Edición 537

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Tiempo de provecho, de descanso, de hacer otras cosas

Año 11

Hijos de Chinchachoma honran a su ‘papá’

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ste 8 de julio, en que se cumplie-ron 20 años de la muerte del Padre Alejandro García Durán de Lara, mejor conocido como Chichachoma, decenas de sus ‘hijos’ acudieron a la iglesia de San Jeronimito, donde descansan los restos de este sacerdote que entre 1973 y 1999 rescató de la calle a miles de niños y jóvenes, a quienes dio techo y alimento, pero sobre todo un amor incondicional. Durante la Misa, el padre Rosalío, quien mantuvo una colaboración muy estrecha con Chinchachoma en Hogares Providencia, señaló que el sacerdote escolapio nacido en Barcelona era un hombre que jamás perdía la esperanza en que los niños y los jóvenes, “así fueran de lo peor”, algún día cambiarían. “Recuerdo una ocasión –dijo en su homilía– en que los pequeños del Hogar San Francisco se empezaron a drogar. Yo, asustado, llamé a Chinchachoma y le dije: ‘Padre, es imposible corregirlos’. Él tomó un taxi, llegó, los vio drogándose y les dijo: ‘A ver mis hijitos lindos, mis tesoros, mis diamantes, mis hijos bellos’. Tomó una cubeta de agua y se las echó; la llenó y volvió a bañarlos, así hasta que los dejó bien mojados a todos. Esa noche nos dormimos con las ropas mojadas, pero felices, en un ambiente diferente, de paz. Al otro día nos llevó a desayunar. Ese era Chinchachoma: un hombre que improvisaba y resolvía, pero sobre todo amaba”. El Padre Rosalío dijo que el espíritu de Chinchachoma sigue vivo en quienes lo conocieron. “Todavía yo me lo imagino entre las calles, entre los baldíos, gordo, con su barba inmensa, disfrutando de la vida, amando a sus callejeros y a la Santísima Trinidad”. Al final de la Misa, todos los asistentes rindieron un homenaje al sacerdote escolapio con un aplauso y se reunieron en el atrio de la Iglesia de San Jeronimito para convivir y contar anécdotas sobre el hombre al que aún llaman ‘papá’. Actualmente la obra del Padre Chinchachoma sigue viva a través de los Hogares Providencia -obra del Padre Alejandro- y los Hogares Calasanz -de los escolapios-, que aún trabajan por los niños abandonados y en desamparo, siguiendo la filosofía y la espiritualidad del Padre Chinchachoma.

No. 537

Semana del 14 al 20 de julio de 2019

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nos antes, otros después, a lo largo del verano hay tiempo para vacaciones. No todo el mundo puede tomárselas, pero todos, de una manera u otra disminuyen el ritmo de actividad de la vida ordinaria, y muchos lo hacen para dedicarse a otra actividad complementaria. Porque vacaciones no es tiempo de no hacer nada, sino de hacer otra cosa, que complemente nuestra formación, que ayude al descanso, que nos dé oportunidad de desarrollar aspectos que no pueden desplegarse en el ritmo ordinario del año. Las vacaciones no pueden plantearse desde el desenfreno, sino haciendo aquello que nos gusta – supuesto que tenemos buen gusto- poder vivir un tiempo sin la presión de los horarios y de las agendas. Cuando uno piensa en las vacaciones, piensa en visitar a los amigos, en convivir con la familia, en hacer turismo, en tomarse un tiempo de mayor descanso. En este descanso, un lugar preferente lo ocupa Dios. A lo largo del año, vamos con el tiempo justo. En vacaciones, podemos dedicar más tiempo a la oración, a la lectura pausada, a la contemplación de la naturaleza. Dios está ahí, y quiere ser nuestro descanso, y además es un descanso gratuito. «Nos

hiciste, Señor, para Ti y nuestro corazón está inquieto hasta que descanse en Ti», nos recuerda San Agustín en sus Confesiones. Descansemos en Dios, conectemos con las motivaciones positivas que han dado sentido a nuestra vida, renovemos aquel amor primero que es capaz de impulsarnos a grandes empresas. Durante las vacaciones, muchos niños y jóvenes acuden a campamentos de verano. Son una ocasión para crecer, para convivir, para hacer nuevos amigos, para estar con Jesucristo en el fresquito de la mañana o en la Misa del atardecer. El tiempo de ocio es tiempo para la evangelización, es decir, para la experiencia más fuerte de Jesús en medio de nosotros, en medio de su Iglesia, en esa cadena de adultos, jóvenes y niños que se anuda en estas ocasiones. En vacaciones, muchos adultos toman unos días de retiro espiritual en un monasterio, en una casa de ejercicios. Es un tiempo intenso de relación con Dios, que restaura muchas heridas y fortalece para la misión que cada uno ha recibido. Que las vacaciones sean tiempo de provecho, de descanso, de hacer otras cosas, de llenarse de Dios. Felices vacaciones para todos.


Domingo 14 de julio de 2019

Hagamos un buen uso de nuestro tiempo, destinado para descansar

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emos llegado al verano, tiempo de vacaciones que, con grande gozo y alegría, disfrutan muchos niños y niñas, jóvenes y demás personas. No sé si sean merecidas o no, pero las vacaciones son un tiempo propicio para evaluar lo que hicimos o dejamos de hacer. Es tiempo de mirar hacia atrás para descubrir todo lo bueno que logramos realizar y también lo que dejamos de realizar. Es tiempo de pensar en qué vamos a utilizar o aprovechar nuestros tiempos y espacios. Debemos quitarnos de la cabeza la idea de que hablar de vacaciones es tiempo de no hacer nada, de levantarnos hasta que el sol se encuentre en los más alto del firmamento; de guardar hasta ignorar, en el baúl, los conocimientos que adquirimos, las tareas realizadas y las experiencias adquiridas a lo largo del curso escolar. Las vacaciones son el tiempo en el que simplemente hacemos un cambio de actividades. Por los tanto, es un tiempo oportuno para aprovechar cada momento: ¿por qué no? arreglar la casa, barrer, sacudir, ordenar nuestro cuarto. Tiempo para repasar, para leer, para estudiar, para encontrarnos con los amigos o familiares con quienes, por tanto estudiar, no pudimos estar con ellos con cierta frecuencia. Es el tiempo para reencontrarnos con nosotros mismos, tiempo para meditar aquello que nos ha tocado vivir: una violencia que no cesa, una inseguridad que prevalece, la descomposición de nuestros valores más profundos, la aparición de nuevas formas de convivencia, un tiempo en el que nos gobiernan personas distintas, la gran crisis humanitaria por la migración. Son tiempos difíciles, por lo que no podemos estar inactivos. Es tiempo que podemos aprovechar para evitar la pasividad, es un tiempo para seguir luchando en la búsqueda de medios para saber vivir y vivir bien, para vivir con dignidad. En estos tiempo de borrascas quizá a más de alguno la duda nos embarga y en momentos de incertidumbre hasta nos puede destruir. La duda que aniquila la esperanza y destruye la serenidad de la jornada puede llevarnos a romper el itinerario de nuestra vida y correr el riesgo de no volvernos a levantar. Nos demos paso a esto, podemos caer en actitudes que no nos dejen crecer o echar al vacío lo que pudimos hacer alcanzado y llegar al desenlace de caer en la tentación de la indiferencia, un mal que aqueja a la inmensa mayoría que habitamos este mundo. Es bueno que en estas vacaciones evaluemos lo que hemos construido y señalemos lo que hemos dejado de construir. No dejemos que nos invada la indiferencia y mucho menos dejemos que sea parte de nuestro actuar. Pongamos nuestra confianza en nosotros mismos y en aquellos con quienes compartirnos las alegrías y también las tristezas de cada día. Creo que este tiempo de vacaciones nos podrá ayudar para reiterar la confianza en nosotros mismos y en aquellas personas que nos rodean. Esta es la clave para que en estas vacaciones podamos también contribuir en el crecer y forjar una mejor sociedad. Confiando en nosotros mismos, en nuestro próximo, en Dios que nos ha dado la vida. Propongámonos alcanzar mejores resultados, propongamos hacer un buen uso de nuestro tiempo destinado para descansar.

El Kerygma Queridos hermanos y hermanas, ¡buenos días!

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l fruto de Pentecostés, la poderosa efusión del Espíritu de Dios sobre la primera comunidad cristiana, fue que muchas personas sintieron sus corazones traspasados por el feliz anuncio —el kerigma— de la salvación en Cristo y se adhirieron a Él libremente, convirtiéndose, recibiendo el bautismo en su nombre y recibiendo a su vez el don del Espíritu Santo. Cerca de tres mil personas entran a formar parte de esa fraternidad que es el hábitat de los creyentes y el fermento eclesial de la obra de evangelización. El calor de la fe de estos hermanos y hermanas en Cristo hace de sus vidas el escenario de la obra de Dios que se manifiesta con prodigios y señales por medio de los apóstoles. Lo extraordinario se vuelve ordinario y la vida cotidiana se convierte en el espacio de la mani-festación de Cristo vivo. El evangelista Lucas nos lo cuenta mostrándonos la Iglesia de Jerusalén como el paradigma de cada comunidad cristiana, como el ícono de una fraternidad que fascina y que no debe mitificarse pero que tampoco hay que minimizar. El relato de los Hechos deja que miremos entre las paredes de la domus donde los primeros cristianos se reúnen como familia de Dios, espacio de koinonia, es decir, de la comunión de amor entre hermanos y hermanas en Cristo. Vemos que viven de una manera precisa: “Acudían asiduamente a la enseñanza de los apóstoles, a la comunión, a la fracción del pan y a las oraciones” (Hech 2, 42). Los cristianos escuchan asiduamente el didajé o la enseñanza apostólica; practican unas relaciones interpersonales de gran calidad también a través de la comunión de bienes espirituales y materiales; recuerdan al Señor a través de la “fracción del pan”, es decir, de la Eucaristía, y dialogan con Dios en la oración. Estas son las actitudes del cristiano, las cuatro huellas de un buen cristiano. A diferencia de la sociedad humana, donde se tiende a hacer los propios intereses, independientemente o incluso a expensas de los otros, la comunidad de creyentes ahuyenta el individualismo para fomentar el compartir y la solidaridad. No hay lugar para el egoísmo en el alma de un cristiano: si tu corazón es egoísta, no eres cristiano, eres un mundano que busca solo

su favor, su beneficio. Y Lucas nos dice que los creyentes están unidos (cf. Hech 2, 44). La cercanía y la unidad son el estilo de los creyentes: cercanos, preocupados unos de otros, no para chismorrear del otro, no, para ayudar, para acercarse. La gracia del bautismo revela, por lo tanto, el vínculo íntimo entre los hermanos en Cristo que están llamados a compartir, a identificarse con los demás y a dar “según la necesidad de cada uno” (Hech 2, 45), es decir, la generosidad, la limosna, el preocuparse por el otro, visitar a los enfermos, ir a ver a quienes pasan necesidades, a los que necesitan consuelo. Y precisamente esta fraternidad porque elige el camino de la comunión y de la atención a los necesitados, esta fraternidad que es la Iglesia puede vivir una vida litúrgica verdadera y auténtica: “Acudían al Templo todos los días con perseverancia y con un mismo espíritu, partían el pan por las casas y tomaban el alimento con alegría y sencillez de corazón. Alababan a Dios y gozaban de la simpatía de todo el pueblo” (Hech 2, 46-47). Por último, el relato de los Hechos nos recuer-da que el Señor garantiza el crecimiento de la comunidad (cf. 2, 47): la perseverancia de los creyentes en la alianza genuina con Dios y con los hermanos se convierte en una fuerza atractiva que fascina y conquista a muchos (cf. Evangelii gaudium, 14), un principio gracias al cual vive la comunidad creyente de cada é-poca. Pidamos al Espíritu Santo que haga de nuestras comunidades lugares donde recibir y practicar la nueva vida, las obras de solidaridad y de comunión, lugares donde las liturgias sean un encuentro con Dios, que se convierte en comunión con los hermanos y las hermanas, lugares que sean puertas abiertas a la Jerusalén celestial.


Domingo 14 de julio de 2019

¡No tengan miedo!

La Iglesia y la familia

Fe y compromiso

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P. Juan José Torres Galván

uando hemos recibido un regalo envuelto en un esmerado arreglo sentimos un poco de tristeza al romper el empaque… ¿les ha pasa-do alguna vez? Y después de hacerlo nos llevamos una segunda grata sorpresa al descubrir el regalo recibido… Con el Evangelio pasa lo mismo… leemos algo que de primera intención tiene una enseñanza, pero cuando lo contemplamos con mayor detenimiento caemos en la cuenta de que encerraba una enseñanza mayor y más importante que la envoltura. El Evangelio del presente domingo trae una envoltura muy interesante. La pregunta que plantea un doctor de la Ley a Jesús: “¿Qué debo hacer para conseguir la vida eterna?” El regalo dentro del relato es mucho más importante. La segunda pregunta (era un poco por “sacarle la vuelta al compromiso”): ¿Quién es mi prójimo? Jesús responde con una parábola que hemos escuchado muchas veces y conocemos hasta con ciertos detalles teatrales: el hombre asaltado y malherido, el sacerdote judío y un levita que bajaban también por el camino de Jerusalén a Jericó. Ambos ven al hombre malherido y pasan de largo… El tercer hombre (el protagonista de la parábola), un samaritano, un hombre que pertenecía a ese pueblo que se había separado de la práctica judía y era considerado ajeno al pueblo elegido. Sin embargo, este samaritano actúa diferente. Ve al hombre postrado y se compadece de él… de esa compasión surge una avalancha de acciones a favor del hombre que sufre: se acerca, lo unge, lo venda, lo monta en su cabalgadura, lo lleva al mesón, cuida de él, paga por él y lo encomienda al cuidado del responsable del mesón, responde por los gastos… Jesús le da un giro inesperado a la pregunta que el escriba le había planteado: ¿Cuál de los tres personajes se portó como prójimo del hombre herido? Si lo pensamos con calma, vemos cómo Jesús nos conduce de una pregunta teórica a otra que subraya nuestras acciones y actitudes. No se trata de investigar quién es el prójimo, sino de comportarnos de tal manera que nos hagamos próximos a los que sufren. El prójimo no está afuera… el verdadero prójimo está escondido en el corazón de cada uno de nosotros. Y al final la primera pregunta queda ampliamente respondida: es el camino del amor y del servicio el que nos llevará a la vida eterna, procurando que nuestra fe en el Dios vivo nos lleve a la práctica de la misericordia, realizando gestos misericordiosos, involucrándonos en la tarea de impregnar de misericordia todas las áreas de la vida social. Es por esto que cada uno de nosotros, bautizados, y toda nuestra Iglesia, estamos llamados a ser una Iglesia samaritana, que valora los gestos de misericordia presentes en el mundo y es capaz de de-sinstalarse y abandonar su comodidad para ir al encuentro del hermano que sufre, poniendo en práctica el mandato de Jesús: “Anda y haz tú lo mismo”.

