técnica vo guitarra y taller de
E
23 al 27 de septiembre
16 de septiembre B
ajo el lema: “Ayúdense corresponsablemente a llevar sus cargas y cumplan así la ley de Cristo” (Gal 6,2), se llevó a cabo la XXVIII Asamblea Diocesana de Pastoral, en las instalaciones de la Acción Católica, con una serie de conferencias, exposiciones y en módulos, donde todo el presbiterio, fieles y laicos comprometidos, Seminaristas, Diáconos y Religiosas(os) y Evangelizadores e incluso Sacerdotes de las diversas Órdenes Religiosas, analizaron, conforme al IV Plan Diocesano de Pastoral, el caminar de la Iglesia potosina, con todas sus fortalezas, carismas, debilidades y amenazas ante nuevos retos, así como las grandes oportuni-dades para crecer en la “Mi-sión permanente” que exige practicar el Papa Francisco en todos los ámbitos sociales.
04 al 25 de octubre
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Unidos, el Papa Francisco n su primer discurso en Estados religiosa como especial rtad defendió el derecho de la libe el país y aseguró que irá al preocupación de los católicos en s a apoyar la institución Encuentro Mundial de las Familia te momento crítico de del matrimonio y la familia en “es seguida por unas 10 fue la historia”. La ceremonia, que de la Casa Blanca n Law th Sou mil personas dentro del ma y por otras miles más en acompañado por el Presidente Oba unos 45 minutos. las afueras, tuvo una duración de
22 de octubre
En las sesiones del Sínodo de los Obispos sobre la Familia el tema que se ha resaltado ha sido el de la misericordia, que está estrechamente ligada a la conversión personal, a la verdad y a la justicia. Entre las más de 300 personas involucradas en el Sínodo , también hay cristianos no católicos. El Vaticano ha invitado a 14, entre ellos al revere ndo Thomas Schirrmacher. “Hay que encontrar nuevamente la capacidad de explicar qué significa ser un varón, qué significa ser una mujer, ser madre, ser padre, ser hijos” , afirmó el pensador y político católico Rocco Buttiglione, al advertir que en alguna s partes –sobre todo Europa-, ciertas verdades que parecían naturales y eviden tes, “no lo son más”, y que son parte de los desafíos del Sínodo de la Familia que se realiza en la Santa Sede. En un artículo publicado, el Cardenal Timothy Dolan destac ó que “un tema muy refrescante, consistente del Sínodo (sobre la Familia) ha sido la inclusión. La Iglesia, nuestra familia espiritual, acoge a todos, especialmente a aquellos que se puedan sentir excluidos”.
Recibieron la Ordenación Sac erdotal de manos del Arzobispo Jesús Carlos Cabrero Romero: Carlos Alberto Pérez Arellano, Francisco Javier Esp inoza Ayala y Alfonso Reyna Rodríguez. La Arquidiócesis Potosina estu vo de fiesta con la Ordenació n Sacerdotal de estos tres jóvenes Sacerdotes que sin duda alguna darán frutos abu ndantes para la Iglesia fundada por Cristo. Familiares, amigos y compañ eros de los recién ordenados se dieron cita para presenciar la Ordenación Sacerdota l en la que prometieron ante Dio s y su pueblo; hicieron votos de Pobreza, Humildad, Castidad y Obediencia.
Celebrando al Señor
Nacimiento de los Jubileos Primer Jubileo del 1300 E
l cardenal Stefaneschi, autor de la crónica del primer Año Santo, con el título De Centesimo seu Jubileo anno Liber, nos informa que el papa Bonifacio VIII, al llenarse Roma de peregrinos, animados de la certeza que la visita a las tumbas de los apóstoles garantizaba el perdón de las culpas, había encomendado a sus más estrechos cola-boradores de investigar en los archivos, pruebas que pudieran avalar esta convicción. Incluso no habiendo encontrado algún testimonio escrito, el pontífice no impide este movimiento espontaneo de piedad po-pular, pero después de consultar con sus cardena-les, decide escribir un texto oficial en el cuál definir con claridad los términos de las concesiones de la Santa Sede. Estamos al 16 de febrero del 1300. La fuerte conciencia del roll que en los aspectos propiamente jurídicos asume en el gobierno de la Iglesia lleva al papa Bonifacio VIII a elaborar el texto de proclamación del Jubileo bajo la forma de carta bulada, a fin de hacer claro los términos de una materia que podía decirse absolutamente nueva. Tal deseo de claridad prevalece también sobre el aspecto propiamente formal, desde el momento en que el texto de la bula resulta esencial, conciso, sobre todo si se confronta con el estilo y cuidado de otras decretales. Él mismo, llegando a San Pedro, dio el anuncio de esta bula . Tenemos un testimonio de este evento en una pintura de la basílica de San Juan de Letrán, que la tradición piensa sea realizado por Giotto. En dónde se representa al papa Bonifacio VIII mientras desde el ambón de San Pedro adornado para la ocasión, a sus lados aparecen dos diáconos: el de la derecha sostiene en sus manos la carta apostólica, en espera que el papa de lectura a los fieles reunidos en la basílica. Después de haber reunido la existencia de una antigua tradición que prometía remisiones e indulgencias de los pecados a cuantos visitaban la basílica de San Pedro, el papa concedía la indulgencia que como veremos en breve, tenía las carac-terísticas fuertemente innovativas . Es significativo notar que la fecha de la bula, en estas circunstancia fue modificada: ella en efecto, fue fechada el 22 de febrero, fiesta de la catedra de San Pedro, evidenciando la estrecha relación existente entre la concesión de la indulgencia y la tumba de San Pedro. El mismo cardenal Stefaneschi refiere que el papa Bonifacio, con un gesto altamente simbólico, colocando la bula sobre la tumba de San Pedro en signo de ofrenda. La carta de convocación del jubileo, establecía por otra parte la retroactividad de las disposiciones jubilares al 25 de diciembre del 1299; esta circunstancia testimoniaría a favor de la tesis que el Jubileo fue una respuesta a las presiones ejercidas del pueblo, de los fieles, permitiendo hacer luz sobre la sensibilidad pastoral del Papa Bonifacio VIII, desde el momento en que el pontífice , en este modo consentía que se beneficiarán del perdón aquéllos que en esos días, en modo espontáneo, se habían a cercado a Roma Venía además dispuesto que tal favor habría estado acordado realizar al terminar cada cien años. El autor de la crónica narra que por expresa voluntad del pontífice el texto de la Antiquorum habet fida relatio fue hecho grabar sobre mármol en el atrio de la basílica vaticana, y es visible todavía hoy en lo alto a la derecha de la Puerta Santa. Un primer elemento para evaluar, en el análisis del contenido de la carta de promulgación, es que no aparece jamás el término “Jubileo”: en cambio aparece en la obra de Stefaneschi y en las glosas del cardenal Giovanni Monaco, con explicita referencia al Jubileo hebraico del cual se habla en el Antiguo testamento. Encontramos referencias a esta antigua
P. Pedro Mexquitic Arredondo
