Edición 558

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“Hermano Narco”: ¿Hay esperanza de conversión?

¡Feliz Fiesta de la Virgen de Guadalupe!

Año 11

N

No. 558

Semana del 08 al 14 de diciembre de 2019

o se entristezca tu corazón… ¿Acaso no estoy yo aquí, que soy tu Madre?”, le dijo la Virgen de Guadalupe al afligido Juan Diego un 12 de diciembre de 1531. Ella, la Emperatriz de América y Patrona de México, quiso dejar su imagen desde ese día en una sencilla “tilma” como señal del Amor de Dios para creyentes y no creyentes. Cada año millones de fieles festejamos a la Santísima Virgen de Guadalupe alrededor de 20 millones de fieles y en el día de su fiesta, se calcula que casi tres millones acuden al Santuario. “Mucho quiero, ardo en deseos de que aquí tengan la bondad de construirme mi templecito, para allí mostrárselo a ustedes, engrandecerlo, entregárselo a Él, a Él que es todo mi amor, a Él que es mi mirada compasiva, a Él que es mi auxilio, a Él que es mi salvación”, dijo la Virgen de Guadalupe a San Juan Diego. “Porque en verdad yo me honro en ser madre compasiva de todos ustedes, tuya y de todas las gentes que aquí en esta tierra están en uno, y de los

demás variados linajes de hombres, mis amadores, los que a mí clamen, los que me busquen, los que me honren confiando en mi intercesión. Porque allí estaré siempre dispuesta a escuchar su llanto, su tristeza, para purificar, para curar todas sus diferentes miserias, sus penas, sus dolores”, añadió la Santísima Virgen María de Guadalupe.

Los profetas mantenían encendida la esperanza de Israel. Nosotros, como un símbolo, encendemos estas dos velas… Que cada uno de nosotros, Señor, te abra su vida para que brotes, para que florezcas, para que nazcas y mantengas en nuestro corazón encendida la esperanza. ¡Ven, Señor, haz resplandecer tu rostro sobre nosotros!

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a serie Hermano Narco, producida por el Centro Católico Multimedial, se encuentra estrenando su tercer capítulo y su director, el P. Omar Sotelo, reflexiona sobre la posibilidad de rescatar los “resquicios de humanidad” de los sicarios que sirven al crimen organizado. El tercer episodio de Hermano Narco, titulado “Porque no somos animales”, está disponible en las redes sociales y YouTube del Centro Católico Multimedial desde el 1 de diciembre. “Las historias que estamos contando en Hermano Narco son historias reales”, explicó el P. Sotelo. La serie, busca ser “un instrumento” que “va dirigido a todas estas personas que, lamentablemente, han caído en este círculo del crimen organizado y de la violencia”. El P. Omar Sotelo y el equipo de producción de los tres primeros episodios son conscientes de que “a mucha gente no le gusta” la idea de llamar hermano al narcotraficante, a quien “asesinó, al que violó, al que ultrajó, al que destazó, tantas atrocidades”. “Pero en el fondo somos hermanos y este es el gran sentido que buscamos. Queremos llamarle hermano precisamente para que nos vea también como hermano y darle este mensaje: ya no asesines más a tus propios hermanos, a tu propia sangre”. Recuerdo a un joven de alrededor de 20 años, que “había sido reclutado como sica-rio en un organismo de este tipo y lo habían apresado. Él quería hablar con alguien, con un sacerdote”. “Tuve la oportunidad de hablar con él. Cuando te das cuenta de toda la historia, sus experiencias, de cómo a lo largo de esa vida, reclutado, fue deshumanizado, verdaderamente le quitaron su infancia, su juventud, a tal grado que me contaba que cuando llegaba a cometer algún crimen pensaba que no lo cometía con una persona sino con una cosa, un objeto”. Para el P. Sotelo, casos como el de ese joven revelan que “en el fondo, muy en el fondo, aún quedan esos resquicios de humanidad, que si los notas, si los sientes, creo que podrían ser salvados”. “Así como tuvo un proceso de deshumanización podría haber, no solo para él sino para muchos, un proceso de rehumanización”, destacó. Otro tema importante de la serie es el perdón, y el P. Sotelo recordó un encuentro con una madre de familia en una ceremonia de exequias de un joven asesinado durante una fiesta. Al terminar las oraciones, la mujer se acercó al féretro y le dijo al sacerdote que “aquí, ante el cuerpo de mi hijo, delante del Señor, yo le digo que perdono al asesino de mi hijo, porque no quiero más muertos, más hijos muertos”. El P. Sotelo destacó también la importancia de mantener viva la esperanza, pues sin ella, “si no tuviéramos este deseo de transformar el entorno en el que vivimos, creo que esta sociedad ya se hubiera colapsado, no solo por mí sino por mucha gente”. “Todos aquellos que seguimos a Jesucristo sabemos que hablar de esperanza es la mejor forma de ir trazando un camino o ir renovando un camino que ha sido complicado en los últimos años”, dijo. Para el director del Centro Católico Multimedial, con “Hermano Narco” buscan poner “un granito de arena y hablar de esperanza a este pueblo que la necesita y no merece vivir lo que está viviendo”.


Domingo 08 de diciembre de 2019

Volver a Viaje apostólico a esperar Tailandia y Japón

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uevamente, nos encontramos en tiempo de espera. Aunque toda nuestra vida es tiempo para esperar. Pero en estos días, la Iglesia celebra y vive el Adviento. Es importante celebrar el Adviento. Porque éste nos recuerda que no hay que cansarnos de esperar. Porque lo bueno, tarda, pero es seguro que llega. Bien sabemos, que las cosas se pierden, y las personas también. Hoy tenemos algo, y mañana quien sabe; podemos contar con alguien, pero no sabemos si mañana nos darán por descontados. Todo se puede perder. Pero lo que no hay que dejar que se pierda, es la esperanza. Porque cuando ésta, se acaba, también termina la vida. Y mientras vivimos, algo tenemos que esperar. Por eso, es importante celebrar el Adviento. Porque éste nos hace fuertes, gracias a la esperanza. Ésta, que muchas veces la tenemos olvidada. Todo se puede olvidar, pero jamás te olvides de esperar. Nuestra debilidad, nos hace sucumbir ante cualquier contrariedad. Pero no hay que dejarse vencer antes de tiempo. Dios nos da la virtud de la espe-ranza, para que seamos fuertes en la lucha. No concluyamos la vida antes de tiempo; no nos adelantemos, a poner fin al anhelo de seguir caminando; porque hay motivos para seguir luchando. Cierto es, que la vida no es nada fácil, porque está compuesta de retos, pero los podemos vencer, cuando es grande lo que se espera. El don de la esperanza es tan eminente que viene de lo alto. Dios nos regala la virtud de esperar. Y con ésta fuerza, es posible seguir luchando. El Adviento nos recuerda que no estamos solos, que Jesús está por llegar a nuestras vidas. Él, viene a salvarnos de todo aquello con lo que no podemos. Él viene a vencer en nosotros. Sigamos pues, celebrando este tiempo de espe-ranza. Y que aquello que parece oscuro, se torne luminoso, gracias a lo que está por llegar.

Queridos hermanos y hermanas, ¡buenos días!

Ayer regresé de mi viaje apostólico a Tailandia y Japón, un don por el que estoy muy agradecido al Señor. Deseo renovar mi gratitud a las autoridades y a los obispos de estos dos países, que me han invitado y acogido con gran esmero, y sobre todo agradecer al pueblo tailandés y al pueblo japonés. Esta visita ha aumentado mi cercanía y afecto por estos pueblos: Dios los bendiga con abundancia de prosperidad y paz. Tailandia es un antiguo reino que se ha mo-dernizado fuertemente. Al reunirme con el rey, el primer ministro y otras autoridades, rendí homenaje a la rica tradición espiritual y cultural del pueblo tailandés, el pueblo de la “hermosa sonrisa”. La gente allí sonríe. He alentado el compromiso de lograr la armonía entre los diferentes componentes de la nación, así como el desarrollo económico en beneficio de todos y la curación de los flagelos de la explotación, especialmente de mujeres y los niños. La religión budista es parte integrante de la historia y la vida de este pueblo, por lo que fui a visitar al patriarca supremo de los budistas, continuando el camino de estima mutua iniciado por mis predecesores, para que crezcan en el mundo la compasión y la fraternidad. En este sentido, el encuentro ecuménico e interreligioso que tuvo lugar en la universidad más grande del país fue muy significativo. El testimonio de la Iglesia en Tailandia pasa también por obras de servicio a los enfermos y a los últimos. Entre ellos, destaca el Saint Louis Hospital, que visité animando al personal sanitario y conociendo a algunos pacientes. También dediqué momentos específicos a los sacerdotes y a las personas consagradas, a los obispos y también a los hermanos jesuitas. En Bangkok celebré la Misa con todo el pueblo de Dios en el Estadio Nacional y luego con los jóvenes en la Catedral. Allí experimentamos que en la nueva familia formada por Jesucristo están también los rostros y las voces del pueblo tailandés. Luego, me dirigí a Japón. A mi llegada a la Nunciatura en Tokio, fui recibido por los obispos del país, con quienes compartimos inmediatamente el reto de ser pastores de una Iglesia muy pequeña, pero portadora de agua viva, el Evangelio de Jesús. “Proteger cada vida” fue el lema de mi visita a Japón, un país que lleva impresas las llagas del bombardeo atómico y que es para todo el

mundo el portavoz del derecho fundamental a la vida y a la paz. En Nagasaki e Hiroshima permanecí en oración, me reuní con algunos supervivientes y familiares de las víctimas, y reiteré la firme condena a las armas nucleares y la hipocresía de hablar de paz construyendo y vendiendo artefactos de guerra. Después de esa tragedia, Japón ha demostrado una extraordinaria capacidad para luchar por la vida, y lo ha hecho incluso recientemente, después del triple desastre de 2011: terremoto, tsunami y accidente de una central nuclear. Para proteger la vida hay que amarla, y hoy la grave amenaza, en los países más desarrollados, es la pérdida del sentido de vivir. Las primeras víctimas del vacío de sentido de vivir son los jóvenes, por lo que se les dedicó un encuentro en Tokio. Escuché sus preguntas y sueños; los animé a oponerse juntos a toda forma de bulismo, y a superar el miedo y la clausura abriéndose al amor de Dios, en oración y servicio a los demás. Conocí a otros jóvenes en la Universidad de Sophia, junto con la comunidad académica. Esta Universidad, como todas las escuelas católicas, es muy apreciada en Japón. En Tokio tuve la oportunidad de visitar al Emperador Naruhito, a quien renuevo la expresión de mi gratitud; y me reuní con las autoridades del país, con el Cuerpo Diplomático. Auspicié una cultura de encuentro y diálogo, caracteri-zada por la sabiduría y un amplio horizonte. Fiel a sus valores religiosos y morales, y abierto al mensaje evangélico, Japón puede ser un país líder para un mundo más justo y pacífico y para la armonía entre el hombre y el medio ambiente. Queridos hermanos y hermanas, confiemos los pueblos de Tailandia y Japón a la bondad y providencia de Dios. Gracias.


Domingo 08 de diciembre de 2019

¡No tengan miedo!

La Iglesia y la familia

Preparen el camino E

P. Juan José Torres Galván

l Adviento nos presenta a Juan Bautista como un modelo en nuestra relación con Jesús. El evangelista Mateo presenta a Juan el Bautista en una relación muy cercana con Jesucristo, no sólo por el parentesco de sangre y por ser contemporáneos (con sólo 6 meses de diferencia en edad), sino por la entrega y disponibilidad para llevar a cabo el plan de Dios. A Mateo le gusta describir la vida y la obra de Juan el Bautista en un paralelismo con la vida y la obra de Jesucristo, nuestro redentor. Su estilo de vida, descrito como muy austero y apegado a las prácticas penitenciales, acercan a Juan al modo de vivir de los esenios, un grupo piadoso de judíos que optan por una vida de oración y penitencia, para acelerar la llegada del Salvador prometido. Su vestimenta y alimentación en el desierto nos hablan de una persona que sabe hacer espacio a Dios en su día a día, una persona que no se deja esclavizar por las ofertas insistentes de la sociedad de consumo. Su cercanía con Jesús no le impide anunciarlo en una actitud de profunda humildad ante el Jesús que vendrá a bautizar “con Espíritu Santo y con fuego”, al grado de considerar que no es digno ni siquiera de desatarle la correa de sus sandalias. La predicación de Juan es simple y directa: “conviértanse, porque el Reino de Dios se nos ha acercado”. La manera de preparar el camino del Señor en nuestra vida es disponer el corazón, quitar los obstáculos, allanar el camino. A cada uno le corresponde este trabajo personal para que el Señor pueda llegar a reinar en el corazón y en la vida de cada uno de nosotros. Otro momento de aplicación también será preparar el camino al Señor para que llegue a nuestra familia, a nuestra comunidad y a nuestros amigos. A los escribas y fariseos que se presentaban entre los judíos arrepentidos que buscaban el bautismo penitencial de Juan, les exhorta a dar frutos de conversión, es decir, a no quedarse sólo con el rito externo del bautismo penitencial, sino a hacer visible en la vida (con hechos. más que con palabras) esa conversión: abandonar las actitudes que nos llevan a la soberbia, a la colocación de sí mismo por encima de los demás, a buscar que los demás nos sirvan… el reinado de Dios en nuestra vida personal y social debe tener expresiones concretas de esa presencia que transforma. El Salvador vendrá con el bieldo a seleccionar el trigo de la paja. El trigo será almacenado en los graneros y la paja destinada al fuego… En este periodo de preparación, ¿somos trigo o paja? Pidamos al Señor el don de la conversión, de la renovación interior para que nuestra vida se abra a su amor y lo comunique a los demás.