Tengamos unas vacaciones de provecho Q

ueridas familias potosinas, ahora que la inmensa mayoría de los estudiantes están de vacaciones, esto hace cambiar una serie de actividades que de ordinario llevamos a cabo en casa. Aunque papá y mamá siguen con sus labores normales de trabajo, ahora hay que lidiar con una serie de circunstancias, pues los hijos están en casa: una buena oportunidad para buscar el encuentro y la convivencia con toda la familia. Creo que es prudente que, ante este cambio de ritmo en muchos de los hogares, se haga la invitación para que en estas vacaciones no dejemos de hacer un espacio al encuentro con Dios. No es justo que olvidemos a Dios en estas vacaciones, todo lo contrario, abramos nuestro corazón para recibirle a través de su Palabra, de los Sacramentos. Realmente si hacemos esto, ahí también podemos llevar a cabo nuestro descanso. Todos entendemos que las vacaciones no son para que definitivamente no hagamos nada, al contrario, es simplemente un cambio de ocupación, nos preparamos para lo que viene, nos disponemos para la nueva etapa de nuestra vida. Muchos de ustedes, niños, adolescentes y jóvenes se dispondrán para el nuevo curso en el que seguirán trabajando por su desarrollo, discerniendo su vocación y realizando, de la mejor manera, cada una de sus actividades. Vacaciones de provecho Sabemos que no todos tienen vacaciones, en la mayoría de los hogares, como les mencioné, papá y mamá continúan con su trabajo. Muchos alumnos, sobre todo de algunas universidades, siguen con sus estudios pues el programa tiene otro itinerario; otros tienen cursos de regularización para consolidar sus conocimientos, otros jóvenes e incluso niños asumen algunas responsabilidades de trabajo. En otras palabras, no todo el mundo puede tomarse las vacaciones, desgraciadamente en estos tiempos poco oportunos para muchas familias. Necesitamos hacer actividades que complementen nuestra formación, que ayuden al descanso, que nos den la oportunidad de desarrollar aspectos que, tal vez, por la rutina hemos olvidado llevar a cabo. Tratemos de buscar implementar hábitos que nos favorezcan cultivar la virtud y con ello desarrollar, con mucha creatividad, el ejercicio de nuestra libertad. Dice San Agustín que “La ociosidad camina con lentitud, por eso todos los vicios la alcanzan”. Queridos hermanos y hermanas es necesario mantenernos activos, de lo contario podemos

atontarnos y adormecernos por dentro y por fuera: tengamos unas vacaciones de provecho. No es tiempo de desenfreno Hay quienes plantean las vacaciones como tiempo de desenfreno. Como si estuvieran todo el año reprimidos y en vacaciones se desatan. Con esta actitud podemos correr el riesgo que al regresar a la vida ordinaria se experimente una fuerte depresión. Las vacaciones no pueden plantearse desde el desenfreno, sino haciendo aquello que nos gusta, obviamente pensando en que tenemos un buen gusto y aprovechar para que podamos vivir un tiempo sin la presión de los horarios y de las tareas. Cuando uno piensa en las vacaciones, piensa en visitar a los amigos, en convivir con la familia, en hacer turismo, en tomarse un tiempo de mayor descanso. Quizá no se pueda hacer todo lo que se nos ocurra, pero si podemos cultivar el espíritu y recuperar energías para afrontar de nuevo la vida ordinaria. Hagamos turismo Religioso Fíjense que este verano, les invito a las fami-lias a que hagamos un turismo religioso. Hay tantas cosas bonitas que podemos contemplar en cada uno de los templos, especialmente aquellos que nos han dejado nuestros antepasados. Para quienes vivimos en la ciudad de San Luis, tenemos una gran riqueza en monumentos y templos religiosos, podemos a provechar en familia la visita a algunos de ellos, contemplar el arte plasmado en la pintura, las imágenes, la columnas, las bóvedas, las fachadas, las torres, las cúpulas y tantas cosas más. En la Zona Media, Centro, Altiplano y Huasteca; además de los templos parroquiales, podemos aprovechar, salir un poco más allá de nuestro entorno, y visitar algunos vestigios de ex haciendas. En cada una de las zonas geográficas de nuestro suelo Potosino podemos encontrar una gran riqueza, tanto material como espiritual, que podemos apreciar en estas vacaciones. No cabe duda que es muy grato el tiempo de las vacaciones, no solo para relajarnos, sino también para aprovechar en trabajar nuestro espíritu. Y qué mejor que, además de nuestra oración y participación en la vida sacramental, lo hagamos conociendo estos fabulosos lugares que han inspirado y han marcado nuestra vida en la fe.

Se despide y les quiere su amigo, hermano, Obispo y Pastor.

+ Mons. Jesús Carlos Cabrero Romero Arzobispo de San Luis Potosí


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Nuestra historia

Antigua Iglesia Parroquial de Tequisquiapan

5ta. Parte

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n 1819 se inició la construcción del nuevo templo de Nuestra Señora de los Remedios, sobre la calle Real de Tequisquiapan, en medio de la actual avenida Venustiano Carran-za. En abril de 1826 el ayuntamiento de Tequisquiapan solicitó el gobernador del estado Ildefonso Díaz de León permiso para llevar a cabo una colecta para la construcción. La colecta sería en algunos municipios del estado, como Armadillo y Guadalcazar. El templo se edificó sobre un terreno, mirando hacia el oriente, que medía 10.40 metros de frente por 48.25 de fondo. En su interior medía 34.37 metros de largo por 7.56 de ancho; y en los cruceros, 15.86 me-tros. Hasta 1828 la obra iba muy avanzada, aunque todavía faltaba el enladrillado del mismo. En abril de 1831 falleció el capitán Rafael Villalobos, quien duran-

Por Pbro. Rubén Pérez Ortíz

te años fue apoderado y administrador de los bienes del capitán Félix María Calleja; en marzo de ese año, realizó su testamento, y en la cláusula séptima dispuso que de la parte destinada al culto divino una porción fuera para pagar el enladri-llado de la iglesia de Tequisquiapan. Su estilo arquitectónico fue barroco y neoclásico, el altar mayor era todo de cantera de blanco y dorado. En un nicho se encontraba la imagen de Nuestra Señora de los Remedios, escultura de 51 centímetros de alto; y sobre repisas, a los lados, las imágenes de San Joaquín y Santa Ana coronaban el altar a San José con el Niño. En el cuerpo de la nave se expusieron algunas pinturas, como la del Sagrado Corazón, además de otras esculturas en mesas o en repisas contaba con bautisterio, como era vicaria de la pa-rroquia de Tlaxcala.

Algunos tienen el poder, pero han perdido la paz Pbro. Lic. Salvador González Vásquez

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l poder, ya lo tienes; Dios te lo dio para vencer el mal y conservar el bien. Pero hay muchos que se agotan buscando el poder; y así, terminan perdiendo la paz. No es lo mismo, las glorias del poder, que la dicha de la gloria. Porque hay quien pierda la gloria, por conservar el poder. Y éste, nunca te devolverá la gloria, ni mucho menos la paz. El hombre que hace mal uso del poder, no puede vivir en paz. Porque Dios nos dio el poder para hacer el bien; no para reforzar el mal. Quien distorsiona el poder, se destruye así mismo. Ya lo dice Jesús, que de nada le sirve al hombre ganar el mundo entero, si al final se pierde o se destruye. El poderoso acaba confundido; y lo primero que pierde es la paz. Cuando no hay paz, la realidad se ve distorsionada; y las cosas pierden su claridad. Todo, porque el poder no te da la paz. Ya que ésta, es un don que viene de lo alto. Y el que ambiciona el poder, no puede ser amante de la paz. Se necesita amar la paz, para contar con ella. No basta con decir , que queremos tener paz; también es necesario, que el anhelo de paz, brote de lo más profundo del corazón. Si amamos la paz, no andaremos armando conflictos, ni buscaremos el modo de hacer sentir el poder; porque todo eso, es la ocasión para perder la paz. La palabra paz, significa totalidad; por tanto, no hay plenitud sin la presencia divina. Porque Dios, es la totalidad. Y quien usa del poder sin contar con Dios, nunca abrazará la totalidad. Es decir, jamás podrá vivir en paz; porque algo estará faltando en su vida.


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Cosas y Casos de la vida

Respuesta de Dios a un sacerdote

Por: Pbro. Lic. Héctor Colunga Rodríguez

colunga46561@hotmail.com

Un sacerdote le escribió una carta a Dios y he aquí la respuesta: Muy estimado hijo: Te agradezco el tiempo que dedicaste para pensar en mí.

Emigración Por: P. Kino

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a emigración es dejar la tierra de origen para establecerse en otro lugar. En la mayoría de los casos la emigración es por causas de pobreza. La emigración, esta de la mano con la inmigración, que es el lugar de llegada de los pueblos emigrantes. Desde los orígenes el ser humano ha buscado mejores condiciones de vida, provocando que el ser errante, caminante sea parte de su esencia. Con el paso de los siglos, se ha ido esta-bleciendo en lugares propicios para el desarrollo, lugares seguros, con agua, con tierra fértil para sembrar y producir animales para comer o trabajar. Al establecerse el hombre en un solo lugar, comienza a marcar sus límites o fronteras, por motivos de cuidados de seguridad, de organización etc. Comenzando la formación de comunidades. Y la comunidad necesita organización, líderes, gobernantes. Cuando los que gobiernan dejan de pensar en la comunidad, y en lugar de favorecer su desarrollo armónico se enriquecen, se aprovechan del poder y hasta con violencia permanecen en él, el hombre no puede vivir de esa manera y sale de su pueblo buscando mejores condiciones de vida. Es deber de hermanos, ayudar a los emigrantes. Pero los inmigrantes, al estar en una patria distinta, tendrán que someterse también a las leyes que rigen el lugar donde se encuentran. Yo les recomendaría a nuestros hermanos que vienen de otros países que, no arriesguen a niños. Que al salir de su país tengan al menos una cierta garantía de llegar al lugar pensado. Que no se olviden de sus familias. Que no abandonen sus creencias religiosas. No ponerse “nenas” con la comida o con la ayuda que se les da, para que no se dé el conocido refrán “limosnero y con garrote”. No caigan en la delincuencia. Busquen trabajo digno. Arreglen situación migratoria del país que se encuentran. A los que recibimos migrantes, ayudemos con gusto, no los hagamos atenidos, tengamos precauciones de seguridad, pues entre ellos se puede filtrar el “arroz negro” que hace que conde-nemos a todos por unos cuantos. Ayudar al emigrante es una de las obras de misericordia.

Yo me hago presente en cada momento y en cada circunstancia de la vida. Contigo no fue la excepción. Siendo invisible me hice sensible para que me percibieras. Desde muy chico puse en ti la inquietud de ser sacerdote. A tu corta edad comenzaste a ser acólito y te puse bajo el cuidado del padre Ignacio de la Mora. Aunque había una gran diferencia de años, hubo una hermosa y linda amistad. Él un anciano y tú apenas un niño. Siete años transcurrieron en la Capilla del Divino Niño del Desagravio, ayudando en el servicio del altar. Y de repente un día, en el escritorio, viste una estampa de mi Hijo Jesús en medio de un inmenso sembradío de trigal y en pie de foto un escrito que decía: “la mies es mucha y los trabajadores pocos”. Esa frase te impactó, y no la entendiste inicialmente; hasta que en una fiesta patronal el Padre Nachito te preguntó si querías ser sacerdote y tú respondiste que sí. Quiero pedirte no se apague la luz que recibiste el día de tu ordenación; que esa luz brille en tu corazón para dar a otros el resplandor de la gloria. Ciertamente llevas ese tesoro en vasija de barro; consérvalo hasta el final. Si empecé en ti esta obra buena, conmigo la llevarás a buen término. Recuerda que la fuerza extraordinaria viene de Dios. Prepárate para las pruebas que vendrán a perturbar tu vida y te hagan pensar que no vale la pena tomar la Cruz. No te angusties, ni te desesperes. El oro se prueba en el crisol. Desde que te elegí, te llamé para que fueras levadura de amor y comunión; no permitas que el individualismo sea el que marque la pauta en tu existir; al contrario, fomenta lazos de unión y apóyate con otros hermanos. No vivas para ti, sino para los demás. Tus manos las uso para que bendigas. Tus pies los uso para que guíes a otros hacia mí. Tus labios los uso para hablar a los hombres y mujeres de hoy. No dejes de convivir con tu familia, eso te hace más sensible ante las necesidades de los demás, sobre todo los ancianos y enfermos. Vive la caridad sacerdotal como fruto de la vida espiritual, que se fortalece con la oración personal, la liturgia de las horas, la meditación, tu vida de piedad y especialmente la celebración de la Eucaristía. Y por último, no te olvides de la Santísima Virgen, invócala siempre. En el Corazón Inmaculado de María, están resguardados todos sus hijos que son fieles a sus promesas de amar y servir. Que tu ministerio sea muy fecundo y con tu testimonio atraigas a muchos a la vida de la Gracia. No desistas y te espero al final de tu camino. Te bendice y te ama Padre Dios.