prescripción hebraica, también en diversos puntos del Nuevo testamento, pero, en estos contextos literarios, el término Jubileo asume un significado esencialmente espiritual: en efecto, no alude más a una simple remisión de las deudas materiales y de la esclavitud física, sino más bien, a la liberación del pecado y de sus lazos. en el curso del Medioevo, en un largo proceso que se ha servido de la mediación de numerosos autores, se llegó en fin a elaborar la identidad conceptual entre Jubileo y reconciliación con Dios que, para los hombres de la época, andaba buscada no en los sacramentos sino en la indulgencia, a confirmar como dice una autor, “el ansia típicamente medieval por la salvación colectiva”. La primera indulgencia plenaria de la cual te-nemos noticia es la concedida por el papa Urbano II en el 1095 a Clermont, en ocasión de la proclamación de la primera cruzada: el papa, en efecto, había establecido que cuantos “fueran puestos en camino hacia Jerusalén solo por devoción, no para obtener honor y dinero, sino para liberar a la Iglesia de Dios, este camino viniera realizado en penitencia completa”. En la definición de la sucesiva práctica de la Iglesia, el episodio de Clermont constituye sin duda un momento central; nos parece oportuno subrayar la a-tención sobre las dos indulgencias precedentes de la bula jubilar del Papa Bonifacio, a sea las indulgencias respectivamente concedidas por el papa Honorio III para la Iglesia de la Porciúncula en Asís, y de Celestino V para la de Santa María de Collemaggio en al Aquila. La comparación entre estos documentos es esencial para comprender cuales han sido, en campo eclesiológico, los elementos de continuidad y de novedad presentes en la obra del papa Bonifacio. Se puede decir, que el Jubileo del 1300 no fue convocado con el objetivo de reforzar la autoridad del pontífice. La novedad debe encontrarse en otra parte: hasta aquél momento, la concesión de la indulgencia plenaria había tenido sobre todo un valor social, prevalentemente orientada a defender la Iglesia de sus enemigos internos y externos, como en el caso de las indulgencias concedidas a los cruzados o durante las luchas contra la herejía. Diverso es el significado de la indulgencia concedida del Jubileo: ella en efecto, se dirigía ahora a cada alma. El interés prevalente se orientaba no más a la Iglesia como asamblea de fieles, si en cambio a la salvación de cada creyente en particular. Los documentos hablan de una antiquorum fida relatio, de una sólida tradición precedente, pero aparece claro que el pontífice y sus colaboradores tenían clara conciencia de la novedad que introducían en la praxis penitencial. El perdón y la remisión de toda culpa venían concedidos no más por los méritos obtenidos después de los peligros de la guerra, como sucedía en la indulgencia de las cruzadas: es el tesoro de la Iglesia que perdona a todos, es la gracia divina que salva y purifica todas las almas que visitan en Roma las tumbas de los apóstoles por un determinado número de veces. Conociendo el nacimiento de los Jubileos entendemos la intención de la iglesia y de los papas de conceder a todos los fieles los tesoros de la Iglesia. El Papa Francisco ha indicado en la Misericordia casi la línea programática de su pontificado. Ella es una “una palabra que revela el misterio de la Trinidad… acto último y supremo con el cuál Dios viene a nuestro encuentro… ley fundamental que habita en el corazón de cada persona cuando mira con ojos sinceros al hermano que encuentra en el camino de la vida… camino que une a Dios y al hombre”. Para realizar esto, hagamos como “un patrón de casa que saca de su tesoro cosas nuevas y cosas antiguas” (Mt 13, 52), ha llamado al tesoro de la historia y ha recurrido al instrumento del Jubileo.
¡Pónganse en camino!
Discípulos misioneros
¿Qué es la Dimensión de Misiones?
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s el órgano diocesano que tiene como tarea prioritaria promover, animar y fortalecer la cooperación misionera en la Arquidiócesis y trabaja en unión con las Obras Misionales Pontificio Episcopales (OMPE), que son el órgano central y oficial de la Santa Sede. Está conformada por las siguientes obras, y cada una de ella con una orientación muy singular, que pueden considerarse como auténticas líneas o funciones, al interior de la Arquidiócesis: • Propagación de la Fe: que busca la formación, sensibilización y cooperación misionera. Entre otras tareas promueve y coordina la Jornada del DOMUND, bajo la dirección de la Santa Sede y de la CEM. • Infancia misionera: que tiene como destinatarios la animación misionera en las primeras etapas de la vida de los bautizados, mediante las oraciones, sa-crificios y ofrendad. En México, esta obra ha incorporado también a los adolescentes. Esta obra rea-liza y anima la participación en la IAM y el CONIAM. • San Pedro Apóstol: que se concentra en promo-ver las vocaciones (llamado también Clero nativo) en las Iglesias jóvenes, mediante la ayuda material y espiritual. • Pontificia Unión Misional: que se ocupa de fortalecer el espíritu misionero en quienes ejercen en la Iglesia el oficio de pastores y demás agentes de pastoral. Las subsidiarias llamadas de “Propaganda Fidei” • Liga Misional Juvenil: que sensibiliza a la juventud hacia una respuesta generosa y constante al desafío de la evangelización y hacia la animación y cooperación misioneras. • Unión de Enfermos Misioneros: que promueve mediante sus agentes de pastoral que los enfermos ofrezcan su sufrimiento en unión con el sacrificio de Cristo, en beneficio de la misión universal y para una mayor eficacia de la misma. En nuestra Iglesia Potosina, además se ha integrado lo que es La Misión Permanente, que es una de las necesidades, a las que llaman los Obispos atender en cada una de las diócesis de nuestro Continente, así lo declararon como fruto de la V Conferencia del Episcopado Latinoamericano (CELAM), en Aparecida, Brasil en 2007. Y así atendiendo al mandato misionero del Señor: «¡Pónganse en camino!» (Lc 10,3), e implorando la luz del Espíritu Santo, animador y santificador de la Iglesia se promulgó el Cuarto Plan Diocesano de Pastoral. El cual traza el camino futuro de la Iglesia que peregrina en San Luis Potosí, bajo la acción del Espíritu Santo. Reafirmando la centralidad de Jesucristo, quien es el hilo conductor del Plan de Pastoral, recomenzando desde Cristo (DA 549, PDP 2), viviendo la eclesiología de comunión y de la Mi-sión que nos enseña el Concilio Vaticano II. De ahí que en nuestro Plan Diocesano de Pastoral lo tome como ruta de camino, bajo el lema: «Recomenzar desde Cristo, caminando juntos, en misión permanente». *extracto del texto: Organismos Arquidio-cesanos de Comunión, Participación y Coordinación, de la Arquidiócesis de San Luis Potosí. Pp. 54-55, 2011.
Domingo 03 de enero de 2016
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El saludo y la salud Por: Juan Jesús Priego
¿Sabía usted que absurdus viene de surdus, es decir, que absurdo viene de sordo? Pues bien, sí, así es, y la cosa se explica fácilmente. En los tiempos en que prevalecía la oralidad, cuando todos los conocimientos le llegaban a los hombres a través del oído (hoy le llegan por el ojo, gracias a las imágenes), estar sordo era lo peor que podía pasarles en la vida. Éstos, entonces, se veían privados de todos los bienes que pudiera dispensarles su cultura particular: por ejemplo, no podían escuchar las leyendas y los proverbios de su pueblo, ni seguir el tam-tam de las celebraciones religiosas, ni danzar en las fiestas rituales al ritmo en que lo hacían todos a su alrededor: en una palabra, su vida, al estar sorda, era absurda. Muchos siglos más tarde, con la moda del existencialismo, la palabra absurdo se hizo de uso común y adquirió múltiples significaciones: pasó a designar, por ejemplo, cosas tan terribles como éstas: vacío de la vida, futilidad de la existencia, insustancialidad del ser y muchas otras cosas por el estilo, perdiendo así su significado original, que convenía, en la práctica, únicamente a los sordos. Absurdus viene de surdus: conviene no olvidarlo. Porque hay, además de la puramente física, una sordera espiritual, un confinamiento en uno mismo que no puede acarrear a la larga sino fatales consecuencias. Hay, en efecto, hombres espiritualmente sordos: gente que no se interesa por
