Edición 570

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Un día por todas

U

n grupo de mujeres encabeza la campaña #UnDíaPorTodas, que rechaza tanto la violencia en México como la agenda de promoción del aborto que enarbolan los colectivos feministas que organizan el paro nacional del 9 de marzo #UnDíaSinNosotras #UnDíaSinMujeres. En un manifiesto, las mujeres que organizan esta campaña señalaron que “alzamos la voz para exigir respeto y seguridad, para nosotras, para nuestros seres queridos y para todos, sin pretextos y también sin ideologías”. “Somos mexicanas unidas exigiendo un país con respeto, sin violencia, con respeto y sin vandalismo. Exigimos un país que reconozca y corrija la violencia, sin generar usar la violencia”, señalaron. “También exigimos respeto a la vida humana en todas sus etapas, denunciando a la sociedad en general y a las autoridades en particular, el cumplimiento de ofrecer ambientes seguros, libres de violencia, que nos permitan vivir en paz. Pedimos seguridad en la calle, en el transporte, en el aula, en el trabajo, en las redes, en los medios, en el hogar y en toda nuestra vida”, añadieron. La convocatoria al paro nacional el 9 de marzo, organizado por feministas proaborto, surgió en medio de la conmoción social por los asesinatos contra mujeres y niñas registrados en las últimas semanas en México. En un comunicado difundido el 26 de febrero, las organizadoras colocaron como primer punto de sus demandas el “legalizar el aborto seguro y gratuito en todo el país”, y reivindicaron “el derecho al matrimonio igualitario y la adopción para las mujeres lesbianas, bisexuales, cis y trans”. A través de su sitio web, #UnDíaPorTodas señaló que “ante la convocatoria del Paro Nacional ‘Un día sin nosotras’, a realizarse el 9 de marzo de 2020, nos encontramos con ideas que incluyen un sesgo ideológico con el que no nos identificamos. Nosotras sí queremos respeto y seguridad, pero no queremos genera-lizaciones ni lucha de mujeres contra hombres”. “Sí queremos un alto a la violencia pero no queremos la promoción del aborto. Una cosa es pedir que las mujeres estén seguras, y otra muy distinta promover que se eliminen seres humanos inocentes en el vientre de sus madres”, señaló la plataforma. La campaña #UnDíaPorTodas ha logrado además unir a cientos de organizaciones de distintos credos, instituciones educativas, organizaciones en defensa de la vida y la familia, entre otras. #UnDíaPorTodas lanzó además un sistema de recolección de firmas, para recoger las adhesiones de quienes exijan el fin de la violencia en el país y rechacen la agenda del aborto de los colectivos feministas.

Dejémonos guiar por la mirada de

Año 12

No. 570

Semana del 08 al 14 de marzo de 2020

Dios

L

a Cuaresma es el tiempo privilegiado de la peregrinación interior hacia Aquél que es la fuente de la misericordia. Es una peregrinación en la que Él mismo nos acompaña a través del desierto de nuestra pobreza, sosteniéndonos en el camino hacia la alegría intensa de la Pascua. Incluso en el “valle oscuro” del que habla el salmista (Sal 23,4), mientras el tentador nos mueve a desesperarnos o a confiar de manera ilusoria en nuestras propias fuerzas, Dios nos guarda y nos sostiene. Efectivamente, hoy el Señor escucha también el grito de las multitudes hambrientas de alegría, de paz y de amor. Como en todas las épocas, se sienten abandonadas. Sin embargo, en la desolación de la miseria, de la soledad, de la violencia y del hambre, que afectan sin distinción a ancianos, adultos, hombres, mujeres y niños, Dios no permite que predomine la oscuridad del horror. La “mirada” conmovida de Cristo se detiene también hoy sobre los hombres y los pueblos, puesto que por el “proyecto” de Dios todos están llamados a la salvación. Jesús, ante las insidias que se oponen

a este proyecto, se compadece de las multitudes: las defiende de los lobos, aun a costa de su vida. Ante los terribles desafíos de la pobreza de gran parte de la humanidad, la indiferencia y el encerrarse en el propio egoísmo aparecen como un contraste intolerable frente a la “mirada” de Cristo. El ayuno y la limosna, que, junto con la oración, la Iglesia propone de modo especial en el período de Cuaresma, son una ocasión propicia para conformarnos con esa “mirada”. La Cuaresma nos quiere guiar precisamente a esta salvación integral. Al dirigirnos al Señor Jesús, al convertirnos a Él, al experimentar su misericordia gracias al sacramento de la Reconciliación, descubriremos una “mirada” que nos escruta en lo más hondo y puede reanimar a las multitudes y a cada uno de nosotros. Devuelve la confianza a cuantos no se cierran en el escepticismo, abriendo ante ellos la perspectiva de la salvación eterna. Por tanto, aunque parezca que domine el odio, el Señor no permite que falte nunca el testimonio luminoso de su amor.


Domingo 08 de marzo de 2020

Dies Mulieris

H

emos iniciado con alegría y entusiasmo el santo tiempo de la Cuaresma. Tiempo de gracia y de reconciliación que se expresa, ante todo, en la conversión. Esta palabra de origen griego está compuesta de dos términos que implican lo que significa este tiempo: Metanoia: Meta ir más allá- Nous, mente; etimológicamente, será entonces, el cambio de mentalidad, por lo tanto, cambio de actitudes, de forma de pensar; cambiar, concretamente, nuestro modo de ser. El tiempo de cuaresma nos invita a un cambio en las actitudes, en el cambio de las viejas costumbres que no nos ayudan a crecer y ni ayudan a crecer a los demás. Es el tiempo del encuentro con el Cristo vivo. Pero el cambio no solo debe ser teórico, no solo en las buenas intenciones, sino ante todo, en las obras, en las actitudes. Obras son amores, y no solo buenas razones, nos enseñaban nuestros queridos y amados seres mayores. El tiempo de cuaresma es un tiempo de encuentro con nosotros mismos, una invitación a conocernos a nosotros mismos. Conócete a ti mismo, rezaba aquella bendita inscripción en el templo de Apolo en Delfos. Y, es que, si no nos cono-cemos a nosotros mismos, ¿cómo vamos a conocer cuáles son nuestras propias tentaciones? Si no nos conocemos de verdad, ¿cómo vamos a descubrir la presencia de Dios en nuestras vidas? Él se sigue manifestando hoy en ellas, en nuestras familias, y en nuestro mundo. Se manifiesta y se transfigura en la mirada inocente y confiada de los niños, en la angustia y desesperación de los que lloran o sufren la enfermedad o la desilusión. Se sigue transfigurando en las mujeres, que conscientes de sus realidades, buscan transformarlas, pero no a costa de la destrucción o del vandalismo. Se sigue transfigurando en las mujeres que cons-cientes de su esencia femenina buscan la paz y la igualdad, proponiendo caminos de reconciliación y de justicia. En las mujeres, que víctimas de la indiferencia y la injusticia, claman por tiempos y espacios mejores. En las mujeres, que impulsadas por la fe y la caridad, ofrecen lo mejor de sus vidas, amando y sirviendo en el silencio, a los más pobres y necesitados. No por casualidad el Dios-Hombre se encarnó en el seno inmaculado de una mujer ilusionada y llena de esperanza, de fe, y de inmensa y plena caridad. No por nada el Señor Jesús, quiso nacer de las entrañas de una bendita Madre. Mujer, tú eres y has sido elegida para ser cooperadora de la vida. Has sido creada para alegrar los corazones más estresados y a-margados. Has sido creada con la misma igualdad y dignidad que tus hermanos los hombres de ayer, de hoy y de mañana. No pierdas tu esencia, grita, lucha, busca la igualdad en tus derechos, pero también, grita, lucha, busca la igualdad en tus deberes. Dios le concedió a la mujer el don de la belleza material y espiritual, le concedió inteligencia y dignidad. Le dio una tarea y una misión muy especial, demasiado especial. Pidamos al Señor del cerca y del junto, del tiempo y de la historia, que nos ayude a valorar lo que somos y tenemos. Que nos permita descubrir y valorar nuestra tarea y nuestra misión en este mundo que se va. Pidamos al Señor que nos dé la oportunidad de convertirnos y de volver nuestra mirada siempre a él. Que María, la Mujer de la Cuaresma y de la Pascua, interceda por nosotros ante el Padre, para que sepamos vivir en la sinodalidad.

Bienaventurados los mansos Queridos hermanos y hermanas, ¡buenos días! Queridos hermanos y hermanas, ¡buenos días! En la catequesis de hoy abordamos la tercera de las ocho bienaventuranzas del Evangelio de Mateo: “Bienaventurados los mansos, porque ellos heredarán la tierra” (Mt 5,4). El término “manso” usado aquí significa li-teralmente dulce, suave, gentil, no violento. La mansedumbre se manifiesta en los momentos de conflicto, se puede ver por la forma en que se reacciona a una situación hostil. Cualquiera puede parecer manso cuando todo está tranquilo, pero ¿cómo reacciona “bajo presión” si es atacado, ofendido, agredido? En un pasaje, San Pablo recuerda “la mansedumbre y la dulzura de Cristo” (2Cor 10, 1). Y San Pedro, a su vez, recuerda la actitud de Jesús en la Pasión: no respondió ni amenazó, porque “se confió al que juzga con justicia” (1Pe 2, 23). Y la mansedumbre de Jesús se ve con fuerza en su Pasión. En la Escritura la palabra “manso” también indica el que no tiene propiedad de la tierra; y por lo tanto nos llama la atención el hecho de que la tercera bienaventuranza diga precisamente que los mansos “heredarán la tierra”. En realidad, esta bienaventuranza cita el Salmo 37. Allí también la mansedumbre y la posesión de la tierra están relacionadas. Estas dos cosas, pensándolo bien, parecen incompatibles. De hecho, la posesión de la tierra es el ámbito típico del conflicto: a menudo se lucha por un territorio, para conseguir la hegemonía de una determinada zona. En las guerras, el más fuerte prevalece y conquista otras tierras. Pero observemos con atención el verbo utilizado para indicar la posesión de los mansos: no conquistan la tierra; no dice “bienaventurados los mansos porque conquistarán la tierra”. La heredan. Bienaventurados los mansos porque “heredarán” la tierra. En las Escrituras, el verbo “heredar” tiene un significado aún más grande. El Pueblo de Dios llama “herencia” precisamente a la tierra de Israel, que es la Tierra de la Promesa.

Esa tierra es una promesa y un regalo para el pueblo de Dios, y se convierte en un signo de algo mucho más grande que el mero territorio. Hay una “tierra” —permítanme el juego de palabras— que es el Cielo, es decir, la tierra hacia la que caminamos: los nuevos cielos y la nueva tierra hacia la que vamos (cf. Is 65, 17; 66, 22; 2Pe 3, 13; Ap 21, 1). Entonces el manso es aquel que “hereda” el más sublime de los territorios. No es un cobarde, un “perezoso” que se encuentra una moral cómoda para no meterse en problemas. ¡Nada de eso! Es una persona que ha recibido una herencia y no quiere dispersarla. El manso no es una persona complaciente, sino el discípulo de Cristo que ha aprendido a defender otra tierra bien distinta. Defiende su paz, defiende su relación con Dios, defiende sus dones, los dones de Dios, defendiendo la misericordia, la fraternidad, la confianza, la esperanza. Porque las personas mansas son personas misericordiosas, fraternas, confiadas y personas con esperanza. Aquí debemos mencionar el pecado de la ira, un gesto violento, del cual todos co-nocemos su impulso. ¿Quién no se ha enfadado alguna vez? Todos. Debemos volver al revés la bienaventuranza y preguntarnos: ¿Cuántas cosas hemos destruido con la ira? ¿Cuántas cosas hemos perdido? Un momento de ira puede destruir muchas cosas; se pierde el control y no se valora lo que es realmente importante, y se puede arruinar la relación con un hermano, a veces sin remedio. Por la ira, tantos hermanos no se hablan, se alejan uno del otro. Es lo contrario de la mansedumbre. La mansedumbre reúne, la ira separa. La mansedumbre, en cambio, conquista muchas cosas. La mansedumbre es capaz de ganar el corazón, salvar amis-tades y mucho más, porque las personas se enfadan pero luego se calman, se replantean las cosas y vuelven sobre sus pasos, y así se puede reconstruir con la mansedumbre. La “tierra” a conquistar con la mansedumbre es la salvación de aquel hermano del que habla el mismo Evangelio de Mateo: “Si te escucha, habrás ganado a tu hermano” (Mt 18, 15). No hay tierra más hermosa que el corazón de los demás, no hay territorio más bello que ganar la paz reencontrada con un hermano. ¡Y esa es la tierra a heredar con la mansedumbre!


Domingo 08 de marzo de 2020

La Iglesia y la familia

Proyecto Global de Pastoral

I

¡No tengan miedo!

