Edición 535

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Felipe VI condecora a una misionera española en Haití, cuya labor impresionó en directo a Letizia

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e han cumplido cinco años desde que Felipe VI fuera nombrado Rey de España. Este día tan especial, 19 de junio, Felipe lo ha querido celebrar otorgando la medalla al Mérito Civil a personas anónimas que con su abnegada labor hacen un país mejor. Entre las galardonadas por el monarca español ha estado Sor Mónica, una religiosa de las Hijas de la Caridad que se encuentra de misionera en Haití. Esta monja conoció a la reina Letizia durante una visita a la isla el año pasado, donde quedó impresio-nada con el trabajo de estas religiosas. Sor Mónica es originaria de Madrid, tiene 45 años y lleva casi 10 años en Haití como misionera ayudando a los más pobres del país más pobre del mundo. Cuando en 2010 el terri-ble terremoto devastó el país, la madre general de las Hijas de la Caridad pidió voluntarias para ir al país y la hoy galardonada fue una de ellas. Un año más tarde volvió definitivamente porque sintió la llamada a ser misionera. En este país ha estado trabajando en Cite Soleil, uno de los barrios más pobres y peligrosos del país. De hecho, está muy cerca del lugar en el que fue asesinada Isabel Solá, otra misionera española. Precisamente en este barrio, Sor Mónica conoció a la Reina de España durante su visita al país. Sor Concepción Monjas, consejera provincial de Educación de su congregación y amiga de la premiada, recuerda que Letizia “vio lo que las Hijas de la Caridad realizan en ese barrio y quedó muy impresionada. Ver cómo una hija de la caridad española estaba haciendo una tarea tan bonita con los niños, con los enfermos…”. Esta religiosa cuenta que “la impresión fue tan grande, que con el motivo del V aniversario del nombramiento del Rey Felipe VI, recibió la invitación a ser una de las españolas premiadas por colaborar para que España sea una marca solidaria”. Además, añade que “es mucho más que una marca solidaria, es una tarea evangelizadora, de entrega y de dar la vida por los pobres”.

Acciones concretas contra la pobreza

Año 11

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No. 535

Semana del 30 de junio al 06 de julio de 2019

a Santa Sede ha pedido a las Organizaciones y Organismos de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO, FIDA, PMA), combatir la pobreza extrema con acciones concretas y no solo con “discursos grandilocuentes”. Tras recordar que el Papa Francisco ha alentado la lucha contra este flagelo en distintas ocasiones, la petición resalta que “la pobreza extrema se combate con acciones dirigidas a promover el desarrollo rural integral. ‘Acciones’ porque no bastan las meras palabras, los discursos grandilocuentes, los dossieres y la multiplicación de reuniones”. “Es necesario emprender iniciativas concretas para erradicar la pobreza, luchar contra el hambre y promover la soberanía alimentaria. Es importante invertir en las regiones rurales, dedicar a ellas recursos de todo tipo, también financieros, porque el éxodo del campo a la ciudad es una tendencia global que no se puede ignorar”. Además hay que recordar que el Santo Padre se ha referido a la importancia de “favorecer las tres T: Tierra, Techo, Trabajo, para que tengamos una patria sin esclavos ni excluidos”. “Tierra, porque solamente la autonomía y la soberanía alimentaria pueden permitir que las poblaciones locales que viven en áreas rurales puedan proveerse de su propio sustento, sin estar atenazadas por subsidios y medidas impuestas desde el exterior”. El techo también es importante, “porque la vivienda es un derecho inalienable. Por consiguiente,

desarrollar políticas que permitan a las personas disfrutar de una vivienda es necesario para combatir la exclusión social de un número muy elevado de personas y familias que no tienen acceso a una vida digna. Son seres humanos que forman un microcosmos con frecuencia marginado, signado por la desesperación, el hambre y el miedo”. En tercer lugar, “el trabajo decente es el medio privilegiado para erradicar la pobreza y permitir la emancipación social. Esta triple coordenada revela lo fundamental que es invertir en la expansión de los sistemas de protección social y los programas de asistencia social”. Los Organismos no pueden quedarse enclaustrados entre paredes, ni sus conclusiones encerradas en una bella publicación y nada más. “Deben de convertirse en un grito, en un pujante acicate que invite a todos, con papeles destacados en el seno de los Estados y los Organismos internacionales, a salir al encuentro de los desfavorecidos, a llegar de forma eficaz hasta ellos, que no son meros números, ni simples estadísticas”. “Únicamente de esta manera podremos superar la inhumana globalización, de la que el Papa Francisco habla a menudo, y que se caracteriza por la indiferencia ante el sufrimiento ajeno y el declive de la idea del bien común”. Traduzcamos “las intenciones y propósitos en acciones válidas, si de una vez por todas los compromisos se convierten en realidades que favorezcan políticas nacionales y locales en apoyo de las regiones rurales, y si nuestras vidas reflejan nítidamente que es posible rechazar el consumismo y recuperar la solidaridad y la atención hacia los más débiles como valores esenciales de nuestra conducta”.


Domingo 30 de junio de 2019

Llamados a El viaje del Evangelio la libertad L Queridos hermanos y hermanas, ¡buenos días!

a segunda lectura de este domingo es muy interesante, centremos nuestra atención en ella porque toca un tema vital para nuestra vida. San Pablo escribe a los cristianos de Galacia: “Para vivir en la libertad, Cristo nos ha libe-rado. Hermanos vuestra vocación es la libertad” (Gálatas 5,13). Libertad es la primera palabra de las tres que hizo famosa la revolución francesa: “Libertad, igualdad, fraternidad”. La estatua de la libertado en el puerto de Nueva York es lo que deseamos todos los pueblos. Hablamos de libertad de conciencia, de la palabra, de investigación, de libertad religiosa… ¿De qué clase de libertad deseamos? No de li-bertinaje ciertamente. Ovidio, el famoso poeta latino dice: “Veo el bien y lo apruebo y, después sigo o hago el mal:” Todo mundo entiende que la droga, el alcohol, el cigarro, es un mal pero todo ser humano, sin embargo, hace todo lo contrario. Nuevamente encontramos al apóstol San Pablo que con toda claridad nos lo dice: “Mi proceder no lo comprendo; pues no hago lo que quiero, sino que hago lo que aborrezco… aunque quiero hacer el bien, es el mal el que se me presenta… ¡Pobre de mí! ¿Quién me librará de este cuerpo que me lleva a la muerte? Y viene la respuesta: “La gracia de Cristo”. (Romanos 7, 15- 25). Jesús nos ha hecho libres, como es Él. Jesús es el hombre libre que nos debe contagiar a todos con su libertad. ¿Cuál debe ser nuestra libertad? “PERMANECER LIBRES” y no dejarnos llevar por la esclavitud. Para el apóstol San Pablo volver a la ley de Moisés como obligatoria para los que se convierten a Cristo, es deformar el Evangelio, volver a la esclavitud y perder la libertad: “No os sometáis de nuevo al yugo de la esclavitud, vuestra vocación es la libertad”. ¿Existe otra libertad que debemos cuidar? Sí, la libertad de las obras por medio del Espíritu Santo que es totalmente distinto de las obras según “los deseos de la carne”.

La ley de la libertad, es decir, la ley que nos hace libres, es la que está escrita en nuestro corazón (2 Corintios, 3,3) y que antes de ser norma, es un principio de nuestras acciones de cada día, porque nuestra vocación es la libertad en Cristo Jesús, la verdadera libertad que Cristo nos ha ganado muriendo en la cruz por amor a nosotros.

Hemos iniciado un recorrido de catequesis que seguirá el “viaje”: el viaje del Evangelio narra-do en el libro de los Hechos de los Apóstoles, porque este libro nos muestra ciertamente el via-je del Evangelio, cómo el Evangelio ha ido más allá. Todo comienza a partir de la resurrección de Cristo. Este, efectivamente, no es un evento entre otros, sino la fuente de una nueva vida. Los discípulos lo saben y, obedientes al mandato de Jesús, permanecen unidos, concordes y perseverantes en la oración. Se reúnen en torno a María, la Madre, y se preparan para recibir la potencia de Dios no de manera pasiva, sino consolidando la comunión entre ellos. Esa primera comunidad estaba formada por 120 hermanos y hermanas, más o menos: un número que lleva dentro de sí el 12, emblemático para Israel, porque representa a las doce tribus, y emblemático para la Iglesia, por los doce apóstoles elegidos por Jesús. Pero ahora, después de los dolorosos eventos de la Pasión, los apóstoles del Señor, ya no son doce, sino once. Uno de ellos, Judas, ya no está allí: se había quitado la vida aplastado por el remordimiento. Ya había comenzado antes a separarse de la comunión con el Señor y con los demás, a hacer las cosas solo, a aislarse, a aferrarse al dinero hasta el punto de instrumentalizar a los pobres, a perder de vista el horizonte de la gratuidad y de la entrega hasta permitir que el virus del orgullo infectase su mente y su corazón, transformándolo de “amigo” (Mt 26, 50) en enemigo y en “guía de los que prendieron a Jesús” (Hech 1, 16). Judas había recibido la gran gracia de formar parte del grupo de amigos íntimos de Jesús y de participar en su propio ministerio, pero en un momento dado pretendió “salvar” la vida con el resultado de perderla (cf. Lc 9, 24 ). Dejó de pertenecer a Jesús con su corazón y se colocó fuera de la comunión con Él y con los suyos. Dejó de ser discípulo y se puso por encima del Maestro. Lo vendió y con el “precio de su iniquidad” compró un terreno que no produjo frutos sino que se impregnó con su sangre (cf. Hech 1, 18-19). Si Judas prefirió la muerte a la vida (cf. Dt 30, 19; Sir 15, 17) y siguió el ejemplo de los impíos cuyo camino es como la oscuridad y se arruina (cf. Prv 4, 19; Sal 1, 6), los once eligieron, en cambio, elegir la vida y la bendición, hacerse responsables de que fluyese en la historia, de generación en generación, desde el pueblo de Israel a la Iglesia. El evangelista Lucas nos muestra que ante el abandono de uno de los doce, que creó una he-rida en el cuerpo de la comunidad, es necesario que su puesto pase a otro. ¿Y quién podría asu-mirlo? Pedro indica el requisito: el nuevo miembro debe

haber sido un discípulo de Jesús desde el principio, es decir, desde el bautismo en el Jordán hasta el final, o sea, hasta la ascensión al Cielo (cf. Hech 1, 21-22). El grupo de los doce necesita ser reconstituido. En este momento se inaugura la praxis del discernimiento comunitario, que consiste en ver la realidad con los ojos de Dios, en la perspectiva de la unidad y la comunión. Hay dos candidatos: José Barsabás y Matías. Entonces, toda la comunidad reza de la siguiente manera: “Tú, Señor, que conoces los corazones de todos, muéstranos a cuál de estos dos has elegido, para ocupar en el ministerio del apostolado el puesto del que Judas desertó” (Hech 1, 24-25). Y, a través de la suerte, el Señor indica a Matías que se une con los once. Así se recons-tituye el cuerpo de los doce, signo de la comunión, y la comunión supera las divisiones, el aislamiento, la mentalidad que absolutiza el espacio privado, un signo de que la comunión es el primer testimonio que ofrecen los Apóstoles. Jesús lo había dicho: “En esto conocerán todos que sois discípulos míos: si se tienen amor los unos a los otros” (Jn 13, 35). Los doce manifiestan el estilo del Señor en los Hechos de los Apóstoles. Son los testigos acre-ditados de la obra de salvación de Cristo y no manifiestan su presunta perfección al mundo, pero a través de la gracia de la unidad, hacen que surja un Otro que ahora vive de una manera nueva entre su pueblo. ¿Y quién es este? Es el Señor Jesús. Los apóstoles eligen vivir bajo el señorío del Resucitado en la unidad entre los hermanos, que se convierte en la única atmósfera posible del auténtico don de sí mismo. También nosotros debemos redescubrir la belleza de dar testimonio del Resucitado, saliendo de actitudes autorreferenciales, renunciar a retener los dones de Dios y sin ceder a la mediocridad. La reunificación del Colegio apostólico muestra cómo en el ADN de la comunidad cristiana hay unidad y libertad de uno mismo, que nos permite no tener miedo de la diversidad, no apegarnos a cosas y dones y convertirnos en mártires, es decir, testigos luminosos del Dios vivo y operativos en la historia.


Domingo 30 de junio de 2019

¡No tengan miedo!

