Edición 569

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Urgente educar en la paz

Año 12

L

No. 569

Semana del 01 al 07 de marzo de 2020

os obispos de México manifestaron el domingo pasado su solidaridad con las familias de cuatro mujeres asesinadas en las últimas semanas, así como con todas las víctimas de feminicidios en México. Aseguraron que estos crímenes muestran la urgencia de educar en la paz. “El brutal asesinato de la joven Ingrid y de la pequeña Fátima, así como las muertes de una bebé llamada Karol y de Mayte Viridiana Aguilar, son crímenes que por su brutalidad nos han dejado perplejos y nos han llenado de dolor y tristeza. A sus papás, familiares, maestros y compañeros, nuestro consuelo y fortaleza, nuestra cercanía y aliento”, señaló la CEM en un comunicado. Los obispos aseguraron que duele profundamente la violencia contra la mujer. “Todos somos corresponsables para resolver la crisis de humanidad que enfrentamos: la familia, la escuela, los medios de comunicación, las iglesias -entre otros- somos actores sociales que tenemos una

responsabilidad en la misión de forjar una cultura de esperanza y de paz”. En el comunicado, los obispos se comprometen a llevar la atención de los Centros de Escucha de la Iglesia a las víctimas de violencia, en un esfuerzo por colaborar a restablecer el tejido social. Asimismo, hicieron un llamado “a todos los creyentes y personas de buena voluntad a impedir que crezca y se extienda más la violencia”. “De manera muy especial les invitamos a todos a respetar a las mujeres y reconocer el derecho que ellas tienen, de promover su dignidad, garantizando su libertad e integridad en nuestra sociedad”. De enero a septiembre de 2019, 2 mil 833 mujeres fueron asesinadas en México, según cifras del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP). Los cinco estados con mayor número de mujeres asesinadas en 2019 fueron Veracruz, Estado de México, Ciudad de México, Nuevo León y Puebla.

Rezan, llevan fe y consuelo

M

arichu y Ding Camales-Torrijos son un matrimonio católico que forma parte de los más de 3.700 pasajeros del crucero Diamond Princess que está en estos aún (al publicarse esta nota) en cuarentena frente a las costas de Japón debido a los casos de coronavirus que se han detectado ya a bordo. En estos momentos, son ya 454 los casos de personas infectadas en este crucero, lo que ha desatado todas las alarmas. Este matrimonio católico que vive su fe en la parroquia de San Mateo en Surrey (Canadá) debe ir en todo momento con mascarilla y estar en todo momento en su camarote. Tan sólo una hora al día pueden caminar al aire libre. Este matrimonio ha relatado cómo la fe les está ayudando a sobrellevar esta difícil situación en el que están encerrados en un crucero mientras aumentan los contagios. Además, se han convertido en el apoyo espiritual para muchos otros pasajeros. “Comenzamos el día con una oración agradeciendo a Dios que no te-nemos síntomas”, dijo Marichu. La pareja disfrutaba de un crucero por el sudeste asiático durante 26 días. Fue un regalo para Ding antes de cumplir 65 años. Hicieron paradas en Vietnam, Taiwán, China y Hong Kong cuando el último día del viaje se descubrió a bordo un caso del coronavirus. El barco fue puesto en cua-rentena, atracado en Tokio y anclado durante estas semanas. “Vivimos el día a día con calma”, dijo Marichu. Deben usar máscaras cuando se entregan sus comidas y durante una hora al día se les permite caminar afuera. El resto del tiempo se quedan dentro, rezan, envían mensajes a otros pasajeros a través de grupos de chat en línea y tratan de mantenerse positivos. Marichu no tiene conocimiento de ningún sacerdote católico a bordo del barco, pero como lector, ministro extraordinario de la Sagrada Comunión y miembro de Parejas para Cristo en San Mateo, está tratando de hacer una especie de pastoral al resto del pasaje llevándoles el mensaje de esperanza de Cristo en esta situación tan complicada. Cuando un pasajero anciano fue sacado del barco y enviado al hospital para recibir tratamiento, Marichu llamó a la esposa, quien permanecía a bordo. A través de mensajes Marichu intenta darle consuelo y aliento. “Sin fe, no creo que durara”, afirmaba Marichu. Mientras tanto, el arzobispo de Vancouver J. Michael Miller, del que dependen estos dos feligreses, ha pedido oraciones por aquellos que sufren el virus. “Mientras los funcionarios políticos y de salud chinos luchan por contener el virus, recen para que vean en la respuesta de la comunidad global una solidaridad arraigada en la caridad cristiana. Que Dios les otorgue sabiduría y sanación mientras los países del mundo trabajan para prevenir una epidemia global”, dijo el prelado.


Domingo 01 de marzo de 2020

Vivamos una verdadera Cuaresma

I

nicia la Cuaresma, tiempo de conversión, de arrepentimiento, de regreso a Dios. En realidad es solo tiempo de recordar estas cosas, porque quien solo se arrepiente, quien solo se convierte y se acerca a Dios en este tiempo, quiere decir que el resto del tiempo se aleja. La Cuaresma es un camino, un peregrinar durante “cuarenta días”. Se supone que sea un tiempo de preparación para celebrar la Pascua, al término de estos días. Se supone que se debe meditar profundamente en las verdades más importantes de nuestra fe, pero se tienen que aprender cosas; es necesario aprender a vivir una verdadera Cuaresma; una que vaya más lejos, que nos acerque más a Jesucristo. Una Cuaresma que no sea solamente algo tradicional en el sentido mundano. Unas prácticas que la Iglesia siempre ha recomendado para vivir la Cua-resma son las de practicar el ayuno y la abstinencia de carne. Se supone que estas actitudes deben servir para fortalecer el espíritu durante esta larga jornada. Pero hay quienes no lo entienden. Muchos creen que solo se trata de prohibiciones y que es pecado gravísimo, por ejemplo, olvidarse y comer carne algún viernes. Es importante cumplir con estos preceptos, pero es más importante comprender el sentido de ellos. ¿De qué nos sirve dejar de comer carne si no logramos ser mejores cristianos? La abstinencia de carne es, se supone, para dejar, por lo menos un día a la semana, los placeres temporales, el gozo del paladar; sin embargo, se deja de comer carne pero se come pescado, como si el pescado no fuera carne; se comen mariscos, como si estos no fueran carne. Por otro lado, solo se cambia un placer por otro; esto no tiene ningún mérito, ningún sentido. Si comprendemos que se trata de dejar de abrir la boca para abrir el espíritu a Dios, las cosas cambian. El ayuno es un ejercicio antiquísimo que la Iglesia vive y recomienda. Se practica desde mucho tiempo. Mortificar el cuerpo para fortalecer el alma, para hacernos más sensibles al Dios providente, ese es el objetivo, o uno de los fines del ayuno. Jesús mismo decía que hay “demonios que no se ahuyentan si no es a base de oración y ayuno”. La Cuaresma es también tiempo de fortalecer el alma con la oración; es un tiempo especial de gracia, mediante el cual tratamos de entrar en mayor contacto con Dios, recordando las maravillas que hace en nosotros cada día, especialmente lo que ha hecho al enviarnos a su hijo Jesucristo. En este tiempo tratamos de hacer una imitación de Cristo más seria, más sincera. Lo imitamos en su preparación en el desierto, antes de iniciar su ministerio profético, antes de anunciar el evangelio y dar la vida en la cruz para salvarnos a todos, para alcanzarnos el perdón de los pecados. En efecto, al practicar estas cosas en Cuaresma, también nos preparamos a contemplar a Jesús en su pasión, nos preparamos a ser más sensibles a la hermosa e invalua-ble obra de la redención realizada en la cruz, por puro amor a nosotros, pecadores. Es necesario aprender a hacer una Cuaresma consciente. Un ayuno útil sería, por ejemplo, dejar de consumir cosas que nos gustan, con el fin de forta-lecer el alma, la voluntad, la fe; pero al mismo tiempo, aquello que no gastamos en aquellas cosas que evitamos, guardarlo muy bien y, al final de estas semanas, el resultado, lo que no hemos gastado, por ejemplo, emplearlo en ayudar a alguna familia pobre; podemos llevarlo a la Iglesia en la Vigilia Pascual como ofrenda para los pobres; podemos comprar alimentos para los más necesitados; el ayuno debe tener un destino social; lo que yo no me como lo doy a otros, de lo contrario mi ayuno corre el riesgo de corromperme, en lugar de ayudarme a crecer; mi ayuno se habrá convertido en un ahorro y así toda mi práctica quedara desvirtuada. Hay que darle sentido a las obras de la Cuaresma y es que, una de las obras que más se olvidan en este tiempo es la misericordia. Aquí tenemos, entonces, las prácticas de la Cuaresma: ayuno, abstinencia de carne (o de cosas que nos producen mayor deleite a los sentidos), oración y caridad (limosna). De hecho estas prácticas son recomendadas en la Cuaresma como preparación a celebrar los misterios de la salvación, pero eso no significa que solo se puedan o deban practicar durante este tiempo. Estas acciones, estas prácticas, pueden ayudarnos a progresar como verdaderos discípulos de Jesucristo. Finalmente, además de estas prácticas cuaresmales, hay que tener un contacto más directo con Jesucristo, en especial a través de la Biblia. Conozcamos más a Jesús. Hay quienes nunca leen la Sagrada Escritura. Hay que desempolvarla, ir allí donde Jesús habla. Vivir la Cuaresma con Jesús pero sin la Escritura es algo que no tiene sentido. Que esta Cuaresma nos acerque a Jesucristo, que nos integre más en la Iglesia, que nos una más a la familia y que nos haga muy cercanos a los pobres.

Bienaventurados los que lloran Queridos hermanos y hermanas, ¡buenos días! Hemos emprendido el viaje en las Bie-naventuranzas y hoy nos detendremos en la segunda: Bienaventurados los que lloran, porque serán consolados. En la lengua griega en la que está escrito el Evangelio, esta bienaventuranza se expresa con un verbo que no está en pasivo ―de hecho los bienaventurados no sufren este llanto― sino en el activo: “se afligen”; lloran, pero por dentro. Es una actitud que se ha convertido en central en la espiritualidad cristiana y que los padres del desierto, los pri-meros monjes de la historia, llamaron “penthos”, es decir, un dolor interior que abre una relación con el Señor y con el prójimo, una relación renovada con el Señor y con el prójimo. Este llanto, en la Escritura, puede tener dos aspectos: el primero es por la muerte o el sufrimiento de alguien. El otro aspecto son las lágrimas por el pecado, ―por nuestro pecado― cuando el corazón sangra por el dolor de haber ofendido a Dios y al prójimo. Por lo tanto, se trata de amar al otro de tal manera que podamos unirnos a él o ella hasta compartir su dolor. Hay personas que permanecen distantes, un paso atrás; en cambio, es importante que los otros se abran brecha en nuestros corazones. He hablado a menudo del don de las lágrimas, y de lo precioso que es. ¿Se puede amar de forma fría? ¿Se puede amar por función, por deber? No, ciertamente. Hay algunos afligidos a los que consolar, pero a veces también hay consolados a los que afligir, a los que despertar, que tienen un corazón de piedra y han desaprendido a llorar. También hay que despertar a la gente que no sabe conmoverse frente al dolor de los demás. El luto, por ejemplo, es un camino amargo, pero puede ser útil para abrir los ojos a la vida y al valor sagrado e insustituible de cada persona, y en ese momento nos damos cuenta de lo corto que es el tiempo. Hay un segundo significado de esta paradójica felicidad: llorar por el pecado. Aquí hay que distinguir: hay quien está airado por haberse equivocado. Pero esto es orgullo. En cambio hay

quien llora por el mal hecho, por el bien omitido y por la traición a la relación con Dios. Este es el llanto por no haber amado, que brota porque la vida de los demás importa. Aquí se llora porque no se corresponde al Señor que nos ama tanto, y nos entristece el pensamiento del bien no hecho; éste es el significado del pecado. Estos dicen: “He herido a la persona que amo”, y les duele hasta las lágrimas. ¡Bendito sea Dios si estas lágrimas vienen! Este es el tema de los propios errores que hay que afrontar, difícil pero vital. Pensemos en el llanto de San Pedro, que le llevará a un amor nuevo y mucho más verdadero: es un llanto que purifica, que renueva. Pedro miró a Jesús y lloró: su corazón se renovó. A diferencia de Judas, que no aceptó que se había equivocado y, pobrecillo, se suicidó. Entender el pecado es un regalo de Dios, es una obra del Espíritu Santo. Nosotros, solos no podemos entender el pecado. Es una gracia que tenemos que pedir. Señor, hazme entender el mal que he hecho o que puedo hacer. Es un don muy grande y después de haberlo entendido, viene el llanto del arrepentimiento. Uno de los primeros monjes, Efrén el Sirio dice que un rostro lavado con lágrimas es indeciblemente hermoso (cf. Discurso ascético). ¡La belleza del arrepentimiento, la belleza del llanto, la belleza de la contrición! Como siempre, la vida cristiana tiene su mejor expresión en la misericordia. Sabio y bendito es el que acoge el dolor ligado al amor, porque recibirá el consuelo del Espíritu Santo que es la ternura de Dios que perdona y corrige. Dios perdona siempre: no lo olvidemos. Incluso los pecados más feos, siempre. El problema está en nosotros, que nos cansamos de pedir perdón, nos encerramos en nosotros mismos y no pedimos perdón. Ese es el problema; pero Él está ahí para perdonar. Si tenemos siempre presente que Dios “no nos trata según nuestros pecados ni nos paga según nuestras faltas” (Sal 103,10), vivimos en la misericordia y la compasión, y el amor aparece en nosotros. Que el Señor nos conceda amar en abundancia, amar con la sonrisa, con la cercanía, con el servicio y también con el llanto.


Domingo 01 de marzo de 2020

La Iglesia y la familia

Las tentaciones hoy

I

¡No tengan miedo!

