Edición 527

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Se criaron sin fe, se hicieron musulmanes, se casaron...en Pascua se bautizaron

Año 11

No. 527

Semana del 05 al 11 de mayo de 2019

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hristopher Booty, de 28 años, y su esposa Kristin, de 27, se bautizaron esta Pascua en su parroquia de Florida. Hasta hace un par de años, se consideraban conversos al Islam. Pero al tener hijos y complicarse con las reglas islámicas del día a día se plantearon ¿cómo cumplir con Dios? ¿Cómo lograr el perdón de Dios? Eso acabó llevándoles a la fe católica. Un viaje muy infrecuente del agnosticismo al Islam, y de allí al catolicismo. Pero es la búsqueda de guía moral y de comunidad ética la que los acabó llevando. Kristin nació en una familia agnóstica en un pueblecito en las montañas canadienses. Le enseñaron que es imposible saber si existe Dios o vida tras la muerte. Pero ella quería una guía firme, sólida. Christopher tuvo abuelos católicos devotos. “Siempre tuve cierta simpatía por el catolicismo. Recuerdo ir a misa de navidad de niño con mis abuelos”, explica. Sin embargo, su padre no le transmitió ninguna fe. Tampoco su madre. “Crecí sin religión, sin una comunidad de gente y quería ser parte de algo”. Y en 2012 me hice musulmán”. Christopher y Kristin, separados por miles de kilómetros, se conocieron por redes sociales. En 2013 organizaron una cita presencial, para verse en persona. Fue amor a primera vista. ¡Dos conversos al Islam! Meses después se casaron y Kristin se mudó a vivir con su marido a Florida. Espiritualmente, cumplir con las exigencias cotidianas del Islam era difícil. Las cinco oraciones al día, los tabúes respecto a la comida y la bebida, el vestir femenino... Era difícil también socializar y hacer amistades adecuadas. Ambos habían deseado una vida moral y ordenada, pero ahora se sentían atrapados en aspectos rituales. Kristin explica: “Empiezas a sentirte desesperado. No hay una forma de arrepentirse. Yo decía: ‘por favor, perdóname, no me envíes al infierno’”. Quiso profundizar en la historia e investigó las raíces del cristianismo. Encontró a Jesús, con sus obras de sanación, de amor, compasión y piedad. Kristin -embarazada de 5 meses- y Christopher buscaron por Internet y encontraron una parroquia cercana con una web muy acogedora, que invitaba. Acudieron, les gustó, se sintieron bien recibidos. En septiembre, del año pasado, empezaron su curso de iniciación cristiana para adultos. Fue en esta Pascua, cuando recibie-ron los Sacramentos de iniciación cristia- na, además, sus dos hijos fueron también bautizados. Se han integrado a la comunidad parroquial. Tenemos un futuro más brillante, tenemos esperanza”, concluyeron ambos.

Mística, esposa y madre

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l proceso de beatificación y canonización es un largo camino en el que se debe pasar la dura prueba de certificar que el futuro santo o beato, en este caso Conchita, ha vivido una vida santa y puede ser ejemplo para todos los católicos. Concepción Cabrera de Armida nació en San Luis Potosí, México, el 8 de diciembre de 1862. Contrajo matrimonio con Francisco Armida, de aquella unión nacieron 9 hijos, a quienes les dedicó su vida con alegría y especial atención. El ser esposa y madre no la alejó de la vida espiritual. Un día estando en ejercicios espirituales escuchó, claramente y sin dudarlo, una voz que le decía: Tu misión es salvar almas. Todo su anhelo era pertenecer al Señor. Grabó en su pecho el Santísimo nombre de Jesús, un sentimiento nuevo y grande le hizo exclamar: “Jesús, salvador de los hombres, sálvalos”. De sus nueve hijos, una, Concha, fue religiosa de la Cruz del Sagrado Corazón, congregación que ella fundó, y un hijo, Manuel fue jesuita. El cuidado de ellos ocupó la mayor parte de su vida y desde entonces comenzó para ella otra vida espiritual, llena de gracias y favores. Sus días eran del Señor, de su familia y de sus obligaciones. Tras la muerte de su esposo, lejos de quedarse hundida en la depresión sacó adelante los hijos,

haciendo todo lo que estaba en sus manos, para poder superar los efectos de la crisis económica en la que se encontraban. Aprendió a confiar en Dios, dejándose hacer y deshacer por el Espíritu Santo, siguiendo el ejemplo de la Santísima Virgen María. Conchita fue la inspiradora de las cinco obras de la Cruz: Apostolado de la Cruz (1894), Religiosas de la Cruz del Sagrado Corazón de Jesús (1897), Alianza de Amor (1909), Fraternidad de Cristo Sacerdote (1912) y Misioneros del Espíritu Santo (1914). Al cabo de un tiempo Conchita perdió también a sus hijos, comenzó para ella la soledad y con ella la última etapa de su vida. Tenía a Dios que no la dejaría sola jamás. Sus directores espirituales le ordenaron que escribiera todas las comunicaciones que recibiera de parte de Dios. Así fue como escribió varios libros. La fecundidad de Conchita se prolongó, no sólo en su familia de sangre y en sus escritos, sino también en su familia espiritual. De su espíritu viven las cinco Obras de la Cruz, nueve Congregaciones Religiosas y Movimientos de Pastoral. Concepción Cabrera de Armida, murió en la ciudad de México el 3 de marzo de 1937, con fama de santidad. En 1959 se inició el proceso de Beatificación en Roma, Fue declarada Venerable por el Papa San Juan Pablo II el 20 de diciembre de 1999. Este 4 de mayo fue declarada Beata Concepción Cabrera de Armida.


Domingo 05 de mayo de 2019

Echen la red… y Cómo reza Jesús al Padre encontrarán peces

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n el tiempo solemne de la Pascua del Señor, comenzamos esta tercer semana con la propuesta audaz del Evangelio: “echen la red al lado derecho de la barca y encontrarán peces” (Jn 21,6). La Pascua más que un tiempo litúrgico es esa actitud profunda de ‘echar la red’ en el corazón del creyente y en el corazón de la Iglesia. Y hacerlo cuando pareciera que ya nos cansamos y cuando navegando por las aguas de este mundo nos sentimos derrotados al no conseguir la pesca que deseamos. Hace unos días el Papa Emérito Benedicto XVI desde el monasterio donde se encuentra retirado desde hace 6 años, pronunció unas palabras cargadas de sabiduría y muy aleccionadoras alusivas a la crisis que vive la Iglesia por los abusos sexuales de algunos de sus miembros. El Papa Ratzinger reflexiona que está crisis es una crisis de fe porque hemos dejado de creer en Dios, le hemos tomado distancia, nos hemos replegado en nuestras estructuras cómodas y hemos dejado de salir al encuentro del Evangelio para hallar la verdad que da vida. Cuando todo esto sucede, el corazón humano no puede permanecer auténtico y el ser humano se corrompe yendo en pos de los más abominables pecados. La Iglesia y la humanidad estamos urgidos de una renovación total y profunda, renovación que no la proporcionan las estructuras o las ideologías, pues este es precisamente el problema del mundo actual: el relativismo ético que ha canjeado la verdad liberadora por tantas mentiras esclavizantes que llevan poco a poco a la sociedad a la muerte. ‘Echar la red’ es la manera de comportarse el ser humano cuando de nuevo se atreve a reconocer a Dios como el fundamento de su vida. ‘Echar la red’ es volver a creer en Cristo Jesús con todo el corazón, con toda el alma y con todas las fuerzas (cf. Mt 22,37-39). Al creer se implica todo el ser y todos los aspectos de la vida: Creer es abrirse al regalo de la salvación que con el invaluable costo de su sangre nos ha adquirido, no mos-trando resistencias a los caminos y medios a través de los cuales se nos participa. Creer imitando el proceder inicial de los primeros cristianos: se reunían para escuchar las Escrituras y para partir el Pan de la Eucaristía. Somos conscientes de que ya a este nivel básico y esencial de respuesta en la fe, nos cuesta tanto el ser asiduos y fieles. Creer es aceptarlo presente en medio de nosotros, con una presencia de paz que es capaz de generar la comunión. En una sociedad donde prevalece el individualismo y la competencia en la que nos damos un trato de extraños, la presencia viva del Resucitado nos convoca, nos reúne y nos hace sentirnos una verdadera familia. Y la presencia que es comunión es la que nos da la paz. Pero se asegura que creemos si nos amamos como Él nos ha amado (cf. Jn 15,12), de lo contrario sin la caridad no hay Pascua, pues sólo el amor obrado hasta el extremo de dar la vida, es el que da lugar a la Resurrección. No hay manera más tangible de verificar la vida nueva, sino a través de una vida llevada y compartida en el amor.

Queridos hermanos y hermanas, ¡buenos días!

En estas semanas estamos reflexionando sobre la oración del Padre Nuestro. Ahora detengámonos en algunas palabras con las que Jesús, durante la Pasión, rezó al Padre. La primera invocación tiene lugar después de la Ultima Cena, cuando el Señor “alzando los ojos al cielo, dijo: ‘Padre, ha llegado la hora; glorifica a tu Hijo, para que tu Hijo te glorifique a ti ―y luego― con la gloria que tenía a tu lado antes de que el mundo fuese’” (Jn 17, 1.5). Jesús pide la gloria, una petición que parece paradójica mientras la Pasión está a las puertas. ¿De qué gloria se trata? La gloria, en la Biblia, indica la revelación de Dios, es el signo distintivo de su presencia salvadora entre los hombres. Ahora bien, Jesús es Aquel que manifiesta de forma definitiva la presencia y la salvación de Dios, y lo hace en Pascua: levantado en la cruz, es glorificado (cf. Jn 12, 23-33). Allí, Dios finalmente revela su gloria: quita el último velo y nos sorprende como nunca antes. Descubrimos, en efecto, que la gloria de Dios es todo amor: amor puro, loco e impensable, más allá de cualquier límite y medida. Hermanos y hermanas, hagamos nuestra la oración de Jesús: pidamos al Padre que quite el velo de nuestros ojos para que, mirando al Crucificado, aceptemos que Dios es amor. ¡Cuántas veces lo imaginamos patrón y no padre!, ¡cuántas veces lo consideramos juez severo en vez de Salvador misericordioso! Pero Dios en la Pascua anula las distancias, mostrándose en la humildad de un amor que pide el nuestro. Nosotros, pues, le damos gloria cuando vivimos todo lo que hacemos con amor, cuando hacemos todo con el corazón, como para Él (cf. Col 3, 17). La verdadera gloria es la gloria del amor, porque es la única que da vida al mundo. Por supuesto, esta gloria es lo contrario de la gloria mundana, que llega cuando uno es admirado, alabado, aclamado: cuando yo soy el centro de la atención. La gloria de Dios, en cambio, es paradójica: no hay aplausos ni audiencia. En el centro no está el yo, sino el otro: De hecho, en la Pascua vemos que el Padre glorifica al Hijo, mientras que el Hijo glorifica al Padre. Ninguno se glorifica a sí mismo. Hoy nosotros podemos preguntarnos: “¿Para qué gloria vivo? ¿La mía o la de Dios? ¿Solo quiero recibir de otros o también dar a otros?”. Después de la Última Cena, Jesús entra en el huerto de Getsemaní y también aquí reza al Padre. Mientras los discípulos no logran estar despiertos y Judas está llegando con los soldados, Jesús comienza a sentir “miedo y angustia”. Experimenta toda la angustia por lo

que le espera: traición, desprecio, sufrimiento, fracaso. Está “triste” y allí, en el abismo, en esa desolación, dirige al Padre la palabra más tierna y dulce: “Abba”, o sea papá (cf. Mc 14, 33-36). En la prueba, Jesús nos enseña a abrazar al Padre, porque en la oración a Él está la fuerza para seguir adelante en el dolor. En la fatiga, la oración es alivio, confianza, consuelo. En el abandono de todos, en la desolación interior, Jesús no está solo, está con el Padre. Nosotros, en cambio, en nuestros Getsemaníes a menudo elegimos quedarnos solos en lugar de decir “Padre” y confiarnos a Él, como Jesús, confiarnos a su voluntad, que es nuestro verdadero bien. Pero cuando en la prueba nos encerramos en nosotros mismos, excavamos un túnel interior, un doloroso camino introvertido que tiene una sola dirección: cada vez más abajo en nosotros mismos. El mayor problema no es el dolor, sino cómo se trata. La soledad no ofrece salidas; la oración, sí, porque es relación, es confianza. Jesús lo confía todo y todo se confía al Padre, llevándole lo que siente, apoyándose en él en la lucha. Cuando entremos en nuestros Getsemaníes ―cada uno tiene sus propios Getsemaníes, o los ha tenido, o los tendrá― acordémonos de rezar así: “Padre”. Por último, Jesús dirige al Padre una tercera oración por nosotros: “Padre, perdónalos, porque no saben lo que hacen” (Lc 23, 34). Jesús reza por los que han sido malvados con él, por sus asesinos. El Evangelio especifica que reza esta oración en el momento de la crucifi-xión. Probablemente fue el momento del dolor más agudo cuando le metían los clavos en las muñecas y en los pies. Aquí, en la cumbre del dolor, el amor alcanza su cima: llega el amor, es decir, el don a la enésima potencia, que rompe el círculo del mal. Rezando el Padrenuestro, pidamos una de estas gracias: vivir nuestros días para la gloria de Dios, es decir, vivir con amor; saber encomendarnos al Padre en las pruebas y decir “papá” y hallar en el encuentro con el Padre el perdón y el coraje de perdonar. Las dos cosas van juntas. El Padre nos perdona, y nos da el valor para poder perdonar.


Domingo 05 de mayo de 2019

¡No tengan miedo!

