Domingo 06 de julio de 2014
Adaptación Por Pacco Magaña
Tiempos de crisis en nuestra Iglesia potosina, ocasión para impulsar una verdadera conversión
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urante tres meses ya, hemos venido sufriendo en la Iglesia Potosina, esta crisis profunda de embates periodísticos y de descréditos gene-ralizados hacia la Iglesia por causa del mal comportamiento de algunos sacerdotes que no hemos sabido entender el Don tan inmenso que Dios nos hacía el día de nuestra Ordenación Sacerdotal. Esta mala noticia que en los medios de comunicación está apareciendo casi a diario, nos provoca humanamente tristeza, vergüenza y desencanto; y a nuestra fe le provoca a la vez confusión y desaliento. El ambiente en general se está contaminando con estas malas noticias y poco a poco nos comenzamos a hastiar. Hoy con toda certeza también de cara a esta crisis afirmamos, que, los medios de comunicación masivos tienen una consigna perversa en nuestros tiempos: tratar de extinguir la fe con su persecución encarnizada. En este espacio semanal de reflexión que es LA RED, nuestra intención no es disimular, justificar o desco-nocer esta problemática, sino que por el contrario, es un medio a través del cual la Iglesia constantemente necesita pedir perdón y sobre todo mostrar la consigna de una verdadera conversión. Todo lo que semana a semana aquí se publica: el caminar diocesano, recursos litúrgicos, bíblicos, canónicos, filosóficos y li-terarios… es fruto de la oración, la reflexión y el compromiso de sacerdotes, religiosas (os) y laicos que con su valioso aporte nos transmiten el espíritu de la verdadera conversión en el que no cesa de avanzar nuestra Iglesia Potosina. Es nuestro semanario LA RED una ocasión constante, para invitarlos queridos amigos lectores a no desfallecer en la fe con la certeza que nos anuncia la palabra de Dios: “La victoria que vence al mundo es, nuestra fe” (1 Jn 5,4). Esta es una buena ocasión para alentar a todos nuestros sacerdotes y seminaristas a seguir creyendo en su vocación y a proseguir con generosidad el camino de su donación a Dios y a su Iglesia. Pidamos a la Santísima Virgen María, que ella nos inspire en estos instantes la actitud de la escucha, para atender lo que en medio de estos acontecimientos el Espíritu de Dios nos está diciendo.
El Matrimonio Queridos hermanos y hermanas:
Hoy concluimos el ciclo de catequesis sobre los sacramentos hablando del Matrimonio. Este sa-cramento nos conduce al corazón del designio de Dios, que es un designio de alianza con su pueblo, con todos nosotros, un designio de comunión. Al inicio del libro del Génesis, el primer libro de la Biblia, como coronación del relato de la creación se dice: “Dios creó al hombre a su imagen, a imagen de Dios lo creó, varón y mujer los creó... Por eso abandonará el varón a su padre y a su madre, se unirá a su mujer y serán los dos una sola carne” (Gn1, 27; 2, 24). La imagen de Dios es la pareja matrimonial: el hombre y la mujer; no sólo el hombre, no sólo la mujer, sino los dos. Esta es la imagen de Dios: el amor, la alianza de Dios con nosotros está representada en esa alianza entre el hombre y la mujer. Y esto es hermoso. Somos creados para amar, como reflejo de Dios y de su amor. Y en la unión conyugal el hombre y la mujer realizan esta vocación en el signo de la reciprocidad y de la comunión de vida plena y definitiva. Cuando un hombre y una mujer celebran el sa-cramento del Matrimonio, Dios, por decirlo así, se “refleja” en ellos, imprime en ellos los propios rasgos y el carácter indeleble de su amor. El Matrimonio es la imagen del amor de Dios por nosotros. También Dios, en efecto, es comunión: las tres Personas del Padre, Hijo y Espíritu Santo viven desde siempre y para siempre en unidad perfecta. Y es precisamente este el misterio del Matrimonio: Dios hace de los dos esposos una sola existencia. La Biblia usa una expresión fuerte y dice “una sola carne”, así es de íntima la unión entre el hombre y la mujer en el Matrimonio. Y es precisamente este el misterio del Matrimonio: el amor de Dios que se refleja en la pareja que decide vivir unida. Por esto el hombre deja su casa, la casa de sus padres y va a vivir con su mujer y se une tan fuertemente a ella que los dos se convierten —dice la Biblia— en una sola carne. San Pablo, en la Carta a los Efesios, pone de relieve que en los esposos cristianos se refleja un misterio grande: la relación instaurada por Cristo con la Iglesia, una relación nupcial (cf. Ef 5, 2133). La Iglesia es la esposa de Cristo. Esta es la re-lación. Esto significa que el Matrimonio responde a una vocación específica y debe considerarse como una consagración (cf. GS 48; FC 56). Es una
consagración: el hombre y la mujer son consagrados en su amor. Los esposos, en efecto, en virtud del sacramento, son investidos de una auténtica misión, para que puedan hacer visible, a partir de las cosas sencillas, ordinarias, el amor con el que Cristo ama a su Iglesia, que sigue entregando la vida por ella, en la fidelidad y en el servicio.
