Edición 539

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San Charbel Makhlouf y sus pasos por México

Año 11

No. 539

Semana del 28 de julio al 03 de agosto de 2019

El Santo libanés ha adquirido en nuestro país una inmensa fama, pese a que su imagen es relativamente nueva para los mexicanos.

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inicios del siglo XX, frente a las hostilidades de las fuerzas otomanas contra los cristianos de Líbano, las migraciones libanesas a México comenzaron a darse de forma masiva: la gente venía en barcos portando, a manera de protección, imágenes de Charbel Makhlouf (San Charbel), quien, aunque aún no había sido canonizado, tenía fama de santidad entre libaneses, rusos, cristianos y musulmanes, por su testimonio de vida. “Fueron esos migrantes quienes introdujeron a México la imagen de aquel monje asceta maronita –comenta el Padre Yaacoub Badaoui, fundador y director del coro de la iglesia de Nuestra Señora de Líbano– quien escogió el nombre de Charbel para su vida monacal, en torno a la cual sucedían prodigios que convencían a quien fuera de que era un hombre de Dios”. Explica que en México su figura comenzó a difundirse ampliamente a partir del último cuarto del siglo XX, tras su canonización, gracias a la labor del grupo de Las Damas de San Charbel, quienes propagaron su devoción. “Sobre todo –asegura–, la fama de San Charbel fue creciendo en México con singular rapidez debido a que es un gran intercesor, por el que el Señor concede a los fieles numerosos milagros, como lo ha dicho el Papa Francisco”. El Padre Yaacoub asegura que, a nivel personal, ha comprobado muchas veces la efectividad de San Charbel como intercesor de gente de la comunidad. “Para muestra, un botón: cierto día estaba yo celebrando Misa, cuando subió al ambón una señora de unos 60 años, quien deseaba contar a la comunidad un ‘milagro’ que le había ocurrido”. Ella relató que tiempo atrás se encontraba en el Hospital López Mateos, agonizando y en estado de coma. “Pero véanme ahora –dijo a los presentes–. Me curé cuando un monje de esta iglesia fue a visitarme; me rezó, me dio la extremaunción y me untó aceite de San Charbel”. Tras decir eso, la señora lo des-cribió a él, según se lo habían descrito a ella las personas que lo vieron entrar a aquel cuarto de hospital. Y el Padre Yaacoub Badaoui recordó al instante que fue él quien la visitó.

¿Cuál es la edad para darle un celular a los niños?

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n teléfono inteligente, es decir, un celular con acceso a internet y redes sociales es una poderosa herramienta de información, sin embargo, ponerla en manos de quien no tenga la madurez necesaria para manejarlo puede ser peligroso, asegura Claudia Larrazolo, psicoterapeuta Gestalt. “No se puede hablar de una edad adecuada para darles un teléfono, eso sería generalizar las necesidades de todas las familias, y hay muchos padres que usan este medio para poder estar al pendiente de sus hijos”, detalla la especialista de Cenyeliztli. ¿Cómo decidir? De acuerdo con una investigación de Influence Central, una compañía estadounidense que realiza estudios de mercado, los niños reciben su primer dispositivo inteligente alrededor de los 10 años, sin que esto signifique que

es una buena idea. Mientras que la Academia Americana de Pediatría, así como la Sociedad Canadiense de Pediatría recomiendan que los menores de 14 años no tengan uno. La especialista aconseja a los padres y madres de familia que para tomar la decisión, independiente de la edad, se cuestionen si en verdad va a ser de utilidad y en beneficio de la familia, o si sólo es “para complacer un capricho del hijo o una moda”, explica Larrazolo. “Hay muchos niños de primaria que piden a sus padres un celular ‘porque todos sus amigos tienen uno’, pero, seamos honestos, un niño de 10 años no necesita un celular; sin embargo, esta decisión va a depender mucho de la situación familiar que se viva”. Una vez que los padres decidan comprarle un teléfono es importante ponerle reglas, como horarios de uso y hacerle saber que, por su seguridad, podrán revisarlo mientras sea menor de edad.


Domingo 28 de julio de 2019

A propósito de Parroquias que celebramos Aniversarios de vida Parroquial Tres aspectos a tomar en cuenta En principio, ante celebraciones de vida parroquial, es justo y necesario reafirmar que la Parroquia es una estructura fundamental porque en ella fuimos engendrados a la fe; en ella aprendemos a ejercitar nuestro ser cristiano. En ella se hallan presentes todos los elementos de la Iglesia: La predicación del Evangelio, la celebración Eucarística y demás Sacramentos y la vivencia de la caridad a través del ejercicio de los diferentes Ministerios. Tomar en cuenta el aspecto histórico. Es aleccionador, para las nuevas generaciones y para las familias que se han venido agregando a una Comunidad Parroquial, recuperar y compartir algunos aconte-cimientos del pasado elaborando una semblanza histórica para descubrir de dónde venimos como Parroquia, cuáles y cómo fueron nuestros inicios, qué actitudes de feligreses y Sacerdotes consiguieron lo que ahora somos y discernir claramente lo que queremos y podemos ser como una Parroquia del Siglo Veintiuno. Así como un padre de Familia cuenta a sus hijos algunos retazos de la vida de su familia que considera claves para entender y valorar sus raíces y los ofrece a sus hijos como puntos de referencia para comprender lo que ahora son, y señala personajes que marcaron la historia de su familia, así ahora es iluminador hacer una reseña histórica sobre la Parroquia a la que ahora pertenecen. El Archivo de la misma Parroquia, con sus Libros de Providencias y el Archivo de la Arquidiócesis, son una valiosa fuente informativa, junto con las enriquecedoras versiones que cuentan nuestras bibliotecas ambulantes que se sientan en las bancas de nuestras Plazoletas Parroquiales: nuestros venerables ancianos. Tomar en cuenta el aspecto litúrgico. La celebración de la fe en las distintas Asambleas que se forman en los días domingo y fiestas importantes del Año Litúrgico son como el espejo que reflejan la clase de Parroquias que somos, ya que esto es lo que todos vemos y sentimos. Por ello es preventivo contemplar algunas postales que nos manifiestan como Parroquias poseedoras de una Liturgia renovada o Parroquias ancladas en un pasado anterior al Concilio Vaticano II (1962) que trajo tantas innovaciones y que nos señalan caminos nuevos para una Pa-rroquia posterior al Concilio Vaticano II: Frente a una Parroquia masificada, hagamos surgir una Asamblea Comunitaria. Existen tantos “muros visibles e invisibles” que rompen la comunicación en una misma celebración; frente al monopolio cultual sacerdotal, promovamos el ministerio compartido con un Equipo Litúrgico integrado por religiosas y seglares dentro de una misma celebración litúrgica: Monitores – Lectores – Coro -…; frente a una fe individualista, promovamos la vivencia de la comunión con nuestro Dios Trinitario y con nuestros hermanos; frente al riesgo del desorden arbitrario del lenguaje: ornamentos del Sacerdote, gestos y actitudes dentro de una celebración litúrgica por parte del Sacerdote y de la Asamblea reunida, promovamos el respeto y fidelidad a los Gestos y Actitudes Litúrgicos; frente a la elección de lugares inapropiados, optemos por la pulcritud y belleza de los Lugares Litúrgicos: Y todo ello, por la presencia de lo divino; y frente a la dispersión que se da apenas terminada la celebración litúrgica, cultivemos el fomento de la convivencia entre los participantes una vez finalizado el rito litúrgico. Un aniversario de vida Parroquial da pie para realizar “conferencias a-biertas” sobre el Aspecto Litúrgico invitando a especialistas en Liturgia que nos aportarían muchas luces. Tomar en cuenta los desafíos para la parroquia de hoy. Evangelizar a través de la Parroquia es el primer desafío ante el hecho inobjetable del cual todos somos testigos como es la descristianización acelerada de la sociedad en estas últimas décadas. Y ésta prioridad pastoral le urge a la Parroquia de hoy. Y además, te menciono a ti, Agente de Pastoral, tan sólo una tarea básica que mucho nos apremia: La transformación comunitaria de la Parroquia. Los especialistas calificados sostienen que las Parroquias en general carecen de proyección misionera y que las que lo han intentado son poco o nada atractivas a los alejados.

¡Él vive! A los jóvenes y a todo el pueblo de Dios: Hay una verdad: ¡Él vive! Hay que volver a recordarlo con frecuencia, porque corremos el riesgo de tomar a Jesucristo sólo como un buen ejemplo del pasado, como un recuerdo, como alguien que nos salvó hace dos mil años. Eso no nos serviría de nada, nos dejaría iguales, eso no nos li-beraría. El que nos llena con su gracia, el que nos libera, el que nos transforma, el que nos sana y nos consuela es alguien que vive. Es Cristo resucitado, lleno de vitalidad sobrenatural, vestido de infinita luz. Por eso decía San Pablo: “Si Cristo no resucitó vana es la fe de ustedes” (1Co 15, 17). Si Él vive, entonces sí podrá estar presente en tu vida, en cada momento, para llenarlo de luz. Así no habrá nunca más soledad ni abandono. Aunque todos se vayan Él estará, tal como lo prometió: “Yo estoy con ustedes todos los días, hasta el fin del mundo” (Mt 28, 20). Él lo llena todo con su presencia invisible, y donde vayas te estará esperando. Porque Él no sólo vino, sino que viene y seguirá viniendo cada día para invitarte a caminar hacia un horizonte siempre nuevo. Contempla a Jesús feliz, desbordante de gozo. Alégrate con tu Amigo que triunfó. Mataron al santo, al justo, al inocente, pero Él venció. El mal no tiene la última palabra. En tu vida el mal tampoco tendrá la última palabra, porque tu Amigo que te ama quiere triunfar en ti. Tu salvador vive. Si Él vive eso es una garantía de que el bien puede hacerse camino en nuestra

vida, y de que nuestros cansancios servirán para algo. Entonces podemos abandonar los lamentos y mirar para a-delante, porque con Él siempre se puede. Esa es la seguridad que tenemos. Jesús es el eterno viviente. Aferrados a Él viviremos y atravesaremos todas las formas de muerte y de violencia que acechan en el camino. Cualquier otra solución será débil y pasajera. Quizás servirá para algo durante un tiempo, y de nuevo nos encontraremos desprotegidos, abandonados, a la intemperie. Con Él, en cambio, el corazón está arraigado en una seguridad básica, que permanece más allá de todo. San Pablo dice que él quiere estar unido a Cristo para “conocer el poder de su resurrección” (Flp 3, 10). Es el poder que se manifestará una y otra vez también en tu existencia, porque Él vino para darte vida, “y vida en abundancia” (Jn 10, 10). Si alcanzas a valorar con el corazón la belleza de este anuncio y te dejas encontrar por el Señor; si te dejas amar y salvar por Él; si entras en amistad con Él y empiezas a conversar con Cristo vivo sobre las cosas concretas de tu vida, esa será la gran experiencia, esa será la experiencia fundamental que sostendrá tu vida cristiana. Esa es también la experiencia que podrás comunicar a otros jóvenes. Porque “no se comienza a ser cristiano por una decisión ética o una gran idea, sino por el encuentro con un acontecimiento, con una Persona, que da un nuevo horizonte a la vida y, con ello, una orientación decisiva” (Christus vivit 124-129).


Domingo 28 de julio de 2019

¡No tengan miedo!

La Iglesia y la familia

¿Sabemos orar?

P. Juan José Torres Galván

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a vida del discípulo no es posible sin oración. La inmensa mayoría de los bautizados hemos sido formados en la religiosidad popular que confunde la oración con el rezo. Desde pequeñitos hemos aprendido fórmulas para rezar de memoria: el Padre Nuestro, el Ave María, el Gloria, la señal de la Cruz, etc. Estas prácticas piadosas han sido muy valiosas para nuestra vida de niños. Pero es necesario que pasemos de las fórmulas aprendidas al diálogo sincero y franco con Dios. No es fácil experimentar la oración auténtica que nace del corazón del creyente y se encuentra con el corazón de Dios. Para llegar a esa experiencia debe haber mucha perseverancia en ese deseo de encontrarnos con Dios y dejarnos encontrar por Él. Santa Teresa de Ávila decía que orar es estar muchas veces a solas con Quien sabemos nos ama… sin duda alguna esta frase de Santa Teresa refleja una experiencia vivida y profundizada a lo largo de su vida. El evangelista Lucas nos transmite la oración que Jesucristo le dirige al Padre, ligeramente diversa de la que pone por escrito el evangelio de Mateo. Lo importante es que descubramos el sentido de la oración y no tanto el repetirla mecánicamente. Llamar y reconocer a Dios como Padre es el primer paso y el más importante. En la medida en que tomamos conciencia de que cada uno de nosotros somos hijos de Dios podemos llegar a la conclusión de que todos somos hermanos. Santificar el nombre de Dios significa que cada uno de nosotros con la vida y con las obras sepamos darle gloria Al que nos ha creado. Anhelar la llegada del Reino de Dios, que impulsa al mundo a vivir de una manera diferente, en donde los bienes del mundo alcancen para todos, en donde el amor sea la ley que rija a todos los hombres y mujeres que reconocen a Dios como su Padre común. El pan, el perdón y la fortaleza para no caer en la tentación son dones necesarios para perseve-rar en el camino emprendido, detrás de Jesús, el maestro. ¿Cuál es la tarea que nos queda? Orar con insistencia, hasta parecer inoportunos e incómodos, dejar que surja el diálogo espontáneo con el Padre para alcanzar de Él el don del Espíritu Santo. Ese don que Dios derrama en abundancia para su Iglesia en Pentecostés y que necesitamos actualizar en nuestra vida de creyentes y seguidores de Jesucristo, nuestro Salvador. La oración confiada, humilde e insistente, alcanzará del corazón bondadoso de Dios Padre el don del Espíritu que tanto necesitamos para a-prender a orar como Él quiere. Abramos nuestra vida a la acción del Espíritu Santo.