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los demás, que no escucha ni quiere aprender a hacerlo, y a la que cuanto sucede a su alrededor le importa menos que un comino. Esos merecen toda nuestra compasión porque están enfermos. Pero sigamos adelante y posemos nuestra atención en otro par de palabras. ¿Sabía usted, o por lo menos lo sospechaba, que salud y saludo tienen la misma raíz? Pensemos en todo lo que esto puede significar. ¿Quiere decir que saludar y ser saludados son acciones saludables, es decir, portadoras de salud? Sí, porque todo saludo nos saca de nuestra soledad y nos pone en relación con otro, rompiendo así el hechizo que hacía que nos contempláramos sólo a nosotros mismos. ¡Cuántas veces, mientras caminábamos distraídos, una voz amiga, al saludarnos, nos sacó de nuestro ensimismamiento y nos devolvió a la vida verdadera! Tratemos de imaginar lo que sería un mundo sin saludos: ¿no sería demasiado triste, seco y lamentable? Sin embargo, conviene ahora decir que no todos los saludos que se ven por ahí son sanadores, ni mucho menos. Aquél, por ejemplo, dice corriendo a uno de sus amigos: -¿Qué tal te va? Pero no espera la respuesta, y prosigue su carrera como si tal cosa. Aquel otro levanta el brazo y grita en tono apresurado: -Hasta luego, amigos. Pero con una indiferencia tal que más parece haberlo hecho por obligación que por verdadero interés hacia sus hermanos o prójimos. Éstos no han saludado realmente: a lo mucho han ejecutado un mero rito, una de esas fórmulas que los hombres hemos inventado para hacer menos dolorosa y accidentada nuestra vida en sociedad. Pero saludar, saludar de veras, es otra cosa: implica detenerse, dedicar una mirada y una sonrisa, acaso incluso palmear un hombro; pero, sobre todo, hacer obsequio de un tiempo que es tanto más valioso cuanto más escaso es. Cuando saludo a alguien, lo honro. Saludarlo es honrarlo y hacerlo digno de mi atención. Y, cuando soy saludado, me siento vivo: sólo entonces empiezo a existir. Lo difícil de la vida en la ciudad, lo patológico de la vida en las grandes urbes, es que en ellas
nadie conoce a nadie y los saludos escasean. ¡Y cómo se complican las cosas, por lo demás, cuando la ciudad en que vivimos no es la nuestra! ¡Qué prueba para el espíritu, qué tribulación para la salud ir todos los días por las calles como una lata de aluminio que el viento se lleva y en la que nadie repara! «Ser extranjero –decía Albert Camus (1913-1960) en uno de sus Carnets- es vivir en una gran ciudad en la que ningún corazón late por ti» «Nunca me he sentido más solo –confesó a su vez el teólogo protestante Paul Tillich (1886-1965)- como en aquellos precisos momentos en que estaba rodeado de una inmensa multitud; pero de pronto comprendí mi aislamiento esencial, y entonces guardé silencio y me retiré del grupo, a fin de estar a solas con mi soledad, de modo que mi condición externa correspondiera lo más fielmente posible a mi condición interior» (El eterno presente). Dios, en la Biblia, pide tratar bien a los extranjeros. ¿Por qué, si casi no sabemos nada de ellos? Por la sencilla razón de que están solos; porque apenas son saludados y están casi siempre a punto de un colapso emocional. En La comedia humana, la hermosa novela de William Saroyan (1908-1981), el escritor estadounidense, hay una escena en la que el pequeño Ulises Macauley saluda a un negro que, trepado en el vagón de un tren, le dice adiós mientras se aleja a toda prisa cantando canciones de su tierra. Y apunta el novelista: «Ésta era una de las cosas más maravillosas que le habían sucedido nunca a Ulises Macauley durante sus cuatro años de estancia en la Tierra. Saludó a un hombre y el hombre le devolvió el saludo a él, no una vez, sino muchas veces. Se acordaría de esto mientras viviese». Cuando uno saluda y es correspondido con la misma efusión, ¡qué bienestar experimentamos! Nos sentimos en armonía con el universo, con los demás, con la vida. Muchos buscan hoy la salud en los gimnasios y en los parques, en las saunas y en los restaurantes vegetarianos. Hay que buscarla también en el arte del saludo. Acaso allí esté más que en ninguna otra parte. Lo dice la etimología (salud, saludo), lo dicen las palabras, que rara vez se equivocan.
Ascoli Piceno
scoli Piceno (acentuación: Áscoli) es una ciudad de la región de Marcas, en Italia, y capital de la provincia del mismo nombre. Ascoli fue fundado por los Picenos, varios siglos antes de la fundación de Roma, sobre la importante Vía Salaria, la cual unía el Lacio con las áreas de producción de sal en la costa Adriática.
En el año 268 a. C. se convirtió en una civitas foederata, sólo nominalmente independiente de Roma. En 91 a. C. se rebeló contra Roma junto con otras ciudades de la Italia central pero en 89 a. C. fue conquistada y destruida por Pompeyo Estrabón. En cualquier caso, se convirtió en parte integrante de Roma. El casco histórico de la ciudad está construido con un tipo de mármol llamado travertino, de tonos grises y extraído de las montañas circundantes. Su plaza central de estilo renacentista, la Piazza del Popolo, es considerada una de las más hermosas de Italia. Según las tradiciones, en Ascoli Piceno se alzaban más de doscientas torres en la Edad Media; hoy aproximadamente cincuenta de ellas todavía se mantienen en pie. Entre sus edificios se encuentra la Catedral de San Emigdio, la Iglesia de San Francisco, el edificio Palacio Lombardo y Torre Ercolani (siglos XI-XII), etc.
¿Malinchismo hagiográfico?
El Barrio de San Sebastián
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(Segunda parte)
or nuestra parte creemos que los pri-meros pobladores del barrio de San Sebastián, en su mayoría eran indios ta-rascos de Michoacán. Esta hipótesis se basa en las razones que tuvo Felipe II para autorizar que los frailes agustinos establecieran iglesia y convento en San Luis Potosí, razones que encontramos en el escrito o provisión real de fecha 22 de septiembre de 1603 firmada por el virrey Conde de Monterrey, provisión real que transcribe don Primo Feliciano Velázquez en el tomo II páginas 64 y 65 de su Colección de Documentos para la Historia de San Luis Potosí. Y que en la parte relativa dice de la manera siguiente: …porque los clérigos que allí ha habido no bastan para ella, y los religiosos del convento de San Francisco que dice haber acudido a la administración de los Sacramentos en que ahora no se les ha dado orden por el gobierno, no tienen lenguas [esto significa que los franciscanos de la Provincia de Zacatecas, establecidos en el pueblo de San Luis, no hablaban, en este caso, la lengua tarasca], porque como es la principal la tarasca, que allí se habla por los dichos indios, y el dicho convento es de la Custodia de Zacatecas, no tiene ministros que la sepan,…” Mas adelante dice: “…se ha verificado la urgente y precisa necesidad de la dicha doctrina y para ocurrir a ella (el Vi-rrey) antes de ahora ha ido deteniendo en el dicho pueblo de San Luis a los religiosos de la orden de San Agustín y entre ellos a Fray Pedro de Castroverde su superior por ser todos ministros de la lengua tarasca como más necesaria y así como huespedes han administrado a los naturales, que todos los demás son de la provincia de Michoacán…” “…que los dichos religiosos de la dicha orden de San Agustín de la dicha provincia de Michoacán erijan y tengan monasterio, asentándolo libremente con iglesia, campana y ministros aptos y suficientes para doctrinar y sacramentar y enseñar a los dichos naturales y tarascos y los demás que habitan en las dichas minas, y porque por estar tan distantes los indios de las carboneras y los del cerro y los laboríos de las haciendas, no ha sido posible hacer división en el distrito y cantidad de gente para aplicarla a cada uno de los dichos clérigos y conventos, les encargo y mando…” Si la principal razón que tuvo el rey Felipe II para permitir a los frailes agustinos que se establecieran en San Luis Potosí fue que hablaban lengua tarasca y la primera doctrina que se les señaló fue el pueblo o barrio de San Sebastián, es lógico pensar que la gran mayoría de sus habitantes eran tarascos. Los frailes agustinos señalaron a los indios que quedaron bajo su jurisdicción, unos terrenos detrás de su convento a unos dos o tres tiros de piedra de la barda que circundaba la huerta, para que se establecieran, de esta manera los tendrían ceca para adoctrinarlos; allí establecieron sus jacales porque además había tierra fértil y agua. Poco tiempo duraron en este lugar porque, según ellos, los padres agustinos los importunaban con sus reprensiones y que ellos querían vivir con más libertad. Se mudaron, pues, más hacia el sur, donde ahora está el barrio, aunque las tierras no eran fértiles por ser todo puro tepetate. El barrio de San Sebastián y el de San Miguelito estaban retirados de las Casas Reales la misma distancia y a uno y otro los separaban unos montes de palmas y mezquites que, al parecer, ocupaban el lugar donde se extiende hoy la calzada de Guadalupe. En su totalidad los habitantes de San Sebastián eran indios y ya para 1633 Andrés Martín se titulaba fundador del pueblo (es decir, del barrio) y declaraba que era originario de Xilotepec (lugar cerca del Estado de México) y daba por medio de su personero (apod-