Es verdaderamente un designio estupendo lo que es connatural en el sacramento del Matrimonio. Y se realiza en la sencillez y también en la fragilidad de la condición humana. Sabemos bien cuántas dificultades y pruebas tiene la vida de dos esposos. Lo importante es mantener viva la relación con Dios, que es el fundamento del vínculo conyugal. Y la relación auténtica es siempre con el Señor. Cuando la familia reza, el vínculo se mantiene. Cuando el esposo reza por la esposa y la esposa reza por el esposo, ese vínculo llega a ser fuerte; uno reza por el otro. Es verdad que en la vida ma-trimonial hay muchas dificultades, muchas; que el trabajo, que el dinero no es suficiente, que los niños tienen problemas. Muchas dificultades. Y muchas veces el marido y la mujer llegan a estar un poco nerviosos y riñen entre ellos. Pelean, es así, siempre se pelea en el Matrimonio. Pero no debemos ponernos tristes por esto, la condición humana es así. Y el secreto es que el amor es más fuerte que el momento en que se riñe, por ello aconsejo siempre a los esposos: no terminar la jornada en la que han peleado sin hacer las paces. ¡Siempre! Es suficiente un pequeño gesto, una caricia, y adiós. Y ¡hasta mañana! Y mañana se comienza otra vez. Esta es la vida, llevarla adelante así, llevarla ade-lante con el valor de querer vivirla juntos. Y esto es grande, es hermoso.
Edición Pbro. Antonio Torres Moreno Fundado por el Arz. Emérito Don Luis Morales Reyes
Luz Elena González Luis Enrique López Vázquez La RED no necesariamente apoya la publicidad de nuestros anunciantes.
Iglesia de MĂŠxico
Iglesia Potosina
PREJUVI 2014,
toda una efusión de juventud y alegría
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l pasado viernes 20, sábado 21 y domingo 22 de junio, en el colegio Sagrado Corazón se llevó a cabo la realización del Programa de Formación Regional para la Juventud Ignaciana (PREJUVI), el cual se lleva a cabo cada dos años.
La finalidad del PREJUVI es crear espacios donde los jóvenes Ignacianos puedan compartir vida, Fe y Esperanza, hacer lazos de fraternidad y dar alternativas a los problemas de nuestro país. La comunidad ignaciana “Un solo guego” fue sede del PREJUVI en su edición 2014, al recibir en el colegio del sagrado corazón a más de 200 jovenes, que llegaron de la región norte y occidente del país, con el lema “Actúa en discernimiento, compatiendo construimos puentes de esperanza”. Participaron los jovenes, hemanos y escolares jesuitas como también religiosas de distintas congregaciones, algunas de ellas impartieron talleres para compartir y cons-truir puentes de esperanza.