Cantad al Señor

Construir, Cultivar, Conquistar

El Evangelio: Nueva y Buena Noticia, ahora y aquí Por: Pbro. Memo Gil

La Música sacra y la inculturación

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P. José Abdías Martínez Martínez

na de las actividades artísticas más antiguas es la música. Es imposible imaginar un pueblo o una cultura que en un momento de la historia haya vivido sin ella. Lo mismo podríamos decir de la música y el canto sagrado, que al formar parte de los elementos culturales de la liturgia cristiana, tampoco son inmunes al tiempo y al espacio en que ésta se celebra. La misma Liturgia nos ha mostrado a lo largo de la historia que la Iglesia ha sabido encontrar formas para su adaptación. Con la promulgación de la Cons-titución Sacrosanctum Concilium (SC) mucho se haló de aggiornamento (término italiano para designar la actualización o un proceso de modernización para estar al día), de indigenización, de adaptación y de inculturación. El Papa San Juan XXIII buscaba con el Concilio “estar al día” ante una sociedad cambiante. Debemos distinguir el fondo de la forma. Las formas pueden cambiar, el fondo permanece. Tratándose del fondo, el Magisterio de la Iglesia reco-noce que el texto bíblico debe ser la base de la composición musical litúrgica, éste es el que confiere el valor litúrgico al canto y a la música sagrada, por lo cual la música debe revestir los textos con melodías apropiadas. En cuanto concierne a la forma, se trata del elemento musical, su composición y su uso en la acción litúrgica. El Magisterio de la Iglesia nos dice que “la música (sagrada) debe poseer las cualidades propias de la Liturgia, a saber: la santidad, la bondad de las formas y la universalidad” (Musicam Sacram, artículo 4). Música sacra e inculturación, es un binomio presente en la Iglesia a partir del Concilia Vaticano II. Entre la música y la cultura existe un vínculo tan fuerte que no se pueden separar. La música, aunque tras-ciende a lo largo del tiempo, siempre pertenece a una época (Edad Media, Renacimiento, Clásica, Romanticismo, Moderna). La Liturgia, aunque sea de la Iglesia, siempre es la de un determinado pueblo (África, Latinoamérica, Asia, etc.). Los mismos problemas de aculturación en la música de iglesia son los mismos que en la Liturgia, y en cada pueblo de la Tierra, los misioneros al llegar buscaron cómo anunciar el Evangelio y encontraron problemas de aculturación, principalmente con el de creer que los pueblos a evangelizar carecían de una propia cultura y creyeron necesario darles la suya, la cultura occidental. Hasta la reforma litúrgica de Vaticano II, el canto latino siguió siendo el canto predominante. En el capítulo VI de la SC se incluyen las orientaciones del Concilio en materia de música en el culto cristiano, destacando: a) El valor que la Iglesia atribuye a sus tradiciones musicales, b) La preeminencia que le reconoce a la música con relación a las otras artes en el ejercicio de su culto; c) Este arte aparece ante todo bajo la forma del canto, en que la música está vinculada a los textos sagrados. d) Los cantos de convierten en un elemento constitutivo de la Liturgia celebrada en su totalidad. De este modo, a partir de Vaticano II, la lengua del pueblo y del país toma sitio de manera oficial en la liturgia latina. Podemos concluir que la música en la Liturgia considera la lengua y la cultura propia de las personas y los pueblos.

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“El tiempo se ha cumplido, el Reino de Dios está cerca. Renuncien a su mal camino y crean en la Buena Nueva”. (Mc 1,15) “…si digo estás cosas, es para que ellos puedan participar plenamente en mi alegría”. (Jn 17,13) “Recorría Jesús toda Galilea, enseñando en las sinagogas, proclamando la Buena Nueva del Reino y curando toda enfermedad y toda dolencia en el pueblo”. (Mt 4,23)

l Evangelio como buena noticia de salvación, es siempre actual, y debe ser anunciado y acogido con alegría. Pues contiene el mejor mensaje que cualquier ser humano podría recibir: Dios los ama y quiere que todos se salven gracias a éste Amor. Esa es la mayor revelación que Jesús nos ha hecho de parte de Dios. Así lo encontramos en los relatos evangélicos. Ahí está la mayor verdad sobre nuestra existencia, y contenido esencial de nuestra fe. Por eso, el Evangelio no se impone, se propone como camino liberador y transformador. Su vitalidad y su espíritu, dan identidad a quien se propone asumirlo y vivirlo, como estilo de vida peculiar para ser llamados cristianos. Y saber vivir intensa-mente las enseñanzas y el testimonio de Jesús. Para que esto se traduzca en una vida creyente que sabe amar, esperar y orar con alegría. A veces se malinterpreta lo que se nos invita a vivir desde el Evangelio, y pareciera que se crea un conflicto con lo auténticamente humanos que somos. Contradicción infundada, ya que precisamente la plenitud de lo humano que hay en nosotros, es lo que nos acerca a ése Dios que se encarnó, para asumir nuestra fragilidad y ofrecernos su Divinidad. Sólo así se entiende la espiritualidad propia del Evangelio, que es profundamente humana y divina. Lo que pasa es que a veces, se ha insistido demasiado en una espiritualidad negativa valorando excesivamente el dolor y el sufrimiento. Y promo-viendo muy poco, una espiritualidad positiva, la de la alegría, la de la esperanza y la de la posibilidad de recomenzar siempre. Nuestro lenguaje religioso y la manera

San Camilo de Lelis Patrono de los enfermos y precursor de la Cruz Roja

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14 de julio

ació en Abruzos (Italia) en 1550. Siguió la carrera militar, igual que su padre. Le apareció una llaga en un pie, que lo hizo dejar la carrera de las armas e irse al Hospital de Santiago en Roma para que lo curaran. En el hospital de Roma se dedicó a ayudar y atender a otros enfermos, mientras buscaba su propia curación. Pero en esa época adquirió el vicio del juego. Fue expulsado del hospital y en Nápoles perdió todos los ahorros de su vida en el juego, quedando en la miseria. Tiempo atrás, en un naufragio, había hecho a Dios la promesa de hacerse religioso franciscano, pero no lo había cumplido. Estando en la más completa pobreza se ofreció como obrero y mensajero en un convento de los Padres Capuchinos, donde escuchó una charla espiritual que el padre superior les hacía

como exponemos principios doctrinales, se alejan en ocasiones demasiado de la terminología evangélica. A veces hasta cuesta trabajo reconocer ciertos mensajes “piadosos”, que provienen de alguien que se dice seguidor de Cristo, pero que no son las palabras de Cristo las que reproduce, sino su propia manera de interpretar lo que le parece que podrían ser exigencias del Evangelio. Es importante que no olvidemos, que el Evangelio está centrado en la felicidad de las personas, en la humanización de las relaciones de unos con otros, en el respeto y la estima hacia todos. Jesús, ante todo, subrayó la defensa de los derechos humanos y la promoción de la dignidad de las personas. Hizo de la predicación del Evangelio un camino que nos acerca a Dios, y no lo contrario, como por desgracia a veces lo hacemos aparecer. Nuestras interpretaciones del Evangelio a nivel pastoral, doctrinal, sacramental, buscan muchas veces justificar más nuestras propias actitudes y estructuras. Que nada tienen que ver con el hilo conductor del Evangelio, que es el camino del amor. Esto es lo que hace que a muchos de nuestros prójimos, les cueste descubrir el Evangelio como buena noticia, llena de novedad en el ahora y aquí de sus vidas, en donde les es indispensable esa luz. Pues la verdad evangélica ofrece dicha y felicidad, para la vida concreta de cada día. O será que se nos olvida a veces, que el Evangelio es una respuesta a ese anhelo profundo de felicidad que habita en nuestro corazón. Por lo tanto, no defraudemos el ministerio que Jesús ejerció lleno de optimismo, de esperanza, de confianza. Para comunicarnos una manera de vivir plenamente la vida, ya aquí en ésta tierra. Desde una felicidad que nos lleva a ser más humanos y al mismo tiempo más divinos.

El Santo de hoy a los obreros, y sintió fuertemente la llamada de Dios a su conversión. Empezó a llorar y pidió perdón por sus pecados, con la firme resolución de cambiar su forma de actuar por completo. Tenía 25 años. Pidió ser admitido como franciscano, pero en el convento se le abrió de nuevo la llaga en el pie, y fue despedido. Se fue al hospital y se curó, y logró que lo admitieran como aspirante a capuchino. Pero en el noviciado apareció de nuevo la llaga y tuvo que irse de allí también. De nuevo en el hospital de Santiago, se dedicó a atender a los demás enfermos, por lo que fue nombrado asistente general del hospital. Dirigido espiritualmente por San Felipe Neri, estudió teología y fue ordenado sacerdote. En 1575 se dio cuenta que ante la gran cantidad de pe-regrinos que llegaban a Roma, los hospitales eran incapaces de atender bien a los enfermos que llegaban. Fue entonces que decidió fundar una comunidad de religiosos que se dedicaran por completo a los hospitales. San Camilo trataba a cada enfermo como trataría a Nuestro Señor Jesucristo en persona. Aunque tuvo que soportar durante 36 años la llaga de su pié, nadie lo veía triste o malhumorado. Con sus mejores colaboradores fundó la Comunidad Siervos de los Enfermos el 8 de diciembre de 1591. Ahora se llaman Padres Camilos. Murió el 14 de julio de 1614, a los 64 años.


07 Por Luis Marino Moreno Flores

Espero contra toda esperanza

Concepción Cabrera de Armida durante la Guerra Cristera 1926-1929 Libro Carlos Francisco Vera Soto, MSpS Publicaciones CIDEC Editorial La Cruz, 2011 260 páginas.

A

partir de los hallazgos de 19 cartas desconocidas de Concepción Cabrera de Armida dirigidas al obispo de León, don Emeterio Valverde y Téllez, que se encuentran en el Archivo Ge-neral de los padres Josefinos de Roma. Carlos Francisco Vera Soto MSpS, realizó un recuento de los sucesos históricos, el pensamiento individual y la actividad de Conchita, que nos ayuda a conocer con qué intensidad, conciencia y dramatismo vivió esta mujer aquellos turbulentos días. Cuánto invirtió de su tiempo y de su esfuerzo, de su trabajo apostólico y espiritual para, de algún modo, acompañar dese el terrible cotidiano la suerte de una Iglesia menospreciada y agredida por los gobernantes y por las leyes emanadas por un grupo ajeno al devenir católico. El estudio se divide en cuatro partes: la primera es una reconstrucción del complejo entramado en que se desarrolló y llegó a su clímax el conflicto entre la Iglesia católica y el Estado mexicano. En la segunda, se presentan biografías muy condensadas de aquellos valientes hombres que entregaron su vida a Cristo y dieron testimonio hasta la efusión de su sangre. La tercera – la central- se compone de 19 cartas, con sus pertinentes notas explicativas. Y, finalmente en la cuarta, se entrega una selección de textos tomados del diario espiritual de Concepción Cabrera de Armida -la cuenta de conciencia-, donde ella anotaba su experiencia interior para informar a su director. Ahí se hace evidente, como en las cartas a monseñor Valverde, el interés y conocimiento que Conchita va teniendo de los sucesos que hicieron temblar a la Iglesia católica mexicana y sufrir a muchas personas. En estos tiempos revueltos y difíciles, en donde las personas casi se ven orilladas a la depresión ante lo negro del futuro, nos impulsa volver la mirada a quien supo, en medio de un panorama desastroso, esperar contra toda esperanza.

Carlos Francisco Vera Soto. Nació

en la ciudad de Santiago de Querétaro, el 30 de noviembre de 1953. Bachiller de Artes Plásticas. Licenciado en Química de los Alimentos. Entró en la Congregación de los Misioneros del Espíritu Santo en 1980, estudió la teología en la Pontificia Universidad Gregoriana de Roma. Ordenado sacerdote en 1989. Diplomado en archivística por el Archivo Secreto del Vaticano. Doctor en Historia Eclesiástica por la Pontificia Universidad Gregoriana de Roma. Ha sido profesor de Historia Eclesiástica en el Seminario de Tabasco, párroco de las Santas Margaritas en Córdoba, España. Es miembro de la Sociedad Mexicana de Historia Eclesiástica desde el año 2002. Investigador Invitado de la Pontifica Universidad de México; profesor de la facultad de maestría en historia eclesiástica de la misma Universidad. Profesor invitado del Colegio de San Luis y sinodal para tesis de maestría en San Luis Potosí. Ha publicado varios trabajos de Historia y de Espiritualidad.

Iglesia Universal CIUDAD DEL VATICANO.- Durante el rezo del Ángelus del domingo 7 de julio en la Plaza de San Pedro del Vaticano, el Papa Francisco recordó a los fieles reunidos junto al Palacio Apostólico que la oración cristiana no debe limitarse a las necesidades personales, sino que, para que sea verdaderamente cristiana, debe tener una dimensión universal. De esta manera, “el envío simboliza la misión de la Iglesia de anunciar el Evangelio a todas las naciones”. Fiel a este mandato de Jesús, Francisco invitó a rezar por todos los pueblos: “nuestra oración no debe limitarse sólo a nuestras necesidades. Una oración es verdaderamente cristiana si tiene también una dimensión universal”. COLOMBIA.- Este sábado 9 de julio iniciaron las celebraciones por los 100 años de la coronación de la Virgen de Chiquinquirá, Patrona de Colombia, con una multitudinaria Misa en la que participaron más de 70 obispos del país, autoridades civiles, militares, policías y cientos de fieles. La Misa de acción de gracias, que dio inicio a los actos conmemorativos que irán hasta el martes 9 de julio, fue presidida por el Presidente de la Conferencia Episcopal de Colombia (CEC), Mons. Óscar Urbina, en la Basílica de Nuestra Señora del Rosario de Chiquinquirá pasadas las once de la mañana (hora local).

Iglesia de México MÉXICO.- Casi medio millón de internautas ha ingresado a ver la transmisión en tiempo real de la imagen de Nuestra Señora de Guadalupe que el Santuario del Tepeyac ofrece a fieles a través de su página de internet. La Arquidiócesis Primada de México informó que el servicio de streaming en vivo comenzó en julio del 2017 para conmemorar el décimo quinto aniversario de la cano-nización de San Juan Diego Cuauhtlatoatzin, vidente de la Morenita del Tepeyac. La mayoría de los accesos a la plataforma se realizan entre las 9:30 y las 13:00, y de las 17:00 a 18:00 horas; y se contabiliza un promedio de 600 visitantes diarios. MÉXICO.- 35 sacerdotes de la Congregación de Misioneros de San Carlos Borromeo, conocidos también como Misioneros Scalabrinianos, rezaron en Tijuana por los migrantes y “un mundo sin barreras”, ante el muro que divide México y Estados Unidos. Los Misioneros Scalabrinianos fueron fundados por el Beato obispo Juan Bautista Scalabrini a fines del siglo XIX, y su carisma los impulsa a la atención de los migrantes en todo el mundo. Los sacerdotes participantes provenían de comunidades de países como Estados Unidos, México, Canadá, Guatemala, El Salvador, Colombia, Vietnam, Haití, entre otros. MÉXICO.- El Santuario de Guadalupe en Pátzcuaro, en la Arquidiócesis mexicana de Morelia, anunció a través de redes sociales la primera edición de su concurso “Mejor Meme Católico”. En sus bases, publicadas este 5 de julio, el santuario mexicano señaló que el concurso está “abierto para todos, no importa la edad”, y tiene como tema “Nuestra fe católica”. “Debe ser gracioso, que provoque risa, pero que también deje un mensaje bueno, constructivo e inofensivo”, añaden los organizadores. Además, se puede participar con tantos memes como se desee, pero deben ser “originales, no copiados de los que ya existen”. MÉXICO.- Toma posesión tercer obispo de la Diócesis. La Eucaristía de Toma de Posesión inició en punto de las 12 del día. Los 25 obispos que visitaron la región, desfilaron antes del nuevo obispo; el nuncio apostólico, Franco Coppola; el cardenal emérito, Norberto Rivera y Carlos A-guiar Reyes, cardenal primado de México. Monseñor mostró la carta firmada por el Papa Francisco, donde el jerarca de la Iglesia Católica destacó la trayectoria del nuevo obispo como una de las razones de la elección para dirigir la Diócesis de Gómez Palacio. Posteriormente el nuncio hizo entrega del báculo pastoral. El administrador de la Diócesis Julio Carrillo, quien se hizo cargo de la Iglesia después de la muerte del obispo José Fortunato Álvarez, dedicó unas palabras. “Esta iglesia lo recibe con los brazos abiertos y colmado de fieles. Aquí lo recibe la memoria de nuestros segundo obispo, José Fortunato Álvarez Valdés”.