Crezcamos en la fe

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ueridas familias Potosinas, vamos entrando en la segunda Semana del Tiempo de Ad-viento y, tras haber comenzado el nuevo Año Litúrgico, deseamos que cada uno de nosotros se encuentre realmente sabedor de la necesidad de renovar la fe. No podemos permanecer paralizados en nuestro seguimiento que vamos haciendo al Señor Jesús. Cada año tratemos de percibir, al menos un pequeño avance en la experiencia de discípulos del Señor. El eje permanente es Cristo, que al paso de los días vamos contemplando y celebrando en diferentes perspectivas, pero es el mismo Misterio Cristológico. Busquemos que siempre sean renovadas estas celebraciones con iniciativa y creatividad. Así, vamos avanzando tratando de que cada año nos sintamos motivados creciendo todos en lucidez de fe, fuerza en la esperanza y ardor en la caridad.

necesariamente puede crecer. Uno de los ejercicios que podemos impulsar en ese entorno, de nuestra familia, es buscar un momento de oración. Sé que ponemos de pretexto que no tenemos tiempo pero, ¿de qué otra manera podemos madurar interiormente?. Familias, hay momentos privilegiados, como cuando ustedes papás, enseñan a sus hijos la Señal de la Cruz, la oración del Padre Nuestro, la oración al Ángel de la Guarda, la oración del Ave María; cómo no aprovechar esa etapa de sus hijos especialmente sensible para la presencia de Dios. Enseñar a sus hijos a dar gracias, a pedir por us-tedes papás. En este tiempo de Adviento podemos buscar un momento de familia y aprovechar para que la oración nos ayude a vivir este tiempo litúrgico por ejemplo: encendiendo las velas de la corona del Adviento y así acentuar nuestra preparación hacia la Navidad.

Tiempo de renovar la fe Entrados ya en esta dinámica de preparación para el Tiempo de Navidad, es necesario que retome-mos ese eje permanente de nuestra fe, que es el Señor Jesucristo. Cómo hace falta que retomemos poner nuestra mirada en Él. Para todos los que pe-regrinamos como Pueblo de Dios, es claro que lo que nos mueve es la confianza que hemos puesto en el Señor Jesucristo, pues Él es nuestro Camino, nuestra Verdad y nuestra Vida. Por ello, queremos reemprender este caminar con esta preparación y esta celebración para contemplar la Encarnación del Hijo de Dios. Necesitamos avivar este encuentro, y esto me hace recordar el “itinerario del discípulo” que nos invitó a seguir el Documento de Aparecida; en el número 343 toma unas palabras de la Encíclica del Papa Benedicto “Deus Caritas Est”: “No se comienza a ser cristiano por una decisión ética o una gran idea, sino por el encuentro con un acontecimiento, con una Persona, que proporciona un nuevo horizonte a la vida y, con ello, una orientación decisiva”. Es claro que, para reactivar la fe, vale la pena este encuentro con la Persona de Jesucristo y dejarnos fascinar por su Palabra, por su Persona, por sus actitudes. Es prepararnos para contemplar la grandeza de Dios en la ternura del “Pequeño de Belen”

Profesar la fe en familia La familia es un bonito espacio, especialmente propicio que ayuda a conocer y acrecentar la fe, ahí aprendemos a vivirla. Les he mencionado este Documento de Aparecida, que tal vez muchos de ustedes leyeron, o por lo menos lo escucharon mencionar en sus parroquias; al hablarles del iti-nerario del discípulo, en ese “encuentro con Jesucristo”, que nos plantea esta dinámica espiritual, por supuesto que está la Sagrada Escritura. La familia es un espacio idóneo para conocer a fondo lo que Dios nos ha manifestado a través de su querido Hijo y eso, lo podemos alcanzar a través de la lectura de la Biblia. Todos tenemos esta valiosísima fuente de nuestra fe en casa: no la tengamos de adorno, desempólvenla, pónganla al centro del hogar y aprovechemos hacer una pequeña lectura. Les recomiendo particularmente los evangelios. Aprovecho para invitar también a la lectura y el estudio del Catecismo de la Iglesia Católica, es un excelente medio para crecer en la fe. A veces pensamos que la etapa de “catequesis” es sólo en la infancia. En realidad, la “catequesis” es el esfuerzo continuo de la Iglesia por enseñar a todos sus fieles a conocer, celebrar y vivir las enseñanzas de Cristo. Les invito a que siempre estemos en ese camino de formación en la fe.

En la familia se motiva la fe Si en la Iglesia, a través del Bautismo, recibimos el don de la fe, es en la familia donde la fe

Se despide y les quiere su amigo, hermano, Obispo y Pastor.

+ Mons. Jesús Carlos Cabrero Romero Arzobispo de San Luis Potosí


04

Nuestra historia

Date un tiempo,

y aprende a esperar Pbro. Lic. Salvador González Vásquez

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o te rindas ante la adversidad, ni te des por vencido antes de tiempo. La vida está hecha de pruebas. Y éstas, son para vencerlas no para evadirlas.

Barrio de San Cristóbal del Montecillo y su Historia

La urbanización del Barrio 4ta. parte Por Pbro. Rubén Pérez Ortíz

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n un mapa de la ciudad de San Luis Potosí fechado en 1864 se aprecia la distribución del barrio del Montecillo. Al centro se hallaba la diversión –la plaza de toros-, la espiritualidad –la iglesia- y hasta el poder –la casa municipal-. Al sur se hallaba la encrucijada de los caminos, como el que iba a Rioverde; al oriente se extendían las huertas de Sandoval, Duque y López Hermosa; al norte, el Montecillo se veía cercado por los caminos que iban al cerro de San Pedro y a Tampico; por lo corriente, estaba la huerta de Alonso y el cementerio; al poniente, sus límites se encontraban con el nuevo paseo público o ex huerta del convento del Carmen –mejor conocida ahora como la a-lameda- y por la Lagunita. La llegada del ferrocarril se dio como parte de la urbanización del barrio, pero también causó su desmembramiento. El 14 de febrero de 1878 el gobierno estatal recibió de la administración federal la concesión de la línea San Luis-Tampico. Para la construcción de esta línea se partiría de la capital del estado y llegaría a un lugar desde donde el río Tamesí era navegable hasta Tampico. Para esta fecha ya se había construi-do un tramo, el cual partía de San Luis, y un ramal a la villa de Soledad de los Ranchos. Los trabajos para la construcción de esta ruta se inauguraron el 5 de mayo de 1878. La concesión se traspasó a la Compañía del Ferrocarril Central Mexicano el 30 de noviembre de 1880, lo que modificó el proyecto potosino original y dio como resultado la línea Aguascalientes-San Luis Potosí-Tampico, concluida en 1890. El 2 de febrero de 1881 se le concedió al gobierno de San Luis nueva concesión para construir otro ferrocarril, el cual debía partir de esta ciudad hacia Aguascalientes, pero no llegó a emprenderse porque el 29 de marzo se traspasó el contrato a la citada Compañía del Ferrocarril Central Mexicano. El 23 de febrero de 1888 llego a San Luis Potosí la primea locomotora procedente de la ciudad de México. Días después el transito ferroviario se abrió de manera provisional para los trenes de carga. Y

el 29 de septiembre salió de San Luis rumbo al norte el primer tren ordinario de pasajeros, que corría entre Laredo y Saltillo y entre San Miguel de Allende y San Luis Potosí. El 1º de noviembre, el presidente Porfirio Díaz inauguró de forma oficial la línea México-Laredo. Al año siguiente, en 1889, la Compañía Cons-tructora Mexicana obtuvo la concesión para tender una línea ferroviaria que uniera la ciudad de Zacatecas con la capital potosina. Tres años después se inició la construcción de los prime-ros tramos de la línea que pretendía unir a la capital de Guanajuato con la de San Luis Potosí; y en 1901 se iniciaron las obras para el tendido de la vía entre San Bartolo y Rioverde, línea que se enlazó con la que ya funcionaba entre Tampico y la capital de Aguascalientes, vía la ciudad de San Luis Potosí. Debido a la importancia que tenía el ferrocarril para la comunicación y transporte de mercancías, el gobierno estatal y aun los particulares favorecieron a las dos compañías ferroviarias que participaron en el tendido de vías; entre las oportunidades que se les dieron a las compañías se hallaban no solo préstamos y derogación de impuestos, sino que se les concedieron los terrenos necesarios y accesibles para la construcción de las estaciones. Entre las calles que se pedía se clausuraran estaban las del Roble, de las Casas, la 6ª. Y 7ª. de la Alameda, y la de la Alfalfa. Esta solicitud presentó dificultades, como lo eran los caños de las aguas sucias que salían por la calle de las Casas, para lo cual la Compañía ofreció uno por el camino a Rioverde –hoy avenida Universidad-. Hubo respuesta inmediata por parte del representante de la Compañía del Ferrocarril Central, Tomás del Hoyo, según el cual para que el fe-rrocarril por mí representado pueda arreglar con el Nacional Mexicano el cruzamiento de ambas líneas al llegar a esta capital, por un solo puesto, se hace indispensable que el primero ceda gratuitamente al segundo la parte de terrenos que en ese plano se ve quedar al oriente de la vía angosta y que esta necesita para la construcción de sus talleres.

No digas que ya has vivido, porque aún te queda camino por andar. Y si tienes vida, es porque hay proyecto. Por eso, no te derrumbes ante el fracaso; hay que entender, que los éxitos no llegan apresuradamente. Lo grandioso, ocupa tiempo. Sería bueno preguntarnos: ¿En qué, o en quién gastamos nuestro tiempo? Porque aquello a lo que le damos tiempo, también le estamos dando importancia. Y no todo es importante. En esta vida, hay algo que es imprescindible, y se llama: ESPERANZA. Porque sin ésta, la vida es imposible. Por eso, hay que darse tiempo para esperar. Y eso, es lo más importante. Lo valioso, solo se logra con el paso del tiempo; si todo lo queremos al instante, entonces qué nos queda ya por esperar. Porque si acaba la esperanza, también termina la vida. Hay que abrir los ojos, para ver más allá de nuestra realidad. Porque ésta, no se agota en el presente. Si cuentas con un mañana, tu presente será mejor. Porque la espera en lo que ha de venir, hace que el presente se vea más claro. Así como te ocupas de muchos quehaceres, también date un tiempo para esperar. Es decir, no quieras hacer todo en el instante. Hay cosas, que por ser valiosas, solo van a llegar con el paso del tiempo. Por tanto, detente un poco para que aprendas a esperar; ya que lo mejor, llegará cuando menos lo esperes.


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Cosas y Casos de la vida

Diciembre me gustó pa’ que te vayas Por: P. Kino

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egún estadísticas, noticias, y chismes de lavadero o de face, el mes de diciembre es para muchos el mes de más nostalgia. Es cuando vienen las depresiones. Y lo que debería de ser un tiempo de gracia, se convierte para algunos en un tiempo de desgracia. Las canciones de navidad son melancólicas, por ejemplo: diciembre me gustó pa’ que te vayas… la madre que llora porque está el hijo lejos del hogar en el tiempo de navidad… frío, oscuridad, sin regalos, vaya que el clima esta “gacho” para que nazca Jesús. Pero para nosotros los creyentes, diciembre es un tiempo de alegría, porque el Verbo se hizo hombre y habitó entre nosotros. Porque la Virgen de Guadalupe se quedó en nuestra tierra mexicana y nos distinguió entre muchas naciones. Porque diciembre es tiempo de abrazos, de acercamiento al prójimo, y si de lo meramente material hablamos, es también aguinaldo, vacaciones, alegría de posadas. Cristo nos invita a mirar al prójimo como un hijo de Dios también. Practiquemos la caridad con el más necesitado. Lo que le hagamos al otro se lo hacemos a Jesús. Así que no se me “achicopalen”, alegrémonos con la navidad, y que el adviento sea un tiempo de preparación para recibir a Jesucristo. Así como hay canciones navideñas depresivas, también tenemos canciones que animan y nos invita a alegrarnos como, “feliz navidad, feliz navidad, feliz navidad próspero año y felicidad”. Para concluir, una duda que todavía no he podido resolver a pesar de tantas horas de reflexión profunda, de retiros y ejercicios espirituales, de lecturas en libros de distintos idiomas, y a pesar de todo, aún sigo sin entender, ¿por qué Rodolfo el reno tenía roja la nariz? Mis reflexiones van desde ¿Tal vez un catarro?, ¿se golpeó? ¿Se lo descontaron en una manifestación pacífica?... seguiré reflexio-nando sobre este tema.