Por: Lic. Ricardo García López
erado) información de utilidad para vender las fincas de su propiedad. El 20 de agosto de 1633, el Alcalde Mayor de San Luis don Fernando Torres Ávila informaba que el Señor Licenciado don Carlos Romero, Relator de la Real Audiencia de México le había escrito una carta al Licenciado Pedro Pardo de Quezada, Abogado de la Real Audiencia de México con residencia aquí en San Luis, diciéndole que venía a la visita de esta Real Caja y le encargaba le buscara una casa para su habitación y la de sus ministros y que con tal motivo el Lic. Pardo de Quezada acudió a él como Alcalde Mayor para que le prestara su ayuda y con su au-xilio encontrar la casa solicitada por el Señor Relator. Que el Alcalde Mayor tratando de satisfacer esta petición se trasladó personalmente a una casa que tenía Simón Díaz (Este fue hijo de Simón Días uno de los primeros pobladores de San Luis) en esta ciudad, en la calle que va del hospital de San Juan de Dios al Colegio de la Compañía de Jesús (actualmente calle de Alvaro Obregón), que llamó a la puerta de esa casa y salió el propio Simón Díaz. El Alcalde le dijo que sabía que esa buena casa era de su propiedad y que le pedía la facilitara para recibir en ella a los señores de la Real Audiencia de la Nueva España, a esto respondió Simón Díaz que en efecto la casa era buena y de su propiedad, pero que no podía desocuparla porque sus cuartos estaban muy embarazados. El Alcalde entonces solicitó a Simón Díaz que le mostrara la casa, éste, a regañadientes lo dejó pasar por tratarse de la máxima autoridad del pueblo de San Luis. El Alcalde registró la casa con los que lo acompañaban que eran: el Alguacil Mayor de la ciudad, Juan de Torres Villasana, el Alcalde Ordinario y el ya citado Pedro Pardo de Quezada y constataron que en la sala principal no había embarazo de cosa que la ocupase y que estaba libre y escueta y que en otro aposento había una muy corta cantidad de sebo en hojas sin otros trastes ningunos y habiendo visto el Alcalde y los de su compañía que eran muy pocas las cosas que contenía la casa, citó a Simón Díaz para el domingo siguiente a las cinco de la tarde en la misma casa. Pero Simón Díaz no se presentó, entonces el Señor Alcalde ordenó levantar una acta en la que se asentó que Simón Díaz no se presentó y que con toda seguridad era con el fin de excusar la dicha casa, no obstante que no sirve de otra cosa más que de venirse a apear a ella porque su continua habitación es en una huerta que tiene a una legua al sur de esta ciudad y que el mayor embarazo que en dicha casa se puede hallar, fue que en uno de sus corrales ha tenido rastro y que sólo de unos días a esta parte. Y que considerando la buena disposición de la casa, el Alcalde, mandaba y mandó que desembarazasen la casa luego, dentro de dos horas sin excusa ni dilación. Por lo que se acaba de narrar, vemos como Simón Díaz ya en el año de 1663 era dueño de la huerta que hasta hace poco todavía conocíamos como “La huerta de Simón Díaz “ posiblemente ya en vida de su padre dicha huerta era propiedad de la familia Díaz (actualmente se conoce como colonia, o fraccionamiento o conjunto habitacional “Simón Díaz”). La actividad principal de Simón Díaz y que fue también la de su padre, era la cría, engorda y matanza de ganado y como una actividad conexa la fabricación de candelas o velas de sebo, por esta última razón, al realizar el inventario, de los trastes, ordenado por el señor Alcalde, se consignó “un arco que estaba en la sala en donde están haciendo candelas”.
Por: Javier Algara Cossío
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odos conocemos al Padre Pío, santo de fama mundial por su vida, sus estigmas, sus dones espirituales. Indudablemente, también a la Madre Teresa de Calcuta, célebre por su entrega a los pobres y abandonados. Y ni duda cabe que también a San Juan Pablo II, a San Juan XXIII, a Santa Teresita del Niño Jesús, a Mar Charbel, y a muchos otros santos de antaño y hogaño, modelos heroicos de vida cristiana. Sus imágenes están en casi todos los templos católicos, y las estampitas con sus efigies nos sirven de recuerdos de primeras comuniones... o de marcadores en las novelas. Bautizamos a nuestros hijos con sus nombres, esperando en el fondo del corazón que sigan sus pasos. Algunos de nosotros incluso nos atrevemos a emprender la poco mexicana osadía de leer las vidas de esos santos, lo que nos ayuda a conocerlos mejor y a admirarlos más (sin que casi nunca lleguemos al extremo de decidir imitarlos). Algunos otros, de alma más aventurera, emprenden peregrinación para visitar los sitios donde los santos vivieron y se guardan sus reliquias. Todo eso constituye una sana tradición cristiana católica. La veneración hacia los santos tiene hondas y añosas raíces en la Iglesia. Sobre todo si se trata de los mártires. Es más, la Madre Iglesia nos enseña desde niños a ver en los santos la garantía de que Dios es capaz de transformar la vida más criminalmente pétrea; de que Dios de verdad es manirroto cuando se trata de volcar sus favores sobre los más indefensos en términos de gracia: los pecadores. Nunca podremos agradecer suficientemente a Dios el don de los santos. Pero ¿se han fijado ustedes que cuando en México hablamos de los santos casi siempre pensamos en santos extranjeros? ¿Cuántas veces más hablamos del Padre Pío en comparación con las veces que lo hacemos del Padre Miguel Agustín Pro? El que este último no haya sido aún canonizado podría explicar su bajo rating frente a otras figuras del firmamento hagiográfico católico. Pero, si hacemos la misma comparación entre el Padre Pío y alguno de nuestros mártires canonizados por Juan Pablo II, por ejemplo, ¿mejoraría la popularidad de estos últimos? Creo que poco o nada. ¿Quién ha oído hablar, sin ir mas lejos, de San Toribio Romo o San Agustín Caloca, sacerdotes que padecie-ron muertes crueles e injustas a manos de los perseguidores de Cristo en nuestras tierras? No creo que muchos católicos mexicanos levanten la mano. La sangre de esos compatriotas ¿no tuvo acaso el mismo valor testimonial de su fe que el que tuvo la sangre de los mártires de la talla de Maximiliano Kolbe, Lorenzo, Sebastián o Esteban? Los dos jóvenes acejotaemeros que murieron mártires en tierras zacatecanas, Salvador Lara Puente y David Roldán Lara, ¿tienen menos méritos de santidad que los mundialmente famosos jóvenes mártires Tarcisio y Lucía? Celebramos litúrgicamente al Beato Anacleto González Flores y sus compañeros. Su sangre regó la tierra mexicana porque prefirieron eso que, a renunciar a Cristo. Las crónicas de sus martirios nos dan escalofríos por permitirnos constatar la crueldad que mexicanos fueron capaces de usar contra mexicanos, pero simultáneamente nos admiran por la fuerza con la que su fe los ayudó a soportar esa crueldad y a perdonarla. Los detalles de sus vidas cristianas vividas al máximo ahí quedaron para que los católicos mexicanos de hoy tuviéramos modelos más cercanos a nuestras vidas. Pero poco provecho sacará de eso nuestra fe si no los cono-cemos. Claro, no se trata de desdeñar a los santos foráneos, sino de incorporar a los nuestros a su compañía. No hay fronteras geopolíticas en el cielo. En tiempos como los que vivimos en México hoy día, más que atletas con récord de goles, científicos con inventos destacados y artistas famosos con óscares en mano, lo que nos hace falta son paisanos, compatriotas, capaces de vivir sus valores cristianos hasta extremos heroicos. Santos mexicanos, mártires, vírgenes y confesores, intercedan por nosotros.