Iglesia Potosina SAN LUIS POTOSÍ.- Don Jesús Carlos Cabrero, recordó que las vacaciones no son una temporada para “no hacer nada”, ya que esto es “demoledor para la persona”, por eso animó a programar “este tiempo de menor intensidad del trabajo para cambiar de ocupación y atender a nuestras necesidades vitales sin estirar tanto nuestro ánimo que tuviéramos que descansar de nuestro descanso”. Don Carlos animó a aprovechar las vacaciones para pasar más tiempo para convivir con la familia. “Que estas vacaciones sirvan para el encuentro, para renovar lazos con nuestros familiares y amigos, para disfrutar de la convivencia con las personas a las que amamos, para echar una mano en casa al tener más tiempo libre”, dijo Don Carlos.


“Yo Soy Conchita Armida”

08

Parte XVII

El cuento de nunca acabar

Obra así y alcanzarás la vida

Por Pbro. Darío Martín Torres Sánchez

25 Y entonces, un doctor de la Ley se levantó y le preguntó para ponerlo a prueba: «Maestro, ¿qué tengo que hacer para heredar la Vida eterna?». 26 Jesús le preguntó a su vez: «¿Qué está escrito en la Ley? ¿Qué lees en ella?». 27 El le respondió: «Amarás al Señor, tu Dios, con todo tu corazón, con toda tu alma, con todas tus fuerzas y con todo tu espíritu, y a tu prójimo como a ti mismo». 28 «Has respondido exactamente, le dijo Jesús; obra así y alcanzarás la vida». 29 Pero el doctor de la Ley, para justificar su intervención, le hizo esta pregunta: «¿Y quién es mi prójimo?». 30 Jesús volvió a tomar la palabra y le respondió: «Un hombre bajaba de Jerusalén a Jericó y cayó en manos de unos ladrones, que lo despojaron de todo, lo hirieron y se fueron, dejándolo medio muerto. 31 Casualmente bajaba por el mismo camino un sacerdote: lo vio y siguió de largo. 32 También pasó por allí un levita: lo vio y siguió su camino. 33 Pero un samaritano que viajaba por allí, al pasar junto a él, lo vio y se conmovió. 34 Entonces se acercó y vendó sus heridas, cubriéndolas con aceite y vino; después lo puso sobre su propia montura, lo condujo a un albergue y se encargó de cuidarlo. 35 Al día siguiente, sacó dos denarios y se los dio al dueño del albergue, diciéndole: “Cuídalo, y lo que gastes de más, te lo pagaré al volver” 36 ¿Cuál de los tres te parece que se portó como prójimo del hombre asaltado por los ladrones?». 37 «El que tuvo compasión de él», le respondió el doctor. Y Jesús le dijo: «Ve, y procede tú de la misma manera».” (Lc 10,25-37).

L

a primera parábola en la subida a Jerusalén es la parábola del buen samaritano, una de las parábolas más plásticas y ampliamente explicada en la historia del cristianismo, que sólo se conserva en el Evangelio de San Lucas. Esta parábola es la respuesta de Jesús a un legista. El legista pretende que Jesús no sabe de leyes y luego finge no saber quién es su prójimo. Al legista le importan las leyes no el prójimo. Le importan más las palabras que su sentido, más la rigidez de la ley que el espíritu que las inspiró. De ahí que Jesús no le pregunte qué lee en la ley sino que lo confronta diciéndole ¿cómo lees?, es decir, ¿cómo interpretas? ¿a qué prestas atención cuando lees? Quizá al legista le importaba más la jerarquía de las leyes, pero no su auténtico sentido. En la parábola Jesús propone un amor práctico y concreto que se expresa como misericordia, de hecho así concluye el diálogo con el legista: el prójimo es “el que practicó misericordia”. Jesús pone en evidencia, con el diálogo y con la parábola, la esterilidad de la lectura de la Ley que hacen los dos grupos principales con los que él se confrontó: los legistas de corriente farisea y los saduceos de clase sacerdotal con sus ayudantes los levitas. Los primeros fingen no saber quién es su prójimo, a pesar de ser especialistas en la ley; y los segundos, a pesar de dedicarse al culto divino en el templo, no practican la segunda parte del mandamiento mayor.

Sin embargo, en la historia hay un tercero, uno que, según su interlocutor, pertenece a un grupo que no goza ni rectitud de doctrina, ni de autenticidad de culto: un samaritano, el cual, sin embargo, cumple el verdadero sentido de los mandamientos. Se retrata el sentimiento interior del samaritano, la compasión, el cual se vuelve el motor de su ac- tuar; sus acciones son coherentes con lo que siente, pues se ocupa con generosidad del hombre que fue asaltado y dejado medio muerto, dedicándole sus a-tenciones de modo personal, curándole las heridas, llevándolo consigo y cuidando de él aquella noche, finalmente invierte sus bienes a favor de aquel hombre. Ciertamente la presencia del legista se relaciona con la historia anterior de los 72 discípulos, en la cual Jesús concluye proclamando que los misterios del reino los ha ocultado el Padre a los sabios y entendidos y los ha revelado a los sencillos. El legista y el sacerdote pertenecen a ese grupo sabio, mientras que los discípulos y el personaje parabólico del samaritano forman parte de los de corazón sencillo. En la historia de la interpretación de la presente parábola destacan las lecturas cristológica y eclesiológica, en sentido alegórico, en la primera Jesús es el buen samaritano y, en la segunda, el mesón donde recibe atención el enfermo es identificado con la Iglesia.

H

abía sido tan feliz de niña, que me horrorizaba ser grande. Me enfermé de la pena, tuvo que venir el médico a recetarme. Unos polvos, unas cucharadas, pasear a caballo. Eso más que nada le servirá para distraerse, diagnosticó el médico. Pasear a caballo por estas calles estrechas, soleadas, por la anchurosa y larga Calzada de Guadalupe, bordeada de árboles. Detenerse a mirar esta fuente circular, la Caja del Agua o la Conservera, de tan fino dibujo que parece un objeto de porcelana para el tocador, dicen que es una de las obras más bellas del arte neoclásico en México. Pasear, más allá hasta el Río Españita, hasta el acueducto de la Cañada del lobo donde azulean los cerros. Desde los balcones de las casonas, los jóvenes se asomaban. Mira, qué caballo alazán trae la señorita, qué guapa, la cara ovalada, un gracioso tupé sobre la frente, las cejas lineales, recta la nariz, los grandes ojos de un azul tierno, adolescente, fresco. Oye, que bien monta ¿quién será la amazoncita? Lo que es yo mañana le hago la corte. En uno de esos paseos a caballo me vio por primera vez Francisco Armida. Un día que paseaba por la Alameda, venía también a caballo, en su predilecto caballo blanco, el ge-neral Carlos Díez Gutiérrez que era el gobernador del Estado. Se detuvo a saludarme colmándome de elogios y cumplidos. A ver en qué otra ocasión tengo el honor de verla, señorita.

Texto tomado del libro “Yo Soy Conchita Armida” por Mons. Antonio Peñalosa


“María se levantó y partió sin demora”, lema de la JMJ Lisboa 2022

Esperanza, más allá de las fronteras ¿C

uántas veces hemos pensado que la esperanza se nos apaga al momento de tomar la decisión de salir o no de nuestro país? O ¿Qué la podemos recuperar cuando salgamos del país? O por lo contrario, ¿Que aún hay una esperanza y es lo que nos mantiene firmes en quedarnos? La esperanza es la segunda virtud teologal, corresponde a ese anhelo de felicidad que Dios ha puesto en el corazón del hombre. Consiste en confiar con certeza en las promesas de salvación que Dios nos ha hecho y es justamente esto lo que hacemos hoy en día los jóvenes de América Latina.

Sí, en muchas oportunidades son los jóvenes que sin importar las fronteras, los conflictos políticos, sociales, económicos, educativos, de salud; son capaces de romper toda barrera y llevar esperanza mucho más allá. Los jóvenes migrantes son capaces de realizar un desarraigo personal, profesional, cultural y hasta religioso y en muchas otras circunstancias ese nuevo encuentro con diferentes personas, culturas les proporciona una nueva historia, oportunidades, ganando nuevos tesoros por cada paso que dan. Muchos de ellos toman la decisión libremente de ir a otro país en la búsqueda de nuevas oportunidades, de conocer, de vivir una experiencia distinta a la que le puede ofrecer su país, en otras ocasiones es una salida forzosa por diferentes circunstancias: salud, desarrollo personal, profesional, conflictos sociales. Sea la razón por la que decidiste salir, no olvides resaltar lo mejor de tu país, sin tomar mucho en cuenta las opiniones mal sanas de las personas de ese país al que llegaste, siempre tu país será el mejor, aunque en este momento no te pueda brindar las mejores oportunidades. Siempre podrás regresar.

E

l Papa Francisco anunció el lema de la próxima Jornada Mundial de la Juventud del 2022 que se desarrollará en Lisboa, Portugal. Durante la audiencia que concedió en el Palacio Apostólico del Vaticano a jóvenes participantes en el XI Fórum Internacional de los Jóvenes, el Sumo Pontífice expresó por sorpresa que eligió como tema: “María se levantó y partió sin demora”, extraído de Lc 1,39. En los dos años que quedan hasta entonces (2020-2021), el Santo Padre instó a los jóvenes “a meditar sobre los versículos: ¡Joven, a ti te digo, levántate!’ (Lc. 7,14 - Christus vivit’, 20) y ‘¡Levántate! ¡Te hago testigo de las cosas que has visto!’ (Hechos 26,16)”. Explicó que “el camino de preparación al Sínodo de 2018 coincidió en gran parte con el itinerario hacia la JMJ de Panamá, que tuvo lugar solo 3 meses después. En mi mensaje a los jóvenes de 2017 expresé la esperanza de que hubiera una gran armonía entre estos dos caminos”. “Con esto, deseo también esta vez que haya sintonía entre el itinerario hacia la JMJ de Lisboa y el camino post-sinodal. No ignoren la voz de Dios que los empuja a levantarse y a seguir los caminos que Él ha preparado para ustedes. Como María, y junto a ella, sean cada día portadores de su alegría y su amor”, expresó el Papa. En su discurso, el Papa Francisco hizo un llamado a los jóvenes católicos a implicarse más en la Iglesia: “La Iglesia los necesita para ser plenamente ella misma”. El XI Fórum Internacional de los Jóvenes se celebró en Roma del 19 al 22 de junio, organizado por el Dicasterio para los Laicos, la Familia y la Vida, con el objetivo de promover la implementación del Sínodo 2018 sobre Los jóvenes, la fe y el discernimiento vocacional.

Los migrantes “nos recuerdan la condición originaria de la fe” (Christus Vivit 91) y es que vamos de la mano de Aquel que fue también migrante y joven, “pues tú eres, Señor, mi esperanza, y en ti he confiado desde mi juventud” (Salmos 71, 5). Sin importar cuál sea la decisión a tomar, sólo recordemos que aquí o allá, en tu país o en otro: Somos esperanza, más allá de las fronteras.

Lsede de nuestra XXIV Asamblea Diocesana de Pastoa Parroquia de San Rafael Guízar y Valencia será la

ral de Adolescentes y Jóvenes, llevándose a cabo en diferentes lugares y momentos, siendo uno de ellos el hogar de la mística, laica y apóstol Concepción Cabrera de Armida, potosina beatificada recientemente y de la cual tendremos la oportunidad de conocer más acerca de su entorno. La Asamblea Diocesana es un espacio de trabajo y toma de acuerdos y decisiones indispensables para el trabajo juvenil y la Construcción de la Civilización del Amor. ¡Aparta la fecha! #XXIVADPAJ #Pardo2019

Dimensión de Pastoral de Adolescentes y Jóvenes SLP

lioenlaredpj@gmail.com


Sacerdotes festejan XXV Aniversario

C

on motivo de su XXV aniversario sacerdotes festejaron con una acción de gracias de cada uno de ellos; el pasado 21 de junio el Pbro. Héctor Colunga ofició la acción de gracias en la Parroquia Inmaculada Concepción de María en Himno Nac. 2da Sección y un día después en el Templo del Niño del Desagravio, ubicado en Calle Independencia. Fue el Padre Juan de Dios quien celebró en la Parroquia de San Francisco, en Villa de Reyes su aniversario XXV el pasado 24 de junio en donde le acompañaron un gran número de sacerdotes y feligreses. La Santa Misa fe presidida por el Arz. Emérito Don Luis Morales Reyes. Por otro lado la comunidad de la Tapona en Rioverde S.L.P. se vistió de gala y alegría para festejar el pasado 25 de junio al Padre Margarito con motivo de su XXV aniversario y por tal motivo se ofició una Solemne Concelebración Eucarística, misma que fue presidida por Don Luis Morales Reyes, compañeros de su ordenación presbiteral y sacerdotes invitados…

El Pbro. Alejandro Medrano fue celebrado en el Templo del Espíritu Santo en punto de las 12:00hrs el pasado 27 de junio, en la celebración estuvo presente un gran numero de feligreses además de varios sacerdotes que concelebraron con él. Finalmente la comunidad parroquial de Nuestra Señora del Carmen en Puente del Carmen, Rioverde S.L.P. estuvo de manteles largos el pasado 28 de junio al festejar a su Párroco, el Pbro. Felipe Gutiérrez, acompañado de feligreses, amigos y familiares. La celebración fue presidida por el Arz. Emérito Don Luis Morales, quien motivó a los festejados a seguir haciendo de su corazón de Padres, un corazón lleno del amor de Cristo Pastor y nunca olvidar la fidelidad de Dios en su vida ministerial. Felicidades a estos sacerdotes que festejaron su XXV Aniversario Sacerdotal, que Dios siga iluminando y acompañándoles en su Caminar…

Fiesta Patronal en el Perpetuo Socorro

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Por: Gustavo Alejandro García

l pasado 27 de junio la Parroquia del Perpetuo Socorro estuvo de manteles largos; un gran número de fieles asistió a la celebración eucarística para festejar la fiesta patronal a la Virgen del Perpetuo Socorro, entre danza, color, música, y mucho más, los asistentes recibieron al Arz. Emérito don Luis Morales Reyes quien presidio la solemnidad en compañía de sacerdotes invitados. Finalmente con mariachi se ofreció una serenata a la virgen para culminar con los juegos pirotécnicos. Gracias a todos los que hicieron posible esta fiesta en honor a Nuestra Señora del Perpetuo Socorro.

