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AÑO 7
No.6
Antología Poética DIRECTORIO
Prólogo
Julio César Shara Dir. del IIM
Poesía de abrigo: Paula de Allende Ricardo Carapia
Datos Biográficos Paula de Allende
Revolución y Evolución Gerardo Esquivel Estrada
Paula era ya una Leyenda Queretana Juan Antonio Isla E.
¿Cómo hablar de Paula de Allende? Claudia Gutiérrez
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Sobre Paula de Allende Hugo Gutiérrez Vega 20 Paula pertenece ya al Club Andres González Páges
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Colaboración Especial del Centro Cultural Paula de Allende
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Poemas Inéditos
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Poemas Publicados
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Prosa Selección de textos: Paula de Allende
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Archivo Fotográfico: Centro Cultural Paula de Allende
Presentación En esta ocasión nos encontramos especialmente felices por dedicar este número de Entrever a la influyente escritora y promotora cultural Paula de Allende (1938-1979), a quien continuamente brindan homenajes y bibliotecas con su nombre. Durante estas tres últimas décadas, después de la lamentable desaparición de Paula, su obra poética, sus ensayos, que todavía no se terminan de recopilar, pues su actividad periodista de crítica de arte y literatura, abarcó varios años de publicaciones en la CDMX y en Querétaro. Conocí a Paula de Allende a fines de los años 60, en el Coro de Poesía OPIC (Organismo de Promoción Internacional de Cultura), Centro Cultural que la Secretaría de Relaciones Exteriores mantenía en la Av. Juárez, para recibir conferencista, exposiciones, obras de teatro, que venían del extranjero y se presentaban en ese elegante sala, con alfombra amarilla, que contrastaba con el decorado del antiguo Hotel Alameda, que junto con la Sala de Arte y Hotel, desaparecieron en el terremoto del 1985. La Sala de Arte era dirigida por el gran poeta sonorense, nacido en Caborca, Abigael Bohórquez, y con el Coro de Poesía OPIC viajamos por diferentes ciudades del país, tuvimos temporadas de presentaciones en los diferentes teatros del IMSS, en la Casa del Lago de la UNAM, etcétera. Después de los ensayos, Paula nos invitaba a su casa, donde nos encontrábamos con grandes escritores de la época: José Revueltas, Jorge Aguilar Mora, René Avilés Fabila, Efraín Huerta, Alfredo Cardona Peña, Juan de la Cabada, Rubén Salazar Mallén, Mauricio Magdaleno, etcétera. Paula era una gran anfitriona que sabía encargarse del fogón y las bebidas, de la amabilidad, de la cordialidad, de la calidez con que abría las puertas de su casa, a escritores, pintores, actores. Su casa era un centro importante de reunión de la cultura mexicana a fines de los años 60. En el edificio de Miguel Schultz, colonia San Rafael, también vivía el gran poeta León Felipe, ahora una placa de bronce recuerda su hábitat en ese lugar. En esos años, Paula y mi familia, fuimos huéspedes en su casa, pues Olivia no sabía cómo cuidar a una recién nacida, Paula se convirtió en madre y maestra y gracias a ello, creo, sobrevivió mi pobre hija y Olivia aprendió los menesteres de cómo una recién nacida puede sobrevivir. Cientos, miles de recuerdos, llegan con esta entrañable relación de mis primeros años de juventud con Paula y su familia. Por eso y por muchas otras cosas más, hemos dedicado este número de Entrever doble (2017-2018) como un homenaje a este maravilloso ser del arte y la literatura queretana. Hacer un homenaje en letras a Paula de Allende es por decir lo menos, un acto de justicia. ENTREVER recuerda con admiración y cariño a una mujer cuya vida significó tanto para tantos, que ha quedado evidenciado a lo largo del tiempo, tanto en corazones como en obra que permanece. Este número, dedicado a la escritora, a la periodista, madre y promotora cultural, abre con las palabras de Ricardo Carapia, quien navega entre los versos de Paula dándole el lugar que le corresponde como poeta y mujer, además otorgamos una breve semblanza sobre sus datos biográficos.
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Poesía de Abrigo: Paula de Allende
Reproducimos material de Gerardo Esquivel sobre el aniversario del Taller de Serigrafía de la Casa de la Cultura Ignacio Mena, proyecto impulsado por Paula y Lupita de Allende. Posteriormente Juan Antonio Isla Estrada, quien convivió también de cerca con la escritora, vieja por sus memorias y recuerda que fue difícil convencerla de publicar Puerto de Abrigo. Escuchamos las admirables palabras de Claudia Gutiérrez, las cuales inauguraron el Centro Cultural Paula de Allende en 2013, institución a la que agradecemos y en particular a Fuensanta y Francisco Garza de Allende, su valiosa y desinteresada colaboración para la realización de ENTREVER VI.
Ricardo Carapia López
En 2005, Hugo Gutiérrez Vega dedicó un texto a Paula de Allende en La Jornada Semanal. Sus personales experiencias con Paula le hicieron recordarla de grata manera cuando releyó su obra, y es ahí donde Gutiérrez Vega señalaba que hay que leer su poesía “Con ojos nuevos y retomar su tono y su tensión espiritual”.
Instituto de Investigaciones Multidisciplinarias,UAQ
Reconocemos a Andrés González Pagés quien tuvo la generosidad para reproducir aquí sus palabras sobre Paula teniéndola siempre presente, nos explica por qué ella pertenece ya al “Club”.
“Poetry has to be something more than a conception of the mind. It has to be a revelation of nature”.
Para cerrar con el número, el Centro Cultural Paula de Allende nos permite apoyarles en la difusión de la obra inédita de la autora, con el objetivo común de promover la lectura del trabajo de una mujer adelantada a su tiempo, a quien justo el tiempo dará su lugar entre las nuevas generaciones.
Wallace Stevens Julio César Schara Director del Instituto de Investigaciones Multidisciplinarias de la U.A.Q.
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oz consciente de su fuerza y alejada de la tradición poética femenina, testimonio, melancolía y esperanza que nacen del vientre al corazón y a las letras vivas. Puerto de Abrigo es uno de los libros más reconocidos y recordados de entre los poetas queretanos y los no tan queretanos. Paula de Allende realizó con este poemario, y en especial con Retorno a las Raíces, un homenaje a lo que es ser mujer, al dolor que significa el parto y el difícil camino hacia la plenitud. Nacida en Monterrey, Nuevo León (1938), fue una incansable promotora cultural y coordinadora de talleres literarios. Fue periodista en varias revistas y periódicos nacionales. Fue también fundadora de El Ruido de las Letras, primer esfuerzo importante en el estado por hacer un espacio a la literatura en el periodismo local. El escritor Andrés González Pagés dijo alguna vez que “donde estaba Paula, que era incansable, había cultura”. 6
Abrió una galería de arte en Querétaro y otra en San Miguel de Allende, y coordinó junto con Alejandro Aura talleres de creación literaria en esta ciudad, donde entre los maestros invitados estaban los mismos Efraín Huerta, Eraclio Zepeda y Juan Bañuelos, entre otros. Su casa en La Cañada era sitio de famosas tertulias, donde lo mismo hacían presencia Rosario Castellanos, que Amparo Ochoa, Tomás Zurián, Florentino Chávez, Salvador Alcocer, Manuel Herrera, Jaime Labastida o Abigael Bohorques. Durante la gestión de Antonio Calzada, fungió como Directora de Promoción Cultural de Gobierno del Estado, y recibió como poeta varios premios de importancia, entre estos el Premio de Poesía convocado por el Departamento del Distrito Federal, por su Poema con Habitante, escrito en memoria de León Felipe. El premio lo recibió de manos de Salvador Novo.
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Puerto de Abrigo Lágrimas, esperanzas y la fuerza evocativa de sus palabras, resumen en poemas cortos la historia que se renueva en su piel. Sus temores y sus amores se encuentran plasmados en estas líneas, haciéndose dueña de sus horas, comenzando su personal historia. Los días tienen un azul enamorado./ Mis hermanas crecen/ en la sufrida rama./ Acecha un cáliz de muerte/ y nadie lo aparta,/ hasta que la abuela se nos va un día/ por ese camino/ en un arrepentimiento de girasoles/ a la una de la tarde,/ dejándonos el paraje de sus manos dulces/ y el vergel dorado de sus ojos tristes./ El imperio del dolor tiene un distinto aliento./ Nos disponemos, mudas casi/ a romper amarras,/ a asaltar la vida. El espejo del recuerdo, la voz que espera y renace en pequeños milagros, en pequeños alfileres que punzan a pesar del tiempo, madurando en cada línea y regresando, efectivamente, a la raíz, a la humanidad misma de lo que es ser mujer, hija, hermana y madre. Danza entre la zozobra y la alegría, los textos parten a un viaje que explora los misterios del ser y el estar, ciñe el tiempo hablando desde la experiencia y hacia el futuro, una mirada que acompaña los días en plácida observación que desmenuza, hila y conmueve. Conduce por parajes de ternura indecible, que en voz alta se colorean y no disimulan las heridas, sino las hacen más pasaderas: Hablo de ti/ de este dolor que permanece,/ de las horas que marchitan las distancias,/ de las voces que taladran a otras voces,/ de las palabras que se decoloran,/ del barro que cubre tu pisada. Letanía de tardes donde se deslizan los susurros de una poesía fresca, flor de lluvia y sueños orlados de lirios, el desasosiego que se vierte desde la infancia, la dulce esperanza que se abre camino entre los espinos. Amante de las letras, Paula de Allende es, como ayer, sed, estación, ausencia, recuento de relaciones humanas, flor y hojarasca húmeda, el Puerto de Abrigo donde se acoge la palabra para descansar en placidez. Sin regresar los pasos a un otoño funerario,/ ni decir las palabras sin tu nombre,/aqui, con el rostro herido/ y las manos lastimadas/, me detengo a esta hora exacta/ a preparar la tierra, en desagravio,/para esperar la cosecha de tu labranza. Diario de Querétaro 23 de Abril, 2017
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Revolución y Evolución Gerardo Esquivel Estrada
Pintor y Escritor
En octubre de 2016 me visitaron dos integrantes del Taller de Serigrafía de la Casa de la Cultura Dr. Ignacio Mena de esta ciudad de Querétaro. Me llevaban una carpeta de estampaciones que diferentes autores realizaron en dicho taller. Fue una sorpresa ver la calidad de la impresión, lo bien hecho y el breve tiempo en que lo efectuaron. Pero fue más grato aún ver que Fernando y Daniel habían decidido asumir el taller con su tradición e historia. Serigrafía: Gerardo Esquivel
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a carpeta de estampaciones en serigrafía venía marcada con los diseños que identificaban al taller y que llevaban muchos años en uso. Eso quiere decir que la salida del taller de algunos miembros -por diferentes motivos- no significaba la pérdida de una tradición de la estampación en esta ciudad, que data de 1978. Esta carpeta en serigrafía está elaborada a propósito de los festejos del “Día de Muertos”, y financiada por la Delegación del Centro Histórico; gran acierto de la institución en lo referente a arte y cultura. Daniel y Fernando no sólo han conservado la calidad y limpieza de estampación del taller, sino que han decidido asumir su historia. ¡Eso es una magnífica noticia!
Este presente 2017, desde febrero, regresaron Fernando y Daniel y me confiaron sus planes para celebrar los 40 años de vida del taller; incluso me consideraron para participar en los trabajos que han pensado. En efecto, el Taller de Serigrafía nace formalmente en 1978 impulsado por la maestra Lupita de Allende, Paula de Allende y Alfredo Juárez, quien estaría a cargo.
entre los años 76 y 77. Se ubicaba en el estacionamiento de la calle de Pino Suárez, antes de Allende; y también fue inspirado por las notables serigrafías de gran formato de Rufino Tamayo, quien a finales de la década de los 50, dignificó a la serigrafía entre nosotros y en el mundo, donde se usaba utilitariamente, como propaganda o vil comercio. Fue muy importante, para la recuperación de la serigrafía como una de las formas de la estampación artística, la visión y sensibilidad de Paula y Lupita de Allende, animadoras culturales cultas, lectoras y conocedoras del mundo del arte.