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La Iglesia servidora de la familia

ueridas familias potosinas, como cada semana les saludo con el mismo cariño y a-fecto de siempre. Ustedes saben que una de las preocupaciones de la Iglesia es la familia. Como Iglesia, todos estamos implicados constantemente en un proceso de reflexión por la familia. Recordarán cómo nos convocó el Santo Padre, el Papa Francisco, invitándonos a participar en un Sínodo acerca de la familia y, no solo fue uno, sino dos sínodos a través de los cuales reflexionamos en torno a la familia. El primer sínodo fue en octubre del 2014, posteriormente se celebró otro en el año 2015. Les comento que, aunque no participamos directamente en cada una de las sesiones que se llevaron a cabo, sí lo hicimos a través de la invitación que se nos hizo a cada una de las diócesis, cuya participación fue la elaboración de aportaciones personales, comunitarias e institucionales que hicimos llegar para que, en los momentos oportunos, se incluyera todo lo que llegó de cada una de las diócesis de todo el mundo. Se van a cumplir cinco años de este arduo trabajo, y además de habernos entregado resultado de ello esa Exhortación Apostólica que, conocemos todos: Amoris Laetitia, cuya reflexión, que nos ha dado el Papa, sigue siendo oportuna para entrar en un diálogo y obviamente aplicarlas en la situación concreta que vivimos. Debilidad en la familia Creo que siempre, y más en estos tiempos, son muchos los retos que se nos presentan en torno a la familia. Por una parte, la familia no ha dejado de ser algo muy apreciado, es donde nacemos y nos desarrollamos y somos amados en toda circunstancia, es el lugar donde gozamos y sufrimos, donde compartimos lo que somos y tenemos. Desgraciadamente en la familia ha debilidades y estas son tanto externas como internas: Desde dentro, hay muchos que acceden al matrimonio sin la debida preparación, sin la debida madurez afectiva, sin una experiencia suficiente de Dios, que afianza el amor humano en el matrimonio y lo pone a salvo de nuestras inestabilidades. Por eso, tanto fracaso matrimonial en nuestros días. Hay mucho gozo en el seno de la familia, pero también hay mucho sufrimiento, sobre todo en aquellos que no se sienten amados como esperaban. Desde fuera, en el ambiente social, se experimenta un consumismo que constantemente busca corromper la familia. Desde la fragilidad humana se quiere sacar provecho, por ejemplo, la pornografía, hoy accesible fácilmente por internet. Se presenta el amor como algo fugaz e inconsistente, incapaz de dar solidez a la persona y menos

aún a un proyecto de amor para toda la vida entre el varón y la mujer. Esto se refleja en las costumbres y en las leyes, que para complacer a intereses introducen normativas que en vez de arreglar empeoran la situación. Dios, Esperanza de la familia Pero el proyecto de Dios, la familia sigue en pie. Dios apuesta por la felicidad del hombre, tanto para el hombre como para la mujer. Dios sigue apostando por la felicidad del hombre y en su hijo Jesucristo nos ofrece una sanación de raíz de nuestras propias debilidades, dándonos el Espíritu Santo como fuerza que nos hace capaces de amar verdaderamente. Como personas hemos experimentado el amor de nuestro Dios, de manera plena, sabemos que Él se ha entregado por nosotros y nos ha purificado. Desde esta perspectiva es justo asimilar que el mismo Dios ha diseñado el proyecto de felicidad para el hombre en el matrimonio: indisoluble, abierto generosamente a la vida. Uno con una para siempre, fuente de fecundidad en los hijos. Lo que el hombre no es capaz de conseguir por sus solas fuerzas, y ni siquiera con la ayuda de los demás, puede alcanzarlo con la gracia de Dios, que quiere hacer feliz al hombre, salvándole de su debilidad y de su pecado. Es posible la esperanza, también en este campo de la familia. La Iglesia servidora de la familia No podemos dudar que, a la Iglesia le ha confiado el Señor que sea luz en un mundo confuso y que oriente el camino de la verdadera felicidad, a cada uno de los miembros de la familia. La Iglesia tiene la preciosa tarea de presentar con hechos, con el testimonio de tantos hijos suyos, que la felicidad es posible, que la solidez de la familia nos interesa a todos, que no es una fantasía ese plan de Dios sobre la familia, sino que es una realidad al alcance de todos. Y al mismo tiempo, a la Iglesia es el lugar de acogida para todos sin discriminación. Nosotros como Iglesia estamos invitados a ser hogar donde todos puedan encontrar la hospitalidad y puedan ser curados y fortalecidos por el amor de Dios y del próximo. La Santa Familia de Nazaret, Jesús, María y José representan ese icono humano, que inspira e impulsa toda familia según el plan de Dios. A la Familia de Nazaret encomendamos todas nuestras familias y le damos gracias por todo lo bueno que nuestra familia nos aporta.

Se despide y les quiere su amigo, hermano, Obispo y Pastor.

+ Mons. Jesús Carlos Cabrero Romero Arzobispo de San Luis Potosí


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Nuestra historia

Antigua Iglesia Parroquial de Tequisquiapan

Se destruye el antiguo templo parroquial 7ta. Parte

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omo todo el ejército victorioso, los recién llegados de inmediato se aposentaron en las lujosas residencias de los ricos. Fue justo de la casa del gobernador José M. Espinosa y Cuevas de donde al día siguiente salió Eulalio Gutiérrez rumbo al Palacio de Gobierno para tomar posesión del cargo de gobernador. Y no es que el ya mencionado general Eulalio Gutiérrez haya sido elegido por el pueblo en sufragio universal, o que al menos el Congreso del estado haya pensado en él para ocupar el codiciado puesto. Fue tan solo el premio a sus acciones de batalla, pues por orden de Venustiano Carranza recibió de manos del general Pablo González el nombramiento de gobernador provisional y comandante militar del estado de San Luis Potosí. Cosas terribles verían durante esos días los potosinos, que se encontraban, por cierto, huérfanos de sus líderes y pastores, pues ante los primeros amagos de violencia tanto el gobernador como el obispo Ignacio Montes de Oca abandonaron la ciudad. Cansado quizá del trote del macho, el recién nombrado gobernador quiso trasladarse en carruaje a la sede de los poderes. Pero, cosa extraña, todos los carruajes dignos de ese nombre se encontraban fuera de la ciudad de San Luis Potosí, pues habían servido para la graciosa huida de los potentados. Tan solo encontraron el del obispo Montes de Oca, pero, pero en un acto de valentía, el vicario general Agustín Jiménez se negó a entregarlo, lo que le constó ser encarcelado y vapuleado. Este incidente fue el punto de arranque de un inmisericorde saqueo al palacio obispal. A los pocos días, Gutiérrez solicitó al señor Jiménez la suma de 100 000 pesos, y al contestar este que no los tenía, le dio la orden de presentarse en la estación del ferrocarril junto con todos los sacerdotes que hubiera en la ciudad. Permanecieron encerrados en una jaula el 26 de julio, desde las seis de la mañana hasta las seis de la tarde. Más tarde fueron lle-vados a la hacienda de los Charcos, ubicada cerca de Charcas. Estuvieron ahí algunos días para después ser trasladados a la ciudad de Monterrey, Nuevo León. Las cosas llegaron más lejos, pues con la importancia y las ínfulas que se daba el gobernador, dispuso que se celebra-ra misa nada más los domingos y advirtió que de hacerlo entre semana se pagarían 1 000 pesos como multa, la primera vez; los reincidentes pagarían 2 000 la segunda vez; 3 000, la tercera; y, para evitar que se endrogaran, a la cuarta serían condenados a muerte. Pero lo que más terror causó a los potosinos fue la prohibición total de confesión salvo en caso de muerte inminente; y aquí está lo que causaba terror: tenía que hacerse no solo ante el cura, sino que también debía estar oyendo un oficial de gobierno. Cuando todo parecía haber alcanzado ya su más alto grado de intolerancia, el gobier-no preconstitucionalista ordenó la demolición del templo del barrio de Tequisquiapan, que se

Por Pbro. Rubén Pérez Ortíz

Y, ¿Qué es lo más importante? Pbro. Lic. Salvador González Vásquez

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a vida está llena de cosas importantes. Pero no todo es tan importante. Por eso, hay que saber bien, qué es lo que verdaderamente importa. Y de esto, hay que ocuparse. El que se ocupa de lo que no tiene importancia, vive azotado por las preocupaciones. El hombre de hoy, se pierde entre múltiples quehaceres. Y eso, no le permite apreciar el valor de las cosas. Decía Ortega, que la vida está hecha a base de importancias. Esto significa, que todo tiene una importancia relativa. Es decir, que todo está en relación al sujeto, que es quien le da valor e importancia a las cosas. localizaba en casi en el mismo sitio que el actual. Era párroco de la iglesia el cura Lucas Esquivel. Este hecho se verificó al día siguiente de que terminaron las fiestas patronales del barrio, el 9 de septiembre. Para ellos se empleó a los presos, quienes llevaron a cabo su tarea protegidos por los cañones constitucionalistas. El pretexto fue ampliar la avenida Centenario –hoy Venustiano Carranza-, casi cerrada y dividida en dos tramos por el templo. Tras demoler el templo, el culto se continuó durante treinta y cinco años en un salón que prestaron las autoridades y que era la escuela de niños José María Morelos, ubicada sobre la calle de Arista frente al jardín de Morelos, donde ahora se encuentra la Academia de la Parroquia. En cuanto a la parroquia, esta pasó a ser entonces dependencia del Sagrario Metropolitano.

La Iglesia Potosina y nuestro Semanario La RED se unen en oración por el eterno descanso de nuestro hermano Sacerdote Pbro. J. Jesús Rentería Rodríguez Quien falleciera la mañana del lunes 22 de julio Su misa exequial fue celebrada en el Tempo del Señor San José y El Señor de los Trabajos, lugar en el que descansan sus restos, por Don Jesús Carlos Cabrero con la presencia de Don Luis Morales Reyes y un grupo de sacerdotes. Que el Señor otorgue el Descanso Eterno al P. Jesús Rentería y a su familia, amigos y feligreses les dé el consuelo y la paz

Aquello a lo que le damos demasiada importancia, es lo que nos quita el sueño, y no nos deja vivir en paz. Cuando dejemos de dar tanta importancia, a lo que no la tiene tanta, entonces podremos recuperar la tranquilidad. Pero sin Dios, es imposible relativizar. Jesús mismo, nos exhorta a no vivir agobiados por tanta preocupación. Y para eso, hay que saber que es lo más importante. Y se lo dice a Marta: “Marta, Marta, muchas cosas te preocupan y te inquietan, siendo así que una sola es necesaria. María escogió la mejor parte y nadie se la quitará”. La inquietud y la preocupación nos quitan la paz; la inquietud está relacionado con el deseo, y la preocupación con el temor. Hay emociones y deseos, que nos inquietan; y aunque nos gusten, no nos permiten vivir paz. Por eso alguien dijo, que nuestra vida se va agotando entre temores y deseos. Y para no vivir preocupados por todo, es importante detectar lo que es más importante. Pero, ¿ Qué tenemos que hacer, para saber qué es lo mejor? O dicho de otra forma, ¿Qué es lo más importante? Porque si le damos importancia a lo que es pasajero, entonces, perdemos tiempo y salud en algo irrelevante. Por eso, es necesario detenernos a meditar; para que en la paz del silencio, descubramos cuales son las prioridades. También es bueno tratar con personas sabías, que nos ayuden a vivir en paz. Porque, si solo convivimos con los ruidosos, ¿Cómo lograremos estar en paz? Por eso, María se decidió por lo mejor; si el Señor estaba en su casa, entonces lo más importante era estar con él; para llenarse de paz y obtener sabiduría.


Cosas y Casos de la vida

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Matrimonio: “eterna primavera” Por: Pbro. Lic. Héctor Colunga Rodríguez

colunga46561@hotmail.com

Queridos lectores: En el matrimonio se tiene que demostrar que Cristo vive en nuestro corazón. Que hay vida, luz, esperanza, es como la primavera.

Padre Rentería RIP Por: P. Kino

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n esta columna quiero rendir un homenaje a un sacerdote que ocupó un lugar muy especial en mi vida. El Padre Jesús Rentería. Muchos años en el santuario de Guadalupe, y los cinco años que estuve de vicario en esta Basílica, él fue mi compañero vicario. De carácter fuerte, de rostro rudo, que hacía que muchas personas pensaran que era difícil de tratar. Tenía grandes cualidades, para la música y el canto. Siempre leyendo; preparando su homilía; atento a las confesiones, a los juramentos y bendiciones. Dialogaba mucho con él y hasta bromeaba y él con mucha paciencia me toleraba mis chascarrillos de sacerdote recién ordenado. Tuve la dicha que días antes de su muerte, le llevé la comunión, le di la absolución de sus pecados y le ungí con el óleo de los enfermos. Seguramente mis hermanos sacerdotes hicieron lo mismo cada que lo visitaban en su casa u hospital, de tal manera que no me queda la menor duda de que ya está en el cielo. Ojala que cuando llegue el momento de entregar la vida a Dios, tengamos las bendiciones que tuvo el Padre Rentería, de estar tomado de la mano de Dios en los últimos momentos. La muerte es lo único seguro en la vida. Hay tiempo para vivir y tiempo para morir. Por eso debemos de estar preparados, pues no sabemos el día ni la hora en que pasemos de este mundo al Padre. No importa donde queden nuestros restos mortales, lo que importa es quedar en la casa de Dios después de morir. Hoy no quiero concluir mi columna con algo chusco, sino con algunas frases sobre muerte – vida, que creo que les pueden ayudar, sobre todo a aquellos que no le hayan sentido a su vida. - Así como una jornada bien empleada produce un dulce sueño, así una vida bien usada produce una dulce muerte (Leonardo Da Vinci) - Diferentes en la vida, iguales en la muerte (Lao Tse)

En esta estación del año encontramos sol, los árboles comienzan a vestirse de verde, los montes y las praderas hacen brotar su semilla, las flores hacen lucir su majestuosidad de colores. Todo es armonía y belleza. En la primera etapa primaveral del matrimonio, nos encontramos con la parte más bella que es el enamoramiento; en los primeros momentos de estar juntos como esposos somos unos “auténticos caramelos”; somos felices y nos decimos frases bonitas. Delante de la gente nos besamos y abrazamos; no come uno hasta que llega el otro y en la noche lo (a) espero y no nos dormimos hasta que platiquemos cómo nos fue durante el día. Las llamadas por teléfono son constantes; las flores y los regalos no se hacen esperar. Todo gira en torno a los detalles. Pero… ¿Cuánto dura esta etapa? Quiero externar que soy testigo de muchos y muchas, que a pesar de los años, siguen en esa primavera del amor, porque nunca han dejado que sus flores se marchiten y que venga el enemigo fundamental del matrimonio que se llama MONOTONÍA. También sé de muchos, que al poco tiempo de casados, han dejado de sentir y vivir lo que es el amor, están juntos y en apariencia viven bien, pero no se complementan en el auténtico amor que los funde en un solo ser y hace que vivan el uno para el otro. Y hay otros, que de plano nunca han experimentado esta estación, porque la circunstancia para casarse fue motivada por el error, el engaño y la presión. Si desde el noviazgo vivimos un enamoramiento pleno, es decir, conocimos con quién nos íbamos a casar y externamos nuestros sentimientos y sobre todo fincamos nuestra relación en la fuerza del amor, entonces servirá como un punto de referencia para el tiempo que Dios nos deje con vida. Pero si ya perdimos la sensibilidad o simplemente nunca la vivimos, difícilmente nos mantendremos juntos. Así que lucha por el ser que amas y reconquístalo (a), hazlo (a) sentir amado (a) y demuéstrale que no te equivocaste al elegirlo (a) como tu complemento y con quien compartirías tu proyecto de vida. Hasta la próxima.