La Iglesia y la familia

Al servicio del Reino J

P. Juan José Torres Galván

esús decide ir a Jerusalén. Decide ir a enfrentar a los que rechazaban su predicación y estaban en total desacuerdo con sus enseñanzas. Jesús decide ir a “meterse en la boca del lobo”, sabiendo bien que sus enemigos tramaban la forma de deshacerse de Él. Ir a Jerusalén equivale a ponerse al alcance de los que tenían el poder en sus manos y podían mover sus influencias para terminar con Él y sofocar el mo-vimiento que empezaba a surgir con su grupo de seguidores. En el camino de subida a Jerusalén acontece un desencuentro con los habitantes de Samaría que se niegan a recibir a Jesús y a sus acompañantes debido a que van de paso hacia Jerusalén. El pueblo samaritano se había separado de la práctica judía y negaban la ayuda a los peregrinos que iban a visitar el grandioso templo de Jerusalén. Santiago y Juan, apodados los hijos del trueno, querían tomar venganza, pero Jesús los reprendió. El discípulo no debe optar por caminos revanchistas y de corresponder al mal con mal… todo lo contrario. Los que seguían a Jesús habían pasado ya por una serie de renuncias y rupturas: romper con sus intenciones egoístas de orientar su vida por el interés económico o el apego a los bienes materiales. El Hijo del hombre no tiene ni siquiera en dónde reclinar la cabeza… A Jesús no hay que seguirlo por interés. La ruptura de los lazos familiares hace que los discípulos estén totalmente libres y disponibles para seguir al Señor donde Él quiera, sin ataduras de ningún tipo. No hay que poner condicionantes al llamado del Señor. Otro requisito para seguir al Señor es romper con el apego a los proyectos personales que son dictados por el egoísmo, al margen de la voluntad de Dios. El verdadero discípulo de Jesús va descubriendo a lo largo del camino que la prioridad en la vida la tiene el Reino de Dios, eso es lo que él o ella debe buscar todos los días de su vida. Servir al Reino de Dios es el valor supremo y lo más importante en la vida del cristiano y de las comunidades que comparten la fe y el seguimiento a Jesús. ¿Vamos captando las exigencias de caminar detrás de Jesús? ¿Buscamos constantemente lo que vaya de acuerdo con los valores del Reino de Dios? Ahí encontraremos siempre una fuente de alegría y sentido para nuestra vida…

¡Levanta la vista y vive de forma real!

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ue tal queridas familias potosinas, les saludo y deseo la mejor bendición de parte de nuestro Dios: que cuide de cada uno de ustedes. Hace ya algunas ediciones he compartido con todos ustedes, la situación a la que nos han orillado el adentrarnos apasionadamente en lo virtual. Desgraciadamente es más fácil comunicarse con una persona que está al otro lado del mundo que tratar a la persona que está a nuestro lado. Hace poco me comentaron sobre un video y que, viéndolo es un material que nos invita a reflexionar sobre “la importancia de la vida, que es más que las redes sociales”. El video comienza con un joven que comparte tener 422 amigos, en las redes sociales, pero que aún con todo eso, él se encuentra solo. Habla con la mayoría de ellos todos los día y, sin embargo, ninguno de ellos lo conoce. Comenta que las redes sociales no son nada, excepto cuando encendemos el aparato y nos encerramos en nuestro cuarto. Toda la tecnología es sólo una ilusión por que cuando te sales de ella te das cuenta de que estás en un mundo lleno de confusión: el mundo en el que nos hemos esclavizado por la tecnología y hemos perdido la emoción. No olvidarnos de los nuestros La reflexión que nos hace este mensaje es que cuando te encuentres en medio de una multitud, levanta tu mirada y deja tu teléfono a un lado, no necesitas mirar al menú o la lista de tus contactos, solo hablemos los unos a los otros, aprendamos a coexistir. Tal vez vivimos situaciones en las que nadie quiere hablar por miedo a sentirse loco, nos estamos volviendo antisociales, ya no podemos encontrar satisfacción en mirarnos los unos a los otros y mirar a los ojos de los demás. Estamos rodeados de niños quienes desde que nacieron nos han visto vivir como robots viéndonos como si fuera la norma. En estos tiempos pensamos que no se es buen papá o mamá del mundo sino puedes entretener a tu hijo de otra forma sino es por medio de una tableta electrónica. Cómo recordar los tiempos de nuestra niñez, tratábamos de salir a jugar sin permanecer mucho tiempo encerrados en casa, “conocíamos a nuestros vecinos, nos raspábamos las rodillas, trepándonos a los árboles, andábamos en bicicleta, en fin todo un verdadero contraste con el se-dentarismo con el que las nuevas generaciones lle-van a cabo su vida. Hoy corremos el riesgo de que ese mundo virtual nos condicione hasta el punto de llevarnos a ignorar nuestro prójimo real”.

Evitemos brechas entre la familia Qué paradoja en la relación de las personas en este mundo virtual, que caracterizan y modifican cons-tantemente las reacciones y preferencias de la sociedad. Esta situación puede llevarnos a esa tentación de alejarnos de los nuestros. Obviamente, a medida que nos lanzamos al “mar abierto” de este mundo virtual, pueden aparecer efectos, por qué no decirlo, buenos pero sin descartar aquellos negativos en las relaciones personales, familiares, de la escuela, del trabajo. Perdonen si me he excedido en mi comentario en torno a este “mundo virtual”, no lo estoy satanizando mucho menos pidiendo que no se haga uso de ello. Hay muchas cosas buenas, sin embargo hay que señalar que los excesos y mal uso de ello pueden afectar. Y si, afecta a la familia, pues sufre los cambios en los procesos de comunicación, interacción y formación entre sus miembros, muchas veces generando brechas entre padres e hijos y, estas se acentúas por la mayor interacción de los hijos con personas y canales virtuales con diferentes valores y perspectivas de la vida. Que lo virtual no impida la verdadera comunicación Que ese mundo virtual en el que nos movemos no impida nuestra verdadera comunicación, esa que nos hace prójimos de nuestros próximos. Es por ello que me uno a la invitación que se hace en esta promoción: “levantemos la mirada y apaguemos la pantalla, aprovechemos los alrededores y hagamos lo que más se pueda durante el día. Necesitamos una conexión real para ver la diferencia de estar ahí, en el que mi próximo me da esa mirada. No perdamos las oportunidades de interactuar con papá, con mamá, con los hijos, con los abuelos, con los amigos. Queridos hermanos y hermanas, estamos tan ocupados mirando hacia abajo, no vemos las oportunidades que se pierden. Así que, “levanta tu vista del teléfono, apaga tu pantalla, tenemos una vida finita de días contados, no gastemos la vida atrapados en las “redes sociales”. No te en-tregues a una vida en el que sigues el camino de la “masa”, dale a los tuyos tu amor, no solo un “me gusta”, desconéctate de la necesidad de querer ser escuchado y definido, ¡sal a conocer el mundo!: ¡levanta la vista del teléfono!, ¡apaga la pantalla! Y ¡vive la vida de forma real!”.

Se despide y les quiere su amigo, hermano, Obispo y Pastor.

+ Mons. Jesús Carlos Cabrero Romero Arzobispo de San Luis Potosí


04

Nuestra historia

¿Por qué es necesario sufrir? Pbro. Lic. Salvador González Vásquez

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El barrio de Tequisquiapam y

su templo parroquial

3ra. Parte

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n 1943 esta clínica adquirió el primer equipo de terapia profunda que hubo en San Luis Potosí. El 15 de marzo de 1961 cerró sus puertas por incosteable, pues los pacientes en su mayoría obreros eran atendidos en el Seguro Social. El inmueble se vendió y en sus instalaciones se estableció el actual Colegio Minerva. Como la mayoría de los barrios, Tequis-quiapan contó con su cementerio el cual se formó a raíz de la epidemia de cólera morbo que azotó al país y a San Luis Potosí en 1833. El ayuntamiento acordó que una comisión fuera a explorar un terreno que se hallaba en los ejidos de la ciudad, al poniente, con el fin de buscar un terreno para abrir un nuevo cementerio donde se enterraría a los fallecidos de cólera. El primer entierro que tuvo lugar en la villa de Tequisquiapan se llevó a cabo el 3 de julio de 1883, en unas zanjas que se abrieron para sepultar a quienes habían muerto a causa del cólera. En las actas del Sagrario se registra que este cementerio fue exclusivo para sepultar a los que morían de esa enfermedad. Sin embargo, jamás se señala la ubicación del mismo, aunque se le cita varias veces durante las décadas siguientes. En noviembre de 1877 los vecinos de

Por Pbro. Rubén Pérez Ortíz

la villa, representados por Agapito Manzanares y Francisco Badillo, solicitaron permiso al ayuntamiento para construir un camposanto, pues dijeron que hacía tiempo –en 1874- les habían clausurado el suyo ya que en 1873 la Junta de Salubridad “como medida de higiene”, había ordenado la clausura de todos los cementerios; sin embargo, se había permitido reabrir el de Tequisquiapan. El caso se turnó al gobernador, quien concedió el permiso por contar los de Tequisquiapan con el terreno adecua-do, situado a extramuros del barrio; además, la construcción correría por cuenta de sus pobladores. En 1878 el ayuntamiento volvió a clausurar el antiguo cementerio, pero en 1879 los vecinos solicitaron que aun las bardas no tenían la altura requerida se les permitiera seguir haciendo uso de él. El cabildo aceptó, pero los condicionó para que primero levantaran la barda. En 1891 se dio la orden de clausurar todos los cementerios de los barrios, pues ya estaba en uso el del Saucito, ubicado al norte de la ciudad. Revisando algunos planos antiguos se puede determinar que el cementerio de Tequisquiapan se ubicó en las actuales calles de Mariano Otero, lado oriente, entre García Diego y Albino García, de ahí que por la zona continúa la leyenda de que en muchas casas de la zona “espantan”

ay quienes piensan, que el sufrimiento es una pasión inútil; pero el sabio, lo ve de manera distinta. Aunque es cierto, que nadie quiere beber el trago amargo del dolor. Y por eso, hacemos de todo, con tal de evadir el sufrimiento; pero en ese intento, cometemos muchos errores. Por evitar el sufrimiento, terminamos padeciendo un dolor más profundo: la tristeza y el vacío. Porque una vida que no duele, acaba por perder su sentido. Ya que éste, nos habla del significado; y el sufrimiento significa algo. Ya lo decía Benedicto XVI: “Podemos tratar de limitar el sufrimiento, luchar contra él, pero no podemos suprimirlo. Precisamente cuando los hombres, intentan evitar toda aflicción, cuando quieren ahorrarse la fatiga y el dolor de la verdad, del amor y del bien, caen en una vida vacía en la que quizás ya no exista el dolor, pero en la que la oscura sensación de la falta de sentido y de la soledad es mucho mayor aún”. (Spe Salvi). El amor, es lo que da sentido a nuestra vida. Pero olvidamos, que el amor también es dolor; y preferimos no amar, para no tener que sufrir. Por esa razón, huimos al compromiso del amor, para no tener que padecer. Hay alguien, que nos ha enseñado el valor del sufrimiento, ese ser, es Jesús. Por eso, en el Evangelio de Lucas, el Señor le dice a sus discípulos:” Es necesario que el Hijo del hombre sufra mucho…y que resucite al tercer día”. El dolor es lo que nos moldea; y nos hace resurgir como hombres nuevos; para de esa manera, darle forma a nuestra identidad. El dolor nos recuerda quienes somos. Porque una vida placentera nos hace olvidar lo que somos. Y el dolor es un mensaje. El dolor, está indicando algo. En cambio, el placer nos confunde, y no nos permite ver la realidad. Por eso, Jesús le pregunta a sus discípulos: “Y ustedes, ¿quién dicen que soy yo? Y esto, para que tengamos claro quién es Jesús; él no vence con las armas, sino con un amor que duele. Es un Cristo que sufre, para así devolvernos la identidad pérdida; para que podamos ser hijos de Dios. El sufrimiento, nos hace descubrir quienes somos, y hacia donde nos dirigimos. Por eso, Jesús habla del camino de dolor, que se dirige a la resurrección. El dolor, es el golpe que nos da forma, y nos transforma en hombres nuevos. El sufrimiento sale sobrando, cuando estamos conscientes de lo que somos. Pero, cómo hemos olvidado nuestro ser, el dolor nos hace reubicarnos. Porque es fácil perdernos entre tantas cuestiones; pero el dolor, nos hace retomar el camino. El sufrimiento, es una clara fuente de información.


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Cosas y Casos de la vida

¿Vas a celebrar Carta a Dios de un sacerdote tus XV años? Lee esto Por: Pbro. Lic. Héctor Colunga Rodríguez

Por: P. Kino

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a verdad, y es opinión personal, los quince años no son la mejor etapa de la vida. ¿Por qué? - Tienes salud para bailar toda la noche, pero tus papás te limitan tiempo de regreso del baile. - Eres medio vanidoso (a) para vestir, y te gusta la ropa de moda y marca, pero no tienes lana. - Te obligan a ir a misa, y para ti resulta aburrida y cansada, sobre todo con padrecitos que no se les entiende nada y duran 37 minutos de homilía (si no es que 38). - Ya no quieres ser tratado (a) como infante, pero aún no eres adulto (a). - Vienen cambios en tu cuerpo y en tu voz, que no son muy agradables esas transiciones. - A veces tu estado de ánimo no es el mejor, y dices: “me siento quien sabe cómo”. Obviamente no entendemos ese estado de ánimo. - Te enamoras de alguien y no es el momento de establecer un compromiso matrimonial, pues la prioridad en esta edad es el estudio, cosa que no te agrada mucho. - Si alguien te dice un piporro, perdón, un piropo, o te agrada por venir de un chico guapo, considerándolo como romántico, o lo acusas de acosador si al chico no lo favoreció la madre naturaleza con belleza física. Es decir, te fijas mucho en las apariencias, y “las apariencias engañan”.

Podré seguir escribiendo más, pero basta con eso. Así que si tienes esta edad, o un poco más o menos, te invitamos a que asistas a tu parroquia y te integres a los grupos juveniles, ahí encontrarás el sentido de tu vida y juventud, al lado de jóvenes que buscan a Jesús.

colunga46561@hotmail.com

Muy estimados lectores:

En un retiro espiritual que asistí, nos pi-dieron que hiciéramos una carta a Dios y esto fue lo que le escribí: Amado Padre: Antes que nada te agradezco que Tú, siendo el tiempo y la eternidad te tomes un espacio para leer estas líneas.