El naciente taller estaba inspirado en la estampación y cartelería artística cubana y polaca, y en el trabajo de serigrafía artística elaborado por Julio Castillo y Gustavo Pérez en el Taller de Cerámica Artística del señor Marín, También fue fundamental el apoyo de aquí en Querétaro, aproximadamente autoridades institucionales interesadas
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en la cultura y las artes. Así como el ambiente de revuelta que se vivía en Querétaro; revuelta en los hechos y revuelta espiritual; de una comunidad harta de un presente hegemónico, intolerante, autoritario, infértil, en lo que había degenerado la tradición conservadora y confesional que había sido creadora en la Nueva España y que en la modernidad de México había perdido poco a poco su creatividad. Estudio de esa revuelta material y espiritual que espera por historiadores serios, que se hagan las preguntas necesarias sin las entelequias de los saberes de moda o de los trabalenguas intelectuales que animan el quehacer y la enseñanza de las llamadas ciencias sociales y sus profesores de todos los colores y grados. Fue fundamental el grupo de artistas y artesanos que venían de la Escuela de Diseño y Artesanía del DF, en su mayoría, y que renovaron la visión que de las artes y de su enseñanza que se tenía en Querétaro, en donde Bellas Artes era un instituto que no formaba profesores, pero
tampoco artistas. Hoy forma profesores doctorados o con otros grados y continúa sin formar artistas.
todos aquellos que estuvieran interesados en el cambio en las artes. Alfredo formó un grupo de base que él llamaba “banda”, que transcurría sus días dedicado a En esa gran carencia de formación en experimentar y crear obras originales y las artes, en su difusión y preservación, actuales. era la Casa de la Cultura, instalada en la Casa de Ecala, la que asumía todas estas El grupo se conformó por Alfredo responsabilidades de manera institucional Juárez, Julio Castillo, Lirio Garduño y brillante, para beneficio de la comunidad y Gerardo Esquivel. En general todos queretana, para poner al día a este lugar, éramos pintores, pero el interés de lograr y asumir los cambios importantes que ya la crítica de la tradición conservadora en estaban ahí, cambios que ocurrían en todo las artes, tanto como de la moderna, nos el país y su relación con el mundo y los llevó poco a poco a otro tipo de propuestas hombres. que nos definieran entre la tradición, la modernidad y su crítica. Las funciones del taller eran crear una cartelería y papelería artística, Ese grupo de artistas hizo una imagen de la Casa de la Cultura de actualidad moderna breve entre nosotros, Querétaro; impartir clases de serigrafía criticando la tradición. Pronto tuvo que artística y otras de apoyo. hacer la crítica de la tradición moderna y colocó en el mapa y en la actualidad de Alfredo Juárez, encargado del taller, las artes a este taller y a este grupo de era auxiliado por dos personas, y tuvo artistas que Julio Castillo nombró como la idea brillante de convertir el taller el “Grupo Escorpión” en homenaje a de serigrafía, además, en un taller de Alfredo Juárez. innovación artística, donde confluyeran 11
sería uno de sus fundadores como taller de Objeto/Proyecto NU, junto a Julio Castillo y Gerardo Esquivel.Mientras Julio César conservaba el taller en tiempos -unos más difíciles que otros-, otra parte del taller se instaló, en París, con Lirio Garduño por casi 20 años; Alfredo Juárez en Gerona por más de 20 años; con Gerardo Esquivel entre Barcelona, Betanzos y La Haya; y con Julio Castillo en La Haya. Otros diálogos y otros horizontes marcaron al taller desde Europa, y al regreso, en diferentes fechas, de sus integrantes.
Julio Castillo elaboraba su primera instalación en Querétaro en 1981, en la sala “Tina Modotti” recién inaugurada en la biblioteca de la UAQ, cuando en el DF no tenían idea de qué era eso de “instalación”, y les llamaban “ambientaciones”, incluso los arrogantes críticos y profesores. Antes, Alfredo Juárez y Julio Castillo realizaron la instalación conceptual “Sala Rembrandt, para analizados e insomnes” en 1980, en el instituto Regional de Bellas Artes de Matamoros. En esta ciudad, Matamoros, Castillo realizó gran cantidad de arte objeto, conceptual, transdisciplinarios, instalaciones y performances, entre los años de ¡1979 a 1982!, décadas de adelanto a que se hablara de arte contemporáneo en el país, y la siempre provinciana comunidad artística del Distrito Federal.
En 1987, a su regreso, Julio Castillo y Gerardo Esquivel se reintegraron paulatinamente al taller y, fue en el 92, con el encargo de obra para las festividades populares y tradicionales, que el taller tomó otro giro además de taller de estampación en serigrafía y de
innovación en las artes: se convirtió en innovar entre los queretanos. un taller de objeto/proyecto, tradición de talleres ignorada en el país, hija de la Mientras el taller institucionalmente se modernidad y su crítica en las tradiciones dirigía más y más a la enseñanza utilitaria de la Bauhaus y De Stijl. y comercial de la serigrafía, además que se reducía al límite, éste y sus miembros Con este cambio, el taller se rediseñaba en sus búsquedas personales, estaban para elaborar todo tipo de obra y abordar empeñados en encontrar una salida a la diferentes disciplinas artísticas y ponerlas modernidad y a lo “contemporáneo”. en diálogo. La conversión del taller le permitió proponer obra en diversos El taller en todas esas décadas, se géneros de las artes, por encargo, o por dedicó a la enseñanza artística de la realizaciones personales: obra en vidrio, serigrafía, como una de las artes de la monumentos efímeros, instalaciones estampación. móviles, performances, escultura en carrizo y cartón, serigrafía de gran Es también importante mencionar la formato y el festejo, libros estampados participación en sus inicios, el cariño que de autor, y el abordar cualquier material, Gustavo Pérez tiene por el taller, siendo entre otros. En el país no existía, ni existe, uno de los grandes artistas de México y un taller diseñado así. Los resultados el mundo. fueron evidentes en más de una década de
Tan solo eso demuestra la importancia y originalidad del recién creado taller en las artes del país, y pronto lo haría en otros lugares con los viajes de sus integrantes en Europa. La tradición del Taller de Serigrafía ha sido el diálogo con artistas y artesanos de otros lugares, de otras tradiciones y otros países, lo cual realizó ampliamente en los primeros 7 años de vida. Después vino la migración de sus integrantes, ya formados, a diferentes destinos, al cambiar el interés de autoridades institucionales ásperas, poco entendidas y cultivadas, rudas y cultamente populacheras, que poco a poco, en el transcurso de los años arruinaron esa brillante obra de la generación Casa de la Cultura en la Casa de Ecala. Enfermedad que de diferentes formas y disfraces ha perdurado hasta hoy.
Cartel de la muestra colectiva del taller de serigrafía, Casa de la Cultura Mena,2015
Solamente se quedó como el gran “Conservador” del taller, a la manera de la tradición europea: Julio César Cervantes, que había sido el gran cómplice del “Grupo Escorpión”, y que, al paso de los años, además de ser el garante del taller,
Taller de serigrafía, Casa de la Cultura Mena
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A la salida de sus miembros fundadores del taller -en diferentes tiempos y por diferentes motivos-, Daniel y Fernando, que son artistas formados y a cargo de él en este 2017, han decidido reconocerse en la tradición de estampación, y de múltiples y diversas aportaciones a las artes, y al patrimonio artístico y cultural de esta comunidad queretana, y celebrar sus 40 años de vida. ¡Enhorabuena!
Paula de Allende, Poetisa Interminable
Esperemos que las instituciones de esta comunidad encuentren en estas celebraciones, motivo de orgullo.
J.L. Figueroa Trejo
Desde sus inicios el taller ha innovado una y otra vez y ha dado presencia a esta comunidad, en las artes y los diálogos, en las tradiciones modernas y las llamadas contemporáneas que aún no muestran su verdadero rostro.Para la comunidad de Querétaro y su afán de cambio e innovación, los 40 años del Taller de Serigrafía de la Casa de la Cultura Dr. Ignacio Mena y su continuo trabajo, debe ser motivo de orgullo y reconocimiento, por el patrimonio que significa en su conjunto, la obra del taller y sus individualidades. Obra que es finalmente también patrimonio artístico y cultural de la comunidad queretana.
Los soles, edades cósmicas, impresión serigráfica.
El taller de serigrafía ha sido central en la búsqueda de la modernidad y en la crítica de la tradición; la búsqueda de lo “contemporáneo”; y en ser contemporáneos del mundo; hijo de un momento de revuelta. Creo que debería hacerse un reconocimiento a 40 años de innovación. Nombrar al taller Patrimonio Artístico y Cultural de la comunidad Queretana. Daniel y Fernando tienen toda la razón en festejar los 40 años del Taller NU de Serigrafía de la Casa de la Cultura Dr. Ignacio Mena Rosales, este 2017 en que cumple cuatro décadas de crear obra. https://www.diariodequeretaro.com.mx/ cultura-local/revolucion-y-evolucion/
Reconsideraciones de la noche, impresión serigráfica.
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Paula de Allende, infinita y divina, moderna y desventurada, escogiendo el camino de las letras y volverlas versos y prosas, tomando siempre el tránsito “Te digo al oído, de la cultura y las bellas artes. este tres de agosto a las siete de tu agonía, Poetisa elegida por la literatura, Que llenaste el destino a cumplirse que y ante ello las palabras más dulces me escrituras. se honran en ser escritas en la voz de Te dejo dicho su pluma, pluma más bella. Persona que con esta cicatriz de ausencia más humanitaria e iluminada por un me cedes también un verano de talante divino, haciendo de la poesía manzanas, una alameda más para los poetas de un tibio olor de pan horneado, Querétaro. mi primer encuentro con la blanda muerte, Es mi deber y agradecer a Paula un ancho camino de abedules, de Allende por cada texto en prosa. Por una brisa de mar abierto que dice tu todas esas emociones arrinconadas con nombre olores y sabores. Agradecer también y habla de lugares donde crece el por todos esos soles enjaulados en viento.” palabras a las 6:30 de la tarde. Por esa humildad para seleccionar lo mejor para todos los ciudadanos de México y de todo el mundo. 15
Paula de Allende, es hablar de días con sabor a manzanas. Paula de Allende, es, encontrarse con la muerte y caminar junto a ella en un mar abierto lleno de abedules, lleno de viento, mientras comen un pan horneado a las 7:00 de la tarde, mientras el Sol va cayendo a un túnel llamado noche. Inigualable maestría en la ambientación, apariciones de imágenes que surgen de una artista que sabe transformar la vida en letras. Mujer que ejerció la carrera cósmica. Mujer que puede enjaular al viento en una hoja de papel. Paula de Allende y el poder de su alma, Paula de Allende tiene alegría y tristeza, maravillosos sentimientos que solo le conciernen a su cuerpo, y que solo ella puede controlar, saborear, colorear, y dominar a través de la magia de sus letras. Pues su pincel es su pluma,
y cada letra tiene un color filosófico, un filme que ver en poesía, y cada poema es una “monalisa” fascinante que se convierte en enfermera y le inyecta al lector muchos mililitros de esas ganas de seguir contemplando los versos de Paula de Allende. Paula de Allende, tener su vida y sus letras en los ojos, es como tener todo el hidromiel de su pluma; “navegando por cada una de tus venas” Tal y como lo escribe Paula de Allende, poesía en las venas viajando a la velocidad de un tren amarillo. ++Su obra poética se sitúa en el tema del “Amor”, y lo va describiendo molécula por molécula, átomo por átomo, cumulo de espacios y de lugares que se van haciendo instantes y estados de ánimo. Y detrás de cada palabra de Paula Allende, hay esa desnudez pura de una Venus que se va despojando lentamente de sus ropas, hasta llegar al acto libre de caminar en línea recta, sin timidez, sin vergüenza, con elegancia, y así son sus creaciones poéticas de Paula de Allende, una Venus que camina de una manera tan chula y provocativa, sobre;
De esta manera, Paula de Allende sabe muy bien prender fuego a las cosas invisibles. Y eso se llama magia. Y no cualquiera. Andrés González Pagés lo dijo y nos explica muy claramente por qué Paula de Allende pertenece ya al “Club”, ese club de poetas que existen por algo divino y extraño. Espíritus invisibles que eligieron a Paula de Allende para seguir siendo del “Club” de los eternos, y que, el ruido de sus letras se siga escuchando por todos lados de Querétaro.
sitio llamado Querétaro, su hermoso estilo, sus relieves, su calidad como persona hoy nos permiten adquirir a quienes la leen, todas las bellezas de la poesía. Su retrato y su Espíritu invisible se van adjudicando de nuestro cuerpo, de nuestros espíritus.
Paula de Allende se inyectó en Querétaro, y se quedó en nuestros “una selva de tulipanes, ojos para ocupar un lugar en nuestro frente a un mar turquesa corazón y nuestras mentes. La bella que podrás esconder poetisa Paula de Allende es un milagro en la palma de tu mano, bajado del cielo, que en lugar de ser en la raíz de tu sonrisa.” Aquella guapa mujer, Paula de otra persona me hubiese encantado ser Allende muere en el año de 1979 en el Paula de Allende, haciendo poesía todo Estado de Querétaro, México. Aquella el día. Palabras de Paula de Allende, que insuperable mujer es una obra maestra más que palabras son galaxias que se que merece una verdadera veneración, A treinta y nueve años de su acuerdan de su derecho de hablar y ser siempre muy piadosa, siempre pura, muerte, Paula de Allende sigue viva palabra escrita. siempre preocupada por contribuir por los aires del Estado de Querétaro, y hacer de Querétaro una fuente de fluyendo energéticamente, porque es su Las letras y las estrellas, son las 2 cultura y arte. voluntad, porque es poeta, y los poetas dos únicas sustancias más hermosas en jamás se mueren. el universo. Paula de Allende entonces Hoy en día, en este año 2018, los es 3 tres veces más hermosa. San Juan del Río, Querétaro. A 20 de fragmentos de su piel están en un solo febrero de 2018. 16
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Archivo Fotográfico: Centro Cultural Paula de Allende
Paula era ya una Leyenda Queretana
letras en donde dio cabida a todos los sostener un presupuesto en donde no jóvenes autores de la época. faltara lo indispensable en su hogar, los intermitentes atisbos de una zozobra Paula formó alumnos destacados emocional que venía de tiempos y lugares (Manuel Herrera, Enrique Villa y Carlos ignotos, le restaron tiempo para producir Tirado entre otros), cultivó amistades una obra poética en mayor cantidad. La duraderas, se ganó el respeto de sus que escribió fue suficiente. ocasionales detractores y conquistó la admiración y el afecto de quienes tuvimos El tono de su obra poética puede tener la oportunidad de conocer su generosidad diversas influencias, desde la composición sin límite, su talento sorprendente, su meticulosa y audaz del poeta jerezano, incomparable calidad humana. La lista hasta la espiritualidad desgarradora de de sus amigos notables es interminable, Silvia Plath, pero tiene un sello propio, pero algunos de ellos le profesaban un aliento original, personal, intimista una veneración única: el poeta Abigael en cuanto se refiere a sus recuerdos, sus Bohórquez, el escritor Edmundo Valadéz, gustos, sus vivencias, pero también a su los narradores Gustavo Sáinz, Andrés entorno: su casa, sus hijos, sus afectos Su González Pagés, Alberto Leduc, Juan de poesía tiene un aliento singular: depurada la Cabada, etc. y femenina, espiritual y humana, cada palabra tiene un sentido profundo, un Nadie podía sustraerse de aquella acomodo justo, una grácil revelación. personalidad magnética, de su voz cautivante y de su prodigalidad en el Escribía para sí misma. Fue difícil verbo, en el trato cordial y magnánimo; convencerla de que publicara “Puerto de como anfitriona de una casa que era un abrigo” y las dos siguientes ediciones de misterio, una selva, un laberinto en la su obra fueron posteriores a su muerte. cañada, al lado del canal que llevaba el “Acuático lecho espejo de sol” se coeditó agua de ‘Los socavones’ al acueducto en la Colección Alimón, un proyecto y donde crecían palmeras, helechos, compartido por las universidades de jacarandas, nochebuenas, y siempre se Querétaro y del Estado de México. En respiraba un aroma de jazmín que nunca 1989 el gobierno del estado de Querétaro se supo de dónde provenía. publicó con el mismo nombre de “Puerto de abrigo” una antología que se enriqueció Su casa guardaba en uno de los con un poema inédito aportado por Eraclio recovecos del huerto los restos de su Zepeda cuando el libro estaba a punto de abuela y en toda ella se percibía una salir a la luz. cantidad de buenas energías de fantasmas misericordiosos y el viento traía las Cansada de navegar entre vendavales tímidas risas de sus hijas Paulina y a mar abierto, harta del rebelde timón de Fuensanta (en honor al gran amor de su una nave solitaria y frágil en medio de las vida: Ramón López Velarde) y la discreta olas violentas, Paula de Allende salió en presencia de su hijo Francisco, réplica de busca del definitivo refugio marino que una Diosa, como un héroe joven, moreno tanto soñó, bahía en la que la intermitente y formidable, hecho a su imagen y resaca suave llega. semejanza. A las tres de la tarde el rugido del tren y a las seis el aleteo del colibrí. Revista Cambio Querétaro El trabajo periodístico que le hacía 14 de Abril, 2006 feliz y que le permitía un mínimo ingreso seguro, sus tribulaciones para
Juan Antonio Isla Estrada
Escritor y Ensayista
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l invierno terrible de 1979 nos arrancó a una de las inteligencias femeninas más brillantes del México contemporáneo. Lo digo sin exageración: Paula de Allende fue, para quienes tuvimos la oportunidad de conocerla, un ser de lucidez excepcional, fue además una personalidad en el campo del periodismo, la poesía y la animación cultural en Querétaro, ciudad que tuvo el privilegio de contar con su presencia por más de una década.