La Virgen de Guadalupe

Por: Pbro. Lic. Héctor Colunga Rodríguez

colunga46561@hotmail.com

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ara los católicos mexicanos nos llena de alegría la fiesta de la Virgen de Guadalupe. En las iglesias y las calles se nota el colorido y el fervor de un acontecimiento religioso histórico único en el mundo: La imagen de la Virgen en un humilde ayate. La Virgen María en su advocación de Guadalupe, luce majestuosa en la Basílica de la Villa de Guadalupe, como Reina y Señora. La tilma de San Juan Diego, en la cual se quedó plasmada la Santísima Virgen María, está hecha de fibra de maguey; tiene 488 años de existencia; al inicio de la devoción fue expuesta a las inclemencias del tiempo y hasta un bombazo en la época cristera y no le pasó nada. Lo espectacular de esto, es que la duración normal de esta tela es de veinte años. Mide 195 centímetros de largo por 105 de ancho con una sutura en medio que va de arriba abajo. Ante los ataques del enemigo, no hay mejor apoyo y refugio que María Santísima. Por eso quiero que en este pequeño mensaje pensemos en Ella, en la Llena de Gracia para que no libre de todos los peligros y nos lleve a su Hijo Jesús. Todos de una forma o de otra hemos experimentado su gran amor y cariño. Además, ¿no estamos bajo su sombra? María siempre ha estado presente en el corazón, y en el camino de fe del pueblo de Dios y particularmente en el pueblo de México. La Iglesia camina en el tiempo, y Ella nos precede en un nuevo itinerario de esperanza y caridad, por eso la sentimos cercana a nosotros. Estamos en su regazo. En el caminar por los senderos difíciles y obscuros de la vida María avanza con nosotros y no nos deja solos. Ella es nuestra Madre; Jesús nos la entregó en su suplicio, cuando le dijo al discípulo Juan: “He aquí a tu madre” (Jn. 19, 27); además, a Juan Diego se le declara como Nuestra Piadosa Madre. Desde el costado herido de Jesús brota la Iglesia y al tener María a su hijo muerto en sus brazos se convierte en la madre que recibe y acoge a todos los hombres para amarlos por igual, como lo hizo su hijo. Y ante la incertidumbre de la Cruz, María no pierde la esperanza de la Resurrección y en Pentecostés se recibe la fuerza del Espíritu Santo que santifica y ofrece sus dones, para convertir a María en fuente de la verdadera alegría en el Espíritu. No por nada la Guadalupana le pide a Juan Diego que se le edifique un templo “para mostrar en él y dar todo mi amor”. La Madre de Jesús continuamente nos confirma en la fe, en la vocación y en la misión. Con su ejemplo de humildad y de disponibilidad a la voluntad de Dios nos ayuda a traducir nuestra fe en un anuncio del Evangelio alegre y sin fronteras. La Virgen de Guadalupe es la Estrella de la Evangelización; a partir del acontecimiento guadalupano se extendió la fe católica por todo el continente. Consagrémosle a Ella nuestra vida, nuestros trabajos y alegrías; nuestras enfermedades y dolores; pidámosle que nos dé paz, justicia y prosperidad que tanta falta nos hace. ¡Que viva la Virgen de Guadalupe!


Cantad al Señor

Construir, Cultivar, Conquistar Por: Pbro. Memo Gil

El amor cristiano, medio eficaz para cambiar los corazones Las partes cantadas de la Misa I P. José Abdías Martínez Martínez

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abemos que la Misa, como toda celebración o acto de culto, exige del canto y que en éste participe toda la asamblea -ministros y fieles- activamente, ya que juntos celebramos el gran misterio de la Pascua del Señor. Pero llegan a nosotros algunos interrogantes: ¿qué debemos cantar en Misa?, ¿en qué momento cantar?, ¿cómo estamos cantando?, ¿cantamos realmente lo que debemos cantar? No se trata solamente de ocuparnos de los cantos que seleccionamos, sino también de cantar algunas partes de la Misa que exigen en primer grado el canto. Cabría preguntarnos también si ¿es más importante hacer un canto al momento de la comunión que cantar el salmo? La Iglesia nos da algunas pautas que, quienes somos ministros o animadores del canto litúrgico, debemos no solo conocer, sino también aceptar y adoptar. A continuación enunciamos los criterios más específicos que hemos de considerar como una guía para poder así ofrecer un mejor servicio: Las partes cantadas de la Celebración eucarística las podemos dividir en dos grupos: • Las que corresponde a los ministros en diálogo con la asamblea. • Las que canta toda la asamblea. Las que corresponde a los ministros en diálogo con la asamblea: Según la instrucción Musicam Sacram, el primer grado de participación en la liturgia consiste fundamentalmente en las aclamaciones y diálogos del presidente con la asamblea. Resulta extraña y empobrecedora una celebración solemne en la que hay abundancia de cantos de toda la asamblea pero en la que el presidente no canta nada. Así nos lo recuerda la Sagrada Congregación de Ritos: “En la elección de las partes que se deben cantar, se comenzará por aquellas que por naturaleza son de mayor importancia; en primer lugar, por aquellas que deben cantar el sa-cerdote o los ministros con respuesta del pueblo; o el sacerdote junto con el pueblo.” (MS 7). Las partes que corresponde a los ministros son: • El saludo inicial • El prefacio • La plegaria eucarística • Las oraciones presidenciales: o Oración Colecta o Oración sobre las ofrendas o Oración después de la comunión • Saludo de despedida

“Su Padre sabe lo que ustedes necesitan antes de que se lo pidan”. (Mt 6,8)

“Que todos sean uno como Tú, Padre, en mí y yo en Ti”. (Jn 17,21)

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a clave para hacer creíble nuestro testimonio cristiano es amar como Cristo nos enseñó. Aquí reside la capacidad de lograr ver a los otros como destinatarios de éste amor. Y sólo, al hacer realidad ésa experiencia de saber amar por encima de todo, lograremos transformar nuestras relaciones. Haciendo de éste mundo un lugar más humano y a-mable para vivir. Cuando el corazón humano se cierra lleno de odio, y sólo se guía por sentimientos destructivos. Sólo desde el amor se le puede transformar, haciéndolo pasar por una experiencia de recuperación interior. Pues normalmente una verdadera experiencia de amor, lleva también a una profunda experiencia de perdón. Por eso, cuando Jesús habla de amar a nuestros enemigos, nos está invitando para que lle-guemos a perdonarles, a no tenerles en cuenta el mal que podrían habernos hecho, y así podamos amarles. Pues ante nuestra respuesta de amor, será muy difícil que persistan en el origen de la enemistad hacia nosotros. Esto puede llevar tiempo y será incluso una experiencia que deba estarse renovando siempre. Pero habrá la satisfacción, muy dentro de nosotros, de no haber dado pie a que el odio siguiera

envenenando el corazón de los otros. Y a pesar del daño que eso hubiera generado, se logra superar gracias al amor que todo lo puede, creando lazos de comprensión y fraternidad. Un amor así, cristiano y plenamente evangélico, ayuda a hacer nuevas todas las cosas. Y puede, por lo mismo, renovar y cambiar los corazones. Por eso hay quien afirma que el único y mayor pecado es la falta de amor. Y esto lo comprobamos claramente, cuando las personas van viviendo una vida frustrada, sin sentido, en donde todo les pesa y aún las relaciones se les van volviendo imposibles de sobrellevar. Ya que no hay nada que ayude a valorar la vida desde otra perspectiva, y únicamente se va viendo lo ne-gativo que hay alrededor. Faltando el amor, no se sabe a ciencia cierta para qué existimos, y lo que es peor, se puede llegar a pensar que no vale la pena nada de lo que nos propongamos vivir. Pero sin duda que quien sabe cuánto el amor le puede ayudar a vivir plenamente y a mejorar en todo. Se deja tocar por él y permite que su corazón tenga nuevos ímpetus. Y además, desea que ésta misma experiencia sea vivida por los demás, pues así se favorecerá el poderse relacionar mejor con todos.

El Santo de hoy

San Juan Diego, el vidente de la Virgen de Guadalupe

9 de diciembre

“¡Amado Juan Diego, ‘el águila que habla’! Enséñanos el camino que lleva a la Virgen Morena del Tepeyac, para que ella nos reciba en lo íntimo de su corazón”, dijo San Juan Pablo II en la canoni-zación de San Juan Diego, el vidente de la Virgen de Guadalupe. San Juan Diego nació en 1474 en Cuauhtitlán, entonces reino de Texcoco, perteneciente a la etnia de los chichimecas, y hoy territorio mexicano. Su nombre era Cuauhtlatoatzin, que en su lengua materna significaba “Águila que habla” o “El que habla con un águila”. Siendo adulto y padre de familia, se sintió atraído por la doctrina de los sacerdotes franciscanos que llegaron a México en 1524 y recibió el bautismo con su esposa María Lucía. Los dos se casaron cristianamente, pero tiempo después falleció su esposa. El 9 de diciembre de 1531 se le apareció, en el cerro del Tepeyac, la Virgen María, quien se presentó como “la perfecta siempre Virgen Santa María, Madre del verdadero Dios”. La Virgen le encomendó que en su nombre le pidiese al Obispo Capitalino, el franciscano Fray Juan de Zumárraga, la construcción de una Iglesia en el lugar de la aparición. El Obispo no aceptó la idea y la Virgen le pidió que insistiera. Al día siguiente, Juan Diego volvió a encontrar al Prelado, quien lo examinó en la doctrina cristiana y le pidió pruebas objetivas del prodigio. El martes 12 de diciembre, la Virgen se le presentó y lo consoló, invitándolo a subir a la cima de la colina del Tepeyac para que recogiera flores y se las trajera. A pesar de la estación invernal y la aridez del lugar, San Juan Diego encontró flores muy hermosas y la colocó en su “tilma”. La Virgen luego le mandó

que se las presentara al Obispo. Estando frente al Prelado, el Santo abrió su “tilma” y dejó caer las flores. En el tejido apareció la imagen de la Virgen de Guadalupe, que desde ese momento se convirtió en el corazón espiritual de la Iglesia en México y en una de las mayores devociones marianas que permanece con fuerza hasta nuestros días. San Juan Diego, con el permiso del Obispo, pasó a vivir en una pobre casa junto al templo de la “Señora del Cielo”. Limpiaba la capilla y acogía a los peregrinos que visitaban el lugar, donde hoy se eleva un gran templo. El laico San Juan Diego partió a la Casa del Padre en 1548 y gozó de tanta estima que sus contemporáneos solían decir: “Que Dios te haga como Juan Diego”. Fue beatificado por San Juan Pablo II en 1990 y canonizado por el Papa peregrino en el 2002.


07 Por Luis Marino Moreno Flores

Camilo un sanador herido

Consuelo Santamaría PPC, 2019

L

a imagen del sanador herido (que cada vez se emplea más en la li-teratura médica, psicológica y espiritual) sirve para po-ner en evidencia el proceso interior al que son llamados todos cuantos prestan ayuda a quien atraviesa un momento difícil en la vida, marcado por el sufrimiento físico, psíquico o espiritual. Significa, pues, el reconocimiento, la aceptación y la integración de las propias heridas, de la propia vulnerabilidad y condición de finitud. Camilo es sanador herido, algo que se muestra ampliamente en estas páginas: sin padres desde joven, herido en la pierna, no admitido como franciscano, con enfermedades variadas, resistencias a su pasión por humanizar el cuidado de los enfermos, dificultades económicas, tiempos recios para calmar los síntomas del final de la vida… Camilo vive las heridas. Y pedirá el privilegio de llevar la cruz roja, una cruz desarmada que apunta a la debilidad. “Camilo, experto en vulnerabilidad –dice en el prólogo Juan Carlos Bermejo–, se hace experto en la liturgia del encuentro y del servicio como obra de arte, expresión no solo del deber, sino también de la belleza y del gusto por cuidar”. Con este libro, Consuelo Santamaría no busca una biografía o una investigación histórica, sino que regala una mirada de mujer apasionada por Camilo, por un Camilo frágil y novedoso. “Simplemente aspiro a hacer una reflexión sobre el sentido de las crisis humanas como medio para convertirlas en oportunidades desde la persona de San Camilo, quien, a pesar de nacer en el siglo XVI, sus crisis y heridas son las del siglo XXI”.

C

onsuelo Santamaría es Doctora en Filosofía y Ciencias de la Educación. Máster en Counselling, y Máster en Humanización de la intervención social. Postgrado en Duelo. Ha formado parte de diferentes Equipos de Orientación Educativa y Psicope-dagógica de la Comunidad de Madrid. Es profesora del Centro de Humanización de la Salud de Madrid y voluntaria en el Centro de Escucha.

Iglesia Universal ROMA.- El Papa Francisco presidirá hoy 8 de diciembre, Solemnidad de la Inmaculada Concepción, el tradicional homenaje a la Inmaculada ante el monumento mariano situado en la Plaza Mignanelli de Roma, frente a la embajada de España ante la Santa Sede. En el homenaje, en el que participará la ciudadanía de Roma, se realizará una ofrenda floral. Los primeros serán los bomberos, que colocarán una corona floral en el brazo de la Virgen, en recuerdo de los 220 bomberos que el 8 de diciembre de 1857 inauguraron el monumento. CIUDAD DEL VATICANO.- La mañana del dos de diciembre, el Papa Francisco se ha dirigido a una delegación de jóvenes emprendedores procedentes de Francia, y a quienes ha hecho un llamado “para garantizar a todos la posibilidad de ganarse la vida dignamente”. El Papa evidenció las dificultades que cualquier compromiso con la justicia social se enfrenta en la actualidad: “Soy consciente de que no es fácil en la vida cotidiana conciliar las exigencias de la fe y de la doctrina social de la Iglesia con las necesidades y los límites impuestos por las leyes del mercado y de la globalización”; al mismo tiempo consideró que estas dificultades son un momento “para un auténtico e insustituible testimonio cristiano”. CIUDAD DEL VATICANO.- El Papa Francisco hizo un llamado a despertar “del sueño de la indiferencia, de la vanidad” que lleva a abandonar al débil. Así lo expresó en su comentario previo al rezo del Ángelus este domingo 1 de diciembre, primer domingo de Adviento, en el Palacio Apostólico del Vaticano. “El sueño del cual debemos despertarnos está constituido por la indiferencia, la vanidad, la incapacidad de instaurar relaciones genuinamente humanas, de hacerse cargo del hermano que está solo, abandonado o enfermo”, dijo el Papa. GRECCIO, IT.- El Papa Francisco firmó la Carta Apostólica Admirabile signum sobre el significado y el valor del pesebre en la que pide que la práctica de poner el pesebre en Navidad “nunca se debilite” y que “allí donde hubiera caído en desuso, sea descubierta de nuevo y revitalizada”. El Pontífice firmó esta Carta Apostólica este domingo 1 de diciembre, primer domingo de Adviento, en el Santuario Franciscano de Greccio, Italia, donde San Francisco de Asís inició la tradición del pesebre en la Navidad de 1223. FRANCIA.- En el sitio interactivo Veilleespourlavie.org (Vigilias por la Vida), se constata una realidad bien interesante: En este Adviento, en Francia, tendrán lugar más de 200 vigilias en defensa de la Vida Humana. «Defender la vida no es una cuestión de sensibilidad política, es la misión de la Iglesia» expresa Éric Angier de Lohéac, creador en Francia de Vigilias por la Vida. Este movi-miento está siendo reconocido como asociación de fieles laicos. SAN JOSÉ, COSTA RICA.- Sadie Morgan, Presidenta de Médicos por la Vida en Costa Rica, señaló que el apoyo público de los diputados a la marcha «A la Vida digo Sí», es una acción valiente, que muestra que solo con autoridades que defiendan la vida desde su inicio a su fin natural, se podrá «generar leyes tendientes a mejorar y respetar la vida humana». 30 diputados de Costa Rica colgaron pancartas en sus curules para mostrar su apoyo a la marcha provida «A la Vida digo Sí», que tuvo lugar el 1 de diciembre.