Cantad al Señor

Construir, Cultivar, Conquistar

El Padrenuestro: interioridad y familiaridad La gran importancia de la música C sacra en el Papa Pío XII

Por: Pbro. Memo Gil

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P. José Abdías Martínez Martínez

a Música juega un papel importante en las celebraciones litúrgicas. Un pueblo que canta con entusiasmo, sea a capella o acompañado por instrumentos musicales, participa del culto litúrgico que le rendimos a Dios y que ha de ser imagen y anticipo de la liturgia celestial. La Iglesia, a través del Magisterio nos enseña y orienta en lo que concierne a la música litúrgica. A continuación se expone uno de los documentos de la Iglesia que nos hablan sobre la importancia de la música en la liturgia: “Entre los muchos y grandes dones naturales con que Dios, en quien se halla la armonía de la perfecta concordia y la suma coherencia, ha enriquecido al hombre creado a su imagen y semejanza, se debe contar la música, la cual, como las demás artes liberales, se refiere al gozo espiritual y al descanso del alma”, explicó el Papa Pío XII, quien dedicó una Carta Encíclica en exclusiva a este tema y que lleva por título precisamente Musicae Sacrae. Al ser un don de Dios a toda la humanidad, expuso el Pontífice, la música fue usada de manera natural en el culto divino, “para dar brillo y esplendor a las cere-monias religiosas siempre y en todas partes, aun entre los pueblos gentiles”. En la historia de la salvación, el pueblo de Dios hizo uso de la música para alabar al Señor, y este testimonio fue registrado de forma abundante en la Sagrada Escritura. Los cristianos también entonaron himnos desde los inicios de la Iglesia, costumbre que no fue abandonada ni siquiera en tiempos de persecución. El Papa Pío XII recordó cómo, tras la recuperación de la libertad religiosa, la Iglesia vivió un florecimiento del canto litúrgico: “se crearon nuevas formas de canto sagrado, se excogitaron -discernir a través de la oración y el discurso- nuevas clases de cantos, cada vez más perfeccionados por las Escuelas de canto, especialmente en Roma”. Finalmente fue San Gregorio Magno quien “recogió cuidadosamente todo lo transmitido por los mayores, y le dio una ordenación sabia, velando con leyes y normas oportunas por la pureza e integridad del canto sagrado”, marcando el nacimiento de la música sacra como la conocemos actualmente, a través del canto llamado gregoriano en su honor y enriquecido posteriormente con la invención del órgano. A esta música se agregó el canto polifónico, aceptado y promovido por la Iglesia, y el cual alcanzó un notable grado de desarrollo. “Se puede fácilmente entender que la dignidad y valor de la música sagrada serán tanto mayores cuanto más se acerquen al acto supremo del culto cristiano, el sacrificio eucarístico del altar” explicó bellamente Pío XII. “Pues ninguna acción más excelsa, ninguna más sublime puede ejercer la música que la de acompañar con la suavidad de los sonidos al sacerdote que ofrece la divina víctima, asociarse con alegría al diálogo que el sacerdote entabla con el pueblo, y ennoblecer con su arte la acción sagrada que en el altar se realiza. Junto a tan excelso ministerio, ejercita la música el de realzar y acompañar otras ceremonias litúrgicas, como el rezo del oficio divino en el coro. Sumo honor y suma alabanza se deben, por lo tanto, a esa música litúrgica”. Con información de AICA y Vatican.va.

“Hay que orar en todo momento”. (Tes 5,17) “Cuando ustedes oren, digan: Padre…”. (Lc 11, 2)

ontinuamos con la reflexión que iniciamos la semana pasada sobre el Padrenuestro. Cuando decimos: “Venga a nosotros tu Reino”. Pedimos que se cumpla su promesa por establecer un reino de justicia, de amor, de paz. Como Jesús mismo lo predicaba y nos dijo que ya estaba entre nosotros. La invitación que Jesús nos hizo en el Evangelio, es muy clara: “Busquen primero el Reino de Dios y su justicia”. (Mt 6,33). Para que éste Reino sea una realidad, pedimos que se realice la voluntad de Dios en la historia de la humanidad: “Hágase tu voluntad así en la Tierra como en el Cielo”. Rechazamos de ésta manera, aquello de creer que la historia no tiene nada que ver con Dios. Pues hay la tentación de muchos que no entienden, o no quieren entender la acción de Dios dentro del mundo y de la historia, y desean que Dios permanezca solo como alguien que solamente tiene que ver con el más allá. Por eso, los hijos de Dios, en cambio, elevamos nuestro espíritu hacia Él, para que la voluntad de Dios se una a nuestra propia voluntad, y tratemos de agradarlo en todo. “Danos hoy nuestro pan de cada día”: Ésta petición refleja la conciencia que debemos tener, al vivir y recibir lo necesario para vivir como un don. Que no es sólo para mí, sino para todos, los que reconocemos cuánto nuestra vida depende de Dios. Haciendo así a un lado la autosuficiencia, que sólo crea injusticias a nuestro alrededor. Sí, todo depende de Dios, pero también del compromiso mismo que asumamos unos por los otros. Por eso, al orar así, tomo conciencia de la vida de todos, y del deseo de todos. “Perdona nuestras ofensas, como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden”: Pedir el perdón, es reconocer nuestra responsabilidad para vivir plenamente la fraternidad, ofreciendo el

mismo perdón hacia los demás. Es desear restablecer así, la más sana convivencia. Estar libres de rencores y resentimientos, que solo alejan la gracia de Dios y su bendición en nuestra vida. “No nos dejes caer en la tentación”: Aquí se expresa un deseo muy profundo, que anhelan todo hombre y mujer, se trata de ser libres para elegir. Pues la tentación es lo que inclina nuestra libertad de elegir hacia un bien que en realidad no es tal. La tentación aparece en la prueba, y nos hace enfrentar la división natural y humana que hay en nuestro interior. Nos encontramos divididos ante lo que queremos, y lo que por desgracia, acabamos por realizar. Sin duda, que ésta disyuntiva nunca desaparecerá. Pero sí podemos esforzarnos por saber dialogar con nuestras pasiones, o sea, con aquello que padecemos, y en lo que no podemos simplemente limitarnos a secundar o reprimir. Por último, pedimos vernos libres de todo aquello que se nos impone, y nos llega a dañar: “Y líbranos del mal”. El mal en cuanto tal, claro que no es deseable para nadie, ni debería ser deseado por nadie. Por eso, hay que evitar también aquellas estructuras de pecado que condicionan nuestra vida, y nuestra voluntad para elegir bien. Pues de no ser así, acabamos imponiéndoles a los demás, una superficialidad y ambivalencia hacia lo más fundamental que debe haber en su dignidad como seres humanos. No debemos dar cabida al mal, que aparece sutilmente como algo útil y aparentemente inofensivo. Ya que es lo que llega a oscurecer más nuestra conciencia. Que estos contenidos y la actitud de interioridad que deben generar, nos ayuden a orar con plena familiaridad, profundidad y confianza. Como hijos que nos sabemos siempre en manos de nuestro Padre, que está dispuesto a abrazarnos y escucharnos lleno de ternura siempre.

El Santo de hoy

L

a Iglesia universal recuerda la figura de Santa Marta de Betania, hermana de María y Lázaro, patrona de los imposibles, del hogar, de las cocineras, amas de casa, sirvientas, casas de huéspedes, hoteleros, lavanderas y de las hermanas de la caridad. Es a ella a quien el Señor le diría como narra el Evangelio de San Lucas (10, 41-42): “Marta, Marta, te preocupas y te agitas por muchas cosas; y hay necesidad de pocas, o mejor, de una sola. María ha elegido la parte buena, que no le será quitada”. A Santa Marta se le representa vestida de azul o verde, con una cruz, un delantal y portando unas llaves. Ella está en actitud de servicio y con un dragón a sus pies.

Santa Marta Patrona de las cocineras y amas de casa

29 de julio

Esta discípula de Jesús es generalmente invocada por los fieles para pedir su protección ante las cosas urgentes y difíciles, pues fue a través de sus súplicas que obtuvo la resurrección de su hermano Lázaro. La Santa que siempre mostró un gran afán de servicio, es también implorada para que ayude a los fieles a desempeñar sus deberes cristianos con diligencia y responsabilidad. Los Santos Basilio y Gregorio Magno la consi-deran modelo evangélico de las almas contemplativas.


07

La alegría

Por Luis Marino Moreno Flores

Contra el desconsuelo de nuestro tiempo Anselm Grun Lumen 2007, 136 páginas.

Iglesia Universal

¿S

obre qué construyes tu propia vida? ¿A quién rindes cuentas: al éxito, al reconocimiento, ¿a las posesiones... o a Dios? ¿Te sientes libre en este mundo, o estás sometido a la presión de tener que demostrar siempre tu valor? ¿Qué sabor tendría tu vida si estuviera determinada por la GRACIA y la PAZ? Al desglosar la carta de San Pablo a los filipenses, Anselm Grün propone a cada lector hacer propia la expe-riencia liberadora de los cristianos de Filipos: “No vas solo por este mundo, sino rodeado del amor de Cristo, impregnado de su benevolencia, protegido por su fidelidad. Ésta es la experiencia que te permite vivir con libertad interior, lleno de confianza, amado y redimido, en medio de un mundo hostil.”

Anselm Grün

Monje y sacerdote benedictino alemán, nacido en 1945. Es doctor en Psicología, Teología y Ciencias empresa-riales. También es consejero espiritual y director de cursos de oración y meditación. Vive en la abadía de Müns-terschwarzach (Alemania), de la cual es prior. El padre Grün revaloriza la sabiduría de los antiguos monjes y Padres del desierto, armonizándola con los conocimientos de la psicología moderna. Juntamente con su labor administrativa, desarrolla diversas actividades de orientación terapéutico-espiritual para sacerdotes y religiosos, y acompañamiento espiritual de numerosas personas que se acercan a la abadía o lo siguen a través de sus escritos, ya que es reconocido como uno de los autores de espiritualidad más fecundos y populares de hoy.

CIUDAD DEL VATICANO.- El Papa Francisco invitó a los cristianos a conjugar “contemplación y acción” y asumir así la enseñanza de Jesús sobre la actitud del creyente. En su reflexión del domingo 21 de julio, el Santo Padre comentó cómo en el Evangelio del San Lucas narra la visita de Jesús a la casa de Marta y María, las hermanas de su amigo Lázaro. “Ellas lo acogen y María se sienta a sus pies para escucharlo; deja aquello que estaba haciendo para estar cerca de Jesús: no quiere perderse ninguna de sus palabras”, contó. Francisco llamó a imitar a María, la hermana de Lázaro, porque “también para cada uno de nosotros, como para María, no debería haber ninguna ocupación o preocupación que pueda tenernos alejados del Maestro divino”. CIUDAD DEL VATICANO.- El Papa Francisco expresó al presidente de Siria, Bashar Hafez al-Assad su preocupación por la crisis humanitaria que sufre este país de Oriente Medio inmerso en una cruenta guerra civil desde el año 2011. El Santo Padre trasladó su inquietud al mandatario sirio por medio de una carta entregada en mano a al-Assad por el Cardenal Peter Turkson, Prefecto del Dicasterio para el Servicio del Desarrollo Humano Integral. La carta “expresa la profunda preocupación de Su Santidad el Papa Francisco por la situación humanitaria en Siria, con particular referencia a las condiciones dramáticas de la población civil en Idlib”. WASHINGTÓN.- A través de una carta, el Cardenal Daniel DiNardo, presidente de la Conferencia Episcopal de Estados Unidos, invita al presidente Donald Trump a reconsiderar las acciones tomadas contra los inmigrantes por el Departamento de Seguridad. “Condeno este enfoque porque ha creado un clima de miedo en nuestras parroquias y está causando un sufrimiento inaceptable en miles de niños en la frontera, porque las autoridades aduaneras separan a las familias”. El obispo asegura que es contrario a los valores americanos y cristianos tratar de impedir que las personas emigren cuando huyen para salvar sus vidas y encontrar seguridad para sus familias. CHILE.- El receso de invierno es un tiempo propicio para descansar y tomar fuerzas para lo que queda del año; sin embargo, tres mil jóvenes decidieron salir a misionar en Chile. Un grupo de dos mil jóvenes se congregaron en Misión de Vida, Trabajo País y Siembra UC en Chile para dedicar diez días de sus vacaciones de invierno para misionar en 60 localidades, desde Arica a PuDSerto Montt, es decir desde el norte al sur de Chile. Las actividades que se realizaron entre el 13 y 22 de julio, fueron organizadas por la Dirección de Pastoral y Cultura Cristiana de la Pontificia Universidad Católica de Chile y participaron estudiantes universitarios y secundarios de 40 instituciones educativas. NICARAGUA.- El pasado domingo tuvo lugar en la ciudad nicaragüense Matagalpa la peregrinación al Santuario del Divino Niño, un momento que congregó a cientos de participantes. Dirigida por el obispo de la diócesis de Matagalpa, Monseñor Rolando Álvarez, durante los 15 kilómetros del peregrinaje, los fieles oraron, cantaron y escucharon las reflexiones. Aunque sin duda lo que más llamó la atención fue cuando grupos de diferentes partes del país alzaron sus banderas del Vaticano y de Nicaragua y en voz alta dijeron frases como: “Rolando, amigo, el pueblo está contigo”, como signo de apoyo y solidaridad con el obispo nicaragüense, agredido hace más de una semana por un grupo de personas armadas mientras terminaba su visita pastoral a la comunidad de Terrabona.