Desde su galería, esta mujer ejemplar organizaba talleres de poesía e invitaba a sus amigos escritores a dar lecturas y enseñar a construir palabras a numerosos jóvenes interesados en el arte de la escritura. Amiga de todos los miembros del grupo La espiga amotinada, especialmente de Eraclio Zepeda y Juan Bañuelos, creó en su espacio, frente a la Plaza de Armas, una suerte de ágora que suscitaba lo mismo fascinación intelectual y creativa que envidias y rumores.
En pocos años, Paula era ya una leyenda queretana que igual provocaba ardorosas defensas, que apasionadas insidias. Sus amigos fueron leales siempre, sus enemigos se fueron haciendo menos y terminaron enfermos de resentimiento, envenenados por el odio y la infamia.
Entre sus interminables batallas, enfrentó resistencias en cuanto a su postura de luchar por un trato equitativo a la mujer en un medio en donde los varones ejercían un dominio absoluto, potestad y prejuicio Tanto por su condición femenina y Desde ahí Paula irradió un movimiento secular heredado por una cultura de la feminista, por su talento y por la defensa apasionada de sus ideas, Paula, sin cultural sin más recursos que sus buenas preponderante convicción machista sobre proponérselo, se convirtió en uno de los relaciones con artistas e intelectuales. la superioridad de género. En el último recitales, exposiciones, tercio del siglo XX la sociedad queretana personajes más controvertidos del siglo Organizó conferencias, lecturas y encuentros. aún juzgaba estrambótica la defensa de XX queretano. Nunca obtuvo apoyos oficiales y peor Paula por la dignidad femenina. Así como Llegó a Querétaro, buscando un poco aún, enfrentó incomprensión, celos y esa, Paula libró incontables batallas desde la trinchera del periodismo y la poesía. sus raíces y tratando de dejar atrás los maledicencias. recuerdos de una ciudad de México, que Por su amistad con el periodista Rogelio había vivido los trágicos acontecimientos Un Querétaro, aún decimonónico, Garfias colaboró con él en el ‘Diario del 1968. Junto con su amigo el poeta no soportaba una mujer tan animosa, de Querétaro’ y fue cofundadora del Alejandro Aura instaló una galería en la calle Libertad, en la accesoria de una templada y definida en sus ideas y en sus periódico ‘Noticias’. Paula escribía todos afectos. los géneros, salvo la nota roja. Redactaba céntrica casona que, años más tarde, editoriales, columnas de sociales y fundó Rafael Camacho Guzmán convirtió en y coordinó la página El ruido de las Casa de Gobierno.
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Archivo Fotográfico: Centro Cultural Paula de Allende
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¿Cómo Hablar de Paula de Allende? Claudia Gutiérrez
(Texto escrito para el audiovisual presentado en la inauguración del Centro Cultural Paula de Allende el 1 de noviembre de 2013.)
¿
Cómo hablar de Paula de Allende? ¿Cómo hablar de una persona tan valiosa para tanta gente? ¿Cómo hablar de una de las personas más influyentes en la formación de artistas, políticos, promotores culturales, escritores, poetas, mujeres y hombres cabales y enteros? ¿Cómo hablar de la llamada “Mamá universal”? ¿Cómo empezar a hablar de Paula de Allende?
de Derecho de la UNAM, sin embargo, aunque no ejercía de manera puntual estas dos licenciaturas, se dedicó de lleno al periodismo, al difícil arte de la poesía, a la producción de programas de televisión y radio, además de impartir clases y conferencias sobre diversos temas de humanidades, especialmente aquellos referentes a la mujer y su papel en la sociedad.
Paula, Pavis para los amigos, nació el 26 de febrero de 1938 en la ciudad de Monterrey, Nuevo León. Unos meses después, su familia se mudó a la ciudad de México donde transcurrió parte de su infancia y juventud. Siendo la mayor de las hermanas Allende, tuvo una estrecha relación con su abuelo, Don Guadalupe Flores Barrera, quien le inculcó la pasión por las letras y la música pues él dedicó su vida al piano.
“Es impresionante constatar en sus poemas cómo desde un espacio, cual celda, sus metáforas se recrean en los confines del mundo. (…)
Estudió en la Universidad Femenina la carrera de Psicología y en la Facultad
Marcar este límite era definir lo que estaba fuera de su intimidad, unas veces, con ternura, y otras, con brutal cortesía, y llevando sus acciones hasta el límite de la cordura y de sus propias fuerzas, que no son siempre las de la costumbre ni, casi nunca, previsibles.” (María Eugenia Lecona Uribe)
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Para 1966, Paula se había convertido ya en toda una institución en el D.F. y por supuesto, las mentes más agudas de la época, eran las más grandes amistades de Paula. En ese año, tenía a su cargo la Dirección de la columna “El Ruido de las Letras” en el semanario Éxito y junto con Abigael Bohórquez, y otros artistas de la época, se internaron en las selvas de Veracruz y Chiapas con la misión de llevar entretenimiento y cultura a trabajadores del petróleo mexicano, bajo el auspicio de la desaparecida OPIC (Organismo de Promoción Internacional de Cultura; perteneciente en ese entonces a la Secretaría de Relaciones Exteriores). Participaba también en la Revista Impacto en la columna de crítica literaria “Libros y Revistas” y al siguiente año, 1968, protagoniza el homenaje denominado “Homenaje de la poesía de México a Ernesto “Che” Guevara, organizado por el Taller de Gráfica Popular en el Club de Periodistas (D.F)
y con Jorge Saldaña colaboraba en los programas “Anatomías” y “El Juicio de los niños”.
XVII Juegos Florales y de ahí despega para realizar infinidad de proyectos:
Paula es la semilla que más adelante dio lugar a una serie de movimientos artísticos en todos los campos de la cultura y el arte. Se abre la Galería de Allende en el Es el espíritu y el alma de este proyecto “El movimiento estudiantil que mismísimo centro de la ciudad (Libertad “Puerto de Abrigo” que inició el día de su comienza a transformarse en un conflicto No. 58) y no mucho más tarde a Paula muerte, se gestó durante 33 años sin dejar de serio y grave raigamen, tiene una le queda chico Querétaro y junto con de trabajar bajo el nombre de “La Escena fuente de aclaraciones en este libro LA Alejandro Aura, decide abrir otra Galería del Crimen” y renace hoy 1 de Noviembre NUEVA IZQUIERDA que la editorial en la ciudad hermana de San Miguel de del 2013. DIANA distribuye en Latinoamérica. La Allende, Gto. protesta, válida y legítima del estudiante “En efecto: nunca, entre los que vivimos que ahora se desplaza por el mundo entero, Es maestra del CEDART y se instaura de Querétaro, una mujer había abierto el es desvirtuada y mal encaminada por los la Casa de la Cultura en lo que se conoce corazón con tanta magia en su hermosa participantes ajenos a la autenticidad de como Casa de Ecala, ayuda a la fundación boca a la amistad y al poema embriagante esa. El caso de la actualidad lo tenemos de la Sociedad Cultural Bertrand Russel de la noche como Paula de Allende, en los en México. (Columna Libros y Revistas, y fue su promotora cultural así como del años setentas. Paula de Allende. Revista Impacto INJUVE. número 966 p.61, septiembre 4 de 1968. Tampoco a la fecha un rincón México, D.F.) Es co-fundadora del periódico mitológico, y una mujer se habían unido “Noticias” y ahora, la columna “El ruido de tan íntima manera, como en el caso El movimiento estudiantil se manifiesta de las Letras” sacude el mundo cultural de de La Cañada y la entrañable Paula. (…) y Paula lo vive, lo toma con esa valentía Querétaro con publicaciones de diversos que da el miedo a que no cambie nada y autores. Posteriormente, es la única Paula y La Cañada eran y podrían no es hasta que sus hijos están en riesgo mujer del país que dirige una página seguir siendo, indefinidamente, dos de ser secuestrados que decide dejar la editorial. Junto con otras mujeres funda términos complementarios, llenos de capital y refugiarse en la provincia, en el Movimiento Liberacional Feminista significado o de sueños y pesadillas, en Querétaro, en La Cañada. con el fin de modificar las estructuras algunos casos: La Cañada de Paula –que de educación que padece la mujer de tal vez eso encierre y bien, a partir de la “Paula como poeta, vivió como poeta. aquel entonces. Mientras tanto sigue misma poeta, el Allende de su nombre-, Los límites nunca los fijó ella. No es escribiendo su poesía y en 1976 publica su Paula de la Cañada. (Florentino Chávez exagerado decir que la ciudad estaba libro “Puerto de Abrigo”. Trejo, Suplemento Cultural “BARROCO” espantada. Pocas personas he conocido Diario de Qro. 13 de marzo de 2005.) que espanten tanto como Paula, y no “Paula de Allende dedicó lo mejor me refiero al espanto de ver seres y de su vida a la poesía, la familia y la La Jornada Semanal personajes de otra vida, porque eso es promoción de la cultura. (…) 3 de Abril de 2005 una patología, sino restregarle a la gente en su cara su hipocresía, su mediocridad En torno a su hospitalaria casa de la y su doble moral; curiosamente sus Cañada, a su galería y a sus oficinas en la poemas no reflejan amargura, pero sí el Secretaría de Cultura, giraban los artistas dolor de amar, cosa bastante difícil de y los escritores. Paula organizaba talleres expresar.” (Salvador Alcocer) (Alejandro Aura iba frecuentemente a impartirlos), diplomados, homenajes, Diez años le bastaron a Paula para recitales, exposiciones, mesas redondas, despertar a la sociedad queretana. conferencias. Le tomaba el pulso a la cultura de la ciudad, informaba sobre lo 1969: Gana uno de los premios más que sucedía en el país y en el mundo y importantes para los queretanos de la abría las puertas de la exposición o de la época; Primer premio a la poesía “Trazos publicación a los jóvenes prometedores.” de identidad para Querétaro” durante los (Hugo Gtz. Vega)
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Archivo Fotográfico: Centro Cultural Paula de Allende
Sobre Paula de Allende Hugo Gutiérrez Vega (+)
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aula de Allende dedicó lo mejor de su vida a la poesía, la familia y la promoción de la cultura. Generosa y atenta a lo que sucedía en los campos de la creación artística queretana, patrocinó empresas llenas de imaginación, consiguió dinero en los lugares más extraños (como son los gobiernos estatal y municipal), convocó a los amigos y muy pronto se convirtió en el eje de la vida cultural de la ciudad y de la región. Su poesía tiene un aliento singular. Refinada y bien construida, se adelantó a su tiempo y fue femenina en el sentido más justo de la palabra. Está ligada, de manera sutil, a la defensa de los derechos de las mujeres y descubre algunas de las profundidades del alma femenina, las que son un misterio para los alelados miembros del sexo débil.
La recuerdo, robusta, jovial, a veces desasosegada, inteligente y emprendedora, presidiendo las reuniones y preocupándose por todos sus detalles. Pienso que la difusión de la cultura le quitó tiempo para dedicarse a su propia obra. No estoy muy seguro de esto, pues escribió lo que debía escribir y logró que sus tareas promotoras formaran parte de su obra esencial. Por esta razón, vida y obra se entrelazan y forman un solo cuerpo y una misma visión del mundo y de sus realidades y ensoñaciones.