P. Juan José Torres Galván

niciamos el tiempo de la Cuaresma con el signo penitencial de la imposición de Ceniza, en estos cuarenta días estamos llamados a entrar en el desierto de nuestra propia vida para encontrarnos con nosotros mismos y con Dios. Dejémonos conducir por el Espíritu Santo en este camino que es toda una aventura. Pidamos la gracia de Dios para saber distinguir entre aquellos impulsos del Espíritu Santo, que quiere acercarnos al misterio del amor de Dios, y las mociones del mal espíritu, ese que busca siempre inyectarnos desánimo, desconfianza y desaliento. Nos llama mucho la atención que el Evangelio diga que el diablo (el especialista en división) lleve a Jesús al alero del Templo o a la montaña más alta… ¡el Hijo de Dios, conducido por el Tentador! Este pasaje evangélico pretende que estemos preparados para enfrentar las tentaciones que se presentan de manera tan sutil y muchas veces camuflada bajo apariencia de bien… La Cuaresma es un tiempo especial para decirnos: “¡Despierta!, abre los ojos, descubre qué clase de espíritu está gobernando tu vida y tus acciones…” En las tentaciones que enfrentó Jesús descubrimos aquellas motivaciones que llevan a muchos de nosotros al pecado: la búsqueda del placer desmedido, el ansía por apantallar con nuestra imagen de poder, nuestras ansías de acumular bienes materiales, pensando que en ellos está encerrada la felicidad que anhelamos… A todas estas tentaciones Jesús responde con un texto bíblico, para enseñarnos que por más grande que sea nuestra debilidad y la fuerza de las trampas que el enemigo nos pone en el camino, mucha más fortaleza y luz encontraremos siempre en la Palabra de Dios. Las tentaciones actuales no son muy diferentes: el consumismo, el exceso en el consumo de comida y bebidas y la búsqueda de muchas diversiones egoístas, donde no importa utilizar como objetos a otras personas para mi beneficio; el ego que nos lleva a aparentar muchas veces lo que no somos y lo que no tenemos; la tendencia a acumular bienes materiales, haciéndonos indiferentes a las necesidades de los hermanos que menos tienen; acoger como nuestra ley de vida máximas que circulan en la sociedad como aquella de que “el que no tranza, no avanza”… Pidamos al Señor su gracia para saber enfrentar y vencer las tentaciones, no con nuestros propios y escasos méritos, sino con la fuerza superabundante de su gracia, de su Palabra y de sus sacramentos. De esta manera venceremos al Tentador que quiere apartarnos del camino de Dios y nosotros, junto con los ángeles, serviremos al Dios de la Vida. NOTA: a partir del próximo domingo ofreceremos a los lectores de esta columna una lectura comentada del Proyecto Global de Pastoral que nuestros Obispos de México han presentado como una guía para orientar las actividades de evangelización en las diócesis y parroquias de nuestro país.

Cuidemos nuestra familia Q ueridas familias potosinas, les saludo con cariño y afecto. Hoy, primer domingo de marzo, es el “Día Nacional de la Familia”, pidámosle a Nuestro Padre Dios por todas las familias.

Con la finalidad de festejar al núcleo más importante de la sociedad, el primer domingo de marzo se celebra el Día de la Familia en nuestro país, vale la pena darle realce a los vínculos que existen entre todos los miembros de cada una de nuestra familia. La Iglesia cree firmemente que el origen de la familia es Dios, pues Dios es Padre, Hijo y Espíritu Santo. Así como cree también, que Dios llama al hombre y a la mujer a unirse, para formar una familia y ser partícipes de la vida junto con Él, en el Amor. Importancia de la familia La familia es, para la Iglesia y la Sociedad, sumamente importante, porque es la cuna donde se acoge la vida y es escuela de humanidad y finalmente, es el lugar donde se forja el futuro de cada hijo. Todo esto complementado con el apoyo de la sociedad, por medio de escuelas y otros medios que ayudan en el proceso formativo de las familias, cultivando los valores, que no sólo dignifican a la persona, sino que la comprometen con la misma sociedad y la convierten en protagonis-ta y líder de la sociedad nueva que queremos, donde todos nos veamos y seamos familia, con oportunidad para todos. ¡Y esto no es algo “poético”, sino una verdad a la que todos estamos llamados hoy a contribuir, cada uno desde el lugar donde está!. Cuidemos nuestra familia Estamos llamados a ser promotores de humanidad y a no permanecer ajenos, ni mucho menos indiferentes a promover, sembrar, inculcar y educar en los valores que garanticen el compromiso real y verdadero que tenemos con nuestros niños, adolescentes y jóvenes. No se vale que cada uno desde su tribuna, parcialice la verdad que cree; sino que la verdad tiene que ser una: la que nos una a todos los responsables y promotores del bien para nuestra sociedad. Para nuestra Iglesia potosina es importante aprovechar la ocasión del “Día Nacional de la Familia” para darle su importancia a ésta por lo que ella

es: “Familia sé lo que eres”, pues juega un papel muy importante en el futuro de nuestra sociedad potosina y de nuestro México. Desde mi modesta opi-nión, “La familia es el bien más precioso que Padre Dios nos ha confiado, para que lo entreguemos a nuestra sociedad”. Llamados a superar los problemas No dejamos de reconocer las situaciones difíciles que vive la familia mexicana, por ejemplo violencia intrafamiliar, -en donde con frecuencia son víctimas los niños, los discapacitados, los ancianos, las mujeres-; desintegración, extrema pobreza que obliga a emigrar y dejar la familia incompleta; crecimiento de índice de familias monoparentales; sin embargo reconocemos el esfuerzo de muchas familias por conservar los principios de su identidad natural y cristiana; valoramos la lucha de muchos esposos por vivir con todas sus fuerzas su amor conyugal, como lo prometieron delante de Dios, el día de su matrimonio y su esfuerzo por vivir ese amor desde una fe comprometida y alimentada por la Palabra de Dios, así como su lucha por vivir la fidelidad, la indisolubilidad, la santidad del matrimonio y la generosidad de los padres por acoger, proteger y educar a sus hijos. De modo que la celebración del Día de la Familia es una invitación a que las familias crean en sus valores, a que sean lo que están llamadas a ser: “Célula fundamental de la sociedad, santuario de vida, Iglesia doméstica, íntima comunidad de vida y amor”. Ánimo papás, mamás, tarea grande, es la que tienen pero, no solo ustedes queridos papás y mamás, sino también sus hijos en esta recons-trucción de la familia. Cada uno desde el lugar que le corresponde, es importante que se luche con la ayuda de Dios por crear un clima de afecto y estima sin regateos, para alcanzar la estabilidad familiar y así, cada uno se sienta animado y respetado por lo que es y por lo que vale. De esta forma vamos aprendiendo de un modo práctico y efectivo, el Amor, que es el secreto para ser ¡Familias felices!

Se despide y les quiere su amigo, hermano, Obispo y Pastor.

+ Mons. Jesús Carlos Cabrero Romero Arzobispo de San Luis Potosí


04

No te quedes mirando para atrás

Nuestra historia

Pbro. Lic. Salvador González Vásquez

Q

uien vive mirando hacia el pasado, aún no ha aprendido a vivir. Y más aun, el que se quedó en el ayer, se ha quedado sin vida; porque solo vive de añoranzas, y eso no es vivir.

La cruenta guerra Chichimeca

2da. Parte

C

Por Pbro. Rubén Pérez Ortíz

omo ya hemos mencionado la forma de vida de los chichimecas del desierto era de una manera inhóspita y sobrehumana para los ojos de los españoles, de la misma forma estos pensaban que los mismos eran seres sobrenaturales. Eran cazadores-recolectores que vivían con un conocimiento extenso de los territorios donde habitaban, además la guerra era una actividad constante entre las diferentes tribus que daban una serie de estrategias utilizando el territorio desértico. Todo ello significó que fue prácticamente imposible reducirlos rápidamente y los colonos se vieron envueltos en una sangrienta contienda que desgastó la idea de extraer rápidamente los recursos minerales de la región. Según un relato tomado por Jiménez Moreno y basándose a su vez en Gil González Dávila, así mismo Montejano y Aguiñaga describen vívidamente el terror que presenciaban los españoles al caer prisioneros por los chichimecas: Son por extremo crueles, a la persona que prenden, sea hombre o mujer, lo primero que hacen es hacerle de corona, quitando todo el cuero y dejando el casco mondo, como una corona de fraile, quitándoles así mismo los nervios, para con ellos atar los pedernales en sus flechas. Sacanle las canillas, de las piernas como de los brazos, vivos, y aún a veces, las costillas, y otras cien crueldades… traen colgadas por detrás, las cabelleras de las coronas que quitan, y algunas han sido de mujeres hermosas con cabellos rubios y bien largos, y asimismo traen los huesos de las canillas para mostrarlos como insignias de trofeos, y aún no perdonan a los cuerpos muertos, colgándolos y metiéndoles flechas por los ojos, orejas, lengua sin perdonar las partes vergonzosas. Asimismo los autores agregan: En su manera de pelear con arco y flechas, desnudos, y si acaso andan vestidos se desnudan para tal efecto, traen su aljiba siempre llena de flechas, y cuatro o cinco de ellas en la mano del arco, para aprovecharse más pronto de ellas… pelean apartados unos de otros y ninguno se pone detrás de el otro… los más acometimientos que hacen es de sobresalto, estando escondidos y salen de repente… de otra arma más, que arco y flecha, no usan, y esta por cierto es harto dañosa por la presteza que en si tiene, que se ha visto un soldado tener el arcabuz en el rostro, y darle, antes que pudiese desarmar, un flechazo con que le clavaron entre ambas manos… con ellos no se ha podido pelear en guerra descubierta, porque luego huyen a la sierra y se esconden en ella.

Y por estar lamentando lo que quedó en el pasado, le faltan ojos para mirar su presente y visualizar su futuro. El que no ve para adelante, está en riesgo de tropezar, y hasta de caer. Hay muchos que viven lamentando el pasado, o culpando a otros de su desgracia; por estar mirando para atrás, no se dan cuenta de lo que tienen por delante. No hay que vivir atorados en el ayer. La solución, no se encuentra en el pasado. La vida es para vivirse de frente, no para darle la cara al pasado, y vivir de espaldas al futuro. Que no nos vaya a suceder lo que a la mujer de Lot, que al ser liberada de la catástrofe de Sodoma, no quiso seguir la recomendación: “Mientras los sacaban, dijo a uno: No mires atrás ni te pares en toda la redonda”. (Gn.19,17) Pero la mujer de Lot se quedó mirando al pasado; su apego, no le permitió mirar todo lo bueno que tenía por delante. Dice la Escritura “...Su mujer miró hacia atrás y se volvió poste de sal”. (Gn. 29,25). No hay que aferrarse al pasado. Porque eso, es agarrarse de lo que ya no existe. Los lamentos no resuelven los problemas. Lo que se hizo, ahí quedó. Lo que cuenta, es lo que podamos hacer. Por eso, lo mejor dependerá de la firmeza de tus decisiones.

Se registraron constantes ataques a las caravanas de comercio españolas que transitaban la denominada Ruta de la Plata que eran dos rutas del norte, una que comenzaba desde Nuevo México hasta el valle de México pasando por la Nueva Galicia y otra que provenía de San Luis Potosí, para contenerlos los españoles construyeron los denominados presidios o ciudades-presidios que eran fortificaciones que utilizando muros, fosos y calles de tamaño reducidas podían reducir los riesgos de saqueo y destrucción de los pueblos chichimecas. En este periodo también fueron destruidos varios asentamientos españoles, como es el caso del pueblo minero de Real de Catorce que se refundó hasta 1582. El virreinato de Nueva España mantuvo una desgastante actitud bélica frente a los indígenas del centro-norte hasta que fue encomendado el mestizo Miguel Caldera de padre español y madre guachichil para la conquista de esas tierras, ello significaría el uso de una nueva estrategia de pacificación. Con el relativo fracaso de la estrategia de ciudades-presidio, el virreinato de la Nueva España de Luis de Velasco y Castilla optó por dar apoyos en alimentos y materiales a los indígenas a cambio de una rendición negociada y a la apertura de los grupos tribales a una “conquista espiritual” por parte de los misioneros. El mediador entre los españoles y los pueblos chichimecas, fueron los denominados “Indios de Paz” que eran grupos indígenas evangelizados como tlaxcaltecas y purépechas, de esta manera se logró una pacificación rápida. A pesar de la “compra de la Paz” algunos grupos indígenas que huyeron a las montañas continuaron con esporádicas rebeliones bélicas, tal es el caso de los Wixarikas (Huicholes) en toda la región de la Gran Chichimeca. Ellos compraron la paz con docenas de sus agriculturas y con eso se pudo pactar la paz hasta 1791.

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Cosas y Casos de la vida

05

Triste historia de nuestro pueblo Por: Pbro. Lic. Héctor Colunga Rodríguez

colunga46561@hotmail.com

Estimados lectores: Me ha indignado como a muchos el caso de Fátima, la niña que fue secuestrada al salir de la escuela y luego ultrajada y asesinada.

De película

(P. KINO)

A

Así como este, muchos casos que quizá no sepamos ocurren día a día. Violaciones, asesinatos, etc. Y ¿qué estamos haciendo? ¿De quién es la culpa? Alguien dijo que era culpa del neoliberalismo. Desgraciadamente, hay personas enfermas de la mente, y se obsesionan por lo sexual, o por la trata de blancas, para luego vender sus órganos; ansían tanto su realización, que hacen toda una planeación bien estructurada, para llevar a cabo sus malévolos fines. Es tan obsesivo su objetivo, que su vida gira en torno a concebir este triste concepto en sus mejores alcances.

unque confieso que no soy asiduo a las películas, sin embargo, existen algunas películas que nos pueden dejar mensaje. Por mencionar algunas: La pasión, la cristiada, en busca de la felicidad, la vida es bella, mente maravillosa, al maestro con cariño, etc., sin embargo, cada uno de nosotros vamos siendo protagonistas de nuestra propia película de la vida.

En las redes sociales, vi un video de Estados Unidos, donde una sociólogo está haciendo un estudio de preguntar a los padres si han aconsejado a sus hijos de que no hablen o se vayan con extraños, y al menos las tres entrevistadas en el parque dijeron que si un extraño les pedía irse con él no se iría. La sorpresa es que se iban con él porque el hombre traía un perrito y luego le dice al niño que si quiere ver más perritos que tiene en otro lado y el niño lo toma de la mano se va con él. El video termina di-ciendo que hay 700 secuestros de niños diariamente.

En cada historia de nosotros, buscamos personajes con quienes compartir nuestro film, pero no debemos de dejar a un lado al villano de la historia que no nos deja ser feliz. Ese “villano” nos va poniendo obstáculos para la realización de nuestra actividad, sin embargo, nosotros somos los creadores del final de nuestra historia, que sin ser película la podemos comparar.

Quienes se dedican a esto, se dejan llevar por su libre descontrol que produce a la larga un encadenamiento que involucra a otras personas. Por eso existen en nuestro pueblo, personas sin corazón ni sentimientos, que hacen mal a otros para obtener un beneficio y poseer en exclusiva su factor dominante.