Iglesia de México MÉXICO.- El día 17 de julio, la Conferencia del Episcopado Mexicano y el Instituto Mexicano de la Doctrina Social Cristiana (IMDOSOC) han firmado un convenio de colaboración para fortalecer lazos de cooperación institucional, respetando siempre la libertad y naturaleza de cada institución. Este convenio ha sido firmado por Mons. Alfonso Miranda Guardiola, Secretario General de la CEM y por parte de IMDOSOC la Mtra. Lucila Servitje Montull en calidad de presidenta de esta institución. En el acuerdo, se destaca que ambas instituciones se unen para contribuir a la formación de conciencias solidarias, promover una cultura del encuentro que ponga en el centro la construcción de una realidad social más justa a la luz del Evangelio.

Iglesia Potosina SAN LUIS POTOSÍ.- Continúa la “Visita Pastoral” que viene realizando el Sr. Arzbispo, Don Jesús Carlos Cabrero. Al terminar su recorrido por las parroquias del Decanato de Nuestra Señora de la Soledad, los sacerdotes, junto con Don Carlos, realizaron la Evalucación de este encuentro pastoral. La Visita Pastoral siempre va a hacer un momento oportuno para animar el caminar de las comunidades parroquiales entre cada uno de sus miembros. En cada una de las parroquias se ha desbordado la creatividad con la que los miembros de las parroquias, junto a sus sacerdotes, han recibido al Sr. Arzobispo.


“Yo Soy Conchita Armida”

08

Parte XIX

Padre y amigo

Por Pbro. Darío Martín Torres Sánchez

“1 Un día, Jesús estaba orando en cierto lugar, y cuando terminó, uno de sus discípulos le dijo: «Señor, enséñanos a orar, así como Juan enseñó a sus discípulos». 2 El les dijo entonces: «Cuando oren, digan: Padre, santificado sea tu Nombre, que venga tu Reino, 3 danos cada día nuestro pan cotidiano; 4 perdona nuestros pecados, porque también nosotros perdonamos a aquellos que nos ofenden; y no nos dejes caer en la tentación». 5 Jesús agregó: «Supongamos que algunos de ustedes tiene un amigo y recurre a él a medianoche, para decirle: “Amigo, préstame tres panes, 6 porque uno de mis amigos llegó de viaje y no tengo nada que ofrecerle”, 7 y desde adentro él le responde: “No me fastidies; ahora la puerta está cerrada, y mis hijos y yo estamos acostados. No puedo levantarme para dártelos”. 8 Yo les aseguro que aunque él no se levante para dárselos por ser su amigo, se levantará al menos a causa de su insistencia y le dará todo lo necesario. 9 También les aseguro: pidan y se les dará, busquen y encontrarán, llamen y se les abrirá. 10 Porque el que pide, recibe; el que busca, encuentra; y al que llama, se le abre. 11 ¿Hay entre ustedes algún padre que da a su hijo una piedra cuando le pide pan? ¿Y si le pide un pescado, le dará en su lugar una serpiente? 12 ¿Y si le pide un huevo, le dará un escorpión? 13 Si ustedes, que son malos, saben dar cosas buenas a sus hijos, cuánto más el Padre del cielo dará el Espíritu Santo a aquellos que se lo pidan»” (Lc 11,1-13).

U

na parábola con olor a pan. Breve y sencilla. La parábola del amigo impertinente desafía el olvido, pues su creativa y viva elaboración dramática, difícilmente se borrará de la mente más distraída. Cuánto darían los cristianos de hoy por catequesis como ésta: breves y con olor a pan. Elegida por San Lucas para iluminar la subida a Jerusalén, esta parábola es la segunda de tres piezas sobre la oración, apenas a un capítulo de haber iniciado el gran viaje. Las otras dos piezas corresponden al Padrenuestro que la precede y al Padre que da cosas buenas a sus hijos que viene en seguida. Parece ser que esta breve sección “orante”, de tres piezas, tiene su correspondiente en el otro

extremo del camino a Jerusalén, y funge así como un gran marco a todo el viaje, pues en el capítulo 18 (a un capítulo de concluir el viaje), también encontramos 14 versículos consagrados al tema de la oración (la parábola de la viuda insistente y la del fariseo y el publicano que van a orar). Así, a pocos pasos del inicio de la subida y pocos pasos antes de la llegada, Jesús instruye a sus discípulos en la manera de orar, convirtiéndose en el ejercicio a no olvidar. La subida a Jerusalén la lograrán los discípulos a fuerza de orar sin desfallecer. La construcción de la Parábola que involucra al interlocutor con preguntas retóricas tiene como finalidad hacer ver la bondad del amigo que, a pesar de que lo despiertan a la hora menos oportuna, le da a su amigo no sólo lo que le pide sino todo lo que necesita. Ésta es también una parábola basada en la amistad. En la pequeña historia todos son amigos, el que llega a medianoche, el que lo recibe y el vecino al que se le piden tres panes. Esto acentúa no sólo la hospitalidad propia de medio oriente, sino también probablemente las agrupaciones basadas en la amistad que existían en tiempos del imperio romano y que serían bien conocidas por los que reciben este evangelio de San Lucas. Logrando así también provocar a los valores de la amistad, la apertura y la solidaridad. Al ser esta parábola una continuación del Padrenuestro, no podemos evitar el considerar que esta parábola sea una invitación de Jesús a una oración de vigilia que toca las horas que el hombre dedica habitualmente a descansar. La comunidad de discípulos, así, descubre que la oración ha de ejercitarse a todas horas, teniendo incluso la noche como horario privilegiado para “inoportunar” a Dios. A esta parábola le sigue un dicho clásico de Jesús: “Porque todo el que pide, recibe; el que busca, halla; y al que llama, se le abrirá.” La seguridad de la eficacia de la oración es un sello en el Evangelio de San Lucas. Con todo, Jesús culmina esta enseñanza apuntando a lo que verdaderamente han de pedir los discípulos: el Espíritu Santo. Así, Dios es un Padre y es un amigo, dispuesto a dar no sólo lo que le pide su discípulo, sino todo lo que necesite, especialmente el Espíritu Santo. De esa manera, los discípulos de Jesús tendrán como motivación en su oración, no únicamente la obtención de bienes necesarios para esta vida sino, sobre todo, los bienes espirituales, de los cuales el más excelente es el Espíritu Santo.

Veintidós novios y una novia

U

no, dos, tres, cuatro. Contaba yo los pretendientes que había tenido. Fue-ron veintidós. Casi todos ricos, dueños de prosperas haciendas, de bellas casonas de dos patios. Hubo uno tan decidido que habló formalmente con mis papás para comprometerme. Ellos se limitaban a aconsejarme. Nunca coartaron mi libertad. Yo no quise corresponder más que a Pancho, aunque mis amigas me insistían en que no era rico ni de mi posición social. Lo prefería a todos los demás por bueno y trabajador, por correcto y respetuoso, jamás abusó de mi sencillez. Le escribía con frecuencia en hermosos pliegos de lino tratando de hacer mi mejor letra. Desde la primera carta, le hablé de Dios, de la Santísima Virgen, de sus deberes religiosos, de que frecuentara los sacramentos. Él me regalaba oraciones, poesías devotas, un día me trajo el Kempis en un lindo estuche de carey y a veces me enviaba una caja de marrón café, uno de mis dulces favoritos. No me inquietaba mi noviazgo por ser menos de Dios. Se me hacía tan fácil juntar las dos cosas. El recuerdo de Pancho no me impedía mis oraciones. Todos los días iba a comulgar y después a verlo cuando pasaba a su trabajo. Me adornaba y me componía sólo para gustarle a él. Si asistí a las fiestas, era con el único fin de verlo. Por eso ya no me rehuía cuando mis papás me llevaban a tertulias donde nos entreteníamos en juegos de salón, o a los bailes reglamentarios de La Lonja, como el de Carnaval en que lucíamos unos lujosos trajes estilo Luis XV, o el baile de los compadres en que las muchachas tirábamos al azar uno de los listones que pendían del candil donde venía el nombre del joven que sería el compadre de cada una. Texto tomado del libro “Yo Soy Conchita Armida” por Mons. Antonio Peñalosa


Segunda Jornada Diocesana de la Juventud

E

l pasado fin de semana se llevó acabo la segunda edición de la Jornada Diocesana de la juventud en el Seminario Guadalupano Josefino, comenzando actividades el sábado 13 de julio concluyendo el domingo

14. Contando con la participación de distintos invitados de diferentes estados, así como invitados pertenecientes a la Iglesia Potosina. El programa comenzó con el Ministerio de música “Nueva Generación apostólica”, quienes animaron a los jóvenes mientras se iban incorporando al evento, después se hizo una entrada en donde se presentaron los 17 decanatos de la diócesis, así como los movimientos que la integran, y los Santos Patronos; San José Sánchez del Río, San Luis Rey de Francia, Nuestra señora de la Expectación, y la ahora Beata Concepción Cabrera de Armida. Posteriormente el Ministerio de música Jésed, de Monterrey, Nuevo León acompañó en una hora Santa, y el Padre José de la Luz, que es el asesor encargado de la dimensión Episcopal Mexicana de Pastoral de Adolescentes y Jóvenes, y de la región México-Centroamérica de la pastoral juvenil latinoamericana, nos impartió una conferencia sobre la nueva exhortación Apostólica “Christus Vivit”; Vive Cristo, esperanza nuestra; en donde nos animó a leerla y hacerla nuestra, pues el Papa Francisco realizó el Sínodo, pensando especialmente en la juventud, en donde al finalizar y durante la cena nos acompañó el Ministerio “Corderito Music Rock” A la media noche, se dio inicio a la “Expo vocacional” en donde presentaron sus carismas más de 10 congregaciones de religiosas y religiosos para dar a conocer las distintas acciones que realiza cada uno, y en la música estuvieron las y los discípulos de Jesús. El movimiento colombiano, Lazos de amor Mariano; nos acompañó y compartió el tema “Intimidad con María” para finalizar el momento con un Ro-

sario. A eso de las 2:30 am, dieron inicio los talleres formativos para los jóvenes donde se plantearon temas como; doctrina social de la Iglesia, apologética, espiritualidad, música católica y liderazgo, impartidos por Adrián Acosta, Víctor Ávila, Jésed, Acción y Tesalónica respectivamente. Posteriormente comenzó el festival de la juventud en donde se presentaron dos ministerios de música de Guadalajara; juventud Santa con rap y Tesa-lónica con el estilo que los caracteriza, el rock además del Ministerio de música Marana Tha. Para finalizar y llegar al momento más especial, en punto de las 7:30 am dio inicio la misa de clausura animada por el coro “Cielo Nuevo” y en donde presidió nuestro Sr. Arzobispo. Mons. Jesús Carlos Cabrero Romero, reconociendo el esfuerzo de los jóvenes de estar despiertos durante toda la noche en las distintas actividades. Así mismo durante su homilía citó el párrafo 115 de la exhortación Apostólica “Christus Vivit” en donde dice textualmente “Para Él realmente eres valioso, no eres insignificante, le importas, porque eres obra de sus manos. Por eso te presta atención y te recuerda con cariño. Tienes que confiar en el recuerdo de Dios: su memoria no es un “disco duro” que registra y almacena todos nuestros datos, su memoria es un corazón tierno, de compasión, que se regocija eliminando definitivamente cualquier vestigio del mal”. Haciendo una invitación especial a los jóvenes a no rendirse, a seguir creyendo en Dios a pesar de las adversidades, a pesar de que los adultos no crean en ellos. Al finalizar la Santa Eucaristía, algunos jóvenes que asistieron en Enero del presente año a la Jornada Mundial de la Juventud, en Panamá le dieron en forma de agradecimiento una imagen de Santa María la antigua, patrona del pueblo panameño.

Dimensión de Pastoral de Adolescentes y Jóvenes SLP

lioenlaredpj@gmail.com


Fiesta de Nuestra Señora del Carmen Por: José Martín Tovar Villanueva

C

on grande fe y devoción fieles se dieron cita en el Templo de Nuestra Señora del Carmen, ubicado en el centro histórico para participar de esta fiesta con música, danza, entradas de cera y pólvora; el pasado martes 16 de julio. La concelebración eucarística fue presidida por el Pbro. Gerardo Vaglienty Rivera Vicario General, sacerdotes religiosos y sacerdotes del Decanato de Ntra. Sra. de la Expectación. El Padre Vaglienty expresó que el Monte Carmelo es un lugar de reunión y unión para todo aquel que honra a la Santísima Virgen María; Virgen del Carmen que con su amor materno cuida de todos nosotros por encargo de su hijo. Ella mujer dócil y fiel a la palabra de Dios y que con su silencio y paz ha mantenido su Sí inquebrantable. Pidámosle a Jesús nos permita seguir caminando con Ella hacia Cristo, porque Ella es la Madre de Dios, nuestra Madre. “Reina y hermosura del Carmelo, Ruega por nosotros”

Reunión de Comunidades Católicas Nueva Alianza

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el 18 al 21 de julio se llevó a cabo en San Luis Potosí el encuentro de comunidades católicas en el auditorio Domus Dei; Esta asamblea se desarrollo bajo un programa de actividades en la oración, eucaristía, Hora Santa, talleres de formación y agradable convivencia familiar. La clausura del evento el sábado pasado 20 de julio con la celebración Eucarística presidida por el Pbro. Alfonso Martínez Gallo D.J., que en su mensaje de homilía precisó como Jesús sigue entrando hoy en nuestra casa

como en todo momento porque Jesús quiere permanecer en nosotros, en nuestra comunidad. Sigamos viviendo lo que Él quiere a través de su amor. Reconociendo que en una familia hay de todo y cada cual tiene lo suyo de lo que se aprende y se enriquece el hogar. Vayamos descubriendo esas diferencias que nos lleven a la unidad, al amor en el caminar con Dios”

Eucaristía y bendición en la Parroquia de la Santa Cruz (Col. Industrial Aviación)

L

a comunidad parroquial de la Santa Cruz recibió con mucha gratitud y alegría a nuestro Sr. Arzobispo Jesús Carlos Cabrero Romero junto con el Párroco Pbro. Valentín Flores para presidir la Eucaristía y bendecir algunas obras de reconstrucción y de servicio a la comunidad de los fieles. En su homilía el Sr. Arzobispo Jesús Carlos Cabrero señaló que en evangelio encontramos muchos momentos en el que Jesús se hace presente en toda familia, en la eucaristía, en el Sagrario, al mismo tiempo que nos invita a escuchar su voz, en nuestros papás e hijos ya que a veces existe un silencio que se prolonga y no nos permite escuchar y sentir su presencia al paso de nuestra vida. “Seamos como María que como Madre tuvo ese encuentro con el Señor...” Mons. Cabrero agradeció la tarea en la caridad y generosidad de todos los feligreses para con la ayuda de Dios y junto con su Párroco Pbro. Valentín Flores llevaron a acabo esta labor.


