Edición 359

Page 1

Roberto Benigni señala el precepto de amar a los enemigos como «la frase más elevada de la historia»

L

a mañana del 12 de enero, en la sala del Augustinianum estaba llena para la presentación del libro-entrevista de Andrea Tornielli con el Papa Francisco El nombre de Dios es Misericordia. En la presentación, moderada por el padre Federico Lombardi, director de la Oficina de Prensa de la Santa Sede, participaron, entre otros, el cardenal Pietro Parolin, secretario de Estado vaticano, don Giuseppe Costa (Lev) y Zhang Agostino Jianqing, un recluso chino de la cárcel de Padua que contó su encuentro con la Misericordia de Dios. Un momento especial de la presentación fue la intervención de Roberto Benigni, ustedes recordarán su película más famosa conocida como “la Vida es bella”. Benigni inicialmente bromeó: “De pequeño quería ser Papa”. Llegado el momento en el que el cómico toscano, le tocó su intervención, comentó que visitó un día anterior al Papa Francisco, y contó su emoción (“me sentía Zaqueo”) antes de hacer su personal reseña del libro: “El marco del pontificado de Francisco es la misericordia, que no debe confundirse con la piedad. La misericordia incluye la alegría, la facilidad para perdonar. Y la alegría es el gran secreto del cristia-nismo”. El Evangelio favorito de Benigni es el de San Marcos, y ahí el primer milagro de Jesús es la curación de la suegra de Pedro, quien después “le preparó una comida”. A Jesús se le podría llamar “el sí de Dios”. “La vida es una lucha entre el amor y el no-amor, y la frase más elevada en la historia de la humanidad es la que invita a amar a los enemigos”, continuó Benigni. El cómico toscano se preguntó luego hacia dónde camina el Papa Francisco, con su caminar incansable: “Está llevando consigo a toda la Iglesia hacia el cristianis-mo, la lleva tras de sí. En medio del dolor del mundo, está buscando la misericordia. En un mundo irreconocible, que quiere el miedo y la condena, Francisco responde con la misericordia, con el dolor”. Benigni habló del misterio de Dios que quiere sufrir, porque “el dolor es el lugar de la solidaridad entre Dios y el hombre”. En el libro se dice que “todo acto de amor de misericordia es una resurrección, y todo acto de codicia es una muerte”. Por último, Benigni leyó algunas páginas del libro, escogiendo aquellas en las que el Papa habla del pecado y del perdón de Dios. En el libro el Papa afronta el tema de la misericordia a través de su experiencia personal como sacerdote y como pastor, y presenta las razones del Jubileo extraordinario que ha decretado. El título del libro es un autógrafo del Papa en italiano, inglés, francés, alemán, español y portugués.

Semanario de la Arquidiócesis de San Luis Potosí

Para no perder los principios de humanidad

Año 8

L

No. 359

Semana del 24 al 30 de enero de 2016

a «grave emergencia migratoria que estamos a-frontando» Francisco dedicó los pasajes más signi-ficativos del discurso al cuerpo diplomático acredi-tado ante la Santa Sede, reunido a principios de este mes en la sala Regia. Una elección motivada por la voluntad del Papa de contribuir a «discernir sus causas» y «plan-tear soluciones», ayudando de esta forma a vencer «el temor inevitable que acompaña a un fenómeno tan masivo e impresionante». El encuentro, como de costumbre, ofreció al Papa la oportunidad para reflexionar sobre la situación internacional, precedida por un breve referencia a los resultados de la diplomacia de la Santa Sede en 2015, año en el que creció el número de embajadores residentes en Roma y se firmaron importantes acuerdos internacionales. Haciendo referencia al «hilo conductor» de la Misericordia, que ha guiado sus viajes apostólicos, el Papa destacó la necesidad de «encontrar las razones para el diálogo» y rechazar cualquier intento de utilizar la religión abusando «del nombre de Dios para cometer injusticias», como ocurrió en los atentados sangrientos de los últimos meses en África, Europa y Oriente Medio. Dirigiendo su mirada hacia la compleja situación mundial, llena de «desafíos» y de «muchas tensiones», el Papa centró la atención en el fenómeno migratorio en

el cual —observó— terminan concentrándose las consecuencias de las grandes tragedias humanitarias que afligen al planeta: guerras, violaciones de los derechos humanos, persecuciones de fondo religioso, miseria extrema, desnutrición y cambios climáticos. Dramas que alimentan auténticos éxodos empujando a millones de hombres, mujeres y niños a abandonar sus tierras para escapar de las «indescriptibles barbaries cometidas contra personas indefensas». «Gran parte de las causas que provocan la emigración —es la constatación realista de Francisco —se podían haber ya afrontado desde hace tiempo». Pero todavía hoy «se puede hacer mucho para detener las tragedias y construir la paz». Sin embargo, para ello habría que tener el coraje de poner en discusión «costumbres y prácticas consolidadas»: comenzando por los problemas relacionados con el comercio de armas, el abaste-cimiento de materias primas y de energía, la inversión, la política financiera y de ayuda al desarrollo. Para el Papa son necesarios «planes a medio y largo plazo que no se queden en la simple respuesta a una emergencia», con la doble finalidad de «ayudar realmente a la integración de los emigrantes en los países de acogida », y favorecer «el desarrollo de los países de proveniencia con políticas solidarias».


Turn static files into dynamic content formats.

Create a flipbook
Issuu converts static files into: digital portfolios, online yearbooks, online catalogs, digital photo albums and more. Sign up and create your flipbook.