Fe y Política
El terrorismo y la misericordia
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Jorge E. Traslosheros (Periódico La Razón)
rancisco abrió la Puerta Santa de la Basílica de San Pedro. Dio inicio un año dedicado a proponerle al mundo la misericordia, como camino cierto a la convivencia armónica entre los seres humanos. Pero, ¿cómo entender su significado? Conviene mirar a la crisis provocada por el terrorismo. Llama la atención el comportamiento de los líderes occidentales después de los atentados de París. Hicieron tremendas declaraciones sobre seguridad, anunciaron grandes acuerdos para contener al Estado Islámico y lanzaron bombardeos para entusiasmar a los medios de comunicación occidentales y… nada más. Ninguno de estos paladines de la libertad y la democracia se ha reunido con representantes sociales, culturales o religiosos de las zonas de conflicto. Ni siquiera con líderes políticos capaces de influir de manera importante. Solamente Putin —el ruso— lo ha procurado en cierta medida; pero él no califica como líder del mundo libre, según los líderes del mundo libre. Rusia sería un asociado momentáneo e incómodo al cual Turquía, con respaldado de la OTAN, le puede tumbar aviones. El Papa Francisco tomó un rumbo muy diferente hacia la paz. No buscó el refugio de un ingenuo pacifismo, porque al agresor injusto es necesario contenerlo. Recorrió un camino de riesgo para abrir una ruta a un modo distinto de ser sociedad en donde predomine el diálogo y la inclusión, más allá de las ideologías. Mientras los políticos ponían los fierros en la lumbre, Francisco se fue a meter a la cueva del lobo de Gubia. Contra el consejo de la ONU, realizó un viaje pastoral por África. Visitó Kenia y Uganda, hasta meterse en el corazón de la República Centroafricana azotada por una guerra civil, donde las religiones han sido manoseadas para justificar la violencia; pero cuyos principales líderes religiosos han salido al paso de la manipulación. Del peregrinar del Papa, escojo tres gestos. 1.- En Uganda honró a los mártires católicos y anglicanos de 1885 quienes, unidos por el ecumenismo de la sangre, dieron testimonio del Señor de la misericordia. Hoy, sus santuarios comparten el mismo espacio, unidos por la comunión en Cristo y en respeto a sus identidades. Semejante a los miles de cristianos hoy martirizados en Medio Oriente. 2.- En Bangui, capital centroafricana, en el barrio de mayor conflicto, visitó la mezquita más importante. Dialogó con los líderes musulmanes, rezó con ellos y con ellos recordó que usar el nombre de Dios para justificar la violencia es blasfemia. Afirmó: “Cristianos y musulmanes somos hermanos […] Tenemos que permanecer unidos para que cese toda acción que, venga de donde venga, desfigure el rostro de Dios y que, en el fondo, tiene como objetivo la defensa a ultranza de intereses particulares en perjuicio del bien común. Juntos digamos no al odio, no a la venganza, no a la violencia […] Dios es paz, Dios salam”. 3- También en Bangui, anticipando los tiempos, abrió la Puerta Santa de la catedral. Ahí afirmó enfáticamente: “en esta tierra sufriente también están todos los países del mundo que están pasando por la cruz de la guerra. Bangui se convierte en la capital espiritual de la oración por la misericordia del Padre”. Mientras los “poderosos de la tierra” tomaban sus machetes para matar al lobo, el pobre de Asís caminó a su encuentro y lo encontró en su madriguera. Ahí predicó la paz y la misericordia a hombres y mujeres de buena voluntad. No es extraño. Desde las periferias le viene la esperanza al mundo.
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Vaticano
Los últimos días... del Concilio Vaticano E
(L’Osservatore Romano)
n la basílica de San Pablo Extramuros, allí donde el 25 de enero de 1959 Juan XXIII anunció por sorpresa el concilio, el sábado 4 de diciembre de 1965, por la tarde, tuvo inicio su fase conclusiva con una oración común de Pablo VI con los observadores no católicos. En el momento del incienso, cantos y textos de la Biblia se entrelazan en latín, inglés, francés y griego. Luego, en francés, el Papa leyó un discurso con una introducción conmovedora: «La partida de ustedes produce a nuestro alrededor una soledad que antes del Concilio no conocíamos y que ahora nos entristece; nosotros quisiéramos verlos siempre con nosotros». Hombre de los signos, después de la liturgia Montini regaló a cada uno de los observadores una campanilla de bronce. «Consérvenla —les recomendó Pablo VI— como recuerdo de nuestra oración común y a la espera del día en que sonará la hora de nuestra reunificación», como escribía al día siguiente Henri de Lubac, que ese domingo fue invitado por el Pontífice a comer junto con Jean Guitton y Oscar Cullmann. Un hecho entonces excepcional, pero que Montini explica con sencillez a sus huéspedes: «Tal vez se han de estar preguntando cómo se hacen las cosas con el Papa; verán, como se hace en todos lados». Durante la conversación entró uno de los secretarios para entregar un documento y Pablo VI, después de darle un vistazo, les habló del mismo a los tres invitados: es el texto definitivo de la declaración común entre las Iglesias de Roma y Constantinopla sobre la «eliminación de la memoria» de las excomuniones intercambiadas en 1054 entre las dos sedes. El Papa —siguió escri-biendo el teólogo francés— «nos dijo que se proclamará solemnemente el martes». Y el 7 de diciembre, de forma simultánea, en San Pedro y en El Fanar se leyeron, con el texto común, un breve pontificio y un breve patriarcal.
Ese martes fue un día verdaderamente histórico, con numerosos acontecimientos y signos. En la última sesión pública del Vaticano II, antes de la misa tuvieron lugar las votaciones finales que aprobaron casi por unanimidad los últimos cuatro documentos conciliares: los tres decretos sobre la libertad religiosa, las misiones y los sacerdotes, y la constitución pastoral sobre la Iglesia en el mundo contemporáneo. Se leyeron después la declaración común de las dos Iglesias definidas «hermanas» y el breve papal: Pablo VI lo entregó con un abrazo al enviado del patriarca Atenágoras, y él llevó luego sobre la tumba de san León IX, obispo de Roma en la época del cisma, nueve rosas para recordar así los nueve siglos de separación. La homilía que Montini pronunció el 7 de diciembre es uno de los textos más hermosos e inspirados, y resume la esencia del Concilio: «Tal vez nunca como en esta ocasión la Iglesia ha sentido la necesidad de conocer, de acercarse, de comprender, de penetrar, de servir, de evangelizar a la sociedad que la rodea, y de seguirla, casi alcanzándola en su rápido y continuo cambio». Y sigue: «La religión del Dios que se hizo Hombre se encontró con la religión (porque es tal) del hombre que se hace Dios. ¿Qué sucedió? ¿Un enfrentamiento, una lucha, una imprecación? Podía ser; pero no sucedió. La antigua historia del Samaritano fue la pauta de la espiritualidad del Concilio. Una simpatía inmensa lo invadió todo». Ese mismo día, con otro gesto significativo, el Papa firmaba un motu proprio con el cual reformaba el antiguo Santo Oficio. Y en la fiesta de la Inmaculada, el 8 de diciembre, en la plaza de San Pedro mientras brillaba el sol, Pablo VI concluyó el Vaticano II repitiendo en la homilía que «para la Iglesia católica nadie es extraño, nadie está exclui-do, nadie está lejos». Un saludo que Montini definió «no de despedida que distancia, sino de amistad que permanece».
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Justicia divina, justicia humana lar; y por si fuera poco, a cualquier impuesto que se cobra en este país se le suma además el IVA, es decir, el dieciséis por ciento; ¡qué barbaridad! pagamos impuestos por pagar impuestos, se supone que uno debería pagar impuesto por un beneficio, pero esto no ocurre, el impuesto es una carga y es una carga más pesada aun cuando pagamos impuesto sobre el impuesto. Esto es de risa. Por otro lado, los que se inventan, quienes implementan estas leyes pecuniarias, también se aseguran la manera de evadirlos legalmente, los impuestos solo son pagados por las víctimas de los impuestos: los pobres. No puede existir otro país más injusto y más absurdo que este.