Domingo 28 de julio de 2019

Por: Vicaría de Pastoral

Un llamado a la conversión

L

a Visita Pastoral forma parte de la vida de la diócesis, y consiste principalmente en el encuentro gozoso de la comunidad cristiana con su pastor y del pastor con la comunidad cristiana, de cada parroquia, de cada grupo, de cada institución, etc. Es una de las tareas más gratificantes que el Obispo tiene encomendadas. Así de gratificante ha sido la Visita realizada por Don Jesús Carlos Cabrero Romero a la Parroquia del Señor del Trabajo, en la Colonia Morelos I, del municipio de Soledad de Graciano Sánchez. Fue durante el pasado 18 de julio del presente año, que las personas esa parroquia se desbordaron de alegría para recibir a su Pastor. Diversas actividades se realizaron: una cálida bienvenida, recorrido por algunas capillas de la comunidad, Asamblea Parroquial, Unción de los enfermos, comida con Agentes de Pastoral…Con esto se confirma que la Visita Pastoral se trata de una celebración eclesial. Es el Señor quien viene y pasa por nuestra vida, llamándonos de nuevo a conversión, a seguirle más de cerca para que seamos misioneros de esa alegría recibida. Es momento para revisar la marcha de todas las instituciones parroquiales, de poner a punto el trabajo de cada día.

Con esta parroquia termina la sexta temporada de la Visita Pastoral, el Decanato San Pablo es el próximo a visitar, nuevos rostros, nuevos retos, nuevos escenarios, pero permanece Cristo en el horizonte. ¿Quieres platicarnos tu experiencia? Escríbenos a: vicpastslp@hotmail.com


¡Pónganse en camino!

Celebrando al Señor

Discípulos misioneros

La danza del rito

P. Pedro Mexquitic Arredondo

“L

a Misa está constituida de dos partes, la liturgia de la Palabra y la liturgia eucarística; ellas están estrechamente unidas entre ellas, que forman un único acto de culto […]. Hay además algunos ritos que inician y otros que concluyen la celebración”. (IGMR 28). La duración de la liturgia eucarística no es estática ni monótona, sino se articula en una sucesión de momentos que ritman el tiempo y están anudados en un único instante simbólico. Cuando la liturgia pierde esta escala se vuelve más débil y pierde vigor. Los ritos de ingreso calientan el corazón y conducen hacia la liturgia de la Palabra; después de un momento de pausa, el ritmo presiona y cruza el umbral de la liturgia eucarística (la presentación de los dones), llega al culmen: la plegaria eucarística; después, poco a poco se llega a los ritos de conclusión. Cada movi-miento al interno de la celebración viene abierto y concluso, hasta constituir una verdadera y propia parte cumplida. Los ritos de introducción son abiertos por la procesión de entrada y cerrados con la oración colecta, llamada así precisamente por su carácter sintético y conclusivo. La liturgia de la Palabra tiene inicio con la lectura de la Palabra de Dios y se concluye con la oración de los fieles, en la que la Palabra escuchada se convierte en oración, suplica, intercesión. El paso entre la primera y la segunda parte es preparado por un momento de pausa: la preparación del altar y la colecta de la ofrenda. Inicia a este punto, como en un segundo acto, el momento culminante, también abierto por una procesión: la presentación de los dones, que culmina con la plegaria eucarística y en los ritos de comunión. En fin, todo se termina con los ritos de conclusión. Si los tiempos no vienen respetados y los ritmos aplastados, la liturgia pierde su vitalidad y un velo de aburrimiento cubre toda cosa. Cuando el equilibrio de las varias partes viene observado, así como la dinámica que une todo momento, el tiempo de la liturgia encuentra su armonía y revela su belleza. El ritmo de la liturgia se asemeja a una danza: conduce a cada fiel a entrar gradualmente en el misterio celebrado, le hace pregustar la inefable grandeza del don, para después conducirlo fuera del rito, dentro del tiempo de la historia. Esta tensión entre espera y evento, deseo y consumación, anuncio y cumplimiento, es el ritmo con el cual Dios conduce al hombre en el camino de la historia. Como en una danza él se revela y se esconde, se dona y se retrae, conduciendo de paso en paso el camino de la Iglesia, hacia el día sin tiempo. A menudo sucede, sin embargo, que nuestras celebraciones pierden el paso. Para evitar este inconveniente, necesitamos a alguien que pueda tener cuidado del ritmo ritual, evitando retrasos, alargamientos, apresuramientos. Es la tarea del director de la celebración. En nuestras celebraciones litúrgicas, demasiado frecuente falta aquélla visión de conjunto unida a la figura de un coordinador capaz de animar una celebración, anudar juntos los diversos momentos rituales, coordinar los varios ministerios involucrados, administrar los tiempos de silencios, dar comienzo a los movimientos procesionales, etc. Suceden a menudo superposiciones, indecisiones, como lo he vivido hace poco en una de las parroquias en las que he prestado mi servicio pastoral. Estos errores, en sí despreciables, son sin embargo causa de distracción, crean malestar, difunden un clima debilidad y mediocridad. A la larga, pueden convertirse en un descuido habitual que ya no importa; un gusano que, si se descuida desgasta la participación de la asamblea en el misterio celebrado y afecta gradualmente al rito. Al contrario, la liturgia tiene su lógica interna, prevé una secuencia ordenada de momentos, concatenaciones y pide progresión y tiempos de reposo, un crecer y un disminuir. El director de la celebración debe conocer la partitura ritual y darle vida. A menudo el rol del director viene confundido con el del ceremoniero, una figura no ministerial, que la mayoría de las veces ligada a la figura del obispo y a las celebraciones diocesanas. Dirigir la dirección de la celebración presupone un cierto dominio del rito, una visión global. Es necesaria una buena competencia que sola la buena voluntad, o una sincera devoción. Sin embargo la sola técnica no basta: el arte de la dosificación, la mirada del conjunto, pertenece no al experto sino al artista. A menudo los especialistas del rito pierden el hilo conductor, preocupados por la exactitud de las rúbricas, de la observancia formal, de la funcionalidad, de la estética a un fin en sí mismo; haciendo así, la preocupación de lo particular oscurece la visión del rito en su conjunto. Al contrario, para una buena dirección de la celebración es necesario dejarse implicar dentro de los hilos de la liturgia, con simplicidad, dejándose llevar dentro del ritmo natural del rito; solo de esta manera el director sabrá administrar con eficacia, tiempos, ritmos y justas proporciones y llevar a todos dentro de la danza del rito.

La renovación evangélica y vida apostólica H

Pbro. Rafael Quintá ponganseencamino@hotmail.com

ablar de la renovación eclesial, especialmente en vistas a la misión, siempre se ha inspirado en la “vida Apostólica”, es decir, en el estilo de vida de los Apóstoles, que en de relación interpersonal con Cristo, en el seguimiento evangélico, vida fraterna y disponibilidad misionera. El elemento necesario de la renovación eclesial es la actitud “relacional” respecto al Verbo Encarnado. Se trata de relación, imitación, transformación, así como de sintonía de criterios, valores y actitudes. Es por ello que la enseñanza y el magisterio de la Iglesia, siempre toman su fuerza en su adhesión a la fe y el compromiso de honestidad moral, vocacional y sobre todo de fidelidad. Es así, que la fe, en el sentido de decisión y respues-ta, afecta toda la existencia; es un encuentro, diálogo, comunión de amor y de vida del creyente con Jesucristo, Camino, Verdad y Vida (cfr. Jn 14,6). Es un acto de confianza y abandono en Cristo y nos ayuda a vivir como Él vivió (cfr. Gal 2,20), mostrando el mayor amor a los hermanos. La Encíclica Veritatis Splendor hace una llamada para recuperar el verdadero sentido de la fe: Urge recuperar y presentar una vez, más el sentido verdadero de la fe cristiana, que no es simplemente un conjunto de proposiciones que se han de acoger y ratificar con la mente, sino un conocimiento de Cristo vivido personalmente, una memoria viva de sus mandamientos, una verdad que se ha de hacer vida (VS 88). No se trata aquí de escuchar una aquí solamente una enseñanza y de cumplir un mandamiento, sino de algo mucho más radical: adherirse a la persona misma de Jesús, compartir su vida y su destino, participar de su obediencia libre y amorosa a la voluntad del Padre (VS19). Pero ¿qué más implica ésta renovación? Implica la vivencia de la propia vocación cristiana en sus diferentes estados, de tal manera que hasta lleguemos a tener los mismos sentimientos de Cristo (cfr.Fil 2,5); ya que solo a partir de allí, podemos amar el proyecto del Padre, la misión de la Iglesia, y entregarnos en el amor apasionado de la misión. La renovación evangélica de la Iglesia refuerza su realidad de ser signo visible, según las estructuras sacramentales y jerárquicas queridas por el Señor. La renovación interna llevará a la renovación de los signos externos, en vistas a la libertad evangélica de la Iglesia respecto a todo poder humano temporal. Para ello, la Iglesia actualiza, viviendo los misterios de Cristo, a fin de ser con autenticidad la Iglesia “misterio” o “sacramento” signo trasparente y portador de Cristo. La verdadera renovación es eminentemente evangélica, puesto que debe inspirarse en las bienaventuranzas, es decir, en la caridad cristiana, en el mandato del amor, en una vida santa y en medios de santificación. Así lo resumía Juan Pablo II en la exhortación apostólica Christifideles Laici: “el Concilio Vaticano II ha pronunciado palabras altamente luminosas sobre la vocación universal a la santidad… es urgente, hoy más que nunca, que todos los cristianos vuelvan a emprender el camino de la renovación evangélica (ChL16).


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Domingo 28 de julio de 2019

El enemigo de Dios

Por: Juan Jesús Priego

No es exagerado decir que el hombre del siglo XX ha sido el hombre más solo de la historia. ¿Pero cómo no va a estar solo si se enemistó con todo aquello que lo sustentaba y protegía? Primero se enemistó con la naturaleza: llegado a un cierto punto, ya no quiso cuidarla, y mucho menos venerarla; de pronto, las montañas santas y los ríos sagrados empezaron a ser vistos no como lo que eran en realidad -una manifestación del o-brar divino-, sino sólo como yacimientos de metales y fuentes de energía. Los bosques dejaron de ser lugares llenos de misterio para convertirse en surtidores de madera y de otros materiales para la construcción, con el resultado de que ahora el mundo se nos cae a pedazos. ¡Claro que se cae, claro que se está cayendo, pero como se viene abajo el techo de una casa cuyos moradores están dentro y duermen! El hombre ya no se siente protegido por la naturaleza, y ya no sabe, tampoco, en qué momento ésta se volverá contra él para vengarse de tantas afrentas cuantas ha sufrido a lo largo de los últimos siglos. Pero ahí no acaba todo, pues aparte de ene-mistarse con la naturaleza, el hombre se enemistó también con los demás. Éstos ya no son para él “hermanos”, como lo habían sido hasta hace poco, sino simples colaboradores o, en el peor de los casos, peligrosos competidores. Si Dios ha sido borrado del mapa existencial; si Él –como muchos se ufanan en gritar hoy- no existe, ni ha existido nunca, ¿por qué tú y yo vamos a ser hermanos? Hablemos claro: si no hay un Dios en el cielo, tú y yo no somos nada. El destino ha hecho que nos encontremos en este mundo, pero esto no quiere decir sino que el azar ha hecho lo suyo. No hay un plan eterno en el encuentro entre tú y yo, y si por ventura llegamos a ser amigos, démosle gracias a la caprichosa casualidad. Además, tú estás en li-bertad de pensar lo que te dé la gana, y yo tengo, a mi vez, el mismo derecho que tú a profesar la filosofía que me apetezca: nada hay en común entre los dos. ¡Sigue, pues tu camino, que yo seguiré el mío! Y, si por ventura nos encontramos, por favor, no recurras al misterio para explicar el hecho; dite a ti mismo, únicamente, que, al no vivir en un mundo infinito, las posibilidades de que esto sucediera alguna vez eran ciertamente grandes. Por último, el hombre se enemistó también con Dios. ¡Desde hace dos siglos ya no quiere tener nada que ver con Él! ¿Para qué buscarlo? ¿Para que luego lo abrume con sus leyes, decretos y mandamientos? A este respecto, resulta interesante leer lo que Paul Bourget (1852-1935), el famoso escritor francés hoy injustamente olvidado, escribió en 1885 a propósito de Alfred de Vigni: “De todos los males de nuestra edad de angustia, ¿no es precisamente uno de los más dolorosos esa soledad en que hoy viven tantas sensibilidades? ¿No puede decirse que esa es la suerte, no ya de un individuo determinado, sino del hombre de hoy en día? Si consideramos a este hombre moderno desde el punto de vista religioso, encontramos que casi siempre está solo porque ya no tiene Iglesia, porque ya no forma parte de ninguna comunión; ningún nuevo altar se levanta en el lugar del altar desertado […] El hombre mo-derno ha dejado de tener esa benéfica noción del deísmo, dogma consolador en el que se refugiaban los contemporáneos de Voltaire y de Rousseau. Nosotros, esclavos de la concepción científica del

universo, no podemos representarnos más que de una forma vaga el fondo misterioso en el que se destaca el sueño, quizá inútil, de nuestra pobre vida. ¿Dónde encontrar a ese Dios personal, a ese Padre que está en los cielos, único ser con quien el alma puede entablar ese diálogo inmortal del arrepentimiento y del perdón? El cielo es negro y está cerrado para el alma que ha perdido la fe, y por lo tanto se siente tanto más sola cuanto más recuerda haber sido amada, haber sentido que era amada infinitamente. Y como el San Juan de la celeste cena, se inclina en busca un hombro en qué reposar el peso de sus pensamientos y, no encontrándolo, deja correr sus lágrimas inconteniblemente” (véase su libro Retratos de escritores). ¿Es esto realmente así? ¿Exageraba el escritor francés? Dígalo usted mismo tras comparar este texto que acaba de leer –que, no lo olvide, es de 1885- con este otro tomado de la primera parte de la autobiografía de Simone de Beauvoir. Cuenta la novelista francesa en sus Memorias de una joven formal (1958) cuán feliz fue su juventud por creer en un Dios que la amaba y pensaba en ella: “Tenía la sensación –confiesa- que quería a cada una de sus criaturas como si fuese la única; ni por un instante me abandonaba su mirada… Dios se ponía siempre de mi parte; si había cometido algún yerro, en el instante en que le pedía perdón soplaba él sobre mi alma y ésta volvía a recobrar todo su brillo… Él era la instancia suprema, ante la que yo siempre tenía razón. Yo lo amaba con toda la pasión que ponía en vivir”. Pero llegó a su vida Jean Paul Sartre, que la hizo renegar de Dios, y he aquí lo que la filósofa escribió después en el mismo libro antes citado: “De repente, todo se callaba. ¡Qué silencio! La tierra rodaba por un espacio que ninguna mirada penetraba. Ya no había una mirada divina sobre todo aquello. Y yo, perdida en la superficie inmensa, en medio del éter ciego, estaba sola. Sola. Por primera vez comprendí el sentido de esta palabra: sola, sin testigos, sin interlocutor, sin recursos. Mi aliento en el pecho, mi sangre en mis venas y aquel trajín en mi cabeza no existían para nadie”. Si la naturaleza ya no nos cobija; si los otros tienen la infinita libertad de vivir su vida lejos de nosotros, y si ya no hay tampoco un hombro divino en el que reclinar nuestra cabeza, ¿qué de extraño tiene que nos sintamos ansiosos y deprimidos? Nunca como hoy, según afirman los estudiosos del comportamiento humano, el hombre había estado más triste: dos veces más triste que su padre, y tres veces más triste que su abuelo. Pero ya sabemos por qué: porque, en el fondo, estamos solos, porque nos hemos enemistado con todo aquello que podía estar a nuestro lado en los momentos de necesidad.