Tú sabes quién soy; me conoces desde antes de existir y me elegiste para que fuera tu representante. Te doy gracias porque me llamaste para ser instrumento de tu gracia, para sanar los corazones heridos y para anunciar a todos que tu amor está vivo. Tal vez me han criticado y señalado por mis malos actos, aunque me esfuerzo día a día por alcanzar el camino de mi conversión, y lograr en la formación permanente una madurez humana y proyectar en mis funciones ministeriales una vida llena del Espíritu de Dios. Te pido perdón si no he sido consciente de mi identidad sacerdotal durante estos 25 años, y no he clarificado más la espiritualidad para llevar mi ministerio en un sentido de responsabilidad en el compromiso evangelizador. Además, te pido que me perdones por no saber escuchar a la gente, por llenarme de actividades y no dar espacio para que expongan sus problemas y reciban de mí un consejo. También te pido perdón, por no tratarte con delicadeza en los sacramentos y sobre todo en la Eucaristía, donde te haces presente por la imposición de mis manos. Y por último, quiero hacerte una petición, fortalece esta vasija de barro donde guardo este regalo que me diste hace 25 años y ayúdame para que el desgano, la apatía e indiferencia no sean parte de mi vida. Los fieles esperan de mi que sea hombre de paz interior, de oración, de servicio y sobre todo amable para tratar a la gente, darles una sonrisa y estar en sus momentos de dolor. Debo configurarme con Cristo el Buen Pastor y desarrollar cualidades humanas que favorezcan el ejercicio del ministerio con honradez, alegría, sinceridad, disciplina, solidaridad con el que sufre, capacidad para trabajar en equipo; constante en la oración y dispuestos al servicio de los demás sobre todo con los enfermos, no importando si son o no de la parroquia.

- Mamá, ¿me compras mi vestido de quince años? - No - ¿Y los aretes y las zapatillas? - No - ¿Y la corona? - No - ¿Por qué mamá? - ¡Porque NO, José Miguel!

Sin más por el momento, un simple siervo tuyo. P.D.: Hazle llegar esta carta a María la madre de Jesús Sumo y Eterno Sacerdote, dile que no la dejo de pensar ni un día, y que con su manto prodigioso me cubra y me libre de todo peligro. A todos los que escuchen este mensaje les pido, oren por mí, oren por nosotros, por todos los sacerdotes. Muchas gracias.


Cantad al Señor

A propósito de Escuelas de Música Sacra

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P. José Abdías Martínez Martínez

l documento de las Orientaciones Pastorales sobre Música Sagrada (OPMS) promulgado por la Conferencia del Episcopado Mexicano en 1997, recomienda que “se estimule una formación musical esmerada de los futuros pastores, tanto en la línea teórica como práctica, y de modo muy especial e indispensa-ble, cuiden la dignidad y belleza de las celebraciones litúrgicas de la misma casa de formación” (No. 57) y de igual modo exhorta a las Escuelas de Música Sacra “que den a sus alumnos una preparación cristiana, litúrgica y técnica cada vez mejor” (No. 58), que son las tres líneas de formación para todo ministro del canto y la música sagrada. Y finalmente solicita a las Comisiones Diocesanas de Música Sagrada (ahora Dimensiones de Música Litúrgica), influir en todas las formas posibles para ayudar a que lo que hemos recomendado sea co-nocido y aplicado. Obedeciendo a las anteriores recomendaciones de nuestros Obispos, y particularmente al deseo de nuestro Arzobispo Don Jesús Carlos Cabrero, nuestra Iglesia Potosina, a través de la Dimensión de Música Litúrgica (DIMUSLI), que forma parte de la Comisión de Litúrgica, ha buscado Promover en nuestra Iglesia Diocesana una adecuada formación a los agentes de pastoral que se desempeñan en el campo del canto y la música, para seguir dignificando su ministerio en las celebraciones litúrgicas, proporcionándoles los elementos que favorezcan su crecimiento en las áreas cristiana, litúrgica y técnica. Y uno de los mayores esfuerzos para respon-der a este objetivo ha sido, sin lugar a dudas, la Escuela de Música y Arte Sacro que, desde hace ya cuatro años de su inicio y bajo la modalidad de cursos de verano y algunos talleres durante el año (Salmodia, Pregón Pascual), brinda capacitación a los Agentes de Pastoral Litúrgica en el Canto Sagrado al servicio de nuestras las comunidades parroquiales. Actualmente esta Escuela está incorporada a la Comunidad de Escuelas de Música Sacra de México (CEMUSAM) para poder ofrecer un Diplomado avalado por la Dimensión Episcopal Mexicana de Música Litúrgica (DEMUSLI) a quienes concluyan el curso de 4 Veranos. Ya estamos por iniciar el quinto curso de verano en Música Sacra, el cual e llevará a cabo del 8 al 26 de Julio en las instalaciones de la Casa de Acción Católica, de lunes a viernes, con horario de 8:00 am a 1:00 pm. Serán 3 semanas intensivas con un total de 74 horas clase y algunos Talleres que responden a la necesidad de una sólida formación Espiritual, Litúrgica y Musical. Para alumnos de nuevo ingreso se pide que tengan aptitudes musicales básicas y vocación por la música sagrada. Hay que presentar copia de Acta de Nacimiento, Copia de Certificado de estudios (mínimo: secundaria), 2 Fotografías recientes tamaño infantil, Carta de recomendación del Párroco, Rector o Superior, pagar una cuota de inscripción y contar con una edad mínima de 16 años y máxima de 40 años. Esperamos contar con la presencia y participación de quienes tienen la habilidad musical y disposición al servicio de la Iglesia en este campo tan importante como es el Canto Litúrgico.

Construir, Cultivar, Conquistar

Ser “pan” para los otros

Por: Pbro. Memo Gil

“Jesús tomó pan, pronunció la bendición, lo partió y lo dio a sus discípulos, diciendo: Tomen y coman, esto es mi cuerpo”. (Mt 26,26) “Dichosos los que tienen hambre y sed de justicia, porque serán saciados”. (Mt 5,6) “No necesitan marcharse; denles ustedes de comer”. (Mt 14,16) “Denles ustedes de comer…” Dice Jesús enfáticamente a sus discípulos. Como dándoles a entender que deben involucrarse, comprometerse directamente con las necesidades de los demás. A los discípulos, les había parecido una solución más fácil despedir simplemente a la gente, que escuchaba al Maestro, para que se las arreglaran por sí solos. Pero Jesús descubre muy poca generosidad y muy poco amor en ésa actitud. Sin duda que los discípulos trataron de ser realistas, y hasta mostraron cierta preocupación por aquella gente. De ahí su observación de que es mejor que se les despida, y remedien, a su manera, su necesidad apremiante de alimento. Entonces Jesús, al indicarles que deben ser ellos mismos quienes deben remediar lo que les angustia, les revela una sensibilidad muy importante que deben tener en cuenta en su ministerio. O sea que si Jesús les está alimentando, en su hambre y sed que padecen de ser tratados como hijos de Dios. Los discípulos tienen el deber, de seguir tratándolos desde ése nivel, y preocuparse por su hambre de fe, de amor, de esperanza. Que padecen no sólo esas personas en ése momento, sino muchas otras multitudes, con quienes entrarán en contacto los discípulos, la Iglesia, nosotros. Una de las grandes necesidades que todas las personas tenemos, es la de saciar el hambre de reconocimiento, de ser tomados en cuenta, de ser valorados y tratados con respeto. Podemos encontrarnos personas aparentemente saciadas de todo, pero que viven hambrientas de amor, de una amistad desinteresada, o de una conversación amable que despierte su interés. Alimentar a los demás de acuerdo al lengua-

je evangélico, y al énfasis que le da Jesús, debemos entenderlo en el mismo sentido en que Jesús se ofre-ce a nosotros: como pan. Jesús es Pan de Vida, así se definirá Él mismo. Así se traducen sus gestos de amor y esperanza, hacia los hombres y mujeres que se cruzaron con Él. La bondad y generosidad con que se ocupó de las necesidades de los otros, nos hablan de éste deseo de alimentar el hambre de todo ser humano en su corazón. De ésta manera, el Mesías pasó haciendo el bien. Y por eso se le reconocía su autoridad al hablar y enseñar. Pues tuvo actitudes claves, que expresó como señales de reconocimiento y consideración hacia toda persona. Por esto mismo, anima a sus discípulos a actuar como Él. Sus palabras son proféticas, pues siempre habrá alguien que busque ser “alimentado”. Es decir, acompañado, escuchado, o-rientado, tratado desde su dignidad de hijo de Dios. Por eso, uno de los mayores pecados de nuestro tiempo, viene a ser la indiferencia. Si permanecemos indiferentes a las necesidades de los otros, o los despedimos para que busquen en otra parte algo que les haga sentir bien. Se estará reflejando simplemente, cuánto nos cuesta comprometernos por los demás. A veces, no son necesarios grandes gestos de altruismo. Basta con saber dar las gracias y alabar el trabajo de los demás. Alimentar buenas y sanas relaciones, pasa por mostrar interés por las cosas de los otros. Saber escucharlos, atendiendo y entendiendo lo que nos quieren decir. Jesús tocaba a las personas enfermas, sabía mostrarles su interés dándoles su tiempo. Esta es nuestra tarea. Nos toca ofrecer ése alimento, para lograr también nosotros quedar fortalecidos interiormente.

El Santo de hoy dar poco a poco a la Alianza sus propios ritos. A su muerte, lo enterraron en la cima del monte Hor. A pesar de sus deseos de entrar en la Tierra Prometida, no lo pudo ver, igual que le pasó a su hermano Moisés. Vino al mundo en los tiempos remotos en los cuales el pueblo egipcio dominaba completamente a Israel. Al contrario que su hermano, que hablaba mal, él poseía el don de la elocuencia.

San Aarón

Hermano de Moisés

E

1 de julio

timológicamente significa iluminado. Viene de la lengua hebrea.

Moisés tuvo la inmensa dicha de que su hermano Aarón le acompañara a lo largo y ancho del difícil desierto camino de la Tierra de Promisión. Fue siempre su apoyo en los momentos cruciales, como por ejemplo, en el monte Horeb o Sinaí en el que Dios entregó al pueblo las tablas de la Ley. Pertenecía a la tribu de Leví. Fue el abuelo que supo

De hecho, en muchas ocasiones tuvo que hablar en nombre de su hermano al faraón egipcio. Y la idea central que perseguía era convencerle para que dejara en libertad al pueblo israelita. Pero, a pesar de su labia, no consiguió que el mandatario supremo de Egipto le dejara marchar. Vistas todas las dificultades y pensando el modo de solucionarlas, los dos hermanos retaron al faraón. Si no los dejaba libres, entonces sobrevendría sobre todo Egipto una serie de plagas que lo llevaría a la ruina y a la muerte. Cuando el fa-raón vio que se cumplían sus predicciones venidas del cielo, Moisés y su hermano partieron hacia la Tierra Prometida en una huida no exenta de muchos obstáculos. Toda la peregrinación por el desierto estuvo plagada de aventuras y de desdichas a causa de la infidelidad de los judíos en su larga marcha. No se creían lo que decían Moisés y su hermano. La más grave fue el culto de la idolatría o culto a dioses falsos, sobre todo al “becerro de oro”. Dios perdonó a todos. Aarón fue nombrado sumo sa-cerdote para ofrecer sacrificios a Dios por los pecados del pueblo. ¡Felicidades a quienes lleven este nombre!


07 Por Luis Marino Moreno Flores

La Madre del Cordero

Juan Eslava Galán Planeta 400 páginas

«Hacemos turismo cultural, visitamos iglesias y catedrales, nos arrobamos ante la belleza de los frescos románicos, de los lienzos renacentistas, de los retablos barrocos, de las imágenes de bulto talladas en sillerías, canecillos y retablos, de las prodigiosas arquitecturas que conforman el edificio, pero no entendemos lo que representan.» ¿Qué diferencia una iglesia de una catedral? ¿Por qué se representa el Espíritu Santo mediante una paloma? ¿Por qué al evangelista San Juan se le muestra unas veces imberbe y otras con barba? ¿Cómo distinguimos a San Judas Tadeo de Judas Iscariote? ¿Hubo una santa tutelar de las prostitutas? ¿Qué determina el grado de santidad de una reliquia? Con la inmensa capacidad divulgativa y el refinadísimo sentido del humor que lo caracterizan, Juan Eslava Galán nos guía por el arte religioso español más importante y nos enseña a interpretarlo y a disfrutarlo. El autor nos ayudará a descifrar el arte religioso que nos rodea a través de su historia y sus representaciones y, en consecuencia, a entender la cultura en la que vivimos y que a menudo desconocemos o hemos olvidado.

Eslava Galán

es doctor en Letras. Entre sus ensayos destacan: Una historia de la guerra civil que no va a gustar a nadie (2005), Los años del miedo (2008), El catolicismo explicado a las ovejas (2009), De la alpargata al seiscientos (2010), Historia de España contada para escépticos (2010), Homo erectus (2011), La década que nos dejó sin aliento (2011), Historia del mundo contada para escépticos (2012), La primera guerra mundial contada para escépticos (2014), La segunda guerra mundial contada para escépticos (2015), Lujuria (2015), Avaricia (2015) y La madre del cordero (2016), entre otros.