Imaginemos por un momento que en una película no hubiera un villano… ¿qué tendría de emocionante la historia? ¿Qué quiero decir con esto? Sencillo, que ante las adversidades de la vida, podemos luchar por sacar adelante nuestros proyectos a pesar de los obstáculos. Que una buena vida no es la que carece de enemigos, sino la que los supera y nos deja lección. Así que amigos depre, no corten su película, tal vez estén en el intermedio, vayan, compren palomitas y refresco, vuélvanse a acomodar en su butaca que aún no se termina la historia. Tenemos vida, y debemos de cuidarla, respetarla, y compartirla con los que nos rodean. No hagan de su vida película aburrida, que los conflictos y problemas al enfrentarlos nos dan un sentido de la existencia, y desde la fe sabemos que Dios está con nosotros.

El otro día fui al cine, fui a la dulcería, pedí un refresco, unas palomitas y unos dulces. Al pagar le dije a la cajera: – Lo siento solo tengo un billete de 200 pesos A lo que me respondió: – No hay problema, puede dejar los dulces…. Definitivamente, que cara esta la “botana” de los cines.

Nace en ellos un deseo patológico de posesión del objeto de la sexualidad o de la persona, que orilla a someter a los seres humanos a la fuerza, engañando y haciendo uso de la violencia, mancillando niñas inocentes, siendo su máxima satisfacción el terror que engendra en la víctima, para demostrar su dominio y su poder. Desgraciadamente se da en todos los niveles, incluyendo el nuestro y no debe de quedar impune. Yo creo que debemos hacer un llamado a todas las personas, para que trabajemos por la reestructuración de la sociedad, el valor de la persona, y la familia; enseñando valores humanos y cristianos. Yo creo que es hora de gritar a los cuatro vientos, que ya basta de violencia y de inseguridad en nuestro país y de echarles la culpa a los demás. Hasta la próxima.


Construir, Cultivar, Conquistar Por: Pbro. Memo Gil

Por un Pacto Educativo Global P. EDUARDO CORRAL (SIAME.MX)

E

l próximo 14 de mayo, el Papa Francisco impulsará un acuerdo mundial entre líderes de organismos internacionales, académicos, gobernantes y líderes de otras iglesias, que ha llamado Pacto Educativo Global, con el objetivo de promover una educación mucho más solidaria, pero sobre todo que responda a las necesidades y urgencias fundamentales de todo ser humano. Este es, sin duda, un hecho inédito, valiente e interesante. El llamado del Santo Padre es muy congruente con lo expresado en su querida y última encíclica social, Laudato Si’, que lleva por subtítulo ‘El cuidado de la casa común’, así como con todo lo que ha impulsado en materia educativa a través de temáticas como: la emergencia educativa, la emergencia antropológica, educar para un humanismo solidario, varón y mujer les creó. Es muy oportuno hacer un Pacto para impulsar una “aldea educativa”, es decir, que todas las instituciones comprendan que en su razón de ser está el formar al ser humano. No hay recurso natural más importante en el planeta que cada persona, único ser consciente capaz de darse cuenta de que su primera tarea es el cuidado de la vida humana, y que implica muchas cosas: amor, responsabilidad, libertad, justicia, familia, educación, cultura, trabajo, religión, deporte, ambiente natural y social, desarrollo humano… En el fondo, la intención del Papa Francisco es muy similar a la de los Obispos de México, con la publicación, hace siete años del documento: ‘Educar para una nueva sociedad’, que contiene algunas reflexiones y orientaciones sobre la Educación en México y que, por cierto buscó impulsar ya una “sinergia educativa”. La Iglesia, como Madre y Maestra, no puede estar ajena, desinteresarse de los procesos educativos que no sólo ocurre en la escuela, sino en todas las interacciones humanas. En pleno ejercicio de la li-bertad religiosa, la Iglesia debe colaborar y promover una cultura que respete la vida, promueva todo lo humano, y por supuesto, custodie y desarrolle nuestra casa común. A siete años de la presentación del documento ‘Educar para una Nueva Sociedad’, la Iglesia en México ha dado pasos significativos en la atención a este mundo fascinante de la educación, que no sólo es el ámbito escolar, sino también el de la familia y el de la sociedad en su conjunto. La realidad nos pide redoblar el paso frente a problemas de inseguridad, medio ambiente, y situación política y económica del país, entre otros. Muchos obispos, sacerdotes y consagrados han comprendido los nuevos retos de estos tiempos. Educar de manera integral, ofreciendo el mensaje evangélico, “que revela al ser humano lo que éste es, y la grandeza de su propia vocación”. Educar desde la vivencia de la fe, su anuncio y testimonio; educar a los niños, a los jóvenes y adultos, en sus desafíos, contextos y situaciones. La vida espiritual de toda persona, en síntesis, debe ser acompañada, iluminada y fortalecida con la fe, para que sepa responder ante las situaciones de la existencia, desde un sentido profundo, promotor de la vida en plenitud. Hoy, es esencial enseñar a valorar la dignidad, la grandeza y amplitud de la vida humana, con todas sus implicaciones para que pueda ser respetada y promovida. No me queda duda de que el Papa Francisco, en el evento mundial del 14 de mayo, acentuará la importancia de impulsar esfuerzos en todas las diócesis del mundo por difundir, armar y ofrecer este Pacto Educativo, en una dinámica de Iglesia en salida, de misión permanente.

El complejo comportamiento humano “Llevamos este tesoro en vasijas de barro, para que se vea que esta fuerza tan extraordinaria, proviene de Dios y no de nosotros mismos” (2Cor 4,7) “¿Qué es el hombre, para que de él te acuerdes? ¿Ese pobre ser humano, para que de él te preocupes?” (Sal 8,5) “Pues, ¿de qué le sirve a uno ganar todo el mundo si se pierde o se arruina a sí mismo” (Lc 9,25)

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ara definir el comportamiento humano, debemos saber quién es en realidad el ser humano. Hay quien diga que el humano es el ser que siempre decide lo que es. O también, que es el ser que se determina a sí mismo. Aunque, en general, se piensa que son las condiciones y las situaciones las que determinan lo que es el ser humano y su conducta. Sin embargo, se puede distinguir al ser humano de los objetos, pues estos se determinan unos a otros de acuerdo a su función, pero en cuanto al ser humano, él es su propio determinante. Lo anterior se debe a su capacidad de decisión y elección. El ser humano como tal, gozará siempre de ésa potencialidad que es su libertad. Dependerá mucho de cómo decida usarla, para determinar qué es lo que espera de sí mismo. Sus acciones determinarán cómo pone en juego su li-bertad. Y cómo, al mismo tiempo, a través de ésta libertad el ser humano se va construyendo. Hay que tomar en cuenta que ciertos e-lementos y situaciones que afectan el comportamiento humano, o lo hacen precisamente complejo, parten del mismo ser humano. Tienen que ver con su actitud ante la vida y el desarrollo de su persona. Además de que también, los factores ambientales influyen notablemente en la manera como se comportan los seres humanos. Y dependerá de diferentes circunstancias, el que la persona sepa enfrentar aquello que la limita, como el sufrimiento o la enfermedad. O también, lo que la puede ayudar a trascender, como lo es el éxito o las decisiones

que tome. Pero, sin duda, que se trata de procesos que desconocemos en su totalidad, y que sabemos que forman parte de ésa unidad psicosomática que es la persona. Con todo esto, debemos reconocer cómo en sus actitudes y comportamiento, la preocupación primordial del ser humano no es sólo aceptar todo como se le presente, sino, a través de ello buscarle un sentido a la vida. Por eso, hay ciertas fases y dimensiones en la personalidad del ser humano, que se reafirman o se clarifican de acuerdo a ciertas etapas de desarrollo afectivo, psicológico y social. Dado que, si hay algo complejo en el comportamiento del ser humano, es descubrir su misión en ésta vida. Saber para qué fuimos hechos o por qué existimos. Ya que entonces, se asumirá una determinada actitud ante la vida, que sea acorde, lo más posible, con la tarea que le toque desempeñar. Pero, en definitiva, la complejidad del comportamiento humano tiene que ver más con su ingenio y creatividad, que tan sólo con ciertos parámetros de madurez o inmadurez. A veces se piensa que se determinará mejor el comportamiento de una persona, cuanto más adulta sea, pues se relaciona fácilmente adultez con madurez. Sólo que se nos olvida, que parte de la originalidad del individuo reside en lo imprevisibles, que todos podemos ser de alguna manera. Por eso, es mejor evitar siempre las ca-tegorías, pues no resulta fácil encasillar ciertos comportamientos hacia algunos grupos humanos. Es mejor conocer a alguien por sus reacciones en diferentes ambientes. Y adentrarnos poco a poco a la riqueza que nos esconde el misterio de nuestra existencia.

San Olegario

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El Santo de hoy

6 de marzo

e este joven dice su biógrafo estas palabras que llegan a lo más íntimo del alma:” Guardián celoso y maestro de la castidad, afable para todos, generoso con los pobres, esquivo de la vanagloria, despegado de la pompa mundanal y amante de fiel de la paz no fingida”. Si estas palabras se aplicasen a tu vida personal, te encontrarías más feliz de lo que te hallas en este instante. No me cabe la menor duda. Nació en la bella ciudad de Barcelona, abierta al mar y a las nuevas corrientes de la cultura y del Evangelio. Su familia era de origen noble por parte del padre y de la madre. Ambos se preocuparon por darle una educación en los valores que nunca defraudan del Evangelio. El padre – cosa rara hoy en día – quiso llevar y dirigir sus estudios según los criterios de la época en que le tocó vivir. Cuando vio que su preparación intelectual y humanista la recibiría mejor en los canónigos de la catedral, no tuvo inconveniente en confiarles su educación como persona humana. En los estudios que le prepararían para ser sacerdote, se distinguió por su piedad sincera, su aprovechamiento y su afición o “hobby” por leer a los Santos Padres. Tanto los leyó, meditó y estudió que se convirtió en una verdadero especialista. El anhelaba la perfección espiritual de su vida. Por eso, al enterarse de que había cerca de Barcelona un convento de canónigos regulares de San Agustín, no dudó lo más mínimo en irse para imitar su virtud. Cuando murió el obispo de

Barcelona, desde la aristocracia hasta la gente sencilla, pensó en que el mejor sucesor sería Olegario. El mismo Papa Pascual II tuvo que o-bligarle a que aceptara el cargo. No hizo en su misión de pastor distinción alguna entre ricos y pobres. Todos eran hijos de Dios. Participó en algunos concilios de Tarragona, Toulouse, Reims y La-teranense I, San Clermont... Y dada su preparación intelectual, logró derrotar a sus enemigos, los herejes. Murió en el año 1137. ¡Felicidades a quien lleve este nombre!


07 Por Luis Marino Moreno Flores

Atraídos y expuestos

El discipulado en el evangelio de Juan Ignacio Rojas Gálvez PPC 2020 176 páginas

E

l tema del discipulado en el cuarto evangelio, el de Juan, es una cuestión apasio-nante. Si el lector rastrea cada una de las veces que aparece el término «discípulo» en el texto, pronto comenzará a percibir la riqueza e importancia que el evangelista concede a quienes Jesús ha llamado.

Iglesia Universal BARI, IT.- El Papa Francisco celebró Misa este domingo en la ciudad italiana de Bari donde miles de personas asistieron. A todos ellos los invitó a orar intensamente “para ser cristianos de verdad” y les habló de la importancia del amor. El Santo Padre les dijo: “elijamos hoy el amor, aunque cueste, aunque vaya contra corriente. No nos dejemos condicionar por lo que piensan los demás, no nos conformemos con medias tintas. Acojamos el desafío de Jesús, el desafío de la caridad. Así seremos verdaderos cristianos y el mundo será más humano”.

Juan presenta el discipulado de forma diferente al resto de los evangelios. Tiene algo nuevo que aportar, y lo hace por medio de una serie de notas y características que se distinguen de cuanto hallamos en el resto de las tradiciones evangélicas.

CIUDAD DEL VATICANO.- El Papa Francisco promulgó el decreto que reconoce el milagro atribuido a la intercesión de Carlo Acutis, conocido como el “ciberapóstol de la Eucaristía” porque fue un adolescente que ofreció su enfermedad por la Iglesia y que utilizó su pasión por la informática para evangelizar y difundir el amor a la Eucaristía. El Santo Padre recibió el 21 de febrero al Prefecto de la Congregación para las Causas de los Santos, Cardenal Angelo Becciu, y firmó los decretos que reconocen tres martirios, cuatro virtudes heroicas y tres milagros, entre los cuales se encuentra el de Acutis.

De este modo, el cuarto evangelio muestra lo peculiar del discipulado de Jesús tal y como es vivido en las comunidades joánicas. Los seguidores del Maestro tienen como referente al discípulo amado, que aúna los rasgos característicos del discipulado al que ha de aspirar todo creyente. Atraídos por Jesús, los discípulos joánicos van tras el Maestro desvelando las luces y sombras de todo camino de seguimiento. El evangelio de Juan muestra, como diría Pablo, que los seguidores de Jesús son hombres y mujeres “de barro”, capaces de contener en la propia fragilidad el don que han de llevar a otros.

VIETNAM.- El sacerdote vietnamita Joseph Hoang Trong Huu ofrece su servicio vo-luntario a los aldeanos que se encuentran en cuarentena por el brote de coronavirus, y ha pedido a las personas que respeten a las víctimas y los ayuden con donaciones de suplementos médicos. El P. Joseph Hoang Trong Huu, de 35 años, ha brindado servicios pastorales y de salud para las parroquias de Ngoc Bao y Ba Cau en la comuna de Son Loi desde el 16 de febrero, la cual fue puesta en cuarentena por el Gobierno durante 20 días desde el 13 de febrero, debido a los temores por la propagación de la cepa COVID-19.

La primera parte de este libro está dedicada al estudio de la llamada de los primeros discípulos; en la segunda, nos acercamos a los diferentes modelos de discipulado que aparecen en el relato; la tercera y última analiza la enseñanza de Jesús en el texto joánico.

Ignacio Rojas Gálvez (Badajoz, 1971) es religioso trinitario. Realizó sus estudios de Filosofía y Teología en la Universidad Gregoriana de Roma y es doctor en Teología Bíblica por la Facultad de Teología de Granada y miembro de la Asociación Bíblica Española. En la actualidad es formador de los estudiantes profesos de la provincia trinitaria de España Sur, profesor de Cartas Apostólicas y de Escritos Joánicos en la Facultad de Teología de Granada y secreta-rio de la revista Proyección, de la Facultad de Teología de Granada.