P. Juan José Torres Galván

niciamos la lectura comentada del Proyecto Global de Pastoral (en adelante PGP) que nuestros obispos mexicanos han diseñado y difundido a raíz de la exhortación que les hizo el Papa Francisco en su visita a México en el año 2016. La petición que planteó el Papa Francisco fue “un serio y cua-lificado proyecto de pastoral que respondiera con valor profético a las circunstancias que vive nuestro pueblo”. La invitación no ha quedado en el olvido. Los obispos se han propuesto trabajar programáticamente, teniendo como punto de partida el mes de mayo del año 2018, fecha de la publicación de este PGP, y dos fechas de llegada: el 2031, cuando ce-lebraremos el quinto centenario del Acontecimiento Guadalupano; y el año 2033, cuando realizaremos el Jubileo por el segundo milenio de nuestra Redención. Nuestros obispos nos animan a seguir orando y trabajando por la aplicación de este PGP en las diócesis y provincias eclesiásticas, para que se despierte nuestro deseo de caminar juntos y contribuir a la construcción de un México más justo, reconci-liado y en paz. En la Introducción del Documento los Obispos toman como centro el gran acontecimiento redentor llevado a cabo por Jesús, el Hijo de Dios hecho hombre que se entregó y murió por nosotros. Su muerte y resurrección culminan con el don del Espíritu a toda su Iglesia. El año 2033 será motivo de un gran júbilo para toda la Iglesia. El Misterio Pascual de Cristo no ha perdido novedad con el paso de los siglos. Por el contrario, su valor está presente y eficazmente operante en la fe y por la fe. Para los creyentes los Jubileos no son simplemente un recuerdo histórico, sino actualizaciones de su significado dinámico y siempre presente entre nosotros. Ante esta celebración del segundo milenio del acontecimiento redentor, nosotros, beneficiarios de esta redención, actualizamos lo que somos, vivimos y experimentamos: la plenitud que Jesús vino a traer a nuestro mundo. Los obispos se preguntan: ¿Qué está haciendo la Iglesia que peregrina en México para hacer viva y actual la redención? ¿Qué está haciendo para edificar una comunidad en la que los creyentes vivan más plenamente (divinamente) su humanidad? Es indispensable un examen de conciencia para escudriñar, a la luz del Espíritu Santo, si como Iglesia hemos sabido ser fermento, que, con la fuerza del Evangelio, transforme los valores humanos de la sociedad mexicana… En el año 1531, Santa María de Guadalupe hizo resonar en sus palabras, la bondad y novedad del anuncio cristiano que, con la conquista, había quedado empañada ante los pueblos indígenas. Redención significa rescatar de la esclavitud. Eso hizo Jesús con su muerte y resurrección. Y esto mismo significó el Acontecimiento Guadalupano para los pueblos conquistados en el territorio nacional, así lo manifiesta la Virgen cuando pide que le construyan “una casita” para desde ahí dar el consuelo materno de Dios a su pueblo. Este consuelo es el cumplimiento y realización de la justicia y la paz. (PGP 1-10)

El valor de la mujer

Saludo con afecto y cariño a todas nuestras familias potosinas:

Hoy domingo, 8 de marzo, celebramos el Día de la Mujer. El lema para este año 2020 es: “Soy de la Generación Igualdad: Por los derechos de las mujeres”. Celebrar este día, no cabe duda que se busca alcanzar un mundo en el que cada mujer pueda ejercer sus derechos, participar en política y vivir en sociedades sin violencia ni discriminación”. Para lograr todo esto, es importante proponer procesos que, partiendo de la verdad sobre la persona y su naturaleza social, tiendan a forta-lecer su identidad, dones, capacidades, confianza, visión y protagonismo en orden a su propio desa-rrollo y a generar cambios positivos en la sociedad. Dificultades para reconocer la dignidad de la mujer Hoy es un hecho: “El reconocimiento de su dignidad y derechos han sido un proceso complejo”; con grandes aciertos, muchos avances, algunos errores y todavía incompleto. ¿Porqué? ¿cuántas mujeres siguen siendo hoy víctimas de incomprensión, discriminación, inequidad, injusticia, acoso, explotación, miseria, abandono, violencia, modas y estilos de vida degradantes, falta de oportunidades educativas, laborales y de participación social y política?. ¡Cuántos casos de éstos son causa de la homofobia que existe en muchos hombres hasta llegar a una manipulación comercial, afectiva, ideológica!. Y hacen de ella no sujeto, sino objeto. Esto revela nuestra pobreza y poco sentido humanitario. Revela también que no hemos reco-nocido aún ésta verdad: “Dios ha creado al hombre y a la mujer a su imagen y semejanza”. Frente a afirmación, todos debemos hacer resplandecer la verdad acerca de la mujer, para que cada una sea reconocida, valorada, respetada, promovida y defendida”. Jesús dignificó a la mujer No olvidemos que Jesús, el Hijo de Dios nacido de una mujer, María, fue promotor ante sus contemporáneos de la verdadera dignidad de la mujer, y nos la presenta como la “Nueva Eva”, la propone como modelo y ejemplo de mujer redimida. Él tuvo un trato cuidadoso con ellas, les llamó a su seguimiento y amistad. Y en la mañana de Pascua se presentó a una de ellas y les confió que llevarán

la Buena Nueva de la Resurrección a los apóstoles. Por eso creo que la mujer, “con su ser, su vida, ternura, sensibilidad, pensamiento, inteligencia, palabras y obras ha ofrecido a lo largo de la historia una contribución invaluable a favor de la vida y el progreso de la familia y de la humanidad, de nuestra patria y de nuestro San Luis, a pesar de los obstáculos y a pesar de las adversidades que han tenido que enfrentar”. Un pensamiento del Papa Francisco sobre la mujer El Papa Francisco, más de alguna ocasión ha señalado que el descarte es una de las tentaciones de la sociedad actualmente, es por ello, hablando de las mujeres, señala que “Las reivindicaciones de los legítimos derechos de las mujeres, a partir de la firme convicción de que varón y mujer tienen la misma dignidad, plantean a la Iglesia profundas preguntas que la desafían y que no se pueden eludir superficialmente”, Evangelii Gaudium, n.104. Además, “En el curso de estos últimos decenios, junto a otras transformaciones culturales y sociales, también la identidad y el papel de la mujer, en la familia, en la sociedad y en la Iglesia, ha conocido notables cambios y, en general, la participación y la responsabilidad de las mujeres ha ido creciendo”. El aporte de la mujer en nuestra sociedad y particularmente en la vida y misión de la Iglesia a lo largo de toda la historia merece una alta valoración. Necesitamos seguir haciendo camino para que su identidad y misión en el mundo aparezcan en todo su esplendor. Yo les invito queridas familias potosinas: “Impulsemos especialmente en nuestra vida familiar, una cultura que favorezca la vida, dignidad, derechos y deberes de toda persona y que brinde al mundo femenino oportunidades de educación, salud, respeto, trabajo, participación social y política; y un desarrollo integral del que ninguna sea excluida y se preparen así para las tareas que les esperan, un día no lejano”. De esta manera, dándole su lugar a la mujer, estaremos haciendo fuerte a la humanidad, enriqueciéndola con la grandeza y aporte del “genio femenino”. Con mi admiración para quienes Padre Dios les ha dado el “Ser Mujer”, se despide y les bendice su hermano y Obispo

+ Mons. Jesús Carlos Cabrero Romero Arzobispo de San Luis Potosí


04

Nuestra historia

La cruenta guerra Chichimeca 3ra. Parte L

Por Pbro. Rubén Pérez Ortíz

uego que Caldera regresó de México en 1589, a donde condujo a los guachichiles que se dieron de paz el año anterior, se llevó a cabo la fundación de las nuevas poblaciones del altiplano. Sin ningún temor, ya podían los comisionados de Caldera transportar los regalos de paz desde México o Zacatecas hasta las minas de Charcas. “Hoy todos los caminos y pasos peligrosos están tan seguros como de Toledo a Madrid”, afirmaba el 25 de noviembre de 1598 el virrey. El tunal Grande, hasta hacía poco la zona más riesgosa, ya se podía cruzar por los cuatro vientos sin ningún temor. Los chirrio-neros o carreros empezaron a hollar la altiplanicie y a conectarla con el Camino de la Plata. Pascual Carrasco, el primero que en la década de 1580 lo abrió a los grandes carros cubiertos, en 1597 aún acarreaba mercancías de Zacatecas a Venado, en cooperación con el capitán Juan de Saldívar, al igual que otros muchos carreros como lo afirma P. Powell. Con la seguridad asentada en toda la tierra, la creciente incorporación de más y más guachichiles pacificados a las nuevas congregaciones y la progresiva exigencia de más regalos de paz, fue preciso crear una elemental estructura jurídica, tanto para impedir la anarquía como evitar que los indios volvieran a la guerra. El 3 de marzo de 1590, el vi-rrey Velasco nombró a Caldera “justicia mayor de todas las nuevas poblaciones” chichimecas –y San Luis, Valle de San Francisco y Mexquitic desde hacía tiempo que eran “nuevas”- y lo comisionó para amparar a los indios y distribuir los regalos; al mismo tiempo, designó a Martín Jiménez y a Antonio de Moxica como sus ayudantes “cerca del capitán Caldera” y a su yerno Juan de la Torre protector de los atanatoyas que estaban estableciéndose en la parte sur del Valle de San Francisco o Villa de Reyes. Para 1590 ya hacía tiempo que se había iniciado el proceso de la fundación de los asentamientos humanos en el Tunal Grande. Fue cuando llegó el momento de dar forma y formalizar en todos sus aspectos las improvisadas rancherías y convertirlas en pueblos “en forma de república y policía”. Por una parte, de acuerdo con lo dispuesto por el virrey, junto a los caciques y su gente, se les asignó un religioso y un maestro labrador, que fue la inicial estructura; luego, a partir de marzo de 1590, el nombramiento de capitanes protectores y de “almaceneros reales”, encargados de la distribución de los regalos, con estricta cuenta de los repartido y ante un religioso y testigos. Las cuentas formales, muy rigurosas, empiezan precisamente en esos meses. Todo bajo la dirección de justicia mayor Miguel Caldera. Es por demás elocuente la afirmación del virrey de Villamanrique, del 14 de febrero de 1590, cuando ya había entregado el virreinato: “ahora dejé ordenado que en siete poblaciones que se van haciendo en la –Nueva- Galicia, en el valle de San Luis y en el de Mexquitic y San Francisco. Las Charcas, Te-

cultiche, Tlaltenango, San Andrés y otras partes, se les diesen algunos indios amigos, maíz y diez yuntas de bueyes y un español con sueldo de soldado que les mostrase a cultivar la tierra y vida política y un religioso”. Para consolidar estas fundaciones, en el mismo día 30 de marzo de 1590, el virrey Velasco añadió otras comisiones para los subordinados de Caldera: a Juan de la Hija, ascendió a capitán, la distribución de los bienes de paz en Charcas: a Juan Mejía, labrador, encargado del cultivo de las cemen-teras de los chichimecas en San Sebastián Ojo de Agua del Venado; a Francisco Hernández, lo mismo, en un lugar llamado Arroyo de los Frailes; a Andrés de Fonseca, igualmente, en las Bocas de Maticoya; a Pedro de Anda, en San Luis, y a Juan de Segura, en el Valle de San Francisco, para los atanatoyas. En esta forma, a las poblaciones iniciales: Valle de San Francisco, San Luis y Mexquitic, fundadas en 1589, se añadieron en 1590 otras, como Venado, Bocas, Espíritu Santo y Santa María. Del 17 al 21 de junio, Caldera y De la Hija, en presencia de fray Cristóbal de Espinosa, tal como era ya de rigor, entregaron diversos regalos a los indios que habían llegado a Mexquitic. Bocas de Maticoya, Charcas, Matehuala y otras partes: 364 varas de paño, 3354 varas de sayales, 651 frazadas mestizas, 233 huipiles, 32 tilmas, 35 enaguas enteras, 30 jubones, 93 camisas, 181 sombreros con sus cordones, 250 gargantillas, 12 docenas de zapatos, 5 docenas de botines de cordobán, 53 declas de cuchillos carniceros, 15 chales, 9 libras de seda y 1000 agujas. “Todo lo cual se dio y repartió en pre-sencia del padre fray Cristóbal de Espinosa, estando presente el capitán Miguel Caldera y de mí el capitán Juan de la Hija… y por verdad lo firmamos…” La diferencia entre 233 huipiles y sólo 35 “enaguas enteras”, se explica por el hecho de que las indias solían llevar una piel de animal que les cubría de la cintura a la rodilla y era más necesario cubrir el busto desnudo. La Real Caja de Zacatecas, en ese año de 1590, gastó un total de 14,000 pesos en los regalos de paz, además de 24 mulas, 128 bueyes, 20 yeguas, 24 arados y salarios para los trabajadores indios. En tal año, la mayoría de los regalos de paz los recibió Caldera para las zonas de Mexquitic, San Luis y Charcas. Juan de la Hija, por su parte, en diciembre recibió un rebaño de 264 animales y varias cargas de maíz. Si la “gente del Rey” ya tenía que comer y con que vestirse, le faltaba en cambio en que ocuparse. Los “maestros labradores” se empeñaban en enseñarles a cultivar la tierra para aquerenciarlos a ella y en busca de una autosuficiencia; pero faltaba la enseñanza de todas las artesanías y, lo más importante, la evangelización estable y la total aculturación.

La Iglesia Potosina y nuestro Semanario La RED se unen en oración por el sensible fallecimiento de la Sra. María Guadalupe Gómez Grimaldo Madre de nuestro hermano sacerdote Martín Alfredo Hernández Gómez La Sra. María Guadalupe falleció el 2 de marzo. Su Misa exequial fue celebrada el jueves 5 de marzo en la Parroquia de San Nicolás Tolentino, Tierranueva. Dios le dé el descanso eterno y a su familia y amigos el consuelo y la paz.

Sin consecuencias, no hay aprendizaje Pbro. Lic. Salvador González Vásquez

N

o hay aprendizaje que no duela. Porque no aprenderemos a vivir, hasta que no nos enfrentemos con el dolor, no basta estar informados, es necesario vivirlo, para saber de qué se trata la vida. Ya que ésta, solo se conoce al vivirla. Hay papás, que por tratar de evitar el sufrimiento, no preparan a sus hijos para enfrentar los golpes que nos la vida. Para aprender a vivir no es suficiente estar informado; porque no basta con saber que hay dolores y alegrías. Es necesario vivirlo, para saberlo. Ya lo dice el dicho: “Nadie experimenta en cabeza ajena”. Por tal motivo, hay que vivir la propia experiencia, para saber de qué se trata la vida. No hay mejor escuela, que la vida misma. Porque ésta, nos devuelve lo que le hemos dado para hacernos conscientes de lo que estamos haciendo. Con todo eso, podemos estar seguros, de que no hay acción que no tenga una repercusión. Si golpeamos a la vida, la vida nos devuelve el golpe. Porque solo así nos damos cuenta, que nuestras acciones traen consecuencias. Los golpes de la vida nos moldean, y ayudan a adquirir sabiduría. Por eso decimos, que no hay enseñanza que no duela. Si nuestros actos no tuvieran consecuencias, nunca aprenderíamos a vivir. Siempre que pensemos en hacer algún daño, hay que preguntarnos: ¿Cuál es el precio, que tendremos que pagar por nuestros actos? Porque el mal que hacemos, tiene un costo; así como el bien que hagamos, tendrá su recompensa. Educar no solo es enseñar. Eso, solo es información; pero falta lo más importante: la formación. Y ésta, duele. No hay mejor manera de aprender a vivir, que viviendo. Los golpes que da la vida, son un acertado aprendizaje que da sabiduría.