Bienaventurados los que tienen hambre y sed de la justicia, porque ellos serán saciados (Mt 5, 6) Lo único que puede saciar la sed es la verdadera agua, de la misma manera lo único que puede satisfacer la sed de justicia es la justicia verdadera, la justicia divina. La justicia es una gran virtud, pero se practica poco, demasiado poco. El termino griego “dikaiosine” también se puede traducir como “rectitud”. Pensemos en estas cosas. Se dice que la justicia es aquella virtud por la que se da a cada uno lo suyo, es decir, al pecador, al infractor, se le debe castigo, al hombre bueno, honrado se le debe premio. Sin embargo, en la práctica esto no ocurre. Se suele dar castigo lo mismo a inocentes que a culpables, y a los nocentes, a los hombres rectos rara vez se les reconoce su buen obrar, su buena voluntad. Parece que la “justicia de los hombres solo aplica en cuestiones de delito, de infracción, pero nada tiene que ver en asuntos de virtud. Se crean los derechos humanos, las garantías individuales, pero solo aplican en casos de presunción de culpabilidad o de inocencia, pero siempre o casi siempre dentro de asuntos penales o procesos judiciales, fuera de estos ámbitos a nadie parece importarle. Nuestra justicia está entonces incompleta. Aquí se premia al delincuente y se castiga a los culpables y esto genera desconfianza en las autoridades, las cuales son consideradas como depositarias y garantes de la aplicación de la justicia. En circunstancias normales la justicia ni aplica ni preocupa a nadie. Se necesita pasar de la justicia como noción filosófica a la justicia como noción moral, no solo debe pensarse en materia de derecho. Jesús fue víctima de los abusos de la justicia, considerada solo como materia de derecho. En el pueblo de Israel había infinidad de faltas a la justicia; la extorsión es una práctica demasiado corriente, recordemos la exhortación de Juan Bautista a los soldados ( Lc 3, 14), acaso por eso la Ley divina, la Alianza del Sinaí recomienda ampliamente la justicia. Recordemos uno de ellos: “no levantarás falso testimonio contra tu prójimo” (Ex 20, 16). Considero que una de las razones por las que se emite este mandato es precisamente porque este pueblo “de cabeza dura” (Ex 32, 9), acusaba sistemáticamente en falso a inocentes. Encontramos varios pasajes de acusaciones falsas en la Biblia. El caso más claro fue el de la “casta Susana”, acusada por un par de ancianos perversos, sin embargo la actuación del profeta Daniel hizo que la justicia verdadera fuera aplicada (Dn 13); esta justicia atiende más al inocente, a la víctima y, el culpable es castigado por añadidura; nos e trata aquí de demostrar la culpabilidad de uno sino la inocencia del otro. El caso extremo en la justicia de los hombres es el de Jesús de Nazaret, tal caso se va fraguando por diferentes lugares. Los fariseos, los sacerdotes, los escribas, los herodianos. De hecho Jesús es procesado en una sola noche, en un lapso de unas cuantas horas, por diferentes instancias y tribunales. Comienza a ase juzgado por los sacerdotes, es decir, por la justicia en manos de la religión, por los altos mandos. Ellos lo tienen como culpable de llamarse Hijo de Dios (Mt 26, 57-66); sigue a esto la acusación ante Pilatos, y ahí es acusado de ser enemigo del César (Lc 23, 1-6); luego es llevado ante Herodes, el cual se burla de Jesús y lo remite nuevamente a Pilatos (Ib. 13, 8-11); finalmente, luego de ser maltratado es condenado a muerte por los sumos sacerdotes y con la bendición de Pilatos (Ib. 13-25).
Sin embargo Jesús fue condenado por ellos desde mucho antes, el proceso fue solamente una formalidad y una manera de lavarse ellos las manos, pues estaban celebrando la Pascua y esa tarde celebrarían el Sabbat. Pilatos también se lavó las manos como expresando que él no cometía injusticia al entregárselo a los sacerdotes; por su parte los sacerdotes lo llevaron con Pilatos para que él fuera el responsable de la muerte de aquel a quien tanto odiaban, pues les estorbaba, al mismo tiempo que le tenían miedo debido a que si era proclamado rey por las multitudes todo el pueblo sería sacrificado por los romanos imperialistas. Así actúan las personas injustas, se justifican en la Ley o en las normas que establecen, pero siguen practicando una infinidad de monstruosidades al amparo de la ley. Como los sacerdotes y fariseos; y las personas que saben de derechos y de justicia, a su vez, se olvidan de los principios fundamentales de la justicia cuando hay intereses mundanos de por medio. Los países más avanzados en materia de derecho al fin de cuentas solo han facilitado procesos para que la vileza se aplique con apariencia de justicia. Lo último que existe en la aplicación del derecho es la justicia, y esto en todos los países. Por ejemplo, en este país tan hermoso, se crean leyes que en lo general solo benefician a los creadores de ellas. Hace tiempo, en nuestro país, se ordenó un impuesto, el llamado impuesto de la tenencia vehicular, la cual, recordemos, consistía en pagar una determinada cantidad de dinero por tener derecho a poseer y circular un automóvil; se supone que aquel impuesto se había inventado para ayudar al país a generar recursos de emergencia para sufragar los gastos de los juegos olímpicos de 1968; sin embargo el impuesto se continuó aun después de estas cosas que lo originaron; ahora se ha quitado la tenencia vehicular, aunque tardó mucho tiempo en que se aplicara y reconociera en los estados la finalización de este impuesto (cesaba en 2012); pero aún hay más, se quitó el impuesto de la tenencia y al mismo tiempo se implementó otro impuesto vehicular, por lo menos en San Luis Potosí; ahora se paga más por el nuevo impuesto que lo que se pagaba por tenencia vehicu-
El salario mínimo es una miseria en nuestro país y hay empresas, patrones que así lo aplican, te pagan por día algo así como setenta y tres pesos: si multiplicamos este salario diario por siete días tenemos quinientos once a la semana. Pero aun hay patrones que descuentan un día pues no se trabaja el domingo, por tanto, una persona puede ganar solamente cuatrocientos treinta y ocho pesos semanales. Sacando cuentas, al mes el trabajador gana mil setecientos cincuenta y dos pesos, de los cuales debe pagar de agua unos cuatrocientos pesos al mes, más la luz de unos ochocientos pesos, más teléfono a unos quinientos pesos mensuales, gasta en un tanque de gas como ochocientos pesos, en pasajes unos doscientos pesos, con lo cual su salario ya no puede cubrir más necesidades, de hecho con estos gastos ya sobregiró su salario; ahora debe pedir prestado para alimentación, renta, vestido y otros gastos menores que van surgiendo al paso de los días. Cuando Jesús dice “dichosos los que tienen hambre y sed de justicia acaso se refiera también al hambre en sí y a la sed en sí, porque el comer mucho o poco, el comer y beber bien o mal tiene que ver también con las condiciones legales, la justicia o mejor dicho, la injusticia hace que no tengamos que comer, al mismo tiempo que suspiramos por mejores condiciones de vida económica, política y social. El hambre de justicia, la sed de justicia se suman al hambre y la sed de comida y bebida para el cuerpo. Jesús también experimentó estas necesidades y fue víctima de ellas. Fue víctima de muchas cosas: persecución, hambre, sed, leyes; fue víctima de sus amigos, de las autoridades religiosas y civiles, él, autor de la Ley, creador de la Justicia y defensor del Derecho, él, verdadero legislador y juez justo, fue víctima de la ley, del derecho y de la justicia de los hombres. A propósito de estas cosas, él también enseñó a sus discípulos a vivir una justicia verdadera, lo cual estudiaremos más tarde, cuando vayamos al texto ulterior a las bienaventuranzas. Mientras tanto quedémonos con estas meditaciones y pidamos a Jesús un corazón justo, que, en el marco del reino de los cielos que él predica, quiere decir: vivan con justicia, con la justicia diferente, la que hace libres a los hijos de Dios, la que defiende a los oprimidos, la que se realiza con el único fin de dar gloria a Dios.