Iglesia de México MÉXICO.- Los pasados 6 y 7 de febrero se llevó a cabo una jornada de trabajo entre el Equipo Nacional de Pastoral de Migrantes de la Conferencia del Episcopado Mexicano y del gobierno mexicano: el Instituto Nacional de Migración. Este encuentro tuvo el objetivo de articular los trabajos y servicios de las instituciones participantes para dar seguimiento a dos mesas de trabajo: 1) La clarificación de la ruta de atención a niños, niñas y adolescentes migrantes no acompañados. 2) Las alternativas de regularización y eventual reubicación de migrantes de las fronteras norte y sur hacia albergues del centro del país. MÉXICO.- El Parque del Mestizaje, también conocido como el de los Indios Verdes, y que se encuentra a espaldas de la Basílica de Guadalupe, se convirtió en una gran caballeriza por la peregrinación de jinetes que llegó este domingo a la Basílica de Guadalupe. Entre 700 y 800 caballos reposaron tras una caminata de tres días, desde varios pueblos del estado de Hidalgo, cumpliendo con la tradición de peregrinar anualmente a caballo hasta el Tepeyac, como lo hacen desde hace 60 años. MÉXICO.- Los obispos de México manifestaron este domingo su solidaridad con las familias de cuatro mujeres asesinadas en las últimas semanas, así como con todas las víctimas de feminicidios en México. Aseguraron que estos crímenes muestran la urgencia de educar en la paz. “El brutal asesinato de la joven Ingrid y de la pequeña Fátima, así como las muertes de una bebé llamada Karol y de Mayte Viridiana Aguilar, son crímenes que por su brutalidad nos han dejado perplejos y nos han llenado de dolor y tristeza. A sus papás, familiares, maestros y compañeros, nuestro consuelo y fortaleza, nuestra cercanía y aliento”, señaló la CEM en un comunicado.

Iglesia Potosina SAN LUIS POTOSÍ.- Últimamente el Sr. Arzobispo ha comentado a los medios de comunicación de la situación que se vive en nuestro entorno, ya que el “tejido social está lastimado y todos estamos viviendo y sufriendo sus efectos”. Es la razón por la cual, este tiempo de cuaresma es propicio para pensar en vivir nuestra conversión. Cabe destacar que la conversión y la fe son dos elementos fundamentales de la espiritualidad cuaresmal, “convertirse” significa cambiar de mentalidad, cambiar el modo de ver y juzgar las cosas y, por consiguiente, en la circunstancia concreta de nuestra vida, significa cambiar de conducta en el modo de proceder.


08

Oposición desde el principio

1 Entonces Jesús fue llevado por el Espíritu al desierto, para ser tentado por el demonio. 2 Después de ayunar cuarenta días con sus cuarenta noches, sintió hambre. 3 Y el tentador, acercándose, le dijo: «Si tú eres Hijo de Dios, manda que estas piedras se conviertan en panes». 4 Jesús le respondió: «Está escrito: “El hombre no vive solamente de pan, sino de toda palabra que sale de la boca de Dios”». 5 Luego el demonio llevó a Jesús a la Ciudad santa y lo puso en la parte más alta del Templo, 6 diciéndole: «Si tú eres Hijo de Dios, tírate abajo, porque está escrito: “Dios dará órdenes a sus ángeles, y ellos te llevarán en sus manos para que tu pie no tropiece con ninguna piedra”». 7 Jesús le respondió: «También está escrito: “No tentarás al Señor, tu Dios”». 8 El demonio lo llevó luego a una montaña muy alta; desde allí le hizo ver todos los reinos del mundo con todo su esplendor, 9 y le dijo: «Te daré todo esto, si te postras para adorarme». 10 Jesús le respondió: «Retírate, Satanás, porque está escrito: “Adorarás al Señor, tu Dios, y a él solo rendirás culto”». 11 Entonces el demonio lo dejó, y unos ángeles se acercaron para servirlo (Mt 4,1-11).

E

El relato de las tentaciones no deja de ser sorprendente dentro de los Evangelios, pero los escritores sagrados no tuvieron temor de presentar a Jesús en riesgo de caer en tentación. Aunque parezca escandaloso, los evangelistas re-fieren que el diablo utilizó la Escritura sagrada en su segundo intento de engañar a Jesús. Sin embargo, frente a un mal uso de la Escritura, Jesús le responde con la justa interpretación de la misma. El diablo emplea la Escritura no porque ame la Palabra de Dios, sino para evitar que se escuche la voz de Dios y así Jesús tropiece. Con la respuesta de Jesús, San Mateo nos deja una lección: la clave para entender la Palabra de Dios es, ante todo, la decidida voluntad de cumplir la voluntad de Dios, la cual es también escudo defensor frente a las tentaciones. Parece ser que los evangelistas, como San Mateo,

Parte XLIX

La puerta prometida Un profundo pesar sufría San Luis Potosí por la partida de los jesuitas. El hecho de haber reunido en la misma institución a seminaristas, estudiantes de la Compañía de Jesús y alumnos que se preparaban para otras profesiones, dio por resultado la escasez de las vocaciones sacerdotales para la diócesis. Una comisión de 198 caballeros, encabezados entre otros por mi hermano Octaviano, pidió al señor Montes de Oca que los jesuitas establecieran en la ciudad un colegio independiente para que sus hijos no carecieran de educación según se ofrecían a ayudar con la mayor eficacia, pero el señor obispo no accedió a sus deseos. Por Pbro. Darío Martín Torres Sánchez

l evangelio de San Mateo, como los otros dos evangelios sinópticos, da testimonio de que Jesús fue tentado por el diablo. Este sustantivo, “diablo”, empleado 36 veces en el Nuevo Testamento, tiene el significado básico de “difamador” y equivale a Satán, el adversario de Dios, el acusador. El término “Satanás” (empleado 33 veces en el NT) también es usado por Mateo varias veces, incluso lo combina con el anterior al final de las tentaciones, cuando Jesús rechaza definitivamente al adversario diciendo: “apártate Satanás…”

“Yo Soy Conchita Armida”

narraron este misterioso evento al principio del ministerio de Jesús, como una manera de mostrar que su vida entera estuvo confrontada con la tentación. Esto parece reflejarlo San Mateo cuando la misma expresión final de las tentaciones: “apártate Satanás” es repetida literalmente cuando el apóstol Pedro trata de disuadirlo del camino de la Pasión. Así, no sólo se hace obvio que Jesús fue tentado durante su ministerio, sino también que rechazó con firmeza al tentador y evitó el camino fácil, abrazándose más bien a la voluntad de Dios, no obstante que incluía un camino de dolor. La triple tentación muestra, por una parte, la tenacidad del diablo por hacer caer a Jesús. El discípulo, en su itinerario de vida cristiana, es advertido así a vivir vigilante frente a la constante posibilidad de engaño y de caer en la tentación. Por otro lado, la triple tentación muestra también lo sutil de la tentación, como notábamos más arriba, el diablo pretende hacerle creer a Jesús que aceptando su propuesta está incluso cumpliendo la palabra de Dios. Los discípulos no somos meros espectadores de un Jesús que es tentado, sino que caemos en la cuenta de que la tentación es una realidad que abarca cada momento de nuestra vida, frente a lo cual necesitamos luchar, y para vencer necesitamos la fuerza de la gracia divina, las armas de la fe y la oración, y la estrategia que ofrece la Palabra de Dios.

El 29 de septiembre de 1894, el padre Heraclio de la Cerda entregó al señor Montes de Oca el seminario y el templo de la Compañía. Una comisión de 174 señores, entre quienes se contaban mi esposo y mi hermano José, despidie-ron al padre De la Cerda prometiéndole que ofrecerán esta dolorosa prueba con espíritu de reparación. El Señor me dijo entonces: Hoy te he cargado con mi cruz, la cruz de los pecados ajenos. Yo sentí con claridad que tenía la culpa del tumulto de toda la ciudad, de cada pecador, de todas las conciencias manchadas. Dos meses antes, el padre Mir había estado en la hacienda de El Bozo donde erigió, el 12 de agosto, la segunda Cruz del Apostolado. Al volver a San Luis dio principio al Oasis al menos de una manera simbólica, consagrándome a Dios como religiosa de la Cruz. El día 21 se despidió de mí y se marchó a Puebla a donde lo destinaban sus superiores, como misionero. Texto tomado del libro “Yo Soy Conchita Armida” por Mons. Antonio Peñalosa


Reseña Marchuma 2020

A

ño con año los jóvenes del Apostolado de la Cruz Juvenil en San Luis Potosí y muchos otros jóvenes celebramos el aniversario luctuoso de nuestra fundadora la Beata Concepción Cabrera de Armida, de una manera extraordinaria “la marchuma” este año hicimos eco con nuestro lema “Caminando hacia la Santidad”. Empezamos nuestra celebración en la capilla de las mercedes poco más de 300 jóvenes de distintas partes de México, en la cual se nos unieron sacerdotes, religiosos y religiosas compartiendo en espacios vocacionales lo que hacen y dándonos algunas pistas para descubrir la voluntad de Dios en nuestras vidas. Continuamos con nuestro momento de oración donde muy al estilo de Conchita “lo miro y me mira” desde su grandeza se manifestó en la oración descubriendo la manera en que ella quería ser santa pero no sabía cómo, y conforme vivía sus primeros ejercicios espirituales descubre uno de los pasos para la santidad y con esto nos ensaña que desde lo poco podemos hacer mucho para la salvación de las almas especialmente por las de los sacerdotes.

A este ritmo comenzábamos a prepararnos para nuestra marcha entre calentamiento porras y gritos, caminamos hacia la santidad compartiendo espacios de reflexión hasta llegar a la capilla de cerritos de pozos donde compartimos la Eucaristía; fue un momento de reconfortar el alma y el cuerpo dando paso a nuestra última estación de la marchuma y reiterándonos en Dios y descubriendo que la Santidad se vive desde lo que somos y desde quienes somos siempre y cuando tengamos voluntad para hacer lo que Dios quiere de cada uno de nosotros. Agradecemos a la Diócesis de San Luis Potosí, a los Misioneros del Espíritu Santo, a los grupos y movimientos, a la Familia de la Cruz por su colaboración y apoyo en esta marchuma 2020, sigamos caminando hacia la santidad y nos vemos en marchuma 2021.


Candidatura a las Órdenes Sagradas del diaconado y presbiterado en el Seminario Potosino

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l pasado miércoles 19 de febrero, seis seminaristas de segundo de teología y uno de año de pastoral, recibieron la Candidatura a las Órdenes Sagradas del diaconado y presbiterado, en la celebración solemne presidida por el Señor Arzobispo Don Jesús Carlos Cabrero Romero. La cita fue en punto de las seis de la tarde en nuestro el Seminario Guadalupano Josefino.

1er Congreso de Laicos por la Vida y la Familia en S.L.P.

Por: Carmen Trejo

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l pasado 22 de febrero el Teatro Carlos Amador del Parque Tangamanga I fue sede del 1er Congreso de Laicos por la Vida y la Familia. Don Jesús Carlos, Arzobispo de la Iglesia Potosina, incitó a los asistentes a que a través de la fe y la razón atiendan el llamado que existen ante los desafíos del mudo actual. Después de concluir el rezo del Santo Rosario, mismo con el que se inauguró el evento, Jesús Carlos habló a los asistentes sobre la importancia de complementar la fe y la razón como punto de partida. Se contó del mismo modo, con la participación de Rodrigo Iván Cortés y Miguel Ángel Pateyro, líderes del Frente Nacional por la Familia, quienes ofrecieron un tema y análisis sobre la realidad actual, hablaron de los diferentes retos que se viven y compartieron algunas propuestas y acciones para lograr un bien común. A lo largo de la conferencia se abordaron temas como la ideología de genero dándole un enfoque al análisis local y global; y el planteamiento sobre el ser y el qué hacer del laico.

Retiro de formación para misioneros

Por: Carmen Trejo

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l pasado sábado 22 de febrero se llevó a cabo el primer retiro para la formación de misioneros en donde el convento de las Madres del Carmelo fue lugar al que arribaron jóvenes y adultos, porque para la misión no hay edad. En este retiró se conto con la participación de grupos pertenecientes a las parroquias de Nuestra Señora de Guadalupe, Agustín Pro, San Pablo y Sta. Ma. De Guadalupe, Santa Rita, Estanzuela, Sagrada Familia, Corpus Cristí, Sagrado Corazón de Jesús, Santiago Apóstol, Señor de la Misericordia, Santa Cruz-Escalerilla, Divina Providencia, San José - Villa Hidalgo, Nuestra Señora de Lourdes, San Miguelito, Santuario de Guadalupe, San Pio X. También estuvieron presentes los grupos de EPA (Encuentros para Adolescentes), Apostolado de la Cruz, Evangelizadores, Colegio Minerva y Espíritu Nuevo. Durante el retiro se expusieron temas como “El Ser del Misionero”, “Cristus Vivit”, “La Teología del Cuerpo”, “La Dignidad de la Persona” y “La Amazonia y la casa Común” Felicidades a todos los que estuvieron atentos a este llamado e hicieron posible este evento.

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Semanario La Red


Domingo 01 de marzo de 2020

Por: Vicaría de Pastoral

Dar respuestas

Visita Pastoral a las parroquias de Nuestra Señora de Guadalupe y San Miguel Arcángel ¡Con una profunda alegría ha comenzado la Visita Pastoral en el Decanato Santa Cruz!

Fue el turno de recibir la Visita de su Pastor a la comunidad que peregrina en la Parroquia de San Miguel Arcángel, ubicada en El Tepetate, Villa de Arriaga. El encuentro se llevó a cabo el pasado 20 de febrero del presente y estuvo marcado por un profundo sentido de Iglesia, una Iglesia en salida que quiere responder al imperativo del Señor: ¡Vayan! La segunda parroquia en ser Visitada por Nuestro Señor Arzobispo durante esa semana fue la parroquia de Nuestra Señora de Guadalupe, en Villa de Arriaga, entre cantos y vivas recibieron a su Pastor el pasado 21 de febrero. La Visita a esta parroquia no solo ha servido para animar a los fieles, sino también para fortalecer los trabajos pastorales y dar un nuevo rostro de Iglesia. Con la Visita Pastoral constatamos una vez más que somos el fruto de una gran historia, somos el resultado de un cariñoso y dedicado proceso pastoral, no se trata de competencias o de ver quien es más que quien, quien trabaja más o quien trabaja menos; cada una de nuestras parroquias responde a un proceso pastoral que ha llevado sus pasos y ha trazado sus caminos. Ha habido empeño de sacerdotes y de laicos, hombres y mujeres que con amor y dedicación en su momento han dado respuesta al plan amoroso de Dios.