Iglesia Universal CIUDAD DEL VATICANO.- En una carta enviada a los presos de la cárcel de la isla de Gorgona (Italia), el Papa Francisco recordó que Dios nunca se cansa de perdonar. “Cuando vamos a pedirle perdón al Señor, Él nos perdona siempre, no se cansa nunca de perdonar y de recogernos del polvo de nuestros pecados”, escribió el Santo Padre a los presos en una carta que fue entregada el sábado 22 de junio por el Cardenal Ernest Simoni. “Todos nosotros cometemos errores en la vida y somos pecadores. Y todos pedimos perdón de estos errores y hacemos un camino de reinserción para no equivocarnos más”, indicó el Santo Padre. CIUDAD DEL VATICANO.- El Papa Francisco dio a conocer el tema que eligió para la Jornada Mundial de la Juventud (JMJ) 2022 de Lisboa: “María se levantó y partió sin demora”. El anunció ocurrió en su audiencia con los jóvenes participantes en el Foro Internacional de los Jóvenes. El encuentro lo organizó el Dicasterio para los Laicos, la Familia y la Vida con el objetivo de promover la implemen-tación del Sínodo 2018. Para los dos años que faltan para la JMJ en la capital de Portugal, el Santo Padre pidió a los jóvenes meditar sobre dos versículos: “¡Joven, a ti te digo, levántate!” (cf. Lc 7,14; Christus vivit, 20) y “¡Levántate! ¡Te hago testigo de las cosas que has visto!” (cf. Hch 26,16). ROMA.- Al celebrar la Santa Misa en la Solemnidad de Corpus Christi en la Parroquia Santa María Consoladora, en el barrio romano de Casal Bertone, el Papa Francisco aseguró que si recibimos de corazón la Eucaristía, “este Pan desatará en nosotros la fuerza del amor”. Con esta fuerza, aseguró el Santo Padre, “nos sentiremos bendecidos y amados, y querremos bendecir y amar, comenzando desde aquí, desde nuestra ciudad, desde las calles que recorreremos esta tarde. El Señor viene a nuestras calles para decir-bien de nosotros y para darnos ánimo. También nos pide que seamos don y bendición”. CIUDAD DEL VATICANO.- “El mundo amazónico pide a la Iglesia que sea su aliada, para que la vida plena que Jesús vino a traer al mundo llegue a todos, especialmente a los pobres”, asegura Instrumentum laboris, documento de trabajo para el Sínodo de los Obispos para la Región Pana-mazónica, con el título “Amazonía: nuevos caminos para la Iglesia y para una ecología integral” que tendrá lugar en el Vaticano del 6 al domingo 27 de octubre de 2019. ECUADOR.- Más de 100 mil personas se manifestaron este 22 de junio en Guayaquil, Ecuador, en defensa de la vida, la familia y la Constitución. Bajo el lema “Respeto a la Constitución, la familia y la vida”, los manifestantes exigieron la nulidad de una sentencia de la Corte Constitucional de Ecuador que abre las puertas al mal llamado “matrimonio” gay, y expresaron su rechazo a intentos de legalizar el aborto, la siembra y consumo “medicinal” de la marihuana y el cambio de sexo de menores de edad sin consentimiento de sus padres.

Iglesia de México MÉXICO.- En el marco del Día Mundial del Refugiado, que se celebró este 20 de junio, la Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM), emitió un comunicado para exhortar a las autoridades y a la sociedad en general a atender la voz del Papa en el sentido de acoger, proteger, promover e integrar a las personas migrantes y solicitantes de refugio que se encuentran en territorio nacional. “No se trata sólo de migrantes, también se trata de nuestros miedos. La maldad y la fealdad de nuestro tiempo acrecienta nuestro miedo a los otros, a los desconocidos, a los marginados, a los forasteros”. Los obispos aseguran que las solicitudes de asilo se han convertido también en un viacrucis para estas personas por los candados o requisitos que retardan su resolución. MÉXICO.- El Consejo de la Conferencia del Episcopado Mexicano, encabezado por Mons. Rogelio Cabrera López, se reunió con el Lic. Andrés Manuel López Obrador, presidente de la República, para entablar un diálogo fraterno y propositivo con la voluntad de colaborar en la construcción de una sociedad más justa, solidaria y en paz. Entre los temas prioritarios que se abordaron se encuentran: la emergencia migratoria y la construcción de paz. Respecto el tema migratorio, se reiteró que la Iglesia Católica quiere seguir coadyuvando en la respuesta a esta emergencia por la que atraviesa nuestro país. Con sus 95 diócesis, 10 mil parroquias, más de 130 albergues, la Iglesia realiza una importante misión de ayuda humanitaria y defensa de los derechos humanos; una labor no siempre reconocida.

Iglesia Potosina SAN LUIS POTOSÍ.- Este día terminamos el mes de junio, y este mes ha sido muy bendecido para nuestra Iglesia Potosina: se han llevado a cabo ordenaciones sacerdotales, muchos de nuestros hermanos sacerdotes han celebrado su aniversario sacerdotal y el Señor Arzobispo continúa con la Visita Pastoral. Las escuelas de Teología y Catequesis han clausurado sus cursos y nuestro Seminario ha enviado a sus seminaristas a pastoral. Que el verano que hemos comenzado siga enriqueciendo el caminar de nuestra Iglesia Potosina. Sigamos manteniendo nuestro espíritu de oración.


“Yo Soy Conchita Armida”

08

Por Pbro. Darío Martín Torres Sánchez

Parte XV

El cuento de nunca acabar

Un destino definido 51 Cuando estaba por cumplirse el tiempo de su elevación al cielo, Jesús se encaminó decididamente hacia Jerusalén 52 y envió mensajeros delante de él. Ellos partieron y entraron en un pueblo de Samaría para prepararle alojamiento. 53 Pero no lo recibieron porque se dirigía a Jerusalén. 54 Cuando sus discípulos Santiago y Juan vieron esto, le dijeron: «Señor, ¿quieres que mandemos caer fuego del cielo para consumirlos?». 55 Pero él se dio vuelta y los reprendió. 56 Y se fueron a otro pueblo. 57 Mientras iban caminando, alguien le dijo a Jesús: «¡Te seguiré adonde vayas!». 58 Jesús le respondió: «Los zorros tienen sus cuevas y las aves del cielo sus nidos, pero el Hijo del hombre no tiene dónde reclinar la cabeza». 59 Y dijo a otro: «Sígueme». El respondió: «Permíteme que vaya primero a enterrar a mi padre». 60 Pero Jesús le respondió: «Deja que los muertos entierren a sus muertos; tú ve a anunciar el Reino de Dios». 61 Otro le dijo: «Te seguiré, Señor, pero permíteme antes despedirme de los míos». 62 Jesús le respondió: «El que ha puesto la mano en el arado y mira hacia atrás, no sirve para el Reino de Dios» (Lc 9, 51-62).

L

os evangelistas, sobre todo San Lucas, describen los sentimientos de Jesús; pero, fuera del relato de la transfiguración, no es común que describan la expresión de su rostro, lo único que señalan ocasionalmente es la fijación de su mirada en alguien. Por tal motivo, la expresión que aparece al inicio de su viaje a Jerusalén, es excepcional: “endureció su rostro”, lo que en nuestra traducción se lee como “se encaminó decididamente”. Naturalmente la expresión dice más que muchas palabras. Por otro lado, su gesto externo es una manifestación de un sentimiento interno. La expresión “endureció su rostro” habla de tomar una decisión terminante, decidirse reso-lutamente, fijar la mirada en un objetivo de modo decidido. Pero, más que palabras, San Lucas prefirió la descripción de un gesto, a fin de destacar la importancia de lo que viene: el valor del viaje a Jerusalén. Por algún motivo San Lucas desea que sus lectores perciban que comienza algo nuevo, que hay una transición a la etapa que él considera más relevante en el ministerio de Jesús. La expresión de su rostro, sin embargo, no reemplaza sus sentimientos de bondad y consi-deración hacia los demás. Paradójicamente,

es durante su viaje a Jerusalén donde más se mani-fiesta su misericordia, su corazón lleno de bondad. Bien podríamos decir que la firmeza de su rostro era firmeza en su misericordia. Se afirma en su decisión de manifestar la misericordia del Padre.

Comulgaba con la frecuencia que me permitía el confesor, pues en esos tiempos muy pocas personas comulgaban diariamente. Era feliz recibiendo la eucaristía, sentía que era una necesidad indispensable para mi vida. Me gustaba mucho rezar, aunque no sabía ni cómo. Por más que preguntaba, no me decían. Rezaba en pequeños apuros de niña o cuando me regañaban. Me escondía en la recámara para platicar con los ángeles, me subía a la azotea de la casa para mirar el cielo. Al acostarme por la noche, tomaba entre mis manos el Crucifijo y lo besaba. El campo, los pájaros de colores, las puestas del sol, las cañadas cubiertas de árboles, la sierra de las mesas de Jesús, yo iba por esos caminos cantando alabanzas a la Virgen María y bendiciendo a Dios por tantas cosas bellas. Pensaba cómo podría yo vivir entre aquellos montes para hacer oración y penitencia, sin que nadie me viera. Encerrada en la biblioteca de mi tío pasaba largas horas entretenida en la lectura del Año Cristiano. Lo que más me impresionaba era lo que ahí decía de las penitencias de los santos. Tenía ganas de morir mártir pero nunca encontraba quien quisiera martirizarme. Entonces, en el patio empedrado de la casa, caminaba de rodillas hasta sangrarme o me encajaba en el estómago los cuchillos de la mesa. -Vamos haciendo penitencia, invité un día a mi hermano Primitivo, pero que nadie lo sepa. -¿Penitencia? -Si, vamos a la azotea. Ahora pégame fuerte con esa disciplina y luego yo te pego. Prohibido quejarse. Lo hacemos por Jesús.

San Lucas se empeña en que el viaje de Jesús a Jerusalén no pase desapercibido. Algo de suma importancia inicia, por eso llama la atención de quien va leyendo la historia. No sólo lo hace señalando el gesto en el rostro, sino reservándole una alto porcentaje de la extensión de su evangelio, así como mucho de su material exclusivo. Todo esto ha llevado a llamar el viaje de Jesús a Jerusalén, como la parte más lucana del tercer evangelio: en ella podemos encontrar numerosas parábolas, entre ellas la del buen samaritano, la de la moneda perdida, la del amigo inoportuno, la viuda insistente, etc. Aunque no es posible darle seguimiento a la ruta geográfica que Jesús traza en su subida a Jerusalén, durante el viaje San Lucas se encarga de recordar en tres momentos, como si fueran tres campanadas, que Jesús está en movimiento con un destino definido: Jerusalén.

Texto tomado del libro “Yo Soy Conchita Armida” por Mons. Antonio Peñalosa



Fiesta Patronal en la Parroquia de Jesús Divino Maestro

Por: Gustavo Alejandro García V.

El pasado viernes 7 de junio del presente año se llevó a cabo la fiesta Patronal de Jesús Divino Maestro ubicada en la colonia Loma Alta, presidida por el Sr. Arz. Jesús Carlos Cabrero Romero, el Sr. Cura; Carlos Medina López, el Pbro. Lucio Zarazúa Carrizales vicario, así como por sacerdotes invitados Durante la celebración se realizó la Confirmación de más de 150 jóvenes que fueron previamente preparados para recibir el sacramento. Los jóvenes vestidos para participar en la festividad solemne, llegaron acompañados por sus padres y padrinos, portando su vela y su biblia. El Sr. Arz. D. Jesús Carlos Cabrero Romero; indicó que con la confirmación se fortalece y se completa la obra del bautismo, pidió a los confirmados durante la homilía a ser testigos de Cristo, transmitir y defender su fe. Uno a uno fueron ungidos con el “Santo Crisma”

Fiesta en honor a San Antonio de Padua

Tercer Aniversario de Cáritas Parroquial en Morales

Por: Paco Ramírez

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l pasado 12 de junio la Parroquia de Nuestra Señora de los Dolores celebró los 3 años de Cáritas Parroquial en Nuestra Señora de los Dolores ubicada en la colonia Morales. Felicidades por su entrega generosa a Cristo en los que sufren, en los vulnerables, en los que menos tienen. Dios bendiga du trabajo y lo haga fecundo.

l pasado 13 de junio la comunidad de Arroyos, perteneciente a la Parroquia de la Inmaculada Concepción de María, en la Delegación de la Pila, llevó a cabo su fiesta patronal. En nuestra comunidad celebramos dos fiestas, la del Sagrado Corazón y la de San Antonio de Padua. Es costumbre que cada fiesta la celebremos en el domingo más cercano al día de la festividad a la que está dedicada cada capilla; sin pasar de largo en día propio que nos indica la liturgia. Es por eso que los días 13 y 16 de junio estuvimos de manteles largos. Festejando a San Antonio en nuestra comunidad, que encomendamos a la intercesion de nuestro santo patrono. Fueron días muy hermosos, pues además de las entradas de cera y ambientes festivos, pudimos tener la celebración de la Santa Misa todos los días de la novena, teniendo como reflexión un rasgo de nuestro santo patrono. Agradecemos a nuestros sacerdotes, así como a la directiva de la capilla y a todos los que hicieron posible su realización: grupos, movimientos y paisanos en EUA.

Primeras Comuniones Fiesta Solemne en Honor de la Divina Providencia en Ojo Caliente

Por: Gustavo Alejandro García V.

Por: Mayra Janette Sandate

L

a Parroquia del Sagrado Corazón de Jesús en Ojo Caliente abrió sus puertas a 28 niños que recibieron por primera vez el cuerpo de Cristo el pasado 15 de junio. La celebración eucarística fue en punto de las 13:00hrs. presidida por el Pbro. Gerardo Torres, acompañando también a los festejados, estuvieron las maestras de catecismo Amelian y Luz Salazar.