Iglesia de México MÉXICO.- La Dimensión Episcopal para los Laicos, de la Conferencia del Episcopado Mexicano, llevó a cabo la Consagración a Cristo Rey, de más de 10 mil laicos mexicanos, el pasado 23 de noviembre en el Parque Guanajuato Bicentenario en Silao Guanajuato. Todo esto, en el marco de la celebración del día del Laico que, como acuerdo de la CIII Asamblea Plenaria de la Conferencia Episcopal Mexicana (CEM) donde además se votó por unanimidad la propuesta de declarar al beato Anacleto como patrono de los laicos resolvieron establecer en el tercer fin de semana de noviembre, en la fiesta de Cristo Rey del Universo, el día de los laicos.

Iglesia Potosina SAN LUIS POTOSÍ.- Todo listo para la “Fiesta Guadalupana” este 12 de diciembre. Como cada año, esta fecha incrementa la expresión de fe que los mexicanos expresamos a la Morenita del Tepeyac. Los jóvenes seminaristas acompañan a los obreros en las fabricas para su celebración, en las colonias y los barrios abundan los altares a la Virgen y en los templos, de manera muy especial, en el Santuario de Nuestra Señora de Gudalupe, las peregrinaciones, ya sea de familias o grupos, son una expresión viva de fe a la veneración de la Santísima Virgen de Guadalupe. Felicidades Virgen María, en esta Advocación Guadalupana.


08

La escuela de la austeridad

Por Pbro. Darío Martín Torres Sánchez

“Yo Soy Conchita Armida”

Parte XXXVIII

Llama de amor viva Apenas tomó posesión de su sede, el señor Montes de Oca movió sus influencias para que el Padre General de la Compañía de Jesús y el Provincial de México aceptaran la dirección de su seminario. Así, por segunda vez, llegaban los jesuitas a San Luis Potosí en noviembre de 1885. La primera vez fue en 1623 cuando vinieron a construir y dirigir el Colegio de San Ignacio que formó a la juventud potosina durante 143 años, hasta que Carlos III los expulsó en1767. Contiguo al colegio, construyeron también el templo de la Compañía de Jesús y la Capilla de Loreto, que fue la mejor de todas las que tuvieron en México.

1 En aquel tiempo se presentó Juan el Bautista, proclamando en el desierto de Judea: 2 «Conviértanse, porque el Reino de los Cielos está cerca». 3 A él se refería el profeta Isaías cuando dijo: “Una voz grita en el desierto: Preparen el camino del Señor, allanen sus senderos”. 4 Juan tenía una túnica de pelos de camello y un cinturón de cuero, y se alimentaba con langostas y miel silvestre. 5 La gente de Jerusalén, de toda la Judea y de toda la región del Jordán iba a su encuentro, 6 y se hacía bautizar por él en las aguas del Jordán, confesando sus pecados. 7 Al ver que muchos fariseos y saduceos se acercaban a recibir su bautismo, Juan les dijo: «Raza de víboras, ¿quién les enseñó a escapar de la ira de Dios que se acerca? 8 Produzcan el fruto de una sincera conversión, 9 y no se contenten con decir: «Tenemos por padre a Abraham». Porque yo les digo que de estas piedras Dios puede hacer surgir hijos de Abraham. 10 El hacha ya está puesta a la raíz de los árboles: el árbol que no produce buen fruto será cortado y arrojado al fuego. 11 Yo los bautizo con agua para que se conviertan; pero aquel que viene detrás de mí es más poderoso que yo, y yo ni siquiera soy digno de quitarle las sandalias. El los bautizará en el Espíritu Santo y en el fuego. 12 Tiene en su mano la horquilla y limpiará su era: recogerá su trigo en el granero y quemará la paja en un fuego inextinguible» (Mt 3,1-12).

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l tiempo de Adviento hace destacar las características que definen el perfil y la misión de una fuerte figura bíblica que aparece en los cuatro evangelios: Juan el Bautista. Históricamente fue el precursor, el que preparó el ministerio de Jesús. La historia en los evangelios es constante al relacionarlo con el desierto. Probablemente vinculado en algún momento a los esenios. Es un profeta que adopta un estilo que contrasta con la vida común de los demás. El desierto parece ser su hábitat, ahí se da el silencio para la escucha, es el lugar de la purificación del espíritu, es un lugar que implica luchar para sobrevivir. Es el encuentro con lo esencial. Así, el desierto es la propuesta bíblica para preparar la recepción del Mesías. No hay Juan sin desierto, no hay preparación mesiánica sin esa experiencia. Los evangelios rara vez mencionan algo “trivial”, de tal manera que al mencionar la indumentaria y la dieta del bautista, no están perdiendo el tiempo en algo secundario sino que destacan algo que apunta a una realidad profunda. Se relaciona con el desapego, a

fin de que haya espacio para el más importante. No es el vestido ni el comer lo que realmente le da plenitud a la persona, sino la vida interior, el revestirse de las obras de justicia y rectitud. De esa manera será importante alimentar menos el cuerpo para alimentar más el espíritu. Dos elementos sirven para describir su vestido y su dieta. No hay una lista interminable, como la de quien hoy en día va de compras al supermercado. Poco le basta a quien se ha puesto en camino de preparación para recibir a Jesús. Su mensaje es, en realidad, el mismo de Jesús: Conviértanse, porque el Reino de los Cielos está cerca. Esto destaca la unión entre ellos y la humilde subor-dinación de Juan Bautista a Jesús. Finalmente, lo más importante no estará en el comer y en el vestir, sino en un verdadero cambio de mentalidad. Pues el “convertirse” del mensaje evangélico no apunta a un cambio de rutinas prácticas, sino a un cambio de pensamiento, el cual implica renovar la mentalidad a partir de la Palabra de Dios, a fin de adoptar verda-deramente la manera de pensar de Dios.

Con tan excelentes formadores y maestros, mexicanos unos, españoles e italianos otros, muy pronto el seminario potosino se convirtió en un emporio de ciencia, disciplina y buen espíritu al que venían alumnos de diversas partes del país. Recuerdo muy bien aquel 15 de enero de 1893, me fui resuelta al templo de la Compañía en busca del padre Alberto Cuzcó y Mir, jesuita catalán, que estaba recién llegado a San Luis Potosí con el cargo de ministro y profesor del seminario. -Padre, vengo a pedirle que se haga cargo de mi alma, estoy tan necesitada de un director espiritual. El padre me oyó con cortesía y políticamente condescendió a mis súplica. Yo vi el horizonte abierto. Pero el padre me probó mucho tiempo, no me hacía caso, me humillaba de varias maneras, parecía que me confesaba a fuerzas y que en el fondo no quería dirigirme. Como yo estaba estancada, detenida en el camino de la vida espiritual por falta de correspondencia a la gracia y porque mis confesores me alababan en lugar de urgirme, decidí continuar con el padre Mir.

Texto tomado del libro “Yo Soy Conchita Armida” por Mons. Antonio Peñalosa


Encuentro Diocesano de Coordinadores de Monaguillos

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l pasado 23 de noviembre, la Dimensión de Pastoral Vocacional, realizó el “Encuentro Diocesano de Coordinadores de Monaguillos”. La cita fue en el Santuario de Guadalupe en punto de las 10:00hrs., se dió inicio con la presentación de los recién ordenados Presbíteros Luis Guillermo Isais Agoitia y José Luis Rangel Pérez, como los encargados de la Pastoral Vocacional. Durante el encuentro se dieron los temas de formación relacionados con el apostolado de la vocacional y pastoral de protección. El Pbro. Luis Guillermo dirigió un mensaje a los coordinadores, resaltando que cada monaguillo es la semilla de una futura vocación dentro de nuestra diócesis. Durante el encuentro, se contó con la presencia de aproximadamente 60 coordinadores de monaguillos. En el encuentro hubo momentos de oración, animación y dinámicas amenizando por el Ministerio de Música Católica Maranatha.

Si un ser humano no está seguro en el vientre de su madre, ningún hombre está seguro en ningún lugar

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l pasado miércoles 27 de noviembre se llevó a cabo en el congreso del estado de S.L.P. la conferencia “El derecho a la vida, un valor humano universal”, impartida por la Doc. Chinda Concepción Brandolino; dicha ponencia se realizó dentro del marco de presión ejercido por ciertos grupos y diputados de San Luis para despenalizar el aborto y hacerlo legal aquí en el estado. La conferencia estuvo enfocada en dar a conocer lo que es realmente el aborto y todas las consecuencias terribles que implicaría su legalización, no solo para la mujer que se realiza el aborto o para la sociedad que tendría que pagarlo, sino especialmente el terrible desenlace que le espera al niño por nacer, el cual a través de la práctica abortiva, terminaría muerto de la peor forma. El objetivo de esta ponencia fue el de generar conciencia en los diputados que son los que tienen la responsabilidad de legislar y de proteger la vida desde su concepción hasta la muerte natural, y de rechazar la legalización de cualquier práctica que atente contra la vida de los más inocentes; pero sobre todo crear conciencia en toda la población para que la vida sea defendida. “Yo solo tengo un miedo en el universo, que es el miedo a Dios nuestro Señor, a no haber dicho la verdad… y la verdad es que el aborto es un crimen… y si un ser humano no está seguro en el vientre de su madre, ningún hombre estará seguro en ningún lugar”. Chinda Brandolino

Por: Pbro. Lic. José Antonio Martínez Ortiz




¡Pónganse en camino!

La Inmaculada Misionología Concepción de la Virgen María Celebrando al Señor

Discípulos misioneros

Por: José de Jesús Cabrera Zárate La dimensión de misiones Arquidiócesis de San Luis Potosí

Misionología: Es la disciplina teológica que estudia el participar de la Iglesia en la misión de Dios.

8 de diciembre

P. Pedro Mexquitic Arredondo

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l vivir y estudiar la liturgia nos ha habituado a considerarla en refe-rencia la obra de la salvación, la implicación de las tres dimensiones del tiempo que son la estructura del vivir el misterio: el pasado, el presente, el futuro. La cuarta dimensión de un pen-samiento religioso y en el caso específico del cristiano es puntual y se manifiesta en algunas celebraciones en las que se hace memoria de Santa María, particularmente en las celebraciones de la “Toda Santa”, el 8 de diciembre. En sí la solemnidad de la Inma-culada involucra a los celebrantes en el misterio “en el principio” Dios (Gen 1,1), en el misterio de la “pre-existencia del Verbo”, en el Misterio del “Señor Jesús, nacido del Padre antes de todos los siglos, generado no creado”. En la “pree-xistencia del Verbo” el Padre en la “previsión de la muerte” del Verbo hecho carne ha querido la Madre del Hijo inmaculada desde su concepción. En la Redemptoris Mater San Juan Pablo II, como eco legítimo de Ineffabilis Deus (Carta Apostólica del Papa Pío IX con la cuál declara el dogma de la Inmaculada Concepción) aplica a María los pasajes bíblicos de la Sabiduría encarnada, y eco de la Constitución dogmática Lumen Gentium, 61, afirma: “En el misterio de Cristo la Santísima Virgen, predestinada, junto con la Encarnación del Verbo, desde toda la eternidad, para Madre de Dios”, como aquella que el Padre ha elegido como madre de su Hijo en la encarnación – y junto al Padre la ha elegido el Hijo confiándola eternamente al Espíritu de Santidad. María se une de manera muy especial y excepcional a Cristo e igualmente es amada en este Hijo eternamente amado, en este Hijo consustancial al Padre, en el cual se concentra toda “gloria de la gracia”. La celebración de la Toda Santa nos obliga a poner a Dios en su “en el principio” y por eso mismo consigue que el pasado, el presente y el cumplimiento futuro son el resultado de una libertad y no de una necesidad. Por siempre amados,

sabemos de dónde venimos, sin violar el misterio propio del Eterno; sabemos de dónde venimos sin ya más confiarnos a la nada o al no sentido. Sabemos de dónde venimos, no solo porqué el Verbo ha estado generado antes de los siglos, sino porqué la creatura ha sido amada en María antes de los siglos con aquélla libertad y con aquél amor eterno que en ella se revela “como posibilidad de no pecar” más bien que “imposibilidad de pecar”. Desde la eternidad en Dios hay espacio para el hombre/mujer, ninguno es anónimo, en él la alteridad pensada y amada es posibilidad de amor. Desde la eternidad el Padre se relaciona en el Verbo con la Toda Santa y establece lazos de alianza que en el Fiat (Sí) del anuncio, en libertad absoluta, encontraran sello y respuesta. He aquí que todo apunta al futuro no casual; Dios es horizonte, es fin. Celebrar la Panaghia (La Toda Santa) como se le invoca a María en la Iglesia oriental, es escuchar con novedad de posibilidad la voz del profeta: “Yo anunció desde el principio lo que vine después… Yo digo: “Mis planes se realizarán y todos mis deseos llevaré a cabo” (Is 46, 10).