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Palabra de Dios
Buscar constantemente a Dios
J
Del santo Evangelio según san Mateo 2, 1-12
esús nació en Belén de Judá, en tiempos del rey Herodes. Unos magos de Oriente llegaron entonces a Jerusalén y preguntaron: “¿Dónde está el rey de los judíos que acaba de nacer? Porque vimos surgir su estrella y hemos venido a adorarlo”. Al enterarse de esto, el rey Herodes se sobresaltó y toda Jerusalén con él. Convocó entonces a los sumos sacerdotes y a los escribas del pueblo y les preguntó dónde tenía que nacer el Mesías. Ellos le contestaron: “En Belén de Judá, porque así lo ha escrito el profeta: Y tú, Belén, tierra de Judá, no eres en manera alguna la menor entre las ciudades ilustres de Judá, pues de ti saldrá un jefe, que será el pastor de mi pueblo, Israel”. Entonces Herodes llamó en secreto a los magos, para que le precisaran el tiempo en que se les había aparecido la estrella y los mandó a Belén, diciéndoles: “Vayan a averiguar cuidadosamente qué hay de ese niño, y cuando lo encuentren, avísenme para que yo también vaya a adorarlo”. Después de oír al rey, los magos se pusieron en camino, y de pronto la estrella que habían visto surgir, comenzó a guiarlos, hasta que se detuvo encima de donde estaba el niño. Al ver de nuevo la estrella, se llenaron de inmensa alegría. Entraron en la casa y vieron al niño con María, su madre, y postrándose, lo adoraron. Después, abriendo sus cofres, le ofrecieron regalos: oro, incienso y mirra. Advertidos durante el sueño de que no volvieran a Herodes, regresaron a su tierra por otro camino.
Palabra del Señor.
Se pusieron en camino H
ace muchos años aquellos personajes sorprendentes y un tanto extraños, llamados reyes magos, se acercaron hasta Jesús Orientados por la luz de una estrella. Llegaron hasta Belén para reconocerle como el rey que acaba de nacer, el Salvador; y adorarle. Hoy celebramos la Fiesta de la manifestación del Señor, La Epifanía, popularmente llamada la fiesta de los santos reyes magos, que nos recuerda que Dios es un Dios para todos, que no es exclusivo de nadie, en el pequeño Niño Jesús de Belén Dios se ha manifestado a todo el mundo y así nos lo enseña la sana tradición, describiéndonos a los tres reyes magos como los hombres y las mujeres de todo el mundo. Son de diferentes edades las de todos los hombres, el tono de su piel es diferente como la piel de todos los hombres, vienen montados en diferentes animales para significar que el mundo se acerca a Dios, sus nombres hablan de las diferentes culturas que reconocen al recién nacido Rey, han venido de tierras lejanas siguiendo una estrella porque Dios ilumina y se revela a todos… Después de escuchar al Rey Herodes, dice la palabra que los magos se pusieron en camino y la luz de la estrella comenzó a guiarlos, así nosotros igual que ellos sin importar la distancia, el cansancio y lo absurdo que parezca todo esto, ¡pongámonos en camino! dejemos que la luz de Dios nos guie al encuentro con el Salvador, dejemos que su presencia llegue a todos, que nadie se quede sin Dios, sin la buena noticia de nuestra Salvación. Esta luz no procederá de lo grandioso, sino de lo pequeño y humilde, no saldrá de Jerusalén, de las grandes capitales, sino de Belén, de los pueblos pequeños, de nuestra pequeña comunidad; no nacerá en el grandioso templo sino en la pobreza del Establo; no se nos ofrecerá como algo seguro, sino siempre como un riesgo… Le reconocieron como verdadero hombre, por eso le ofrecieron el perfume de la Mirra; le reconocieron como verdadero Dios por eso le honran con el Incienso de su alegría y de su presencia; y le reconocieron como verdadero Rey por eso la generosa ofrenda de sus cofres: el oro, para aliviar la pobreza del mundo. El Cofre de nuestro corazón ¿Qué tiene para ofrecerle a nuestro recién nacido Dios, Hombre y Rey Verdadero? ¡Felices fiestas! Pbro. José de Jesús Cruz Rodríguez
Ser concordes en la piedad Sumados a la alegría de los sacramentos Experiencias Pastorales de Juan Ángel Castillo de Serratos, 1ro de Filosofía
M
uy queridos lectores de nuestro semanario la Red, me presento: mi nombres Juan Ángel Castillo de Serratos, ac-tualmente estoy cursando el primer año de filosofía en el corazón de nuestra amada Arquidiócesis Potosina; el seminario Guadalupano Josefino. Al comenzar el presente ciclo escolar todos los seminaristas fuimos asignados a pastorales distintas, a mí me tocó la dicha de ser enviado a la parroquia del Sagrado Corazón en la colonia Morales Saucito. Durante mi estancia pastoral en dicha parroquia vino para nuestra arquidiócesis el gozo de la Ordenación Sacerdotal de tres nuevos presbíteros. Uno de ellos, el padre Francisco Javier Espinoza Ayala es fruto cosechado de la parroquia del Sagrado Corazón, ello traía por consiguiente a la comunidad parroquial la extensa y animosa colaboración para la celebración de la Cantamisa del nuevo presbítero. Para efectuar la celebración ya mencionada fue intensa la labor de la comunidad parroquial guiados por el señor cura; el padre José Juan Morales Trejo. Desde niños (monaguillos), jóvenes, personas adultas de grupos apostólicos y fieles en general cooperaron con esfuerzos y muchas ilusiones, agradeciendo al Buen Dios por suscitar una vocación sacerdotal entre ellos. El centro de la magna fiesta era como debía de ser, el ofrecimiento del Santo Sacrificio, la Misa presidida por el mismo Hijo de Dios presente en su elegido. Además de la algarabía
festiva, todo el equipo colaborador presto especial atención a la riqueza de la Iglesia que ha sido transmitida por siglos: la Sagrada Liturgia. La liturgia es, pues, el servicio que el hombre da a Dios, porque Él se lo merece. Y trae aparejada nuestra propia santificación, es decir, gracias a la liturgia nosotros nos vamos santificando, purificando, pues quien entra en contacto con Dios, recibe ese fuego divino que calienta, purifica y perfecciona. «Las acciones litúrgicas pertenecen a todo el Cuerpo de la Iglesia, influyen en él y lo manifiestan» (SC 26). Considero de grande importancia que todos los fieles se sientan parte de la Celebración; pues si Cristo elije hombres y los llama a su servicio es para que esos mismos hombres hagan sentir la presencia Divina al pueblo que clama lleno de esperanza. La liturgia robustece de modo admirable las fuerzas para la predicación de Cristo el Señor. Es para nosotros los hijos de Dios todo un privilegio el poder degustar ya de la fiesta eterna que se ofrece en la casa del Padre Celestial. He logrado captar, en mi corta experiencia como seminarista, que la vivencia de la Sagrada Liturgia impulsa a los fieles a que saciados con los «sacramentos pascuales», sean concordes en la piedad. Los exhorto amigos lectores a que sean partícipes de las acciones litúrgicas de sus respectivas parroquias, tanto es el afán de Dios que se pone lo más próximo de sus hijos y le da medios distintos para su salvación.