E

l pasado 16 de junio del presente año; se llevó a cabo la Fiesta Solemne en Honor de la Divina Providencia, se realizó una solemne celebración eucarística presidida por el Sr. Arzobispo Don Jesús Carlos Cabrero Romero. A partir del día 13 de junio se han llevado distintas actividades en la Parroquia; comenzando el primer día del trisagio, con la Hora Santa y bendición con el Santísimo, celebración por el Sr. Cura; José Luis Guzmán Pérez y conferencias “sobre Dios Espíritu Santo” impartidas por el Pbro. Lic. Salvador González.


Domingo 30 de junio de 2019

Caminemos juntos

V

isitar a los enfermos y recibir a los niños es amar a Jesús. Ellos fueron los protagonistas del Evangelio, pero también ahora de la Visita Pastoral que se llevó a cabo los pasados 13 y 14 de junio en la Parroquia de Corpus Christi, Colonia Benito Juárez, Soledad de Graciano Sánchez, del Decanato Nuestra Señora de la Soledad. Fueron variadas las actividades que se realizaron en esa parroquia: Visita a algunas colonias, la Asamblea Parroquial, encuentro con niños, con los jóvenes. Sin duda esta fue una oportunidad para afianzar más la fe de la comunidad y descubrir la importancia de caminar juntos. Fue también el turno de la Visita Pastoral en la Parroquia de la Inmaculada Concepción de María, Col. Enrique Estrada, Soledad de Graciano Sánchez. La gente se desbordó de alegría al recibir al Sr. Arzobispo como aquel que viene a confirmarles en la fe. La Visita Pastoral fue un acontecimiento que

Por: Vicaría de Pastoral

marcó profundamente el caminar pastoral, ya que en la diversas actividades, así como en la Asamblea Parroquial se trazó el itinerario a seguir en las actividades pastorales a realizar. Emprender un camino, es signo de vida y de confianza en Dios ante lo desconocido y las caídas. Ambas comunidades parroquiales demostraron estar en camino, pero estos días lo hizo junto con su pastor, saliendo a las calles, visitando enfermos y compartiendo los dolores de la vida, viviendo la solidaridad y por lo tanto, aprendiendo a ser una verdadera comunidad. Porque caminar juntos es fortalecer el alma y es ayudarnos a llegar a Jesús. No te pierdas los avances de la sexta temporada de la Visita Pastoral en el decanato Nuestra Señora de la Expectación. Utiliza los #Elobispoenmiparroquia #VisitaPastoral.


Celebrando al Señor

Valor didáctico de la liturgia

P. Pedro Mexquitic Arredondo

Aunque la sagrada Liturgia sea principalmente culto de la divina Majestad, contiene también una gran instrucción para el pueblo fiel. En efecto, en la liturgia, Dios habla a su pueblo; Cristo sigue anunciando el Evangelio. Y el pueblo res-ponde a Dios con el canto y la oración. Más aún: las oraciones que dirige a Dios el sacerdote —que preside la asamblea representando a Cristo— se dicen en nombre de todo el pueblo santo y de todos los circunstantes. Los mismos signos visibles que usa la sagrada Liturgia han sido escogidos por Cristo o por la Iglesia para significar realidades divinas invisibles. Por tanto, no sólo cuando se lee “lo que se ha escrito para nuestra enseñanza” (Rom., 15,4), sino también cuando la Iglesia ora, canta o actúa, la fe de los participantes se alimenta y sus almas se elevan a Dios a fin de tributarle un culto racional y recibir su gracia con mayor abundancia. (SC 33).

L

a Constitución litúrgica conciliar, aun declarando que la liturgia es principalmente culto a Dios, reconoce al mismo tiempo su valor educativo. La dimensión educativa de la liturgia es acogida ante todo en la relación dia-lógica que se instaura entre Dios y el hombre, y que es expresado ritualmente de manera particular en la liturgia de la Palabra. La liturgia de la Palabra en la misa y en cada celebración sacramental es de hecho estructurada en la dinámica «proclamación y escucha/respuesta». Pensemos en las dos grandes partes que la constituyen: la proclamación de las lecturas y la respuesta del pueblo en la profesión de fe y en la oración de los fieles. Si luego examinamos a detalle las secuencias rituales que la componen, vemos que a la primera lectura (momento de escucha) le sigue la respuesta del pueblo en el Salmo responsorial; a la segunda lectura (nuevo momento de escucha) le sigue el canto de proclamación del Evangelio, a la programación del Evangelio le siguen la grande profesión de fe y la oración en la que los fieles, inspirados por la palabra escuchada, ejercitan su sacerdocio bautismal, orando por todos los hombres y llevando así a maduración los frutos de la liturgia de la Palabra. En la liturgia de la Palabra se pone de este modo en evidencia que Dios educa a su pueblo entrando en relación con él. Benedicto XVI expresa bien esta realidad al inicio de su exhortación apostólica Verbum Domini: «La novedad de la revelación bíblica consiste en que Dios se da a conocer en el diálogo que desea tener con nosotros. La Constitución dogmática Dei Verbum había expresado esta realidad reconociendo que “Dios invisible, movido de amor, habla a los hombres como amigos, trata con ellos para invitarlos y recibirlos en su compañía”» (n. 6). Un segundo aspecto de la educación educativa de la liturgia está relacionado con el conocimiento de la Sagrada Escritura y de la historia de la salvación que la liturgia favorece particularmente en el itinerario del año litúrgico. La Constitución litúrgica conciliar de hecho afirma que «es la fuente primaria y necesaria de donde han de beber los fieles el espíritu verdaderamente cristiano» (SC 14). A ello hacen eco las Premisas de la Ordenación de las Lecturas de la Misa (OLM) en las que es reiterado el valor didáctico del Leccionario como instrumento pedagógico: Aunque la acción litúrgica, de por sí, no es una forma de catequesis, incluye, no obstante, un carácter didáctico que se expresa también en el Leccionario del Misal Romano, de manera que con razón puede ser considerada como un instrumento pedagógico para el fomento de la catequesis (OLM 61). La Ordenación de las Lecturas es útil instrumento pedagógico porque presenta los hechos y los dichos más importantes de la historia de la salvación, de modo que esta historia de la salvación, que la liturgia de la palabra va recordando paso a paso en sus diversos momentos y sucesos, aparece ante los fieles como algo que tiene una continuidad actual al hacerse presente de nuevo el misterio pascual de Cristo, celebrado por la Eucaristía. Además es «una distribución de lecturas bíblicas que suministra a los cristianos el conocimiento de toda la palabra de Dios, conforme a una adecuada explicación» (OLM 60); dicha proclamación, que se desarrolla en el curso de todo el año litúrgico consiente a los fieles «a que, de modo gradual, los cristianos conozcan más profundamente la fe que profesan y la historia de la Salvación» (OLM 60). En síntesis, el Leccionario está organizado de manera que pueda consentir a los fieles un profundo conocimiento de la historia de la salvación, ofrecida a través de una orgánica distribución de las lecturas bíblicas en el curso del año, de manera que esta historia sea acogida en su continuo actuarse en el hoy. De este modo será posible adquirir con gradualidad una mayor consciencia de la fe que se profesa. Finalmente podemos notar cómo la dimensión educativa de la liturgia se expresa también cuando «la Iglesia canta, ora o actúa». Por ende la acción litúrgica en su conjunto y en cada cosa tiene un valor didáctico. La liturgia de hecho es considerada no como simple instrumento, sino como fuente de comprensión de la fe, lugar en el que la fe es puesta en juego; comprendida y vivida como lugar educativo en la dimensión eclesial de la oración, donde ella educa en el sentido de Dios introduciéndonos en el sentido de la Iglesia.

¡Pónganse en camino!

La Cruz y el martirio hoy

Discípulos misioneros

Parte II

La fuerza divina de la cruz aparece en la resurrección. Es la cruz del misterio pascual, tal como lo predica San Pablo: “Nosotros predicamos a un Cristo crucificado… que es fuerza de Dios y sabiduría de Dios (1Cor 1,2324). En la “humillación” y “exaltación de Cristo” (cfr Fil 2, 5-8), se describe el misterio de la Encarnación y de la Redención, como despojamiento total de sí, que lleva a Cristo a vivir plenamente la condición humana y a obedecer hasta el final el designio del Padre. Se trata de un anonadamiento del amor, es decir, está impregnado de amor expresa el amor. La fuerza apostólica del cristianismo sadoca sólo en Cristo resucitado, que fue “exaltado”, porque “se humilló hasta la muerte de cruz” (Fil 2,8). Por esto el apóstol no se avergüenza de predicar el Evangelio, “para no desvirtuar la cruz de Cristo” (1 Cor 1,17). La participación en la cruz pascual de Cristo, comporta una disponibilidad martirial. El martirio, tan frecuente en toda la historia de la Iglesia, es una nota constante en la misión, se dice que, en nuestros tiempos, el mártir es signo de ese amor formado seriamente en consideración a la vocación cristiana, en la cual el martirio es una posibilidad anunciada ya por la revelación, no puede excluir esta perspectiva en su propio horizonte existencial. Desde todos los tiempos de la Iglesia, se ha considerado el martirio como algo indispensable para el primer anuncio evangélico y, de modo especial, para la implantación de la Iglesia. El hecho del martirio cristiano siempre ha acompañado y acompaña la vida de la propia Iglesia; siempre dispuesta a dar la vida por el anuncio de su Señor. Sin embargo hay que distinguir entre el martirio de sangre y el de una vida sacrificada ocultamente. Pero siempre quedará en pie su valor de “signo” radical que acompaña necesariamente al mensaje predicado: “dar el supremo testimonio de amor, especialmente ante los perseguidores” (LG 42). Por tanto, el martirio es una ratificación del las bienaventuranzas, como signo de la santidad de la Iglesia. Es anuncio solemne y compromiso misionero para que el esplendor de la verdad moral no sea ofuscado en las costumbres y la mentalidad de las personas y de la sociedad; pues si bien, el martirio es el testimonio culminante de la verdad moral, al que re-lativamente pocos son los llama-

Pbro. Rafael Quintá ponganseencamino@hotmail.com

dos, existe no obstante un testimonio de coherencia que todos los cristianos debemos estar dispuestos a dar cada día, incluso a costa de los sufrimientos y de grandes sacrificios. El martirio, comporta y significa el testimonio cualificado, hasta el hecho del derramamiento de sangre. El mártir es testigo, pues, del misterio pascual de Cristo. Santo Tomás define el martirio como un acto de fortaleza. El título de “mártir” está indisolublemente ligado al de “apóstol”: “Vosotros daréis testimonio, porque desde el principio estáis conmigo” (Jn 15, 27); “Seréis mis testigos… hasta el extremo de la tierra” (Hch 1,8; cfr. Mt 10, 17-20). La actitud martirial consiste en la disposición de dar la vida, en unión con el sacrificio de Cristo, para testimoniar la fe. No sería posible esta actitud oblativa y martirial sin la fuerza del Espíritu Santo (cfr. Mt 10,20). Los apóstoles se presentan como “testigos” de la muerte y resurrección del Señor, ya desde Pentecostés: “Nosotros somos testigos” (Hch 2,32). Juan, en el apocalipsis, se presenta como Testigo (mártir) (Apoc. 1,2-9), y narra entre otras pruebas eclesiales el martirio de los que son fieles a Cristo hasta dar la vida por él (Apoc. 6,9: 7,914; 11, 1-13). Por tanto, la sangre de los mártires, ya se ha mezclado con la sangre del Cordero y por ello forma con él un mismo sacrificio. Ahora bien, la vida misionera tiene un sentido martirial, porque trasparenta el mensaje evangélico “con caridad sincera, y si es necesario, hasta con la propia sangre” (AG24). Es un signo preclaro de la santidad de la Iglesia y se convierte en anuncio solemne y compromiso misionero. Decía Juan Pablo II: “los mártires son anunciadores y los testigos por excelencia”. El martirio es una constante misionera desde los inicio del cristianismo. Es un don de Dios que ha llegado a ser “patrimonio común” de todos los cristianos, incluso de muchas personas de buena voluntad. La Iglesia se encuentra siempre en estado de persecución. A los cristianos los persiguen, y sin embargo, los mismos que los aborrecen, no saben explicar el motivo de su enemistad. El mundo aborrece a los cristianos, sin haber recibido agravio de ellos, porque se oponen a los placeres (Carta a Diogneto). Hoy en día hay nuevos modos de martirio, especialmente por la persecución pseudocultural, el uso del argumento del ridículo, las intimidaciones, la humillación y la calumnia, intentando destruir la persona o también marginarla de la sociedad.


