El Obispo realiza su Acción Pastoral
Año 11
U
No. 541
Semana del 11 al 17 de agosto de 2019
na de las obligaciones que tiene el Obispo de una Diócesis, es llevar a cabo una visita, por lo menos cada cinco años, una visita a toda la diócesis a él encomendada. Es por ello que Don Jesús Carlos Cabrero, Arzobispo de nuestra Iglesia Potosina, se encuentra realizando la “Visita Pastoral”, que consiste en una experiencia, con la que el Obispo mantiene contacto personal con el clero y con los otros miembros del pueblo de Dios. Es una oportunidad para reanimar las energías de los agentes evangelizadores, felicitarlos, animarlos y consolarlos; es también la ocasión para invitar a todos los fieles a la renovación de la propia vida cristiana y a una acción apostólica más intensa. La “Visita Pastoral” le permite, además, examinar la eficiencia de las estructuras y de los instrumentos destinados al servicio pastoral, dándose cuenta de las circunstancias y dificultades del trabajo evangelizador, para poder determinar mejor las prioridades y los medios de la pastoral orgánica. La “Visita Pastoral” es, por lo tanto, una acción apostólica que el Obispo debe cumplir animado por la caridad pastoral que lo presenta concretamente como
principio y fundamento visible de la unidad en la Iglesia particular, en este caso de nuestra Iglesia Potosina. Para las comunidades parroquiales, los grupos, movimientos y demás instituciones que la reciben, la visita es un evento de gracia que refleja en cierta medida aquella especial visita con la que, Jesucristo, ha visitado y redimido a su pueblo (Lc 1, 68). La “Visita Pastoral” es una acción de esperanza. El Obispo, ante todo, lleva un encuentro con los sectores ya mencionados; en muchos de los casos, se da también un encuentro con las autoridades civiles; la “Visita Pastoral” es la oportunidad de animar a los líderes que dirigen y coordinan los diferentes aspectos que hacen caminar a la sociedad; la cercanía del consuelo a las personas sufrientes por distintas causas. En pocas palabras, la Visita del Pastor va a ser un tiempo fuerte de esperanza y no una carga para la comunidad. Vale la pena que sigamos haciendo oración constante para que esta Visita Pastoral, que realiza nuestro Obispo, produzca abundancia de frutos de conversión pastoral. Que la Virgen María, nuestra Señora de la Expectación, madre nuestra, nos ayude a vivir tiempos y acontecimientos de salvación.
Anacleto González nuevo patrono de los laicos
L
a Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM) informó “con gran regocijo” la aprobación del Beato Anacleto González Flores como Patrono de los Laicos mexicanos, esta decisión fue tomada por la Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos a través de un decreto con fecha del día 11 de julio. Los obispos de mexicanos votaron por unanimidad para que se declare al Beato como “Patrono de los Laicos”, y se instituyó la celebración del Día del Laico el tercer fin de semana de noviembre, coincidiendo con la fiesta de Cristo Rey. “En la alegría de la oración nos encomendamos al nuevo Patrono de los Laicos. Que el ejemplo de su entregado amor a Dios nos recuerde que el camino de la santidad es un martirio vivificante que sólo es posible gracias a la fuerza de Dios”, expresó el CEM. El joven mártir nació en Tepatitlán, Jalisco (México) el 13 de julio de 1888, en un ambiente de extrema pobreza. Tres años después de haber asistido a unos Ejercicios Espirituales, el beato ingresó al seminario auxiliar de San Juan de los Lagos, donde desarrolló vastos conocimientos en ciencias y se ganó el apodo de “Maistro Cleto” por reemplazar al catedrático cuando se ausentaba. Más tarde, entendió que su vocación no era ser sacerdote e ingresó a la Escuela libre de leyes. Además, se destacó como un “notable pedagogo, orador, catequista y líder social cristiano, se convirtió en paladín laico de los católicos de Guadalajara”. Asimismo, inspirado por la encíclica Rerum novarum del Papa León XIII, organizó sindicatos católicos y motivó la realización de círculos de estudio. En las primeras décadas del siglo XX las tensiones entre la Iglesia y el Estado mexicano detonaron la Guerra Cristera. La Constitución de 1917 restringió el culto público y el número de sacerdotes, mientras que leyes como la “Ley Calles”, promulgada por Plutarco Elías Calles, haría efectiva las prohibiciones contra la Iglesia. Los sacerdotes no podían vestir traje talar en las calles, se eliminaron las congregaciones religiosas, así como también la enseñanza de religión en las escuelas. En consecuencia, las iglesias suspen-dieron los cultos el 31 de julio de 1926, provocando que miles de pobladores de diferentes ciudades de México se levantaran contra el Gobierno. Estos hechos se narran en la película mexicana “Cristiada”, la cual recoge esta lucha por el derecho a la libertad de culto en el país. González, interpretado en el filme por el activista provida Eduardo Verástegui, fue martirizado durante la Guerra Cristera por defender la libertad religiosa. “Yo muero, pero Dios no muere. ¡Viva Cristo Rey!”, fueron sus últimas palabras.