Sabías que…

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l Niño del las amazonas fue un artículo publicada en la edición número 48 por el Padre Darío Torres.

El Niño de los milagros, el Niño futbolista, el Niño de las suertes, el Niño doctor, el Niño cieguito, el Niñopa, el Niño de las manzanas, etc. La lista de “Niños Dios” entre nosotros es interminable. Puede ser riqueza religiosa…o limitada evangelización. De los cuatro Evangelios, sólo dos se ocupan de Jesús Niño: San Lucas y San Mateo. Cada uno captó un perfil especial de Jesús, y nos heredan una amplia riqueza teológica. Para San Mateo, Jesús es el Niño. Es en ese Evangelio donde los magos de oriente preguntan: “¿Dónde está el rey de los judíos que ha nacido?” pues vimos su estrella en el Oriente y hemos venido a adorarle” (2,2). Por su parte, San Lucas proclama el nacimiento del Niño Salvador… ¿Quieres seguir leyendo este artículo? encuéntralo en la página iglesiapotosina. org en el apartado del logo de La Red


Protocolo de Instrumentos Publicos año de 1592 del escribano real Pedro Venegas (Vigésima Novena Parte )

José Ricardo García López Investigador en retiro de la Facultad de Derecho de la UASLP. Escritura número 55. (Al pie de la anterior y continúa en la siguiente pagina muy deteriorada) Sepan cuantos esta carta de donación vieren como yo Miguel García, estante en estas Minas del Potosí de la Nueva España digo que por cuanto yo he tenido e tengo mucho amor y voluntad a Rodrigo de Ibarra Ateguren (?) y porque es mi voluntad determinada le hago gracia y donación inrevocable (sic) de los que el derecho llama fechos inter vivos dada de mano a mano de cinco varas de mina en cada una mina de las que yo tengo registradas en un registro que tengo registrado ante Pedro Venegas escribano, las cuales dichas minas son en este Cerro del Potosí y confieso y declaro que esta donación no excede de los quinientos sueldos y si de alguna manera excediere, tantas donaciones vos hago y se entienda fecha a diferentes personas y en diferentes tiempos y con fa cultad para que las poseais y en el ínterin que no las tomais, me constituyo por vuestro inquilino y desde luego me desapodero, desisto y aparto de la propiedad que tengo a las minas dichas y lo cedo en vos el dicho Rodrigo de Ibarra en cinco días de este presente mes de septiembre y me obligo de no revocar esta donación por ninguna causa de las en derecho permitidas y para que lo tengáis por bueno. Obligo mi persona y bienes habidos y por haber y doy poder a las Justicias de Su Majestad para que me apremien al cumplimiento de lo que dicho es como por sentencia pasada en cosa juzgada y renuncio las leyes de mi defensa y la general del derecho, en fe de lo cual otorgué esta carta ante el presente escribano y testigos de iuso escritos que es fecha en el Potosí a diez y seis días del mes de septiembre de mil e quinientos e noventa y dos años. E yo el escribano doy fe que conozco al otorgante y testigos Juan de Saldivar Mendoza y Diego Muñoz y Pedro de Vergara estantes en este dicho Cerro. Va entre renglones: Y lo cedo en vos el dicho Rodrigo de Ibarra y Vale.

Miguel García (rúbrica) Ante Mi: Pedro Vergara (rúbrica) Escribano Real. Escritura número 56. (rota y manchada sobre todo en la parte superior) [Sepan cuantos esta carata vieren como yo]… pueblo de San Luis… se obligue el dicho Graviel (sic)… Para que del dicho abasto de V… según y como y… por vos dicho… obliguen y lo ceda… el dicho remita, y estando presente el dicho Graviel Ortiz acetó (sic) este dicho trato… y se obligó de dar el… según y de la manera que el dicho Juan Rodríguez está obligado a los precios contenidos en el dicho remate y declara el dicho abasto so las penas contenidas en él y según y de la manera que está obligado el dicho Juan Rodríguez y para que lo cumplamos cada uno de nos, las partes, obligamos nuestras personas y bienes habidos e por haber e damos poder a las justicias de su Majestad de cualesquier partes, fuero e jurisdicción que sean a donde nos sometemos e renunciamos fuero e jurisdicción, domicilio e vecindad e la Ley si convenerit de iurisdictione ómnium iudicum para que las dichas justicias e cualesquie-ra de ellas nos apremien a la paga e cumplimiento de lo que dicho es como si fuera por sentencia definitiva de juez competente pasada en cosa juzgada sobre lo cual renunciamos las leyes, fueros e derechos de nuestro favor y la general del derecho, en fe de lo cual, otorgamos esta carta ante el presente escribano y testigos de iuso escritos en cuyo registro lo firmamos que es fecha en San Luis a seis días del mes de noviembre de mil e quinientos e noventa e dos años. E yo el escribano, conozco a los otorgantes y testigos Xristoval Rodríguez y Pedro Hernández y Domingo del Monte estantes en este pueblo. Aparecen tres firmas: una ilegible, otra de Graviel Ortiz (rúbrica) y la del escribano Ante Mi. Pedro Venegas (rúbrica) Escribano Real.

Diez retos y/o recomendaciones para el noviazgo

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Por: Martha Morales

a base del matrimonio es la pareja. En el noviazgo puede haber un compromiso tenue o fuerte, pero hay un compromiso de exclusividad, es decir, hay una expectativa de fidelidad. Las dificultades o delicias de un matrimonio empiezan por la pareja de novios. Van a construir o ha destruir lo que van a hacer en el futuro. A pesar de la superficialidad de muchos, el noviazgo sigue siendo un proyecto de Dios. Un noviazgo bien vivido es una experiencia bella, de crecimiento y maduración personal, y prepara un futuro.

Estas recomendaciones pretenden ayudar a vivir el noviazgo a pesar de los desafíos actuales, entonces, hay que reconocer esos retos. 1ª Lo que viste en el cine, en la TV, en Netflix, en el cable, en general, no sirve. Precisamente un problema es que la gente joven tiene los ojos repletos de eso que muestran las pantallas. Esa relación de pareja que aparece en la pantalla es engañosa, falsa. Si quieres que tu noviazgo se parezca a ello, empezaste mal. Aparecen falsedades: se conocieron, se gustaron, se acostaron y, al día siguiente, se preguntan: “¿Y tú, cómo te llamas?”. En esas relaciones el protagonismo es el gusto, es el tirano en esa relación. El gusto es lo más frágil de una relación, porque lleva a la hipocresía, y eso prepara un desastre. 2ª Ver el amor como entretenimiento. La relación que presentan en la pantalla es la esterilidad, las relaciones no tienen consecuencias. En la vida real no se puede huir de las consecuencias de tus actos. 3ª La relación de pareja se presenta como un hecho aislado, allí no aparece o no importa la familia de ella ni la de él. En la vida real, sí va a importar. Esa chica no salió de la nada, salió de la ternura de un papá y de una mamá. Ella es un ser importante para el padre y para su madre. En el modelo de Holly-wood no hay familias detrás. La primera actitud errónea de un noviazgo es aislarse, es decir, que desaparezca la familia. 4ª Con el corazón, con el cuerpo y con los sentimientos de una persona no se juega. Toda persona inteligente, antes de empezar un noviazgo se plantea: “Esa persona ¿sueña con lo que ha visto en la pantalla o conmigo?”. La vida real no es la que sale en las pantallas o series. 5ª Hay que conocerte y conocerlo(a). La fidelidad te hace crecer como persona. Un buen noviazgo significa una oportunidad de crecer. Un muchacho tuvo problemas al casarse porque ella era el centro de su familia –la reina- y se hacía lo que a ella le apetecía. En el noviazgo hay que aprender a dar y a darse, y sino, no pasa la prueba, pues no piensa en la felicidad del otro, sólo en a propia. 6ª Hay que conocer la historia de la persona. La mayor parte de su conducta, ¿de dónde la sacó? De su familia. Te conviene conocer bien a la familia de la novia(o). Todo lo que veas que la rodea, todo lo lleva por dentro, ya que muchas conductas de la persona se explican al conocer sus raíces. Hay novios que se encierran en ellos mismos y pierden una oportunidad de oro de conocerse más conociendo a fondo a sus familias respectivas.

7ª No aislarse en el noviazgo. Cuidado con el “egoísmo de dos”. La conversación se da sólo entre ellos. “Yo te miro, tú me miras”. Ese es el modelo de las películas, son personas sin familia. El modelo egoísta se ha impuesto. El día que haya problemas, ¿a quién vas a consultar? A la familia. Esos muchachos que quieren apartar a la novia de sus padres, quieren apartarla de sus principios morales que le dieron. Es una estrategia para poder jugar con ella (él). Mientras ella o él tenga conciencia de lo que vale y del apoyo de sus padres, no es vulnerable. Si se separa a la persona de sus raíces, se separa de sus principios. 8ª Ir a experiencias exóticas, a lugares raros, a comer o a cenar, a divertirse, a entretenerse; pero no se habla del hogar, de vida adulta con derechos y deberes, hay superficialidad. Hablar de temas de hogar es hablar de hijos y de criterios de educación. Si ves que el chico(a) no es el adecuado, no pierdas el tiempo. El tiempo de fertilidad para la mujer es limitado. 9ª No alargar el noviazgo a más de seis años porque empiezan las familiaridades y la rutina. Una virtud que provoca admiración es la castidad porque supone una altura moral. 10ª No prescindir de Dios. Las parejas no rezan, no se preparan espiritualmente, luego no saben afrontar las calamidades. Si no rezan, están sin recursos para afrontarlos, y le echan la culpa a Dios. Las desgracias suceden, hay que tratarlo desde el punto de vista de las probabilidades. No tiene nada que ver con Dios ni con la religión. Va a llegar. Hay quien dice: “Tengo buen armamento intelectual, emocional, monetario”, habla un pavorreal (Nelson Medina).


Pastoral de la familia

Pastoral penitenciaria

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San Maximiliano ¿Es valido a un catolico apoyar directa o María Kolbe indirectamente el aborto? “14 de agosto, Día del preso” Ignacio Rico Martínez Coordinador del Área de la Vida de la Dimensión Arquidiocesana de Pastoral Familiar Correo de Área de la vida de Pastoral Familiar: porlavidaylafamilia.hoy@gmail.com

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sta pregunta busca ponernos frente a nuestras creencias y ver si actuamos con coherencia de vida en este tema. Cuando era joven amable lector, y asistía a formación, un conferencista un día nos dijo: “Si no actúan como piensan, van a terminar pensando cómo actúan” y saben que, es cierto. Da tristeza encontrarse a católicos que saliendo de misa al abordarlos para pedirles una firma a favor de la vida nos dicen que no, y su respuesta a esta negativa es que ellos apoyan el aborto, dan muchos “argumentos” para justificar su apoyo al Aborto y algunos se molestan porque les solicitamos su ayuda y su firma. Pues bien, vale la pena ver que es lo que dice la Santa Madre Iglesia al respecto. Ya que muchos de nosotros queremos hacernos un Dios a nuestra medida, nos decimos católicos, pero cuando se trata del aborto o de otros temas, decimos que en eso no coincidimos con la Iglesia. Y les tengo una noticia, si no asumimos toda la doctrina y las enseñanzas de la Iglesia podríamos ser cualquier cosa, menos católicos. Corremos el riesgo de ser católicos de restaurante, queremos una religión y una iglesia a la carta, donde elegimos lo que nos gusta, lo que nos apetece y lo que nos incomoda o no nos gusta lo rechazamos. Si consultamos el Catecismo de la Iglesia Católica en el numeral 2270 nos dice: “La vida humana debe ser respetada y protegida de manera absoluta desde el momento de la concepción. Desde el primer momento de su existencia, el ser humano debe ver reconocidos sus derechos de persona, entre los cuales está el derecho inviolable de todo ser inocente a la vida.” El numeral 2271 continúa diciendo: “Desde el siglo primero, la Iglesia ha afirmado la malicia moral de todo aborto provocado. Esta enseñanza no ha cambiado, permanece invariable. El aborto directo, es decir, querido como un fin o como un medio, es gravemente contrario a la ley moral.” Y en el numeral 2272 se enfoca en la consecuencia para este grave pecado: “La cooperación formal a un aborto constituye una falta grave. La Iglesia sanciona con pena canónica de excomunión este delito contra la vida humana. Quien procura el aborto, si este se produce, incurre en

excomunión latae sententiae, es decir, de modo que incurre ipso facto en ella quien comete este delito.” Es por ello que este pecado no puede perdonarlo cualquier sacerdote, regularmente es un sacerdote penitenciario o algún otro que es designado por el Ordinario del Lugar (el Señor Obispo) para tal efecto. La excomunión no tiene como fin separar a la persona y restringirla de la misericordia Divina, es más bien la persona que con sus actos se separa de la comunión con la Iglesia, y esta medida manifiesta la gravedad de sus actos y del crimen cometido, el daño irreparable causado a un inocente (él bebe en el seno materno) a quien se da muerte. Es importante aclarar que participan de este pecado, tanto aquellos que lo sugieren, aconsejan, presionan, obligan, abandonan, coaccionan, mal informan, manipulan, ocultan información a la persona en vulnerabilidad para que esta aborte al hijo de sus entrañas, así como aquel personal médico que participa directa o indirectamente en el proceso quirúrgico o personas que lo provocan en situaciones insalubres. El Aborto, es lo que el Papa Juan Pablo II El Grande llama: estructura de pecado ó pecado social, porque no solo participan los mencionados en el párrafo anterior, sino que también participamos toda la sociedad al ser omisos, callar, voltear hacia otro lado, no ayudar, abandonar a su suerte a estos bebes y a sus madres. Después de haber dicho esto, vuelvo a preguntar querido lector: ¿Es válido a un católico, apoyar directa o indirectamente el aborto?, ¿tu respuesta fue la misma que antes de leer este articulo?