Comentarios: ecos_seminarioslp@hotmail.com Facebook: Guadalupano Josefino Twitter: @seminario_slp
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Educando para el amor
Domingo 03 de enero de 2016
...Lo de Dios a Dios
Iglesia pobre y para los pobres P. David Grimaldo
E Los educadores
en la sexualidad V
Fil. Rafael Gómez M.
enimos sentando las bases para entrar en el tema de “educar en la sexualidad”. Los padres tienen todo un reto en el esfuerzo por transmitir a los hijos, fundamentalmente a través del testimonio, la manera de vivir y de ir creciendo en esta experiencia. “Ante una cultura que bana-liza la sexualidad humana, porque la interpreta y la vive de manera reductiva y empobrecida, relacionándola únicamente con el cuerpo y con el placer particular, el servicio educativo de los padres debe basarse sobre una cultura sexual que sea verdadera y plenamente personal” (F.C., 37). La tarea que los padres tienen al educar en la sexualidad, implica estudio y principalmente testimonio. Los padres que educan de verdad, necesitan mejorar cada día su comunicación, es decir, crecer en la habilidad para escuchar y para expresarse. El escuchar requiere silencios: el atento silencio que concentra la atención en quien le habla y el silencio interior que se dispone a lo bueno. Estos silencios están abiertos a los afectos, abiertos al otro: Es la apertura al cónyuge y es la apertura al hijo-a. Es la apertura que permite comprender la experiencia sensible, especialmente la del hijo-a, que facilitará la comunión necesaria para educar. Comunicarse es crecer en la comunión conyugal que sirve de cimiento para edificar la más amplia comunión de la familia, de los padres y de los hijos. Es la experiencia que arraiga los vínculos naturales de la carne y de la sangre y se perfecciona en el madurar de los vínculos todavía más profundos y ricos del espíritu: el amor que anima las relaciones de una familia y que es el mismo amor que debe animar las relaciones de una nueva fami-lia cuando el hijo “deje a su padre y a su madre y se una a su mujer para llegar a ser, con ella, una sola carne” (Gn 2, 24). Así pues, sin esa comunicación y sin esa comunión no existe el ambiente para la educación sexual que tiene como su fin último el amor humano al que está invitado a vivir el-la hijo-a y que es el fin último de la educación sexual. “Con la palabra convertida en diálogo de comunicación y de comunión y con el testimonio de la vida conyugal, en las
relaciones y en las decisiones de cada día, los padres inician a sus hijos en la auténtica libertad, que se realiza en la entrega sincera de sí y cultivan en ellos el respeto por el otro”. Este es el punto de partida del respeto por la intimidad del cuerpo y del respeto por sí mismo, que aparecen en los inicios de toda educación sexual. La educación no sólo debe consistir, pues, en información sexual, sino, principalmente, en apoyar al hijo-a para que haga uso de su libertad y, por consiguiente, de su voluntad, en la búsqueda del bien y de la verdad, orientados a la experien-cia del amor humano. El hijo-a, “atado-a a expectativas románticas en el recorrido de su educación sexual y sin el apoyo de su libertad interior y de su capacidad de donación, difícilmente vivirá la emoción por el encuentro y el deseo de vínculo”. A lo largo del matrimonio, los deseos y manifestaciones eróticas decrecen, pero la ternura y los compromisos de amor, crecen. Cuando el amor real crece entre los esposos, es porque viene siendo impulsado por una vida sexual que madura cada día y que con el correr del tiempo el hombre y la mujer, que en su momento dejaron padre y madre, van descubriendo día con día la grandeza misma de Dios y la belleza de sus afectos. Es esta una fiesta de comunión en la que ellos han sido los invitados protagonistas; es una fiesta que abunda en encuentros, en gratitud y en solidaridad por la que se han ido aliando en el amor y llegan a ser, en el tiempo, “una sola carne”. Así, la mujer participa de la debilidad del hombre y, éste, de la debilidad de la mujer, pero ambos participan de la riqueza que han conseguido al transmitir la vida que los hace fecundos. “La intimidad conyugal de la que disfrutan, es el lugar originario que Dios ha predispuesto y querido, no sólo para que se engendre y nazcan a la vida humana los hijos, sino para que acojan y aprendan toda la constelación de afectos y de vínculos personales”. Desde ésta experiencia, desde éste testimonio, los padres recorren, junto con cada uno de sus hijos, la gloriosa tarea de educarlos, es decir, de ayudarlos a descubrir en sus impulsos sexua-les, el camino del amor: “lugar de vida, lugar de Dios”.
l Prefecto de la Congregación para la Doctrina de la fe, el cardenal Gerhard Ludwig Müller escribió en el 2014 un libro que tituló Iglesia pobre y para los pobres. La presentación de la obra la hizo el Papa Francisco. Inicia su reflexión haciéndose la pregunta: ¿Quién de nosotros no se siente incómodo incluso frente a la palabra «pobreza?». Dice el Papa que «una ausencia de poder económico significa irrelevancia a nivel político, social e incluso humano. El que no posee dinero es considerado solo en la medida en que puede servir a otros fines. Hay muchas pobrezas pero la pobreza económica es la que se ve con más horror». Desarrolla en unas cuantas páginas la visión de la pobreza y el Pobre que la Iglesia nos ofrece en su pensamiento bíblico y social. El cardenal Müller divide su obra en tres capítulos. El primero titula: La misión liberadora de la Iglesia. Inicia su escrito compartiendo una vivencia: «He hecho una experiencia muy concreta de la Iglesia pobre y para los pobres en Perú, en los barrios bajos de Lima y entre los campesinos de los Andes, quedándome atónito cuando, al encontrarme con estas personas, vi y percibí una fe llena de alegría y de vida… Para mí, la Iglesia pobre y para los pobres tiene también el rostro de Gustavo Gutiérrez». Así inicia la defensa y exposición de la Teología de la Liberación que dice es «una teología que va más allá de la sola dimensión, por así decirlo, “pasiva” y “teórica”, científi-co-académica». El corazón de dicha teología es el encuentro con Jesús, es seguir a Cristo, el Buen Samaritano. Expone además en este capítulo unas ideas centrales sobre la Doctrina Social de la Iglesia con el fin de ubicarla y mostrar los elementos afines con la práctica liberadora. Para ello menciona el Compendio de la Doctrina Social de la Iglesia y presenta algunos pensamientos de la encíclica Sollicitudo rei sociales de san Juan Pablo II. Con una madurez teológica hace una actualización de la Teología de la liberación hoy. Es en esta parte donde le Prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe hace una exposición más profunda sobre dicha Teología. Haciendo un poco de historia afirma: «Con el sentimiento de triunfo de un capita-lismo presuntamente victorioso se mezclaba la maliciosa alegría de que también la teología de la liberación se había quedado sin fundamento. La teología de la liberación, de la cual se considera fundadores a Gustavo Gutiérrez, Leonardo Boff, Jon Sobrino, Víctor Codina y otros, había sido frecuentemente acusada de estar vinculada con el comunismo. Se creía tener el juego fácil con ella asociándola a la violencia revolucionaria y al terrorismo de grupos marxistas. En el tristemente célebre documento secreto preparado en 1980 por el Comité de
Santa Fe para el presidente Reagan, se había recomendado al gobierno de los Estados Unidos pasar a la ofensiva contra la teología de la liberación y contra la Iglesia Católica de América Latina, marcada por ella». En la presentación de Gustavo Gutiérrez como el hombre, el cristiano y el teólogo, se afirma que «la teología de la liberación se ve en continuidad con el desarrollo conjunto de la teología católica en los siglos XX y XXI. Con vistas a las nuevas estructuras sociológicas que han resultado del cambio social hacia la sociedad industrial moderna, hacia la globalización de los mercados y el entrelazamiento internacional de todos los sistemas de información hay que remitir aquí a la Doctrina Social de la Iglesia, comenzando por la encíclica Rerum novarum, de León XIII, a la que se agregan después Populorum progressio, de Pablo VI, como también las enseñanzas de Juan XXIII, que describe el papel de la Iglesia afirmando que tiene que estar del lado de los pobres. A ello se agregan los grandes documentos doctrinales y la actividad del papa Juan Pablo II». Al final de este apartado se trae a colación las palabras del Papa Juan Pablo II quién les dijo a los obispos del Brasil que la teología de la liberación «no solo es útil sino necesaria». Este primer capítulo termina presentando a la teología de la liberación como pionera de la misión de la Iglesia. Expone su fundamento: «El fundamento de la teología de la liberación es la fe de que Dios ha creado al hombre a su imagen y de que, en su hijo Jesucristo, se ha comprometido por el hombre hasta asumir la muerte a la que los adversarios condenaron a Jesús. El objetivo es hacer reconocible a Dios en todas las dimensiones de la vida humana como Dios de la vida y vencedor de la muerte. La teología de la liberación está en contra de todos los dualismos que quieren desterrar a Dios en el más allá y reducir la salvación a mera interioridad». Conti-nuamos el próximo número…
Domingo 03 de enero de 2016
6 de enero dĂa de los reyes magos
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