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Cosas y Casos de la vida

05

La Virgen María en el derecho canónico Por: Pbro. Lic. Héctor Colunga Rodríguez

colunga46561@hotmail.com

Queridos lectores: El Código de Derecho Canónico hace mención de la devoción a la Virgen María en los siguientes cánones:

¿Todo homicidio de mujer es feminicidio?

(P. KINO)

E

s lamentable la muerte violenta de todo ser humano. Vivimos en un mundo donde cada vez más la mujer va tomando conciencia de su valor en el mundo, de su dignidad. Ha habido cambios favorables para ellas, y para muestra un botón, Aristóteles define a la mujer como “varón fallido”. Hoy esta definición es anacrónica y mostraría una grande falta de respeto al ser femenino. Si antiguamente se veía la mujer como inferior al hombre en su organismo, en su moral, en lo jurídico etc., hoy decimos que hombre y mujer son iguales a los ojos de Dios, con dignidad, y aunque distintos, son complementarios, y ninguno es superior al otro. Me da gusto que poco a poco la mujer vaya tomando la conciencia de quien es y su labor en el mundo. Sin embargo, desde mi opinión, basado en lo que medito creo lo siguiente. - No todo homicidio de mujer es feminicidio, pues el móvil es distinto. Un feminicidio es darle muerte a una mujer por el simple hecho de ser mujer, y obviamente el asesino sería un hombre. Me doy cuenta que cuando una mujer la encuentran asesinada, le llaman feminicidio, ¿y que tal si las causas no fueron por ser mujer? Y ¿qué tal si quien la mató es otra mujer? - Ahora bien, toda vida es sagrada, sea de hombre y de mujer, y por tanto le tenemos que dar la misma importancia. Y no es agradable que maten a alguien sea hombre o mujer. Las estadísticas dicen que hay más asesinatos de hombres de manera violenta que de mujeres, ¿Por qué no le damos la misma importancia en la denuncia? - Felicito a los grupos que promueven el valor de la mujer, que les dan sus espacios, que les reconocen y buscan que les reconozcan su dignidad. Pero debemos saber que algunos o algunas se aprovechan de esto para promover abortos, o para crear grupos rivales (no complementarios) entre hombre y mujer. - Quienes tuvimos la dicha de tener un papá y una mamá, nos damos cuenta de la importancia que tienen ambos en el desarrollo psicológico de la persona, sin embargo, algunos grupos “pro igualdad” quieren que se autorice la adopción de niños en parejas del mismo sexo, cosa que no comparto. El niño que es adoptado, es porque carece de un papá y una mamá y por tanto se le tiene que restituir con lo mismo, un papá y una mamá. Se está pensando más en las crisis de descendencia de los matrimonios homosexua-les, que en el derecho que tiene todo niño de tener un papá y una mamá. Cada quien es libre de expresarse en discursos, marchas, a favor de la mujer, del hombre, de la ecología etc. Pero, que esas marchas no sirvan para destruir monumentos históricos, o para aprovecharse y luego promover algo que no nos dijeron. Sería ilógico que al ir marchando pidiendo igualdad de hombre y mujer, algunas o algunos sacaran mantas a favor del aborto, pues son dos cosas distintas. - Mamá, ¿por qué te casaste con mi papá? - ¡Tú tampoco te lo explicas! ¿verdad hijo?

Al hablar de las obligaciones y derechos de los Institutos religiosos y de sus miembros, el número 663§4 dice: “Tributarán un culto especial, también mediante el rezo del santo rosario, a la Virgen Madre de Dios, modelo y amparo de toda la vida consagrada”. Sobre el culto a los santos, a las imágenes y de las reliquias, el canon 1186 dice: “Con el fin de promover la santificación del Pueblo de Dios, la Iglesia recomienda a la peculiar y filial veneración de los fieles la Bienaventurada siempre Virgen María Madre de Dios a quien Cristo constituyó Madre de todos los hombres; asimismo promueve el culto verdadero y auténtico de los demás santos con cuyo ejemplo se edifican los fieles y con cuya intención son protegidos”. Este canon está basado en la Constitución sobre la Sagrada Liturgia (Sacrosantum Concilium), en el número 103 que dice: “…la Iglesia venera con amor especial a la bienaventurada Madre de Dios, la Virgen María, unida con lazo indisoluble a la obra salvífica de su Hijo; en ella, la Iglesia admira y ensalza el fruto más espléndido de la redención y la contemplación gozosamente como una purísima imagen de lo que ella misma, toda entera, ansía y espera ser”. Como ven, los cánones referentes a la Virgen María están tomados del Concilio Vaticano II, así como otros puntos referentes a la vida de la Iglesia. En la Iglesia tenemos varios actos de culto bien definidos: Latría, se refiere a Dios; hiperdulía a la Virgen María y dulía que tributamos a los santos. Debemos honrar a la Santísima Virgen María profesándole una gran veneración, rezando el Santo Rosario, el Ángelus y otras oraciones recomendadas por la Iglesia. Los escapularios, medallas y rosarios que porte uno, no son amuletos para atraer buena suerte; son objetos religiosos que llevamos consigo para que constantemente nos dirijamos a María Santísima para pedir su ayuda y socorro. Al tenerle devoción filial a la Virgen, tenemos que pedirle nos conceda sus virtudes para poder imitarla, como la pureza de corazón, la humildad, el servicio a los demás y el amor a Jesús. La pureza nos asegura un lugar especial en el cielo, nos hace hijos predilectos de Jesús y de María, nos asemeja a los ángeles y sobre todo a Dios. La humildad es la virtud fundamental de la santidad, lo contrario a ésta es el orgullo, que es el origen de todos los vicios. A María se le concedió la gracia de ser la Madre de Dios, porque no albergó en su corazón otros deseos ni sentimientos, sino el de ser la Esclava del Señor. El servicio al prójimo, nos lo demostró la Virgen cuando fue a visitar a su prima Isabel a Ain Karem, que se encuentra a 150 kilómetros desde Nazareth. Amar a Jesús como lo hizo María, es la mejor forma de ser dichosos y encontrar la paz. Tomémonos de la mano de María, para que ella nos conduzca a su Hijo y que la fiesta de la Virgen María en su advocación de Guadalupe, nos haga más humanos, más hermanos y sobre todo más hijos de Dios. En este día Internacional de la mujer, la primera en ser felicitada debe ser nuestra Señora del Cielo, la Virgen María. Hasta la próxima


Construir, Cultivar, Conquistar Por: Pbro. Memo Gil

Nunca más otra Fátima

A

Consuelo Mendoza García (Siame.mx)

penas hace algunas semana nos sentíamos conmocionados por el cruel homicidio de Ingrid y, a los pocos días, nos sacudió nuevamente el espeluznante secuestro y asesinato de la pequeña Fátima, de apenas 7 años. En pocas ocasiones la sociedad une sus voces para manifestar fuertemente su indignación, exigiendo a las autoridades justicia para las familias afectadas, acciones asertivas y seguridad para todas las mujeres. Hoy, todos somos Fátima. Pareciera que se ha convertido en un símbolo, en la gota que derramó el vaso, en la representante de cientos, miles de niñas y mujeres que durante años han desaparecido y han sido ultimadas tiñendo de rojo a nuestro México. También son Fátima las mujeres desaparecidas en Ciudad Juárez, y todas las asesinadas en el Estado de México, Puebla, Tlaxcala, Nuevo León, Guerrero, Jalisco, Veracruz, Michoacán… y todas claman justicia. Las estadísticas exhiben el escandaloso aumento en el número de víctimas, que se ha duplicado en los últimos años, y dejan al descubierto la poca efectividad de las estrategias de los tres niveles gobierno, que no han logrado frenar ni dar solución para esta problemática. Y la sociedad ya no puede ni quiere esperar más… Hoy fue Fátima, pero atrás de ella ha habido un sinfín de niñas y adolescentes que han sido asesinadas o presas de la trata de personas y la pornografía infantil. Y nada ha cambiado. Pero ¿qué estamos haciendo los cristianos? Por supuesto que sentimos la misma indignación de quienes gritan “¡ni una más!”, y también exigimos al gobierno una mayor sensibilidad y efectividad para cumplir con su deber de garantizar la seguridad de las mujeres, pero sin violencia, sin radicalizar, sin convertir esta exigencia en un enfrentamiento de géneros, ni aprovechar la tragedia para impulsar banderas tan deleznables como la legalización del aborto. La violencia y la descomposición social inicia en las familias y, si queremos un remedio eficaz, es indispen-sable que volvamos los ojos a la Familia, célula de la sociedad, pues ahí es donde se desarrollan las víctimas, pero también los victimarios. En la Familia los hombres y mujeres se deben formar con la misma dignidad y las mismas oportunidades. Debemos poner especial interés en todas esas familias marginadas, cuyos niños y niñas crecen en ambientes hostiles, con poca espe-ranza y con muchos riesgos. Hoy más que nunca necesitamos mujeres líderes sociales y políticas, no solo de palabras bonitas sino de acción constante y desinteresada que sirvan de modelo a todas las jóvenes y adolescentes que hoy temen por su futuro. Cabe recordar que la Iglesia no ha sido indiferente a los abusos de los que cultural y socialmente ha sido víctima la mujer. En 1995 Su Santidad Juan Pablo II hizo una hermosa reflexión en su Carta a las Mujeres: “Estoy convencido de que el secreto para recorrer libremente el camino del pleno respeto de la identidad femenina no está solamente en la denuncia, aunque necesaria, de las discriminaciones y de las injusticias, sino también y sobre todo en un eficaz e ilustrado proyecto de promoción, que contemple todos los ámbitos de la vida femenina, a partir de una renovada y universal toma de conciencia de la dignidad de la mujer. A su reconocimiento, no obstante, los múltiples condicionamientos históricos, nos lleva la razón misma, que siente la Ley de Dios inscrita en el corazón de cada hombre. Pero es sobre todo la Palabra de Dios la que nos permite descubrir con claridad el radical fundamento antropológico de la dignidad de la mujer, indicándonoslo en el designio de Dios sobre la humanidad”. Los tiempos actuales exigen que los laicos comprometidos salgamos más allá de los atrios de nuestros templos y caminemos a las periferias, al encuentro de las familias, de las mujeres vulnerables de todas las edades, para que nunca más lloremos por otra Fátima. “Cuando ya no podemos cambiar una situación, tenemos el desafío de cambiarnos a nosotros mismos”, Victor Frankl.

Inquietud, ansiedad y angustia “Vuelve, Señor, tus ojos a tu siervo y sálvame por tu misericordia. A ti, Señor, me acojo, que no quede yo nunca defraudado”. (Sal 31,17-18) “Irás a donde quiera que te envíe, y proclamarás todo lo que yo te mande. No les tengas miedo, porque estaré contigo para protegerte”. (Jr 1,7-8) “Yo tenía gran deseo de comer ésta Pascua con ustedes, antes de padecer”. (Lc 22,15)

N

uestras expectativas acerca de la vida, acerca del trabajo, acerca de la familia, y de todo lo que tenga que ver con nuestra experiencia humana. Nos colocan muchas veces, en ciertos niveles de inquietud, de ansiedad y angustia. Pero, no hay que tomar cada una de estas emociones como algo negativo. Corresponden a ciertas reacciones, por demás, humanas y muy comunes en nosotros mismos. Sentir inquietud, padecer cierta ansiedad, y sufrir angustia, son la constatación de algo tan importante, como que ninguno de nosotros puede controlar completamente la realidad que lo rodea, ni siquiera a sí mismo, y menos aún a los demás. La cultura en la que nos encontramos, el ambiente en el que vivimos, y las relaciones que mantenemos, nos enfrentan en un sinfín de ocasiones a experimentar cierta inquietud, a vivir con ansiedad y a hacerle frente a la angustia. Conviene que nos conozcamos y reconozcamos ante esta realidad. Ya que podríamos caer en el error de no aceptar cuán vulnerables somos, una vez que la inquietud, la ansiedad y la angustia tocan a nuestra puerta. Se puede recurrir a una determinante negación, a un frío y calculador narcisismo, o simplemente pensar que se trata de un “sentimenta-loide lapsus” de falta de madurez. Al contrario, sentirse emocionalmente inquieto, ansioso o angustiado, es señal de que se está creciendo. Y de que, al mismo tiempo, somos lo suficientemente sensibles para no mantenernos al margen, de lo que se vive y experimenta a nuestro alrededor. Y así, darle la debida dimensión a los acontecimientos y las situaciones. Logrando, de este modo, no perder el contacto con la realidad,

San Juan de Dios patrono de los que trabajan en hospitales

H

por muy angustiosa e inquietante que parezca. Y aún con toda la ansiedad que pueda generar. Podríamos decir, que contamos con éste tipo de emociones que nos ayudan realmente a sentir el mundo. A veces, nos pueden parecer pequeñeces sin importancia, ciertos contratiempos. Ante los que hacemos de cuenta que tenemos todo bajo control. Pero en el fondo sabemos que no es así. Si son situaciones indeseadas y nos alteran, reflejándose esto en nuestra inquietud, ansiedad o angustia. Quiere decir, que están ahí para recordarnos lo humanos que somos. Abordando desde esas emociones reales, la posibilidad de abrirnos a nuestros más profundos sentimientos. Que a veces quisiéramos evitar que afloraran. Pues inquietarnos por algo, debemos entenderlo como ésa capacidad de no permanecer tranquilos, ante el resultado de algo que no depende sólo de nosotros. La ansiedad nos lleva a un estado de exci-tación, para conocer los resultados de algo que será decisivo en nuestras vidas. Y la angustia hará que saquemos conclusiones adelantadas, en algo que podrá resolverse de la manera más inesperada. No debemos ver todo esto desde un panorama negativo. Más bien, hay que descubrir el peso emocional, que nos reportarán esas emociones. Pues dependerá cómo las utilicemos u o-rientemos. Para entender mejor la complejidad de nuestra existencia. Y no recluirnos, en la categoría de víctimas, sólo como un mero mecanismo de defensa. Ante lo que la inquietud, la ansiedad y la angustia, puedan llevarnos a enfrentar, para saber que somos capaces de tomar el destino de nuestras vidas, en nuestras propias manos.