Ni elitista ni demagoga, su propuesta buscaba el justo medio entre la cultura académica y artística y la popular. Sabía que entre las dos se da un juego de interconexiones y que la una enriquece a la otra. Ya Marcuse hablaba de esa horrible interferencia que daña el proceso de comunicación: la cultura comercial En torno a su hospitalaria casa de la representada fundamentalmente por Cañada, a su galería y a sus oficinas en la la vulgaridad televisiva, la superchería Secretaría de Cultura, giraban los artistas mercachifle de las galerías y la obscenidad y los escritores. Paula organizaba talleres de la política editorial del bestseller. (Alejandro Aura iba frecuentemente a impartirlos), diplomados, homenajes, Como era de esperarse, Querétaro no recitales, exposiciones, mesas redondas, entendió los esfuerzos de Paula y el aparato conferencias. Le tomaba el pulso a la de censura y de cuidado de la moral y las cultura de la ciudad, informaba sobre lo buenas costumbres movió sus engranajes, que sucedía en el país y en el mundo y echó a andar los vientos del rumor y armó abría las puertas de la exposición o de la las campañas del descrédito. A pesar publicación a los jóvenes prometedores. de todo este despliegue de insensateces 22
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y de groserías, Paula siguió adelante, desafiando a la censura y defendiendo la libertad de expresión. Los padres terribles la dejaron en paz y pudo cumplir sus tareas de promoción con menos desasosiego. Nunca le importaron los rumores y las intrigas le molestaban cuando interferían con su infatigable proyecto. Pienso de nuevo en sus poemas, sus ensayos, artículos y narraciones. Todos están bien afincados en el clima de la provincia, pero lo trascienden para lograr una mayor proyección universal. Tengo en mis manos su libro publicado por la colección Alimón, empresa animada por las universidades de Querétaro y del Estado de México. Se trata de una reunión de los poemas que forman el cuerpo central de la obra de Paula. Debemos leerlos con ojos nuevos y retomar su tono y su tensión espiritual. En ellos están unidos la vida y la obra de una mujer ejemplar. http://www.jornada.unam. mx/2005/04/03/sem-bazar.html
SerigrafĂa de Gerardo Esquivel Centro Cultural Paula de Allende
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Archivo FotogrĂĄfico: Centro Cultural Paula de Allende
Paula Pertenece ya al Club
Andrés González Pagés
Periodista y Escritor
C
onocí a Paula de Allende en casa del poeta Efraín Huerta, una noche en que celebrábamos no sé qué cosa. “Mira -me dijo el gran ‘Cocodrilo’-; quiero presentarte a Paulita de Allende; he hablado con ella, y va a hacerle una nota a tu libro para el periódico donde trabaja.” El diminutivo “Paulita”, dicho por Efraín, me provocó una rara sensación, pues la muchacha que estaba yo conociendo era todo menos chiquita o endeble. Por el contrario, era alta y robusta, y tenía una voz poderosa, si bien agradable. Quizás el cariño con que Efraín la trataba ante mí me infundió también un cierto cariño hacia ella, el cual se incrementó en poco tiempo. Luego llegamos a queremos como hermanos. Dicho sea de paso, Paula de Allende supo hacerse de muchísimos hermanos durante su vida. Desde luego, Paula no publicó la nota prometida sobre mi libro, que era el primero, porque por aquellos días se disgustó con sus superiores en el periódico. Muchas veces, después, habría de perder trabajos por la misma razón. Y digo “por la misma razón”: Paula no soportaba la estupidez cerca de ella, y menos en quienes la mandaban, y eso era del todo razonable. Pero Paula le llevó mi “tesis literaria” a Jorge Saldaña, quien la comentó en su programa de televisión. El librito, con la
ayuda de aquel comentario de alcances pueden llamarse así en una connotación masivos, se vendió por completo en el meramente poética), que andan flotando término de dos o tres meses. en el ambiente y que nos ayudan mucho en muchos momentos, hasta en los de Después me encontré a Paula en la importancia decisiva. Editorial Novaro, trabajando, cuando yo llegué a trabajar en esa organización. Se No provienen estos fluidos inició entonces un periodo de intenso energéticos, necesariamente, de intercambio que ya no iba a acabarse nunca personas que hemos conocido, sino (hasta la muerte), si bien se suspendería que pueden ser gente que vivió en otros durante largas temporadas dado que ella lugares y en otros tiempos. se fue a vivir a Querétaro. Por cierto que allí alentó mucho el movimiento cultural, Al Club pertenece, por ejemplo, Albert hasta el grado de infundirle vida verdadera Camus, a quien debo el apoyo que ahora a la Casa de la Cultura de Bellas Artes. relato. Necesitaba yo presentar un trabajo Donde estaba Paula, que era incansable, sobre el escritor francés en un círculo había cultura. equis. Terminé de hacerlo como a las siete de la noche, y había quedado casi Pero ahora, por esas cuestiones perfecto. Sólo le faltaba alguna cita que biológicas que aún no superamos, Paula, sirviera de antecedente a un concepto poetisa y catalizadora de bonhomías, mío vertido en ese trabajo, pero que no se ha muerto. Murió el 25 de diciembre existía. Al menos, yo no la conocía. Sentía de 1979, y, al margen del homenaje que que Camus había pensado en vida como quienes tanto la quisimos le hemos yo estaba diciéndolo, pero nada más. Y rendido ya y deberemos rendirle luego de ejemplificaba con alguna frase, creo que otras maneras, quiero aprovechar estas de El malentendido. Pero, desde luego, mi líneas para referirme a lo que yo llamo su interpretación no dejaría de ser bastante ingreso en el Club, hecho que es lógico libre para quienes me escucharan al día esperar de todo ser positivo, y que ahora, siguiente. Me fui al cine. Al salir, pasé por lo que voy a decir, se hace aún más por una librería cercana, sencillamente lógico en el caso de Paula. a hojear libros. Había uno de ensayos literarios. Lo abrí y a unas dos o tres El Club es una serie de fluidos de páginas más me encontré con que el autor energía, o lo que se quiera (espíritus, les citaba a Camus exactamente respecto de llama el idealismo religioso, pero también lo que yo necesitaba. Copié el concepto, y 26
Paula de Allende junto a sus hermanas e hija Paulina (1963) Archivo Fotográfico: Centro Cultural Paula de Alende
me fui a mi casa, ahora sí, a perfeccionar mi escrito. Al leerlo después en público, todo el mundo se quedó con la idea de que, independientemente de mi buen o mal juicio sobre el francés, poseía yo acerca de él una notable erudición. Cosas de éstas me han sucedido muchas veces, gracias a los del Club.
personalidad individual después de la muerte física, sino su anulación, y lo que yo pienso respecto de esto del Club es exactamente lo contrario, si bien como energía gobernada por nadie sabe aún qué leyes de lo más natural, que un día acabarán por descubrirse y aprovecharse de mejor manera que hoy.
el sentido de que “una biblioteca es un gabinete mágico en el que hay muchos espíritus hechizados”, que “despiertan cuando los llamamos”. “Cuando el libro da con su lector -insiste Borges-, ocurre el hecho estético.”
Bueno, dirá el lector, ¿y Paula de Allende ya le echó su ayudadita póstuma Esto podría relacionarse, desde Quizá Sócrates me dijera, como a González Pagés? Porque, si no, ¿cómo luego, con la creencia platónica en la si hablara de nuevo con Gorgias, que es que, según él, pertenece ya al Club? anámnesis, que dice que el conocimiento, aparento ser un hombre de bien y que no en general, es recuerdo, lo que le quita lo soy, por esto de que los del Club me No, aún no se ha dado la oportunidad. a los individuos todo mérito propio y los soplan tantas cosas. La verdad, no siento Estas cosas no se buscan, sino que surgen convierte en simples terminales de esa que esto de que hablo se trate de retórica, espontáneamente cuando menos se las computadora terrible que sería Dios. sino de lo que ya dije. busca. Pero la energía liberada por Paula en el momento de su muerte, pues de Para Aristóteles, por su parte, la mente A todo este respecto dice Borges que seguro se trata de eso, sí se ha manifestado del filósofo se absorbía, después de su el azar, inexistente como tal, lo hizo ya, si bien de una manera un poco más muerte, en otra mente (Dios, asimismo) encontrar un día los tomos del Infierno, tradicional. que era eterna y universal, con lo que del Purgatorio y del Paraíso y que de coincidía con algunas creencias orientales allí partió su amor hacia Dante. Y, más Nos refirió la mamá de Paula, mientras también muy conocidas hoy. Sin embargo, específicamente todavía, cita el argentino algunos amigos cenábamos con ella en para el griego no podía haber vida de la a Emerson recordando sus palabras en Querétaro la noche del 25 de enero de
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1980, después de un homenaje rendido en el Museo de la ciudad a la poetisa muerta, que muchas veces había discutido la propia Paula con un tío suyo acerca del “más allá”. Paula, desde luego, era atea como muchos de sus amigos; es decir, como muchos de sus hermanos. Como yo. Pero acabó por aceptar la proposición común y corriente de que quien primero muriera, ella o el tío, le “avisaría” al otro si había otra vida después de la terrena.
en su circunstancia (o, dicho de otro modo, que si cuando uno trabaja sobre un asunto que atañó a un muerto en particular es este muerto, o su flujo, o su espíritu el que se acerca a uno para facilitarle las cosas), o si son muchos los espíritus o los fluidos energéticos los que intervienen (todos los del Club), es cosa que ya volverían estas especulaciones excesivas en exceso. De otra parte, algo que no puede afirmarse es que en esas manifestaciones de ultratumba exista una voluntad propia del fluido o Estaban celebrándose los oficios espíritu, tal como ahora conceptualizamos religiosos post mortem para Paula, con esa voluntad. la asistencia de sus familiares cercanos y, lógicamente, con la del mencionado tío, Ello nos haría entroncar con un cuando uno de los floreros de flores blancas idealismo religioso en el que de ninguna de junto al altar comenzó a bambolearse manera creemos y con el que de ninguna enérgicamente, extremosamente. Nadie manera deseamos comulgar. Se trata de sabe si hubiera terminado hecho pedazos otra cosa, seguramente. Quizás, de algún en el suelo si una hermana, o quizás la modo, se trate de un embonamiento misma mamá de Paula, no hubiera corrido entre ciertas características de la a detenerlo. Al querer explicarse todos energía liberada y nuestras necesidades la causa de aquella danza floral, que se de comunicación. Materia para los perfilaba como macabra, no encontraron sabios del futuro, insisto, aunque ninguna; no había corrientes de aire (que por el momento estos pensamientos hubieran tenido que ser poderosísimas míos se inscriban, ni modo, en lo que para bambolear el florero, además de que Alfonso Reyes llamó “vaga cosquilla hubieran afectado no sólo a ese sino a supersticiosa”. otros más, a las cortinas, etc.); nadie había golpeado el florero, ni lo había rozado María Eugenia Lecona, hermana de siquiera; nada por el estilo. Paula y hermana nuestra, nos cuenta a Olivia y a mí que era frecuente ver a Paula Todo el mundo concluyó, pues, que misma apapachar a su vieja camioneta Paula, de alguna manera, se encontraba Rambler para que arrancara cuando presente; que estaba “avisándole” a todos, tenía mucha prisa y no había habido ya y en especial a su tío, que sí hay algo más poder alguno que la hiciera “entrar en que la vida que conocemos. El problema, razón”. ¡Y sólo con sus apapachos la tal claro está, viene cuando se vierten camioneta arrancaba! Esto, desde luego, opiniones al respecto. Para mí, insisto, no es nada del otro mundo. (¿Hay, pues, se trata de fluidos de energía que en el otro mundo? ¡Qué cosas!) A mí me ha futuro podrán codificarse y aprovecharse sucedido muchas veces que, estando sistemáticamente. deprimido o alterado, descompongo mi automóvil. Sencillamente, se ahoga o Por eso afirmo que Paula pertenece ya hasta se descarbura. Es decir, sin sentirlo al Club. Su ayuda a quienes aún estamos yo, lo ahogo o lo descarburo. Y a muchos aquí, será cosa de tiempo, eso es todo. nos pasa lo mismo. Es sabido que los camarógrafos de cine o los fotógrafos Que si cada vez que uno trata un suelen echar a perder sus tomas cuando asunto específico es el fluido energético están alterados, así lo prevean y lo específico el que se mete en su cerebro o midan todo con la minuciosidad y el 28
profesionalismo de siempre antes de hacer su trabajo entonces. Y esto es lo que ha de haberle sucedido a Paula con su camioneta, si bien a la inversa. Quiero decir, en todo caso, que ella poseía una cierta sensibilidad o proyección especiales, sutiles, que la llevaban sin duda a imprimirle al acelerador la intensidad exacta que necesitaba, inconscientemente, y que esas características personales no dejan de sugerir la clase de facultades que luego permiten a quien las posee pasar a formar parte del Club. Claro que, bien a bien, uno no deja de sentirse mal cuando, andando en estas cosas, recuerda las propias burlas que hizo de estudiante a don Francisco l. Madero, porque, según se ha dicho siempre, era espiritista y para sus decisiones revolucionarias y aun para las ya gubernamentales dependía terriblemente de las fuerzas del “más allá”. Desde luego que en él se trataba, conscientemente, de fuerzas del “más allá”. Yo creo, en cambio, que la cuestión es de enfoques. Reitero mi ateísmo, mi materialismo. Pero no puedo negar esas evidencias extrañas que me han afectado a mí, y a otros muchos tan materialistas como yo, de las que no pueden excluirse, claro está, las posibles coincidencias envueltas en neurosis. Pero la otra posición es más afín con el avance actual del conocimiento del hombre, y también más literaria, que quizá sea lo que más me importe ahora.