Domingo 30 de junio de 2019

De pájaros y lirios

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Por: Juan Jesús Priego

Leyendo hoy un interesante libro titulado La poesía de Jesús, escrito por el sacerdote dominico español José Luis Espinel, me encuentro con una traducción distinta de aquellas palabras del Señor que yo me sabía así: “Reparad en los pájaros del cielo: no siembran, ni siegan, ni tienen despensa, ni guardan en graneros; sin embargo, Dios los alimenta. Ahora bien, ¿no valéis nosotros más que ellos? ¿Y quién de vosotros, por mucho que se preocupe, puede acrecentar un centímetro a su estatura?... Contemplad los lirios cómo crecen: no trabajan y tampoco hilan; no obstante, yo os digo que ni Salomón con toda su magnificencia estuvo jamás vestido como una de estas flores. Pues si a una hier-ba que hoy está en el campo y mañana se echa al horno Dios así la viste, ¿cuánto más cuidará de vosotros, hombres de poca fe?” (Lucas 12, 24-28). Así me sabía yo este discurso de Jesús; en él se habla de pájaros y lirios. Pero ahora que leo esta nueva traducción –hecha, además, por un profesor de Exégesis del Nuevo Testamento- me encuentro con que en vez de pájaros se habla de cuervos, y que allí donde uno se imagina lirios o azucenas habría que pensar más bien en una flor de aspecto nada extraordinario ante el que los beduinos de Palestina pasan de largo llamada anthemis. Es claro que hablar de lirios y pájaros es mucho más poético, pero gracias a esta nueva traducción las palabras de Jesús se vuelven aún más significativas, si es que se me permite hablar así. Según dicha traducción, las palabras originales de Jesús pudieron haber sido éstas: “Mirad los cuervos: no siembran ni cosechan, no tienen despensa ni granero, ¡y Dios las alimenta! ¡Cuánto más valéis vosotros que los pájaros!”. Sí –dice José Luis Espinel-, Lucas 12,24 indica a qué tipo de pájaros se refiere Jesús: a los odiados y denigrados cuervos. Para la Biblia eran impuros “toda clase de cuervos” (Levítico 11, 15). ¿Y qué dice nuestro autor acerca de los li-rios? He aquí sus palabras: “La expresión lirios del campo debe leerse en sentido amplio, poético, los lirios que el campo tiene, que no son propiamente lirios. El mejor estudio sobre este tema es un breve trabajo de tres páginas que, al parecer, ha pasado inadvertido a los comentaristas de este texto. Es un artículo de M. y Mme. Ha-Reubeni, del Museo de plantas bíblicas de Jerusalén, cuya conclusión es que no se trata de lirios, pues éstos no arden, ni de anémona coronaria, como algunos autores han dicho, pues ésta no sirve para arrojar al horno, mientras que Mateo y Lucas hablan de hierba ‘que hoy crece y mañana es arrojada al fuego’. Jesús avisa en su dicho de los lirios con la expresión pero yo os digo (v. 27b). Esto es una llamada de atención: ‘Indicaría que esta planta tenía una belleza muy particular que no sería perceptible a primera vista, ni al primero que llega, y sobre la que él llamaría la atención como haría un poeta desvelando una belleza inesperada. El calificativo ‘hierba del campo’ indica que se trata de flor tipo hierba, no lirio propiamente dicho. No podemos admitir que la expresión hierba del campo sea sólo una figura retórica, pues esto no está en el carácter del estilo hebreo de este tiempo’ (M. y Mme. Eprahim Ha-Reubeni). La conclusión de estos autores de la Universidad Hebrea de Jerusalén es que se trata de una pequeña flor blanca tipo anthemis, que tiene una corona que recordaría a Salomón. “La pequeña ‘anthemis’, flor no cotizada para

el adorno, que de hecho en Palestina se arroja al horno como hierba cuando se seca, sería el paralelo humilde y olvidado de las plantas correspon-dientes a los desprestigiados cuervos. A ambos Dios los ama y cuida de ellos. ¡Cuánto más cuidará de sus discípulos! Y termina así su comentario el padre José Luis Espinel: “La fuerza de estos argumentos se apoya en que Dios ama lo insignificante y deva-luado. Por eso estropeamos su poesía si en Mateo, que sólo dice pájaros, pensamos en pájaros de exótico plumaje y bello canto, y si nos imaginamos los lirios más purpúreos de un cuidado jardín”. ¡Nada, pues, de quetzales, pavo reales ni gorriones! Aquí los coloridos plumajes no tienen nada que ver. Tampoco habló Jesús de bellas flores de invernadero como las amapolas o las nochebuenas. ¡No! Él habló de cuervos -animales a primera vista feos- y hierbas del campo que no sirven, en apariencia, para nada: ni siquiera para hacer con ellas cálidas infusiones aromáticas. Si Dios cuida hasta las aves más despreciables; si viste de verde y ocre a las hierbas más humildes, ¿cómo no va a preocuparse de sus hijos e hijas? Cuando uno oye hablar de lirios, ¿cómo no imaginárnoslos blancos, erguidos, majestuosos? Pero Jesús no piensa en esta belleza, sino en la más secreta de aquella ante la que hay que inclinarse para descubrirla. ¿Y los cuervos? ¡Ah, desde los tiempos de Edgar Allan Poe hemos aprendido a desconfiar de ellos! Jesús, en cambio, nos los puso como ejemplo de eso que bien podríamos llamar santa despreocupación. ¡Vamos, ni siquiera de ellos se olvida Dios! Sí, me ha puesto feliz saber todo esto. Porque, si pájaro soy, no podría ponerme a mí mismo ciertamente entre los más bellos; y, si hierba, más me parezco a las de campo que a las de invernadero. Pero, aún así, para Dios soy valioso. ¡Él cuida de mí! Termino esta meditación –por llamarla de este modo- con una frase de Ralph Waldo-Emerson: “Una hierba mala es una planta cuyas virtudes aún no han sido descubiertas”. Dios, en efecto, no crea tonterías, y al contemplar a cualquiera de sus criaturas, aun la más pequeña e insignificante –esa de la que no sabríamos explicar para qué está ahí, deberíamos preguntarnos: “¿Con qué objeto la crearía Él?”. Sólo entonces empezaremos a dete-nernos, a acercarnos, a comprender y, por último, tal vez a amar. Parafraseando al filósofo nortea-mericano, podríamos decir nosotros también: “Una hierba fea es una planta cuya belleza aun no ha sido descubierta”, a la que no nos hemos acercado bastante, ante la que no nos hemos inclinado aún para descubrir lo que sólo Dios sabe de ella.

Sabías que…

Te has preguntado ¿por qué algunas ordenes religiosas llevas los pies descalzos? El día de hoy recordamos la edición número 25 en la que el Pbro. Efraín Moreno, actual rector del seminario nos comparte una breve respuesta de por qué los pies descalzos… A Jesucristo y a sus discípulos con frecuencia se les representa descalzos para indicar su obediencia al mandato “no lleven bolsa, ni alforja, ni sanda-lias” (Lc. 10,4). Siguiendo su ejemplo, varias órdenes religiosas no llevan calzado (aunque la mayoría usa sandalias), entre ellas las Carmelitas Descalzas, que fueron fundadas en el siglo XVI por Santa Teresa de Ávila. A menudo, también a los peregrinos se les presenta descalzos como símbolo de humildad o de pobreza.


Protocolo de Instrumentos Publicos año de 1592 del escribano real Pedro Venegas (Vigésima Quinta Parte)

José Ricardo García López Investigador en retiro de la Facultad de Derecho de la UASLP. Escritura número 47 (comienza en la misma foja donde termina la anterior, continúa al reverso muy manchada rota y agujerada por las polillas). En el Cerro del Potosí en veinte y cuatro días del mes de septiembre del año de mil e quinientos y noventa y dos años, ante mí el escribano y testigos de iuso escriptos, pareció presente Alonso Hernández Talavera vecino del Fresnillo del reino de Galicia estante en estas minas del Potosí de la Nueva España (continúa a la vuelta. Se rescatan frases y palabras sueltas de los primeros diez renglones). …En cuanto… en este Cerro del Potosí de la Nueva España… de minas que Diego de León… e ansí mismo por dos mil e quinientos… de Gregorio de León las minas … que tenía en estas dichas minas y su jurisdicción… pesos de oro común como consta de… que los susodichos les otorgaron y … dichas compras y fue condición que la tercera parte… diese a vos Juan de Valle que estáis presente… y las compró para ambos en esta manera dicha y para la paga le ha dado y pagado tres mil e quinientos y treinta y dos pesos y dos tomines y ocho granos… renunció la Ley e caución de la pecunia como se contiene y en la

forma que más al derecho del dicho Juan de Valle haga… la tercera parte de todas las dichas minas y partes de minas y solares que compró de los susodichos y si acaso algún derecho adquirió a la dicha tercera parte de todas ellas con la renuncia que el dicho Juan de Valle para que sean suyas y de quien quisiere y le dio facultad para que pueda tomar la posesión de todo ello según está dicho judicialmente o como quisiere y en el interin que no la tomare se constituye por su inquilino y para que lo labrase? por bueno y cumpliera lo susodicho obligó su persona y bienes y dio poder a las justicias de Su Majestad de cualesquier partes que sean, donde se sometió e renunció su jurisdicción, domicilio y vecindad y la ley si convenerit para que las dichas justicias o cualquier de ellas le apremien a la paga y cumplimiento de lo que dicho es como por sentencia pa-sada en cosa juzgada y renunció las leyes de su favor y la general del derecho y lo otorgó y firmó de su nombre, siendo testigos: Juan de Saldivar Mendoza y Diego Muñoz y Bartolomé Camacho estantes en estas minas. Alonso Hernández Talavera (rúbrica) Ante Mí Pedro Venegas (rubrica) Escribano real. Escritura número 48

(practicamente es solo un pedazo de papel del que extraemos algunas frases y palabras sueltas) Sepan cuantos esta carta vieren como yo Francisco Ramírez… los zacatecas, estantes en estas minas del Cerro del Potosí otorgo y reconozco por esta carta… otorgo mi poder cumplido cuan bastante de derecho se re-quiera… a Mateo de Ribera que está presente… a mi nombre pueda tomar e tome… nombramientos que se hicieren de mi… demasías y partes de mina… labre… catear y tomar la posesión …y tomar o tome la posesión de … e ansimismo (sic)… tomar e tome y no la parte que le pareciere… recibiere… solares para casas e haciendas de minas… e registrar e sacar por testimonio… para todo eso y lo a ello dependiente le doy poder cumplido y con general administración y lo relevo… y otorgó y firmó de su nombre siendo testigos: Diego Muñoz y Diego de Segovia y Juan de Cárdenas estantes en este Cerro del Potosí, y al otorgante doy fe que conozco y es fecho en este Cerro de Potosí a veinte ocho días del mes de septiembre de mil e quinientos y noventa y dos años. Va testado: de y no vala. Francisco Ramírez (rubrica). Ante Mí: Pedro Venegas (rubrica) Escribano Real.

La mentira, obra del demonio

L

a Ideología de Género, es la falacia más grande y perversa que el Demonio ha infundido en el entendimiento del hombre. Ningún humano por sí mismo pensaría en este concepto. Es el reto más grande que el demonio ha puesto a Dios creador. Existen adoradores de Satanás a quien venden su alma, con la seguridad de ganarle la batalla al Señor, y lo más triste es que ellos son engañados, y embelesados por la mentira, creen que el demonio triunfará porque este así se los ha prometido y esperan convencidos vivir entre deleites depravados aquí y después de la muerte. Están embrutecidos por las promesas de su líder, y su fin es la condenación. Es la única forma de explicar la perversidad de esta ideología, que sin fundamento científico y contra la naturaleza propone ideas a-berrantes en cuanto al género de las personas, distorsionando la creación divina. Lo que es indignante es que quienes la proponen dan por hecho que esta se aceptará dada la ignorancia de los pueblos y por el poder de quienes la tratan de instalar en forma totalitaria en la vida de las personas. Para ello se aprovechan de llamativas atracciones como el consumismo, el hedonismo, la indiferencia, la moda, la sensualidad, la “educación” sexual etc., que también confunden a la gente y que la llevan a conductas irresponsables y frívolas que las deslumbra distrayéndolas de la maldad de sus intenciones. La intención clara de esta ideología es destruir a la familia, promover la homosexualidad, instaurar la unión de homosexuales, provocar la lucha de sexos, borrar el concepto natural de matrimonio, etc., en otras palabras corromper a la humanidad.

Por: Humberto Aguilera Aldana

Es importante recalcar que están trabajando en la perversión desde la infancia, a través de un estado laico liberal y radical, que desecha la verdadera laicidad que busca el bien común a través de una educación integral fundamentada en valores humanos universales, absolutos y que han tratando, a toda costa, de convertir en relativos, y que no se sustentan en la verdad y la conciencia de las personas. Cristo lo dijo muy claramente: cuídate de aquel que quiere matar tu alma, no te preocupes por quien desea matar tu cuerpo. Esa es la intención de esta funesta ideología, destruir el alma, pervertirla, alejarla de Dios. “Cuando los hombres de estado abandonan su propia conciencia privada a causa de sus “deberes” públicos, llevan a su país por un camino corto hacia el caos” (San Tomas Moro, película “Un hombre para la eternidad)” Esto es lo que estamos viviendo en la actualidad, a través del poder del gobierno que está dirigido por personas totalmente alejadas de las creencias, valores y principios de nuestra nación, y que están buscando cualquier oportunidad para establecer sus nefastas ideologías. Dios al crearnos nos dio una conciencia que nos advierte de la maldad de las ideas y acciones, para protegernos de las insidias del demonio y de nuestra propia debilidad, no abandonemos ese tesoro que nos ayuda a vivir rectamente de acuerdo con las enseñanzas de Cristo, no caigamos en el juego de los enemigos de la Iglesia y sus perversas ideas, que son oropel y nos llevan al caos moral.