¡Pónganse en camino!

La historia de El perfil del la Cuaresma Misionero Celebrando al Señor

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ara comprender mejor la importancia de la renovación conciliar de la Cuaresma y sus contenidos ascéticos y litúrgicos, puede ser válida la historia de la Cuaresma. Siendo un tiempo fundamentalmente de preparación a la Pascua, la Cuaresma interesó a toda la comunidad cristiana:

- los penitentes públicos cumplían o-bras particulares y participaban en ce-lebraciones especiales en vista de su reconciliación solemne que acontecía el Jueves Santo; - los catecúmenos completaban su preparación bautismal mediante una participación más intensa a las instrucciones y a las celebraciones instituidas precisamente para ellos (exorcismos, escrutinios, entrega del Padrenuestro, del Credo, de los Evangelios, etc.); - todos los fieles se empeñaban con o-bras penitenciales y caritativas para prepararse a la Pascua, al mismo tiempo sostenían con su ejemplo y su oración a los penitentes. El tiempo de Cuaresma era, entonces, el gran retiro de todo el pueblo cristiano encaminado hacia la Pascua y dedicado al recuerdo de dos grandes momentos de la vida de Cristo: el Bautismo y la Penitencia. Cristo es la fuente y el modelo de esta preparación. Con él se avanza hacia su Pascua y de Él se trae nueva energía espiritual, sobre todo con la participación en la Eucaristía. Sobre la duración de los “cuarenta días” (de ahí el termino cuadragésima) es válido comentar que ya a finales del siglo IV la Iglesia había establecido este periodo. Ella adopto este espacio de tiempo para prepararse a la Pascua tomando como modelo los “cuarenta días” transcurridos por Jesús en el desierto antes de iniciar la predicación del Reino de Dios. Ya en el Antiguo Testamento el número 40 tenía un significado particular unido a la historia sagrada del pueblo de Dios: - Gn 7,12: las aguas del diluvio, signo del juicio de Dios sobre un mundo de pecado. Llueve por “cuarenta días y cuarenta noches”. - Ex 24,18: Moisés permanece sobre el monte Sinaí, el monte del Señor, cuarenta días y cuarenta noches orando al Señor en espera del don de la Ley, sello de la Alianza; y al mismo tiempo, el pueblo traiciona esta espera construyendo el becerro de oro; Moisés deberá regresar todavía sobre el monte “por cuarenta días y cuarenta noches” (Ex 34,28) para recibir una Ley renovada y

Discípulos misioneros

P. Pedro Mexquitic Arredondo

una nueva Alianza. -Num 14, 33: “cuarenta años” dura la peregrinación del pueblo de Israel en el desierto para purificarse de toda huella de idolatría antes de entrar en la tierra prometida; es también el tiempo en el cual Israel experimenta la bondad del Señor (cfr. Dt 29, 4). - 1 Sam 17,16: es el tiempo de la prueba que Israel sufre del gigante Goliat, hasta que David en el nombre del Señor, lo vence liberando al pueblo de la ruina.

- 1 Re 19,8: el profeta Elías, desanimado por la persecución de la reina Jezabel, quería morir bajo un enebro, el ángel del Señor le lleva agua y pan. Refrescado, “caminó por cuarenta días y cuarenta noches” hasta el monte de Dios donde recibe del Señor una nueva energía para retomar su misión. -Jon 3, 1-9: después de la predicación de Jonás, la ciudad de Nínive durante cuarenta días de penitencia, recibe el perdón del Señor. - Mt 4,2: Jesús ayuna cuarenta días y cuarenta noches en el desierto dedicándose a la oración y venciendo la prueba a la cual ha sometido al diablo. - Hech 1,3: cuarenta días dura el tiempo que va de la resurrección de Jesús a su ascensión al cielo. Comentando este tiempo, San Ambrosio decía: “Cuarenta días: tú conoces el número simbólico. Te acuerdas que durante este número de días, las aguas del diluvio se han extendido, el profeta se ha santificado en el ayuno, Moisés ha merecido recibir la ley, los padres del desierto han vivido del pan de los ángeles”. El conjunto de estos acontecimientos constituye todavía hoy para nosotros un “signo”: Dios exige la purificación de la culpa para huir al juicio de muerte, Él pone a prueba antes de conceder su don de gracia, Dios purifica al hombre antes de admitirlo a su santidad. Todas las veces que recorre el número simbólico de 40 se tienen situaciones de prueba, de humillación, de debilidad, de desánimo… al final, Dios interviene con su acción misericordiosa para la fuerza y la confianza. Vista bajo esta luz simbólica, la Cuaresma se convierte en tiempo “favorable” en el cual el Señor quiere poner a prueba nuestra fidelidad y hacernos experimentar de cerca que solo en Él está la felicidad y la salvación: “no solo de pan vive el hombre, sino de toda palabra que sale de la boca de Dios” (Mt 4,4; Dt 8,3).

Pbro. Rafael Quintá

¡Saludos queridos discípulos misioneros! Les comparto algunas líneas sobre el perfil del misionero, en vistas a que muchos de ustedes participarán de la Misión de Semana Santa 2020. ¿Cuál es el perfil del misionero? • El Misionero es una persona enamorada del Reino, que ve y gusta la acción de Dios en los pueblos y culturas. Tiene una profunda espiritualidad misionera, es el hombre de las bie-naventuranzas. • Se siente enviado, como Jesús lo fue del Padre, realizando el proyecto de Dios en medio de los hombres. • Está formado según el Magisterio de la Iglesia. • Está preparado y entrenado por su formación a trabajar en equipo, con sentido de comunión y de participación. • Tiene también, en vista a su trabajo misionero específico, una preparación cultural adecuada. • Es capaz de arriesgarse. Va a donde otros no se animan a ir. • Opta con decisión privilegiando los grupos humanos y luga-res más difíciles, donde todavía no ha penetrado el mensaje de Cristo, o ha penetrado en forma insuficiente. No le asusta partir más allá de las fronteras. • Sabe hacer un buen análisis de la realidad, con un profundo sentido humano. • Está dispuesto a caminar y respetar el ritmo de la gente, con mucho sentido de adaptación. • Es un agente válido para la promoción humana, y su servicio es gratuito. • Su conciencia misionera es tan amplia como el mundo, está abierto a otras culturas y a renovarse constantemente frente a la novedad y al cambio que las situaciones y la gente exigen. • Procede con discreción y humildad, no pretende ser siempre protagonista. Le da a cada uno su propio lugar. • Es una persona alegre, de buen corazón, portador de consuelo, reflexivo sobre la realidad a la que va encaminado a trabajar, comunitario, fraternal, capaz de dar el testimonio que el mundo espera. Su vida es coherente con la fe que anuncia y proclama. • Descubre con su sensibilidad misionera las necesidades de integrar esta dimensión en todos los aspectos de la vida cristiana y eclesial. • Sabe ser también animador misionero de su propia Iglesia de origen, ayudándola a abrirse a la Iglesia universal. • Tiene como un sentido y un instinto de “éxodo” y de “itinerancia” al estilo de Abraham y del Pueblo de Dios peregrino • Es alegre para servir. El Papa Francisco nos dice: ¡No nos dejemos robar la alegría del Evangelio! (EG 93-97)


Domingo 01 de marzo de 2020

Elogio del artículo Por: Juan Jesús Priego

Hace dos o tres semanas, una amistad querida tuvo la gentileza de regalarme un libro; un libro que, según ésta, era lo mejor que yo podía leer en mi vida. ¡Ah, qué libro más bueno era! Ella ya lo había leído de cabo a rabo y lo había encontrado interesantísimo. ¿Cómo es que yo no había hecho ya lo mismo? ¿A qué me dedicaba que no me había aplicado aún a tarea tan placentera? Y diciendo esto, sacó de su maletín un libro cuyo grosor me puso los pelos de punta, me heló la sangre, o tal vez las dos cosas a la vez. -Los pilares de la tierra –dije, leyendo el título en voz alta-. Ken Follett. -¡No sabes, no sabes cómo vas a disfrutarlo! -Sí –aseguré ensayando mi mejor sonrisa, pero más que sonrisa era una mueca dolorosa-. Seguramente así será. Pero tan pronto como mi amiga se fue con su música a otra parte y hojeé con más detenimiento aquella mole descomunal sentí, lite-ralmente, que perdía el aliento. Dios mío, ¿a qué hora iba yo a leer tanta página? Pues bien, hasta ahora no he comenzado a leer Los pilares de la tierra. Y conste que nada tengo contra Ken Follett, salvo el hecho de haber escrito un libro demasiado grueso. ¡1360 páginas de letra abigarrada! ¿Y a qué hora voy a comer? ¿A qué hora voy a vivir, si sólo me dedico a leer esta cosa interminable? Tal vez en otro tiempo, cuando era más joven, lo hubiera hecho con mucho gusto, pero ahora ya no. Cuando uno es joven, sabe que si algo tiene en abundancia es tiempo, pero cuando pasan los años uno ya no sabe nada... Jesús, en el evangelio, nos habla de que es preciso aprender el arte de calcular: nadie se pone a construir una torre si no sabe si podrá acabarla. ¿Y no vale esto mismo para los libros? Yo no sé si esto les suceda también a otros, pero, lo que es a mí, me cuesta ya muchísimo emprender la lectura de una novela que exceda las 500 páginas. ¿Y si no consigo terminarla?¡Y no es pereza, no! ¡Es que es tan corta esta vida! A los que escriben bellos relatos en las menos páginas posibles, ¡cómo los admiro! Los cuentos de Stefan Zweig (1881-1942) son un claro ejemplo de ello. ¿Cómo pudo este hombre en tan poco espacio contar esas historias que luego no puede uno ya olvidar? En ellas no hay palabras de más: todo está perfectamente medido y calculado para no cansar innecesariamente al benévolo lector. Mendel, el de los libros, ¿no es fantástico? O tome usted, como botón de muestra, este otro: Los ojos del hermano eterno. ¡Con qué gusto coge uno del estante estos libros sabiendo que, por más corta que sea la vida, siempre habrá una hora o dos para terminarlos! Y, no obstante eso, como ya lo he dicho, son relatos breves: breves como la vida. Pienso también en los relatos de Franz Werfel (1890-1945), el escritor austriaco. ¿Quién que haya leído La muerte del pequeño burgués no queda fascinado por esa historia a la que no le sobra un punto ni una coma? ¡Es, para mí, el relato perfecto! Pero con que hubiera habido un renglón de más, todo se habría ido por la borda. Estas consideraciones –que no creo que sean inoportunas- me hacen caer en la cuenta de que es posible medir la humildad de un escritor por su capacidad de ser breve. Éste no dice, por ejemplo, al lector: “¡Ahora me vas a escuchar todo el tiempo que yo quiera!”. Nada de eso: los buenos escritores, cuando tienen algo que decir, lo dicen y callan.

El lector sigue al autor durante un cierto número de páginas, pero luego, si éste se demora demasia-do en decirle lo que le había sido prometido en el título, hace a un lado el libro o la revista y pasa a otra cosa. Esto lo supieron muy bien Ortega y Unamuno, quienes, en vez de escribir voluminosos tratados, dieron a conocer su filosofía a través de artículos periodísticos que prometían no quitarle al lector más tiempo del que éste, por su propio gusto, hubiera podido darles. Que después estos autores reunieran en gruesos volúmenes todos esos artículos, ésa es ya otra historia… ¡El artículo periodístico! ¿Qué hay de más humilde que un artículo de periódico? Es humilde porque no pretende explicar los misterios de la vida, sino, en todo caso, sólo enunciarlos; tampoco quiere quitar a los lectores el poco tiempo que la vida les deja para sentarse cómodamente en un sillón, sino, a lo mucho, sólo cinco o diez minutos: los suficientes para delinear con rapidez el perfil de las cosas. Según Julián Marías (1914-2005), un artículo, un artículo verdadero, se debe escribir de un tirón, y de un tirón, igualmente, deberá leerse. Un artículo que se escribe por partes y que por partes se lee –un renglón hoy y otro mañana- es siempre un artículo imperfecto: o porque costó demasiado esfuerzo al autor y lo hizo ver, o porque lo encontró demasiado árido el lector. Poco antes de morir, don José Vasconcelos (1882-1959) reconocía así la importancia de los artículos periodísticos: “En los tiempos clásicos, un autor despierto y batallador, un Lope de Vega, escribía comedias para dar voz a sus opiniones y sentimientos, sobre toda clase de asuntos vitales. La edad presente no tiene tiempo para leer las mil comedias del ilustre poeta, ni siquiera porque son suyas. Nuestra atención se halla solicitada por un número incalculable de asuntos morales, políticos, científicos, económicos. El género que corresponde a una situación mental parecida es el artículo de revista o de diario… El artículo ha sido visto como un género menor; pero ya es tiempo de que ascienda de categoría cuando se ocupa de asuntos sustanciales” (En el ocaso de mi vida). Una vez, según cuenta don Melchor de Santa Cruz de Dueñas en su Floresta española, un soldado fue a pedirle al rey una merced que al punto le fue negada. El soldado besó la mano del monarca con muchas muestras de agradecimiento. Cuando los que estaban por allí cerca le preguntaron que por qué se había mostrado tan agradecido si no había obtenido nada, respondió el soldado: “Porque me despachó presto”. Puede que un artículo no nos dé lo que esperábamos de él, pero le quedaremos siempre agradecidos por no habernos entretenido demasiado.