La Iglesia y la familia

Escuchar a Jesús

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P. Juan José Torres Galván

l Evangelio según San Juan tiene dos conclusiones: en los capítulos 20 y 21. Este relato nos cuenta la tercera aparición de Jesús… Los discípulos están en Tiberíades. La escena presenta a 7 de ellos (número de plenitud), y subra-ya el liderazgo de Simón Pedro. “Voy a pescar…”, “vamos contigo…” Trabajan toda la noche sin pescar nada. Son pescadores de oficio, expertos, pero su trabajo no rindió el objetivo esperado… al amanecer Jesús se hace presente a la orilla del lago de Tiberíades sin que lo reconozcan. El maestro pregunta: ¿han pescado algo? Ante la respuesta negativa, el Maestro instruye que lancen la red a la derecha de la barca y acontece una pesca abundante: 153 peces que están a punto de reventar la red. Algunos biblistas ven en este número una referencia a los pueblos y reinos que existían en el mundo entonces conocido, una discreta alusión a la tarea evangelizadora que los llamados por Jesús deberán realizar: llevar el anuncio del Reino a todos los pueblos. Esta parte de la escena nos recuerda lo que antes afirmó el evangelista Juan: “sin Mí no pueden hacer nada”. Nuestros resultados cambiarán con seguridad si escuchamos a Jesús. Al centro del relato se afirma que el discípulo amado (sólo puede referirse a uno de los hijos del Zebedeo, por eso, muchos escrituristas lo identifican con Juan) es el que reconoce al personaje misterioso que habla con ellos desde la orilla y se lo comunica a Pedro. Jesús los invita a almorzar (deben haber pa-sado unas tres horas en todo el trabajo de acercar la red repleta de pescados hasta la orilla). Recordemos que el almuerzo en todo el mundo (excepto en México) es al mediodía. Jesús tomó la iniciativa, encendió el fuego y ya tenía un pez asado y un pan. La triple interrogación de Jesús a Pedro tiene como respuesta una declaración humilde de amor al Maestro. Y a cada declaración de amor, Jesús menciona a Simón Pedro una misión: apacentar y pastorear al rebaño de Jesús. Termina el relato con una profecía a Pedro y un nuevo llamado: “Sigueme”. Nuestra Iglesia no ha quedado a la deriva. Simón Pedro y sus sucesores a lo largo de la historia la guían, la protegen y la conducen a buenos pastos. Para reconocer a Jesucristo resucitado es necesario buscarlo con amor en el corazón. Es la única manera de percibirlo con prontitud, como lo hizo el discípulo amado. Cada domingo Jesús nos prepara un banquete y nos invita a comer con Él. Esta experiencia de encuentro nos da nuevas fuerzas para seguir adelante en nuestras tareas cotidianas, siendo testigos del Resucitado. Si amamos a Jesús y lo declaramos con toda nuestra conciencia, Él nos da una misión. La fe se multiplica cuando se comparte. Jesús resucitado nos llama a ser sus discípulos misioneros. No nos hagamos sordos a su voz…

La Mujer que ha venido a recordarnos el Evangelio de la Cruz

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ueridas familias potosinas, les saludo y les deseo que el ejemplo de una mujer potosina, Conchita Armida Cabrera, inspire el cuidado y la entrega de ustedes queridos padres de familia, hacia sus hijos. Hemos celebrado el día de ayer la beatificación de una mujer potosina, Conchita Cabrera de Armida. Me parece lógico que entre muchos de ustedes, queridos lectores, esté la interrogante sobre qué es la beatificación. Nuestra Iglesia, desde sus inicios, ha reco-nocido la santidad en miles de personas a lo largo de sus historia. Recordarán al primer santo, el Diácono Esteban…Siglos después a San Francisco, San Antonio; algunos contemporáneos como San Pío de Pietrelcina, San Juan Pablo II, Madre Teresa. Todos ellos, y muchos más, han llegado al altar tras el reconocimiento de alguna virtud, característica de la Santidad. Los pasos para que la santidad llegue a ser reconocida en una persona, son cuatro: a) Siervo de Dios, en la Diócesis se pide iniciar el proceso de canonización; b) Venerable, el Vaticano aprueba testimonios de los testigos, aspectos de la vida, virtudes y escritos; c) Beato, en este paso para que alguien sea beatificado es necesario que se haya producido un milagro debido a su intercesión; finalmente d) Canonización, en cuyo paso definitivo es necesario otro milagro atribuido a la intercesión del beato y ocurrido después de su beatificación. Conchita alcanza la beatificación Como ustedes se han dado cuenta, para que Conchita haya llegado a la beatificación, era necesario la aprobación, por parte del Papa Francisco, de un milagro alcanzado por su intercesión. Para su caso, fue la curación inmediata, médicamente inexplicable, de un regiomontano. Se trata del milagro que ocurrió al señor Jorge Treviño, nacido en Monterrey. Quien padecía de esclerosis múltiple. Treviño fue operado y aseguró que durante la anestesia tuvo un encuentro en sueños con Conchita Cabrera. A partir de ese momento, empezó a moverse y la enfermedad desapareció. Para el Sr. Treviño desde el año de 1993 no fue una vida fácil, pues su salud empezó a deteriorase. En el 2007 empieza a conocer la vida de Conchita y la Espiritualidad de la Cruz. Es hasta entonces cuando empieza a pedir a Conchita su intercesión para que Dios le permitiera alcanzar la salud. El jueves 22 de mayo de 2008, Jorge comenzó

a moverse todo: manos, brazos, piernas, se estiraba y levantaba las extremidades. Jorge fue sanado y al día siguiente salió el hospital por su propio pie. Esposa y madre fue Conchita Sé que vivimos tiempos tan complejos. Razón por la cual es importante resaltar la beatificación de esta potosina. Son muchas las situaciones difíciles para las mujeres, para la mujer como tal. El reco-nocimiento para alguien que le tocó vivir momentos difíciles es muy reconfortante para la mujer de nuestros tiempos, más aún para las mujeres potosinas. La beatificación de esta mujer es importante porque se reconoce que una hija de estas tierras ha generado una espiritualidad y unas obras que tienen un mensaje de gran actualidad. Conchita vivió en tiempos muy agitados por los que ha atravesado nuestro país. Sin embargo, en ella podemos admirar el ejemplo de una mujer capaz de cambiar las cosas, siendo creativa y audaz en cada uno de sus proyectos. El caso de la Beata Concepción Cabrera de Armida, es un buen punto de referencia, pues fue una mujer, esposa y madre completamente identificada con el Señor Jesucristo, sin haber abandonado nunca su entorno familiar y social. Fue una mujer que ha venido a recordarnos a todos nosotros el Evangelio de la Cruz. Que por su intercesión nuestros enfermos sanen Podemos pedirle a la Beata Conchita que interceda ante nuestro Padre Dios para que nuestros enfermos alcance la salud. Pidámosle a nuestro Dios por la salud de todos ellos: familiares, amigos, por todos los que se encuentran en los hospitales, nuestros sacerdotes, por quienes sufren alguna enfermedad crónica, terminal. La intercesión de Conchita será oportuna para para pedir por cada uno de ellos. Así que pidamos a Dios nos conceda un milagro alcanzado por la intercesión de la Beata Conchita para que, oportunamente reconocido, pronto sea canonizada y declarada la primer Santa de nuestras tierras potosinas.

Se despide y les quiere su amigo, hermano, Obispo y Pastor.

+ Mons. Jesús Carlos Cabrero Romero Arzobispo de San Luis Potosí


04

Nuestra historia

Ten misericordia de ti mismo Pbro. Lic. Salvador González Vásquez

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l amor comienza por uno mismo. Es decir, hay que amarnos a nosotros mismos; ya que de nada sirve que alguien te ame, cuando tú no estás dispuesto a creer en el amor. Porque no te sientes digno de ser amado.

El barrio de Nuestra Señora de la Asunción de Tlaxcalilla y su historia Por Pbro. Rubén Pérez Ortíz 1era. Parte

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ncontramos interesantes datos en el valiosísimo estudio de María Teresa Quezada en su “Estudio de los Siete Barrios de San Luis Potosí”, así apunta al hablar del Barrio de Tlaxcala: El primer pueblo de indios extramuros del recién fundado pueblo de San Luis Potosí fue Tlaxcalilla, donde en 1592 se congregó a varias familias de indios tlaxcaltecas, los cuales se habían asentado en un principio junto a los guachichiles en el primitivo puesto de San Luis. Es Probable que Tlaxcalilla se fundara el 15 de agosto, pues quedó bajo la advocación de Nuestra Señora de la Asunción. El asentamiento se ubicó hacia el norte del pueblo de San Luis, a unas 1480 varas aproximadamente, cera de un río al que más tarde se le dio el nombre de Santiago. Desde su llegada a estas tierras, los tlaxcaltecas tuvieron el privilegio de ser distinguidos en igualdad de condiciones, al menos en lo jurídico, que los españoles; además eran un pueblo guerrero y tenían la experiencia del cultivo en tierras poco feraces en medio de condiciones desfavorables; también dominaban varios oficios, entre ellos el hilado y el tejido; constituían, por tanto, unidades de sobrevivencia y autonomía en condiciones difíciles. Otro elemento importante fue el concepto de familia, porque de esta manera se remarcaba la condición colonizadora del contingente pero también porque se respetaba la organización social de los tlaxcaltecas. Antes de que comenzara el año 1600, en Tlaxcala ya existían dos barrios conformados por mexicanos y tarascos, pues al trasladarse a tierras del norte también llegaron indígenas de otros lugares, quienes se establecieron en el mismo barrio. Por lo tanto, cada uno de estos nuevos barrios tenía su propia capilla y esto se confirma con la declaración de cierto testigo, que en julio de 1599 participó en el juicio que se abrió a una india guachichil. Una de estas capillas es la actual parroquia

de Tlaxcala, y la primera vez que se le menciona fue en 1674, cuando el alcalde mayor Martín de Mendalde llevo a cabo una visita a este pueblo el 21 de diciembre. A lo largo de la historia, la ciudad ha estado en el centro del pensamiento moderno y del proceso de modernización. La revolución industrial transformo en gran medida a la mayoría de las ciudades, además de que en este proceso tuvieron un papel muy importante los higienistas. Posteriormente, con la aparición de nuevos y novedosos materiales de construcción, el cuerpo mismo de la ciudad sufrió un cambio profundo, las calles se pavimentaron, los puentes se multiplicaron y los sistemas de agua y saneamiento experimentaron mejoras radicales. Un ejemplo de ello lo vemos en el año de 1866, cuando el administrador principal de rentas del departamento de San Luis autorizó que se entregará a la alcaldía de Tlaxcala 1000 pesos para que se rea-lizara la construcción de un puente sobre el paso del río de Tlaxcala, que conducía al camino de Peñasco. Sin embargo, el puente no se construyó, pues en febrero de 1974 los vecinos solicitaron la piedra que se había llevado para la obra y que desde 1866 estaba abandonada, además que se había disminuido porque no hubo quien cuidara de ella. La razón de su solicitud era que desde 1855 habían empezado a poner la orilla del camino, del lado oriente, para que las aguas que se desbordaban del río no inundaran el mismo. Otra mejora que vino a beneficiar la urbanización del barrio fue el alumbrado público, servicio que los vecinos solicitaron en diciembre de 1872. Para ello, pagaron el costo de los faroles y demás gasto, y solo pidieron que el costo del combustible, así como los guardias nocturnos que cuidarían de los faroles, corriera por cuenta del municipio.

El hombre busca la perfección para poder amar. Pero olvida, que es el amor lo que nos ayuda a ser perfectos. Por eso, necesitamos buscar a Dios para encontrarnos con el amor perfecto; con ese ser divino que nos ame a la perfección, sin importar nuestros defectos. Y a eso, es a lo que llamamos: amor misericordioso. Para experimentar ese amor, es necesario amarnos a nosotros mismos; hay que aceptarnos con todos nuestros límites. No podemos sentir el amor de Dios, cuando no tenemos misericordia para con nosotros mismos. Es decir, si vivimos sufriendo por calificarnos de acuerdo a los demás. Y todo, por no aceptarnos tal como somos. El que no se ama, trabajo le cuesta creer que alguien le ame. Por eso, necesitamos amarnos y aceptarnos como somos. Porque si no nos amamos, no será fácil vivir el gozo del amor divino. El que no cree en el amor, es porque no sabe amar. En cambio, el que se ama, se siente amado por Dios. Quien creer en el amor, creerá también en Dios; porque Dios es amor.


05

Día de la madre Cosas y Casos de la vida

Por: Pbro. Lic. Héctor Colunga Rodríguez

colunga46561@hotmail.com

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on gusto quiero que recordemos a nuestras mamás y le dediquemos este pequeño mensaje:

No hay día más grato que el día de las madres. Nos reunimos desde muy temprana hora, o incluso desde la madrugada a expresar nuestro cariño y agradecimiento. Los tríos, conjunto musicales, mariachi, o hasta un simple celular con bocina conectada al carro, hacen resonar las mañanitas, señora señora, y un sinfín de canciones que nos hacen recordar a mamá.