Pbro. Rafael Hdz. Díaz

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l día 14 de agosto celebramos a San Maximiliano María Kolbe, santo intercesor o mediador de los presos. Nació el 8 de enero de 1894 en la ciudad polaca de Zundska Wola, ocupada en ese entonces por Rusia; con este motivo celebramos el “Día del preso”. Con profundo sentimiento de fe, respeto y gratitud a Dios por su gran Misericordia, en una celebración Eucarística con los presos, a la cual tienen derecho, ya que es muy significativa para sobrellevar de manera digna su difícil situación. Buscamos compartir y convivir con ellos, favoreciendo un clima más humano entre los internos. Maximiliano, fiel devoto de la Inmaculada Concepción de María, cuando era niño realizó una travesura que su madre le reprochó. Tiempo después, ella vio que su hijo Maximiliano había cambiado de actitud y que frecuentemente oraba llorando ante un pequeño altar. El pequeño le dijo: “Mamá, cuando me reprochaste, pedí mucho a la Virgen que me dijera lo que sería de mí. Lo mismo en la iglesia, le volví a rogar. Entonces se me apareció la Virgen, teniendo en las manos dos coronas: una blanca y otra roja”. La blanca significaba que perseveraría en la pureza y la roja que sería mártir. En 1918 fue ordenado sacerdote. Durante la Segunda Guerra Mundial fue apresado y enviado a campos de concentración en Alemania y Polonia, aunque fue liberado. Sin embargo, en 1941 los nazis volvieron a detenerlo y lo destinaron al campo de concentración de Auschwitz. A pesar de las limitaciones y dificultades para ejercer su ministerio sacerdotal, atendió a los prisioneros y les transmitió el consuelo de la Virgen María. El 3 de agosto de ese año, un preso escapó y como represalia el comandante del campo ordenó escoger a diez cautivos para ser condenados a morir de hambre. San Maximiliano ofreció su vida a cambio de la del sargento polaco Franciszek Gajowniczek, quien había suplicado: “Dios mío, yo tengo esposa e hijos”. En esa celda, el sacerdote alentó en la fe a sus compañeros, con oraciones y cantos. Dos semanas después, solo el santo permanecía con vida. Necesitando la celda para otros reos, los nazis decidieron acabar su vida inyectándole ácido carbólico en la vena. Por medio de La RED, les hago la cordial invitación a todos nuestros lectores y fieles en las comunidades parroquiales de nuestra Arquidiócesis, que se unan a esta Jornada de Oración por los presos; ofreciendo la Santa Misa, Hora Santa, Lectio Divina, el rezo del Santo Rosario o una Obra de caridad; la oración es de fortaleza, les ayuda conciliar la paz interior y mantener viva la esperanza. Orar por todas las víctimas a causa de los múltiples factores que dañan su integridad física, emocional, mental, moral y espiritual. Orar por una sociedad más sana, justa y pacífica, por la libertad y dignidad de la persona. El servicio al preso no termina, el campo de actuación es muy va-riado, para lograr estas tareas es necesario la colaboración de los agentes de pastoral en las parroquias y sacerdotes, como principal vínculo para la atención a familiares durante el proceso de reclusión y a ex internos liberados, ya que la familia puede ser el factor más positivo y estimulante para el interno, pero puede ser también fuente de graves decepciones y desesperanzas. Por otra parte, la familia es víctima, muchas veces, de los delitos cometidos por algunos de sus miembros. El encarcelamiento de un padre, esposo o hijo puede traer consigo graves daños de carácter psicológico, económico y moral. La cercanía y solidaridad con estas familias no debe quedar solamente en la atención general (noticia criminal), exige una acción más específica de apoyo, orientación y acogida.


María y el ángel

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Al sexto mes fue enviado por Dios el ángel Gabriel a una ciudad de Galilea, llamada Nazaret, a una virgen desposada con un hombre llamado José, de la casa de David; el nombre de la virgen era María. Y entrando, le dijo: “Alégrate, llena de gracia, el Señor está contigo”. Ella se conturbó por estas palabras, y discurría qué significaría aquel saludo. El ángel le dijo: “No temas, María, porque has hallado gracia delante de Dios; vas a concebir en el seno y vas a dar a luz un hijo, a quien pondrás por nombre Jesús. El será grande y será llamado Hijo del Altísimo, y el Señor Dios le dará el trono de David, su padre; reinará sobre la casa de Jacob por los siglos y su reino no tendrá fin”. María respondió al ángel: “¿Cómo será esto, puesto que no conozco varón?” El ángel le respondió: “El Espíritu Santo vendrá sobre ti y el poder del Altísimo te cubrirá con su sombra; por eso el que ha de nacer será santo y será llamado Hijo de Dios. Mira, también Isabel, tu pariente, ha concebido un hijo en su vejez, y este es ya el sexto mes de aquella que llamaban estéril, porque ninguna cosa es imposible para Dios”. Dijo María: “He aquí la esclava del Señor; hágase en mí según tu palabra”. Y el ángel dejándola se fue (Lc 1, 26-38).

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l ángel se acercó a la Virgen María. Decimos que se acercó, pero no sabemos a qué distancia. Él saluda a María de una manera algo rara. Él le dice palabras celestiales y extrañas. No le dijo: “buenos días, o buenas noches”, de hecho no sabemos a qué hora del día el ángel llegó donde la doncella. Le dijo: “Alégrate, llena de gracia, el Señor está contigo”. Ella se sintió sorprendida, algo extraño sucedió en su interior, porque la gente común no saluda de esta manera tan solemne. El ángel le muestra un gran respeto a aquella joven nazarena, la prometida del carpintero. Quizá María pensaba quién sería ella para que aquel desconocido la saludara de manera tan solemne, tan especial. Y ¿qué significaba llena de gracia, y además, el señor está contigo? Pronto lo sabría. Este encuentro de María con el ángel es algo fascinante que solamente San Lucas nos refiere y que no tiene paralelo en ningún otro evangelio.

María él no se atrevió a dejarla muda, solo le dio el gozoso mensaje de que sería ella, entre todas las mujeres de la tierra, la que daría a luz al salvador del mundo y, a su modo, le explicó cómo sería eso posible. Qué temor sentiría aquel ángel ante María, que de ninguna manera quiso reprenderla como a Zacarías? Por esto podemos preguntarnos, como hemos hecho: ¿Quién era el que temía? ¿María o el ángel Gabriel? Seguramente éste, y es que María sería la madre de Dios, nada menos que de Jesucristo, su Señor y Dios. Él estaba frente a la reina del cielo, reina de los ángeles, su reina.

El ángel también le dijo: “no temas, María”. Y ciertamente María, sorprendida enormemente por aquel extraño ser, quizá debió sentir cierto temor. Pero imagino que el ángel era el que lo tenía más. Él llevaba un mensaje a la elegida para ser madre de Dios. Qué gran honor para él, pues solamente uno de los seres celestiales fue elegido para llevar este mensaje a María, a la llena de gracia. Tampoco sabemos cuántos son los ángeles del cielo, pero imagino que son millones, pues la Biblia refiere que son ejércitos, legiones enteras de ángeles, sin contar otras creaturas celestiales: serafines, querubines u otros cuyos nombres no conocemos. Sólo él, Gabriel, entre todas las creaturas del cielo, fue elegido para acercarse, nada menos, que a la madre del verdadero Dios por quien se vive; a la doncella única en el mundo que Dios escogió para ser madre de su hijo hecho hombre, nuestro Señor Jesucristo. Tremenda misión.

tonces que ella tenga un cuerpo de carne y hueso? No cabía duda de que el Todopoderoso la había hecho así de impresionante, así de agraciada, así de sublime. Y ahora a este ángel le tocaba como una bendición especialísima, venir a verla de cerca, a contemplarla, no como la ve desde el cielo, sino aquí, donde la tierra y el cielo parecen juntarse; en María se juntan el cielo y la tierra. María es de esta tierra pero también del cielo.

Imagino al ángel viajando los espacios, desde el cielo a la tierra, pensando con qué palabras saludar a la reina del cielo, cómo decirle el mensaje del que era portador. De qué manera se saluda a un ser tan especial, cómo saludarla sin que ella sienta temor, pues no es común que los hombres puedan ver a los ángeles del cielo. Y así venía aquel enviado a cumplir una misión. Él sabía que María no era cualquier persona; él, seguramente desde el cielo, con los demás ángeles, fue testigo de cómo María fue concebida en el vientre de su madre; sabía y acaso fue testigo del nacimiento de María y se sorprendió, junto con todos los ejércitos celestiales al ver que María no era como los demás seres humanos, que era tan parecida a las criaturas del cielo; pero María estaba en la tierra, ¿cómo podría ser eso posible? ¿María es del cielo o de la tierra? Si ella es de la tierra, ¿cómo es posible que sea tan perfecta y además no tenga la mancha del pecado original en el alma como todos los demás humanos? Si ella era del cielo, ¿cómo es posible en-

Y el ángel pensaba y pensaba de qué manera acercarse, de qué manera hablarle, de qué manera decirle aquel mensaje del que era portador. Con Zacarías fue fácil, pues era un hombre común, o casi común, pues era sacerdote y los sacerdotes también son una clase especial de hombres porque también unen el cielo con la tierra. Con Zacarías fue sencillo, pero con María algo le pasaba que no era tan simple. De hecho, si comparamos el anuncio que hizo a Zacarías fue muy parecido en todo, menos en el saludo; saludar a Zacarías no fue difícil. A este sacerdote también le dijo: no temas; también le anunció el nacimiento de un hijo que su mujer, Isabel tendría y que sería grande en verdad; Zacarías también expresó algo parecido a lo que María le preguntó al ángel, él dijo: “¿cómo puede ser esto, pues soy un anciano, lo mismo que mi mujer?” y el ángel le dio una señal dejándolo mudo, como hemos comentado antes”. María también le preguntó algo parecido: “¿cómo podrá ser esto, puesto que yo permanezco virgen?”; pero con

Y de María, Lucas no dice que ella temiera o se asustara ante la presencia de aquel angelical mensajero, solo dice que se sintió turbada, sorprendida, pero no dice que su alma experimentara miedo. ¿Cómo sentirlo, si María era y es la llena de gracia? Si María está llena de gracia significa que está llena de Dios, no solo porque ella haya sido preparada para ser madre del altísimo, sino porque en ese mismo momento estaría ocurriendo tan grande milagro en su vientre, en efecto, el Espíritu Santo estaría bajando sobre ella para cubrirla con su sombra y fecundar misteriosamente su vientre virginal, lo cual la haría ser no solo la llena de gracia, sino la desbordante de gracia, pues el autor de la vida y de la gracia llenaría completamente, no solo su vientre, sino toda su vida, y ella sería como un manantial del que fluiría el hijo de Dios hecho hombre. Por otro lado, el ángel seguramente sabía que aquella mujer llena de gracia, esa virgen, seguiría siendo virgen, aun concibiendo en su vientre al altísimo; y no solo entonces, sino también después. El ángel sabía que María era una virgen que nunca dejaría de conservar esta condición, ni ahora ni durante la gestación del hijo de Dios, ni después de dar a luz al dador de la gracia. El Señor la había escogido virgen y le permitirá serlo para siempre, cumpliendo la promesa que hizo al pueblo de Israel por medio del profeta Isaías: “una virgen concebirá un hijo, que será llamado Emanuel, Dios con nosotros” (Is 7, 14). En efecto, esto estaba anunciando el ángel y esto estaría ocurriendo precisamente ahora: Dios con nosotros. Dios está entre nosotros, pensaría el ángel mientras anunciaba a María estas maravillas, y el ángel conocía al hijo de Dios, al Verbo celestial, pero ahora no era solo esto sino el Verbo encarnado. Feliz tarea la de este ángel: anunciar algo que Dios hace en María para bien de la humanidad entera. Y aquí tenemos nada menos que un momento fundamental en la historia humana y en la historia de la salvación: el hijo de Dios se encarna en María Virgen. Pero seguiremos hablando de estas maravillas en otra ocasión.


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Palabra de Dios

Del Santo Evangelio según San Lucas 11,1-13

Iván Reséndiz Vega

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n día, Jesús estaba orando y cuando terminó, uno de sus discípulos le dijo: “Señor, enséñanos a orar, como Juan enseñó a sus discípulos”.

Entonces Jesús les dijo: “Cuando oren, digan: ‘Padre, santificado sea tu nombre, venga tu Reino, danos hoy nuestro pan de cada día y perdona nuestras ofensas, puesto que también nosotros perdonamos a todo aquel que nos ofende, y no nos dejes caer en tentación’.”