Fiesta Patronal en Cerro de San Pedro

E

l pasado 29 de junio, la comunidad de Cerro de San Pedro realizó su fiesta patronal. Feligreses, vecinos y autoridades civiles del lugar, acudieron a la Santa Misa de en honor a San Pedro Apóstol, para encomendarse a él y agradecer a Dios por los dones recibidos desde la fe. Durante la Misa del medio día se celebraron cuatro primeras comuniones; la Eucaristía fue presidida por el Padre Edmundo Moreno, párroco del lugar y concelebrada por los sacerdotes: Juan Manuel Uribe, Rafael Hernández y Rafael Quintá. Por la tarde, se llevó a cabo una Celebración Eucarística de Acción de gracias por tan maravillo día.

¡Felicidades Cerro de San Pedro, por su fiesta patronal!

Fiesta Patronal en Arroyos

Por: Ángeles Castillo Huerta

E

l pasado domingo 30 de junio, la comunidad de Arroyos, perteneciente a la Parroquia de la Inmaculada Concepción en la Delegación de la Pila, celebramos nuestra fiesta patronal. En nuestra comunidad tenemos dos capillas, la primera está dedicada al Sagrado Corazón y es la más antigua; en la segunda, veneramos a San Antonio de Padua. El día del Sagrado Corazón, nuestro párroco el Padre Rafael Hernández celebró la Santa Misa y nos explicó sobre el significado del Señor Jesús como Sagrado Corazón; el domingo siguiente presidió la Santa Misa nuestro vicario el Padre Rafael Quintá y concelebró el Padre Alfredo Pérez.


Domingo 14 de julio de 2019

Por: Vicaría de Pastoral

Llamados a encontrar a Dios en todo momento

E

n cada rincón de la ciudad, en cada rostro con rasgos diferentes, en cada pequeño y en cada anciano descubrimos a Dios; en el grande misterio de que aún parezca pan pero en realidad sea carne, descubrimos a Jesús. La Visita Pastoral a la Parroquia del Señor de Burgos, ubicada en el municipio conurbado de Soledad de Graciano Sánchez, fue una oportunidad más para constatarlo. Con gran gozo los feligreses de esta comunidad parroquial se dieron cita el 02 de julio del presente año y llenos de gozo le dieron una cordial bienvenida al Señor Arzobispo Don Jesús Carlos Cabrero Romero, quien brindó palabras de aliento y consuelo a la comunidad congregada en la cabecera parroquial. Las diferentes actividades que se realizaron durante la Visita no fueron mero requisito, sino el propiciar encuentros, alimentar la esperanza y ensanchar horizontes. Nunca perdamos el asombro ante lo que tenemos a nuestra vista y en nuestra vida, porque en lo simple de nuestro mundo encontramos la grandeza de nuestro Dios. ¿Quieres contarnos tu experiencia en la Visita Pastoral? ¡Haz contacto! vicariadepastoralslp@hotmail.com


Celebrando al Señor

Cuestión de estilo

P. Pedro Mexquitic Arredondo

“L

os gestos y posturas corporales, tanto del sacerdote, del diácono y de los ministros, como del pueblo, deben tender a que toda la celebración resplandezca por el noble decoro y por la sencillez, a que se comprenda el significado verdadero y pleno de cada una según sus diversas partes y a que se favorezca la participación de todos” (Instrucción General del Misal Romano, 42) En nuestras celebraciones, el cuerpo y el gesto están gradualmente encontrando su espacio y debido valor; sufrimos todavía, pero de una falta de estilo. Con esta palabra queremos entender la tipicidad del gesto litúrgico, así como se pone al interno del actuar ritual. Todavía se oscila entre una nostálgica solemnidad ceremonial, a menudo rígida y solo formal, y una más superficial desenvoltura, la mayor parte de las veces, trivial y pobre. Cuál es la diferencia entre una acción ordinaria, cotidiana y un actuar ritual? En que consiste aquélla trasposición que eleva una acción ordinaria confiriéndole una portada simbólica? Cuáles son los cánones del gesto litúrgico? A estas preguntas tratamos de responder dibujando algunos rasgos distintivos. En la liturgia los gestos no son jamás aislados u ocasionales, sino su elocuencia es dada por el contexto y por el modo con el cuál son puestos. El pan y el vino en la presentación de los dones dibujan su elocuencia del momento particular en el cuál vienen ofrecidos (la celebración eucarística) y del correspondiente modo con el cual se desarrolla la acción. Si los participantes por ejemplo, no son conscientes del significado del gesto, aparecerá ilegible, banal, privado de significado. La conciencia los llevará en cambio, a tomar en mano los objetos con cierto cuidado, a elevarlos a una justa altitud, a asumir un paso sin prisa, sino ritmado, etc. El contexto y el estilo, unidos a las palabras previstas por el rito, hacen que un simple gesto humano adquiera un significado nuevo y sublime. Se están moviendo los primeros pasos hacia la recuperación de un cierto arte de celebrar, sin embargo nos cuesta individuar cuáles deberían ser los rasgos de un auténtico estilo litúrgico. Aquí presentamos algunos: En la liturgia, el gesto es sobrio y medido: no ama el exceso, la exuberancia, el énfasis. Este rasgo de moderación lo reconocemos también en su duración: contenida, regulada, equilibrada. El gesto se pone en modo generalmente reservado: expresa los sentimientos humanos más profundos, sin ostentación y prefiriendo un actuar más bien discreto y sobrio. No viola jamás la intimidad del otro, obligándolo a asumir actitudes forzadas o excesivamente desinhibidas o exigentes. Los gestos en la liturgia piden un hacer natural y auténtico: lo artificial o la excesiva formalidad esconden su naturaleza simbólica que para transparentar, tiene siempre necesidad de una cierta simplicidad y naturaleza. Por otro lado, el gesto debe siempre aparecer noble y solemne: revelar la grandeza de la dignidad humana, el horizonte evocado, suscitar estupor y dar espacio a aquélla trascendencia que solo la belleza es capaz de narrar. Entonces el paso se hará elegante; la marcha, solemne; la mano extendida aparecerá pura; la postura, erecta; la postración, profunda. Todo el cuerpo asumirá los rasgos del más bello entre los hijos del hombre (Sal 44). Esto será posible, en la medida en la cuál el fiel madurará una conciencia del propio actuar que, sin necesidad de comentarios, hace del gesto una palabra eficaz. El gesto litúrgico es siempre sinfónico: se injerta en un bien definido momento ritual que determina la identidad y se acompaña siempre con una palabra dicha o evocada, dentro de un silencio elocuente o un canto que alienta su andadura. No es jamás aislado o casual, con fin en sí mismo o ambiguo. Su significado cambia, solo si se pone en otro contexto ritual (como sucede, por ejemplo, para la unción, que cambia de significado si se realiza en el rito de la dedicación de un altar o en el rito de la iniciación cristiana). También no es individual, si no siempre eclesial: es la expresión de la voz de la iglesia y no un libre y creativo impulso de un individuo o de un particular grupo. Ama la repetitividad y la fidelidad, pasando de mano a través de las épocas y las culturas, sin jamás convertirse en posesión de alguno. Los gestos en la liturgia son habitualmente serios, pero nunca frívolos o banales, a e-llos ha estado siempre confiado con extrema confianza la tarea de evocar un misterio, de pronunciar una invocación, de expresar un sentimiento profundo; en ellos habita una verdad grave y eterna que, sin desliarse jamás a un actuar oscuro y severo, sin embargo, tiene el sabor dramático de la vida. Los gestos rituales no son jamás posesivos sino gratuitos: su objetivo no es el de aferrarse o alcanzar, obtener o conquistar; ellos aman el toque ligero de quien los toca sin detenerse, se acerca sin invadir. En fin, todo gesto debe siempre ser oportuno: jamás forzado o inútil, vergonzoso o superfluo, cojo o vulgar, habita en un cuerpo vivo y a eso se adapta. Formar a la gestualidad ritual es el fruto de un lento aprendizaje, dictado más por la experiencia que por la teoría. Los niños, los jóvenes, los adultos podrán también ser ayudados por el aprendizaje de algunos elementos fundamentales de carácter teórico, sin embargo, el modo más fructuoso está constituido por la imitación de los buenos ejemplos. No hay nada mejor formativo que una liturgia bien cuidada. El arte del gesto no podrá jamás ser aprendido de una compleja lista de instrucciones, sino solo de la misma liturgia, sino como celebración de la fe en acto.

¡Pónganse en camino!

Discípulos misioneros

El significado y la necesidad de la renovación eclesial

Pbro. Rafael Quintá ponganseencamino@hotmail.com

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n la edición pasada abordamos el tema de la espiritualidad misionera y su renovación eclesial; ahora desde el mismo enfoque de la renovación, reflexionaremos sobre su significado, lo cual nos llevará varias ediciones, para seguir profundizando en ello. Solamente como a manera de panorama enumero los temas próximos: la renovación Evangélica y vida apostólica; la renovación por el camino de la comunión; y la necesidad de renovarse para llevar a la madurez las “semillas del reino”. Entremos al tema de ésta edición. Hablar de renovación en la misión conlleva una cuestión actitudinal: la a-pertura a la sorpresa de Dios, de la Iglesia que siempre está en camino con toda la humanidad. Es por ello que la Iglesia está en ese constante discernimiento y puesta al día, de la Palabra, como renovación eclesial, en vistas a desarrollar el dinamismo misionero, por la línea de la espiritualidad y la santificación, esto sin olvidar el nivel pastoral y estructural. La renovación es auténtica cuando corresponde a una época y situación concreta, como fidelidad a las nuevas gracias y luces del Espíritu. El decreto conciliar que nos habla de la Misión de la Iglesia, llamado Ad Gentes, nos deja en claro la necesidad de la renovación: “Puesto que toda la Iglesia es misionera y la obra de la evangelización es deber fundamental del Pueblo de Dios, se invita a todos los fieles a una profunda renovación interior, a fin de que teniendo viva conciencia de la propia responsabilidad en la difusión del Evangelio, acepten su cometido en la obra misional entre los gentiles (cfr. AG 35). Lo anteriormente dicho, responde a que anunciemos el Evangelio con la claridad de Cristo, que resplandece sobre la faz de la Iglesia. En la renovación eclesial no podemos dejar de lado su relación estrecha con la Santidad, como condición para poder afrontar las nuevas situaciones misioneras. Al respecto, la Iglesia nos dice: “Nunca como hoy la Iglesia ha tenido la oportunidad de hacer llegar el Evangelio, con el testimonio y la palabra, a todos los hombres y a todos los pueblos”; esto lo decía Juan Pablo II en el documento Redemptoris Missio, y añadía: “Veo amanecer una nueva época misionera, que llegará ser un día radiante y rica en sus frutos, con todos los cristianos, y en particular, los misioneros y las jóvenes Iglesias responden con generosidad y en santidad a las solicitudes y deseos del tiempo actual. La renovación consiste principalmente en el compromiso por recorrer los itinerarios de la Santidad propuesta por el Evangelio, que todos los fieles, de cualquier estado y condición, están llamados a la plenitud de la vida cristiana, a la perfección de la caridad. Por tanto, cobra sentido el vivir con mayor fidelidad el evangelio, en fidelidad a la vocación recibida. Tal renovación hay que verla desde dos ángulos: el personal y el comunitario, ambos llenos de conversión y apertura. Animarse a vivir la experiencia misionera, pues sólo haciéndose misionera la comunidad cristiana, podrá superar las divisiones y tensiones internas, dando paso a la unidad y al vigor de la fe. (RMi 49) La renovación eclesial se enraíza en las actitudes personales y en las estructuras de pobreza evangélica, puesto que es una sincera revisión de la propia vida en el sentido solidario con los pobres. De tal forma, se invita a la fidelidad del espíritu de las bienaventuranzas, puesto que la iglesia esta llamada a compartir con los pobres y los oprimidos de todo tipo. Finalmente, la renovación eclesial es también una urgencia a la situación actual de la sociedad, la cual exige cada vez más una adhesión verda-deramente personal y operante a la fe. La responsabilidad de todo creyente se debe concretar en un examen sobre si los defectos de su vida religiosa, moral y social, han velado más bien que revelado el rostro de Dios y de la religión.