Antología Poética Paula de Allende Colaboración Especial del Centro Cultural Paula de Allende
Sí; Paula pertenece ya al Club, lo mismo que algún día otros perteneceremos a él. Me da mucho gusto por ella; pero, también por ella, y por nosotros, sus hermanos, me da mucho dolor. Así son estas cosas. Plaza de Armas 22 de febrero, 2017
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Puerto de Abrigo Más allá de tu ausencia
A la memoria de Mary Belle James (1894-1953) …TE BUSCARÉ MÁS ALLÁ DE TU AUSENCIA te buscaré más allá de la muerte para hacerte nacer de nuevo al tacto de mi recuerdo…
Caminabas. Caminábamos viajes cortos y tramos largos. Ibamos entre zarzas y magueyes los mediodías soleados esperando la hora del almuerzo en esa peregrina aventura que era estar contigo -nunca quietaorganizando planes en tu silencio misterioso. Yo no me acuerdo que tu risa fuera alguna vez sonora, pero sí supe que tu sonrisa invadía las cosas breve, dulcemente; y de tu ánimo por saber algo nuevo y de tu vestido flotando en el aire de la tarde, mientras hacíamos grandes ramos de girasoles lilas y amarillos en esos campos que te aromaban de primavera y estío. Supe de tu oración callada mientras yo esperaba junto a ti, asombrada y respetuosa en la nave de iglesia parroquial de algún pueblo perdido.
Habitantes de un tiempo perdido y también ganado, somos de pronto ecos repercutiendo en los recuerdos que se aúllan solitarios en la cavidad de una concha. Me basta con evocar, con recordarte alta, tierna, rubia, depositando tu garbo reinante en todas las cosas que miras o tocas, estas son aposentos para los reflejos verdes y dorados: tus ojos que esconden sombras de trópico, espejos de agua y viento mecido en trigales. Te reconstruyo. Te vistes con el traje nebuloso de la distancia. Te sostengo. La curvatura blanca de tu cuerpo, bajo el crepé del vestido, llama al aroma de tu piel dormida; al avellano otoñal de tu cabello; a la redonda piedad de tus manos. Yo te grito desde el tono desolado de mi infancia rota y me estaciono en la noble curvatura de tu frente alta y clara.
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Me confundía descubrir tu llanto que velabas pronta, me confundían a veces tus palabras iracundas contra alguien que te hería, me dolía tu pena y me gustaba hallar un perfil de protesta y rebeldía en la armonía purísima de tu cara. Yo esperaba. Esperaba a que ese aire azul de la aventura volciera a tocarte para emprender de nuevo otro viaje por la fragancia de las estaciones en el clima de los trenes, los autos, los tranvías amarillos que nos llevaban a la playa. Escuchaba, enriquecidas de mi propia fantasía, Las historias hiladas de tu pasado. Me conmovía tu niñez -esa infancia entonces relatada en la nostalgia que hacía gris el oro de tus ojos y te configuraba niña dorada al sol en tu trajecito desteñido de percal, descalza,
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bebiéndote en los ojos el paisaje verde de tu rio extranjero.
habitándonos a todos con tu ternura espléndida, vuelvo a mirarte, guiando tu auto, segura, firme, entre cadenas de montañas en un ajedrez de territorios distintos.
Imaginaba tu orfandad.Tú sola en el convento de alas penumbrales, entre niñas también huérfanas y tus tardes sigilosas derramadas de melancolía, mirando desde el balcón el fuego de los flamboyanes, donde urdías ya, fantaseosa, la trama contrastada de tu vida que sería una magnífica aventura. Jugando a recordarte te detengo en este film indeterminable de mi memoria. Jugando a escuchare, a olerte, a sentirte cercana, me prendo al pliegue suave de tu falda y te respiro, como eras, esa presencia que me dicta tu paso alado, real, por el pespunte de mi sueño. Me hundo en esta fantasmal, etérea imagen para saberte andando por las avenidas, las calles cerradas, las carreteras, las brechas, las playas, los campos, las riberas que habrán de conservar tus huellas.
Te visito de nuevo, intangible, lejana. Una figura escarlata celebrando el rito ceremonial en el panteón; cruzando, lenta, corredores imaginarios por entre las tumbas, en tu silencio socavado de soles y de lunas, de días perforados en soledad profunda, de noches alucinadas con tu pequeño manojo de supersticiones bajo la imagen de tu diosa en su vestido reclamado de topacios y zafiros prendido a la cabecera de tu cama y al compartimiento secreto de tu billetera. Tú, en el taller de costura, rodeada por el sordo rumor de tu disciplinada Singer y cantarinas risas de muchachas consumando la jornada del día entre chifones, satines y drapeados.
Me alucina, como a ti, el ermitaño que vigiló tu sueño en la sierra, manso intervalo para tu cansancio.
Tú, con la sencillez en el rostro y el diamante rosa cerca del dedal plateado hilvanando los últimos momentos de la fatiga.
Me detengo en ti, a ti me acojo en el regocijo que es la alforza de tu nombre, navego por tu llanto, entro a los parques sombreados del crepúsculo y arrojo piedrecitas de luz al agua tranquila de tu recuerdo, lanzo hilos de rescate a la impenetrable galaxia que te sospeché en mi humilde condición de niña ante el complejo mundo que se empeñaba en aprisionarte.
Te rescato enhorabuena, de ese osario místico donde guardo todo lo querido y surges, entonces, luminosa, luminaria, pidiéndome que cepille tu cabello, dejándome colorear suavemente con afeites la blanca escultura de tu cara.
Distante, intrépida, huyendo de algo, de alguien, de tu viudez, de tu orfandad, de tu aprendida soledad, tratando de salir de la piel de tu propio grito,
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Cuevas J., Double letter, 1977
Aquellos años se me escapan pronto. Tú reparas diligente las albas canastas de merienda para los días de campo, surges con un mandil almidonado o con un sombrero de ala ancha, tomas medidas de mi cuerpo
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para hacerme el vestido violeta orlado de flores para mi brevísimo reinado. Te ruego que me regales la estola de piel y miro largamente tus retratos.
Te digo al oído, este tres de agosto a las siete de tu agonía, Que llenaste el destino a cumplirse que me escrituras.
Casi nueve meses para gestarse tu adiós. Estás en el último hilo de la vida, a la que te sostiene una mascarilla de oxigeno y el ánimo de los que no queremos que te vayas. Envuelta en la quietud de tu cuerpo laxo en una gasa celeste, eres, en este agónico momento, otra vez niña, otra vez huérfana, otra vez desamparada. Los párpados obscuros cubren la selva de tus ojos en ese rostro de cera. Sin edad, bienamada de líquenes marinos, marejada de coral, naufragio de perlas, empiezas a desvanecerte por ese gran pozo negro que te espera.
Te dejo dicho que con esta cicatriz de ausencia me cedes también un verano de manzanas, un tibio olor de pan horneado, mi primer encuentro con la blanda muerte, un ancho camino de abedules, una brisa de mar abierto que dice tu nombre y habla de lugares donde crece el viento. Te amortajan. Has dejado de pulsar el dolor. Eres una blancura adormecida.
Está tu corazón enfermo, morada de amor, en el que acompasados sístole y diástole se debilitan. En este aliento último de mortero y matraz estás diciendo adiós enclaustrada otra vez en esa cavidad de estrellas por la que empiezas a flotar a esta horma permanente de la noche. Te vas. Mi cabeza sobre tu pecho captura para siempre tu aroma y el tambor hueco y lejano se hace un ronco sonido en los senos. Ahora no quiero hablarte de este luengo, intenso dolor que me apuñala toda.
Ahora sé que tus ojos penetraron la belleza del planeta, la contuvieron, y yo la aprendí de ellos. Buscaré el agua verde de tu infancia en estos tumbos dolientes de la vida. Los girasoles de tus ramos estarán en mis jardines, en cada intento escrito, y tú, vuelta a la tierra, estás, estarás definitivamente en este verano imperturbable que de ti respiro.
Te digo en secreto murmullos -que tú y yo entendemos-, cuánto te he amado. Te hablo como a mi niña amadísima que ahora deshila el fragmento último de su ritual cumplido.
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quintaesencia –para siemprede tu propia carne, de tu soledad en los signos de fuego que marcan misteriosamente este fustigar denso de la vida.
Sobre el Imperio del Viento A mi madre Junio y diciembre se enlazan para bautizarte, tu destino acoge los trazos cabalísticos, tus manos detectan la áspera calidad de la roca y la clara condición del agua.
SOBRE EL IMPERIO DEL VIENTO dos aves describen su vuelo; contra corrientes adversas una y otra se otorgan sus alas. Agua de tránsito, sobre el cielo de nubes un relámpago decide tu historia, un mar abajo te espera -flor de ámbary atraviesas el umbral de la vida, mariposa llena de sol, sucesión del páramo a donde volverán tus alas.
Híbridos caminos se bifurcan. Tu sol de niña, de muchacha, graba la frontera que estalla en dos el vaticinio descifrable de tu vida. Creces, te mecen las sirenas de los buques y te levantas dócil a la majestad honda de tu adolescencia. Yo aguardo quieta en la premonitoria madurez de tu vientre joven que será mi primera, mi siempre amada casa
Madurarás al acecho del leopardo en una selva de tulipanes, frente a un mar turquesa que podrás esconder en la palma de tu mano, en la raíz de tu sonrisa.
Soy una cabeza de alfiler en un tibio respirar, un amor que se va aprendiendo, un abrazo a la ternura, una historia que, como tú, dieciocho años antes comenzó en la pausa quieta de la redonda ternura de tu madre. Me prendo desde entonces a ti, me clavo imperecedera, sin temor a la espesa cortina de tu sangre y me confieso
Donde el río se junta con el mar tú naces. Las lunas se tiñen con tu visión madrugada. Y es un vasto plantío de granadas por donde tú andas. Las cuatro sílabas de tu nombre crecen entre una cuaresma pálida y rubias navidades nevadas.
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Te hablo de frente, te miro de lleno, te digo mamá y es como ir juntas de ahí en adelante; tejer el camino por este campo florido, por estas grutas medrosas, por estos hilos de tus nervios, por este sujetar los huesos. Me adhiero a tus sílabas comidas, a tu risa de niña, a tu belleza, a este tinte que ha sido contigo una historia celeste en esta sábana fragante que me satura de rumores dichosos: la vida. Tu silencio se hace cristal. Una rueca hilando veranos, yo, ellas, las de los nuevos nombres, las que también te llaman, las suaves olas al amor de tus playas; respiramos por ti y comenzamos a saber del mundo por el amable corazón que late en tus pupilas. A mis desolaciones se prolonga tu olor de espliego, en mis temores vuelvo a la cóncava alcoba de tu vientre, a mis dudas encuentro el mástil de tus veleros, a mi silencio tu palabra, a mi sueño tu velo de muchacha desposada, y de la vida ahuyento con la cólera necesaria el alto geranio del gemido con la fuerza del halcón con que tú rechazaste al dolor que se hubiese incorporado a tu pregunta toda.
Antes de llegar a ti, al planeta, desde el paisaje mágico que a la memoria borra, estabas ya en mi sueño -llovida espigay solas las dos, en el pequeño cuarto de tu hambre, inauguramos una nueva sed, sembramos una nueva vida en el desierto; in fantástico jardín al que yo me asomo dichosa de ti, por ti, todos los días. No fueron fáciles los tiempos y a veces la llaga era una boca hambrienta; pero estuvo la caricia dulce de tus manos, tu voz haciéndome los cuentos de niñas que danzaban sin fin en rojas zapatillas, de princesas cautivas en la torre coronadas de largas y doradas trenzas. Todo un diluvio generoso para enterrar el paisaje de fósiles y de recuerdos yertos para cederme tu vasta posibilidad de amar. Azalea y olivo, madre yo resido en tu paz, convoco a todas las fuerzas trashumantes desde el recóndito pez al fondo del oscuro mar hasta la palabra que se escapa para nombrar el tenaz metal de las estrellas. Levanto el corazón del paisaje del murmullo de los árboles, le grito a la voz del viento a la cadencia de los sauces, navego por el lento vocablo de la palabra, arrullo la infancia de mis hijos flotando y hundiéndome en su ternura; y todo, todo vuelve a ti, secreto principio a donde llego -larga huella para mi luz, puerta abierta para despertar-
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A su tiempo, en el litoral destinado, abriste la compuerta de la vida y te sacudieron las oscuras corrientes de la noche, ascendiste la roca y el río mal librado, el oleaje turbio sacudió su todo pero estuvo a tiempo la frenética señal de tu fuerza y tuviste también el límpido canto de la alondra. Descendiste, tocada la memoria, al fondo de la noche, donde escondes a tus muertos -con la bondad desesperada-, a guardar la orla de tu llanto. Los cortos plazos, la espera tensa, las nupcias, en el alborozo de tu búsqueda, ráfagas ardiendo en tu sangre y los párvulos rostros que se multiplican en tu espejo, el inexorable aguijón rompiendo el agua y la luna líquida de tus recuerdos; mientras que dentro de ti hasta afuera crece la casa del día a la que nos cobijamos las hijas y los nietos madurando el nido donde no estás sola. Tu isla protegida de mar, de mar rodeada, habla por tu serena pupila y nos da el suave pan, el festín del azafrán y la manzana. Tus cabellos se tienden sobre el río, donde volutas de espuma se levantan cuando cruza el alba la voz y señal de tu adivinanza. Tus manos se entienden a los hilos violetas que ornamentan mi casa. Tus dedos me hacen el vestido para el cotidiano tránsito y tus infatigables enseres de trabajo no se desocupan ni te dejan quieta,
a ti, pendiente guardiana que sostienes al sol y haces trópico la helada ráfaga de mi invierno. Florida, flor amada, jacaranda alfombrando los caminos, mamá, tierna mamá: nacen golondrinas en tus manos. Conozco los senderos que pisaste, el aire en perfume que llevas en el pecho, el incendio que tembló en tu frente, las rosas que crecen en tus labios y el puerto hospitalario que eres, que abriga del peligro; y sigo oyendo, aplicada a tu conversación, tu risa siempre generosa y limpia. Alerta a tu lozanía de durazno asisto el sueño de tu flama y vuelvo para atrás a andar contigo tu peregrina infancia desbordada entre manglares, partituras de piano, tardes de playa piececitos hiriendo apenas la superficie de la arena. Vuelvo atrás a andar contigo la sorprendida adolescencia tu gestación primera, tu búsqueda, tu cansancio, tu dicha, tu constancia tenaz para ser, a pesar de todo. Me vuelvo luz en tus espejos. Yo, la soñadora incansable de tus años entro a tu nombre y me alojo en tu bahía ahora que me confieso otra vez niña detenida al musgo de tus muros; agua para lavar todas las derrotas mientras un piano lejano nos otorga inmóviles notas. Yo soy esa tarde, este tiempo de tu signo; una herida adherida, creciente en la columna de tu vida.