Pastoral de la familia

El talento es una habilidad natural L.S.E.D. María Teresa de Guadalupe Perea Parrales Área 4 de la Pastoral Familiar de la Arquidiócesis de San Luis Potosí

“E

l talento es una habilidad natural, una manera recurrente de pensar, de hacer, de comportarnos, que va a tener ciertas características. El talento no es valor, es algo innato que sale fácil. Se va a convertir en valor a partir del ejercicio de ese talento hasta convertirlo en una habilidad. A partir de los talentos vamos a construir los puntos fuertes de nuestra personalidad y recons-truimos la autoestima. Es importante que los puntos fuertes de mi personalidad se construyan en mi proyecto de vida.” Psic. María José Soler.1 Al respecto, pensando en la vida más allá de la muerte, “Hay que servir para trascender”, así expresan las instrucciones de atención al cliente, de cierta cadena comercial. Cada talento propicia la capacidad de una habilidad y cada habilidad educada y desarrollada, puede lograr en la persona un valor, que luego será virtud, según obtenga específicas caracte-rísticas. Según Joseph Piper en su libro “Las virtudes fundamentales” afirma que: “la virtud significa que el hombre es verdadero, tanto en el sentido natural como el sobrenatural. Afirma que la virtud es la elevación del ser en la persona humana, es lo máximo a que puede aspirar el hombre, o sea, la realización de las posibilidades humanas en el aspecto natural y sobrenatural (p. 15). De esta manera, el hombre virtuoso es tal que realiza el bien obedeciendo a sus inclinaciones más íntimas.” Esto quiere decir que la persona actúa, piensa y se comporta en virtud, desde lo más profundo de su corazón. Veamos lo que dice el Catecismo de la Iglesia en el numeral 1803: «La virtud es una disposición habitual y firme a hacer el bien. Permite a la persona no sólo realizar actos buenos, sino dar lo mejor de sí misma. Con todas sus fuerzas sensibles 1 2

http://cursosadistancia.icm.org.uy https://es.catholic.net

y espirituales, la persona virtuosa tiende hacia el bien, lo busca y lo elige a través de acciones concretas. El objetivo de una vida virtuosa consiste en llegar a ser semejante a Dios». Difiere un tanto a lo que llamamos valor, el valor es aquello que es digno de mi complacencia o estimación, es porque conviene a mi naturaleza, lo que le perfecciona y le interesa desde una valoración. Y si todo ser es perfecto en cuanto ser, será a la vez conveniente y apetecible a otros. Según David Vague2, es pues el va lor, un aspecto muy humano, que nos ayuda a observar lo trascendente de la virtud. Tú y yo debemos servir para trascender y servir a nuestro hermano, actuando así nos conducimos en el camino, en el que hemos de gozar la presencia de Dios, en la otra vida. Creo que hablar con claridad, aporta iluminación al formar para la vida a los jóvenes, a los hijos y aún, a nosotros mismos. Por ello, es loable y aun heroico vivir coherentemente a lo que crees y amas, que intentar ser apetecible y conveniente a otro. Para ti ¿qué no es mejor, ser virtuoso, a ser persona de valor? Ocuparse en la forma en que nos comportamos, pensamos y somos, es tarea de cada uno, no de otro, la vida es mía, es un don de Dios para mí y hay que estar dispuesto a vivirla, pero siempre con el objetivo de llegar a contemplar al Amor Hermoso, a la Plenitud, a la Verdad y a la Belleza, al morir. Entonces seremos evaluados, en nuestro actuar, hecho heroicamente en las virtudes y no tanto ya, porque sólo fuimos personas de valor. Tal vez dejaríamos a la misericordia divina este comportamiento humano muy válido, de ser solo persona de valor. Vivamos en el amor y de manera heroica, virtuoso es aquel que quiere en el Amor trascender.

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Papá, estoy preso Pastoral penitenciaria

Pbro. Rafael Hdz. Díaz

¡P

apá, estoy preso! ¡Si supieras cuánta falta me has hecho! ¿Qué culpa tenía yo de los problemas que tenias con Mamá? Te fuiste aquella noche dejándola tirada, golpeada y nunca regresaste, te alejaste de nosotros, no te importamos, ¿Por qué no pensaste en la falta que nos harías y en lo que sufrimos? ¿Por qué te fue tan fácil irte y olvidarte de nosotros? ¿Por qué Papá? Sí tú eras lo máximo, mi héroe, yo que tanto te presumía en la escuela. Si supieras que todos los días me levantaba temprano, esperando que tocaras la puerta, deseando verte de regreso en casa. Ya no tenía con quien jugar, quién me ayudara con mis tareas; me desesperaba porque no sacaba buenas calificaciones, se me hacia un nudo en la garganta, cuando mis amigos me decían ¿Dónde está tu Papá? ¿Los abandono? Y yo, no lloraba, porque me dijiste que los hombres no lloran. Si supiera que estoy preso, triste y llorando, porque mi vida no ha sido nada fácil desde que te fuiste. He llegado a odiarte, maldecirte, tengo mucho rencor en tu contra; no te preocupaste por saber de nosotros, si existíamos, si teníamos que comer, ¿Dónde está aquel Papá tan bueno del mundo? ¿Dónde está mi héroe? Si supieras lo que ha sufrido mi madre para darnos de comer, lo que ha padecido cuando se enferman mis hermanos, lavando ropa y planchando, trabajando de una casa a otra. ¿Creías que toda la vida soportaría verla en esa situación? ¡Papá, es por eso que soy un delincuente! Robé por primera vez cuando Mamá se enfermo y había que darle de comer a mis hermanos más pequeños. Pero, ¿Sabes qué robe? Una lata de leche y unas galletas saladitas, de ahí siguieron otros robos más. Es por eso que la sociedad no me quiere y siempre dicen: ¡Que se pudra en la cárcel! Yo sé que eso dicen; pero no saben nuestra historia, no saben lo difícil que es para el pobre conseguir trabajo, más cuando no hemos estudiado, y no porque no quisiéramos estudiar, sino porque no estaba a nuestro alcance; una de dos, trabajas o estudias. ¡Papá! Si supieras, aquí detrás de estas paredes de piedra, nunca me han abandonado. Aquí conocí a Jesús, que no sabía que existía, al Cristo que tal vez a la fecha tú no conoces, ya que nunca me hablaste de Él, porque si lo conocieras, nunca nos habrías hecho nada malo, yo no estaría sufriendo solo en este lugar. Quiero que sepas que un grupo de personas que visita este Centro, me habla de Jesús, me dijeron que Él me quiere, que Él siempre ha estado a mi lado, que Él tiene la solución a mis problemas, lloré, y lloré de alegría, ya no de tristeza, porque me hicie-ron comprender que Dios es la única solución, que no estoy solo. ¿Y sabes qué fue lo mejor? me ayudaron a perdonarte, dejando atrás todo el resentimiento y coraje que sentía por ti. Hoy soy feliz con mi madre y hermanos, mi única familia que me quiere y visita. Sé que voy a salir adelante para poder ayudarlos, es por eso que estoy estudiando todo lo que puedo en este lugar. A partir de esta experiencia quiero decirte, que te he tenido presente, ese odio y rencor que sentía por ti, poco a poco lo voy superando, lo estoy sacando de mi corazón Papá, donde quiera que te encuentres que seas muy feliz, es lo que te puedo decir…


El Evangelio según San Lucas

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Puesto que muchos han intentado narrar ordenadamente las cosas que se han verificado entre nosotros, tal como nos las han transmitido los que desde el principio fueron testigos oculares y servidores de la Palabra, he decidido yo también, después de haber investigado diligentemente todo desde los orígenes, escribírtelo por su orden, ilustre Teófilo, para que conozcas la solidez de las enseñanzas que has recibido

Teófilo las cosas que él mismo recibió, pero lo hace de manera genial, de manera, decíamos, seria, eficaz, diligente, científica; esto nos lle- va a pensar que Teófilo, su amigo, como lo llama él, es un hombre ilustre. Así que le da el evangelio, es decir, la sagrada doctrina de la salvación, con fundamentos sólidos y parece advertirle que todo aquello que le escribe se basa en la verdad de Jesucristo y en algo de lo que él mismo es testigo, por la predicación apostólica y basado también en las investigaciones que realizó movido por la fe. El evangelio de San Lucas, entonces, es un testimonio de fe, de una fe madura, de una fe adulta y convencida. No se trata solo de narraciones que parezcan extraordinarias, sino que su propósito es el de aumentar y cimentar la fe de su amigo o discípulo.

(Lc 1, 1-4).

H Mateo.

oy comenzaremos a comentar el Evangelio de San Lucas, como hemos hecho ya en otras ocasiones con los de Marcos y

El inicio de su narración es muy peculiar, pues en realidad, para Lucas, este escrito es una larga catequesis dirigida, al parecer, a un convertido amigo suyo llamado Teófilo. La intención del autor al escribir este texto es la de recordarle a aquel discípulo el mensaje de la salvación que se supone que ya recibió de viva voz por parte de la Iglesia naciente. Lucas reconoce que él mismo no es el único que ha intentado narrar con orden este mensaje de la salvación, lo cual nos hace suponer que, antes del Evangelio de Lucas, hay otros intentos de poner por escrito y con cierto orden todo lo posible referente a la fe en Jesucristo. No sabemos de otros autores antes, sino de Marcos, el cual asumimos que fue el primero de los evangelios canónicos que se escribió. De hecho a Marcos le debemos el nombre de “evangelio”, referido a un estilo o género literario, pues él comienza su escrito con las palabras: “inicio del evangelio de Jesucristo, Hijo de Dios” (Mc 1, 1). Si bien es cierto que es Isaías (61, 1) quien introduce este concepto, es Marcos el que lo emplea, como lo conocemos, en griego: εὐαγγελίου, y que al castellano pasa como “evangelio”. Esta palabra es compuesta de dos palabras griegas: εὐ y αγγελίον, (bueno y mensaje, respectivamente) y cuyo sentido es el mismo que enseña Isaías: “Buena nueva”, buenas noticias. Decíamos, pues, que Lucas comienza su narración declarando que no es el primero que intenta escribir un libro que contenga el mensaje de la salvación, y decíamos que pensamos en Marcos por aquello de que se sabe que es anterior en el tiempo al de Lucas, pero también porque un gran porcentaje de fragmentos del evangelio de San Lucas están idénticos que en el de Marcos, lo mismo que el evangelio de Mateo contiene fragmentos de Marcos también, lo cual, entre otras cosas, nos asegura que Marcos es anterior a los otros dos sinópticos. Es curioso que Lucas considere “intentos” a

aquellos otros textos que circulaban entre los primeros cristianos, y que a su propio libro él no lo considere un intento más, sino que al parecer considera que su obra es de carácter más profesional y científico, pues dice que se dio a la tarea de investigar minuciosamente acerca de las cosas que se dicen o se escriben, dice además que este libro lo escribe con orden y que es para que el destinatario tenga una solidez en la doctrina recibida. Hay que decir que se ve claramente que Lucas, en efecto, se comprometió con seriedad a investigar diversas fuentes y testimonios acerca de la fe en Jesucristo, pues su evangelio contiene notoriamente fuentes diferentes a las de Marcos y Mateo, aunque comparte algunas, que existen en ambos. El evangelio de San Lucas es brillante, su lenguaje es bellísimo, además que contiene narraciones únicas que reflejan su diligencia en averiguar todo lo posible con respecto a la buena nueva de la salvación. Se puede decir que es toda una catequesis bien dispuesta y de gran utilidad para Teófilo, su ilustre amigo, a quien le dedica estas enseñanzas. Esta obra de San Lucas es un verdadero Evangelio, en cuanto género literario, debido a su ordenada composición y sobre todo que está realizado todo teniendo como centro a Jesucristo, pero no solo por eso, sino porque huele a apostolicidad, es decir, se vincula perfectamente con la predicación apostólica, y él mismo lo declara al principio de su narración, como podemos ver, él dice que se trata del testimonio mismo de los que fueron testigos oculares de estas cosas y que además éstas se refieren tal y como se las transmitieron a él y tal como se han anunciado y se anuncian en su tiempo; y que él quiere hacer lo mismo, pero con orden, con mayor claridad y sustentado su obra fielmente en testigos, en hechos y en investigaciones. La obra de San Lucas contiene entonces la predicación apostólica, la tradición de las primeras comunidades cristianas, el testimonio de los discípulos y, aunque no lo dice así, pero podemos deducirlo por sus propias palabras: el testimonio apostólico (los testigos oculares). Él escribe para

Es probable que el supuesto Teófilo sea una persona concreta, es difícil saberlo, pero podemos suponer también que se trate no de una persona sino de una comunidad, puesto que el nombre, “Teófilo” significa: “el que ama a Dios”, lo cual es aplicable a toda persona que ame a Dios, a toda persona de buena voluntad, como dirá él mismo, poniendo en boca de los ángeles: “paz en la tierra a los hombres de buena voluntad” o “en los que él se complace” (Lc 2, 14). Este evangelio, sea como sea, es un testimonio fidedigno de la verdad de Jesucristo y de su Iglesia, pues no son solo palabras de Lucas sino el mensaje mismo de la Iglesia que él ha recibido y que ha querido consignar por escrito para que quien lo lea tenga solidez en las enseñanzas que ha recibido. La obra de Lucas consta de dos libros, uno es este evangelio que comenzamos a considerar ahora y el otro es el de los hechos de los apóstoles, en donde narra lo referente a la labor apostólica. Es curioso que en ambos textos comience dirigiendo a Teófilo unas palabras de introducción y que sin embargo en el resto de los textos y al final de ambos no vuelva a dirigirle ni una sola palabra. Solo termina con una breve conclusión, pero dejando el futuro abierto, es decir, dando a entender que esto no termina aún; por ejemplo: “Ellos (los apóstoles), después de postrarse ante él, se volvieron a Jerusalén con gran gozo, y estaban siempre en el Templo bendiciendo a Dios” (Lc 24, 52-53) y: “Pablo permaneció dos años enteros en una casa que había alquilado y recibía a todos los que acudían a él; predicaba el Reino de Dios y enseñaba lo referente al Señor Jesucristo con toda valentía, sin estorbo alguno” (Hech 28, 30- 31). Pero en esta temporada solamente meditaremos cada semana acerca del famoso evangelio lucano. Me encomiendo a las oraciones de todos los que me hacen el favor de leer estas cosas, para que el Espíritu Santo me conceda sabiduría y su gracia para expresar todo y solo lo que Dios quiera que diga y que cada palabra que aquí se exponga sea apegada a la sagrada revelación y a la auténtica predicación de la Iglesia. Deseo también que estas sencillas meditaciones sean de utilidad para aumentar la fe, para aumentar también el amor de la Iglesia a la Sagrada Escritura. Dios los bendiga a todos y nos conserve en su amor, en su paz y en su servicio y nos conserve para su gloria.