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Domingo 14 de julio de 2019

Heráclito el oscuro Por: Juan Jesús Priego

Quinientos años antes de Cristo vivió en la ciudad de Éfeso un filósofo del que, en realidad, casi nada sabemos. Se dice que provenía de una familia aristocrática, aunque nunca aprovechó sus privilegios para crearse, como se dice, una posición; que prefería hablar con los niños que con los sabios y políticos; que Darío, el rey de Persia, lo invitó a su corte, pero que él rechazó la invitación con mucho gusto; que disfrutaba de las adivinanzas y por eso le decían todos el oscuro. ¿Escribió muchos libros? ¡Vaya usted a saber! Lo único que nos ha llegado de él –por lo menos hasta ahora- es una serie de máximas que cabrían perfectamente en un tríptico como esos que suelen meter las compañías farmacéuticas en una caja de analgésicos. De esas pocas máximas he elegido tres para comentarlas aquí; sólo tres, pues conviene no cansar al lector. La primera de ellas dice así: No es mejor que los hombres tengan todo aquello que desean. ¿Qué sería de nosotros, pobres mortales, si consiguiéramos siempre lo que deseamos? ¡Ah, eso y la catástrofe serían la misma cosa! Supongamos, por ejemplo, que un bibliófilo tuviera ya en sus estantes todos los libros que querría tener, absolutamente todos. ¿No su vida iría languideciendo poco a poco? Ya no saldría a los mercados y a las plazas en busca de nuevos libros, y se moriría de tristeza por no tener ya nada que pedirle a la vida. ¿Para qué buscar lo que ya se tiene? Es necesario, pues, que este bibliófilo no encuentre de una vez por todas lo que busca, para que tenga oportunidad de desear lo que le falta. Tenerlo todo equivale a dejar de desear, y dejar de desear equivale a morirse. Sí, es necesario que este hombre no lo encuentre todo de una vez, sino que lo vaya encontrando por partes: un volumen hoy y otro el mes que viene, para que tenga tiempo de hojear aquél y siga esperanzado en encontrar éste. ¿No dijo Oscar Wilde que existen dos maneras de ser desdichados? Una –dijo- consiste en no obtener lo que querríamos; la otra consiste en obtenerlo. Aquel amigo nuestro querría con todas sus fuerzas sacarse el premio mayor de la lotería; todos lo viernes compra un billete para ver si ahora sí – como dice- le pega al gordo. Pues, bien, después de muchos años de intentarlo vanamente ahora sí le pega. ¿Qué va a hacer con tanto dinero? ¡Ya lo sabe! Va a comprarse un vehículo que tenga varios circulitos entrelazados en el frente (siguiendo la enseñanza de los antiguos, nuestro amigo cree que el círculo es la figura geométrica perfecta). Y bien, se lo compra. Pero como no es un chofer muy diestro, finalmente se accidenta y muere al querer rebasar a un camión de ruta. Vistas las cosas desde este esta catástrofe, ¿fue nuestro amigo muy afortunado al sacarse el premio gordo de la lotería? Heráclito, pues, tiene razón: No es mejor que los hombres tengan todo aquello que desean. La segunda máxima, el segundo aforismo (o como prefiera usted llamarlo) dice así: Hasta los asnos saben que la paja es mejor que el oro. ¡Claro, y eso que son asnos! He aquí una paradoja digna de Chesterton, que sobre estos asuntos de los metales supuestamente preciosos escribió más de una página. En El poeta y los lunáticos se queja, por ejemplo, Gabriel Gale: “¿Por qué diablos llaman a éstos ‘peces dorados’? Su color es mucho más espléndido que el oro; no lo he visto, por lo demás, sino muy raras veces en las nubes rojas de una puesta de sol. El oro

recuerda el amarillo, y no al amarillo más hermoso: es mucho menos bello que el amarillo limón de ese pájaro que vi hoy. Estos peces se asemejan más al cobre que al oro. Y el cobre es mil veces más bello que el oro. Me gustaría saber por qué el cobre no es el metal más precioso… ¿Qué pasaría, digo yo, si se diera a un hombre que cambia un cheque grueso monedas de cobre, explicándole que reflejan mejor los tonos cálidos de una puesta de sol?”. ¡Ah, ya sabemos lo que haría el portador de semejante cheque! Por lo pronto, haría un berrinche y le gritaría al cajero: “¿Piensa usted que yo soy un imbécil? ¡Quíteme de allí sus bellas monedas de cobre! ¡Yo quiero oro! ¿Me oye usted? ¡Oro!”. Dale a un asno un centenario y ni siquiera moverá el rabo, pero si le das un poco de paja fresca hará una fiesta. Para él, el oro es inútil: es demasiado duro para sus dientes, y además ni siquiera lo encuentra bello. Y aquí quizá me replicará alguien: “Pues bien, por eso es asno, porque no sabe lo que es lo bueno”. A lo que respondería Heráclito, como amante de las paradojas: “¡De ninguna manera! Lo que sucede es que, en ocasiones, hasta los burros son más sabios que los hombres”. Y, por último: Mucho escarban los que buscan oro, pero encuentran muy poco. Yo conozco a un señor de bigotes colorados que compró un aparato para detectar tesoros. Era un aparato muy complicado y, a decir verdad, bastante eficaz. Sin embargo, que yo sepa, su actual poseedor no ha encontrado hasta ahora más que viejos sartenes, clavos de hierro, herraduras quebradas, hojas oxidadas de antiguos cuchillos y hornillas metálicas que ya hace cien años alguien tiró al río para deshacerse de ellas. ¡Pobre señor! Jamás encontró nada digno de contarse. En cambio, un conocido mío, que no buscaba más que agua, se encontró una vez un jarro lleno de monedas de oro (no era un jarro enorme, ciertamente, pero algo es algo). Él, como el burro de Heráclito, no buscaba más que un poco de agua en el subsuelo, y ya ven ustedes lo que se encontró. Qué tipo más afortunado, ¿no es verdad? Sí que lo es, pero no porque halló lo que buscara, sino porque no buscaba lo que encontró. Así pues, le doy a usted el siguiente consejo: no busque, para que encuentre. Haga siempre como Saúl, que sólo buscaba unas burras y regresó a su casa con un reino en el bolsillo. Mucho escarban los que buscan oro, pero encuentran muy poco. Haga usted como mi amigo: busque sólo agua y, si Dios quiere, encontrará luego el oro que no buscaba. ¿Y si no lo encuentra? Entonces haga usted como el burro de Heráclito, que encontraba mucho más útil, y más bello, y más nutritivo, un haz de paja fresca.

Sabías que…

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abías que en la edición número 30 publicada el 16 de agosto “La vejez: una parte de la vida”, fue la publicación de Carlos Cuellar… En este artículo se nos invita a reflexionar a todos los seres humanos sobre la vejez, sabemos que envejecer es una obra maestra de sabiduría, y una de las partes más difíciles del gran arte de vivir, pues la edad madura es aquella en la que todavía se es joven, pero con mucho más esfuerzo, ser anciano es ordinariamente, la recompensa de una bella vida, y se dice que hay que vivir de tal forma que cuando lleguemos a ser ancianos tengamos una buena historia que recordar y asó convertirnos en seres inmortales en los corazones de los demás al momento de marchar… En nuestra ciudad existen diversos asilos y detrás de sus paredes, nos narran historias de experiencia y vida. Son aquellas personas que por diversos motivos han llegado a estos lugares; algunos bajo su propia voluntad, otros aun renegando sintiendo el abandono y el aislamiento de los suyos, muchos de ellos, con la fuerza de voluntad de poder seguir respirando y con el anhelo de seguir siendo útiles en la vida, muchos de ellos se llaman a sí mismos “presos sin delito”.


Protocolo de Instrumentos Publicos año de 1592 del escribano real Pedro Venegas (Vigésima Séptima Parte)

José Ricardo García López Investigador en retiro de la Facultad de Derecho de la UASLP. Escritura número 51 (Al reverso de la anterior, muy destruida en los márgenes superior e izquierdo y con agujers al interior del papel). Sepan cuantos esta carta vieren como yo Juan de Zavala, estantes en este pueblo y Minas del Potosí de la Nueva España, por esta carta doy e otorgo todo mi poder que en derecho se requiera y más puede y debe valer… que están presentes, especialmente para que… representando mi persona pueda labrar las minas que tengo en este Cerro del Potosí y otras?... defender y tomar otras de ellas y las__?__ La plata que de ellas saliere… por del diezmo, y si sobre las dichas minas… obiere (sic) plata o pudiera parecer oro, … y ante ellas y cualesquiera de ellos pueda hacer e haga los pedimentos reales requerimientos, citaciones, protestaciones y las demás diligencias judiciales y extrajudiciales que convengan y que yo haría siendo presente hasta los definir y concluir y oír sentencia o sentencias y las de mi favor consentir e apelar de las en contrario y hacer con cualesquier personas cualesquier convenios y trazas que le pareciere sobre las dichas minas o cualesquier parte de ellas que todo lo que por vos fueren fechos (sic) me obligo de los guardar e cumplir según que en ellos se contuviere y finalmente hago por fuero y por derecho en defensa de dichas mis minas todo lo que convenga que para haber por firme todo lo que en virtud de este poder fuere fecho (sic), obligo mi persona e bienes. En testimonio de lo cual otorgué esta carta ante el presente escribano y testigos de suso escritos en cuyo registro lo firmé fecho en las Minas del Potosí a diez días del mes de septiembre de mil e quinientos e noventa e dos años. E yo el escribano conozco a el otorgante y testigos: Francisco Vázquez y Juan de Zavala y Bartolomé Camacho, estantes en estas minas. Juan de Zavala (rúbrica) Ante Mí: Pedro Venegas (Rúbrica) Escribano Real. Escritura número 52. (Escrito de 18 renglones que comprende media carta y al igual que los demás sumamente maltratado de los márgenes y del centro por los agujeros de las polillas y manchas de la humedad). …[En San Luis de Mezqui]tique a los trece días del mes de septiembre de mil e quinientos y noventa y dos años, don Juan de Oñate… en esta población y minas del Potosí, dijo que por cuanto que labra… a las Minas de Gechú (sic) en servicio de Su Majestad y… mandado del Señor Visorrey (sic) y conviene en … su lugar administre justicia en esta jurisdicción… de la persona de Pedro de Vergaara que bien y … administrara justicia por su ausencia le nombro por lugarteniente de tal alcalde mayor para que administre justicia en todos los casos y cosas que se ofrecieren ansí (sic) de derecho como de oficio que para lo susodicho y traer vara de justicia le dio comisión en forma como él la tiene de Su Majestad, y lo firmó de su nombre. Juan de Oñate (rúbrica) Ante Mí: Pedro Venegas (rúbrica) Escribano Real.

Sintonizar con el mundo actual D

ecía Jean Serment: “He pasado toda mi vida en tensión, como un arco; pero nunca he sabido a dónde apuntar y lanzar la flecha”. Toda persona hace muy bien en buscar su propio camino y ser distinto de quienes le han precedido, sin embargo, hay quienes no encuentran sentido a su vida y le pueden dar un final drástico. Nunca está de más echar una mirada a las cosas bellas del arte y de la naturaleza, y a la historia, aunque sólo sea porque eso nos puede dar cierta perspectiva que arroje una luz sobre la propia vida.

Por: Rebeca Reynaud

empeño y atención por cada persona, transmita un modo de vivir, unos ideales y unas convicciones valiosas para afrontar y disfrutar la vida. Este proceso requiere tiempo y serenidad.

Hoy la gente pide relatos de la vida real, de la literatura o de la historia, testimonios palpables, por ello hay que saber narrar, contar historias, y eso llega más que tanta argumentación.

Tuve un profesor en Roma, Carlo Caffarra, que enseñaba que hay distintos tipos de verdades. Si el río Nilo mide 5 ó 6 mil km. no nos afecta personalmente. Esa es una verdad no existencial. Lo que sí afecta nuestra vida son las “verdades existenciales”: Si creemos que Dios existe o no, si creemos que el alma es inmortal o no, pues de ellas depende el giro que le vamos a dar a nuestra vida. Y en esas verdades existenciales es donde muchas veces diferimos.

Una conversación entre amigos, -y eso puede ser también la lectura de un libro-, ha de ser como un intercambio de impresiones con el que se quiere avanzar en el camino de la búsqueda de la verdad.

Siempre es interesante escuchar el punto de vista de otros pues hay aspectos que se nos escapan y nos ayudan a matizar o nos dan un dato extra a considerar, y siempre es bueno tratar de entender el punto de vista del otro.

Tenemos en común que queremos sintonizar con las preocupaciones del mundo, que queremos hacer amable el bien y que somos personas que dialogan. Para hacer las cosas bien, necesitamos conocer a cada persona que tratamos, reflexionar sobre las dudas que plante-an, adecuar lo que pensamos para que perciban que esas ideas están conectadas con la vida. Ello requiere una escucha atenta e interesada, valorar lo positivo de las opiniones contrarias, aunque si es necesario se señalen los limites.

No se trata de imponer ideas, sino de que cada uno veamos aspectos de la realidad que quizás antes no veíamos. A veces me siento tan pleno al leer o ver una serie, que quisiera compartirlo con los demás. Otras veces deseamos dar esperanza o hacer felices a los demás.

Hoy, es necesario hablar con un lenguaje comprensible y que se adecúe al nivel del público o del interlocutor, partir de los puntos comunes que se tienen. En este diálogo hay que conjugar los aspectos afectivos, intelectuales y volitivos para que sepamos relacionarnos con todos. Es preciso saber profundizar en la verdad para tratar de llegar a una sabiduría del corazón que da plenitud a la vida. El reto que tenemos los adultos es enseñar a pensar a jóvenes y adultos, que significa enseñar a plantearse los problemas y a encontrar soluciones. Se trata de irnos ayudando a ser capaces de decidir bien, de discernir. Se trata de tener y de dar una visión optimista y esperanzada ante el futuro. Un maestro, un periodista o un padre de familia, no es sólo un divulgador de conocimientos, sino alguien que con su

Lo más importante es que cada uno sea lo que debe ser, ¿y qué debemos ser? Eso es lo que hay que descubrir cada uno personalmente. Leamos lo decía Martin Luther King: “Si no puedes ser un pino sobre el monte, sé una hierba, pero sé la mejor hierba pequeña a la orilla del arroyo. Si no puedes ser un árbol, sé un arbusto. Si no puedes ser una autopista, sé un sendero. Si no puedes ser el sol, sé una estrella. Sé siempre lo mejor de eso que eres. Trata de descubrir el proyecto que estás llamado a realizar y dedícate con pasión a cumplirlo en tu vida”. A veces muchos quisiéramos compartir la fe cristiana porque es bella y porque sólo Jesús y su Iglesia tienen la capacidad de curar las heridas que tenemos, y de llenar nuestros vacíos existenciales. Sin embargo, no es posible sustituir a nadie en el ejercicio de su libertad, pero el diálogo no sobra. Sería interesante que cada persona se planteara dos cosas: Purificar su identidad y mostrar de modo bello lo que es bello. “Es tan erróneo cambiar en lo que no tienes que cambiar, como no cambiar en lo que tienes que cambiar” (Mónica Herrero).