Misión: Trabajo, función o encargo que una persona debe cumplir… Mt. 28,19 Hech 2,24 Alegrémonos y realicemos nuestra misión: ”Pónganse en camino; “Yo los envió como corderos en medio de lobos” Lc 10,6 El Misionero: tiene especialmente la tarea de la evangelización y la promoción. Va realizando la misión en espacios muy definidos y dependiendo de las circunstancias. - La Misión es el acto principal y central de la reve-lación de Dios Trinidad. - El objeto de la Teología es la misión como mo-vimiento que procede de Dios y va dirigida a los hombres para volver a los hombres a Dios. - El mandato misionero: “Vayan” implica una salida, un éxodo de nosotros mismos, de nuestras comodidades y seguridades… implica una acción Ad extra, que viene de Dios y a la que hemos de responder. - La “obediencia” al mandato misionero expresa ese amor eterno que quiere comunicarse a toda la humanidad. - La misión es parte de la identidad cristiana, es una vivencia que reclama un estilo de vida, que se traduce en disponibilidad a los planes de Dios. - La fuente de la misión no es directamente socio-lógica, sino “Teológica” en el sentido más profundo esta parte está en Dios Amor. - Por eso a partir del amor de Dios, creemos que Jesús vino a traer la salvación integral “para toda la humanidad” (RM 11). Se centra en estos cuatro ejes: 1.- Eje cristológico: La teología de la Cruz y del misterio pascual. No se trata de un pesimismo sino de realismo de la esperanza cristiana. 2.- Eje antropológico: La atención al hombre, a su historia, a su cultura. Surge de la necesidad de la “inculturación” que tenga presente los valores verdaderamente humanos, especialmente la dignidad de la persona humana. 3.- Eje dialogal: El diálogo con las religiones no cristianas y los no creyentes. 4.- Eje diaconal: La misión al servicio de los pobres, oprimidos y marginados. Esto es, pues la opción prefe-rencial. • La misión es una tarea que incumbe a toda la Iglesia. • Es la misión que realizó Jesús y que encomendó a su Iglesia es una exigencia de la caridad divina. La fuente de la misión es Dios Amor: “Dios amó tanto al mundo que le dio a su Hijo único, para que todo el que crea en Él no perezca, sino que tenga vida eterna” (Jn 3,16) por eso la experiencia del Amor de Dios comporta “llevar la luz de Dios al mundo”… (DCe 39).


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Domingo 08 de diciembre de 2019

El arrepentimiento

Por: Juan Jesús Priego

Así se titula uno de los relatos más bellos de Guy de Maupassant (1850-1893), el famoso escritor francés. ¡Dios mío, qué relato más triste es éste! Cuenta la historia de un hombre ya bastante entrado en años que un día se pone a pensar en lo que habría sido su vida si…., si... Pero dejemos que sea el mismo Maupassant quien nos refiera los pormenores del caso: “El señor Saval acaba de levantarse. Llueve. Es un día triste de otoño; las hojas caen… El señor Saval no está alegre. Va de la chimenea a la ventana y de la ventana a la chimenea. En la vida hay días sombríos. Para él, ahora, ya sólo habrá días sombríos: ¡cumple sesenta y dos años! Está solo, solterón, sin nadie a su alrede-dor”. Pobre señor Saval. ¡Qué solo está! Pero hoy, durante esta mañana oscura, piensa que no lo estaría tanto, que no lo estaría de ninguna manera, si hubiese sido en otro tiempo más valiente y se hubiera atrevido, por ejemplo, a decir sin miedo ciertas cosas…¡Ah, maldita timidez la suya! De haber sido un poco más osado, muy distinta sería ahora su vida, y las gotas de lluvia que se estrellaban contra el cristal de su ventana no tendrían el poder de ponerlo tan deprimido. “¡Si, al menos, hubiera tenido una vida pletórica! Si hubiese hecho algo… Pero no, nada. No había hecho nada, nunca había hecho nada, salvo levantarse, comer a las mismas horas y acostarse. Y así había llegado a la edad de sesenta y dos años. Ni siquiera se había casado, como los demás hombres. ¿Por qué? Sí, ¿por qué no se había casado?”. Tales eran las preguntas el señor Saval se hacía a sí mismo, pero no daba con la respuesta. De pronto, el tiempo se le había ido y ya no era joven, sino uno de esos hombres de los que se dice que están ya “en edad avanzada”. ¡La tercera edad! ¿Por qué no regresar a la primera o, ya por lo menos, a la segunda? ¡Ser joven otra vez! Pero, por desgracia, no hay naves que nos devuelvan al pasado, ni pastillas que al ser ingeridas nos devuelvan mágicamente los años perdidos. Sin embargo, sí que había una respuesta a estas preguntas que el señor Saval se hacía, y era ésta: por negligencia. ¿Por qué no se había casado? Por pereza. Es claro que si hubiera buscado una mujer con la que pasar el resto de sus días la habría encontrado; pero para eso hubiera sido necesario moverse, hacer gestiones, por decirlo así, buscar la ocasión, o ya por lo menos aprovechar la oportunidad; mas eso habría significado demasiado esfuerzo para él, de modo que nunca lo hizo. “Ni siquiera había sido amado –dice de él Guy de Maupassant-. Ninguna mujer había dormido sobre su pecho, completamente abandonada al amor. No conocía la deliciosa angustia de la espera, el divino temblor de oprimir unas manos…”. A sus sesenta y dos años de edad, el señor Saval se preguntaba qué sentían los seres que eran locamente amados. ¿Qué sienten, por ejemplo, los que son perseguidos continuamente por un bello par de ojos? ¿Qué se siente ser espiado por una mirada atenta y tierna? ¡Ah, la dicha de ser buscados! El señor Saval nunca conoció esta alegría indescriptible: perteneció siempre a la raza de aquellos que a nadie interesan. Pero, ¿amó por lo menos? Sí, ahora lo recordaba: en otro tiempo había amado a una mujer. ¡Y cómo

le hubiera gustado casarse con ella! ¿Por qué no lo hizo? Porque no: simplemente por eso. Un día, él y ella emprendieron juntos una breve excursión por los campos vecinos y allí… He aquí cómo sucedieron las cosas: “Habían salido por la mañana, con las provisiones. Era un día despejado de primavera, uno de esos días que embriagan… Comieron en el campo, bajo los sauces, muy cerca del agua adormilada por el sol. El aire, impregnado de olor a savia, era tibio; lo aspiraban con deleite”. Y entonces… Entonces su amiga se puso de pie y le hizo esta pregunta inesperada e indiscreta: “¿Le gusto?”. Pero en aquel momento el señor Saval no supo de qué iba la cosa y no respondió nada. La mujer volvió a la carga: “¡Qué tonto! ¡Al menos se contesta!”. Pero el señor Saval siguió callado por no saber qué decir. Y allí acabó aquello. Regresaron a París, ella se casó poco después y él se olvidó durante años de aquel episodio que hoy, inexplicablemente, recordaba con toda precisión. “¿Era posible? ¿Era posible que no lo hubiera advertido, que no lo hubiera adivinado? ¡Oh, si sus sospechas eran ciertas, había pasado al lado de la felicidad sin atraparla!”. Treinta, cuarenta años después, el señor Saval reaccionaba. El suyo era un caso de reflejos bastante retardados… ¡Si hubiera, en aquel remoto entonces, comprendido la pregunta! De pronto, se le ocurrió una idea: ir a la casa de su antigua amor, de su único amor, para preguntarle si… ¿Qué iba a preguntarle exactamente? No lo sabía, pero de todas formas, bajo la lluvia, echó a correr a casa de ella, llamó a la puerta y… “Ahí estaba ella; ahora era una mujer gruesa, ancha y redonda, de cara llena y risa sonora”. -“¿Qué le ocurre, amigo mío? ¿Está usted enfermo? -“No, amiga, no –respondió Saval-. Pero quisiera preguntarle algo muy importante para mí y que me tortura el corazón… Yo la he querido a usted desde el día en que la conocí. ¿Lo había usted notado? -“¡Qué tonto! –respondió la mujer-. ¡Lo noté desde el primer día! -“En tal caso –tartamudeó Saval-… En tal caso, ¿qué pensaba usted? ¿Qué hubiera usted contestado si yo…? -“¿Yo? Usted no me peguntó nada. ¡No era a mí a quien correspondía declararse!”. Entonces comprendió Saval que también él había sido amado sin saberlo; que, de haberse atrevido a decir una palabra, su vida sería muy distinta a como era; que todo en la vida depende de un poco decisión y otro poco de valentía; que… ¿Pero para qué seguir atormentándose a sí mismo? De todas formas, era ya muy tarde para decir lo que en su tiempo no dijo. Por desgracia.

L

es saluda su servidor y hermano Padre Rolando Maldonado, director de esta comisión deseando que la bendición de Dios llegue a todos los lectores de este semanario. Al inicio del adviento y en el marco de los 40 años de Cáritas nos alegra y llena de esperanza saber que nuestro Señor Jesucristo se ha hecho hombre para enseñarnos a amar y servir al prójimo, tarea que tenemos cada uno de los que creemos en él y de todos aquellos que están comprometidos con quien necesita ser escuchado y promovido desde su dignidad de persona. La comisión de la pastoral social tiene como principal tarea velar por la justicia, la verdad, la libertad, la solidaridad, la subsidiariedad, la caridad, el bien común, etc. Principios y valores que Jesucristo nos invita a vivir desde su evangelio y que les hace el encargo de vivirlos y difundirlos en diferentes ciudades, en primer lugar a sus apóstoles cuando instituye la Iglesia y así a través de los años a quienes seguimos siendo parte de ésta; hoy cuando nuestro contexto social, político y eclesial está sufriendo una reestructuración a causa del cambio de época en nuestra historia necesitamos retomar el valor de la persona y elevarla a su dignidad de hijos de Dios. La pastoral social desde sus ocho dimensiones (salud, movilidad humana, Cáritas, Fe y compromiso social, pueblos originarios y afromexicanos, cuidado integral de la creación, penitenciaria y del trabajo) tiene la gran oportunidad de velar por los derechos humanos y hacer posible que a cada persona se le haga valer por lo que es apoyándonos con otros organismos e instituciones que muy decididamente también se dedican a esta labor. Agradezco todo el apoyo que se da desde las parroquias para seguir haciendo esta labor tanto en la campaña de la caridad, como en la campaña de recaudación de fondos momentos claves para fortalecer la parte económica, recurso básico en esta tarea. Hoy nuestra Iglesia de San Luis Potosí nos ha dado la oportunidad de reflexionar sobre esta comisión a lo largo de dos años y principalmente en las asambleas diocesanas de agentes de pastoral logrando crear un compromiso más fuerte e identificándonos con el prójimo que sufre y que nos necesita a ejemplo del Buen Samaritano.


(Cuadragésima Octava Parte)