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Palabra de Dios

Del Santo Evangelio según San Lucas 9, 51-62

C

uando ya se acercaba el tiempo en que tenía que salir de este mundo, Jesús tomó la firme determinación de emprender el viaje a Jerusalén. Envió mensajeros por delante y ellos fueron a una aldea a Samaria para conseguirle alojamiento; pero los samaritanos no quisieron recibirlo, porque supieron que iba a Jerusalén. Ante esta negativa, sus discípulos Santiago y Juan le dijeron: “Señor, ¿quieres que hagamos bajar fuego del cielo para que acabe con ellos?”. Pero Jesús se volvió hacia ellos y los reprendió. Después se fueron a otra aldea. Mientras iban de camino, alguien dijo a Jesús: “Te seguiré a donde quiera que vayas”. Jesús le respondió: “Las zorras tienen madrigueras y los pájaros, nidos; pero el Hijo del hombre no tiene donde reclinar la cabeza”. A otro, Jesús le dijo: “Sígueme”. Pero él le respondió: “Señor, déjame ir primero a enterrar a mi padre”. Jesús le replicó: “Deja que los muertos entierren a sus muertos. Tú ve y anuncia el Reino de Dios”. Otro le dijo: “Te seguiré, Señor: pero déjame primero despedirme de mi familia”. Jesús le contestó: “El que empuña el arado y mira hacia atrás, no sirve para el Reino de Dios”. Palabra del Señor.

Seguir al Señor L a Palabra de Dios este domingo nos renueva la invi-tación para seguir al Señor y nos recuerda con toda claridad lo que significa seguirle; siempre que el Señor Jesús nos habla de seguimiento, nos aclara que no es fácil, seguirle siempre implicará esfuerzo, renuncia, entrega gene-rosidad, valentía.

En nuestro servicio al Señor podemos encontrarnos muchas veces, diversas dificultades, duras críticas, severos juicios, infinidad de obstáculos, porque así es seguirle a Él, construir su Reino siempre nos pedirá más y más. Experimentaremos como entonces el rechazo, e incluso el odio por ser portadores de un mensaje de salvación puede incomodar a muchos por cuestionar su manera de vivir o de pensar, nuestra sola presencia puede desestabilizar los intereses o las ganancias de algunos, por eso la Iglesia ha tenido que enfrentar en todo tiempo duras persecuciones. Pero sigue siendo la obra de Dios, sigue dando luz, consuelo y paz a todo hombre y mujer que se acerca al manantial de la vida. Él Señor sigue transformando vidas, concede la Paz y la salud. Su Palabra se sigue extendiendo y saciando el hambre más profunda del corazón.

César Rodríguez González 4° de Teología

“Salir y hacer nuevos discípulos”

L

es saludo con gusto a nuestros queridos lectores de semanario “La Red”. Mi nombre es César Rodríguez González, tengo 25 años de edad, soy originario de la Parroquia de San Juan Bautista en el municipio de Cerritos, S.L.P., fui ordenado diácono el pasado 13 de junio en la Catedral me-tropolitana por el Excmo. Sr. Arz. Don Jesús Carlos Cabrero Romero. Para entender el concepto de misión, partiremos de la cita bíblica de Mt 28, 19 que nos dice: «Id, pues, y haced discípulos a todas las gentes bautizándolas en el nombre del Padre y del Hijo y de Espíritu Santo» Este es el fundamento bíblico de la misión. La misión como tal es la tarea de llevar a los distintos lugares de la tierra el evangelio, es decir, hacer que la presencia de Cristo llene los distintos ambientes y lugares donde se predica; podemos decir que la misión es un mo-vimiento. A través de la historia, se puede refle-xionar que se vive la misión, desde los primeros discípulos que fueron los que vivieron las primeras experiencias de misión. En la misión de la Iglesia debemos tener presente que tiene una índole planetaria, es decir, que abarca un todo esta misión. El ser católicos nos da esa universalidad, es decir, que nos hace personas en movimiento y nos da el ánimo de ser y estar abiertos para compartir la experiencia de Fe con más hombres. Muchas de las veces hemos vivido la experiencia de misión, principalmente

en Semana Santa y en verano. En cada pueblo, comunidad o colonia a la cual somos enviados, se descubre la experiencia de Dios, que está presente en estas comunidades. El llegar empezar a conocer y tratar a las personas, empieza a llenar de gozo nuestra vida y a encontrar un nuevo modo de experimentar la presencia de Dios. El llegar a donde un grupo de personas se juntan para celebrar la fe, no es nada fácil, porque muchas de las veces la vivencia de la fe, no es a la que estamos acostumbrados o también no es lo más correcto. Y es desde ahí como también el misionero aporta algo nuevo para la comunidad y aquello que viven las personas se comunica con lo que el misionero ofrece a los demás, esto es la comunión. Con base en la experiencia, descubro tres aspectos dentro de las colonias en la ca-pital potosina que fortalecen mi fe: pri-mero, una comunidad llena de esperanza en Dios, a pesar de las situaciones que se viven como lo son el pandillerismo, alcoholismo y el culto a la muerte, a pesar de esto existe en ellos una esperanza en que Dios cambiará esto aspectos; segundo, la fe que tienen en Dios y en vivir los días Santos o fiestas de guardar a pesar de su rutina; y por último, la caridad para la gente que llega a su comunidad de ofrecerle desde lo mucho o lo poco un vaso con agua o algún alimento, de estar abiertos a nuevas propuestas y de tener un corazón dispuesto de encontrarse con Dios.

Él, sin temor y confiando plenamente en nosotros sigue invitándonos, ofreciéndonos la salvación y alentándonos en su seguimiento, confía en nuestra generosidad para seguirle en libertad y en nuestra valentía para sin temor ser sus testigos en medio de un mundo muchas veces adverso y desafiante, como portadores de la luz, de la verdad y de la auténtica felicidad. No rechacemos su invitación, el mundo necesita testigos creíbles, generosos y valientes, que llevan en su corazón a Dios y su Palabra que da vida al mundo… Pbro. José de Jesús Cruz Rodríguez

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Educando para el amor

Domingo 30 de junio de 2019

Hombre y mujer, hacia la mutua liberación

...Lo de Dios a Dios

Fil. Rafael Gómez M.

L

a feminista de género, Heidi Hartmann, afirma que “un invento social común a toda sociedad conocida, crea dos géneros muy se-parados y crea la necesidad de que el hombre y la mujer se junten por razones económicas y así se contribuye a o-rientar sus exigencias sexuales hacia la realización heterosexual y a asegurar la reproducción biológica”. Por eso se ve en la necesidad de hacer otra afirmación por demás sorprendente: “En sociedades más imaginativas, la reproducción biológica podría asegurar-se con otras técnicas.” H. Hartmann, pretendiendo salir en defensa de la mujer, la somete igual que al hombre, a una composición o creación social que llama “invento social” que crea dos géneros: el del hombre y el de la mujer. ¿Son un invento social la creación de los dos sexos, hombre-mujer, a los que les cambia identidad de sexos por el libre concepto de géneros y que asegura que son “dos géneros muy separados” para que hombre y mujer se junten solamente por razones económicas y por razones reproductivas? ¿Y de ésta afirmación resulta la deducción que en sociedades más imaginativas la reproducción biológica se debe asegurar mediante otras técnicas? ¿Cómo con qué otra clase de técnicas resulta más natural y más conveniente la reproducción, por encima de la unión íntima, por amor, de un hombre y una mujer? Ya antes habíamos citado el luminoso concepto de Abelardo Lobato, O.P. que escribe: “El problema del feminismo hunde sus raíces en lo más humano del ser humano, en su misma esencia, y, tratar de aclararlo y darle solución, es contribuir a la propia comprensión”. Cuando A. Lobato, afirma esto es porque es parte esencial de la naturaleza humana, la naturaleza dual de cualquier ser humano que nace, no por “un invento social”, sino por una diferencia natural que consiste en la identidad individual con la que se nace. La exigencia de la perspectiva de género es que la identidad esté sujeta a la libertad individual de elegir en qué tipo de cuerpo el individuo quiera vivir y con qué clase de identidad quiera ser clasificado. De esta manera la clasificación de identidades, que sí es “un invento individual y social”, tiende a crecer según la imaginación más o menos creativa de cada individuo que pretenda cambiar su identidad. Se conocen casos de algunos que hasta han querido adoptar

la identidad de animales mediante tatuajes, prótesis y modificaciones en cuerpo y rostro y ocupan su vida en exigir respeto y reconocimiento a lo que consideran un libre cambio de identidad. Por supuesto que es respetable su decisión porque cada quien hace de su vida lo que quiere y la vive como quiere, pero, si la idea es darle contenido humano a la li-bertad humana, se hace necesario acudir a la esencia de lo humano y a las características, no esenciales, pero que completan y le dan consistencia a la vida humana. El respeto a las libres decisiones de los demás está orientado a lograr la coexistencia y la convivencia y es claro que la existencia humana en la sociedad familiar da como frutos maduros la coexistencia y la convivencia. Es claro que el ser humano es sexuado, tiene condición dual, diferente, para que desarrolle su ser, en el ejercicio de las relaciones interpersonales, en la igualdad de la condición humana y en la diferencia de la naturaleza y de las decisiones libres. Son, sin embargo, las libres decisiones las mismas que edifican a la condición humana y las que, en su caso, la envilecen y destruyen. “Ustedes, hermanos, fueron llamados a ser libres, pero no usen la libertad para dar rienda suelta las tendencias de la carne; más bien sírvanse en amor unos a otros”, dice San Pablo (Gál 5,13). La revelación cristiana ha sido decisiva para conocer que el ser humano está llamado a vivir personalmente ante Dios y a dar razón de su libertad. Es el amor en libertad y es la libertad para amar lo que contribuye a la comprensión. Todo acto libre debe contribuir a la comprensión y edificación de lo más humano del ser humano porque en ellas el hombre y la mujer van unidos porque están referidos mutuamente. Tal compren-sión y tal mutua edificación es más plena desde una realidad que les acontece ante Dios porque es Él quien los refiere mutuamente, son ellos quienes proceden de Él y quienes están llamados a vivir ante Él y a dar razón de su libertad. Son ellos quienes hacen la historia, en el ejercicio de una libertad para amar, que logra que lo más humano del humano, emprenda el camino de la propia liberación.

La Iglesia y los abusos sexuales

Benedicto XVI (Parte 7) P. David Grimaldo

E

n este trozo de la carta del Papa emérito Benedicto XVI, nos pone al corriente de lo que se hizo para castigar a los clérigos pedófilos. La expulsión del estado clerical estaba en función de un delito mayor en contra de la fe. La mala conducta de los clérigos (pedofilia) daña la fe. La pena: la reducción al estado laical. Aún cuando se ha dado un paso muy importante, sigue en vigor el garantismo. Ante el hecho de que algunos clérigos culpables de este delito queden impunes, el Papa Francisco, ustedes saben, ha hecho reformas muy serias. Dice el Papa Benedicto: «Ahora me gustaría agregar, a las breves notas sobre la situación de la formación sacerdotal en el tiempo en el que estalló la crisis, algunas observaciones sobre el desarrollo de la ley canónica en este asunto. En principio, la Congregación para el Clero es la responsable de lidiar con crímenes cometidos por sacerdotes, pero dado que el garantismo dominó largamente la situación en ese entonces, estuve de acuerdo con el Papa Juan Pablo II en que era adecuado asignar estas ofensas a la Congregación para la Doctrina de la Fe, bajo el título de “Delicta maiora contra fidem”. Esto hizo posible imponer la pena máxima, es decir la expulsión del estado clerical, que no se habría podido imponer bajo otras previsiones legales. Esto no fue un truco para imponer la máxima pena, sino una consecuencia de la importancia de la fe para la Iglesia. De hecho, es importante ver que tal inconducta de los clérigos al final daña la fe. Allí donde la fe ya no determina las acciones del hombre es que tales ofensas son posibles. La severidad del castigo, sin embargo, también presupone una prueba clara de la ofensa: este aspecto del garantismo permanece en vigor. En otras palabras, para imponer la máxima pena legalmente, se requiere un proceso penal genuino, pero ambos, las diócesis y la Santa Sede se ven sobrepasados por tal requerimiento. Por ello formulamos un nivel mínimo de procedimientos penales y dejamos abierta la posibilidad de que la misma Santa Sede asuma el juicio allí donde la diócesis o la administración metropolitana no pueden hacerlo. En cada caso, el juicio debe ser revisado por la Congregación para la Doctrina de la Fe para garantizar los derechos del acusado. Finalmente, en la feria cuarta (N. del T. la asamblea de los miembros de la Congregación) establecimos una instancia de apelación para proporcionar la posibilidad de apelar. Ya que todo esto superó en la realidad las capacidades de la Congregación para la Doctrina de la Fe y ya que las demoras que surgieron tenían que ser previstas dada la naturaleza de esta materia, el Papa Francisco ha realizado reformas adicionales».


Domingo 30 de junio de 2019


Juan JesĂşs

Priego


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