Gracias Sr. Obispo por las gracias a la Parroquia de Soledad Por: P. Kino

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unque el título es confuso, permítame querido lector decirle que en la fiesta del Señor del Refugio, el Sr. Obispo Jesús Carlos Cabrero Romero, estableció, que cada año que se celebre la fiesta de esta imagen, se podrá ganar indulgencia plenaria. Esto es una Gracia, pues se recupera con este decreto, parte de la historia que rodea a esta preciosa imagen. En el año de 1835, el Ilmo. Sr. Dn. Juan Cayetano Portugal, Obispo de Michoacán, y más tarde cardenal in pectore, realizó una visita a esta población de Soledad, elogiando la imagen y concediendo indulgencias a los fieles que visitaran la imagen. Con el paso del tiempo esto se había ya perdido, y una vez más, con la potestad que tiene nuestro Obispo como responsable de esta arquidiócesis, ha concedido una vez más la Indulgencia plenaria en la fiesta del Señor del Refugio, que dígase de paso, es cada martes de Pascua. Pero, ¿Qué son las indulgencias? Cuando alguien se acerca a la confesión arrepentido, el sacerdote absuelve los pecados, pero queda el deber de restituir dicha falta. A través de la indulgencia, restituimos lo que merecíamos por nuestros pecados, o para que se entienda mejor, gracias a la indulgencia plenaria, podemos “pagar” en la tierra, lo que íbamos a “pagar o purificar” en el purgatorio. Aunque un poco simplista lo que es la indulgencia, en el fondo es esto. Dios siempre nos está extendiendo la mano para que estemos el menos “tiempo” posible en el purgatorio. Las Palabras “pagar”, “tiempo”, no se aplican al otro mundo, sin embargo para entender mejor en este mundo las aplique a este artículo. Así que a visitar el próximo viernes de pascua, (falta casi un año), la imagen, cumpliendo con lo que nos pide la Iglesia para la indulgencia plenaria: Obra de misericordia, participar en la misa, comulgar y si es necesaria la confesión para comulgar pues también confesarse; pedir por el Papa y sus intenciones, profesar nuestra fe, y claro todo esto en un ambiente de auténtica conversión.

Hay mamás de avanzada edad o enfermas y nos duele verlas sufrir, pero no perdemos la esperanza de que se mejoren o sanen. Hay otras, jóvenes que comienzan a experimentar lo que es ser madre y otras no tan jóvenes, pero todas nos dan todo su amor. Mamá eres una bendición; Dios te dio el don por excelencia de ser copartícipe de la creación y ser portadora de la vida. He recibido tu calor desde tu vientre y al nacer me meciste entre tus brazos esperando nunca me pase nada. Admiro que siempre piensas en tus hijos antes que en ti misma. Gracias por todo lo que has hecho por mí; gracias por la vida, los consejos que me das; la formación, la educación y siempre deseas lo mejor para mí. Me das ejemplo de amor, generosidad, servicio y disponibilidad. Quieres que tenga ideales, sueños e ilusiones en la vida y que luche por ellos incansablemente. Te preocupas e inquietas cuando las cosas no me salen bien. Deseas no me acobarde ante mis problemas sino que sepa enfrentarlos con valentía. En este día de las madres dile a tu mamá que la amas, y agradécele todo lo que ha hecho por ti. Búscala, sácala a pasear, llámale por teléfono, pregúntale como está, qué se le ofrece y sin duda le arrancarás una sonrisa. Te recuerdo como dice Amado Nervo en el poema de En Paz, “mayo es eterno”, es decir, el día de la madre es todos los días. Pido a Dios por ti para que estemos unidos por mucho tiempo, en la familia que tú formaste. De todo corazón… GRACIAS. A quienes ya tienen a sus mamás en el cielo, recuérdenla con cariño y den gracias a Dios por todo lo que recibieron de ellas. Oren para que Dios le premie todo su esfuerzo y dedicación; elevamos una plegaria y pedimos por su eterno descanso. ¡A todas las mamás muchas felicidades!


Cantad al Señor

Construir, Cultivar, Conquistar

Ser Sacerdote, es compartirlo todo “Tú eres Sacerdote para siempre…” (Sal 109,4) “Todo Sumo Sacerdote es tomado de entre los hombres y es establecido para ser su representante ante Dios”. (Heb 5,1) “Ellos no son del mundo, como tampoco yo soy del mundo. Hazlos santos según la verdad: tu Palabra es la Verdad”. (Jn 17,16-17) Por: Pbro. Memo Gil

Convocatoria L al Taller para Salmistas P. José Abdías Martínez Martínez

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a Escuela de Música y Arte Sacro en coordinación con la Dimensión de Música Litúrgica de la Comisión Arquidiocesana para la Pastoral Litúrgica convocan a su Segundo Taller de formación para Salmistas, cuya finalidad es: “Capacitar a los participantes para cantar los Salmos en la Liturgia con mayor conocimiento, dignidad, espiritualidad y excelencia técnica”. Dirigido principalmente a: • Miembros de Equipos de Liturgia, sobre todo lectores y salmistas. • Integrantes de Coros. • Quienes oran habitualmente con la Liturgia de las Horas. Áreas de formación: Tal como pide la Iglesia Universal para quienes ejercen el canto litúrgico, se imparte una formación integral en tres dimensiones (OPMS 24), desarrollando los siguientes aspectos: Espiritual, Litúrgica y Musical. Lugar, fechas y horario: Se realizará en la Parroquia de Nuestra Señora de la Asunción, en el Barrio de Tlaxcala, los sábados de Mayo y Junio de 9:00 a 14:00 horas. Habrá 7 sesiones con un total de 35 horas de formación, durante las siguientes fechas: 4, 11, 18 de Mayo y 8, 15, 22 y 29 de Junio. Requisitos para participar del Taller: 1. Tener aptitudes musicales básicas para el canto. 2. Tener disponibilidad para el servicio en su comunidad eclesial. 3. Edad mínima: 18 años. 4. Ser enviado por su Párroco, Rector o Superior. 5. Pagar cuota de inscripción: $500 por persona (puede hacerse en dos partes)

a vocación sacerdotal es un gran don de parte de Dios. No sólo para quien la recibe, sino en bien del pueblo al que se es llamado a servir en tan noble misión. Hay que tener en cuenta que el llamado de Dios, no corresponde a los méritos y cualidades del elegido, es más bien pura gratitud y benevolencia de parte de Dios. Él es quien determina los alcances de su convocación y sólo espera de parte del destinatario fidelidad y generosidad en la respuesta. Puede asaltarnos la duda, como es natural, en cuanto a si seremos capaces de cumplir con las expectativas de Dios hacia nosotros. Pero definitivamente, no nos corresponde a nosotros calcular la dimensión de nuestra respuesta y prever la magnitud de lo que se nos exigirá al responder al proyecto de Dios para nosotros. Pues eso es lo que hace muchas veces, que nos desanimemos al verificar nuestras limitaciones y deficiencias. Que, evidentemente, pueden ser muchas, pero ahí es donde precisamente, se nos pedirá saber confiar en Dios y en su voluntad. Dios nos escoge, nos llama, se fija en nosotros, porque cree en nosotros, confía en nosotros, aún marcados por el pecado y nuestra pobreza espiritual. Esto es lo que Él espera que descubramos en nosotros, para saber dejarnos transformar por Él, por su amor. Y, al mismo tiempo, para no olvidar nuestra condición humana y saber ser solidarios con quienes esperan nuestra comprensión y conside-ración. Pues si nosotros sabemos valorar la gran distinción que Dios nos ha hecho, al llamarnos a su servicio y al de los hermanos. Debemos también tener la disponibilidad y la solicitud por acoger y atender a los hermanos en sus carencias y su-frimientos. Sólo seremos dignos portadores del don del Sacramento del Orden Sacerdotal, si en realidad somos

ministros del amor de Dios y dispensadores de su gracia. Y esto no se verifica únicamente cuando realizamos una acción litúrgica o celebramos algún sacramento necesariamente. El sacerdocio hace, de quien lo recibe, persona-sacramento. Por lo tanto, toda acción y vivencia del ministerio ordenado es acción sacerdotal. Y no sólo eso, sino también e inclusive, acción del propio Sacerdocio de Cristo, de donde le viene a un ser humano común y corriente, la potestad jerárquica de actuar en nombre de Cristo, y haciendo las veces de Él. Entonces, si somos otros cristos, es necesario que hagamos nuestras las actitudes y cualidades que le eran propias al Maestro. Hay que actualizar sus gestos y sus palabras ante las necesidades, las preocupaciones y las vivencias de las mujeres y los hombres de hoy. Lo cual sólo es posible si hacemos del amor la norma de vida que caracterizó la predicación y el ministerio del Señor. Haciendo nuestra la dinámica de la encarnación y, al estilo de Jesús, que no vino a ser servido sino a servir y a dar su vida en rescate por muchos, participar plenamente en las tristezas y alegrías, en los gozos y las esperanzas que las personas de todos los tiempos van viviendo. Nuestras sociedades actualmente siguen teniendo hambre. Hambre de ser escuchados, de justicia, de verdad, de paz. Hambre de Dios, de amor, de perdón y de alegría de vivir. Por eso el sacerdote debe ser ministro del amor por excelencia. Y saber hacerse pan para los demás compartiéndolo todo. Aún a costa de experimentar sufrimiento e incomprensión. Porque a veces sólo se ve lo que está mal, pero no se toma en cuenta el esfuerzo que busca obrar en todo el bien más deseado. Fortaleciendo así la esperanza en que Dios vendrá siempre en ayuda de nuestra fragilidad, ya que su gracia nos basta.

El Santo de hoy

Santa Estela o Estrella Virgen y Mártir 11 de mayo

“S

i somos lo que debemos ser, prenderemos fuego al mundo entero”, decía Santa Catalina da Esta chica, de tan bonito nombre, fue una virgen del siglo III. En este tiempo había un obispo llamado Eutropio. Tenía un gancho muy grande con la juventud. Realmente la entendía a la perfección. Empleaba noche y día en trabajar apostólicamente con los cristianos. Durante este tiempo estaba en Charente, Francia. Era el primer obispo que tenía una ciudad que vivía todavía sumida, en su mayoría, en el paganismo.

Notas: • La inscripción incluye los materiales de estudio. • Se les otorgará Reconocimiento por participación en el Taller a quienes tengan como mínimo el 80% de asistencia.

Le cupo la gloria de que una de las primeras conversiones que se o-braron con su pastoral, fue la de la joven Estela o Estrella.

Inscripciones: Se harán el mismo día que inicia el Taller, favor de presentarse 30 minutos antes. O bien, pueden inscribirse desde ahora, con previa cita, llamando al 444 241 5731. Se requiere carta de presentación del Párroco, Superior o Rector.

El padre estaba en un aprieto. Tenía que obedecer las órdenes imperiales, o lo matarían.

Esperamos contar con la presencia y participación de quienes tienen la habilidad musical y disposición al servicio de la Iglesia en este campo tan importante como es el Canto Litúrgico.

Tenía una fuerte personalidad. El padre le había insistido una y mil veces que no se metiera en las cosas cristianas. Le parecía absurdo y raro para la gente con la que se codeaba. Todos sus esfuerzos fueron inútiles para lograr que dejara el cristianismo.

Entonces, con todo el dolor de su alma, entregó a su hija a las autoridades para que hicieran con ella lo que mandaba la ley. Estas autoridades, como era natural, la enviaron a la muerte. En Francia, los poetas Mistral y los de la lengua D´Oc la eligieron como patrona de la Escuela Literaria de los Felibres, Era el año 1854. ¡Felicidades a quien lleve este nombre!


07 Por Luis Marino Moreno Flores

Paisajes del camino interior

Hacia una interioridad gozosa y fecunda

Pedro Pérez Pérez PPC 2019 160 páginas

H

ablar de camino interior supone que la persona posee una “interioridad”, que puede ser atendida y cultivada o, por el contrario, abandonada hasta provocar su atrofia. Estas páginas ofrecen al lector una invitación a cultivar su interioridad a través de la lectura y la reflexión (en la primera parte del libro) y también a través de la práctica de ejercicios concretos (en la segunda parte). Se trata de una propuesta que parte desde la fe, se ancla en una profunda visión antropológica del ser humano y apuesta claramente por unos valores que desafían el relativismo que impera en el mundo actual. Es decir: ante las consignas que impone una sociedad materialista, frívola y descreída, esta es una propuesta valiente y prometedora.

Pedro Pérez Pérez (1945-2019)

Doctor en Filosofía y Letras por la Universidad Complutense de Madrid, dedicó su vida a la educación como profesor, animador de grupos de jóvenes y orientador de Escuelas de padres. En el Colegio Marista de Zaragoza desempeñó los cargos de jefe de estudios y coordinador de Pastoral. Su labor en el campo de la educación ha trascendido las fronteras de España: trabajó 14 años en América Latina, particularmente en Perú, donde fundó y dirigió varios colegios, ejerció la docencia en diversas universidades y colaboró en la implantación de la Reforma de la Educación llevada a cabo en ese país.

Iglesia Universal CIUDAD DEL VATICANO.- Con un breve mensaje publicado en su perfil de la red social Twitter, el Papa Francisco invitó a los fieles a abrir los corazones al perdón y al abrazo fraterno en el Domingo de la Misericordia. “Si nuestros corazones se abren a la misericordia, si sellamos el perdón con un abrazo fraterno, proclamamos ante el mundo que es posible vencer el mal con el bien”, es el contenido del tuit difundido en la cuenta del Santo Padre. CIUDAD DEL VATICANO.- El Papa Francisco pidió a los fieles congregados este domingo 28 de abril en la Plaza de San Pedro, para asistir al rezo del Regina Coeli, oraciones por Libia y Sudáfrica. “Hago un llamado para que, especialmente las mujeres, los niños y los enfermos, puedan ser evacuados lo antes posible por medio de corredores humanitarios”, pidió. En su llamado posterior al rezo del Regina Coeli el Papa también tuvo palabras de consuelo para los afectados por las intensas lluvias que han causado graves estragos durante los pasados días en Sudáfrica. BUENOS AIRES.- “Familia y Ancianidad ¿Cómo cuidar a nuestros ancianos?” es el nombre del curso que dictará el Instituto para el Matrimonio y la Familia de la Pontificia Universidad Católica Argentina (UCA). El curso tiene por objetivo ofrecer respuestas a los desafíos sociales, familiares y pastorales de la ancianidad, incentivar una “vejez activa” y promover el cuidado familiar y el acompañamiento de los ancianos. MADRID.- Caritas de Sudán del Sur trabaja para afrontar la situación de extrema vulnerabilidad humanitaria en la que se encuentra el país a causa del enquistamiento de la violencia que se vive desde su independencia y que hace necesario diseñar estrategias a largo plazo de apoyo a los hogares más vulnerables. Caritas Española ha aprobado movilizar una partida de 100.000 euros procedentes de los fondos de su Campaña del Cuerno de África para apoyar ese llamamiento urgente de ayuda. PARAGUAY.- Miles de personas participaron este domingo 28 de abril en la caminata “Un paso por mi familia” en el marco del día de la Familia que se celebra el cuarto domingo de abril en Paraguay. La actividad se realizó simultáneamente en Asunción y en 13 diócesis y los dos vicariatos del país. Es muy importante que diferentes sectores como los educadores, los que profesan su fe de otra manera por no ser católicos, los jóvenes, todos apoyemos a la familia porque es un valor muy grande. BOGOTÁ.- UNICEF ya ha recibido 5.7 millones de dólares de los 29 millones que necesitan para apoyar las necesidades básicas de los 327 mil niños venezolanos refugiados en Colombia y de sus familias. Una cifra necesaria y urgente para vacunar a más de 30 mil niños, suministrar agua, saneamiento e higiene en las escuelas para 13 mil, y proporcionar oportunidades de aprendizaje formal e informal para 40 mil. Pero no sólo los más pequeños están en el centro de las prioridades de la organización, también las mamás, teniendo como objetivo llegar a 15 mil madres lactantes con micronutrientes.