El Santo de hoy

8 de marzo

oy la Iglesia Católica celebra la Fiesta de San Juan de Dios, Fundador de la Comunidad de Hermanos Hospitalarios. El Santo nació y falleció un 8 de marzo, es Patrono de los que trabajan en hospitales y de los que propagan libros religiosos. Cuando San Juan de Dios sintió que le llegaba la muerte, se arrodilló y exclamó: “Jesús, Jesús, en tus manos me encomiendo”, y en ese momento falleció. El Santo dirigió un hospital para los pobres, en donde trabajó incansablemente por diez años. Estaba en constantes ayunos y se trasnochaba ocupándose de los enfermos, sus continuos resfriados perjudicó su salud. En una ocasión, su hospital se incendió y sin dudarlo San Juan de Dios entró varias veces a rescatar a los pacientes, cuando pasaba en medio de las llamas no sufrió ninguna quemaduras, logrando salvar la vida de todos los pobres a quienes se dedicaba con tanto amor.

Actualmente los religiosos Hospitalarios de San Juan de Dios se dedican al cuidado de los enfermos en sus cientos de casas ubicadas en diferentes partes del mundo.


07 Por Luis Marino Moreno Flores

¿Apocalipsis hoy?

José Ignacio González Faus Sal Terrae, 2019 280 páginas

¿Estamos a las puertas del Apo-calipsis? Muchos signos políticos, económicos y sociales, podrían hacernos pensar que el peor de los tiempos está a punto de llegar. Una paleta de horrores que no son sino una pequeña gama dentro de una inmensa variedad de colores y tonalidades que i-lustran una realidad bastante alejada del desastre total. Y es que «apocalipsis» significa más bien revelación (o reflexión) sobre la historia en momentos difíciles. Esa reflexión se despliega en una serie de páginas que meditan sobre el ser humano como pregunta (¿pasión inútil o pasión esperanzada?), sobre la sociedad como problema (¿son compatibles capitalismo y democracia?) y sobre la Iglesia, necesitada, como siempre, de reforma (no solo en sus estructuras, sino en su mismo lenguaje). JOSÉ IGNACIO GONZÁLEZ FAUS, que no necesita presentación, es autor de La Humanidad Nueva: ensayo de cristología (10ª ed.) y Proyecto de hermano: visión creyente del hombre (3ª ed.). Entre sus últimos títulos cabe destacar: El rostro humano de Dios (2ª ed.), Otro mundo es posible... desde Jesús, o Después de Dios.

El P. José Ignacio González Faus nació en Valencia el 27 de diciembre de 1933. Fue ordenado sacerdote el 28 julio de 1963 y pronunció el Cuarto Voto de fide-lidad al Papal 2 de febrero de 1968.

Iglesia Universal CIUDAD DEL VATICANO.- El Papa Francisco se mostró entristecido este domingo 1 de marzo al finalizar el rezo del Ángelus en el Vaticano por la situación que padecen miles de refugiados expulsados de sus hogares en todo el mundo. “Estoy un poco entristecido por las noticias que llegan de tantos refugiados, de tantos hombres, mujeres, niños expulsados de sus casas por las guerras, tantos migrantes que piden refugio y ayuda en el mundo. En estos días, la situación se ha vuelto muy grave. Recemos por ellos”, pidió. ROMA.- La Pontificia Academia para la Vida en el Vaticano acaba de firmar, junto con los presidentes de IBM y Microsoft, un llamado al uso ético y responsable de las tecnologías de inteligencia artificial (IA). Según el documento, “los patrocinadores de la convocatoria expresan su deseo de trabajar juntos, en este contexto y a nivel nacional e internacional, para promover ‘algor-ethics’” (algor-ética). Las “Algor-ethics”, según el texto, es el uso ético de la inteligencia artificial de acuerdo con los principios de transparencia, inclusión, responsabilidad, imparcialidad, confiabilidad, seguridad y privacidad. ROMA.- El Hospital Pediátrico Bambino Gesù de Roma adoptó con la empresa de tecnología IBM un acuerdo de colaboración para impulsar el desarrollo de tecnología en medicina que permita mejorar los diagnósticos y tratamientos de diferentes enfermedades pediátricas graves, como el cáncer infantil o las enfermedades raras. Según informó por medio de un comunicado de prensa el propio hospital, el objetivo es “desarrollar una base de datos que permita integrar información sobre genética, datos clínicos, resultados de laboratorio e imágenes que puedan ser analizadas por un sistema de inteligencia artificial”. PHOENIX, USA.- Los Caballeros de Colón, organización fraterna que constituye una de las instituciones católicas más grandes del mundo, publicó el pasado 26 de febrero una serie de videos dirigidos a los hombres para invitarlos a un mayor compromiso con su fe. Los audiovisuales están inspirados en la célebre exhortación apostólica del Obispo de Phoenix a los varones, titulada «Into the Breach» (Firme en la brecha, según la versión oficial de la exhortación en español), nombre también empleado por la serie de videos.

Iglesia de México MÉXICO.- Un grupo de mujeres católicas mexicanas expresó su rechazo al paro nacional #UnDíaSinNosotras #UnDíaSinMujeres convocada por feministas pro aborto para mañana 9 de marzo, y convocó a que ese día se realicen Horas Santas de Adoración Eucarística en todo el país, bajo el lema “católicas de rodillas por la paz”. En un video difundido en redes y por aplicaciones de mensajería, Brenda del Río, líder provida de la plataforma Que Viva México, lamentó que “el día 9 nos han engatusado en que hagamos un paro de mujeres, un día sin mujeres. Y la verdad es que atrás está el feminismo radical”. MÉXICO.- El Pontificio Instituto Juan Pablo II para Estudios sobre la Familia, cuya sede está en Roma, presentó en la Feria del Libro del Palacio de Minería de la Ciudad de México, el libro Esposos, amigos del Esposo, con más de 270 páginas, y que contiene 27 homilías, cartas y mensajes que preparó sobre este tema Karol Wojtyla, antes de que fuera electo Papa, por lo tanto, refleja la difícil situación que los Matrimonios cristianos vivían en su natal Polonia, ante el comunismo y otros problemas que también se presentaban en el mundo. Estos documentos, sin embargo, están llenos de esperanza y son una gran guía para los Matrimonios. MÉXICO.- La celebración del primer domingo de cuaresma, en este año, coincide con la ce-lebración del Día de la Familia, por lo que para la Iglesia es muy importante fortalecer los lazos de colaboración con los padres de familia en lo que respecta a la formación espiritual de sus hijos, ya que son muchos los retos que ellos deben enfrentar, especialmente en el uso de las modernas tecnologías de la comunicación. Es por esto que, la Conferencia del Episcopado Mexicano, nos invita a emprender con responsabilidad, en cuanto al debido aprovechamiento de las redes sociales para el servicio de la evangelización.

Iglesia Potosina SAN LUIS POTOSÍ.- Al celebrar el día de la familia, el domingo pasado, el Sr. Arzobipso, Don Jesús Carlos, en su mensaje comentó que la desigualdad social, la audiencia de una buena educación y la crisis que asola a la familia son causas de la violencia y la falta de seguridad que nos agobia en estos días. Comentó que es necesario que se fomenten los valores entre las nuevas generaciones para que se fortalezca el respeto y la caridad desde la familia y a la vez se proyecten en esta sociedad de la cual somos parte. Señaló que hay que ayudar y acompañar las situaciones de madres solteras, de los divorciados vueltos a casar, pero también a las familias que van bien.


“Yo Soy Conchita Armida” Parte L

08

La cima de la visión

Por Pbro. Darío Martín Torres Sánchez

1 Seis días después, Jesús tomó a Pedro, a Santiago y a su hermano Juan, y los llevó aparte a un monte elevado. 2 Allí se transfiguró en presencia de ellos: su rostro resplandecía como el sol y sus vestiduras se volvieron blancas como la luz. 3 De pronto se les aparecieron Moisés y Elías, hablando con Jesús. 4 Pedro dijo a Jesús: «Señor, ¡qué bien estamos aquí! Si quieres, levantaré aquí mismo tres carpas, una para ti, otra para Moisés y otra para Elías». 5 Todavía estaba hablando, cuando una nube luminosa los cubrió con su sombra y se oyó una voz que decía desde la nube: «Este es mi Hijo muy querido, en quien tengo puesta mi predilección: escúchenlo». 6 Al oír esto, los discípulos cayeron con el rostro en tierra, llenos de temor. 7 Jesús se acercó a ellos, y tocándolos, les dijo: «Levántense, no tengan miedo». 8 Cuando alzaron los ojos, no vieron a nadie más que a Jesús solo. 9 Mientras bajaban del monte, Jesús les ordenó: «No hablen a nadie de esta visión, hasta que el Hijo del hombre resucite de entre los muertos» (Mt 17,1-9).

L

a transfiguración es un texto predilecto entre los cristianos de oriente, donde la transfiguración es justamente el objetivo de la entera vida cristiana, la cual se da en un proceso por etapas: subir a la montaña, vivir la experiencia de la cima y descender al llano nuevamente. Esta interpretación entiende el evento de la transfiguración no solo como una revelación de Jesucristo sino también como una experiencia de comunidad. Subir a la montaña es necesario. De por sí el subir es fatigoso y da pereza, más aún cuando esto representa renuncia, alejarnos del mundo “bajo y trivial” en el que siempre nos movemos y subir al ámbito de Dios. Es dejar lo habitual, salir de un existir ordinario, abandonar el existir ruidoso y buscar la cima silenciosa. Es una renuncia paso a paso donde las fascinación de las realidades materiales quedan cada vez más lejos, porque nosotros estamos cada vez más arriba, más cerca de la realidad divina. Estar arriba corresponde a la experiencia mística que requiere todo discípulo, es la cima de la reve-lación y por lo tanto de la escucha, es el contacto con la Palabra del Hijo amado de Dios que

nos regala el clímax de la sabiduría, es la cima de la contemplación que de alguna manera nos permite constatar y experimentar desde dentro la gloria del Altísimo. Es la cima de la escucha, de la purificación y de la visión, pues en lo alto de la montaña el aire es más puro y las estrellas son más claras. Es la finalidad del retiro: el discípulo escucha y contempla maravillado la realidad divina que baja a su encuentro y se purifica en el contacto con el más puro, la contemplación de Cristo lo restaura, lo hace semejante al que contempla, por eso se quiere quedar ahí. El descenso para algunos es lo más importante. San Agustín hace una súplica a Pedro insistiéndole que descienda, que no permanezca en la cima, pues su descenso es necesario para cons-truir la Iglesia, su tarea no es construir una tienda en lo alto sino la Iglesia en la tierra. Descender es poner en práctica. En el descenso se completa la metamorfosis (término griego traducido como transfiguración) del discípulo En la cima contempla el objetivo y en el llano lo ejecuta. Bajar es poner en práctica, bajar es haber contemplado de veras. Dice San Agustín: “baja para que trabajes en la tierra, para servir en la tierra, para ser despreciado, para ser crucificado.”

La puerta prometida Sufrí tanto que me enfermé por acopio de bilis. Muy duro fue este golpe, terrible para mi alma, y muy corto el tiempo que había descansado en aquella dirección espiritual del padre Mir que tanto me había empujado a Dios. Habiendo pedido permiso al padre José Alzola, provincial de la compañía de Jesús en México, me concedió que el padre Mir me siguiera dirigiendo por carta desde donde se encontrara. Mi esposo y yo asistimos, el 4 de noviembre, a la inauguración del Teatro de la Paz que, en cinco años construyó el gobernador, General Carlos Díez Gutiérrez. Desde la Plaza de Armas hasta la Plazuela del Carmen, donde se levanta el teatro, había arcos de triunfo llenos de flores, aquello era un vergel. Cómo lucían iluminadas, la enorme cúpula de hierro y la fachada neoclásica, toda de cantera rosa. Nunca había visto una concurrencia tan numerosa y distinguida. El cuerpo de tres mil personas estaba totalmente cubierto a pesar del precio tan alto que se cobró y que fue de ocho pesos por butaca. La Compañía de Ópera Italiana cantó el Himno Nacional que los caballeros escucharon de pie, don José de la Vega Serrano pronunció el discurso, Manuel José Othón declamó una onda que había escrito para el acontecimiento: “Aquí vendrá el viejo Esquilo/ el arte nos cobija en su regazo/ y en su templo estamos”. Luego se presentó la ópera Lucrecia Borgia. Texto tomado del libro “Yo Soy Conchita Armida” por Mons. Antonio Peñalosa


Concepción Cabrera

M

aría de la Concepción Cabrera Arias de Armida, nació en San Luis Potosí, México, el 8 de diciembre de 1862, en el seno de una familia profundamente católica. Desde pequeña dio muestras de una gran piedad y una honda vida espiritual. Contrajo matrimonio el 8 de noviembre de 1884, con Francisco Armida García y tuvieron nueve hijos. El 14 de enero de 1894, con permiso de su director, se graba en el pecho el monograma JHS; esta fecha se considera el nacimiento de las Obras de la Cruz. En este mismo año tuvo la visión de la Cruz del Apostolado en el templo de la Compañía de Jesús en San Luis Potosí. El 3 de mayo del mismo año se plantó la primera Cruz del Apostolado en la hacienda de Jesús María, San Luis Potosí; meses después, recibió la gracia de los Desposorios Místicos. En 1895 funda el Apostolado de la Cruz y en 1897 fundó la Congregación de las Religiosas de la Cruz del Sagrado Corazón de Jesús. En 1901, muere su esposo Francisco Armida, y queda a cargo de sus hijos. En 1903, tiene un providencial encuentro con el misionero francés, padre Félix Rougier, superior de la comunidad de los padres Maristas en la Ciudad de México. El 25 de marzo de 1906, recibe la gracia central de su vida, la Encarnación mística.