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Programas Cáritas San Luis

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oy sigue siendo importante recordar a los hombres y mujeres de buena voluntad que deben compartir sus bienes con los más necesitados mediante la limosna, como forma de participación personal en la construcción de un mundo más justo. Compartir con caridad hace al hombre más humano, mientras que acumular con-lleva el riesgo de que se embrutezca, ya que se cierra en su propio egoísmo. (Mensaje del Santo Padre para la Cuaresma 2020). El servicio de la caridad, es una dimensión constitutiva de la misión de la Iglesia y expresión irrenunciable de su propia e-sencia; todos los fieles tienen el derecho y el deber de implicarse personalmente para vivir el mandamiento nuevo que Cristo nos dejó (cf. Jn 15, 12), brindando al hombre contemporáneo no sólo sustento material, sino también sosiego y cuidado del alma (cf. Carta enc. Deus Cáritas est, 28). Dios mediante, iniciaremos esta Campaña Diocesana de la caridad 2020, el miércoles de Ceniza (26 de febrero) y fina-lizando el 9 de abril. Por tal motivo es un momento central en nuestra Iglesia Potosina para sensibilizarnos acerca de las necesidades de los demás y así ver de maneras muy concretas el como darnos a los demás, desprendernos de lo que tenemos y compartirlo, y ver en el necesitado la imagen de Cristo. El próximo domingo 8 de marzo es el día de la Caridad momento en que como sociedad e iglesia nos uniremos de forma particular mediante la colecta de las misas de este mismo día, lo cual una parte de lo recaudado será destinado a Cáritas diocesana para seguir fortaleciendo el apoyo a quienes lo necesitan. Feria de la caridad Cáritas San Luis te invita a participar con motivo del día de la caridad en la feria de la caridad que se llevará a cabo el próximo domingo 8 de marzo en la parroquia de Jesucristo Sumo y Eterno Sacerdote (B. Anaya) en punto de las 8:00 am donde daremos a conocer cada uno de nuestros programas. “Seamos las manos de Dios en la tierra”


Protocolo de Instrumentos Publicos año de 1592 del escribano real Pedro Venegas (Quincuagésima Novena Parte)

José Ricardo García López Investigador en retiro de la Facultad de Derecho de la UASLP. Escritura número 43 Sepan cuantos esta carta vieren como yo, Diego de Monroy señor de [ mis carros] estante al presente en este pueblo de San Luis de la Nueva España, otorgo e conozco por esta carta que de mi grado y buena voluntad vendo e doy en venta real para agora (sic) y siempre jamás a vos Alonso Díaz, estante en estas minas que estáis presente para vos e para vuestros herederos e sucesores y para quien vos y ellos quisiéredes, es a saber: cuarenta varas de mina que yo tengo en el Cerro del Potosí de a Nueva España que son las diez de ellas [que] me donó el capitán Miguel Caldera, su fecha en México en, primero de mayo del año pasado que está reconocida y otras diez varas de mina y otras diez varas que me dio y dono Pedro Sánchez Monroy en primero de mayo de dicho año de noventa y dos que asi mismo está reconocida y otras diez varas de mina que me dio y donó Andrés Escudero en nueve días del mes de marzo del año pasado por una cédula con testigos y diez varas de mina que me dio y donó Diego Adame Parreño en nueve días del mes de marzo del dicho año del noventa y dos que así mismo está reconocida, las cuales dicha donación e vos entrego originalmente y vos las vendo por libre de hipoteca y censo y de otro enajenamiento alguno y por precio y cuantía de quinientos pesos de oro común que por compra de ellas me habéis dado y pagado de que soy contento y entregado a mi voluntad y renuncio la excepción de la pecunia y del entrego, prueba e paga de él como en ella se contiene y confieso y declaro que las dichas cuarenta varas de mina no valen, más, pero si más o valen o valer pueden, de la tal demasía e más valor quier (cualquiera que) sea, en mucha o poca cantidad vos hago gracia e donación pura, mera perfecta e irrevocable con los requisitos en derecho necesarios desde hoy día de la fecha de esta carta para siempre, me aparto y desisto y a mis herederos de la tenencia, propiedad y señorío que tengo y me pertenece a las dichas cuarenta varas de minas y todo ello lo cedo, renuncio y traspaso en vos el dicho Alonso Díaz para que sean vuestras y de vuestros herederos y de quien vos y ellos quisiéredes y las podáis vender, dar, donar, trocar, cambiar, hacer y disponer de ellas como de cosa vuestra habida y comprada con vuestros propios dineros y adquirida con justo y derecho título de compra como esta lo es y vos doy poder y facultad para que por vuestra propia autoridad o (aquí termia la foja número 29 frente, continúa la 29 vuelta con la misma escritura) judicialmente podáis tomar y aprehender la tenencia y posesión de las dichas varas de mina. En el ínterin que no las tomáis me constituyo en vuestro inquilino. De esta manera las tengo y no de otra. Y vos las vendo por las dichas donaciones [y por el derecho] que a ellas tengo sin me obligar otro saneamiento, y para lo cumplir y pagar y haber por firme obligo mi persona y bienes habidos y por haber y por esta carta doy todo mi poder cumplido a las justicias e jueces de su Majestad de cualesquier parte fueros jurisdicción que sean a donde me someto e renuncio mi propio fuero e jurisdicción, domicilio y vecindad y renuncio la Ley si convénerit de iurisdictione ómnium iudi-

cum para que las dichas justicias o cuales-quiera de ellas me apremien al cumplimiento y a la paga de lo que dicho es como si fuera por sentencia definitiva de juez competente pasada en cosa juzgada. E renuncio todas e cualesquier leyes, fueros y derechos de mi favor y la general del derecho. En testimonio de lo cual otorgué esta carta ante el presente escribano y testigos de iuso escritos en cuyo registro lo firmé. Que es fecha en San Luis Minas del Potosí a veinte días del mes de junio de mil e quinientos y noventa y tres años e yo el escribano doy fe que conozco a el otorgante siendo testigos: Juan de Valle y Francisco Rodríguez y Diego Muñoz, estantes en estas minas. Diego de Monroy. Ante Mi: Pedro Venegas (rubrica) Escribano real. Escritura número 44 Sepan cuantos esta carta vieren como yo Alonso Díaz, vecino de estas minas del Potosí de la Nueva España otorgo e conozco por esta carta que debo e me obligo de dar e pagar e que daré e pagaré a Diego Monroy Chirionero (?) que está presente y a quien su poder hubiere, quinientos pesos de oro común, de valor el peso de ocho reales de plata, los cuales vos debo e son por razón y de precio de cuarenta varas de mina que hoy día me vendisteis que están en el Cerro del Potosí que os dio y donó el capitán Miguel (termina la foja 29 vuelta y continúa en la foja 30 frente). Caldera y Diego Adame Parreño y Pedro Sánchez Monroy y Andrés Escudero como consta de las dichas donaciones que me entregastes (sic) originalmente de que soy contento y entregado a mi voluntad sobre que renuncio la evicción de la pecunia y el entrego, prueba e pago de él como en ella se contienen y prometo e me obligo de vos dar estos dichos quinientos pesos del dicho oro en estas dichas minas o en otra parte e lugar que se me pidan y demanden llanamente e sin pleito alguno en plata que los valga e monte. La mitad de los dichos pesos de oro para de hoy día de la fecha de esta carta en seis meses y la otra mitad, cumplimiento de la dicha compra, para de hoy día de la fecha de esta carta, en once meses cumplidos primeros siguientes en dos pagos iguales con las costas de la cobranza para lo cual ansí cumplir e pagar e haber por firme e obligo mi persona e bienes habidos e por haber e doy poder a las justicias de Su Majestad de cualesquier parte, fuero e jurisdicción que sean a donde me someto e renuncio mi propio fuero e jurisdicción, domicilio e vecindad y la Ley Si convenerit de iurisdictione ómnium iudicum para que las dichas justicias e cualesquiera de ellas me apremien a la paga e cumplimiento de lo que dicho es como si fuera por sentencia definitiva de juez competente, pasada en cosa juzgada sobre lo cual renuncio todas e cualesquier leyes fueros e derechos de mi favor y la general del derecho. En testimonio de lo cual otorgue esta carta ante el presente escribano y testigos de iuso escritos, en cuyo registro lo firmé. Que es fecha en San Luis Minas del Potosí a veinte días del mes de junio de mil e quinientos y noventa y tres años. E yo el escribano doy fe que conozco a el otorgante y testigos: Juan de Valle y Francisco Rodríguez y Diego Muñoz. Estantes en estas minas. Alonso Díaz (rubrica) Ante Mí: Pedro Venegas (rubrica) Escribano real.

El 5º mandamiento de la Ley de Dios: No matarás

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Por: Javier Algara

n semanas recientes, y con justa razón, el tema del feminicidio ha ocupado la atención de la sociedad mexicana. El número de muertes violentas de mujeres está al alza de forma alarmante en casi todas las regiones del país. La sociedad no puede ignorar esta tragedia, ni la autoridad dejar de adoptar inmediatamente medidas inteligentes y prácticas para detenerla. De nada sirve, y es poco realista, acusar al neoliberalismo, como hizo el Presidente de la República, de ser el único causante de este horroroso fenómeno. El socialismo y el comunismo -y los partidos políticos modernos que se adhieren a tales ideologías, como MORENA, PT, PRD y otros-, presuntamente contrarios al liberalismo, a sus secuelas y a sus versiones actualizadas, tampoco se han distinguido nunca por su respeto a la vida humana, ni de hombres, ni de mujeres, ni de bebés aún no nacidos. Dejar morir a los ciudadanos enfermos en los hospitales públicos por no abastecer -con excusas difíciles de creer- las medicinas necesarias tampoco habla bien del respeto presidencial hacia la vida humana. Ni será la solución definitiva la recategorización legal del crimen de feminicidio. Podrán incluso los legisladores inventar nuevos castigos para los asesinos; hacerlos más severos. Pero eso no detendrá ni el feminicidio, ni el homicidio, ni el aborto, ni la eutanasia. Porque no se habrá llegado al fondo del problema. La única manera en que el hombre dejará de ser el peor e-nemigo del hombre es aprender a respetar al prójimo. O sea, que reconozcamos en el otro una naturaleza igual a la nuestra y, consecuentemente, una dignidad y un valor iguales a los propios. Eso es lo que en otras palabras especificó el Señor Jesucristo al responder a los que le preguntaron cuál era el mayor mandamiento de la ley de Dios. Conocemos bien la respuesta del Maestro. El mayor mandamiento es “Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma, con todas tus fuerzas y con toda tu mente; y a tu prójimo como a ti mismo”. Quien ama a su prójimo como se ama a sí mismo ¿podrá desear la muerte del otro? ¿Podrá atentar contra su vida? No hace falta explicar que el amor del que habla Jesús, el amor que necesitamos poner en práctica respecto a nuestros prójimos, no es un amor romántico, excitante y sensible. Nadie siente mariposas en el estómago acerca de sí mismo. Ese amor, así como el que tenemos que dirigir a Dios, es un acto de elección libre basado en la realidad; en la verdad del otro. Cuando podemos reconocer a Dios como la persona que reúne en sí toda verdad, toda belleza y todo bien, nuestra voluntad necesariamente lo elegirá a Él como su objeto primario, como lo más deseable. Del mismo modo, cuando reconozcamos en el prójimo a alguien tan valioso e importante, -tan bueno, verdadero y bello- como nosotros mismos, será necesario que nuestra voluntad quiera para él lo mismo que queremos para nosotros: lo mejor de lo mejor. Los demás mandamientos de la ley de Dios, entre ellos el quinto: “no matarás”, no son sino la aplicación práctica de ese primer y mayor mandamiento. Obviamente, todo lo que se refiere al amor al prójimo y, claro, al respeto a su vida, únicamente será posible si ponemos en práctica la primera parte del primer mandamiento: amar a Dios sobre todas las cosas. Dios deja de ser el objeto supremo de nuestra voluntad cuando ese lugar lo ocupamos nosotros mismos; cuando nos convertimos en nuestros propios dioses esto pasa, el valor del prójimo disminuye ante nuestros ojos porque nos habremos convertido en el objeto supremo de nuestra voluntad, y nos convenceremos a nosotros mismos de que también lo somos de la voluntad del prójimo. Su vida deja de tener su valor real y somos nosotros los que decidimos si vale o no. El incremento en la frecuencia con la que los seres humanos estamos quitándonos la vida unos a otros no se debe sólo al liberalismo, al socialismo o al comunismo sino al principal efecto que esas y otras ideologías tienen en nosotros: el olvido de Dios. Negar a Dios es negar el valor de la vida humana. Restablecer a Dios en el lugar que le corresponde es la única solución real al problema de la violencia mortal que afecta a la humanidad.


Pastoral de la familia

El primer domingo de marzo

Por: María Teresa de Guadalupe Perea Parrales Miembro de la Pastoral Familiar E-mail: porlavidaylafamilia.hoy@gmail.com

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l primer domingo de marzo, se festeja el Día de la Familia en México, el 2005, fue el año el gobierno federal decidió nombrar el primer domingo de marzo como una fecha para celebrar a la familia y reflexionar sobre la importancia que tiene para la sociedad. Después de que un grupo de instituciones y empresas, organizadas como Asociación Civil con el nombre de “Consejo de la Comunicación”, gestionaron y obtuvieron como resultado de reuniones y consultas a diferentes organizaciones, incluida la Comisión Episcopal de la Familia, que se estableciera el “Día Nacional de la Familia en México”. Esta iniciativa, surgió el día 13 de enero de 2005. Una celebración de regocijo, que habla de la importancia de la familia. Su base primera es el matrimonio de dos personas, hombre y mujer, que en entrega conyugal, generosa y responsable, educarán a los hijos que Dios en su bondad infinita dará. Es la familia llamada a ser: Célula fundamental de la sociedad, Iglesia Doméstica, Santuario de Vida, Comunidad de Vida y Amor. Hoy día la familia debe ser modelo de vida Cristiana. Donde papá y mamá, sean reales pilares de la estructura familiar y para los hijos. Con dolor profundo, vemos los daños y los crímenes cometidos en asesinatos, secuestros robos, a las personas a lo largo y ancho de nuestro país; una situación de horror y pérdida del respeto a la dignidad humana que cada persona posee. La lejanía al llamado de Dios Padre que ha hecho a sus hijos con este encargo muy concreto: “Ámense los unos a los otros como Yo los he amado”.