José Ricardo García López Investigador en retiro de la Facultad de Derecho de la UASLP. Escritura número 24. Sepan cuantos esta carta vieren como yo Pedro de Ávila, vecino que soy de la ciudad de Nuestra Señora de los Çacatecas otorgo y (sic) estante en este pueblo de San Luis de la Nueva otorgo e conozco por esta carta y digo que por cuanto yo tengo tratado de casarme con María Cid, hija de Hernán González y María Cid su mujer, vecinos que son, del Valle de Taltenango y yo de presente tengo ocupación y no puedo ir a celebrar el dicho casamiento y me desposar y para que lo susodicho tenga efecto, digo que doy e otorgo todo mi poder cumplido e bastante cual de derecho en tal caso se requiere a Pedro Benito que está presente especialmente par que por mí representando mi persona, habiendo precedido las informaciones de cómo somos solteros e libres e fechas las amonestaciones que el derecho manda, se pueda desposar e despose por mí con la dicha María Cid hija de los dichos Hernán Gonzáles e María Cid, su mujer e me pueda otorgar e otorgue por su marido y esposo//por palabras de presente// según que lo manda la Santa Madre Iglesia, lo cual quiero que me ligue, y dese luego por esta carta me entregue por su marido y esposo, lo cual pueda celebrar y celebre y me despose (sic) se despose por mano del vicario del dicho Valle o de otro sacerdote que para ello tenga facultad que para lo haber por bueno y lo cumplir, otorgo mi persona e bienes habidos e por haber e doy poder a las justicias de Su Majestad de cualesquier partes para que a ello me apremien como por sentencia definitiva pasada en cosa juzgada. Sobre lo cual renuncio todas las leyes de mi defensa y la general del derecho. En fe de lo cual otorgué esta carta ante el presente escribano y testigos de iuso escritos en cuyo registro lo firmé. Que es fecho en San Luis de Mexquitique de la Nueva España a tres días del mes de febrero de mil e quinientos e noventa y tres años. E yo el Escribano doy fe que conozco a el otorgante y testigos: Diego Muñoz y Fray Antonio de Chavez y Alonso Hernández estantes en este pueblo. Pedro de Ávila (rúbrica) Ante Mi. Pedro Venegas (rúbrica) Escribano real. Escritura númereo 25. Sepan cuantos esta carta vieren como yo Juan Romero, estante en este pueblo de San Luis de Mesquitique, otorgo e conozco por esta carta que de mi grado y buena voluntad vendo e doy en venta para agora e para siempre jamás Pedro López Agna(?) que estáis presentes para vos e para vuestros herederos e sucesores e para quien vos y ellos quisiéredes e hubiere título de vos, conviene a saber: todas las minas y partes de mina que tengo e poseo así por registros como por donaciones y en otra cualesquier manera y otras minas que tengo en compañía de Vicente Raposo que son en el Cerro del Potosí con los ingenios y asientos y casas de vivienda que estoy labrando y las mulas y caballos todo lo demás a ella anejo y perteneciente con todas las herramientas y pertrechos que hoy están en la dicha Hacienda. Todo lo cual vos vendo por libre de hipoteca y de otro enajenamiento alguno porque no le tiene y por precio y cuantía de quinientos pesos de oro sesión voluntad sobre que renuncio la evicción y leyes de la pecunia y del entrego prueba e paga de él como en ellas se contiene y confieso y declaro que todo lo que así vos vendo no vale más, pero si más vale e valer puede, de la tal demasía e más valor quier sea en poca o mucha cantidad, voshago gracia y donación inrrevocable (sic) de las que el derecho llama fechas entre vivos, cerca de lo cual renuncio la ley deel Ordenamiento fechl en Cortes de Alcalá de Henares que habla en razón de las cosas que se compran o venden en más o menos de la mitad del justo y derecho precio y desde hoy día que esta carta es fecha para siempre me aparto y a mis herederos de la tenencia y posesión y propiedad y señorío que tengo a la dicha hacienda, minas y mulas, ingenios y todo lo demás contenido en esta carta de venta, y todo ello lo cedo e renuncio e traspaso en vos el dicho Juan López Agna para que sea vuestro y de vuestros herederos e sucesores y para quien vos y ellos quisiéredes y vos lo podáis vender, dar, donar, trocar e cambiar y hacer y disponer deeello como de cosa vuestra habida e comprada con vuestros propios dineros y adquirida con justo título de compra como ésta lo es. Evos doy poder e facultad para que por vuestra autoridad o judicialmente podáis tomar la posesión de todo ello, y en el ínter que no la tomáis, me constituyo por vuestro inquilino y en esta manera la tengo e poseo y no en otra y como real vendedor me obligo a la evicción y saneamiento de la dicha Hacienda y lo demás en ella contenido y lo a ella anejo y lo a ella concerniente que vos será cierta y segura y que a ella ni a parte de ella saldrá embargo ni impedimento alguno, y si alguno saliere o quisiere salir, luego que por vos sea requerido, saldré a la causa y la seguiré y feneceré a mi costa hasta vos dejar con la dicha hacienda en paz para siempre, si no vos la pudiere sanar, vos la volveré e restituiré los dichos pesos de oro que por ella me habéis dado más con todas las costas y gastos, mejoramientos que en ella hubiéredes fecho aunque no sean voluntarios, si necesarios sino voluntarios páralo cual, ansí (sic) cumplir e pagar e haber por firme. Obligo mi persona e bienes muebles e raíces, habidos e por haber e doy poder a las justicias de Su Majestad de cualesquier partes, fuero e jurisdicción que sean a donde me someto e renuncio mi propio fuero, domicilio e vecindad e la Ley si cinvenerit de iurisdictione ómnium iudicum para que las dichas justicias me apremien a la paga de lo que dicho es como si fuere pr sentencia definitiva de juez competente pasada en cosa juzgada sobre lo cual renuncio todas e cualesquier leyes, fueros e derechos de mi favor y la general del derecho. En fe de lo cual otorgué esta carta ante el presente escribano y testigos de iuso escritos, en cuyo registro lo firmé, que es fecha en San Luis a cinco días del mes de febrero de mil e quinientos e noventa y tres años. E yo el escribano doy fe que conozco a el otorgante y testigos: Tomás Conte y Mateo Gutiérrez y Bartolomé Moreno, estantes en este pueblo. Juan Romero (rúbrica). Ante Mí: Pedro Venegas (rúbrica), Escribano real.

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as apariciones de la Santísima Virgen María son un tema que llama la atención por igual a cre-yentes y no creyentes. Esto se debe, en parte, a la importancia que María ha tenido y sigue teniendo en el mundo. Hace unos años la revista National Geographic, de carácter totalmente secular, dedicó un número especial a “La Virgen María, la mujer más pode-rosa del mundo”. Los santuarios que se han edificado en los lugares donde han sucedido las apariciones, como el Tepeyac, Lourdes y Fátima, para citar sólo los más famosos, son destino de millones de visitantes, creyentes y no creyentes, que acuden a ellos en busca de salud, consuelo, guía... o simple curiosidad. Es innumerable la lista de milagros que se dicen acaecidos en esos sitios por intercesión de la Madre de Dios. No obstante, poco se habla, y quizás también poco se piense, acerca de los mensajes que la Madonna ha dejado en cada una de las visitas que ha hecho alrededor del mundo. En cierto modo, la refle-xión sobre los mensajes marianos debería ser incluso más importante que el asunto de los milagros, pues ¿no fueron los mensajes la primera razón de las apariciones? Analizando el contenido de los mensajes, así como las circuns-tancias de las apariciones, se puede percibir, por un lado, cierto común denominador y, por otro, algunas diferencias que dan personalidad propia a cada visita de María a la humanidad. El primer punto común es que, según parece, las apariciones han tenido siempre testigos católicos. Si bien hay datos de apariciones de ángeles o del mismo Señor Jesús a fieles cristianos no católicos, eventos que raramente han trascendido fuera del ámbito privado o local, María siempre parece haber elegido a fieles católicos para comunicarles sus mensajes. ¿Tiene que ver eso con la mayor fuerza que la devoción mariana tiene en el catolicismo, comparada con la que existe en otras religiones cristianas? ¿O es que únicamente quien tiene un cariño tan grande como el que sienten los católicos por la Madre de Jesús es capaz de experimentar su presencia? Otro aspecto de las apariciones que destaca por ser común a todas ellas es que los videntes son siempre personas de las cuales nadie esperaría algo especial. Niños, pastorcillos, campesinos sin mucha escuela, conforman la mayoría en la lista de videntes. “Escalerilla de tablas” se describió Juan Diego a sí mismo. En cuanto a las diferencias perceptibles entre las apariciones está, por una lado, la geografía. Francia se lleva la tajada del león por el número de visitas marianas. Hay muchas naciones a las que nunca les ha tocado la suerte de ser visitadas por María. La indumentaria de la Señora varía de aparición a aparición. Su ropa va desde los sencillos -y no por eso menos deslumbrantes- atuendos portados en Fátima y Lourdes, pasando por el vestido más llamativo que María usó para aparecerse en La Salette, y el adornado y brillante ropaje que presumió en el Tepeyac. Respecto al contenido de los mensajes, hay algo que separa el del Tepeyac de todos los demás. Las palabras de la Virgen a

Bernadette Soubirous en Lourdes, durante la octava aparición, fueron: “¡Penitencia! ¡Penitencia! ¡Penitencia! ¡Ruega a Dios por los pecadores! ¡Besa la tierra en penitencia por los pecadores!”. En Fátima los pastorinhos reciben advertencias del peligro que corre la humanidad por la guerra y los pecados, y algunas recomendaciones / órdenes: “Rezad el Rosario todos los días para alcanzar la paz del mundo y el fin de la guerra”; “Rezad, rezad mucho y haced sacrificios por los pecadores, porque muchas almas van al infierno por no tener quién se sacri-fique y rece por ellas”. En La Salette, la Virgen, llorando, les advierte a los videntes, Maximine y Melanie, que ya no puede sostener más la mano pesada de su Hijo, ofendido por los pecados: “La gente no observa el Día del Señor, continúan trabajando sin parar los Domingos... [los hombres] van a la iglesia para burlarse de la religión... toman el Nombre de Dios en vano. La desobediencia y el pasar por alto los mandamientos de Dios son las cosas que hacen que la mano de mi Hijo sea más pesada”. Se trata de mensajes de advertencia hacia la humanidad pecadora, alejada de Dios, enredada en guerras motivadas por la ambición de poder. Dios ha dejado de ser un referente en la vida de gran parte de la humanidad y esas tragedias son el resultado de ello. Hay necesidad de retomar la oración, el Rosario sobre todo, para ablandar el corazón ofendido de Cristo y salvar a la humanidad de sus propios desatinos. La Siempre Virgen María -“la Madre del verdadero Dios por quien se vive”, palabras con las que Ella se presentó a Juan Diego- entrega a éste un mensaje bastante distinto. El Nican Mopohua, el libro donde se describe el diálogo entre la doncella cuya perfección aventajaba toda ponderación -según la describe Juan Diego- y éste mismo, nos detalla el núcleo del mensaje mariano en el Tepeyac: “Mucho quiero, mucho deseo que aquí me levanten mi casita sagrada en donde lo mostraré (a su Hijo, el Creador de las personas, el Dueño de la tierra), lo ensalzaré al ponerlo de manifiesto: lo daré a las gentes en todo mi amor personal, en mi mirada compasiva, en mi auxilio, en mi salvación: porque yo en verdad soy vuestra madre compasiva, tuya y de todos los hombres que en esta tierra estáis”. En ningún momento aparecen las palabras “pecado”, “penitencia” u “oración”. Ella desea que se le construya allí su casita porque en ella “les escucharé su llanto, su tristeza; para remediar, para curar todas sus diferentes penas, sus miserias, sus dolores”. Obviamente, esto no quiere decir que haya habido un cambio de estrategias en el Cielo. ¿Seria entonces que las necesidades humanas de auxilio mariano habían cambiado del siglo XVI a los siglos XIX y XX? ¿A nuestro siglo XXI? Difícil saberlo. El pecado ha existido desde Adán; la soberbia humana ha sido una constante de la historia, del mismo modo que ha sido constante e inmutable la misericordia divina. El amor de María y su Hijo por nosotros ahí están, siempre a nuestro alcance, pero también está a nuestros ojos la verdad de nuestro pecado, de nuestra necesidad de reco- nocernos pecadores y de orar para pedir misericordia. Ambos mensajes se complementan.

Protocolo de Instrumentos Publicos año de 1592 del escribano real Pedro Venegas

En la festividad de la Virgen de Guadalupe: Coincidencias y diferencias de las apariciones marianas Por: Javier Algara


Pastoral de la familia

El creyó que yo lo hacía por utilidad Escrito por: María Teresa de Guadalupe Perea Parrales Miembro de la Dimensión de Familia y Vida

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n querido amigo, creyó en aquel momento que mis intenciones eran totalmente utilitarias, con alegría cómplice, le expresé: “así es, al enemigo se le tiene cerca”, en fin, fuimos interrumpidos por las tareas laborales del momento. Hoy lo comparto porque quiero con ello enfatizar, el encuentro, que Papa Francisco nos ejemplifica abundantemente, sabe lo que es estar en los procesos del “enemigo”, tenerlo cercano, para amarlo como a uno mismo y no utilizarlo, es pues la forma del encuentro para reconocer en él, un interior que es sólo de su ser y que le hace persona capaz de mejorar, sus actos o sus intenciones. Es un ser humano creado por Dios, cuya vida inició desde que fue concebido y Dios vio que era bueno, tanto que tatuó su nombre en su mano. Así dice una canción, pues así lo dice la escritura, queda de tarea al lector, buscar la cita. Hoy extraviamos este significado, cada ser humano creado dentro del vientre de su mamá, es un ser que posee interior, lo hace expresar en su cuerpo, no es un objeto, cuyo ser interior es independiente de su cuerpo, convirtiéndolo en una masa de músculos, aparatos y órganos funcionales, o sencillamente como un montón de células y todo dispuesto a placer y voluntad, para doblar o modificar, de manera utilitaria. Siempre visualizar a la persona con un ser interior propio expresando en su cuerpo, en modo exclusivo e irrepetible, nos permite unificarle y entonces proclamar su ser persona. Este SER interior da vida, configura en varón o mujer, provee capacidad de expresar sus sentimientos internos en pensamientos y voces que gestan palabras de aquello que recibe de los sentidos externos. ¡Sorprende! Mucho, la capacidad que hemos alcanzado, al darle solo utilidad a una persona: la mantene-mos cerca, para que pueda darme la comodidad a la que aspiro; le vendo

para que sea usada como objeto, que puede dar placer a placer; que puede trabajar sin parar; que pueda ser engañada y hacerle vivir en ese engaño; que abusando de su ignorancia le hacemos creer que será beneficiada en muchos aspectos; que podemos dañar física, psicológicamente o en distintas formas tan impunemente como sea posible; que podemos quitarle sus bienes creyendo que lo merecemos porque los posee por montón; que podemos hacerle ingerir cualquier tipo de sustancia para eliminar vida o para mermar sus capacidades en beneficio propio; en fin. Permitirnos todo esto ha llevado a despersonificar a mis semejantes, evitando el amor que le podemos o-frecer y alejando con este testimonio a aquellos se descubren como objetos usados por nuestra obsecada actitud.

Mi semejante es más bien, el que fue enviado a la tierra, para ser compañía, para vivir en comunidad por un bien común, que posee derechos y es porque se le ha respetado el primero por el que existen todos, el derecho a vivir; es mi semejante al que he de amar como a mí mismo y lo es porque yo puedo aportarle algo más que le hará ser mejor de lo que ya es. Es capaz de recibir lo que yo le entrego, y yo le he de recibir lo que me ofrece, esto, esto queridos lectores es amar. San Juan Pablo II lo ha dejado en un legado maravilloso que se ha nombrado Teología del Cuerpo. Con nuestro ser y hacer, hablamos de Dios y lo damos en testimonio desde nuestro interior hacia los demás por nuestro cuerpo, somos nuestro cuerpo y con el decimos a nuestros semejantes, Dios es tu creador y dador de vida, escuchemos suvoz y amemos como Él nos ha amado. De esta forma no se verá que es de utilidad y así usado como objeto. La gracia de Dios nos cubra y alcancemos a mirar, con esta verdadera definición de amor, ya que es reflejo del mismo Amor Hermoso, que se nos ha dado en la Cruz.