Pastoral de la familia

Pastoral penitenciaria

Porque esta herida la familia Sra. Norma Lydia Rocha Moreno Parroquia Preciosa Sangre

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a familia está fracturada y no es por la ideología de género, sino porque no tenemos raíces profundas de Fe. Esta fracturada porque tenemos volteados nuestros valores y prioridades, trabajamos sin descanso por una casa, un carro y unos bienes perecederos, y ponemos nuestro corazón y nuestras metas en esas cosas pasajeras y superfluas. La familia está herida porque no le inculcamos a nuestros hijos el amor a Dios y al prójimo, porque no aceptamos que nuestros hijos sean personas con defectos y necesitados de corrección. Porque no toleramos que se les llame la atención, y nos comportamos como fieras cuando algún profesor les llama al orden. Estamos heridos, porque le huimos a la palabra sencillez, porque no aceptamos la austeridad ni la pobreza, porque creemos que tenemos el derecho de ser servidos, pero no nos gusta servir. Porque criamos hijos orgullosos y soberbios al haberles puesto al mundo en bandeja y les robamos la capacidad de aceptar la frustración y la dificultad. La familia está herida porque no sabemos perdonar, porque no sabemos hablar sin herir al otro, porque pedimos a los nuestros una perfección que no tenemos, porque caímos en la trampa de considerar el matrimonio algo desechable. La familia está herida, porque sacamos a Dios de nuestro corazón, porque relativizamos la verdad, porque nunca hay tiempo para orar, porque aceptamos la infidelidad, el maltrato verbal y físico, porque humillamos a nuestra pareja delante de nuestros hijos o nuestros amigos. Porque guardamos silencio ante el pecado y la maldad. Definitivamente, es tiempo de ser mejores familias, es tiempo de reconocer humildemente nuestros errores, es tiempo de dar lo mejor de nosotros mismos. Es tiempo de abrir las puertas de nuestros hogares de par en par para dejar entrar a Dios. Es tiempo de dedicarle tiempo a nuestros hijos, de decirles aquí estoy, de enseñarles más que con palabras con obras, que aunque la vida sea dura, siempre podrán contar con nuestra ayuda. Es tiempo de volver al primer amor, de llenar las tinajas de vino que se agotaron cuando le dijimos a nuestra esposa o esposo que estaríamos con ella (él) en la salud y en la enfermedad, en la prosperidad y en la adversidad, amarnos y respetarnos todos los días de nuestra vida, hasta que nos separe la muerte. la familia no ha sido lastimada tan solo con estas nuevas doctrinas e ideologías que

tanto nos alarman en estos tiempos, vemos tu o yo como padres, nos hemos encargado de abrir heridas en eso que decimos amar con toda nuestra alma. Tal vez hemos perdido el norte por estar buscando la felicidad en este mundo llenándonos de bienes materiales y olvidando que con nuestras obras alcanzaremos la felicidad en el Cielo. Si tal vez se nos olvidó que la meta es el Cielo. Dios nos bendiga y nos ayude a ser mejores familias, lugares donde reine el amor de Dios. Donde se ame al Señor por encima de todas las cosas. Familias conforme al corazón de nuestro Creador y bajo el amparo de nuestra Madre la Virgen María. Encontré estos conceptos de errores que se suelen cometer entre la relación de esposos: 1. Amar más a sus padres que a su pareja. 2. Descuidar la pareja cuando aparecen los hijos. 3. Creer que el domingo es para descansar de la familia y no con la familia. 4. Creer que la fe es un asunto privado y que cada quien crea lo que quiera. 5. Pensar que el matrimonio es el fin de la historia y no el principio de ella. 6. Creer que los hijos son razón para permanecer juntos y olvidar que ellos un día se irán de casa (como nosotros nos fuimos) 7. Olvidar que el amor es un camino y no una meta. 8. Entregar sus cuerpos sin donar sus vidas. 9. Confundir pasión con amor y creer que cuando la primera se acaba, se acaba todo. 10. “Tercerear” o dejar a la familia por debajo del trabajo y de la diversión, (se nos olvida para quién trabajamos y que la diversión debe ser equitativa) Les recuerdo: nadie se hace una sola carne con sus hijos, pues ellos se van; ni con los padres, pues ellos ya hicieron sus vidas. Los esposos comienzan y terminan solos y por eso necesitan cuidarse mutuamente con delicadeza y de ahí tener bases sólidas para sostener una FAMILIA con valores y virtudes que dejen buenos hijos para la Sociedad.

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Dimensiones a considerar en la evangelización dentro de la cárcel ¡Ay de mí si no evangelizara! 1 Corintios 9,16 Pbro. Rafael Hdz. Díaz

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a formación y readaptación de los internos obedece a un proceso integral y, por lo mismo, comprende varias dimensiones:

1. Dimensión humana y comunitaria Acompañar en su proceso al interno que lo lleve a asumir su propia historia y sanarla, haciéndolo capaz de vivir una gran libertad interior. Se trata de desarrollar personalidades que maduren en el contacto con la realidad y abiertas a la trascendencia. 2. La dimensión espiritual Promover la experiencia en Dios manifestado en Jesús y que lo conduce por el Espíritu a través de senderos de una verdadera reinserción social, con una devoción amorosa a la Santísima Virgen María. 3. La dimensión intelectual El encuentro con Cristo, Palabra hecha carne, potencia el dinamismo de la razón que busca el significado de su realidad carcelaria y se abre a este misterio. Se expresa en una reflexión seria, puesta constantemente al día a través del estudio y reflexión que abre la inteligencia, con la luz de la fe, a la verdad. También capacita para el discernimiento, el juicio crítico y el diálogo sobre la realidad en que se encuentra. 4. La dimensión pastoral y misionera Es un auténtico camino cristiano durante su proceso legal que llenan de alegría y esperanza el corazón, moviendo al creyente interno a anunciar a Cristo de manera constante en su vida y en su ambiente de prisión y posteriormente en su vida social. Esta dimensión también es de suma importancia porque le da razón de estar y rehabilitarse socialmente en el servicio, a través de pequeñas tareas pastorales en la cárcel para así construir el Reino de Dios en las cárceles. 5. La dimensión de catequesis (pre-sacramental) Para un sano desarrollo de la vida cristiana en los internos, es necesario la gracia de Dios que recibimos a través de los sacramentos, tal como nos lo enseña la doctrina de la Iglesia: “Los sacramentos son signos eficaces de la gracia, instituidos por Cristo y confiados a la vida de la Iglesia por los cuales nos es dispensada la vida divina”. Los Sacramentos son signos eficaces en sí mismos, porque en ellos actúa directamente Cristo. En cuanto signos externos también poseen una finalidad pedagógica: alimentan, fortalecen y expresan la fe; y cuanto mayor es la disposición de la persona que los recibe, más abundante son los frutos de la gracia (Catecismo de la Iglesia Católica n. 840). En el proceso evangelizador de los internos se debe tener presente una catequesis pre-sacramental de acuerdo a la realidad de una cárcel. Así los sacramentos fortalecen y expresan la fe. El fruto de la vida sacramental es a la vez personal-testimonio y eclesial-caridad.


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Anunciación del nacimiento de Juan Bautista

Sucedió que, mientras Zacarías oficiaba delante de Dios, en el turno de su grupo, le tocó en suerte, según el uso del servicio sacerdotal, entrar en el Santuario del Señor para quemar el incienso. Toda la multitud del pueblo estaba fuera en oración, a la hora del incienso. Se le apareció el Ángel del Señor, de pie, a la derecha del altar del incienso. Al verle Zacarías, se turbó, y el temor se apoderó de él. El ángel le dijo: “No temas, Zacarías, porque tu petición ha sido escuchada; Isabel, tu mujer, te dará a luz un hijo, a quien pondrás por nombre Juan; será para ti gozo y alegría, y muchos se gozarán en su nacimiento, porque será grande ante el Señor; no beberá vino ni licor; estará lleno de Espíritu Santo ya desde el seno de su madre, y a muchos de los hijos de Israel, les convertirá al Señor su Dios, e irá delante de él con el espíritu y el poder de Elías, para hacer volver los corazones de los padres a los hijos, y a los rebeldes a la prudencia de los justos, para preparar al Señor un pueblo bien dispuesto”. Zacarías dijo al ángel: “¿En qué lo conoceré? = Porque yo soy viejo y mi mujer avanzada en edad”. El ángel le respondió: “Yo soy Gabriel, el que está delante de Dios, y he sido enviado para hablarte y anunciarte esta buena nueva. Mira, te vas a quedar mudo y no podrás hablar hasta el día en que sucedan estas cosas, porque no diste crédito a mis palabras, las cuales se cumplirán a su tiempo” (Lc 1, 8-20).

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ecíamos Zacarías era un buen sa-cerdote. Era un sacerdote anciano que vivía virtuosamente y apegaba su corazón a la justicia. Debemos decir que había muchos sacerdotes judíos que vivían la verdadera fe y la alianza con el Dios de Israel, hombres justos que dedicaban su vida a servir, a ejercer su ministerio con gran fe y confianza y que además eran fieles a la Ley de Moisés. Si leemos atentamente el evangelio (los evangelios) encontramos que Jesús reconoce el ministerio sacerdotal, la condición sacerdotal, ¿cómo no hacerlo, si el sacerdocio es institución divina? Las controversias que Jesús tiene con los judíos es, ante todo con los escribas y los fariseos; pero con los sacerdotes él no llega a tener ningún desencuentro, ni aún al final de su vida entre los hombres, cuando fue llevado ante el sanedrín, se puede hablar de un pleito de Jesús ni con ellos ni contra ellos; los sacerdotes que condenaron a Jesús a muerte no fueron los humildes servidores del templo, sino los llamados sumos sacerdotes, los cuales eran en aquel tiempo hombres de política, personas que servían al imperio romano o que vivían sometidos a él; de hecho, hasta donde sabemos, era el imperio quien decidía la sucesión de los sumos sacerdotes de Israel. Como vemos hay diferencia entre los sa-cerdotes judíos y los Sumos sacerdotes. Los pri-meros son como Zacarías, que cumple sus deberes rituales oficiando en el templo, y son muchos, sirven por turnos, por temporadas; los otros son unos cuantos, de hecho se trata solamente de uno Caifás, porque Anás ya no era sumo sacerdote, lo fue antes; quizá tiene o conserva la dignidad de haberlo sido y seguramente formaba parte del Sanedrín; como quiera estos dos sacerdotes de élite son jefes de los sacerdotes y administradores de las riquezas del templo. Pero Zacarías era solamente un humilde servidor del templo y, como ya hemos mencionado, un hombre justo, que vivía apegado a la Ley y a la Alianza. A este sencillo sacerdote llega el ángel del Señor con un anuncio muy especial y aparentemente increíble e imposible. Aquel ser celestial le dice a Zacarías que su mujer tendrá un hijo, lo cual sorprendió mucho a Zacarías, pues su mujer, lo mismo que él era una persona de la tercera edad. Zacarías creyó, por supuesto en lo que aquel enviado del cielo le hubo dicho, pero se preguntaba cómo podría ser posible este gran milagro, pues los ancianos no pueden procrear. Y así se lo manifestó al ángel, el cual le dio una señal: “desde ahora no podrás hablar, hasta que se cumpla todo

lo que te he dicho”. Y así ocurrió, él quedó completamente mudo hasta el día en que nació su hijo. A este sacerdote judío el ángel le anunció el hecho de la concepción, el nacimiento, el nombre y la misión del hijo que tendría. Se trata de Juan el Bautista, en quien residirá el “espíritu y el poder de Elías”, un gran profeta de la antigüedad, el cual se suponía que vendría nuevamente a los judíos antes del mesías prometido. Juan Bautista es, como sabemos, el último de los profetas; se dice que es el último profeta del Antiguo Testamento y el primero del Nuevo; sin embargo, después de este profeta que preparará el camino del Señor Jesucristo, que le preparará un pueblo bien dispuesto a recibirlo, después de este profeta que bautizará a Jesucristo y que lo presentará públicamente al pueblo de Israel, ¿hacen falta más profetas? El mismo Jesucristo lo reconoció como el más grande de los hijos de los hombres, diciendo que no ha habido ni habrá otro más grande que él. El mismo Jesucristo dijo que todos los profetas profetizaron hasta Juan (Mt 11, 13); y Juan es quien culmina la etapa profética porque todas las promesas de los profetas se referían finalmente a Jesucristo (Lc 24, 27); el mismo Juan bautista siendo profeta, predica del Mesías esperado y lo anuncia cercano, ya a la puerta. Juan, el hijo de Zacarías es el último de los profetas. Después de él no hay más. Si bien se terminó la etapa profética, la cual anunciaba promesas divinas, ahora comienza una nueva etapa en la historia de la salvación; ya no hay profetas, pero Jesucristo ahora envía a otros y les da el nombre de “apóstoles”, ellos ya no anuncian algo que vendrá, sino lo que ya llegó: el Reino de los Cielos. Los apóstoles son una especie de profetas, pero que no anuncian un futuro

esperanzador, sino el cumplimiento de las promesas que Dios reveló al pueblo de Israel por medio de los profetas; ahora estos hombres enviados por Jesús, van al mundo a anunciar la buena nueva de la salvación, pero no solo ya al pueblo de Israel, sino a todos los rincones de la tierra. Y Zacarías es el padre de este último profeta. Él se quedará totalmente mudo mientras que su hijo anunciará a grito abierto, cerca del Jordán que el Mesáis ya viene, que ya está cerca; de hecho el Bautista no es solo un profeta, sino un gran profeta, un hombre carismático, todo él un conjunto de signos, su sola presencia habla y su palabra convence, contagia, conmociona, convierte. El Bautista será un pregonero del reino que se acerca, y no solo del reino sino del rey de este reino. Juan Bautista irá disminuyendo, conforme se acerca Jesús, se empequeñecerá hasta la muerte, la cual llegará pronto pues, cuando llegue el Señor Jesús, cuando Jesucristo comience a anunciar el evangelio, Juan será llevado preso y morirá deca-pitado en el palacio de Herodes; él solo entonces callará. Grandes hombres de la historia de la salvación son anunciados por un ángel; los nacimientos de algunos de estos hombres son anunciados celestialmente, entre ellos podemos mencionar a Sansón, que desde el vientre de su madre será consagrado a Dios y será un verdadero héroe de Israel, en la etapa de los Jueces (Jue 13). También está anunciado el nacimiento de Ismael (Gn 16, 11). Generalmente cuando es anunciado un nacimiento mediante ángeles o profetas, se trata de hombres grandes cuya vida tiene un propósito divino y que es de relevancia en la historia de la salvación. Pero en el caso de Juan Bautista se puede decir que se rompieron todos los moldes; no solo se trataba de una pareja estéril la familia en donde nació Juan, sino una pareja estéril y de ancianos. Y la misión de este hijo de ancianos fue totalmente rejuvenecedora para Israel y para el mundo. Zacarías perdió la voz durante muchos meses, pero su hijo hablará milagrosamente, su voz será escuchada lo mismo por los judíos que por los extranjeros, será respetada cada palabra que él diga y ni la muerte podrá apagarla. Todos los días la Iglesia dice solemnemente las palabras más importantes de este gran profeta: “este es el Cordero de Dios que quita el pecado del mundo” (Jn 1, 29). Pero de esto y del silencio de Zacarías hablaremos en otra ocasión.