El 8 de noviembre de 1909, al lado del Venerable Ramón Ibarra, Arzobispo de Puebla, funda la Alianza de Amor con el Sagrado Corazón de Jesús, obra laical y el 19 de enero de 1912 la Liga Apostólica (Fraternidad de Cristo Sacerdote), obra para obispos, sacerdotes y seminaristas que quieren vivir la Espiritualidad de la Cruz. En diciembre de 1913, se le concede tener en su casa oratorio con el Santísimo Sacramento. El 25 de diciembre de 1914, con los Venerables Ramón Ibarra y Félix Rougier, fundan, en la capilla de Las Rosas del Tepeyac, la Congregación de los Misioneros del Espíritu Santo. Del 3 de octubre al 2 de noviembre de 1936, realiza sus últimos ejercicios espirituales en Morelia, Michoacán, con el Siervo de Dios Luis María Martínez, futuro Arzobispo de México y su último director espiritual. El 3 de marzo de 1937, muere santamente rodeada por sus hijos, asistida por su director espiritual, Monseñor Martínez, por el padre Félix Rougier, algunos Misioneros del Espíritu Santo y algunas Religiosas de la Cruz, en su casa de la Ciudad de México.


E

Asamblea Parroquial en Granjenal

n la parroquia el Señor de la Expiación en Granjenal, Villa Juárez, estuvo la asamblea Parroquial con la vista del decano el Pbro. Eduardo Díaz párroco de Villa Juárez, dando unas palabras a la gente de las comunidades que participaron como cerritos blancos, la Cardona, Ojo de Agua y Granjenal. Para animar el trabajo de la parroquia, junto al Pbro. Domingo Alonso Mtz., grupos y movimientos; se contó con la participación de aproximadamente 60 personas. La asamblea concluyó con la celebración eucarística.

“Humanizar la Educación, un pacto de Humanidad”

Por: Carmen Trejo

C

on una conferencia dirigida a maestros y educadores el pasado lunes 24 de febrero se presentó el Pbro. Eduardo Corral exponiendo el Pacto Educativo Global, quien se dirigió a los asistentes expresando la preocupación y la importancia de humanizar la educación y reconstruir la aldea de la educación. Corral expresó la emergencia educativa que se tiene en la sociedad, es la dificultad para transmitir a las nuevas generaciones los valores fundamentales de la existencia y de un correcto comportamiento tanto en la escuela como en la familia. Es necesario educar con la experiencia de vivir en la verdad una experiencia en comunidad, fueron algunas de las palabras que dedicó a los asistentes para enmarcar la preocupación que la Iglesia tiene por la educación. Corral manifestó que es necesario unir esfuerzos para obtener una amplia educación, una educación fraterna y formar generaciones para que sepan entrar en re-lación con el mundo, pues de eso trata la aldea global. “Educar nunca ha sido fácil, pero no debemos rendirnos”.

Conferencia sobre ideología de género

Por: Carmen Trejo

F

ue en el marco de la presentación del libro “Atrapado en el cuerpo equivocado” que el Dr. Pablo Muñoz Iturrieta ofreció su conferencia sobre “ideología de género” en el auditorio Montes de Oca en la Casa de Acción Católica el pasado viernes 28 de febrero. Ante un gran número de asistentes Pablo Muñoz expresó que es importante saber sobre lo que acontece a nuestra sociedad y más como católicos que se enfrentan a los diversos cambios culturales. Manifestó que hay que ponerse la camiseta para defender a las familias y a nuestros niños potosinos. Dejemos en claro y hagamos frente a lo que esta pasando, no dejemos que las falsas ideologías terminen con nuestra sociedad. Al concluir la conferencia, Iturrieta agradeció a todos la asistencia y dedicó los libros a los asistentes.

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Semanario La Red


Domingo 08 de marzo de 2020

Por: Vicaría de Pastoral

Cristo camina en medio de su Pueblo

Visita Pastoral en el Decanato Santa Cruz “El seguimiento es fruto de una fascinación que responde al deseo de realización humana, al deseo de vida plena. El discípulo es alguien apasionado por Cristo, a quien reconoce como el maestro que lo conduce y acompaña” (DA 277). ¡Esperanzadora! Así la han definido los laicos la Visita Pastoral que se realizó en el Decanato Santa Cruz. Ha tocado el turno a la Parroquia San José, ubicada en Bledos del municipio de Villa de Reyes, S.L.P. La Visita Pastoral se realizó el lunes 24 de febrero, momento privilegiado para los fieles, quienes se desbordaron de gozo al recibir a Don Jesús Carlos Cabrero Romero, mismo que exhortó a la comunidad a seguir fieles a la respuesta de Jesucristo.

Durante esa misma semana, pero el 25 de febrero, fue el turno de la Parroquia de San Rafael Guízar y Valencia, ubicada en Pardo, Villa de Reyes, comunidad de fe, que ante la visita de su Pastor, se llenó de la alegría que brota del encuentro con un Cristo que camina en medio de su pueblo. Fueron diversas las actividades que se tuvieron en esta Visita Pastoral, destacando la Asamblea Parroquial como la oportunidad propicia para trazar el itinerario que le permita a los Agentes de Pastoral avanzar en sus quehaceres. Con esta visita Don Jesús Carlos llega a la No. 74, por lo que les exhortamos a seguir orando por las comunidades parroquiales que están por vivir este acontecimiento de gracia. ¿Quieres contarnos tu experiencia? Escríbenos: vicariapastoralslp@hotmail.com

Visita Pastoral a la Parroquia de Nuestra. Sra. De Guadalupe, Villa de Arriaga


Celebrando al Señor

La liturgia de las horas

P. Pedro Mexquitic Arredondo

“Oren siempre” (1 Te 6,7), “en toda ocasión oren con toda clase de oraciones y de súplicas en el Espíritu” (Ef 6,18). A estas invitaciones del Apóstol la Iglesia ha respondido en modos diversos a lo largo de los siglos, consciente de que es necesario santificar todo el transcurso del día y de la noche por medio de la alabanza a Dios (SC 84), nace la liturgia delas horas. El Misterio de Cristo, su Encarnación y su Pascua, que celebramos en la Eucaristía, especialmente en la asamblea dominical, penetran y transfiguran el tiempo de cada día mediante la celebración de la Liturgia de las Horas, el Oficio divino (cf SC IV). Esta celebración, en fidelidad a las recomendaciones apostólicas de “orar sin cesar” (1 Ts 5,17; Ef 6,18), está estructurada de tal manera que la alabanza de Dios consagra el curso entero del día y de la noche (SC 84). Es “la oración pública de la Iglesia” (SC 98) en la cual los fieles (clérigos, religiosos y laicos) ejercen el sacerdocio real de los bautizados. Celebrada “según la forma aprobada” por la Iglesia, la Liturgia de las Horas “realmente es la voz de la misma Esposa la que habla al Esposo; más aún, es la oración de Cristo, con su mismo Cuerpo, al Padre” (SC 84). Nacimiento y evolución del Oficio divino en los primeros siglos La liturgia de las horas nace y crece a partir del contexto de la oración de Israel. Aunque no se haya notado en todos sus detalles el modo de orar del pueblo elegido en tiempos de Jesús, sabemos que el pueblo oraba dos veces al día, en unión con los sacrificios que se ofrecían en el Templo de Jerusalén en la mañana y en la tarde. En estos dos momentos los hebreos eran llamados a recitar el Shemá Israel, el texto del Deuteronomio dado por Dios como oración. Además era prescrita la recitación de la Tephillah (plegaria) en otros momentos del día. Del testimonio del Nuevo Testamento podemos discutir que Jesús respetase estos momentos de oración, incluso dándoles un contenido nuevo: no se limitaba a orar solo cuando estaba prescrito, lo encontramos a menudo recogido en oración, sobre todo en las

ocasiones más relevantes de su vida; además mostraba, con su ejemplo, que la actitud fundamental que da sentido a la oración es la del Hijo frente al Padre: aceptar en todo su voluntad, conformarse a ella. Los primeros cristianos, como narran los Hechos de los Apóstoles y las Cartas, aprendieron de los Apóstoles a orar siempre, y a hacerlo en diversos momentos del día. En su oración utilizaban los Salmos, pero también cánticos, bendiciones y textos compuestos por ellos. Los primeros testimonios no neotestamentarios nos muestran que los cristianos mantuvieron el uso hebreo de la oración tres veces al día, pero sustitu-yeron el Shemá con el Padrenuestro. Las oraciones de la mañana y de la tarde recibieron particular relevancia en los escritos de los autores cristianos de los siglos II y III; autores como Tertuliano o Hipólito los consideraban momentos o-bligatorios en la vida del cristiano. A éstos se agregaba la laudable costumbre de orar también la hora tercia (9 de la mañana), la sexta (mediodía) y la nona (3 de la tarde). En el transcurso de los primeros siglos se adoptaron varias justificaciones más o menos explícitas en las sagradas escrituras para esta exploración del tiempo. A partir de este modelo originario, lentamente y con progresivas añadiduras, nace el esquema que es la base de la oración horaria de la Iglesia al día de hoy. Inclusive no conociendo los detalles, sabemos que ya a finales del siglo III en Egipto era habitual orar en la mañana, a mediodía, en la tarde y al anochecer. Esto está testimoniado en el uso de los salmos, de los himnos bíblicos y otros himnos neoescriturísticos. También se tiene evidencia de los primeros elementos del sentido teológico que pronto se atribuirán a la oración eclesial: la mañana y la noche, momentos ligados al elevarse el sol y a su ocaso, en los cuales la Iglesia recuerda la Pascua del Señor y su paso de la muerte a la vida. Así, la lámpara vespertina era símbolo de Cristo luz del mundo, mientras que el surgir del sol representaba a Cristo sol de justicia, en su última venida.

¡Pónganse en camino!

Discípulos misioneros

Extracto del Mensaje del Santo Padre Francisco para la Cuaresma 2020

Pbro. Rafael Quintá

«En nombre de Cristo os pedimos que os reconciliéis con Dios» (2 Co 5,20)

Queridos hermanos y hermanas: El Señor nos vuelve a conceder este año un tiempo propicio para prepararnos a celebrar con el corazón renovado el gran Misterio de la muerte y resurrección de Jesús, fundamento de la vida cristiana. Debemos volver continuamente a este Misterio, con la mente y con el corazón. De hecho, este Misterio no deja de crecer en nosotros en la medida en que nos dejamos involucrar por su dinamismo espiritual y lo abrazamos, res-pondiendo de modo libre y generoso. 1. El Misterio pascual, fundamento de la conversión La alegría del cristiano brota de la escucha y de la aceptación de la Buena Noticia de la muerte y resurrección de Jesús: el kerygma. En este se resume el Misterio de un amor «tan real, tan verdadero, tan concreto, que nos ofrece una relación llena de diálogo sincero y fecundo» (Exhort. ap. Christus vivit, 117). Quien cree en este anuncio rechaza la mentira de pensar que somos nosotros quienes damos origen a nuestra vida, mientras que en realidad nace del amor de Dios Padre, de su voluntad de dar la vida en abundancia (cf. Jn 10,10). Por eso, en esta Cuaresma 2020 quisiera dirigir a todos y cada uno de los cristianos lo que ya escribí a los jóvenes en la Exhortación apostólica Christus vivit: «Mira los brazos abiertos de Cristo crucificado, déjate salvar una y otra vez. Y cuando te acerques a confesar tus pecados, cree firmemente en su misericordia que te libera de la culpa. Contempla su Sangre derramada con tanto cariño y déjate purificar por ella. Así podrás renacer, una y otra vez» (n. 123). 2. Urgencia de conversión Es saludable contemplar más a fondo el Misterio pascual, por el que hemos recibido la misericordia de Dios. La experiencia de la misericordia, efectivamente, es posible sólo en un «cara a cara» con el Señor crucificado y resucitado «que me amó y se entregó por mí» (Ga 2,20). Un diálogo de corazón a corazón, de amigo a amigo. Por eso la oración es tan importante en el tiempo cuaresmal. La oración puede asumir formas distintas, pero lo que verdaderamente cuenta a los ojos de Dios es que penetre dentro de nosotros, hasta llegar a tocar la dureza de nuestro corazón, para convertirlo cada vez más al Señor y a su voluntad. 3. La apasionada voluntad de Dios de dialogar con sus hijos Esta oportunidad deberá suscitar en nosotros un sentido de reconocimiento y sacudir nuestra modorra. A pesar de la presencia —a veces dramática— del mal en nuestra vida, al igual que en la vida de la Iglesia y del mundo, este espacio que se nos ofrece para un cambio de rumbo manifiesta la voluntad tenaz de Dios de no interrumpir el diálogo de salvación con nosotros. El diálogo que Dios quiere entablar con todo hombre, mediante el Misterio pascual de su Hijo, no es como el que se atribuye a los atenienses, los cuales «no se ocupaban en otra cosa que en decir o en oír la última novedad» (Hch 17,21). Este tipo de charlatanería, dictado por una curiosidad vacía y superficial, caracteriza la mundanidad de todos los tiempos, y en nuestros días puede insinuarse también en un uso engañoso de los medios de comunicación. 4. Una riqueza para compartir, no para acumular sólo para sí mismo Poner el Misterio pascual en el centro de la vida significa sentir compasión por las llagas de Cristo crucificado presentes en las numerosas víctimas inocentes de las guerras, de los abusos contra la vida tanto del no nacido como del anciano, de las múltiples formas de violencia, de los desastres medioambientales, de la distribución injusta de los bienes de la tierra, de la trata de personas en todas sus formas y de la sed desenfrenada de ganancias, que es una forma de idolatría. Hoy sigue siendo importante recordar a los hombres y mujeres de buena voluntad que deben compartir sus bienes con los más necesitados mediante la limosna, como forma de participación personal en la construcción de un mundo más justo. Compartir con caridad hace al hombre más humano, mientras que acumular conlleva el riesgo de que se embrutezca, ya que se cierra en su propio egoísmo.