Iglesia de México MÉXICO.- El próximo 18 de mayo se llevará a cabo la VIII Marcha por la Vida en la Ciudad de México, que, como cada año, partirá del Monumento a la Madre –con destino aún por definir–, bajo la organización del movimiento Pasos por la Vida, con el fin de recordar a las miles de víctimas del aborto en la capital de la República, tanto bebés como madres, y levantar la voz para que tanto el Gobierno como los legisladores impulsen leyes y políticas a favor de la vida y en apoyo a la mujer durante su embarazo. En 2018 logró reunir a más de 25 mil personas, en su mayoría jóvenes. MÉXICO.- El Papa Francisco realizó un donativo de medio millón de dólares para apoyar 27 proyectos de ayuda a los migrantes en la frontera entre México y Estados Unidos. El dinero proviene del Óbolo de San Pedro, institución que se encarga de administrar la ayuda económica que los fieles ofrecen al Pontífice, y será utilizado para que se puedan seguir ofreciendo alojamiento, alimentos y productos de primera necesidad a los migrantes. Los obispos de México agradecieron al Papa el donativo y expresaron la firme voluntad de la Iglesia Católica para atender esta crisis humanitaria que viven nuestros hermanos migrantes.

Iglesia Potosina SAN LUIS POTOSÍ.- Una nueva Beata mexicana. No cabe duda que nuestros sentimientos son de alegría al tener a una nueva Beata, más porque se trata de una potosina. Si, es la potosina Conchita Cabrera de Armida quien fue elevada al estatus de Beata, para que sea venerada. Quien fuera inspiradora de la Espiritualidad de la Cruz, tras haber sido reconocida su intercesión en el milagro de curación que fue obrado en favor de Jorge Guillermo Treviño Gutiérrez, un regiomontano que padeció, durante 15 años, una enfermedad que los médicos, incluso a nivel internacional, no pudieron determinar.


“Yo Soy Conchita Armida” Parte VII

08

Por Pbro. Darío Martín Torres Sánchez

Camino de las haciendas

La triple pregunta “15 Después de comer, Jesús dijo a Simón Pedro: «Simón, hijo de Juan, ¿me amas más que estos?». El le respondió: «Sí, Señor, tú sabes que te quiero». Jesús le dijo: «Apacienta mis corderos». 16 Le volvió a decir por segunda vez: «Simón, hijo de Juan, ¿me amas?». El le respondió: «Sí, Señor, sabes que te quiero». Jesús le dijo: «Apacienta mis ovejas». 17 Le preguntó por tercera vez: «Simón, hijo de Juan, ¿me quieres?». Pedro se entristeció de que por tercera vez le preguntara si lo quería, y le dijo: «Señor, tú lo sabes todo; sabes que te quiero». Jesús le dijo: «Apacienta mis ovejas. 18 Te aseguro que cuando eras joven tú mismo te vestías e ibas a donde querías. Pero cuando seas viejo, extenderás tus brazos, y otro te atará y te llevará a donde no quieras». 19 De esta manera, indicaba con qué muerte Pedro debía glorificar a Dios. Y después de hablar así, le dijo: «Sígueme». (Jn 21,1-19).

E

l evangelio de este tercer domingo de Pascua proclama la última manifestación de Jesús Resucitado a sus discípulos de acuerdo al evangelio de San Juan. Esta historia, narrada en el capítulo 21, aunque no formó parte del diseño original del Cuarto Evangelio, ciertamente tiene todas las características de la tradición joanina, la cual abarca también las tres cartas de Juan. Así, este capítulo viene como un apéndice, posterior a la conclusión original de este Evangelio. No obstante, ha llegado a nosotros como parte integral del mismo, no se conoce ma-nuscrito alguno que lo omita. Esta historia da una nueva visión sobre la función de los apóstoles en la comunidad; pues no es posible considerar únicamente el aspecto carismático de la asamblea de discípulos, que se aboca únicamente a la fraternidad, sino que necesita la “disciplina” del pastoreo o liderazgo.

Ya en el capítulo 20, perteneciente al diseño original del cuarto Evangelio había quedado claro que Jesús Resucitado había hecho un envío a sus discípulos: “como el Padre me ha enviado, así los envío yo.” Sin embargo, este capítulo 21 es más específico en cuanto al pastoreo se refiere. Así, deja en claro que el liderazgo en la comunidad no es contrario a que Jesús sea el único Pastor, como se había dejado ver en el capítulo 10; pues Él mismo es quien pone en manos de Simón Pedro la amorosa misión de pastorear sus ovejas. Sin embargo, el liderazgo en la comunidad se fundamenta también en un amor superior a Jesucristo, Buen Pastor. De ahí que Jesús le pregunte a Pedro, por tres veces, si su amor por Él es superior al de sus compañeros. Pues el oficio de pastorear en la comunidad no puede quedar devaluado por ningún otro interés, sino movido únicamente por el amor al Supremo Pastor que da la vida por sus ovejas.

Salíamos de San Luis Potosí muy de madrugada en aquel carruaje tirado por cuatro caballos donde nos apiñábamos toda la nume-rosa familia entre canastas de bastimentos y petacones de piel con las iniciales de cada uno de nosotros bordadas con pita blanca. Por las vidrieras biseladas íbamos mirando las nubes, los ranchos sombreados de pirules, algún rebaño bebiendo agua de las charcas. Continuamente viajábamos a las haciendas en largas jornadas, por aquellos caminos reales llenos de polvo entre duros cabeceos que nos hacían reír. Los mezquitales y las nopaleras. Los campos áridos y broncos del altiplano potosino. Sus cerros de canteras desnudas. Su cielo de un azul intenso, transparente, pero siempre remiso para las lluvias. Que alegría cuando asomaba, desde la cuesta, la casona de la hacienda, y salían los niños a encontrarnos seguidos de sus perros orejones y a la puerta de las casas de adobe se asomaban las mujeres para reconocernos con una sonrisa. Los peones se quitaban el sombrero de palma para saludar a mis papás. Buenos días e dé Dios, Don Octaviano. Buenos días, Niña Clara. Mamá, ¿por qué tenemos tantas haciendas? -Esta es de Jesús María la compró tu hermano Octaviano. Las otras nos vienen por herencia de familia. -¿Y qué es herencia, mamá? -Ay, Conchita. Fíjate bien, mi abuelo se llamaba Antonio Arias. Nació en España, en Castilla la Vieja, y desde allá se vino a México atravesando el mar. -¿Cómo es el mar, mamá? -Mi abuelo era muy rico. Con el dinero que traía de España compró luego dos haciendas, San José de Jofre en el Estado de Guanajuato, que está en la parte más alta de la cierra y Peregrina de Abajo, en el Estado de San Luis Potosí. Como era muy trabajador, compró después las haciendas de Soledad; Angostura con una casa muy grande; Palo Blanco que tiene también una casa enorme y una capilla pequeña, pero muy bonita; y La Labor del Río, con unos manantiales de aguas alcalinas, medicinales.

Texto tomado del libro “Yo Soy Conchita Armida” por Mons. Antonio Peñalosa


Bocas

Decanato Santa María de Guadalupe

Corte Primero

El Refugio

Cristo Rey

La Anunciación

Pascuas Juveniles 2019

¡Cristo Vive! Escúchalo y acompaña a tu hermano

Las Mercedes

Ojo Caliente

Santa Rosa de Lima

María Auxildora

San José de Bledos

Santiago Apóstol

Nuestro Señor de Burgos

San Miguelito

Villa de Reyes


Semana Santa en San José de Gómez

La pasada Semana Santa los niños de San José de Gómez, vivieron los días santos con mucha fe, participando como apóstoles y viviendo el Vía Crucis. Los pequeños nos enseñaron que no hay edad para ser apóstol. Los jóvenes que vivieron esta Semana Santa en las comunidades llevando el mensaje y festejando la pascua compartieron con los habitantes muchas experiencias y actividades sin que faltara el mensaje motivador de nuestro Señor, quien se entregó en la cruz por amor a nosotros.

Fiesta Patronal del Sr. del Refugio

E

l pasado 23 de abril se realizó la celebración eucarística en honor al Señor del Refugio. La celebración eucarística fue presidida por el Sr. Arz. Jesús Carlos Cabrero Romero quien saludo a los asistentes hnos. sacerdotes, miembros del consejo, como a la grey presente. Regocijémonos, por el gran bien espiritual concedido por nuestro Sr. Arzobispo don Carlos. El Sr. Arzobispo dio indulgencia plenaria a todos los que veneren la sagrada imagen del Señor del Refugio, las disposiciones de la iglesia, además a los que oren por el Santo Padre y la paz del mundo, dejándola establecida de aquí en adelante en cada festividad del Sr. del Refugio y por esta ocasión permanece hasta el próximo domingo 28, extensible a toda la comunidad, los enfermos y las personas que por alguna razón no puedan asistir. Anunciemos a toda la comunidad este gran bien que acabamos de recibir.

XXXII Aniversario Parroquial de Ntra. Sra. de Guadalupe (Estanzuela)

XXVII Aniversario Sacerdotal

Por: Guillermina Martínez González

Has sido llamado a “…dar buenas nuevas a los pobres…a sanar a los quebrantados de corazón; a pregonar libertad a los cautivos…” (Lucas 4:18) El pasado 24 de abril se conmemoro el XXXII Aniversario de la fundación de la Parroquia de Nuestra Señora de Guadalupe en la Comunidad de Estanzuela. A este magno evento, en el que la feligresía se mostró con mucha alegría y fe, asistió nuestro Señor Arzobispo Emérito Don Luis Morales Reyes quien animó y felicito a los niños y feligreses presentes. ¡Felicidades a la Comunidad de Estanzuela por este Aniversario Parroquial!

El pasado 25 de abril se llevó a cabo una celebración eucarística de acción de gracias en la Parroquia de Santa Catarina de Alejandría presidida por el Pbro. Misionero José Manuel García Oviedo quien conmemoró su XXVII Aniversario Sacerdotal.

A la celebración eucarística le acompañaron familiares, amigos y vecinos. El Pbro. Misionero José García expresó que, como sacerdotes misioneros somos instrumentos no para gloriarnos a nosotros mismos sino para agradecer que nuestro Señor se fijó en mí, para yo ser testigo de su amor, de perdón, de misericordia, así en 27 años he pasado por momentos difíciles, no le voy a dar la espalda a Dios que ha sido fiel conmigo.


Domingo 05 de mayo de 2019

XV Aniversario Parroquial en San Marcos Evangelista

E

l pasado 25 de abril la comunidad de San Marcos Evangelista, perteneciente a Mexquitic de Carmona, estuvo de manteles largos al celebrar su XV aniversario parroquial donde fieles de las comunidades vecinas se dieron cita, junto con su párroco el Padre Antonio Esparza Velázquez, para recibir al Sr. Arz. Don Jesús Carlos Cabrera Romero y al Arz. Emérito Don Luis Morales Reyes, tambien con la presencia del Cngo. Pbro. Fernando Castro Rector del Santuario del Señor de Burgos, el MG. Felipe de Jesús Martínez Navarro Rector en Santuario

del Desierto, Pbro. Juan Francisco Montoya y por supuesto de algunos presbíteros que a lo largo de estos XV años han sido parte de este bonito caminar; el Pbro. José Guadalupe Alfaro Pérez, Pbro. Ramírez Vallejo Juan de Dios. Así mismo Don Jesús Carlos agradeció a todos los grupos y movimientos parroquiales por su ayuda y su servicio apostólico para llevar a cabo esta bonita fiesta patronal y de manera significativa a un grupo de albañiles les entrego un crucifijo por su trabajo voluntario que hacen por la restauración de la parroquia.

Fiesta Patronal en honor a Nuestra Señora del Buen Consejo (Garita de Jalisco)

L

a Comunidad de la Garita de Jalisco en la Ciudad de San Luis Potosí, celebró su fiesta patronal en honor de Nuestra Señora del Buen Consejo el pasado viernes 26 de abril. Los festejos se enmarcaron dentro de la alegría de la Octava de Pascua, donde María brilla ante la luz de su Hijo Resucitado. La Eucaristía Solemne fue presidida por el Excmo. Sr. Arzobispo don Jesús Carlos Cabrero Romero, acompañado por el Párroco el P. Fernando Ovalle González y concelebrando los Padres José Santana Rivera y José Manuel López Facundo y la presencia del Diácono Permanente Juan Hernández.

