¿Tiene la luz forma propia o da forma a las cosas? Este es el eterno
dilema del que discuten quienes se ocupan de la luz a nivel profesional,
sin haber llegado aún a una conclusión unívoca. Más que de un dilema,
se trata de distintas maneras de leer la realidad.
Esta cuestión, que aparentemente podría resultar solo filosófica, guía de
manera concreta el trabajo de quienes definen las características del espacio
arquitectónico.