Domingo 08 de marzo de 2020

Monólogo del insomne Por: Juan Jesús Priego

Leí en alguna parte, hace ya tiempo, que presionar una contra otra las yemas de los dedos suele producir en los insomnes una dulce modorra; también leí, aunque no recuerdo dónde, que el mejor remedio para dormir es imaginarse un centenar de borregos que atraviesan, brincando, una cerca de mediana altura: uno se los imagina, los va contando y ya está; ahora bien, según otro autor, que desaprueba estos métodos demasiado ingenuos, nada es mejor que un vaso de leche caliente antes de irse a la cama o, en su defecto, un té de veinticuatro flores que sólo él sabe mezclar de manera adecuada y conveniente. ¡Y, sin embargo, pobre de mí, nada de esto me ha funcionado todavía! También, en cierta ocasión, hice la prueba con un método de goteo que… -Lo que usted tiene es exceso de estrés –me dijo hace poco un médico de reconocido prestigio. -¿Exceso de estrés? -le pregunté; la verdad es que no podía creérmelo. -Si fuera exceso de estrés, doctor –le dije-, me sentiría muy cansado; y, como usted lo sabe, el cansancio produce sueño. Esto quiere decir que si en verdad estuviera tan estresado como usted dice, yo dormiría bien, ¿no es cierto? -No es verdad –dijo el médico-. La cosa no es tan sencilla. ¿Cómo se lo explicaré? Mientras el médico trataba de explicármelo, yo proseguí así: -Todas las noches me pongo a contar borregos imaginarios, y cuando parece que ya me duermo, un borrego se tropieza con la cerca, empieza a balar lleno de dolor y yo, compadecido y asustado, vuelvo a abrir los ojos. Pobre borrego, ¿no le parece? ¡No es justo que sufra de ese modo por causa mía! Una vez, un compañero de oficina, al ver mi semblante, me recomendó un método para dormir que aquella misma noche traté de poner en práctica. Al otro día, lo primero que hizo mi compañero fue ir a mi escritorio para preguntarme: -¿Ahora sí pudiste dormir? ¡Es un método excelente, ya te lo dije! -Sí, ahora sí dormí. Pero como mi cara estaba aún más pálida y terrosa que el día anterior, mi compañero no quedó lo que se dice muy convencido. -¡No mientas! ¿De veras pudiste dormir? -¡Claro que pude dormir! Tu método es un prodigio. Deberías patentarlo. -Pero entonces, ¿cómo es que te ves tan mal? -¡Oh! –respondí-. Lo que pasa es que, mientras dormía, soñé que estaba despierto. En una palabra, conmigo no hay remedio. “Exceso de estrés”. ¿Será posible? Casi estoy a punto de creérmelo. Y, después de todo, ¿por qué no? ¡Trabajamos tanto los pobres hombres de hoy! Los falsos profetas del pasado prometieron a la humanidad que con las máquinas que por entonces se estaban inventando todo iba a ser más fácil; nos dijeron que las licuadoras, las batidoras, los montacargas y los automóviles iban a hacer posible que los humanos nos pasáramos la mitad de nuestra vida con la panza al sol. ¡Pero que me ahorquen si los automóviles

nos han simplificado las cosas! Según una estadística reciente, la cantidad de minutos que un estadou-nidense medio pasa conduciendo su automóvil es de 81 minutos diarios. Pero como en este tipo de estadísticas también entran los que no tienen auto y también los que van a su trabajo en metro o en autobús, hay que deducir que existen individuos que manejan diariamente el doble y hasta el triple de la media nacional. Tres, cuatro, cinco horas diarias en medio de un tráfico infernal, ¿no es como para querer morirse de una vez por todas? La depresión está a la vuelta de cualquier esquina. ¡Ah, cómo extraño los tiempos en que la gente respetaba la noche! Se iban a la cama a las diez, y a las seis de la mañana estaban ya como nuevos. Pero esta gente sabía que la noche se hizo para dormir, y se aplicaban a tan noble labor con convicción y fervor. ¡En cambio nosotros! A las diez apenas vamos de regreso a nuestra casa… Dios mío, ¿quién fue el idiota que inventó la luz eléctrica, haciendo que las noches parecieran días? ¡Y los campesinos! ¡Cómo se tomaban la vida a la ligera! Trabajaban intensamente durante la primavera, el verano y el otoño, pero en invierno se sentaban en un sillón al amor de la lumbre y se dedicaban sencillamente a descansar. ¡Tres meses de descanso obligatorio al año! ¿No era maravi-lloso? Pero era porque obedecían los ritmos de la naturaleza, porque se sometían a ella… Nosotros, por el contrario, creímos que los ritmos naturales eran demasiado lentos, introducimos algunas mejoras y he aquí lo que hemos logrado: una humanidad que no duerme y que, por no saber ya cómo se hace eso, se halla al borde del colapso. Como un servidor de ustedes, queridos señores. Cuánta razón tenía el filósofo francés Gustave Thibon (1903-2001) cuando escribió así en uno de sus ensayos: “El hombre se ha ido eximiendo cada vez más y más de los ritmos cósmicos para llegar a convertirse en un esclavo dócil de cadencias artificiales mil veces más rígidas. Ya no se está ligado ni al cielo ni a las estaciones, ni a la marcha del sol, pero a cada instante se pone a consultar su reloj de pulsera”. Queríamos ser libres para convertir las noches en días y los días en noches. Y lo conseguimos. Dios respetó esta libertad soberana. Lo que ya no me queda claro es si ganamos algo con ello, o si bien lo perdimos todo. Pero yo dejo aquí este apunte. Mis ojos se cierran de sueño. Espero que no se abran –como siempre sucede- justo cuando mi cabeza entre en contacto con los pliegues de mi almohada. ¡Buenas noches!

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Programas Cáritas San Luis

Día de la Caridad 2020 El día de hoy celebramos el día de la caridad en el marco de la campaña de la caridad donde nos unimos para colaborar a favor de la obra social de nuestra Iglesia. Resaltando que una parte de la colecta de este día en las diversas parroquias de nuestra diócesis será destinada a Cáritas Diocesana y otra a la obra social o Cáritas de las parroquias. Cáritas nos invita a vivir este Día de Caridad, desde la alegría y el testimonio que nos convierte en amigos y discípulos de Jesús, llamados a vivir con un estilo de vida basado en el amor y el servicio a los demás, con mirada compasiva y gesto de ternura en nuestra entrega a los más débiles y pobres. Comprometerse es un modo de ser y estar en el mundo que te hace salir de ti mismo para acudir al encuentro de los otros, de las personas con las que cada día compartimos camino, con las que solamente nos cruzamos y con las que nos entrelazamos en proyectos, iniciativas y sueños. Vivir de forma comprometida la realidad de las personas y del mundo requiere valentía, creatividad, denuncia y acción. En esta campaña, en la que celebramos la caridad, el amor que se entrega de forma gratuita y generosa, estamos invitados a dar un paso más: salgamos de nuestros muros, de nuestros lugares de siempre y conectemos con las gentes de nuestros barrios, colonias para contar lo que hemos visto, para compartir lo que hemos experimentado, y ser buena noticia de esperanza para los pobres y para el mundo. Es un buen momento para iniciar un cambio de la apatía a la participación, del aislamiento a unir esfuerzos para mejorar el mundo.


Protocolo de Instrumentos Publicos año de 1592 del escribano real Pedro Venegas (Sexagésima Parte)

José Ricardo García López Investigador en retiro de la Facultad de Derecho de la UASLP. Escritura 45 Sepan cuantos esta carta vieren como yo Francisco Delgado, residente en estas minas de San Luis Potosí de la Nueva España, otorgo e conozco por esta carta que vendo e doy en venta real y para agora (sic) e para siempre jamás a Vos Xristobal López vecino de estas minas para vos e vuestros herederos e sucesores e para quienes vos y ellos quisiéredes, un solar que yo tengo en estas minas que está linde con solar de Antonio Gómez de Mojica y de la otra parte con Isabel de Valle y la calle real que pasa por delante, el cual está abierto los cimientos e vos lo vendo con todas sus entradas y salidas usos y costumbres, derechos y servidumbres y toda la piedra que está en el dicho solar y lo vendo por libre de hipoteca y censo y de otro enajenamiento alguno y por precio y cuantía de cuarenta pesos de oro común que por el dicho solar me habéis dado y pagado de lo que me doy por contento y entregado a mi voluntad sobre que renuncio la evicción y ley del entrego prueba y pago de él como en ella se contiene y confieso y declaro que dicho solar y piedra que hay en él no vale más, pero si más vale e valer puede, de la tal demasía y más valor que exceda en poca o mucha cantidad vos hago gracia y donación con los requisitos de derecho necesarios y desde hoy día que esta carta es fecha para siempre me aparto y a mis herederos e sucesores de la propiedad e señorío que tengo y me pertenece a el dicho solar todo ello lo cedo, renuncio y traspaso en vos el dicho Xristoval López para que sea vuestra y de vuestros heredeos y sucesores y lo podáis vender, dar, donar, trocar e cambiar, hacer y deshacer en ella como de cosa vuestra propia habida e comprada con vuestros propios dineros e adquirida con justo y derecho título de copra como esta lo es, y, vos doy poder y facultad para que por vuesira propia autoridad o judicialmente podáis tomar y aprehender la posesión del dicho solar y en el ínter que no lo tomáis, me constituyo por vuestro inquilino tenedor y poseedor y de esta manera lo tengo y no de otra. Y como real vendedor, me obligo a la evicción y saneamiento del dicho solar que agora (sic ) y en todo tiempo será seguro y no saldrá pleito ni embargo a él, y, si saliere, lo defenderé a mi costa hasta vos dejar en paz para siempre, y si no lo pudiere sanear vos volveré e restituiré los dichos pesos de oro y más las costas y labores y mejoras hechas que en el hubiéredes fecho (sic) aunque no sean necesarios sino voluntarios. Y para lo cumplir obligo mi persona e bienes y doy poder a las justicias de Su Majestad de cua-lesquier partes que sean para que me apremien al cumplimiento de lo que dicho es como por sentencia definitiva de juez competente pasada en cosa juzgada sobre lo cual renuncio todas e cualesquier leyes fueros e derechos de mi defensa y la general del derecho, en fe de lo cual otorgué esta carta ante el presente escribano y testigos de iuso escritos en cuyo registro lo firmé. Que es fecha en San Luis Minas del Potosí a diez días del mes de julio de mil e quinien-

tos y noventa y tres años. Testigos: Esteban del Pozo y Pedro Alonso y Alonso Nieva, estantes en estas minas. Francisco Delgado (rubrica) Ante Mí: Pedro Ve-negas (rubrica) Escribano real. Escritura 46. Sepan cuantos esta carta vieren como yo Graviel (sic) Ortiz estante en este pueblo de San Luis de Mesquitique, otorgo e conozco por esta carta que de mi gracia y buena voluntad y sin premio alguno, hago gracia y donación inrevocable de las que el derecho llama fechas inter vivos dada de mano a mano y pasada de una persona a otra a vos Francisco de Arteaga, vecino de este real que estáis presente, de cinco varas de mina en una mina que tengo registrada en el Cerro del Potosí a cuadras de La Gran Compañía porque esta es mi voluntad determinada y porque os lo debo por buenas obras que de vos he recibido y si esta donación excediere de los quinientos sueldos que no se puede hacer si no es insinuada por juez competente tantas cuantas veces excediere tantas donaciones vos hago y sea y se entienda ser fechas (sic) por diferentes personas y en diferentes tiempos y pueda (?) cualquier justicia ante quien esta causa se presentare haya por insi-nuada esta donación porque desde luego la hago y he por insinuada y desde hoy día que esta carta es fecha (sic) en adelante, me aparto y a mis herederos y sucesores de la tenencia y propiedad que tengo a las dichas cinco varas de mina y todo ello lo cedo e renuncio e traspaso en vos el dicho Francisco de Castañeda (sic) Arteaga para que sean vuestras y las podáis vender, dar, donar, trocar y cambiar y hacer de ellas a vuestra voluntad como de cosa vuestra propia e vos doy poder e facultad para que por vuestra voluntad o judicialmente podáis tomar la posesión y en el inter que no la tomáis me constituyo por vuestro inquilino y de esta manera las poseo y no de otra y me obligo de no revocar esta donación por ninguna causa de las en derecho permitidas y no me aprovecharé de ellas y las renuncio y para lo cumplir como esta dicho obligo mi persona e bienes habidos e por haber e doy poder a las justicias de Su Majestad de cualesquier partes que sean para que a ello me apremien como por sentencia definitiva de juez competente pasada en cosa juzgada sobre lo cual renuncio todas e cualesquier leyes fueros e derechos de mi favor y la general del derecho. En fe de lo cual otorgué esta carta ante el presente escribano y testigos de iuso escritos en cuyo registro lo firmé. Que es fecha en San Luis a veinte y ocho días del mes de marzo de de mil e quinientos y noventa y tres años. E yo el escribano doy fe que conozco e el otorgante y testigos: Juan de Herrera y Domingo Nuñez y Esteban de Vasiriana (?) estantes en estas minas. Testado Castañeda, no vale. Graviel Ortìz (rubrica) Ante Mí: Pedro Venegas (rubrica) escribano real.