Consagración del Altar en la Parroquia de Jesús Divino Maestro

Por: Mario Escobar

Peregrinación a Jesús María

A “La Ceremonia de Consagración de un Altar no es algo que se ve a diario. Esta ceremonia está llena de simbolismos y enseñanzas para nuestra vida cristiana”. El pasado sábado 27 de abril se llevó a cabo este gran acontecimiento: la Consagración del Altar del templo del Divino Maestro, donde el Párroco Pbro. Lic. Carlos Medina López, el Vicario Pbro. José Lucio Zarazúa Carrizales y Sacerdotes invitados recibieron a los Señores obispos, al Sr. Arzobispo Jesús Carlos Cabrero Romero, Don Luis Morales Reyes Arz. Emérito y como invitado de honor al Sr. Cardenal Don Baltazar Porras Cardozo, Arzobispo de Mérida, Venezuela y administrador Apostólico de la Arquidiócesis de Caracas, Venezuela, quien presidió la Eucaristía. El Sr. Cardenal Don Baltazar Porras Cardozo fue quien consagro el altar mientras se cantaba la Letanía de los Santos, ungió la piedra del altar con el Santo Crisma; de igual manera Don Jesús Carlos y Don Luis Morales ungiendo con sus manos hicieron 5 cruces sobre el altar, una en el centro y el resto en cada una de las esquinas, después se quemó incienso sobre el altar y con esto terminó propiamente la ceremonia de Consagración, dentro de la Eucaristía.

125 años de que fue implantada en Jesús María la Cruz del Apostolado, símbolo gráfico de la Espiritualidad de la Cruz que Dios regaló al mundo a través de Conchita -mujer laica, mística y apóstol- la Diócesis continúa celebrando año tras año este acontecimiento, asistiendo en peregrinación al Santuario de la Cruz del Apostolado, en fecha próxima a la festividad de la Santa Cruz. Como parte del Programa de actividades que se han organizado con duración de tres años, el pasado domingo 28 de abril, fieles procedentes de ésta y otras diócesis asistieron a la Eucaristía que presidió el Sr. Arzobispo Jesús Carlos Cabrero Romero, misma en la que se dio a conocer el decreto donde el Santo Padre concede ganar la indulgencia plenaria en el Año Jubilar. Al término de la misma, nuestro Arzobispo bendijo las cruces del Apostolado que son 125 y serán colocadas en las Parroquias y otros puntos de la Diócesis. Antes de la Hora Santa, los peregrinos partici-paron en una procesión de la “Calzada del Peregrino” a la Cruz del Apostolado rezando el Rosario, cantando y meditando sobre dicha cruz, cuya reliquia encabezó la peregrinación. Al llegar al Santuario, antes de dar inicio a la eucaristía, el acceso fue por la Puerta Santa que fue abierta este día.


Liturgia y sentido del misterio Celebrando al Señor

(Primera Parte)

P. Pedro Mexquitic Arredondo

S

i buscamos el origen de este término, descubrimos que deriva de la raíz verbal onomatopeya my-, que significa “emitir con los labios cerrados un sonido articulado = tener la boca cerrada”. En el uso precristiano el término asume tres principales matices de significado: - designa una cosa secreta, una realidad misteriosa, escondida - se refiere a una ceremonia religiosa secreta, a un rito misterioso a través del cual se entra en comunicación con las realidades escondidas - por derivación, el término pasa después a designar también la santidad ritual y la perfección cultual procurada por estos ritos mistéricos En la traducción griega del Antiguo testamento (LXX) el vocablo se encuentra pocas veces. El uso más interesante se encuentra en el libro de la Sabiduría, donde designa los secretos de Dios, objeto de revelación (cfr. Sab 2,22; 6,22). Es más frecuente en el libro de Daniel y en la literatura apocalíptica: aquí se refiere a los secretos de Dios, pensados como existentes en el cielo, es decir, como el real fundamento escondido, puesto más allá de todo aquello que es y acontece, especialmente de aquello que será manifestado al final de los tiempos. En el Nuevo testamento encontramos veintiocho veces este término. En los Evangelios, el único pasaje es de Mc 4, 11: “A ustedes se les hadado el misterio del Reino de Dios, pero a los que están fuera todo se les presenta en parábolas”. Aquí con misterio Jesús significa el evento del inicio del señorío de Dios (escondido todavía, solamente en el tiempo final plenamente manifiesto) en su palabra y en su obra. El misterio, se ha hecho accesible ya ahora por Dios a sus discípulos, mientras a los extraños todo queda en enigmático y por lo tanto escondido. Pero es sobre todo, en la literatura paulina que el término viene utilizado con más amplitud. Designa el designio de Dios, el plano de la salvación por él eternamente conocido, escondido en los siglos y ahora manifestado y anunciado. En Ef 5,32, con el término misterio se indica las bodas entre Cristo y la Iglesia, puesto en relación con el amor conyugal. En síntesis, en el pensamiento del apóstol Pablo, el misterio de Dios no concierne solamente al futuro, sino abraza toda la historia de la salvación, de la creación hasta su plenitud en Cristo y en la Iglesia y a su cumplimiento último en la escatología. En los autores cristianos de los primeros siglos, incluso en una sobria utilización

¡Pónganse en camino!

Discípulos misioneros

ponganseencamino@hotmail.com

Pbro. Rafael Quintá

Misiones Xochiotepec, Veracruz 2019 ¡Hola, Felices pascuas a todos!

Mi nombre es Pedro Javier Camacho Salazar y, junto con mi compañera María de Jesús Jasso, pertenecemos a la comunidad de renovación carismática Nueva Alianza, en la cual la misión es una parte fundamental del carisma. Este año fuimos a misionar a la sierra Zongolica, perteneciente al estado de Veracruz, en la parroquia San José Comalapa, donde estuvimos durante la Semana Santa. Aquí radican comunidades indígenas de habla Náhuatl. Estas comunidades se dedican a la siembra y producción de café de altura de alta calidad, por lo que no pudo faltar una deliciosa taza de café de olla en cada comida, algo exquisito por cierto.

del término, encontramos la misma impostación semántica neotestamentaria. Para el período más antiguo (siglo II) prevalece una aceptación de misterio como acción salvífica de Dios en relación a los eventos de la historia de Cristo y coma alusión a la Iglesia como misterio. En el siglo III el término conoce una ulterior evolución en la escuela alejandrina, donde tiende a convertirse en sinónimo de conocimiento y de doctrina. Se comienza también a entrever en modo indirecto una primera referencia de la terminología mistérica a las celebraciones de la Iglesia, en particular al bautismo y la eucaristía, incluso, con la preocupación de marcar las distancias de los cultos mistéricos paganos. Escribe a esto E. Ruffini en el libro Mysterion: Los contenidos son totalmente diversos, la eficacia igualmente – la de los misterios paganos está fundada solo sobre una presunción humana, la de las celebraciones cristianas está fundada sobre el real y salvífico misterio de Cristo – pero la estructura y la dinámica de unos y de otros son concebidos del mismo modo. Como los misterios paganos intentan involucrarse en el destino y en la historia de sus dioses los “mysti”, así las celebraciones cristianas hacen cultualmente presentes los históricos e irrepetibles actos salvíficos de Cristo, para que los fieles sean partícipes. Está en la fuerza de este ideal reconducción a la unidad de los misterios paganos y de las celebraciones cristianas que será posible llamar misterios también aquéllas celebraciones que uno se niega a entrar en la categoría de los misterios. Esta línea de tendencia hacia el lenguaje mistérico se refuerza en el siglo IV cuando las comunidades cristianas no tienen más motivos de temer, de perder la propia identidad. Muy representativo de este siglo es San Cirilo de Jerusalén (muerto 386), en particular por su importancia en el contexto de la tradición catecumenal. Para él término misterio indica un evento salvífico, accesible solo a la fe, realizado por Dios en los eventos de la vida de Cristo y en acto en los ritos de la Iglesia: misterio creído, pro-clamado, celebrado y vivido todos son uno.

Esta misión fue de gran bendición para mi vida y la de mi compañera y, sobre todo, para la comunidad en la que estuvimos trabajando. Aunque en este año solamente éramos dos personas pudimos atender a cerca de 400 personas. Quiero mencionar que uno de los mayores retos fue visitar a las dos casas más lejanas ubicadas a una distancia de 1 h y 20 min. a pie. Fue una misión cansada, pero al mismo tiempo extremadamente hermosa. Sin lugar a dudas, lo que caracterizó esta misión fue el trabajo con los adultos, los cuales son los que sustentan la fe en estos lugares. En las primeras pláticas contábamos con número alto de participantes; y no solamente señoras, si no también caballeros de todas las edades. Iniciamos con miedo a la disponibilidad de las personas, pero consagrando nuestro trabajo al Señor, las cosas fluyeron solas. Para nuestra sorpresa, el iniciar con dinámicas y cantos como “la mane”, “mi rancho hermoso” y otras similares, fue de gran ayuda, puesto que todos participaban y claro que no faltaron las risas, o diría más bien, las carcajadas. Después de estos momentos entrábamos a las enseñanzas centradas en el Kerigma, por supuesto terminábamos con un momento profundo de oración. Este esquema fue el que manejamos con niños, jóvenes y adultos. Pudimos percatarnos de como el Señor llego a tocar muchos corazones, reavivarlos y, sobre todo, resucitar el amor en estas personas que tanto estaban deseosas de recibir al Señor. Uno de los momentos más hermosos que tuvimos fue la adoración al Santísimo en la noche del jueves, recordando la oración del huerto de los olivos. Los hombres de la comunidad, crearon un altar cubierto de hojas de palma, manzanilla y flores blancas, y en el centro del altar una custodia hermosa resguardando el amor. Otra de nuestras sorpresas fue que, por mandato del Padre Ernesto, párroco San José de Comalapa, nos juntamos 3 comunidades para celebrar los días santos, contando con una gran participación de la gente. Tuvimos la fortuna de celebrar misa con el Padre Eloí (sacerdote Escolapio); sus homilías sirvieron para la reconciliación familiar y comunitaria, se invitaba a los abrazos, las palabras de aliento y a-fecto, y a demostrar el amor de Cristo día a día. Te ruego Jesús, por sus vidas, por su felicidad y por su encuentro contigo. ¡Dios te bendice enormemente, gracias por leer esta pequeña experiencia!


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Domingo 05 de mayo de 2019

La pedagogía de los antiguos Por: Juan Jesús Priego

¡Qué grave era el señor conde de Châteaubriand! ¡Qué majestuoso lucía en cada uno de sus movimientos! Su sola presencia intimidaba a todos los de la casa y, cuando se marchaba por fin a sus habitaciones o a otro lugar, a cierta hora de la noche, siempre la misma, todos suspiraban aliviados. “Cuando el reloj del castillo daba las diez – confiesa su hijo, el célebre vizconde François-René de Châteaubriand (1768-1848)-, mi padre hacía alto, como si detuviera sus pasos el mismo resorte que levantaba el martillo del reloj; sacaba en seguida el suyo de la faltriquera, le daba cuerda, cogía un enorme candelero de plata en el cual ardía una gran bujía, entraba un momento en la torrecilla del oeste, volvía después con el candelero en la mano y se dirigía a su dormitorio, que, como hemos dicho, estaba en la torrecilla del este. Lucila –mi hermana- y yo salíamos a su encuentro y le abrazábamos dándole las buenas noches; inclinaba hacia nosotros su enjuta mejilla sin responder ni una sola palabra; continuaba su marcha y se retiraba a la torre, cuyas puertas oíamos cerrar detrás de él. El hechizo se rompía entonces; mi madre, mi hermana y yo, transformados en estatuas por la presencia de mi padre, recobrábamos las funciones de la vida. Los primeros efectos de nuestro desencantamiento se manifestaba por un turbión de palabras: si el silencio nos había oprimido, también se lo hacíamos pagar caro”. El castillo del que habla nuestro autor era una construcción antiquísima, silenciosa y sombría, y para que nos hagamos una idea, aunque sea somera y mínima, de las colosales dimensiones de la vieja fortaleza, hace al punto la siguiente observación: “Habitábamos el castillo de Combourg cuatro individuos de la familia: mi padre, mi madre, mi hermana y yo. Una cocinera, una doncella, dos lacayos y un cochero componían toda la servidumbre; en un rincón de las caballerizas estaban atadas dos yeguas viejas y un perro de caza. Estos doce seres vivientes desaparecían en una residencia en la cual estarían muy anchos cien caballeros con sus damas, sus escuderos, sus lacayos y sus pala-