También les dijo: “supongan que alguno de ustedes tiene un amigo que viene a media noche a decirle: ‘Préstame, por favor tres panes, pues un amigo mío ha venido de viaje y no tengo nada que ofrecerle’. Pero él le responde desde dentro: ‘No me molestes. No puedo levantarme a dártelos, porque la puerta está cerrada y mis hijos y yo estamos acostados’. Si el otro sigue tocando, yo les aseguro que, aunque no se levante a dárselos por ser su amigo, sin embargo, por su molesta insistencia, sí se levantará y le dará cuanto necesite. Así también les digo a ustedes: Pidan y se les dará, busquen y encontrarán, toquen y se les abrirá. Porque quien pide, recibe; quien busca, encuentra, y al que toca, se le abre. ¿Habrá entre ustedes algún padre que, cuando su hijo le pida pescado, le dé una víbora?¿O cuando le pida huevo, le dé un alacrán? Pues, si ustedes, que son malos, saben dar cosas buenas a sus hijos, ¿cuánto más el Padre celestial dará el Espíritu Santo a quienes se lo pidan?”. Palabra del Señor.

La oración de los hermanos

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a lectura que hacemos del Evangelio de San Lucas, nos presenta al Señor Jesús en oración y a sus discípulos pidiéndole que les enseñe a orar. Los seguidores de un personaje relevante le piden consejos, orientaciones, consignas, para llevar adelante su acción y seguir su camino. Todas las madres en los primeros meses de sus hijos, han estado incitándoles a que digan sus primeras palabras. Y es emocionante para la madre cuando oye pronunciar a su hijo la primera palabra, que suele ser, precisamente, la de “mamá “o “papá”. Hoy, vemos a los discípulos del Señor Jesús rogarle que les enseñe a orar. No le piden que les enseñe a gobernar a las gentes, a saber hablar o comunicar bien su mensaje, a saber lo que tiene que hacer o decir para alcanzar éxito en su misión. Simplemente le piden que les enseñe a orar, es decir, a hablar con Dios, a dialogar con Él, a conocer cómo han de tratarle, a confiar en Él, a darle gracias, a pedirle ayuda…

3° de Teología

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La Oración del Seminarista

aludo con mucho cariño a nuestros muy queridos y distinguidos lectores que siguen, semana a semana, el caminar de nuestra Iglesia particular por medio del semanario “La Red” y, en concreto, el caminar del corazón de la arquidiócesis: el Seminario. Les quiero compartir la forma en cómo los seminaristas hacemos oración, los tipos de momentos de oración que compartimos durante el día y la importancia de la oración para la vida del seminarista. Cabe mencionar que lo que voy a compartir es a partir de la experiencia del encuentro, de persona a persona, con Jesús y no tanto desde un libro de teología espiritual que, si bien, es indispensable para una sana y recta espiritualidad, pero se debe pasar a la vida real y concreta lo que se tiene como teoría en un principio. ¿Cómo hacemos oración los seminaristas? Durante el día hacemos oración comunitaria y personal. La oración comunitaria la realizamos en momentos en los que estamos todos los seminaristas de las dos facultades, filosofía y teología, congregados en la capilla. Es una forma de oración en la que todos nos unimos como uno solo a las necesidades que tiene cada seminarista, ya sea de su vida personal o familiar; es una forma en como se refleja la unión eclesial, donde la Iglesia pide por la Iglesia. La oración personal es un momento indispen-sable y esencial para la vida de toda persona que quiera consagrarse totalmente al servicio de la Iglesia de Cristo. Este tipo de oración es inherente a la vocación del seminarista ya que es “ahí” donde va escuchando la voz del Señor que le va indicando por dónde caminar. Para ello tenemos a nuestra disposición las 24 horas del día, además de la capilla del Santí-

simo, dos oratorios para poder realizar esta forma de oración en cualquier momento de la jornada. ¿Qué tipos de momentos de oración te-nemos en el seminario? La oración comunitaria, de ordinario, la realizamos en cuatro momentos, a saber: laudes, vísperas, rosario a María y completas. Además los jueves ha-cemos oración comunitaria en un momento de adoración a Jesús Eucaristía y los viernes, por grupos escolares, hacemos oración en torno a la Palabra de Dios, lectio divina. Las laudes “alabanzas” es la oración con la que iniciamos y encomendamos la jornada a Dios. Las vísperas, como oficio de oración de la tarde, es el momento en el que comenzamos a recoger la jornada porque el día ya decli-na. En el rosario a María consagramos a ella nuestros ojos, oídos, lengua y corazón para que interceda a favor nuestro y nos veamos beneficiados por medio de ella en la vocación. Y las completas es la última oración comunitaria del día en la que recogemos toda la jornada para examinar nuestra conciencia en base a la caridad, de modo que podamos descansar durante la noche para que así, renovado nuestro cuerpo y nuestro espíritu, perseveremos constantes en el servicio. ¿Qué tan importante es la oración para la vida del seminarista? La vida del semina-rista sin la oración sería como una planta sin agua: se seca y no da fruto, no da vida. Si un seminarista no hace oración, entonces…¿qué le predica a la gente? Por ahora esto es todo de mi parte y me despi-do de ustedes con un afectuoso saludo, y que Dios siempre bendiga y resplandezca en cada uno de sus hogares. Bendiciones.

El Señor Jesús accede al ruego de sus amigos enseñándoles a hablar con Dios comenzando por llamarle “Padre”, como en las primeras palabras que dice el niño. Y les enseña el modo de compartir su vida con el Padre de todos: darle gracias, pedirle y rogarle que venga su Reino y se haga su voluntad. En la oración que enseña el Señor Jesús vuelve a afirmar que es necesario el pan, pero que no sólo se vive de pan. La oración, como dice el Señor Jesús, no ha de ser solamente para pedir sino que ha de ser agradecida, confiada, perseverante, esperanzada; sabiendo que Dios no sólo da cosas buenas, sino que da su mismo Espíritu a quien se lo pide. La oración es imprescindible para la vida del cristiano. Y el Señor Jesús enseña una formula en la que resume todo lo que debemos incluir en nuestra oración: la invocación de Dios como Padre, la llegada del Reino, el sustento de pan, el aliento del perdón, la fuerza para no sucumbir a la tentación y para seguir el camino emprendido. Pbro. José de Jesús Cruz Rodríguez

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Educando para el amor

Domingo 28 de julio de 2019

La sustitución de la sabiduría divina por la humana

La Iglesia y los abusos sexuales

Benedicto XVI (Parte 11)

Fil. Rafael Gómez M.

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a sustitución de la palabra <sexo> por la de <género> se ha logrado introducir en la humanidad como si, por el sólo hecho de hablar de la diversidad de género, habláramos de un concepto más rico en extensión porque, dicen los propulsores de este concepto, incluye a todos; mientras tanto, según ellos, el concepto de sexo <hombre-mujer>, solo se refiere a los adultos que han aceptado las construcciones sociales del pasado ya que, siguen afirmando, el ser humano nace <sexualmente neutral> “y luego es socializado en hombre o mujer”. De esta manera, según ellos, la diversidad de género incluye a todos, mientras el sexo solo se refiere a quienes admiten en su vida el impacto negativo de la socialización que, para colmo, acaba situando a la mujer en una posición injusta. Todo esto proviene de sustituir “la identidad”, que proviene de haber nacido hombre o mujer, por su concepto de “rol”. De esta manera queda sustituida la identidad, con sus capacidades e inclinaciones innatas, por los roles y responsabilidades del hombre y de la mujer que se les imponen socialmente. De esta manera queda sustituida la identidad masculina y femenina, por los desencuentros venidos de exigencias de derechos, igualdad y justicia. De esta manera queda sustituida la realidad del ser por la del hacer. Las responsabilidades, capacidades, facultades, talentos… de la maternidad, las desempeña con mayor dificultad el hombre que vive la experiencia de una esposa ausente. De la misma manera, cargar a la mujer con las capacidades, facultades, responsabilidades, talentos… de la paternidad, le resulta una carga muy difícil de sobre-llevar. No es ni conveniente ni deseable para un hombre o una mujer, “hacerla de papá y mamá”, aunque sea circuns-tancialmente necesario. El abuso y la injusticia que el “sexo fuerte” comete en contra del “sexo débil”, no debe dar lugar a un planteamiento de sustitución: <identidad por rol>. No debe dar lugar al planteamiento de sustitución: <vocación por rol>. No hay sexo débil y fuerte; solo hay distinta fuerza en razón de la diferencia entre intensidad y duración y su riqueza consiste en unir y complementar la intensidad con la duración. Estas dos fuerzas acaban siendo debilidad si no se unen para complementarse, porque para eso existen. Es decir que la fuerza consiste en seguir la vocación que les llega a la mujer y al hombre por su respectiva identidad; es decir que, habiendo sido llamados al amor y, alejándose de su vocación, acaban haciéndose capaces de de-

struir lo que aman. Su verdadera riqueza es que “vivan”, pero vivan según la fuerza de su genealogía y la pongan a disposición uno del otro para unirse; uno, separado del otro, “no puede encontrarse plenamente a sí mismo sino por la entrega sincera de sí mismo”. La fuerza de su genealogía solo coincide en la mutua vocación a “servir en el amor” y su riqueza consiste en darle fuerza a la vocación particular, según la propia identidad. Es necesario, para entenderlo, penetrar en el misterio del Creador que muchos ignoran por el afán de encontrar la sabiduría en la ciencia y en la tecnología. La sustitución de la sabiduría de Dios por la ciencia y la tecnología, ha dado lugar a las sustituciones de las que antes hablamos. “El ser humano no se engaña cuando se reconoce superior a las cosas y cuando juzga que, con su inteligencia, las supera, pero no puede olvidar que participa de la luz de la mente divina y que su naturaleza intelectual se perfecciona y debe ser perfeccionada por la sabiduría que atrae suavemente la mente humana a la búsqueda del Bien y del Amor de Dios”. En el “hagamos al ser humano a nuestra imagen y semejanza” (Gn 1, 26), Dios, antes de crear al ser humano, “parece haber entrado dentro de Sí Mismo para buscar la inspiración y el modelo en el modelo de su Ser que aquí se manifiesta como el <Nosotros> divino”. De este misterio surge el <nosotros> del hombre y la mujer: “Creó Dios al ser humano a imagen suya; a imagen de Dios le creó; hombre y mujer los creó… y los bendijo… y los hizo fecundos…” (Gn 1,27-28). Así celebró las bodas y los instruyó en su vocación, según su identidad, a poner cada uno lo mejor de sí; usó la Palabra para crearlos, usó la Palabra para bendecirlos, usó la Palabra para entrar con ellos en el mismo vínculo de amor de ellos y los invitó a penetrar en la Sabiduría que hace más humana su vida y más ricas sus palabras para sus cada vez más <profundos> diálogos para el encuentro.

...Lo de Dios a Dios

P. David Grimaldo

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n esta última parte de la Carta, el Papa emérito, presenta el Misterio de la Iglesia, el Misterio de la Gratuidad y de la Gracia y el misterio de la iniquidad, es decir, una Iglesia Santa con hombres y mujeres pecadores. Dios que ha fundado la Iglesia y sembrado la buena semilla y un enemigo misterioso que ha plantado la cizaña. Santos y pecadores en la Iglesia. Reflexionemos detenidamente sobre el pensamiento que presenta Benedicto sobre el libro de Job. «Y finalmente, está el Misterio de la Iglesia. La frase con la que Romano Guardini, hace casi 100 años, expresó la esperanza gozosa que había en él y en muchos otros, permanece inolvidable: “Un evento de importancia incalculable ha comenzado, la Iglesia está despertando en las almas”. Se refería a que la Iglesia ya no era experimentada o percibida simplemente como un sistema externo que entraba en nuestras vidas, como una especie de autoridad, sino que había comenzado a ser percibida como algo presente en el corazón de la gente, como algo no meramente externo sino que nos movía interiormente. Casi 50 años después, al reconsiderar este proceso y viendo lo que ha estado pasando, me siento tentado a revertir la frase: “La Iglesia está muriendo en las almas”. De hecho, hoy la Iglesia es vista ampliamente solo como una especie de aparato político. Se habla de ella casi exclusivamente en categorías políticas y esto se aplica incluso a obispos que formulan su concepción de la Iglesia del mañana casi exclusivamente en términos políticos. La crisis, causada por los muchos casos de abusos de clérigos, nos hace mirar a la Iglesia como algo casi inaceptable que tenemos que tomar en nuestras manos y rediseñar. Pero una Iglesia que se hace a sí misma no puede constituir esperanza. Jesús mismo comparó la Iglesia a una red de pesca en la que Dios mismo separa los buenos peces de los malos. También hay una parábola de la Iglesia como un campo en el que el buen grano que Dios mismo sembró crece junto a la mala hierba que “un enemigo” secretamente echó en él. De hecho, la mala hierba en el campo de Dios, la Iglesia, son ahora excesivamente visibles y los peces malos en la red también muestran su fortaleza. Sin embargo, el campo es aún el campo de Dios y la red es la red de Dios. Y en todos los tiempos, no solo ha habido mala hierba o peces malos, sino también los sembríos de Dios y los buenos peces. Proclamar ambos con énfasis y de la misma forma no es una manera falsa de apologética, sino un necesario servicio a la Verdad. En este contexto es necesario referirnos a un importante texto en la Revelación a Juan. El demonio es identificado como el acusador que acusa a nuestros hermanos ante Dios día y noche. (Ap 12, 10). El Apocalipsis toma entonces un pensamiento que está al centro de la narrativa en el libro de Job (Job 1 y 2, 10; 42:7-16). Allí se dice que el demonio buscaba mostrar que lo correcto en la vida de Job ante Dios era algo meramente externo. Y eso es exactamente lo que el Apocalipsis tiene que decir: el demonio quiere probar que no hay gente correcta, que su corrección solo se muestra en lo externo. Si uno pudiera acercarse, entonces la apariencia de justicia se caería rápidamente. La narración comienza con una disputa entre Dios y el demonio, en la que Dios se ha referido a Job como un hombre verdaderamente justo. Ahora va a ser usado como un ejemplo para probar quién tiene razón. El demonio pide que se le quiten todas sus po-sesiones para ver que nada queda de su piedad. Dios le permite que lo haga, tras lo cual Jon actúa positivamente. Luego el demonio presiona y dice: “¡Piel por piel! Sí, todo lo que el hombre tiene dará por su vida. Sin embargo, extiende ahora tu mano y toca su hueso y su carne, verás si no te maldice en tu misma cara”. (Job 2,4f)».


Domingo 28 de julio de 2019


Libro a la venta en La RED, Parroquia de San Miguelito y Parroquia de Soledad.


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