No hay prisa E

Por: Alejandro Cortés González-Báez

n una viñeta de Mafalda se la ve en una calle donde unos trabajadores están cavando una zanja y ella les pregunta: ¿Están buscando las raíces de lo nacional? A lo cual ellos responden: No, nena, estamos buscando un escape de gas. Mafalda —decepcionada— se retira diciendo: Como siempre, lo urgente no deja tiempo para lo importante. Esta simple imagen me parece una de las grandes genialidades de Quino, que retrata una de esas ideas que todos deberíamos tener en cuenta cada día. Nos conviene distinguir entre esas dos categorías. No es lo mismo lo urgente que lo importante. Aunque, por supuesto, hay situaciones que pueden ser catalogadas bajo los dos criterios. Está claro que para los niños todo es urgente. Esta es una clara muestra de su inmadurez. Es frecuente que nos busquen personas para pedirnos consejos sobre todo tipo de problemas. Algunas de ellas lo hacen agobiadas por la angustia que produce el hecho de enterarse de repente de algo grave, como puede ser en los casos de infidelidad, o de un hijo que está consu-miendo drogas, o de una hija que está saliendo con un hombre que lleva una vida desordenada, etc. Lo primero y más importante que conviene aclarar es que los consejos de los sacerdotes no son nunca órdenes que deban cumplirse, siempre se deben entender como orientaciones y criterios a tomar en cuenta para que las personas actúen libre y responsablemente por propia iniciativa una vez que se han informado sobre la moralidad de cada situación. Los papás, por su parte, tienen la obli-gación de formar las conciencias de sus hijos enseñándoles, entre otras cosas, a distinguir entre lo ordinario y lo extraordinario, entre lo importante y lo urgente, entre las obligaciones y las preferencias. Por lo mismo, es fundamental capacitarlos para pensar, y así madurar las decisiones que vayan tomando desde pequeños. Por lo mismo, es conveniente no dar siempre recetas o reglas de conducta incuestio-nables, sino ejercitarlos en el uso de la prudencia responsable. Nos ayuda mucho darnos cuenta que, 8


Pastoral de la familia

Hagamos sonar al genio femenino, desde el corazón de Cristo E Por: María Teresa de Guadalupe Perea Parrales

Coordinador del Área de la Vida de la Pastoral Familiar

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l dolor provocado por el crimen de los seres humanos, que nos hemos alejado de Dios, daña y hace heridas enormes y profundas a la humanidad completa a varones y mujeres. Hagamos escuchar las voces, aque-llas que más fuertes podemos hacer sonar. Como aquellas del Evangelio: La voz de la prontitud de la pecadora del Evangelio, ella, quien lavó los pies a Jesús. Entonces, Él le miró misericordioso, agradecido. O como la voz de María Magdalena, esta mujer a la que no dejó que le abrazara en el momento de la Resurrección. ¡Qué momento! tan maravilloso es este, Jesucristo sabía lo que María Magdalena haría, quiere decir que la conocía entrañablemente y por eso le encomendó la tarea más grande: “ve y di a mis hermanos”. (Jn 20,16-18) ¿Permitiremos que a mujeres hermanas, en su dolor y en su pérdida, a-fectadas en su físico, o en su espíritu, se les conduzca por caminos de poder y dominio, mirando de manera desigual a nuestros hermanos que sufren? Mejor hagamos relucir el genio femenino, aquel que el Papa San Juan Pablo II nos dice: “Te doy gracias, mujer, ¡por el hecho mismo de ser mujer! Con la intuición propia de tu femineidad enriqueces la comprensión del mundo y contribuyes a la plena verdad de las relaciones humanas”, y sumemos aquello que el Papa Francisco pronunció en Santa Marta en este mes de febrero: “La mujer, en la humanidad, cumple una misión que va más allá y que no puede ofrecer ningún hombre: el hombre no trae la armonía, la trae ella. Es ella la que trae la armonía, que nos enseña a valorar, a amar con ternura, y que hace que el mundo sea una cosa hermosa.” No escuchemos y caigamos en la tentación de la voz que dijo a Cristo en el desierto, - toma todos los reinos del mundo y el poder de todos los gobiernos. Pues ¿para qué serviría esto? yo creo que una de las capacidades que adquieres, es acabar con el enemigo sin piedad y hoy nos “empoderan” con la capacidad de acabar con el hijo de las entrañas de la madre, con despreciar, odiar y discriminar al varón acompañante de vida o compañero para for-

E-mail: porlavidaylafamilia.hoy@gmail.com

mar una familia. Yo diría que es mejor, seguir la enseñanza ya dada desde hace más de 2000 años. Hagamos de este mundo, con nuestro ser femenino, un lugar de armonía donde reine la justicia, la verdad y lo bello , desde nuestra voz, mujer que protege y defiende toda vida, mujer que enriquece con la comprensión para todos, mujer que habla por todos los hermanos varones y todas las hermanas mujeres. Hoy nos falta la voz de la mujer que sigue ejemplos, como el de Edith Stein, que exhortaba a beneficiar una educación de virtudes en igualdad tanto para hombres como para mujeres, ya que la construcción de la sociedad corresponde a ambos y deben realizarla en conjunto. La mujer que reconoce el dolor de los que están desprotegidos, aquellos que necesitan cuidado y acogida, pidamos que sean escuchados y así sea otorgada la paz y la libertad necesarias para un progreso real en todo los ámbitos humanos y al servicio del prójimo. ¡No escuchemos voces de gobierno terrenal! Acordémonos lo que se ha dicho: ¿De qué nos sirve ganar el reino de este mundo, si perdemos nuestra alma?. (Mt. 16, 24-28).“Empoderar” es una palabra del mundo que nos llena de orgullo y soberbia. El ejemplo y camino a seguir es aquel, en el que alcemos la voz de la Mujer que ha sido nombrada Reina de todo lo creado, que en modo sencillo, humilde es nombrada como Emperatriz de América, que ha dejado la voz clara y llena de Luz en las palabras: Hagan lo que Él les diga. Para este día que recordamos el arduo trabajo de la mujer, podemos decir: ¡Felicidades mujer por el hecho mismo de ser mujer. Bendita criatura de Dios!

Pastoral penitenciaria

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La Pastoral Penitenciaria, una misión eclesial

P. Azarías

l servicio pastoral de la Iglesia en las prisiones es muy amplio y abarca diversas áreas y sectores. Sin embargo, ahora hay que subrayar algo que me parece muy importante; Se trata de la identidad de la Comisión Internacional y de las Comisiones Nacionales de Pastoral Penitenciaria Católicas. Cada Comisión de pastoral se organiza y estructura de acuerdo a su realidad concreta, lo importante es no olvidar que el servicio en las cárceles es un trabajo de Iglesia (Eclesial). La Comisión Internacional de Pastoral Penitenciaria Católica es una ONG (Organización no gubernamental) oficialmente reconocida, pero su identidad eclesial es importantísima, a partir de ella se entiende lo que hace, cómo lo hace y por qué lo hace. A partir de su identidad eclesial se formulan los programas, los medios y los tiempos de sus actividades. A partir de su identidad eclesial entiende y realiza mejor también la colaboración con otras organizaciones de otras religiones que trabajan a favor de los encarcelados. La identidad eclesial de la pastoral penitenciaria requiere la fidelidad a Dios y al hombre en la Iglesia. La comunión es a la vez el horizonte y la fuente de energía para realizar los planes de Dios a favor del hombre, la restauración de su diseño de amor por los hombres en los ambientes carcelarios. El principal servicio es anunciar el Evangelio de la dignidad del hombre, revelar el hombre al hombre mismo, esto se realiza sólo a la luz de Cristo en la Iglesia. La Comisión Internacional de Pastoral Penitenciaria Católica, tiene como lema: Vinculum unitatis. Todas las actividades y servicios que se realizan en este campo, y en todos los campos de la pastoral de la Iglesia, serán fecundos si se hacen en unidad, si se realizan en comunión. Así, el sacerdote que sirve a sus hermanos y hermanas en dificultad, no las sirve a título personal, es un apóstol, un enviado por su Obispo, y el Obispo, como primer responsable de su comunidad, quiere con la colaboración de sus sacerdotes, cuidar de quienes Dios le ha confiado. Entre quienes le ha confiado no exclusiva, pero sí preferencialmente están los pobres, los más débiles, y entre estos se encuentran los encarcelados. El trabajo que se realizan en las prisiones es de los más exigentes, cada uno de los agentes pastorales penitenciarios se enfrenta a retos y desafíos enormes que no deben ni pueden afrontar solos y desarmados, de aquí que es necesario estar insertados en una comunidad eclesial y en un proceso de formación integral permanente.


Mateo, el publicano

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(cf. Mt 28, 19-20). Y Jesús, al pasar, lo llamó. Mateo, según dice este relato, no lo piensa, no negocia, no se opone. Él solamente deja atrás su empleo, su pasado, su mundo. Ahora será administrador de otras cosas más importantes: la gracia, la predicación del evangelio. Él no duda. Solo se levanta y lo sigue. El evangelio dice que dejó su mesa de los impuestos. Más tarde, estará sentado en otra mesa, la de su casa, en la que comparte con Jesús y sus discípulos los alimentos; también, obviamente, están aquella tarde con ellos, los amigos de Mateo, los otros publicanos.

Después de esto, salió y vio a un publicano llamado Leví, sentado en el despacho de impuestos, y le dijo: “Sígueme”. Él, dejándolo todo, se levantó y le siguió. Leví le ofreció en su casa un gran banquete. Había un gran número de publicanos, y de otros que estaban a la mesa con ellos. Los fariseos y sus escribas murmuraban diciendo a los discípulos: “¿Por qué comen y beben con los publicanos y pecadores?” Les respondió Jesús: “No necesitan médico los que están sanos, sino los que están mal. No he venido a llamar a conversión a justos, sino a pecadores” (Lc 5, 27-32).

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al vez Mateo había escuchado hablar de Jesús con anterioridad. Es probable que, incluso él mismo lo haya visto hacer milagros y lo haya escuchado predicar el evangelio del reino de los cielos. La fama de Jesús estaba creciendo como la espuma. Por eso es probable que Jesús no sea para Mateo un extraño.

que éste regresó a su casa justificado y el otro no, pues éste hablaba con Dios a voz abierta y manifestaba su justicia y bondad, agradeciendo las bendiciones que recibía día a día. Jesús, en otra ocasión, también se acerca a un jefe de publicanos, Zaqueo y se sienta con él a la mesa; ese día llegó la salvación a la casa de aquel publicano.

Los publicanos eran aquellos judíos que trabajaban para el imperio romano. Eran todos los servidores públicos, dedicados a servir a Roma en múltiples servicios. Un recaudador de impuestos, de origen judío era considerado automáticamente pecador, debido probablemente a una manifiesta traición a Israel, por el solo hecho de ganarse la vida exprimiendo a la población y beneficiando así al pueblo opresor, a los invasores de Israel.

En esta escena también aparecen los fariseos, como siempre, inconformes con al actitud de Jesús al convivir con esta clase de hombres, pues consi-deraban que un verdadero profeta jamás se acercaría a ellos, lo mismo que a cualquier pecador.

Es probable que también fuesen considerados pecadores estos publicanos debido a que servían al imperio romano y no al Dios de Israel; y el pueblo romano era idólatra y además tenía numerosos dioses a los cuales rendía culto; un publicano se hacía impuro por ello, y no solo eso, sino que era un impuro permanentemente. Estos hombres, los publicanos, no solo eran tenidos como grandes pecadores, sino que también, para los “buenos judíos”, ellos eran el típico ejemplo de quien se apartaba de la Ley de Dios y de su Alianza. No eran bienvenidos en muchas partes; nadie se juntaba con ellos; era entonces obligado que los publicanos fueran solamente amigos de otros publicanos, ya que el resto de la población los tenía como algo aberrante. Jesús no ignora esta condición de los servidores públicos. Él nunca vio con malos ojos a estos hombres. Incluso algunas veces se apoyó en la realidad de estos hombres para enseñar su evangelio. Recordemos solamente aquella enseñanza acerca de la oración que agrada al Padre celestial (Lc 18, 9-14) diciendo que dos subieron al templo a orar, un pu-blicano y un fariseo, de los cuales este último rezaba en su interior, sin levantar la vista y sin entrar al templo, suplicando misericordia de Dios por saberse un gran pecador; sin embargo Jesús enseña

Y Jesús, pasando por ahí, quiso llamar a Leví a su seguimiento, quiso que estuviera con él, que viviera con él, que aprendiera de él y que predicara el evangelio. La tradición de la Iglesia tiene a Mateo como un gran apóstol, de hecho a este elegido debemos el evangelio que lleva su nombre; se supone que escribió un texto en arameo donde recogía dichos y hechos de Jesús, el cual, luego de diversas copias y traducciones al griego, y completado con otras fuentes escriturísticas, llegó a tener la forma que hoy co-nocemos. Tenemos muy pocos datos de Mateo en los evangelios. Pero son suficientes para conocerlo y saber de su grandeza. A pesar de no ser mencionado muchas veces, sabemos que él es uno de aquellos doce que no se apartaban de Jesús; sabemos que él vio muchos de los milagros de Jesús, que escuchó su palabra todos los días; que además le fueron reveladas muchas más cosas en secreto, con los otros apóstoles. Sabemos que él estaba en aquel lugar, escondido, con los otros, la noche de la re-surrección y que vio a Jesús resucitado cuando les mostró las manos y los pies con las señales de los clavos. Él estuvo también el día de la ascensión de Jesús al cielo; incluso no olvidó las últimas palabras de Jesús aquel día: “vayan por todo el mundo y anuncien el evangelio a todas las naciones… yo estaré con ustedes todos los días hasta el fin del mundo”

Los fariseos, que siguen a todas partes a Jesús, siempre buscando una manera de atraparlo en alguna contradicción, en algún error doctrinal o ritual, o moral, también están ahí. Es rara esta escena: ¿qué hacen los fariseos en aquella casa, con publicanos y pecadores? O bien, ¿ellos se quedaron afuera, viendo cómo aquel supuesto profeta departía con aquella gente proscrita? Seguramente así fue. Ellos no se acercarían dema-siado a los publicanos, para no caer en impureza y para cuidar su buen nombre, sin que la gente del pueblo pudiera criticarlos por estar cerca de aquellos pecadores. Los fariseos y los escribas preguntaron a los discípulos en voz baja por qué su maestro convive con aquellos hombres de mala vida, con aquellos corrompidos y alejados de la Alianza. Y Jesús responde con palabras totalmente inesperadas; quizás aquellos fariseos esperaban que Jesús o sus discípulos se justificaran de alguna manera y les dieran explicaciones acerca de su conducta. Sin embargo Jesús responde de manera sorprendente diciendo que ha venido a buscar a los pecadores y no a los justos; a los enfermos, no a los sanos. Jesús tiene clara su misión, pero sobre todo no pierde de vista que los pecadores son quienes necesitan más del perdón; ellos son quienes necesitan más de la misericordia de Dios. De hecho, la mayor parte de los seguidores de Jesús son los pobres, los alejados; son aquellos que han sido rechazados por los “buenos” del pueblo. Jesús reiterará constantemente su intención de acercar a los alejados. Él predicará de muchas maneras esta opción: “el hijo del hombre ha venido a buscar y a salvar lo que se había perdido” (Lc 19, 10); “hay más alegría en el cielo por un solo pecador que se arrepiente” (Lc 15, 7); y la más entrañable de estas enseñanzas: “si un hombre pierde una oveja, de cien que tiene, ¿no deja las noventa y nueve a resguardo y va en busca de la que se le extravió hasta encontrarla? Y cuando la encuentra la carga sobre sus hombros; y llegado a su casa llama a sus amigos y vecinos para decirles: ‘alégrense conmigo porque ya encontré la oveja que se me había perdido’” (Lc 15, 4-6). El perdón de Cristo es gratuito, solo se necesita querer seguirlo, querer aceptar sus palabras de vida y su misericordia. Los fariseos se consideraban justos, pero, al final, ellos son los que conspiran para buscar la manera de dar muerte a Jesús, ¿dónde está su bondad, entonces? Mateo deja su mesa de los impuestos, luego invita a Jesús a su mesa; al final, él se sienta con Jesús en la mesa eucarística; seguro ahora está sentado en el banquete celestial, como dice la liturgia: “dichosos los invitados a la cena del Señor”.