frenes, más la jauría de perros del rey Dagoberto”. El castillo, ya lo dijimos, además de inmenso, era oscuro. De noche todo crujía, y por la madrugada nuestro escritor, cuando era niño, tuvo que acostumbrarse a convivir con las sombras y los ruidos extraños. De día escuchaba de los campesinos todo tipo de leyendas acerca de fantasmas y aparecidos que merodeaban la mansión; y, por si esto fuera poco, su señor padre le había ordenado que montara su cuarto en una torre, lejos de todos y a una distancia infinita del único ser que podía protegerlo del espanto en el regazo: su madre. “Antes de retirarme, me hacían mirar debajo de las camas y detrás de las puertas, y registrar las chimeneas, los pasadizos y los corredores inme-diatos. Todas las tradiciones del castillo, referentes a espectros y ladrones, se les venían a la memoria. Los habitantes de la aldea –dice- estaban muy persuadidos de que un cierto conde de Combourg, que tenía una pierna de palo y que había muerto hacía tres siglos, se aparecía en determinadas épocas, y de que lo habían encontrado en la gran escalera de la torrecilla; su pierna de palo se pasea-ba sola, y algunas veces acompañada de un gato negro. “Estas consejas se referían al tiempo de acostarse mi madre y mi hermana, las cuales se metían en la cama muertas de miedo; yo me retiraba a lo alto de mi torreón; la cocinera entraba en la torre grande y los criados bajaban a su subte-rráneo… “Relegado al sitio más desierto del edificio, próximo a la abertura de las galerías, no perdía ni el más imperceptible murmullo de las tinieblas. El zumbido del viento se parecía algunas veces al ruido que producirían los precipitados pasos de una persona, y podía confundirse otras con lastimeros ayes; de repente, y cuando estaba más descuidado, crujía con violencia la puerta de mi aposento, y exhalaban los subterráneos profundos gemidos; poco después iban expirando gradualmente todos estos rumores, para volver a empezar de nuevo… “La tenacidad del conde de Châteaubriand en obligar a un muchacho a dormir solo en lo alto de una torre podía tener sus inconvenientes; pero esto redundó, por el contrario, en provecho mío. Aquella manera violenta de tratarme me dio el valor de un hombre sin quitarme esa sensibilidad de la imaginación de la cual se quiere privar en la actualidad a los jóvenes. En lugar de tratar de convencerme de que no había aparecidos, se me obligó a desa-fiarlos. Cuando mi padre me decía con una sonrisa irónica: ‘¿Tendrá miedo por ventura el caballero?’, hubiera sido capaz de acostarme con un muerto. Cuando mi excelente madre me decía con dulzura: ‘Hijo mío, nada sucede en el mundo sin el permiso de Dios; por consiguiente, siendo buen cristiano nada tenéis que temer de los malos espíritus’, me tranquilizaba mejor que podrían hacerlo todos los argumentos de la filosofía”. He aquí el método de los antiguos para e-rradicar los miedos: En lugar de convencerme de que no había espectros, se me obligó a desafiarlos. ¿Era un método demasiado inhumano? ¿Era, como se dice hoy, traumatizante o acaso cavernícola? ¿O era, pese a todos los argumentos contrarios, bueno en el fondo? Por lo menos a Châteaubriand los miedos se le quitaron: eso es lo que dice, y no juzga a su padre por haber obrado como obró. Pero yo lanzo la piedra y escondo la mano. Júzguelo por sí mismo el lector.

Sabías que… Recordando el caminar de hace 10 años de La Red

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estejemos a mamá, en la edición número 16 que se publicó el día 10 de mayo del 2009. El encabezado de está edición fue dirigida a la celebración del 10 de mayo y junto con el una breve reflexión que es importante ahora retomar, y no sólo hoy sino siempre.

A mi madre… Una breve reflexión que te hará pensar seriamente en cómo vemos a la madre dependiendo de nuestra edad. 4 AÑOS DE EDAD… Mi mamá puede hacer cualquier cosa 8 AÑOS DE EDAD… ¡Mi mamá sabe mucho! ¡un montón! 12 AÑOS DE EDAD… Mi mamá no lo sabe absolutamente todo 14 AÑOS DE EDAD… Naturalmente, mamá tampoco sabe eso 16 AÑOS DE EDAD… ¿Mi mamá? ¡Ay, es tan ridícula! 18 AÑOS DE EDAD… Está totalmente fuera de época 25 AÑOS DE EDAD… Bueno, puede que mamá sepa algo al respecto 35 AÑOS DE EDAD… Antes de decidir, ¿Por qué no pedimos la opinión de mamá? 45 AÑOS DE EDAD… Me pregunto, ¿Qué hace mamá en estos casos? 65 AÑOS DE EDAD… Ojalá pudiera conversarlo con mamá


Protocolo de Instrumentos Publicos año de 1592 del escribano real Pedro Venegas (Décima Séptima Parte)

José Ricardo García López Investigador en retiro de la Facultad de Derecho de la UASLP.

Escritura número 30. Al reverso de la anterior (Documento muy destruido). [Sepan] cuantos esta carta vi[eren, como yo Gabriel Ortiz, estante en estas minas del Potosí, otorgo y conozco…[que hago donación pura, mera perfecta e inrrevocable (sic) de las dichas…[cinco? varas] de mano a mano a vos Rodrigo de Ibarra que está presente [de cinco varas] en cada una mina de las que tengo registradas ante [Pedro Benito?] en este Cerro del Potosí, la cual dicha donación la hago por las buen]as obras que de él he recibido la cual hago con los requisitos de derecho necesarios y confieso que [no excede] de los quinientos sueldos de oro, y si excede, tantas cuantas [veces excediere] tantas donaciones le hago y se entienda ser fechas a diferentes personas y en diferentes tiempos y desde hoy día que esta carta es fecha para siempre jamás me aparto y a mis herederos [de la] propiedad y posesión que tengo a las dichas cinco varas en cada una de las dichas minas, y todo ello lo cedo y traspaso en vos el dicho Juan (sic) Rodrigo de Ibarra para que sean [vuestras y de vuestro]s herederos y las podáis vender, dar y disponer de ellas a vuestra voluntad como de cosa vuestra y vos doy facultad para que toméis posesión de las dichas cinco varas de minas judicialmente o como quisiéredes y en el ínter que no las tomais, me constituyo por vuestro inquilino, y de esta manera las tango y no de otra y me obligo de no las revocar por ninguna causa de las en derecho permitidas e para lo cumplir obligo mi persona e bienes y doy poder a las justicias de Su Majestad para que me apremien a la paga e cumplimiento de lo que dicho es como si fuere por sentencia definitiva de juez competente pasada en cosa juzgada, sobre lo cual renuncio todas las leyes de mi favor y la general del derecho. En fe de lo cual otorgué esta carta ante el presente escribano y testigos de iuso escritos. En cuyo registro lo firmé. Que es fecha en el Cerro del Potosí a diez y seis días del mes de septiembre de mil e quinientos y noventa y dos años: Pedro de Vergara y Diego Muñoz y Antonio Pérez de Camino estantes en estas minas. Gabriel Ortíz (rúbrica) Ante Mi: Pedro Venegas (rúbrica) Escribano Real. Escritura 31. Mutilada totalmente en su parte superior. …____ y ellas y otras …___ esta parte y tomar la posesión con todo y la plata que de ellas sacare para el diezmo______ otorguen y con derecho deba y si dicho cualquier parte de ellos hubiere pleito p[or

ello] cualesquier justicia de Su Majestad y ansí (sic) por ello si se requiere mensajes, citaciones, protestas, [alegaciones], convenciones, deshacer hasta la conclusión, pedir e oír sentencia o sentencias, y las de mi favor consentir y las en contrario apelar y suplicar amparado y seguir las tales apelaciones hasta la conclusión y de todos los dichos mis pleitos pueda recusar cualesquier jueces y escribanos y firmar en mi ausencia las tales recusaciones y pedir tasación de costas y las cobrar ansí (sic) que para todo lo cual es y lo de ello dependiente le doy poder y facultad cual yo le tengo y con facultad que lo pueda sustituir en quien quisiere. En testimonio de lo cual otorgué esta carta ante el `presente escribano y testigos de iuso escritos, en cuyo registro lo firmé que es fecho en San Luis a once días del mes de septiembre de mil e quinientos e noventa y dos años e yo el escribano conozco al otorgante. Testigos: Miguel Caldera y Pedro de Vergara y Pedro de Ávila, estantes en este Pueblo. Pedro de Anda (rubrica) Ante Mí: [Pedro Venegas (rubrica) Escribano Real] (No aparece el nombre del escribano ni su rúbrica). Escritura número 32. (Documento en muy mal estado por lo que solo se rescatan algunas frases y palabras sueltas sobre todo de la parte superior del documento). … día tres… luego da a Diego de Ibarra… diez varas y las treinta y tres …susodicho y del Capitán Miguel Caldera en compañía y desde luego en la forma que mejor haya lugar de derecho por vía de donación fecha entre vivos de las dichas partes y se desiste y aparta del derecho que a ellas tiene y lo cede y renuncia en los susodichos según [tiene] declarado y les da poder e facultad para que por su libre voluntad o judicialmente puedan tomar la posesión y, en el inter que no la toman, se constituye por su inquilino y de esta manera las tiene y no de otra y se obligó de estar y pasar por lo que dicho es y de no lo reclamar agora (sic) ni en tiempo alguno por ninguna causa ni razón que sea y para lo cumplir obligó su persona e bienes habidos e por haber y dio poder a las justicias de Su Majestad para que a ello le apremien como por sentencia pasada en cosa juzgada; sobre lo cual renunció todas las leyes de su defensa y la general del derecho, en fe de lo cual otorgó esta carta ante el presente Escribano y testigos de iuso escritos, en cuyo registro lo firmó de su nombre siendo testigos Pedro de Vergara, el Bachiller Martín Gallego y Gonzalo López estantes en este dicho pueblo. Ante Mí: Pedro Venegas (rúbrica) Escribano Real. Pedro Dávila (rubrica).

Generaciones perdidas…

Por: Humberto Aguilera Aldana

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s muy frecuente seguir escuchando una expresión que por décadas se califica de muy sabia: “LOS JÓVENES SON LA ESPERANZA DE LA HUMANIDAD”, DE LA “PATRIA”, etc. Esta frase está en los labios de muchos personajes, políticos, maestros, entrenadores de deportes, directores de escuelas, militares, filósofos, líderes religiosos, empresarios, senadores, diputados, gobernadores, etc. La historia de la humanidad nos demuestra que en cualquier ámbito, los que educan son los adultos. Por sus conocimientos y muy importantemente por su experiencia. Por todos es reconocido, que los padres son los primeros y más importantes educadores de sus hijos. San Pablo en su Carta a los Romanos (Rom. 10, 14,15), al hablar acerca de la evangelización, del apostolado, que no es sino enseñar a otro, educar a otro, nos lo dice muy claro: ¿Cómo invocarán a Aquel a quien no conocen? ¿Cómo creerán en aquel de quien no han, oído? ¿A quién oirán sin que haya quien predique? ¿Cómo actuarán si no se les ha instruido?...He ahí la responsabilidad de los padres, si nosotros no damos ejemplo, no nos preparamos, si no enseñamos, si no exigimos, no corregimos, ¿cómo vamos a educar integralmente a los hijos? Educar es algo tan valioso, tan importante, que requiere pongamos el mejor empeño en ver por nuestros hijos. Como podemos considerarlos salvadores de la patria, la familia, la sociedad…? Es por todos conocido, por desgracia, que el ritmo de la vida actual no deja mucho espacio para los hijos, luego, “si no hay mucho tiempo… educar con calidad”, esta expresión, la calificaría como una verdad a medias, está bien que sea de calidad, pero en 30 minutos de calidad no se logra mucho o casi nada de lo que necesitan nuestros hijos. Esforcémonos por agrandar ese tiempo, nunca más lo tendremos. Especialmente en esta época en que la familia está siendo atacada, urge la presencia de la madre y especialmente la del padre, para que cada quien en su posición refuerce a sus hijos varones y mujeres, para que no adolezcan del cuidado y guía de ambos. Esta expresión, es reconocer implícitamente que lo que hemos hecho los mayores no ha sido suficiente, para que haya progreso en cualquier actividad. Se puede calificar como una gran mentira. Los PADRES NO HEMOS HECHO NUESTRO TRABAJO, se ha caído en un círculo vicioso, los padres no enseñan - los hijos no aprenden, los padres no dan ejemplo – los hijos no progresan, los padres no corrigen-lo hijos hacen su voluntad, los padres temen a los hijos-los hijos no respetan a las padres… Los únicos que pueden y deben romper ese círculo y convertirlo en virtuoso somos los PADRES, es indispensable guiar a los niños y jóvenes a entender ¿POR QUÉ es bueno estudiar y prepararse para el futuro?. ¿CÓMO los dignificará el estudio y posteriormente el trabajo? ¿CÓMO seremos capaces de servir a los demás con nuestro trabajo? ¿CÓMO el trabajo bien hecho, bien acabado, se debe ofrecer a DIOS?. Qué triste ver las masas de “jóvenes”, que con un gran retraso cultural, humano y educativo, seguirán siendo un lastre a las nuevas generaciones, ¿dónde están sus PADRES?.


Pastoral de la familia

Pastoral penitenciaria

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Las obras de misericordia espirituales y corporales IV Parte

P. Rafael Hdz. Díaz

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n la cárcel se entra y también se sale, hay normas y leyes internas. El ingreso es una experiencia traumática, no solo por la humillación personal, sino por todo el protocolo que lleva consigo: chequeos, huellas, registros hasta en lo más íntimo, es un lugar lleno de extraños, potencialmente agresores. Pero de la cárcel también se sale, muchas veces la ansiada libertad se convierte en un problema, en algunos casos los vínculos familiares se han roto desde hace tiempo, existe la imposibilidad de volver al entorno social y laboral, hay un sinfín de situaciones. Hay proyectos de vida; pero se van desvaneciendo ante la cruda realidad, destinados a caer.