Durante el PREJUVI se trabajaron diferentes temas, atendiendo a las diferentes realidades en las que cada comunidad de jóvenes ignacianos está inserta, mediante trabajos en grupo, conferencias, talle-res; además de un panel conformado por jóvenes de Michoacán, Cd. Juárez, y por supuesto de San Luis Potosí. Así se tuvie-ron además actividades deportivas, sin olvidarse de una acuarela potosina, y de una tradicional callejoneada por las principales calles y plazas de nuestro centro histórico. Así durante 3 días de intenso trabajo, actuando en discernimiento, construyendo puentes de esperanza y no solo compartiendo sino compartiéndose, llegaron a la clausura del PREJUVI, con la concelebración de la eucaristía precedida por el Sr. Arzobispo Don Jesús Carlos Cabrero Romero, y acompañado de los Sacerdotes Jesuitas como Juan Carlos Henríquez, Salvador Ramírez, así como el padre asesor de la Pastoral Juvenil de nuestra Arquidiócesis, José Luis Mora Sanjuanero. Informes de Reuniones: “Un Solo Fuego” Comunidad Ignaciana Lugar: Convento de las Reparadoras, horario: sábados 5:00 pm
Misa en honor de San Josemaría Escriva, fundador del Opus Dei
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omo en años pasados, el jueves 26 de junio tuvo lugar la ce-lebración de la fiesta de San Josemaría Escrivá, fundador del Opus Dei, en la parroquia de Nuestra Señora de los Remedios (barrio de Tequisquiapam). Nuestro querido Arzobispo Don Jesús Carlos Cabrero presidió la concelebración eucarística a las 20 horas. A la ceremonia, acudieron un buen número de familias y fieles en ge-neral, para agradecer a Dios Nuestro Señor la ayuda recibida a través de este santo, que nos enseña a acercarnos a Dios a través de la vida de cada día. En la homilía, el Sr. Arzobispo agradeció la presencia de tantos fieles. Glosó las lecturas de la Santa Misa, deteniéndose especialmente en la invitación de Jesús al apóstol San Pedro en las orillas del mar de Galilea: Guía mar adentro. Nos invitaba a escuchar con atención la Palabra de Dios y ejercitarnos -sin cansancio- en las obras de misericordia, que tanto nos recuerda el Papa Francisco. El recogimiento de los asistentes durante la Santa Misa, los cantos litúrgicos y otros pequeños detalles como las flores, dejaban ver, de manera sencilla, el cariño y veneración hacia Jesús sacramentado que San Josemaría tanto predicó durante su vida. Al final, muchos participantes pudieron saludar personalmente a nuestro Arzobispo, y le comentaron que se habían sentido muy alentados con sus palabras, para seguir ofreciendo a Dios su trabajo y su vida familiar.
Fiesta Patronal en el Sagrado Corazón de Jesús Por Juan Julián Bueno Godoy
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l domingo 16 de julio tuvo lugar la fiesta patronal en honor al Sagrado Corazón de Jesús en la colonia Morelos. Donde la comunidad
parroquial recibió cálidamente a nuestro arzobispo, Don Jesús Carlos Cabrero, que concelebró la Eucaristía de la fiesta junto al P. Felipe Gutiérrez Hernández, párroco del Sagrado Corazón y junto a otros sacerdotes acompañantes del decanato. En el marco de la fiesta patronal, dentro de la cere-monia, un buen número de niños, adolescentes y jóvenes recibieron el sacramento de la confirmación por manos de Don Carlos, el cual exhortó a los confirmandos a asumir su compromiso como profetas dentro de la sociedad y quien además, instituyó a cinco nuevos ministros extraordinarios de la comunión. Muchas felicidades a todos los que integran esta parroquia, que el Sagrado Corazón de Jesús continúe llenándola de vida.
Celebrando al Señor
Qué es una comunidad parroquial
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a parroquia es una determinada comunidad de fieles constituida de modo estable en la Iglesia particular (diócesis), cuya cura pastoral, bajo la autoridad del Obispo Diocesano, se encomienda a un párroco, como su pastor propio” (Código de derecho canónico, canon 515).
“Es el lugar donde todos fieles pueden reunirse para la celebración dominical de la Eucaristía. La pa-rroquia inicia al pueblo cristiano en la expresión ordinaria de la vida litúrgica, la congrega en esta celebración, le enseña la doctrina salvífica de Cristo y la lleva a practicar la caridad del Señor en obras buenas y fraternas”. (Catecismo de la Iglesia Católica No. 2179). La palabra “Parroquia” viene del griego Paroika. En la palabra paroika está oika: “casa”. Paroika significa etimológicamente “el tiempo de estadía o residencia”. El verbo paroikein quiere decir: “habitar cerca de, junto de, al lado de, estar provisoriamente, estar de paso, peregrinar”. Paroikaos es “el extranjero domiciliado”. Muchos autores cristianos utilizan el verbo parokein para dar la idea de una presencia pasajera de los cristianos en el mundo. En el siglo II Paroika se convierte en sinónimo de “comunidad cristiana” o “Iglesia particular”. La Parroquia es como una fuente a la que todo el mundo viene a calmar su sed, decía el Papa Juan XXIII. Es una fuente de agua viva que Jesucristo ofrece a cada uno. Pablo VI decía que “la Parroquia tiene una misión indispensable de gran actualidad; ella debe crear la primera comunidad del pueblo cristiano”.