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La Infancia Prodigiosa I. PARA PAULINA Ella llega a una hora puntual y necesaria. Se instala junto a mí y me habla de cosas Luego, se mira en el espejo, me dice de la gente, de las palabras perdidas en el teléfono me enseña a ver el otro lado de las cosas. Rectifica, Y s vuelve por el orden de los sueños. “Si pudiera ser de baterías”, Me dice “…para no sentir tanto, ser una muñeca mecánica…” Habla de Dios, de sus hermanos, de los niños vietnamitas Y me pregunta si todavía me gusta la canción del viento en la playa Se sonríe, llora, se acuesta, se levanta. Baila. Dice que tiene miedo de cosas que no conoce e impensadamente dibuja la cara barbada del hombre que conoció en la selva la soledad y la muerte. Pregunta cuál es el camino por donde llegamos me mira, se mira, y habla de Fuensanta.
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II. PARA FANCISCO Habla un lenguaje mutilado, Huye por el rumbo de la tristeza. Las imágenes frente a él Y esa mirada fija, perdida en el televisor llendo y viniendo por los trazos de la tinta, se refugia en la magia de un tristeza crepuscular. Vive dentro de él y viaja por los días a esa oscuridad tibia donde durmió. Solitario inventa el juego dibujando el perímetro de su morada, hasta donde llega la sombra de algo que atraviesa la luz. Su ternura se disfraza con extraños dibujos en la cara, y gime inventando el llanto para después curvarse imaginando el recinto aquel, donde se guardaba…
Memorias
Sucede que él ha Muerto A la memoria de Ernesto Guevara Esto pudo ocurrir hace tiempo pero es hasta ahora que hablamos de ti, solo que tu voz se levanta de entre todas -eco prolongándose en esta hora amarga de América-
III. PARA FUENSANTA
Habla tan bajo, tan quedo y silabea queriendo decir algo. Es suave, blanca y todos los días descubre algo. cuando duerme, juega con los seres que habitan el tiempo y los olvida en la vigilia. Hay una mariposa dormitando en sus pestañas, y un ser flamígero y alado amigo, en su penumbra. La sorpresa vive en su mirada y como una bruja puede hacer los días felices o marchitos en la angustia. Y apenas ha comenzado a girar en los días.
Puedo hallarte cuando desciende el día, entre nocturnas sombras, esperando como un ciego que lleva el corazón en la mano, aislado de todos en el más afilado vértice de tu soledad, sin llanto en el hueco de los ojos, bajo las ondas de agua, dejándonos atrás con un haz de sueños en las manos, tocándonos el alma dolorida. Te miro camina a tientas donde creció la vendimia de tu canto, y eras un poeta en el escarnio del verano. Dejaste una Cuba de piel nueva con el incipiente sabor de otra cosecha y tu boina gasta y tus papeles revueltos en manos ajenas. El grito de tu idioma se despliega entre montañas, y me llegan las tardes en que te comentó por dentro un aliento frío sin encontrar a nadie en el páramo de vasta soledad, que no puedo vencerte. Cuánto me duele de tu muerte, Cuánto me duele de tu muerte, De tu silencio comulgante En usa hora ultima, Y esperamos a que estuvieses muerto
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para decirte cosas, para decir de ti, Guevara, que nada me ha dolido tanto como la belleza de la muerte adormeciéndote los ojos y tu melena creciendo con brillos de estalactita, mientras que tu pecho inmóvil ha dejado de pulsar los días. Y tu sangre es ahora La estancia tranquila de un largo imperturbable. Hemos esperado a tu murieras Para adornar tu muerte con frases y palabras. Estás allí mirándonos abiertamente cumpliendo el sueño que traías entre las manos, estás allí, en el sueño que soñabas, para bañarte en el agua del olvido y después urgirte verdaderamente ahí, donde habitas con los soles. Puedo hallarte también en esta lucha en la selva y en la sierra, cruzando un río, en las palabras escritas, en tu imagen barbada que está durmiendo ante los fotógrafos de prensa, mutilado, cercenado, volando por la hechura de los días, todavía cansado, inscribiendo para los demás alientos.
Y los sentidos rebotan en la oscuridad de un pozo que no he visto la luna, y de nuevo están en el principio, cerca de donde has venido para transformarte así, como te he visto, en ese hermoso cadáver recostado donde el amor y la muerte contigo se han dormido. ¡Cómo debiste ser en el momento más puro en el que amaste y cómo te mira mi miedo y mi deseo de verte en la caliginosa puntualidad de todas las noches! Todo pudo ocurrir en un momento, una lluvia de soles amarillos, mariposas emergiendo de tu cuerpo, y un frío de hielo penetrante, para llevarte allí, donde nosotros te queremos con el diamante limpio de tu frente, para que estés aquí y allá Guevara, con tu voz agitando el viento, el viento…
¿Era acaso necesario que se desplegaran las columnas de los diarios con las letras de tu nombre para saber que estabas en la lluvia, en el litoral donde el sueño se interrumpe cuando has perdido una batalla, para sentir tú asfixia por el asma y tu convulsa caída junto al agua? Te has dormido allí, en el monte, mientras tu voz, en pensamiento limpio desgajaba tu ser por agrias estaciones y recuerdos. Volvieron los días rudos en que la rama seca es todavía hospitalaria, en que la abeja zumba su labor constante y el hombre se castiga, y tú estabas donde todo puede ocurrir en un minuto, una bala derrumba una maderámen
Ernesto Guevara de la Serna, La Habana Cuba, 1964
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Poema con Habitante
Réquiem para Pablo Neruda
A la memoria de León Felipe.
TU NOMBRE, TU POEMA,
Pablo, hay una piel dormida bajo el dulce fragor de los viñedos, hay un denso sabor a vino verde cruzando las plazas de América con tu recuerdo. Hay dorados cristales para asomarse a tu memoria y un contorno luminoso en las nubes, que van como techos mudantes llevando tu nombre sobre las cordilleras de tu tierra. Tu mujer, la bienamada, tu antigua colección de rosados caracoles -que calla secretos marinostu estudio quieto, desolado. la casa –viuda de ti- en la isla negra presencia la sombra ausente desde el oscuro abismo, donde no está la fragancia de tu voz. Pablo, la sangre ha dejado de serte tibio río y soledad dolida, piedra sobre piedra, tu construcción de paso hace resonar, vibrante como nunca el eco de tu fragata navegante y el caballo, lejano, hundido en su tristeza y San Elefante de tu oda con grandes ojos de nostalgia y el gato y el violín y el mar y todas las cosas y los seres con que armaste tu poesía tendrán un solo verbo para continuarse:
tu prodiga, blanda, fuerte, aguerrida madera de poeta. Pablo, viajero de septiembre los poetas repetiremos cada día nuestro, tu voz, no hay duda, la mujer, del orbe, tocada de luto será siempre tu viuda, eternamente desconsolada ante la fama reivindicadora de tus cantos que ahora, a tu muerte, nos sofoca. Poderosa nave, Pablo, surcador de viejas mares, reloj en el bosque donde hacinan vuelos de ave y mariposas, mago de la palabra, anda ahora a tu cita que se cumpla la justicia desde donde estás otra vez en el verso capitán de tu timón amante de tu primavera, envíanos la Paz que nosotros aquí en la vida maltrecha y desgarrada buscamos tu canto y tu esperanza.
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Y estás aquí. Viviendo todavía. Y hemos aquí, violado la orfandad de tus cosas, saliendo de tu nombre penetrando en tu casa, yendo y viniendo tras de tus enseres. Y no te damos paz No te dejamos estar en paz con tus antiguos remos, nos obstinamos en recuperarte en sostenerte hombre, pese al polvo y contra el polvo hacia el que todo ha vuelto No te damos la tregua y el sosiego, henos aquí hablando, hablando, hablando, aunque ya no te encentres.
en lo más desgarrado del cario, andando en tus orígenes mientras que tú has llegado desde un largo camino más fuera al exilio solemne de la muerte. El viento sobre el océano de lamentos y cava en la miseria de mentiras hasta hallarte en la piel de a verdad. Ahora, que el escenario reposa en el olvido, ahora, que deshaces el nudo de tu estancia amaneces blanco como el día en la tierna nostalgia del violín ahora, cumples tu oráculo violeta, estás en la hoja dorada de tu sueño en los cristales de un libro dolorido tu memoria aletea por las horas profundas y vuela al sitio más hondo de nosotros cuando la nube atraviesa la ciudad.
Ay, León caminante alfarero de estrellas, perdóname esta lengua, estas palabras aturdidas, el balbuceo tenso de mi verso, mi poesía temprana, puedes oír que estoy llorando y eso basta para estar contigo pidiendo entrar a pies hasta tu recuerdo. Porque nosotros estamos en la isla pulsando cuerdas en el desamparo aturdidos los párpados de mirarte repetido en el barro poeta vertical hemos quedado aquí descendiendo al recodo de tu viaje,
Pero estamos, te digo, irreverentes ceñidos a la imagen de tu barba, de tu bastón de tu boina de tu erguida hidalguía, a tus recuerdos húmedos y viejos, y seguiremos, todos nosotros, aquí hasta tu ceniza, y ganaremos, ganaremos, señor, todas las lágrimas. Tu ganarás la luz… León el poeta.
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Otros Homenajes Encuentro
Estación de soledad Metal nocturno el recuerdo llueve ahora, la nube desterrada está de vuelta, la fiera tras la reja, la sal Orlando esta espuma de olas. La fiera, tu escondida fiera lanza el fulgor de animal hermoso prisionero cuando el cuervo denuncia una vocación callada. El carrusel nocturno, girando, girando, suspende su estatura y al modo frío de los seres helados del ramaje hostil interpone entre la reja y yo el vacío. Yo me derrumbo, exhausta, sin llave, sin encuentro, sin la piedra del pan hasta donde nace mi historia y escalo, aturdida, las violentas estaciones sin retorno.
La vi a media distancia de la noche soltar su bata de terciopelo genovés como un estallido de violetas. La vi, desmadejado el pelo, convertirse en un hábito de nostálgicas supersticiones. la vi, desde mi asombro desde el rincón de nardos adonde ella no miró, la vi dormir sobre una lápida de soltería sin epitafio alguno, la vi pasear la vigilia por el sueño y consagrarse a un ritual premonitorio indiferente casi al aroma de los heliotroposDigo mejor, que esa noche me puede mirar en el preciso fiel espejo.
Tú eres… cuando te aprendo Viento de mar, vaso fugaz Y señor de la alquimia, Letanía aprendida y rumor marino, Canto de caracoles, Enardecido orgullo Sometida llanura Grito de soledades Árbol nostálgico Luz de mí escondida alcoba Contraste del ajedrez Y la yedra bifurcante que crece a mi ventana. Tú mi consumada desesperanza, La rosa violeta sobre mi pecho Que atraviesa conmigo la tarde. Tú el oficiante de mis secretos ritos, Tú esa voz de poeta que alimenta el musgo, Hacedor de la luz Humeada ternura de la lluvia, Tú de la bondad del trigo El del aroma dulce El de la flor de las nueve de la mañana. Tú la aventura en la isla que salva mi naufragio, El nombre amado, El olivar crecido en los ojos, Pareja done mi fuga se detiene.
Pintura al oleo, J. Gallardo,2012
Poemas sin nombre II.
I.
Tú decías que mi voz estuvo sonando todo el día. lo que no supiste era que ya estaba, zodiacal y profetiza, navegando por cada una de tus venas y así puede -bienaventuradaotorgarme la más nítida estrategia a solas.
Sí, definitivamente soy el terreno propicio para tu semilla. ¿De qué otra manera podría decir que tu voz de hombre trascenderá para después de esto?
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III.
IX.
Y ya que hablamos de bienaventuranzas ¿sabes cuánto llevo ganado en este encuentro? pues nada menos que lo que había olvidado.
Yo podía seguir hablando de ti exhaustivamente pero ya casi llego a la estación de tu definitiva ausencia. X. La niña se sentó en la tarde jugando a las mentiras, te trajo, platicando, en medio de las dos, pudo pensar que yo era tan ajena pero a mí, me dolió volver a describirte así, aparentando una serenidad que no tenía.
IV. Déjame un rato para que pueda pensarlo y encuentre la calle para salir del laberinto citadino. V. Ahora, dormido, desde el sueño hay un zoológico que te mira con ojos ávidos de cantar lo que desconoces.
XI. Ya se dijo: todo gira en redondo sólo que de aquí ya me cansaron las circunferencias.
VI.
XII.
Entras sereno al aluvión desterrado abre la puerta consiéntete, marfil y música.
Si no puede ser más que metal rayado ahora quiero probar a ser cuenca, río, árbol, lago gota, flor, hojarasca, cualquier otra cosa diferente.