La condoneta y sus consecuencias Lic. Mónica Mondragón Barragán Integrante del Área de la Vida de la Dimensión Arquidiocesana de la Pastoral Familiar Miembro fundador del Consejo Coordinador Ciudadano en San Luis Potosí Presidenta del Comité Nacional Pro Vida en San Luis Potosí porlavidaylafamilia.hoy@gmail.com

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a condoneta”; institución sanitaria sobre ruedas. La vi por primera vez, rodeada por una turba de estudiantes ansiosos de saber la verdad sobre el sexo y el SIDA, en pleno campus de la Universidad Autónoma. Los chavos atraídos hacia ella, al igual que otros miles en diversas localidades del país, por el be-neficio del condón. Encapsulada en una vagoneta. La última creación del ingenio de la Secretaría de Salud, no requiere, gracias a su nombre, mayor explicación en cuanto a su finalidad. Lamentablemente, ese ingenio parece haberse agotado en el diseño de la vagoneta, pues en cuanto a soluciones para la epidemia del SIDA y para el problema de las relaciones sexuales entre estudiantes (que son la razón pública de su presencia en la universidad) embarazos adolescentes y embarazos inesperados, parece que solamente encontraron una: el condón. O quizás pensaron en alguna otra, como la abstinencia, pero los acalambró el miedo de ser objetos de mofa juvenil si se atreviesen a sugerir tal aberración medieval en pleno corazón universitario y siglo XXI. Repartir condones y hacerse aplaudir como solidarios de las angustias por las que pasan los jóvenes y los enfermos. Como la solución no funcionó, hubo necesidad de promover,

la píldora del día después, de recu-rrir a la mifepristona, al misopros-tol y al cytotec, pues había que cubrir la ineficacia de los anticonceptivos con píldoras abortivas que generaran una solución más práctica y confiable. No es que todo esto nos sorprenda, claro. Forma parte de esa aparentemente natural inclinación del mexicano a la superficialidad, tan bien expresada por el famoso “ay se va”, que se da hasta en los niveles más pensantes del gobierno. Una genuina solución, más objetiva y eficaz, más profunda y duradera a los problemas de la sexualidad sería enfrentar “la neta” no desde la “condoneta” sino desde “la neta” misma, desde la verdad profunda del hombre. En otras palabras, habría que educar al mexicano, hacerlo capaz de comprender su valor como persona, de entender la función del amor y de la sexualidad, y la relación de éstos con su finalidad trascendente. Además, ¿no es hasta inmoral, contrario a las más urgentes necesidades ciudadanas, gastar millones en condones, pastillas abortivas, cytotec, misoprostol o píldoras del día siguiente para repartira diestra y siniestra, que únicamente propician el agravamiento de los problemas -educativos, axiológicos y de saludde los jóvenes en vez de emplear ese dinero en crear empleos, escuelas y bibliotecas?

Una propuesta como Iglesia, sería tener un espacio de acogida (Casa samaritano), dando respuesta a estas situaciones concretas, ayudando en la reinserción, mediante procesos de seguimiento: espiritual y humano, valores como el acompañamiento, la responsabilidad, las habilidades sociales, más que nutrirse, curar las heridas. No solamente el ex convicto, sino también para la familia. No se trata de crear estancias de tiempo completo de pensionados o dormitorios, ni mucho menos ser una prolongación de hábitos nocivos adquiridos durante los años de prisión. Un espacio de libertados, mientas encuentran una alternativa que no sea verse abocados en situaciones delictivas. En esto nos ocupa la obra de misericordia dar posada al que lo necesita. Enterrar a los muertos, para muchos la cárcel no es más que una tumba: estar enterrados en vida, pero la muerte física también se da dentro de la cárcel, hay situaciones muy complejas que son determinaste en una decisión, privarse de la vida, dejando un enorme vacío, dolor y tristeza. Rogar a Dios por los vivos y los difuntos, cuando el preso pide una oración por algo o por alguien de su entorno, no solo nos está pidiendo un acto piadoso, nos pone delante de una realidad. “Padre, rece por mí, o por mi familia, o por la próxima audiencia o juicio”. Nos ponen en una situación muy concreta de apertura interior y muy profunda. En la cárcel hay mucha más espiritualidad de la que uno pueda pensar. Todo hombre tiene una espiritualidad interior, muchas veces escondida y desconocida. En la celda hay mucho tiempo para la intimidad con uno mismo, en la que se cuela ese Espíritu que nadie sabe ni de dónde viene ni a dónde va, pero que mueve el corazón humano. Como dijo el Papa Francisco “La misericordia que abraza a todos y en todos los rincones de la tierra. No hay espacio donde su misericordia no pueda llegar, no hay espacio ni persona a la que no pueda tocar”. Las celebraciones dentro de la prisión, sobre todo la Eucaristía, se viven como una unción especial. Hay vida, sufrimiento, necesidad de esperanza. “La misericordia divina nos recuerda que las cárceles son un síntoma de cómo estamos en la sociedad, son un síntoma en muchos casos de silencios, de omisiones que han provocado una cultura del descarte. Son un síntoma de una cultura que ha dejado de apostar por la vida; de una sociedad que poco a poco ha ido abandonando a sus hijos”. Que cada uno pida a Dios, desde la intimidad del corazón, que nos ayude a creer en su misericordia. No dejemos de orar por los presos y familias, para alcanzar una verdadera justicia y paz.


Acerca del amor de Pedro

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Después de esto, se manifestó Jesús otra vez a los discípulos a orillas del mar de Tiberíades. Se manifestó de esta manera. Estaban juntos Simón Pedro, Tomás, llamado el Mellizo, Natanael, el de Caná de Galilea, los de Zebedeo y otros dos de sus discípulos. Simón Pedro les dice: “Voy a pescar”. Le contestan ellos: “También nosotros vamos contigo”. Fueron y subieron a la barca, pero aquella noche no pescaron nada. Cuando ya amaneció, estaba Jesús en la orilla; pero los discípulos no sabían que era Jesús. Díceles Jesús: “Muchachos, ¿no tienen pescado?” Le contestaron: “No”. Él les dijo: “Echen la red a la derecha de la barca y encontraréis”. La echaron, pues, y ya no podían arrastrarla por la abundancia de peces. El discípulo a quien Jesús amaba dice entonces a Pedro: “Es el Señor”, se puso el vestido - pues estaba desnudo - y se lanzó al mar. Los demás discípulos vinieron en la barca, arrastrando la red con los peces; pues no distaban mucho de tierra, sino unos doscientos codos. Nada más saltar a tierra, ven preparadas unas brasas y un pez sobre ellas y pan. Díceles Jesús: “Traigan algunos de los peces que acaban de pescar”. Subió Simón Pedro y sacó la red a tierra, llena de peces grandes: ciento cincuenta y tres. Y, aun siendo tantos, no se rompió la red. Jesús les dice: “Vengan y coman”. Ninguno de los discípulos se atrevía a preguntarle: “¿Quién eres tú?”, sabiendo que era el Señor. Viene entonces Jesús, toma el pan y se lo da; y de igual modo el pez. Esta fue ya la tercera vez que Jesús se manifestó a los discípulos después de resucitar de entre los muertos. Después de haber comido, dice Jesús a Simón Pedro: “Simón de Juan, ¿me amas más que éstos?” Le dice él: “Sí, Señor, tú sabes que te quiero”. Le dice Jesús: “Apacienta mis corderos”. Vuelve a decirle por segunda vez: “Simón de Juan, ¿me amas?” Le dice él: “Sí, Señor, tú sabes que te quiero”. Le dice Jesús: “Apacienta mis ovejas”. Le dice por tercera vez: “Simón de Juan, ¿me quieres?”. Se entristeció Pedro de que le preguntase por tercera vez: “¿Me quieres?” y le dijo: “Señor, tú lo sabes todo; tú sabes que te quiero”: Le dice Jesús: “Apacienta mis ovejas. En verdad, en verdad te digo: cuando eras joven, tú mismo te ceñías, e ibas adonde querías; pero cuando llegues a viejo, extenderás tus manos y otro te ceñirá y te llevará adonde tú no quieras”. Con esto indicaba la clase de muerte con que iba a glorificar a Dios. Dicho esto, añadió: “Sígueme” (Jn 21, 1-19).

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sta lectura de San Juan trata sobre la tercera vez que se apareció Jesús a sus discípulos. Se supone que la primera fue el mismo día de la res urrección, en la casa donde se encontraban escondidos todos ellos por miedo a los judíos; la segunda vez fue a la semana siguiente. Y esta, una tercera vez, Jesús se aparece a sus discípulos, no en la casa donde ellos se resguardaban de los judíos, sino afuera, en el mar de Galilea, donde ellos intentaban pescar algo, pues eran pescadores. Es curioso que ellos estuvieran en el mar intentando pescar, pues se supone que cuando Jesús los llamó a seguirlo, ellos lo hubieron dejado todo. ¿Por qué ahora

volvían a su antigua vida? ¿Acaso con la muerte de su Señor y aun conociendo que había resucitado, estaban dispuestos a continuar con su vida, a pesar de que con Jesús habían escogido otro camino, el de la vida? Quizás ellos fueron a pescar solamente para tener algo de comer, pues se supone que debían esperar el Espíritu Santo. Es interesante cómo San Juan cambia totalmente de escenario, pues se supone que la vez anterior Jesús les dijo que recibieran el Espíritu Santo, y sabemos que esto se lo dijo a sus discípulos en Jerusalén y que en ese mismo lugar llegará puntualmente el Espíritu Santo el día de Pentecostés. Es cierto que la llegada de este Espíritu divino no es San Juan el que la narra, ni en su evangelio ni en sus cartas. También Mateo sitúa el último encuentro con sus discípulos en Galilea (Mt 28, 16-20), lo mismo que Juan. Lucas, por su parte, narra que Jesús se encuentra con los discípulos en Jerusalén y por último en Betania, cerca de la ciudad Santa, y les aconseja que esperen el Espíritu Santo (Lc 24, 49). Marcos, al parecer, sitúa el último encuentro de los discípulos con Jesús en Jerusalén, aparentemente también en la misma mesa de la cena Pascual. También dice que fue en Jerusalén donde Jesús subió al cielo (Mc 16, 14-19). Así es que con Lucas tenemos, junto a San Marcos, que el ultimo encuentro de Jesús con sus discípulos fue en Jerusalén y Betania, o sea cerca del lugar donde se supone que recibirían al Espíritu Santo, mientras que con Juan y Mateo encontramos este momento en Galilea; lo cual hace suponer que luego de encontrarse con él allá, debieron regresar a la Gran Jerusalén para recibir el don de lo alto, la fuerza de cielo con la que anunciarían el evangelio a todas las naciones, comenzando por Jerusalén. Pasando a otras cosas podemos meditar, sobre todo en las palabras de Jesús a Simón Pedro, antes de despedirse de ellos y darles las últimas instrucciones. Se trata del amor. Jesús le pregunta a Simón Pedro acerca de su amor, y él responde positivamente las tres veces. Pedro declara y reitera el amor hacia su Señor Jesús. Y podemos hacer algunas consideraciones con respecto a este evento. En las relaciones del amor humano se suele preguntar al otro si nos ama. Y normalmente se dice la respuesta correcta: sí. O, por ejemplo, una chica le dice a un chico: “te amo”, o “te quiero”,

y el otro responde automáticamente: “yo también”, pero esto se dice sin pensarse, sin detenerse a considerar la importancia del amor que se declara. Es una respuesta correcta, pero no suficiente, no se trata solamente de responder, no se trata de un examen acerca del amor, no es una prueba, un ejercicio. Se busca una verdad, no solo una respuesta correcta, cualquiera puede decir a otro que le ama, pero no siempre significa el amor mismo. De hecho Jesús no solo le pregunta a Simón si es que él lo ama, la pregunta es más precisa, él le dice: “me amas más que estos”. La pregunta no es solo si Pedro ama a Jesús, sino si lo ama de una manera profunda y además si su amor es más grande que el de los otros discípulos. A lo cual Simón Pedro responde con una respuesta perfecta, pero no bien ponderada; él solo le res-ponde que sí; como cuando la esposa pregunta al esposo si éste la ama, y él responde: “sí mujer, te amo, estoy contigo ¿no?” Pero eso en realidad no responde la pregunta, es solo una expresión a la ligera. Jesús le vuelve a preguntar, pero ahora omite aquello de: “más que estos”, a lo que Simón reitera con otra respuesta correcta: “Sí Señor, tú bien sabes que te quiero”. Y Jesús continúa, preguntando una tercera vez. Y Pedro, entristecido responde, ahora no con una respuesta perfecta y correcta, sino con una verdad que surge de su corazón: “Señor tú lo sabes todo, tú sabes que te quiero. Esa es la respuesta verdadera, no se trata solo de decirlo, sino de poner el corazón en ello. Y es que a cualquiera se le puede decir que se le ama, pero el Señor Jesús exige no solo palabras humanas, sino palabras del corazón. Jesús había dicho antes a sus discípulos: “nadie tiene amor más grande que el que da la vida por sus amigos”; y enseguida que terminó esta sesión de preguntas y respuestas sobre el amor de Pedro a Jesús, dice San Juan, en su evangelio unas palabras de Jesús a Simón Pedro, que tienen, absolutamente que ver con el amor que Jesús le pidió a Pedro expresar: “cuando eras joven ibas a donde querías, pero cuando seas viejo alguien te llevará a donde no quieras”; esto significa que el amor de Pedro está destinado a dar la vida por aquel que ama; el evangelista dice que estas últimas palabras de Jesús fueron dichas a Pedro, indicándole de qué manera había de morir. Y en efecto, años después, Simón Pedro murió crucificado en Roma, expresando con su muerte que no hay amor más grande que el que lleva al que ama a dar la vida por sus amigos. Entonces, las pregunta de Jesús a Pedro acerca de su amor, no son solo para llevarlo a reiterar su amor hacia su maestro, sino todo un compromiso de amor verdadero hasta dar la vida, hasta la muerte. En efecto, Jesús pregunta tres veces a Pedro acerca de su amor y a cada res-puesta, Jesús le confiaba a Simón, el pastoreo de la Iglesia, es decir, lo dejaba a cargo del cuidado de esta obra que él había comenzado, para eso se necesita un amor sobrenatural, un amor total, un amor parecido al de Jesucristo, que no escatima, que no se guarda nada, un amor dispuesto a todo, a cualquier sacrificio. En este sentido queda más clara la primera pregunta: “¿me amas más que estos?”. Se necesita un amor verdaderamente grande para llevar esta barca que es la Iglesia. Y Pedro respondió correctamente, peor también verdaderamente. El amor de Pedro es ahora lo perfecto, no solo la respuesta, sino su amor mismo. El amor da la vida, el amor da vida. Y Jesús es amor.