La Parroquia es el lugar donde los ministerios y carismas de todos los fieles laicos, esenciales a la vida de la iglesia, pueden ser valorados. Ella no es en primer lugar una estructura, un territorio, un edificio, una comunidad de personas cumpliendo un cierto número de funciones sociales; Ella es ante todo, la familia de Dios, fraternidad que no tiene mas que un alma, una casa de familia, fraternal y acogedora; es la comunidad de los fieles. (Cf. exh. ap. Christifideles Laicis). “Después de la familia la Parroquia es la primera escuela de fe, oración y educación moral” dijo en 1985 el Papa Juan Pablo II. La Parroquia tiene por vocación reunir a los fieles de un territorio, sin distinción de origen, status social o edad; no sólo por afinidades, sino en razón de la pro-ximidad. Reúne a los hijos de Dios que fácilmente se podrían dispersar.La Parroquia, más que un lugar, debe de ser : * Una comunidad en conversión. * “Un solo Señor, una fe, un solo Dios, y Padre” * Es acción y compromiso Pertenecer a una determinada pa-rroquia no está solo en haber recibido Sacramento del Bautismo en la misma o en vivir dentro de la demarcación establecida por decreto o por ley ni en el haber recibido en ella algunos sacramentos; está en sentirla , está sobre todo en tomar parte activa en los actos de la Comunidad Pa-rroquial, está en sentir , pensar, vivir y actuar como miembro activo en la Comunidad Parroquial. Es necesario tener una misma fe, ser testigo de la misma con las obras y celebrarla con los hermanos.
Vivir desde la FE
El diaconado permanente
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tercera parte
entro de la Iglesia católica existen, pues, dos clases de diáconos
•Diacono transitorio •Diacono permanente Diácono transitorio Se califica como transitorios a aquellos diáconos a los cuales se les confiere este ministerio por un periodo limitado de tiempo, que usualmente se inicia luego de culminar sus estudios y se extiende hasta que el ordinario del lugar considera al candidato suficientemente maduro para ser ordenado presbítero. En genera, durante este tiempo los candidatos ejercen como diáconos en parroquias. Por lo tanto, es condición para ser presbítero haber sido ordenado con anterioridad en calidad de diácono transitorio (es decir, en transito hacia el presbiterado). Diácono permanente En el Concilio Vaticano II, se restableció nuevamente el diaconado permanente. Este tipo de diáconado puede ser conferido a hombres casados. El diácono permanente debe ser considerado hombre “propio” por la comunidad, caritativo, respetuoso, misericordioso y servicial. Es determinación del obispo exigir que sea casado, y en este caso, la esposa deberá autorizar por medio escrito al obispo la aceptación para la ordenación del esposo (requisito indispensable). Un diácono casado que pierde a su esposa no puede volver a contraer matrimonio, pero si puede optar a ser presbítero. Quien es ordenado diácono siendo soltero se compromete al celibato permanente. Solo el varón bautizado recibe válidamente esta sagrada ordenación. El sa-cramento del Orden Sacerdotal, confiere un carácter espiritual indeleble y no puede ser reiterado ni ser conferido para un tiempo determinado. Se le puede liberar de obligaciones y de la s funciones vinculadas a la ordenación y hasta se le puede impedir ejercerlas, pero no vuelve a ser laico nuevamente puesto que, desde la forma permanente (de allí el termino marca o carácter). Funciones de los diáconos Las funciones del diacono en la Iglesia católica son: • Proclamar el Evangelio, predicar y asistir en el Altar; • Administrar el sacramento del Bautismo, • Presidir la celebración del sacramento de Matrimonio • Conferir los sacramentales (tales como la bendición, el agua bendita, etc.) • Llevar el viatico (sacramento de la eucaristía así llamado cuando se admi-nistra particularmente a los enfermos que están en peligro de muerte) pero no puede administrarse el sacramento de la Unción de los Enfermos.
Domingo 06 de julio de 2014
Av. Constituyentes Poniente # 49 local 3 (Paseo Constituyentes, carretera libre a Celaya)
PREVIA CITA
Col. El Pocito, QuerĂŠtaro, Qro. Tel. (01 442) 216 99 23 y 196 80 94