VII. No es la subida ni la cuesta eres tú que no alcanzas el alfil de nada.
XIII. Oye, y si deveras yo te tocara el pecho y tú me hablaras y si deveras pudiera detenerme en la calle y te preguntara ¿Con qué argumentos seguirías negándote?
VIII. Zodiacal, extraño te llueve el hambre y la sed te destiñe, te diluye el cabello y la cara.
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Poemas Inéditos Voy a ti con los ojos cerrados, no cuento ya las horas pasadas en la espera. Eres tan sólo tú y por ti yo voy siendo; tu rostro está conmigo como está lo más íntimo. Recordarte es algo dulce, hondo, ¡tan profundo! Cuando no se ama es como una paja troncada al viento, como dormir y despertar sin recordar los sueños; una flor deshojando su último pétalo, ser la agonía de un pájaro en medio del camino. Es morir diariamente sin morirnos. Mirarme así, soñándote despierta, contemplando aquel árbol, meciéndose en la niebla. Ni la muerte más sabia marchitará tu carne pues de ella brotarán semillas que alucinan y romperán la tierra con espirales fuerzas. En un lugar extraño hallarás lo que buscas no habrá más dilación: emprenderás el vuelo,
el tiempo pasará sin que lo sientas: lluvia de flores ante tus ojos, una canción triunfal cubriéndote el cabello, tu elemento estará en su elemento; será suave tu lengua,agorera y cierta; los abismos del mar serán por ti reconocidos. Despertarás para vivir el verdadero Sueño no por un solo día sino para siempre. Entonces, ¡qué alegría llenándote las manos; y qué calor de amor para tu estrella! Qué somos sino pequeñas briznas de hierba flotando, navegando. Alguien viene, está aquí, nos da algo y somos felices. ¡Como si fuera ser tan fácil feliz! Basta que él se vaya para siempre para quedar desnudos, derribados, sin palabras, sin llanto. Bajo el eterno sueño alguien está, en forma diferente muerto está. Otro mundo te aguarda. Aquí dejaste algo: una constelación y una suave sonrisa renaciendo, por siempre palpitando.
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Mátame un poquito En un apartado espacio del silencio me enrosco en medio de la maravilla y te traigo hasta mi pintándome campanas del otro lado de la ausencia
Todos cristianos
Amapola
Cuando apenas supe que era idealizar me bordaron sobre este cuerpo al calce de la espalda 16 caricias con cuero salado
Amapola: Dame una estación que crezca Hondo en mi silencio Sin postergarme tan siquiera un poco La fantasía Llévame, De la bruma al sol Pintando lunas en tu canción.
-Esos usureros eran cristianos-. Ese señor que ya no respira me hundió en la panza pesado hierro que utilizó para hacerme éste garabato en la barbilla
acompañado por la fantasía levanto un cuento delante de tus ojos -no lo ves-
-Aquel herrero también era cristiano-.
yo sueño, te imagino, te encarno;
Alguna vez un soldadito asustado me alcanzó con un escupitajo de plomo caliente me perforó la nalga y así me abandonó sobre la húmeda tierra del sur
me lastima me aniquila hondo en mi claustro en mi apartado hemisferio donde solo vivo la aventura de tocarte
-El que disparó también era cristiano-.
y extraño que no sepas de la risa que me recauda dentro cuando te leo de la penumbra que me embauca, en fin… es sólo una fábula más que le edifico a tu esencia otra nostalgia que se olvidó del llanto
Y yo he dibujado mis muñecas y muslos con líneas paralelas, utilizando siempre la fría carbonilla de la navaja -y yo también soy cristiano-.
Mátame un poquito… aunque sea con viento frío
Quién?
Divago con los vientos de ayer te veo cantar mil alabanzas entre lluvias, albergues de calle y así hasta el taller
Esta noche la belleza sueña con rayos repentinos y en algún lugar las campanas bailan y pintan: un ojo distintivo entrecerrando luz -líneas de una cara que no pierden su forma-.
tu presencia me viene desde ahí… de la rosa (tu sangre) y abril… cuando viví.
quién ama una plegaria sin fin? Esta noche los amantes patéticos se sienten vacíos y en algún lugar el olor a madera tortura una figura: un ojo distintivo entrecerrando nada -líneas de una cara que no pierden el gesto lastimero-.
De tus días me ha quedado tanto, de tu ausencia solo una que otra estrofa tu llanto, tu canto, y el olvido del camino.
quién ama una plegaria sin fin?
“Este sacrificio mío y vuestro” Juega el brujo febril ansioso y tenue con la sórdida luz de mi plegaria Llora el brujo junta a la palma triste le pide a un dios que lo condene. I El curioso caso del poema que Dio a luz a una utopía: Usted. II silueta perdida en la habitación de la alegría …máscara… rastro de sangre en la encrucijada del olvido. III El caso curioso de la utopía que parió poemas: Vida.
Esta noche es para amar…
Mátame un poquito… aunque sea con viento frío. 50
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Horizonte
Dulce rendición
Miro tu silueta pintarse de movimientos castigándome las horas al congelar el ensayo de este pasado que no engorda entre estallidos y murmuros me alcanza el algazara titubeante de la espera pienso y añadido a tus pasos respiro tu sangre, violo tu silencio.
Rodeado por una multitud seres faltos de ruido mesa redonda: soledad.
Nunca es la multitud, siempre es la gente; gente persiguiéndome.
El próximo poema que no explicará quien soy.
Anhelante, amargo, sincero, te vierto suspendido en el litoral de la esperanza contagio tus deseos con mi delirio dibujándote los muslos con las manos
Dulce rendición… no hay cabida para este entendimiento.
Cerca de ti obscuridad anteponemos a tus presagios nuestros movimientos, la coherencia de este sueño, y el olvido del camino vamos buscando un espacio certero… tan pequeño como nosotros inmenso como tú para así descobijar la metáfora de nuestros días llegar al final, sin miedo arrancarle al silencio simplemente… una historia.
y hasta donde el agua juega con mis venas me quedo condenado por tus letras.
El retrato de Lenin Vive en el rincón confesándole a los muros circundantes letanías solitarias. Siempre ahorcado desde su estática latitud desgaja el aire pragmático del tiempo con la mirada. y una vez digerida la esterilidad, vomita en torno suyo hasta enfriarme la ilusión.
Papalote Me quedo Después de la montaña me sostengo atéico hilvanando noctámbulos olores con el tenue barullo de tus alas.
Todo el mundo habla sólo puedo escuchar la voz de un ser inconsciente… ¿seré yo?
Dulce rendición… no hay escondite para mi, no puedo desmembrar los seres. Todo esta en el habla; mas no hay cavernas que cobijen la sombra de mi persona. -Este cenicero apestoso no contiene olor-. Se olió como un sonido, estoy, cazando a alguien… ¿quién?
Otro poema
Tiempo gélido de ambigua soledad
Hoy efímero, junto a la vela convoco a mis fantasmas conjuro a los demonios que me asaltan entre sueños edificando astilleros y rústicas arcadias infernales:
Aquelarres noctámbulos desgajan la pasividad de esta algarabía de luces que pintan el lienzo de mi ventana
Simplemente una historia.
-lazos humanos-. Sonidos tangibles, sudorosos gemidos interrumpen el concierto grillo que poco a poco se desdibuja en la madrugada -lazos humanos-. Encolerizado exilio: desnúdame la respuesta con tenues y cálidas compañías Del otro lado… Lazos humanos. Hasta aquí… tiempo gélido y ambigua soledad.
Dulce rendición… no hay vigía que conozca quien se guarda dentro. Dulce rendición… no hay rincón que me resguarde de mi ser.
De estreno en la galería Vi deambular pitucos estudiantes y amoríos intelectos por las salas debatiéndose con estupideces mientras preguntaban a cada tanto ¿qué te pareció? Mis maestros y otros “algos” sonreían al recordar antiguas épocas sin gloria y yo chupaba, y chupaba la triste hiel de la ignorancia. 52
Pintura al oleo, Henry Asencio, 1972 53
Centinela de la Tierra (Secretaria de Agricultura y Ganadería 1969) A Emiliano Zapata
Poemas Publicados Fin del Día de la Caña (Publicación Mensual de los Talleres literarios de la Casa de la Cultura, No.1. pág. 2 Querétaro, Qro., Marzo de 1979)
La espiga sigue siendo nuestra, nuestro el canto dorado del maíz el copal se quema en oscuros incensarios guardados en lo más hondo de la sangre, la misma que no ha cesado de ser torrente de sacrificio desde el día de la caña, que nos cercenó la risa del rostro y la garganta.
fuerza para la sombra que hemos sido, vigor para el jardín del país rojo, paso al viento de obsidiana cuando las fuentes por las que no ha dejado de correr la vida, profetizan que está cerca la aurora, a la que canta, lejos de la fiesta de los muertos en lo alto de las guirnaldas que germinan, el pájaro quetzacocoxtli.
Cipactli, monstruo acuático prendido a las estrellas invisibles, de su día poderoso aguarda, observa, tiende contra este lugar, -que fuera el de las flores acariciadas por la lluvia tibiala ancha cavidad de sus fauces.
Lluvia de piedras preciosas y reencuentros nos esperan venciendo el aire turbio y descendida la humedad tranquila a la morada habremos de volver a vuelo de mariposa y colibrí, a la sabia profundidad, a levantar sobre ruina de ruinas el nuevo sol sobre los restos de nuestros muertos y la sangre de los sacrificados.
El día dos conejo -destino de condena y maldiciónempieza a tenderse junto al dolorido tonalpahualli viejo calendario que ata los días y los años. Los dioses reposaron ya la larga noche; es el tiempo de recobrar del pozo que acumula polvo de siglos y silencio,
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Eran los días de fiebre atravesando el cansancio de los años, y tú estabas… El negro acerado de tus ojos incendiaba el aire y la llamarada se tendía sobre la tierra de tus pobres.
En la hora del fuego, vigía de tu doliente pueblo y caminabas por la espiga dorada de sus sueños.
Se agitaba la furia tanto tiempo adormecida en el hombre caminante del polvo y del viento. Y tú estabas…
Emiliano, en tu nombre se mece todavía tu estancia breve y la mirada de tersuras profundas todavía nos habla de su amor al pueblo.
Eran las riendas el coraje mismo de un jinete atravesando el silencio expectante de los montes.
Arena (Revista Literaria Bimestral “Sísifo” Año1-1967 No. 6 Julio-Agosto pág. 12) Con agonía de galápago que muere abrazado a la arena quiero bautizar, rodando con la curva del sol, lo que antes no tenía tu nombre. Buscan mis manos las perdidas llaves en la conciencia de un niño, un sueño que juguetea por un callejón perdido en donde yo no he sido, en donde yo no he estado, ni en la ruta del girasol ni en el hambre, cuando el gato salta la tarde que cierra en angustia las puertas y las calles.
Pero aquí, con el celo acumulado bajo el cubil de la lluvia, con la limpia sonrisa de una distante muchacha, repita la estancia del mediodía bajo la piedra labrada. Sin regresar los pasos a un otoño funerario, ni decir las palabras sin tu nombre, aquí, con el rostro herido y las manos lastimadas, me detengo a esta hora exacta a preparar la tierra, en desagravio, para esperar la cosecha de tu labranza.
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Poemas
De dónde vienen los niños (Taller del Cuento y la poesía No. 1, enero-febrero-marzo 1978. Pág. 13)
¿De dónde vienen los niños? me pregunta mi hija con su cara de Alicia bajo el árbol esperando entrar por la madriguera del conejo hacia el país de las maravillas. Yo paso por alto el manual del TIME-LIFE con ilustraciones de papel recortado que muestran discretamente las formas-fórmulas de cópula animal y apenas acierto a mirar, imaginando, el útero de oficio que tienen casi todas las mujeres del mundo sin límite de tiempo sin límite de horario funcionando plenos del milagro hasta desgarrarse para recomenzar labor interminable con el corazón atónito encrispado de silencios y respondo “del hondo amor que empieza con alguien y luego crece solo hasta ser como granada y luego como luna dando vueltas pacientemente en torno de lo que más se ama y nunca llega a tocar una sola arista de la amarga piedra solitaria”.
(Revista Literaria Alquimista, Año1. No. 2 y 3, 1975. Preparatoria de San Juan del Río, Qro.) I
V
Sí, definitivamente soy el terreno propicio para tu semilla. ¿De qué otra manera podría decir que tu voz de hombre trascenderá para después de esto?
Ahora, dormido, desde el sueño hay un zoológico que te mira con ojos ávidos de cantar lo que desconoces. VI
II
Entras sereno al aluvión desterrado abre la puerta consiéntete, marfil y música.
Tú decías que mi voz estuvo sonando todo el día. Lo que no supiste era que ya estaba, zodiacal y profetiza, navegando por cada una de tus venas y así pude -Bienaventuradaotorgarme la más nítida estrategia a solas.
VII No es la subida ni la cuesta eres tú que no alcanzas el alfil de nada.
III
VIII
Y ya que hablamos de bienaventuranzas ¿Sabes cuánto llevo ganado en este encuentro? pues nada menos que lo que había olvidado.
Zodiacal, extraño te llueve el hambre y la sed te destiñe te diluye el cabello y la cara. IX
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Ilustración de John Tenniel, Alice in Wonderland,Caroll L.,1864
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Yo podía seguir hablando de ti exhaustivamente pero ya casi llego a la estación de tu definitiva ausencia.
Déjame un rato para que pueda pensarlo y encuentre la calle para salir del laberinto citadino.
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X La niña se sentó en la tarde jugando a las mentiras, te trajo, platicando, pudo pensar que yo era tan ajena pero a mí, me dolió volver a describirte así, aparentando una serenidad que no tenía.