Es pues urgente responder al “!Ámense¡”. Que la familia sea quien tome las riendas de la paz, de la concordia, de la unidad, de la seguridad y de la educación de sus miembros, para que podamos respon-der al llamado que el Papa Juan Pablo II hizo: “¡Familia sé lo que eres!”. El Papa Francisco ha pedido en la Exhortación Apostólica Querida Amazonia en el numero 22: “Cristo redimió al ser humano entero y quiere recomponer en cada uno su capacidad de relación con los otros. El Evangelio propone la caridad divina que brota del Corazón de Cristo y que genera una búsqueda de justicia que es inseparablemente un canto de fraternidad y de solidaridad, un estímulo para la cultura del encuentro. La sabiduría de la manera de vivir de los pueblos origina- rios —aun con todos los límites que pueda tener— nos estimula a profundizar este anhelo. Por esta razón, los Obispos del Ecuador reclamaron «un nuevo sistema social y cultural que privilegie las relaciones fraternas, en un marco de reconocimiento y valoración de las diversas culturas y de los ecosistemas, capaz de oponerse a toda forma de discriminación y dominación entre los seres humanos»”. Está dado, desde hace más de dos siglos, que del Corazón de Cristo brota la caridad, que eliminará toda injusticia, toda violencia, que sea contra varón o contra mujer. Entonces habrá un canto de fraternidad y solidaridad, como han pedido los obispos; un sistema donde se privilegien las relaciones fraternas, pues es en la familia, la célula primera de la sociedad, la que ha de cantar la fraternidad, la acogida de toda vida, como fruto del amor del corazón de Cristo.

Pastoral penitenciaria

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El Rostro de Cristo, luz que ilumina el servicio de la Pastoral Penitenciaria (II- II)

P. Azarías

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a Iglesia con su servicio pastoral al mundo, del que la realidad carcelaria forma parte, ofrece un punto de referencia moral para la formación de las conciencias, para la renovación moral de la sociedad y de sus estructuras. El cristiano, a la luz del Rostro de Cristo, confinado en las prisiones, debe sentirse impulsado por la misericordia a trabajar en su servicio, haciendo todo lo que deba y pueda para cambiar la situación inhumana en que viven la mayoría de los encarcelados. Los agentes que evangelizan el mundo de las cárceles deben impulsar y colaborar en todas aquellas iniciativas que favorezcan la renovación del sistema penitenciario, con creatividad y esperanza impulsarlo para que éste busque alternativas a la reclusión, evite que las penas sean desproporcionadas al delito cometido y a las circunstancias del encarcelado o detenido. Por otra parte, si bien es cierto que a la pastoral penitenciaria como institución de la Iglesia no le compete declarar culpables o inocentes, formular las leyes, administrar la justicia en una sociedad, sí tiene el derecho y el deber de denunciar todas aquellas situaciones que lesionan la dignidad de la persona humana, de proponer el Evangelio y los principios de su doctrina social para colaborar en la formación de las conciencias de quienes tienen la obligación de administrar la justicia, incluidas las autoridades y guardias carcelarios, promover la reflexión sobre el sentido de las penas, abrir horizontes a iniciativas que vuelvan más humano el sistema pe-nitenciario, apelar a la conciencia de la sociedad y de sus instituciones. La Iglesia debe unir fuerzas con las demás instituciones de la sociedad para fomentar y fortalecer medidas para la prevención del delito y para la reinserción en la sociedad de quienes salen de las prisiones. Los agentes de la pastoral penitenciaria pueden realizar y realizan en este campo una labor encomiable; - En todas las situaciones que encuentran. Existen situaciones que requieren una mayor reflexión, y que se han tratado ampliamente y deberán seguirse tratando, siempre a la luz del Evangelio. Me refiero brevemente a algunas de estas situaciones: - La atención y cuidado de las víctimas del delito. Éstas han sufrido a causa de los errores de otros, una especial atención se les debe brindar también a ellas, para evitar que se hundan en la tristeza, la desesperanza o el deseo de venganza. Cuando han sido objeto de un mal reparable, en justicia se debe reparar, pero siempre a la luz de la misericordia de Dios que abre horizontes para el perdón, la reconci-liación y la pacificación. En el compromiso de la pastoral penitenciaria no deben ser olvidadas. - La denuncia profética de toda clase de tortura en las prisiones. Una sociedad que se considere civilizada, democrática y moderna debe hacer todo lo posible por cancelar todo tipo de prácticas que degradan física y moralmente a las personas en prisión. - El cuidado de las familias de los detenidos, porque éstas generalmente se convierten en otras personas castigadas, y con frecuencia soportan un peso mayor que la condena que sus familiares cumplen privados de su libertad física. Las mujeres, especialmente las madres de familia deben solas velar por el sustento y la educación de los hijos. Ellos son, con mucha frecuencia, los miembros más vulnerables en el amplio espectro del mundo penitenciario. La pastoral penitenciaria católica, y la Iglesia toda, tiene un desafío muy importante en implementar una pastoral familiar para los miembros de las familias en condiciones particularmente vulnerables. Las comunidades parroquiales, particularmente aquellas a las que pertenecen estas familias, deben implicarse para aliviar, con la caridad de los miembros de la comunidad, las necesidades de las familias de los prisioneros. La primera acción será la de evitar cualquier marginación. - La concienciación de la sociedad. La sociedad no puede cerrar los ojos, no puede ser indiferente ante la realidad penitenciaria, si bien es cierto que cada uno es responsable de sus actos, es también cierto que a la sociedad le corresponde parte de la responsabilidad, y en base a esa responsabilidad ella debe ponerse en movimiento para remediar o prevenir el delito. Una sociedad que simplemente identifica al culpable y lo condena, evita cuestionarse a sí misma, sus criterios, estilos de vida, opciones y estructuras.


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Pecados

Un día que estaba enseñando, había sentados algunos fariseos y doctores de la ley que habían venido de todos los pueblos de Galilea y Judea, y de Jerusalén. El poder del Señor le hacía obrar curaciones. En esto, unos hombres trajeron en una camilla a un paralítico y trataban de introducirle, para ponerle delante de él. Pero no encontrando por dónde meterle, a causa de la multitud, subieron al terrado, le bajaron con la camilla a través de las tejas, y le pusieron en medio, delante de Jesús. Viendo Jesús la fe de ellos, dijo: “Hombre, tus pecados te quedan perdonados”. Los escribas y fariseos empezaron a pensar: “¿Quién es éste, que dice blasfemias? ¿Quién puede perdonar pecados sino sólo Dios?” Conociendo Jesús sus pensamientos, les dijo: “¿Qué están pensando en sus corazones? ¿Qué es más fácil, decir: ‘Tus pecados te quedan perdonados’, o decir: ‘Levántate y anda’? Pues para que sepan que el Hijo del hombre tiene en la tierra poder de perdonar pecados, - dijo al paralítico -: ‘A ti te digo, levántate, toma tu camilla y vete a tu casa’”. Y al instante, levantándose delante de ellos, tomó la camilla en que yacía y se fue a su casa, glorificando a Dios. El asombro se apoderó de todos, y glorificaban a Dios. Y llenos de temor, decían: “Hoy hemos visto cosas increíbles” (Lc 5, 17-26).

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ara los hijos de Israel había algo claro, con respecto al perdón de los pecados: solo Dios puede hacerlo. Nadie puede perdonar los pecados, sino solamente Dios. Además los pecados se supone que se perdonaban mediante ritos y ofrendas, sacrificios en el templo de Jerusalén. En este texto queda mostrado con claridad esta certeza de los judíos con respecto al perdón de los pecados. Veamos. La escena que meditamos tiene varios signos de misericordia. En primer lugar, los amigos de aquel hombre paralítico tienen compasión de su amigo y lo ayudan; lo trasladan a donde Jesús está enseñando y haciendo curaciones. Pero la situaciones se complica pues la casa en donde se encuentra Jesús está totalmente llena; era difícil llegar hasta donde Jesús estaba. Deciden esforzarse un poco más. Suben al techo, quitan parte de él y bajan a aquel desgraciado, el cual, en un momento ya se encuentra frente a Jesús. Veamos ahora lo que dice San Lucas sobre este hecho. Él dice que Jesús vio toda la actitud de los hombres que colocan al paralítico a sus pies. Jesús procedió a atender a aquel pobre hombre, acaso no debido a la necesidad que tuviera de ser curado, pues no se per-cibe en el texto que aquel hombre dijera ninguna cosa a Jesús; aquel hombre no suplica, no pide, no solicita. Su sola presencia es ya toda una actitud, una plegaria. Jesús vio la fe de aquellos hombres, suponemos que Lucas se refiere a la fe de los hombres tenaces que, desafiando la situación casi imposible, ayudan a su amigo, a su prójimo, a estar cerca de Jesús para ser curado de esta calamidad, de esta situación de su-frimiento. “Dichosos los misericordiosos, porque obtendrán misericordia”, dirá Jesús en su discurso del monte. Y aquellos hombres tuvieron misericordia de su amigo y lograron de Jesús, no solo un milagro de sanación física, sino un milagro aún más grande: el perdón de los pecados de su amigo. En efecto, Jesús prefiere emplear unas palabras novedosas para curar al paralítico; en lugar de ordenarle que se ponga de pie, en lugar de mandar a la enfermedad que se alejara, decide mostrarle una misericordia más grande. Y es verdad, porque, ¿Qué más misericordioso que perdonar? ¿Qué cosa hay más misericordiosa que el otorgar el perdón de los pecados? Aquel hombre no pedía nada, quizá también tenía parálisis en su lengua; aquellos hombres, los amigos

del paralítico solo querían que su amigo fuera curado, que pudiera caminar, andar con ellos por todas partes. Y obtuvieron un regalo más grande. Al mismo tiempo que aquel hombre recibe la salud en su cuerpo, también recibe la salud de su alma. Recordemos aquí que para la mentalidad judía el estar enfermo, el vivir con muchos fracasos, pobreza extrema significaba sin duda que aquel que viviera estas atrocidades era en efecto un gran pecador, o bien, que sus antepasados, sus padres o abuelos, habían pecado gravemente o se habían apartado de Dios. Y Dios, según ellos, castiga a los malvados por varias generaciones, por lo menos tres. Por el contrario, si alguien tenía éxito en sus negocios, una larga vida, salud y mucha descendencia, eso significaba que, sin lugar a dudas, ese alguien era un justo y temeroso de Dios, lo mismo que sus antepasados, porque Dios bendice al hombre justo con toda clase de bienes. Es preciso señalar también aquí que, como dice San Pablo, por el pecado del hombre entró la muerte en el mundo; la muerte -y la enfermedad es un signo de ésta- es también resultado del pecado; y en la mente de Dios, quitado el pecado, se recupera la salud. Jesús, como sea, dirige unas palabras extraordinarias al paralítico, le dice: “hombre, tus pecados te son perdonados”. Él sabía de la presencia de los fariseos y doctores de la Ley en ese lugar, como dice San Lucas, ahí estaban unos escribas y fariseos venidos de Jerusalén, lo mismo que de otros lugares de Judea; sobre todo había muchos galileos, entre ellos también los principales, los maestros de la fe, de la religión y de la Ley de Dios. Jesús se da cuenta de que los fariseos y escribas estaban inconformes con esa manera de proceder; sabe también que sus corazones están o confundidos o corrompidos. Y en efecto, aquellos sabios hombres están pensando y comentando que eso no se vale, que nadie tiene en este mundo el poder de perdonar los pecados, el cual está reservado solo a Dios. Para ellos esto es totalmente escandalizante; si alguien pretende perdonar los pecados de los hombres, entonces o es Dios o es un blasfemo. Y ellos estaban seguros en su interior que Jesús no es Dios, por lo tanto, según ellos, es un hombre y es blasfemo. Lo que no sabían o no querían aceptar los escribas y los fariseos, era que Jesús sí es Dios, que él es el hijo de Dios y es que no habían escudriñado suficien-temente las Escrituras, de lo contrario, sabrían que Jesús es de quien muchos profetas hablaron,

lo mismo que los salmos y la Torá. No habían leído adecua-damente a Isaías, el que les habló de: el “Dios con nosotros”, tampoco a los otros profetas. No meditaron suficientemente en las palabras del salmo 118: “la piedra que desecharon los constructores es ahora la piedra angular”, y ahora ellos eran quienes menospreciaban a esta piedra que es Jesús. Para ellos Jesús era solamente un pecador, además uno que blasfemaba; pero ni por un segundo se pusie-ron considerar que si este hombre fuera un pecador ¿cómo es que curaba a los enfermos con tanta autoridad, con tanto poder? ¿Cómo podía el poder divino actuar en él si no era un enviado de lo alto? Y Jesús cura a muchos enfermos, pero quiere especialmente dejar en claro que ha venido a traer al mundo la gracia, que ha venido a quitar el pecado del mundo, y esto apenas era el principio. Más tarde dará a sus apóstoles la facultad de perdonar los pecados en su nombre, de bautizar en su nombre a todas las naciones, con lo cual dejará su poder restaurador en la Iglesia por siempre. Para Jesús es lo mismo decir: “tus pecados te quedan perdonados” que decir: “levántate y anda”. Él sana; él perdona los pecados. Y abiertamente lo dice: “para que vean que el hijo del hombre tiene poder en la tierra para perdonar los pecados…”. Y le ordena al pobre paralítico que se levante, que cargue su camilla y vaya a su casa. Inmediatamente aquel hombre recupera la salud. Y carga con su camilla, aquel instrumento que antes lo tenía a él postrado, ahora él lo carga; antes otros cargaban la camilla y al enfermo en ella, pero ahora él puede andar y llevar su camilla por sí solo; ya no necesita que otros lo transporten; ahora podrá ir a su casa, abrazar a sus seres queridos, podrá trabajar, pero sobre todo, ya no será considerado públicamente como un pecador por el simple hecho de no poder andar. Ahora su dignidad quedó restablecida. Si sus padres pecaron o si él pecó para haber vivido en esas condiciones, eso quedará en el olvido, porque sus pecados le quedaron perdonados. Todos se quedaron asombrados y glorificaron a Dios aquel día, pero los fariseos y los escribas seguirán molestos, incómodos ante Jesús; intentarán po-nerle trampas para averiguar de dónde vienen esos poderes; tratarán de hacerle caer en contradicción, pero no lo lograrán. Porque él es la piedra angular. Porque él es el hijo de Dios, el cordero que quita el pecado del mundo; él es la misericordia viva.


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Palabra de Dios

Del Santo Evangelio según San Mateo 4, 1-11

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n aquel tiempo, Jesús fue llevado al desierto por el Espíritu para ser tentado por el diablo. Y después de ayunar cuarenta días con sus cuarenta noches, al fin sintió hambre. El tentador se le acercó y le dijo: “Si eres Hijo de Dios, di que estas piedras se conviertan en panes”. Pero él le contestó: “Está escrito: “No solo de pan vive el hombre, sino de toda palabra que sale de la boca de Dios””. Entonces el diablo lo llevó a la ciudad santa, lo puso en el alero del templo y le dijo: “Si eres Hijo de Dios, tírate abajo, porque está escrito: “Ha dado órdenes a sus ángeles acerca de ti y te sostendrán en sus manos, para que tu pie no tropiece con las piedras”. Jesús le dijo: “También está escrito: “No tentarás al Señor, tu Dios”. De nuevo el diablo lo llevó a un monte altísimo y le mostró los reinos del mundo y su gloria, y le dijo: “Todo esto te daré, si te postras y me adoras”. Entonces le dijo Jesús: “Vete, Satanás, porque está escrito: “Al Señor, tu Dios, adorarás y a él solo darás culto”. Entonces lo dejó el diablo, y he aquí que se acercaron los ángeles y lo servían. Palabra del Señor.