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Palabra de Dios

Del Santo Evangelio según San Juan 21,1-19

Es el Señor

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a Palabra del Señor este domingo nos presenta dos grandes escenas de pascua, para alentar nuestra alegría por la resurrección y la vida. Nuevamente La Palabra del Señor nos invita a ser testigos de esta buena noticia y llevarla con esperanza a los demás. El primer momento: El encuentro con el Señor en la pesca abundante, que les recordara aquella otra pesca milagrosa del día que fueron llamados... es un aliento para renovar nuestra vocación, nuestro llamado y seguirlo con alegría. No sólo consiguen una gran pesca, también el Señor Jesús les invita a almorzar, Él mismo nos prepara el alimento, comparte nuestra vida para comprobar que esta vivo y nos quiere vivos y testigos de la vida. El otro momento es la confesión de Fe de San Pedro y el encargo de Amor que el Señor le encomienda. En San Pedro estamos invitados a profesar nuestra Fe en el Resucitado, en la vida; confesarle nuestra confianza y nuestro amor al Señor: “tú lo sabes todo, tú bien sabes que te quiero...”

Iván Reséndiz Vega 4° de Teología

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La formación Sacerdotal

eciban de parte de su servidor un cordial y afectuoso saludo. Soy Iván Reséndiz Vega, feligrés de la parroquia Dulce Nombre de Jesús en el municipio de Ciudad Fernández y ac-tualmente curso el 4º año de teología. En esta ocasión quiero compartirles cómo está estructurada la formación sacerdotal en nuestro Seminario. La formación sacerdotal, a lo largo de los años, propiamente a partir del concilio de Trento (15451563), ha venido adquiriendo una estructura específica que marca la diferencia entre un Seminario y cualquier otra institución educativa. Actualmente, la estructura de la formación sacerdotal en nuestro Seminario comprende cuatro dimensiones principales que se mencionan y se describen a continuación. Dimensión humana: es la base firme sobre la cual se va a construir el edificio de la vocación. Se trata pues de que el joven que se está formando para ser sacerdote, en primer lugar tenga bien clara su identidad como hombre y como persona. Una identidad clara implica que tenga bien equilibrados los siguientes elementos (entre otros no menos importantes pero menciono estos sólo por poner un ejemplo): afectividad, autoestima, sexualidad, libertad, madurez. Dimensión espiritual: toda vocación necesita ser alimentada, sostenida e impulsada por la oración. El joven seminarista que quiere ser sacerdote y hablarle a la gente de Dios, primero tiene que hablar con Dios en la oración. Así que la oración es tan indispensable para la formación sacerdotal como lo es el agua para una planta. Dimensión intelectual: Jesús instruía a sus discípulos y las primeras comunidades cristianas

asistían asiduamente a la enseñanza de los apóstoles. Esto quiere decir que el seminarista, como discípulo de Jesús que se quiere convertir en sacerdote, debe ser instruido en las verdades de la fe para que, como hombre y ministro de la Palabra, su mensaje sea claro en lo que pretende comunicar, fiel a la doctrina cristiana y convencido desde la fe en todo su contenido. Dimensión pastoral: el seminarista, al desear ser sacerdote, en sí, a lo que debe aspirar es a convertirse en otro Cristo Pastor. Pero para convertirse en otro pastor debe aprender a pastorear. Y aprende a pastorear realizando obras de servicio a la Iglesia. Estas obras se llaman pastoral. La dimensión pastoral es entonces el espacio donde se da ese proceso de configuración con Cristo Pastor. La formación sacerdotal no puede reducirse a una sola dimensión, necesita integrar cada una de las demás dimensiones. Esto quiere decir que la estructura de la formación sacerdotal en cua-tro dimensiones tiene como fin que la preparación de los futuros sacerdotes sea integral. Un seminarista sin la dimensión espiritual se convertirá en altruista. Un seminarista sin la dimensión pastoral se convertirá en un espiritualoide. Un seminarista sin la dimensión intelectual se convertirá en un merolico. Un seminarista sin la dimensión humana se convertirá en un evangelizador desencarnado de su realidad. Entonces, un seminarista que prescinde de una de estas dimensiones se puede convertir en cualquier cosa menos en un sacerdote a imagen de Cristo. Así que el seminarista, que aspira a ser sacerdote, ha de ser más que un altruista, que un espiritualoide, que un merolico y que un evangelizador desencarnado.

Y con mucha responsabilidad aceptar y vivir la encomienda que por Amor el Señor nos confía. Todas nuestras tareas diarias, grandes o pequeñas son un encargo de Dios en nombre del Amor. Comentarios: ecos_seminarioslp@hotmail.com Facebook: Seminario Mayor SLP Twitter: @slp_seminariogj


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Educando para el amor

Domingo 05 de mayo de 2019

La esperanza de la Resurrección Fil. Rafael Gómez M.

A

llá por las postrimerías de la década de los setenta tuve un inquieto alumno que me llamaba poderosamente la atención, Daniel Serrano Delgado, que padecía de una malformación congénita. Muchos años más tarde, en esta Semana Santa, tuve la fortuna de reencontrarme con él, en un café de la ciudad. Le pedí permiso de contar en este espacio algo de su vida y algo de su discapacidad. Nació con la que se conoce como “el Síndrome de Mebbius” y que consiste en una parálisis facial que le afecta gravemente la vista, un brazo y la mano. Desde que lo conocí, se conducía sin complejo alguno y, por el contrario era, y es, extrovertido, era y es el mejor de los amigos; y es que, me comentó, mis padres “nunca me escondie-ron y yo nunca me avergoncé”. Su dedicación y su pasión es la poesía y participa en recitales que acaban siendo una cátedra del más hermoso humanismo. No sé qué nos pasa a los humanos que nos resistimos a lo diferente; que rechazamos a otros, como por inercia, movidos por el extraño criterio de las diferencias; los ricos a los pobres, los pobres a los ricos, los blancos a los no blancos… Ha tomado fuerza, por ejemplo, “la supremacía blanca”, auspiciada, por el arribo a la presidencia de un personaje que considera “hombres malos” a todos los que no son blancos y que no provienen de Europa. Daniel, escribió este poema: “Hermano, aún con tus carencias siéntete bien, pues piensas; alégrate. Al amanecer, cuentas con ganas para ingeniártelas como el mejor las sabe hacer. Si no ves, tienes oídos que son tus guías para llegar a puerto seguro. Si no oyes, de verdad tu vista te dará seguridad. Si tus manos te faltan, tus pies y tu boca te ayudan a obtener el sustento y poder tener un pan. Si correr no puedes por falta de pies, en la vida tus manos te sirven para que te puedas mover. Hermano con discapacidad, Dios es muy grande y nos ayuda… y recuerda en tus días de vida: voltea los ojos hacia Él, porque tus problemas, Él, solo Él, los puede resolver”. Y en otro poema dice: “Yo, con mis limitaciones, he tenido una lucha que me ha hecho feliz y, de otra manera, otra sería mi lucha, pero tal vez no sería tan feliz, porque así, Señor, te he podido servir…” Gracias Daniel, por regalarnos una reflexión para la Semana Santa: para el Domingo en que se

agitan las palmas y se reconoce a Jesús como Rey, para el Jueves Santo, día del amor; para el Vier-nes Santo, día de la cruz; para el Sábado Santo, día de la persona de Jesús y de la persona humana a quien rescata y para quien resucita el primer día de la semana y por quien el cielo, la tierra y la creación entera, eleva su voz y canta: ¡el Señor Jesús resucitó! El más hermoso huma-nismo, el más luminoso huma-nismo, nace en quien es capaz de descubrir el rostro de Jesús en el discapacitado, en el enfermo…; nace en quien, aún discapacitado, descubre la belleza a través de los ojos del alma, en quien, aún sin vista, descubre a Dios en su interior. Es posible ser feliz en “la lucha”, aún con limitaciones, porque la lucha es la cruz con la que se vive y que conduce a la resurrección. En Jesús, el amor de Dios hecho carne y vida humana, nace la figura del hombre y de Dios que “da carne, sangre y vida a los conceptos”, mediante un realismo inaudito; en Jesús el propio Dios va tras la oveja perdida, la humanidad doliente y extraviada; en su muerte en la cruz se realiza el po-nerse Dios contra sí mismo, al entregarse para dar nueva vida al ser humano y salvarlo; es una actua-ción imprevisible y, en cierto sentido inaudita, de Dios; es el amor en su forma más radical. Dios es amor (1Jn 4,8), y es en la cruz en donde puede contemplarse esta verdad y, a partir de ella, se debe definir qué es el amor; de la mirada contemplativa de la cruz, el cristiano encuentra la orientación de su vivir y de su amar”. El encuentro con Jesús, la unión con Él, es al mismo tiempo unión con todos los demás a los que Él se entrega y por los que Él resucita, porque se identifica con los discapacitados, con los pobres, con los forasteros, los hambrientos, los sedientos, los enfermos, los desnudos… “en ellos, Jesús resucita para dar vida al ser humano, para estar en la relación del amor, del por y del para; el por y el para del amor en todas sus capacidades <de las que no carecen los discapacitados> y por las que es posible asegurar que Dios está más dentro del ser humano que lo más íntimo suyo”.

...Lo de Dios a Dios

Los valores fundamentales de la vida social II

P. David Grimaldo

c) La libertad. La libertad es, en el hombre, signo eminente de la imagen divina y, como consecuencia, signo de la sublime dignidad de cada persona humana: «La libertad se ejercita en las relaciones entre los seres humanos. Toda persona humana, creada a imagen de Dios, tiene el derecho natural de ser reconocida como un ser libre y responsable. Todo hombre debe prestar a cada cual el respeto al que éste tiene derecho. El derecho al ejercicio de la libertad es una exigencia inseparable de la dignidad de la persona humana». No se debe restringir el significado de la libertad, considerándola desde una perspectiva puramente individualista y reduciéndola a un ejercicio arbitrario e incontrolado de la propia autonomía personal: «Lejos de perfeccionarse en una total autarquía del yo y en la ausencia de relaciones, la libertad existe verdaderamente sólo cuando los lazos recíprocos, regulados por la verdad y la justicia, unen a las personas». La comprensión de la libertad se vuelve profunda y amplia cuando ésta es tutelada, también a nivel social, en la totalidad de sus dimensiones. El valor de la libertad, como expresión de la singularidad de cada persona humana, es respetado cuando a cada miembro de la sociedad le es permitido realizar su propia vocación personal; es decir, puede buscar la verdad y profesar las propias ideas religiosas, culturales y políticas; expresar sus propias opiniones; decidir su propio estado de vida y, dentro de lo posible, el propio trabajo; asumir iniciativas de carácter económico, social y político. Todo ello debe realizarse en el marco de un «sólido contexto jurídico», dentro de los límites del bien común y del orden público y, en todos los casos, bajo el signo de la responsabilidad. La libertad, por otra parte, debe ejercerse también como capacidad de rechazar lo que es moralmente negativo, cualquiera que sea la forma en que se presente, como capacidad de desapego efectivo de todo lo que puede obs-taculizar el crecimiento personal, familiar y social. La plenitud de la libertad consiste en la capacidad de disponer de sí mismo con vistas al auténtico bien, en el horizonte del bien común universal. d) La justicia. La justicia es un valor que acompaña al ejercicio de la co-rrespondiente virtud moral cardinal. Según su formulación más clásica, «consiste en la constante y firme voluntad de dar a Dios y al prójimo lo que les es debido». Desde el punto de vista subjetivo, la justicia se traduce en la actitud determinada por la voluntad de reconocer al otro como persona, mientras que desde el punto de vista objetivo, constituye el criterio determinante de la moralidad en el ámbito intersubjetivo y social. El Magisterio social invoca el respeto de las formas clásicas de la justicia: la conmutativa, la distributiva y la legal. Un relieve cada vez mayor ha adquirido en el Magisterio la justicia social,445 que representa un verdadero y propio desarrollo de la justicia general, reguladora de las relaciones sociales según el criterio de la observancia de la ley. La justicia social es una exigencia vinculada con la cuestión social, que hoy se manifiesta con una dimensión mundial; concierne a los aspectos sociales, políticos y económicos y, sobre todo, a la dimensión estructural de los problemas y las soluciones correspondientes. La justicia resulta particularmente importante en el contexto actual, en el que el valor de la persona, de su dignidad y de sus derechos, a pesar de las proclamaciones de propósitos, está seriamente amenazado por la difundida tendencia a recurrir exclusivamente a los criterios de la utilidad y del tener. La justicia, conforme a estos criterios, es considerada de forma reducida, mientras que adquiere un significado más pleno y auténtico en la antropología cristiana. La justicia, en efecto, no es una simple convención humana, porque lo que es «justo» no está determinado originariamente por la ley, sino por la identidad profunda del ser humano. La plena verdad sobre el hombre permite superar la visión contractual de la justicia, que es una visión limitada, y abrirla al horizonte de la solidaridad y del amor: «Por sí sola, la justicia no basta. Más aún, puede llegar a negarse a sí misma, si no se abre a la fuerza más profunda que es el amor». En efecto, junto al valor de la justicia, la doctrina social coloca el de la solidaridad, en cuanto vía privilegiada de la paz. Si la paz es fruto de la justicia, «hoy se podría decir, con la misma exactitud y análoga fuerza de inspiración bíblica (cf. Is 32,17; St 32,17), Opus solidaritatis pax, la paz como fruto de la solidaridad» La meta de la paz, en efecto, «sólo se alcanzará con la realización de la justicia social e internacional, y además con la práctica de las virtudes que favorecen la convivencia y nos enseñan a vivir unidos, para construir juntos, dando y recibiendo, una sociedad nueva y un mundo mejor».


Domingo 05 de mayo de 2019

P a r a c o l o re a r



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