Prosa
Selección de Textos Paula de Allende
XI Ya se dijo: todo gira en redondo sólo que de aquí ya me cansaron las circunferencias.
La Isla
XII Si no pude ser más que metal rayado ahora quiero probar a ser cuenca, río. árbol, lago, gota, flor, hojarasca, cualquier otra cosa diferente.
(Gaceta de divulgación Cultural Internacional OPIC No. 3, Año 4, 1968. Pág. 16) Como la inusitada caída de una estrella su pensamiento descendía en viaje hacia la vida de alguien, ahora lejano. Como la tácita caída de un plomo con oscilar de péndulo, medía aquella vida que inexorablemente y rotunda, cercaba las horas de esos días. Recordaba cada uno de los episodios, las imágenes, los gestos, los escenarios en los que un hombre había estado como una música, ahora perdida en el tiempo.
XIII
Desmadejaba bajo un orden minucioso que ella había inventado, todos los posibles gados de un meridiano propio.
Oye, y si deveras yo te tocara el pecho y tú me hablaras y si deveras pudiera detenerme en la calle y te preguntara ¿Con qué argumentos seguirías negándote?
Repetía de memoria el acto del amor, el tono sordo de las palabras, prolongaba en ellas su búsqueda y se miraba al espejo, evocaba sus manos desatando las guedejas del silencio. En sus recuerdos caminaban de la mano por las calles, acechaban lo desconocido tras los cansados portones, se perdían entre el laberinto de la gente, eran cómplices en la oscuridad y cuando huyendo de todos compartían una copa sentados uno frente al otro hablaban, entonces habitaban un pasado donde la ausencia de ambos parecía haber violado el ritual que acataban. Hablaban. Y los recuerdos caían pausados, sin ser buscados, sin saber de dónde venían; estaban ahí con el misterio del más extraño de los juegos. Hablaban de su infancia, de los amigos, de los días y las noches en los que distantes y desconocidos, se intuían. Reían y reían, develaban los secretos, lo que antes habían mantenido oculto.
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Eran los perfectos conspiradores y se convidaban mutuamente a excursionar por todos aquellos enigmas que traía el tiempo. Allí estaba ella, ahora, frente al espejo, retrocediendo y repitiendo en la soledad: “Fuimos los ´amantes increíbles´, dijo, los camaradas más creyentes, los más fieles y los más infieles. Navegábamos por los jardines y caminamos sobre el agua. Profanamos los símbolos y nos dejamos guiar por un fantasma. Imitamos la vida de los muertos y actuamos la historia de los grandes amantes. Éramos Baudelaire y la Negra sobre el asfalto de la noche, eras Wilde ante el siniestro retrato, fuimos la Maga y Oliveira por las calles de París oliendo el Sena… “Y aquellas horas deshiladas en las habitaciones de los amigos. “La voz de Gardel, el jazz de Charles, Edith Piaff desmoronándose en el agudo y la Fitzgerald atrayéndonos al pozo profundo en que cintilaba su voz. Bártok en el remedar de la risa y los tonos violeta de la pintura que crecían hasta que comulgábamos en el morado intenso. “Éramos entonces amigos de Olaf y Abigael. Los cuatro, nosotros cuatro, que caminábamos juntos por la ciudad nocturna. “Estábamos en la penumbra del cuarto de Olaf que descorchaba botellas y hacía temblar con su exuberante risa la flama de la vela que distorsionaba los grabados de los muros. Después oíamos los poemas de Abigael. Abigael girando en los días de sol, en las noches desfloradas, Abigael sembrándonos de pétalos y lluvia.” Allí sentada, frente al espejo, su mente reconstruía las imágenes y se decía: “La sordidez de los cuartos que alumbramos con palabras y llenamos de calor, la manta que escondió una caricia con la que iniciaba el viaje… “Se extraviaba en el comienzo del recuerdo, frente al brillo del espejo. “Se detenía un momento para mirar el perfil del día y regresaba—tu voz por el teléfono quebrando la monotonía de las horas, tu voz construyendo para mí una fábula. Vivaldi, siempre Vivaldi, levantando la voz, envolviendo todo, penetrante y dulce. “La curvatura lenta de los días contigo, arrinconándonos para descubrirte, para descubrirme. La estatura de tu voz diciendo un poema en el quicio del tiempo. “La pausa del río en la montaña fue como una mirada amarga perdida en el mar.” Ocurrió entonces, que las imágenes salieron del espejo y comenzaron a cercarla. Amurallaron el margen de su vida. Se reproducían intermitentes sin el orden con el que ella las había organizado. Fue una transmutación del recuerdo a la realidad, y entonces la oyeron hablar, reír en el vacío, en la ficción de aquel hombre en la lejanía. Alguien parecía estar con ella, pero nadie veía a su perenne acompañante. Un día notó que no estaba ya el espejo y se descubrió encerrada en una celda para locos.
El Intruso… Oímos Murmullos (El Cuento, Revista de la imaginación. Tomo VI, Año IV, No. 38, Septiembre-Octubre 1969.) Su reflejo cruzó la luna del espejo: breve, rápido, negro. Yo había estado mirándome, allí sentada un largo rato. Refugiada en esa aparente inconsciencia de estar a solas, en esa intimidad secreta. Y de pronto, aquel intruso. Un pequeño animal en mi cuarto, un extraño entre mis objetos a los que yo vivía habituada, desde siempre. Su movimiento, su color oscuro destacaron entre todos esos tonos tenues. Deliberadamente –cuando me ocupé de la decoración, con tanta minucia- había omitido los colores oscuros. Siempre me han parecido tan siniestros. Ahora ese ser de repulsiva piel negra, estaba allí, en mi sitio preferido de la casa, estaba allí quién sabe desde cuándo, sin que yo lo hubiese descubierto. Salí violentamente, teniendo buen cuidado de cerrar la puerta. Dentro del impacto de la desagradable impresión, pude pensar que así evitaría que se escapara rumbo a cualquiera de las otras habitaciones y entonces sería mucho más difícil localizarlo. Busqué a mi marido donde sabía que iba a encontrarlo, en el lugar de costumbre. Ha sido mi compañero de muchos años. Es un hombre tranquilo. Llegué alarmada ante su vieja silla, explicando mi descubrimiento y la necesidad de echar fuera a aquel ser desconocido, pequeño y repugnante que había osado filtrarse hasta el lugar de mis cosas. El, sin siquiera dejar de mirar en el periódico, me dijo: -Calma, mujer, serénate, ya iré yo después a echarlo fuera (ni siquiera cambiaba de expresión), nos desharemos de él en cualquier forma. -Pero si no es ahora, dije desesperada, la casa va a llenarse de estos bichos, se reproducen tan fácilmente. Lo invadirán todo… Y, entonces, supe por su actitud que no iba a moverse de allí, de la comodidad de una silla adaptada a su volumen, de su cenicero cercano y de su café tibio. Tuve que resignarme. Durante días y noches interminables sentí la casa diferente. Aquella presencia extraña lo transformaba todo. Lo imaginaba correr atrás de aquella puerta cerrada, haciendo los objetos suyos. Habría comenzado a roer los bordes de las cortinas y las flores pálidas de cera, y a veces oía el chasquido de la porcelana al estrellarse contra el parquet. Algo me dolía profundamente. Todo había cambiado. Enfermé de apatía e indolencia. Fue hasta entonces que mi sereno compañero decidió atacar. Se armó de un enorme palo y sigilosamente empujé la puerta del cuarto tanto tiempo en clausura. A través de la rendija, vimos, reflejado en el espejo, un cuerpo enorme, oscuro. Sentí paralizarme totalmente, mientras él, mi marido, apresurado, volvía a cerrar. Decidió que es muy grande ahora para que nos enfrentemos a él. Lo mejor será dejarlo vivir en ese sitio, del que se ha adueñado. Ignoramos cuánto más crezca. Como oímos murmullos, parece ser que está acompañado. Y la casa, la casa no puede más ser mi casa…
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Entrar o Salir (Revista de la Universidad Autónoma del Estado de México No. 2/#/Trimestral/Enero-Junio de 1978)
No sé si despierto o entro al sueño fatigada. Empiezo a vivir una aventura mientras que un espeso sopor me retiene, en cierta forma esclavizada, sin energía para deshacer las ataduras que me condicionan a aceptar esta pesadilla.
Luego cocinar el omelette en la sartén, pimienta, queso, un poco de sal a los cinco seis siete huevos, derramar la leche, los vasos derramados como cera. No, los vasos otra vez, se caen, truenan, truena el tostador lentísimo, lentísimo.
Todo comienza cuando cansada me dejo llevar, inerme, a esa región de donde extraños sonidos me aprehenden los tímpanos. Rock en toda su furia, estallidos y lamentos de Alice Cooper con sus fanfarronadas y la voz hueca de Vincent Price relatando con dicción británica perfecta el cuento del amontillado en el que Poe depositó su deliciosa borrachera.
El trayecto infinito hacia el comedor. Todos alrededor de la mesa. Ellos, mustios, pálidos, inquisidores buenos y silenciosos, con la formalidad de una fotografiada familia inglesa. Trato de encontrarles una palabra precisa, rescatar anoche, algo, algo, y yo quiero depositar mi voz en el centro de la mesa, sobre el frutero, ser durazno, ser manzana, ciruela…
Una fuerza me tira de los párpados, un paladar a vodka viejo me hace correr al cuarto de baño. Veo mi cara en el espejo. El rostro irritado, los ojos pequeños, perdidos y rojos, sin poder auxiliarlos con el líquido ardiente de las gotas, otras veces tan eficaz.
Retorno a la cocina, el pan afuera, dorado, negro, humeando. Yo reencuentro, recuento los pasajes perdidos: bajo la escalinata, no sé si me despido de los amigos, Julio hablaba en medio de la calle, Mario me observó con estupor, sangre en mi nariz, sangre en mis piernas, ahora otra vez sangre como un estallido púrpura en mi cara, mi carpa, mi capa, “señor, señor, mi capa”.
Extraigo la blanca crema para dientes con su sabor deleznablemente dulzón y fuerte olor a menta. Hielo para el abultamiento en las mejillas, una ráfaga de agua mineral en el cuello, las ojeras inflamadas persisten y las preguntas se multiplican.
Nada. Todo perdido como una niebla oscura. Los fantasmas, el jinete decapitado y los cascos del caballo, mi auto, las bujías. Nada, como una niebla. El tiempo es una pausa que no acaba, todo se me escapa de las manos, el auto, no, ahora la jarra con el jugo de naranja.
Huellas profundas circundando el rostro desconocido en el azogue, cercenan toda memoria y la brasa más ardiente se instala en la garganta. El temor se arremolina, el laberinto me cerca haciendo circunvoluciones y espasmos en el hueco doloroso del estómago. Cierro los grifos, trato inútilmente de sacudirme la culpa.
Ellos se van y me aterroriza el reloj. Sus manecillas son espadas rápidas que me hieren. Se hace tarde para la cita de trabajo. Acabo con el intento de enmendar, de reparar. Cierro la puerta atrás. Un deseo profundo de salir o entrar hacia otro mundo casi en vano. El corredor es infinito, sombrío, y se tiende enfrente como un reto.
De ahí al fuego azul de la hornilla. La olla de café, ritual más lento que nunca, para apagar esa sed implacable que me hace pensar en una caminata al rayo del sol dromedariamente. La lujuria me sorprende pensando en las iguanas, los camaleones jadeantes, sollozantes, en la arena. Estoy en la arena, estoy entre las sábanas y un puma al acecho me atrae brutalmente y me despierta.
Después la escalera. Tropiezo y me llega el ruido de la calle. Otra vez vigoroso ruido de campanas que retumban más allá del desaliento. No resisto más. Quiero despertar, romper este tejido pegajoso, volver a la cavidad blanca de mi cama, a la indulgente tibieza donde desde hace horas duermo.
Ha Nacido un Gran Poeta en México… Alfonso Reyes, 1957 (Sala de Arte OPIC (Organismo de promoción Internacional de Cultura) Viernes 8 de Agosto de 1969. Pág. 2)
Hay un caso insólito en la historia de las letras mexicanas. Un poeta niño, genial, que a los catorce años labra una poesía a la que no se asoma la inmadurez de su edad y la que al mismo tiempo crea en el autor una responsabilidad infinita. Estos poemas de “Huellas en Mí” que son producto de un temperamento genial, fueron publicados en 1955. Diez años después diría, con motivo de un homenaje que se le rindiera en Bellas Artes al autor, Salvador Novo: “ha emprendido el paso firme hacia la realización de una obra personal.” Sin embargo, la responsabilidad de los primeros fulgurantes destellos estaba creada. Y por el camino señaladlo habría de surgir el poeta hecho hombre, con las reminiscencias de su madurez a destiempo. Ahora que Manuel Aguilar de la Torre es un hombre activo en la vida cultural del país, se palpa el interés por su obra llegando hasta sus orígenes. Manuel Aguilar de la Torre, con una sensibilidad a flor de piel, cava en las sombras, escruta para enfrentarse al origen: su preocupación fundamental, la más primitiva pero la más difícil de recorrer por los ramales estéticos. El poeta niño cruza todos los caminos, vuelve a su forma elemental. Vuelto a su origen nos habla del agua “que dice de redonda vida de las cosas” Y el poeta no cierra la puerta de su casa, nos transmite la atmósfera que la habita, con un ritmo y una musicalidad logrados, con un sentimiento poético que parece nato, y debe serlo, porque la música que crea con la palabra años después en el libro titulado “La Voz”, es increíble, las palabras entonces instrumentos musicales, hábilmente, bellamente armonizados. Hombre de múltiples talentos, Manuel Aguilar de la Torre fue seleccionado el mejor actor joven de su generación y obtuvo su doctorado en derecho en Italia. Su obra poética seguramente le ha reservado ya un sitio muy especial en la literatura americana.
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