Pastoral penitenciaria

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Proceso evangelizador en la cárcel

“El sembrador va llorando cuando esparce la semilla, pero vuelve cantando cuando trae las gavillas” Salmo126

P. Rafael Hdz. Díaz

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n la pastoral penitenciaria se debe hacer el esfuerzo de seguir un proceso de evangelización evitando acciones ocasionales y paralelas sin ninguna meta ni objetivo común. En el proceso de formación de los discípulos misioneros en la cárcel, destacamos cinco aspectos fundamentales que aparecen de diversa manera en cada etapa del camino pero que se compenetran íntimamente y se alimentan entre sí. 1. El encuentro con Jesucristo. Quienes serán sus discípulos ya lo buscan de alguna manera en las prisiones (Jn 1, 38) pero es el Señor quien los llama: “Sígueme” (Mc 1, 14; Mt 9,9). Se ha de descubrir el sentido más hondo de la búsqueda, y se ha propiciar el encuentro con Cristo que da origen a la iniciación cristiana Este encuentro debe renovarse constantemente por el testimonio personal, el anuncio del Kerygma y la acción misionera de la comunidad interna. El Kerygma no es sólo una etapa, sino el hilo conductor de un proceso que culmina en la madurez del discípulo de Jesucristo. Sin el Kerygma, los demás aspectos de este proceso están condenados a la esterilidad, sin corazones verdaderamente convertidos al Señor. Sólo desde el Kerygma se da la posibilidad de una iniciación cristiana verdadera. Por eso, la Iglesia ha de te-nerlo presente en todas sus acciones. 2. La conversión. Es la respuesta inicial de quien ha escuchado al Señor con admiración, cree en Él por la acción del Espíritu, se decide a ser su amigo e ir tras Él, cambiando su forma de pensar y de vivir, aceptando la cruz de Cristo, consciente de que morir al pecado es alcanzar la vida. En el Bautismo y en el sacramento de la Reconciliación, se actualiza para nosotros la redención de Cristo. 3. El discipulado. La persona madura constantemente en el conocimiento, amor y seguimiento de Jesús maestro, profundiza en el misterio de su persona, de su ejemplo y de su doctrina. Para este paso, es de fundamental importancia la catequesis permanente y la vida sacramental, que fortalece la conversión inicial y permite que los discípulos misioneros en las cárceles puedan perseverar en la vida cristiana y en la misión en medio del mundo interno penitencial que los desafía. 4. La comunión. No puede haber vida cristiana sino en comunión con sus familias, custodios, directores, un verdadero reto es el espíritu de comunión; como los primeros cristianos, que se reunían en comunidad, el discípulo participa en la vida de la Iglesia y en el encuentro con los hermanos, viviendo el amor de Cristo en la vida fraterna solidaria. También es acompañado y estimulado por la comunidad, de sus familias, parroquias, pastoral social, movi-mientos, asociaciones, etc., y sus pastores para madurar en la vida del Espíritu de comunión y por lo tanto de un proceso verdadero para una re-inserción social. 5. La misión. El interno, a medida que conoce y ama a su Señor, experimenta la necesidad de compartir con otros su alegría de ser enviado, de ir a anunciar a Jesucristo muerto y resucitado, a hacer realidad el amor y el servicio en la persona de los más necesitados, en una palabra, a construir el Reino de Dios.


El Bautismo de Jesús

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Sucedió que cuando todo el pueblo estaba bautizándose, bautizado también Jesús y puesto en oración, se abrió el cielo, y bajó sobre él el Espíritu Santo en forma corporal, como una paloma; y vino una voz del cielo: “Tú eres mi hijo; yo hoy te he engendrado” (Lc 3, 21-22).

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ecíamos antes, que a Juan Bautista lo seguían enormes multitudes; Lucas asegura que todo el pueblo estaba siendo bautizado por él, no unos cuantos, sino todos, la totalidad del pueblo. Esto manifiesta otra vez la gran popularidad del Bautista.

justicia divina; Jesús, en cambio, no necesita arrepentirse de absolutamente nada; él es quien viene a purificar, a enseñar el camino de la verdadera paz, pureza y justicia; y acude con sencillez a recibir un bautismo, contándose como uno de tantos, como lo dice San Pablo, en la carta a los filipenses (cf, 2, 6-11); esto es sencillez; el Espíritu en forma de paloma también es seña de la sencillez de Jesús, pero sobre todo, de que el actuar divino se da en lo sencillo, en la pobreza; el mismo Jesús inaugurará su ministerio profético, como veremos muy pronto, bendiciendo a los pobres, a los que viven con sencillez.

Y en esto llega Jesús a ser bautizado por este insigne profeta, por el precursor, por quien le venía preparando el camino desde hacía tiempo. Cuando Jesús fue bautizado se puso a hacer oración en ese mismo lugar en donde recibiera el bautismo. Esto nos deja ver que el hijo de Dios, nuestro señor Jesucristo, es una persona orante, que está continuamente en diálogo con el Padre celestial.

Y Lucas dice que este espíritu bajó sobre Jesús en forma sensible como de una paloma. No solo se vio al Espíritu divino, sino que bajó sobre Jesús. Y San Juan, en su evangelio dirá no solo que bajó sobre Jesús el Espíritu Santo, sino que se posó sobre él (cf. Jn 1, 32-33).

¿Qué oraba Jesús? ¿Con qué palabras se dirigía al Padre Todopoderoso? Seguramente le daba las gracias porque en ese mismo momento estaba iniciando una obra grandísima, la de mostrar a los hijos de Israel que la salvación estaba llegando; tal vez solo se encomendaba al soberano poder del Padre para esta obra que estaba por iniciar: su ministerio profético. Tal vez elevaba alabanzas a su Padre de las alturas. Quizás en aquel momento él estaba lleno de profunda alegría porque por fin se acercaba la hora de volver al Padre. Él se daba cuenta de que este era un momento de gloria y estaba feliz. Y justo cuando Jesús hacía oración al Altísimo, ocurre algo totalmente sorprendente: se abrió el cielo, bajó el Espíritu Santo en forma de paloma, y se escuchó una voz de lo alto que reconocía públicamente a Jesús como su hijo. Meditemos en estos signos sensibles que ocurren cuando Jesús es bautizado. El cielo se abrió. Es difícil interpretar esta expresión, puesto que para la lengua griega, en que fue escrito este evangelio, la palabra cielo se refiere, lo mismo al firmamento que a las alturas; es decir, al cielo, en sentido llano y al cielo, entendido como el paraíso. Nos preguntamos entonces, ¿qué es lo que se abrió? ¿Solamente el cielo, entendido como el firmamento, el espacio? O bien, ¿se abrieron los cielos en el sentido de la gloria? Pensemos, imaginemos que el espacio infinito se abre como una cortina, que descubre algo más que esta bóveda natural del universo, pero que, al abrirse, deja ver que este cielo que está sobre nosotros no es tan infinito como parece, sino que hay algo más infinito que esto; imaginemos que millones de ángeles se asoman a ver al hijo de Dios que recién fue bautizado y que en él resplandece todo lo que es Dios. Lo correcto, aunque inimaginable, es considerar que el cielo que se abrió fue precisamente el cielo del que habla Jesús cuando se refiere a lo que llamamos: la gloria eterna; aquel cielo que él menciona en la oración que enseñó a sus discípulos, diciendo: padre nuestro que estás en el cielo. De hecho no puede pensarse en otra cosa que en el paraíso celestial, en la gloria, en lo que llamamos: las Alturas; pero el hecho de que los cielos se hayan abierto es algo absolutamente inenarrable. Solo lo podemos entender de manera simbólica; pero, dichosos aquellos que pudieron ver, por un momento esta maravilla. El Espíritu Santo bajó por esa apertura, por esa ventana del cielo que se abrió. Quiso manifestarse bajo

El hecho de que el Espíritu Santo haya bajado sobre Jesús indica precisamente aquello que Isaías anunciaba en la antigüedad, esto es, que el Espíritu baja para ungir: “el Espíritu del Señor está sobre mí, porque me ha ungido…” (Is 61, 1) y que el mismo Jesús lee en la sinagoga de Nazaret y atribuye este texto a sí mismo, precisamente porque él se sabe ungido por el Espíritu que ha bajado sobre él (Lc 4, 18-21).

la forma de una paloma. El evangelio de San Lucas dice literalmente que bajó con la “forma corporal” de una paloma. El Espíritu de Dios no es visible, es igual al Padre, a quien nadie ha visto; es como el Hijo de Dios, antes de encarnarse, no puede verse; sin embargo, Lucas indica que aquello que bajó del Cielo tenía una forma física, lo cual significa que esto lo vieron los muchos testigos de aquel bautismo. Esta figura de paloma, con que se hace visible el Espíritu Santo nos lleva a recordar al Espíritu, del que dice el autor del Génesis, que revoloteaba o aleteaba sobre las aguas en el principio (Gn 1, 2), nos hace recordar que Dios es eterno; también nos recuerda que, luego del diluvio, Noé suelta una paloma, la cual pasea sobre las aguas, planea sobre ellas, investigando si hay tierra firme, pero solo encuentra agua; luego vuelve a ser enviada y regresa con una ramilla de olivo, señal de que las aguas han disminuido (Gn 8, 8-12) El bautismo de Jesús también nos lleva a pensar en la ofrenda que se llevaba al templo (Lv 5, 7) como signo de purificación; si admitimos que Jesús, al ser bautizado en el Jordán, viene a santificar las aguas para purificar al hombre de sus pecados, tenemos entonces que el Espíritu que baja en forma de paloma sobre Jesús, representaría el inmenso poder de Dios para dar pureza a todo el género humano. Alguna vez Jesús aconseja a sus discípulos a ser sencillos como las palomas (Mt 10, 16); esta expresión viene muy adecuada al momento que estamos considerando puesto que la mayoría de los que acudían a recibir el bautismo de Juan se acercaban para mostrar arrepentimiento y señales de conversión, de disposición a vivir de acuerdo con la

Finalmente Lucas refiere que, no solo se abre el Cielo maravillosamente, ni solo que el Espíritu de Dios baja sobre Jesús en forma de paloma, además de todo esto, que de por sí es prodigioso, se escucha una voz del cielo acreditando a Jesucristo como su hijo; sabemos que se trata de la voz del Padre celestial. Él le habla directamente a Jesús. El Padre del cielo se goza con su hijo, con aquel que nació antes de todos los siglos de sí mismo. Tú has nacido de mí, le dice el Padre. Este maravilloso texto, si bien se refiere al bautismo de Jesús, también muestra, como ningún otro, que Dios es trino; es cierto que la Trinidad santísima nos la revela Jesucristo, durante su ministerio y en especial a los apóstoles les habla de este Espíritu Santo que descendió sobre él y además promete que lo va a enviar y aconseja que lo esperen. La trinidad está expresada con toda claridad en este texto. No es un invento de la Iglesia católica, es revelación directa de Jesucristo. Dios es solamente uno y al mismo tiempo es trino; uno en la naturaleza o sustancia, trino en las personas; es un misterio incomprensible para nuestra capacidad de raciocinio, pero al mismo tiempo es una verdad indudable. Con este bautismo de Jesús, se iniciará un caminar que culminará en la cruz, pero que continua-rá con la resurrección y la ascensión al cielo de nuestro salvador. Continuará también con la Iglesia, porque el mismo Espíritu que ungió a Jesús es quien unge a la Iglesia, representada en los apóstoles, pero que los apóstoles y la Santa Iglesia continuarán transmitiendo de generación en generación a todos los que confíen en Jesucristo y acepten su bautismo. Estamos marcados por el Padre, y el Hijo y el Espíritu Santo. Pero esa es otra historia.


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Palabra de Dios

Del Santo Evangelio según San Mateo 3,1-12

La pureza de corazón

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n aquel tiempo se presentó Juan el Bautista, proclamando en el desierto de Judea: «Conviértanse, porque el Reino de los Cielos está cerca». A él se refería el profeta Isaías cuando dijo: “Una voz grita en el desierto: Preparen el camino del Señor, allanen sus senderos”. Juan tenía una túnica de pelos de camello y un cinturón de cuero, y se alimentaba con langostas y miel silvestre. La gente de Jerusalén, de toda la Judea y de toda la región del Jordán iba a su encuentro, y se hacía bautizar por él en las aguas del Jordán, confesando sus pecados. Al ver que muchos fariseos y saduceos se acercaban a recibir su bautismo, Juan les dijo: «Raza de víboras, ¿quién les enseñó a escapar de la ira de Dios que se acerca? Produzcan el fruto de una sincera conversión, y no se contenten con decir: «Tenemos por padre a Abraham». Porque yo les digo que de estas piedras Dios puede hacer surgir hijos de Abraham. El hacha ya está puesta a la raíz de los árboles: el árbol que no produce buen fruto será cortado y arrojado al fuego. Yo los bautizo con agua para que se conviertan; pero aquel que viene detrás de mí es más poderoso que yo, y yo ni siquiera soy digno de quitarle las sandalias. El los bautizará en el Espíritu Santo y en el fuego. Tiene en su mano la horquilla y limpiará su era: recogerá su trigo en el granero y quemará la paja en un fuego inextinguible». Palabra del Señor.

Conviértanse, porque ya está cerca el Reino de los Cielos

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ste segundo Domingo de Adviento, nos presenta la sorprendente y sugerente figura de San Juan Bautista: El Hombre que llegó del desierto, que vive austeramente, viste lo necesario, se alimenta de lo indispensable, manifiesta espiritualidad, tiene claridad en su ser y un mensaje muy contundente: “Conviértanse porque el Reino de Dios esta cerca…” La clara presencia del Bautista en nuestro camino de Adviento hacia las fiestas de la Navidad, nos alienta y nos anima para saber esperar, para seguir preparando el Regalo de nuestro festejado, el Bautista con claridad y libertan interior, nos invita a la conversión profunda, a la conversión del corazón. No nos llama solo a cambiar de pose o de look, o de maquillaje, nos invita a revisar el corazón y dar frutos de conversión, de verdadero amor a Dios manifestados en nuestra vida diaria, frutos que sean capaces de convencer y mover el corazón de los que están a nuestro lado, frutos de sinceridad frente a Dios, frutos que muestren lo bueno y misericordioso que Dios ha sido con nosotros. Hoy la Palabra nos invita a dar frutos de justicia y de Paz, que tanta falta hacen en nuestros corazones, en nuestras familias; frutos que van de la mano ante cualquier realidad, luchemos por ser promotores de la verdadera justicia, seamos portadores de paz y con toda libertad y claridad como el bautista, preparemos el camino al Señor, enderecemos los senderos, para que Él llegue a nuestro corazón. Pbro. José de Jesús Cruz Rodríguez.