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Palabra de Dios

Del Santo Evangelio según San Lucas 10,25-37

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n aquel tiempo, se presentó ante Jesús un doctor de la Ley y le preguntó para ponerlo a prueba: “Maestro, ¿qué tengo que hacer para heredar la Vida eterna?”. Jesús le preguntó a su vez: “¿Qué está escrito en la Ley? ¿Qué lees en ella”. El le respondió: “Amarás al Señor, tu Dios, con todo tu corazón, con toda tu alma, con todas tus fuerzas y con todo tu espíritu, y a tu prójimo como a ti mismo”. “Has respondido exactamente, le dijo Jesús; obra así y alcanzarás la vida”. Pero el doctor de la Ley, para justificar su intervención, le hizo esta pregunta: “¿Y quién es mi prójimo?”. Jesús volvió a tomar la palabra y le respondió: “Un hombre bajaba de Jerusalén a Jericó y cayó en manos de unos ladrones, que lo despojaron de todo, lo hirieron y se fueron, dejándolo medio muerto. Casualmente bajaba por el mismo camino un sacerdote: lo vio y siguió de largo. También pasó por allí un levita: lo vio y siguió su camino. Pero un samaritano que viajaba por allí, al pasar junto a él, lo vio y se conmovió. Entonces se acercó y vendó sus heridas, cubriéndolas con aceite y vino; después lo puso sobre su propia montura, lo condujo a un albergue y se encargó de cuidarlo. Al día siguiente, sacó dos denarios y se los dio al dueño del albergue, diciéndole: “Cuídalo, y lo que gastes de más, te lo pagaré al volver. ¿Cuál de los tres te parece que se portó como prójimo del hombre asaltado por los ladrones?”. “El que tuvo compasión de él”, le respondió el doctor. Y Jesús le dijo: “Ve, y procede tú de la misma manera”. Palabra del Señor.

¿Quién es mi prójimo? L

a Palabra del Señor nos presenta este domingo, la co-nocida y aleccionadora parábola del “Buen Samaritano” que con toda claridad nos da la respuesta a la pregunta del prójimo, hoy más que nunca urge clarificar, esta duda, porque la indiferencia de manera sorprendente se va apoderando de nuestros ambientes. Muchos hombres y mujeres están tirados a las orillas de nuestros caminos, tristes desilusionados, heridos por el miedo, el dolor, la soledad, la incertidumbre de un futuro incierto… y nosotros muchas veces pasamos por el camino, indiferentes, indolentes, como si no existieran. El mundo necesita de buenos samaritanos que sin prejuicios, ni miedos, renuncien a sus seguridades, bajen de su cabalgadura y curen, las heridas que tanto dañan a la humanidad; necesitamos el aceite y el vino del consuelo, de la misericordia, del perdón, de la comprensión, de la sana tolerancia…

Iván Reséndiz Vega

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4° de Teología La formación Sacerdotal

eciban de parte de su servidor un cordial y afectuoso saludo. Soy Iván Reséndiz Vega, feligrés de la parroquia Dulce Nombre de Jesús en el municipio de Ciudad Fernández y actualmente curso el 4º año de teología. En esta ocasión quiero compartirles cómo está estructurada la formación sacerdotal en nuestro Seminario. La formación sacerdotal, a lo largo de los años, propiamente a partir del concilio de Trento (1545-1563), ha venido adquiriendo una estructura específica que marca la diferencia entre un Seminario y cualquier otra institución educativa. Actualmente, la estructura de la formación sacerdotal en nuestro Seminario comprende cuatro dimensiones principales que se mencionan y se describen a continuación. Dimensión humana: es la base firme sobre la cual se va a construir el edificio de la vocación. Se trata pues de que el joven que se está formando para ser sacerdote, en primer lugar tenga bien clara su identidad como hombre y como persona. Una identidad clara implica que tenga bien equilibrados los siguientes elementos (entre otros no menos importantes pero menciono estos sólo por poner un ejemplo): afectividad, autoestima, sexualidad, libertad, madurez. Dimensión espiritual: toda vocación necesita ser alimentada, sostenida e impulsada por la oración. El joven seminarista que quiere ser sacerdote y hablarle a la gente de Dios, primero tiene que hablar con Dios en la oración. Así que la oración es tan indispensable para la formación sacerdotal como lo es el agua para una planta. Dimensión intelectual: Jesús instruía a sus

discípulos y las primeras comunidades cristianas asistían asiduamente a la enseñanza de los apóstoles. Esto quiere decir que el seminarista, como discípulo de Jesús que se quiere convertir en sacerdote, debe ser instruido en las verdades de la fe para que, como hombre y ministro de la Palabra, su mensaje sea claro en lo que pretende comunicar, fiel a la doctrina cristiana y convencido desde la fe en todo su contenido. Dimensión pastoral: el seminarista, al desear ser sacerdote, en sí, a lo que debe aspirar es a convertirse en otro Cristo Pastor. Pero para convertirse en otro pastor debe aprender a pastorear. Y aprende a pastorear realizando obras de servicio a la Iglesia. Estas obras se llaman pastoral. La dimensión pastoral es entonces el espacio donde se da ese proceso de configuración con Cristo Pastor. La formación sacerdotal no puede reducirse a una sola dimensión, necesita integrar cada una de las demás dimensiones. Esto quiere decir que la estructura de la formación sa-cerdotal en cuatro dimensiones tiene como fin que la preparación de los futuros sacerdotes sea integral. Un seminarista sin la dimensión espiritual se convertirá en altruista. Un seminarista sin la dimensión pastoral se convertirá en un espiritualoide. Un seminarista sin la dimensión intelectual se convertirá en un merolico. Un seminarista sin la dimensión humana se convertirá en un evangelizador desencarnado de su realidad. Entonces, un seminarista que prescinde de una de estas dimensiones se puede convertir en cualquier cosa menos en un sacerdote a imagen de Cristo. Así que el seminarista, que aspira a ser sacerdote, ha de ser más que un altruista, que un espiritualoide, que un merolico y que un evangelizador desencarnado.

Nos urge la compasión, que en ningún momento es lastima, ni pena por el dolor y la desgracia de los demás, es como lo hace Dios con nosotros: Él se compadece de nosotros, sufre junto con nosotros, hace suyos nuestros dolores, nuestros sufrimientos, los redime, los sublima y los convierte en Salvación. El que tuvo compasión, fue el que se portó como prójimo del que fue herido, y la tarea es clara: “Ve y haz lo mismo” esa es nuestra misión, ser portadores de la compasión de Dios por nosotros, signo de su amor y de su misericordia por la humanidad, tenemos el reto de ser los Buenos Samaritanos de la humanidad. Pbro. José de Jesús Cruz Rodríguez

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Educando para el amor

Domingo 14 de julio de 2019

El hombre y la mujer, auténtica riqueza de la sociedad

...Lo de Dios a Dios

Fil. Rafael Gómez M.

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as ya múltiples manifestaciones sociales de apoyo a la diversidad propuesta por la ideología de género ha llevado a muchos a la afirmación de que tal diversidad enriquece a la sociedad porque la libertad para elegir preferencias, la libertad para manifestarlas y el respeto social a la manifestación de ellas, se convierten en un claro síntoma de la madurez de una sociedad. ¿Tal riqueza se debe a la diversidad o se debe más bien al respeto a la libertad de unos por la libertad de los otros y al respeto de unos por los derechos de los otros? El respeto a los derechos y a la libertad del otro, sí es un claro síntoma de madurez social por el recto ejercicio de la libertad. Es lamentable que el concepto de género sustituya al de sexo, porque éste es una insustituible realidad humana. Es lamentable que la diversidad de género sustituya a la diferencia de sexo porque ésta lleva a la complementariedad de los sexos, auténtica riqueza humana, que la descomposición familiar y social ignora. Hace ya décadas, ante el crecimiento demográfico, intelectuales y visionarios, plantearon la necesidad de disminuir la inercia del crecimiento de la población mundial y una de las medidas más eficaces para lograrlo fue la de armar todo un “proceso de desexua-lización”. Se trataba de acoger cualquier medida que disminuyera los nacimientos sin que disminuyera la satisfacción por el uso de los actos procreativos y del placer que se deriva de la estimulación de los órganos genitales. Parte del respeto a la diversidad que muchos exigen, es recurrir a nuevas formas de estimulación de las sensaciones genita-les pero rechazando una nueva vida. Es algo así como disfrutar del sabor de la leche sin lactosa y del café sin cafeína… es la satisfacción genital sin el fruto. “La desexualización” eso implica: “un proceso contra la vida humana”. Conseguida ésta mediante manipulación científica y sin el contenido del amor entre el hombre y la mujer, se deja de esperar al ser humano que así nace y que tiene el derecho a la bienvenida, “por el amor y para el amor”; sin él, no podrá entender el sentido, el propósito y la alegría de su vivir. Por el proceso de desexualización en el que estamos, nos pasa inadvertido el daño que hace el poner toda la atención de la sociedad en el respeto a las prefer-

encias de la diversidad para que la diferencia entre hombre y mujer quede en el olvido. El feminismo quería ser la nueva conciencia de la mujer pero se fue perdiendo en el feminismo radical que propone la revolución de la mujer contra el hombre. Así, el feminismo radical, se une al proceso de dese-xualización del concepto de género y se suma al olvido de ser crítico de la situación opresiva que sufre la mujer y que le agudiza la sensación de vivir en el exilio, en tierra extraña…de vivir luchando por un lugar en la ciudad y en la sociedad. De esta manera ella deja de participar de la vida social y pierde la posibilidad de usar sus derechos y el acceso, en la misma medida que el hombre, al saber, al poder, al tener. Estos derechos, en la línea del tener, le niegan sus derechos en la línea del ser, porque la excluyen, por el hecho de “ser mujer”, del ejercicio de la libertad que la lleva “a ser lo que es”: Ser mujer es un don y al mismo tiempo una conquista que toca a cada una de las áreas de lo humano porque ha de situarse de pié frente al hombre que, de la misma manera, recibe un don que lo compromete. “El hombre que ama y respeta a su esposa, se ama a sí mismo” (Ef 5, 28) y emprende, en unión con la mujer, el camino a una triple conquista: la primera, el llegar a ser, en las áreas de lo humano, lo que ella es y lo que él es; la segunda, que ambos respondan al don sincero de sí mismos a través del amor de uno por el otro; la tercera, que ambos sean la riqueza de la sociedad. Así ocurrió en la primitiva expresión cristiana de los hechos de los apóstoles (2) cuando, luego de su encuentro personal con Jes ús, ellas y ellos eran asiduos a la oración hasta el día de Pentecostés en el que el Espíritu Santo habló, de igual manera, por medio de los <hijos e hijas> del pueblo de Dios y, ellos y ellas, tuvieron parte activa y fundamental en la vida de una comunidad que defendía la dignidad y vocación de las mujeres que, sabiéndose socialmente excluidas y exiliadas, su fuerza espiritual y moral creció, les fue confiado el cuidado del hombre y participaron, según su ser, en la edificación del pueblo del Amor.

La Iglesia y los abusos sexuales

Benedicto XVI (Parte 9) P. David Grimaldo

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l Papa emérito Benedicto XVI nos presenta en este trozo de su carta, la causa de los males en nuestra sociedad, es decir, la ausencia de Dios en la vida del hombre. Al Dios trino, Padre Hijo y Espíritu Santo, se quiere y se va relegando cada vez más de la vida social. Es importante y vital anunciarlo, presentarlo. En la teología de la reestructuración de la parroquia que se va presentando en las visitas pastorales de nuestra Diócesis, el primer paso que se nos ofrece es tener una experiencia viva de Dios. No podemos hablar de alguien que no conocemos. Se hace realidad las palabras del teólogo alemán Karl Rahner, la sociedad hoy pide místicos, de hombres y mujeres que anuncien una vivencia de Dios. Leamos al Papa: «Una sociedad sin Dios –una sociedad que no lo conoce y que lo trata como no existente– es una sociedad que pierde su medida. En nuestros días fue que se acuñó la frase de la muerte de Dios. Cuando Dios muere en una sociedad, se nos dijo, esta se hace libre. En realidad, la muerte de Dios en una sociedad también significa el fin de la libertad porque lo que muere es el propósito que proporciona orientación, dado que desaparece la brújula que nos dirige en la dirección correcta que nos enseña a distinguir el bien del mal. La sociedad occidental es una sociedad en la que Dios está ausente en la esfera pública y no tiene nada que ofrecerle. Y esa es la razón por la que es una sociedad en la que la medida de la humanidad se pierde cada vez más. En puntos individuales, de pronto parece que lo que es malo y destruye al hombre se ha convertido en una cuestión de rutina. Ese es el caso con la pedofilia. Se teorizó solo hace un tiempo como algo legítimo, pero se ha difundido más y más. Y ahora nos damos cuenta con sorpresa de que las cosas que les están pasando a nuestros niños y jóvenes amenazan con destruirlos. El hecho de que esto también pueda extenderse en la Iglesia y entre los sacerdotes es algo que nos debe molestar de modo particular. ¿Por qué la pedofilia llegó a tales proporciones? Al final de cuentas, la razón es la ausencia de Dios. Nosotros, cristianos y sacerdotes, también preferimos no hablar de Dios porque este discurso no parece ser práctico. Luego de la convulsión de la Segunda Guerra Mundial, nosotros en Alemania todavía teníamos expresamente en nuestra Constitución que estábamos bajo responsabilidad de Dios como un principio guía. Medio siglo después, ya no fue posible incluir la responsabilidad para con Dios como un principio guía en la Constitución europea. Dios es visto como la preocupación partidaria de un pequeño grupo y ya no puede ser un principio guía para la comunidad como un todo. Esta decisión se refleja en la situación de Occidente, donde Dios se ha convertido en un asunto privado de una minoría. Una tarea primordial, que tiene que resultar de las convulsiones morales de nuestro tiempo, es que nuevamente comencemos a vivir por Dios y bajo Él. Por encima de todo, nosotros tenemos que aprender una vez más a reconocer a Dios como la base de nuestra vida en vez de dejarlo a un lado como si fuera una frase no efectiva. Nunca olvidaré la advertencia del gran teólogo Hans Urs von Balthasar que una vez me escribió en una de sus postales: “¡No presuponga al Dios trino: Padre, Hijo y Espíritu Santo, preséntelo!”. De hecho, en la teología Dios siempre se da por sentado como un asunto de rutina, pero en lo concreto uno no se relaciona con Él. El tema de Dios parece tan irreal, tan expulsado de las cosas que nos preocupan y, sin embargo, todo se convierte en algo distinto si no se presupone sino que se presenta a Dios. No dejándolo atrás como un marco, sino reconociéndolo como el centro de nuestros pensamientos, palabras y acciones».


Domingo 14 de julio de 2019


Juan JesĂşs

Priego


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