Derrotó el pecado y la muerte “Misericordia, Señor: hemos pecado”. La invocación del Salmo responsorial, que resonará en nuestra asamblea, expresa de manera significativa el sentimiento que nos anima en este primer domingo de Cuaresma. Estamos al comienzo de un singular itinerario de penitencia y conversión. Nos damos cuenta de que se trata de una ocasión favorable para reconocer el pecado, que ofusca nuestra relación con Dios y con los hermanos: “Yo reconozco mi culpa -proclama el salmista-, tengo siempre presente mi pecado: contra ti, contra ti solo pequé, cometí la maldad que aborreces” (Sal 50, 5-6). A la acción insidiosa del Maligno no escapa el Mesías, como narra San Mateo en la página evangélica de hoy: “Jesús fue llevado al desierto por el Espíritu para ser tentado por el diablo” (Mt 4, 1). En el desierto es sometido a una triple tentación por parte de Satanás, a la que resiste con decisión. Jesús reitera con firmeza que no es lícito poner a prueba a Dios; no está permitido rendir culto a otro dios; nadie puede decidir por sí mismo su propio destino. La referencia última de todo creyente es la Palabra que sale de la boca del Señor. En estas pocas líneas se bosqueja el programa de nuestro camino cuaresmal. También nosotros estamos llamados a atravesar el desierto de la cotidianidad, afrontando la tentación recurrente de alejarnos de Dios. Estamos invitados a imitar la actitud del Señor, que obedece con decisión la palabra del Padre celestial .

Dignidad de la mujer

Javier Francisco Cerda Tiscareño

M

3° de Filosofía

uchas mujeres que habían seguido a Jesús desde Galilea para asistirlo estaban allí (Mt 27,55). Seguir al Maestro implica desprendimiento, perseverancia, decisión. En los momentos más difíciles fueron precisamente ellas quienes se mantuvieron a la expectativa. Muchas de ellas fueron elegidas, es decir, fueron alcanzadas por su gracia, por su amor, fueron sanadas y rescatadas de las garras del pecado. La gratitud es característica de aquellas mujeres, gratitud que generó una lealtad que llegó hasta las últimas consecuencias. No era para menos, pues el rescate fue de una sociedad para la cual ellas quedaban reducidas a seres sin voz. La gran novedad llegó un buen día en el que el Señor se apiadó de ellas y desde entonces quisieron vivir tan cerca de Él como les fuera posible. “Desde el principio de la misión de Cristo, la mujer demuestra hacia él y hacia su misterio una sensibilidad especial, que corresponde a una característica de su femineidad” (Mulieris Dignitatem 16). Esa sensibilidad que distingue a la mujer es quizá lo que encendió el corazón del Maestro y lo llevó a tomar la opción por ellas, porque ocuparan un lugar importante en la misión que encomendó a los Apóstoles. Desde entonces la participación de la mujer en la vida de la Iglesia ha sido constante y fiel, aunque no libre del todo, pues muchos factores dentro de la sociedad han marcado límites que, sin embargo, han sido superados por muchas de ellas a lo largo de la historia. Sin ir más lejos, recordemos el ejemplo de la Beata Conchita Cabrera que en su vida se entregó a la acción del Espíritu Santo y dejó a la Iglesia el legado de sus escritos y las obras de la Cruz.

Sin embargo, para participar plenamente en la victoria de Cristo es preciso comprometerse a cambiar el propio modo de pensar y de actuar, a la luz de la palabra de Dios.

Cada día las mujeres participan más activamente en la vida de las sociedades y de la misma forma lo hacen en la Iglesia, y su papel no es el de mujer sumisa y marginada, sino de persona decidida y activa. Desde el inicio de su pontificado, el Papa Francisco ha puesto especial atención en esto y ve la necesidad de “ampliar los espacios para una presencia más incisiva en la Iglesia” (Evangelii Gaudium 103). Esto no está muy lejos de la realidad, pues en los templos, la mayor parte en el número de los fieles son mujeres y muchas de ellas cooperan activamente en las actividades pastorales de las parroquias, además de que en muchas ocasiones cuentan con una excelente formación teológica y litúrgica.

“Oh Dios, crea en mí un corazón puro, renuévame por dentro con espíritu firme” (Sal 50, 12). Hagamos nuestra esta invocación del salmista. Es una súplica muy oportuna en el tiempo de Cuaresma. Así llegaremos a celebrar la Pascua, renovados y reconciliados con Dios y con los hermanos.

Existen todavía personas que sienten que las mujeres son marginadas, alejadas de la Iglesia, pero la participación y el compromiso de muchas dice lo contrario.

Pbro. José de Jesús Cruz Rodríguez

¡Gracias mujer por ser un modelo de seguimiento de Cristo, de entrega y fidelidad!

En el mundo, dominado a menudo por el mal y el pecado, resplandece victoriosa la luz de Cristo. Él, con su pasión y resurrección, ha derrotado el pecado y la muerte, abriendo a los creyentes las puertas de la salvación eterna.


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Educando para el amor

Domingo 01 de marzo de 2020

La exaltación del cuerpo no puede ser la muerte del alma

...Lo de Dios a Dios

Fil. Rafael Gómez M.

L

os acontecimientos mundiales y locales de unos contra otros conmocionan por la crueldad con que son perpetrados. Están en turno las mujeres que se manifiestan contra el maltrato femenino y cada vez con mayor vehemencia. Los múltiples movimientos feministas ahora se pronuncian mediante acciones, inéditas unas, repetidas otras. La propuesta de un paro nacional de mujeres, “un día sin nosotras”, parece una novedosa propuesta a la que se suman toda clase mujeres y por la que se despiertan toda clase de reacciones, a favor y en contra. En nuestro país, durante toda una semana, el caso de la niña Fátima ha ocupado la mente de los mexicanos y los encabezados de todas las expresiones noticiosas. Este caso solo se suma a muchísimos otros, tan violentos, que acaban en muerte. Respecto de Fátima hay un sinnúmero de opiniones. En su muerte intervinieron una mujer y un hombre. ¿El caso tiene raíces feminicidas… se trata de femincidio, o de infanticidio… cuáles son sus causas? Una familiar de la niña, psicóloga de profesión, sostuvo en una entrevista que se le hizo, que se trataba de un hecho de indecible crueldad que retrata el estado de “salud mental” de la sociedad. Pidió poner una seria consideración sobre la salud mental por la vía de la psicología correctiva. ¿De qué está enferma la sociedad que necesita terapias emergentes? Las manifestaciones públicas que se vienen haciendo en el mundo tienen en común la exigencia de respeto a lo que se consideran derechos, “derechos humanos”, pero exigidos entre faltas de respeto y asombrosas contradicciones. Exigir respeto a un derecho, implica “res-peto”. ¿Cómo es que se exige respeto al mismo tiempo que se critica con vehemencia lo mismo que se practica con violencia? El corazón humano se confunde cuando confunde el para qué del ser humano que ha sido llamado a la vida para el amor y elige el camino del desamor porque, entre paredes que hacen su casa, no su hogar, no se reconoce vestigio alguno del amor que construye. Los padres, desunidos y por desunirse, que pelean y discuten en presencia de sus hijos, les hacen conocer los motivos de su desamor, aunque, cada uno por su cuenta trabaje afanosamente por darles, “muchas cosas”, como prueba de su amor. Una sociedad enferma, si se va al origen de su mal, se encontrará en sus casas, pobres y ricas, de cuatro o de muchas más paredes, a padres y madres indiferentes a la vida, enfermos de la violencia que entra de la calle a la casa y sale de la casa a la calle. Hoy, hombres y mujeres, cohabitan sin el conveniente escrutinio del noviazgo y sus tiempos, que sirve para dialogar sobre valores e intereses en común; hoy muchos se asocian con la anuencia de lo que, dicen, es lo definitivo, “la química corporal”. Con tal anuencia y con tal química, forman algo parecido a un matrimonio y luego algo parecido a una familia. Muchos otros, no buscan formar ni matrimonio ni familia, pero sí buscan contactos físicos, casi siempre con parejas inéditas, pero con el solo propósito de usar y abrazar el cuerpo, nunca el alma del otro. Otros muchos asocian sus exitosas profesiones, con el único propósito de enlistarse en las filas “de los productores y consumidores de sensaciones, experiencias placenteras y bienes de consumo”. Es así “como uno hace del otro parte de sus propios bienes de consumo y como uno usa al otro, con el apego a lo que es su propiedad”, con la confusión de que, tal apego, es amor. Tal apego, que no es amor, no puede dar su fruto maduro, “la vida”. A-tarse al cuerpo del otro, no es amarlo. La vida solo se quiere y se ama, cuando se ama al otro en la plenitud y totalidad de su cuerpo y de su alma. Se reprocha al cristianismo de haber sido adversario de la corporeidad, pero tal apreciación es engañosa cuando nos engañamos “exaltando al cuerpo y matando al alma”; es este el inicio de toda violencia. La salud mental depende de la vida del alma de la que nace el amor “a toda vida”. En oposición a la violencia, a la muerte del alma, ha de buscarse el descubrimiento del otro, ocuparse del otro, preocuparse porque el otro, igual que por mí mismo, para que aspiremos al amor en todas sus dimensiones, de cuerpo y alma, a lo definitivo de la eternidad, que es el descubrimiento de Dios y que parte de Jesús, hecho hombre, que, a través de la cruz, todo lo lleva hacia la resurrección, que es reencuentro con el amor y con toda vida.

El amor en la vida social P. David Grimaldo

L

a Liturgia de la Palabra de este Domingo nos presenta el drama del pecado. El ejercicio del libre albedrío de Adán y Eva, ante la insistencia del Maligno de desobedecer el mandato divino de «no comer del fruto del árbol de la Vida y del árbol del conocimiento del bien y del mal», trajo consigo, al comer el fruto prohibido, la destrucción de la criatura humana. Este pecado originario de desobediencia corrompió, es decir, hecho a perder el alma y el cuerpo de quienes fueron hechos a imagen y semejanza de Dios. El alma quedó en estado de muerte eterna por la desobediencia y el cuerpo se empezó a deshacer con la enfermedad hasta finalmente morir. El Hombre (varón y varona) quedó totalmente destrozado. El demonio logró su objetivo: hacer que el ser humano fuece expulsado de la presencia divina, del Edén o Paraiso. El Maligno sabía que tentando y convenciendo a Eva, el pecado acabaría con el alma y el cuerpo de nuestros primeros padres, sin embargo, no tocó el espíritu, el aliento de Dios, que les fue infundido y que en definitiva fue lo que los había hecho ser imagen y semejanza de Dios. El Aliento divino, el espíritu, va a ser la chispa divina que traerá la esperanza de un futuro restaurador. Nadie pensó que este Mesías sería el mismo Dios bendito. Ante este hecho, se refleja la sublimidad y la belleza de los grandes misterios de la vida de Cristo acerca de la salvación: la Encarnación, la Predicación del Reinado de Dios, la Pasión-Muerte y la Resurrección. Misterios que solo son comprendidos en su justo valor, si son revelados por nuestro Padre Celestial (Mt 16,17). El Maligno, es decir, Satanás, miles de años después del pecado original, quiso hacer caer a nuestro Señor Jesucristo. Jesús fue tentado, en el desierto, por el demonio prometiéndole dinero, poder y fama. Ante estas tentaciones, nadie en toda la historia de la humanidad, había puesto resistencia. Eran infalibles según pensaba el tentador. Pensó el principe de la mentira que a Jesús lo tumbaría y lo haría pecar irremediablemente, sin embargo, no pudo. Jesús terminó las tentaciones con esta frase: «Vete, Satanás, porque está escrito: “Al Señor, tu Dios, adorarás y a él solo darás culto”». Desgraciadamente estas tentaciones han sido efectivas a lo largo de toda la vida de la Iglesia. Muchos hombres y mujeres han caido fácilmente y sin poner mucha resistencia. El pecado social y sus estructuras crece cada día con más fuerza. Se ha cambiado al Dios de nuestro Señor Jesucristo por el dios dinero, el dios poder y el dios de la fama y de la vanagloria. Estos idolos han ocupado el lugar, los corazones de las personas desde donde debería reinar el Rey de reyes. Los pecados de esta «adoración idolátrica», por parte de muchos católicos y no católicos, ustedes ya los conocen: Guerras, corrupciones, violencia, robo, inmoralidad, desenfreno sexual, crimen, infanticidio, feminicidio, abortos, drogas, injusticias, etc. Para poder cambiar esta realidad marcada por el dominio de Satanás, es necesario, nos dice el Compendio de la Doctrina Social de la Iglesia, la práctica de la Caridad: «Para plasmar una sociedad más humana, más digna de la persona, es necesario revalorizar el amor en la vida social —a nivel político, económico, cultural—, haciéndolo la norma constante y suprema de la acción. Si la justicia «es de por sí apta para servir de “árbitro” entre los hombres en la recíproca repartición de los bienes objetivos según una medida adecuada, el amor en cambio, y solamente el amor (también ese amor benigno que llamamos “misericordia”), es capaz de restituir el hombre a sí mismo ». No se pueden regular las relaciones humanas únicamente con la medida de la justicia: «El cristiano sabe que el amor es el motivo por el cual Dios entra en relación con el hombre. Es también el amor lo que Él espera como respuesta del hombre. Por eso el amor es la forma más alta y más noble de relación de los seres humanos entre sí. El amor debe animar, pues, todos los ámbitos de la vida humana, extendiéndose igualmente al orden internacional. Sólo una humanidad en la que reine la “civilización del amor” podrá gozar de una paz auténtica y duradera ». En este sentido, el Ma-gisterio recomienda encarecidamente la solidaridad porque está en condiciones de garantizar el bien común, en cuanto favorece el desarrollo integral de las personas: la caridad «te hace ver en el prójimo a ti mismo» (n. 582).


Domingo 01 de marzo de 2020



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