Jovanni Hernández Lara

3ro de Filosofía

«Felices los de corazón limpio, porque ellos verán a Dios» (Mt. 5, 8). El Señor Jesús, en el sermón de la montaña les dio a conocer a sus discípulos las bienaventuranzas, es decir, las formas de vida que conducen a la santidad. Precisamente, la pureza de corazón es una de estas bienaventuranzas, es una de estas formas de vivir con autenticidad, y a propósito de la fiesta de la Inmaculada Concepción de María, la que es realmente limpia de corazón, quiero compartirles una reflexión que se hace en la semilla eucarística del mes de noviembre sobre esta bienaventuranza. “Esta bienaventuranza se refiere a quienes tienen un corazón sencillo, puro, sin suciedad, porque un corazón que sabe amar no deja entrar en su vida algo que atente contra ese amor, algo que lo debilite o lo ponga en riesgo. En la Biblia, el corazón son nuestras intenciones verdaderas, lo que realmente buscamos y deseamos, más allá de lo que aparentamos: «El hombre mira las apariencias, pero el Señor mira el corazón» (1 S 16, 7). Él busca hablarnos en el corazón (cf. Os 2, 16). En definitiva, quiere darnos un corazón nuevo (cf. Ez 36, 26).” “Lo que más hay que cuidar es el corazón (cf. Pr 4, 23). Nada manchado por la falsedad tiene un valor real para el Señor. Él «huye de la falsedad, se aleja de los pensamientos vacíos» (Sb 1, 5). El Padre, que «ve en lo secreto» (Mt 6, 6), reconoce lo que no es limpio, es decir, lo que no es sincero, sino solo cascara y apariencia, así como el hijo sabe también «lo que hay dentro de cada hombre» (Jn 2, 25)”. María habiendo conservado limpio su corazón, encontró gracia ante los ojos de Dios, en ella no hubo dobles, porque su corazón estaba en Dios, su tesoro era Dios, nada había en ella que pudiera manchar el amor con que lo amaba, al contrario, ese amor la purificaba aún más. Esta misma pureza le permitió escuchar la voz de Dios y confiar en ella, aceptando la propuesta del plan divino de salvación. “Mantener limpio el corazón de todo lo que mancha el amor, esto es santidad”. Ahora que hemos conocido un poco acerca de la pureza del corazón, no está mal preguntarnos, ¿Dónde tengo puesto mi corazón?, ¿Qué hay en él que mancha el amor con que digo amar a Dios y al prójimo?, Recordemos que Dios no se fija en la apariencia de la persona, sino en el corazón de cada uno, Él conoce cada corazón, Él sabe lo que hay en él y sus intenciones, por eso cuidemos nuestro corazón de toda mancha, de todo aquello que opaca la fe y la confianza en Dios. Procuremos más bien, a ejemplo de María, volver la mirada a Él, admirar y contemplar su rostro santo, descansar la mirada y el alma en Él, pues no hay acto más sanador, más purificador que contemplarlo. Comentarios: ecos_seminarioslp@hotmail.com Facebook: Seminario Mayor SLP Twitter: @slp_seminariogj


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Educando para el amor

Domingo 08 de diciembre de 2019

La persona, abandonada en el misterio “del yo soy” (2ª parte)

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Fil. Rafael Gómez M.

os tan añejos como recientes acontecimientos en contra de las mujeres han levantado cada vez mayores e inéditas manifestaciones que pueden empezar de una manera en Chile y recorrer, de polo a polo, en cosa de horas, manifestaciones similares y distintas que muestran, todas, un hartazgo con rostros femeninos cada vez más airados, cada vez más violentos. En México, muchos de sus rostros encubiertos, esconden la rabia que se manifiesta en lo que sus manos destrozan a su paso y las reacciones no se hacen esperar; mientras unos condenan las formas, otros las aplauden y otros se pierden en erráticas opiniones. La sociedad se pierde en una profunda “ignorancia de la cuestión”. ¿Cómo se puede atender esto que muchos llaman “alerta de género”, si la ideología de género abarca tantos temas que las injusticias sociales en contra de las mujeres han dejado de ser “la cuestión”? ¿Cómo se puede atender la verdadera cuestión si las opiniones sociales se pierden en opinar sobre las formas en que las mujeres protestan? El hombre contra la mujer, la mujer contra el hombre, la mujer contra los gobernantes, la mujer contra las leyes, son parte de la confusión persistente, es decir, “de la ignorancia de la cuestión”. La mujer, como el hombre, es singular ante “el otro”. Este es el fundamento de la propia diferencia frente “al otro”. Es “la persona humana” la que da razón de la unidad profunda del ser singular y de la radical distinción frente a “los demás”. Por esta fundamental e “interpersonal” diferencia, debemos iniciar la comprensión de “la posición de reciprocidad” de la mujer frente al hombre, del hombre frente a la mujer y de ambos frente a los demás. Así, cada uno es singular frente al otro pero, fundamentalmente, porque es singular frente a Dios, el ser Absoluto y Personal, “EL YO SOY” de la Escritura (Ex 3,13-15), de quien he venido hablando y quien les participa de su ser a todos los entes creados; los crea diferentes y la mayor diferencia entre e-llos se da en la persona, es decir, en los entes cuya estructura creada llega a ser persona. El SER PERSONAL y ABSOLUTO infunde en los seres humanos la propia estructura trinitaria de su persona y funda en ellos <la estructura humana de la persona> a la que invita a vivir en la admirable grandeza de su misterio, misterio divino. La crea singular, subsistente y autónoma, y la crea en la nobleza, no solo de su ser, sino, también, de su espíritu, es decir, le participa la espiritualidad por la que ésta se abre al conocer y por la que es capaz de apetecer el bien y de sumergirse en el Bien Infinito. Muchas corrientes filosóficas y muchos científicos, no han logrado penetrar en la idea de la creación y penetrar más allá de los procesos de la materia. Por eso tampoco se hacen capaces de penetrar en la verdad y en la bondad de las cosas creadas y se les hace imposible experimentar “la participación” de la Verdad y de la bondad del “único Ser Bueno” (Mt 19,17), del Bien Infinito. La persona humana es un todo, un ser en plenitud, indivisible, inalienable, es decir, no debe ser posesión de nadie… En su todo y en su plenitud, es al mismo tiempo tan corpórea como espiritual, tan espiritual como corpórea, por lo que su vocación es la unidad en la diferencia, la unidad en la alteridad, es decir, que aun “siendo siempre un yo”, va “siempre al encuentro del otro”, de las otras personas y, de modo radical, del “Tú Infinito”, del Dios Creador a cuya imagen ha sido creado y de quien participa (Gn 1,26). La singularidad de la persona es, pues, un llamado a la comunión y el “mandamiento del amor es la primera norma de la persona”. La estructura de la persona comprende su interioridad en la que se descubren los elementos de la vida espiritual y en la que se reconoce la naturaleza espiritual del alma humana, de la perfección de la persona, que son los valores que se convierten en valores sexuales y que dan lugar al encuentro de amor entre la mujer y el hombre. “La cuestión fundamental” no es, pues, un asunto de gobiernos y de leyes, sino de un regreso a la tendencia sexual, origen del amor entre la persona del hombre y la persona de la mujer, para que ambos regresen, unidos en su singularidad, a ser la obra acabada del amor de su Creador, en cuya relación, Él ha inscrito la lógica de su amor, por lo que la singularidad de sus propias vidas, no puede consistir más que en el darse de uno al otro.

...Lo de Dios a Dios

Laudato ‘si (Parte 6) P. David Grimaldo

CAPÍTULO V. Algunas líneas de orientación y acción Para abordar los problemas de fondo es indispensable un consenso mundial. El mo-vimiento ecológico mundial ha hecho ya un largo recorrido gracias al esfuerzo de muchas organizaciones de la sociedad civil. Sin embargo, por falta de decisión política, las Cumbres mundiales sobre el ambiente no alcanzaron acuerdos ambientales globales realmente significativos y eficaces. El cambio climático. En lo relacionado con el cambio climático, los avances son muy escasos. Algunas estrategias de baja emisión de gases contaminantes buscan la internacionalización de los costos ambientales. De este modo se agrega una nueva injusticia envuelta en el ropaje del cuidado del ambiente. La estrategia de la compraventa de “bonos de carbono” puede dar lugar a una nueva forma de especulación, y no servir para reducir la emisión global de gases contaminantes. Los países pobres necesitan tener como prioridad la erradicación de la miseria y el desarrollo social de sus habitantes. También es cierto que deben desarrollar formas menos contaminantes de producción de energía, pero para ello necesitan contar con la ayuda de los países que han crecido mucho a costa de la contaminación actual del planeta. Por otra parte, hacen falta marcos regulatorios globales que impidan acciones intolerables, como es el hecho de que países poderosos exporten sus residuos e industrias altamente contaminantes a otros países. La protección de las áreas marinas más allá de las fronteras nacionales continúa plan-teando un desafío especial. Inmediatismo y corrupción de la política. Estamos en un escenario de debilitamiento de poder de los Estados nacionales frente a los poderes financieros internacionales. Por ello, es necesaria la maduración de instituciones internacionales con poder sancionador. Las autoridades de estos organismos deberían ser designadas equitativamente entre los gobiernos nacionales. Respondiendo a intereses electorales, los gobiernos no están dispuestos a tomar medidas que puedan afectar al nivel de consumo o pongan en riesgo inversiones extranjeras. La grandeza política se muestra cuando, en momentos difíciles, priman los principios éticos sobre el interés y se actúa buscando el bien común a largo plazo. Mientras el orden mundial elude sus responsabilidades, la instancia local está demostrando que es posible. Por ejemplo, en algunos lugares se están desarrollando cooperativas para la explotación de energías renovables que permiten el autoabastecimiento e incluso la venta de excedentes. Es indispensable la continuidad, porque no se pueden modificar las políticas relacionadas con el cambio climático y la protección del medio ambiente cada vez que cambia un gobierno. Por eso, frente a la corrupción, es necesaria la presión de la población que fuerce una decisión política. La previsión del impacto ambiental de cualquier proyecto requiere procesos políticos transparentes y consensuados. Esta transparencia es lo contrario de la corrupción, que esconde el verdadero impacto ambiental a cambio de favores. Además, la cultura consumista, que da prioridad al corto plazo y al interés privado, contribuye al acortamiento de los trámites o a la falta de transparencia. El estudio del impacto ambiental de cualquier proyecto debería ser siempre previo a su desarrollo. En caso de duda, debería detenerse o modificarse. Esto no implica oponerse a cualquier innovación tecnológica que permita mejorar la calidad de vida de una población. Pero debería quedar claro que la rentabilidad no puede ser el único criterio. El poder financiero. Pensando en el bien común, necesitamos que política y economía actúen unidas a favor de la vida, especialmente la vida humana. La salvación de los bancos a toda costa, haciendo pagar el precio a la población, sin que estas medidas vayan acompañadas de una reforma en profundidad del sistema bancario, muestra el dominio absoluto de las finanzas. Este dominio llevará a nuevas crisis después una larga, dolorosa y solo aparente curación. Hay que insistir en que la protección ambiental no puede asegurarse solo en base al cálculo financiero. Redefinir el progreso. Cuando se plantean estas cuestiones, algunos reaccionan acusando a los demás de pretender detener irracionalmente el progreso y el desarrollo humano. Sin embargo, tenemos que convencernos de que otro modo de producción y desarrollo es posible. La diversificación productiva da amplísimas posibilidades a la inteligencia humana para innovar, proteger el medio ambiente y crear más fuentes de trabajo. De todos modos, hay que pensar también en detener un poco la marcha, en poner algunos límites racionales e incluso en volver atrás antes que sea tarde. Por eso ha llegado la hora de aceptar cierto decrecimiento en algunas partes del mundo de modo que se pueda crecer sanamente en otras partes. Es necesario redefinir el progreso. Los términos medios son sólo una pequeña demora en el derrumbe. El discurso del crecimiento sostenible no es sino marketing. El principio de maximización de la ganancia es una distorsión conceptual de la economía. Mientras unos sólo buscan el rédito económico y otros conservar o acrecentar el poder, el resultado son guerras o acuerdos espurios, mientras preservar el medio ambiente o cuidar de los más débiles se torna irrelevante. Más allá de la ciencia. No se puede sostener que las ciencias empíricas explican completamente la vida, el entramado de todas las criaturas y el conjunto de la realidad. Eso sería sobrepasar indebidamente sus confines metodológicos. Por otra parte, cualquier solución técnica que pretendan aportar las ciencias será impotente para resolver los graves problemas del mundo si la humanidad pierde su rumbo. En todo caso, habrá que interpelar a los creyentes a ser coherentes con su propia fe y a no contradecirla con sus acciones. La mayor parte de los habitantes del planeta se declaran creyentes. Por ello debería haber un diálogo interreligioso en torno al cuidado de la naturaleza y la defensa de los pobres. Es imperioso también un diálogo entre las ciencias mismas. Finalmente es necesario que los propios ecologistas dejen atrás sus diferencias ideológicas.


Domingo 08 de diciembre de 2019



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