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Palabra de Dios

Del Santo Evangelio según San Mateo 17,1-9

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eis días después, Jesús tomó a Pedro, a Santiago y a su hermano Juan, y los llevó aparte a un monte elevado. Allí se transfiguró en presencia de ellos: su rostro resplandecía como el sol y sus vestiduras se volvieron blancas como la luz. De pronto se les aparecieron Moisés y Elías, hablando con Jesús. Pedro dijo a Jesús: «Señor, ¡qué bien estamos aquí! Si quieres, levantaré aquí mismo tres carpas, una para ti, otra para Moisés y otra para Elías». Todavía estaba hablando, cuando una nube luminosa los cubrió con su sombra y se oyó una voz que decía desde la nube: «Este es mi Hijo muy querido, en quien tengo puesta mi predilección: escúchenlo». Al oír esto, los discípulos cayeron con el rostro en tierra, llenos de temor. Jesús se acercó a ellos, y tocándolos, les dijo: «Levántense, no tengan miedo». Cuando alzaron los ojos, no vieron a nadie más que a Jesús solo. Mientras bajaban del monte, Jesús les ordenó: «No hablen a nadie de esta visión, hasta que el Hijo del hombre resucite de entre los muertos» Palabra del Señor.

Transfigurar

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stamos en el segundo domingo de cuaresma, el domingo de la transfiguración, donde la Palabra de Dios nos ofrece la grata experiencia de la Transfiguración del Señor Jesús, cuando su rostro resplandece y sus vestiduras se ponen blancas como la nieve, algo totalmente extraordinario en la vida del discípulo, un acontecimiento sin lugar a dudas maravilloso, una probadita de cielo, de eternidad, de resurrección. Una gran experiencia que primero pasa por el anuncio de la Pasión y el dolor de la traición y de la muerte, la lección de que detrás del sufrimiento, de la muerte, del dolor, viene la vida, la salvación, la transfiguración que nos hace darle sentido a todo. Transfigurar es cambiar, embellecer el mundo, hoy necesitamos cambiar muchas cosas, urge hacer hermoso el mundo en el que vivimos con nuestras sanas relaciones, con nuestra alegría y disposición por ser mejores, necesitamos transfigurar la vida familiar, los ambientes de trabajo, nuestro entorno más cercano. La hermosa Luz del monte Tabor tiene que inundar el mundo, El Rostro del Señor debe resplandecer en la lucha incansable de los hospitales, en los rincones obscuros del dolor, su luz debe iluminar el camino del migrante, la esperanza del prisionero, el trabajo diario de cada padre y madre de familia, el esfuerzo esperanzador por un futuro mejor de tantos y tantos jóvenes; Moisés y Elías deben conversar con este mundo confundido y desilusionado para darle la consistencia de la Ley y los profetas. Hoy somos invitados a subir al monte con el Señor y contemplar su transfiguración, llenar nuestro corazón y nuestra vida y bajar con alegría y esperanza a cambiar el mundo… Pbro. José de Jesús Cruz Rodríguez

Día Internacional de la Mujer

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ste 8 de marzo se celebra el día internacional de la mujer, en el cual se conmemora la participación que tiene la mujer dentro de la sociedad y su desarrollo íntegro como persona, este día fue institucionalizado por decisión de las Naciones Unidas en 1975, desde aquel momento lleva por nombre “Día Internacional de la Mujer” A lo largo de la historia de la Iglesia ha habido mujeres que proyectan, transmiten y ponen de ejemplo el ser mujer y lo hacen de una forma particular y muy especial, a través de la santidad a la cual todos nosotros estamos llamados. Hemos de iniciar con la figura por excelencia de ser mujer, la Virgen María Madre de Dios, que por medio de su disposición, palabras y gestos da un gran ejemplo de obediencia y caridad ante la voluntad de Dios, este gran ejemplo de mujer ha de ser un aliciente para todas aquellas que luchan día a día, en el hogar, el trabajo, en las dificultades diarias, en la enfermedad, etc. Para saber afrontar cada una de las circunstancias que se presenten en su vida y que a ejemplo de María sean dóciles ante la voluntad que el Padre tiene para cada una. También nos encontramos con las mujeres que seguían a Jesús, en las cuales podemos encontrar rasgos particulares como lo son, la fidelidad, entrega, amor, servicio y el seguimiento. Por otra parte está Santa Mónica que muy joven fue dada en matrimonio a Patricio, del que tuvo hijos entre ellos Agustín, que por cuya conversión derramó abundantes lágrimas y oró mucho a Dios. Santa Rita de Casia que casada con un hombre violento soportó pacientemente sus crueldades reconciliándolo con Dios, y al morir su marido y sus hijos ingresó en el monasterio de la Orden de San Agustín, dando a todos un ejemplo sublime de paciencia y compunción. Santa Rosa de Lima, insigne desde pequeña por su austera sobriedad de vida. Entregada a la penitencia y la oración, y ardiente de celo por la salvación de los pecadores y de la población indígena, aspiraba a dar la vida por ellos, sometiéndose de buena gana a toda clase de sufrimientos para ganarlos para Cristo. Santa Teresa de Calcuta, por su vocación pertenecía al mundo. En lo que se refiere a su corazón perteneció totalmente a Cristo Jesús, se preocupó por los más pobres ofreciéndoles el Evangelio y una vida digna, vivó de manera ejemplar el consejo evangélico de la pobreza. Que todos estos ejemplos de santas mujeres sean alicientes para su vida y les impulse para seguir dando testimonio como mujeres que aman a Jesús, desde el hogar, trabajo, o en el lugar donde se encuentren, que cada rasgo que las santas transmiten hagan todo lo posible para hacerlos suyos y que de esta forma las demás personas vean reflejado un ejemplo de ser mujer en el mundo de hoy.

¡Felicidades Mujeres Potosinas!


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Educando para el amor

Domingo 08 de marzo de 2020

...Lo de Dios a Dios

Amor y perdón, San Juan de Dios dones del hombre 1495-1550 y la mujer P. David Grimaldo

Fil. Rafael Gómez M.

L

o que era considerado “la emergencia de la mujer” desde hace décadas, ahora, en nuestro país y en el mundo, se ha convertido en un tema “emergente”. No parece que se haya resuelto y, por el contrario, parece agravado. Son nuevas y más intensas las manifestaciones de repudio por parte de las feministas que ahora promueven “un día sin mujeres”. En efecto, la sociedad humana no existiría sin la valiosísima aportación y existencia de la mujer. Gracias a ella el hombre vive. Los desencuentros entre el hombre y la mujer exigen grandes explicaciones a los grandes y emergentes problemas de la mujer frente al varón. El mundo está orientado hacia sus derechos, que son comunes también del hombre que ahora entra en la incertidumbre de cómo es que puede solidarizarse con las mujeres que demandan, a quien resulte responsable, toda clase de exigencias. Al mismo tiempo que se pide “la suma de todas”, se pide “la resta de todos”. De tal desconcierto nacen inte-rrogantes muy difíciles de resolver: ¿Se exige un cambio en los hombres, en las leyes, en los gobiernos (compuesto de hombres y mujeres) en la cultura, en la sociedad (compuestas por hombres y mujeres)? ¿Se exige la despenalización del aborto… o el derecho al aborto? ¿Se exige el empoderamiento femenino que consista en el derecho a hacer uso de su cuerpo y uso del cuerpo del no nacido por el hecho de estar dentro de su cuerpo? ¿Tienen que ver sus demandas actuales con las demandas de las más radicales feministas que se han expresado desde los foros más importantes sobre la mujer? ¿Tienen que ver los acontecimientos feministas más recientes con las demandas de la perspectiva de género? ¿La exclusión de los hombres que se quieren solidarizar, tienen que ver con la pugna sexista que agobia las relaciones entre ellas y ellos? ¿Cómo deben darse e interpretarse los acuerdos para contactos sexuales entre ellas y ellos, toda vez que entre ellas y ellos existe el consentimiento para el uso mutuo y voluntario de sus cuerpos? ¿La cultura en la que ellas y ellos participan y de la que ellas y ellos son responsables, cómo puede desarrollarse sin la participación de unas y otros? ¿Los hombres feministas, que son muchos, como pueden participar sin ser excluidos? ¿Cómo pueden las exigencias feministas llegar a buen puerto sin las manifestaciones de odio y descarte? ¿Son solo los hombres quienes tienen qué cambiar? ¿Son los feminicidios, o el maltrato o la desigualdad, el centro de la atención? ¿Con la paridad (50% de mujeres, 50% de hombres) en la sociedad y en los empleos, se resuelve el problema o se debe contratar calificando la aptitud y el talento aunque hubiera mayoría de mujeres? ¿Es correcto exigir respeto a lo que se critica con vehemencia, sobre lo mismo que se practica con violencia? Sin el punto de partida del encuentro amoroso de los sexos a favor de la paz y sin la sabiduría divina y misteriosa que permanece oculta a los ojos de la sabiduría del mundo (1Cor 2, 6-10) resulta prácticamente imposible despejar tantas dudas y tantos desencuentros. El Señor Dios creó al ser humano a su imagen, hombre y mujer los creó (Gn 1, 27) y, así, “los creó diferentes” y los situó a uno frente al otro, de tal manera que, al descubrir al otro diferente pero similar a sí mismo, cada uno pudiera exclamar: “Esta sí, este sí, que es carne de mi carne y hueso de mis huesos” (Gn 2, 23) y, de estas palabras de asombro, naciera el amor a quien, frente a sí, en su diferencia, gracias a su existencia, se comprendiera la razón de ser “de la alteridad y de la diferencia”, es decir que, gracias “a la otra”, gracias “al otro”, gracias “a su diferencia”, cada uno se pudiera comprender a sí mismo y comprendiera los motivos de su encuentro y comprendiera también los motivos de su igualdad y al mismo tiempo de su reciprocidad en la diferencia. La alteridad, “la conciencia respecto del otro”, es parte del ser individual, pero “de la alteridad nace la unidad en el encuentro”. La alteridad es parte de la existencia y la unidad es un don que se conquista al conocer la sabiduría divina y misteriosa de quien quiere dar amor, pero que lo recibe, como don, de la Fuente de la que se bebe en Jesús que fue a la cruz por amor y para conseguir perdón.

L

a vida de este santo es un magnífico ejemplo de evangelización. Vemos a un hombre de 40 años, evangelizado y convertido a Cristo, que se dedicó a evangelizar, a proclamar la buena nueva a los marginados, enfermos mentales, vagabundos y mujeres explotadas por la prostitución. Nació en Portugal, cerca de Lisboa, en 1495. Desde su niñez abandonó su casa para trabajar como empleado en Castilla, pero a partir de 1522 lo encontramos en el ejército español, peleando contra los franceses y después, contra los turcos en Hungría; influenciado por el ambien-te de la soldadesca y alejado de todo contacto con Dios, cayó en graves vicios y pecados.

A los 40 años de edad, lo encontramos otra vez en España, arrepentido de los errores cometidos y anhelando consagrarse a Dios. Decidió liberar a los cristianos de África, presos por los mahometanos, con la esperanza de alcanzar el martirio. En Ceuta, su confesor lo quiso apartar de ese deseo y lo exhortó a vivir una vida sin exageraciones en España; de manera que, a los 43 años, en Granada, estableció una pequeña tienda de artículos religiosos. Con razón en su encíclica “Evangelii Nuntiandi” el Papa Pablo VI menciona que “sería un error no ver en la homilía un instrumento válido, apto para la evangelización” (n. 43). Un solo sermón del religioso, San Juan de Ávila, influyó tanto sobre Juan que lo decidió a implorar la misericordia divina, como penitente, en forma tan espectacular, que tuvo que ser encerrado en el manicomio. El celoso predicador no lo dejó abandonado, sino que buscó el contacto personal (Ev. Nunt. n. 46); lo convenció de que, en adelante, debería manifestar su arrepentimiento, atendiendo material y espiritualmente a los hermanos más necesitados de Cristo, siempre abundantes en la España del siglo XVI. Empezó en el manicomio de Granada, en donde los enfermos, según la costumbre de entonces, eran atados con cadenas y golpeados como animales. Se puede decir que por el influjo del santo y después de su muerte, por medio de los “Hermanos de San Juan de Dios”, se realizó un enorme adelanto en la medicina psiquiátrica, al reconocer la locura como una enfermedad que se puede curar con un método integral físico y espiritual. En 1540, el santo trabajó en un hospital con 42 camas, en donde él mismo a-tendía a los enfermos más abandonados y los dirigía espiritualmente. Aun cuando no era sacerdote, rezaba con los sacerdotes y, a la vez les prestaba los servicios más humildes. A los vagabundos y ancianos, viéndolos con los ojos del mismo Cristo, los reunía en un asilo. A pesar de las burlas y calumnias de los “buenos católicos”, se empezó a preocupar por la suerte de las prostitutas de Granada; tenía el consuelo de recibir el total apoyo de su arzobispo y la ayuda generosa de muchas personas que habían captado la santidad heroica de este aventurero de Cristo, en un ambiente todavía impregnado de resabios de feudalismo. Con toda prudencia, el santo empezó a reunir compañeros dispuestos a ayudar; estos hombres fueron la base de su Congregación, organizada veinte años después de la muerte del fundador. Tiene actualmente su sede principal en la Isla del Tíbar, en Roma, en donde los italianos les dieron el nombre “Fate bene fratelli” (los hermanos que hacen el bien). Entre los hechos prodigiosos de su vida, que las artes han inmortalizado, se cuenta que salvó personalmente a los enfermos del hospital, en medio de las llamas, sin recibir daño alguno. Extenuado por estos trabajos y por el esfuerzo de rescatar a un hombre que estaba ahogándose, durante una inundación, Juan murió a los 55 años, el 8 de marzo de 1550, arrodi-llado delante del altar. En 1690 fue canonizado. El Papa León XIII lo declaró, junto con San Camilo de Lelis, “patrono de los hospitales y de los enfermos”.


Domingo 08 de marzo de 2020

P a r a C o l o r e a r



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